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alquiler o préstamo públicos.
Prólogo 2
Presentación 3
La serie “Aprender a enseñar . . .” que ahora ponemos en sus manos es resultado del
esfuerzo compartido entre el Proyecto Centro de Altos Estudios e Investigación Pedagógica
y un grupo de docentes e investigadores en el quehacer educativo, cuya experiencia
queremos compartir con las maestras y maestros de educación primaria.
El interés que nos anima es ofrecer a los docentes de Nuevo León, distintas aproximaciones
teóricas, metodológicas y didácticas sobre las Asignaturas que componen el Plan y los
Programas de estudio de la educación primaria.
Quienes nos encontramos en las aulas, o hemos estado en ellas, sabemos de las dificultades
que se viven todos los días para lograr que los alumnos alcancen los objetivos de
aprendizaje propuestos, por ello, estamos convencidos de que requerimos de contar con
elementos teóricos, metodológicos y prácticos, que nos lleven a procesos de autoformación,
de análisis y discusión, de reflexión y cambio con vistas a lograr una educación básica de
calidad y a la altura de los requerimientos actuales que la sociedad ha depositado en la
escuela.
Los textos que integran la serie “Aprender a enseñar . . .” habrán cumplido sus propósitos
no sólo cuando sean revisados de manera personal y comentados con los colegas, sino
principalmente cuando lleguen a formar parte de la experiencia, pues ésta consiste no sólo
en el número de cosas que se han visto o vivido, sino en el número de cosas que se han
reflexionado y puesto en práctica.
Maestros y Maestras de Nuevo León, es a partir de esta perspectiva que los invitamos a leer
los libros de la serie “Aprender a enseñar . . .” .
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Presentación
El libro “Aprender a enseñar Español” reúne las aportaciones de los siguientes cuatro
autores, en torno a diferentes temas relacionados con la enseñanza de la Asignatura en la
educación primaria.
Los invitamos a iniciar la aventura de leer este texto, confiamos en que el viaje despierte en
usted nuevas inquietudes e interrogantes que lo lleven a nuevas búsquedas y a mejores
prácticas.
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El lenguaje: una práctica social
Ma. Elizabet Silva Castillo
“Hubo una etapa (¡muy prolongada!) en mi propio desarrollo profesional, en la cual al finalizar
cada acción de capacitación de maestros consideraba que había logrado mi propósito y que desde
ese día a todos y a cada uno de los maestros con quienes había trabajado se les había develado la
verdad, por lo cual su trabajo cotidiano sufriría una transformación radical. A medida que
acumulo mayor experiencia en la realización de acciones de capacitación de maestros, busco
encontrar formas para disminuir mi nivel de expectativas porque sé que todo aquello que intento
que el maestro asuma está en contradicción no sólo con lo que estudió en la etapa de formación
profesional, sino con su historia como alumno y las creencias avaladas socialmente respecto a
cómo se aprende.”
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Nemirovsky, Miriam
Cambiar paradigmas acerca de cómo enseñar no es fácil, y me refiero sólo al cómo, porque
los docentes tenemos resuelto el qué gracias a la existencia de los contenidos programáticos
propuestos en los documentos curriculares que, generalmente, por la experiencia adquirida
a través de los años de docencia nos sentimos con la capacidad de seleccionar, agregar u
omitir los que consideramos pertinentes.
Se han modificado planes y programas de estudio, se han elaborado libros de texto, libros y
materiales de apoyo para el maestro, se han implementado acciones de actualización, como
la creación de espacios para que los maestros se actualicen de manera autodidacta o/y con
el apoyo de asesorías, se han diseñado cursos para la mejor comprensión de las diversas
asignaturas y su metodología; se cuenta con un gran acervo bibliográfico a disposición de
los maestros en los espacios de actualización así como videos y audiocintas con diversidad
de temas, sin embargo, no hay el impacto esperado en las prácticas docentes.
