El problema de movilidad en las grandes ciudades es tema de obligada
conversación entre sus habitantes, quienes atribuyen la problemática en términos generales a la planeación del crecimiento de las urbes y a la inadecuada intervención vial.
Una mirada somera a la congestión vehicular desde el punto de vista
empresarial y comercial, encuentra que las zonas comerciales principalmente, están saturadas con un considerable volumen de puntos de venta, los cuales han asumido una política logística que se caracteriza, entre otras cosas, por la disminución de inventarios, resurtidos constantes, uso de metodologías como “justo a tiempo”, horarios de entrega establecidos, personalización de la mercancía y aprovechamiento de los espacios. Lo anterior ha contribuido al aumento del flujo de vehículos repartidores en franjas operativas, que aceleran el nivel de congestión y contaminación ambiental; muchos de estos vehículos no son los más apropiados, modernos y no están aprovechados al máximo de su capacidad, esto hace que la distribución logística sea un caos en las ciudades. Surge, entonces, un reto para la logística de las empresas que deben hacer efectiva la distribución capilar teniendo en cuenta los problemas de movilidad urbana existentes.
En la actualidad se cree que las plataformas de distribución (cross
docking) y las zonas amarillas de estacionamiento reguladas para cargue y descargue son una alternativa para la resolución de la problemática, pero esto es solo un remedio temporal que tiene que ser revisado, sustituido o por lo menos complementado con otras alternativas más acordes con la responsabilidad social que compete a las empresas.
En ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, donde los planes de
ordenamiento territorial evalúan la ubicación de las nuevas zonas comerciales, están contemplando el modelo Chileno de movilidad para desarrollar proyectos viales que vayan acordes con la necesidad de descongestión vehicular, lo cual es conveniente porque los centros de distribución (CEDIS), van a quedar ubicados en las periferias de las ciudades, motivados por los beneficios obtenidos de sacar el tráfico de vehículos pesados por las vías céntricas. Aunque esta visión disminuirá la problemática, es necesario plantear alternativas que generen un impacto inmediato y contrarresten esta situación, tales como la distribución nocturna en vehículos adaptados con tecnologías que evitan emitir altos niveles de ruido; otra opción es la de utilizar pequeños CEDIS improvisados de barrio, esto a su vez implicará una mayor logística de distribución a una escala más pequeña, la cual se encargará de realizar la entrega desde este punto de referencia a sus lugares de destino vía vehículos alternativos como carretillas, motocoches, entre otros; y alternativas un poco más conservadoras como la de utilizar vehículos amigables con el medio ambiente aprovechados en un 100%. Todos los planteamientos ya mencionados son utilizados, unos más que otros, en los diferentes países vanguardistas.
Estas alternativas ameritan un estudio para su implementación, ya que
el proceso de factibilidad e introducción es hostil, debido a la cantidad de agentes interesados que pueden beneficiarse o no con este tema, que es necesario y al cual se ha de migrar en el corto plazo.