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Desarrollo local, redes sociales asociativas y municipio en Chile: algunos desafíos

Juan Arredondo Barrios, Geógrafo

Resumen: Espacio y desarrollo son conceptos cuya interpretación se ha modificado sustancialmente


durante el tiempo. Como toda construcción humana su comprensión se lee desde la época histórica
que les corresponde. En la era de la globalización dichos conceptos se han vuelto más difusos,
complejos, pero también más prometedores en tanto logran describir de manera adecuada la actual
realidad. Las redes sociales aparecen como un concepto de gran utilidad para explicar el
funcionamiento de las personas y organizaciones en el espacio local con claras vinculaciones a la
teoría del capital social. El municipio también ha experimentado cambios y la trascendencia de las
actuales administraciones locales es mucho mayor que antaño. Sin embargo; aún persisten rezagos
significativos en el ámbito municipal para enfrentar, desde la actual realidad, una nueva función
crecientemente demandada por la sociedad: la promoción del desarrollo en el ámbito del territorio
comunal.

Introducción

A través de la historia de Chile, la relevancia de lo local ha sido distinta, dependiendo de las


condiciones sociales, políticas y económicas que caracterizan cada periodo. Las funciones y las
atribuciones del municipio, como institución encargada de la administración local, se han adecuado
al conjunto de características externas (nacionales e internacionales) que definían cada época
histórica. Paradójicamente, uno de los momentos de nuestra historia en que mayor valoración tuvo
el ámbito de lo local fue antes de la república, durante nuestra historia colonial, cuando la tradición
comunal española nos legó el Cabildo. Ya en esos años, España mostraba una tradición local -
comunal de gran importancia; las facultades de administración y gobierno que las villas y ciudades
medievales exhibían en la península, demostraban el arraigado compromiso de toda la estructura
política española respecto de las atribuciones y soberanía popular de los vecinos.

La historia, la costumbre, la cultura, juegan un papel importante a la hora de explicar la


preponderancia de la vida local al interior de una sociedad. Los países y regiones con altos niveles
de descentralización política y territorial cuentan con una historia (una tradición) que los avala, o
bien, han iniciado procesos de profundización democrática que pasan, necesariamente, por
estructuras territoriales más descentralizadas. En el caso chileno, el ordenamiento institucional ha
sido históricamente centralizado; con el proceso de retorno a la democracia se han concretado un
conjunto de reformas que van en la dirección de fortalecer la descentralización y acercar la toma de
decisiones a los espacios más cercanos a la gente. Este tránsito no ha sido continuo y, en
determinados momentos, ha carecido de vigor y potencia. En el Chile actual, la mayor relevancia de
lo local, responde al desarrollo político alcanzado por la sociedad en su conjunto. Cuando se
prioriza la toma de decisiones en niveles territoriales y administrativos más cercanos a la gente, se
está profundizando la democracia participativa y se perfecciona el proceso de distribución de bienes
sociales, pudiendo en teoría, satisfacer de mejor manera la demanda de dichos bienes por parte de la
comunidad local. Obviamente, alcanzar niveles aceptables de satisfacción de los bienes sociales, a
través de mayores niveles de descentralización de las decisiones no es necesariamente una cuestión
de causa – efecto. Existe un sinnúmero de otros aspectos que deben acompañar al proceso de
descentralización en el nivel local (el financiamiento, la coordinación con la institucionalidad
central, una provisión adecuada de recursos humanos, etc.) y que en conjunto conforman desafíos
de gestión de gran complejidad para el Estado y para los municipios. Quizás la mutación más
significativa que experimenta el municipio en Chile, es pasar desde un rol de administrador, hacia
otro de promotor del desarrollo de las comunidades territoriales bajo su jurisdicción. En otras
palabras, transitar desde administraciones locales hacia gobiernos locales. Para que este proceso
concluya en forma exitosa es necesario tener algunas certezas básicas: el significado del desarrollo
en el nivel local, el papel de los actores sociales, como se expresan en el espacio estas relaciones,
etc. El objetivo de este artículo es esbozar algunos aspectos de la realidad comunal (territorial) y de
gestión municipal que se vislumbran como desafíos para el municipio, en el objetivo de asumir la
función de promoción del desarrollo local.

