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COMO SEGUIMENTO
DE JESUCRISTO
Índice
Página
- Introducción.................................................................................... 3
1. Fuentes de la moral cristiana ......................................................... 5
a) Sagradas Escrituras.......................................................... 5
b) Tradición........................................................................... 6
c) Magisterio de la Iglesia..................................................... 6
2. El cristianismo es el seguimiento de una persona.......................... 7
• Cristo, Persona viva................................................................. 7
• Cristo, razón de nuestra existencia......................................... 7
• Medios que nos propone Cristo................................................ 8
3. Las Bienaventuranzas, autorretrato de Dios..................................10
4. Las Bienaventuranzas, autorretrato de los santos
• Los santos
• La criatura más parecida a Dios: La Virgen Maria
5. Conclusión
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Introducción
Moral procede del latín ′ morālis′ y significa ′ Ciencia que trata
del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o
malicia.′
Cristiana proviene del latín ′ christiānus′ y tiene por significado
′ Perteneciente o relativo a la religión de Cristo. Que profesa la fe de
Cristo.′ 1
Por tanto, la moral cristiana, es el obrar conforme a la fe en
Cristo.
Para hablar de ella, nos referiremos a sus fuentes, y
relacionaremos cada una de las Bienaventuranzas con diferentes
momentos de la vida de Jesucristo. Usaremos también las
Bienaventuranzas para relacionarlas con aquellos que acogieron la
moral cristiana hasta sus más altas cimas: los santos.
1
Bibliografía: Diccionario RAE (21º EDICION)
3
En todo momento iremos acompañados del Magisterio de la
Iglesia, con textos relacionados con el contenido de nuestro tema,
puesto que el Magisterio es fundamental para un cristiano.
Nuestro trabajo va está formulado para nuestra formación
como católicos, pero también, como un conjunto de enseñanzas para
nuestra vida por las cuales alcanzaremos la santidad.
2
Mensaje de la JMJ 2000
4
Jesucristo, se revela a sí mismo como Dios y da a conocer al
Padre y al Espíritu.
b) La Tradición. Explicaremos con palabras de nuestro Papa actual lo
que significa la Tradición: “La Tradición apostólica de la Iglesia
consiste en la transmisión de los bienes de la salvación. La
Tradición se llama así porque surgió del testimonio de los
Apóstoles y de la comunidad de los discípulos en el tiempo de los
orígenes, fue recogida por inspiración del Espíritu Santo en los
escritos del Nuevo Testamento y en la vida sacramental y de fe, y
a ella —a esta Tradición, que es toda la realidad siempre actual
del don de Jesús— la Iglesia hace referencia continuamente como
a su fundamento y a su norma a través de la sucesión
ininterrumpida del ministerio apostólico.”3
c) Por último, el Magisterio de la Iglesia Etimológicamente, la palabra
magisterio proviene del latín, magister, “el que es más”, maestro.
El maestro es el que enseña a sus discípulos, porque es más que
éstos.
El Magisterio es la autoridad de la Iglesia, investida a los
obispos, como sucesores de los Apóstoles, para enseñar la fe en
comunión con el Sumo Pontífice, sucesor de Pedro, Vicario de
Cristo y cabeza del colegio episcopal. El Magisterio incluye la
enseñanza de la doctrina, la moral y las costumbres. Se encarga
de enseñar a los fieles mediante cartas apostólicas, encíclicas…
El magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se
ejerce ordinariamente en la catequesis y en la predicación, con la
ayuda de las obras de los teólogos y de los autores espirituales.
Así se ha transmitido de generación en generación, bajo la
dirección y vigilancia de los pastores, el “depósito” de la moral
cristiana, compuesto de un conjunto característico de normas, de
mandamientos y de virtudes que proceden de la fe en Cristo y
están vivificados por la caridad. Esta catequesis ha tomado
tradicionalmente como base, junto al Credo y el Padre Nuestro, el
3
Benedicto XVI, Audiencia General del 26 de abril de 2006
5
Decálogo que enuncia los principios de la vida moral válidos para
todos los hombres.4
4
CEC núm. 2033
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2.- Cristianismo, seguimiento de una Persona
5
Mensaje JMJ 2000 (2)