Se domina el discurso, el concepto que está de moda, quizá de tanto memorizarlo para el
examen que se tiene que presentar, pero no se ha llegado a una comprensión y apropiación
teórica que se refleje en prácticas congruentes y diferentes a las realizadas hasta el
momento. En consecuencia, el sistema educativo continúa padeciendo las mismas
problemáticas de hace mucho tiempo y que organismos internacionales se han encargado de
hacer patentes recientemente, respecto al deficiente desarrollo de habilidades para la
comprensión lectora y a la categórica afirmación de que los mexicanos no tenemos el
hábito por la lectura.
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acceso a la educación son problemas que están vigentes y cada nivel educativo reprocha a
su predecesor la calidad deficiente en los aprendizajes de los alumnos que reciben.
La alfabetización
“Está claro que estar “alfabetizado para seguir en el circuito escolar“ no garantiza el
estar alfabetizado para la vida ciudadana. Las mejores encuestas europeas distinguen
cuidadosamente entre parámetros tales como estar alfabetizado para la calle, alfabetizado
para el periódico, alfabetizado para libros informativos, alfabetizado para la literatura
(clásica o contemporánea), etc. A esta lista es necesario agregar ahora: alfabetizado para
la computadora y para Internet.
Pero eso es reconocer que la alfabetización escolar y la alfabetización necesaria para la
vida ciudadana, el trabajo progresivamente automatizado y el uso del tiempo libre son
cosas independientes. Y eso es grave. Porque si la escuela no alfabetiza para la vida y el
trabajo... ¿para qué y para quién alfabetiza?2
A partir de esta reflexión que hace la Dra. Emilia Ferreiro, es evidente que la escuela debe
proporcionar una alfabetización acorde a los avances y cambios tecnológicos y sociales así
como a las necesidades que los sujetos enfrentan diariamente. Una alfabetización que
recupere la función social de la lectura y la escritura, ya que el lenguaje en sí es de origen
eminentemente social. En este sentido, estar alfabetizado es algo más que saber leer y
escribir para entender instrucciones simples, para poder firmar, para localizar el nombre de
una colonia o saber qué camión abordar para dirigirse a algún lugar. Esto que en un tiempo
se consideraba suficiente, hoy en día ya no lo es debido a las condiciones sociales y
laborales así como a los avances tecnológicos que estamos viviendo, un ejemplo de ello es
el uso del internet que requiere de una forma de leer y de localizar información diferente al
texto escrito. Es cierto que la alfabetización está directamente dirigida al lenguaje escrito,
sin embargo, también esperamos que las personas alfabetizadas hablen con fluidez, que
demuestren un dominio del lenguaje hablado. En consecuencia, una definición de
alfabetización en un sentido más amplio, debe considerar esto cuando se estudia el
desarrollo de las habilidades lingüísticas, ya que en dicho desarrollo se involucran procesos
que implican la construcción de conocimientos que se pretende transformen a los sujetos, al
permitirles expresar y analizar de manera particular los afectos, las ideas y las vivencias
propias y de otros, para que el sujeto sea competente al relacionarse con el medio social.
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El lenguaje como práctica social
Desde muy temprana edad los niños presencian y participan en diversos eventos
comunicativos, lo que significa que aprenden a interactuar con otros en diversos contextos
sociales y también de cómo lograr sus propósitos comunicativos. Estos eventos sirven a los
niños como modelos para desarrollar su competencia comunicativa. Sin embargo, esto no
basta, también se requiere del conocimiento lingüístico, de las reglas que rigen la
comprensión y producción de significados orales y escritos así como de las regulaciones
para comunicarlos.
La escuela como institución tiene como una de sus finalidades transmitir o comunicar a las
nuevas generaciones conocimientos de diversa índole. Al convertir un objeto de
conocimiento, como lo es el lenguaje, en objeto de enseñanza se modifica ya que para su
estudio se fragmenta, se distribuye en el tiempo, se seleccionan las partes o aspectos más
relevantes que lo conforman y de esta forma, se crea una versión escolar del lenguaje muy
apartada de su versión social. Se crea así un objeto de enseñanza propio del ámbito escolar
despojándolo de su origen como práctica social. Aunado a los anterior, existe otro elemento
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que fomenta esta separación entre las prácticas escolares y las prácticas sociales del
lenguaje: el docente y su práctica educativa sustentada en sus creencias acerca de cómo se
aprende y, por lo tanto, de cómo debe enseñar.