El desarrollo local, algunas ideas básicas

El desarrollo local no es sinónimo de crecimiento económico. Hasta hace poco tiempo atrás, los
esfuerzos por definir el desarrollo presentaban un sesgo económico evidente, al punto de confundir
desarrollo con crecimiento económico. El desarrollo económico era el objetivo a alcanzar y la base
de las políticas sociales. Así, en 1976 José Medina Echeverría, renombrado sociólogo español
escribía “El desarrollo económico es un proceso continuado cuyo mecanismo esencial consiste en la
aplicación reiterada del excedente en nuevas inversiones, y que tiene, como resultado la expansión
asimismo incesante de la unidad productiva de que se trate. Esta unidad puede ser desde luego una
sociedad entera”. Actualmente, existe bastante coincidencia en señalar que el desarrollo es un
concepto más integral que incorpora otras categorías tanto o más importante que lo económico. Uno
de los esfuerzos señeros por ampliar la comprensión del desarrollo correspondió al Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD- con la construcción del Índice de Desarrollo Humano.
A través de este instrumento, el PNUD intenta capturar la complejidad del concepto y a la vez
objetivarlo mediante su aplicación empírica. El desarrollo humano, según el PNUD, se asocia con
“un proceso de ampliación de las opciones de la gente” que incluiría la satisfacción de necesidades
de carácter inmaterial como “la libertad de movimiento y expresión, la ausencia de opresión,
violencia y explotación. La gente quiere además tener un sentido de propósito en la vida, además de
un sentido de potenciación. En tanto miembros de familias y comunidades, las personas valoran la
cohesión social y el derecho a afirmar sus tradiciones y cultura propia” (Informe de Desarrollo
Humano 1996, PNUD).

En el análisis se entiende el desarrollo al modo PNUD, entre otras cosas porque a nivel local no
existe otra forma de entenderlo. Muchas acciones colectivas en que los actores locales emprenden
no son de naturaleza económica, no persiguen fines de lucro y sin embargo; pueden considerarse
como acciones que indudablemente potencian las capacidades locales. Cuando la gente se organiza
para defender el medio ambiente o emprende un trabajo conjunto para mejorar sus condiciones de
habitabilidad se generan procesos de crecimiento que pueden, en otro momento y contexto,
transformarse en el insumo necesario para emprender proyectos productivos u otros de significación
económica. Es decir, el fortalecimiento de la organización es la base fundamental para enfrentar
objetivos de distinta naturaleza.

Otra característica del desarrollo es que corresponde a un proceso localizable. La interacción entre
las personas, organizaciones o instituciones de distinta naturaleza y magnitud produce lazos y
emprendimientos comunes que fortalecen la organización existente y amplían las capacidades de
los actores involucrados. Todos estos acontecimientos suceden en un espacio definido; al decir de
Boisier el desarrollo “comienza por ser un fenómeno local, de pequeña escala, y ciertamente
endógeno”

Esta claro que el desarrollo surge de .manera discontinua, es esencialmente desigual, aparece en
ciertos territorios, pero aún se está lejos de entender exactamente los mecanismos que posibilitan su
aparición. Se ha logrado coincidir en que la intensidad y frecuencia de las interrelaciones entre
actores es un factor probablemente vinculado.

El espacio local y las relaciones funcionales entre actores

El espacio como categoría de investigación o de trabajo puede ser considerado como un contenedor
de fenómenos y elementos, una definición común puede ser “el medio físico en el que se sitúan los
cuerpos y los movimientos, y que suele caracterizarse como homogéneo, continuo, tridimensional e
ilimitado”. Esta definición da origen a una práctica histórica en el estudio del espacio relacionada
con la geografía de los lugares, es decir el conocimiento en detalle de los elementos, su
organización espacial y su funcionamiento.

A nivel local este tipo de investigación ha servido para aumentar el conocimiento diagnóstico o
catastral de dichos espacios. Sin embargo, los grandes volúmenes de información no facilitan
usualmente la gestión o la toma de decisiones por parte del municipio. Por otro lado, el espacio
puede ser considerado como “contenido” en las cosas como lo explica el geógrafo brasileño Milton
Santos: La realidad según este autor estaría formada por categorías o instancias .económica, político
– institucional, cultural – ideológica y espacial; en este sentido “en tanto que instancia, el espacio
contiene y está contenido por las demás instancias, del mismo modo que cada una de ellas lo
contiene y es por ellas contenida. La economía está en el espacio, así como el espacio está en la
economía”.

A cada época histórica le corresponden determinadas formas de organización espacial. Dichas


formas responden a la capacidad transformadora de las interacciones entre los elementos del
espacio (personas, empresas, instituciones, comunidades, infraestructuras, etc.).

