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ABOGADOS DE VALLADOLID / Comunicación / 14

RETÓRICA
FORENSE:
¿LOS JURISTAS
HABLAMOS-
ESCRIBIMOS
BIEN?*
por RAFAEL GUERRA GONZÁLEZ, Colegiado ICAVA
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La Retórica clásica proponía que el orador que he llevado, así como sobre los no mismo ante el jurado los derechos que le
comenzase su discurso con el exordium, muchos informes que he escuchado en amparaban en su reclamación. Se hacía
cuya finalidad era conseguir la favorable las salas de vistas, he llegado a la conclu- necesario, pues, que todos esos pleitean-
disposición de los oyentes. Siempre se ha sión de que, respecto a la Retórica, la tes, sin cualidades oratorias especiales, dis-
dicho que las primeras palabras de un dis- única preocupación de los abogados es pusiesen de un instrumento con el que
curso son la llave del oído y del corazón ganar el pleito y si el éxito les acompaña, construir sus alegatos y salir airosos en los
del auditorio. Hoy, normalmente, el exor- consideran magnífica su oratoria. En cuan- pleitos.
dio lo componen la presentación del to a los fiscales, como tantas otras cosas,
Parece ser que un tal CÓRAX y su discí-
moderador, o del introductor preparado al las cualidades oratorias se les suponen. Y
pulo TISIAS, publicaron una techné rhetori-
efecto, y las palabras de agradecimiento respecto a los jueces, el poder no necesi-
ké, es decir, un arte oratoria o arte de
del orador. El presentador lo suele tener ta persuadir. Recuerden, al respecto, la
componer discursos, destinada no sólo a
fácil porque cada conferenciante difiere leyenda del famoso nudo gordiano.
los pleiteantes sino también a los logógra-
siempre en algo de los demás, y bastará Parece ser que, en Gordio, ciudad funda-
fos, especie de escribanos, que redactaban
ponerlo de manifiesto. Pero lo del agrade- da en Frigia por el rey mítico Gordias,
las demandas que los particulares leían
cimiento es bastante más complicado, existía un carro cuyo timón estaba atado
ante el tribunal. Fue el primer tratado de
sobre todo si se pretende ser original. por un nudo tan complicado que nadie
Retórica del que se tiene noticia.
Como no quiero que mis palabras suenen podía deshacer. Se decía que aquél que lo
repetidas, huiré del tópico ese de “agra- consiguiese conquistaría el imperio de Esta ciencia tuvo, pues, un origen forense y,
dezco mucho a la organización que se Asia. Alejandro Magno conocedor del durante mucho tiempo, quienes se dedica-
haya acordado de mí para este evento”, y mito decidió, cuando atacó el imperio ban a la defensa de causas judiciales, la
comenzaré mi intervención in medias res, persa, deshacer el nudo, y lo logró, como estudiaban, llegando, en algunos casos, a
que es también una forma clásica de saben todos, tajándolo con su espada. El ser grandes maestros. Piensen, por ejem-
empezar: yendo directamente al busilis de poder, también el judicial, no necesita plo, en QUINTILIANO, el más famoso sis-
la oración. convencer, taja con su espada. tematizador de la Retórica en sus Institu-
ciones oratorias (95 d. C.), que fue abogado
Pues bien, partamos de una definición de Esta, pues, es la situación que veo respec- de éxito en su tiempo.
Retórica, y la que considero más ajustada to a la retórica forense en el estrecho
es la que propone el profesor francés OLI- mundo jurídico en el que me muevo: su Durante siglos, la Retórica constituyó uno
VIER REBOUL en su Introduction à la rhe- más absoluto desprecio o ignorancia. Pero de los pilares de la formación intelectual
torique1: la retórica, dice, es el arte de la por qué iba a ser de otra forma. Ni duran- de los jóvenes, en Grecia, primero, luego
persuasión por el discurso. Por supuesto, te los cinco cursos de la carrera de en Roma y, más tarde, en toda Europa. En
es una definición extraída de los clásicos. Derecho, ni en las Escuelas Judiciales ni en las Facultades de Derecho se ha estudiado
ARISTÓTELES consideraba la Retórica las de Práctica Jurídica se enseña nada de hasta hace bien poco tiempo. La Ley de
como “la facultad de tener en cuenta lo que cómo hablar o escribir para convencer. Instrucción Pública, de 22 de mayo de
es adecuado en cada caso para convencer”2. Qué de extraño tiene, pues, que los profe- 1859, conocida como Ley Moyano, incluía
Según CICERÓN, “el primer deber del ora- sionales del Derecho no sepan nada de entre las materias de esta Facultad, la
dor es hablar apropiadamente para persua- Retórica y no sepan, por consiguiente, “Oratoria forense”5.
dir”3. Y para TÁCITO, “es orador el que redactar sus escritos o exponer sus infor- Fue eliminada del plan académico en 18746.
puede hablar bella y elegantemente sobre mes de tal manera que, si no resultan Pero, en 18837, se introdujo una materia
cualquier cuestión, de forma apropiada para entretenidos, al menos no hastíen a los próxima a la Retórica denominada “Teoría
convencer, acorde con la dignidad del tema y destinatarios. y práctica de la redacción de instrumentos
con las circunstancias, y sabiendo agradar a públicos y actuaciones judiciales”, cuyo
Según la tradición recogida por CICERÓN
sus oyentes”.4 estudio fue obligatorio, bien como asigna-
en su obra Brutus, la Retórica nació por
tura independiente bien asociada al Dere-
Partiendo, pues, de este concepto, pode- razones prácticas relacionadas con cues-
cho procesal, hasta la reforma educativa de
mos preguntarnos: ¿qué cualidades retóri- tiones judiciales. Cuenta esa tradición que,
19288.
cas adornan a los juristas actuales? Debo hacia el año 465 antes de Cristo, al expul-
confesar que mi experiencia del mundo sar de Sicilia a sus tiranos, se estableció en La Retórica forense, siguiendo el destino
jurídico no es ni muy larga ni muy profun- la isla un régimen democrático en el que de la Retórica en general, dejó de intere-
da, porque hace pocos años que me los ciudadanos despojados de sus bienes sar, en la última parte del siglo XIX y en
encuentro en esto de la abogacía y no de por aquellos tiranos, intentaron recuperar- los primeros años del XX, no sólo como
forma muy intensa. Pero, reflexionando los pleiteando ante jurados populares cre- ciencia, sino también como técnica de
sobre lo poco que he conocido, es decir, ados al efecto. Esto dio lugar a innumera- construcción de informes tanto orales
sobre las pocas demandas, contestacio- bles conflictos judiciales. Como, en aquella como escritos9. De ella sólo quedan, en
nes, sentencias, autos, alegatos, etc., que época, no existía la figura del abogado, algún manual de Derecho Procesal, bre-
he tenido ocasión de leer en los asuntos cada interesado debía hacer valer por sí ves recomendaciones sobre la forma en
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que deben redactarse los escritos. He asunto; dispositio, que corresponde a la tario, sino que las acentúan. Recuerdo, ya
aquí las que don Mauro DE MIGUEL Y organización de las ideas encontradas; elo- con nostalgia, a un compañero de De-
ROMERO y don Carlos DE MIGUEL Y cutio, que vale tanto como la expresión recho que, cuando yo estaba terminando
ALONSO nos proponen en su Derecho verbal de esas ideas; memoria: aprendizaje la licenciatura de Filología Hispánica, pre-