Dar la palabra al niño no significa dejarlo hablar por hablar, por el contrario, se trata de
generar situaciones en las que los niños hablen cuando tengan algo que decir. Enseñar a
hablar significa enfrentarlos a situaciones en las que utilicen el lenguaje con diversos
propósitos, en las que desempeñen los roles de hablantes y de escuchas, y en las que
aprendan algunas normas básicas que rigen la interacción comunicativa.
El dominio del lenguaje oral no depende tan sólo de la posibilidad de expresarse oralmente,
sino también de la actividad, tan poco reconocida y favorecida en el ámbito escolar, de la
escucha. Es común que se piense que la escucha es una acción pasiva, y por el contrario, al
escuchar se opera en el lenguaje, se afianzan ideas y conceptos, por lo tanto, es un proceso
activo de construcción de significados.
Cuando los niños ingresan a la escuela tienen cierta competencia comunicativa, ya que
conocen la estructura lingüística de su lengua materna así como la mayoría de las pautas o
patrones gramaticales, por lo que la escuela se convierte en el espacio propicio y
privilegiado para el aprendizaje de nuevas formas de interacción, de comunicación y, en
consecuencia, del dominio del lenguaje oral lo que significa que los niños logren estructurar
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enunciados más largos y mejor articulados y potencien sus capacidades de comprensión y
reflexión sobre lo que dicen, cómo lo dicen y para qué lo dicen.
Los niños también llegan a la escuela con ideas o saberes acerca de qué es escribir y qué es
leer que han adquirido en su entorno familiar y sociocultural al tener oportunidades de
interactuar con textos escritos de manera directa, al presenciar actos de lectura y de
escritura o bien por los portadores de texto que hay en su entorno y que observan
cotidianamente. Gracias a este tipo de experiencias conocen que la lectura y la escritura
satisfacen necesidades y las pueden usar de forma no convencional, como saben o pueden.
Escuchar leer a la maestra y a otros adultos, intentar escribir usando los recursos que tienen
para representar lo que quieren decir, interpretar el contenido de un texto, jugar con el
lenguaje para descubrir semejanzas y diferencias sonoras, entre otras, son actividades en las
que los niños comprometen sus capacidades cognitivas para avanzar en la interpretación y
producción de significados e iniciar el aprendizaje de la lectura y la escritura.
De esta forma, el proceso de adquisición del lenguaje escrito no se reduce sólo a un proceso
cognitivo sino también forman parte importante de este proceso los intercambios sociales,
ya que es mediante las diversas prácticas sociales del lenguaje como los niños descubren
sus funciones, las características del sistema de escritura y desarrollan su competencia
comunicativa, por ejemplo: al presenciar actos de lectura por parte del profesor los niños se
percatan de la direccionalidad, que se lee en el texto escrito y no en las ilustraciones, del
tipo de lenguaje que se emplea en determinado tipo de texto, de la distribución gráfica, la
tipografía y de los elementos que lo constituyen.
Desde esta perspectiva, los conceptos de leer y escribir también adquieren otro significado:
dejan de centrarse en el dominio de un código para convertirse en prácticas sociales.
Aprender a leer y a escribir no se inicia con la escolarización sino mucho antes. Desde el
momento en que los niños comienzan a interactuar con el mundo escrito, inician un largo y
complejo proceso de aprendizaje que los llevará a la reconstrucción del sistema de
escritura.
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En consecuencia, nos dice la Dra. Ferreiro, nada más vano qué preguntar cuándo
comenzar a enseñar a leer y a escribir, ni cuál es el momento óptimo para iniciar este
aprendizaje pues no son los adultos quienes lo deciden, ni quienes lo inician.