Actualmente, las transformaciones sociales producto de la globalización producen nuevas formas de


relaciones entre los elementos del espacio. La actual época histórica se caracteriza por el notable
aumento en la capacidad de interacción física y virtual, tanto de personas como de organizaciones,
al interior de la sociedad. Grandes flujos de información se mueven por el espacio conectando a
individuos, comunidades, empresas, territorios, etc., como nunca antes había ocurrido. Los flujos de
información y la comunicación en tiempo real son posibles gracias a avances tecnológicos propios
de nuestro tiempo, fundamentalmente Internet y la telefonía móvil. Esta nueva realidad (la
globalización) produce estructuras características de organización en los elementos y actores que
participan de estos procesos. En el mundo virtual aparecen las redes como forma distintiva de
organización de personas, grupos, comunidades, empresas, etc. que interactúan en la WEB. Por otra
parte, en el mundo real, se ha revalorizado el nivel local como el espacio mas adecuado para la toma
de decisiones tanto en lo político como en lo económico. Una fuerte tendencia descentralizadora
recorre el mundo, sustentada desde la economía por la lógica de la especialización flexible y, desde
la política, por la necesidad de profundizar la democracia y mejorar la eficiencia de un estado cada
vez más constreñido en sus funciones.

Así como en la WEB las personas se organizan en redes, en el espacio real, especialmente en el
nivel local, también se habla de redes sociales para representar estructuras horizontales de
relaciones entre personas, organizaciones e instituciones de distinto tipo. Ciertamente no es que
recién ahora las personas y organizaciones funcionen en red, lo que es reciente es la valorización
que se realiza de dichas estructuras. Esta forma de entender la organización del espacio, permite
superar la perspectiva más estática del territorio en la que sus elementos constitutivos adquirían
significado en si mismo; es una lógica de estructuras espaciales o territoriales estáticas. Se habla de
comunidades, empresas, ciudades, consumidores, etc.; relacionadas a través de funciones o
modificadas por la acción de variables, cada una como una entidad independiente y separada de los
otros elementos. Esta forma de entender y analizar la estructura del espacio local, privilegiaba la
medición de atributos individuales de los elementos como método para comprender el
funcionamiento de la estructura.

La perspectiva del funcionamiento en red, obliga a mirar las formas de interacción (o vínculos) y a
considerar como unidades de trabajo la relación entre los elementos más que a cada elemento por
separado.

En términos metodológicos significa cambiar el foco de atención desde la medición de atributos


hacia la medición de relaciones, cambiar la estadística descriptiva por otras mediciones de flujos
basadas principalmente en la teoría de grafos y en el álgebra matricial. Una buena definición de
redes sociales es la siguiente “Las redes son, antes que nada, formas de interacción social, espacios
sociales de convivencia y conectividad. Se definen fundamentalmente por los intercambios
dinámicos entre los sujetos que las forman. Las redes son sistemas abiertos y horizontales, y
aglutinan a conjuntos de personas que se identifican con las mismas necesidades y problemáticas.
Las redes, por tanto, se erigen como una forma de organización social que permite a un grupo de
personas potenciar sus recursos y contribuir a la resolución de problemas.”

Desde el punto de vista de la gestión del desarrollo local, las redes sociales se encuentran
íntimamente relacionadas con la teoría del capital social y del neo institucionalismo. En el primer
caso las redes se manifiestan como la expresión social de las relaciones de confianza, cooperación y
reciprocidad que están en la base del capital social. Mientras más densas las redes en un territorio,
se asume mayor acumulación de capital social y, por lo tanto, mayores probabilidades de iniciar
procesos de desarrollo sustentables. En el contexto del neo institucionalismo, la existencia de redes
sociales que permitan la interacción de instituciones y organizaciones, supone un canal de
circulación adecuado para la difusión de normas y valores que sustentan el desarrollo territorial. La
visualización de un espacio dinámico en que el foco de interés son las relaciones más que los
elementos, impone desafíos a todos los actores vinculados con el desarrollo local. Sin lugar a
dudas, es el municipio uno de los más afectados por este cambio paradigmático, en un tema (el
desarrollo local) en que se ha convertido en uno de los actores más importantes.

Gestión territorial municipal y redes sociales

El municipio moderno está incorporando paulatinamente la estratégica función de promover el


desarrollo local, cambiando representaciones anteriores que le reconocían como un ente
eminentemente administrativo. Actualmente, junto con mantener sus funciones de administración,
se le está exigiendo hacer propuestas de desarrollo e implementarlas. Este es el punto de inflexión
que permitirá consolidar al municipio como un verdadero gobierno local, superando el rol de
administración local que hasta ahora le había sido característico. Sin embargo, el camino que se
empieza a recorrer tiene desafíos técnicos de gran envergadura y que se relacionan con el cambio de
enfoque acerca del funcionamiento del espacio local.

