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QUEJOSO: CARLOS VARGAS

MEJIA.

SE PROMUEVE JUICIO DE
AMPARO DIRECTO.

H. TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL


DEL PRIMER CIRCUITO EN TURNO.

CARLOS VARGAS MEJIA, promoviendo por mi propio derecho y con


la personalidad que me ha sido debidamente reconocida por la autoridad
responsable en el juicio de autos, señalando como domicilio para recibir
notificaciones el ubicado en la casa marcada con el número 325-B de la calle de
Popocatepetl, colonia Santa Cruz Atoyac, Delegación Benito Juárez, C.P. 03310
de esta Ciudad Capital y autorizando en términos del segundo párrafo, primera
parte del artículo 27 de la Ley de Amparo a los señores Licenciados en Derecho:
GUILLERMO CABRAL OLAIZ, ENRIQUE SEPÚLVEDA BARRERA, EFRAÍN
PELAYO MARTÍNEZ, y JAIME EDUARDO OLAIZ Y PÉREZ, ante Ustedes como
mejor proceda, respetuosamente digo:

Con fundamento en los artículos 103 y 107 de la Constitución


General de la República, invocando este último por cuanto hace a la garantía de la
suplencia de la queja; en intima relación con lo dispuesto por los artículos 1º, 2º,
5º, 9º, 13, 24, 116, 158, 159, 163, 165, 166, 167, 174, 179 demás aplicables
relativos de la Ley de Amparo, vengo en tiempo y forma a interponer Juicio de
Amparo Directo en contra de actos dictados por la autoridad que más adelante me
referiré, señalándolo como responsables al dictar la sentencia relativa al Toca de
apelación número 957/2007 de fecha dieciséis de mayo de dos mil siete, mismo
que me causa agravios derivados de violaciones constitucionales, señalando al
efecto los requisitos correspondientes que señala el artículo 166 de la Ley de
Amparo:

A efecto de dar cumplimiento a lo estipulado por el artículo 166 de la


Ley de Amparo en vigor, expreso lo siguiente:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO.- CARLOS VARGAS


MEJIA, con domicilio el señalado en el proemio de la presente demanda.

II.- AUTORIDADES RESPONSABLES.-


2

Los Magistrados que integran la Séptima Sala Civil del tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal.

III.- ACTOS RECLAMADOS.-

La sentencia dictada el día dieciséis de mayo del año dos mil siete,
dentro del Toca de apelación número 957/2007, derivado del juicio ejecutivo
mercantil número 135/2005, seguido por el suscrito ante el C. Juez trigésimo
Quinto de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal .

IV.- TERCEROS PERJUDICADOS.-


El C. LUIS CARLOS MORALES OLMEDO y la C. MARINA OLMEDO
FIGUEROA, ambos con domicilio señalado dentro del juicio ejecutivo mercantil
número 135/2005, seguido por el suscrito ante el C. Juez trigésimo Quinto de lo
Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal

V.- PRECEPTOS CONSTITUCIONALES VIOLADOS.-

Se vulneran en perjuicio de mi mandante, los artículos 14, 16 y 17 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

VI.- LEYES APLICADAS INEXACTAMENTE.-

El Código de Comercio, el Código Federal de Procedimientos Civiles.

Finalmente y bajo protesta de decir verdad, hago del conocimiento de


ese H. Tribunal que mi mandante tuvo conocimiento del acto reclamado el día
dieciocho de mayo de dos mil siete; toda vez que se publicó en el Boletín judicial
número 93, surtiendo sus efectos el veintiuno del mismo mes y año.

Expresado lo anterior y también bajo protesta de decir verdad, me


permito relatar los siguientes antecedentes, para un mejor entendimiento de los
actos que se reclaman:

ANTECEDENTES

1.- Por escrito presentado en la Oficialía de Partes Común del Tribunal


Superior del Distrito Federal, demandé al C. LUIS CARLOS MORALES OLMEDO
YOTRO, un juicio ejecutivo mercantil, asunto que por cuestión de turno, tocó
conocer al C. Juez Trigésimo Quinto de lo Civil del Distrito Federal los Tribunales;
por tal motivo, el juez del conocimiento dictó auto de requerimiento de pago en
contra de los demandados, y en caso de no efectuar el pago se les embargaran
3

bienes suficientes de su propiedad, para garantizar el monto del crédito


consignado en el ttulo de crédito que sirvió como base de la acción intentada.

2.- Como consecuencia de lo anterior, se requirió a los demandados el


pago del crédito reclamado, en tal diligencia, los demandados reconocieron el
adeudo, sin efectuar el pago; motivo por el cual, se trabó formalmente embargo,
respecto del inmueble ubicado en la calle de Sol de mayo, número siete de la
Unidad independencia, Colonia San Jerónimo Lídice, delegación Magdalena
Contreras.

