SAN MARTIN, José de.(1778 – 1850).

Prócer latinoamericano, nacido el 25 febrero de 1778 de en la casa

de gobierno de Yapeyú, actual provincia de Corrientes Argentina, hijo del
Coronel Juan de San Martín y de Doña Gregoria, Matorras, ambos de
origen español. Su padre, Juan de San Martín, se encontraba en dicho lugar
al mando para pacificar y gobernar esos territorios.

En 1785, se dirige a España, junto con su familia, ingresando en

1786, en el regimiento de Murcia como cadete. Habiendo finalizado sus
estudios elementales, en el seminario de noble de Madrid.

Su primera campaña militar, la llevo a cabo en Melila, para 1791,

paso a Oran (África). Para 1793, se incorporo al ejercito de Aragón,
pasando luego a las ordenes del general Ricardos, en el de Rosellon.
Habiendo luchado en numerosas ocasiones contra las tropas de la
Revolución Francesa.

En 1979, embarcado en la fragata Santa Bárbara, formo parte en la

guerra contra Inglaterra, rindiéndose el 15 de agosto de 1802, luego de una
heroica resistencia. También participó en las campañas sobre Portugal
(1801), en las de Gibraltar y Ceuta (1802), pasando en luego a la guarnición
de Cádiz en grado de Capitán del Regimiento Casa Mayor.

Habiendo invadido la península, las tropas napoleónicas, se

incorporo con su regimiento al ejercito andaluz, que se encontraba bajo la
dirección del general Castaños. Su accionar en las batallas de Arjonilla y
Bailen.

En enero de 1810, es designado ayudante del Marques de Coupigni.

Luego de la participación en las fuerzas hispano-lusitanoinglesas, en la
batalla de Albeura, contra los franceses.

Para ese entonces ya se encontraba en contacto con el nuevo

espíritu surgido en América, habiéndose unido a la “Sociedad Lautaro”, cuyo
fin era luchar por la emancipación americana. El 14 de septiembre de 1811,
se embarca de manera clandestina, y se dirige a Londres, Inglaterra para
incorporarse en la “Gran Reunión Americana”, presidida por Francisco de
Miranda.

En enero de 1812, se embarca en la fragata “George Cánning”, junto

con otros jóvenes, como Alvear, Zapiola, entre otros. El 9 de Marzo de
1812, llega a Buenos Aires y se coloca bajo el mando del gobierno
revolucionario. Por iniciativa propia crea el Regimiento de Granaderos a
Caballo, con el fin de combatir a favor de la independencia.

El 16 de marzo de 1812 es reconocido, Teniente Coronel del

Regimiento de Granaderos a Caballo. El 14 de febrero de 1813, es enviado
con su regimiento a Santa Fe, para vigilar ante un potencial desembarco de

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los españoles; y es en el Convento de San Lorenzo a las márgenes del
Paraná, donde el 3 de febrero, tiene su primer batalla al mando de los
Granaderos a Caballo, de la cual sale victorioso.

Es elevado al rango de Coronel Mayor, y puesto al mando del ejercito

del Alto Perú, desplegado en Jujuy. Al encontrar impracticable la posibilidad
de llegar a Lima por el Alto Perú, decide dejar la defensa de esa zona en
mano de gauchos locales y dar a la conformación de un ejercito que se
dirigiría a Chile por medio de la Cordillera de los Andes y desde allí
continuaría a Lima.

El 10 de agosto de 1814, es designado gobernador de la provincia de

Cuyo, provincia que se encontraba en un mal pasar económico, no contaba
con soldados bajo su mando. Aun ante esta situación, fue inmediata su
iniciativa por organizar el cuerpo militar para cruzar los Andes, instalando el
mismo en Plumerillo. Obtuvo para este las colaboraciones de Godoy Cruz y
Luzuriaga, y en los gobernadores de San Luis y San Juan.

Desde Mendoza, influyo en la declaración de la Independencia, el 9

de julio de 1816 en Tucumán. Obteniendo para su idea antes mencionada,
el apoyo del nuevo Director Supremo, Pueyrredón.

A comienzos del 1817, el ejercito de los andes, partió la división de

“Las Heras”, por el paso de Uspallata. Las otras tropas y unidades al mando
de O’Higgins por el paso de “Los Patos”, y otras por pasos menores al
norte y sur. Se llevo a cabo de esta manera para dispersar a las tropas
Realistas.

Tras la Victoria en Chacabuco el 12 de febrero 1817, pudo ingresar a

Santiago, tomando prisionero al capitán general Marco del Pont. Tomada
posición allí se enviaron cuerpos patriotas al sur de Chile, bajo el mando de
Las Heras.

