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DERECHO A LA SALUD DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN

COLOMBIA
“servicios de salud deben ser apropiados desde el punto de vista cultural, e
s decir, tener en cuenta los cuidados preventivos, las prácticas curativas y
las medicinas tradicionales (…). Para las comunidades indígenas,
la salud del individuo se suele vincular con la salud de la sociedad en su co
njunto y presenta una dimensión colectiva”1.

Los avances normativos relacionados con el derecho a la salud de los pueblos indígenas en
Colombia se han venido desarrollando con un mayor énfasis en la década de los años 90.
La garantía del derecho a la salud, en el comienzo tuvo un carácter asistencialista y después
como consecuencia de diferentes avances normativos y procesos de lucha y resistencia se
han conformado propuestas comunitarias de salud indígena.

Para abordar este tema es importante tener como base la Constitución Política de 1991 y la
creación de las Leyes 100 de 1993 y 691 de 2001.

Sin embargo es necesario también plantear que antes de 1990, se presentan algunos
avances en el derecho a la salud de los pueblos indígenas. Avances que se encuentran
enmarcados en un contexto caracterizado por la asimilación de los pueblos indígenas por
parte del Estado. El derecho a la salud es garantizado por medio del acceso a la atención en
salud, sin embargo con el paso de los años, es relevante en la media en que se refuerza el
carácter asistencialista del derecho a la salud y se desarrollan propuestas comunitarias de
salud.

En materia de normatividad, la Resolución 10013 de 1981 y el Decreto 1811 de 1990


constituyen el derecho a la salud con un carácter gratuito y la atención en salud debe contar
con la aprobación de las autoridades tradicionales y la participación de promotores de salud
de la misma comunidad porque son personas que conocen el territorio, usos y costumbres
de la comunidad. El desarrollo de la resolución trajo consigo la creación de programas tanto
del Estado como de las comunidades transformándose en iniciativas propias. De todas
formas, la ejecución de los programas, por parte del Estado, no tuvo un impacto positivo en
las comunidades, pues generalmente presta Servicios de Salud en una forma asistencial y
desarrollo programas de capacitación a promotores que no solamente fueron inadecuados
para las comunidades, sino que no tenían un respaldo de ellos. Muchas veces no trabajan
para el beneficio de la comunidad, más bien al servicio de quién les pagaba.

Frente a esta Resolución, las comunidades indígenas consideran que la participación


comunitaria en los Programas de Salud, es reducida a la sola oferta de servicios, con el
consentimiento pasivo de la comunidad, ó en el mejor de los casos, con la participación del
personal indígena capacitado en algunas prácticas médicas simplificadas.

1
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Derechos de los pueblos indígenas
y tribales: Normas y jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. OEA.
Documentos oficiales. 30 de Diciembre de 2009. p. 69
Si bien en años anteriores a 1990 se desarrollan importantes avances en materia normativa e
implementación de políticas públicas que tienen como finalidad garantizar el derecho a la
salud de los indígenas, pero como se expuso anteriormente el carácter asistencialista es
característico del accionar de los diversos aparatos de Estado, el derecho a la salud se
garantiza en la medida en que se logra extender los servicios de salud a las comunidades,
servicios que no cuentan con un enfoque intercultural.

En 1990 con la Ley 10 se establecen una serie de disposiciones relacionadas con la


descentralización de la salud. Mediante el decreto 1811 de 1990 se reglamenta dicha ley
con relación al derecho a la salud de los pueblos indígenas. Este decreto es muy importante
porque establece la coordinación entre las instituciones del Estado que extienden la
prestación del servicio de salud mediante programas y las autoridades indígenas.

Ley 100 de 1993, se constituye en un modelo hegemónico de la salud y control de la


población, mediante esta Ley se establece una serie de mecanismos institucionales que
tienen como finalidad expandir el control de la vida de la población por medio del Sistema
General de seguridad social en salud.
Con el nuevo orden constitucional se reconoce formalmente la diversidad cultural, lo cual
conlleva la creación y establecimiento de canales y mecanismos de participación para los
indígenas permitiendo la administración de programas propios y ejercer la autonomía en
sus territorios.