3.- Durante el procedimiento de origen, compareció a juicio la C.


MARINA OLMEDO FIGUEROA, quien interpuso una Tercería Excluyente de
Dominio, respecto del cincuenta por ciento de los derechos de propiedad que
supuestamente le corresponden del inmueble antes descrito; para tal efecto
acompañó a su escrito copia certificada del acta de matrimonio civil que contrajo
con el codemandado Luís Roberto Morales Alvarado, así como la escritura pública
número 1,204 de veintinueve de abril de mil novecientos setenta y uno tirada ante
la fe del notario público 151 del Distrito Federal.

4.- Seguido el juicio por todas su fases procedimentales, el juez de


origen emitió una sentencia definitiva en fecha veintiocho de febrero de dos mil
siete, misma que medularmente y en sus puntos resolutivos primero y segundo, se
resolvió los siguiente:

“…Primero.- Ha sido procedente la tercería excluyente de dominio


interpuesta por MARINA OLMEDO FIGUEROA, respecto del
cincuenta por ciento de los derechos de propiedad que le
corresponden del inmueble ubicado en la calle de Sol de mayo,
número siete de la Unidad independencia, Colonia San Jerónimo
Lídice, delegación Magdalena Contreras y que se encuentra
inscrito en el registro Público de la Propiedad y del Comercio en el
folio real 00596317 (cero, cero, cinco, nueve, seis, tres, uno, siete)
resultando infundada la oposición hecha por el actor en el
principal.- SEGUNDO.- En consecuencia, se levanta el embargo
trabado sobre el inmueble mencionado, únicamente en el
cincuenta por ciento de los derechos de propiedad que el
corresponden a la tercerista. Tercero.- notifíquese…”

5.- Inconforme con lo anterior, el suscrito interpuso recurso de apelación


en contra de la sentencia definitiva en fecha veintiocho de febrero de dos mil
siete, mismo que fue admitido en ambos efectos, por lo que por cuestión de turno
correspondió conocer a la autoridad responsable y se formó el toca numero
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957/2007; mismo donde se dictó la sentencia que hoy se combate, declarando


infundados e inoperantes los agravios expresados por el suscrito, en
consecuencia confirmó la sentencia definitiva de fecha veintiocho de febrero de
dos mil siete dictada por el C. Juez Trigésimo Quinto de lo Civil del Distrito
Federal, la cual me fue notificada en fecha dieciocho de mayo de dos mil siete.

El acto de la autoridad antes descrito, vulnera las garantías individuales


del suscrito al tenor de los siguientes:

CONCEPTOS DE VIOLACION

PRIMERO.- La violación de los artículos 14 y 16 Constitucionales


relacionados con el artículo 38, fracción III, del Código Fiscal de la Federación,
vulnerando como consecuencia las garantías fundamentales de legalidad y
seguridad jurídica que debe contener todo acto jurídico.

De manera destacada, los artículos 14 y 16 Constitucionales,


establecen derechos fundamentales consagrados en la Carta Magna, en forma de
Garantías Individuales que constituyen las prerrogativas máximas, mediante las
cuales las personas tienen un perfecto desenvolvimiento de su capacidad jurídica
frente al ente de poder público que es el Estado y que señala entre otros derechos
los siguientes:

Nadie puede ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades,


posesiones y derechos sino mediante juicio seguido ante los Tribunales
previamente establecidos, en que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento.

Asimismo, se establece que nadie puede ser molestado en su persona,


familia, domicilio, papeles y posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de
autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.

Como podrá observarse, las disposiciones constitucionales antes


transcritas, privilegian un principio esencial que rige en todo estado de derecho,
que es:

a).- En todo juicio deben cumplirse de manera fiel y estricta, todas y


cada una de las formalidades que le dan esencia al procedimiento.

Es de explorado derecho, que en nuestro sistema jurídico se está en


presencia de una adecuada fundamentación y motivación, cuando en el texto de
un acto de autoridad, por la que ocasiona molestias al particular, se citen los
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preceptos legales que regulan y resultan aplicables al caso concreto en el que se


interviene, de tal suerte que el sujeto afectado tenga conocimiento exacto del
sentido normativo dispuesto por la legislación que regula su conducta para que así
se produzca en él certeza jurídica. Estos requisitos que señala nuestra Carta
Magna, son una exigencia que sin lugar a dudas se debe cumplir y en ningún
momento se debe dejar al arbitrio de las autoridades al emitir resoluciones que no
cumplan con los elementos esenciales de todo procedimiento jurídico.

En este sentido, la fundamentación y motivación consiste en el


señalamiento en el cuerpo mismo del documento que causa agravio al particular
de las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas que se
hayan tenido en consideración para la emisión del acto.

