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Una interpretación

de la Revolución mexicana
a través de la teoría de las élites

Rosendo Bolívar Meza*

E ntre las interpretaciones más comunes sobre


la Revolución mexicana (1910-1920) están las
que la califican como democrática, liberal, bur-
guesa, política, social, popular, antiimperialista o cam-
pesina, con sus secuencias de concluida, derrotada,
victoriosa, inconclusa, interrumpida o permanente.
Se le considera democrático-liberal y burguesa por-
que se planteó como un movimiento que perseguía la
destrucción de la dictadura porfirista y la implanta-
ción de un régimen político que garantizara las liber-
tades ciudadanas y la participación efectiva del pueblo
en la designación de sus gobernantes. Se le consi-
dera agraria y popular en tanto que apelaba de mane-
ra esencial a la movilización del pueblo para la lucha
contra el orden establecido. Se le considera antiim-
perialista ya que la dictadura cifraba el desarrollo
material del país en la entrega de recursos naturales
al capital extranjero y la Revolución planteaba su res-
cate como exigencia necesaria e inmediata de su lucha
contra la dictadura.

IZTAPALAPA 43
enero-junio de 1998 * Profesor investigador del CECyT “Ricardo Flores Magón”
pp. 103-118 del Instituto Politécnico Nacional.
Rosendo Bolívar Meza

Otras interpretaciones la definen porfirista expresada en la renuncia de


como revolución política o revolución Victoriano Huerta al poder en 1914.
social. La primera se propone la des- La última parte abarca la lucha polí-
trucción del orden público y la reforma tica y militar entre las facciones triun-
de la propiedad, esto es, una revolución fadoras de la revolución antiporfirista
política no implica una transforma- iniciada en 1914, hasta el asesinato
ción radical de las relaciones de pro- del presidente constitucional Venus-
piedad, sino únicamente su reforma. tiano Carranza en 1920 y el inicio de la
La segunda, en cambio, no sólo significa hegemonía del grupo Sonora encabe-
la destrucción del orden público exis- zado por Álvaro Obregón.
tente, sino también la eliminación de
la propiedad misma. Una revolución po-
pular es de hecho una revolución social, LA TEORÍA DE LAS ÉLITES
pues persigue la anulación de las con-
diciones fundadas en la propiedad pri- Los llamados teóricos de las élites y las
vada, que hace posible la explotación oligarquías, Vilfredo Pareto, Gaetano
de las clases trabajadoras.1 Mosca y Robert Michels, dan una nue-
A pesar de que uno de los aconteci- va forma de interpretación a los fenó-
mientos sociales más importantes y menos sociales, en franca oposición a
más estudiados de la historia de Mé- las teorías liberal-democrática y mar-
xico es, sin duda alguna, la Revolución xista, en ella se concibe a la circulación
mexicana, ninguna de las interpreta- de las élites como la sustancia real de
ciones o caracterizaciones que sobre la historia.
ella se han hecho ha sido con base en Toda vez que una sociedad llega a
la teoría de las élites, particularmente una cierta etapa de desarrollo, el control
de los teóricos italianos Vilfredo Pareto, político, en el más amplio sentido de
Gaetano Mosca y Robert Michels, razón la expresión —la dirección política, ad-
por la cual con este artículo nos propo- ministrativa, militar, religiosa, econó-
nemos contribuir con una interpreta- mica y moral—, es ejercido siempre por
ción que la conciba esencialmente como una clase especial o por una minoría
un cambio de élites. organizada. Aun en las democracias
Para efectos de exposición, este tra- subsiste la necesidad de una minoría
bajo se divide en tres partes. En la pri- organizada que, a pesar de las apa-
mera parte presentamos el marco teó- riencias en sentido contrario y de los
rico, en la segunda se contempla la principios legales sobre los que se basa
primera fase de la Revolución mexica- el gobierno, conserva el control real y
na, desde los factores que contribuye- efectivo del Estado.
ron a la caída del régimen porfirista, Para la teoría de las élites los con-
hasta el triunfo de la revolución anti- flictos de clases están destinados a

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continuar eternamente, sus formas res, rindiendo un homenaje puramente