El cuanto a la salud, la Constitución Política2 en el artículo 48 establece la obligatoriedad


por parte del Estado de garantizar el servicio público a la seguridad social. El artículo 49
plantea que la salud es un servicio público y debe ser extendido a todos los habitantes sin
ningún tipo de exclusión. De otro lado, la responsabilidad que tiene el Estado de organizar,
dirigir y reglamentar el servicio de salud. Por último, la organización de los servicios de
salud se hará conforme a la descentralización, por niveles y con la participación de la
comunidad. Disposiciones enmarcadas en la Ley 100 de 1993 y Ley 715 de 2001. Leyes en
las cuales se establece el funcionamiento del Sistema General de Seguridad Social en
Salud, se definen las responsabilidades de los diferentes niveles de la administración y la
asignación de recursos según unas finalidades específicas.

El sistema de seguridad social integral contemplado en la Ley 100 de 1993 está compuesto
por las pensiones, la salud y la atención de riesgos profesionales. El sistema de seguridad
social en salud en el Libro II plantea que el Sistema General de Seguridad Social en Salud
(SGSS) está conformado por las siguientes instituciones:

Los organismos encargados de la dirección, vigilancia y control son: el Ministerio


de la Protección Social, la Superintendencia Nacional de Salud (SNS), el Consejo
Nacional de Seguridad Social en Salud (CNSSS); La administración y financiación
del sistema está a cargo de las Entidades Promotoras de salud (EPS), el Fondo de
Solidaridad y Garantía (FOSYGA), las direcciones seccionales, distritales y locales

2
CONSTITUCIÒN POLÌTCA DE COLOMBIA.
de salud; Las instituciones encargadas de prestar el servicio de Salud son las IPS, las
cuales pueden tener un carácter, privado, público y mixto3.

Con la Ley 100 de 1993 el sistema de salud quedó dividido en tres partes: Régimen
Contributivo, Régimen Subsidiado y Vinculados. Los dos anteriores tienen un carácter
permanente a diferencia de los vinculados. El régimen contributivo se caracteriza por el
pago de una cotización, individual y familiar, y la vinculación mediante contrato de trabajo,
excepto las personas pensionadas. El Régimen Subsidiado se caracteriza por el pago de una
cotización subsidiada, total o parcialmente, con recursos fiscales o de solidaridad por parte
del Estado. Las personas que hacen parte de este régimen son aquellas que no tienen
capacidad de pago. La población indígena, en su mayoría, está afiliada a este régimen
porque son consideradas pobres y vulnerables. Los vinculados son aquellas personas que
por motivos de incapacidad de pago y mientras logran ser beneficiarios del régimen
subsidiado tendrán derecho a los servicios de atención en salud que prestan las instituciones
públicas y aquellas privadas que tengan contrato con el Estado en caso de emergencia.

Los procesos de descentralización y aplicación del modelo neoliberal en el sector salud


establece nuevos actores, de carácter privado. Los cuales hacen parte del sistema
asumiendo responsabilidades en la afiliación, administración y prestación del servicio de
salud por medio de las EPS e IPS.

Se ha propuesto una descentralización en salud a partir de una teoría de la solidaridad de


distribución de recursos económicos, pero se ha generado una fuerte tendencia a la
privatización que impone un modelo médico que se implanta en contravía a los principios
fundamentales de los ciudadanos, sin considerar las acervos culturales, la organización
social, las condiciones de los desarrollos socioeconómicos, y que estimula una atención
individualizada, especializada y costosa apoyada sobre una tecnología sofisticada concebida
para reparar, en consecuencia con la expansión de la ciencia a un nivel mundial en el marco
del esparcimiento capitalista fundado en los principios Occidentales de la libre empresa […]
se ha mercantilizado la salud.4