El municipio enfrentaría dos primeros desafíos de gran relevancia: 1) cambiar el enfoque de sus
diagnósticos territoriales y 2) adecuar sus procesos e instrumentos para la promoción del desarrollo.
En el primer caso el diagnóstico del territorio dejará de encuadrarse en límites políticos
administrativos inamovibles y se orientará hacia la identificación del espacio de acción e influencia
de redes sociales con alcances territoriales variables. Por otra parte, el énfasis se debe poner en el
plano dinámico de las relaciones entre actores más que en los atributos individuales de éstos. Por
último, será necesario preparar a los equipos técnicos encargados de realizar los distintos procesos
que contempla el diagnóstico territorial; desde la recopilación de la información en el territorio
hasta el análisis y conclusiones para la toma de decisiones. El segundo gran desafío identificado
surge de la aceptación de la premisa que la comuna es un espacio de flujos y que la densificación de
dichos flujos es condición necesaria para iniciar procesos de desarrollo. Si esto es así, entonces se
deben revisar los procesos e instrumentos con los cuales se cuenta actualmente para promover el
desarrollo local. El proceso de planificación comunal y los instrumentos de fomento y financiación
deben ser analizados críticamente para mejorar la capacidad de atender y fortalecer las redes
sociales que se consideren estratégicas para el desarrollo local. Por lo tanto, la primera tarea del
municipio debe ser diagnosticar correctamente el territorio comunal y posteriormente, generar los
instrumentos y procedimientos necesarios para intervenir en la realidad, no con una mirada
asistencial sino más bien de promoción y fortalecimiento del funcionamiento de las redes.

El diagnóstico de redes sociales

Un diagnóstico, de cualquier tipo, no debe contemplar recopilación a ciegas de información; por el


contrario, debe existir un conjunto de precisiones que ayuden a orientar el levantamiento y posterior
análisis de información pertinente. Dado que el objetivo es promover el desarrollo local, a través del
fortalecimiento de redes sociales existentes en el territorio, no interesará cualquier tipo de red, la
atención se debe poner en redes asociativas o también llamadas de iniciativas. Este tipo de red
vincula a organizaciones e instituciones (formales o informales) unidas por objetivos comunes
(comercializar, capacitar, difundir información, coordinar acciones, etc.). Una vez definido que para
el objetivo es necesario trabajar con redes asociativas, se puede establecer los énfasis que interesa
analizar desde la realidad (económico-productivo, promoción de organizaciones comunitarias,
fortalecimiento medio ambiental, etc.).

Las redes sociales pueden ser caracterizadas desde un punto de vista formal y desde un punto de
vista del contenido. Las características formales de una red se refieren a su extensión, el grado de
centralidad, el número de contactos entre los actores involucrados, los actores centrales de la red,
etc. Cabe señalar que las redes, usualmente, reconfiguran el espacio político administrativo
extendiendo su influencia más allá de los límites formales de un municipio. Por otra parte, el
contenido de la red, se orienta a evaluar si esta cumple con el propósito central de solucionar
problemas y/o alcanzar objetivos comunes entre sus integrantes. La estructura formal y el contenido
permiten caracterizar el espacio local desde el punto de vista del funcionamiento de sus redes
sociales, proporcionando conocimiento que resulta fundamental para una gestión municipal dirigida
hacia la promoción del desarrollo.

El primer problema que enfrentan los equipos municipales que intentan diagnosticar la realidad a
partir del análisis de redes sociales (ARS) es la inexistencia de información. Esta falencia tiene que
ver con la predominancia de un cierto paradigma en que se entiende al espacio compuesto por
elementos independientes que cumplen funciones específicas. Desde esta perspectiva, para entender
el funcionamiento del espacio se miden los atributos de sus elementos independientes; la lógica del
funcionamiento en red es precisamente lo contrario. No importan los atributos de los elementos
independientes, sino más bien, sus relaciones. Los elementos o actores (que pueden ser personas,
organizaciones, empresas, instituciones, etc.) se transforman en nodos de la red y adquieren
relevancia producto de las interacciones que establecen con otros nodos. Las fuentes de información
tradicionales no sirven para aproximarnos a la realidad desde el punto de vista de las redes. El
diagnóstico territorial de redes ha de considerar la elaboración de un cuestionario, aplicado a los
nodos de la red, que permita extraer la información necesaria para analizar su estructura y
contenido.

Con el objeto de proponer una sistematización preliminar del proceso asociado a la construcción de
un diagnóstico de redes territoriales se revisa un conjunto de pasos o etapas que un municipio
debería recorrer para alcanzar dicho objetivo.