pueden cambiar, pero su esencia sigue verbal a sus sentimientos (demagogia),
siendo la misma. La diferencia entre con el fin de conservar o tomar el poder.
grupos sociales se expresa en el hecho El equilibrio y la declinación de una
de que los individuos son física, moral élite así como el surgimiento de otra de-
e intelectualmente diferentes. Consi- penden del grado de éxito con que una
dera que algunos individuos son su- élite pueda inventar fórmulas que a-
periores a otros, motivo por el cual em- pelen al sentimiento de la masa. Si la
plea el término de élite para referirse circulación de élites cesa, la clase go-
a la superioridad en inteligencia, ca- bernante se derrumba y arrastra con-
rácter, habilidad, capacidad, poder, et- sigo a toda la nación. El equilibrio se
cétera. Sólo quienes tienen cualidades rompe. Cuando se agudizan las dife-
de élite se convierten en élite. rencias entre la clase gobernante y la
La élite puede dividirse en dos. La clase sometida estalla la Revolución (Pa-
élite gobernante formada por quienes reto, 1980: 63, 65, 66, 69, 159 y 169).
directa o indirectamente desempeñan Las masas dominadas ejercen pre-
un papel fundamental en el gobierno, siones sobre el poder e influyen en las
y una élite no gobernante que compren- medidas que adopta la élite dominan-
de al resto. En conjunto, constituyen te. El descontento popular puede pro-
el estrato o clase superior de la socie- vocar el derrocamiento de una élite,
dad. El estrato inferior o no élite está pero otra parecida surgirá inevitable-
conformado por aquellos individuos mente de las mismas masas, la cual
que no tienen influencia y corresponde desempeñará las funciones de clase
a la mayoría de la población. dominante. El poder de la élite y su
Las élites y las aristocracias no per- predominio reposan en el hecho de que
duran, sino que degeneran a lo largo es una minoría organizada acompa-
del tiempo. Toda élite necesita organi- ñada por una mayoría desorganizada.
zarse con refuerzos provenientes de las La desorganización de la mayoría deja
clases inferiores, con sus mejores ele- a cada uno de sus integrantes en un
mentos. Cuando se da la decadencia estado de impotencia frente a la orga-
de una élite, una nueva se forma en el nización de la minoría. Precisamente
seno de las clases inferiores. por ser una minoría, un grupo peque-
Como la circulación de las élites es ño puede lograr lo que la mayoría no:
la esencia de la historia, los levanta- comprensión mutua y una acción con-
mientos populares no tienen verda- certada.
deras consecuencias para el pueblo; Cuando una fracción de la élite, que
sirven sólo para facilitar la caída de la comienza a ser marginada del poder
vieja élite y el surgimiento de una nue- por sus intentos renovadores, aspira
va. Las élites usan a las clases inferio- a derribar al gobierno, se apoya siem-

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pre en las clases inferiores, que la si- se le conoce como la ley de hierro de la
guen fácilmente si están en contra del oligarquía.
orden de cosas constituido. Así, la masa La masa nunca se rebela en forma
se convierte en un instrumento ne- espontánea, es decir, sin líderes. En las
cesario de casi todas las sublevaciones revueltas o revoluciones las masas son
y, con frecuencia, aparecen al frente conducidas por dirigentes, quienes, una
de los movimientos populares hom- vez que han tomado el poder en nombre
bres de una condición social superior del pueblo se transforman en una cas-
(Mosca, 1955: 328-332 y 1984: 107- ta relativamente cerrada, alejada del
108, 110, 120, 123, 126, 131, 169, 231- pueblo y en ocasiones opuesta a él.
232, 314, 318 y 322-323). En situaciones normales, no revo-
La teoría de las élites también cues- lucionarias, los sujetos más talentosos,
tiona la efectividad del sufragio univer- los líderes revolucionarios potenciales,
sal. La soberanía popular como resul- están siempre expuestos a una gran
tado del sufragio universal es un mito, variedad de influencias seductoras. La
un mito muy peligroso, puesto que a lucha real no se entabla entre las ma-
través de él la masa llega a creer que sas y los líderes, sino entre los líderes
gobierna y que los funcionarios elegi- ya existentes y los nuevos, desafian-
dos son meros sirvientes. tes y en ascenso, lo que propicia que
Las masas necesitan del liderazgo en ciertas circunstancias se dé no sólo
y en realidad se sienten muy contentas la circulación de élites, sino también
de que otros se ocupen de sus asun- una reunión de élites, o mejor dicho, una
tos y, por supuesto, esto sirve para re- amalgama de los dos elementos (Mi-
forzar el carácter aristocrático de las chels, 1991: t. 1, 67, 77-78, 80, 128, 199
agrupaciones sociales y políticas. Esta y 213, y t. 2, 10-11, 153 y 189).
teoría considera a las masas como En suma, de acuerdo con la teoría
apáticas, por lo que tienen la necesi- de las élites, en todas las sociedades, de-
dad de un guía. La incompetencia de sarrolladas o no, aparecen dos grupos
las masas es casi universal en casi de personas: los que gobiernan y los
todos los aspectos de la vida política, que son gobernados. Los primeros,
y esto es lo que constituye el funda- siempre los menos numerosos, desem-
mento más sólido del poder de los líde- peñan todas las funciones políticas,
res. La pericia de éstos también con- monopolizan el poder y gozan de las
duce a la oligarquía, puesto que las ventajas que el poder lleva consigo, en
masas incompetentes se someten a tanto que los segundos, los más nu-
ellas dándoles una autoridad que a la merosos, son directamente controla-
larga destruye la democracia. En otras dos por los primeros.
palabras, la democracia conduce de La minoría o élite la forman los que
modo necesario a la oligarquía, a esto tienen los índices jerárquicos más altos

