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ÍNDICE

AUTORES 5

PRÓLOGO 7

PRESERVATIVOS Y VIH EN ADOLESCENTES: UNA EVALUACIÓN MÉDICA 11


Fallo mecánico del preservativo 11
Preservativos para la protección contra la seroconversión VIH 16
Enfermedades de transmisión sexual (ETS) 18
Educación sexual sobre contraceptivos y actividad sexual 20
Alternativas al preservativo/ educación sexual sobre VIH 23
Conclusión 24

ASPECTOS PSICOPEDAGÓGICOS DE LA PREVENCION DEL SIDA 29


1. La transmisión heterosexual 29
2. La drogadicción por vía parenteral 31
3. El contagio por relaciones homosexuales 33
4. La transmisión madre-hijo 33
5. Las transfusiones sanguíneas 34
6. Prevención de la transmisión del VIH en otras situaciones 34
Conclusiones 35

DEFECTOS DEL CONDÓN 39


1. Inseguro 39
1.1. Fallos mecánicos de los condones 41
1.2. Agujeros en los condones 44
1.3. Fallos para evitar embarazos 49
1.4. Otros informes y opiniones 51

SIDA: TRANSMISIÓN Y ASPECTOS ÉTICOS 71


a) Importancia del sida en la sociedad actual 71
b) Transmisión del SIDA 75
c) Medidas generales para prevenir la transmision del SIDA 77
d) Valoración de las campañas promovidas para evitar la transmisión del SIDA 84
e) Principales aspectos éticos relacionados con el SIDA 86
f) Valoración ética de las actitudes a seguir en las relaciones sexuales de parejas
heterológas 89
g) Comentarios éticos finales 90
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

LAS GRIETAS DEL "SEXO SEGURO" 95


Errores científicos 95
A más anticonceptivos, más abortos 96
Negar la evidencia 97
Sin respaldo de datos 98
Al margen del consenso internacional 98
Infecciones olvidadas 100
Peligro: cáncer 100
No es broma 101

PRESERVATIVOS: «PREVIENE - TE - CONVIENE SABER» TODA LA VERDAD 103


Destrucción de un ser 105

EL PRESERVATIVO 107

EL MITO DEL PRESERVATIVO 127

EN EL CORAZÓN DE LA PREVENCIÓN DEL SIDA 137

SIDA: ¿CONDÓN? 141

4
Autores

Alessandri, Raúl Friedman, Zelig


Patólogo en el Long Beach Memorial Alergólogo.
Hospital.
Gordillo Álvarez-Valdés, M. Victoria
Alonso, Carlos Javier Catedrática de Psicología evolutiva y
Doctor en Filosofía (Universidad de de la Educación. Facultad de
Navarra), Licenciado en Filología Psicología. Universidad Complutense.
Hispánica (Universidad de León).
Profesor titular de Filosofía. Irala, Jokin de
Doctor en Salud Pública (Univ. de
Aznar Lucea, Justo Massachusetts). Doctor en Medicina
Jefe del Departamento de y Profesor Titular de Medicina
Biopatología Clínica. Hospital Preventiva y Salud Pública,
Universitario La Fe. Valencia. Universidad de Navarra.

Bayer, Ronald Martínez González, Miguel Ángel


Catedrático de la Escuela de Catedrático de Medicina Preventiva y
Sanidad Pública de la Columbia Salud Pública.
University, Nueva York.
Pérez Cárdenas, Pedro
Cantella, Raúl A. Presidente del Comité Independiente
Doctor en Medicina. Anti-Sida. Catedrático de Física y
Química. Doctor en Psicopedagogía.
Fernández Espinosa de los
Monteros, Óscar Trivelli, Liliana
Abogado y experto en cuestiones de Inspectora de la Asociación
Bioética. Americana de Bancos de Sangre.
Prólogo

Como cada año, tras celebrar el Día Mundial Contra El Sida, es


necesario hacer el balance de la lucha contra esta epidemia
devastadora. Los datos de 2004 son francamente preocupantes.
Según el último informe sobre la epidemia mundial del sida (Onusida,
2004), el número de personas infectadas con el VIH sigue
aumentando y, en el año 2004, ha alcanzado su nivel más alto. Se
estima que 39,4 millones de personas están infectadas. En 2004 se
han infectado aproximadamente 5 millones de personas nuevas (10
cada minuto durante un año), cerca de la mitad de éstas son jóvenes
entre 15 y 24 años. En Europa, los infectados por contacto
heterosexual han aumentado un 112% en los últimos 5 años. Según
la revista The Lancet , «nos encontramos ante una crisis sanitaria y
humanitaria descontrolada que requiere una intervención urgente».
Quizá haya que preguntarse ante este incremento de la epidemia -
también en Europa- si se están tomando las medidas oportunas, si
vamos por buen camino. Sorprende que las medidas propugnadas se
limiten en muchos casos de modo casi exclusivo a la difusión del
preservativo, bajo propósito de facilitar el «sexo seguro». A la vista
de los datos es necesario preguntarse: ¿es realmente seguro el
preservativo?

El pasado mes de julio se realizó una encuesta de salud y


hábitos sexuales, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística
(INE) que nos parece especialmente significativa cuando se refiere a
los casos de sida por grupos de edad relacionados con el nivel de uso
del preservativo. Con los datos del estudio, relacionándolos con el
número de personas en cada grupo de población y con el de
afectados por la enfermedad en cada grupo, se observa claramente
que no hay relación entre uso de preservativo y reducción de casos
de sida.

El tema no es nuevo. Ya en 1987, en la prestigiosa revista de


medicina J.A.M.A., la doctora Margaret, y colaboradores publicaron
las conclusiones de una investigación sobre el contagio heterosexual
en parejas que siempre usan preservativo y en las que uno de los
miembros está infectado. Ellos encontraron que de cada diez parejas,
hubo 3 casos de contagio de sida. En 1993, Susan C. Weller,
experimentando en pacientes seropositivos y no drogadictos,
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

comprobó que el 30 por ciento de los mismos transmitió la infección


usando el preservativo.

Es más, ni siquiera como medio de prevención de embarazos


resulta un método muy fiable. Estudios de la OMS -Organización
Mundial para la Salud- sobre los preservativos indican que la
probabilidad de embarazo en mujeres mayores de treinta años es del
10 por ciento y en adolescentes menores de 18 años es del 18 por
ciento. Las causas principales de los fallos de los preservativos son los
defectos de fabricación, la falta de fecha de caducidad, la mala
conservación, la rotura durante su uso, la porosidad y el uso
incorrecto. Es lógico suponer que si el preservativo falla como
método anticonceptivo, lo hará en un porcentaje mayor si se trata de
evitar la transmisión del virus del sida. Hablamos de un riesgo, que en
el caso de adolescentes, se aproximaría al 20% de posibilidades de
contagio. ¿Se puede llamar a eso sexo seguro?

Estos estudios y, otros similares, condujeron a la resolución


del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud del 28
de enero de 1992, que se manifiesta en estos términos: «la OMS
quiere que se sepa que sólo la abstinencia sexual o la absoluta
fidelidad eliminan el riesgo de infección». Y en otro documento de 20
de enero de 1992, se proclama que «sólo la abstinencia sexual o una
mutua fidelidad de por vida entre parejas no infectadas eliminan
totalmente el riesgo de enfermedades sexualmente transmisibles».
La citada revista The Lancet publica en su último número un
documento, consensuado por 140 autoridades mundiales en la lucha
contra el sida, en el que se vuelve a recomendar la estrategia que ya
se planteó en los años 90 conocida como «ABC» para prevenir las
infecciones por el virus VIH. La letra A por «abstinence», significa que
lo prioritario, y 100% eficaz para prevenir la infección, es abstenerse
de relaciones sexuales, es decir, recomendar a los jóvenes que
retrasen al máximo el inicio de las mismas.

Lo mismo se puede decir de la monogamia mutuamente fiel,


representada por la B de «be faithful», o, «sé fiel». Finalmente, y en
tercer lugar, en el caso de que fueran rechazadas las
recomendaciones anteriores, se habla de la C, recomendando el uso
de condones pero advirtiendo que reducen, pero no eliminan
totalmente, el riesgo de contagio.

Es hora de abandonar argumentos simplistas y falsamente


paternalistas que han decidido que «no es realista plantear la

8
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

abstinencia o la fidelidad a los jóvenes» como si la promiscuidad


fuera «inevitable» en sus vidas.

Parece como si en algunos países, incluido España, hubiera


miedo de hablar de A o de B. No olvidemos que estamos ante una
epidemia mortal y que debemos dar toda la información posible a los
jóvenes para que sus decisiones sean más informadas, es decir, más
libres.

Querer curar el sida sólo con la recomendación de usar


preservativos es una política que se ha demostrado equivocada.

Quien afirma la absoluta seguridad del preservativo va contra


el parecer de los expertos. Los preservativos proporcionan sexo con
menos peligro, pero no sexo seguro, de forma que con conductas de
homosexualidad o de heterosexualidad promiscua, sólo retrasa o
disminuye la probabilidad de contraer la enfermedad del sida, pero
no lo evita. Por otra parte, es obvio que confiar en el supuesto «sexo
seguro» propicia el incremento de las relaciones sexuales y, por
tanto, también de las conductas de riesgo.

La solución del sida, mientras no se encuentre un remedio


efectivo, pasa por los cambios en las conductas de riesgo y por
fomentar una juventud sana y libre, en la que sea la cabeza quien
mande sobre los instintos. Esta es, al menos, la conclusión a la que
llegan numerosos expertos que han investigado el tema con rigor y
profundidad y que se concitan en estas páginas que tenemos el
placer de ofrecer a nuestros lectores.

9
Preservativos y VIH en adolescentes: una
evaluación médica
Raúl Alessandri, Zelig Friedman y Liliana Trivelli

La revolución sexual, ampliamente difundida, como suele


suceder con muchas cuestiones, ha implicado a estratos inesperados
de sociedad: jóvenes descuidados han llegado a ser sexualmente
activos a edades más y más jóvenes, con una cohorte de
promiscuidad, enfermedades de transmisión sexual, embarazos
ectópicos y aumento exponencial del número de embarazos y niños
nacidos fuera del matrimonio, que crecen en un ambiente lleno de
carencias psicoafectivas. A esto tenemos que agregar el riesgo de que
el VIH/SIDA puede llegar a ser muy prevalente en este grupo, a pesar
de la decisión política de que el SIDA no es una enfermedad de
transmisión sexual.

Los preservativos, virtualmente aparcados como


contraceptivos eficaces, debido a su alta frecuencia de fracaso,
reducción del placer y empleo antipático, han sido resucitados y
escogidos como medio para “un sexo más seguro”, para proteger a
nuestros jóvenes de esta epidemia.

Hay fallos de bulto en este enfoque que, con un poco de


honestidad y buena voluntad, no pretende ser “la solución “100%”,
sólo lo mejor que podemos ofrecerles a quienes llegarán a ser
sexualmente activos”. No solamente no es ninguna solución, sino que
puede significar multiplicar el problema. El Dr. Noble, un especialista
en enfermedades infecciosas, lo expone esta manera: “Entregar
preservativos a los adolescentes es como entregarles pistolas de agua
para una alarma general de incendio”.(1)

Fallo mecánico del preservativo


A) Es bien conocido que los preservativos se rompen y se
resbalan, incluso en las mejores manos, por así decir. Hay dos
estudios controlados recientes de Trussel et al. que informan de
frecuencias de rotura y de deslizamiento del 14,6%. En el primer
estudio, los autores resumen: “Un estudio prospectivo empleando
dos marcas de preservativos encontró que, de 405 preservativos
empleados para las relaciones sexuales, el 7,9% o se rompió durante
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

las relaciones o al retirarse, o se resbaló durante las relaciones;


ninguno de estos hechos está relacionado con el tipo de preservativo.
El 7,2% se resbaló al retirarse; no se encontró relación entre el
deslizamiento del preservativo y su marca o el uso anterior de
preservativos, pero era significativamente más alto cuando se usó
algún lubrificante adicional”.(2) En el segundo estudio, un
comentario en la revista Family Planning Perspectives(b), se lee: “Los
investigadores observan que la alta frecuencia con que los
preservativos se resbalan y se caen al retirarse -17% de los
preservativos que no se habían roto o caído durante las relaciones-
indica un alto nivel de uso inadecuado. Indican que un mejor empleo
puede ser difícil de conseguir, pues todas las mujeres que
participaron habían recibido instrucciones escritas y verbales sobre
su empleo adecuado”.(3)

B) Control de Calidad de la FDA(c). En la primavera de 1987, la


FDA empezó a usar una prueba de pérdida de agua, en la que “el
preservativo se llena con 300 ml de agua y se verifica si pierde” ... “Se
acepta que tienen un nivel de calidad aceptable cuando, en cualquier
lote dado, la tasa de fallo por permeabilidad al agua no excede 4
preservativos por 1000. Los lotes que exceden este criterio específico
de rechazo son retirados o excluidos de la venta. Entre los lotes de
preservativos que tenían un nivel de calidad aceptable, la tasa de
fallos observada estaba en el 2,3/1000”. En el estudio de febrero del
88 había una tasa de fallo global de todos los lotes del 12%, y hubo
16 rechazos de preservativos defectuosos.(4) Rechazos relativamente
recientes incluyen las marcas “Ramses Extra Strength” (marzo de
1991) debido a “cantidad inaceptable de orificios y fisuras del
anillo”(5), “Saxon Wet Lubricated” (mayo de 1991) por no pasar el
control de calidad de la FDA(6), y otro rechazo numeroso fue citado
por The New York Times en noviembre de 1991.

La prueba de la permeabilidad ha mostrado que el látex no es


impermeable a las partículas del virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH).(7) Los guantes quirúrgicos de látex, necesarios para el
control de la infección, a menudo son permeables: no es raro
encontrarse sangre en manos, y la solución práctica es llevar dos
pares de guantes. Esta técnica no parece práctica ni aceptable con los
preservativos.

C) Sexo anal. A pesar de nuestra preocupación por el asunto,


no tenemos noticia de que existan preservativos para el sexo anal

12
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

ampliamente disponibles. Es posible que los fabricantes estén


renuentes a anunciar tales productos. “A causa del mayor roce
durante la relación anal, los preservativos deben ser más fuertes de
lo normal” afirma un estudio sobre seguridad y aceptabilidad de los
preservativos por hombres homosexuales. Cuanto más seguro (más
grueso) es el preservativo, menor es su aceptación.(8) Y la tasa de
fallos en el sexo anal es mucho más alta que en el sexo vaginal ya
que, por razones anatómicas y fisiológicas, el recto y la vagina no son
homólogos. Dadas las cifras proporcionadas por la Sección de SIDA
del Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York, por el tipo y
modo de transmisión, el sexo anal es particularmente peligroso entre
las personas jóvenes: antes de los 30 años, implica contagio a una
edad temprana. En diciembre de 1992, en Nueva York había 4587
casos de SIDA en hombres. Se había determinado el modo probable
de transmisión en 4352 casos. De éstos, 2687 mantenían relaciones
sexuales con hombres pertenecientes a grupos de riesgo, 261 habían
usado drogas por vía intravenosa y tenían relaciones sexuales con
hombres, y 2 habían mantenido relaciones sexuales con mujeres
pertenecientes a grupos de riesgo. El problema es bastante diferente
en las mujeres: El número del total de casos con menos de 29 años
era de 1454, de los que 1298 tenían buena información y, de éstos,
511, casi el 40%, habían tenido relaciones sexuales con hombres
pertenecientes a grupos de riesgo.(9) Es importante fijarse en estas
cifras, porque parece que el aumento registrado del “SIDA del
heterosexual” es, básicamente, un problema de la mujer. Las cifras
no son tan extremas en los datos recogidos por el CDC(d), pero hay
una diferencia clara y enorme entre el riesgo que representan las
relaciones heterosexuales para las mujeres y para los
hombres.Fracaso atribuible al usuarioSe ha informado de que el fallo
de los preservativos empleados como contraceptivos por la población
adolescente puede ser hasta del 50%.(10) Aunque es cierto que un
porcentaje muy alto de estos fallos es debido a no haberlos usado,
tenemos que reconocer que hay numerosas publicaciones científicas
que afirman que la educación sexual/VIH ha fracasado
sistemáticamente en su intento de producir cambios significativos en
la conducta de los adolescentes, sobre todo por lo que se refiere a un
comportamiento que reduzca el riesgo de contagio.(11-16)

Los datos están bien resumidos por A. R. Shiffman, que afirma


lo siguiente: “El conocimiento acerca de SIDA o de la infección por
VIH y su prevención no se asoció con ningún cambio en las conductas
de riesgo, ni tampoco lo estuvo con el número de fuentes de

13
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

información acerca de la epidemia, ni con el conocimiento directo de


pacientes infectados, ni con la estimación del riesgo personal, ni con
el consejo de someterse a una prueba de VIH. De hecho, los jóvenes
cuyas conductas del riesgo aumentaron más fueron los tuvieron más
probabilidades de conocer a alguien que había muerto de SIDA y que
estimaron su propio riesgo como alto. La mayoría de los jóvenes
dijeron que no usaban preservativos regularmente, que no les
gustaban, y que tenían poca confianza en su capacidad
protectora”.(17)

Un obstáculo serio para que los adolescentes usen


preservativos reside en que, frecuentemente, sus relaciones sexuales
tienen lugar a raíz de un impulso repentino. Una encuesta muy
conocida de Harris, comisionado por Planned Parenthood(e) en 1986,
registró que el 83% de los jóvenes entre 14 y 15 años declaró que su
primera experiencia sexual fue inesperada.(18) El Dr. D. Kirby escribió
en Family Planning Perspectives que, en estudios controlados
realizados en dispensarios de escuelas, no se había obtenido ningún
impacto en su uso como contraceptivos. Halló que las dos razones
más comunes dadas por las jóvenes era que “no esperaba tener
relaciones sexuales” y que “simplemente no pensaba que pudiera
quedarme embarazada”. La mayor parte de las razones, continúa
diciendo, “no estaba relacionada con el acceso a los
contraceptivos”.(19) Un estudio más reciente, en la misma
publicación, no encontró ninguna disminución de la tasa de
nacimientos entre quienes acudían al dispensario.(20)

Varios autores que han estudiado factores psicosociales y


predictivos de uso del preservativo entre estudiantes encontraron
que el uso inadecuado del preservativo era muy prevalente, y estaba
asociado con conductas de alto riesgo (promiscuidad, drogas) que, a
su vez, estaban asociadas con circunstancias vitales adversas: poca
ayuda de los padres, abuso de medicamentos, problemas
académicos.

Por ejemplo, Anderson encontró que el empleo inadecuado o


el no empleo de preservativos afectaba al 65,6% de los niños a
quienes se había hablado acerca del SIDA y al 66,6% de aquellos a los
que nunca se les había hablado. El empleo del preservativo “siempre”
era del 34,4% y 33,4% respectivamente. También halló que la
enseñanza sobre el VIH/SIDA no se asocia a un comportamiento
sexual menos peligroso.(2l)

14
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Weisman ha registrado que la frecuencia media de uso


correcto del preservativo en adolescentes era del 16%, algo más alta
para “relaciones monógamas” y baja para casos de relaciones no
estables.(22) H. Walter halló, en un estudio en la ciudad de Nueva
York y en las escuelas del condado de Rockland, que, del 36% de los
alumnos de 10º grado que eran sexualmente activos, 25,2% usaban
los preservativos incorrectamente, y este mal uso estaba asociado
con promiscuidad y drogadicción.(23) Y DiClemente halló que el
número de compañeros sexuales durante la vida era inversamente
proporcional a la frecuencia de uso del preservativo.(24)

D. Orr encontró que sólo el 22% de las muchachas que


participaron en su estudio había usado preservativo durante la última
vez que tuvieron relaciones sexuales. 55 de las del grupo “siempre”
no lo había usado la última vez. De éstas, el 23% ya había estado
embarazada y el 19% tenía a la vez una ETS(f) (Chlamydia)(25). Y,
según la Revista de Morbilidad y Mortalidad de enero del 92, menos
del 50% de los estudiantes usaron un preservativo durante sus
últimas relaciones sexuales(26). Un informe previo de D. Orr sobre
“Actividad sexual prematura como indicador de riesgo psicosocial”
afirma que sus datos “apoyan la idea de que la actividad sexual está
asociada de modo significativo a otras conductas peligrosas para la
salud y que, con el aumento de la edad, las relaciones sexuales se
asocian más frecuentemente con el empleo del alcohol o la
marihuana, y esta asociación es mayor en las muchachas”.(27)
Gillmore et al. informaron de que la conducta sexual peligrosa se
asocia con abuso de medicamentos y alcohol, tabaquismo y
delincuencia. En cambio, en su estudio, los adolescentes
comprometidos con los valores, actividades e instituciones
convencionales, tales como la familia y la iglesia, tenían menos
probabilidad de emprender una conducta sexual peligrosa
“presumiblemente porque piensan más en el futuro”.(28) Un
comentario reciente en Family Planning Perspectives titulado “Sexo
entre adolescentes y otras conductas peligrosas” afirma que los
adolescentes raramente emprenden una sola conducta problemática
(drogas, violencia, robo, fracaso escolar o expulsión de la escuela).
Por contra, tienden a llevar a cabo conductas con múltiples
problemas.(29)

Los preservativos “pueden ayudar a reducir el peligro” pero se


deben usar correcta y consecuentemente. Esto no es lo más probable
entre adolescentes, y tampoco sucede en la población adulta, al

15
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

contrario: estudios recientes entre estudiantes de Universidad han


mostrado que, aunque están preocupados por el riesgo de adquirir
una ETS, y conocen las técnicas para un “sexo más seguro”, pocos las
siguen. Sólo el 23% usa preservativos “siempre”.(30) Incluso entre
varones homosexuales jóvenes, como señala Klepinger et al., sus
percepciones sobre la severidad de la enfermedad parecen tener
poco impacto en su conducta sexual, y no existe una relación clara
entre su conocimiento del SIDA, su número de relaciones sexuales
recientes, su uso del preservativo o su participación en relaciones
sexuales anales o casuales”.(31) Los hemofílicos y sus esposas
constituyen un grupo especial: la mayoría de los pacientes se infectó
por el uso de hemoderivados contaminados antes del desarrollo de
pruebas de detección del VIH. Un grupo grande de estas parejas,
usualmente de relaciones estables y monógamas, fueron aconsejados
sobre las técnicas para un “sexo más seguro”. A pesar del riesgo
obvio, el incumplimiento fue un problema común, y alcanzó una
frecuencia del 45% - 55%.(32,33)

El empleo de preservativos requiere habilidad, madurez,


autodisciplina, planificación, motivación. Los adolescentes,
inmaduros, impulsivos y arriesgados, que buscan la satisfacción
inmediata, no parecen buenos candidatos para adquirir y practicar
esas cualidades. Y si pudiéramos enseñárselas, no tendríamos la
actual crisis educativa, con la elevada frecuencia de fracasos que
experimentamos.

La cuestión de fondo es que los adolescentes emprenden la


actividad sexual debido a problemas más profundos, y ninguna
cantidad de educación sexual los persuadirá para que usen
preservativos correcta y adecuadamente.

Preservativos para la protección contra la seroconversión VIH


Nuestra búsqueda detallada en la literatura reciente no ha
llegado a revelar ninguna publicación médica que muestre una
correlación positiva fuerte entre la confianza en el preservativo y la
prevención de transmisión sexual del VIH.(32-39) Hay, ciertamente,
declaraciones de fe en los preservativos, pero la evidencia científica
bien controlada no consigue apoyar esta fe. (De hecho, hemos sido
incapaces de hallar ningún estudio controlado reciente de uso del
preservativo que proporcione protección contra ninguna enfermedad
de transmisión sexual. En todo caso, parece existir una correlación

16
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

positiva entre la disponibilidad más fácil de preservativos, que se


manifiesta, por ejemplo, en las leyes que exigen la libre distribución
de preservativos en las farmacias, y la actual epidemia de ETS).

La mayoría de los estudios se han llevado a cabo durante


cortos períodos de tiempo, no tienen grupos de control satisfactorios
o están realizados sobre grupos que no son representativos de
nuestra población joven. Por ejemplo, algunos de estos estudios se
han realizado con hemofílicos casados, cuya actividad sexual es
escasamente comparable a la de los jóvenes. Además, en estos
grupos parece estar en juego algo diferente, porque hubo varios
embarazos que no se acompañaron de seroconversión.(33) La
prevalencia de la seroconversión en este grupo es sólo del 10%
aproximadamente,(32,33,38,40) y esta baja cifra ha sido confirmada
por PCR(g)y cultivos virales.(41,42) Esto conduce a poner en duda
todos los estudios de “prevención por medio del preservativo” en
parejas con hemofílicos.Estudios documentados sobre prostitutas en
un país africano revelaron altos niveles de seroconversión, que
llevaron a la interrupción del estudio. Este estudio también incluyó el
uso de Nonoxynol 9, que había sido recomendado como protección,
porque parece tener actividad antiviral “in vitro”. En el momento en
que se interrumpió el estudio, las prostitutas que usaban el
Nonoxynol había tenido un número más alto de seroconversiones,
aunque la diferencia no llegaba a ser estadísticamente
significativa.(43)

Hearst et al. han intentado estimar el riesgo de


seroconversión. Su conclusión: “Usar un preservativo con un usuario
de drogas intravenosas, un hombre bisexual, o una prostituta es
mucho más peligroso que mantener relaciones sexuales sin un
preservativo con alguien quien no pertenece a un grupo de alto
riesgo”.(44)

Se han obtenido conclusiones similares estudiando la


frecuencia de reinfección de pacientes tratados de ETS, que habían
sido instruidos en el uso de preservativos. Según Cohen et al., el
19,9% de los varones y el 12,6% de las mujeres estuvieron
reinfectados después de un periodo de sólo 9 meses.(45)

Finalmente, un estudio detallado y estadísticamente


exhaustivo llevado a cabo por Susan C. Weller, de la Facultad de
Medicina de Galveston, Universidad de Texas, y recientemente
publicado en Social Science and Medicine, después de examinar 87

17
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

artículos científicos, concluye que la selección cuidadosa de


compañeros sexuales reduce el riesgo por un factor de dos a cuatro
órdenes de magnitud. Los preservativos, en cambio, suponiéndoles
una efectividad del 90%, reducirían el riesgo sólo en un orden de
magnitud y, según su análisis de los datos empíricos, su efecto
protector debe estimarse como sólo del 69%.(46)

Muchos de los autores previamente mencionados subrayaban


que el falso sentido de seguridad proporcionado por el “sexo
protegido”, cuando realmente el grado de protección es tan bajo,
puede llevar a un aumento real del número de casos, cuestión que
parece haber ocurrido con embarazos de adolescentes, que siguieron
a la instauración de dispensarios escolares que distribuían
preservativos.

Enfermedades de transmisión sexual (ETS)


Los adolescentes padecen ETS con mucha frecuencia. Un
informe reciente del Instituto Alan Guttmacher, reproducido en The
New York Times (31 de marzo del 93) afirma que la incidencia de ETS
en los Estados Unidos es de 12 millones de casos nuevos por año y,
de estos, 3 millones, 25%, se dan en personas menores de 25 años.
Las ETS afectan desproporcionadamente a las mujeres, produciendo
la enfermedad inflamatoria pélvica (PID), infertilidad y embarazos
ectópicos, y haciendo a estas mujeres mucho más susceptible al
SIDA. Según William R. Archer, “una de cada tres adolescentes
sexualmente activas adquirirán una ETS antes de graduarse en la High
School”.(47) Y McCray afirma: “Las personas con una ETS que
produzca ulceraciones genitales o anales (sífilis, chancro blando,
herpes simple) puede, por razones biológicas, tener un riesgo mayor
de adquirir y transmitir la infección por VIH”.(48) Para complicar las
cosas, el 80% de estos pacientes no sabe que tiene una ETS, y puede
transmitirla sin darse cuenta.(49) Y los adolescentes que usan drogas,
son sexualmente promiscuos o realizan coito anal son especialmente
susceptibles a las ETS y VIH.(50)

Los preservativos no ofrecen una buena protección contra las


ETS. La publicación oficial del CDC, Morbidity and Mortality Weekly
Review (MMWR) afirma lo siguiente: “La abstinencia y las relaciones
sexuales con una pareja no infectada y mutuamente fiel son las
únicas estrategias de prevención completamente efectivas. El uso
adecuado de preservativos durante toda relación sexual puede

18
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

reducir, pero no eliminar, el riesgo de ETS. Las personas que tienen


probabilidades de infectarse o saben que están infectados por el VIH
deben ser conscientes de que el uso del preservativo no puede
eliminar completamente el riesgo de transmisión para ellos o para
otros ... los preservativos pueden ofrecer menos protección porque
hay áreas de la piel no cubiertas por el preservativo que pueden ser
infecciosas o vulnerables a la infección. La efectividad real de uso del
preservativo en la prevención de ETS es más difícil de evaluar. Los
preservativos no son siempre eficaces para prevenir las ETS”.(4) Y
Cates, en Family Practice Perspectives, pone las cosas de modo
incluso más difícil de evaluar: “Estudios controlados sobre la
protección de los preservativos contra ETS realizados con mujeres
proporcionan una evidencia menos convincente que las
investigaciones correspondientes realizadas con hombres”. En el
mismo estudio, no encuentra ninguna diferencia en la prevalencia de
la infección por Chlamydia entre el grupo que empleaba preservativo
y el que no lo empleaba.(51) Y Samuels halló que los estudiantes
universitarios usuarios de preservativo tenían una tasa infección del
35,7%, y los no usuarios del 37%, diferencia que no es
estadísticamente significativa.(52)

Los preservativos proporcionan una protección


particularmente pobre contra la transmisión de virus del papiloma
humano (HPV), algunas de cuyas cepas están asociadas al cáncer de
cuello uterino. Recientemente se ha añadido a la definición del SIDA
el cáncer de cuello uterino diseminado. Cates cita un estudio
finlandés en el que los preservativos no tenían ninguna utilidad para
la protección contra infecciones cervicales por el HPV(51), y Dr.
Richart, director de Patología Ginecológica del Centro Médico
presbiteriano de Columbia, en una entrevista en Oncology Times,
declaró que el 20% de los hombres infectados tienen lesiones de HPV
en sitios distintos al pene, muchas de ellas sumamente difíciles de ver
pero, no obstante, infecciosas. Al parecer, el 20% de las mujeres
entre 14 y 18 años ya está infectada por el HPV, y tres de cada cuatro
tiene cepas del virus asociadas al cáncer de cuello.(53) Y Dr. Dervin,
en la revisión anual de Medicina de familia, patrocinada por la
Facultad de Medicina de San Francisco, Universidad de California,
subrayó que la infección por HPV es una enfermedad regional más
que localizada, y que no es susceptible de control con medidas
locales tales como el preservativo.(54)

19
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Los preservativos y las ETS son problemáticos no sólo a causa


de su propia patología, como hemos resumido más arriba, sino
también por el hecho de que las ETS facilitan la transmisión sexual
del VIH. ésta ocurre no sólo a través de lesiones de la piel o mucosas,
sino también por la respuesta inflamatoria celular, que incluye
células muy infectadas por el virus.

Educación sexual sobre contraceptivos y actividad sexual


Desde comienzos de los años 50 ha habido un aumento lento
de la actividad sexual de los adolescentes y de los embarazos fuera
del matrimonio. Las cifras en aquellos tiempos eran del orden del 3-
5%, siempre mayor entre minorías pobres. A mediados de los
sesenta, la frecuencia de maternidad sola había crecido hasta el
asombroso nivel del 16%, lo que llevó al Prof. Moynihan
(actualmente Senador Moynihan) a instaurar poderosas medidas
para ayudar a restablecer la familia de dos padres. Planned
Parenthood y el Sex Information and Education Council(h) de los
Estados Unidos (SIECUS), observando el mismo problema,
defendieron con éxito el desarrollo de planes de estudio con
educación sexual, poniendo énfasis en la contracepción, y en el
establecimiento de dispensarios escolares de los que se excluían a los
padres. Las aspirinas y los cultivos de exudado faríngeo no se pueden
proporcionar secretamente a menores, pero estas restricciones no se
aplicaron a los contraceptivos ni al consejo sobre cómo usarlos.
Siguiendo la idea del caso Roe v. Wade, aconsejar el aborto ha sido
también un elemento frecuente en el armamento de estos
dispensarios. El llamativo paralelo entre el desarrollo de planes de
estudio con educación sexual explícita, disponibilidad de
contraceptivos, y la explosión de embarazos juveniles ha sido bien
documentado por S. Roylance, J. A. Ford y J. Kasun en su testimonio
ante el Comité del Senado sobre Trabajo y Recursos Humanos, en
marzo de 1981. Sus datos mostraron que los embarazos aumentaron
conforme se introdujeron estos nuevos programas, y la tasa de
embarazos aumentó paralelamente a los gastos en estos programas:
los Estados con gastos más altos mostraron los niveles más altos de
embarazos y abortos. En California, uno de los estados pioneros, la
tasa de embarazos creció 20 más rápido de 1970 a 1976 que en el
resto de la nación, y en el condado de Humboldt, este aumento fue
40 veces más rápido después de la introducción de los programas de
educación sexual.(55)

20
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Estos hallazgos deben contrastarse con los resultados de una


ley aprobada en Utah en 1980, que requiere el consentimiento
paterno para la distribución de contraceptivos a menores; hubo un
descenso substancial en la asistencia clínica, las cifras de embarazos y
abortos de adolescentes.(55) Un resultado similar se observó en
Minnesota a partir de una ley de 1981 que obligaba a notificar a los
padres.(56)

En 1982, Dr. H. H. Newman, director médico del


Departamento de Salud de New Haven, escribió que, con la excusa de
reducir los embarazos entre adolescentes, los programas de
educación sexual intentaron enseñar a los niños a alcanzar el ajuste
sexual, a explorar cuestiones como la masturbación, técnicas
sexuales, homosexualidad y violación. En sus palabras: “En lugar de
enseñar a los jóvenes a evitar un embarazo no deseado y su
consecuencias, les enseñamos que la alegría del sexo es su herencia
humana”. Continúa diciendo que no hay ninguna evidencia científica
acerca de que tales cursos tengan un impacto positivo sobre los
embarazos de adolescentes. Su propia experiencia sugiere lo
opuesto, y cita el caso de Suecia que experimentó un aumento de lo
que se llamó entonces “nacimientos ilegítimos”, excepto entre
quienes eran bastante mayores, o entre quienes no recibieron
educación sexual. En New Haven había tres escuelas similares. Una
de ellas instauró un amplio programa de educación sexual 11 años
antes, que condujo a un perturbador aumento del número de
embarazos, comparado con las otras dos escuelas que no ofrecieron
ese programa. Concluyó que era necesaria más investigación y
evidencia estadística antes de adoptar tales programas, que, en su
opinión, “pueden estar contribuyendo al problema”.(57)

Numerosos estudios publicados refuerzan esta opinión.


