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Datos fundamentales

En el mundo hay más de 220 millones de personas con diabetes.


Se calcula que en 2004 fallecieron 3,4 millones de personas como consecuencias del exceso de
azúcar en la sangre.
Más del 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios.
Casi la mitad de esas muertes corresponden a personas de menos de 70 años, y un 55% a mujeres.
La OMS prevé que las muertes por diabetes se multipliquen por dos entre 2005 y 2030.
La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y la
evitación del consumo de tabaco pueden prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición.

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¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina
suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es
una hormona que regula el azúcar en la sangre. El efecto de la diabetes no controlada es la
hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos
órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.

Diabetes de tipo 1 (también llamada insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia).


Se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de
esta hormona. Se desconoce aún la causa de la diabetes de tipo 1, y no se puede prevenir con el
conocimiento actual.
Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia),
hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas
pueden aparecer de forma súbita.
Diabetes de tipo 2 (también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta). Se
debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa el 90% de los casos mundiales
y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.
Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo menos intensos.
En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse sólo cuando ya tiene varios años de
evolución y han aparecido complicaciones.
Hasta hace poco, este tipo de diabetes sólo se observaba en adultos, pero en la actualidad también
se está manifestando en niños.
Diabetes gestacional Es un estado hiperglucémico que aparece o se detecta por vez primera
durante el embarazo.
Sus síntomas son similares a los de la diabetes de tipo 2, pero suele diagnosticarse mediante las
pruebas prenatales, más que porque el paciente refiera síntomas.
El deterioro de la tolerancia a la glucosa y la alteración de la glucemia en ayunas son estados de
transición entre la normalidad y la diabetes, y quienes los sufren corren mayor riesgo de
progresar hacia la diabetes de tipo 2, aunque esto no es inevitable.

Consecuencias frecuentes de la diabetes


Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.

La diabetes aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente vascular cerebral (AVC). Un 50% de los
pacientes diabéticos mueren de enfermedad cardiovascular (principalmente cardiopatía y AVC).
La neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo incrementan el riesgo
de úlceras de los pies y, en última instancia, amputación.
La retinopatía diabética es una causa importante de ceguera, y es la consecuencia del daño de los
pequeños vasos sanguíneos de la retina que se va acumulando a lo largo del tiempo. Al cabo de
15 años con diabetes, aproximadamente un 2% de los pacientes se quedan ciegos, y un 10%
sufren un deterioro grave de la visión.
La diabetes se encuentra entre las principales causas de insuficiencia renal. Un 10 a 20% de los
pacientes con diabetes mueren por esta causa.
La neuropatía diabética se debe a lesión de los nervios a consecuencia de la diabetes, y puede
llegar a afectar a un 50% de los pacientes. Aunque puede ocasionar problemas muy diversos, los
síntomas frecuentes consisten en hormigueo, dolor, entumecimiento o debilidad en los pies y las
manos.
En los pacientes con diabetes el riesgo de muerte es al menos dos veces mayor que en las
personas sin diabetes.
Impacto económico de la diabetes
La diabetes y sus complicaciones tienen un importante impacto económico en quienes la
padecen, sus familias, los sistemas de salud y los países. Por ejemplo, la OMS calcula que en
2006-2015 China dejará de percibir unos ingresos nacionales de US$ 558 000 millones a causa de
las cardiopatías, los AVC y la diabetes.

Cómo reducir la carga de la diabetes


Las medidas que se enumeran a continuación deben acompañarse de una dieta saludable,
actividad física regular, mantenimiento de un peso corporal normal y evitación del consumo de
tabaco.

Prevención

Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para
prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición. Para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2
y sus complicaciones se debe:

Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.


Mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada
la mayoría de los días de la semana; para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más
intensa.
Consumir una dieta saludable que contenga entre tres y cinco raciones diarias de frutas y
hortalizas y una cantidad reducida de azúcar y grasas saturadas.
Evitar el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se puede establecer tempranamente con análisis de sangre relativamente baratos.
El tratamiento de la diabetes consiste en la reducción de la glucemia y de otros factores de riesgo
conocidos que dañan los vasos sanguíneos. Para evitar las complicaciones también es importante
dejar de fumar.

Entre las intervenciones que son factibles y económicas en los países en desarrollo se encuentran:

El control moderado de la glucemia. Los pacientes con diabetes de tipo 1 necesitan insulina, y los
pacientes con diabetes de tipo 2 pueden tratarse con medicamentos orales, aunque también
pueden necesitar insulina.
El control de la tensión arterial.
Los cuidados podológicos.
Otras intervenciones económicas son:

Las pruebas de detección de retinopatía (causa de ceguera).


El control de los lípidos de la sangre (regulación de la concentración de colesterol).
La detección de los signos tempranos de nefropatía relacionada con la diabetes.
La diabetes mellitus es una enfermedad producida por una alteración del metabolismo (metabolismo es
un conjunto de reacciones químicas que tienen lugar en las células del cuerpo), caracterizada por un
aumento de la cantidad de glucosa en la sangre y por la aparición de complicaciones microvasculares
(enfermedad de los vasos sanguíneos finos del cuerpo, incluyendo vasos capilares) y cardiovasculares
(relativo al corazón y los vasos sanguíneos) que incrementan sustancialmente los daños en otros órganos
(riñones, ojos, corazón, nervios periféricos) y la mortalidad asociada con la enfermedad y reduce la
calidad de vida de las personas

La diabetes afecta a entre el 5 y el 10% de la población general, esta variación depende de los estudios
consultados. Debe tenerse en cuenta que se estima que por cada paciente diabético conocido existe otro
no diagnosticado. Su frecuencia aumenta significativamente con la edad y también con el exceso de peso
y la vida sedentaria, por estos motivos se espera un importante aumento del número de diabéticos en los
próximos decenios.

En la última Encuesta Nacional de salud del año 2001 (España) , un 5,6% de la población, había sido
diagnosticado de diabetes, la cifra alcanzaba el 16% en los mayores de 65 años, en la encuesta del año
1993 se declaraba afecto de diabetes sólo el 4,1%.

¿Cuáles son los síntomas de la Diabetes?

Los síntomas que produce la enfermedad son diferentes dependiendo del tipo de diabetes-

En la forma más común que es la tipo 2 los síntomas pueden ser escasos o poco llamativos:

• Sed
• Aumento de la cantidad de orina
• Aumento del apetito
• Picores
• Infecciones
• Enfermedades cardiovasculares asociadas

¿Cómo se diagnostica la diabetes?

La Diabetes se diagnostica midiendo la cantidad de glucosa en la sangre (Glucemia). La forma ideal es


medirla en la sangre venosa y con la persona en ayunas. A esta cifra la denominamos Glucemia Basal.

Hay otras formas y circunstancias de medir la cantidad de glucosa en la sangre; la glucosa medida en
sangre capilar (pinchando un dedo) o en las personas que no están en ayunas, estas cifras pueden
ayudar o incluso orientar al diagnóstico, pero la que se debe emplear como fiable para el diagnóstico, es
la glucosa en sangre venosa y con el sujeto en ayunas (GLUCEMIA BASAL EN PLASMA VENOSO).

Existe una prueba llamada Prueba de Tolerancia Oral a la Glucosa (PTOG) que consiste en administrar
una cantidad determinada de glucosa a la persona en ayunas y comprobar como se comporta la glucosa
en la sangre a lo largo de un cierto tiempo. Eso nos permite saber si esa persona tiene alterados los
mecanismos de metabolización de la glucosa. Esta prueba hoy en día se usa casi en exclusiva en las
mujeres embarazadas.

¿Cuáles son las cifras de glucosa en sangre normales y a partir de cuándo hablamos de Diabetes?

La cifra de glucosa en sangre se considera normal cuando es menor de 110 mg/dl.