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en la rama de su actividad, es decir, siones directas en las masas,


los mejores en su actividad. Sólo quie- pues sirven para facilitar la caí-
nes están calificados para pertenecer da de la vieja élite y el surgi-
a la élite gobernante son los que poseen miento de la nueva.
cualidades para ejercer las funciones 7. Que las masas ejercen presiones
del gobierno. sobre la élite para que ésta tome
Con base en lo anterior, en este en cuenta su sentir.
artículo pretendemos demostrar lo si- 8. Que las masas, incompetentes
guiente: y apáticas políticamente, necesi-
tan de guías y de líderes. Nunca
1. Que la élite y la aristocracia por- se rebelan en forma espontánea,
firista no perduró porque dege- es decir, sin líderes.
neró y no se renovó a tiempo. 9. Que en todo movimiento revolu-
2. Que con la decadencia de la élite cionario las masas son conduci-
porfirista comenzó a gestarse das por líderes que se transfor-
una nueva élite política, la ma- man en una élite cerrada una
derista. vez que han tomado el poder en
3. Que cuando se agudizan las di- nombre del pueblo.
ferencias entre la élite gobernan- 10. Que la lucha real por el poder no
te y la masa sometida estalla la se realiza entre las masas y los
Revolución. líderes, sino entre los líderes ya
4. Que el descontento popular pue- existentes y los líderes nuevos.
de provocar el derrocamiento de
una élite al tiempo que de las
masas puede surgir otra élite LA REVOLUCIÓN MEXICANA COMO
que desempeñe las funciones de LUCHA ENTRE LA ÉLITE PORFIRISTA
clase dominante. Y LA ÉLITE REVOLUCIONARIA
5. Que en la Revolución mexicana
se presentó el fenómeno de la Las élites políticas son un objeto de
amalgama de élites primero y estudio importante porque represen-
la circulación de las élites des- tan a los miembros más poderosos e
pués, cuando finalmente se dio influyentes de la sociedad en materia
la sustitución de una élite polí- de gobierno. La historia y los aconte-
tica por otra. cimientos políticos han sido descritos
6. Que con la Revolución mexicana por lo general en función de la clase
se demuestra que la circulación política gobernante y de sus actos. Los
de las élites es la esencia de la sistemas políticos en la teoría de las é-
historia, ya que los levantamien- lites suelen designarse y diferenciarse
tos populares no tienen repercu- según la índole del reclutamiento de

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la élite política. De igual forma, suce- Congreso de Madero puede notarse que
sos políticos importantes como pro- no se refleja una marcada revolución
nunciamientos, revoluciones y refor- generacional, sino más bien una su-
mas políticas están relacionados con cesión evolutiva más gradual.
cambios en la élite política, con su re- Tanto los diputados como el gabi-
novación o desplazamiento. nete de Díaz estaban conformados pri-
Son varias las razones que demues- mordialmente por abogados, militares,
tran el desplazamiento de la élite por- industriales y representantes del clero.
firista. La etapa inicial del proceso re- Con la Revolución mexicana se da un
volucionario empezó con un régimen desplazamiento de los miembros de los
liberal sin objetivos sociales reales grandes negocios y del clero, aumen-
(Francisco I. Madero, 1911-1913), in- tando la representación del ejército.
terrumpido por un golpe conservador La mayoría de los jefes de las fuer-
y reaccionario (Victoriano Huerta, 1913- zas revolucionarias eran de clase media:
1914) y consolidado posteriormente Obregón era ranchero, Plutarco Elías
con Venustiano Carranza y Álvaro Calles profesor, Salvador Alvarado bo-
Obregón. Los dirigentes revoluciona- ticario, Carranza latifundista. El mismo
rios más radicales (Francisco Villa y Zapata, empeñado en una reforma a-
Emiliano Zapata) fueron muertos en graria, no era un campesino sin tierras
el proceso de consolidación, aunque sino un minifundista. Sólo unos cuan-
algunos con orientaciones jacobinas tos jefes militares tuvieron orígenes
como Lázaro Cárdenas desempeñaron humildes como Pánfilo Natera que era
un papel importante posteriormente. un peón indígena y Pablo González,
En 1910 se inició una revolución trabajador de un molino.
generacional de gran envergadura. La Con base en lo anterior podemos
élite porfirista no sólo era una oligar- afirmar que la Revolución mexicana
quía represiva sino también enveje- fue un cabal desplazamiento de la élite
cida. De acuerdo con John D. Nayle porfirista, es una revolución política
(1979: 11, 35-36 y 40-44), la compo- triunfadora pero en lo social bastante
sición generacional del gabinete de incompleta. Dicho de otra forma, en
Porfirio Díaz en 1910 tenía entre 50 y el estudio y análisis de las élites políti-
90 años, mientras que en el gabinete cas en la Revolución mexicana pode-
de Carranza, en 1920, la edad oscilaba mos ver un desplazamiento definiti-
entre los 27 y 47 años. En el caso de vo de la élite política del porfiriato y
los diputados, en los últimos años del la transformación generacional de la
porfiriato más de la mitad tenía arriba élite. Lo que es un hecho evidente es
de 50 años de edad, mientras que para que durante el porfiriato las nuevas
1920 más de la mitad tenía menos de élites en proceso de modernización y
30 años. En el caso del gabinete y el que encabezaron la Revolución, tenían