Procesal teórico. Lecciones y modelos de del discurso; y actio: la actualización, la pro- paraba oposiciones a un alto cuerpo de
Práctica Forense, nunciación del discurso. La Retórica ense- funcionarios del Estado y, por las tardes,
ña, enseñaba, a desarrollar cada una de cuando iba a ver a su preparador, me
1ª El lenguaje ha de ser puro, castizo, esas tareas con la máxima eficacia. decía:“voy a cantar los temas”. El hecho de
apropiado y técnico. 2ª Aunque no se que alguien se aprenda de memoria un
Despreciada la Retórica como ciencia y
trate de obras literarias, conviene que la tema que, supuestamente, desarrolla con-
como técnica, ¿dónde aprenden hoy los
expresión sea sonora y cadenciosa. 3ª ceptos técnicos y científicos, y luego lo
juristas a valorar los argumentos y a es-
También debe distinguirse el lenguaje “cante” ante un tribunal en un tiempo limi-
tructurarlos en sus informes tanto escritos
por su honestidad, aunque carezca de tado, no puedo evitarlo, me produce un
como orales?, ¿dónde, a exponerlos con
ella el fondo del asunto. 4ª Debe emple- repeluzno.
un lenguaje puro, castizo y técnico, y una
arse un lenguaje claro, llano y sencillo
para que se comprenda por todas las Bien es cierto que, en el pasado, todos los
inteligencias, sin valerse de figuras retó- grandes oradores escribían sus discursos y
ricas que conducirán a la petulancia y a Al prescindir de la enseñanza los aprendían de memoria. Pero los exponí-
la defectuosa complicación. 5ª Por últi- an con la debida actio, es decir, con una
de la Retórica, incluso abominar
mo, como consecuencia de la claridad, puesta en escena adecuada, porque de las
debe procurarse que los dictámenes sin de ella, se abandonó el estudio cinco actividades del orador enumeradas
abandonar la gravedad y seriedad de no sólo de la composición antes, la más importante, en el sentir de los
todo asunto forense, se distingan por la lingüística, sino también de la tratadistas clásicos, es la actio. Cuentan que
precisión y concisión de sus palabras, sin preguntado DEMÓSTENES cuál era lo más
teoría de la argumentación y
contener nunca divagaciones inútiles, importante de un discurso, contestó “su
jocosas, ni redundantes.10
de la disposición de las ideas pronunciación”, y lo segundo más impor-
en el discurso. tante, le preguntaron de nuevo,“su pronun-
El cuarto consejo da idea del desprestigio
ciación”, volvió a contestar, y lo mismo dijo
a que llegó todo lo retórico, explicable
cuando le interrogaron por lo tercero más
quizá por los excesos verbales de la orato-
importante de un discurso: “su pronuncia-
ria forense decimonónica, pero nefasto expresión sonora y cadenciosa?, ¿quién les ción”. Si hay una exposición oral verdadera-
por cuanto el rechazo de los malos hábi- enseña a pronunciar, a presentar sus expo- mente antirretórica es la de los opositores
tos supuso el olvido de los buenos princi- siciones?, en una palabra, ¿cómo aprenden a funcionarios del Estado, en la que con una
pios. a hacer persuasivos sus alegatos? voz monocorde, sin matices, un ritmo, aun-
Las acusaciones y defensas que hoy se No basta para remediar la carencia de la que vivo, monótono, y una pronunciación
escuchan en los estrados judiciales ya no formación retórica que, en las Facultades difuminada, van desgranando conceptos
contienen la hueca y retumbante verbosi- de Derecho, algunos profesores conserven mecánicos, hasta que las manecillas del reloj
dad de los discursos decadentes, pero la tradición de celebrar exámenes orales, detienen su salmodia.
tampoco el nervio y la fuerza expresiva de con el loable propósito de exigir a los
los clásicos. No es infrecuente escuchar en alumnos el esfuerzo de expresar de viva Qué de extraño hay en que, después de
algunas intervenciones forenses cómo las voz y en público unas ideas, al menos por tales experiencias: académicas y, en su
ideas se exponen desconectadas en un una vez, antes de terminar una carrera que, caso, “oposicionales”, los juristas prácti-
discurso deslavazado, incoherente a veces, en teoría, les capacita para intervenir ante cos muestren importantes deficiencias
con incorrecciones gramaticales, léxicas e, los Juzgados y Tribunales. Al no haber reci- oratorias.
incluso, fónicas. bido formación específica para este tipo de
Felizmente, desde hace algunos años, la
exposiciones y haber efectuado siempre
Nada de extraño hay en ello, pues al pres- Retórica está revitalizándose, no sólo en su
sus exámenes por escrito, los estudiantes
cindir de la enseñanza de la Retórica, inclu- vertiente científica, con nuevos tratados,
sufren un mayor estrés, con merma impor-
so abominar de ella, se abandonó el estu- por ejemplo, sobre la argumentación11 y
tante de sus capacidades intelectuales,
dio no sólo de la composición lingüística, sobre la “gramática del texto”, sino en su
hasta el punto de no recordar lo aprendi-
sino también de la teoría de la argu- faceta práctica, impulsada, sobre todo, por
do o no poder expresarlo con precisión.
mentación y de la disposición de las ideas los publicistas y los llamados comunicólo-
en el discurso. Ha de tenerse en cuenta Y en cuanto a los usuales métodos de pre- gos. Las librerías ofrecen de nuevo manua-
que el orador debe desarrollar, al menos, paración de oposiciones, no sólo no subsa- les que enseñan cómo hablar en público,
cinco tareas, que son: inventio, es decir, la nan las deficiencias oratorias de quienes destinados en muchos casos a ejecutivos
búsqueda de las ideas relacionadas con el aspiran a una plaza de juez, fiscal o secre- de empresas. Es triste, pues, que, en el
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ámbito jurídico, origen de la Retórica, siga somos la mayoría de los presentes. Hay
despreciándosela o, cuando menos, igno- quien piensa que a nuestros jueces y
rándosela. magistrados les molestan los escritos bien
redactados. No creo que sea para tanto,
Sería muy conveniente volver a enseñar a
pero sí estoy convencido de que la forma
los alumnos de Derecho, Retórica, pero
y presentación de nuestros informes no es
también Gramática y Semántica. Ha de
uno de los ignotos resortes que determi-
tenerse en cuenta que los juristas trabaja-
nan el sentido favorable de las resolucio-
mos con el lenguaje y, por lo tanto, debe-
nes judiciales. Por eso, cuando escribamos
mos disponer de conocimientos suficientes
o preparemos nuestros alegatos debemos
para servirnos de él con la máxima eficacia.
hacerlo, por supuesto, cuidando su estruc-
Quizá el estudio de esta materia, hasta cier-
tura, su expresión, su presentación, no
to punto instrumental, no deba incluirse en
tanto porque vaya a influir favorablemente * Comunicación hecha el 1 de febrero de 1999 en
el programa docente de la Facultad de el Foro Académico organizado por la Real Aca-
en el resultado del pleito, que a lo mejor, demia de Legislación y Jurisprudencia de Valla-
Derecho como asignatura obligatoria. Pero
también influye, quien lo sabe, sino porque dolid.
podría ofrecerse, junto con otras materias
puede haber alguien entendido que lo lea 1 Presses Universitaires de France, Paris, 2ème édi-
optativas, para que cuantos alumnos lo tion corrigée, Paris, 1991, página 4.
o lo escuche y perciba nuestras deficien-
deseasen, pudieran completar su formación 2 Cita tomada de Santiago A. LÓPEZ NAVIA, El

