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Poder Judicial de la Nación

///nín, 25 de abril de 2011.

AUTOS Y VISTOS: Las presentes actuaciones caratuladas


“Traverso, Gustavo T. c. Cablevisión S.A. s/ Acción de
Amparo” (expte. nº 37.410), venidos a despacho para resolver
acerca de la admisibilidad de la vía procesal elegida y la
medida cautelar innovativa peticionada, de los que
Resulta:
1.-Que el actor promueve demanda contra Cablevisión
S.A., a fin que se haga cumplir con las Resoluciones n°
50/2010 y n° 36/2011 dictadas por la Secretaría de Comercio
Interior, dependiente del Ministerio de Economía y Producción
de la Nación.
Señala que es consumidor del servicio de televisión por
cable paga, prestado por la firma Cablevisión S.A., por el
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cual se encuentra abonando mensualmente la suma pesos ciento


cuarenta y tres ($ 143) desde el mes de febrero del año en
curso, habiendo abonado en enero la suma de pesos ciento
veintidos con sesenta centavos ($ 122,60).
Indica que el contrato celebrado con la empresa
demandada tiene carácter de contrato de adhesión lo que
dificulta el reclamo ante incumplimientos y abusos por parte
de la prestadora del servicio. Manifiesta que a través de la
Resolución 50/2010 de la Secretaría de Comercio Interior se
estableció que las operaciones de comercialización del
servicio de televisión, debían efectuarse de acuerdo a las
pautas fijadas en dicha Resolución, determinando el monto que
debía pagarse mensualmente.
Relata que a través de la Resolución 36/2011, la
Secretaría de Comercio Interior, dejó asentado que la firma
mencionada no había dado cumplimiento con lo ordenado en la
Resolución primeramente citada, hecho que motivó la
imposición de una multa a la empresa. Asimismo, ante el
incumplimiento de la prestadora, y no habiendo brindado la
información requerida, se procedió a obtener los datos
necesarios exigidos por la Resolución 50/2010, de lo que
surgió que la empresa Cablevisión SA debía prestar el
servicio básico a los usuarios, durante los meses de enero
hasta abril de 2011, percibiendo un abono mensual de pesos
ciento nueve ($ 109), el que debía mantenerse sin
variaciones, al igual que el precio de los beneficios
promocionales, bonificaciones existentes y descuentos.
Estableció además que toda suma que percibió la firma en
concepto de abono básico mensual por sobre el precio fijado
en la Resolución en cuestión, debía ser restituida al usuario
en tres cuotas iguales y consecutivas a partir de la factura
del mes de abril del corriente.
Además solicita como medida cautelar la inmediata
aplicación de las pautas tarifarias contenidas en la
mencionadas resoluciones, como así también se intime a la
demandada a no dejar de prestar el servicio de televisión por
cable ante el pago de la suma de pesos cientos nueve ($ 109),
absteniéndose de producir variaciones en cuanto a la calidad
e integridad del servicio, y
Considerando:
I.- Yendo así a la cuestión que nos ocupa, corresponde
expedirse respecto de la admisibilidad y procedencia del
amparo constitucional. Cuadra señalar que especialmente a
partir de la reforma del año 1994, es garantía
constitucional, y es por ello que toda hermenéutica ha de
tener como norte el sentido protector de dicha garantía, a
través de una interpretación provisoria que deberá asignar al
amparo el más alto alcance posible (Rivas, Adolfo “El amparo
e intervención de terceros”, JA, 24/12/97). En tal medida el
alcance debe ser el mayor posible, ya que “la existencia de
cauces ordinarios para discutir una cuestión, no conduce, de
por sí, al rechazo de la acción de amparo pues, según el art.
43 de la Constitución Nacional, tales procesos deben resultar
más idóneos que esta acción” (CNFed. Contencioso
Administrativo, sala IV, 23/06/98 “Youssefian”, LL, 1998-D-
712).
Para decidir acerca de la admisibilidad de la acción
impetrada, la cuestión radica en determinar no sólo la
arbitrariedad e ilegalidad manifiesta del acto, sino también
si de acuerdo a la naturaleza del caso, utilizar los remedios
ordinarios, llevarían a un daño grave o irreparable;
provocando la comprobación de que no existe otro medio
judicial mas idóneo que el amparo para llegar a la protección
del derecho o garantía constitucional invocados en la
pretensión inicial.
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Al respecto, y como lo he manifestado con anterioridad