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también un status de élite, por lo menos y el comercio, la banca y la industria


secundario, por lo que el efecto espe- se vinculaban al mercado interior. Esta
rado de la Revolución mexicana en la facción de la burguesía mexicana flo-
composición de la élite sería funda- reció al cobijo de la centralización del
mentalmente generacional, sin despla- porfiriato y llegó a tener representan-
zamiento decisivo de clase social. tes en puestos claves del gabinete de
Existen variados elementos para Díaz y en las gubernaturas de algunos
determinar que durante la lucha arma- estados de la República como Sonora,
da fueron los sectores de la burguesía Chihuahua, Estado de México, Mo-
mexicana, particularmente los terrate- relos y Yucatán. Después siguen las
nientes, los afectados por los cambios facciones regionales de la burguesía
revolucionarios. Los demás sectores de mexicana, con evidentes afinidades es-
la antigua clase económicamente do- tructurales con “los científicos”, pero
minante casi no fueron tocados y cabe con una notable debilidad política pro-
advertir que grupos enteros de la mis- vocada y alimentada por el centralismo
ma, como serían los inversionistas ex- y la dictadura. Por último se encon-
tranjeros y los banqueros mexicanos, traban los hacendados, con mayor im-
pasaron a formar parte casi íntegra de portancia social que económica y polí-
la nueva clase dominante posrevolu- tica. Éstos eran los integrantes del bloque
cionaria, lo que nos lleva a confirmar en el poder y los atributos que los ca-
la tesis de que la Revolución mexicana racterizaban. Entre ellos se daban los
significó una circulación de la élite po- acuerdos oligárquicos mediados siem-
lítica que garantizó cierta permanencia pre por la autoridad del dictador (Leal,
de la élite económica del porfiriato. 1993: 144-145).
La conformación del bloque en el De la élite dominante del porfiriato,
poder durante el porfiriato quedó inte- los verdaderos perjudicados por la Re-
grado de la siguiente manera: el primer volución mexicana fueron los terrate-
plano del bloque dominante lo cons- nientes, ya que buena parte de las an-
tituye la burguesía extranjera ubicada tiguas propiedades rurales porfiristas
en la minería, la siderurgia, los ferro- fueron afectadas por la Revolución,
carriles, los servicios públicos, las fi- aunque muy pocas de ellas siguie-
nanzas y la agricultura de exportación. ron el camino de la reforma agraria,
Después viene la burguesía mexica- ya que en su mayoría fueron a parar a
na con sede en la ciudad de México y manos de los generales y políticos revo-
vinculada al grupo de “los científicos”, lucionarios que se impusieron después
dedicada a la agricultura, el comercio, de 1916 y que constituyeron las prime-
la industria y la banca, aquí la acti- ras generaciones de gobernantes del
vidad agrícola se ligaba tanto al mer- México posrevolucionario. Fue princi-
cado nacional como al internacional, palmente hasta el cardenismo cuando

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se fracciona el latifundio y se hace efec- mental o determinante en el interior