cias retóricas, que son deficiencias cultura- arte de hablar bien y convencer, Madrid, Ediciones
humanística y profesional12. En cualquier Temas de Hoy, 1997, p. 3.
les. Es decir, debemos cuidar nuestra
caso, las Escuelas de Práctica Jurídica y las 3Tomada la cita de Tomás ALBALADEJO, Retórica,
manera de informar ante los tribunales y Madrid (ed. Síntesis), 1989, p. 12.
dedicadas a la preparación de jueces y fun-
juzgados, tanto por escrito como oralmen- 4 Diálogo sobre los oradores, Madrid, ed. Gredos,
cionarios, deberían incluir obligatoriamente 1988, p. 202.
te, por autoestima, aunque el pleito se
la enseñanza de la Retórica. 5 Artículo 43 de la Ley.
pierda, que no se pierde por utilizar un len-
6Real Decreto Ley de 28 de septiembre de 1874
Terminaré con una reflexión dirigida ex- guaje puro, castizo, apropiado y técnico, y (Gaceta de Madrid del 26).
presamente a los abogados, que, creo, una expresión sonora y cadenciosa. 7Real Decreto de 2 de septiembre de 1883 (Ga-
ceta de Madrid del 6).
8 Real Decreto Ley de 19 de mayo de 1928 (Ga-