Por estas razones resulta relevante que desde el preescolar, tal y como se propone en el
Campo Formativo de Lenguaje y Comunicación en el Programa de Preescolar 2000, que el
niño pueda disponer de oportunidades para aproximarse de la lengua escrita y
paulatinamente logre apropiarse de ella. Lo cual no significa de ninguna manera, que los
niños tengan la obligación de aprender a leer y a escribir en preescolar y que las educadoras
tengan que enseñar a leer ya a escribir, se trata de que los niños tengan el derecho de estar
en contacto con diversidad de textos y puedan participar en situaciones didácticas que
favorezcan su aprendizaje acerca de la lectura y la escritura, tomando como punto de
partida sus saberes previos y que la educadora provea situaciones en los que se utilice el
lenguaje oral y escrito. Es decir, que se les aproxime o familiarice con el lenguaje escrito y
mediante este contacto pueda descubrir algunas de las convencionalidades de nuestro
sistema de escritura alfabético.
Lo anterior tiene sustento en las investigaciones realizadas por la Dra. Emilia Ferreiro y
Ana Teberovsky, hace más de 20 años, acerca del proceso de adquisición del sistema de
escritura cuyos resultados ponen de manifiesto que los niños, desde edades muy tempranas:
• Tienen saberes diversos acerca de lo escrito.
• Son capaces de construir sus propias conceptualizaciones en relación con el sistema de
escritura.
• Tienen ideas acerca de los actos de leer y de escribir, las cuales surgen de su
interacción con el lenguaje escrito y con sus usuarios.
Las concepciones que se tienen acerca de alfabetización, aprendizaje, enseñanza así como
del objeto que se enseña y del sujeto que aprende son el reflejo de una postura teórica la
cuál se manifiesta en las prácticas de enseñanza con los alumnos.
Existen dos formas en las que se pueden concebir a la lectura y a la escritura para su
enseñanza.
a) La primera concepción es aquella en la que se privilegia la enseñanza del sistema de
escritura en tanto código de transcripción de lo oral (relación fonema-grafía) a través de la
aplicación de un método en el que los niños primero deben aprender el sistema de escritura
y cuando lleguen al dominio acerca de las formas de las letras y su relación con la
sonoridad, de algunos signos de puntuación y de la separación entre palabras, sólo entonces
estará capacitado para relacionarse con el lenguaje escrito presente en los textos de
circulación social.
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Enseñadas las onomatopeyas de la i y de la s, con su correspondiente escritura es conveniente que
el maestro, por lo menos en los primeros ejercicios, se valga de cartoncitos en que escriba con
caracteres gruesos la letra de que se trata. Tomarán con la mano derecha y la i con la izquierda y
entablará siguiente diálogo con los niños:3
- ¿Cómo dice el sonido que tengo en la mano?
- Ssssss.
- ¿Cómo dice el que tengo en esta otra?
- iiiiii.
- Bien, cada vez que yo les muestre uno, ustedes lo dicen coro. (El maestro les mostrará
alternativamente la s y i).
- Ahora voy a tener la i quietecita y sólo voy a mover sonido sss. Pronuncien sss mientras
dure el movimiento.
- Ahora cuando el cartón de la sss llegue a la i, pronuncien también la i.
- Ssssssssssssssss ... i.
- Más aprisa.
- SSSsssssssss ... i.
- Todavía más.
- Ssss ... i.
- ¿Qué han dicho? Parece que dijeron "sí", a ver, otra vez.
- Sí.
- No me engañaba, ustedes decían "sí". Ya saben ustedes escribir sí.
- ¿Cuándo dice uno sí?
- Señor, cuando dice uno que sí. (No extrañe a nadie esta respuesta.)
- ¿Quieren ustedes ir a recreo? ¿Sí? Vamos a escribir esta palabra en el pizarrón. (El
maestro escribe) ¿Cómo dice el primer sonido? (El maestro llamará sonidos a las letras)
- Sssss
- Y el segundo.
- i.