7
2.2 Cristo, razón de nuestra existencia.
“La verdadera plenitud de la vida se encuentra sólo en Cristo,
muerto y resucitado por nosotros. Solamente Cristo puede llenar, hasta
el fondo, el espacio del corazón humano. Sólo Él da el valor y la alegría
de vivir, y esto, a pesar de los limites u obstáculos externos. (…)
(…) Pero no es suficiente descubrirlo una sola vez. Cada vez
que se descubre, se recibe un llamamiento a buscarle más aún y a
conocerle mejor a través de la oración, la participación de los
sacramentos…”6 Estas palabras del venerable Juan Pablo II en el
Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de 1989, unidas a las de
su sucesor, Benedicto XVII, “La fe cristiana no es sólo creer en la
verdad, sino sobre todo una relación personal con Jesucristo”7 son el día
a día de muchísimos cristianos. Cuando verdaderamente se encuentra a
Cristo, en su Iglesia, no se puede sino abandonar todo para seguirle. Un
encuentro con Cristo cambia la vida. Los santos tuvieron ese encuentro
con Cristo, algunos muy pronto, otros después; pero todos respondieron
a su llamada. La llamada de Cristo es para todos. Cristo nos pide a todos
los cristianos la santidad: cada cual por su camino: sacerdocio, misión,
matrimonio cristiano, vocación religiosa… siguiendo el camino que
Cristo nos muestra, llegaremos a la Patria Celestial. Sin ese encuentro
con Jesucristo el hombre no encuentra la felicidad.
6
Mensaje JMJ 1989 (1)
7
Mensaje JMJ 2011 (2)
8
Compendio CEC num. 359
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Le fe se define como un don de Dios, y a la vez un acto
humano, consciente y libre, que la Iglesia como madre de los creyentes
engendra y alimenta. La fe se define también como una virtud
sobrenatural por la que creemos firmemente lo que Dios nos ha
revelado y la Iglesia nos enseña. Eso sí, ya desde los comienzos del
cristianismo, el apóstol Santiago nos advierte de que la fe por sí sola no
basta para salvarse, en su epístola nos dice “Como el cuerpo sin el
aliento está muerto, así está muerta la fe sin obras.” (St 2, 26)
9
también podemos conquistarle acudiendo a Él a diario, y
conquistaremos con ello el Cielo.
10
ese mismo Dios tomó carne, es decir, tuvo una vida mortal como
nosotros, y nos dio una serie de pautas para alcanzar la vida eterna.
Estas pautas se resumen en la Imitación de su Persona teniendo como
ejemplo las Bienaventuranzas.
“Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos es el
Reino de los Cielos”
El pobre de espíritu es el que está completamente abierto a la
acción de Dios. En la vida de Cristo se manifiesta su pobreza de espíritu
en Getsemaní: Se adelantó un poco y, postrado rostro en tierra, oró así:
-Padre, si es posible, que se aparte de mí esta copa. Pero no se haga mi
voluntad, sino la tuya. (Mt 26, 39)
Aunque Cristo sabe que la Pasión le va a costar, es mayor la
sumisión que tiene a Dios Padre, ofreciéndose a Él para redimir a los
hombres.
“Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra”
La mansedad de Cristo puede ser observada durante los
treinta años que duró su vida oculta. Estos treinta años, fueron
únicamente de sumisión a sus padres, sin que el propio Evangelio dijera
de este periodo de su vida que “Jesús crecía en estatura y gracia ante
Dios y los hombres” (Lc 2, 52) Más tarde, Cristo mismo se pondría como
ejemplo diciendo “aprended de Mí, que soy manso y humilde de
corazón” (Mt 11, 29)
“Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados”
Jesús viene a la Tierra para llevar a todos los hombres al Cielo,
y al ver la negativa de los hombres ante su intención, llora al ver a
Jerusalén separarse de su voluntad: “¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata
a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuantas veces he
querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las
alas, y no habéis querido! (Mt 23, 37)
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La justicia puede salir a la luz en la vida en Cristo
especialmente cuando devuelve a su Padre el templo, expulsando a los
mercaderes que habían hecho de él un lugar de estafa y trapicheo. “Se
hizo un látigo de cuerdas y expulsó a todos del templo, ovejas y bueyes;
esparció las monedas de los cambistas y volcó las mesas; a los que
vendían palomas les dijo:-Quitad eso de aquí y no convirtáis la casa de
mi Padre en un mercado”. (Jn 2, 15-16)
“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia.”