Informes de Marsiglio y Mott, y Dawson encontraron que los niños
que recibieron educación sexual temprana tenían entre 1,2 y 1,5 más
probabilidades de emprender una actividad sexual precoz.(58,59)
Uno de Harris y su equipo, comisionado por Planned Parenthood,
confirmó estos hallazgos.(18) Y, más recientemente, la prensa diaria
ha informado de experiencias similares en Los Angeles y en
Colorado.(60,61)

El CDC ha informado de un aumento de la actividad sexual de


las quinceañeras, del 4,6% en 1970 al 25,6% en 1988.(62) El análisis
de estos datos, publicado en Family Planning Perspectives, reveló un

21
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

aumentó de la promiscuidad y poca práctica de la contracepción.(63)


Dada la naturaleza de la evidencia, y la posición de los realizadores de
la encuesta a favor de la contracepción, las verdaderas cifras de no
uso del preservativo pueden ser incluso mayores del 30-50%
reconocido por los chicos y chicas. Los datos se confirman de nuevo
en un informe del CDC de septiembre de 1992 que trata de la
promiscuidad de los adolescentes, el SIDA y los preservativos.(64)

Para la sociedad en general, parece evidente que la educación


sexual ha fracasado. Pero para evaluar el éxito o el fracaso, tenemos
que mirar los objetivos. Dada la información disponible en los
párrafos anteriores, podría parecer que el objetivo declarado de
reducir los embarazos de las adolescentes no se ha conseguido, y la
insistencia en estos programas lleva a la conclusión inevitable de que
el verdadero objetivo ha sido cambiar las actitudes sociales hacia el
sexo, aboliendo las restricciones tradicionales en este campo y
alentando la aceptación de prácticas que muchos padres consideran
desviadas. Tales metas pueden ser difíciles de defender en un debate
público, por lo que el mito del SIDA y de la prevención del embarazo
tiene que perpetuarse.

Un artículo reciente en Parents Magazine declara


abiertamente que la meta del Sex Information and Education Council
de los Estados Unidos (SIECUS) y de la Planned Parenthood es
“promover una sexualidad sana en los jóvenes, proporcionándoles las
habilidades que necesitan para ayudarles a tomar decisiones sexuales
responsables”(65), pero no asumirán ninguna responsabilidad de los
desastres que dejan detrás, que afectan a nuestros hijos, cuando sus
intentos de ingeniería social fallan, y se enseñan a seres humanos
jóvenes inmaduros como hechos ideas basadas en opiniones no
comprobadas pero de moda, rechazando absolutamente la sabiduría
de siglos de civilización. La percepción universal del matrimonio
como el ambiente adecuado para el goce de una vida sexual
saludable y el crecimiento de la familia no puede atribuirse a
creencias religiosas o morales particulares, sino que debe
reconocerse como el resultado de innumerables intentos de ensayo y
error. Cualquier modificación de las costumbres establecidas
requeriría una evidencia científica que los modernos abogados de la
actividad sexual desenfrenada han sido incapaces de proporcionar. El
sistema de escuelas públicas de la ciudad de Nueva York proporciona
una oportunidad selecta de desarrollar un estudio científico
cuidadosamente controlado, que compare lo tradicional, las técnicas

22
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

basadas en la abstinencia que han funcionado en las generaciones


anteriores, y lo nuevo, la promiscuidad protegida, tan
entusiastamente defendida.

Alternativas al preservativo/ educación sexual sobre VIH


Kirby ha analizado los diferentes enfoques de la educación
sexual y la prevención de embarazos y ETS. Concluye que el plan de
estudios orientado hacia el conocimiento ha fallado, descubrimiento
que confirma tardíamente la conclusión de los antiguos filósofos
griegos, que el conocimiento y la práctica de virtud no se exigen
mutuamente. Los que Kirby llama de “segunda generación”, que
intentan clarificar los valores y fundamentar la toma de decisiones,
también los considera fracasados. Y, sin análisis, también desecha los
programas de “tercera generación” basados en la abstinencia. Parece
haber un conocimiento superior entre los expertos, que les permite
eliminar de su consideración este enfoque, sin siquiera mirar los
resultados de los experimentos que han empleado esos métodos.
Procede entonces a defender un programa de “cuarta generación”,
mezcla de abstinencia y contracepción, que llama “Reducir el riesgo”.
Según su análisis, este programa no redujo la actividad sexual, y
pareció tener éxito en aumentar la práctica de la contracepción en
mujeres y “jóvenes de bajo riesgo”.(66)

Como ya hemos afirmado, las estadísticas del CDC y del


Comité de Salud de la ciudad de Nueva York revelan una llamativa
disparidad en las frecuencias de transmisión heterosexual del VIH
entre los compañeros varones y mujeres, disparidad que, por razones
desconocidas, es mucho más notable en blancos que en negros o
hispánicos. Los métodos contraceptivos bien recibidos por las
mujeres, pero no por los hombres, suponiendo que los jóvenes
hubieran contestado correctamente, sólo pueden ser de tipos que no
tienen ningún efecto en la transmisión del VIH, y los métodos que
benefician a grupos de bajo riesgo, mientras dejan a los de alto riesgo
igual, no parecen dignos de mucho esfuerzo. Si, por otra parte,
pudiéramos desarrollar programas que convirtieran el alto riesgo en
bajo riesgo, y el bajo riesgo en ningún riesgo, nuestras autoridades
deberían explorarlos y evaluarlos cuidadosamente por medio de
estudios comparativos controlados.

El título XX de la ley del Servicio de la Salud Público de 1981


intentó hacer exactamente eso. Ayudó a desarrollar y evaluar

23
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

métodos basados en la abstinencia. El primer programa de este tipo,


denominado “Posponer las relaciones sexuales” comenzó en Atlanta
en 1983, en las escuelas del centro de la ciudad. “Al final del 8º
grado, los estudiantes que no habían participado en el programa
tenían cinco veces más probabilidades de haber empezado su
actividad sexual que quienes habían seguido el programa”.(67)

Se ha desarrollado un gran número de programas similares, y


aunque muchos de ellos suelen ser obra de personas con una
orientación espiritual, todos los que han recibido alguna financiación
de fuentes federales, se han mantenido estrictamente en terreno no
religioso. Entre ellos podemos citar el plan “Community of
Caring”(68) de la Fundación Joseph Kennedy, “Teen Aid”(69), “Sex
Respect”(70), “Teen Choice”(71) y “Free Teens”.(72) El común
denominador de todos estos programas es que la abstinencia es la
opción más saludable para los adolescentes, y que la actividad sexual
debe reservarse para una relación madura y comprometida y que
educar el carácter es una parte deseable de cualquier sistema
educativo. Todo estos programas han mostrado notable efectividad
para reducir la tasa de actividad sexual y embarazos, resultados que
no puede ostentar ninguno de los programas basados en
contraceptivos o drogas. Resultados similares o mejores se esperan
en la transmisión de VIH: si el riesgo de una vida nueva actúa como
disuasor, dado el refuerzo positivo, es lógico esperar lo mismo o más
cuando el riesgo es la muerte. Y, basados en experiencia anecdótica,
los programas que subrayan la abstinencia, pero dan preservativos
como una especie de salvavidas, no han sido tan efectivos como los
que se apoyan exclusivamente en la abstinencia.(73)

Conclusión
La revolución sexual ocurrida en las últimas décadas ha
llevado a un cambio profundo en los pensamientos y perspectivas de
muchos expertos, sobre todo entre los que no tienen hijos propios.
Conductas que han llegado a ser aceptables para adultos en privado,
son propugnadas ahora para los niños. Quienes piensan de esta
manera tienden a olvidar que lleva tiempo hacer de un niño un
adulto, y que las ideas doctrinarias que no tienen obvias
consecuencias trágicas para los adultos, pueden ser malentendidas y
llevadas a la práctica irresponsablemente por jóvenes inmaduros. En
nuestras escuelas nos enfrentamos con otro problema: la violencia
asesina. Ningún experto, por lo menos todavía, ha sugerido que

24
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

todos los jóvenes deban asistir a la escuela con un chaleco antibalas,


o que debemos proporcionarles instrucción adecuada sobre la
manipulación correcta de armas de fuego para evitar las muertes
debidas a balas perdidas, como si cada bala debiera dar en el blanco.
Sabemos también los problemas que produce la bebida tomada de
modo irresponsable, quizás en combinación con la conducción
irresponsable. Todos pensamos lo mismo en estos campos, pero no
hemos podido hallar maneras fiables de enseñar responsabilidad a
los jóvenes, excepto intentar prohibir las actividades particularmente
peligrosas, y esperar que sobrevivan hasta que la vida misma les
enseñe una conducta más responsable, siendo el matrimonio
tradicional una de las escuelas con más éxito para conseguir este
objetivo.

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Programs in the USA. “Abstinence Education and Public Policy”. Teaching
Abstinence in the Public Schools. Jacob Javits Convention Center New York, NY.
September 19,1992. Ms Funderburk is presently Director of Educational Services,
Americans for a Sound AIDS Policy.
(a) Virus de la inmunodeficiencia humana.
(b) Perspectivas en Planificación Familiar.
(c) Food and Drug Administration: entidad del gobierno USA que se encarga de la
aprobación de medicamentos, prótesis, aditivos alimentarios, etc.
(d) Committee for Disease Control: Comité de control de enfermedades infecciosas
de Atlanta.
(e) Planned Parenthood Federation (Federación de paternidad planificada):
Asociación estadounidense, no estatal, que tiene como fin programático la difusión
de métodos contraceptivos, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
(f) Enfermedad de transmisión sexual.
(g) Polymerase Chain Reaction: análisis que permite averiguar si una muestra
biológica contiene unos genes que se buscan, aunque éstos se encuentren
presentes en una cantidad muy baja.
(h) Consejo sobre educación e información sexual.

28
Aspectos psicopedagógicos de la prevencion del
SIDA

M. Victoria Gordillo Alvarez-Valdes

España lleva años ocupando el primer puesto en Europa en incidencia


de sida. El número de casos registrado desde 1981 supera los 40.000
y se presume que existen entre 150.000 y 200.000 seropositivos.
Desde la descripción de los primeros casos de sida en EE.UU. han
transcurrido ya quince años y la epidemia continúa propasándose,
desafiando a la comunidad médica mundial que contempla como, a
pesar de los logros científicos alcanzados en el conocimiento de la
enfermedad, no se ha obtenido ningún tratamiento capaz de
erradicar al virus de los sujetos infectados.

Por esta razón y en espera de la obtención de un antivírico o una


vacuna verdaderamente eficaces, la prevención constituye el arma
más útil para frenar esta epidemia que, no sin motivo, ha sido
denominada “la plaga del siglo XX”. Para combatir con eficacia esta
epidemia es preciso conocer claramente sus dimensiones, así como
percibir el riesgo personal que representa pues sólo de este modo se
logrará el necesario cambio de conducta (1). No se puede olvidar, sin
embargo, que la prevención, cuyo objetivo es el cambio de
conductas, requiere educar convenientemente a la población. Al ser
una enfermedad que se transmite principalmente a través de
determinadas conductas habrá que centrar la actividad preventiva en
modificar hábitos de vida que suponen un riesgo para el individuo
(2).

Analicemos, a continuación, las principales vías de transmisión de


esta infección.

1. La transmisión heterosexual

La transmisión heterosexual del VIH ocurre de modo muy


heterogéneo. Es más frecuente de varón a mujer que viceversa (3).
Se ha descrito en un 15-25% de las parejas femeninas estables de
drogadictos y hemofílicos seropositivos (3,4). Existen casos de
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

transmisión del VIH a partir de uno o dos aislados coitos con una
persona infectada (5,6). La información disponible sugiere que el
coito anal, la relación durante la menstruación y la presencia de
úlceras genitales facilitan la transmisión del VIH en la relación
heterosexual (7). Por su parte, algunas circunstancias ajenas a la
propia relación sexual se asocian a una mayor transmisibilidad, como
es un estadio más avanzado de la infección VIH en la pareja
seropositiva (8) y un mayor número de relaciones sexuales con ella
(16). La utilización de anticonceptivos, en relación con los cambios
producidos en la mucosa vaginal, puede incrementar la transmisión
del VIH (7).

La prevención de la transmisión heterosexual del VIH, que constituye


la “segunda ola” del SIDA, pasa por educar convenientemente a la
población. En algunos países africanos, siguiendo las
recomendaciones de la OMS, se han realizado campañas de promo-
ción de la estabilidad familiar y de reducción del número de parejas
entre la población general. En las prostitutas se ha promovido el uso
del preservativo como única medida para paliar el riesgo de infección
en los usuarios, aunque se sabe que el preservativo no elimina por
completo el riesgo de infección por VIH (9-13). Las causas de su
falibilidad son múltiples, como el tipo de material empleado (el látex
es el más protector), la rotura del preservativo hasta en un 11-18%
de las relaciones sexuales (11-14), el contacto ocasional de las
mucosas por deslizamiento del preservativo y la omisión de su uso en
relaciones potencialmente infecciosas como las orogenitales
(ó,15,16). La recomendación de su uso, por tanto, debería ir siempre
acompañada de una información veraz sobre sus limitaciones y, más
importante todavía, es preciso subrayar la eficacia de evitar la
multiplicidad de parejas.

Dado que el contagio heterosexual es una vía en ascenso, y que en


nuestro país ocupa el segundo lugar después de la drogadicción, urge
plantear estrategias adecuadas para hacer frente a la difusión
heterosexual del VIH. La OMS ha difundido mensajes en favor de la
monogamia y en contra de la promiscuidad. En el mismo sentido se
han pronunciado diferentes autores (17,18), que subrayan la
necesidad de promover un cambio conductual importante en el área
sexual de muchas sociedades. Así en San Francisco, un estudio
reciente ha alertado que de no producirse una reducción
considerable de las prácticas de riesgo en gran parte de la población,

30
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

aunque existiera una vacuna profiláctica, la epidemia continuaría


creciendo (19).

En algunos países occidentales se han desarrollado campañas de


promoción del uso de preservativos, pero frecuentemente sin
informar adecuadamente sobre sus limitaciones y sin subrayar la
conveniencia de evitar la promiscuidad. El resultado ha sido
desafortunado, observándose un aumento de algunas ETS,
especialmente entre adolescentes. Parece, por tanto, que la revisión
de estas campañas de prevención ha de ser un objehvo prioritario en
los programas de salud pública (20,21). En Nueva York, tras varios
años de distribución gratuita de condones en las escuelas, se revisó el
programa educacional y se puso en práctica uno nuevo para pro-
mover el retraso del inicio de la relaciones sexuales después de los 18
años, habida cuenta del elevado número de embarazos no deseados
y ETS (entre las cuáles figura el sida) que se estaban observando en
los adolescentes.

Una consecuencia que se deriva de lo anterior es que a pesar de la


importancia que la tecnología tiene en temas referidos a la salud, hoy
se reclama un enfoque diferente más próximo a la educación. Para el
éxito de la prevención primaria -es decir, de aquella que se realiza
antes de que el peligro se haya presentado-, el foco debe situarse en
aquellos aspectos que se refieren a la motivación de la conducta en
general (22).

2. La drogadicción por vía parenteral

En nuestro país, donde existen unos 125.000 drogadictos, un 64% de


los casos de sida descritos parecen haberse producido en ADVP. La
transmisión ocurre por intercambio del material utilizado en la
venopunción con sujetos infectados, aunque también puede ocurrir
por otros mecanismos y, de modo especial, dada la promiscuidad de
muchos de estos individuos, a través de relaciones heterosexuales.

Los objetivos de las campañas de prevención de la infección VIH en


drogadictos se han localizado en: 1) ayudar a la deshabituación y a la
reinserción social; 2) desterrar el hábito de intercambiar la
parafernalia ublizada en la venopunción; y 3) educar sobre la
transmisión sexual del virus, aconsejando una menor promiscuidad

31
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

y/o el uso del preservativo. Las campañas de prevención en ADVP no


han tenido la repercusión esperada y han sido poco eficaces hasta el
presente. En algunos países, aunque se ha demostrado una reducción
del hábito de intercambiar jeringuillas (23,24), se demostró que las
conductas sexuales de riesgo no se habían modificado (24).

De forma prioritaria hay que diseñar nuevas estrategias para reducir


la penetración del VIH en la gran masa de drogadictos. Por un lado,
se requiere llegar plenamente a esos colectivos marginados, que son
los más insensibles a los medios de comunicación (prensa, radio, TV),
quizás a través del adiestramiento de verdaderos “educadores de
campo”, que tengan contacto directo con los drogadictos en su
ámbito. Por otro lado, deben identificarse e intentar corregirse las
circunstancias asociadas al inicio de la drogadicción. Algunos factores
sociales, como el paro laboral, un bajo nivel educativo, los problemas
familiares y el antecedente de haber estado en prisión se asocian a
menudo a la seroposifividad en ADVP.

Por ello, en última instancia, prevenir la drogadicción y la infección


por VIH requiere revisar la escolaridad de los adolescentes, la
ocupación del tiempo extraescolar y la información que se da sobre
la adicción a drogas.

Posiblemente, han sido los modelos psicológicos de prevención los


que han fracasado en su intento de evitar conductas de alto riesgo.
De ellos los más conocidos se han centrado en promover un
sentimiento de autoeficacia, unido a una mayor información y
capacidad de manejar situaciones (por ejemplo, el modelo
socio-cognitivo que se basa en el enfoque de Bandura). Otros, como
la teoría de la acción razonada (TRA), han caído en el idealismo de
pensar que la intencionalidad y las propias normas y actitudes son
suficientes para lograr el cambio conductual. También se ha aplicado
el modelo de crcencias de salud (HBM) en el cual la conducta
preventiva se considera en función de la vulnerabilidad y la gravedad
percibido ante la posible infección por VIH, así como de los costes y
beneficios de las acciones que se deban emprender. Partiendo de
este último se ha desarrollado un modelo específico de reducción del
riesgo del sida (ARRRM) que comprende tres estadios: reconocer la
situación, compromiso en reducir conductas de alto riesgo y
búsqueda de estrategias para lograr los objetivos propuestos.

32
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

La falta de comprehensividad y de resultados empíricos contrastables


ha llevado a nuevas estrategias donde junto a la información y a las
habilidades conductuales aparece un nuevo componente: la
motivación (25). Una ventaja del modelo IMB (information,
mativation, behavioral skills) es que en él se reconocen la
información y la motivación como constructos diferentes, lo cual en
muchos casos no se ha tenido suficientemente en cuenta al
considerar que una buena información o, al revés, la sola motivación-
eran suficientes para producir el cambio de conducta.

3. El contagio por relaciones homosexuales

Los homo/bisexuales han sido los que más se han beneficiado de las
campañas de prevención de la infección VIH que, poco exitosas en
otros colectivos, parecen haber logrado una reducción de la
incidencia estimada de seroconversiones en este grupo en los últimos
años (26)

El papel que puede tener el apoyo psicológico a los sujetos


homosexuales ha sido expuesto de forma suficiente, en parte por la
presencia de grupos activistas que han subrayado el importante
componente psicosocial que subyace en la conducta homosexual.
Desde la perspectiva educativa, es necesario insistir en dos aspectos:
en el hecho de que la homosexualidad no siempre Gene una base
genética, sino que en ocasiones es producto de una afectividad mal
encauzada en la infancia y adolescencia. Y en la posibilidad de ayudar
al sujeto homosexual a renunciar a la actividad sexual que más le
atrae. Tanto la psicoterapia como una adecuada orientación familiar
y educativa puede evitar la práctica de conductas de riesgo muy per-
judiciales para el sujeto.

4. La transmisión madre-hijo

Aunque la transmisión materno-fetal del VIH sólo ocurre en el


12-20% de los recién nacidos de madres seropositivas, algunos países
han aprobado el aborto para estas gestantes. Sin embargo, en la
actualidad se dispone de varias estrategias que minimizan
considerablemente el riesgo de infección para el recién nacido; por
ejemplo, la práctica de cesárea en el último mes de la gestación (27)

33
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

y evitar la lactancia materna, dado que el virus parece transmitiese


preferentemente en el momento del parto y a través de la lactancia.
De todas, la medida más eficaz para reducir la transmisión
materno-fetal del VIH ha sido introducida recientemente: la admi-
nistración de zidovudina a las mujeres embarazadas a partir del 4°
mes de gestación, reduce la transmisión al 6-8% (28,29). De esta
forma, se ha suscitado la conveniencia de realizar el estudio de
anh-VIH a todas las mujeres restantes, como una prueba más del
embarazo (30).

5. Las transfusiones sanguíneas

Es ésta una vía en claro descenso en los países desarrollados donde


desde 1986 es obligatorio este tipo de control en las donaciones de
sangre. Sin embargo, en Africa y otras regiones subdesarrolladas, la
problemática del sida transfusional continúa siendo particularmente
grave. A la elevada prevalencia de infección en la población (1 de
cada 4-6 donantes en algunos países centroafricanos), se suma la
ausencia de infraestructura para excluir las donaciones seropositivas
(31).

6. Prevención de la transmisión del VIH en otras situaciones

La transmisión del VIH por contactos casuales, por ejemplo los


existentes en las relaciones familiares no matrimoniales es
excepcional. Los estudios de prevalencia de infección VIH en
familiares u otros miembros que tenían una relación habitual con
individuos seropositivos y sus objetos han concluido que el virus no
se transmite por otras vías que la sexual (32,33). Sin embargo, en
EE.UU. se ha comunicado recientemente la transmisión del VIH a un
niño que convivía con su madre afectada de sida, así como el de una
mujer de 75 años que cuidaba a su hijo enfermo de sida. En ambos
casos había habido exposición repetida a sangre de los pacientes
(34).

Un problema no resuelto se refiere a la escolarización de los niños


con infección por VIH. En esta situación se enfrenta el derecho de los
padres seronegativos a evitar una potencial infección mortal para sus
hijos, con el derecho de los niños seropositivos a no ser marginados.

34
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Agrava el conflicto el que estos últimos no son responsables de ser


portadores del virus. Aunque se han comunicado varios casos de
transmisión horizontal en niños que convivían juntos (35-37), debe
subrayarse que, como ya se ha dicho, el virus se transmite de forma
casi exclusiva por vía sexual y sanguínea, de forma que el riesgo de
infección en la convivencia familiar o escolar en los niños es casi nulo
(38,39). Las caricias, besos, golpes, etc. no constituyen una fuente de
contagio a menos que existan heridas abiertas. Por ello, parece
aconsejable que los educadores supervisen con especial atención,
pero no impidan, la escolarización normal de los niños VIH positivos.

Conclusiones

Las estrategias para la prevención de la infección por VIH se sitúan en


los tres niveles clásicos de prevención: primaria, secundaria y
terciaria. La primera es la dirigida a sujetos que no presentan
conductas de alto riesgo. El medio más idóneo es una educación que
promueva estilos de vida sanos, que favorezca el autocontrol y un
adecuado desarrollo afectivo-sexual dentro de un ambiente
facilitados (medios de comunicación, escuela, familia, grupos, etc). La
prevención secundaria es aquella cuyo grupo diana se compone de
personas que están en posible situación de riesgo (adolescentes,
grupos minoritarios, ámbitos sociales determinados, etc). Las
medidas Irán encaminadas no sólo a informar sino a formar actitudes
vitales, a desarrollar habilidades sociales, a proporcionar formas
alternativas de tiempo libre, grupos naturales de ayuda (familia,
amigos), etc.

Por último, la terciaria tiene como objeto mejorar la calidad de vida


de las personas infectadas y sus familiares. Se precisa para ello,
tratamiento médico y atención psicológica. Algunas estrategias son
específicas de esta etapa (intervención en crisis, psicoterapia, ayuda
farmacológica y clínica), pero otras muchas coincidirán con el tipo de
prevención anterior. En ocasiones, se requerirán también medidas
paliativas (programas de metadona, distribución de jeringuillas o pre-
servativos, etc). Y siempre, una preparación para afrontar la muerte
con dignidad.

35
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Parte de la prevención en este nivel es evitar el contagio. Lo cual


exige dar a conocer la infección a las posibles parejas y las posi-
bilidades reales de contraer la enfermedad.

Como muchos autores han indicado, la mayoría de los programas de


prevención han fracasado por limitarse a una sola estrategia y por no
diferenciar entre niveles o grupos sociales a los que se dirige
(21,40-42), así como por presentar una dimensión demasiado
individualista del problema sin tener en cuenta el entramado social
en el que el sujeto se desenvuelve: aspiraciones, valores, necesi-
dades, motivos, relaciones interpersonales, etc. E1 pandeterminismo
o la limitación reduccionista del hombre ha producido programas
donde la libertad de elegir y la capacidad de superación, tan
propiamente humanas, no han sido en absoluto consideradas.

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38
Defectos del condón
Pedro Pérez Cárdenas

Las políticas gubernamentales, casi a nivel mundial, han realizado y


están realizando grandes esfuerzos para difundir el uso del condón,
con la confianza de que ello frenará el SIDA. Una de las grandes
hipótesis que defiende este texto, “El SIDA sin engaños”, es
demostrar cómo esas campañas son inútiles e incluso
contraproducentes en lo que se refiere a la lucha contra el SIDA, y
contra otros problemas sociales. Esta demostración se inicia ahora.

Ya han pasado años desde el inicio de las campañas de lucha contra


el sida basadas en el condón, y la experiencia demuestra que no han
servido, el sida sigue creciendo de modo exponencial. Se hace
necesario un esfuerzo de superación de barreras mentales para
admitir que son los comportamientos adquiridos con la educación,
los que cambiará el rumbo de la epidemia.

Vamos a centrarnos en los datos, para ayudar a abrir la mente a los


seguidores de la condonmanía.

Para ser concreto, vamos a calificar el instrumento sin tapujos.


Parece que casi todos sus defectos van a comenzar por la letra “i”.

1. Inseguro
Un profesor explicaba a sus alumnos que el virus del SIDA es 500
veces más pequeño que el espermatozoide, con lo que tiene la
grosera costumbre de filtrarse a través de las paredes del condón, o
goma, e introducirse donde no ha sido invitado. También les
transmitía las conclusiones de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), que concluye de la siguiente forma: el preservativo falla entre
un 10 y un 20% de los casos, dependiendo de la calidad de zuncho o
funda. Último apunte pedagógico: el maléfico virus del SIDA puede, y
suele, tardar años en manifestarse. Más de un alumno y alumna
acostumbra entonces a ponerse blanco al escuchar estos
pormenores, y no hay que ser muy listo para adivinar el motivo

Todas las personas que tengan algo que ver en el negocio de


condones, o que deseen que la corrupción de costumbres se
extienda, dirá que el usar el condón es seguro. Pero ya son muchas
las autoridades médicas, científicas o sanitarias que vienen diciendo
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

lo contrario. El condón es un medio que algunos venían utilizando


como contraceptivo y para disminuir el riesgo de contraer
enfermedades sexuales. El axioma de contraceptivo seguro en los
años setenta eran los contraceptivos hormonales y, casi sin efectos
secundarios, mientras que los condones se rechazaban porque eran
poco seguros, antinaturales, y disminuían la sensibilidad. Sin
embargo, actualmente, el axioma que nos venden es el contrario, y
es que el condón es un método seguro, mientras que ahora se
previene contra las píldoras hormonales por sus efectos secundarios,
ya que es el método contraceptivo con más riesgo para la salud.
!Cómo nos engañan¡.

Según los estudios, unos dicen que el uso del condón para prevenir la
transmisión del SIDA falla en un 10 % de ocasiones, mientras que
otros estudios aseguran que este porcentaje llega al 30 %. Se hacen
comparaciones con el riesgo de quedar embarazada usando condón y
el riego de contraer el VIH, y se afirma que este último es mayor que
el primero pues se puede quedar embarazada unos pocos días al
mes, mientras que el contagio del VIH puede darse en todo
momento, todos los días del mes.

El descubridor del origen del Síndrome de Down, ya fallecido, decía


en 1989. “Con el condón quedan embarazadas aproximadamente un
10% de las mujeres al cabo de un año de uso . Si no es una barrera
infranqueable para los espermatozoides, menos aún lo será para el
virus del SIDA, que es 500 veces más pequeño. Como puede
suponerse, decir que el preservativo es eficaz para prevenir el SIDA es
un absurdo (...). Un sodomizador seropositivo hará correr un riesgo de
por lo menos uno entre diez de contraer la enfermedad mortal,..., por
lo que es totalmente imposible calificar de mal menor un
comportamiento tan peligroso para otro ser humano”. (1)

Muchos otros estudios e informes van a ser expuestos a continuación


para confirmar la inseguridad del condón a quien no quiera creerlo.
Es una lástima que los dos principales esfuerzos que gobiernos y
organismos internacionales están realizando contra el SIDA se han
manifestado un fracaso: ni las multinacionales farmacéuticas han
logrado todavía la vacuna deseada, ni la promoción del condón -que
acapara la mayor parte del dinero público contra el SIDA- ha logrado
frenar la extensión de la plaga. Los científicos han advertido en
numerosas ocasiones a los gobernantes de que con esta política
están presentando como remedio seguro algo que no lo es, lo que

40
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

anima a repetir los contactos de riesgo. Pero, una cosa son los
científicos y otra son los políticos, éstos buscan medidas que den
votos, que sean populares.

1.1. Fallos mecánicos de los condones


Además de la posibilidad de rotura o desplazamiento, está claro que
el condón sólo puede ser eficaz “cuando se utiliza de modo correcto”
(2) , cuando se dan las condiciones óptimas. En la práctica, hay
siempre un amplio margen de usos defectuosos (3). En este sentido
existen conocidos estudios donde se describen con detalle los
numerosos casos de fallo del condón (4). Pero, curiosamente se sigue
equiparando “prevención” con “buen uso del condón” sin que la
eficacia de tal instrumento sobre la epidemia haya sido
estadísticamente demostrada. Es más, debido a diversos factores que
intervienen en la transmisión, esta eficacia es indemostrable.

Hay dos estudios de Trussel et al. en 1992 que informan de


frecuencias de roturas y deslizamiento del 14.6%. En el primer
estudio, los autores resumen: “Un estudio prospectivo empleando
dos marcas de preservativos encontró que, de 405 preservativos
empleados para las relaciones sexuales, el 7.9% o se rompió durante
la relación o al retirarse, o se resbaló durante las relaciones; ninguno
de estos hechos está relacionado con el tipo de preservativo. El 7.2%
se resbaló al retirarse; no se encontró relación entre el deslizamiento
del preservativo y su marca o el uso anterior de preservativos, pero
era significativamente más alto cuando se usó algún lubrificante
adicional”. (5)

En el segundo estudio, en la revista Family Planning Perpectives, se


dice : “Los investigadores observan que la alta frecuencia con que los
preservativos se resbalan y se caen al retirarse -17% de los
preservativos que no se habían roto, se habían caído durante las
relaciones- indica un alto nivel de mal uso. Indican también, que un
mejor empleo puede ser difícil de conseguir, pues todas las mujeres
que participaron habían recibido instrucciones escritas y verbales
sobre su empleo adecuado.” (6)

El tema de la práctica del sexo anal por parte de los homosexuales es


mucho más claro en lo concerniente a la tasa de fallos y al riesgo de
contagio. Durante esta relación anal, por razones anatómicas el roce
es mayor, por lo que los condones deberían ser más gruesos para ser

41
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

algo más seguros. Pero lo que ocurre es que cuanto más grueso,
menor es su aceptación. (7)

Las estadísticas en los países Occidentales mostraban que el riesgo de


contagio de VIH más claro para un hombre es la droga por vía
intravenosa y la homosexualidad. Unos datos (8) extremos que
avalan esta conclusión fueron obtenidos en 1993 en la ciudad de
Nueva York en la que de 4352 casos de SIDA en hombres, 2687
mantenían relaciones sexuales con hombres pertenecientes a grupos
de riesgo, 261 habían usado drogas intravenosas y tenían relaciones
sexuales con hombres, 2 habían mantenido relaciones sexuales con
mujeres de grupos de riesgo

En un estudio de la asociación Stop SIDA realizado conjuntamente


con el CEESCAT de Cataluña en 1993 y 1995 revela que una
proporción relativamente importante de los gays declaró haber
tenido accidentes en el manejo de los preservativos (32% roturas y el
15% deslizamientos). (9)

Si ahora pasamos a analizar las relaciones sexuales precoces, entre


adolescentes, hay informes que revelan que el fallo de los condones
empleados como contraceptivo puede ser de hasta el 50% (10). Si
esto es así, ¿cuánto fallarán en la prevención del contagio de VIH?

Otro dato significativo que muestra en la práctica, los fallos del


condón, se veía reflejado por un comunicado del Centro Dator, de
Madrid, lugar donde en mayor cantidad se eliminan a niños antes de
nacer en España. Decía un titular del diario el País 20-8-2000 que “de
La mitad de las jóvenes que abortan declaran rotura del
preservativo”. Haciendo cálculos, sabiendo que en España alrededor
de 50.000 niños se les impide nacer, que otros felizmente nacen, y
que la muestra de Dator es para jóvenes hasta 25 años, nos haremos
una idea de cuanto falla el condón para evitar un embarazo que no se
desea. Y no conviene olvidar, que la transmisión del SIDA ocurre
cualquier día del mes, y el embarazo sólo ocurre unos pocos días de
cada mes.

En muchas otras partes del mundo ocurre otro tanto. En abril de


1996, Murty y Firth publicaron un estudio realizado en Inglaterra con
4.666 mujeres que, durante un período de cinco años, acudieron para
consejo previo al aborto. El estudio, realizado en 1993, mostró que
46.4% de las mujeres que se presentaron solicitando abortos
declararon que su embarazo se debía a fallas del preservativo.

42
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Savonius y colaboradores hicieron en 1995, un estudio con 200


mujeres que abortaron en Finlandia: 76.7% de las usuarias de
condones reportaron que el condón se había roto, salido, o bien que
su uso era irregular. Lewis y colaboradores, en abril de 1996,
publicaron una investigación con 629 mujeres que habían acudido a
una clínica para consejera por “embarazo no deseado” entre
septiembre 1994 y febrero 1995. El estudio demostró que 47.9% de
las mujeres estaban usando un preservativo al momento del
“embarazo no deseado”.

Abundando en el punto anterior, se ha sabido que El 69,2 por ciento


de los que piden la pastilla abortiva dicen que lo hacen porque se les
ha roto el condón, según un estudio elaborado en el año 2004, desde
el Hospital del Mar de Barcelona . (11)

La demanda de la píldora del día después, que provoca un aborto


químico precoz porque impide la implantación del embrión (un ser
humano), se ha multiplicado por 8 en términos relativos desde 1994
(de ser el 1,26 de las urgencias a un 9,82), según un estudio dirigido
por Miquel Àngel Checa, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del
Hospital del Mar de Barcelona. Por otro lado, según el trabajo,
recientemente publicado y realizado entre 1994 y 2002 a partir de
5.656 píldoras solicitadas en el área de Urgencias del centro
barcelonés, el 69,2 por ciento de las personas que pidieron la pastilla
dijeron que lo hacían “porque se les había roto el preservativo” y un
10,3 por ciento, por retención del condón. Es decir, que casi 8 de
cada 10 solicitantes de la píldora del día después acudieron a
Urgencias por alguna incidencia con el preservativo. ¿De verdad
puede considerarse seguro este método, por ejemplo, para prevenir
enfermedades como el SIDA? En un informe que ofrece ACIPRENSA,
http://www.aciprensa.com/vida/pildorads.swf, se puede comprobar
de manera gráfica lo que puede ocasionar el fármaco.

El estudio médico realizado en el Hospital del Mar asegura también


que el 93 por ciento de las personas que visitaron Urgencias para
pedir el fármaco abortivo no han acudido una segunda vez por ese
motivo. En esta línea, recoge otros datos sobre el uso de la pastilla en
las 72 horas posteriores a la relación sexual (por ejemplo, el día de la
semana o los meses en que más se solicita), siempre pensando en
estimular y provocar un aumento de la demanda. Por cierto, la
revista CONTRACEPTION, donde se ha reproducido este trabajo, es la
publicación oficial de la Asociación de Profesionales de Salud

43
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Reproductiva (ARHP, www.arhp.org). Se trata de una organización


fundada en 1963 como una área de educación médica dentro de la
Planned Parenthood Federation of America (PPFA), actualmente la
mayor multinacional del aborto.