En cuanto a la posición de los pueblos indígenas sobre la Ley 100 es importante resaltar la
falta de consulta y participación en la creación de la ley afectando la autonomía indígena,
además, la consideración de la salud como un servicio público y no como un derecho
constituye una de las principales diferencias. A partir de lo anterior, las organizaciones
indígenas han manifestado su oposición a la Ley 100 porque esta no fue consultada con los
pueblos indígenas, por lo tanto, no tiene en cuenta los procedimientos de consulta previa
establecidos en el Convenio 169, ratificado por Colombia mediante la Ley 21 de 1991.

Mediante estos actos se observa una imposición y un carácter asistencialista del derecho a
la salud de los pueblos indígenas. Es decir, la participación en el sistema de salud es
comprendida por el Estado, mediante la ley, como el acceso a la atención en salud, mientras

3
Congreso de la República. “Ley 100 de 1993 Por la cual se crea el sistema de seguridad social integral y se
dictan otras disposiciones”. Artículo 155
4
PORTELA, Hugo. “La epidemiología intercultural: Argumentaciones, requerimientos y propuestas”, 2008.
p. 47
que el fomento y desarrollo de iniciativas propias en salud no son plenamente garantizadas
a pesar de que la participación sea un principio rector.

Por otra parte, en la Ley 100 la medicina tradicional no fue articulada, es decir, no se tuvo
en cuenta la cosmovisión de los pueblos indígenas en la estructuración del sistema de salud,
siendo, en la práctica, la base y origen de las divergencias.

Además, el Sistema General de Seguridad Social en Salud, responde a la lógica neoliberal,


lo cual trajo en la práctica una afectación a la identidad cultural de los pueblos indígenas,
pues, en este proceso las contrataciones se hacían con cualquier IPS, sin tener en cuenta que
se garantizaba el acceso y la oportunidad de atención en salud, y menos se iba a tener en
cuenta la “adecuación sociocultural”5.

La implementación de la Ley 100 en Caldas y en los diferentes territorios indígenas afectó


la organización sociopolítica y cultural de las comunidades. Además, se desarrolló un
proceso de competencia por la captación de afiliados.
La creación de la Ley 100 de 1993 para los pueblos indígenas ha representado dificultades
en diferentes momentos. Uno de ellos y considerado, una de las dificultades más fuertes
fue, el mercadeo de la salud que se desarrolló con la implementación de la Ley 100.
Para diversas EPS los indígenas constituyeron una importante fuente de financiación por el
pago de la UPC (Unidad de Pago por Capitación). La interlocución con las instituciones del
Estado cambia, ya no está centrada exclusivamente en la exigencia de un mejor servicio de
salud y el cumplimiento del Decreto 1811, ahora el énfasis está en la construcción de un
proceso de negociación y concertación, para exigirle al Estado el reconocimiento de un
régimen especial indígena y el apoyo para la constitución de las EPS Indígenas, para la
atención integral en salud, teniendo en cuenta los recursos del Régimen Subsidiado y demás
recursos destinados al sector salud.
La Ley 691 es aprobada en el 2001 después de varios tropiezos, de todas formas, no se ha
avanzado considerablemente en la reglamentación de la ley, tras diez años de aprobación,
por la falta de coordinación. Un avance para la reglamentación de las IPS-I ha sido la
construcción de un borrador que se encuentra actualmente en la fase de consulta previa,
afirma Juan Martín Jamioy, quien estuvo a cargo de la comisión de salud en la
Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
La Ley 691 plantea dos temas de gran relevancia y generadores de controversias. Por una
lado, el valor de la UPC-Indígena y por otro lado, el POS-Indígena. Son temas polémicos
en la medida en que ambos están atravesados por la voluntad política y mantenimiento de la
lógica capitalista del sistema de salud, chocando con la concepción indígena de la salud y la
exigibilidad de la salud como derecho.
La escasa voluntad política del Estado para la conformación del POS-Indígena, para dar
cumplimiento a las disposiciones de la Ley 691, se manifiesta mediante la propuesta de la
creación de un solo POS-I. Esta no tiene en cuenta las particularidades y medicinas
tradicionales de cada pueblo indígena y su creación representaría, de manera formal y de
hecho, la inclusión de la medicina tradicional en el sistema hegemónico, llevando a una
comercialización de este saber.