Hablamos de Diabetes Mellitus si…

• La glucemia en ayunas en plasma venoso es mayor o igual 126 mg/dl (7 mmol/l) al


menos en dos ocasiones.
• Hay síntomas de diabetes (ver arriba) y una glucemia al azar en plasma venoso mayor o
igual 200 mg/dl (11,1 mmol/l). Aunque no se esté en ayunas. No es necesaria una segunda
determinación.
• La glucemia en plasma venoso a las 2 horas de la Prueba de Sobrecarga oral con 75 g
de glucosa es mayor o igual a 200 mg/dl (11,1 mmol/l).

¿Qué tipos de diabetes existen?

• Diabetes Tipo 1: resultado de la destrucción de las células del páncreas que producen la
insulina (células beta) y que predispone a una descompensación grave del metabolismo
llamada cetoacidosis. Es más típica en personas jóvenes (por debajo de los 30 años).
• Diabetes Tipo 2: Caracterizada por resistencia a la insulina que puede estar asociada o
no con una deficiencia de insulina y que puede estar presente con muy pocos síntomas
durante mucho tiempo. Esta forma es más común en personas mayores de 40 años aunque
cada vez es más frecuente que aparezca en sujetos más jóvenes.
• Diabetes Gestacional: diabetes cuyo inicio se reconoce durante el embarazo. Las
mujeres que la padecen deben ser estudiadas después del parto ya que la diabetes puede o
no persistir después.
• Otras formas de diabetes: condiciones variadas que consisten básicamente en formas
específicas, genéticas de diabetes, o diabetes asociada con otras enfermedades o el uso de
fármacos. Entre las más comunes están las enfermedades del páncreas y el uso de
corticoides en algunos tratamientos.
• Metabolismo Alterado de la Glucosa Existen algunas situaciones clínicas intermedias
entre la normalidad y la diabetes confirmada, se conocen como situaciones de Metabolismo
Alterado de la Glucosa, actualmente se ha vuelto a rescatar para denominarlas el término
prediabetes que estuvo abandonado durante algunos años. Esta alteración se caracteriza
por:

 Alteración metabólica intermedia entre la normalidad y la


diabetes.
 Son un factor de riesgo para desarrollar diabetes mellitus y
enfermedades cardiovasculares.

Existen dos formas clínicas:

• Glucemia basal alterada: (GBA): Glucemia plasmática en ayunas mayor de 110 mg/dl y
menor de 126 mg/dl.
• Tolerancia alterada a la glucosa: (TAG): Glucemia plamática a las 2 horas de la PTOG
con 75 gr de glucosa mayor de 140 mg/dl y menor de 200 mg/dl.

¿Quiénes deben someterse a pruebas para detectar una posible diabetes?

Se ha demostrado que sólo las personas de cierto riesgo deben ser investigadas para detectar una
posible diabetes silente; estos son:

• Mayores de 45 años (cada 3 años)


• A cualquier edad y cada año si:

 Tienen antecedentes de Diabetes Gestacional, Intolerancia a


glucosa o Glucosa Basal Alterada.
 Mujeres con antecedentes de hijos nacidos con más de 4,5 kg.
 Personas con exceso de peso (Indice de Masa Corporal mayor o
igual a 27 kg/m2 o mayor o igual a 120% del peso ideal).
 Personas con Hipertensión Arterial.
 Colesterol HDL menor o igual a 35 mg/dl y/o triglicéridos mayores
de 250 mg/dl).
 Historia familiar de diabetes en primer grado.

Método Recomendado: Glucemia en ayunas (GB) en plasma venoso.

¿Puede prevenirse la diabetes?

• En sujetos con elevado riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 la implantación de


programas de pérdida de peso y planes de ejercicio físico pueden contribuir a la disminución
del riesgo.
• Las personas con obesidad o sobrepeso y sedentarias tienen un riesgo muy elevado de
desarrollar un diabetes tipo 2. Existen diferentes estudios clínicos que demuestran que una
reducción moderada de peso y un programa de ejercicio físico de tan sólo media hora diaria
durante al menos cinco días a la semana, experimentan una drástica reducción del riesgo de
desarrollar una diabetes.
• Por su parte la prevención de la diabetes tipo 1 entra dentro del campo experimental
limitándose actualmente al campo de la investigación.

¿Por qué es tan importante prevenir la diabetes y detectarla lo antes posible?

La DM es una enfermedad que causa un aumento muy importante del riesgo de padecer y morir de una
enfermedad cardiovascular.
Esta es una asociación tan fuerte desde el punto de vista clínico que hoy muchos autores y comités de
expertos, recomiendan tratar al paciente con diabetes como si ya fuese seguro que sus arterias están
dañadas en lo referente a otros factores de riesgo cardiovascular como cifras de Colesterol, tensión
arterial, uso de fármacos antiagregantes plaquetarios etc.

Pero además la diabetes y sobre todo la diabetes mal controlada produce daños en múltiples órganos y
sistemas además de en los grandes y pequeños vasos sanguíneos del organismo; así puede causar.

• Por alteración de los grandes vasos: Infarto de miocardio, falta de riego en las
extremidades, accidentes cerebrovasculares, enfermedad por arteriosclerosis precoz. Etc.
• Daños en la retina de los ojos Retinopatía diabética.
• Daños en los riñones con nefropatía diabética.
• Daños en el sistema nervioso con neuropatía diabética.
• Diversos daños en la piel con dermopatía diabética.

¿Se pueden prevenir estas complicaciones?

Existen estudios que demuestran que el control óptimo de la diabetes permite prevenir o retrasar la
aparición de prácticamente todas las complicaciones.

En la diabetes tipo 1 el estudio conocido como DCCT (Diabetes Control Complications trial).

En la diabetes tipo 2 el estudio conocido como UKPDS (United Kingdom Prevention Diabetes Study).

En ambos se ha demostrado que un buen control metabólico, es crucial para prevenir la presencia de
complicaciones tanto a medio como a largo plazo.

¿Cómo se trata la Diabetes?

El tratamiento de la diabetes se sustenta en seis pilares básicos:

• Plan de alimentación: Un plan de alimentación va más allá de lo que entendemos por


una dieta. Debe ser un proyecto individualizado a las necesidades de cada persona, sus
preferencias y debe contemplar objetivos relacionados con la consecución de un peso
óptimo, situación laboral, disponibilidades etc.

• Plan de ejercicio físico: Presenta las mismas características de individualización que la


alimentación en cuanto a preferencias, objetivos etc. Lo ideal es alcanzar al menos 30
minutos diarios de ejercicio físico activo y preferentemente aeróbico (Caminar deprisa,
bicicleta, remo…).

• Medicación: existen múltiples y variadas disposiciones farmacológicas para el


tratamiento de la Diabetes. Lo importante es que Vd. observe escrupulosamente las normas
que su médico le indique tanto en cuanto a dosis como en cuanto a horarios, relación de la
medicación con la comida, precauciones con el alcohol, la conducción etc. Consulte con un
profesional sanitario. La mayor parte de los tratamientos farmacológicos de la Diabetes
pueden causar hipoglucemias (Bajadas peligrosas de la cifra de glucosa en la sangre) y Vd.
debe saber como evitarlas y como tratarlas si se presentan.

• Hábitos generales de higiene

• NO FUMAR. Quizás el principal consejo que todo paciente con diabetes


debe recibir es que NO FUME. El tabaco es un importante factor de riesgo
cardiovascular en todos los ciudadanos pero el aumento de riesgo que origina
en los diabéticos es mucho mayor.
• El desarrollar hábitos que permitan una vida regular y ordenada, con
horarios de comidas y de sueño regulares, horarios para el ejercicio físico
pautado etc. Son sumamente aconsejables.
• Los cuidados e higiene de los pies del diabético y de la piel en general
también deben ser considerados.

• Plan de autocontrol: todo paciente diabético debe ser instruido en las técnicas básicas
del autocontrol de su enfermedad y en el aprendizaje de las acciones básicas que debe
emprender ante las incidencias más comunes; cambios de horario, descompensaciones,
hipoglucemias, enfermedades intercurrentes etc. Con el fin de alcanzar el mayor grado de
autonomía que pueda.