La eficacia del condón femenino sigue siendo incierta. Un estudio de


la Universidad de Alabama (12) se centró en la eficacia de los
condones femeninos sobre un total de 1.464 usos por parte de 210
parejas monógamas masculinas/femeninas. Los investigadores
compararon los índices registrados relativos a fallos de los condones
con la exposición al semen por parte de las mujeres, medidos en
función de los niveles de antígeno específico a la próstata (AEP),
evaluados con dos criterios de medición distintos. El 7% de las
mujeres mostró exposición al semen con ambos criterios, y el 21%
con uno de los criterios. Para las mujeres que declararon no haber
observado fallos de los condones, la cifra fue del 5% y del 19%,
respectivamente. Los investigadores afirmaron que estas
proporciones, relativamente elevadas, “indican que las apreciaciones
individuales subestiman la frecuencia de fallos con los condones”.

1.2. Agujeros en los condones


En 1987 la FDA (Food and Drug Administration) entidad del gobierno
de EE.UU. que se encarga de la aprobación de medicamentos,
prótesis, aditivos alimentarios, etc. , empezó a usar una prueba de
pérdida de agua, en la que el condón se llena con 300 ml. de agua, y
se mira durante un minuto, para ver si pierde. Se acepta que tiene un
nivel de calidad aceptable cuando la tasa de fallo por permeabilidad
al agua no excede en un 4 por 1000. Los lotes que exceden este
criterio son retirados de la venta. Se estudiaron 430 marcas con
102.000 condones, 165 fabricadas en EE.UU. con 38.000 condones, y
265 marcas extranjeras con 64.000 condones. Los resultados fueron
que no tenían un nivel suficiente de calidad el 12% de las marcas de
EE.UU. y 21% de las marcas extranjeras (13). En estas investigaciones
de la FDA sobre la seguridad de los condones como preventivo del
SIDA, se afirmaba concluyendo que “el uso del preservativo no se
relaciona de forma significativa con la protección contra el contagio”.
(14)

Rechazos producidos, por ejemplo en 1991, incluyen las marcas


“Ramses Extra Strength” (marzo de 1991) debido a “Cantidad
inaceptable de orificios y fisuras de anillo” (15), “Saxon Wet

44
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Lubricated” (mayo de 1991) por no pasar el control de calidad de la


FDA(16), y las que citaba el The New York Times de Noviembre de
1991. En muchos países en los que se han tomado la molestia de
controlar la calidad, se han producido rechazos de marcas. Aún, con
todo, no deja de ser penoso que con un 4 por 1000 de casos de
permeabilidad al agua, sean puestos a la venta.

Al aceptarse esta tasa de defectos, la probabilidad de fallo en una


pareja que utilizase el condón como método anticonceptivo sería de
un 20´8 % anual si mantuviesen relaciones sexuales una vez a la
semana, y de un 41´6 % si mantuviesen relaciones sexuales dos veces
por semana.(17)

En 1995 se retiraron de las farmacias americanas unos condones de


plástico de la empresa London International Holdings Inc., después
de haber estado a la venta desde 1991, año en el que la FDA diera el
visto bueno a las pruebas de laboratorio que garantizaban la
impermeabilidad del material utilizado (índice de fracaso menor del
2%). Pruebas independientes realizadas por el Instituto Nacional de la
Salud Infantil y el Desarrollo Humano, arrojaron un índice de fallos
mucho más alto : el 14% (una de cada siete veces). Los condones de
plástico son utilizados por las personas alérgicas al látex (5-7% de la
población).(18)

En Francia, en Abril de 1994, la revista del Instituto Nacional del


Consumo afirmó, en un número especial dedicado a los condones,
que de 28 marcas puestas a prueba, 12 debían “ser evitadas” por
inseguras frente al riesgo de contagio del SIDA. La prensa francesa,
haciéndose eco de la revista, dice que “en materia de preservativos,
aunque la reglamentación francesa está entre las más rigurosas del
mundo, no parece todavía suficiente cuando está en juego la vida”.
Los resultados comunicados por la revista mensual 50 Millones de
Consumidores arrojan dudas sobre la calidad de los condones
comercializados en Francia por esas doce marcas :” algunos
preservativos se rompen, otros son porosos”. Por su parte, la
Administración mantenía que, si se respetan las normas establecidas
para la producción, no tendría que ocurrir así. El problema es, dicen
otros expertos, que en el estado actual de los métodos de producción
industrial no se puede garantizar que la totalidad de los preservativos
vendidos bajo una marca respondan a esas normas. Esta
incertidumbre contrasta con la seguridad que se atribuye al condón
en las campañas francesas de prevención del SIDA. Ya en 1988, la

45
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

misma revista, había publicado un estudio comparativo sobre 41


marcas, que decía que uno de cada dos condones era inseguro contra
la infección. Por aquellas fechas los poderes públicos prohibieron la
venta de cinco marcas. Pero, a juzgar por el nuevo estudio, no parece
que el riesgo de la falta de calidad de los condones haya
desaparecido. Y si esto ocurre en un país cuyas normas de calidad
están entre las más rigurosas del mundo, es inquietante lo que puede
estar sucediendo en muchos países pobres donde estas cosas se
venden sin ningún control. Allí han podido ir a buscar salida las
marcas rechazadas en Francia.

En México, en la revista del “consumidor”, de febrero de 1996,


apareció un reportaje especial sobre la calidad de los condones. La
investigación incluyó 26 marcas, tanto importadas como de
manufactura mexicana. Las pruebas de verificación de calidad se
basaron en la Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA1-1993, la cual
establece las especificaciones sanitarias que deben cumplir los
condones de hule látex. Se realizaron distintas pruebas, para analizar
los defectos visibles y orificios no visibles. Se llevaron a cabo análisis
para verificar la inexistencia de defectos visibles, tales como: orificios,
rasgaduras, roturas, escurrimientos de material, partes débiles,
bordes distorsionados, etc. Se encontraron con que las marcas sheik
elite, ramses sensitol y trojan plus tenían una calidad regular. Para
analizar los orificios no visibles se llenó el producto con la cantidad de
agua señalada en la norma, para corroborar que después de
manipularlo por un tiempo específico, aquel no presentara fugas de
agua. Bajo ese patrón de calidad resultó que las marcas therso, flash,
cowboy studded y sheik elite ribbed tuvieron una calificación de
regular y las marcas everything y sico sensitive el resultado fue
deficiente.(19)

Un servicio de la agencia “UN Wire” informó (16-2-2000) que un


grupo de consumidores de Hong Kong, había encontrado muchos
defectos en los condones. Según el Consejo de Consumidores de
Hong Kong más de la tercera parte de los condones adquiridos en el
territorio son inseguros. El Consejo compró unos 27.000
preservativos de 66 marcas diversas para su examen.

En Brasil, muchos lotes de preservativos (algunas de las principales


marcas) fueron retirados del mercado durante 1999, 2000 y 2003,
debido a fallos en diferentes tests y al descubrimiento de que se
trataba de productos falsificados.(20)

46
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Se retiraron en 1999, 1.036.800 unidades del preservativo


Prudence®, la tercera marca en el Brasil, debido a que no superó las
pruebas efectuadas por el INMETRO, el Ministerio para el Desarrollo,
Industria y Comercio Exterior.

El grupo de consumidores Civitas International declaró que “en 1991


el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC) publicó un
estudio en el que se informa de que cinco de cada siete marcas de
preservativos en Brasil, incluyendo la primera marca nacional,
Jontex®, producida por Johnson & Johnson, no superaron pruebas
internacionales de seguridad. Y prosigue: “Johnson & Johnson hizo
publicar inmediatamente anuncios de una página entera en los
periódicos de difusión nacional, atacando al IDEC [Instituto Brasileño
de Defensa del Consumidor]. Johnson & Johnson contrató expertos
en estadística para atacar el estudio de IDEC, que había sido guiado
por un laboratorio holandés independiente. Sin embargo, el ministro
brasileño de sanidad tomó en serio este informe y ordenó retirar a
nivel nacional Jontex® y las otras.

La Radio BBC de Londres anunció a primeros de Abril del 2002, que el


gobierno de Tanzania decidió eliminar un cargamento marítimo
completo de preservativos enviados al país por el Fondo de Población
de las Naciones Unidas supuestamente para combatir la difusión del
SIDA, porque descubrió que éstos se encontraban con defectos de
fabricación.

Según una fuente del gobierno de Tanzania que citaba por la BBC,
tres contenedores completos que transportaban más de 750,000
dólares en preservativos fabricados en Singapur fueron encontrados
con “graves defectos” que no fueron detallados por las autoridades.
Las fuentes sí revelaron, en cambio, que el descubrimiento de los
defectos fue fortuito, y que muy posiblemente otras decenas de
miles de preservativos distribuidos por la UNFPA en África se
encuentren defectuosos, proporcionando un falso sentimiento de
seguridad entre los jóvenes e incrementando gravemente las
posibilidades de transmisión del SIDA que de suyo ya tiene el
preservativo, como lo han demostrado muchos estudios. Se Ignora si
los consumidores exigieron indemnizaciones por los posibles daños y
prejuicios, ¿o es que las multinacionales los enviaron allá por que
actúan con impunidad?

En España, no hubo legislación de control de “calidad” de los


condones hasta Noviembre de 1991 (normas UNE), con lo que se

47
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

podía vender sin ninguna exigencia ni fecha de caducidad. La Unión


de Consumidores hizo un estudio en 1990 de diversas marcas
utilizando el mismo test de agujeros al agua, y el 27% de las marcas
no tenían un nivel suficiente de calidad. En Marzo de 1992 se publicó
otro estudio de la Unión de Consumidores realizado con 10.000
condones de los 20 modelos que se venden, que representan el 75%
del mercado, y la conclusión fue que el 50% no superó las pruebas
realizadas con los criterios de la Unión Internacional de
Consumidores, a pesar de que el 96% cumplía las normas UNE
aprobadas.(21)

El 23 de Mayo de 1994, la Directora General de Farmacia y Productos


Sanitarios, Regina Revilla, como consecuencia de una campaña de
revisión del mercado tuvo que anunciar la inmovilización de hasta 32
marcas de condones. Todas las marcas implicadas incumplían las
especificaciones técnicas dispuestas por el R.D. 1688/1991 de 22-11.

En Abril de 1998, en la revista Ciudadano, se ponía de manifiesto que


de un estudio realizado con gran cantidad de condones vendidos en
los Sex Shop, esas empresas que tanto contribuyen al SIDA, el 51% no
cumple las normas técnicas. Es un signo de lo que quieren al fin y al
cabo las empresas del latex : vender al máximo.

Las pruebas de permeabilidad han mostrado que el látex no es


impermeable a las partículas del VIH (22) ; Carey y al. realizaron un
estudio sobre la efectividad de los condones de látex bajo
condiciones simuladas de uso, determinando que el condón reduce el
riesgo de transmisión del VIH, pero no lo elimina totalmente, ya que
observaron 29 fugas de tamaño del VIH en 89 condones examinados.

Los guantes quirúrgicos de látex, necesarios para el control de la


infección, a menudo son permeables : no es raro que los cirujanos se
encuentren sangre en las manos, y la solución práctica es llevar dos
pares de guantes. Esta costumbre no parece práctica ni aceptable
con los condones.

Otro estudio sobre la eficacia preventiva de los condones fue


publicado en Noviembre de 1994 por un experto holandés, el Dr.
Johanes Lelkens, profesor emérito de anestesiología en la
Universidad de Maastricht, quien advertía que los profilácticos más
seguros no se libran de agujeros ranuras y orificios mucho más
grandes que el tamaño de los virus. Según el Dr. Lelkens, los
preservativos no logran evitar embarazos en un 12%, y su tasa de

48
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

fallo es mucho mayor a la hora de frenar el virus del SIDA, cuyo


tamaño es treinta veces menor que la cabeza de un espermatozoide.
El VIH es un pequeño disco de 0.1 micras de diámetro. Actualmente
los test eléctricos de permeabilidad de los preservativos son capaces
de localizar agujeros de entre 10 y 12 micras, es decir, agujeros de
100 a 120 veces más grandes que el virus del SIDA. (23) (24)

¿Qué ocurre con los agujeros más pequeños? Simplemente los test
no los localizan. En 1990, los profesores G.B.Davis y L.W.Schoroeder
realizaron orificios de 1 micra de diámetro ( 10 veces mayor que el
tamaño del VIH) a condones que habían pasado los test de control. El
90% de ellos volvieron a pasar la prueba como si no tuvieran
agujeros. El experimento similar dirigido por R.F. Carey en 1992 llegó
a conclusiones similares. En 1992 Carey introdujo microesferas de
poliestireno del diámetro del VIH en condones que habían superado
el test antes citado de la Federal Drugs Administration (USA). Los
sometió a variaciones de presión análogas a las que se producen en
una relación sexual: un tercio de ellos perdió entre 0.4 y 1.6
nanolitros. En una relación sexual de dos minutos con un condón que
pierde 1 nanolitro por segundo, pasarían 12.000 virus.

Pero no hace falta practicar los agujeros: en muchos casos ya existen.


Así lo constató C.M.Roland, del “Naval Research Laboratory” de
Washington :”la superficie de los preservativos aparece como una
superficie cubierta de cráteres que tienen un diámetro de alrededor
de 15 micras, y con una profundidad de 30. Más importante aún para
la transmisión del SIDA es el descubrimiento de canales de 5 micras
de diámetro que traspasan la pared de parte a parte. Es decir, que
existen pasillos que comunican el interior y el exterior del preservativo
con un diámetro de 50 veces mayor que el VIH.” (25)

Esto mismo también fue confirmado por el científico Cecil H. Fox, del
Instituto Nacional de Salud de Maryland, y afirmaba que en el látex,
la goma del condón existen poros que permiten el paso del VIH,
visibles por microscopía electrónica.

1.3. Fallos para evitar embarazos


Muy relacionado con la eficiencia del preservativo en la prevención
de la transmisión de VIH/SIDA y ETS es la eficiencia en la prevención
del embarazo. La OMS explica que el uso perfecto del condón no
previene siempre el embarazo. “La tasa estimada de embarazos con
uso perfecto del preservativo, esto es, aquella efectuada entre

49
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

quienes informan de un uso tal y como debe ser usado (es decir, en
modo correcto) y en cada acto o relación sexual (o sea, en modo
consistente), es del 3% en 12 meses”.(26)

Es innecesario decir que el uso típico del preservativo, que incluye un


uso perfecto e imperfecto (por ejemplo, que no se use en todos y
cada uno de los actos o relaciones sexuales, o que sea usado en
modo incorrecto) es mucho menos efectivo en la prevención del
embarazo. “La tasa de embarazo con un uso típico puede ser mucho
más alta (10-14%) que con un uso perfecto, pero esto es debido
principalmente a su uso inconsistente o incorrecto, no al fallo del
preservativo”(27).

En efecto, el embarazo a pesar del uso de preservativo está bien


documentado, con un índice de Pearl cercano a un 15% de fallo en
mujeres durante el primer año de su uso. (El índice de embarazos de
Pearl es un método estandar de comparación de efectividad de
métodos contraceptivos. Mide el número de embarazos que ocurren
al ser usado por 100 mujeres durante un año.)

Si puede haber embarazo a pesar del uso de preservativo ¿no debería


concluirse lógicamente que el condón permite también la
transmisión de HIV y ETS, puesto que los organismos causantes de
enfermedades pueden están presentes en los espermatozoides, en el
fluido seminal e incluso en otros sitios, como las superficies de la piel,
que no están cubiertas por el condón? Es más, se tiene que
considerar que una mujer puede quedar embarazada sólo durante
sus días fértiles (5-8 días cada ciclo, aproximadamente, tomando en
consideración el periodo vital del esperma en el interior de su
cuerpo), mientras que el VIH y las ETS pueden transmitirse cualquier
día.

En una carta bien documentada, publicada en el número del 5 de


Enero del 2002, en el British Medical Journal, el Dr. Trevor Stammers
alegaba que la estabilidad del matrimonio es clave para combatir el
problema de los muchos embarazos de adolescentes en el Reino
Unido. El Profesor Stammers(28), que es instructor de Medicina
General en la Escuela de Medicina del Hospital San Jorge en Londres,
citaba estudios con la observación que “hasta el 80% de los
embarazos no planeados son el resultado de falla de contracepción” y
continúa afirmando que, por tal motivo, facilitar mayor acceso a la
contracepción no puede ser la solución del problema”.

50
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

1.4. Otros informes y opiniones


1. El Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, el que más
información posee en la lucha contra el SIDA, recomienda como
prevención fundamental, que “la abstinencia y la relación sexual con
una pareja mutuamente fiel y no infectada son las únicas estrategias
preventivas totalmente eficaces”; por eso añaden que “el uso
apropiado del condón en cada acto sexual puede reducir, pero no
eliminar, el riesgo se enfermedades de transmisión sexual” (29). Este
trabajo del Centro de Control de Enfermedades ha sido reproducido
en diversas revistas extranjeras (30), y en España, en el Boletín
Epidemiológico que se citará más adelante, aunque
sorprendentemente este boletín suprimía esta recomendación del
C.D.C en la introducción en la que se resumen las estrategias más
eficaces para la prevención del SIDA.

2. En esos mismos términos, la Organización Mundial de la Salud


afirma que “sólo la abstinencia o la fidelidad recíproca perdurable
entre los compañeros sexuales no infectados, elimina completamente
el riesgo de infección por el VIH “.(31)

3. En Suiza, se publicaron estudios que decían :”Los preservativos


protegen del VIH , pero persiste un riesgo residual que se fija del 13 al
27 % “ .(32)

4. Elio Sgreccia, director del Centro Bioético de la Universidad


A.Gemelli, afirma el riesgo de contraer el SIDA a pesar del condón, se
sitúa entre el 15 y el 16 por ciento. Además añade :”Los preservativos
no son eficaces por causas diversas. Añádase a esto, que la partícula
de VIH es 500 veces más pequeña que el espermatozoide, por lo que
puede filtrarse aún más fácilmente, aumentando el porcentaje de
contagio. Es un hecho estadísticamente comprobado que en uno de
cada 5 o 6 contactos sexuales con preservativo es ineficaz”.(33)

5. El presidente de la Real Academia de Farmacia, Ángel Santos Ruiz,


hablando del tamaño del VIH, también confirma esta cuestión: “es
500 veces más pequeño que el espermatozoide y se filtra con gran
facilidad”.(34)

6. Un estudio detallado y estadísticamente exhaustivo llevado a cabo


por la investigadora americana doctora Susan C.Weller, de Galveston,
Texas, y publicado en Social Science and Medicine, después de
examinar 87 artículos científicos concluye que la selección cuidadosa
de compañeros sexuales reduce el riesgo por un factor de dos a

51
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

cuatro órdenes de magnitud. Los preservativos, en cambio,


suponiéndoles una efectividad del 90%, reducirían el riesgo sólo en
un orden de magnitud y, según un análisis de los datos empíricos, su
efecto protector debe estimarse como sólo del 69%.(35)

7. Comentando el estudio anterior, la Dra. Helen Singer Kaplan,


directora del “Programa de la Sexualidad Humana” del Centro
Médico de la Universidad de Cornell, en Nueva York, comentaba que
“ confiar en los condones es flirtear con la muerte”.

8. Un estudio del instituto Alan Guttmacher concluía que “el índice de


fallos del preservativo es mucho mayor de lo que se suponía”

9. El Ministerio de Sanidad en España también reconocía esta


cuestión de los fallos, aunque después, esto no se refleje en sus
campañas. En su boletín epidemiológico semanal, número 1801, de
11-7-88 , dice que “el uso adecuado de los preservativos puede
reducir pero no eliminar el riesgo de las Enfermedades de Transmisión
sexual”.

10. “La prevención del SIDA mediante preservativo es un cuento de


hadas”, afirmaba categóricamente el profesor Hans-Jürgen Raetting,
director de la Oficina Federal Alemana de Sanidad.

11. En un editorial de la revista Lancet expertos americanos


afirmaban :”Los contactos heterosexuales y homosexuales, y el abuso
de las drogas intravenosas siguen catalizando la extensión de la
epidemia; por desgracia, el progreso de la prevención en estos
campos señalados ha variado de decepcionante a abiertamente
irresponsable (se refiere a las campañas pro-condón ). El cambio de
conducta es la forma segura de protección, pero parece que no ha
sabido inducirla de modo suficientemente rápido y extenso, ni
siquiera entre los grupos de alto riesgo”.(36)

12. En otra editorial del Journal of Sex, expertos americanos se dice


:”Los preservativos no significan sexo seguro en la era del SIDA. El
sexo seguro no existe. Aconsejar a las personas que son portadores o
a las personas de los grupos de alto riesgo de que es seguro tener
relaciones genitales usando condones es falso y dan un sentido
erróneo de seguridad que puede matar a los participantes (...) Tanto
los profesionales como el público han sido desorientados creyendo
que el sexo con condón es seguro, esta hipótesis nunca ha sido
probada científicamente, y considerando que la tasa de preñez es del

52
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

10% con el uso de los condones, se origina un sentido de seguridad


falso y peligroso”.(37)

13. Investigadores daneses han dicho sobre el SIDA: “Pensar que


usando preservativos se puede tener sexo verdaderamente seguro
con una pareja VIH-positiva es una ilusión peligrosa” (38). Otros
investigadores muestran un porcentaje de fallos de al menos el 10%
(39).

14. Guillén y Aguinaga expresan que tras una búsqueda bibliográfica


sobre condones en la base de datos MEDLINE, seleccionando y
evaluando todos aquellos artículos referidos a la efectividad del
condón, concluyen afirmando que el condón reduce parcialmente la
transmisión del VIH con una efectividad cercana al 70%.(40)

15. Las dudas sobre los condones se confirman continuamente.


Algunos investigadores del College Medical School de Londres
publicaron un análisis en la revista médica británica “The Lancet” (41)
han concluido que la distribución masiva de condones y otros medios
anticonceptivos pueden aumentar los peligros de contraer
enfermedades sexuales como el SIDA porque fomentan un
comportamiento sexual arriesgado. Aunque por una parte el uso de
los condones tiene un beneficio en cuanto a la reducción del riesgo,
los científicos observaron que es muy difícil demostrar que su
promoción haya tenido un efecto sobre la epidemia del SIDA. Dado
que los condones tienen un cierto porcentaje de fallos, su
distribución podría de hecho poner a las personas en mayor peligro.
Esto sucedería si, al confiar en el uso de los condones, las personas
dejaran de ser cuidadosas con la selección de aquellas con las cuales
tienen relaciones sexuales, o si comenzaran a ser más promiscuas. En
particular los autores del estudio critican los programas de “sexo
seguro” de las Naciones Unidas y otras organizaciones
internacionales en los países del Tercer Mundo, afirmando que no
ayudan la situación. Además, acusan a esos grupos de imponer
programas que pocas veces se muestran sensibles a las situaciones
culturales en las naciones en vías de desarrollo.

Otros estudios muestras datos reales de contagios habidos usando


condón.

16. En un trabajo publicado del Dr. James Goerdert en un número de


la revista médica más prestigiosa , la New England J.M., se indica que
la tasa de seroconversión o infección de SIDA en 2 años en parejas

53
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

heterosexuales con condones es del 17%. “Nadie describiría como


segura a una compañía aérea que tuviera una tasa de accidentes del
17%. ¿ Por qué no se dice lo mismo cuando se trata de sexo? Sólo es
verdad que los condones son temporalmente menos letales, en el
mejor de los casos. Sin embargo, con el paso del tiempo, aún las
personas monógamas habituadas al uso del condón, van a contraer el
SIDA. A los 4 años la tasa de contagiados pasa al 34%, y cada 2 años
aumenta un 17%” .(42)

17. En un trabajo de la Dra. Margaret A. Fischl y colaboradores, se


recoge el dato de contagio heterosexual entre parejas que siempre
usan condones y uno de ellos está infectado del SIDA(43). Ese trabajo
lo recoge también Susan Okie, reportera del Washington Post, e
informa que después de excluir las parejas que no utilizaban siempre
condones o que eran drogadictos intravenosos, encontró que de diez
parejas, hubo tres casos de contagio del SIDA. (44)

18. Vallés, Gutiérrez y Gómez muestran el caso de una mujer de 26


años, con relaciones sexuales fijas con el mismo hombre seropositivo
VHI+ ; mantenían relaciones sólo genitales utilizando siempre
condones de látex de marcas homologadas. El condón se rompió, y a
pesar de efectuar una limpieza genital inmediata, la mujer desarrolló
una seroconversión completa para el VIH-1.(45)

19. En un estudio realizado en Italia sobre 343 mujeres que tenían


como compañero sexual un hombre seropositivo por VIH-1, y que
afirmaban que siempre usaban condón, se demostró que el 1´8 %
resultaron infectadas.(46)

20. Un estudio que incluía a 368 parejas de varones VIH+ halló que se
infectaron el 10% de las parejas que usaban condón siempre o casi
siempre.(47)

21. Otro estudio estadísticamente válido respecto de la eficacia del


condón en la lucha contra el VIH, coinciden en los valores similares a
los anteriores estudios, es el realizado por el Groupe d´Estudes
Europées(48) en el que se examina casos de parejas sexuales
estables, seridiscordantes (sólo uno es seropositivo), sin infección
genital (49), aunque sólo refleja la situación europea, donde la
transmisión sexual del virus tiene dimensión propia.

22. Los organizadores de El Cairo´94 saben que los llamados


“preservativos” no excluyen todo riesgo, y dicen que es preciso

54
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

perfeccionarlos (art. 7.31 y 12.16). Desde 1991, el Servicio de Salud


Pública de los Estados Unidos informa de que mantener relaciones
sexuales, incluso utilizando condón, con una persona seropositiva es
tan arriesgado que “convendría considerar otros modos de expresar
la intimidad física”.

23. Desde el punto de vista médico intentar combatir el SIDA por


medio del uso de preservativos es una necedad. Dijo en Sidney el
Doctor John Billings, especialista en los métodos de regulación de la
natalidad: “El profiláctico no es garantía suficiente para prevenir el
contagio del Sida y los expertos se dan cuenta una vez más de que a
este respecto, la verdad ya está dicha”. Es absolutamente cierto que
los espermatozoides pueden pasar por los agujeros microscópicos de
los preservativos (que miden 5 micras), razón por la cual los
preservativos tienen un margen de ineficacia para evitar el
embarazo: fallan en prevenir los embarazos por lo menos en un
17,7% del tiempo durante un año de uso(50) , y puede llegar a fallar
el 36,3% del tiempo en el caso de las jóvenes solteras de grupos
minoritarios(51). Si esto es así en el embarazo, téngase en cuenta:

a) Que los fallos para evitar el embarazo (del 15,7 al 36,3% del
tiempo) se producen a pesar de que la mujer ovula una sola
vez durante su ciclo y que, por tanto, el tiempo de fertilidad
durante cada ciclo es muy limitado, mientras que la persona
puede contagiarse del SIDA en cualquier momento de su
vida...

b) Que los espermatozoides pueden ser dañados por las altas


o bajas temperaturas en que se almacenan o transportan los
preservativos...

c) Que el virus que transmite el SIDA es 3 veces más pequeño


que el virus que transmite el herpes, 6 veces más pequeño
que la espiroqueta que causa la sífilis, y 450 veces más
pequeño que el espermatozoide y, por tanto, 50 veces más
pequeño que los poros del condón de látex de mejor calidad.

d) Que los preservativos vienen a veces con fallas, que se


rompen durante el uso, etc. (52)(53)(54).

24. El condón ha sido introducido en la lucha contra el SIDA como si


fuera un dogma, un principio, a pesar de que hacía tiempo que se
sabía que el condón tiene una relativa eficacia como

55
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

contraceptivo(55) . Las estadísticas decían que el condón fallaba


como contraceptivo en el 15 % de los casos. Se quiere por tanto,
hacer creer que el virus del VIH, 450 veces más pequeño que los
espermatozoides, puede ser frenado por la barrera de látex, y ya
está.

25.- Otra publicación mostraba que la efectividad anticonceptiva para


los más optimistas, bajo condiciones habituales de uso, se colocan
entre el 85% y el 95%.(56)

26.- El Presidente de la Fundación Peruana de Lucha contra el SIDA y


la Malaria (FUNMATROP), Dr. Raúl Cantella, publicó abundante
información que revela el fracaso de los programas de “sexo seguro”
centrados en la difusión de los preservativos para controlar el avance
de la pandemia. A través de un extenso informe publicado en el
diario El Comercio, en Diciembre del 2000, denunciaba que “en el
mundo se han gastado miles de millones de dólares desde 1970 para
promover los anticonceptivos y el 'sexo seguro' entre los
adolescentes”. Sin embargo, indicó, las cifras de la pandemia siguen
siendo desastrosas con más de cinco millones de personas
contagiadas en el mundo en el año 2000.

Para el experto, “la denominada solución del “sexo seguro” en la


práctica, es un desastre. Los condones pueden fallar al menos en un
15.7% en lo que a prevención del embarazo se refiere. Fallan 36.3% al
prevenir el embarazo entre las jóvenes pertenecientes a minorías y
solteras”. Como muestra, citaba un estudio hecho entre hombres
homosexuales por el British Medical Journal, el mismo que “informó
que el índice de deficiencia debido a deslizamiento o ruptura del
condón es de 26%”. “Aquellos que dependen de un método tan
inseguro deben usarlo adecuadamente en cada ocasión y aún así,
existe un alto índice de deficiencia por factores que están más allá de
su control”. Según el Dr. Cantella, “aún si gastáramos otros $50 mil
millones para promover el uso del condón, la mayoría de
adolescentes todavía no lo utilizarían consistente y adecuadamente.
La naturaleza de los seres humanos y la pasión del acto sexual
simplemente no les proporciona una respuesta disciplinada a los
jóvenes”.

“Increíblemente, los líderes del 'sexo-seguro' y los promotores de los


condones que nos metieron en este lío, aún continúan determinando
las políticas en relación a la sexualidad del adolescente. Sus ideas han
fracasado y es tiempo de volver a formularlas”. El médico insistía en

56
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

que “sólo existe una manera segura de mantenerse libres del SIDA en
medio de una revolución de liberalismo sexual. Esa manera es
abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio y luego
de casarse, ser fiel a una pareja no infectada”. Es un mito muy
popular “creer que los adolescentes son incapaces de entender y
aceptar la abstinencia sexual antes del matrimonio. Casi el 65% de los
jóvenes de secundaria menores de 18 años no han tenido relaciones
sexuales”.

27. Con todos estos datos, ninguno de los 800 sexólogos que asistían
a una conferencia (la National Conference on HIV, Washington DC,
15-18 de Noviembre de 1991) levantó la mano cuando se les
preguntó quiénes de ellos le confiarían su vida a un condón durante
las relaciones sexuales con alguien que ellos supieran que tuviera
SIDA (57).

28. Una organización de “salud” de USA que promueve el aborto


confiesa ineficacia del condón. El Instituto de Salud Pública (ISP) de
Estados Unidos expresó en un informe que el American College of
Obstetricians and Gynecologists estima que “aproximadamente
27.000 condones se rompen o resbalan diariamente”(58). Sin
embargo, los promotores del preservativo continúan afirmando que
éste hace posible “el sexo seguro”, a pesar de que muchas personas
morirán de SIDA o contraerán infecciones de transmisión sexual (ITS)
porque se confiaron en el condón

Es significativo que la ISP apoye el aborto por medio de la “píldora de


la mañana siguiente” y al mismo tiempo reconozca la ineficacia del
preservativo. Parece ser que la ISP tiene más interés en promover
esta píldora que causa abortos que en promover el preservativo.
¿Será que la primera le ofrece más dinero que el segundo?

Llama la atención también lo siguiente. Si el preservativo es ineficaz a


la hora de proteger del VIH\SIDA y de otras ITS, más ineficaz lo es aún
la “píldora de la mañana siguiente”. De hecho, esta píldora (como
todas las píldoras anticonceptivas), además de ser abortiva es
absolutamente inútil en impedir el contagio de las ETS. Es más, las
píldoras anticonceptivas pueden facilitar dicho contagio, por cuanto
tienden a debilitar la inmunología del tracto vaginal (59).

29. El 20 de julio del 2001, el Instituto Nacional de Salud de los


Estados Unidos publicaba un informe sobre la efectividad del condón.
El equipo de expertos que se reunió para examinar la evidencia

57
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

encontró que muchos estudios sobre el tema son “inadecuados”. El


equipo científico hacía notar que el uso del condón puede reducir
significativamente el riesgo de VIH para hombres y mujeres, y de la
gonorrea para hombres. Pero reconocía que no se dan evidencias
para probar que su uso previene la gonorrea para las mujeres. Los
condones no se demostraron efectivos en la prevención de la
difusión de otras numerosas enfermedades sexuales.

Incluso como anticonceptivo, el condón falló esta prueba del equipo


científico. En un estudio, cerca del 3% de las parejas que afirmaban
usar el condón normal (y además correctamente) provocaron un
embarazo no esperado durante el primer año de uso. En otra
“prueba clínica reciente, hecha al azar y bien controlada, en la que
parejas monógamas usaban condones de látex para evitar la
concepción durante seis meses, el número de embarazos durante el
“uso normal” fue de cerca de un 6,3%”.

El informe del equipo citaba el estudio de la National Surveys of


Family Growth de Estados Unidos, quien demostraba que el 14% de
las parejas sufrieron un embarazo no esperado durante el primer año
de “uso normal” del condón.

Este informe(60) realizado por encargo del Parlamento de EE.UU.,.en


sus 30 páginas, reúne el trabajo de 28 expertos y presenta serias
dudas sobre la eficacia de la inversión en condones dentro de las
políticas sanitarias. Tom Coburn, el médico que pidió el estudio en
junio del 2000 cuando era diputado por Oklahoma, indicó que “por
décadas, el gobierno federal ha gastado cientos de millones de
dólares para promover una demanda sin fundamentos: que la
promiscuidad puede ser segura. Todos sabemos ahora, por un hecho
fáctico, que eso es mentira”. Coburn, autor de una ley que exige a
todas las agencias federales proveer “información médicamente
comprobable sobre la eficacia o ineficacia de los preservativos”,
envió una carta al Secretario de Salud y Servicios Humanos, Tommy
G. Thompson, pidiéndole ejecutar esta ley. “Este informe significa
que cuando el uso del preservativo es cuestionado, no puede ser más
empleado como una herramienta de eficacia médica o legal para
referirse al sexo como 'seguro' o 'protegido'“, indicó Coburn.

Thomas Fitch, un médico de Texas que formó parte del equipo de


investigadores, indicó que “como médico siempre quiero centrarme
en lo que es mejor para mi paciente. Yo sugiero la abstinencia hasta
el matrimonio, cualquier otra cosa podría herirlo de una u otra forma.

58
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Este mismo informe también fue publicado por el Phisicians


Consortium, y este grupo de doctores que representan a 10.000
colegas acusaba al CDC de ocultar a los gobiernos esta investigación
que muestra que los condones no protegen a los individuos frente a
la mayor parte de las ETS : “El CDC ha ocultado a los gobiernos estas
investigaciones, lo que está favoreciendo una epidemia masiva de
ETS”

30.- Más de 10,000 médicos y otros profesionales de la medicina,


representados por cuatro grupos cuyos dirigentes se reunieron en
Washington DC, el 24 de julio del 2001; acusaron a los Centers for
Disease Control - Centros para el control de las enfermedades de
Estados Unidos (CDC), de “haber ocultado sistemáticamente y mal
interpretado (deliberadamente) información médica vital sobre la
inefectividad de los preservativos para impedir el contagio de las
ETS”(61) .Y añadieron que “el hecho de que el CDC se negó a tomar
en cuenta investigaciones clínicas, ha contribuido a la epidemia
masiva de ETS”. Estos individuos y las organizaciones que
representan, alegaron tener “extensas evidencias” al respecto, y han
solicitaron:

1. La renuncia del Dr. Jeffrey P. Koplan, Director del CDC.

2. Que la FDA (Food and Drug Administration - Administración de


Fármacos y Alimentos de Estados Unidos) exija que se pongan
etiquetas que digan la verdad sobre la efectividad del preservativo.