En el mismo orden de ideas, es de suma importancia que la autoridad


defina con toda precisión en que se fundamenta y motiva para emitir una
resolución ya que de no suceder lo anterior, se deja en total estado de indefensión
al particular por no tener pleno conocimiento de las circunstancias que motivó a la
autoridad exigir un supuestos mandamiento.

En este sentido se han pronunciado nuestros máximos tribunales a


través de las jurisprudencias que a continuación se transcriben:

“FUNDAMENTACION Y MOTIVACION.- De acuerdo con el


artículo 16 de la Constitución Federal, todo acto de autoridad
debe estar adecuada y suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de expresarse con
precisión el fundamento legal aplicable al caso y, por lo
segundo, que también deben señalarse, con precisión, las
circunstancias especiales, razones particulares o causas
inmediatas que se hayan tenido en consideración para la
emisión del acto; siendo necesario, además, que exista
adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables,
es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis
normativas”.

Amparo en Revisión No. 8280/67.- Augusto Vallejo Olivo.- 24


de junio de 1968, 5 votos.
Amparo en Revisión No. 3713/69.- Elías Chahin 20 de febrero
de 1990, 5 votos.
Amparo en Revisión No. 4115.- Emeterio Rodríguez Romero y
Coags. 26 de abril de 1971, 5 votos.
Amparo en Revisión No. 2478/75.- María del Socorro Castrejón
C. y otros y acumulado, 31 de marzo de 1977. Unanimidad de
4 votos.
Amparo en Revisión No. 5724/76

“FUNDAMENTACION Y MOTIVACION.- De acuerdo con el


artículo 16 de la Constitución Federal, todo acto de autoridad
debe estar adecuada y suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de expresar con precisión
el precepto legal aplicable al caso y, por lo segundo, que
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también debe señalarse, con precisión las circunstancias


especiales, razones particulares o causas inmediatas que se
hayan tenido en consideración para la emisión del acto; siendo
necesario, además, que exista adecuación entre los motivos
aducidos y las normas aplicables, es decir, que en el caso
concreto se configuren las hipótesis normativas”.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL QUINTO CIRCUITO.


Amparo Directo No. 241/91.- Raymundo Coronado López y
otro, 21 de noviembre de 1991, Unanimidad de votos.
Amparo Directo No. 495/91.- Financiera Nacional Azucarera,
S.N.C. 22 de enero de 1992, Unanimidad de votos.
Amparo Directo No. 495/91.- Fianzas Monterrey, S.A. 12 de
febrero de 1992, Unanimidad de votos.
Amparo Directo No. 101/92.- José Raúl Anaya 8 de abril de
1992, Unanimidad de votos.

SEGUNDO.- Siguiendo este orden de ideas, la autoridad responsable


viola en mi perjuicio los artículos fundamentales 14 y 16 de nuestra Carta Magna
en la sentencia de fecha 11 de enero de 1999, en su considerando segundo la
responsable medularmente manifiesta que el motivo de la inconformidad deviene
de inoperante e infundado para modificar o revocar la sentencia recurrida,
argumentando que el suscrito supuestamente no controvirtió ni desvirtué los
razonamientos torales de la sentencia del juez de origen, en lo que atañe al
estudio y procedencia de la tercería excluyente de dominio presentada por
MARINA OLMEDO FIGUEROA.

La responsable en las fojas 6 a la 19 de la resolución combatida se


abstiene de analizar que los documentos que motivaron la tercería excluyente de
dominio, como el enlace jurídico y natural de las pruebas aportadas por las partes,
manifestaciones y derecho invocado; es por ello, que la sentencia de origen
carece efectivamente de la fundamentación necesaria, requisito indispensable que
debe contener cualquier tipo de acto de Autoridad.

Luego entonces, la autoridad responsable señala que los agravios que


mi mandante expuso no satisfacen un argumento lógico jurídico para atacar el
fondo del asunto, pero esto resulta incongruente, ya que es imposible llevar a cabo
el estudio del acto impugnado, por carecer de los elementos esenciales de todo
procedimiento jurídico consagrados en los artículos 14 y 16 constitucionales,
porque si desde un principio el juez de origen no se señaló la fundamentación
correcta y el motivo por el cual dio origen a la resolución apelada, no es posible
definir las circunstancias por la cual nació, teniendo por consecuencia que a falta
de elementos esenciales constitucionales, no se puede combatir el fondo, porque
éste no existe; es decir, el acto de autoridad única y exclusivamente no reúne los
requisitos de fundamentación y motivación, como se deriva de la propia sentencia
que fue apelada por el suscrito. Tal sentencia me dejó en total estado de
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indefensión al suscrito ya que no reúne los principios de fundamentación y


motivación.