• Controles periódicos:
• Una parte fundamental del tratamiento de la diabetes es la relacionada
con los controles periódicos, no sólo en relación con la realización de pruebas
analíticas que permitan afirmar o modificar el resto del tratamiento sino las
relacionadas con la detección precoz de complicaciones de la enfermedad. Esto
incluye detección precoz de la Retinopatía Diabética mediante el examen
periódico del fondo de ojo por un profesional competente, detección de
microalbuminuria para cribado de daño renal, control periódico de la Tensión
Arterial, evaluación del riesgo cardiovascular global con las pruebas que sean
necesarias etc.
• Los controles periódicos deben servir al paciente diabético y al
profesional que le atiende para evaluar los objetivos fijados y reajustarlos.

El equipo de profesionales que trata a un paciente con Diabetes, deberá establecer de acuerdo con el
propio paciente, las pautas y objetivos a alcanzar en cada una de estas áreas, ajustándose todo lo
posible a las preferencias del propio paciente y haciéndole partícipe de los objetivos y resultados
obtenidos, buscando la forma más factible de remover obstáculos y promover actitudes que permitan
alcanzar un buen control.

La educación del paciente con diabetes, proceso donde se integra toda la formación e información
contenida en todos los puntos antes reseñados, se ha revelado como una de las acciones más efectivas
para conseguir los objetivos de un buen control de la enfermedad.

¿Qué otros estudios complementan el estudio y evaluación del enfermo con Diabetes?

Existen múltiples estudios y pruebas que los profesionales sanitarios que son responsables del cuidado
del enfermo de diabetes realizan para mejorar el conocimiento y controlar el estado evolutivo de la
enfermedad.

En este apartado explicaremos algunas de las más comunes para conocer para qué sirven y cual es su
interpretación.

• Hemoglobina glicosilada o Glicohemoglobina: Esta prueba de laboratorio, se realiza


en la sangre y determina que proporción de la sustancia hemoglobina se encuentra unida a
la glucosa. Sirve para tener un conocimiento de cómo ha estado la cifra de glucosa en la
sangre en los últimos dos o tres meses. Es un parámetro muy usado para conocer si el
control metabólico es adecuado.
• Microalbuminuria: Consiste en determinar en la orina del paciente si se eliminan
pequeñas cantidades de albúmina. Esta eliminación se ha comprobado que es un buen
parámetro para medir mínimas lesiones en los riñones (nefropatía diabética) y para predecir
algunas complicaciones vasculares.
• Estudio de otros elementos que pueden ayudar a valorar el riesgo cardiovascular global
del diabético: Colesterol total, Hdl-Colesterol, Ldl-Colesterol, Triglicéridos. Determinación de
la Tensión arterial, Electrocardiograma.
• Estudio del fondo de ojo con dilatación de la pupila; se realiza para identificar signos
precoces de enfermedad en la retina producida por la diabetes (Retinopatía diabética).
• Exploración de los pulsos en las arterias de los pies y examen de los mismos
incluyendo exploración de la sensibilidad; se realiza para descartar la existencia del llamado
pie diabético.
¿Qué es?
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece debido a que el páncreas no fabrica la
cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, o bien la fabrica de una calidad inferior. La
insulina, una hormona producida por el páncreas, es la principal sustancia responsable del
mantenimiento de los valores adecuados de azúcar en sangre. Permite que la glucosa sea
transportada al interior de las células, de modo que éstas produzcan energía o almacenen la
glucosa hasta que su utilización sea necesaria. Cuando falla, origina un aumento excesivo del
azúcar que contiene la sangre (hiperglucemia). De hecho, el nombre científico de la enfermedad
es diabetes mellitus, que significa "miel".

Causas
La diabetes afecta al 6% de la población. Las posibilidades de contraerla aumentan a medida que
una persona se hace mayor, de modo que por encima de los setenta años la padece alrededor del
15% de las personas. Es esencial educar a los pacientes para que controlen su diabetes de forma
adecuada, ya que puede acarrear otras enfermedades tanto o más importantes que la propia
diabetes: enfermedades cardiovasculares, neurológicas, retinopatía (afección ocular que puede
conducir a la ceguera) o nefropatía (enfermedad del riñón). El momento de aparición de la
enfermedad, así como las causas y síntomas que presentan los pacientes, dependen del tipo de
diabetes de que se trate.

Diabetes tipo 1. Las edades más frecuentes en las que aparece son la infancia, la adolescencia
y los primeros años de la vida adulta. Acostumbra a presentarse de forma brusca, y muchas veces
independientemente de que existan antecedentes familiares. Se debe a la destrucción progresiva
de las células del páncreas, que son las que producen insulina. Ésta tiene que administrarse
artificialmente desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas particulares son el aumento de
la necesidad de beber y de la cantidad de orina, la sensación de cansancio y la pérdida de peso.
Diabetes tipo 2. Se presenta generalmente en edades más avanzadas y es unas diez veces mas
frecuente que la anterior. Por regla general, se da la circunstancia de que también la sufren o la
han sufrido otras personas de la familia. Se origina debido a una producción de insulina escasa,
junto con el aprovechamiento insuficiente de dicha sustancia por parte de la célula. Según qué
defecto de los dos predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas antidiabéticas o con
insulina (o con una combinación de ambas). No acostumbra a presentar ningún tipo de molestia
ni síntoma específico, por lo que puede pasar desapercibida para la persona afectada durante
mucho tiempo.
Diabetes gestacional. Se considera una diabetes ocasional. Se puede controlar igual que los
otros tipos de diabetes. Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de
energía. A veces, este aumento no se produce y puede originar una diabetes por embarazo.
Tampoco tiene síntomas y la detección se realiza casi siempre tras el análisis rutinario a que se
someten todas las embarazadas a partir de las 24 semanas de gestación.
Síntomas de Diabetes
Entre los principales síntomas de la diabetes se incluyen:

Frecuencia en orinar (fenómeno de la "cama mojada" en los niños).


Hambre inusual.
Sed excesiva.
Debilidad y cansancio.
Pérdida de peso.
Irritabilidad y cambios de ánimo.
Sensación de malestar en el estómago y vómitos.
Infecciones frecuentes.
Vista nublada.
Cortaduras y rasguños que no se curan, o que se curan muy lentamente.
Picazón o entumecimiento en las manos o los pies.
Infecciones recurrentes en la piel, la encía o la vejiga.
Además se encuentran elevados niveles de azúcar en la sangre y en la orina
Prevención
Para la diabetes tipo 1 no existe ningún método eficaz por el momento. En cambio, está
comprobado que la de tipo 2, que es la que aparece con más frecuencia, al estar relacionada con
la obesidad se puede tratar de evitar en gran medida adoptando unos hábitos de vida saludables:

Evitando el sobrepeso y la obesidad.