3. Que el CDC y otras agencias federales de salud y todos los que


reciben fondos federales, cumplan con la ley que requiere el dar
información sobre el preservativo basada en estudios clínicos.

4. Que el Depto. de Salud y Servicios Humanos (Dept. of Health and


Human Services) les retire los fondos del gobierno a todas las
agencias gubernamentales, contratistas u otras entidades e
individuos que reciben dichos fondos, y cuyos materiales educativos
y de promoción del preservativo (inclusive en el Internet), no
cumplan con la ya mencionada ley.

5. Que el Congreso de Estados Unidos lleve a cabo una investigación


sobre el hecho escandaloso de que el CDC ha ocultado información
vital para la salud de la mujer

31.- Poco más tarde, el gobierno estadounidense pidió a los Centros


para el Control y Prevención de Enfermedades -CDC por sus siglas en

59
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

inglés- cambiar la información publicada en Internet por datos “más


honestos” sobre los preservativos, el SIDA y otras enfermedades.

Concretamente, la página web ha dejado de calificar a los


preservativos como “altamente eficaces”, para afirmar que “podrían
prevenir el SIDA” pero no son “100 por ciento eficaces”.

Asimismo, el web site ha sido cambiado para afirmar que la


“abstención del sexo” es “el mejor modo de prevenir la transmisión
de enfermedades”. En su antigua versión se afirmaba: “para los que
tienen relaciones sexuales, condones de látex son sumamente
eficaces cuando son usados coherente y correctamente”. Ahora se
lee: “los preservativos sólo pueden reducir el riesgo de contraer una
enfermedad de transmisión sexual. Sin embargo, ningún método
protector es 100 por ciento eficaz, y el empleo del preservativo no
puede garantizar la protección absoluta contra ninguna
enfermedad”.

32.- Según el doctor Justo Aznar (Las Provincias, 7-11-03), el


preservativo es uno de los métodos menos seguros para prevenir
embarazos no deseados, pues según abundantes datos de la
literatura médica tiene un índice de fallos que oscila entre 10 y 12
embarazos al año por cada 100 parejas que lo utilizan. Por tanto, si
falla para prevenir el embarazo, con más razón puede fallar para
evitar el contagio de cualquier enfermedad de transmisión sexual, y
entre ellas el sida. Y así lo confirman los datos. En efecto, en el más
amplio estudio realizado hasta la fecha para valorar la capacidad del
preservativo para impedir la transmisión del VIH, trabajo que recoge
todos los publicados en lengua inglesa hasta 1990 (62) (Soc Sci Med
36; 1335,1993), se concluye que el preservativo reduce la posibilidad
de contagio en un 69,9%. Datos más recientes publicados por los
Institutos de la Salud de Estados Unidos(63) (N Engl J Med 344;
611,2001) incrementan esta tasa de protección hasta un 85%, por lo
que siempre queda un porcentaje de 15% a 30% de contactos
sexuales no protegidos. Sin embargo, a mi juicio, la forma más
objetiva para valorar en qué medida protege el preservativo de la
transmisión heterosexual del sida es estudiar si se contagia la
persona sana de una pareja heteróloga (uno sano y otro VIH
positivo), que tengan relaciones sexuales normales y que usen
sistemáticamente el preservativo. En un estudio realizado con
parejas en las que el varón era hemofílico y VIH positivo y ella no, tras
dos años de seguimiento, el 27% de las mujeres se habían

60
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

contagiado(64) (V Internacional Congreso on AIDS. 1989. Abstract


MAO 33).

33.- En el mes de Marzo del 2004, un grupo de legisladores en USA,


manifestó su apoyo a una ley promovida por la administración Bush
para que los paquetes de preservativos tengan una advertencia
explícita indicando que “no protegen” de algunas Enfermedades de
Transmisión Sexual (ETS). La legisladora de Virginia, Jo Ann Davis,
reafirmó que “la única y real solución al problema de las ETS es la
educación de la abstinencia y precisó que “esto no es por una
ideología social o una ideología religiosa, es por informar a las
mujeres acerca de enfermedades potenciales. Y realmente, la única
manera de protegerse es la abstinencia. Esto no es una ideología, es
un hecho”.

En USA, los paquetes de preservativos actualmente tienen etiquetas


que indican que “reducen el riesgo de sida y de otras ETS si son
utilizados apropiadamente”. Sin embargo, recientes estudios indican
que los preservativos no protegen contra el virus del Papiloma
Humano (HPV), una enfermedad poco conocida pero ampliamente
contagiosa que ha ocasionado numerosos casos de cáncer cervical.
Más de dos millones de mujeres en USA contraen este virus
anualmente; y diez mil mujeres son diagnosticadas con cáncer
cervical cada año.

34.- Según informaba la agencia EFE el 31 de Mayo del 2003 la


mayoría de las usuarias de la píldora del día después alegan rotura
del condón . Podemos hacernos una idea de lo que fallan, a la vez
que del número de vidas humanas recién formadas que son
eliminadas. “los hijos que no tuvimos, se fueron por la cloaca”
cantaba Luis E. Aute al alba, “al alba”.

Más de 350.000 mujeres solicitaron en España en el 2002 la píldora


del día después , la mayoría por primera vez y respondiendo a un
perfil concreto: menores de 24 años y estudiantes que pedían el
anticonceptivo de emergencia tras romperse el preservativo.

Eran los datos del primer estudio realizado por la Sociedad Española
de Ginecología y Obstetricia y la Sociedad Española de
Contracepción, que se mostraban satisfechas con los resultados al
constatar en el primer año y medio de comercialización un uso
«sensato» de ese fármaco «en situaciones de emergencia».

61
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Según la encuesta, basada en datos de 4.390 mujeres que solicitaron


la píldora en 87 centros, sólo un 1,9% tenía menos de 16 años; el
33,21%, entre 16 y 19 años; y el 35,9, de 20 a 24 años. El 16,9% de las
usuarias tenía entre 25 y 29 años; el 6,2 entre 30 y 34 años; y el 4,9
más de 35 años. Los días de mayor afluencia a consulta para pedir la
píldora son los lunes (28,6%de las visitas) y los sábados (21%).

El principal motivo por el que se solicita el fármaco es haber tenido


problemas con el uso del preservativo.

35.- Un estudio realizado en Francia, a comienzos del 2004, por el


Instituto de la Salud y de la Investigación Médica, indica que la mitad
de los preservativos usados se rompieron o se utilizaron mal, por lo
que estamos hablando de una eficacia práctica de un 50 % (otra cosa
es la eficacia teórica, realizada en un laboratorio en condiciones
ideales).

Gracias a los cada vez más numerosos estudios de tipo científico, las
bondades del preservativo van quedando en entredicho, pues
muchos de esos estudios reflejan que la mayoría de los embarazos no
deseados (los cuales suelen acaban en aborto, en un alto porcentaje)
corresponden a mujeres que estaban utilizando anticonceptivos,
sean de un tipo o de otro (como la píldora anticonceptiva, el DIU y
sobre todo el preservativo).

Ante estos incuestionables datos, las personas a las que se dirigen las
campañas sobre el “sexo seguro” comprueban día a día, del grave
peligro que corren al usar este tipo de productos, y que,
posiblemente muchos jóvenes han sido contagiados por el SIDA,
convencidos por estos slogans.

36.- La ONU no ha tenido más remedio que hacerse eco de decenas


de estudios científicos que revelan que los preservativos no
preservan. Nos preguntamos cómo asumirá ahora
responsabilidades, pues muchas personas, sobre todo en países
pobres, se han contagiado del sida por engaño.

La agencia de las Naciones Unidas para la lucha contra el SIDA


(ONUSIDA), publicó a finales de Junio del 2003, el borrador de un
informe que sostiene que usar preservativos para evitar el contagio
de la enfermedad es como jugar a la macabra “ruleta rusa”: En uno
de cada diez casos, el profiláctico puede permitir que el virus pase. El
informe estima que los preservativos fallan en el 10 % de los casos.

62
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Para la agencia LifeSite, el reconocimiento de estos fallos en la ONU,


aunque se trate de una cifra muy inferior en comparación con los
estudios que sostienen más riesgos, es un “jarro de agua fría” para
los activistas del control de la natalidad, que agresiva y
tendenciosamente promueven el uso de preservativos en el mundo
como 100 % efectivos.

La noticia la publicó el diario Boston Globe, que tuvo acceso al


documento, y demuestra las mentiras de organizaciones como el
Population Action International (PAI) que en septiembre del 2002
publicó un informe asegurando que “los expertos en salud pública en
todo el mundo coinciden en que los condones bloquean el contacto
con los fluidos corporales que pueden transportar el virus HIV y son
casi 100 por ciento eficaces cuando son usados correcta y
consistentemente”.

Sin embargo, el informe de ONUSIDA, sostiene que luego de


examinar dos décadas de estudios sobre los preservativos y el SIDA,
“se llega al argumento de que con preservativos se podría hablar de
sexo más seguro pero no de sexo seguro”.

El diario cita a Edward C. Green, un investigador de la Escuela de


Salud Pública de Harvard que sostiene que los preservativos fallan en
una de cada diez ocasiones por lo que no son un arma
“suficientemente buena para evitar una enfermedad mortal”.

“La forma en que se promueve el uso de preservativos en África y


otros países en desarrollo los vende como si fueran 100 % seguros.
Los preservativos tienen marcas como ‘Escudo’ y ‘Protector’ que dan
la impresión de ser efectivos”, advirtió el experto.

37.- Vinand M. Nantulya, ex consejero del presidente de Uganda


Yoweri Museveni, aseguró que “si les decimos a los jóvenes que
usando preservativos estarán seguros, potenciaremos la epidemia”.
El programa contra el SIDA de Uganda, que se basa en la abstinencia
y la fidelidad, es visto como uno de los más exitosos contra el SIDA en
África.

38.- Jokin de Irala(65) en una colaboración periodística daba los


siguientes argumentos:

Si el fallo del preservativo no fuera estadísticamente frecuente se


clasificaría como un método muy seguro para evitar embarazos y/o
infecciones. Los manuales sobre tecnología anticonceptiva, editados

63
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

por la Organización Mundial de la Salud, clasifican los métodos


anticonceptivos en tres grupos, “muy eficaces”, “eficaces”, y por
último, “moderadamente eficaces”.

La efectividad del preservativo se incluye dentro del tercer grupo,


luego no es tan estadísticamente infrecuente el fallo. ¿No deberían
saber esto los potenciales usuarios del preservativo? Sin negarles su
buena voluntad, las autoridades sanitarias harían bien en considerar
el concepto de “tasa reproductiva de una infección” (llamado “Ro”).
Permite calcular la probabilidad de transmisión de una ETS teniendo
en cuenta varios factores simultáneamente, tales como la efectividad
del preservativo, la duración de la infectividad, el número de
relaciones sexuales que tiene un sujeto en un tiempo determinado y
el número de personas diferentes con quien tiene dichas relaciones.
El conjunto de estos datos permite entender cómo es posible que
una persona acabe infectándose o quedándose embarazada, a pesar
de que use el preservativo y de que su protección relativa sea de un
80% (cifra aparentemente alta). Si una campaña poblacional da una
falsa idea de seguridad y no consigue implantar el mensaje de la
abstinencia o de la importancia de evitar la promiscuidad, acaba
aumentando, paradójicamente, la tasa de reproductividad de una
infección. Dicho de otra manera, si juegas mucho a la lotería, te
acaba tocando, aunque en cada jugada exista una reducción del 80%
de la probabilidad de que te toque y ésta es la razón por la cual
muchos cuestionan la efectividad de estas campañas poblacionales
indiscriminadas. De hecho, junto con el aumento de la utilización de
los preservativos asistimos también al aumento de la transmisión
heterosexual del sida y no a su eliminación, como cabría esperar (66).

Muchos otros estudio se pueden citar para indicar que el condón no


elimina el riego de infección por VIH, baste citar tres referencias más.
(67)(68)(69)

En vista de lo inseguro del producto, los “estrategas” de la lucha


contra el SIDA y las ETS de Holanda, están difundiendo la moda del
“doble holandés”: el hombre condón, y a la vez, la mujer un
anticonceptivo oral. Pensamos que aún nos queda tiempo para ver
nuevas fórmulas, y que también está por probar el triple sueco y
alguno más seguro. Todo menos pensar cuáles son los
comportamientos dignos de una persona.

Quizá el elevado número de infectados y enfermos que continúan


produciéndose en progresión geométrica, haga tomar conciencia de

64
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

la gravedad del problema y muestre empíricamente que los


condones no son, ni mucho menos, una solución al problema del
SIDA, pero es un precio demasiado alto, porque las vidas humanas
son la moneda de cambio.

Todos estos estudios científicos sobre lo inseguro del condón, apenas


se publican, se silencian. Los gobiernos ni creen a otros, ni investigan
ellos. Se cumple aquella frase de Herber Spencer : “Existe un principio
que se resiste a toda información, que se resiste a toda
argumentación, que nunca deja de mantener al hombre en una
ignorancia perenne ... Es el principio de desestimar lo que no se ha
investigado”.

Después de todos los exhaustivos datos sobre estudios acerca del


tema, quizá un ejemplo valga más que mil palabras. Siempre los
fabricantes de plumas estilográficas han alabado su ventajas, su
comodidad, su seguridad,..., pero, a pesar de todo, entre los usuarios,
¿quién no se ha manchado alguna vez de tinta usando las plumas?

Notas bibliográficas

(1) J. Lejeune: “Engaño sobre el amor. Desinformación sobre el sida”, en Boletín de


Vida Humana Internacional, XI-XII/89

(2) UNAIDS, “Sexual behavioural change for HIV. Where have theories taken us ?”,
UNAIDS Best Practice Collection, jun 1999, p. 20.

(3) W. Cates, A.R. Hinman, “AIDS and absolutism. The demand for perfection in
prevention”, The New England Journal of Medicine (NEJM), 327 (7) : 492-494

(4) K. April, R. Koster, G. Fantacci, et al., “Qual è il grado di protezione dall´HIV del
preservativo ?”Medicina e Morale, 44 (5) 1994 : 903-905. R. Kirkman, “Condom use
and failure” The Lancet 336 (8721) 1990 : 1009

(5) Trussel J, Warner DL, Hatcher R, et al. Preservativo Slippage and Breakage Rates.
Fam Plann Perpect 1992; 24: 20-23

(6) Digest. Study Finds Low Preservativo Breakage Rate, ties most Slippage to
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(7) Wigersma L, Oud R. Safety and Acceptability of Preservativos for use by


Homosexual Men as a Prophylactic against Transmission of VIH During Anogenital
Sexual Intercourse, Br Med J 1987; 295: 94.

65
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

(8) AIDS Surveillance Update, New York, NY: New York City Departmen of Health;
Jaunuary 1993

(9) Revista Area+ Octubre-Diciembre 1997

(10) Jones EE, Forest JD. Contraceptive Failure Rates Based on the 1988 NSFG. Fam.
Plann. Perpect. 1992; 24:12-19 .

(11) ForumLibertas.com 1-9-04

(12) Resumen de Bruce Mirken, procedente de la 12ª Conferencia Mundial sobre el


SIDA. Ginebra, Suiza. 28 de Junio-3 Julio, 1998.

(13) CDC. Preservativos for Prevention of Sexually Transmitted Diseases. MMWR


1988;37:133-14.

(14) VOLTAS BARÓ, D., Una gran estafa. Cuadernos de bioética1990 ; 4 : 17.

(15) National Recall Alert center. Recall warning Alert #842(preservativos). March
26,1991 p.8

(16) Recall, an Update List. Good Housekeeping May 1991, p.121

(17) GUILLÉN, F., AGINAGA, I., Efectividad de los preservativos en la prevención de


la infección por VIH en parejas de personas seropositivas. Med Clin 1995 ;105 :542

(18) Europe Today, 1995 ;160 :6. Sobre los problemas de las alergias al látex se
puede consultar: BARTON, EC,. Latex allergy :reconognition and management of a
modem problem. Nurse Pract 1993 ;18(11) :54-8.

(19) “Calidad de condones”, en Revista del CONSUMIDOR, nº 228, México, febrero


de 1996

(20) Periódico O Globo, 15 de noviembre de 2003

(21) Análisis de 20 preservativos. OCU-Compra Maestra, 139: 17-21, Marzo de


1992.

(22) Carey RF, Herman WA, Retta SM, et al. Effectiveness of Latex Preservativo As a
Barrier to VIH Sized Particle under Conditions of Simulated use. Sex Transm Dis
1992; 718:230-234.

(23) El Dr. Johanes Lelkens concluye su estudio diciendo que la causa del sida se
encuentra en el “Adquired Integrity Deficiency Syndrome”, es decir, en la pérdida
de integridad moral que ha comportado la ideología de la libertad sexual. “Quien
no lo entienda así, o no quiere entenderlo, que sepa al menos que de seguridad, el
preservativo ofrece tanto como el tambor de un revolver en la ruleta rusa”.

(24) “El preservativo no siempre preserva” en EUROPE TODAY, bruselas, Bélgica, nº


138, 22-XI-94, pp. 4 y 5

66
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

(25) Doctor Roland, director de la revista científica “Rubber Chemistry and


Tecnology” (Tecnología y química de gomas), artículo en la revista Washington
Times

(26) Organización Mundial de la Salud, Effectiveness of Male Latex Condoms in


Protecting against Pregnancy and Sexually Transmitted Infections, en Information
Fact Sheet, núm. 243, de junio de 2000.

(27) Organización Mundial de la Salud, Effectiveness of Male Latex Condoms in


Protecting against Pregnancy and Sexually Transmitted Infections, en Information
Fact Sheet, núm. 243, de junio de 2000.

(28) Véase la carta del Profesor Stammers en el British Medical Journal:

http://bmj.com/cgi/content/full/324/7328/51/a

(29) Condoms for prevention of sexually transmitted diseases, Morbidity and


Mortality Weekly Report, 1987; 37:7-9.

(30) Center for Disease Control. “Condoms for prevention of Sexuallly Transmitted
Diseases” JAMA, 259: 1925- 1927, 1988

(31) O.M.S. 20-1-1992, párrafo 17

(32) W.S.Scheriner ( Universidad de Zurich), y Dr. K April ( Oficina Suiza de la


Información sobre el sida), Zur Frage der Schutzwirkung des Kondoms gegen HIV-
Infektionen. Schweirzerisches Wochenschrift 1990: 120 : 972-978

(33) Dr. E. Sgreccia, Sida y protección responsable. Actas IV Confer.Intern Sida pp


271-273. Roma 1989

(34) ABC, 9-XI-1990

(35) Vellwe SC. A Meta-Analysis of Preservativo Effectiveness in Reducing Sexually


Transmitted VIH. Soc.Sci.Med 1993.36 : 1635-1644.

(36) Lancet, 1:1111,1989 .

(37) Kaplan H, Sager C. Schiavi R The Journal of Sex and Marital Therapy, 12, 1986 .

(38) Goetzsche P.C., Hording M. “Condoms to prevent HIV transmission do not


imply truly safe sex”. Scandinavian Journal of Infectious Diseases, 20: 233-234,
1988 .

(39) H. Hearst, S. Hulley, “Preventing the heterosexual spread of AIDS. Are we


giving our patients the best advice ?”, JAMA, 259 (16) 1988 : 2428-2432

(40) GUILLÉN GRIMA, F., AGUINAGA ONTOSO, I., Efectividad de los preservativos en
la prevención de la infección por VIH en parejas de personas seropositivas. Med Clin
1995 ; 105 :541-8

(41) J. Richens, J. Inrie, A. Copas, “Condoms and seat belts: the parallels and the
lessons”, The Lancet 355 (9201) 2000: 400-403.

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(42) Goedert J.J. Wast is safe sex? New England Journal of Medicine, 136: 1339-
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(44) Publicado en el Washington Post, 6 Febrero 1987.

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(47) LAZZARIN, A.,SARACCO, A., MUSICCO, M., NICOLOSI, A., Man-to-woman sexual
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partners”, NEJM, 331 (6) 1994 ; 341-346

(49) En la situación de parejas VIH sero-discordantes, el factor de transmisión más


importante no es la utilización del condón, sino los hábitos sexuales del compañero
y la existencia de enfermedades de transmisión sexual. El riesgo de contagio es
función del número de parejas y del número de actos sexuales realizados con una
pareja infectada (N. Padian, L. Marquis, D.P. Francis et al., “Male-to-Female
transmission of Muman Inmunodeficiency Virus”, Journal of the American Medical
Association (JAMA), 259 (16) 1988 ; 788-790).

(50) (cf. Family Planning Perspectives, 21, May/June 1989, 103)

(51) (ibid., 105)

(52) cf. Nature 335, 1 de Septiembre de 1988

(53) American Journal of Nursing, Octubre de 1987

(54) Social Science and Medicine, Vol. 36, nº 113, junio de 1993

(55) W.R. Grady, M.D. Hayward, J. Yagi, “Contraceptive failure in the United States :
estimates from 1982 National Survey of Family Growth”, Family Planning
Perspectives, 18 (5) 1986 : 200-209.

(56) Diario Oficial de la Federación, Norma Oficial Mexicana NOM 005-SSA2-1993,


De los servicios de planificación familiar, del Lunes 30 de mayo de 1994, México, p.
48, nº 6.7.1.1.1.1

(57) citado por Theresa Crenshaw, In Defense of a Little Virginity, USA Today, April
14, 1992

68
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

(58) “Public Health Institute Announces Success with Emergency Contraception


Legislation”, nota de prensa de Yahoo, 14 de octubre del 2001.
(59) Javier Marco Bach, “Métodos artificiales de regulación de la fertilidad
humana,” Cuadernos de Bioética (abril-junio de 1991): 37; Frances French, “The
Connection Between the Pill and AIDS,” Living World (1988).
(60) WASHINGTON DC, 24/07/01
(61) “The Truth About Condoms”, “Joint Statement”, Ex- congresista Tom Coburn
M.D., Congresista Dave Weldon M.D., Physicians Consortium, Catholic Medical
Association, julio 26, 2001, basado en el “Executive Summary” “representando a
mas de 10,000 médicos y otros profesionales de la medicina” y tomado de Internet
en: www.family.org/cforum/hotissues/A0016989.html.
(62) Soc Sci Med 36; 1335,1993
(63) New England Journal Medicin 344; 611,2001
(64) V Internacional Congreso on AIDS. 1989. Abstract MAO 33
(65) Jefe de Epidemiologia Universidad de Navarra
(66) Johnson AM, y cols., Lancet, 2001;358:1835-42
(67) Nelson K. David M. Celentano D. Changes in sexual behavior and a decline in
HIV infection among young men in Thailand. New Engl J Med 1996 ; 335 : 297-303
(68) Bayer R. AIDS prevention-Sexual ethics and responsibility. New Engl J Med
1996-. 334 : 1540-42
(69) McKeganey N. Prostitution and HIV : what do we know and where might
research be targeted in the future ? AIDS 1994 ; 8 : 1.215-1.216.

69
SIDA: Transmisión y aspectos éticos
Dr. Justo Aznar

Pocas circunstancias sociales y, seguramente, ninguna médica, han


tenido últimamente tanto impacto en la opinión pública, como el
descubrimiento y posterior evolución del SIDA. Por sus especiales
características de transmisión; por su implantación en determinados
grupos de riesgo, muy sensibilizados y reivindicativos; por la
gravedad de la enfermedad en sí misma; por sus repercusiones
económicas y sociales, y por los numerosos debates éticos que
suscita, el SIDA ha trascendido los márgenes estrictamente sanitarios,
para convertirse en un amplio problema social.

Al considerar algunos aspectos relacionados con el SIDA, nos


referiremos a cuatro apartados fundamentales: importancia del SIDA
en la sociedad actual, su transmisión, medidas generales para
prevenirla y distintos aspectos éticos en relación con esta patología.

a) Importancia del sida en la sociedad actual


Una primera consideración que se puede hacer para valorar la
importancia del SIDA es revisar algunos datos estadísticos que nos
indiquen su extensión. Existen magníficas revisiones sobre esta
materia (1,2,3) que pueden mostrar la importancia de esta
pandemia, aunque, a nuestro juicio, pueden destacarse algunos
aspectos concretos.

Según datos de la OMS de 1995, se estima que el virus del SIDA está
presente en todos los países del planeta y que el número de
portadores oscila alrededor de 28 millones (4), siendo el número de
pacientes con SIDA de aproximadamente de 6,5 millones y el número
de fallecidos hasta ahora por esta causa, superior a los 5 millones (3).

El SIDA está especialmente extendido en el continente africano,


sobre todo en el Africa subsahariana y central. Así, datos de 1995
indican que un 3% de la población total, del subsanara,
aproximadamente 10 millones de individuos, son portadores del virus
de la inmunodeficiencia humana (HIV) (5), llegando algunos países de
esta zona a tener una prevalencia de esta infección de alrededor del
9% (6). En Uganda, que tiene actualmente una población de 19
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

millones de habitantes, existen 1,8 millones de personas infectadas


(3), y en los distritos de Mosaka y Rakai de este país, la prevalencia
de esta infección oscila entre el 8 y 13% respectivamente (7,8),
siendo el SIDA la principal causa de muerte entre adultos. La
situación es especialmente crítica en Botswana, en donde, según
datos recientes de la OMS (9), el 18% de la población es seropositiva.
Según MH Merson, responsable durante los últimos cinco años, de
los programas de la OMS en Ginebra para la erradicación del SIDA,
pocos conocen la extensión del problema en el continente africano,
en donde se producen la mitad de las infecciones de SIDA que en el
mundo se dan diariamente, constatando que en muchas ciudades
africanas 1 de cada 3 embarazadas está infectada (10).

También el sur de Asia es una región en la que el SIDA está en


permanente expansión. Aunque el SIDA fue introducido en Asia más
tarde que en el resto del mundo, actualmente existen en aquella
región más de 4 millones de personas HIV positivas (1). En Tailandia,
según datos de1996 (11), la prevalencia del SIDA entre drogadictos
era del 45%, de 28% entre prostitutas y de 1,7% en mujeres
embarazadas, aunque en algunas regiones concretas la prevalencia
de esta infección entre varones jóvenes, en 1990 era del 10%, y en
1996, en embarazadas, oscilaba entre el 7% y el 12%, llegando a ser
entre los drogadictos del 80%.

Pero no solamente en los países en vías de desarrollo es alarmante la


prevalencia de esta infección, sino también en países occidentales de
elevado nivel de vida. Según datos del Centro para la Prevención y
Control de las Enfermedades Infecciosas de Atlanta (CDC), en Estados
Unidos, desde 1981, año en el que se detectó el primer paciente de
SIDA, hasta 1995, habían contraído esta enfermedad alrededor de
500.000 personas (3); pero lo más alarmante es que cada año se
incorporan 40.000 nuevos individuos a este colectivo de pacientes
(12), lo cual ha ocasionado que hasta 1994 hubieran muerto en ese
país 243.423 pacientes afectos de SIDA (13), mortalidad superior a la
habida en Estados Unidos por todas sus guerras, desde la Guerra Civil
(14).

En nuestro país, desde 1981, año del inicio oficial de la epidemia,


hasta el 31 de marzo de 1997, el total de casos notificados en el
Registro Nacional asciende a 45.102, de los cuales en el 54,4% se ha
notificado su fallecimiento (15), siendo el número de infectados
alrededor de 120.000. Los casos diagnosticados en 1996 ascienden a

72
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

5.301, el 76% con edades comprendidas entre 25 y 39 años. En este


año España ya tenía una tasa de individuos HIV positivos de 16,5
casos por 100.000 habitantes, la más alta de Europa (16), siendo por
otro lado el país de la Europa Occidental con mayor aumento de
casos de SIDA durante 1994, con un incremento del 14,2% respecto
al año anterior (17).

En el hospital La Fe de Valencia iniciamos en el año 1991 un estudio


para valorar la prevalencia de esta infección en recién nacidos (18).
Para detectar la inmunoinfección en estos niños, se utilizaron
muestras de sangre, obtenidas en papel secante, de las enviadas a
nuestro Departamento de Biopatología Clínica, para el control de las
metabolopatías congénitas en los recién nacidos. Tras analizar 50.979
muestras se pudo comprobar que, el porcentaje de niños HIV
positivos nacidos en la Comunidad Valenciana era del 3,15‰. En ese
mismo estudio se estudiaron 36.066 casos de la provincia de Sevilla,
con una incidencia de 2,08‰ y 17.741 de Galicia con una incidencia
de 1,44‰. En estudios similares al nuestro, la incidencia de niños
infectados en Estados Unidos era del 1,7‰, en Italia del 0,9‰, en
Suecia del 0,09‰ y en Noruega del 0,08‰. Cuando este estudio se
realizó en ciudades en que se sospechaba una alta prevalencia de
esta infección, se encontró que, en Washington la incidencia era del
12,1‰, en Roma del 4,05‰ y en Ediburgo del 0,2‰. Si se tiene en
cuenta que, en esos años, el porcentaje de nacidos infectados de
madres HIV positivas era de alrededor del 25% (19) (hoy, gracias a las
modernas terapéuticas y a su más temprana utilización, este
porcentaje ha disminuido aproximadamente al 13%), se puede
calcular fácilmente la elevada prevalencia de madres infectadas en
las áreas geográficas anteriormente comentadas.

Para concluir esta pequeña evaluación estadística sobre la


prevalencia del SIDA en nuestra sociedad, cabría destacar que, según
datos de la OMS, cada día 10.000 nuevas personas se infectan por el
virus del SIDA, lo que aproximadamente supone un nuevo infectado
cada 8,5 segundos (1,2).

Pero no solamente los datos estadísticos sobre la extensión del SIDA


son de gran relevancia, sino también la especial incidencia de esta
infección en determinados grupos sociales. Así, según el CDC, el SIDA
en 1994 fue la primera causa de muerte entre los varones
norteamericanos de 25 a 44 años, ya que de cada 100.000 jóvenes
adultos de aquel país comprendidos en esa edad, 35 murieron por

73
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

causa del SIDA y 32 por accidente de tráfico (21). En nuestro país las
cifras son parecidas, habiéndose convertido el SIDA igualmente en la
primera causa de muerte entre los varones de 25 a 40 años (17).
Como más adelante se comentará, hay que considerar la importancia
que puede tener la elevada incidencia de esta enfermedad en un
colectivo sobre el que descansa, en gran parte, la productividad
económica de una país.

También en mujeres jóvenes, en edad fértil, la incidencia es muy


elevada en Estados Unidos. Así, aproximadamente 100.000 de estas
mujeres, son portadoras del virus HIV, naciendo alrededor de 7.000
niños cada año con esta infección (19), siendo el SIDA la tercera
causa de muerte entre mujeres de 25 a 44 años (21).

Otra área social en el que esta enfermedad está especialmente


extendida es en el de la prostitución. Así, se estima que en el Zaire un
tercio de las prostitutas son HIV positivas, aunque en algunas áreas
africanas, así mismo según datos del CDC, el porcentaje de
prostitutas infectadas podría llegar a ser del 90% (22) . En Bombay,
en donde existen alrededor de 100.000 prostitutas, también
aproximadamente un tercio de ellas son HIV positivas (23,24) . Si se
tiene en cuenta que cada una de estas mujeres recibe alrededor de 5
clientes por noche (23), y que la posibilidad de contagio por un solo
contacto en este tipo de relación sexual oscila entre el 3 y 5%,
fácilmente se puede deducir el número de posibles nuevos individuos
que cada día pueden, en aquella ciudad, aumentar el número de los
HIV positivos.

Otro aspecto social relacionado con el SIDA de importancia es el gran


número de niños que pueden quedar huérfanos al fallecer sus padres
por esta infección. Así, según datos de la OMS, en el año 2.000
podrían existir entre 5 y 10 millones de niños huérfanos por esta
causa (25).

Pero no solamente los datos sobre el número de individuos


afectados, o la consideración de su mayor incidencia en
determinados colectivos sociales, generalmente de los más
deprimidos, sino también las consecuencias económicas de esta
enfermedad merecen ser tenidas en cuenta. Según datos del CDC, en
Estados Unidos, el tratamiento y cuidado de un paciente con SIDA,
puede llegar a los 120.000 $ (26). En España, el coste de la atención
de uno de estos pacientes, es de alrededor de 1 millón de pesetas al
año (27), lo que supone que el coste global económico para la

74
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

atención de estos pacientes es de unos 80.000 millones de pesetas


por año, alrededor del 2% del presupuesto sanitario nacional (27).
Aunque estos datos son importantes, sin duda es incluso más
estremecedor pensar que en los países africanos en los que hay una
mayor prevalencia del SIDA, la renta per capita no suele ser superior
a los 100$ por año, por lo que es difícil saber como van a poder
asumir la responsabilidad económica de tratar a sus enfermos de
SIDA, cuando un tratamiento puede ser hasta 75 veces superior al
total de lo que ese ciudadano puede ganar en un año. Es este un dato
económico objetivo que sin duda tiene que hacer reflexionar a la
opulenta sociedad occidental.

Como anteriormente comentábamos una de las regiones de mayor


expansión del SIDA es el sur de Asia, por lo que volviendo sobre los
datos económicos, se puede prever que el SIDA costará al
presupuesto tailandés alrededor de 1,4 billones de pesetas en los
próximos 5 años (26) y que para final de esta década, el SIDA podría
haber costado a la economía asiática más de 52.000 millones de
dólares (11).

Finalmente, después de realizar una evaluación sobre la extensión


del SIDA en el momento actual, puede ser igualmente de interés
referir algunas de las proyecciones que sobre su futura evolución se
han realizado. En relación con ello, las perspectivas no parecen más
halagüeñas. Así la OMS prevé que en el año 2.000, podrán existir en
el mundo entre 30 y 40 millones de personas HIV positivas (28,29).
De ellas, 15 millones serán mujeres, y 3 millones niños, estando el
90% de los infectados en países del tercer mundo (25), y de ellos
alrededor de la mitad, unos 20 millones, en Africa (30).

b) Transmisión del SIDA


Con la introducción de las terapéuticas combinadas, y muy
especialmente con su aplicación en estadios iniciales de la
enfermedad, se está consiguiendo prolongar la supervivencia de los
pacientes con SIDA, aunque aún hoy día, para la gran mayoría de
ellos, sea una enfermedad mortal. Por tanto, el remedio más eficaz
tiene que ser la prevención de su transmisión, y en este sentido las
campañas para la prevención del SIDA ocupan en la sociedad un
destacado lugar.

75
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

El virus del SIDA se puede transmitir por cuatro vías: sexual, por
contacto sanguíneo, por algunos líquidos orgánicos, y por la
denominada transmisión vertical entre la madre y el hijo,
generalmente en el momento del parto.

En nuestro país, según datos de 1995 del Plan Nacional sobre el SIDA
(31), las principales vías de transmisión son: las relacionadas con las
drogas inyectables (65,6%), el contagio heterosexual (12,8%), las
prácticas homosexuales (11,1%), la transmisión por transfusiones de
sangre (1,2%) y la transmisión vertical madre-hijo (0,9%).