ceta de Madrid del 21).


9 El Catedrático de Derecho Mercantil don

Manuel OLIVENZA RUIZ, en la conferencia pro-


nunciada en la inauguración del Curso Académico
1998/1999 de la Real Academia Sevillana de
Buenas Letras, Sobre una preceptiva del lenguaje
jurídico, publicada en la revista del Ilustre Colegio
de Abogados de Sevilla La Toga, nº 102, correspon-
diente a diciembre de 1998, insistió en varias oca-
siones sobre la decadencia de la oratoria forense:
“el arte de la elocuencia forense, género literario, sin
duda, pero denostado en la actualidad hasta el lími-
te del desprecio”, “pese al mandato constitucional,
recogido en norma orgánica, lo cierto es que la orali-
dad procesal está en regresión y la oratoria forense,
arrumbada en el desván de los trastos inútiles”,“pese
a la proclamación constitucional y orgánica del prin-
cipio de oralidad, la pieza del informe forense sigue
en franco declive”.
10Cito por la 8.ª edición de 1951,Valladolid, vol. 1,
pág. 31.
11 Ch. PERELMAN y L. OLBRECHTS-TYTECA,
Tratado de la argumentación. La nueva Retórica,
Madrid, editorial Gredos, 1.ª reimpresión, 1994.
12 Los viejos planes de estudio incluían materias
hoy desaparecidas. El impuesto por el Real Decreto
de 2 de septiembre de 1883 (Gaceta de Madrid
del 6), exigía en el período de licenciatura, además
de las asignaturas específicamente jurídicas, las de
“Literatura española y nociones de bibliografía y
literatura jurídicas de España”, “Aplicación de la
psicología y nociones de ontología y cosmología”,
“Economía y estadística”, “Teoría y práctica de
redacción de instrumentos públicos y actuaciones
judiciales”. El Real Decreto de 14 de agosto de
1884 (Gaceta de Madrid del 19), modificó una vez
más los estudios de Derecho y, para el período de
licenciatura, eliminó algunas asignaturas no propia-
mente jurídicas, e introdujo otras:“Metafísica”, “Li-
teratura general y española”, “Historia crítica de
España”.

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