No obstante lo anterior, la sentencia de primera instancia que emitió el


juzgador se limitó sólo señalar que con el acta de matrimonio civil que contrajo con
el codemandado Luis Roberto morales Alvarado y con la escritura pública número
1,204 de 29 de abril de mil novecientos veintiuno que contiene la transmisión de la
propiedad a favor del citado codemandado, que no obstante el ejecutante
recurrente, había objetado los documentos exhibidos por la tercerista, el suscrito
no había demostrado las objeciones realizadas y por tanto, no desvirtue el alcance
y valor probatorio de dichas documentales como era mi obligación en términos del
articulo. por no señalar los requisitos esenciales de todo procedimiento jurídico
consagrados en los artículos 14 y 16 Constitucionales, es por ello que la autoridad
hoy responsable me lesiona las garantías fundamentales establecidas en nuestra
Carta Magna, ya que señala una supuesta deficiencia en el razonamiento lógico
jurídico del suscrito para combatir el acto impugnado, el cual repito no reunía los
elementos indispensables de todo procedimiento legal, motivo que era suficiente
para revocar la sentencia recurrida.

Continuando con lo anterior, es ilógico que la autoridad responsable


resuelva que los argumentos de mi mandante no son suficientes para combatir la
sentencia apelad, si ésta no tiene ni siquiera los elementos esenciales de todo
procedimiento jurídico exigido por nuestra Carta Magna en sus artículos 14 y 16,
entonces resulta imposible controvertir algo que carece de todo elemento jurídico,
dejándome en total estado de indefensión.

Como se desprende de lo antes manifestado, es a todas luces la


observancia de falta de elementos esenciales que debe reunir todo procedimiento
jurídico, es así como resulta imposible combatir su fondo, por que tal no existe.

Por lo anterior, el acto de resolución emitido por el juez de los autos al


carecer de la debida fundamentación y motivación resulta ilegal, razón por la cual
la Séptima Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, debió
revocarla.
En virtud de lo expuesto, procede y así lo solicito, se conceda al
suscrito el amparo y protección de la Justicia de la Unión.

TERCERO.- Los actos reclamados resultan ser inconstitucionales por ser


violatorios de las garantías de legalidad y seguridad jurídica consagradas en los
artículos 14, 16 y 17 de la Constitución General de la República, por violar la
garantía de audiencia, por ello procede en primer lugar analizar su contenido.
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El acto reclamado tiene como objeto la privación de los derechos de mi


mandante, entendiéndose por este, aquel que tienen como fin último la disminución,
menoscabo o suspensión de un derecho del gobernado, tal como podrá advertrir su
señoría del acto de autoridad que hoy se tilda de inconstitucional, pues el mismo
provoca esos efectos, es por ello que estimo se violenta el artículo 14
Constitucional, en su párrafo segundo, mismo que estatuye el respeto a la garantía
de audiencia, antes de que se produzcan aquellos actos que en definitiva priven a
alguien de sus bienes y sus derechos, como en la especie puede ocurrir, si se
levanta el embargo trabado, respecto del cincuenta por ciento de los supuestos
derechos de la tercerista relativos al inmueble que fue objeto de embargo para
cubrir el crédito del deudor.

Lo anterior es así, ya que en la especie la autoridad responsable, intenta


privarme de mis posesiones, derechos o propiedades, sin haber seguido un juicio
ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esénciales del procedimiento y conforme a las leyes expeditas
con anterioridad al hecho; ahora bien del análisis de la sentencia que se reclama,
se desprende indudablemente que la autoridad responsable pretende, actos
privativos , pues la autoridad confirma la sentencia definitiva dictada por el juez de
autos que ordena levantar el embargo practicado al deudor, respecto del cincuenta
por ciento de los derechos de la tercerista, derechos que nunca fueron acreditados
en juicio; por tal motivo, no se ha comprobado que la tercerista con los documentos
que acompaña haya cumplido el derecho que tiene de probar los extremos de sus
pretensiones; pues contrario a lo anterior, con los documentos que acompañó lejos
de beneficiarle le perjudicaron, pues de los mismos se acreditan hechos notorios
como es el caso, de que la tercerista es mancomunadamente y solidariamente
responsable de los créditos pendientes por pagar de su cónyuge, luego entonces
en el caso a estudio por la responsable y ante el juez de los autos, se violentó el
principio del debido proceso legal, pues los mismos desconocieron las
manifestaciones , objeciones y confesiones que la propia tercerista realizó al exhibir
su escrito de oposición y las pruebas que acompañó al mismo, es por ello que la
responsable de marras intenta privarme de los derechos o propiedades que
legalmente me corresponden derivados del formal y legal embargo sobre el bien
inmueble propiedad del deudor en el juicio de autos, pues sin que en la especie, no
pueda realizar los actos privativos que pretende.