Transmisión heterosexual. Se define como transmisión heterosexual


aquella que se deriva de un contacto heterosexual con una persona
HIV positiva, con independencia de si esa persona pertenece o no a
un grupo de riesgo (32). Se estima que en el momento actual, de los
aproximadamente 28 millones de personas HIV positivas que existen
en el mundo, el 75% a 85% se han contagiado por esta vía (4) . En
Europa estas cifras, en 1991, oscilaban entre 4,5% en España y 42,5%
en Bélgica (33). Aunque este porcentaje global está
fundamentalmente influido por los porcentajes de transmisión
heterosexual que existen en los países en vías de desarrollo, que son
muy elevados. Sin embargo, una constante que se da en la mayoría
de los países desarrollados, es el incremento de la transmisión
heterosexual del SIDA. Así, en EEUU desde 1985 a 1993 la
transmisión del SIDA por vía heterosexual aumentó desde el 1,9% al
9%, habiendo disminuido, en cambio, la transmisión homosexual, en
este mismo periodo, del 65% al 46,6% (34) . En España este
porcentaje era del 3% en 1988, 4,5% en 1991, 12,8% en 1995 y 17,5%
en 1996 (35).

Al analizar estos datos hay que tener en cuenta que, la transmisión


heterosexual es la más difícil de controlar, por lo que la misma tiene
una importancia fundamental cuando se quieren evaluar las
posibilidades de erradicación de esta enfermedad. Por ello, dada la
dificultad que existe para controlar las relaciones heterosexuales, su
importancia para evitar la transmisión del SIDA es capital, lo cual
viene agravado porque en ocasiones los portadores infectados del
virus del SIDA desconocen esta circunstancia y pueden con sus
relaciones sexuales transmitir la infección aún sin saberlo, con el
efecto multiplicador de contagio que ello supone, ya que la
probabilidad de infección por el HIV después de una única relación
sexual varía desde el 1/1.000 al 1/10 (36,37), aunque esta posibilidad

76
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

de contagio por acto sexual, para los hombres expuestos a


prostitutas infectadas es mayor, entre el 3 y 5%. En este sentido, es
muy demostrativa la experiencia de un ingeniero belga (38), que
desconociendo que era portador del virus del SIDA había mantenido
relaciones sexuales con 19 mujeres distintas durante 3 años. Cuando
se detectó que era HIV positivo se examinaron a aquellas 19
compañeras sexuales y se pudo comprobar que 11 de ellas habían
sido contagiadas.

c) Medidas generales para prevenir la transmision del SIDA


Para evitar o reducir la transmisión del SIDA, solo existen tres tipos
de medidas: continencia sexual, relaciones sexuales con personas
sanas, y utilización del preservativo en caso de promiscuidad sexual.
Más adelante nos referiremos a las medidas de prevención
recomendadas por distintas instituciones médicas, pero ahora vamos
a comentar más específicamente la utilización del preservativo.

La utilización del preservativo es sugerida por distintos colectivos


políticos y sociales como el método ideal para evitar la transmisión
del SIDA, y en este sentido se han promovido amplias campañas en
las que se suele equiparar el denominado sexo seguro (sin posibilidad
de contagio de SIDA) con la utilización del preservativo. A nuestro
juicio, este aserto está muy lejos de la realidad científica y a ello
vamos a dedicar los siguientes párrafos.

Para analizar la eficacia del preservativo como medio para prevenir la


transmisión del SIDA, vamos a valorar primero su eficacia en otras
circunstancias en las que también es utilizado, dado que si en ellas
funcionara adecuadamente, se podría inferir que también pudiera
funcionar con respecto a la transmisión del SIDA.

El preservativo como medio contragestativo. En general, se puede


decir que el preservativo tiene un elevado número de fallos en
cuanto a la prevención de embarazos no deseados se refiere. En este
sentido, si se define el índice de fallos del preservativo para prevenir
embarazos no deseados, como el número de embarazos en parejas
que utilizan este método durante un año, encontramos que el
número de fallos, según distintas fuentes, es de un 3,6% (39), 3 a 28%
(40), 8 al 15% (41), 14% (42), 10 al 15% (43); para menores de 25
años, el 17,9%, y para mayores de esta edad del 6,1% (45). Son por
tanto, abundantes los datos que indican que el índice de fallos del
preservativo, para prevenir embarazos no deseados, oscila alrededor

77
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

del 10%. Es, sin duda, uno de los métodos contraceptivos menos
seguros. Por ello, si falla para prevenir los embarazos no deseados, es
fácilmente deducible cuanto más podrá fallar para prevenir la
transmisión de una enfermedad de transmisión sexual como el SIDA.

En este sentido también es ilustrativa la reducida eficacia del


preservativo en relación con la prevención de embarazos no
deseados de adolescentes. Si el preservativo, y otros medios
anticonceptivos, fueran realmente eficaces para prevenir estos
embarazos no deseados, no cabe duda que después de las intensas
campañas realizadas para la utilización del preservativo con la
finalidad de evitar la transmisión del SIDA, los embarazos de
adolescentes, por un efecto secundario, habrían disminuido. Sin
embargo, los datos existentes no parecen avalar este aserto. Así, en
Inglaterra y Gales en 1978 se produjeron 85.000 embarazos de
adolescentes. Tras 10 años de intensas campañas anticonceptivas,
entre las que cabe destacar las que se promovieron para la utilización
del preservativo a partir de 1985, en 1988 se produjeron en aquellos
países 100.000 embarazos de adolescentes, es decir 15.000 más que
en el inicio de dichas campañas (46). Como más adelante se
comentará, con el preservativo, aunque se reducen las posibilidades
de embarazo en cada contacto sexual, si los contactos sexuales se
incrementan, como consecuencia de las campañas que presentan al
preservativo como medio para obtener un sexo seguro, el número de
contactos sexuales aumenta drásticamente por lo que el número de
embarazos, no solo no disminuye, sino que cuantitativamente se
incrementa.

También el preservativo falla como método para evitar la transmisión


de otras enfermedades sexuales distintas al SIDA. Así, un informe de
la OMS (47) en relación con este tema, indica que los usuarios del
preservativo tienen dos tercios de posibilidades, en relación con los
que no lo utilizan, de evitar la transmisión de gonorrea,
tricomoniasis, o infecciones por clamidias. Es decir, que la protección
sería aproximadamente del 66%. Siendo esta protección aún menor
en el caso del herpes simple (48).

Aunque estos datos indirectos nos pueden acercar hacia el verdadero


valor que el preservativo tiene en la prevención de la transmisión del
SIDA, sin duda, lo más objetivo es referirse a aquellos estudios en los
que específicamente se analiza esta cuestión. En este sentido, quiero
comentar un estudio publicado en 1993, en el que se recogen datos

78
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

relacionados con la eficacia del preservativo para prevenir la


transmisión del SIDA por vía heterosexual (44). En él se recogen datos
procedentes de todos los artículos publicados antes de julio de 1990,
en revistas de garantizada calidad científica, sobre esta materia,
analizándose conjuntamente en un detallado estudio multicéntrico.
Como dato más significativo, de este amplio trabajo, se constata que
el preservativo, reduce el riesgo de infección por el HIV
aproximadamente un 69%. Es decir, ésta sería la capacidad del
preservativo para prevenir el contagio del SIDA, en unas relaciones
heterosexuales normales, en las que habitualmente se utilizara.
También según datos de la OMS (47), el riesgo relativo de contagio
para los usuarios del preservativo sería muy similar al del trabajo
anterior, aproximadamente 0,4, es decir, un 40%.

Pero sin duda, los estudios más directos son aquellos que se han
realizado en parejas discordantes, entendiendo por tal, aquellas en
las que uno de sus miembros es portador del virus del SIDA y el otro
no. Evidentemente estos estudios son difíciles de realizar, por su
propia naturaleza, pues incluso no sería ético recomendar a algunas
de estas parejas que no utilizaran el preservativo, con el único
objetivo de comparar el porcentaje de contagios de los miembros
sanos de ambos grupos, los que utilizaran el preservativo y los que no
lo hicieran. Pero a pesar de ello existen algunos estudios en que se ha
abordado este tema. En uno de ellos se constata que la
seroconversión en parejas que utilizan permanentemente el
preservativo es de aproximadamente 1,5% personas/año (49),
aunque otros datos (44) indican que el fallo del preservativo para
prevenir la transmisión del SIDA puede llegar a ser del 17%. Fischl et
al (50) refieren que, en un periodo de 24 meses, entre 10 parejas
discordantes que utilizaron sistemáticamente el preservativo, 1 de
sus componentes se infectó (10%) . Pero sin duda, a mi juicio, el
estudio más interesante es el realizado por Laurian y col (51) entre
parejas discordantes, en las que el marido era hemofílico HIV
positivo. En este trabajo se refiere que de 14 parejas que utilizaron
sistemáticamente preservativos, no hubo seroconversión en ninguno
de los miembros sanos; sin embargo, poco más tarde, este mismo
grupo científico (52), utilizando técnicas más sensibles para detectar
los sujetos HIV positivos, encontraron al reevaluar 11 de estas
parejas, que habían utilizado el preservativo siempre correctamente,
que 3 mujeres se habían postivizado. Por ello, sin exagerar, se podría
afirmar, que, haciendo un cálculo medio aproximativo, el porcentaje
de compañeros sanos que en un año de relaciones sexuales

79
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

utilizando correctamente el preservativo se podría contagiar, puede


oscilar alrededor del 5%, lo cual a su vez indica, que tras 10 años de
relaciones sexuales en parejas heterosexuales que utilizaran el
preservativo, aproximadamente la mitad de la personas sanas se
habrían contagiado.

Las causas por las que el preservativo puede fallar en la prevención


del contagio del SIDA son muy variadas (48,53,54). Una posibilidad es
por mala utilización del mismo, mala utilización, que muchas veces,
viene derivada de las dificultades propias de usarlo adecuadamente
en tales circunstancias (48). También hay que tener en cuenta que, al
igual que el semen, los líquidos preseminales pueden estar
contagiados por el virus, y que en este sentido es posible que el
contagio pueda realizarse antes de que el preservativo pueda ser
utilizado. De todas formas, aunque su utilización sea correcta existe
un porcentaje de fallos atribuibles a rotura del mismo. En un estudio
prospectivo se pudo detectar que el porcentaje puede oscilar
alrededor del 1% al 12% en el coito vaginal, porcentaje que aumenta
en las relaciones homosexuales (48).

En diversos estudios retrospectivos (55,56) , también se ha


especulado sobre el paso del virus a través de los poros del látex,
habiéndose comprobado que utilizando partículas de poliestireno de
110 nm de tamaño, se pudo detectar espectrofluorimétricamente
que en 29 de 89 preservativos utilizados (33%), existía paso de
partículas a través del látex. Como resultado de sus experiencias
calculan que el porcentaje medio de eyaculado que puede atravesar
el látex sería de un 0,01% aproximadamente (57). Esto indica que los
preservativos de látex pueden sustancialmente reducir, pero no
eliminar, el riesgo de transmisión del virus del SIDA. Igualmente, y
como consecuencia de la evaluación de control de calidad que
habitualmente realizan diversas instituciones sanitarias de EEUU, se
pudo comprobar, que, al evaluar 38.000 preservativos de 165 lotes
diferentes, cuando los preservativos eran de fabricación
estadounidense, el 12% tenían escapes superiores al permitido en
este país. Cuando los preservativos no estaban fabricados en EEUU,
este porcentaje se elevaba al 21% (58).

Como hemos comentado al referirnos a las enfermedades de


transmisión sexual, si el preservativo fuera realmente eficaz para
evitar la transmisión del SIDA, los casos de contagio por virus HIV
habrían tenido que descender en aquellos países en los que se han

80
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

promovido importantes campañas para la utilización del


preservativo, como medio habitual para evitar la transmisión del
SIDA. Sin embargo, las cosas no parece que hayan ido por ese
camino. Así en Francia, en 1985, se habían detectado 270 casos de
SIDA y unos 3.000 seropositivos; en 1994 se habían registrado más de
41.000 casos de SIDA, siendo los seropositivos más de 200.000 (59).

Y, ¿como se puede explicar que la incidencia de SIDA sea mayor tras


campañas masivas en las que se ha recomendado la utilización de un
medio, el preservativo, que precisamente se quiere promover como
método ideal para prevenir la expansión de esta enfermedad? A
nuestro juicio, es evidente que, como consecuencia de estas
campañas se esta introduciendo en la sociedad, y especialmente
entre la juventud, una trivialización de las relaciones sexuales, como
consecuencia inmediata del mensaje que, a la recomendación del
preservativo, se añade al afirmar que utilizando el preservativo se
puede tener sexo seguro. Como consecuencia de ello se ha producido
un incremento drástico de los contactos sexuales, por lo que, aunque
porcentualmente la posibilidad de contagio sea menor, en cifras
absolutas los contagios aumentan. Es decir, si como hemos visto, la
utilización del preservativo reduce el riesgo de contagio
aproximadamente en un 70%, pero por estas campañas el
incremento de las relaciones sexuales se incrementara, por ejemplo,
en un 300%, la posibilidad de contagio global se incrementaría
alrededor de un 15%. Esto explica que el SIDA siga extendiéndose en
todos aquellos países del área occidental que únicamente han
basado sus campañas para prevenir la expansión de esta enfermedad
en la utilización del preservativo.

Por ello, ¿cuales serían las medidas más recomendables actualmente


para prevenir la transmisión del SIDA?. La observación de que el
preservativo falla en determinado porcentaje para prevenir la
transmisión de una enfermedad, que aunque disminuida en su
agresividad, sigue siendo hoy por hoy mortal, ha llevado a distintos
organismos internacionales y a expertos en la materia, a alertar sobre
la realidad de que el preservativo de ninguna manera es un medio
seguro para impedir la transmisión del SIDA y que esta seguridad solo
se consigue con la abstinencia sexual o con la relación sexual fiel y
monógama con una pareja sana. En este sentido, el CDC recomienda
que la abstinencia y las relaciones con una pareja sana son las únicas
estrategias absolutamente seguras para prevenir el SIDA. El
adecuado uso del condón en cada acto sexual puede reducir, pero no

81
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

eliminar el riesgo de transmisión de enfermedades sexuales. “Los


individuos infectados por el HIV tienen que saber que el preservativo
no elimina el riesgo de transmisión del SIDA a otros” (58). Otros
autores sugieren, “el mejor consejo para evitar la transmisión del
SIDA es abstenerse de las relaciones sexuales, y para aquellos con
riesgo de infectarse, seguir una relación monógama con una pareja
sana” (60). “El uso del condón en las relaciones sexuales reduce pero
no elimina totalmente el riesgo de transmisión del SIDA” (61). “La
abstinencia, o una relación sexual mutuamente fiel con un
compañero no infectado, es la única manera segura de evitar la
transmisión sexual del SIDA. Los condones ofrecen una buena
protección, pero no perfecta” (62) . Sobre este último dato que avala,
todavía más si cabe, la teoría de la no total eficacia del preservativo
en la prevención del contagio por el virus HIV, conviene tener en
cuenta que es recogido en un número de Populations Reports,
precisamente dedicado a tratar de difundir la utilización del
preservativo. En este mismo sentido, también LS Bond, Asesor
Regional para el Desarrollo y Apoyo a las Intervenciones para la
Prevención del VIH y ETS, de la Organización Panamericana de la
Salud, con residencia en Washington, afirmaba que “enseñar a la
juventud desamparada sobre los peligros del HIV y la infección por
enfermedades de transmisión sexual, consiste en algo más que en la
simple difusión de información o distribución aleatorio de
preservativos” (42). Evidentemente, al referirse a otras estrategias, lo
que se indica es la utilización de otros sistemas diferentes del
preservativo. De acuerdo con todo lo anterior, el ministro italiano de
sanidad Francesco Onofre, realizó en 1994 unas declaraciones en las
que afirmaba que la monogamia y la fidelidad son el mejor método
para prevenir la expansión del SIDA, como base de una campaña de
erradicación de esta enfermedad en su país (63). No hay que decir
que dichas declaraciones constituyeron una piedra de escándalo para
muchas de las instituciones que promueven la utilización del
preservativo como único método para prevenir la expansión del
SIDA.

Una pregunta que de inmediato surge al valorar las campañas


realizadas para la utilización del preservativo, como medio idóneo
para evitar la transmisión del SIDA es ¿por qué, si los datos sobre la
no total eficacia del preservativo para prevenir el SIDA son tan
objetivos, existen tan pertinaces campañas en los países
occidentales, recomendando su utilización, como medio idóneo para
evitar la transmisión de esta enfermedad?. ¿Se podría pensar que

82
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

existe una actitud equivocada de forma generalizada en los que


proponen estas medidas? ¿Más aún, se podría ni siquiera sugerir,
que existe una actitud no bien intencionada? Creo que esto es
impensable y que los que proponen tales campañas tendrán, o
creerán tener, razones que les induzcan a proponerlas como buenas,
o al menos razones que les impidan proponer, con mayor coraje
moral, otras que parecen más eficaces. Pero, ¿a qué se puede deber
esta actitud, un tanto timorata, para no sugerir que el mejor medio
para prevenir la expansión del SIDA es la continencia sexual y en su
caso las relaciones sexuales con un compañero/a sano, y que el
preservativo debería quedar limitado a aquellas personas que
quieran vivir en promiscuidad sexual, aún sabiendo que con su uso
únicamente se reducen las posibilidades de contagio, no se eliminan
completamente?. Con palabras de la Comisión Episcopal Española
para la Defensa de la Vida (64), se podría decir que, las medidas
utilizadas para prevenir el SIDA tienen una peculiaridad que las
individualiza con respecto a otro tipo de enfermedades, y es que las
mismas van ligadas a comportamientos personales con una amplia
carga ética, ya que van unidas fundamentalmente a la actividad
sexual, por lo que su prevención se relaciona directamente con
medidas que pueden afectar al área de las libertades individuales. Y
aquí surge el conflicto. Se admiten otras medidas coactivas para otros
problemas sociales, pero en el caso del SIDA, se opina que estas
medidas pueden suponer una intromisión en la libertad personal, ya
que los comportamientos sexuales se consideran hoy día como
intrínsecamente unidos a la más absoluta autonomía individual. Por
ello, ninguna autoridad, social, religiosa o política, estaría legitimada
para inmiscuirse en las actitudes que individualmente cada uno
adopte en esta materia. Cualquier actitud que se tome en este
sentido, se considera como una extralimitación de la autoridad, que
vulnera la estricta neutralidad que debe presidir sus acciones. Aún
más, existe el convencimiento de que el hombre limita su libertad
cuando ha de sujetar sus comportamientos a actitudes dependientes
de las propias leyes de la naturaleza, de forma que su conducta se
ajuste a los fines para los que esas leyes han sido creadas. El hombre
sería solamente auténticamente libre cuando pudiera reelaborar esas
leyes de acuerdo con sus propios intereses. En este sentido, si la
obtención de placer se considera como fin único, o al menos
principal, de la actividad sexual, cualquier actitud estaría justificada,
cuando de conseguir ese placer se trata, por supuesto, la
promiscuidad sexual, e incluso la homosexualidad. Por ello, la

83
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

sociedad, y los poderes públicos, como expresión organizativa de la


misma, se ven dificultados para proponer normas que puedan
teóricamente interferir con ese sentido tan estrictamente
individualista de la actividad sexual. Lo mismo se podría decir de la
droga, y en general sobre cualquier conducta humana, que pudiera
ser considerada como una actitud alternativa, y en consecuencia tan
respetable como cualquier otra. Por ello, como las medidas
preventivas para evitar la propagación del SIDA, entran directamente
en colisión con la ideología de la revolución sexual a que nos estamos
refiriendo, hace que las mismas se propongan con timidez, ya que,
como anteriormente se ha comentado, podrían considerarse una
extralimitación de la autoridad, con la negativa opinión que a la
sociedad occidental merece hoy cualquier actitud que mínimamente
rozara lo que pudiera ser catalogado como dictatorial.

Parece evidente, por tanto, que la expansión del SIDA está muy
directamente ligada a los cambios de conducta, que, en relación con
la actividad sexual, se han producido en nuestra sociedad en los
últimos años, gran parte de ellos debidos a la aparición de los medios
contragestativos de carácter químico, especialmente la píldora. En
este sentido, son especialmente significativas las declaraciones que
Luc Montaigner, descubridor del virus del SIDA, hizo recientemente
en Barcelona, ante un auditorio de más de mil jóvenes. Decía
Montaigner “Es posible que en el caso del SIDA se hayan creado
condiciones para su desarrollo, la promiscuidad, el libertinaje sexual.
Si se hace historia se puede decir que el SIDA es el hijo de la píldora
anticonceptiva” (65). Seguramente muy pocas autoridades, ni voces
destacadas, de nuestra sociedad occidental, tendrían la fortaleza
moral para realizar unas declaraciones como estas, al presentar a la
píldora anticonceptiva como la principal causa del SIDA.

d) Valoración de las campañas promovidas para evitar la


transmisión del SIDA
Como ya se ha comentado, la mayoría de las campañas
gubernamentales realizadas para evitar la expansión del SIDA, están
basadas fundamentalmente en promover la utilización del
preservativo. Como consecuencia de todo lo anteriormente
expuesto, a nuestro juicio, dichas campañas no son totalmente
adecuadas, ya que se centran exclusivamente en la utilización de un
método que por si mismo no garantiza la prevención de esta
enfermedad.

84
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Para que una campaña para prevenir la expansión del SIDA fuera
eficaz, a nuestro juicio, debería estar presidida por las siguientes
directrices: a) tratar de promover soluciones, que siendo éticamente
las más idóneas, fueran acordes con objetivos criterios médicos. b)
dar a la población una información científica veraz, para que después
pudiera actuar en consecuencia.

En relación con el primer punto, parece indudable, que, debido a los


fallos del preservativo para evitar la transmisión del SIDA, la única
solución verdaderamente eficaz, es la abstinencia de relaciones
sexuales promiscuas, o tenerlas dentro de una pareja sana, en
monogamia fiel. Sin duda, para que esta medida pudiera ser efectiva,
en una sociedad, en la que como ya se ha comentado, las libertades
sexuales, entendidas como promiscuidad sexual, son el paradigma de
las libertades individuales, dicha campaña debería ir precedida de
otra, no menos importante, sobre el significado de la sexualidad
humana. Sin una adecuada educación sexual es imposible plantear
ninguna medida de continencia que pueda ser aceptada como un
valor positivo por la sociedad, especialmente por los más jóvenes.
Una sociedad en la que la actividad sexual quedara reducida a su
utilización dentro de las parejas estables, cumpliendo así su finalidad
procreadora y unitiva de los componentes de esa pareja, habría
puesto en marcha la medida profiláctica más eficaz para la
prevención de esta terrible enfermedad.

Para aquellas personas que deseen tener relaciones sexuales fuera


del contexto de una pareja estable, en la que ambos miembros son
sanos, es decir cuando se quiere vivir en promiscuidad sexual, el
único camino para reducir, pero no para prevenir con total seguridad,
el contagio por el virus del SIDA, es la utilización del preservativo.
Ahora bien, en este último caso, al recomendar su utilización, habría
que dejar bien establecido que el mismo no significa sexo seguro, con
el fin de que, como anteriormente se ha comentado, esta falsa
seguridad no promueva mayor número de contactos sexuales y con
ello, no sólo no sirva su utilización para reducir la expansión del SIDA,
sino que produzca el efecto contrario, su mayor difusión.

85
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

e) Principales aspectos éticos relacionados con el SIDA


Muchos de los problemas éticos relacionados con el SIDA, se derivan
del conflicto de intereses que pueden plantearse entre las personas
afectadas por el virus y las personas sanas, que, o bien conviven con
ellas, o bien pueden tener relaciones sociales con ellas de cualquier
tipo. Es decir se derivan de establecer una oposición entre el bien
personal y el bien social (66).

Confidencialidad. Un primer problema que se plantea es establecer


hasta que punto hay que mantener la confidencialidad sobre si un
sujeto es HIV positivo, o enfermo de SIDA, en sus relaciones sociales
con otras personas. En este terreno los problemas más objetivos se
presentan dentro del campo sanitario, en donde se pueden
contraponer los derechos de médicos y ATS para preservar su salud y
los derechos de los pacientes para mantener su confidencialidad.
¿Que hacer cuando un facultativo o personal sanitario de cualquier
tipo debe manipular las muestras de un paciente con SIDA o
atenderlo personalmente? ¿Es éticamente necesario que el paciente
revele su identidad como enfermo de SIDA, o que las muestras
sanguíneas de estos pacientes vayan adecuadamente etiquetadas?.
Parece evidente que el derecho a la salud, como una parte del
derecho a la vida, es de superior entidad al derecho que existe para
mantener la confidencialidad en cualquier circunstancia personal.

En este sentido, parece evidente que debe prevalecer la actitud de


dar a conocer al personal sanitario que se está tratando a un paciente
con SIDA, o que se está manejando muestras de sangre infectadas
por este virus, para poder poner las medidas cautelares necesarias
para prevenir el contagio. De todas formas, es muy infrecuente el
contagio de personal sanitario por su relación con pacientes de SIDA.
Ello fundamentalmente debido a que el riesgo estimado de
contagiarse por el HIV después de una exposición percutánea a
sangre infectada por este virus es muy bajo, aproximadamente 0,3%
(67). Consecuentemente, menos de 50 contagios de personal
sanitario se habían producido en Estados Unidos hasta diciembre de
1993 (68). Según datos de 1994 se han referido 67 casos de
profesionales sanitarios que en su trabajo han sido infectados por el
SIDA, de los cuales en España, sólo se han descrito cuatro, tres en
Madrid y uno en Valencia (69). Según datos del CDC de 1996 (70), en

86
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

un estudio estrictamente controlado, y en el que se define con


riguroSIDAd el contagio, en USA se habían detectado 31 casos de
contagio de profesionales de la salud, 5 en Francia y 3 en el Reino
Unido.

Dentro de este campo sanitario, otra faceta es la posibilidad de que


el afectado sea el facultativo o personal sanitario y que pueda
contagiar a sus pacientes. Con motivo de un caso recientemente
referido, en el que un dentista de Florida contagió a cinco de sus
pacientes (71,72), se ha intensificado la polémica sobre la
conveniencia de que los sanitarios contagiados deban informar o no,
a sus pacientes de esta circunstancia. El asunto es éticamente difícil,
ya que, puestas las adecuadas medidas preventivas, la posibilidad de
contagio es prácticamente nula. Así, la posibilidad de que un paciente
se infecte a partir de un cirujano HIV positivo oscila entre 1/42.000 y
1/420.000 (73), es decir una posibilidad casi remota. Por ello la
opinión pública va siendo cada vez más favorable a que se permita
trabajar a los profesionales sanitarios infectados, refiriéndose en un
reciente trabajo, que el porcentaje de los que no permitirían trabajar
a un sanitario HIV positivo es del 54%, 47% y 37%, para cirujanos,
dentistas o médicos generales infectados, habiéndose constatado
que la incidencia de aceptación por parte de los pacientes para ser
atendidos por estos profesionales afectados también se va
incrementando paulatinamente. Solamente un 5% de sujetos
manifiesta que los profesionales infectados deberían dejar de
trabajar absolutamente (74). Dada esta remota posibilidad de
contagio, cuando no medie el contacto sanguíneo, no parece
necesaria la necesidad de que el paciente conozca la situación
sanitaria de su médico.

Otro campo en el que esta disyuntiva entre confidencialidad y


derecho a la salud se puede plantear es en relación con la integración
social de los niños HIV positivos, especialmente en las escuelas. La
posibilidad de que un niño se contagie en la convivencia con otros
niños, es prácticamente nula (75). En un reciente trabajo, y con
motivo de haberse declarado HIV positivo un célebre jugador de
baloncesto norteamericano, se ha realizado un estudio (76), en el
que se concluye que el riesgo de transmisión del virus del SIDA para
un jugador de fútbol profesional americano es menor de 1 por 85
millones de contactos habidos durante el juego. Ello confirma, que es
prácticamente imposible, el contagio de niños sanos por un niño HIV
positivo que conviva con ellos. Parece pues claro que, en este

87
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

contexto debe de predominar el derecho de los niños enfermos a


integrarse en un grupo social, como la escuela, absolutamente
necesario para su desarrollo educativo y psicomotriz. De todas
formas, es muy conveniente que la familia deba informar a los
responsables de las escuelas sobre esta circunstancia, con el objeto
de que, en lo posible, se trate de prevenir las ocasiones en las que es
más fácil el contagio.

Un caso particular hace referencia a la convivencia familiar, cuando


alguno de los miembros está afectado. Aunque es muy difícil,
prácticamente imposible, el contagio en estas circunstancias (77), se
han descrito dos casos de contagio dentro de la familia (78,79),
aunque no totalmente documentados. Más recientemente ha sido
descrito otro en el que un hermano hemofílico contagió a otro y un
último caso, en el que un niño contagiado perinatalmente,
posteriormente contagió a otro niño sano que vivía en la misma casa
(80), siendo en este último caso perfectamente identificado el
contagio. Como consecuencia de ello, parece lógico que los niños
infectados se integren plenamente en la convivencia familiar, aunque
parece así mismo prudente tomar las precauciones necesarias para
evitar estos contagios, que aunque siendo prácticamente imposibles,
han sido detectados en algunos casos.

En cuanto a las normas recomendables para la expansión del SIDA


dentro de los centros penitenciarios, se pueden seguir los mismos
criterios que se han utilizado para la población en general. Ahora
bien, con relación a la conveniencia (incluso obligatoriedad) o no, de
identificar en las cárceles a los reclusos HIV positivos, para tratar de
desarrollar medidas preventivas para dificultar la expansión del SIDA
en los centros penitenciarios, existe un vivo debate, estableciéndose
éste entre derecho a la confidencialidad del afectado y salud de los
reclusos en general. La norma más generalmente aceptada es la
conveniencia de realizar pruebas voluntarias para la identificación de
los reclusos HIV positivos. En Estados Unidos, en un reciente trabajo
sobre la predisposición de los reclusos a que se lleve a cabo esta
identificación voluntaria, aproximadamente un 50% de ellos estaban
de acuerdo, y los que no lo estaban, en la mayoría de los casos, no lo
era por miedo a que les detectara que eran portadores del virus del
SIDA (81) . Sin embargo, en 15 de las sesenta prisiones que existen en
aquel país, se realizan pruebas obligatorias para detectar a los
reclusos HIV positivos (82). Por tanto, parece que la corriente más

88
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

generalizada es tratar de promover la identificación voluntaria, para


después establecer las medidas precautorias más convenientes.

f) Valoración ética de las actitudes a seguir en las relaciones


sexuales de parejas heterológas
Un importante problema ético que se puede plantear en relación con
el SIDA es conocer cuales pueden ser las actitudes a seguir en una
pareja discordante, que quiera convivir como tal, bien fuera o dentro
del matrimonio. En este sentido habrá que tener en cuenta las
siguientes premisas. Como se ha comentado anteriormente el único
recurso eficaz para prevenir el contagio del SIDA, es la continencia,
debiendo quedar reducida la utilización del preservativo a aquellas
parejas que deseen tener relaciones sexuales. En este caso, y desde
un punto de vista ético, se podría decir que cuando se utiliza el
preservativo en una pareja heter6loga, no se busca la anticoncepci6n
sino evitar la transmisión de una enfermedad, por lo que la
esterilidad del acto sexual sería un efecto indirecto no deseado. Sin
embargo, la dificultad ética estriba en que la utilización del
preservativo en cualquier relación sexual altera la misma, privándola
de su carácter procreador, por lo que, aunque el fin sea éticamente
correcto, ya que de lo que se trata es de reducir el riesgo de
infección, el medio no lo es, por lo que globalmente la catalogación
ética del conjunto de esa relación sexual no puede ser valorada
positivamente, especialmente si además se tiene en cuenta que
existe otro medio para evitar la transmisión del SIDA como es la
continencia. Ahora bien, con la continencia se puede perjudicar el
efecto unitivo y de comunicación personal, que en toda pareja,
matrimonio o no, tiene la relación sexual. Por ello, éste también es
un aspecto que debe considerarse al emitir un juicio ético sobre la
utilización del preservativo en las relaciones sexuales de parejas
heterólogas. Pero a la vez, una tercera circunstancia que también hay
que tener en cuenta, es que, aún utilizando el preservativo se puede
concebir un hijo que tendría aproximadamente un 25% de
posibilidades de ser HIV positivo. Por ello, para realizar una
valoración ética global de las relaciones sexuales en parejas
discordantes habría que tener en cuenta que, con la utilización del
preservativo, se reduce la posibilidad de transmitir la enfermedad; se
manipula directamente el acto sexual, al privarlo de su vertiente
procreadora; se puede perjudicar la mutua unión y comunicación
entre los esposos; y finalmente, en caso de embarazo, se puede
concebir un hijo HIV positivo. De la equilibrada valoración de estos

89
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

cuatro factores debe emerger el juicio ético final sobre la utilización


del preservativo en parejas heter6logas afectadas por el SIDA,
aunque sin duda, el que la utilización del preservativo prive al acto
sexual de su capacidad procreadora hace que, en principio, no pueda
ser valorado su uso como éticamente positivo.

g) Comentarios éticos finales


Finalmente querría realizar un breve comentario sobre algo que suele
ser tópico en la mayoría de las reflexiones éticas que se realizan
sobre diversos problemas sociales, y por supuesto, también, en el
caso del SIDA. Me refiero a la limitación que en ocasiones se
introduce en el debate, cuando este se quiere plantear
exclusivamente desde una visión de la vida ajena completamente a la
trascendencia. En este sentido, algunas gentes, especialmente
algunas de las que más audiencia tienen en los medios de
comunicación social, se suelen mostrar totalmente contrarias a
realizar un debate ético si no es desde el punto de vista de lo que
ellos llaman estrictamente laico. No veo la razón por la que al discutir
estos temas éticos, de gran calado social, no se pueda introducir la
trascendencia como un factor a tener en consideración para emitir
un juicio ético, sobre todo si se tiene en cuenta que gran parte de la
población plantea su vida desde esta perspectiva. Es tan legítimo
plantear estas cuestiones introduciendo en ella la trascendencia, con
el matiz ético que esto comporta, como hacerlo desde un punto de
vista exclusivamente laico. No parece existir ninguna razón de peso
para que los debates éticos que habitualmente se plantean sobre
estas materias deban realizarse necesariamente prescindiendo de
esta visión trascendente de la vida. Tan legítimo es una cosa como la
otra. Y si el valor de la mayoría, circunstancia que en nuestra visión
cultural de la sociedad es de capital importancia, tiene algún sentido,
estoy seguro que gran parte de la población valoraría estos temas
introduciendo la trascendencia como un aspecto capital del juicio
ético que merecen. Si hoy día lo legal, es la base, para muchos
ciudadanos, de lo ético, creo que no cabría ruborizarse por introducir
la trascendencia en las discusiones éticas de muchos de los
problemas que se nos plantean, y, por supuesto, también al valorar
éticamente todo lo relacionado con el SIDA.

90
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Por ello, me parece de interés aportar aquí las consideraciones muy


recientes, aún no publicadas, que sobre esta materia defiende la
Iglesia Católica. Ante la pregunta de ¿sería legitimo usar el
preservativo en caso de matrimonios discordantes, para evitar los
riesgos de contagio del cónyuge sano o de engendrar un hijo
enfermo?, responde (63): “el uso del preservativo, como el de
cualquier otro método de anticoncepción, no es moralmente lícito en
cualquier caso, por extremo que este pueda ser. No es ésta una
problemática que se plantee solamente con respecto al SIDA. Existen
otras enfermedades, bien infecciosas o hereditarias, que llevan a los
cónyuges a tener que optar entre la abstinencia de las relaciones
sexuales o la asunción del riesgo de contagiar al cónyuge sano o de
engendrar hijos enfermos. En estos casos no varía el juicio moral
sobre la anticoncepción, pues es ésta una moral objetiva. Un acto
malo en sí mismo, no se convierte en bueno por las circunstancias,
aunque éstas si puedan hacer malo lo objetivamente bueno, o
modificar (para bien o para mal) la responsabilidad subjetiva del que
lo realiza. Toda práctica anticonceptivo es moralmente ilícita, sean
cuales fueran las circunstancias. El uso de anticonceptivos quiebra
necesariamente la moral existente en el amor sexual entre los
esposos, al privarlo de una de las finalidades querida por Dios, la
apertura a la vida, inherente a la naturaleza de relación sexual entre
hombre y mujer. Todo acto anticonceptivo, es por tanto, contrario la
virtud de la castidad. Esta es doctrina segura de los Sumos Pontífices,
recientemente recordada por Juan Pablo II en la Encíclica Evangelium
Vitae, que reafirma la doctrina de Pablo VI en la Humanae Vitae, todo
ello siguiendo el espíritu del Concilio Vaticano II y en conformidad
con la doctrina tradicional y uniforme de la Iglesia. Resumiendo, la
objetiva inmoralidad de todo acto anticonceptivo no se ve anulada
por ninguna circunstancia, ni por la ponderación de las consecuencias
que el acto sexual pudiera tener”.