- Juntos
- Sí
El uso de este tipo de métodos tiene implicaciones diversas, una de ellas es que durante la
alfabetización inicial, que puede extenderse a todo el primer año de primaria, los niños
estarán obligados a establecer una relación cotidiana con oraciones tales como Mi mamá me
ama, Susi es esa, Su oso es así Esa osa se asea así, un lenguaje que no es de uso común en
los diversos contextos en los que se desenvuelven. Otra implicación es que con esta forma
de enseñanza se les niega, en el ámbito escolar, la posibilidad de realizar anticipaciones,
inferencias, de relacionar lo leído con experiencias y conocimientos previos para intentar
construir el sentido de un texto y de conocer las funciones y usos de diversos textos
completos y de circulación social.
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texto, por ejemplo: a partir del título; o bien, puedan diferenciar entre un cuento y una
noticia; o puedan reconstruir la secuencia de los sucesos de un relato o puedan escribir
textos diversos por sí mismos, en equipos o de manera colectiva con apoyo de la docente,
aún sin dominar de manera convencional el sistema de escritura. (Fig.1)
(Fig. 1)
Los resultados de las investigaciones antes mencionadas también ponen de manifiesto que
los niños cuando inician el aprendizaje de la lectura y de la escritura, se vinculan
simultáneamente con dos cuestiones involucradas en los textos: el sistema de escritura y el
lenguaje escrito.
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dominar el código, puede apropiarse de las funciones del lenguaje y de algunas
características de los textos escritos.
(Fig. 2)
Al comienzo del primer nivel los niños buscan criterios para distinguir entre el dibujo y la
escritura. En el proceso de esta distinción reconocen dos de las características básicas de
cualquier sistema de escritura: que las formas son arbitrarias ( porque las letras no
reproducen las formas de los objetos) y que están ordenadas de manera lineal. La linealidad
y la arbitrariedad de las formas son dos características que aparecen tempranamente en las
producciones escritas de los niños pequeños.
Durante su avance en este nivel los niños establecen exigencias cuantitativas (cuántas
letras debe tener como mínimo una palabra) y exigencias cualitativas (qué variaciones
debe haber entre las letras) ambas exigencias constituyen dos principios organizadores.
En el siguiente cuadro se presentan de manera específica las preguntas que se plantean los
niños en cada uno de los principios y los criterios que van estableciendo en su proceso de
aprendizaje del sistema de escritura. (Fig. 3)
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(Fig. 3)
Estas exigencias están presentes en las relaciones entre palabras, y los niños no admiten que
dos escrituras iguales puedan servir para decir cosas diferentes.
Es necesario destacar, que las características que corresponden a los aspectos cuantitativos
y cualitativos tienen una evolución relativamente independiente. Es decir, el avance de los
aspectos cuantitativos no corresponde paso a paso al de los aspectos cualitativos. Aunque,
por momentos ambos aspectos se retroalimentan.
A partir del tercer nivel los niños comienzan a establecer relación entre los aspectos
sonoros y los aspectos gráficos de la escritura, mediante tres modos evolutivos sucesivos: la
hipótesis silábica, la silábico-alfabética y la alfabética.
La hipótesis silábica (una letra para representar una sílaba). El control está centrado en los
aspectos cuantitativos y progresivamente la letra que se usa para representar cada sílaba
está vinculada con los aspectos sonoros de la palabra.
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La hipótesis silábico-alfabética (oscila entre una letra para cada sílaba y una letra para cada
sonido). Es un periodo de transición en el que se mantienen y cuestionan simultáneamente
las relaciones silábicas.
La hipótesis alfabética (cada letra representa un sonido). Las escrituras presentan casi todas
las características convencionales del sistema, pero sin uso de las normas ortográficas. Los
niveles no necesariamente guardan relación con la edad cronológica, la evolución está
determinada por las oportunidades que los niños tienen de interactuar con la escritura y con
usuarios de la escritura convencional.