Jesús en sus predicaciones frecuentemente hablaba de esta
virtud. De hecho, San Lucas en su Evangelio, tiene una parte llamada
las parábolas de la misericordia. Pero Cristo demostró su misericordia
en el episodio de la adultera, que la libró del castigo de la ley y de sus
pecados: “Jesús se incorporó y le dijo: ---Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te
ha condenado?[11]Ella contestó: ---Nadie, señor. Jesús le dijo:
---Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más.” (Jn 8, 10-
11)
“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a
Dios”
El limpio de corazón es aquél que solo busca en su vida la
voluntad de Dios, Jesús propuso un modelo, los niños, por su inocencia y
capacidad de abandono en brazos de su Padre. “Le traían niños para
que los tocara, y los discípulos los reprendían. Jesús, al verlo, se enfadó
y dijo: -Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque
el reino de Dios pertenece a los que son como ellos.”(Mc 10, 13-14)
12
“Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la
justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
Esta bienaventuranza está íntimamente ligada con la persona de Cristo,
pues su Pasión redentora fue a causa de la persecución que los
romanos, fariseos y demás enemigos desataron contra Él, que fue
vendido por uno de sus apóstoles por treinta monedas de plata.
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4. Las Bienaventuranzas, autorretrato de los santos.
Los santos son hombres que han seguido la moral propuesta
por Jesucristo hasta llegar a su imitación en grado heroico. Todo santo
se caracteriza por la imitación de Cristo en una o varias de sus virtudes,
de manera que aplicaremos las bienaventuranzas a distintos santos
para clarificar su semejanza a la Persona de Cristo.
10
Discurso de Juan Pablo II en su visita a Río de Janeiro en 1980.
14
de sus superiores. San Juan de Ávila es conocido por “el apóstol de
Andalucía”.
(EXPLICACION)
“Es manso aquel que vive en Dios. No se trata de cobardía, sino del auténtico
valor espiritual de quien sabe enfrentarse al mundo hostil no con ira, no con violencia,
sino con benignidad y amabilidad; venciendo el mal con el bien, buscando lo que une y no
lo que divide, lo positivo y no lo negativo, para «poseer así la tierra» y construir en ella la
«civilización del amor». He aquí una tarea entusiasmante para vosotros”. 11
15
explica la doctrina social católica, impulsa ala acción constructiva mucho más que
cualquier ideología, por muy atrayente que parezca.”13
13
Juan Pablo II, homilía en el hipódromo de Monterrico en su viaje Apostólico a Venezuela, Ecuador, Perú y
Trinidad y Tobago.
14
Juan Pablo II, Audiencia general del 7 de septiembre del 1988.
15
Juan Pablo II, Homilía del 1 de Noviembre de 2000, solemnidad de todos los santos y 50 aniversario de la
definición dogmática de la Asunción.
16
bienaventurados. En una palabra, "lo que el alma es en el cuerpo, esto
han de ser los cristianos en el mundo"”
16
Juan Pablo II, Homilía del 7 de junio de 1999 en Bydgoszcz.
17
CONCLUSION
¿Pero hoy es posible ser santos? Si solo se contase con las fuerzas
humanas, tal empresa seria sin duda, imposible. De hecho, conocéis
bien vuestros éxitos y vuestros fracasos; sabeos que cargas pesan
sobre el hombre, cuantos peligros lo amenazan y que consecuencias
tienen sus pecados. Tal vez se puede tener la tentación del abandono y
llegar a pensar que no es posible cambiar nada, ni en el mundo ni en sí
mismos. Aunque el camino es duro, todo lo podemos en Aquél que es
nuestro Redentor. Nos os dirijáis a otro sino a Jesús. No busquéis en otro
sitio lo que sólo él puede daros, porque “No hay bajo el cielo otro
nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos”
(a.C. 4, 12). Con Cristo, la santidad –proyecto divino para cada
bautizado- es posible. Contad con Él, creced en la fuerza invencible del
Evangelio y poned la fe como fundamento de vuestra esperanza17
17
Mensaje JMJ 2000
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BIBLIOGRAFÍA
1. Libros
• Catecismo de la Iglesia Católica,
• Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica Libreria Editrice
Vaticana, 2005
• Tales Herrandis, Juan Andrés: La familia en el Magisterio de la
Iglesia, Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre
matrimonio y familia, Segorbe, 2008.
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