Etapa 1. Definiciones preliminares

Actividad Actores involucrados

Producto

1 Definición de énfasis para el diagnóstico (económico – productivo, organizaciones comunitarias,


medio ambiente, etc.).

Equipo técnico municipal (ETM)

1 Objetivo del diagnóstico acordado por equipo técnico.

2 Determinación preliminar de actores participantes de la red (nodos). ETM Listado con actores
(nodos de la red) identificados.

3 Preparación de cuestionario tipo a ser aplicado a cada nodo de la red. ETM Cuestionario a los
integrantes de la red probado (aplicación de prueba a una muestra de integrantes)
Un diagnóstico territorial se puede elaborar, como un fin en si mismo, para obtener información
sobre algún aspecto específico de la realidad. Más usualmente, el diagnóstico del territorio es parte
de un proceso de gestión cuyo objetivo principal es entender correctamente el funcionamiento de la
realidad y, a partir de esto, tomar las decisiones correspondientes para transformarla de acuerdo a
los objetivos o intereses institucionales. Uno de los procesos de gestión de mayor envergadura al
interior del municipio es el de planificación comunal, cuyo producto fundamental es el PLADECO
(Plan de Desarrollo Comunal). De acuerdo con la ley, el PLADECO es uno de los instrumentos de
que dispone el municipio para cumplir sus funciones esenciales y debe contemplar “acciones
orientadas a satisfacer las demandas de la comunidad local y a promover su avance social,
económico y cultural”

La vigencia mínima de un PLADECO es de 4 .años; esto significa que al menos una vez durante el
mandato de un alcalde se debe realizar un proceso de planificación integral de la comuna. Los
énfasis del diagnóstico de redes estarán dados por el tipo de proceso en que se inserte; así en un
proceso amplio de planificación como el que conduce al PLADECO será necesario considerar
variados aspectos de la realidad; es decir, se deben identificar redes de distinta naturaleza.

Sea que se encuentre frente a procesos de gran envergadura como la planificación comunal o en
procesos más acotados como pueden ser intervenciones en áreas específicas, el diagnóstico siempre
será una parte importante de la planificación. Plantear el análisis de la realidad desde el punto de
vista de las redes sociales, implica un cambio de perspectiva en que se reemplaza la observación
estática de los atributos por la mirada dinámica de las relaciones entre elementos. En este contexto,
junto con la definición de los énfasis a trabajar en la realidad (aspectos productivos, socio –
comunitarios, medio ambientales, culturales, etc.) se deberán identificar los actores territoriales
relevantes en cada tema. Es necesario recordar que se intentará identificar redes de tipo asociativas,
es decir, que comprendan organizaciones, independiente de su tamaño.

Esta identificación de actores es preliminar y debe servir como punto de partida para definir la
extensión de la red. Es decir los propios integrantes de la red definirán su alcance .El cuestionario es
el instrumento para recopilar información de redes sociales territoriales, se aplica a cada uno de los
actores (o nodos de la red) preliminarmente reconocidos. La preparación del cuestionario debe
considerar tres partes: identificación, estructura de la red y contenidos de la red. Obviamente la
identificación debe ser clara y aportar todos los elementos que permitan ubicar al actor
organizacional al cual se le aplicará el instrumento.

En el apartado relacionado con estructura de la red, se debe incorporar preguntas que permitan
conocerla cantidad de contactos realizados entre el actor consultado y los otros actores,
identificación detallada de cada una de las organizaciones con las que se mantiene contacto (define
la extensión de la red), naturaleza del contacto (intercambio de información, coordinación,
cogestión, ejecución, evaluación, etc.), medio de contacto (teléfono, internet –correo, Chat, blog,
página Web, reunión), frecuencia del contacto durante un periodo (semanal, quincenal, mensual,
bimensual, etc.), mención de la organización más importante parallevar adelante los objetivos de la
red, identificación de tríadas y subgrupos al interior de la red, etc. Esta información nos debe
permitir describir formalmente la red y debe ser de vital importancia cuando se pretenda intervenir
en el fortalecimiento de su estructura.