Realizando ejercicio físico de forma regular. - Abandonando el tabaco y las bebidas alcohólicas.
Siguiendo una dieta alimentaria sana. Para prevenir las hipoglucemias, los diabéticos deben tener
en cuenta lo siguiente:
Ajustar las dosis de los medicamentos a sus necesidades reales.
Mantener un horario de comidas regular en la medida de lo posible;
Tomar cantidades moderadas de hidratos de carbono antes de realizar ejercicios extraordinarios;
Llevar siempre azúcar consigo. En cuanto aparezcan los primeros signos de hipoglucemia, hay
que tomar azúcar (2 o 3 terrones), galletas (de 3 a 5 unidades) o beber un vaso (150 ml) de alguna
bebida que contenga hidratos de carbono de absorción rápida (zumos de frutas, cola, etc.). Los
síntomas suelen pasar en 5 o 10 minutos. Si la hipoglucemia es grave o la persona pierde la
conciencia, es necesario inyectarle una ampolla de glucagón por vía subcutánea (igual que la
insulina) o intramuscular (en la nalga). El glucagón moviliza las reservas de glucosa del
organismo y hace efecto en unos 10 minutos. Si no hay recuperación, el afectado debe recibir
asistencia médica inmediata.
Tipos de Diabetes
Diabetes Mellitus tipo 1 mediada por procesos autoinmunes:
Está causada por la destrucción autoinmune de las células del páncreas.
Representa la mayoría de los casos de diabetes mellitus tipo 1.
Lo normal es que aparezca en niños o adultos jóvenes, pero también puede darse en otras edades.
Suele comenzar de forma brusca.
Los factores de riesgo no están bien definidos, pero se sabe que están implicados en su aparición
factores genéticos, autoinmunes y ambientales.
Habitualmente el peso es normal o por debajo de lo normal, aunque la presencia de obesidad no
es incompatible con el diagnóstico.
Los pacientes son propensos a sufrir otras alteraciones del sistema inmunitario.
Diabetes Mellitus tipo 1 idiopática:
Se desconoce la causa que la provoca. Sólo pertenece a esta categoría una minoría de pacientes
con diabetes tipo 1, la mayoría de origen africano y asiático.
Existe un importante factor hereditario y no se dan alteraciones del sistema inmunitario.
En los pacientes, la necesidad de insulina puede aparecer y desaparecer.
Diabetes Mellitus tipo 2:
Aunque puede aparecer a cualquier edad, es habitual que comience en la edad adulta, después de
los 40 años.
Se caracteriza por la resistencia a la insulina y usualmente se asocia a un déficit relativo de
producción de esta sustancia por el páncreas.
La obesidad está presente en el 80 por ciento de los pacientes.
El riesgo de desarrollar esta forma de diabetes aumenta con la edad, el peso y la falta de actividad
física. Es más frecuente en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional y en individuos con
hipertensión o trastornos en el metabolismo de la grasas.
Representa el 90-95 por ciento del total de casos de diabetes mellitus.
Los pacientes no precisan insulina, aunque pueden requerirla para conseguir controlar el nivel de
glucosa.
Está frecuentemente asociada con una fuerte predisposición genética, aunque este factor es
complejo y no está claramente definido.
Diabetes gestacional:
Comienza o se diagnostica por vez primera durante el embarazo.
Aparece en entre un 2 y un 5 por ciento de los procesos de gestación.
Habitualmente, la paciente recobra el estado de normalidad tras el parto.
Las mujeres con diabetes gestacional tienen, a corto, medio o largo plazo, mayor riesgo de
desarrollar diabetes tipo 2.
Los factores de riesgo para la diabetes gestacional son la obesidad y los antecedentes familiares.
Otros tipos de diabetes:
Existen otros tipos de diabetes originados por un mal funcionamiento de las células del páncreas
o de la insulina que éstas fabrican, por problemas de metabolismo, etc. Muchas veces estas
disfunciones están causadas por defectos genéticos, drogas, infecciones u otras enfermedades.
Diagnósticos

Se establece el diagnóstico de diabetes cuando una persona tiene valores anormalmente elevados
de azúcar en la sangre. A menudo se controlan los valores de azúcar en la sangre durante un
examen anual de rutina o durante una exploración clínica que se realiza antes de la incorporación
a un nuevo empleo o de la práctica de un deporte. También pueden realizarse análisis para
determinar la posible causa de síntomas como aumento de la sed, la micción o el hambre, o si
existen factores de riesgo característicos como antecedentes familiares de diabetes, obesidad,
infecciones frecuentes o cualquier otra complicación asociada con la diabetes.

Para medir la concentración de azúcar en la sangre se obtiene una muestra de sangre del paciente,
quien deberá estar en ayunas por lo menos 8 horas antes de la prueba, pudiéndose también
obtener después de comer. Es normal cierto grado de elevación de los valores de azúcar en la
sangre después de comer, pero incluso entonces los valores no deberían ser muy elevados. En las
personas mayores de 65 años es mejor realizar la prueba en ayunas, dado que los ancianos tienen
un mayor incremento de las concentraciones de azúcar en la sangre después de comer.

Hay otra clase de análisis de sangre, llamado prueba de tolerancia oral a la glucosa, que se realiza
en ciertos casos, como cuando se sospecha que una mujer embarazada tiene diabetes gestacional.
En esta prueba se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir el valor de azúcar y se
suministra a la paciente una solución especial para beber, la cual contiene una cantidad estándar
de glucosa. Durante las 2 o 3 horas siguientes se obtienen varias muestras de sangre.

Tratamientos
El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y medicación.
Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad para
minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad. En muchos pacientes con
diabetes tipo II no sería necesaria la medicación si se controlase el exceso de peso y se llevase a
cabo un programa de ejercicio físico regularmente. Sin embargo, es necesario con frecuencia una
terapia sustitutiva con insulina o la toma de fármacos hipoglucemiantes por vía oral.

Fármacos hipoglucemiantes orales. Se prescriben a personas con diabetes tipo II que no


consiguen descender la concentración de azúcar en sangre a través de la dieta y la actividad
física, pero no son eficaces en personas con diabetes tipo I.

Tratamiento con insulina. En pacientes con diabetes tipo I es necesario la administración exógena
de insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es requerida en
diabetes tipo II si la dieta, el ejercicio y la medicación oral no consiguen controlar los niveles de
glucosa en sangre. La insulina se administra a través de inyecciones en la grasa existente debajo
de la piel del brazo, ya que si se tomase por vía oral sería destruida en aparato digestivo antes de
pasar al flujo sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los alimentos que se
ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta estable y una
actividad física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo, cualquier cambio en la
dieta habitual o la realización de algún deporte exigen modificaciones de las pautas de insulina.
La insulina puede inyectarse a través de distintos dispositivos:
Jeringuillas tradicionales, de un solo uso, graduadas en unidades internacionales (de 0 a 40).

Plumas para inyección de insulina. Son aparatos con forma de pluma que tienen en su interior un
cartucho que contiene la insulina. El cartucho se cambia cuando la insulina se acaba, pero la
pluma se sigue utilizando.

Jeringas precargadas. Son dispositivos similares a las plumas, pero previamente cargados de
insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira toda la jeringa. El nivel de glucosa en sangre
depende de la zona del cuerpo en que se inyecta la insulina. Es aconsejable que se introduzca a
través del abdomen, los brazos o muslos. Penetra más rápidamente si se inyecta en el abdomen.
Se recomienda inyectar siempre en la misma zona, aunque desplazando unos dos centímetros el
punto de inyección de una vez a otra. Hay que evitar las inyecciones en los pliegues de la piel, la
línea media del abdomen y el área de la ingle y el ombligo.
La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos,2 que afecta a diferentes
órganos y tejidos, dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en
la sangre: hiperglucemia.3 La causan varios trastornos, siendo el principal la baja producción de
la hormona insulina, secretada por las células β del páncreas, o por su inadecuado uso por parte
del cuerpo,4 5 que repercutirá en el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas.

Los síntomas principales de la diabetes mellitus son emisión excesiva de orina (poliuria),
aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia), incremento de la sed (polidipsia), y
pérdida de peso sin razón aparente.6 La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas
de diabetes mellitus: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo),5 cada una
con diferentes causas y con distinta incidencia. Varios procesos patológicos están involucrados en
el desarrollo de la diabetes, le confieren un carácter autoinmune, característico de la DM tipo 1,
hereditario y resistencia del cuerpo a la acción de la insulina, como ocurre en la DM tipo 2.

Para el 2000, se estimó que alrededor de 171 millones de personas eran diabéticos en el mundo y
que llegarán a 370 millones en 2030.7 Este padecimiento causa diversas complicaciones, dañando
frecuentemente a ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos. Sus complicaciones agudas
(hipoglucemia, cetoacidosis, coma hiperosmolar no cetósico) son consecuencia de un control
inadecuado de la enfermedad mientras sus complicaciones crónicas (cardiovasculares,
nefropatías, retinopatías, neuropatías y daños microvasculares) son consecuencia del progreso de
la enfermedad. El Día Mundial de la Diabetes se conmemora el 14 de noviembre.