La verdad es que la autoridad responsable, intenta la privación definitiva de


un derecho, siendo esta la finalidad connatural perseguida por el acto de autoridad
reclamado, de tal suerte que los actos reclamados constituyen un acto privativo,
que requiere la regulación del artículo 14 de la Constitución General de la
República.
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CUARTO.- Por otra parte; se hace valer otro concepto de violación que
consta suficiente para conceder el amparo solicitado, puesto que la sentencia que
se rebate a través del cual la responsable intenta el levantamiento del embargo
respecto del inmueble embargado y por el cincuenta por ciento de los supuestos
derechos de la tercerista, no cumple con los requisitos de fundamentación y
motivación que se establecen como una obligación de toda autoridad, para cumplir
con los requisitos de fundamentación y motivación respecto del acto reclamado, y
en especifico cuando se trata de una orden para levantar un embargo, pues es
necesario puntualizar que la garantía de legalidad consagrada en la Constitución
Federal, establece como uno de los elementos esenciales el que todo acto de
molestia que se dirija a los gobernados esté fundado y motivado.

Cuando se dice que un acto es legal, es porque respeta la norma fijada por el
legislador. Se entiende que el principio de legalidad es escencia del régimen
jurídico de un estado de derecho, pues toda ley, todo procedimiento, toda
resolución, como todo acto de autoridad, deben ser expresión del derecho en
cuanto a que sean elaborados, emitidos o ejecutados por el órgano o los órganos
competentes y en la esfera de sus respectivas atribuciones. Situación que en la
especie no acontece, pues el acto de molestia es omiso en señalar
pormenorizadamente los artículos, párrafos, fracciones, apartados, incisos o
subincisos de las supuestos ordenamientos legales que invoca la responsable,
pues los numerales que fueron invocados, se hicieron en forma genérica y no
pormenorizadamente,. Luego entonces me deja en un completo estado de
indefensión e incertidumbre jurídica, por que afecta mi defensa, al no poder rebatir
adecuadamente los argumentos y fundamentos que aduce en sentencia, que dicho
sea de paso nunca ha notificado a mi mandante con un documento que contenga
firma autógrafa del supuesto servidor público que la emite, si en su caso existe.

Retomando el punto central, el acatamiento por todos a las leyes, en un


régimen jurídico de Estado, es la suprema garantía, y eso constituye la normalidad
de un régimen jurídico.

La garantía de legalidad, consiste pues, en la obligación que tiene la


autoridad de fundar y motivar un acto de molestia, para cumplir así con uno u otro
de los requisitos formales contenidos en la garantía.

La exigencia de fundar en ley, tiene como propósito que el gobernado tenga


la posibilidad de atacar dichos fundamentos sí estos no fueron correctos o bien sin
no fueron acordes con la motivación citada, en otras palabras, tiende a evitar la
emisión de actos arbitrarios.
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De tal forma que la autoridad al emitir un acto de molestia debe fundarlo en


ley, es decir, tener como apoyo los preceptos jurídicos que le permiten expedirlo y
que establezcan las hipótesis que genere su emisión, ésta es una exigencia de las
previstas en el artículo 16 Constitucional.

Una vez establecido que todo acto de autoridad debe estar fundado y
motivado, debe precisarse que la fundamentación es el señalamiento de los
preceptos legales aplicables, mientras que la motivación consiste en la precisión
concreta de las causas inmediatas, razones particulares o circunstancias especiales
que se hayan tomado en consideración para la emisión del acto.

Para tener satisfecha esta garantía es necesario que exista adecuación entre
los preceptos citados y los motivos aducidos, esto es, la actualización de los
supuestos normativos.

Por lo tanto, la garantía de legalidad tiene como objeto que la autoridad no


dicte, determinaciones en forma arbitraria, sino ajustadas al ordenamiento legal, a
efecto de que el gobernado pueda establecer si se respetaron de manera cabal las
normas que dicha autoridad consideró para resolver la cuestión planteada.

Establecida la premisa mayor del estudio constitucional que nos ocupa. Lo


siguiente es verificar el texto del oficio que se tilda de inconstitucional, puesto que el
mismo, al ser un acto de molestia, que a nuestra consideración no está
debidamente fundado y motivado, ya que el acto reclamado, carece de una debida
fundamentación, ya que su emisor, omite citar los preceptos legales donde se
señala su competencia y sus facultades para poder expedir el oficio que se
impugna, puesto que los numerales que invoca la responsable en el oficio que se
combate, no son suficientes para tener por satisfecha la garantía de
fundamentación y motivación que se viene analizando, refieren genéricamente
numerales sin especificar párrafos, fracciones, incisos o subincisos que refieren, ya
que como se podrá apreciar los numerales invocados por la responsable,
básicamente refieren cuestiones generales y procedimentales para llevar a cabo el
levantamiento del embargo trabado en bienes propiedad del deudor, pues la
responsable debe acreditar pormenorizadamente los numerales normativos de la
ley, que le facultan el dictar dichas ordenanzas, pues ninguno de los fundamentos
que invoca, actualiza las supuestas hipótesis que se arguyeron en las sentencias,
siendo por este motivo que el acto de molestia que en esta vía se combate, carece
de la debida fundamentación y motivación.