tiva la reforma agraria. de la sociedad mexicana en 1910 fue
Por otro lado, la dictadura porfirista la pugna violenta entre los sectores
se caracterizó por un proceso extra- burgueses marginados del beneficio de
legal de centralización y concentración la mayoría de las decisiones y un papel
de poderes en el presidente de la Re- autónomo frente a él. Es decir, la bur-
pública, que invadió la división de po- guesía nacionalista encabezada por
deres, el pacto federal y las libertades Madero requería espacios de partici-
ciudadanas. La dictadura instaurada pación económica y política limitando
por Díaz frenó toda posibilidad a los al capital extranjero, en la misma me-
intentos de abrir espacios para el juego dida en que deseaba negociar con el
político partidario, con lo que cerró el capital extranjero un reparto más be-
paso al poder a las nuevas generacio- néfico para la burguesía nacional de las
nes y produjo la violencia que habría ganancias generadas en suelo mexica-
de destruirla (González, 1981: 1007). no (Rosas, 1977: 63-68).
De esta forma, la descomposición de la La Revolución mexicana aparece en
élite porfirista se manifestó por su in- parte como una violenta irrupción de
capacidad para ejercer el control polí- las masas, fuera de la estructura de do-
tico. Lo que la Revolución mexicana minación estatal y contra ella, que al-
demostró fue que el viejo régimen ha- tera y transforma todas las relaciones
bía perdido legitimidad. sociales del país durante los diez años
Es una ficción suponer que la causa de actividad revolucionaria, la cual se
del conflicto armado iniciado en 1910 presenta como una guerra con parti-
fue la pugna entre el pueblo, como cipación campesina por la tierra, que
grupo dominado, contra despóticos puso en cuestión el poder y la estructu-
hacendados feudales. El papel dirigente ra del Estado controlado por un bloque
o el predominio durante la Revolución de poder cuya hegemonía detenta-
mexicana no se halló jamás del lado ban los terratenientes porfiristas. Es
de los intereses del pueblo o las masas, también, y sobre todo, una crisis inter-
entendidas como una categoría social burguesa y una crisis de la transición
formada por las clases y grupos so- en el Estado burgués. Esta transi-
ciales dominados políticamente por el ción estaba determinada por el ascen-
Estado y explotados económicamente so de un nuevo sector de la burguesía
por la burguesía. Es evidente la parti- que pasaba de terrateniente a indus-
cipación de los grupos populares en trial (sin dejar de ser propietaria de
la lucha revolucionaria como la prin- tierras), uno de cuyos prototipos era
cipal fuerza del conflicto, pero no como precisamente Madero, quien buscaba
sector directriz del mismo. Más bien una transformación en los métodos de
diríamos que la contradicción funda- dominación del Estado para hacerlos

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acordes con las transformaciones eco- te vieja y la élite en ascenso, en que el


nómicas vividas en el país. Esta crisis, sector que intenta apoderarse del con-
producto del nivel de desarrollo capi- trol del Estado acude a la movilización
talista favorecido y organizado por el de las masas en su apoyo.
Estado porfiriano, tomó la forma polí- Coincidiendo con John Womack
tica de la crisis interburguesa que opu- (1985: 88-89), los Acuerdos de Ciudad
so al maderismo, como movimiento Juárez se convirtieron en realidad en
nacional, contra el régimen porfirista. unos tratados entre dos élites: la ma-
Erróneamente los historiadores han derista emergente y la porfirista deca-
insistido sobre el origen popular de los dente, con el objetivo de buscar poner
líderes revolucionarios pero no es así.
En realidad, el nivel social de los di-
rigentes fue generalmente más eleva- La Dictadura, Juan O’Gorman

do de lo que se ha pensado, pues mu-


chos de ellos provenían de familias con
posición económica holgada.
Alrededor de Madero se agruparon
hombres con posibilidades económi-
cas considerables, como los hermanos
Aguirre Benavides, dueños de grandes
extensiones de tierra en Coahuila. Con
su fortuna personal pagaron y arma-
ron a los primeros maderistas que se
alzaron en el norte del país. Muchos
de los principales jefes revolucionarios,
sobre todo los que siguieron en un
inicio a Madero, pertenecían a fami-
lias de abolengo y con solvencia eco-
nómica, pero que habían perdido gran
parte de su poder con la llegada de los
porfiristas a los principales puestos pú-
blicos (Ramos, 1988: 219-224).
A partir de noviembre de 1910,
cuando estalla la Revolución mexicana
encabezada por Madero, y hasta mayo
de 1911 con los Acuerdos de Ciudad
Juárez, la Revolución se presenta como
una lucha entre dos facciones de la bur-
guesía, como una lucha entre la éli-

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fin a la Revolución y evitar la irrupción pales continuaron las mismas perso-


