AUTOS Y VISTOS: Las presentes actuaciones caratuladas
“Traverso, Gustavo T. c. Cablevisión S.A. s/ Acción de Amparo” (expte. nº 37.410), venidos a despacho para resolver acerca de la admisibilidad de la vía procesal elegida y la medida cautelar innovativa peticionada, de los que Resulta: 1.-Que el actor promueve demanda contra Cablevisión S.A., a fin que se haga cumplir con las Resoluciones n° 50/2010 y n° 36/2011 dictadas por la Secretaría de Comercio Interior, dependiente del Ministerio de Economía y Producción de la Nación. Señala que es consumidor del servicio de televisión por cable paga, prestado por la firma Cablevisión S.A., por el USO OFICIAL
cual se encuentra abonando mensualmente la suma pesos ciento
cuarenta y tres ($ 143) desde el mes de febrero del año en curso, habiendo abonado en enero la suma de pesos ciento veintidos con sesenta centavos ($ 122,60). Indica que el contrato celebrado con la empresa demandada tiene carácter de contrato de adhesión lo que dificulta el reclamo ante incumplimientos y abusos por parte de la prestadora del servicio. Manifiesta que a través de la Resolución 50/2010 de la Secretaría de Comercio Interior se estableció que las operaciones de comercialización del servicio de televisión, debían efectuarse de acuerdo a las pautas fijadas en dicha Resolución, determinando el monto que debía pagarse mensualmente. Relata que a través de la Resolución 36/2011, la Secretaría de Comercio Interior, dejó asentado que la firma mencionada no había dado cumplimiento con lo ordenado en la Resolución primeramente citada, hecho que motivó la imposición de una multa a la empresa. Asimismo, ante el incumplimiento de la prestadora, y no habiendo brindado la información requerida, se procedió a obtener los datos necesarios exigidos por la Resolución 50/2010, de lo que surgió que la empresa Cablevisión SA debía prestar el servicio básico a los usuarios, durante los meses de enero hasta abril de 2011, percibiendo un abono mensual de pesos ciento nueve ($ 109), el que debía mantenerse sin variaciones, al igual que el precio de los beneficios promocionales, bonificaciones existentes y descuentos. Estableció además que toda suma que percibió la firma en concepto de abono básico mensual por sobre el precio fijado en la Resolución en cuestión, debía ser restituida al usuario en tres cuotas iguales y consecutivas a partir de la factura del mes de abril del corriente. Además solicita como medida cautelar la inmediata aplicación de las pautas tarifarias contenidas en la mencionadas resoluciones, como así también se intime a la demandada a no dejar de prestar el servicio de televisión por cable ante el pago de la suma de pesos cientos nueve ($ 109), absteniéndose de producir variaciones en cuanto a la calidad e integridad del servicio, y Considerando: I.- Yendo así a la cuestión que nos ocupa, corresponde expedirse respecto de la admisibilidad y procedencia del amparo constitucional. Cuadra señalar que especialmente a partir de la reforma del año 1994, es garantía constitucional, y es por ello que toda hermenéutica ha de tener como norte el sentido protector de dicha garantía, a través de una interpretación provisoria que deberá asignar al amparo el más alto alcance posible (Rivas, Adolfo “El amparo e intervención de terceros”, JA, 24/12/97). En tal medida el alcance debe ser el mayor posible, ya que “la existencia de cauces ordinarios para discutir una cuestión, no conduce, de por sí, al rechazo de la acción de amparo pues, según el art. 43 de la Constitución Nacional, tales procesos deben resultar más idóneos que esta acción” (CNFed. Contencioso Administrativo, sala IV, 23/06/98 “Youssefian”, LL, 1998-D- 712). Para decidir acerca de la admisibilidad de la acción impetrada, la cuestión radica en determinar no sólo la arbitrariedad e ilegalidad manifiesta del acto, sino también si de acuerdo a la naturaleza del caso, utilizar los remedios ordinarios, llevarían a un daño grave o irreparable; provocando la comprobación de que no existe otro medio judicial mas idóneo que el amparo para llegar a la protección del derecho o garantía constitucional invocados en la pretensión inicial. Poder Judicial de la Nación
Al respecto, y como lo he manifestado con anterioridad