Es por ello, que debe proceder la concesión del amparo y protección de la


justicia federal, para que la responsable deje sin efecto la sentencia que se
impugna .
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El artículo 16 constitucional en su primer párrafo establece:

“ Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia,


domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito
de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento. “

Esta parte del precepto constitucional, consagra a favor de los gobernados la


garantía de legalidad y su eficacia reside en el hecho de que se protege todo el
sistema de derecho objetivo desde la propia Carta Magna, hasta la ley y reglamento
administrativo más minucioso.

La garantía de legalidad implícita en el párrafo trascrito del artículo 16


constitucional, condiciona a todo acto de molestia a la reunión de requisitos de
fundamentación y motivación de la causa legal del procedimiento, para la que se
entiende el acto o la serie de actos que provocan la molestia en la persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones de un gobernado realizados por la autoridad
competente, y deben no sólo tener una causa o elemento determinante, sino que
éste sea legal, es decir, fundado y motivado en una ley en su aspecto material, esto
es, una disposición normativa general e impersonal, creadora y reguladora de
situaciones abstractas.

La fundamentación legal de la causa del procedimiento autoritario, consiste en que


los actos que originen la molestia de que habla el artículo 16 constitucional deben
basarse en una disposición normativa general, es decir, que ésta prevea la
situación concreta para la cual sea procedente realizar el acto de autoridad, que
exista una ley que lo autorice. La fundamentación legal de todo acto autoritario que
cause al gobernado una molestia en los bienes a que se refiere el artículo 16
constitucional, no es sino una consecuencia directa del principio de legalidad que
consiste en que las autoridades sólo pueden hacer lo que la ley les permite.

La exigencia de fundar legalmente todo acto de molestia impone a las autoridades


diversas obligaciones, que se traducen en las siguientes condiciones:

1. Que el órgano del Estado del que provenga el acto esté investido con facultades
expresamente consignadas en la norma jurídica ( ley o reglamento ) para emitirlo.

2. Que el propio acto se prevea en dicha norma.

3. Que su sentido y alcance se ajusten a las disposiciones normativas que lo rijan.


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4. Que el acto derive de un mandamiento escrito, en cuyo texto se expresen los


preceptos específicos que lo apoyen.

La motivación de la causa legal del procedimiento implica que, existiendo una


norma jurídica, el caso o situación concretos respecto de los que se pretende
cometer el acto autoritario de molestia, sean aquellos a que alude la disposición
legal que lo funde, lo que significa que las circunstancias y modalidades del caso
particular encuadren dentro del marco general correspondiente establecido por la
ley.

Esto es, para adecuar una norma jurídica legal o reglamentaria al caso concreto
donde vaya operar el acto de molestia, la autoridad respectiva debe aducir los
motivos que justifiquen la aplicación correspondiente, motivos que deben
manifestarse en los hechos, circunstancias y modalidades objetivas del caso para
que éste se encuadre dentro de los supuestos abstractos previstos
normativamente.

La mención de esos motivos deben formularse precisamente en el mandamiento


escrito, con el objeto de que el afectado por el acto de molestia pueda conocerlos y
estar en condiciones de producir su defensa.

Así, lo sostuvo la Segunda Sala de la anterior integración de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en la jurisprudencia consultable en la página 46, tomo III,
materia administrativa, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-
2000, que dice en su rubro: “ FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. “

El referido precepto constitucional, en la parte que se comenta, también contiene la


garantía formal de mandamiento escrito, conforme a la cual, toda autoridad debe
actuar con base en una orden escrita, sin que sea suficiente que ésta se emita para
realizar algún acto de molestia en los bienes que menciona el artículo 16
constitucional, sino que es menester que se le comunique o se dé a conocer al
particular afectado. Esta comunicación o conocimiento, pueden ser anteriores o
simultáneos a la ejecución del acto de molestia, pues la exigencia de que éste
conste en mandamiento escrito, sólo tiene como finalidad que el gobernado se
entere de la fundamentación y motivación legales del hecho autoritario que lo
afecte, así como de la autoridad de quien provenga.

Ahora bien, lo antes reseñado permite concluir que el artículo 16 constitucional,


impone a las autoridades la obligación de respetar a favor de los particulares la
garantía de seguridad jurídica, es decir, que todo acto de molestia debe provenir de
autoridad competente y cumplir con las formalidades esenciales que le den eficacia
jurídica, lo que significa que los actos de esta naturaleza necesariamente deben
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emitirse por quien para ello esté facultado expresamente, precisando la


fundamentación y motivación de dicho acto, lo cual implica que la autoridad no sólo
está obligada a mencionar los motivos y preceptos legales que sustenten el acto
autoritario, sino determinar con precisión a la persona o personas a quienes va
dirigido, ello como parte de las formalidades esenciales que exige el artículo 16 de
la Carta Magna.