de las masas. La revolución maderista nas con las mismas funciones, con la
sólo buscaba la retirada de Díaz del excepción de los estados de Sonora,
poder, pero manteniendo la misma es- Chihuahua y Coahuila, donde se nom-
tructura económica y social del por- braron autoridades provisionales de fi-
firiato. liación maderista (Leal, 1993: 132-133).
Con la firma de los Acuerdos de Al término de su revolución Made-
Ciudad Juárez, en que se establece a- ro se mostró incapaz de controlar a
demás el licenciamiento de las tropas las masas, ni por legitimación ni por
revolucionarias maderistas, la activi- coerción. Un error grave fue prescindir
dad revolucionaria es mantenida exclu- de los auténticos dirigentes populares
sivamente por los zapatistas. Madero, que le apoyaron desde el inicio de la
al llegar al poder en noviembre de 1911 Revolución mexicana (Knight, 1989:
y hasta febrero de 1913, logra el licen- 39 y 59). El maderismo no logró la re-
ciamiento efectivo de las tropas revo- construcción política del país porque
lucionarias que movilizó (con la excep- su revolución no había engendrado to-
ción de la zapatista), asume el control davía una élite política homogénea.
del Estado burgués construido duran- Además, por haber mantenido intacto
te el porfiriato, mantiene el mismo el mismo ejército porfirista su capaci-
ejército porfirista y enfrenta con éste dad de respuesta militar quedaba li-
la revolución zapatista, al mismo tiem- mitada, tanto por el carácter personal
po que introduce algunas reformas po- de Madero como por la falta de un ins-
líticas y democráticas en el Estado. trumento adecuado: el ejército revolu-
Después de firmados los Acuerdos cionario (Guerra, 1990: 276).
de Ciudad Juárez se repartieron cuo- Después de la muerte de Madero,
tas de poder entre porfiristas y made- y una vez que Victoriano Huerta llegó
ristas, los nuevos aliados. Los primeros al poder mediante la “decena trágica”,
retuvieron la Presidencia interina con en marzo de 1913 se firma el Plan de
Francisco León de la Barra y la Secre- Guadalupe encabezado por Venustia-
taría de Guerra y Marina con el general no Carranza. A partir de ese momento
Eugenio Rascón, mientras que la cú- la Revolución vuelve a extenderse como
pula maderista obtuvo diversas secre- una nueva crisis interburguesa y una
tarías de Estado. pugna entre dos élites. La vieja élite
Los diputados y senadores electos porfirista se resiste a perder el poder
en 1910 continuaron en sus funciones y la nueva élite revolucionaria no se
y formaron parte de la cuota de poder encuentra aún consolidada, lo que da
que los porfiristas se garantizaron lugar a una pugna en un nivel superior
dentro de la nueva coalición política. al inicial, entre la facción de Huerta
En los gobiernos estatales y munici- (que representa el retorno al porfiriato

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Una interpretación de la Revolución mexicana a través de la teoría de las élites

y quien cuenta además con el apoyo pata, de octubre a diciembre de 1914,


de casi todos los gobernadores de los el movimiento de las masas revolucio-
estados, con la excepción de los de narias alcanza su cúspide. Se unen
Coahuila y Sonora) y la encabezada villistas y zapatistas, atrayendo hacia
por Carranza, que se constituye como sí a un sector pequeñoburgués radical
la continuación de la lucha maderista. del constitucionalismo, controlando
Se organiza y triunfa el Ejército Cons- así la Convención de Aguascalientes y
titucionalista de Carranza y en Zaca- aprobando el Plan de Ayala, el progra-
tecas la División del Norte, el ejército ma social del zapatismo. Por desacuer-
villista, destruye al Ejército Federal dos entre la dirección campesina y
porfirista. Mientras tanto, la revolu- la dirección burguesa encabezada por
ción zapatista sigue su propio curso. Carranza, se da la ruptura entre el
Con el triunfo constitucionalista en convencionismo (alianza zapatismo-
1914, los ejércitos revolucionarios de- villismo) y el constitucionalismo (alian-
rrotaron y licenciaron al Ejército Fe- za obregonismo-carrancismo), inicián-
deral de hechura porfirista, destru- dose así la lucha entre las facciones
yendo así el último reducto del orden triunfadoras de la revolución antipor-
oligárquico. La destrucción del Estado firista.
liberal oligárquico por la insurrección La División del Norte y el Ejército
popular armada lidereada por los cons- Revolucionario del Sur, encabezados
titucionalistas hizo que las clases y por Villa y Zapata, respectivamente, con
grupos sociales beneficiados durante la bandera de la legalidad revolucio-
el porfiriato perdieran sus instrumen- naria de la Soberana Convención de
tos de poder. Sin ejército, sin policía, Aguascalientes, nombran presidente
sin guardias rurales, sin diputados, sin interino a Eulalio Gutiérrez y ocupan
ministros, sin jueces, sin legitimidad después la capital de la República. El
alguna, los grupos políticamente do- gobierno carrancista, por su parte, se
minantes del porfirismo se hallaron traslada a Veracruz, generándose tem-
imposibilitados para gobernar. poralmente una dualidad de poder.
De abril de 1915 a enero de 1917, es
decir, desde las batallas del Bajío entre
LA LUCHA POR EL PODER ENTRE obregonistas y villistas hasta el Con-
LAS ÉLITES REVOLUCIONARIAS greso Constituyente de Querétaro, se
produce la derrota militar y psicológi-
Entre la Convención de Aguascalien- ca del convencionismo, momento en
tes, en que se intenta elaborar un pro- que los ejércitos campesinos muestran
grama revolucionario de gobierno, y la su incapacidad para organizar el Es-
ocupación de la ciudad de México por tado en el plano nacional, y en que se
los ejércitos campesinos de Villa y Za- da la deserción de algunas tendencias