5
Guamá, Lucy. Indígenas sin derechos, 2007. p. 244.
Por otro lado, la reforma a la Ley 100 por medio de la Ley 1122 de 2007 afecta seriamente
a los indígenas porque ahora se establece el Plan Nacional de Salud Pública, el cual
representa un obstáculo para que las comunidades gestionen sus necesidades en salud,
porque esas directrices provienen del orden nacional.
En la práctica, en el último Plan Nacional de Salud Pública 2007-20106 de la
administración Uribe se expuso que debía seguir las directrices del plan y dispuso que se
realizaran acciones para desarrollar el trabajo de forma coordinada entre investigación y
estructuración de modelos de medicina tradicional. Disposiciones que son muy generales y
no responden a las especificidades y diversas realidades organizativas, sanitarias y
epidemiológicas de los pueblos indígenas del país burocratizado.

Con la expedición de la Ley 691 se observa una etapa más de un proceso bio-político y la
re-insurrección del saber de las medicinas tradicionales en la medida en que los discursos
unitarios, que antes los han descalificado y después cuando
Reaparecieron los ignoraron, están probablemente dispuestos a anexionárselos, a
retomarlos en sus propios discursos y a hacerlos actuar en sus efectos de saber y poder. Es
decir, en un primer momento con la conquista se ha establecido un nuevo orden que
extendió sus redes hasta en las prácticas médicas y descalificación de la medicina
tradicional. Posteriormente, las políticas de Estado relacionadas con la población indígena
tenían un carácter asistencialista y el saber de las medicinas tradicionales no era tenido en
cuenta en la prestación del servicio de salud.

Luego de la creación de diversos instrumentos internacionales de derechos humanos se


crean escenarios de participación en salud para los pueblos indígenas que posteriormente
son creados en Colombia, pero no logran configurar una verdadera propuesta de un sistema
de salud intercultural.
Ese proceso de anexión para hacerlos actuar en sus propios efectos de saber y poder
termina constituyendo un proceso de sometimiento a un principio o norma general, en la
medida en que la participación de los pueblos indígenas en el proceso de seguridad social,
mediante la ley 691, vehiculiza y pone en acción relaciones que no son de soberanía,
autonomía indígena, sino de dominación. Es decir, la incursión de los indígenas en el
Sistema General de Seguridad Social en Salud, cristaliza esos procesos de sometimiento
porque entran a operar bajo los parámetros establecidos por la Ley 100 y el conjunto de
normas que componen la regulación del sistema, lo cual conlleva a que los planificadores
indígenas se encuentran obligados, por diversas razones, a seguir los modelos occidentales
de desarrollo, primordialmente porque no tienen mucha opción en el asunto.
A partir de este proceso se presentan diferencias estructurales y conceptuales entre algunas
instituciones del Estado y las instituciones indígenas de salud.

6
Ministerio de la Protección Social. “Decreto 3029 de 2007 por el cual se adopta el plan nacional de salud pública 2007-
2010. Literal H. En el literal h de las estrategias para fortalecer la gestión para el desarrollo operativo y funcional del Plan
Nacional de Salud pública (Objetivo 10) se establece “Coordinación interinstitucional y comunitaria para la estructuración de
los modelos de salud de los pueblos indígenas e investigación sobre la medicina tradicional”. Es decir lo que se observa en
la práctica es una subsunción por parte del plan de salud pública del saber de la medicina tradicional más que el desarrollo
de un proceso intercultural en salud.
PROSPECTIVAS EN SALUD COMO PROCESOS DE PERVIVENCIA Y
RESISTENCIA EN EL RESGUARDO INDIGENA DE SAN LORENZO.