en casos similares, la ley 16.986 no ha sido derogada
expresamente por la reforma de 1994 y, en tanto no se oponga
a la letra y espíritu de aquella, subsiste la vigencia de los
recaudos de admisibilidad de la acción de amparo establecidos
por ésta (confr. CNacContAdmFed., sala 1ª, 05/03/1998,
“Asociación Benghalensis y otros v. Estado Nacional s/ amparo
ley 16.986”; sala II, in re "Soñez", del 22/12/94;
“Ositiansky", del 26/10/95; "Toscano" y "Ruiz de
Arechavaleta", ambas del 22/12/95; "Aydin" del 22/5/96;
"Asociación Bancaria", del 11/10/96, Corte Suprema de
Justicia de la Nación in re "Servotrón", del 10/12/96).
Ello, atento a que “… constituye presupuesto inexcusable
para la viabilidad de la acción de amparo la inexistencia de
otras vías legales idóneas para la protección del derecho que
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se dice afectado, toda vez que la C.S.J.N. ha sostenido que


el amparo es un proceso excepcional, utilizable en las
delicadas y extremas situaciones en las que por carencia de
otras vías aptas peligra la salvaguardia de derechos
fundamentales” (Confr. este Juzgado, “Pinelli, María Rosa c.
A.F.I.P. s/ Acción de amparo”, expte. nº 33.507).
En este sentido cabe recordar que “... la vía más idónea
no es sólo vía más rápida sino que quiere decir más apta, más
hábil, más apropiada, de acuerdo a todas las circunstancias
que el caso presenta” (Suprema Corte de Justicia de Mendoza,
en pleno, 10/6/1997, “Consorcio Surballe Sadofschi v.
Provincia de Mendoza”, JA, 2000-I-síntesis).

De lo señalado resulta claro que el amparista -en las


particulares circunstancias del caso-, si bien tendría a su
alcance otras vías para transitar, habiendo acreditado la
particular naturaleza de su situación; no cabe duda que la
demora irrogaría un daño que torna en la más idónea a la vía
intentada, conforme a las consideraciones reseñadas ut supra,
a fin de mantener su normal servicio (Conf., este Juzgado in
re “Colegio Médico c. P.E.N. s/ Acción de amparo”, expte. n°
25.716).

En consecuencia, resultando prima facie admisible la


acción intentada (conf. art. 3 de la ley 16.986) y en función
de lo acordado por el art. 8 de la norma citada; emplácese a
la demandada para que dentro del plazo de ciento veinte
horas, produzca un informe circunstanciado relativo a los
antecedentes y motivaciones que rodean al caso, debiendo la
empresa mentada retro, dentro del plazo procesal fijado,
ofrecer la prueba de que intente valerse.
II.- La empresa accionada, tal como se desprende de las
facturas acompañadas por el actor, ha desconocido la vigencia
de al menos las dos resoluciones de la Secretaría de Comercio
Interior que se citan en el escrito de inicio.
Aunque no ha sido solicitado, estando a la previsión de
los arts. 34, 36, 89, 90 inc. 2, ss y cc del CPCCN; entiendo
necesaria la intervención del organismo público emisor de las
resoluciones cuyo desconocimiento ha motivado la
interposición de esta acción.
En consecuencia, el emplazamiento se hará extensivo a la
Secretaría de Comercio Interior de la Nación, quien deberá
presentar un informe circunstanciado relativo a los
antecedentes y motivaciones que rodean al caso, debiendo,
dentro del plazo de ciento cuarenta y cuatro horas –ampliado
en razón de la distancia-, ofrecer también la prueba de que
intente valerse.
III.- Que, adentrándome en el tratamiento de la medida
cautelar peticionada, cabe aquí recordar que su concesión no
exige el examen de la certeza sobre la existencia del derecho
pretendido sino sólo de su verosimilitud. En tal sentido, el
juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a
la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa que
atender a aquello que no excede el marco de lo hipotético,
dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos,
315:2956, 316:2855 y 2860, 317:243 y 581).
Por otro lado, cabe igualmente recordar que los
requisitos de procedencia del art. 230 del CPCCN, se hallan
de tal modo relacionados que a mayor verosimilitud del
derecho cabe no ser tan exigentes en la gravedad e inminencia
del daño, y viceversa, cuando existe el riesgo de un daño de
extrema gravedad e irreparable, el rigor acerca del fumus se
puede atenuar.
Que, sin embargo, todo ello no permite soslayar que la
viabilidad de las medidas cautelares se halla supeditada a
que se demuestre la verosimilitud del derecho invocado y el
peligro en la demora, habida cuenta que configuran un
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anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final