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pequeñoburguesas que se pasan del el Estado elaborando la Constitución


convencionismo al constitucionalismo, de Querétaro de 1917 (Gilly, 1981a:
la radicalización del constituciona- 40-42).
lismo y sus leyes agrarias, obreras y La etapa que va del Congreso de
administrativas (las cuales le quitaron Querétaro al asesinato de Zapata, de fe-
banderas al convencionismo), fenóme- brero de 1917 a abril de 1919, se ca-
nos que, aunados al cansancio y la racterizó por la alianza Carranza-
desilusión de las masas campesinas Obregón que, con la Constitución de
ante la no resolución de sus deman- 1917, selló en un nuevo pacto social
das, convergen en el inicio del reflujo que sentó las bases de un Estado con
de la marea revolucionaria, expresado un modelo capitalista que incluyó evi-
en el paulatino repliegue de las masas dentes elementos de nacionalismo y
y el avance de las fuerzas burguesas y reformismo social, pese a los intentos
pequeñoburguesas organizadas bajo la conservadores de Carranza, quien se
bandera constitucionalista. negaba a profundizar las reformas so-
Por estas razones, la Casa del Obre- ciales. Con el artículo 27 constitucio-
ro Mundial se inclina por su partici- nal el Estado se convirtió en la fuente
pación al lado del constitucionalismo del derecho de propiedad y limitó los
y firma un pacto con Carranza para intereses del capital extranjero en la
crear los batallones rojos, ejército de economía nacional. Incluyó un proceso
obreros que luchó contra los ejércitos de reforma agraria encaminado a trans-
campesinos de Villa y Zapata. formar la concentración de la tierra de
Obregón derrota a las tropas villis- las grandes haciendas. Con el artículo
tas en el Bajío y a fines de 1915 casi 123 se reconoció y facultó al Estado
las ha destruido. El zapatismo, por su como ente regulador de las relaciones
lado, se repliega en el estado de Mo- entre el trabajo asalariado y el capital.
relos y practica su experiencia de au- Las facultades y atribuciones legales
togobierno, que algunos han denomi- del titular del Poder Ejecutivo Federal
nado como comuna campesina (Gilly, también aumentaron considerable-
1986: 235-308). mente con la nueva Constitución.
Después de imponerse al villismo En esta misma etapa, particular-
Carranza se enfrenta con la Casa del mente desde 1915, Carranza, en su
Obrero Mundial y la vence en la fraca- calidad de presidente interino, comen-
sada huelga general de julio de 1916, zó a reorganizar el Estado integrando
la cual acentúa el descenso de la Re- al aparato estatal a una buena parte
volución. Mientras tanto, la facción de la élite política del porfiriato (Gilly,
triunfadora de la Revolución mexicana 1981a: 43), mientras la facción peque-
hasta ese momento, los constitucio- ñoburguesa se repliega con Obregón.
nalistas, se preocupan por reorganizar La primera continúa su lucha contra

114
Una interpretación de la Revolución mexicana a través de la teoría de las élites

el último bastión organizado de la re- élite política surgida de la Revolución,


volución campesina: los zapatistas. la cual culmina con el asesinato del
Cuando ese bastión se disgrega con el presidente constitucional Carranza y
asesinato de Zapata, el carrancismo la entrada de Obregón a la capital del
comienza a aislarse socialmente por país, acompañado tanto por el general
haber frenado las reformas sociales. antizapatista Pablo González, como
Así, el gobierno de Carranza se enfren- por el general Genovevo de la O, prin-
ta a una profunda contradicción que cipal jefe campesino sobreviviente del
hacía imposible su perduración: tener ejército zapatista. A la muerte de Ca-
un nuevo pacto social con la Consti- rranza se forma un gobierno sustituto
tución de 1917 que contemplaba una encabezado por Adolfo De la Huerta,
serie de reformas sociales en beneficio quien logra la pacificación del país y
de amplios sectores sociales, y excluir la rendición del ejército villista. Obre-
la participación de la mayoría de la po- gón es electo presidente de la Repúbli-
blación al no aplicar dichas reformas ca y asume el cargo en diciembre de
y no sólo no representar sino combatir 1920. La Revolución mexicana había
los intereses de los sectores sociales. terminado y la élite triunfadora de ella
Lo anterior explica las desavenencias es la obregonista, la cual se impuso
entre dos cabezas de élite, Obregón y sobre las masas pero quedó depen-
Carranza, que se convierten después diente de su apoyo y su consenso.
en ruptura.
Es entre 1919 y 1920 cuando se
concreta la derrota del ala radical de CONCLUSIONES
la Revolución mexicana, el zapatis-
mo, así como el agotamiento del ala Entre el porfiriato y los regímenes revo-
conservadora representada por el ca- lucionarios hay mayor continuidad de
rrancismo. Esta última, empeñada en lo que se supone, pues en la repetición
aplastar a los zapatistas, hace que as- de los apellidos y familias se puede ver
cienda finalmente la figura de Obre- una continuidad asombrosa. En la
gón, el general revolucionario invicto Revolución y la posrevolución el poder
y con un gran apoyo del ejército, el cual económico se conserva en las mismas
llega a la presidencia cuando las masas manos que en el porfiriato.
fatigadas están en repliegue. Durante la Revolución mexicana
El plan obregonista de Agua Prieta muchos inversionistas extranjeros a-
abre una nueva pugna interburguesa bandonaron el país y otros más pere-
armada en la revolución declinante, cieron en la contienda. A pesar de ello,
caracterizada por una purga de la puede afirmarse que la antigua clase
nueva élite política revolucionaria, que económicamente dominante, tanto na-
refleja las discrepancias entre la nueva cional como extranjera, siguió siendo