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93
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

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94
Las grietas del "sexo seguro"
Miguel A. Martínez González
En el verano de 2006 el Ministerio de Sanidad y Consumo
(MSC) español ha lanzado una enésima campaña para la prevención
del sida, las infecciones de transmisión sexual y los embarazos
imprevistos. Los mensajes se centran de nuevo en el preservativo,
estrategia que no ha logrado los resultados que se pretendían.
En un artículo que publicamos en 2005 el Dr. Jokin de Irala y
yo habíamos denunciado desde la principal revista científica de la
medicina española la escasa efectividad de las campañas de sexo
seguro, dados los indicadores de mayor promiscuidad, mayor tasa de
embarazos en jóvenes y crecimiento de la sífilis y gonococia en
España. Advertíamos que, en oposición a los errores de esos métodos,
un buen ejemplo a seguir es lo que sí ha funcionado en otros lugares.
"Cuando la cosa no se ha quedado en repartir condones, sino que 'se
ha sabido ir más allá', y se ha hecho un esfuerzo serio dirigido sobre
todo a educar con sensibilidad y respeto a la población para que
cambie sus conductas, se ha conseguido reducir la prevalencia de la
infección" (1).
Es el caso de Uganda. Con una estrategia educativa que no dio
énfasis al condón sino a educar en la fidelidad a adultos y en el retraso
de relaciones a jóvenes, pasó del 15% de infectados por el virus del
sida (VIH) al 5% en una década. A este logro parece sumarse ahora
Zimbabue, según el detallado estudio que publicó en 2006 la revista
"Science" (2).
Estos éxitos en salud reproductiva de países africanos
contrastan con el fracaso y la monótona escasez de imaginación de las
acciones gubernamentales realizadas en España, que siguen con el
mensaje del "sexo seguro" que "suele centrarse en la fase última del
proceso y evita referencias al comportamiento, tanto porque algunos
consideran impropio un mensaje 'moralizante', como por razones
ideológicas que llevan a prescindir de ciertas evidencias científicas"
(1).

Errores científicos
Al margen de sus errores en aspectos propiamente
publicitarios, la campaña del MSC-2006 es incorrecta y hace agua en
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

muchos puntos desde la estricta óptica del conocimiento científico.


Sus principales desaciertos podrían resumirse en 5 puntos:
1) Negación de la evidencia que suponen los datos de abortos y
píldoras del día siguiente.
2) Ausencia de referencia alguna a los dos primeros
componentes de la estrategia ABC (abstinencia y fidelidad monógama
mutuamente fiel).
3) Omisión de las consecuencias a largo plazo de las
infecciones de transmisión sexual.
4) Falta de referencia alguna a la infección por el virus del
papiloma humano, principal determinante de la ocurrencia del cáncer
de cuello uterino.
5) Trivialización y banalización de un grave problema
sanitario.

A más anticonceptivos, más abortos


En el artículo científico citado al principio se mencionaba que
"el fracaso de la salud reproductiva española es preocupante: el
Ministerio de Sanidad ha reconocido que los más de 77.000 abortos en
2002 constituyen un indicador muy negativo y que 'hacen falta más
campañas de prevención e información'. El acceso fácil a los
anticonceptivos no ha evitado el aumento de los abortos, ni la difusión
del preservativo reduce la demanda de la píldora del día siguiente.
Más bien parece que son factores que se suman e invitan a adoptar
situaciones de riesgo o a permanecer en ellas" (1).
Los abortos en España han seguido aumentando, y además a
ritmo cada vez más acelerado.
Ahí se ve no sólo un número total que crece al ritmo del 7%
anual, sino que lo peor ha ocurrido en las chicas de 19 años o menos,
con una tasa especialmente creciente que ha llegado a superar ya el
1% anual. Esto significa que en 2004, una de cada 100 chicas de 13 a
19 años abortó, y que el 14% de las mujeres que tuvieron un aborto
tenía menos de 20 años.
Ningún profesional de la salud pública, tenga las creencias que
tenga, duda de que el hecho de que aumenten los abortos, y peor

96
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

todavía que aumenten en adolescentes, supone un grave fracaso para


la salud reproductiva.
Algo análogo podría decirse del crecimiento del uso de la
píldora del día siguiente: un mecanismo teóricamente pensado como
"contracepción de emergencia", cuyo uso sigue aumentando hasta
llegar a tasas calamitosas, es un desastre innegable. Más aún cuando
un mayor uso de la píldora del día después no sólo no se acompaña de
una reducción de los abortos, sino que éstos crecen más cada año.
¿Cómo se pueden explicar estos datos dentro del planteamiento del
"sexo seguro", si España es uno de lo sitios donde más se usa el
preservativo entre los jóvenes? ¿No es ya hora de cambiar de
planteamiento?

Negar la evidencia
Ahora el MSC, en vez de reconocer estos fallos, parece que ha
decidido cambiar de estrategia y negar la evidencia. En su web se
puede encontrar un "informe por encargo" (3), que evita siempre
utilizar la palabra "aborto" y la sustituye cosméticamente por
"interrupción voluntaria del embarazo" (IVE), y que llega
paradójicamente a las siguientes conclusiones:
"1. Con la información disponible en el registro de IVE y en
otras fuentes, no se puede afirmar que las IVE estén aumentando en
las mujeres españolas (...)"
Sorprende la primera conclusión de este informe pues los datos
parecen decir otra cosa. La segunda conclusión ofrece una explicación
de la primera.
"2. Los datos disponibles apuntan a que el incremento de las
IVE en España se debe, por un lado, al aumento en su notificación al
registro gracias a la mejora de su cobertura y a la transformación de
las IVE clandestinas o realizadas en el extranjero en IVE registradas.
Y, por otro lado, al incremento en la población inmigrante, a la mayor
fecundidad de las jóvenes inmigrantes y, probablemente, también a
que éstas tienen mayor número de embarazos no planificados y no
deseados que las españolas".
Todos los que hemos manejado indicadores en epidemiología
sabemos que, de un año para otro, no se produce un aumento de 5.107
registros simplemente por una "mejor cobertura". Tampoco parecería
lógico achacar un crecimiento de tal magnitud a que ahora hayan
decidido abortar masivamente las inmigrantes en edad fértil. En todo
caso, las inmigrantes que viven en nuestro país no deben ser una

97
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

excusa, pues también ellas están expuestas a estos repetidos


programas de "sexo seguro" y a la mayor disponibilidad de píldoras
del día después.

Sin respaldo de datos


Una lectura atenta de la metodología de tal "informe por
encargo" deja claro que ninguna de las sinuosas explicaciones dadas
por sus autores para armonizar las dos conclusiones se sustenta en
fuentes rigurosas. Usaron métodos puramente cualitativos, sin haber
realizado una valoración cuantitativa seria en ningún momento. Ellos
mismos admiten sus múltiples carencias de datos para fundamentar
artificiosas justificaciones. Especialmente llamativo es que no se
cuantifiquen en ninguna tabla anualizada los supuestos abortos
clandestinos, ni los realizados en el extranjero. Globalmente, llama la
atención la poca calidad técnica del "informe por encargo".
Un elemental sentido común no requiere recurrir a
complicadas explicaciones sobre cobertura de un registro o proporción
de inmigrantes que abortan. Por el contrario, lo lógico es pensar que
campañas sanitarias que evitan toda referencia a la reducción del
número de parejas, a la adopción de comportamientos responsables, o
a la fidelidad, probablemente estén incrementando el grado de
promiscuidad sexual en España, especialmente en adolescentes. Esta
mayor promiscuidad y precocidad es consistente con mayor número
de abortos, mayor uso de la píldora del día siguiente y mayores tasas
de sífilis y gonococia.
Viene a ser como si una campaña de prevención de accidentes
de tráfico sólo se ocupase de fomentar el uso del cinturón de
seguridad, pero al mismo tiempo invitase a los conductores a disfrutar
al máximo al volante, escogiendo la velocidad que más les plazca:
"Corre todo lo que quieras, pero conduce seguro. Usa el cinturón".

Al margen del consenso internacional


En los esfuerzos por buscar un terreno común de acuerdo para
la prevención de la transmisión sexual del sida destaca el importante
consenso que publicó la revista "Lancet" en noviembre de 2004 (4).
Este consenso fue firmado por más de 140 autores, incluidos diversos
profesores de universidad y autoridades que trabajan contra el sida en
los países más afectados. Había firmantes de todas las ideologías, pero
la evidencia científica disponible les ayudó a llegar a un acuerdo
común. Resolvieron promover la estrategia "ABC": A de Abstinencia,

98
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

B de Be faithful (fidelidad) y C de Condón, por este orden.


Reservaban el condón para personas como las prostitutas y otros que
se hacen refractarios a los mensajes verdaderamente protectores. Pero
no cabe mayor error que el de tratar a toda la población como si
fuesen promiscuos irreparables. Un principio clave en salud pública es
segmentar los mensajes.
La siguiente frase del consenso es la que mejor se adapta a la
realidad de la mayoría de la juventud española que, según las propias
fuentes del Ministerio, no ha iniciado su actividad sexual: "Para
quienes no han iniciado la actividad sexual, la primera prioridad debe
ser animarles a la abstinencia o a retrasar el inicio sexual". Esta es la
A del ABC y, según el consenso científico, constituye el mejor medio
de prevenir el sida en los jóvenes a quienes va dirigida la campaña
MSC-2006.
Sin embargo, para el Ministerio español, la A de este crucial
consenso mundial ha pasado una vez más absolutamente
desapercibida. Lo mismo sucede con la B: "Al dirigirse a adultos
sexualmente activos la primera prioridad debe ser promover la
fidelidad mutua con una pareja no infectada".
Estas dos prioridades, A y B, coinciden con lo que la Iglesia
católica y otras confesiones religiosas predican desde hace siglos con
el nombre de castidad. Quizá por eso el consenso incluye una
referencia positiva explícita a las organizaciones religiosas.
En la campaña española no hay ningún estímulo para retrasar
el debut sexual entre los jóvenes. Más bien parece animárseles a todo
lo contrario, dando por hecho que son promiscuos y, por si no lo
fuesen, se les lanzan eslóganes como el siguiente: "Disfruta del sexo a
tu ritmo, de una forma sana". También se afirma rotundamente que "el
mejor medio de prevención sigue siendo el preservativo", cosa que no
es verdad. El hecho es que no sólo no se han detenido las infecciones
de transmisión sexual en España, a pesar de que el MSC nos cuente
que somos uno de los países donde más se usa el condón, sino que han
aumentado.
El asunto no queda ahí. Tampoco aparece la palabra
"fidelidad" o "monogamia", ni nada que se le parezca. Esto extraña y
mucho, pues como han dejado claro los trabajos de Halperin, es
patente que sólo existen epidemias de enfermedades de transmisión
sexual porque hay personas que tienen múltiples parejas (5). Esto no
se afronta en absoluto en la campaña y es la verdadera causa de las
epidemias.

99
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Infecciones olvidadas
Durante parte de la década de los noventa, el sida fue la
principal causa de años de vida perdidos por muertes prematuras en
España. El sida sigue causando muchas muertes. Las infecciones de
transmisión sexual (ITS) más preocupantes actualmente son las
virales, incluido el sida, y varias de ellas causan cáncer (linfomas,
leucemias, sarcoma de Kaposi, cáncer de cuello uterino,
hepatocarcinoma, entre otros). No se entiende que el tríptico del MSC
y todo su aparato publicitario no mencione estas graves consecuencias
de las ITS.
Según la OMS, cada año se producen en el mundo 340
millones de casos nuevos de ITS bacterianas. La mayoría de ellas son
tratables, pero muchas no se tratan porque no dan lugar a ningún
síntoma hasta que producen complicaciones graves, como la
enfermedad inflamatoria pélvica, el embarazo ectópico o la
esterilidad. ¿Por qué la campaña silencia estos hechos?
Además, cada año se producen millones de casos de ITS
virales que son mayormente incurables, incluidos 5 millones de casos
nuevos de infección por el VIH, causante del sida, de los que 600.000
ocurren en niños recién nacidos por transmisión vertical de sus
madres.
España fue durante mucho tiempo el país número 1 en sida en
Europa y sigue siendo uno de los países con mayor incidencia y
prevalencia de sida en Europa Occidental, con más de 72.000
enfermos acumulados, de los que cerca de 50.000 han muerto ya por
esta causa. No es un asunto para silenciar. Nada de esto aparece en la
campaña. Sólo se mencionan los síntomas a corto plazo de algunas de
las ITS. Como si el sida y otras ITS no tuviesen complicaciones ni
consecuencias a largo plazo.
Cabría preguntarse: ¿cómo es posible que el gobierno use
constantemente las cifras de muertes en carretera para lograr un
cambio de conducta en los ciudadanos y en cambio silencie las
muertes por sida?

Peligro: cáncer
Otro silencio de la campaña que llama la atención a cualquiera
con conocimiento de causa es que no se dedica una sola palabra a una
de las ITS virales con consecuencias más graves, la causada por el
virus del papiloma humano (VPH). Parece como si el VPH estuviese

100
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

sistemáticamente borrado de la lista del MSC. Curiosamente,


epidemiólogos españoles han sido pioneros en esclarecer y cuantificar
cuál es el papel del VPH en el origen del cáncer de cuello uterino. Los
resultados que encontraron son sobrecogedores.
Los epidemiólogos trabajan con riesgos relativos. Por ejemplo,
para la exposición al humo de segunda mano del tabaco se ha
estimado que el riesgo relativo de cáncer está en torno a 1,5. Esto se
interpreta como un aumento del 50% en el riesgo de desarrollar cáncer
y ha sido un argumento muy poderoso para la creación de espacios
libres de humo.
¿Cuáles han sido los riesgos relativos encontrados para la
relación entre VPH y cáncer de cuello uterino? La respuesta a esta
pregunta hace pensar mucho, pues los riesgos relativos para 11 tipos
estudiados van desde 45,1 para el tipo con menos riesgo hasta 434,5
para el tipo 16, que es el más carcinogénico (6).
Cada año en el mundo 490.000 mujeres (normalmente muy
jóvenes) adquieren este cáncer por el VPH y 240.000 mueren por su
causa. La vacuna que se está empezando a usar sólo se dirige contra
unos tipos de este virus, pero se discute si la vacunación masiva daría
falsas seguridades, conduciendo a mayor promiscuidad y nuevas
infecciones.

No es broma
Todos estos errores acumulados son graves, pero a mi juicio lo
peor es la banalización y el tono lúdico que la campaña MSC-2006 da
a problemas tan graves de salud pública, como si fuesen asuntos
triviales. El adolescente que lea el folleto o haya oído el slogan
pensará que se trata de un simple ir al médico a que le cure un grano.
Supone una irresponsabilidad muy grave presentar al sida
como si fuese un grupo musical de moda, afirmando que "su enorme
éxito internacional lo mantiene siempre en los primeros puestos de
popularidad sin necesidad de variar su clásico y efectivo repertorio".
¿Cómo interpretará esta frase quien ha visto fallecer a parientes suyos
por el sida? Cada año mueren casi 3 millones de personas por el sida,
cada día hay más de 5.000 funerales en África de personas que
mueren de sida. Uno de cada 10 niños africanos ha perdido a sus
padres por el sida. Definitivamente, no es asunto para ser tratado
trivialmente. Hay una gran carga de dolor y sufrimiento detrás que
debería impedir cualquier frivolidad.

101
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Es difícil equivocarse tanto al diseñar y realizar una campaña.


No hay duda de que el MSC cuenta con personas inteligentes, bien
preparadas científicamente y con suficiente sensibilidad para advertir
estos errores. Sería exagerado pensar que nunca serán capaces de
advertirlos y corregirlos. Pues la realidad de lo aquí subrayado cae por
su propio peso. No se puede perder la esperanza de que emprendan
otra dirección que verdaderamente beneficie al tan deseado objetivo
de lograr la salud para todos en el siglo XXI.

Notas:

(1) Martínez-González MA, De Irala J. "Medicina preventiva y fracaso clamoroso


de la salud publica: llegamos mal porque llegamos tarde". Med Clin (Barc)
2005;124:656-6660.

(2) Gregson S, Garnett GP, Nyamukapa CA, et al. "HIV decline associated with
behavior change in eastern Zimbabwe". Science 2006;311:664-666.

(3) CIMOP (Comunicación, Imagen, Opinión Pública), "La interrupción voluntaria


del embarazo y los métodos anticonceptivos en jóvenes" (consultado por última vez
en www.msc.es el 1 de septiembre de 2006).

(4) Halperin DT, Steiner MJ, Cassell MM, et al. "The time has come for common
ground on preventing sexual transmission of HIV". Lancet 2004;364:1913-1915.
Ver Aceprensa 154/04.

(5) Shelton JD, Halperin DT, Nantulya V, Potts M, Gayle HD, King K Holmes KK.
"Partner reduction is crucial for balanced 'ABC' approach to HIV prevention". BMJ
2004;328:891-894.

(6) Muñoz N, Bosch FX, de Sanjosé S, et al. "Epidemiologic classification of human


papillomavirus types associated with cervical cancer". N Engl J Med 2003;348:518-
527.

102
Preservativos: «Previene - te - conviene saber»
toda la verdad
Jokin de Irala

ANTE la preocupante falta de sintonización entre la evidencia


científica disponible y la orientación de las campañas para prevenir
las epidemias de embarazos imprevistos y enfermedades de
transmisión sexual (ETS), hay que recordar que diferentes
organizaciones sanitarias internacionales abogan por la abstinencia
de relaciones sexuales entre los jóvenes como principal medida. La
Fundación Cochrane, considerada la máxima instancia en la Medicina
Basada en Evidencias, concluye, después de revisar todos los estudios
científicos existentes, que el preservativo reduce la probabilidad de
embarazos imprevistos y de ETS en un 80% pero no la elimina. Los
jóvenes deben conocer estos hechos.

El Departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha puesto


en marcha la campaña "Previene-te-conviene" donde, pese a la
saludable intención de "informar y ofrecer los medios necesarios" a
nuestros jóvenes, se sigue la tónica habitual de no contar con toda la
evidencia científica existente en la actualidad para resolver estos
graves problemas. Resulta decepcionante observar que esta
campaña, moderna, con su correspondiente apoyo informático -
página web- se limite, en realidad, a copiar lo que en otros lugares se
está ya cuestionando por haber resultado mucho menos efectivo de
lo esperado.

Es cierto que el porcentaje de adolescentes que tienen


relaciones sexuales aumenta y que cada vez las inician antes. Pero
cabe plantearse si eso es bueno o no para ellos. Aproximadamente
un tercio de los navarros fuma, y desde los organismos que velan por
la Salud Pública no se les dice que sigan fumando pero con un filtro
que reduzca el riesgo de morir de cáncer de pulmón. Se les da la
mejor de las recomendaciones en base a lo que hoy en día se sabe
científicamente. Asimismo, se debería ayudar a los jóvenes a poder
decir que "no" a esa relación sexual precoz o a esa relación sexual
esporádica o casual. Se ha llegado a la situación de falta de libertad
donde un adolescente no pueda afirmar, sin quedar mal ante los
demás, que "todavía no lo ha hecho". Esto ya se ha logrado con éxito
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

en otros países. En un estudio publicado en el British Medical Journal


en el año 1998, se decía, por ejemplo, que el 70% de las mujeres que
habían tenido su primera relación sexual antes de los 16 opinaban
que hubiera sido mejor esperar un tiempo. El 50% de los hombres y
el 30% de las mujeres afirmaron que su primera relación sexual fue
fruto del arrebato de un momento. La opción más elegida para
caracterizar la motivación principal que les llevo a esa relación fue, en
ambos sexos, la de "satisfacer una curiosidad" (Dickson N y cols.,
BMJ, 1998; 316:29-33). ¿No deberíamos prestar atención a estas
cuestiones a la hora de "ayudar a los jóvenes"?

En otro párrafo de la nota de prensa del departamento de


Salud se describen "las características" de la sexualidad de los
jóvenes. También es importante estudiar otras características,
descritas por investigadores, como el hecho de que un adolescente,
aunque biológicamente esté preparado para tener relaciones
sexuales, no necesariamente lo está desde el punto de vista
psicológico, de la madurez cognitiva y de la interacción social (Bacon
JL, Curr Opin Obstet Gynecol, 2000; 12:345-347). Esto debe tenerse
en cuenta a la hora de realizar campañas que, en el fondo, incitan a la
sexualidad sin preocupaciones ni responsabilidad con tal de usar
preservativos. Cabe destacar que en otro trabajo publicado por
Churchill y colaboradores, se llama la atención sobre el hecho de que
la gran mayoría de las adolescentes que se quedaban embarazadas
precozmente ya habían acudido, en el año anterior, a los servicios
sanitarios para recibir información anticonceptiva (Churchill D y cols.,
BMJ, 2000;321:486-9). El estudio también afirma que entre las
adolescentes que abortaban era más frecuente haber recibido la
píldora postcoital con anterioridad. Estos datos nos sugieren que la
falta de información quizás no sea la única causa de nuestros
problemas, ni la información y distribución de preservativos sea la
solución efectiva que acabará con ellos. Respecto a la efectividad de
dar preservativos a los hijos, "porque de todos modos es probable
que acabe teniendo relaciones sexuales", otro trabajo de
investigación sugiere que esto puede asociarse a más embarazos
imprevistos, más enfermedades de transmisión sexual y al inicio más
precoz de relaciones sexuales; es decir, podría tener el efecto
contrario a lo que se pretendía (Jaccard J y col., American Journal of
Public Health, 2000; 90: 1426-1430).

104
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Destrucción de un ser
En cuanto a la píldora postcoital, caben también varios
comentarios. Se dice que no es abortivo sino anticonceptivo porque
"su acción se basa en impedir la implantación del óvulo fecundado y
no exclusivamente en destruir el óvulo ya implantado...". Si se afirma
"y no exclusivamente" quiere decirse que este mecanismo de acción
abortivo también existe. Pero además, atendiendo al hecho biológico
de que una vida comienza en el momento de la fecundación, si se
impide la implantación del óvulo fecundado, el resultado es la
destrucción de un nuevo ser al no poder implantarse para seguir su
desarrollo normal. La literatura científica, una vez más, nos arroja
algo de información al respecto y, según el estudio de Grou y
colaboradores, el efecto antiovulatorio (propiamente anticonceptivo)
de esta píldora se da solamente entre el 21% y el 33% de los casos, y
la gran mayoría de las veces en que hay fecundación inhibe la
implantación, por lo tanto es abortivo (F Grou, Am J Obstet Gynecol,
1994).

Por último, tenemos que volver a hablar de la supuesta


eficacia del preservativo ya que el departamento de Salud manifiesta
que se debe recurrir a la píldora postcoital sólo si éste ha fallado; y
añade: "lo que estadísticamente no es frecuente". Es obvio que si el
fallo del preservativo no fuera estadísticamente frecuente se
clasificaría como un método muy seguro para evitar embarazos y/o
infecciones. Los manuales sobre tecnología anticonceptiva, editados
por la Organización Mundial de la Salud, clasifican los métodos
anticonceptivos en tres grupos, "muy eficaces", "eficaces", y por
último, "moderadamente eficaces".

La efectividad del preservativo se incluye dentro del tercer


grupo, luego no es tan estadísticamente infrecuente el fallo. ¿No
deberían saber esto los potenciales usuarios del preservativo? Sin
negarles su buena voluntad, las autoridades sanitarias harían bien en
considerar el concepto de "tasa reproductiva de una infección"
(llamado "Ro"). Permite calcular la probabilidad de transmisión de
una ETS teniendo en cuenta varios factores simultáneamente, tales
como la efectividad del preservativo, la duración de la infectividad, el
número de relaciones sexuales que tiene un sujeto en un tiempo
determinado y el número de personas diferentes con quien tiene
dichas relaciones. El conjunto de estos datos permite entender cómo
es posible que una persona acabe infectándose o quedándose

105
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

embarazada, a pesar de que use el preservativo y de que su


protección relativa sea de un 80% (cifra aparentemente alta).

Si una campaña poblacional da una falsa idea de seguridad y


no consigue implantar el mensaje de la abstinencia o de la
importancia de evitar la promiscuidad, acaba aumentando,
paradójicamente, la tasa de reproductividad de una infección. Dicho
de otra manera, si juegas mucho a la lotería, te acaba tocando,
aunque en cada jugada exista una reducción del 80% de la
probabilidad de que te toque y ésta es la razón por la cual muchos
cuestionan la efectividad de estas campañas poblacionales
indiscriminadas. De hecho, junto con el aumento de la utilización de
los preservativos asistimos también al aumento de la transmisión
heterosexual del sida y no a su eliminación, como cabría esperar
(Johnson AM, y cols., Lancet, 2001; 358: 1835-42).

A nadie escapa que las cuestiones que nos traemos entre


manos no son nada sencillas. Es evidente que a veces encontramos
estudios científicos contradictorios sobre un mismo asunto y eso es
característico de las ciencias de la salud. Sin embargo, cuando varios
estudios sugieren lo mismo, es importante, al menos, valorarlos con
serenidad antes de aplicar medidas que son demasiado sencillas para
que nos las creamos y cuya efectividad está en entredicho.

Lo más importante, sin duda, es que cada cual actúe


libremente, pero es fundamental hacer un esfuerzo crítico a la hora
de informar a la población. Los ciudadanos esperamos que esta
campaña del departamento de Salud no se limite a ser, como en
otros lugares, una campaña con mucho ruido y muchos medios
(publicitarios, mediáticos e informáticos), que dan la impresión de
que "se está haciendo algo importante", a la vez que menosprecian la
valoración objetiva y científica de su efectividad real. Tengamos más
imaginación, no olvidemos que estamos hablando, en realidad, de la
salud de nuestros jóvenes.

106
El Preservativo
Oscar Fernández Espinosa de los Monteros

De un tiempo para acá mucho se ha escrito tratando de encontrar la


verdad al respecto; sin embargo siempre queda la inquietud, el
prurito, de seguir como vamos o de cambiar la estrategia. El condón y
el SIDA, dos realidades que han ido de la mano, pero sin poder
precisar si afortunada o desafortunadamente.

1 El SIDA: propagación y campañas pro-condón

El 20 de mayo de 1983, los investigadores Francois Barré-Sinoussi,


Jean-Claude Chermann y Luc Montagnier, del Instituto Pasteur de
París, firmaban un artículo en la revista americana “Science” en el
que anunciaban haber aislado el virus que provocaba una misteriosa
enfermedad que apenas empezaba a conocerse. Actualmente mucho
hemos escuchado del SIDA, y si no todos sabemos lo mismo sobre
esta enfermedad, hay algo que la gran mayoría conoce y comparte:
“quien enferma de SIDA, está condenado a una muerte más próxima
de lo esperado” [1].

Se trata de una enfermedad provocada por un virus llamado Virus de


Inmunodeficiencia Humana (VIH o HIV en inglés), que destruye el
sistema inmunológico del cuerpo humano; el lapso de tiempo entre
el cual el HIV entra al organismo y el período llamado SIDA, en que
aparecen sus manifestaciones, tiene un promedio de
aproximadamente 10 años.

Las cifras que se manejan en las vías de transmisión del SIDA son:
87.5% por contacto sexual; transfusión sanguínea 12%; transmisión
perinatal 1.4% [2].

Hasta 1999, se conocían 33.6 millones de infectados (17.6 hombres,


14.8 mujeres y 1.2 niños) y han fallecido desde el inicio de la
epidemia 16.3 millones de personas (6.5 hombres, 6.2 mujeres y 3.6
niños) [3].

La Dra. María de la Luz Casas realiza el siguiente análisis del SIDA [4]:
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

En México, cada once meses se duplica su número, y se calcula que


por cada caso declarado, existen de 60 a 100 portadores de SIDA
todavía asintomáticos que transmiten la enfermedad. En nuestro país
la principal vía es la sexual: ocupa 91.1% en hombres y 55.8% en
mujeres. La práctica homosexual es una conducta propensa a la
transmisión en un 300% más que la vía vaginal, ya que el recto es una
zona vascularizada con mucosa de absorción; la violencia traumática
de ese tipo de relaciones favorece los desgarres y existe un elevado
número de relaciones con personas diversas. En México, la principal
vía de transmisión sexual en mujeres es el contagio con su pareja
estable (esposo o concubino) quien, siendo infiel, lleva la infección a
su esposa. La homosexualidad y bisexualidad masculina, constituye la
principal forma de transmisión en nuestro país. Respecto a las
transfusiones de sangre, en México es muy bajo, 6.6% acumulado
hasta 1998. La transmisión materno-fetal se produce durante el parto
y la lactancia. No existen datos de que el embarazo tenga efectos
significativos en la enfermedad de la madre, y sólo entre el 10 y el
15% de los casos se presenta la enfermedad en los hijos de madres
seropositivas. No existen pruebas de transmisión a través de
alimentos, saliva, heces, agua, aire, picaduras de insectos, por toser o
estornudar. Para que exista transmisión es necesario que el virus
pase a la otra persona en cantidad suficiente y que exista un contacto
íntimo a través de la sangre, el semen, los fluidos vaginales o la leche
materna. Se concluye, por tanto, que no hay riesgo de infección por
convivir con infectados en la escuela, el trabajo o la familia [5].

Aun cuando la población tiene la información sobre la gravedad, las


vías de contagio y los métodos preventivos, la propagación del SIDA
se está extendiendo. En la actualidad no existe ningún tratamiento
efectivo contra esta enfermedad. Para evitar el aumento de casos, se
han desplegado campañas por parte de los gobiernos en las que se
propone como la mejor solución, la de prevenir el contagio por
medio del uso del condón. Se dice que es el único capaz de evitar la
transmisión [6].

Algunas marcas lo anuncian en sus envases como: auxiliar en la


prevención del contagio del SIDA (evitex); auxiliar en la prevención de
enfermedades sexualmente transmisibles (profam); ayuda a prevenir
las enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el SIDA (trojan).

El Sistema Nacional de Salud lo señala como el único método que

108
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

contribuye a la prevención de enfermedades de transmisión sexual,


incluyendo el SIDA [7].

Folleto: LA MUJER Y EL HIV-SIDA, de la SSA y CONASIDA:

Puede entrar a nuestro cuerpo al tener relaciones sexuales con una


persona infectada y mediante el intercambio de líquidos corporales
(semen, líquido preeyaculatorio, flujo vaginal o sangre cuando
existen heridas en la piel); a través de transfusiones de sangre
contaminada y, finalmente por contagio directo de la madre
infectada al bebé durante el embarazo o en el momento del parto. La
manera de evitar el contagio en las relaciones sexuales es que la
pareja use siempre el condón.

Folleto: ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL (SSA):

Use el condón o preservativo en toda relación sexual extramarital. Si


cambia la forma usual de hacer el amor con su pareja, es posible que
adquiera una infección.

2 Mitos y Realidades

MITO 1. El preservativo proporciona sexo seguro contra el SIDA

REALIDAD. Este mito se ha difundido desde hace años; sin embargo,


también de tiempo atrás, ha sido demostrada su ineficacia. Y si lo que
se muestra a continuación es verdadero, es posible atribuir a los
condones la desastrosa propagación de enfermedades de
transmisión sexual, incluido, claro está, el SIDA.

En 1987, la FDA (Food and Drug Administration) empezó a usar una


prueba de pérdida de agua, en la que “el preservativo se llena con
300 ml de agua y se verifica si pierde” (...) “tienen un nivel de calidad
aceptable cuando, en cualquier lote dado, la tasa de fallo por
permeabilidad al agua no excede cuatro preservativos por 1000. Los
lotes que exceden este criterio específico de rechazo son retirados o
excluidos de la venta. Entre los lotes de preservativos que tenían un

109
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

nivel de calidad aceptable, la tasa de fallos observada estaba en el


2.3/1000”. Ya en febrero de 1988, un estudio reveló que el fallo
global de todos los lotes era del 12%, y hubo 16 rechazos de
preservativos defectuosos [8]. Posteriormente fueron rechazadas las
marcas “Ramses Extra Strength”“ (marzo de 1991) debido a
“cantidad inaceptable de orificios y fisuras del anillo” [9]. “Saxon Wet
Lubricated” (mayo de 1991) por no pasar el control de calidad de la
FDA [10], y otro rechazo numeroso fue citado por The New York
Times en noviembre de 1991.

En México, un reportaje sobre la calidad de los condones incluyó 26


marcas, tanto importadas como nacionales, llegando a las siguientes
observaciones:

Defectos visibles. Se llevaron a cabo análisis para verificar la


inexistencia de defectos tales como: orificios, rasgaduras, roturas,
escurrimientos de material, partes débiles, bordes distorsionados,
etc. Se encontró que las marcas Sheik Elite, Ramses Sensitol y Trojan
Plus tenían una calidad regular.

Orificios no visibles. El análisis consistió en llenar el producto con


agua para corroborar que después de manipularlo por un tiempo
específico, aquel no presentara fugas. Bajo ese patrón de calidad
resultó que las marcas Therso, Flash, Cowboy Studded y Sheik Elite
Ribbed tuvieron una calificación de regular y las marcas Everything y
Sico Sensitive el resultado fue deficiente [11].

En Estados Unidos retiraron del mercado la marca “Avanti” después


de estar disponibles en las farmacias durante más de cuatro años, al
encontrar un índice de error del 14%, mientras que los fabricantes
admitían fracasos inferiores [12].

¿Cuál es la tasa de fallos admitida en los condones que se venden en


México?, ¿qué sucederá con los que salen de ese límite y continúan a
la venta?, ¿quién responde por ellos? ¿qué se puede dar a cambio del
contagio por fallas en el condón? En las empresas, el límite de
rechazo permitido es de partes por mil, en este caso ¿de cuánta
efectividad estamos hablando para efectos del SIDA? ¿sigue el
criterio norteamericano de los años ochenta, de que los condones
tengan un nivel de calidad aceptable cuando, en cualquier lote dado,

110
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

la tasa de fallo por permeabilidad al agua no excede cuatro


preservativos por 1000?

El HIV es un disco de 0.1 micras de diámetro. Los tests eléctricos de


permeabilidad de los preservativos sólo son capaces de localizar
agujeros de entre 10 y 12 micras, es decir agujeros unas 100 veces
más grandes que el virus del SIDA. Más importante aún para la
transmisión del virus es el descubrimiento de pasillos que comunican
el interior y el exterior del preservativo con un diámetro cinco veces
mayor que el HIV. Naturalmente, la presencia de los agujeros por
donde se pueda colar el virus del SIDA, no significa necesariamente
que lo haga. Por ello, la mejor manera de comprobar la seguridad
que ofrecen los preservativos ha sido un estudio sobre la frecuencia
de la transmisión del virus entre las parejas heterosexuales ‘HIV-
discordantes’, es decir, en las que sólo uno de los miembros es
seropositivo. Los resultados han demostrado que el uso del
preservativo reduce sólo en un 69% la posibilidad de contraer el SIDA
[13].