La creación de programas propios de salud por parte de La comunidad indígena de San


Lorenzo representa una estrategia que tiene como objetivo garantizar la supervivencia de
los indígenas de acuerdo a sus normas y leyes tradicionales. La creación de diversas
iniciativas en salud constituye la configuración de mecanismos contra hegemónicos que
tienen como finalidad evitar la asimilación o sometimiento por parte de los modelos
dominantes que se han impuesto en los territorios indígenas del departamento de Caldas.
La construcción de los programas y proyectos están enmarcados y coordinados de acuerdo
a los planteamientos del sistema jurídico propio. Los sistemas jurídicos del pueblo indígena
de San Lorenzo están compuestos por varios elementos: Ley de Origen, el derecho mayor o
derecho propio, normas, instituciones, autoridades, mecanismos de control social y
autonomía. Este conjunto de elementos dotan a los programas de una visión propia
posibilitando un proceso de resistencia indígena en diferentes temas dentro de los cuales se
encuentra la salud.
La ley de origen es de vital importancia para los pueblos indígenas porque constituye la
base estructural de todo el conocimiento. Es la ciencia tradicional de la sabiduría y del
conocimiento ancestral indígena para el manejo de todo lo material y espiritual. Así mismo,
regula las relaciones entre los seres vivientes, desde las piedras hasta el ser humano, en la
perspectiva de la unidad y la convivencia en el territorio ancestral legado desde la
materialización del mundo7.

El cumplimiento de la ley de origen por parte de las comunidades indígenas es de vital


importancia en la medida en que se garantiza “la unidad, el orden, la armonía, la
convivencia en el territorio ancestral”8.
El derecho mayor es entendido como “el cuerpo de derechos que nos acompaña como
miembros de las comunidades y pueblos originarios de estas tierras americanas, que tiene
plena validez jurídica y que presenta primacía sobre los demás derechos consagrados
constitucionalmente. El derecho propio es importante en la medida en que permite un
afianzamiento y fortalecimiento de la autonomía de los pueblos indígenas teniendo como
base la ley de origen. El derecho propio está contenido por las diferentes formas de
existencia y resistencia de los pueblos, las expresiones y componentes de la cosmovisión.
Este derecho tiene una estrecha relación con la autonomía, la cultura, lo colectivo y el
territorio de los pueblos indígenas.

El derecho propio de los pueblos indígenas se manifiesta por medio de la creación de


controles internos, respeto a las autoridades, la creación de programas propios,
fortalecimiento de la autonomía indígena, independencia frente a modelos externos.
La salud es un elemento fundamental en el proceso de resistencia y lucha política de Los
indígenas del Resguardo de San Lorenzo, es un aspecto que compone la autonomía
indígena. Debido a que la salud también ha sido conquistada y colonizada por saberes y
prácticas ajenas a la comunidad, se convierte como objetivo del Cabildo la recuperación de
la ciencia, forma parte de la lucha general por la recuperación de la cultura indígena como

7
ONIC. Derechos de los pueblos indígenas y sistemas de jurisdicción propia, 2007. p. 15.
8
ONIC, Derechos de los pueblos indígenas y sistemas de jurisdicción propia. p.16
lo establecen los principios fundamentales estipulados en los estatutos internos de la
organización, el desarrollo y aplicación de la jurisdicción propia de la comunidad ha
conllevado la creación de diferentes propuestas que tienen como finalidad el ejercicio y
fortalecimiento de la autonomía y la supervivencia como pueblo.
Mediante el ejercicio de la autonomía y el gobierno propio del Resguardo indígenas de San
Lorenzo se realiza la prospectiva de construcción de una propuesta de salud donde se
articulen dos procesos: el Proceso político-organizativo y administrativo en salud y el
sistema de salud indígena, cuyos ejes transversales son la ley de origen, el sistema jurídico
propio y la creación de un Régimen especial indígena en salud, como elemento articulador
con el sistema hegemónico.