115
Rosendo Bolívar Meza

la misma después de la Revolución. exponente es precisamente Madero.


Durante el gobierno de Obregón, por La nueva burguesía mexicana sur-
ejemplo, buena parte de los capitalis- gida de la Revolución permitió y favo-
tas que escaparon del país durante los reció la participación económica de la
años de la lucha armada volvieron a antigua, pero manteniéndola subordi-
México y siguieron invirtiendo en sus nada y negándole toda representación
antiguos negocios. Casi todos los gru- política.
pos capitalistas del porfiriato tuvieron El tipo de Estado y las clases so-
oportunidad y tiempo de acostum- ciales surgidas de la Revolución son
brarse a los cambios revolucionarios, las mismas que las del porfiriato. En
e inclusive los banqueros fueron acree- cuanto al Estado, sólo cambió su for-
dores de los bandos revolucionarios ma (régimen político), más no su con-
que se disputaban el poder político. tenido, pues siguió siendo esencial-
Los grupos financieros extranjeros mente capitalista. Las clases sociales
que durante el porfiriato se habían de- siguen siendo las mismas, aunque con
dicado sobre todo a la industria y al dos excepciones importantes: la des-
comercio, después de la lucha armada trucción de la vieja clase terrateniente
o se nacionalizaron (como fue el caso y la proliferación en el campo de pe-
de algunos franceses y españoles) o de- queños propietarios.
saparecieron de la escena nacional, En los años veinte, con la hegemo-
convirtiéndose cada vez más en gru- nía del grupo Sonora se da un proceso
pos insignificantes para el desarrollo de despolitización del ejército o desmi-
económico del país (Córdova, 1981: litarización de la política, en el cual re-
76-78). troceden los militares y resurgen los ci-
De esta forma, podemos concluir viles. A medida que retrocedían los
con François-Xavier Guerra (1989: 16) militares y se debilitaba el caudillis-
que con la Revolución mexicana no se mo, empezaron a reaparecer los inte-
da la sustitución de una élite por otra, lectuales civiles. La institucionalización
sino la añadidura de nuevos actores. de la Revolución mexicana necesitó de
Una buena parte de los actores políti- sus talentos. Con el paso de los años
cos del porfiriato continúan existiendo. se hizo evidente que el prestigio y la
De las grandes familias pertenecien- popularidad de los campos de batalla
tes a la élite porfirista unas desapa- ya no eran un pasaporte para llegar a
recen, otras se conservan y, después, los altos cargos públicos, ahora se ne-
aparecen otras nuevas. Hay una gran cesitaban los títulos profesionales y la
continuidad. Este fenómeno es lógico experiencia política y administrativa.
porque la Revolución mexicana empie- A partir de entonces, la nueva élite
za también como una revuelta de cla- decidió iniciar un proceso de reestruc-
nes excluidos del poder cuyo principal turación económica y de instituciona-

116
Una interpretación de la Revolución mexicana a través de la teoría de las élites

lización política siguiendo el camino Guerra, Francois-Xavier


1989 “Teoría y método en el análisis
del capitalismo. La nueva élite revo-
de la Revolución mexicana”, en
lucionaria estaba plenamente con- Revista Mexicana de Sociología,
vencida de que para tener un gobierno México, año LI, núm. 2, Instituto
de Investigaciones Sociales-Uni-
estable y poner en marcha un buen
versidad Nacional Autónoma de
programa de desarrollo económico se México, abril-junio.
tenía que crear legitimidad. 1990 “Las elecciones legislativas de la
Revolución mexicana. 1912”, en
Revista Mexicana de Sociología,
NOTAS año LII, núm. 2, abril-junio, Insti-
tuto de Investigaciones Sociales-
1 Universidad Nacional Autónoma
Sobre estas interpretaciones puede
de México.
consultarse Gilly, 1981: 150; así como
Knight, Alan
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Rosendo Bolívar Meza

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