Ciertamente, se estima que a efecto de satisfacer la garantía de legalidad que se


contiene en el primer párrafo del artículo 16 constitucional, el acto administrativo
deberá hacer mención de los dispositivos legales que le sirvan de fundamento, así
como la exposición razonada de su emisión, y sus destinatarios, con la finalidad de
que el gobernado tenga la posibilidad de impugnarlos oportunamente, porque se
considera que la falta de estos elementos produce estado de indefensión al
gobernado, en tanto le imposibilita determinar si el acto lesivo de sus intereses se
dictó o no conforme a la Constitución Federal o las leyes secundarias que pudieran
constar en éste.

De igual forma, el artículo 17 de la Constitución General de la República señala


medularmente que

Artículo 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma,


ni ejercer violencia para reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por


tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para


que se garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución
de sus resoluciones.

Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil.

Del precepto antes trascrito, podemos advertir la garantía individual o el derecho


público subjetivo de acceso a la impartición de justicia, bajo los siguientes
principios:

Justicia pronta.-las autoridades encargadas de su impartición, resolverán las


controversias ante ellas planteadas en los tiempos y plazos que establezcan las
leyes.
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Justicia completa.- que la autoridad que conoce del asunto, emita un


pronunciamiento de todos y cada uno de las controversias planteadas.
Justicia imparcial.- Que se emita una resolución apegada a derecho, debidamente
fundada y motivada, en la cual no exista favoritismo o arbitrariedad a alguna de las
partes.
Justicia gratuita.- Que la autoridad no cobré por sus servicios, o que no reciba
emolumentos por la prestación de esos servicios.

Es por ello que dicha garantía está encaminada a asegurar que las autoridades
encargadas de aplicarla, realicen actos materialmente jurisdiccionales y que lo
realicen de manera pronta, completa , imparcial y gratuita, es por ello que las
autoridades que están encaminadas a dirimir un conflicto en el ámbito de su
competencia, eviten la consumación de actos contarios a la ley, sin que afecten la
esfera jurídica del gobernado que le resulte irreparable. Situación que en la especie
no acontece pues, la responsable, omitió fundar y motivar pormenorizadamente sus
determinaciones.

Como se observa de los dispositivo legales antes invocados, la responsable debe


cumplir cabalmente los requisitos que estatuyen dichos preceptos, para lo cual la
autoridad deberá notificar las resoluciones y actos administrativos debidamente
fundados y motivados.

Por su parte, el hecho que la autoridad no notifique las resoluciones que la Ley de la
materia le obliga debidamente fundadas y motivadas, las consecuencias de un
hecho jurídico no se producen, pues no han nacido a la vida jurídica.

Así para que se considere que el particular es sabedor de una resolución


administrativa, debe notificársele legalmente, dado que el acto administrativo nace a
la vida jurídica cuando se notifica legalmente y no cuando se emite.

En razón de lo anterior, lo procedente es conceder el amparo y protección de la


Justicia Federal, Cabe señalar que el suscrito se reserva el derecho de ampliar la
demanda de garantías, de existir nuevos elementos relacionados con el ejercicio de
la acción constitucional, que hayan sido desconocidos por el suscrito al momento de
presentar su libelo constitucional y que se hagan de su conocimiento a través de la
vista que se corra con el informe justificado que deberá rendir la autoridad
responsable.

QUINTO.- La resolución reclamada es ilegal, porque viola las


garantías contenidas en los artículos 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, toda vez que la Sala responsable de manera incorrecta, les
otorgó eficacia probatoria a las documentales que exhibió la tercero perjudicado
15

para acreditar que el bien embargado, sustentando tal determinación, la autoridad


responsable, en la circunstancia de que dichos documentos fueron exhibidos en
copias certificadas y, por tanto, no se acredita la propiedad de los bienes muebles
embargados, en razón de que omitió exhibir en juicio los originales.

Aunado a que con tales documentales que se exhibieron para


supuestamente acreditar la propiedad del bien mueble embargado, no merecían
tener valor probatorio, habida cuenta que dichos documentos fueron exhibidos por
la tercerista y por sí solos no hacen prueba plena, para demostrar que el bien
embargado es de su propiedad, como que ejercía el dominio del mismo; luego
entonces, era imposible que se resolviera que a la tercerista le pertenece el
cincuenta por ciento de los derechos de propiedad del inmueble embargado; ahora
bien, si esto era factible, en todo caso restaba ser un hecho notorio, que la
tercerista con los documentos exhibidos, estaba obligada solidariamente con su
cónyuge al estar casada bajo el régimen de sociedad conyugal; lo cual el juez de
origen pasó por alto, como también la sala responsable, pues resultaba ser de
explorado derecho que la solidaridad y mancomunidad, no se presume sino que
deriva de la propia ley, tal y como lo señala el código civil para el Distrito Federal
en su artículo 1988 y es que el grado de solidaridad en la responsabilidad de los
cónyuges, implica exigir de manera proporcional a ambos la restitución de crédito
exigido.