En el contenido de la red, debemos orientar las preguntas hacia la capacidad que presenta la red
para cumplir con los objetivos y expectativas planteadas por los integrantes. Una red social
territorial de tipo asociativa o de iniciativa puede tener distintos niveles de asociación; existirán
redes con objetivos aún acotados o primarias como proporcionar información sobre características
de un producto o un tema, técnicas de producción, comercialización, información de mercado,
precios de proveedores, noticias generales del negocio común, etc. Es decir, una red
fundamentalmente informativa. Otras asociaciones más avanzadas pueden considerar desarrollar
acciones conjuntas entre distintos actores de la red. Acciones conjuntas que pueden ir desde
capacitación e implementación de proyectos sociales hasta asociaciones para la producción,
comercialización o el trato con los proveedores. En la medida en que la red avanza hacia estadios
superiores de asociación, los vínculos se fortalecen y se producen entornos virtuosos de desarrollo.
El cuestionario debe ser capaz de extraer este tipo de información y, mediante el análisis estadístico
de las respuestas, lograr caracterizar la naturaleza de la red (si es una asociación primaria o
avanzada), detectar diferencias en la consolidación de la relación entre actores (no todos los nodos
de la red pueden alcanzar el mismo grado de asociación), detectar los principales problemas que
enfrenta la red para fortalecer la asociación, etc.

Etapa 2. Medición de redes en el territorio y análisis de información Actividad Actores


involucrados Producto 4 Aplicación de cuestionario a los actores de la red (nodos).

Equipo técnico municipal, Organizaciones identificadas.

Cuestionario respondido por las organizaciones consultadas.

5 Determinación de la estructura formal de la red.

Equipo técnico municipal, Organizaciones identificadas. Acuerdo entre ETM y organizaciones


respecto de principales características de la red.

6 Determinación de la estructura de contenidos de la red.

Equipo técnico municipal, Organizaciones identificadas. Acuerdo entra ETM y organizaciones


respecto de principales debilidades y fortalezas de la red.

Dado que el cuestionario es el instrumento de recopilación de información más relevante para el


diagnóstico de redes sociales territoriales, su aplicación al conjunto de actores preliminarmente
identificados es de vital importancia. Para intentar disminuir la cifra de rechazos (aquellos que no
contesten el cuestionario) es necesario preparar y sensibilizar a los actores para el trabajo. Esto se
puede lograr mediante una convocatoria previa en que se les de a conocer el proceso que está en
marcha y la importancia de sus respuestas. La aplicación y posterior sistematización de la
información de los cuestionarios debe ser realizada por profesionales idóneos y debe arrojar como
producto intermedio una base de datos con la información consultada.

El análisis de la estructura formal de la red debe permitir identificar los nodos o actores que
concentran el mayor número de relaciones con el resto, esto da una idea de los liderazgos existentes
al interior de la asociación. La forma de la red también es importante de conocer dado que se puede
encontrar con situaciones de extremada centralización, por el peso desequilibrante de algún actor
particular. En otros casos, las redes son más horizontales cuando las influencias de los actores están
más repartidas. En términos generales, las redes más concentradas o centralizadas presentan riegos
mayores de supervivencia frente a acontecimientos que supongan la deserción del actor principal.
Son asociaciones más dependientes, a diferencia de las redes horizontales en que la influencia es
más equilibrada. La extensión de la red es otro aspecto importante a considerar dado que el
comportamiento espacial de las redes no tiene que ver con las definiciones político administrativas;
en otras palabras es posible que el alcance de la red rebase los límites comunales. En este sentido,
cualquier mirada espacialmente restrictiva de la red puede afectar su correcta comprensión. Estas
características formales de las redes son de gran importancia en el momento de diseñar posibles
acciones de apoyo y fortalecimiento para su funcionamiento.

Respecto de los contenidos de la red, como se ha señalado anteriormente, uno de los elementos a
establecer es el grado de consolidación de la red. Una definición operativa sirve para hacer la
distinción entre redes menos consolidadas o primarias y otras consolidadas o avanzadas. En general
el grado de consolidación de la red tiene que ver, desde nuestro punto de vista, con la fortaleza del
tipo de relación o vínculo que se produce entre los actores o nodos de la red. Una relación entre
actores será más fuerte cuando se realizan emprendimientos conjuntos y se materializa la
cooperación en la acción como característica esencial del vínculo. Como norma general es deseable
que en un territorio existan cada vez mas redes avanzadas o consolidadas, pues su funcionamiento
supone la existencia de procesos de desarrollo localizados. Resulta fundamental que en el momento
del análisis se identifique la naturaleza de los vínculos entre actores y se les proporcione valores
distintos. El análisis de redes sociales territoriales debe permitir caracterizar el espacio a partir de la
fortaleza de las relaciones institucionales existentes. Junto con identificar la consolidación o
profundidad de las redes, en esta parte del análisis se deben establecer con claridad los principales
problemas que afectan el funcionamiento de la red, señalados por los propios actores. Procesos e
instrumentos municipales para la promoción del desarrollo: crítica desde la perspectiva del análisis
de redes sociales