La prueba de la permeabilidad ha demostrado que el látex no es


impermeable a las partículas del VIH [14]. Los guantes quirúrgicos de
látex, necesarios para el control de la infección, a menudo son
permeables: no es raro encontrarse sangre en manos, y la solución
práctica es llevar dos pares de guantes. Alguna realidad indicará que
se utilicen guantes especiales o dobles, en la atención de enfermos
contagiados de SIDA. Si esto se realiza para dar protección al cirujano
y al enfermo ¿cómo se pretenderá ofrecer la misma seguridad en un
preservativo que intenta la máxima sensibilidad? Definitivamente
esta técnica no parece práctica ni aceptable con los preservativos
[15].

Por algo la Oficina Suiza de Información sobre el SIDA ha declarado


que suponer que los preservativos ofrecen una protección fiable
contra el HIV es una peligrosa ilusión [16].

¿No sería necesario que esta información se diera a conocer? Sin


embargo lo que se transmite son abundantes declaraciones de fe en
los preservativos.

En 1991 dieciocho pacientes se infectaron con hepatitis B en dos


hospitales del sistema UCLA (The New York Times, 22-III-94). Cuando

111
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

todos ellos contrajeron la enfermedad a lo largo de diez meses, las


investigaciones detectaron un único cirujano que había tomado parte
en todas las operaciones. Se comprobó que el virus era idéntico a la
cepa única que provocó hepatitis en todos los pacientes. Ningún
error en la técnica quirúrgica pudo explicar el contagio
aparentemente producido durante la cirugía. Resultó que el proceso
de hacer nudos durante una hora, en una operación simulada, hizo
que el cirujano tuviera los dedos lastimados, al igual que después de
las intervenciones reales. La teoría fue que las partículas virales
pasaron la herida a través de los poros en los guantes aparentemente
intactos [17].

Ciertamente el riesgo de contagio con virus de la hepatitis B es mayor


que con el VIH, sin embargo, ¿quién garantiza que no puede suceder
con el virus del SIDA?

En un desplegado que se titula “Derechos fundamentales de las


personas que viven con VIH/SIDA” dice en el punto nº 2: “No estás
obligado a someterte a la prueba de detección de anticuerpos del VIH
ni a declarar que vives con VIH o que has desarrollado SIDA”. Firman
Conasida, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Grupo de
Intervención Social en SIDA y Defensa de Derechos Humanos A.C.
(GIS-SIDA), Mexicanos contra el SIDA (MCSC) y Pro Salute Novi
Mundi.

¿Cómo se ve esto después de conocer el caso de la Hepatitis B? A


diferencia del desplegado, algunos abogados han promovido
sancionar con cárcel al que, sabiéndose infectado del virus, tenga
relaciones sexuales con otra persona sin advertírselo previamente
[18]. No hay que pasar por alto que en esta situación se puede ubicar
incluso un matrimonio.

En cuanto al sexo anal. “A causa del mayor roce durante la relación


anal, los preservativos deben ser más fuertes de lo normal” afirma un
estudio sobre seguridad y aceptabilidad de los preservativos por
hombres homosexuales. Cuanto más seguro (más grueso) es el
preservativo, menor es su aceptación [19]. Además, la tasa de fallos
en el sexo anal es mucho más alta que en el sexo vaginal ya que,
anatómica y fisiológicamente, el recto y la vagina no son homólogos
[20].

112
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

MITO 2. Promover el uso adecuado del condón para evitar


enfermedades sexuales

REALIDAD. Sobre el uso de preservativos existen diferentes estudios


que arrojan resultados diversos, pero en ninguno de ellos se percibe
una tendencia favorable a su uso.

Es bien conocido que los preservativos se rompen y se resbalan.


Existen dos estudios controlados de Trussel et al. que informan de
frecuencias de rotura y de deslizamiento del 14.6% [21]. En el primer
estudio, los autores resumen: “Un estudio prospectivo empleando
dos marcas de preservativos encontró que, de 405 preservativos
empleados para las relaciones sexuales, el 7.9% o se rompió durante
las relaciones o al retirarse, o se resbaló durante las relaciones;
ninguno de estos hechos está relacionado con el tipo de preservativo.
El 7.2% se resbaló al retirarse; no se encontró relación entre el
deslizamiento del preservativo y su marca o el uso anterior de
preservativos, pero era significativamente más alto cuando se usó
algún lubricante adicional” [22].

El segundo estudio apareció en la revista Family Planning


Perspectives: “Los investigadores observan que la alta frecuencia con
que los preservativos se resbalan y se caen al retirarse (17%) indica
un alto nivel de uso inadecuado. Puede ser difícil de conseguir un
mejor empleo, pues todas las mujeres que participaron habían
recibido instrucciones escritas y verbales sobre su manejo” [23].

Según la Revista de Morbilidad y Mortalidad (enero de 1992), menos


del 50% de los estudiantes usaron un preservativo durante sus
últimas relaciones sexuales [24].

Un obstáculo serio para que los adolescentes utilicen condón reside


en que, frecuentemente, sus relaciones sexuales tienen lugar a raíz
de un impulso repentino [25].

Los preservativos “pueden ayudar a reducir el peligro” si se usan


correctamente, pero esto no es lo más probable entre adolescentes:
estudios entre universitarios han mostrado que, aunque están
preocupados por el riesgo de adquirir una ETS (Enfermedad de
Transmisión Sexual) y conocen las técnicas para un “sexo más

113
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

seguro”, pocos las siguen. Sólo el 23% usa preservativos “siempre”


[26]. Incluso entre varones homosexuales jóvenes, sus percepciones
sobre la severidad de la enfermedad parecen tener poco impacto en
su conducta sexual, y no existe una relación clara entre su
conocimiento del SIDA, su número de relaciones sexuales recientes,
su uso del preservativo o su participación en relaciones sexuales
anales o casuales [27].

Los hemofílicos y sus esposas ciertamente constituyen un grupo


especial. Un grupo grande de estas parejas, usualmente de relaciones
estables y monógamas, fueron aconsejados sobre las técnicas para
un “sexo más seguro”. A pesar del riesgo obvio, el incumplimiento
fue un problema común, y alcanzó una frecuencia del 45-55% [28].

La Teoría generalmente aceptada para justificar la distribución de


condones entre adolescentes es que los protegerá de embarazos y de
la infección del HIV si escogen ser sexualmente activos. En la vida real
el manejo de los condones en adolescentes es un desastre.

El empleo de preservativos requiere planificación y motivación. Los


adolescentes, inmaduros, impulsivos y arriesgados, que buscan la
satisfacción inmediata, no parecen buenos candidatos para adquirir y
practicar esas cualidades [29].

Especialmente resulta imposible lograrlo cuando la propaganda a


favor de la liberación sexual va encaminada precisamente a la falta
de disciplina. Por un lado se promueve el uso del condón, pero se
cree y se cuenta (no se sabe por qué) con la autodisciplina del
adolescente. Es como meter todo el acelerador en materia sexual,
pero a la vez con el freno puesto hasta el fondo: uno y otro
incompatibles.

MITO 3. Si tú no quieres usar el condón, no lo uses, pero no te


opongas a que se difunda

REALIDAD. Las actuales campañas a favor del uso del condón, evitan
reflexionar sobre el comportamiento, e invitan a continuar con
conductas peligrosas, con slogans como: “el preservativo salva vidas”,
“porque te quiero me cuido”, “usar preservativo es ser responsable”,
“el SIDA ataca sin distinción, tú puedes ser el próximo”. Dicen: “el
preservativo salva vidas”. Sin embargo la ciencia demuestra que no

114
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

es 100% seguro. Si es ineficaz para evitar los embarazos en el 12% de


los casos y el virus del SIDA es menor que la cabeza de un
espermatozoide, ¿cómo podrá evitar el contagio? Además, en
relación al porcentaje de ineficiencia, habrá que tener en cuenta que
la fecundación sólo es posible en unos cuantos días al mes, mientras
que el SIDA se puede contagiar en cada relación sexual. Otro slogan
sugiere: “porque te quiero me cuido”; pero ¿de qué hay que
cuidarse?, ¿de protegerse utilizando el preservativo cuando se está
siendo infiel al cónyuge? Si de verdad se quiere a la pareja, le será
fiel; y si se es fiel, no hay de qué cuidarse. Lo único efectivo para
evitar el aumento de la enfermedad es transformar el “porque te
quiere me cuido” en “porque te quiero te soy fiel”. Se afirma: “usar
preservativo es ser responsable”; pero, ¿qué es la responsabilidad?
La capacidad de responder por nuestros actos y sus consecuencias. Es
incompatible hablar de responsabilidad con aconsejar: “haz lo que
quieras, disfruta el momento, sólo ¡cuídate!” [30].

También se dice: “tú puedes ser el próximo, el SIDA ataca sin


distinción”. Efectivamente, el SIDA puede contagiarse a cualquiera,
sobre todo al estar tan propagado por quienes no supieron guardar la
abstinencia y la fidelidad; sin embargo, continúan siendo los mismos
grupos de riesgo a quienes ataca preferentemente.

Las conductas de riesgo están constituidas por homosexualidad,


drogadicción [31], relaciones heterosexuales promiscuas y
prostitución. Mientras perduren estas conductas, no habrá
desaparecido la posibilidad de contagiarse, y al favorecer el uso de
preservativos -dada su ineficacia-, aumenta el número de personas
dentro de los grupos de riesgo, por lo que crece también la
posibilidad de contagio. Por tanto la prevención mediante
preservativos no es eficaz al no modificar las conductas de riesgo.

Se promueve el preservativo, su uso y efectividad (como una


“solución” que permite continuar las conductas de riesgo), y con ello
se estimula una determinada facilidad para las relaciones sexuales.
En la persona que arraigue el hábito, cualquier estímulo erótico
tendrá más capacidad de suscitar en él una respuesta sexual. Por
tanto, propiciar su uso, multiplica la probabilidad de que el usuario
establezca más relaciones sexuales potencialmente contagiosas [32].

115
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Si el preservativo falla hasta el 12% para evitar el embarazo, ¿cuánto


será para el SIDA?

El contagio, al cabo de un año, va del 10 al 27% en quienes se


comprometieron a usarlo siempre [33].

Ahora bien ¿existe alguna publicación confiable que muestre la


correlación entre el uso del preservativo y la prevención de
transmisión sexual del VIH? Ciertamente hay declaraciones de fe en
los preservativos, pero ningún estudio controlado de uso del condón
afirma que proteja contra enfermedades de transmisión sexual.

Utilizar el preservativo en una relación sexual con un usuario de


drogas intravenosas, un hombre bisexual, o una prostituta es más
peligroso que mantener relaciones sexuales sin preservativo con
alguien que no pertenece a un grupo de alto riesgo.

Se han obtenido conclusiones similares estudiando la frecuencia de


reinfección de pacientes tratados de ETS, que habían sido instruidos
en el uso de preservativos. El 19.9% de los varones y el 12.6% de las
mujeres estuvieron reinfectados después de un periodo de sólo 9
meses [34].

Un estudio detallado y estadísticamente exhaustivo llevado a cabo


por Susan C. Weller, de la Facultad de Medicina de Galveston,
Universidad de Texas, y publicado en Social Science and Medicine,
después de examinar 87 artículos científicos, concluye que la
selección cuidadosa de compañeros sexuales reduce el riesgo por un
factor de dos a cuatro órdenes de magnitud. Los preservativos, en
cambio, suponiéndoles una efectividad del 90%, reducirían el riesgo
sólo en un orden de magnitud, según su análisis de los datos
empíricos, su efecto protector debe estimarse como sólo del 69%
[35].

Desde el punto de vista epidemiológico, la prevención siempre es


más eficaz cuando se aborda en los primeros estadios. En el caso del
SIDA es necesario prevenir con total seguridad, mediante un cambio
de las conductas de riesgo. No vale una prevención parcial ante una
enfermedad mortal e incurable, pues mientras persistan
comportamientos que favorecen la transmisión del virus,

116
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

aumentarán los infectados, y crecerá la enfermedad. En este sentido,


el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (CDC) ha declarado
repetidamente: “Las únicas estrategias totalmente efectivas para la
prevención del SIDA son la abstinencia o la relación sexual con una
pareja mutuamente fiel y no infectada”. Declaración recogida por la
OMS, Food and Drug Administration (FDA) y la mayor parte de las
asociaciones médicas del mundo. El Grupo operativo de los Servicios
Preventivos de Estados Unidos publicó la “Guía de actividades en la
práctica médica”, y ahí señala: “las estrategias más eficaces para
prevenir la infección por VIH y otras enfermedades transmitidas
sexualmente son abstenerse del sexo o mantener una relación sexual
monógama, mutuamente fiel, con una pareja que se sabe que no
está infectada” [36].

El problema de fondo es el planteamiento. Se parte de la premisa de


la imposibilidad de vivir la abstinencia y la fidelidad, y por lo tanto, se
apuesta al uso del preservativo como el medio más adecuado para
enfrentar la transmisión de enfermedades infecciones. La revolución
sexual ha implicado a los jóvenes, que llegan a ser sexualmente
activos anticipadamente, llevando consigo promiscuidad,
enfermedades de transmisión sexual, aumento del número de
embarazos y niños nacidos fuera del matrimonio, que crecen en un
ambiente lleno de carencias afectivas.

MITO 4. No es posible ni conveniente cerrar los ojos a la realidad, si


de todas formas van a tener relaciones sexuales, es preferible que
usen el condón para evitar el contagio de Enfermedades de
Transmisión Sexual (ETS) y el SIDA

REALIDAD. Samuels halló que los estudiantes universitarios usuarios


de preservativo tenían una tasa de infección del 35.7%, y los no
usuarios del 37%, diferencia que no es estadísticamente significativa
[37].

Un informe del Instituto Alan Guttmacher, afirma que la incidencia de


ETS en los Estados Unidos es de 12 millones de casos nuevos por año
y, de estos, 3 millones, 25%, se dan en personas menores de 25 años.
Las ETS afectan desproporcionadamente a las mujeres, produciendo
la enfermedad inflamatoria pélvica (PID), infertilidad y embarazos
ectópicos, y haciendo a estas mujeres mucho más susceptibles a el
SIDA [38].

117
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

“Las personas con una ETS que produzca ulceraciones genitales o


anales (sífilis, chancro blando, herpes simple) puede, por razones
biológicas, tener un riesgo mayor de adquirir y transmitir la infección
por VIH” [39].

Para complicar las cosas, el 80% de estos pacientes no sabe que tiene
una ETS, y puede transmitirla sin darse cuenta [40].

Si, por otra parte, fuera posible desarrollar programas que


convirtieran el alto riesgo en bajo riesgo, y el bajo riesgo en ningún
riesgo. El primer programa de este tipo, denominado “Posponer las
relaciones sexuales” comenzó en Atlanta en 1983. “Al final del 8°
grado, los estudiantes que no habían participado en el programa
tenían cinco veces más probabilidades de haber empezado su
actividad sexual que quienes habían seguido el programa” [41]. Se
han desarrollado otros programas similares, como el plan
“Community of Caring” [42] de la Fundación Joseph Kennedy. “Teen
Aid” [43], “Sex Respect” [44], “Teen Choice” [45] y “Free Teens” [46].

Estos programas han mostrado notable efectividad para reducir la


tasa de actividad sexual y embarazos, resultados que no son
observables en ninguno de los que se han basado en contraceptivos.
Y, los programas que subrayan la abstinencia, pero que también
proporcionan preservativos como una especie de salvavidas, no han
sido tan efectivos como los que se apoyan exclusivamente en la
abstinencia [47].

Un estudio realizado por el Medical Institute for Sexual Health


presentó pruebas de que el actual modelo público designado para el
embarazo en adolescentes está fallando, y que la abstinencia es el
método más efectivo para evitar la transmisión de enfermedades
sexuales. El informe “Construyendo futuros saludables: herramientas
para ayudar a los adolescentes a evitar el inicio de su actividad
sexual”, presenta también la primera revisión intensa de los estudios
que evalúan el modelo educativo de la abstinencia, rescatando
“programas que enseñan exclusivamente que la abstinencia afecta
positivamente la conducta sexual”. Según el Presidente y fundador
del Instituto Médico, Joe S. Mcllhaney, “Construyendo futuros
saludables” es una “explicación de lo que es y no es trabajar en la
lucha por proteger a los niños de las epidemias transmitidas por

118
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

infecciones sexuales y embarazos prematrimoniales”. “Cada día en


Estados Unidos, 8 mil adolescentes contraen infecciones transmitidas
sexualmente”. Uno de cada cuatro de los 15 millones de individuos
que contraen enfermedades sexuales cada año son menores de 20
años. El estudio muestra también que el 60 por ciento de las mujeres
con actividad sexual son infectadas con el virus papilloma (HPV), que
causa casi el 90 por ciento del cáncer de cerviz, y que cada año, cerca
de 900 mil adolescentes quedan embarazadas en Estados Unidos.
Asimismo, se informa que un buen porcentaje de las madres
adolescentes no se llegan a graduar, y que los hijos de madres
adolescentes son 2.7 veces más propensos a pasar algún tiempo de
prisión [48].

Según el Family Research Council (FRC), cada año mueren cinco mil
mujeres estadounidenses por cáncer cervical sin saber que este mal
se desarrolla a partir del HPV, enfermedad que se ha convertido
contraído por vía sexual. “La mujeres necesitan saber que los
preservativos no las protegen del HPV, hoy convertido en la principal
enfermedad de transmisión sexual en el país”, indicó Janet Parshall,
vocera del FRC. Parshall afirmó que “conocemos la causa del cáncer
cervical y sabemos cómo puede ser previsto”, y que “la última
evidencia científica vincula al 99 por ciento de casos de cáncer
cervical al HPV. Por eso, si podemos detener la difusión del HPV, que
actualmente afecta a unos 24 millones de personas, podremos
reducir el número de casos de cáncer cervical en el país. “Desde que
se descubrió la innegable relación entre el acto de fumar y el cáncer
al pulmón, los sectores público y privado han trabajado juntos para
educar al público al respecto. Ahora que conocemos esta otra
relación, deberíamos lanzar una campaña similar”, indicó Parshall.
Según la vocera, “por mucho tiempo las organizaciones de salud han
ignorado los devastadores efectos del HPV y han promovido los
preservativos como ‘sexo seguro’. Este país enfrenta una epidemia de
HPV y se pierden vidas de mujeres como consecuencia de ella. Las
mujeres necesitan saberlo” [49].

3 Posición de la Iglesia

En los medios de comunicación frecuentemente se critica a la Iglesia


por oponerse al uso del preservativo y con ello -se dice-, la detención
del contagio del VIH.

119
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Siendo verdadera esta oposición al condón por tratarse de un medio


anticonceptivo, sin embargo, ninguno de sus múltiples promotores se
ha atrevido a dar el dato de cuál es la efectividad real del
preservativo como medio para evitar el contagio, sino que simple y
sencillamente se acepta su eficacia como un dogma de fe.

Menos aún se discute si la estrategia seguida hasta el momento ha


dado los resultados positivos esperados.

Y, por si lo anterior no fuera suficiente, tampoco comentan que la


asistencia a los enfermos de SIDA en el mundo es cubierta en casi
una cuarta parte del total por los agentes sanitarios católicos [50].

La directriz que la Iglesia ha marcado respecto al uso del preservativo


es básicamente la misma que la de cualquier anticonceptivo que
separa el aspecto unitivo del procreativo. pero esto se verá con
profundidad en un capítulo especial.

Al promover el condón como un anticonceptivo capaz de evitar -


aseguran-, el contagio de ETS incuido el VIH, se continúa con la
misma finalidad anticonceptiva y, por tanto, permanece en el mismo
status respecto a su calidad moral.

4 Conclusiones

Quienes ajustan su conducta sexual a la abstinencia antes del


matrimonio o fidelidad a la pareja no infectada, no necesitan del
preservativo.

Como el contagio está ligado a la conducta, sólo un cambio de


conducta puede impedir la propagación.

Las autoridades gubernamentales consideran imposible la fidelidad a


la pareja, pero suponen una lealtad sin falla al preservativo y una fe
ciega en su eficacia.

Cediendo, sin conceder, la efectividad del preservativo, ¿alguien


cuerdo tendría relaciones sexuales con un portador del virus
utilizando el preservativo? Esto sucede continuamente, sólo que sin

120
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

el conocimiento de que se esté infectado. De quienes creen en la


omnipotencia del preservativo, ¿alguno aceptaría una transfusión
sanguínea de un homosexual que declarara practicar el sexo seguro?

Los preservativos se siguen promoviendo y fabricando, se ofertan y


se compran. Lo que llama la atención es que las autoridades
continúen recomendado su uso, en lugar de dirigir la campaña contra
el SIDA basada en una educación responsable, en la abstinencia y la
fidelidad conyugal.

Un persona puede usar el condón pensando continuamente en el


contagio. Puede también apartarse del mal uso del sexo pensando
continuamente en la conveniencia de abstenerse y ser fiel a su
pareja. Se discute cuál es el modo más razonable y aun cuál es el más
eficiente. Pero, seguramente. Pero seguramente no se discutirá cuál
es el más sano.

Ante la pregunta de si el condón ¿previene realmente el SIDA?, se


puede responder que la intención puede ser fascinante, pero que
continúa siendo intención.

Los partidarios del uso del preservativo plantean también lo


siguiente: “para quien de todas formas va a tener relaciones sexuales
es preferible utilizar el condón que no hacerlo. Es como un barco -
dicen- que lleva salvavidas, aunque no deseen hundirse”. De acuerdo,
son como los salvavidas de los barcos, nada más que esos barcos
tienen la manía de divertir a sus pasajeros navegando siempre en
zona de icebergs.

Ser seropositivo cambia la vida de la persona, su familia y entorno


social; ya nada es igual porque ha contraído una enfermedad mortal
y transmisible. Por tanto:

1° Es preferible invertir en campañas que hagan cambiar los malos


hábitos, este remedio es definitivo, el otro -querer implantar
costumbres que de antemano se conocen ineficaces-, es demencial.

2° El condón se promueve como un método eficaz para prevenir el


SIDA, y eso es una falsedad. Es necesario advertir a la sociedad del
porcentaje de efectividad real.

121
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

3° El impulso del preservativo no representa ninguna solución, antes


al revés, puede significar multiplicar el problema. Es más conveniente
promover la abstinencia y la fidelidad.

Citando la fuente y el nombre del autor, se autoriza la reproducción


de este artículo que forma parte del libro “SIN MIEDO A LA VIDA”:

* Si deseas conocer más acerca de este tema, comunícate


directamente con el autor del libro a la siguiente dirección de
internet: oscarf@altavista.net

Notas bibliográficas
--------------------------------------------------------------------------------

[1] SÁNCHEZ ESCOBAR, Lic. Eberto, directamente al autor.

[2] Cfr. MELGAR, Ivonne, “Alertan a jóvenes contra el SIDA” en periódico EL NORTE,
Monterrey, México, 1-XII-98.

[3] Cfr. “Mueren 2.6 millones por el SIDA en 1999”, en periódico EL NORTE,
Monterrey, México, 24-XI-99.

[4] Médico Cirujano (UNAM) en especialidad en Docencia (UNAM), Hematología


(IPN) y maestría en Bioética (Universidad Anáhuac). Médico a cargo de la consulta
de pacientes de SIDA en la UNAM (1986-1997). Profesora de Anatomía y Bioética
en la Escuela de Medicina, Universidad Panamericana.

[5] Cfr. CASAS, María de la Luz, “SIDA, una enfermedad que no muere”, en revista
ISTMO, n° 242, Mayo-Junio 1999, pp. 20 y 21.

[6] SÁNCHEZ ESCOBAR, Lic. Eberto, directamente al autor.

[7] Cfr. Diario Oficial de la Federación, Norma Oficial Mexicana NOM 005-SSA2-
1993, De los servicios de planificación familiar, del Lunes 30 de mayo de 1994,
México, p. 48, nº 6.7.1.1.1 y p. 49, nº 6.7.1.1.1.2.

[8] Cfr. CDC. Preservativos for Prevention of Sexually Transmitted Diseases. MMWR
1988; 37: 133-134.

[9] National Recall Alert center. Recall warning Alert n. 842 (preservativos). March
26,1991 p. 8.

[10] Recalls, an Update List. Good Housekeeping May 1991, p. 121.

[11] Cfr. “Calidad de condones”, en Revista del CONSUMIDOR, nº 228, México,


Febrero de 1996.

122
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

[12] Cfr. “Retiran unos condones que fallaban una vez de cada siete”, en EUROPE
TODAY, Bruselas, Bélgica, nº 160, 9-V-95, p. 6.

[13] Cfr. “El preservativo no siempre preserva”, en EUROPE TODAY, Bruselas,


Bélgica, nº 138, 22-XI-94, pp. 4 y 5 y WELLER, Susan C., A Meta-Analysis of Condom
Effectiveness in reducing sexually transmitted HIV, 1993.

[14] Cfr. CAREY RF, Herman WA, Retta SM, et al. Effectiveness of Latex Preservativo
As a Barrier to VIH Sized Particles under Conditions of Simulated use. Sex Transm
Dis 1992; 718: 230-234.

[15] Cfr. ALESSANDRI, Raul, M. D., Zelig Friedman, M. D., Liliana Trivelli, M.D,
Preservativos y VIH en adolescentes: una evaluación médica, Linacre Quarterly
1994 (agosto); 61: 62-74.

[16] Cfr. W. S. SCHERINER (Universidad de Zurich) y Dr. K. APRIL (Oficina Suiza de


Información sobre el SIDA), en “Zur Frage der Schtzwirkung des Kondoms gegen
HIV-Infektionem”, en Scheizersches Medizinesches Wochenschrift, 1990, 120: 972-
978.

[17] Cfr. GORBACH, Sherwood L., “Los pacientes y el peligro de que resulten
dañados”, en INFECTIOUS DISEASES IN CLINICAL PRACTICE en Español, Buenos
Aires, Argentina, abril de 1995, Vol. 3, nº 2, pp. 33 a 35.

[18] Cfr. GONZÁLEZ S., Lic. María Teresa, Lic. María del Rosario Martínez de Araque,
Lic. Sandra E. Carrasco de Ruiz, (A.L.D.E.S), “Conductas que se equiparan al
homicidio y a las lesiones graves por contagio del Síndrome de Inmuno Deficiencia
Adquirida” en reunión de consulta Modernización del Código Penal para el Estado
de Sonora, Hermosillo, México, 27-VIII-93.

[19] Cfr. WIGERSMA L, Oud R. Safety and Acceptability of Preservativos for use by
Homosexual Men as a Prophylactic against Transmission of VlH During Anogenital
Sexual Intercourse, Br Med J 1987: 295: 94.

[20] Cfr. ALESSANDRI, Raul, M. D., Zelig Friedman, M. D., Liliana Trivelli, M.D,
Preservativos y VIH en adolescentes: una evaluación médica, Linacre Quarterly
1994 (agosto); 61: 62-74.

[21] Cfr. ALESSANDRI, Raul, M. D., Zelig Friedman, M. D., Liliana Trivelli, M.D,
Preservativos y VIH en adolescentes: una evaluación médica, Linacre Quarterly
1994 (agosto); 61: 62-74. (Alessandri es patólogo en el Long Beach Memorial
Hospital desde 1986. El Dr. Friedman, es alergólogo. La Dra. Trivelli fue inspectora
de la Asociación Americana de Bancos de Sangre).

[22] TRUSSEL J, Warner DL, Hatcher R, et al. Preservativo Slippage and Breakage
Rates. Fam Plann Perspect 1992; 24: 20-23.

[23] Digest. Study Finds Low Preservativo Breakage Rate, ties most Slippage to
Improper Use. Fam Plann Perspect 1992; 24: 191.

123
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

[24] Cfr. Committee for Disease Control: Comité de control de enfermedades


infecciosas de Atlanta. Sexual Behavior Among High School Students, United States,
1990. MMWR 1992; 40: 885-887.

[25] Cfr. ALESSANDRI, Raul, M. D., Zelig Friedman, M. D., Liliana Trivelli, M.D,
Preservativos y VIH en adolescentes: una evaluación médica, Linacre Quarterly
1994 (agosto); 61: 62-74.

[26] Cfr. JOFFE GP, Foxman B, Schmídt A, et al: Multiple Partners and Partner
Choice as Risk Factors for Sexually Transmitted Disease Among Female College
Students. Sex Transm Dis 1992; 19: 272-278.

27] Cfr. KLEPINGER DH, Billy J, Tanfer K, Grady WR., Perceptions of AIDS Risk and
Severity and Their Association With Risk Related Behavior Among US Men. Fam
Plann Perspect 1993; 25: 74-82

28] Cfr. LAURIAN Y, Peynet J, Verroust f., VIH Infection in Sexual Partners of VIH
Seropositive Patients with Hemophilia. N Engl J Med 1989; 320: 183 y LUSHER JM,
Operskalski EA, Alerdot LM, et al., Risk of Human Immunodeficiency Virus Type I
Infection Among Sexual/non Sexual Household Contacts of Persons With
Congenital Clotting Disorders. Pediatrics 1991. 88: 242-249.

[29] Cfr. ALESSANDRI, Raul, M. D., Zelig Friedman, M. D., Liliana Trivelli, M.D,
Preservativos y VIH (Virus de inmunodeficiencia humana) en adolescentes: una
evaluación médica, Linacre Quarterly 1994 (agosto); 61: 62-74.

[30] SÁNCHEZ ESCOBAR, Lic. Eberto, directamente al autor.

[31] SERRANO, Rafael, “La difusión del SIDA sigue ligada a los “grupos de riesgo”“,
en ACEPRENSA, 154/95, Madrid, España, 20-XI-91.

[32] Cfr. POLAINO LORENTE, Aquilino, “SIDA: la prevención mediante la mejora de


hábitos”, en ACEPRENSA, 182/92, Madrid, España, 7-X-92

[33] Cfr. CASAS, María de la Luz, “SIDA, una enfermedad que no muere”, en revista
ISTMO, n° 242, Mayo-Junio 1999, p. 24.

[34] Cfr. COHEN DA, Dent C, MacKinnon D, et al., Preservativos for Men, Not
Women. Sex Transm Dis 1992;19: 245-251.

[35] Cfr. WELLER SC., A Meta-Analysis of Preservativo Effectiveness in Reducing


Sexually Transmitted VIH. Soc Sci Med 1993. 36: 1635-1644.

[36] Cfr. CASAS, María de la Luz, “SIDA, una enfermedad que no muere”, en revista
ISTMO, n° 242, Mayo-Junio 1999, p. 22.

[37] Cfr. SAMUELS S., Clamydia: Epidemic Among America”s Young. Med Aspects
Hum Sex 1989: Dec: 16-24

[38] Cfr. ARCHER William R II, (former) “Deputy Assistant Secretary for Population
Affairs”, in a letter to HC McCall, President, New York City Board of Education,
December 1992 y The New York Times, 31-III-93.

124
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

[39] MC CRAY E, Onorato IM., Sentinel Surveillance of Human Immunodeficiency


Virus Infection in Sexually Transmitted Disease Clinic in the United States. Sex
Transm Dis 1992; 19: 235-241

[40] Cfr. MCILHANEY Jr., JS: Safe Sex. A Doctor Explains the Realities of AIDS and
other STD”s Grand Rapids Michigan: Baker Book House, 1990

[41] Cfr. HOWARD M, Cabe JB., Helping Teenagers postpone Sexual Involvement.
Fam Plann Perspect 1990, 22: 21-26.

[42] Cfr. Community of Carin.g. Joseph P Kennedy Jr. Fnd. 1350 NYAv. Washington
DC. 20005.

[43] Cfr. Teen Aid. Me, My World and my Future. N 1330 Calispel, Spokane WA
99201

[44] Cfr. Sex Respect. Project Respect. PO Box 97 Golf lL 60029

[45] Cfr. Teen Choice. 6201 Leesburg Pike, Falls Church VA 22044

[46] Cfr. Free Teens. 7 Park Av. TW”estwood NJ 07675.

[47] Cfr. FUNDERBURK Patricia, (former) Director of the Office of Adolescent


Pregnancy Programs in the USA. Abstinence Education and Public Policy. Teaching
Abstinence in the Public Schools. Jacob Javits Convention Center New York NY.
September 19,1992. Funderburk is presently Director of Educational Services,
Americans for a Sound AIDS Policy.

[48] Cfr. “Abstinencia, lo más efectivo contra enfermedades de transmisión sexual”


en ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 4-IV-00.

[49] Cfr. “Nueva ley obligaría a fabricantes aceptar relación cáncer-preservativos”,


en ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 11-V-00

[50] Cfr. “SIDA, los católicos asisten a una cuarta parte de los enfermos”, en ZENIT,
http://www.zenit.org, 21-V-99

125
El mito del preservativo
Carlos Javier Alonso

“Hemos caído tan bajo, que atreverse a proclamar lo obvio se ha


convertido en el deber primordial de todo ser inteligente”,
(George Orwell)

Frecuentemente se omite en los medios de comunicación


social la falibilidad del preservativo tanto en la prevención de
embarazos como en la transmisión de ETS y –entre ellas- del VIH.
Estudios recientes recogen datos y opiniones de expertos que refutan
esta supuesta infalibilidad. Empecemos por analizar ciertos tópicos.

a) “El profiláctico es una barrera infranqueable”

El material de que está hecho el profiláctico es un tipo de plástico


denominado látex que no constituye una barrera infranqueable,
como a veces se dice.

1. Existen dos métodos para analizar la porosidad de los


preservativos: el test eléctrico y el test del agua. El test eléctrico para
condones no detecta los agujeros menores de 10 micras. En 1993, C.
M. Roland observó por el microscopio electrónico canales de 5 micras
(50 veces mayores que el virus) que traspasan el condón de parte a
parte. (El diámetro del virus de inmunodeficiencia humana es 0,1
micras (0,00001 milímetros); el del espermatozoide, 3 micras, es
decir, 30 veces mayor).

2. La Federal Drugs Administration de EE.UU. realizó en 1987 una


inspección de los condones que se vendían en los EE.UU., donde está
regulada la calidad de los condones desde 1976. Utilizaron el test de
agujeros al agua, que consiste en llenarlos con 300 ml de agua y ver
durante un minuto si perdían agua. Se consideró un nivel aceptable
de calidad un porcentaje de condones con agujeros menor o igual a
cuatro por mil, estudiándose 430 marcas con 102.000 condones, 165
fabricadas en EE.UU. con 38.000 condones, y 265 marcas extranjeras
con 64.000 condones. Los resultados fueron que no tenían un nivel
suficiente de calidad el 12 por ciento de las marcas de EE.UU. y el 21
por ciento de las marcas extranjeras.
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

3. El citado test de la Federal Drugs Administration descarta las


partidas de condones donde más de cuatro de cada mil ejemplares
tengan fugas de agua. (La mínima cantidad de agua visible a ojo son
1000 nanolitros (1 microlitro): si fuera esperma de un hombre
infectado por el VIH, podría contener 100.000 virus). Pues bien, en
1990, G. B. Davis y L. W. Schroeder descubrieron agujeros de 1 micra
en condones que habían pasado el test del agua: el 90 por ciento de
ellos volvió a pasar el test sin que se apreciara pérdida de agua.

4. En España no hubo legislación de control de calidad hasta


Noviembre de 1991 (normas UNE), con lo que se podían vender sin
ninguna exigencia de calidad y sin fecha de caducidad. La Unión de
Consumidores hizo un estudio en 1990 de diversas marcas utilizando
el mismo test de agujeros al agua y el 27 por ciento de las marcas no
tenían un nivel suficiente de calidad. En Marzo de 1992 se publicó
otro estudio de la Unión de Consumidores realizado con 10.000
condones de los 20 modelos que se venden en las farmacias, que
representan el 75 por ciento del mercado, y la conclusión fue que el
50 por ciento no superó las pruebas realizadas con los criterios de la
Unión Internacional de Consumidores, a pesar de que el 96 por
ciento cumplía las normas UNE aprobadas (“Análisis de 20
preservativos”, OCUCompra Maestra, 139, marzo de 1992, pp.17-21).

b) “El preservativo es un método seguro en la prevención de


embarazos”.