San Martín es nombrado Brigadier General de los ejércitos de la

Patria, el 26 de febrero de 1817. Se dedico luego a organizar la expedición
al Perú. Las tropas Realistas se reorganizaron y obtuvieron refuerzos
haciéndose con la victoria sorpresa en Cancha Rayada, 19 y 20 de Marzo.
Mas después San Martín se hizo con las victorias de Maipú, quedando
asegurada la independencia Chilena.

El 17 de Mayo se dirige a Buenos Aires para ser recibido por la Sala

Legislativa, donde obtuvo ayuda para la campaña del Perú, las cuales
quedaron solo en promesas, las que lo llevaron a presentar su renuncia al
mando del Ejercito de los Andes, el 4 de septiembre de 1818. La dramática
situación, lleva a que le ordenen cruzar los Andes con sus tropas, para
hacer regresar tropas apostadas del lado chileno.

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 Para este entonces inicia su expedición a Perú, partiendo del puerto
de Valparaíso, 14 embarcaciones, el día 20 de agosto de 1820. El 8 de
septiembre desembarcaron en Paracas.

Su obrar en Perú fue de índole militar y político, replegando y

dispersando a las fuerzas realistas. El 26 de septiembre de 1820, firma con
el Virrey Pezuela, el “Armistico de Miraflores”. Logra el reconocimiento por
parte del Virrey, del principio de independencia peruano. El 10 de julio de
1821, hace su ingreso glorioso a Lima, declarándose la independencia de
aquel país el 28 del mismo mes.

A fin de asegurar de modo definitivo la independencia, coordina

esfuerzos con Simón Bolívar, encontrándose en Guayaquil, el 26 de julio de
1822. Este encuentro no dio el resultado esperado por San Martín, y el 20
de septiembre devuelve el bastón de mando con el que había sido honrado.
Al día siguiente se embarca de regreso a Chile.

Regresa a Mendoza y se radica allí hasta que es recibida la noticia

del fallecimiento de su esposa en Buenos Aires. Es allí cuando decide
regresar a Europa, y se embarca el 10 de febrero de 1824. Fija residencia
en Bruselas.

En 1828 regresa al Rió de la Plata, radicándose en Montevideo

desde el 5 de febrero al 20 de Abril. Regresa a Europa estableciéndose
primero en Grand Bourg, y luego en Boulone sur Mer(Francia), donde
moriría dos años después el 17 de agosto de 1850. Su testamento decía:

París, 23 de enero de 1844

En el nombre de Dios todo Poderoso a quien conozco como Hacedor del Universo:
Digo yo José de San Martín, Generalísimo de la República del Perú, y Fundador de
su libertad, Capitán General de la de Chile, y Brigadier General de la confederación
Argentina, qe. visto el mal estado de mi salud, declaro por el presente Testamento lo
siguiente:

Primero. Dejo pr. Mi absoluta Heredera de mis bienes, havidos y por haver a
mi única Hija Mercedes de San Martín actualmente casada con Mariano Balcarce.

2º- Es mi expresa boluntad el que mi Hija suministre a mi Hermana María

Elena, una Pensión de Mil - frans. anuales, y a su fallecimiento, se continue
pagando a su hija Petronila, una de 250 hasta su muerte, sin qe. pa. asegurar este
don qe. hago a mi hermana y Sobrina, sea necesarias otra Hipoteca qe. la confianza
qe. me asiste de qe. mi hija y sus herederos cumplirán religiosamente ésta mi
boluntad.

3º - El Sable que me a acompañado en toda la Guerra de la Independencia

de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina don
Juan Manuel de Rosas, como una prueba de satisfacción, qe. como Argentino he
tenido al ver la firmeza con qe. ha sostenido el honor de la República contra las
injustas pretensiones de los Extranjeros qe. tratan de Umillarla.

4º - Proibo el que se me haga ningún género de Funeral, y desde el lugar en

qe falleciere se me conducirá directamente, al Cementerio sin ningún acompañamto,

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 pero si desearía, el que mi Corazón fuese depositado en el de Buenos Ayres.

5º -Declaro no deber ni haver jamás debido nada, a nadie.

6º -Haun qe. es verdad qe. todos mis Anelos no han tenido otro objeto qe. el
bien de mi Hija amada, debo confesar, que la honrada conducta de esta, y el
constante cariño y esmero qe. siempre me ha manifestado, han recompensado con
Usura, todos mis esmeros haciendo mi bejez feliz. Yo la ruego continúe con el
mismo cuidado y contracción la educación de sus Hijas (a las qe. abrazo con todo
mi Corazón) si es qe. a su vez quiere tener la misma feliz suerte qe. yo he tenido;
igual encargo hago a su Esposo, cuya honrrades, y hombía de bien no ha
desmentido la opinión qe. havía formado de él, lo qe. me garantiza continuará
haciendo la felicidad de mi Hija y Nietas.