en casos similares, la ley 16.986 no ha sido derogada expresamente por la reforma de 1994 y, en tanto no se oponga a la letra y espíritu de aquella, subsiste la vigencia de los recaudos de admisibilidad de la acción de amparo establecidos por ésta (confr. CNacContAdmFed., sala 1ª, 05/03/1998, “Asociación Benghalensis y otros v. Estado Nacional s/ amparo ley 16.986”; sala II, in re "Soñez", del 22/12/94; “Ositiansky", del 26/10/95; "Toscano" y "Ruiz de Arechavaleta", ambas del 22/12/95; "Aydin" del 22/5/96; "Asociación Bancaria", del 11/10/96, Corte Suprema de Justicia de la Nación in re "Servotrón", del 10/12/96). Ello, atento a que “… constituye presupuesto inexcusable para la viabilidad de la acción de amparo la inexistencia de otras vías legales idóneas para la protección del derecho que USO OFICIAL
se dice afectado, toda vez que la C.S.J.N. ha sostenido que
el amparo es un proceso excepcional, utilizable en las delicadas y extremas situaciones en las que por carencia de otras vías aptas peligra la salvaguardia de derechos fundamentales” (Confr. este Juzgado, “Pinelli, María Rosa c. A.F.I.P. s/ Acción de amparo”, expte. nº 33.507). En este sentido cabe recordar que “... la vía más idónea no es sólo vía más rápida sino que quiere decir más apta, más hábil, más apropiada, de acuerdo a todas las circunstancias que el caso presenta” (Suprema Corte de Justicia de Mendoza, en pleno, 10/6/1997, “Consorcio Surballe Sadofschi v. Provincia de Mendoza”, JA, 2000-I-síntesis).
De lo señalado resulta claro que el amparista -en las
particulares circunstancias del caso-, si bien tendría a su alcance otras vías para transitar, habiendo acreditado la particular naturaleza de su situación; no cabe duda que la demora irrogaría un daño que torna en la más idónea a la vía intentada, conforme a las consideraciones reseñadas ut supra, a fin de mantener su normal servicio (Conf., este Juzgado in re “Colegio Médico c. P.E.N. s/ Acción de amparo”, expte. n° 25.716).
En consecuencia, resultando prima facie admisible la
acción intentada (conf. art. 3 de la ley 16.986) y en función de lo acordado por el art. 8 de la norma citada; emplácese a la demandada para que dentro del plazo de ciento veinte horas, produzca un informe circunstanciado relativo a los antecedentes y motivaciones que rodean al caso, debiendo la empresa mentada retro, dentro del plazo procesal fijado, ofrecer la prueba de que intente valerse. II.- La empresa accionada, tal como se desprende de las facturas acompañadas por el actor, ha desconocido la vigencia de al menos las dos resoluciones de la Secretaría de Comercio Interior que se citan en el escrito de inicio. Aunque no ha sido solicitado, estando a la previsión de los arts. 34, 36, 89, 90 inc. 2, ss y cc del CPCCN; entiendo necesaria la intervención del organismo público emisor de las resoluciones cuyo desconocimiento ha motivado la interposición de esta acción. En consecuencia, el emplazamiento se hará extensivo a la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, quien deberá presentar un informe circunstanciado relativo a los antecedentes y motivaciones que rodean al caso, debiendo, dentro del plazo de ciento cuarenta y cuatro horas –ampliado en razón de la distancia-, ofrecer también la prueba de que intente valerse. III.- Que, adentrándome en el tratamiento de la medida cautelar peticionada, cabe aquí recordar que su concesión no exige el examen de la certeza sobre la existencia del derecho pretendido sino sólo de su verosimilitud. En tal sentido, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa que atender a aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos, 315:2956, 316:2855 y 2860, 317:243 y 581). Por otro lado, cabe igualmente recordar que los requisitos de procedencia del art. 230 del CPCCN, se hallan de tal modo relacionados que a mayor verosimilitud del derecho cabe no ser tan exigentes en la gravedad e inminencia del daño, y viceversa, cuando existe el riesgo de un daño de extrema gravedad e irreparable, el rigor acerca del fumus se puede atenuar. Que, sin embargo, todo ello no permite soslayar que la viabilidad de las medidas cautelares se halla supeditada a que se demuestre la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora, habida cuenta que configuran un Poder Judicial de la Nación
anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final
de la causa, lo que justifica una mayor prudencia en los recaudos que hacen a su admisión. La necesidad de esa mayor prudencia deriva asimismo –en casos en que, a diferencia del presente la acción se dirige en contra de actos de la administración-, de la presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria de que gozan los actos de los poderes públicos, lo que hace forzoso una especial consideración en la apreciación de los recaudos que exige la ley procesal para la viabilidad de la medida en cuestión. Resumiendo, la procedencia de medidas de la índole de la requerida, queda subordinada a la estricta verificación de dos extremos insoslayables, a saber: la verosimilitud del derecho invocado y el peligro de un daño irreparable en la demora, ambos previstos en el art. 230 del Código Procesal. A USO OFICIAL
ello, cabe agregar que en las medidas cautelares relativas a
la actividad del poder administrativo, se agrega a los requisitos propios de este instituto procesal, la ponderación ineludible del interés público comprometido (conf. CSJN, Fallos 307:2267; 310:1928 y 319:1069; L.L., 1996-D, 689). Resultando un hecho público y notorio que en este medio la provisión de televisión por cable resulta un mercado en el cual los usuarios no tienen la posibilidad de elegir entre diversos prestadores, el aumento del abono mensual efectuado por la demandada sin respetar las medidas dispuestas en las Resoluciones 20/2010 y 36/2011, implica vulnerar los derechos que los consumidores y usuarios de dichos bienes y servicios detentan, tales como el derecho a una información adecuada y veraz, condiciones de trato equitativo y digno y sus derivaciones (art. 42 y cc de la Constitución Nacional). Sin perjuicio de ello cabe señalar que la circunstancia de tener por acreditada la verosimilitud del derecho a los efectos indicados no importa obviamente decidir sobre el fondo de la cuestión, sino tan sólo apreciar provisionalmente el mérito y la seriedad de la pretensión.(arts. 195 y cc del CPCCN). Frente al cuadro descripto, se advierte que la medida solicitada no supone la creación de un riesgo mayor para la empresa prestataria del servicio, a la par que la adopción de la misma dará lugar a que la decisión sobre el fondo del asunto pueda ser tomada con el análisis de la totalidad de los elementos probatorios que resulten necesarios. Esto último impone, inevitablemente, posponer en el tiempo la resolución, justificando así la orden cautelar que se requiere. Que, a mérito de lo expuesto, Resuelvo: 1.- Resultando prima facie admisible la acción intentada, conforme la previsión del art. 3° de la ley 16.986 y en función de lo normado por el art. 8° de la ley citada; emplazar a Cablevisión S.A. y al Estado Nacional (Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Economía y Producción), para que dentro del plazo respectivo de ciento veinte horas y ciento cuarenta y cuatro horas de notificados produzcan un informe circunstanciado relativo a los antecedentes y fundamentos del reclamo de la actora, debiendo, dentro del plazo fijado, ofrecer la prueba de que intenten valerse. 2.- Hacer lugar a la medida cautelar solicitada, ordenando a Cablevisión S.A. refacturar el servicio prestado al actor, sujetándose a las prescripciones de las Resoluciones 50/2010 y 36/2011; esto es, percibir en concepto de abono básico la suma de pesos ciento nueve ($ 109,00); reintegrar al actor los montos percibidos de más por tal concepto en la forma ordenada en la última de las resoluciones indicadas y abstenerse de interrumpir o modificar el servicio hasta tanto se resuelva la cuestión suscitada -en tanto y en cuanto el peticionante abone el importe de pesos ciento nueve ($109) no cuestionado-; previa caución juratoria que deberá prestar el accionante por Secretaría, que opera como adecuada contracautela. Todo ello, bajo apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia previsto y reprimido por la norma del art. 239 del Código Penal de la nación y de imponer sanciones conminatoria (arts. 666 bis del Código Civil; 37, 195, ss y cc del CPCCN). 3.- Regístrese, notifíquese a la demandada y al organismo público mediante oficio de estilo y sigan los autos según su estado.