El municipio chileno ha experimentado profundas modificaciones desde la década de los años 80


hasta nuestros días; todas estas adecuaciones han respondido a cambios políticos de nivel nacional y
que se puede resumir fundamentalmente en perfeccionamiento democrático. Sin lugar a dudas las
modernizaciones han colaborado en mejorar el funcionamiento del municipio, pero ninguna de ellas
a dado cuenta de los cambios experimentados en el funcionamiento del territorio. El cambio
paradigmático que significa comprender la realidad territorial (en este caso local) desde el punto de
vista de las redes sociales, impone necesariamente nuevos requerimientos y enfoques a los procesos
e instrumentos que se han consolidado al interior de los municipios.

Sin el afán de ser exhaustivo ni definitivo en la identificación y análisis de los procesos que deben
ser revisados, parece evidente que la planificación comunal y el financiamiento de iniciativas de
desarrollo tienen meritos suficientes para ser los primeros. Entre los instrumentos a evaluar en el
nuevo contexto se encuentra el PLADECO y los distintos programas de financiamiento de
iniciativas de desarrollo económico, social y comunitario.

La planificación comunal

En toda organización moderna el proceso de planificación es considerado de carácter estratégico


porque permite trazar un rumbo y definir las prioridades institucionales. Al mismo tiempo, define
objetivos más operativos, cuyo cumplimiento le indica a la alta dirección que se está avanzando
hacia los fines superiores de la organización. En el caso de los municipios, en general, no se logra
construir procesos de planificación estratégica que generen el círculo virtuoso de “pensar y hacer”.
Usualmente el proceso de planificación logra identificar objetivos, prioridades y aún carteras de
proyectos pero no existe seguimiento ni la urgencia estratégica por cumplir aquello que se pensó.
El resultado más evidente es la generalizada percepción de inutilidad que los actores municipales
(incluyendo los que toman decisiones) tienen del Plan de

Desarrollo Comunal (PLADECO).

En definitiva, un proceso que por definición debe ser estratégico es sobrepasado por la coyuntura y
la improvisación. A nuestro entender esto sucede por diversos motivos; el primero tiene que ver con
las escasas atribuciones reales de los municipios para financiar proyectos o programas de carácter
estratégico.

Efectivamente, sucede muy a menudo que el proceso de planificación logra identificar necesidades
de gran relevancia para el desarrollo comunal, pero el financiamiento de dichas iniciativas recae
sobre otras instituciones públicas, frente a las cuales el municipio no tiene instrumentos para
asegurar su cumplimiento.

Un segundo elemento a considerar, tiene que ver con la inexistencia de equipos profesionales y
técnicos en los municipios, especialmente los más pequeños, preparados para hacer el monitoreo de
las grandes iniciativas y para velar que se cumpla el PLADECO. La falta de profesionales y/o la
gran rotación de estos, es una debilidad estructural a la hora de ejecutar este tipo de funciones más
estratégicas. Un tercer gran tema puede ser la escasa relación del proceso de planificación con la
ciudadanía lo que inhibe e imposibilita el necesario control social del mismo.

Incorporar la perspectiva del análisis de redes sociales (ARS) en este proceso puede mejorar la
efectividad de la planificación comunal en los siguientes aspectos: En primer lugar, al poner el
énfasis en las relaciones entre los actores y asumir que, en lo fundamental, el desarrollo es función
del fortalecimiento de redes sociales asociativas, no se queda prisionero de programas o proyectos
de gran magnitud y cuya ejecución depende de terceros. Esto no significa dejar de plantear
iniciativas que requieran el concurso de otras reparticiones, cuya realización, sin duda, supone
avance y desarrollo local, sino mas bien, entender que el municipio puede y debe promover el
desarrollo local con acciones posibles y mas al alcance de gestiones propias. En segundo lugar el
fortalecimiento de redes sociales genera, naturalmente, mayor dinámica y .espacios de relación
entre los equipos municipales y las organizaciones estructuradas en redes. Probablemente este tipo
de interacción también requiere acciones de seguimiento y monitoreo pero su concreción, su
metodología, privilegia actividades cara a cara, aspecto en el que los equipos municipales presentan
ventaja, producto de una cultura de trabajo más cercana a sus labores tradicionales. Por último, el
ARS permite incorporar una dimensión más operativa y horizontal de la participación ciudadana, en
tanto las organizaciones sociales, productivas y ambientales, son al mismo tiempo objeto de
intervención así como sujeto de co gestión en el fortalecimiento de la red correspondiente.