7º - Todo otro Testamento o Disposición anterior al Presente queda Nulo y

sin ningún balor. Hecho en París a Veynte y tres de Enero del año de mil
ochocientos quarenta y quatro, y escrito todo el de mi puño y letra.

José de San Martín

Artículo Adicional: Es mi boluntad el qe. el Estandarte que el Bravo Español

Dn. Francisco Pizarro tremoló en la Conquista de Perú sea debuelto a esta
República (a pesar de ser propiedad mía) siempre que sus Goviernos hallan
realizado las Recompensas y honores con qe. me honró su primer Congreso.

José de San Martín

Mas acerca del Libertador.

El cruce de los Andes.

Luego de la Revolución de mayo de 1810, en proceso de la guerra de

la independencia, debido a la imposibilidad del Ejército del Norte, de abrirse
paso hasta el Perú atravesando el territorio del Alto Perú, San Martín ha de
conformar un segundo ejército, que atravesara los Andes hacia Chile y de
Allí a Perú.

Para llevar a cabo esto, solicitó el cargo de gobernador de Cuyo,

desde donde se propuso organizar sus tropas. Llegó a Mendoza el 7 de
septiembre de 1814. San Martín recibió e incorporó a su ejército a los
veteranos chilenos liderados por O'Higgins, que habían huido del territorio
chileno.

Así fue que se dedico entre 1815 y 1816 a formar el ejército, y a

prepararlo para el cruce de la Cordillera de los Andes.

A mediados de 1816, se instaló en El Plumerillo. La actividad de San

Martín incluyó una Guerra de Zapa. La mayoría del ejército cruzó por los
pasos de Uspallata y Los Patos, debiendo atravesar más de 550 km de
cordillera.

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 El Ejército de los Andes estaba compuesto de las pequeñas milicias a
la que se sumó una gran cantidad de voluntarios. Siendo en total unos
5.423 hombres.

Para el cruce llevaron caballos y mulas, llevaron 22 cañones, 1.129

sables, 5.000 fusiles de bayoneta y pistolones. La base de la alimentación
del ejército era un plato regional llamado valdiviano. El abrigo consistía en
ponchos, frazadas y mantas de bayeta.

El 19 de enero de 1817 se inició el cruce de la cordillera de los

Andes, por los pasos de Los Patos y Uspallata, ya que el plan era dividir las
tropas en dos columnas (principal y secundaria) y cuatro destacamentos. El
mismo duró 21 días.

La columna principal conformada por tres subcolumnas, avanzó por

el paso de Los Patos. La columna secundaria, avanzó por la ruta de
Uspallata.

Influencia en la Independencia chilena y peruana.

Tras la victoria del Ejercito de los Andes en chacabuco, el 18 de

febrero se reúne un Cabildo Abierto que lo propone como Director Supremo,
pero rechaza el ofrecimiento. Dos días después el cabildo nombra
finalmente a O’Higgins como director supremo, designación que San Martín
avaló.

San Martín viajó a Buenos Aires, a pedir más colaboración a

Pueyrredón. Al regresar ordenó a sus hombres replegarse hacia el norte. Es
entonces cuando se produce el 19 de marzo de 1818 la sorpresa de Cancha
Rayada, donde el ejército fue derrotado cuando realizaba una maniobra
nocturna para evitar un inminente ataque.

San Martín no se da por vencido, y se alista para luchar nuevamente.

El 5 de abril se desarrolla la Batalla de Maipú. Con estas obtenida en forma
definitiva la victoria sobre las tropas realistas asegurando finalmente la
independencia de Chile.

Por su parte la independencia de Perú, así como la chilena se

conformo firmemente gracias a diversas campañas militares.

El 8 de septiembre, el ejército desembarca en Paracas. Mas sigue

con la flota y en los primeros días de noviembre desembarca en la localidad
de Huacho.

El 29 de enero de 1821 el virrey Pezuela, es derrocado y sustituido

por el general José de La Serna, quien propone a San Martín nuevas
negociaciones diplomáticas.

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 San Martín deja Huacho y desembarca en Ancón, estrechando el
cerco a Lima. A la vez, inicia negociaciones de paz, que fracasan
nuevamente. El alzamiento del regimiento realista Numancia, a favor de la
independencia, le abre las puertas de Lima, obligando a La Serna a
abandonar la ciudad el 5 de julio, internándose en la sierra.