Clasificación

Actualmente existen dos clasificaciones principales. La primera, correspondiente a la OMS, en la


que sólo reconoce tres tipos de diabetes (tipo 1, tipo 2 y gestacional) y la segunda, propuesta por
la Asociación Americana de Diabetes (ADA) en 1997. Según el Comité de expertos de la ADA,
los diferentes tipos de DM se clasifican en 4 grupos:

a) Diabetes Mellitus tipo 1.


b) Diabetes Mellitus tipo 2
c) Diabetes gestacional
d) Otros tipos de Diabetes Mellitus

Diabetes mellitus tipo 1 autoinmune

Este tipo de diabetes corresponde a la llamada antiguamente Diabetes Insulino dependiente o


Diabetes de comienzo juvenil. Se presenta mayoritariamente en individuos jóvenes, aunque puede
aparecer en cualquier etapa de la vida, y se caracteriza por la nula producción de insulina debida
a la destrucción autoinmune de las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas mediadas
por las células T.8 Se suele diagnosticar antes de los 30 años de edad, y afecta a cerca de 4.9
millones de personas en todo el mundo, de las que 1,27 millones son europeos, lo que arroja una
prevalencia del 0,19 por ciento de la población total, aunque la prevalencia más alta, de 0,25 por
ciento, se encuentra en América del Norte, variaciones que reflejan la distinta susceptibilidad
genética entre poblaciones.9

Diabetes mellitus tipo 2

Se caracteriza por un complejo mecanismo fisiopatológico, cuyo rasgo principal es el déficit


relativo de producción de insulina y una deficiente utilización periférica por los tejidos de
glucosa (resistencia a la insulina), esto quiere decir que el receptor de insulina de las células que
se encargan de facilitar la entrada de la glucosa a la propia célula están dañados. Se desarrolla a
menudo en etapas adultas de la vida, y es muy frecuente la asociación con la obesidad;
anteriormente llamada diabetes del adulto o diabetes relacionada con la obesidad. Varios
fármacos y otras causas pueden, sin embargo, causar este tipo de diabetes. Es muy frecuente la
diabetes tipo 2 asociada a la toma prolongada de corticoides, frecuentemente asociada a la
hemocromatosis no tratada. Insulinorresitencia. La diabetes tipo 2 representa un 80%-90% de
todos los pacientes diabéticos.

Diabetes mellitus gestacional

La también llamada diabetes del embarazo aparece durante la gestación en un porcentaje de 1% a


14% de las pacientes, y casi siempre, debuta entre las semanas 24 y 28 del embarazo. En
ocasiones puede persistir después del parto y se asocia a incremento de trastornos en la madre
(hipertensión o presión arterial elevada, infecciones vaginales y en vías urinarias, parto prematuro
y cesárea) y daños graves al bebé (muerte fetal o macrosomía, esto es, crecimiento exagerado del
producto debido a que está expuesto a mayor cantidad de glucosa que la habitual —esto se debe a
que estimula su páncreas y segrega abundante insulina que contribuye a incrementar su desarrollo
—, lo que puede generarle lesiones al momento de pasar por el canal de parto).

El embarazo constituye un esfuerzo metabólico en el cuerpo de la madre, ya que el bebé utiliza


sus órganos para obtener alimento (energía), oxígeno y eliminar sus desechos. Por esta razón, la
mujer que se embaraza tiene mayor posibilidad de presentar una deficiencia de la hormona que
permite que el azúcar o glucosa sea empleada por las célula (insulina), haciendo que se presente
este problema.10

Otros tipos de diabetes mellitus

Otros tipos de diabetes mellitus menores (< 5% de todos los casos diagnosticados):

Tipo 3A: defecto genético en las células beta.


Tipo 3B: resistencia a la insulina determinada genéticamente.
Tipo 3C: enfermedades del páncreas.
Tipo 3D: causada por defectos hormonales.
Tipo 3E: causada por compuestos químicos o fármacos

Etimología

Proviene del latín diabētes, y éste del griego διαβήτης, (diabétes, 'correr a través' con δια o 'dia-',
'a través', y βήτης o 'betes', 'correr', de διαβαίνειν (diabaínein, ‘atravesar’). Como término para
referirse a la enfermedad caracterizada por la eliminación de grandes cantidades de orina
(poliuria), empieza a usarse en el siglo I en el sentido etimológico de «paso», aludiendo al «paso
de orina» de la poliuria. Fue acuñado por el filósofo griego Arateus de Cappadocia.

La palabra Mellitus (griego mel, "miel") se agregó en 1675 por Thomas Willis cuando notó que
la orina de un paciente diabético tenía sabor dulce.

Descripción general

Las células metabolizan la glucosa para convertirla en una forma de energía útil; por ello el
organismo necesita recibir glucosa (a través de los alimentos), absorberla (durante la digestión)
para que circule en la sangre y se distribuya por todo el cuerpo, y que finalmente, de la sangre
entre al interior de las células para que pueda ser utilizada. Esto último sólo ocurre bajo los
efectos de la insulina, una hormona secretada por el páncreas.

En la DM (diabetes mellitus) el páncreas no produce o produce muy poca insulina (DM Tipo I) o
las células del cuerpo no responden normalmente a la insulina que se produce (DM Tipo II).

Esto evita o dificulta la entrada de glucosa en la célula, aumentando sus niveles en la sangre
(hiperglucemia). La hiperglucemia crónica que se produce en la diabetes mellitus tiene un efecto
tóxico que deteriora los diferentes órganos y sistemas y puede llevar al coma y la muerte.

La diabetes mellitus es un trastorno endocrino-metabólico crónico, que afecta la función de todos


los órganos y sistemas del cuerpo: el proceso mediante el cual se dispone del alimento como
fuente energética para el organismo (metabolismo), los vasos sanguíneos (arterias, venas y
capilares) y la circulación de la sangre, el corazón, los riñones, y el sistema nervioso (cerebro,
retina, sensibilidad cutánea y profunda, etc.).

Síntomas y signos de diabetes mellitus no tratada

En el caso de que todavía no se haya diagnosticado la DM ni comenzado su tratamiento, o que no


esté bien tratada, se pueden encontrar los siguientes signos (derivados de un exceso de glucosa en
sangre, ya sea de forma puntual o continua):

Signos y síntomas más frecuentes:

• Poliuria, polidipsia y polifagia.


• Pérdida de peso a pesar de la polifagia.
• Fatiga o cansancio.
• Cambios en la agudeza visual.

Signos y síntomas menos frecuentes:

• Vaginitis en mujeres, balanitis en hombres.


• Aparición de glucosa en la orina u orina con sabor dulce.
• Ausencia de la menstruación en mujeres.
• Aparición de impotencia en los hombres.
• Dolor abdominal.
• Hormigueo o adormecimiento de manos y pies, piel seca, úlceras o heridas que cicatrizan
lentamente.
• Debilidad.
• Irritabilidad.
• Cambios de ánimo.
• Náuseas y vómitos.
• Mal aliento

Diagnóstico

Se basa en la medición única o continua (hasta 2 veces) de la concentración de glucosa en


plasma. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció los siguientes criterios en 1999
para establecer con precisión el diagnóstico:2

• Síntomas clásicos de la enfermedad (Poliuria, Polidipsia, Polifagia y Pérdida de peso


inexplicable) más una toma sanguínea casual o al azar con cifras mayores o iguales de
200mg/dl (11.1 mmol/L)

• Medición de glucosa en plasma en ayunas mayor o igual a 126mg/dl (7.0 mmol/L).


Ayuno se define como no haber ingerido alimentos en al menos 8 horas.