Como se mencionó anteriormente en este proceso los niños se enfrentan a las características
del sistema de escritura como a los aspectos relacionados con el lenguaje escrito, siempre y
cuando se le presenten situaciones en las que el lenguaje escrito esté en uso.
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(Fig. 4)
Podemos apreciar lo que sabe acerca del tipo de texto que escribió y de los elementos que
lo constituyen: título, ingredientes y forma de preparación. La distribución gráfica que hace
del texto corresponde, a la que, generalmente, se usa en una receta de cocina. Además, por
la transcripción que aparece debajo de su escritura podemos inferir que al leer su propio
texto utilizó el lenguaje característico de este tipo de texto: oraciones imperativas y verbos
en infinitivo: cortar, poner, mezclar.
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Esta producción escrita es una evidencia de que los niños son capaces de construir saberes
sobre el lenguaje que se escribe y que, desde edades muy tempranas, son capaces de
producir textos lingüística y sintácticamente diferenciados así como de utilizar el lenguaje
para comunicar información, aún sin saber leer y escribir de manera convencional.
Es importante reconocer que en este proceso de aprendizaje existe un desfase entre los
niños que pertenecen a sectores socioculturales diferentes, en función de la mayor o menor
posibilidad de contacto con ese objeto de conocimiento: el lenguaje escrito.
Por lo que la ausencia de situaciones alfabetizadoras escolares desde edades muy tempranas
no hace más que marcar estas diferencias entre los niños en cuyos hogares la lectura y la
escritura son actividades cotidianas y los de sectores, en los que además de no vivir en un
ambiente alfabetizador no existen prácticas de lectura y de escritura. Para los primeros, el
ámbito escolar les permite continuar los descubrimientos que realizan fuera del mismo.
Para los segundos, se trata de una posibilidad privilegiada, y en muchos casos única, de
acceder a las prácticas sociales del lenguaje escrito y de interactuar con diversos tipos de
texto.
Es a través de la diversidad de prácticas del lenguaje como los niños se irán apropiando de
manera simultánea de las funciones sociales del lenguaje e irán aprendiendo acerca del
sistema de escritura. De esta forma se pretende que las escuelas, de los niveles de
educación básica, sean las responsables y contribuyan a la formación alumnos practicantes
activos de la cultura escrita.
Reconocer que los niños tienen saberes previos acerca de la lectura y la escritura antes de
ingresar al ámbito escolar y que leer y escribir son el resultado de un proceso cognitivo
complejo provocó una revisión de las formas de enseñar a leer y a escribir.
Con el uso de estos métodos el lenguaje, como objeto de enseñanza se fragmenta hasta su
mínima expresión perdiendo su esencia social y comunicativa.
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Se parte de cero, es decir, el niño no sabe nada, el aprendizaje inicia cuando el maestro
empieza a enseñar a leer y a escribir, generalmente, se inicia la enseñanza con actividades
preparatorias.
Las investigaciones realizadas por Ferreiro y Teberovsky tuvieron como punto de partida
dar respuesta a la pregunta ¿cómo aprenden los niños? En vez de preguntarse ¿cómo
enseñar? O sea que, en lugar de centrarse en la existencia de métodos, procedimientos y
recursos didácticos, reconocen la existencia de un sujeto que trata de adquirir
conocimientos, que se plantea problemas y que intenta resolverlos siguiendo su propia
metodología. Ante los resultados obtenidos se hace necesario modificar las concepciones
acerca de la lectura y la escritura y de su aprendizaje así como de crear nuevas alternativas
para su enseñanza.
Luego entonces, enseñar a leer y a escribir consiste, básicamente, en propiciar que los niños
avancen en el dominio del lenguaje escrito, por lo que el desafío consiste en plantear el
proceso alfabetizador como un conjunto de actividades, reflexivas y comunicativas,
implementadas de manera sistemática a lo largo de la educación básica.