Ocupada Lima, reúne al Cabildo Abierto el 15 de julio. El día 28 es

declarada la independencia, es nombrado Protector del Perú con autoridad
civil y militar. Gobierna el Perú desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de
septiembre de 1822.

Durante su protectorado recibe una carta del general Antonio José de

Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, para la campaña en Ecuador en el
que reclama al batallón Numancia, San Martín se niega a perder la
excelente unidad. Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realiza la
Entrevista de Guayaquil, donde se reúne con Bolívar, teniendo como tema
principal la liberación del Perú, principal baluarte realista en Sudamérica,
cediendo a éste la iniciativa y conducción de la campaña libertadora.

Su legado.

Legado Ético-Moral.

Entre sus aportes cabe nombrar las máximas que dejara a su

hija Mercedes.

1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que

nos perjudican.
2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

Legado Religioso.

Otro legado es su fe religiosa, él, mantuvo incontaminada en la

guerra y en la paz a la fe.

Es el quien incluye en el quehacer cotidiano y semanal del regimiento

las prácticas del buen cristiano, se rezaba por la mañana y el rosario todas
las noches. El domingo o día festivo el regimiento, se asistía al santo oficio
de la misa.

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 El 12 de septiembre de 1812, San Martín contrajo enlace con María
de los Remedios de Escalada. El día 19 del mismo mes, los cónyuges
recibieron las bendiciones solemnes en la misa de velaciones, en que
comulgaron, según consta en la partida matrimonial conservada en el
archivo de La Merced.

En ejercito de los andes también introdujo las prácticas religiosas.

Días antes de iniciar el cruce de los Andes, proclama a la Virgen del
Carmen patrona del ejército y proceder, en ese acto, al juramento a la
bandera.

El 12 de febrero de 1818, se proclama la independencia de Chile, con

Tedeum y misa. Un mes después, el 14 de marzo, se realiza en la catedral
capitalina una ceremonia religiosa de consagración a la Virgen, la
sacratísima reina de los cielos María Santísima del Carmen.

La batalla de Maipú, ganada el 5 de abril de 1818, decidió el sitio

exacto para construir la capilla prometida, a Nuestra Señora del Carmen.

El 9 y 10 de julio de 1821, entraba el ejército en Lima y el 28 se

juraba la independencia del Perú. Al día siguiente hubo Tedeum en la
catedral y pontificó el arzobispo. San Martín promulgó el Estatuto
Provisional del 8 de octubre de ese año, para regular los actos de su
gobierno, con este primer artículo: “La religión católica, apostólica, romana
es la religión del Estado. El gobierno reconoce como uno de sus primeros
deberes el mantenerla y conservarla por todos los medios que estén al
alcance de la prudencia humana. Cualquiera que ataque en público o en
privado sus dogmas y principios, será castigado con severidad a proporción
del escándalo que hubiere dado".

El 22 de agosto de 1822, ordenaba que hubiese en la catedral unas

grandes vísperas en honor a la patrona Santa Rosa, y el día 30, una
solemne misa y procesión. El 20 de septiembre debía reunirse el Congreso
para recibir las insignias del mando supremo, previa celebración en la
catedral.

Legado Político.

San Martín, no era un político, ni pretendió nunca serlo. Como

hombre de acción con propósitos fijos, con vistas claras y con voluntad
deliberada, sin dejar de tener presente un ideal más lejano, que era por
entonces la libertad en la república.

Observo que la revolución estaba tan mal organizada militarmente y

políticamente, careciendo de plan, de medios de acción y de propósitos
formulados. Así es que, se expresaba sobre aquel punto, “Hasta hoy las
Provincias Unidas han combatido por una causa que nadie conoce, sin
bandera y sin principio declarados que expliquen el origen y tendencias de
la insurrección: preciso es que nos llamemos independientes para que nos

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conozcan y respeten.” Consideraba imprudente, aferrarse a las
fluctuaciones populares, deliberaciones que decidieran los destinos, del país
y también de América.

Sin sospechar las fuerzas que la revolución poseía en su seno,

concebía la necesidad de organizar partidos militantes y fuerzas políticas
para conformar una unidad y dirección a la revolución. Nuclear las
voluntades, organizar metódicamente las fuerzas políticas, bajo un
mecanismo y dirección inteligente y superior, tal fue el plan que San Martín
ideo y llevó a la practica utilizando la organización de una institución
secreta, asistido por Alvear, encargado de la parte más activa.