• La prueba de tolerancia a la glucosa oral (curva de tolerancia a la glucosa). La medición


en plasma se hace dos horas posteriores a la ingesta de 75g de glucosa en 375 ml de agua;
la prueba es positiva con cifras mayores o iguales a 200 mg/dl (11,1 mmol/l).

Tanto en la diabetes tipo 1 como en la tipo 2, como en la gestacional, el objetivo del tratamiento
es restaurar los niveles glucémicos normales, entre 70 y 105 mg/dl. En la diabetes tipo 1 y en la
diabetes gestacional se aplica un tratamiento sustitutivo de insulina o análogos de la insulina. En
la diabetes tipo 2 puede aplicarse un tratamiento sustitutivo de insulina o análogos, o bien, un
tratamiento con antidiabéticos orales.

Para determinar si el tratamiento está dando resultados adecuados se realiza una prueba llamada
hemoglobina glucosilada (HbA1c ó A1c). Una persona No-diabética tiene una HbA1c < 6 %. El
tratamiento debería acercar los resultados de la A1c lo máximo posible a estos valores.
Un amplio estudio denominado DDCT demostró que buenos resultados en la A1c durante años
reducen o incluso eliminan la aparición de complicaciones tradicionalmente asociadas a la
diabetes: insuficiencia renal crónica, retinopatía diabética, neuropatía periférica, etc.

Intervenciones orientadas al estilo de vida

Los principales factores ambientales que incrementan el riesgo de diabetes tipo 2 son la nutrición
excesiva y una forma de vida sedentaria, con el consiguiente sobrepeso y obesidad.

Una pérdida de peso mínima, incluso de 4 kg, con frecuencia mejora la hiperglucemia. En la
prevención de la enfermedad, una pérdida similar reduce hasta en un 60% el riesgo.

Un tratamiento completo de la diabetes debe de incluir no solo una dieta sana (como, por
ejemplo, la dieta mediterránea) y ejercicio físico moderado y habitual sino también un control
médico constante. Asimismo conviene eliminar otros factores de riesgo cuando aparecen al
mismo tiempo como la hipercolesterolemia.

Medicamentos

• Biguanidas. Como la metformina. Aumentan la sensibilidad de los tejidos periféricos a la


insulina, actuando como normoglicemiante
• Sulfonilureas. Como la clorpropamida y glibenclamida. Reducen la glucemia
intensificando la secreción de insulina. En ocasiones se utilizan en combinación con
Metformina.
• Meglitinidas. Como la repaglinida y nateglinida. Estimulan la secreción de insulina.
• Inhibidores de α-glucosidasa. Como la acarbosa. Reducen el índice de digestión de los
polisacáridos en el intestino delgado proximal, disminuyendo principalmente los niveles
de glucosa posprandial.
• Tiazolidinediona. Como la pioglitazona. Incrementan la sensibilidad del músculo, la
grasa y el hígado a la insulina.
• Insulina. Es el medicamento más efectivo para reducir la glucemia aunque presenta
hipoglucemia como complicación frecuente.
• Agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1). Como la exenatida. El GLP-
1 es un péptido de origen natural producido por las células L del intestino delgado,
potencia la secreción de insulina estimulada por la glucosa.
• Agonistas de amilina. Como la pramlintida. Retarda el vaciamiento gástrico, inhibe la
producción de glucagon de una manera dependiente de la glucosa.
• Inhibidores de la Di-Peptidil-Peptidasa-IV. Como la sitagliptina. Intensifican los
efectos de GLP-1.

Para conseguir un buen control de la Diabetes Mellitus, en todos los tipos de ésta, es
imprescindible la Educación Terapéutica en Diabetes que, impartida por profesionales sanitarios
específicamente formados en Educación Terapéutica en Diabetes (médicos o enfermeros/as-
Educadores Terapéuticos en Diabetes-), persigue el adiestramiento de la persona con Diabetes y
de las personas cercanas a ella, para conseguir un buen control de su enfermedad, modificando
los hábitos que fuesen necesarios, para el buen seguimiento del tratamiento (Dieta + Ejercicio
Físico + Tratamiento medicamentoso-si precisa-).

Dieta y ejercicio físico

Mantener una dieta sana es una de las mejores maneras que se puede tratar la diabetes. Ya que no
hay ningún tratamiento que se deshaga de la diabetes, en cuanto la persona sea diagnosticada con
diabetes debe empezar a mantener una dieta sana. La persona debe cuidar la cantidad de gramos
de carbohidratos que come durante el día, adaptándola a las necesidades de su organismo y
evitando los alimentos con índice glucémico alto. Lo que esto significa es que la persona no
puede comer muchas comidas con contenido de harina blanca. Elegir panes y pastas hechas de
harina integral es no solo mucho más saludable sino que también va a ayudar a la persona
controlar mejor la insulina que el cuerpo produce. También hay muchos productos en el mercado
que están hechos para los diabéticos. En los EE.UU. los productos se llaman “Sugar Free”, o sea,
“Sin Azúcar”. Estos productos tienen contenidos de azúcar artificial que no tiene calorías pero le
da el sabor dulce a la comida. Se debe, no obstante, tener mucho cuidado con estos productos, ya
que "Sin azúcar" (O sin carbohidratos con índice glucémico alto), no es lo mismo que "Sin
Carbohidratos". Unas galletas en las que figure "Sin azúcar" contendrán muy pocos hidratos de
carbono con índice glucémico alto, pero contendrán no obstante muchos hidratos de carbono
procedentes del cereal de las galletas que es necesario controlar.

El ejercicio es otra cosa muy importante en el tratamiento de la diabetes. Primero que todo, es
importante porque en la mayoría de casos de diabetes, la persona debe bajar un poco de kilos y el
ejercicio es muy importante en este procedimiento. El ejercicio también afecta los niveles de
insulina que produce el cuerpo.

Historia de la Diabetes Mellitus

La diabetes mellitus era ya conocida antes de la era cristiana. En el papiro de Ebers descubierto
en Egipto y que data al siglo XV a. C., ya se describen síntomas que parecen corresponder a la
diabetes. Fue Areteo de Capadocia quien, en el siglo II de la era cristiana, le dio a esta afección el
nombre de diabetes, que significa en griego correr a través, refiriéndose al signo más llamativo
que es la eliminación exagerada de agua por el riñón, expresando que el agua entraba y salía del
organismo del diabético sin fijarse en él.

En el siglo II Galeno también se refirió a la diabetes. En los siglos posteriores no se encuentran


en los escritos médicos referencias a esta enfermedad hasta que, en el siglo XI, Avicena habla
con clara precisión de esta afección en su famoso Canon de medicina. Tras un largo intervalo fue
Tomás Willis quien, en 1679, hizo una descripción magistral de la diabetes, quedando desde
entonces reconocida por su sintomatología como entidad clínica. Fue él quien, refiriéndose al
sabor dulce de la orina, le dio el nombre de diabetes mellitus (sabor a miel).

En 1775 Dopson identificó la presencia de glucosa en la orina. Frank, en esa época también,
clasificó la diabetes en dos tipos: diabetes mellitus (o diabetes vera), y diabetes insípida (porque
esta última no presentaba la orina dulce). La primera observación necrópsica en un diabético fue
realizada por Cawley y publicada en el “London Medical Journal” en 1788. Casi en la misma
época el inglés John Rollo atribuyó la dolencia a una causa gástrica y consiguió mejorías notables
con un régimen rico en proteínas y grasas y limitado en hidratos de carbono. Los primeros
trabajos experimentales relacionados con el metabolismo de los glúcidos fueron realizados por
Claude Bernard quien descubrió, en 1848, el glucógeno hepático y provocó la aparición de
glucosa en la orina excitando los centros bulbares.