Financiamiento de iniciativas de promoción del desarrollo

Una de las grandes dicotomías que presentan los municipios, corresponde a la creciente importancia
que han adquirido y las escasas atribuciones e instrumentos con que cuentan para cumplir las
expectativas que se espera de ellos. Claramente, la función de promoción del desarrollo dista de ser
asumida a cabalidad por el sistema municipal; sin embargo; la ley 18.695 establece entre sus
funciones privativas la promoción del desarrollo comunitario y como funciones compartidas la
capacitación, la promoción del empleo y el fomento productivo. De la misma manera establece que
el municipio deberá apoyar y fomentar medidas de prevención en materia de seguridad ciudadana,
promover la igualdad entre hombres y mujeres y desarrollar actividades de interés común en el
ámbito local. Es decir, un conjunto de funciones que desde nuestra perspectiva dan cuenta de un
concepto más general como es la promoción del desarrollo local.

Las iniciativas de promoción del desarrollo local incluyen un abanico amplio de acciones orientadas
a potenciar las capacidades de personas, comunidades e instituciones, en este sentido, normalmente
se considera a la salud y la educación, sin embargo; en el caso chileno la provisión de estos
servicios esenciales se diseña a nivel central dejando al nivel local sólo una labor de administración.
Las iniciativas de promoción del desarrollo, a nuestro entender, deben diseñarse en el nivel local
porque ellas apuntan a fortalecer procesos específicos localizados en el ámbito local imposibles de
ser conocidos con el detalle suficiente por la institucionalidad central del estado. Acotando de esta
manera lo que se entiende por iniciativas de promoción del desarrollo, quedan pocas áreas de la
realidad local en que el municipio puede desarrollar el ciclo completo de la intervención; desde el
diseño hasta la evaluación de la solución.

Las necesidades de inversión orientadas a la comunidad que comúnmente definen los municipios se
pueden clasificar en requerimientos de infraestructura, fortalecimiento de capital humano y
fortalecimiento de capital social. En estas definiciones caben desde los proyectos de pavimentación
hasta los programas de capacitación, pasando por el fortalecimiento de organizaciones sociales.
Para satisfacer estas necesidades los municipios pueden acceder a distintas fuentes de
financiamiento: recursos propios, FNDR, fondos concursables, programas centralizados, etc. Salvo
los recursos propios el resto de las fuentes de financiamiento requiere la intermediación de terceros,
el cumplimiento de condiciones técnicas, financieras, orientaciones sociales, etc. Es decir, se
configura una situación absolutamente desventajosa en que los municipios compiten por recursos
sin poder asegurar la solución de sus prioridades.

Si entendemos el desarrollo local desde el punto de vista del fortalecimiento de sus redes sociales
asociativas, entonces se puede afirmar que los municipios no cuentan con instrumentos de
financiamiento adecuados para estos fines. Parece necesario aumentar la disponibilidad de recursos
e instrumentos de financiamiento flexible, útiles para dar cuenta de las particularidades locales. Los
concursos nacionales o regionales, así como los programas centralizados, deberían disminuir su
relevancia, en directa relación con el aumento de importancia de instrumentos que permitan
financiar las soluciones diseñadas en el nivel local.

Conclusiones

El desarrollo es un concepto integral que tiene que ver con ampliar las capacidades de personas y
organizaciones; en este sentido el crecimiento económico es parte del desarrollo pero no es
sinónimo de él. En el ámbito comunal, la mayor interacción de los actores locales a través de redes
asociativas, genera procesos de desarrollo susceptibles de ser fortalecidos por el municipio,
utilizando el análisis de redes sociales (ARS) como herramienta para la comprensión e intervención
de la realidad.

El desarrollo local no depende, necesariamente, de grandes intervenciones externas sino más bien
de la densificación y fortalecimiento de las redes sociales asociativas existentes en el territorio. Esto
no significa que el desarrollo local sea un fenómeno exclusivamente endógeno pues usualmente las
redes locales generan interacciones fuera del espacio considerado su ámbito de acción.

El municipio, principal actor público en el nivel local, en los hechos ha ido incorporando
crecientemente aspectos relacionados con la función de promoción del desarrollo comunal. En este
escenario, analizar la perspectiva del fortalecimiento de redes sociales como una línea de trabajo
para la promoción del desarrollo local resulta fundamental. Para incorporar este nuevo punto de
vista el municipio requiere modificar algunos procesos e instrumentos: la planificación comunal y
el financiamiento de iniciativas de inversión.

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