Respecto al proceso político-organizativo y administrativo en salud es relevante mencionar


que se cuenta con un área de salud, consejo de médicos tradicionales, parteras organizadas,
los cuales se articulan para lograr la construcción de un programa de salud, que sea el
resultado de un proceso de deliberación y participación de las autoridades indígenas del
Resguardo de San Lorenzo y del Municipio de Riosucio, Caldas. La creación del programa
de salud surge como consecuencia de las dificultades presentadas en los resguardos por la
carencia de servicios médicos, la inexistencia de un programa de salud intercultural y
Mediante la construcción, fortalecimiento y desarrollo del programa de salud de la
comunidad, se busca un retorno de saber de la medicina tradicional.
Teniendo como finalidades el fortalecimiento de la medicina tradicional y una reflexión del
sistema occidental de salud. La construcción de la propuesta del pueblo Embera de Caldas,
ha implicado un intercambio entre los diferentes pueblos sobre las concepciones propias de
la salud de acuerdo con la ley de origen. A partir de este intercambio de conocimiento se
establece que este proceso de intercambio es relevante porque permite resaltar los
componentes y características específicas de la salud para los indígenas, resaltando
aspectos que llegan a no ser tenidos en cuenta en el concepto y prácticas de salud de la
medicina occidental. Es importante conocer estas cosmovisiones para poder interpretarlas y
respetarlas, ya que frecuentemente son punto de conflicto con el sistema médico occidental.
La propuesta de salud no desconoce las prácticas de la medicina occidental, lo que se ha
pretendido es que la atención en las comunidades indígenas sean de acuerdo con las formas
de vida, costumbres, tradiciones, a los recursos como parteras, médicos tradicionales,
sobanderos; es decir de acuerdo con la cultura. Por otra parte, la propuesta de salud tiene un
carácter intercultural porque, por un lado, busca una insurrección o retorno del saber de la
medicina tradicional y por otro lado, tiene en cuenta las prácticas médicas de la medicina
occidental para el tratamiento de las enfermedades que han adquirido las poblaciones
indígenas como consecuencia de la conquista.

LA SALUD COMO PROCESO DE RESISTENCIA INDÍGENA ¿COMO


CONSTRUIR Y RESIGNIFICAR UN MODELO DE SALUD PROPIO EN EL
RESGUARDO INDIGENA DE SAN LORENZO QUE PERMITA EL RESISTIR/
REVOLUCIONAR/CONSERVAR LA CULTURA ?.

Tradicionalmente la configuración de los sistemas de salud en Colombia ha estado pensada


para la población urbana. La salud de las poblaciones indígenas se ve afectada de forma
negativa porque no hay una cobertura garantizada y el desarrollo de las políticas públicas
en salud, con un fuerte carácter asistencialista y biomédico, afectan directamente la
identidad cultural y pervivencia de La comunidad indígena de San Lorenzo. Es decir, se
produce el mantenimiento de unas relaciones de poder que se manifiestan por medio de la
exclusión y segregación.
Teniendo en cuenta las consideraciones expresadas en el capítulo anterior relacionadas con
la erosión de la autonomía de los Resguardos Indígenas, consecuencia de los procesos
inconsultos que se han desarrollado desde la creación de la Ley 100 de 1993 y la
implementación de políticas públicas en salud en los territorios indígenas que en algunas
oportunidades no tuvieron la aprobación de las autoridades, ha conllevado que la
participación de los pueblos indígenas del municipio de Riosucio y en especial del
Resguardo de San Lorenzo en el Sistema General de Seguridad Social en Salud, constituya
un proceso de sometimiento enmarcado en relaciones de dominación y control mediante
las instituciones que componen el Sistema. Razón por la cual, algunos líderes de las
organizaciones indígenas del Municipio consideran pertinente fortalecer e impulsar el
Sistema de Salud propio fuera de los márgenes de acción y dominación de la Ley 100 de
1993.