En la segunda mitad del siglo XIX el gran clínico francés Bouchardat señaló la importancia de la
obesidad y de la vida sedentaria en el origen de la diabetes y marcó las normas para el
tratamiento dietético, basándolo en la restricción de los glúcidos y en el bajo valor calórico de la
dieta. Los trabajos clínicos y anatomopatológicos adquirieron gran importancia a fines del siglo
pasado, en manos de Frerichs, Cantani, Naunyn, Lanceraux, etc. y culminaron con las
experiencias de pancreatectomía en el perro, realizadas por Mering y Minkowski en 1889. La
búsqueda de la presunta hormona producida por las células descritas en el páncreas, en 1869, por
Langerhans, se inició de inmediato. Hedon, Gley, Laguesse y Sabolev estuvieron muy cerca del
ansiado triunfo, pero éste correspondió, en 1921, a los jóvenes canadienses Banting y Charles
Best, quienes consiguieron aislar la insulina y demostrar su efecto hipoglucemiante. Este
descubrimiento significó una de las más grandes conquistas médicas del siglo XX, porque
transformó el porvenir y la vida de los diabéticos y abrió amplios horizontes en el campo
experimental y biológico para el estudio de la diabetes y del metabolismo de los glúcidos

Causas

En un principio se pensaba que el factor que predisponía para la enfermedad era un consumo alto
de hidratos de carbono de rápida absorción. Después se vio que no había un aumento de las
probabilidades de contraer diabetes mellitus en relación con los hidratos de carbono de
asimilación lenta.
Actualmente se piensa que los factores más importantes en la aparición de una diabetes tipo 2
son, además de una posible resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa, el exceso de peso
y la falta de ejercicio. De hecho, la obesidad abdominal se asocia con elevados niveles de ácidos
grasos libres, los que podrían participar en la insulinorresistencia y en el daño a la célula beta-
pancreática. Para la diabetes tipo 1 priman, fundamentalmente, la herencia genética, o bien,
alguna patología que influya en el funcionamiento del páncreas (diabetes tipo 1 fulminante).
La actividad física mejora la administración de las reservas de azúcares del cuerpo y actúa de
reguladora de las glucemias. Las reservas de Glucógeno aumentan y se dosifican mejor cuando el
cuerpo está en forma, ya que las grasas se queman con más facilidad, reservando más los hidratos
de carbono para esfuerzo intensos o en caso de que la actividad sea muy larga que las reservas
aguanten más

Complicaciones de la diabetes

Independiente del tipo de diabetes mellitus, un mal nivel de azúcar en la sangre conduce a las
siguientes enfermedades. Bases son las modificaciones permanentes de las estructuras
constructoras de proteínas y el efecto negativo de los procesos de reparación, p.ej.: la formación
desordenada de nuevos vasos sanguíneos.

• Daño de los pequeños vasos sanguíneos (microangiopatía)


• Daño de los nervios periféricos (polineuropatía)
• Pie diabético: heridas difícilmente curables y la mala irrigación sanguínea de los pies,
puede conducir a laceraciones y eventualmente a la amputación de las extremidades
inferiores.
• Daño de la retina (retinopatía diabética)
• Daño renal Desde la nefropatía incipiente hasta la Insuficiencia renal crónica terminal
• Hígado graso o Hepatitis de Hígado graso (Esteatosis hepática)
• Daño de los vasos sanguíneos grandes (macroangiopatía): trastorno de las grandes
Arterias. Esta enfermedad conduce a infartos, apoplejías y trastornos de la circulación
sanguínea en las piernas. En presencia simultánea de polineuropatía y a pesar de la
circulación sanguínea crítica pueden no sentirse dolores.
• Cardiopatía: Debido a que el elevado nivel de glucosa ataca el corazón ocasionando
daños y enfermedades coronarias.
• Coma diabético: Sus primeras causas son la Diabetes avanzada, Hiperglucemia y el
sobrepeso.
• Dermopatía diabética: o Daños a la piel.
• Hipertensión Arterial: Debido a la cardiopatía y problemas coronarios, consta que la
hipertension arterial y la diabetes son enfermedades "Hermanadas"

La retinopatía diabética: es una complicación ocular de la diabetes, causada por el deterioro de


los vasos sanguíneos que irrigan la retina del fondo del ojo. El daño de los vasos sanguíneos de la
retina puede tener como resultado que estos sufran una fuga de fluido o sangre. Cuando la sangre
o líquido que sale de los vasos lesiona o forma tejidos fibrosos en la retina, la imagen enviada al
cerebro se hace borrosa.

Neuropatía diabética: neuropatía o trastorno neuropático a los cuales se asocian diabetes mellitus.
Estos estados se piensan para resultar de lesión microvascular diabética que involucra los vasos
sanguíneos menores que suministra los nervios de los vasos. Los estados relativamente comunes
que se pueden asociar a neuropatía diabética incluyen tercera parálisis del nervio;
mononeuropatía; mononeuropatía múltiple; amilotrofía diabética; polineuropatía dolor;
nueropatía autonómica; y neuropatía toracoabdominal

La angiopatía diabética es una enfermedad de los vasos sanguíneos relacionada con el curso
crónico de la diabetes mellitus, la principal causa de insuficiencia renal a nivel mundial. La
angiopatía diabética se caracteriza por una proliferación del endotelio, acúmulo de glicoproteínas
en la capa íntima y espesor de la membrana basal de los capilares y pequeños vasos sanguíneos.
Ese espesamiento causa tal reducción de flujo sanguíneo, especialmente a las extremidades del
individuo, que aparece gangrena que requiere amputación, por lo general de los dedos del pie o el
pie mismo. Ocasionalmente se requiere la amputación del miembro entero. La angiopatía
diabética es la principal causa de ceguera entre adultos no ancianos en los Estados Unidos. En
Cuba, la tasa de angiopatías periféricas en la población diabética alcanzan los 19,5 por cada 100
mil habitantes

Cuando decimos que el Pie Diabético tiene una "base etiopatogénica neuropática" hacemos
referencia a que la causa primaria que hace que se llegue a padecer un Pie Diabético está en el
daño progresivo que la diabetes produce sobre los nervios, lo que se conoce como "Neuropatía".
Los nervios están encargados de informar sobre los diferentes estímulos (nervios sensitivos) y de
controlar a los músculos (nervios efectores). En los díabéticos, la afectación de los nervios hace
que se pierda la sensibilidad, especialmente la sensibilidad dolorosa y térmica, y que los
músculos se atrofien, favoreciendo la aparición de deformidades en el pie, ya que los músculos se
insertan en los huesos, los movilizan y dan estabilidad a la estructura ósea.

El hecho de que una persona pierda la sensibilidad en el pie implica que si se produce una herida,
un roce excesivo, una hiperpresión de un punto determinado o una exposición excesiva a fuentes
de calor o frío no se sientan. El dolor es, no lo olvidemos, un mecanismo defensivo del
organismo que nos incita a tomar medidas que nos protejan de factores agresivos. Los diabéticos
pueden sufrir heridas y no darse cuenta. Además, la pérdida de control muscular favorece como
decimos la aparición de deformidades y éstas pueden al mismo tiempo favorecer roces, cambios
en la distribución de los apoyos del pie durante la marcha y en definitiva, predisponer a
determinados puntos del pie a agresiones que, de no ser atajadas a tiempo, pueden resultar fatales.

Complicaciones agudas

Estados hiperosmolares: llamados de manera coloquial "coma diabético", comprenden dos


entidades clínicas definidas: la cetoacidosis diabética (CAD) y el coma hiperosmolar no cetósico
(CHNS). Ambos tiene en común –como su nombre lo dice–, la elevación patológica de la
osmolaridad sérica. Esto es resultado de niveles de glucosa sanguínea por encima de 250 mg/dL,
llegando a registrarse, en casos extremos más de 1 000 mg/dL. La elevada osmolaridad sanguínea
provoca diuresis osmótica y deshidratación, la cual pone en peligro la vida del paciente.