de la causa, lo que justifica una mayor prudencia en los
recaudos que hacen a su admisión.
La necesidad de esa mayor prudencia deriva asimismo –en
casos en que, a diferencia del presente la acción se dirige
en contra de actos de la administración-, de la presunción de
legitimidad y fuerza ejecutoria de que gozan los actos de los
poderes públicos, lo que hace forzoso una especial
consideración en la apreciación de los recaudos que exige la
ley procesal para la viabilidad de la medida en cuestión.
Resumiendo, la procedencia de medidas de la índole de la
requerida, queda subordinada a la estricta verificación de
dos extremos insoslayables, a saber: la verosimilitud del
derecho invocado y el peligro de un daño irreparable en la
demora, ambos previstos en el art. 230 del Código Procesal. A
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ello, cabe agregar que en las medidas cautelares relativas a


la actividad del poder administrativo, se agrega a los
requisitos propios de este instituto procesal, la ponderación
ineludible del interés público comprometido (conf. CSJN,
Fallos 307:2267; 310:1928 y 319:1069; L.L., 1996-D, 689).
Resultando un hecho público y notorio que en este medio
la provisión de televisión por cable resulta un mercado en el
cual los usuarios no tienen la posibilidad de elegir entre
diversos prestadores, el aumento del abono mensual efectuado
por la demandada sin respetar las medidas dispuestas en las
Resoluciones 20/2010 y 36/2011, implica vulnerar los derechos
que los consumidores y usuarios de dichos bienes y servicios
detentan, tales como el derecho a una información adecuada y
veraz, condiciones de trato equitativo y digno y sus
derivaciones (art. 42 y cc de la Constitución Nacional). Sin
perjuicio de ello cabe señalar que la circunstancia de tener
por acreditada la verosimilitud del derecho a los efectos
indicados no importa obviamente decidir sobre el fondo de la
cuestión, sino tan sólo apreciar provisionalmente el mérito y
la seriedad de la pretensión.(arts. 195 y cc del CPCCN).
Frente al cuadro descripto, se advierte que la medida
solicitada no supone la creación de un riesgo mayor para la
empresa prestataria del servicio, a la par que la adopción de
la misma dará lugar a que la decisión sobre el fondo del
asunto pueda ser tomada con el análisis de la totalidad de
los elementos probatorios que resulten necesarios. Esto
último impone, inevitablemente, posponer en el tiempo la
resolución, justificando así la orden cautelar que se
requiere.
Que, a mérito de lo expuesto,
Resuelvo:
1.- Resultando prima facie admisible la acción
intentada, conforme la previsión del art. 3° de la ley 16.986
y en función de lo normado por el art. 8° de la ley citada;
emplazar a Cablevisión S.A. y al Estado Nacional (Secretaría
de Comercio Interior del Ministerio de Economía y
Producción), para que dentro del plazo respectivo de ciento
veinte horas y ciento cuarenta y cuatro horas de notificados
produzcan un informe circunstanciado relativo a los
antecedentes y fundamentos del reclamo de la actora,
debiendo, dentro del plazo fijado, ofrecer la prueba de que
intenten valerse.
2.- Hacer lugar a la medida cautelar solicitada,
ordenando a Cablevisión S.A. refacturar el servicio prestado
al actor, sujetándose a las prescripciones de las
Resoluciones 50/2010 y 36/2011; esto es, percibir en concepto
de abono básico la suma de pesos ciento nueve ($ 109,00);
reintegrar al actor los montos percibidos de más por tal
concepto en la forma ordenada en la última de las
resoluciones indicadas y abstenerse de interrumpir o
modificar el servicio hasta tanto se resuelva la cuestión
suscitada -en tanto y en cuanto el peticionante abone el
importe de pesos ciento nueve ($109) no cuestionado-; previa
caución juratoria que deberá prestar el accionante por
Secretaría, que opera como adecuada contracautela. Todo ello,
bajo apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia
previsto y reprimido por la norma del art. 239 del Código
Penal de la nación y de imponer sanciones conminatoria (arts.
666 bis del Código Civil; 37, 195, ss y cc del CPCCN).
3.- Regístrese, notifíquese a la demandada y al
organismo público mediante oficio de estilo y sigan los autos
según su estado.

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