La configuración de un modelo de salud propio constituye un mecanismo contra


hegemónico porque busca funcionar de acuerdo a la legislación y prácticas en salud propias
que enmarcan el derecho a la salud con un carácter colectivo, son luchas que cuestionan el
estatuto del individuo, no son exactamente por o contra del individuo sino contra el
gobierno de la individualización.
Si bien, la propuesta de construcción de un modelo de salud propio no desconoce la
relación con el sistema hegemónico se plantea la necesidad de establecer unas reglas de
juego claras mediante el Régimen Especial Indígena, su creación es muy importante porque
es el establecimiento de un conjunto de normas especiales mediante las cuales los indígenas
tienen relaciones intermitentes con las instituciones de salud del Estado. Por otro lado,
consagran las diversas disposiciones sobre el control, la administración, la participación, el
funcionamiento y la estructuración del modelo de salud propio de acuerdo con la
cosmovisión y sistema jurídico propio. El sistema de salud y el régimen especial indígena
buscan ampliar los márgenes de autonomía indígena con relación al Estado en cuanto al
desarrollo de las prácticas médicas tradicionales se refiere.
Teniendo en cuenta el concepto de resistencia, los pueblos indígenas no son estáticos en el
tiempo, lo cual conlleva que las adaptaciones contextuales sugieran nuevas formas de
resistencia y creación de mecanismos para desarrollarla.

Desde la cultura cada comunidad tiene su propia construcción social en su proceso


organizativo, económico, de expresión cultural, en salud, en educación dentro de su
cosmovisión desde la cual son validos los saberes y conocimientos que le son útiles, por lo
tanto no existe una sola verdad, como tampoco un solo saber sino que existe una diversidad
de pensamientos, conocimientos e interpretaciones de sus propias realidades.
Así para los indígenas de San Lorenzo, la salud es sinónimo de equilibrio y armonía con la
naturaleza; de relaciones armónicas espirituales, claro está que ésta relación se mantiene de
acuerdo a las leyes y normas que como indígenas organizados se ha establecido para poder
mantenerse.

Para los indígenas del Resguardo de San Lorenzo en su concepto de cultura se incluye los
aspectos que se relacionan con la salud en un enfoque integral hombre - naturaleza. Donde
se expresa el sabor agradable de las cosas, la felicidad en el sentido de bienestar, desde
luego expresa la recuperación de una persona después de un estado de enfermedad, la
reconciliación de las personas en conflicto. En síntesis es una abstracción de la armonía,
donde se encierra los conceptos de permanencia de la vida, el territorio y el resultado de ese
proceso.

En coherencia las acciones de salud orientadas a mejorar la calidad de vida de los indígenas
debe superar la posición de ser una expresión demagógica dentro del sistema de salud que
continua reproduciéndose con políticas, acciones y practicas descontextualizadas desde la
realidad de los pueblos indígenas para convertirse en una acción permanente de valoración
y respeto de la diversidad cultural de nuestro país.

En coherencia las acciones con enfoque intercultural desde una racionalidad técnica
instrumental, una racionalidad ética normativa y una racionalidad estética cultural, no dan
cabida a las relaciones de superioridad y dominación sino que favorecen el surgimiento de
soluciones a los problemas de salud de los indígenas lo que permite seguir creciendo como
pueblos saludables donde la medicina tradicional sea más visibilizada como una gran
fortaleza en los modelos de salud interculturales de los pueblos indígenas.
De esta manera la concepción de la construcción de un modelo propio en salud, se
convierte en una prioridad planteada desde los planes de vida de las comunidades
indígenas, en la lucha permanente de conservar y revolucionar no solo practicas sino
pensamientos y conocimientos que finalmente den cuenta de unos asuntos estructurales de
inclusión y respeto por la identidad y cultura indígena.

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