La solidaridad supone que a cualquiera de ellos puede exigirse dicha


responsabilidad, en lo particular o en su conjunto, en cuya interpretación no cabe
desvincular uno del otro, pues entre ambos integran la disposición completa de las
reglas por observar en el reparto de ganancias o perdida obtenidas por la
sociedad conyugal.

La Solidaridad de codeudores en las operaciones de crédito, se presume


que los codeudores se obligan solidariamente, para convertirse en una solidaridad
pasiva, cada uno de por sí, en su totalidad, la prestación debida. Ya que la
solidaridad pasiva implica la existencia de deudores, y la posibilidad del acreedor
de exigir de cualquiera de ellos el cumplimiento total de la obligación, pues el
cónyuge que paga la obligación tiene el derecho de exigir de conyuge deudor el
pago de la parte proporcional correspondiente él La solidaridad es una ventaja
para el acreedor, quien no tiene que demandar a ambos cónyuges para obtener la
satisfacción del crédito.

Retomando el punto inicial y como ya se dijo, la resolución reclamada se


advierte que la responsable les otorgó valor probatorio a los documentos que
acompañó la tercerista con el escrito de la tercería excluyente de dominio para
supuestamente acreditar la propiedad del bien embargado, sustentando como
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principal argumento, la responsable, que dichas documentales fueron exhibidas en


copias certificadas y que se demostró que la tercerista estaba casada en sociedad
conyugal con el codemandado, así como que con las escrituras de dicho inmueble
se comprobó que la tercerista era propietaria del cincuenta por ciento de los
derechos del inmueble por tanto, acreditaba la propiedad del bien mueble
embargado, pasando por alto la razón de que la tercerista por disposición expresa
de la ley es obligada solidaria del deudor, situación que se desprende de los
mismos documentos exhibido en vía de prueba por la tercerista, de tal forma, que
el suscrito no tenía la obligación de probar hechos notorios; de igual forma la
responsable como el juez de los autos, pasaron por alto, que la tercerista omitió
exhibir los documentos para acreditar el dominio de tal inmueble, ello para que en
tal efecto se pudiese fundar la supuesta tercería excluyente de dominio, como
tampoco se exhibieron documentos originales sino copias certificadas que
pudieron ser susceptibles de alteración por lo que se dejó de aplicar la tesis
emitida por el Décimo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer
Circuito, bajo el rubro: ‘TERCERÍA EXCLUYENTE DE DOMINIO. PARA
ACREDITAR EL DERECHO DEL TERCERISTA PARA RECLAMAR EL BIEN
MUEBLE EMBARGADO DEBE EXHIBIRSE EL ORIGINAL DE LA FACTURA.’.

Por tanto, para otorgar valor probatorio se considera necesario transcribir


las disposiciones legales 136 y 198 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
de aplicación supletoria a la Ley mercantio como a la Ley de Amparo,
disposiciones que estimo se dejaron de aplicar:

"‘Artículo 136. Los documentos privados se presentarán originales,


y, cuando formen parte de un libro, expediente o legajo, se exhibirán
para que se compulse la parte que señalen los interesados.’

"‘Artículo 198. No tendrán valor alguno legal las pruebas rendidas


con infracción de lo dispuesto en los artículos precedentes de este
título.’

De lo trascrito se colige que si bien el artículo 136 del Código Federal de


Procedimientos Civiles establece que las pruebas documentales privadas se
presentarán en originales y el artículo 198 del mismo código dispone que no
tendrán valor probatorio las pruebas que se rindan con infracción de lo anterior,
esto constituye un obstáculo para conceder valor a las copias certificadas de
documentos privados.

Por lo antes expuesto,

A USTED CC. MAGISTRADOS, atentamente pido:


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PRIMERO.- Tenerme por presentado en tiempo y forma con la


personalidad que me ostento, interponiendo Juicio de Amparo Directo, en los
términos del presente escrito, autorizando a las personas mencionadas en el
proemio y por señalado el domicilio para recibir notificaciones.

SEGUNDO.- Acordar de conformidad lo solicitado, y en su momento


otorgar al suscrito el amparo y protección de la Justicia Federal, contra los actor
reclamados en esta vía.

PROTESTO LO NECESARIO

CARLOS VARGAS MEJIA,


México, Distrito Federal, a ocho de junio de dos mil siete.

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