La cetoacidosis suele evolucionar rápidamente, se presenta en pacientes con DM tipo 1 y presenta


acidosis metabólica; en cambio el coma hiperosmolar evoluciona en cuestión de días, se presenta
en ancianos con DM tipo 2 y no presenta cetosis. Tienen en común su gravedad, la presencia de
deshidratación severa y alteraciones electrolíticas, el riesgo de coma, convulsiones, insuficiencia
renal aguda, choque hipovolémico, falla orgánica múltiple y muerte.

Los factores que los desencadenan suelen ser: errores, omisiones o ausencia de tratamiento,
infecciones agregadas -urinarias, respiratorias, gastrointestinales-, cambios en hábitos
alimenticios o de actividad física, cirugías o traumatismos, entre otros.

Hipoglucemia: Disminución del nivel de glucosa en sangre por debajo de los 50 mg/dL. Puede
ser consecuencia de ejercicio físico no habitual o sobreesfuerzo, sobredosis de insulina, cambio
en el lugar habitual de inyección, ingesta insuficiente de hidratos de carbono, diarreas o vómitos,
etc.

Dieta en la diabetes

Una alimentación equilibrada consiste de 50 a 60% de carbohidratos, 10 a 15% de proteínas y 20


a 30% de grasas. Esto es válido para todas las personas y con ello es también la composición
alimenticia recomendable para los diabéticos del tipo 2. Una dieta reductiva común consiste de la
alimentación con una menor cantidad de calorías. La cantidad de calorías debe establecerse para
cada individuo. Ha dado buenos resultados que se fijen consumos calóricos totales semanales y
no se esclavice a límites calóricos diarios. También ha dado buenos resultados la conducción de
un registro diario de alimentación para mantener el control..

La nutrición balanceada es un elemento indispensable para el tratamiento de la diabetes mellitus.


Un buen régimen alimentario se caracteriza por ser individual. Para ello debemos tener en cuenta
la edad, el sexo, el peso, la estatura, el grado de actividad, clima en que habita, el momento
biológico que se vive (por ejemplo una mujer en embarazo, un recién nacido, un niño en
crecimiento, un adulto o un anciano), así como también la presencia de alteraciones en el nivel de
colesterol, triglicéridos o hipertensión arterial.

Alimentos muy convenientes Son los que contienen mucha agua y pueden comerse libremente. Se
encuentran en la acelga, apio, alcachofa, berenjena, berros, brócoli, calabaza, calabacín, cebolla
cabezona, pepino cohombro, coliflor, espárragos, espinacas, habichuela, lechuga, pepinos,
pimentón, rábanos, repollo, palmitos y tomate.

Alimentos convenientes Son los alimentos que pueden ser consumidos por la persona diabética
sin exceder la cantidad ordenada por el nutricionista. En estos se encuentran las harinas: Arroz,
pastas, papa, yuca (mandioca), mazorca, plátano, avena, cebada, fríjol, lenteja, garbanzo, soya,
alverjas, habas, panes integrales y galletas integrales o de soda. En las frutas son convenientes las
curubas, fresas, guayabas, mandarina, papaya, patilla, melón, piña, pitaya, pera, manzana,
granadilla, mango, maracuyá, moras, naranja, durazno, zapote, uchuvas, uvas, banano, tomate de
árbol, mamey y chirimoya. En cuanto a los lácteos son convenientes la leche descremada,
cuajada, kumis y yogurt dietético. También son saludables las grasas de origen vegetal como el
aceite de canola, de maíz, la soya, el aceite de girasol, ajonjolí y de oliva. Las verduras como
zanahoria, auyama, etc.

Alimentos inconvenientes

Carbohidratos simples como el azúcar, la panela, miel, melazas, chocolates, postres endulzados
con azúcar, helados, bocadillos, mermeladas, dulces en general y gaseosas corrientes. También
son inconvenientes las grasas de origen animal como las carnes grasas, embutidos, mantequilla,
crema de leche, mayonesas, manteca, tocino de piel de pollo y quesos doble crema.

Cómo debe ser el horario de las comidas.

Hay que comer cada 3 a 4 horas (alimentación fraccionada) ya que de esta manera se evita una
hipoglucemia o baja en nivel de azúcar en la sangre. El alimento se ajusta a la acción de los
medicamentos para el tratamiento de la diabetes, sean estos hipoglicemiantes orales como son las
tabletas o la acción de la insulina inyectada.

Laboratorios

Existen exámenes de laboratorio para monitorizar los órganos afectados en la diabetes mellitus
(mediante control del nivel de glucosa, función renal, dislipidemia, etc.). Además de un examen
médico adecuado, el laboratorio brinda actualmente exámenes como los siguientes:

Exámenes de laboratorio de rutina de seguimiento y para monitorizar complicaciones en órganos


blanco.

• Determinación de microalbuminuria en orina de 24 h


• Hemoglobina glucosilada
• Perfil de lípidos
• Creatininemia, uremia, electrolitos plasmaticos

Revisiones por especialistas que también ayudan a evitar complicaciones.

• Revisión anual por oftalmología, preferentemente revisión de fondo de ojo con pupila
dilatada.
• Revisión por cardiología, con monitorización de la presión arterial, perfil de lípidos y de
ser necesario prueba de esfuerzo.
• Revisión del plan de alimentación por experto en nutrición.
• Revisión por podología por onicomicosis, tiña, uñas incarnadas (onicocriptosis)

Hemoglobina glucosilada

Este examen sencillo ofrece un resultado muy valioso en cuanto al control del paciente con
diabetes. Su principio básico es el siguiente: la hemoglobina es una proteína que se encuentra
dentro de los glóbulos rojos de la sangre y de lo que se ocupa es del transporte de oxígeno, el cual
lo toma a nivel pulmonar y por esta vía la lleva al resto del cuerpo pulmones hacia todas las
células del organismo. Pero esta afinidad no es precisamente nada más con el oxígeno. La
glucosa se une también a ella sin la acción de insulina.

La misma fisiopatología de la diabetes nos indica que la glucosa se encontrará en niveles muy
elevados en sangre, por la deficiencia de insulina o por la incapacidad de esta para poderla llevar
a las células (resistencia a la insulina). Esa glucosa en exceso entra a los glóbulos rojos y se une
con moléculas de hemoglobina, glucosilándola. En sentido de proporción, a mayor glucosa,
mayor hemoglobina glucosilada. Aunque la hemoglobina glucosilada tiene varias fracciones
( HbA1a, HbA1b, y HbA1c) la más estable, la que tiene una unión con la glucosa más específica
es la fracción HbA1c.

El tiempo de vida de los glóbulos rojos es aproximadamente de 120 días. Esta medición expresa
el nivel de azúcar en promedio de 2 a 3 meses atrás, por lo que es un parámetro aceptable para
seguir el control de un paciente. Por este motivo se recomienda solicitar dicho examen tres o
cuatro veces al año. Esto es sumamente útil en el control de los pacientes, debido a que
usualmente estos mejoran su dieta en los días previos al control de la glicemia, falseando los
resultados. El valor de la hemoglobina glucosilada es una herramienta eficaz para ver el control
metabólico en los últimos meses.

A1C% mg/dl mmol/l


6 135 7,5
7 170 9,5
8 205 11,5
9 240 13,5
10 275 15,5
11 310 17,5
12 345 19,5

Unidades de los exámenes de glucosa en la sangre

Las unidades de los resultados de exámenes de glucosa en la sangre pueden presentarse en


mmol/l o en mg/dl, dependiendo del país donde se ejecuten.

La fórmula para la conversión de glucosa en la sangre de mmol/l a mg/dl:

• Y (en mg/dl) = 17.5*X (en mmol/l) + 3.75

o bien de mg/dl a mmol/l:

• X (en mmol/l) = [ Y (en mg/dl) – 3.75] / 17.5

Bibliografía

http://es.wikipedia.org/wiki/Diabetes_mellitus

http://www.dmedicina.com/enfermedades/digestivas/diabetes

http://www.geosalud.com/diabetesmellitus/diabetes.htm
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs312/es/index.html

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