1. El preservativo es el segundo método anticonceptivo menos seguro


de los aprobados por la OMS -Organización Mundial de la Salud-, ya
que el menos seguro son los espermicidas y luego están los
preservativos. La OMS les da un índice de eficacia -bien usados- del
87 al 90 por ciento, lo que constituye un índice inferior al resto de los
contraceptivos que tienen una eficacia superior al 91 por ciento.

2. Los estudios evaluatorios de la OMS sobre los preservativos indican


que la probabilidad de embarazo en mujeres mayores de treinta años
es del 10 por ciento y en adolescentes menores de 18 años es del 18
por ciento. Las causas principales de los fallos de los preservativos
son los defectos de fabricación, la falta de fecha de caducidad, la
mala conservación, la rotura durante su uso, la porosidad, el uso
incorrecto, y sobre todo el no utilizarlos en el momento oportuno.

3. Con la introducción de los anticonceptivos, entre ellos el


preservativo, la incidencia de embarazos y de abortos ha crecido en

128
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

todos los países. Veamos algunos ejemplos. En Inglaterra y Gales, se


produjeron, en 1978, 85.000 embarazos de adolescentes. En 1988,
tras diez años de intensas campañas para promover la utilización de
los métodos contraceptivos, se produjeron alrededor de 100.000
embarazos de adolescentes. En EE.UU., en la década de los 70, el
número de embarazos de adolescentes aumentó un 36 por ciento, lo
cual es más significativo si se tiene en cuenta que, en esta misma
década, el número total de embarazos disminuyó significativamente.

4. En España, en 1985, un 4,7 por ciento de los embarazos se


produjeron en adolescentes. En 1995, así mismo tras diez años de
una campaña anticonceptiva que, en ocasiones ha llegado a ser
brutal, este porcentaje fue del 6,4 por ciento. Es decir, en estos años
de intensa campaña de difusión de los métodos contraceptivos, los
embarazos de adolescentes no sólo no han disminuido, sino que han
aumentado, lo cual viene confirmado por el hecho de que se ha
detectado una estrecha correlación entre el aumento de embarazos
en adolescentes y los gastos de las administraciones en planificación
familiar.

5. Cabe destacar que en otro trabajo publicado por Churchill y


colaboradores, se llama la atención sobre el hecho de que la gran
mayoría de las adolescentes que se quedaban embarazadas
precozmente ya habían acudido, en el año anterior, a los servicios
sanitarios para recibir información anticonceptiva (Churchill D y cols.,
BMJ, 2000; 321:486-9). El estudio también afirma que entre las
adolescentes que abortaban era más frecuente haber recibido la
píldora postcoital con anterioridad. Estos datos nos sugieren que la
falta de información quizás no sea la única causa de nuestros
problemas, ni la información y distribución de preservativos sea la
solución efectiva que acabará con ellos.

6. Respecto a la efectividad de dar preservativos a los hijos, “porque de


todos modos es probable que acabe teniendo relaciones sexuales”,
otro trabajo de investigación sugiere que esto puede asociarse a más
embarazos imprevistos, más enfermedades de transmisión sexual y al
inicio más precoz de relaciones sexuales; es decir, podría tener el
efecto contrario a lo que se pretendía (Jaccard, J y col., American
Journal of Public Health, 2000; 90:1426-1430).

7. El British Medical Journal (324: 1426; 2002) ha publicado un estudio


sobre la incidencia de programas escolares impartidos en los últimos
treinta años con vistas a lograr el retraso de la actividad sexual, el

129
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

aumento del uso de anticonceptivos y la reducción de embarazos en


adolescentes. Ha sido realizado por cuatro profesores del
Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística de la
Universidad McMaster (Ontario, Canadá). Los autores concluyen que
la educación sexual que se ha impartido desde 1970 no ha
conseguido ninguno de esos tres objetivos. El trabajo ha revisado
decenas de estudios, publicados o no (conferencias, informes
técnicos, etc.), sobre la eficacia de las clases de educación sexual en
colegios y de los programas para jóvenes promovidos por ONGs,
centros de planificación familiar, campañas gubernamentales, etc.,
en la prevención de embarazos en jóvenes de 11 a 18 años. Se han
utilizado estudios de América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y
Europa (salvo los países del Este), desde 1970 hasta diciembre de
2000. En un meta-análisis, que incluye 30 estudios en 9.642 chicas
adolescentes, demuestra que los programas no logran que las
jóvenes retrasen las relaciones sexuales. Otros 11 estudios en 7.418
jóvenes llegaron a la misma conclusión, en este caso para varones.
Los autores tampoco han descubierto aumentos significativos en el
uso de anticonceptivos por parte de los adolescentes después de
participar en algún programa de prevención de embarazos. En este
punto, 12 estudios en 8.019 jóvenes concluyen que los programas no
han reducido el índice de embarazos; además, 5 estudios señalan un
aumento del número de embarazos después de participar en los
programas de prevención.

8. El número de embarazos en adolescentes preocupa mucho, sobre


todo en los países con los índices más elevados, como Estados Unidos
y Gran Bretaña. Según el Instituto Alan Guttmacher, en 1997 hubo 93
embarazos por cada 1.000 adolescentes en Estados Unidos; 62,6 en
Inglaterra y Gales; y 42,7 en Canadá. Esta medida incluye nacimientos
y abortos espontáneos y provocados. Según datos de UNICEF, en
2002, 52 adolescentes de cada 1.000 de entre 15 y 19 años tuvieron
un hijo en Estados Unidos (primer puesto de los países ricos) y 30 de
cada 1.000 en Gran Bretaña (segundo puesto del mundo y primero
de Europa). Japón, Suiza, Holanda y Suecia tiene menos de 7.

130
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

c) “El preservativo es un método seguro para evitar las ETS y el


SIDA”

1. El uso del preservativo tampoco ha conseguido reducir el número de


enfermedades de transmisión sexual. Unos ejemplos: entre 1962 y
1975, primeros años de la utilización masiva de métodos
anticonceptivos, la incidencia de gonorrea en EE.UU. aumentó
alrededor de un 15 por ciento cada año, pasando de menos de 100
casos por 100.000 habitantes en 1957 hasta 473 por 100.000 en
1975. Entre 1985 y 1989, años de máxima campaña para utilizar el
preservativo, como medio para prevenir el SIDA, en EE.UU., la
incidencia de sífilis, tanto primaria como secundaria, aumentó en un
61 por ciento, desde 11,4 a 18,4 casos por 100.000 personas. En un
Estado concreto, Georgia, el incremento fue del 214 por ciento. Entre
algunos grupos sociales este aumento fue aún mayor. Así, por
ejemplo, en las mujeres negras de ese mismo país, el incremento fue
del 176 por ciento, desde 35,8 a 98,7 casos por 100.000 mujeres.

2. ¿Es el preservativo eficaz en la prevención contra el VIH? En 1992, R.


F. Carey introdujo microesferas de poliestireno del diámetro de HIV
en condones que habían superado el test, sometiéndolas a
variaciones de presión análogas a las que se producen en una
relación sexual: un tercio de ellos perdió entre 0,4 y 1,6 nanolitros. En
una relación sexual de dos minutos con un preservativo que pierde
un nanolitro por segundo, pasarían 12.000 virus.

3. En 1987, en la prestigiosa revista de medicina J.A.M.A., la Dra.


Margaret, A. Fischl y cols. publicaron las conclusiones de una
investigación sobre el contagio heterosexual en parejas que siempre
usan condones y en las que uno de los miembros está infectado. Ellos
encontraron que de diez parejas, hubo 3 casos de contagio de SIDA.
En 1993, Susan C. Weller, experimentando en pacientes seropositivos
y no drogadictos, comprobó que el 30 por ciento de los mismos
transmitió la infección usando el preservativo.

4. Algunos expertos suizos (Scheriner y April, 1990) han manifestado lo


que sigue: “el preservativo ha sido recomendado en varios países
como la protección más importante contra la infección por el virus de
la inmunodeficiencia humana (VIH), aunque no hay pruebas rigurosas
de que sea eficaz (...) Para impedir una infección mortal como el SIDA
es obligatorio emplear modos seguros de protección. Los estudios
más recientes sobre la prevención del SIDA demuestran que la

131
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

suposición de que los preservativos ofrecen una protección fiable


contra el VIH es una peligrosa ilusión”.

5. El director de la Oficina Federal Alemana de Sanidad ha declarado


también en parecidos términos: “La prevención mediante
preservativos de las enfermedades sexuales es un cuento de hadas”.

6. Vicente Soriano, Doctor en Medicina y socio fundador de la Sociedad


Española Interdisciplinar del SIDA, advierte que “especialmente entre
los adolescentes, la promoción del uso del preservativo sin una
adecuada información sobre el sentido de la sexualidad, puede
comportar un aumento de casos de infección VIH, ya que el
preservativo no es una panacea”.

7. Los expertos del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta


(donde está el Centro mundial de seguimiento del SIDA), se han
manifestado en estos términos: “El uso apropiado del preservativo
puede reducir, pero no eliminar, el riesgo de enfermedades de
transmisión sexual. Los individuos que pueden haberse contagiado con
el VIH, o que ya están contagiados, deberían ser conscientes de que el
uso del preservativo no puede eliminar por completo el riesgo de
contagiarse o de contagiar a otros (...) Las únicas estrategias de
prevención totalmente efectivas para el SIDA son la abstinencia y la
relación sexual con una pareja mutuamente fiel y no infectada”
(Morbidity and Mortality Weekly Report, 1987).

8. La Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas viene


recomendando desde 1988 lo que sigue: “Muchas personas pueden
ser persuadidas a cambiar su comportamiento (respecto a las
prácticas de riesgo) si son adecuadamente informadas y aconsejadas
(...) Una efectiva educación de la salud respecto a las posibilidades de
habituarse a las actividades de alto riesgo, es en este momento el
método más importante para controlar la difusión epidémica del SI-
DA (...) Los esfuerzos en la prevención primaria deberían incluir la
educación de los adolescentes y de los adultos jóvenes respecto a la
transmisión del VIH, y el estímulo de la abstinencia o de las relaciones
sexuales monógamas” (Cfr. The Journal of Infectious Diseases, 1988).
Este grupo de expertos americanos en la lucha contra el SIDA
sostuvieron en 1989 y en una de las revistas científicas más
prestigiosas (Cfr. Lancet 1: 1.111, 1989), que “en el caso del SIDA,
prevenir no es simplemente mejor que curar: es la única cura (...) Los
medios para prevenir la difusión del VIH son tremendamente
sencillos (...). Pero los contactos heterosexuales y homosexuales y el

132
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

abuso de las drogas intravenosas siguen catalizando la expansión de


la epidemia (...). El cambio de conducta es la forma segura de
protección, pero parece que no se ha sabido inducir de modo
suficientemente rápido y extenso, ni siquiera entre los grupos de alto
riesgo”.

9. Michael Nerson, director del Programa Global contra el SIDA de la


OMS, manifiesta la necesidad de revisar las estrategias preventivas
empleadas hasta ahora, dada la progresión y extensión de la
enfermedad y el número de personas infectadas por el virus. “Hay
que insistir en la lucha contra el SIDA, cambiando los hábitos de las
personas, para lograr el control de la enfermedad y evitar que siga
creciendo el número de los infectados (...) Ruego a todos los
presentes que tengan el coraje para hablar francamente sobre el
SIDA y sobre el comportamiento sexual que hay que seguir para
evitar el contagio” (Clausura de la III Teleconferencia Panamericana
sobre el SIDA, Caracas, 1990).

10. La resolución del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la


Salud (EB 89. RD) del 28 de enero de 1992, se manifiesta en estos
términos: “la OMS quiere que se sepa que sólo la abstinencia sexual o
la absoluta fidelidad eliminan el riesgo de infección”. Y en el párrafo 17
de otro documento (EB 89 INF.DOC. II), de 20 de enero de 1992, se
proclama que “sólo la abstinencia sexual o una mutua fidelidad de por
vida entre parejas no infectadas eliminan totalmente el riesgo de
enfermedades sexualmente transmisibles”.

e) Conclusiones

1. A nadie se le oculta que querer curar el SIDA con preservativos es


como querer apagar un incendio con pistolas de agua. Quien afirma la
absoluta seguridad del preservativo va contra el parecer de los
expertos. Los preservativos proporcionan sexo con menos peligro,
pero no sexo seguro, de forma que con conductas de homosexualidad
o de heterosexualidad promiscua, sólo retrasa o disminuye la
probabilidad de contraer la enfermedad del SIDA, pero no lo evita. Por
otra parte, es obvio que confiar en el supuesto “sexo seguro” propicia
el incremento de las relaciones sexuales y, por tanto, también de las
conductas de riesgo. La solución del SIDA, mientras no se encuentre
un remedio efectivo, pasa por los cambios en las conductas de riesgo y
por fomentar una juventud sana y libre, en la que sea la cabeza quien
mande sobre los instintos.

133
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

2. La utilización del preservativo puede reducir, pero no evitar el


contagio del SIDA. Decir que los preservativos son seguros es engañar
y favorecer la irresponsabilidad, de forma que la menor probabilidad
de concepción con un preservativo, se contrarresta con el mayor
número de relaciones sexuales supuestamente seguras, con lo que el
número de embarazos no deseados se incrementa.

3. No hay ningún país en el que el fomento del preservativo haya


disminuido los embarazos no deseados y el número de infecciones de
SIDA. Cuando se generaliza el uso masivo de contraceptivos en un
país, en contra de lo que dicen ciertas propagandas que argumentan
que los contraceptivos previenen los abortos, los datos de todos los
países indican que el porcentaje de embarazos no deseados, de
abortos y de enfermedades de transmisión sexual aumenta
rápidamente.

4. Un adolescente, aunque biológicamente esté preparado para tener


relaciones sexuales, no necesariamente lo está desde el punto de
vista psicológico, de la madurez cognitiva y de la interacción social
(Bacon JL, Curr Opin Obstet Gynecol, 2000; 12:345-347). Esto debe
tenerse en cuenta a la hora de realizar campañas que, en el fondo,
incitan a la sexualidad sin preocupaciones ni responsabilidad con tal
de usar preservativos.

5. Lo que a veces se despacha por “Educación sexual”, no es más que


doctrinaria e improcedente exposición de datos, sin inculcar motivos
para un cambio de actitudes. No es verdadera educación, sino,
frecuentemente simple información sobre tecnología contraceptiva.
Pues, aunque se ensayan modelos alternativos y algunos
aparentemente exitosos, prevalece la idea de vender “sexo seguro”:
abandonada toda esperanza de reconducir las actitudes de los
jóvenes, se trata de habilitarles en el dominio de la anticoncepción y
en la evitación de los contagios venéreos y sus secuelas. La
posibilidad real de modificar las actitudes ante el sexo en la población
adolescente se estima irreal. Se trata, pues, de parchear un problema
cuyo origen no puede ser reconocido: que la población adolescente
está pagando un elevado coste por los errores que los adultos hemos
incorporado en el significado de la sexualidad. Pero, por el momento,
esto es algo que no encaja en el pensamiento de los estrategas de la
salud pública.

134
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Notas bibliográficas

1. Análisis de 20 preservativos, OCUCompra Maestra, 139, Marzo de 1992, pp 17-21.

2. APRIL, K. Y SCHREINER, W.: “Zur Frage der Schutzwirkung dés Kondoms gegen
HIVlnfektionen”, Schweizerisches Medizinisches Wochenschrift, 120, 1990, pp
972-978.

3. BLATTNER W.: “Aspectos epidemiológicos del SIDA”, Actas IV Conferencia


Internacional del SIDA, Roma, 1989, p. 63.

4. CENTRE FOR DISEASE CONTROL: “Condoms for prevention of Sexually


Transmitted Diseases”, Morbidity and Mortality Weekly Report, 37, 1988, pp 9-
13; idem: JAMA, vol. 259, 1988, pp 1925-1927.

5. GOEDERT J.J.: “What is safe sex?”, New England Journal of Medicine, vol. 136,
1987, pp 1339-1342.

6. GOLDSMITH M.F.: “Sex in the age of AIDS calls for condom sense”, JAMA, vol.
257, 1987, pp 2261-2266.

7. GOTZSCHE P.C., HORDING M.: “Condoms to prevent HIV transmission do not


imply truly safe sex”, Scandinavian Journal of infectious Diseases, vol. 20, 1988,
pp 233-234.

8. KAPLAN H., SAGER C., SCHIAVI R.: The Journal of Sex and Marital Therapy, vol. 12,
1986.

9. LEJEUNE, J.: “Engaño sobre el amor. Desinformación sobre el SIDA”, Boletín his-
pano de la Organización Human Life international, XI-XII, 1989, pp 14-15.

10. SGRECCIA, E.: “SIDA y protección responsable”, Actas IV Conferencia Internacio-


nal del SIDA, 1989, Roma, pp. 271-273.

135
En el corazón de la prevención del SIDA
Ronald Bayer

Al comprobar que los cambios de conducta son hoy por hoy el


único medio de prevención del SIDA, empieza a plantearse la
necesidad de que las campañas tengan en cuenta una ética de la
responsabilidad.

¿Los infectados por el HIV tienen especiales responsabilidades


hacia sus parejas sexuales? En tal caso, ¿qué suponen estas
responsabilidades?. Hay que reconocer que, hasta hace poco, el
mero hecho de plantear estas preguntas parecía inconveniente. La
insistencia en la responsabilidad personal se asociaba a menudo con
la condena de aquellos cuya conducta sexual o drogadicción les había
expuesto a contraer el HIV, así como con una apelación a invadir la
intimidad o a limitar la libertad.

Las objeciones a invocar la responsabilidad se basaban en


razones pragmáticas, filosóficas y políticas. Desde un punto de vista
pragmático, se decía que una política de salud pública que se
centrara en la responsabilidad de los seropositivos para comportarse
de un modo que protegiera a los no infectados -usando condones, o
revelando que estaban infectados-, paradójicamente, aumentaría el
riesgo de contagio. La razón es que unos no sabían que estaban
infectados, otros no se harían la prueba para saberlo y algunos
mentirían. Su pareja, engañada por falsas expectativas, no se
protegería.

Con estos presupuestos, se concluía que cada uno tenía que


ser responsable de usar preservativos, y esta obligación era
compartida igualmente por los seropositivos y los no infectados.
Como cada miembro de la pareja era responsable de su salud, en
última instancia nadie era responsable de la salud del otro.

Desde un punto de vista filosófico, se afirmaba que como el


HIV se transmite fundamentalmente en el contexto de relaciones
sexuales consentidas, cada persona debía ser responsable de
protegerse, y que el que no se protegía no podía quejarse de que
otro le contagiase.
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

El concepto de responsabilidad sexual se consideraba


peligroso por el espectro de la criminalización. Si proteger a otros era
un deber moral y la consecuencia de descuidarlo era una infección
mortal, ¿no sería lógico imponer sanciones penales por el sexo
inseguro?

Desde el punto de vista político, frente a la indiferencia, la


hostilidad y el estigma, se consideraba crucial favorecer una ideología
de solidaridad, que rechazara la división entre los infectados y los no
infectados.

A pesar de estas tendencias, debe recordarse que algunos


pensadores subrayaron la obligación de revelar al partner sexual el
hecho de ser seropositivo, en virtud de la doctrina del
consentimiento informado. Y en muchos Estados norteamericanos la
legislación permitió que los médicos rompieran la confidencialidad
para informar a la pareja, si el interesado no lo hacía.

Sin embargo, en los esfuerzos de prevención del SIDA el


concepto central siguió siendo el de la autoprotección. Para mostrar
lo difícil que era desarrollar programas basados en sentimientos
altruistas hacia los demás, puede mencionarse lo que ocurrió en
Nueva York en 1993. Con ocasión del caso 50.000 de SIDA en la
ciudad, se propuso lanzar una campaña de prevención centrada en la
necesidad de proteger tanto a los otros como a uno mismo. La
propuesta fue rechazada cuando los especialistas en SIDA del
departamento de salud denunciaron la propuesta como una
culpabilización de las víctimas.

Pero últimamente se advierten signos de cambio en los


presupuestos de la prevención de la enfermedad. El creciente
reconocimiento de las limitaciones de la autoprotección refleja una
mayor conciencia de que las nuevas tendencias epidemiológicas
exigen un nuevo enfoque de la prevención. La autoprotección no
tiene mucho que ofrecer al creciente número de mujeres infectadas a
través de relaciones heterosexuales, que a menudo no pueden
protegerse a sí mismas.

A lo largo de los años 80 y primeros 90, el debate sobre la


responsabilidad apenas se oía. Sin embargo, en 1995, algo empezó a
cambiar. Podría citar diversos artículos periodísticos de columnistas
gays que reconocen la obligación de no poner en riesgo a otros, sin
escudarse en la idea de que cada uno responde de su protección.

138
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Una idea a la que no han sabido prestar atención las organizaciones


de base dedicadas a la prevención del SIDA.

Estos pronunciamientos no significan que en el mundo de la


prevención del SIDA haya habido un giro de ciento ochenta grados.
Sin embargo, creo que estamos ante un reto importante, que
requerirá reformular fundamentalmente los mensajes transmitidos
en los consejos y en los esfuerzos públicos de educación sobre el
SIDA.

Reconocer que la responsabilidad personal tiene un papel


central en la prevención del SIDA plantea una serie de complejas
cuestiones. Algunos de los que proponen este concepto lo ven
principalmente como una alternativa a la estrategia de impulsar a la
gente a usar condones. Otros subrayan la obligación concomitante de
revelar que uno es seropositivo. Después de todo, los preservativos a
veces fallan. Incluso los grupos de prevención del SIDA prefieren
decir que las relaciones sexuales con el uso de condones son 'más
seguras' en vez de decir 'seguras'. ¿No habría que dar a las personas
no infectadas la oportunidad de decidir si quieren correr el riesgo,
aunque sea pequeño?

¿No deberían los programas de prevención del SIDA unir la


franqueza con la confianza sugiriendo que el uso de condones puede
no ser necesario en el caso de parejas monógamas no infectadas?
Esto va contra la idea de quienes mantienen que hay que protegerse
en cualquier caso. Para ellos, el mero concepto de confianza -incluso
entre marido y mujer- desarma a las parejas, al hacer que el uso
rutinario del condón sea inaceptable para aquellos que juzgan que su
unión es absolutamente monógama. Desde esta perspectiva, no es
extraño que algunos arguyan que los sentimientos de amor
romántico son un impedimento para la prevención efectiva del SIDA.

Pero, debemos preguntarnos: ¿los esfuerzos de prevención del


SIDA pueden minar la expectativa de confianza dentro de las
relaciones íntimas y seguir siendo social y psicológicamente creíbles?
Puede ser atractivo afirmar que los esfuerzos de prevención del SIDA
deben seguir los dos caminos, estimulando tanto una ética de
responsabilidad como una postura de autoprotección. Pero ¿puede
favorecerse la confianza cuando se subraya la continua necesidad de
la vigilancia y de la autoprotección?

139
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Reconozco que no hay respuestas sencillas. Sin embargo, estas


cuestiones dejan claro que los aspectos de ética sexual no son rodeos
moralistas. Están en el corazón de la prevención del SIDA.

140
Sida: ¿Condón?
Dr. Raúl A. Cantella

En el mundo se han gastado miles de millones de dólares desde


1970 para promover los anticonceptivos y el”sexo seguro”entre
los adolescentes. Es tiempo de preguntarnos ¿Qué se ha
conseguido con tanto dinero?

Increíblemente, los líderes del «sexo-seguro» y los promotores de


los condones que nos metieron en este lío, aún continúan
determinando las políticas en relación a la sexualidad del
adolescente. Sus ideas han fracasado y es tiempo de volver a
formularlas. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que usted ha
escuchado a alguien decir a los adolescentes que es ventajoso no
tener relaciones sexuales hasta el matrimonio?

Las ventajas se han ocultado, con trágicas consecuencias. A


menos que lleguemos a comprender la enfermedad que acecha al
mundo entero, la promiscuidad adolescente continuará y
millones de jóvenes -pensando que están protegidos con los
condones- sufrirán por el resto de sus vidas.

Muchos morirán a causa del SIDA

Sólo existe una manera segura de mantenerse libres del SIDA en


medio de una revolución de liberalismo sexual. Esa manera es
abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio y
luego de casarse, ser fiel a una pareja no infectada.

Es un concepto que fue ampliamente respaldado en la sociedad


hasta los años 60. Desde entonces, surgió una “mejor idea”
(promoviendo el libertinaje sexual). Esta “mejor idea” está
actualmente amenazando la familia humana en su totalidad.Se
plantean preguntas inevitables cuando se propone la abstinencia.
Es tiempo de dar algunas respuestas claras:¿Por qué aparte de las
consideraciones morales, piensa usted que se debería enseñar a
los adolescentes a abstenerse del sexo hasta el matrimonio?

Actualmente, no funciona ningún programa para controlar la


pandemia de enfermedades sexualmente transmitidas. La
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

denominada solución del “sexo seguro” en la práctica, es un


desastre.

Los condones pueden fallar al menos en un 15.7% en lo que a


prevención del embarazo se refiere. Fallan 36.3% al prevenir el
embarazo entre las jóvenes pertenecientes a minorías y solteras.

En un estudio hecho entre hombres homosexuales, el British


Medical Journal informó que el índice de deficiencia debido a
deslizamiento o ruptura del condón es de 26%. Con estos datos
científicos, es obvio que a las personas que confían en los
condones, para el control de la natalidad, se les debe llamar
futuros... “padres”.

Considerando que una mujer puede concebir sólo unos cuantos


días por mes, sabemos que el índice de deficiencia de los
condones debe ser más alto cuando se trata de prevenir una
enfermedad que puede ser transmitida los ¡365 días del año!.

Aquellos que dependen de un método tan inseguro deben usarlo


adecuadamente en cada ocasión y aún así, existe un alto índice
de deficiencia por factores que están más allá de su control. La
joven víctima, a quien le dicen que este pequeño dispositivo látex
es “seguro”, no puede saber que está arriesgando el dolor por
toda la vida e incluso la muerte por algo tan breve como un
momento de placer. ¡Es enorme la carga que se coloca en las
mentes y los cupertos inmaduros de los adolescentes!

Entre heterosexuales, la Sección Médica de la Universidad de


Texas descubrió recientemente que los condones son sólo 69%
efectivos en la prevención de la transmisión del virus de
inmunodeficiencia humana (HIV). La Dra. Susan Weller, concluye
que “cuando nos referimos a la transmisión sexual del SIDA, la
única prevención real es no tener sexo con alguien que tiene o
puede tener el SIDA”.

Aún si gastáramos otros $50 mil millones para promover el uso


del condón, la mayoría de adolescentes todavía no lo utilizarían
consistente y adecuadamente. La naturaleza de los seres
humanos y la pasión del acto sexual simplemente no les
proporciona una respuesta disciplinada a los jóvenes.

¿Pero si usted sabía que un adolescente iba a tener relaciones


sexuales, no le habría enseñado la utilización adecuada del

142
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

condón? No, porque tal enfoque tiene una consecuencia no


intencional. El proceso de recomendar el uso del condón a los
adolescentes los conduce inevitablemente a 5 caminos
peligrosos:
 que el “sexo seguro” es factible;
 que todos lo están haciendo;
 que los adultos responsables esperan que lo hagan;
 que es algo bueno; y
 que sus semejantes saben y que ellos también saben que
estas cosas engendran la promiscuidad. Estos son mensajes
muy destructivos que se dan a nuestros hijos.

Además, los datos propios de la Planificación Familiar muestran que


la razón número uno que lleva a los adolescentes a mantener
relaciones sexuales es la presión social. Por consiguiente, nada de lo
que hagamos para contener el “todo el mundo lo está haciendo”
resulta que más, no menos personas, lo intenten.

Los programas de distribución de condones no reducen el número de


jóvenes expuestos a la enfermedad... por lo contrario, los
incrementan radicalmente.¿Pero si usted fuese padre y supiera que
su hijo o hija ha tenido sexo, no preferiría que el o ella utilizaran un
condón?¿Qué cantidad de riesgo es aceptable cuando está hablando
acerca de la vida de sus hijos?

Un estudio de parejas casadas en las que uno de ellos está infectado


con HIV determinó que, 17% de los compañeros que utilizaban
condones para protegerse se contagiaron del virus en un año y
medio. Decir a nuestros hijos que “reduzcan su riesgo” a una en seis
(17%) no es mejor que jugar a la ruleta rusa. Eventualmente, ambos
son fatales.

La diferencia es que con una pistola, la muerte es más rápida.


Finalmente, imagínese que alguien le obsequia un boleto para viajar
a Miami y le dice que esta aerolínea sólo tiene una seguridad de 80%,
es decir, que de 10 vuelos sólo llegarán a su destino 8 aviones ¿Usted
volaría con esta aerolínea? Los adolescentes no escucharán el
mensaje de abstinencia.

Sólo estarás perdiendo tu tiempo y aliento al tratar de venderles una


noción como esa.

143
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Es un mito –muy popular- creer, que los adolescentes son incapaces


de entender y aceptar la abstinencia sexual antes del matrimonio.
Casi el 65% de los jóvenes de secundaria menores de 18 años no han
tenido relaciones sexuales.Hace algunos años, en Lexington,
Kentucky, USA, se llevó a cabo un evento para jóvenes que
presentaba a un ex convicto llamado Harold Morris.

El hablaba acerca de la abstinencia, entre otras cosas. ¡El coliseo


tenía asientos para 18,000 personas pero había 26,000 adolescentes!
Eventualmente más de 2,000 estaban de pie fuera del auditorio y
escuchaban a través de un sistema preparado apresuradamente.

¿Quién dice que los adolescentes no escucharían este


mensaje?Incluso los adolescentes que han sido sexualmente activos
podrían escoger detenerse. Esto se denomina “VIRGINIDAD
SECUNDARIA”, un buen concepto que conlleva la idea de que los
adolescentes pueden volver a comenzar.

Una jovencita recientemente escribió a Ann Landers para decirle que


deseaba haber mantenido su virginidad. Finalizaba su carta diciendo:
“Lo siento, no lo hice pero deseo haberlo hecho”. Como adultos,
responsables necesitamos decirle que, a pesar de todo, ella puede
retroceder y avanzar. Ella puede recuperar su autovaloración y
proteger su salud, porque nunca es tarde para comenzar a decir “no”
al sexo premarital.

A pesar de ello, los defensores del sexo seguro predominan en los


círculos educativos, ¿existen ejemplos positivos para los jóvenes de
programas basados en la abstinencia?

Felizmente algunos excelentes programas se han desarrollado en


USA. Spokane Ayuda al Adolescente (Teen Aid) y el Comité de Padres
del Sureste (Southwest Parentes Committee) de Chicago son buenos
ejemplos. También tenemos a Próxima Generación (Next Generation)
en Maryland, Opciones (Choices) en California y Respeto por el Sexo
(Sex Respect); Yo, Mi Mundo, Mi Futuro (Me, My World, My Future);
Razones Razonables para Esperar (Reasonable Reasons to Wait);
Sexo, Amor y Opciones (Sex, Love & Choices); F.A.C.T.S., etc. son
programas basados en la abstinencia que ayudan a los adolescentes a
tomar buenas decisiones a nivel sexual.

144
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Sin embargo, establecer y mantener las ideas de abstinencia entre los


jóvenes puede ser como escupir contra el viento. No porque no
escuchen, porque la mayoría lo hace. Sino porque los mensajes pro
abstinencia se sumergen en un mar de la tóxica propaganda para el
adolescente “el sexo es inevitable, utiliza un condón”, de los
profesionales del “sexo seguro”.

Ustedes responsabilizan a aquellos que han dicho a los adolescentes


que la expresión sexual es su derecho, en tanto lo hagan
“adecuadamente” ¿Quién más ha contribuido con esta epidemia?

La industria del entretenimiento debe verdaderamente compartir la


culpa, incluyendo a los productores de televisión. Es interesante en
este contexto, señalar que la mayoría de canales de televisión y por
cable están retorciéndose las manos en relación a esta terrible
epidemia del SIDA. Cínicamente algunos profesan que están muy
preocupados por aquellos que están infectados con enfermedades
transmitidas sexualmente, y... quizá sean sinceros.

Sin embargo, los ejecutivos de la televisión y los magnates del cine


han contribuido poderosamente a la existencia y propagación de esta
plaga. Durante décadas, representaron a los adolescentes y jóvenes
adultos trepando de arriba abajo en las camas de otros como robots
sexuales. Sólo a los tontos se les mostraba castos y estos eran tan
estúpidos y feos como para no poder encontrar pareja.

Por supuesto, los “feos y estúpidos” nunca enfrentaron ninguna


consecuencia por su buena conducta sexual. Sin embargo, los
“pitucos y lindos” practicando el sexo seguro contrajeron herpes,
sífilis, clamidia, inflamación pélvica, infertilidad, SIDA, tumores
genitales o cáncer cervical.

A ninguno de estos pacientes se les ha dicho que no existe cura para


su enfermedad o que tiene que enfrentar su dolor por el resto de su
vida. Nadie ha escuchado que los diversos tipos de cáncer genital
asociados con el virus papiloma humano (HPV) mata a más mujeres
que el SIDA, o que las características de la gonorrea son ahora
resistentes a la penicilina.

No hay nada sucio. Todo parece muy divertido. Pero, ¿qué precio
estamos pagando ahora por las mentiras divulgadas?.El gobierno de

145
Ciencia y mito en la prevención sexual del SIDA

Estados Unidos también ha contribuido con la crisis y continúa


agravando el problema. Por ejemplo, un folleto de los Centros
Federales para el “Control de las Enfermedades y la Ciudad de Nueva
York” se titula “Los adolescentes tienen el derecho” y aparentemente
intenta liberar a los adolescentes de la autoridad adulta. Dentro de él
hay seis declaraciones que conforman la “Declaración de Derechos
de los Adolescentes”, y son las siguientes:

• Tengo el derecho de pensar por mí mismo.


• Tengo el derecho de decidir cuándo y con quién tener
sexo.
• Tengo el derecho de utilizar condones cuando practico
sexo.
• Tengo el derecho de comprar y utilizar condones.
• Tengo el derecho de expresarme.
• Tengo el derecho de solicitar ayuda si la necesito.
Bajo este último punto (el derecho a solicitar ayuda) hay una lista
de organizaciones y números telefónicos, tanto en el Perú como
en el extranjero, que se aconsejan para que los lectores llamen.

La filosofía que rige muchas de las organizaciones incluye el


presentar la homosexualidad, el trasvestismo, el bisexualismo
como estilos de vida aceptables y “normales” y la promoción
enérgica del derecho a la expresión sexual de los adolescentes.
Seguramente existen muchísimas personas que reconocen el
peligro que ahora está amenazando a las generaciones del futuro.

Es tiempo de hablar de un valor pasado de moda denominado


castidad. Ahora más que nunca la VIRTUD es una necesidad. Si
usted concuerda con nuestro Punto de vista es tiempo de
plantear un nuevo enfoque de la sexualidad del adolescente. Por
favor, separe este aviso y guárdelo. Llévelo a su próxima reunión
del colegio. Enviélo a su Ministerio de Salud y a sus congresistas.

Distribuya copias en la Asociación de Padres de Familia y


Maestros. Y por todos los medios, compártalo con los
adolescentes. Empiece promoviendo la abstinencia antes del
matrimonio como la más segura manera de sobrevivir a esta
terrible epidemia mundial.

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