Respecto a las formas de enseñanza es importante tener presente que éstas son los medios
para el logro de aprendizajes, y que lo que se pretende es que se consideren y propicien
situaciones didácticas que presenten las siguientes características:
• Planteen problemas a los niños para cuya solución no posean todos los conocimientos
ni todas las estrategias para resolverlos integralmente. Sólo así, su resolución genera la
necesidad de coordinar o resignificar conocimientos anteriores, construir nuevos
conocimientos y desarrollar estrategias.
• Propicien la interacción de los niños con diversos soportes textuales (libros, revistas,
folletos, periódico, pantallas de PC) tanto informativos como literarios; que sean más o
menos complejos y extensos, que sean materiales seleccionados por la docente y por los
propios niños.
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• Favorezcan aproximaciones sucesivas y cada vez más ajustadas al conocimiento de
cada tipo de texto presentándolo reiteradamente en diferentes momentos de la
escolaridad.
• Presenten situaciones comunicativas lo más parecidas a las que los niños viven fuera
del entorno escolar.
• Posibiliten la coordinación entre los saberes que los niños tienen sobre el sistema de
escritura y el lenguaje escrito y de las informaciones que el texto y la misma situación
proveen.
• Favorezcan la construcción del sentido acerca del contenido de un texto coordinando
sus conocimientos y experiencias previas.
• Brinden oportunidades de participar y presenciar actos de lectura y de escritura.
• Establezcan propósitos diversos para leer o para escribir, por ejemplo: leer para
divertirse, para jugar, para emocionarse, para hacer algo siguiendo instrucciones, para
localizar información, para explorar y seleccionar materiales necesarios, para aprender
sobre un tema.
• Favorezcan la interacción grupal, alumno-alumno, alumno-docente lo que le permita al
niño la construcción de aprendizajes al confrontar y comparar sus propios saberes.
Concebir la enseñanza del lenguaje escrito como una práctica social requiere de un enfoque
comunicativo y funcional, es decir, de una forma distinta de mirar al lenguaje que sea
congruente con lo que hasta el momento se ha planteado.
¿Por qué funcional? Cuando se hace uso del lenguaje se producen significados (orales o
escritos) con el propósito de que sean comprendidos. Se busca que la comunicación verbal
o escrita cumpla su función comunicativa en la medida en que se logren los propósitos que
se tienen al hacer uso del lenguaje.
La intervención docente
Resulta evidente que las reformas curriculares, la elaboración de libros de texto, de libros
para el maestro y de otros materiales no son suficientes para transformar las prácticas
educativas necesarias para un cambio real y efectivo. Continúan vigentes prácticas para la
enseñanza de la lectura y la escritura en las que se utilizan diversos métodos de corte
fonético, por lo tanto, los libros de texto no se utilizan hasta los meses de enero o febrero en
que los niños “ya saben leer y escribir” y que una vez que “dominan el código escrito”
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pueden hacer uso de ellos y además se da por concluida la tarea fundamental de alfabetizar,
en el sentido más reduccionista del concepto, y se deja al niño para que se enfrente a la
tarea de leer y escribir porque ya lo puede hacer solo, sin la ayuda del docente.
Una intervención que no sea contemplativa, que no deje solo al niño y que lo acompañe en
el proceso de construcción de sus aprendizajes. Para asumir este papel es necesario,
además de modificar o cambiar concepciones acerca de los elementos que intervienen en
los procesos de enseñanza y de aprendizaje del lenguaje, el desarrollo de las propias
habilidades lingüísticas y comunicativas del docente así como de desarrollar su capacidad
de observación y de adoptar y poner en práctica las propuestas metodologías vigentes, que
se atreva a hacer las cosas de manera diferente, de aprender de los errores, de romper con
paradigmas.
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formulando preguntas con el fin de que comenten sobre lo que leyeron o escucharon
leer y de esta forma conocer las interpretaciones que hicieron del texto.
• Anima a sus alumnos al uso frecuente de los libros de la biblioteca del aula y de la
escuela: pide que descubran cuáles pueden ser útiles para encontrar determinado tema
mirando bien las tapas, las ilustraciones, leyendo los títulos, los subtítulos, el índice o
algunos párrafos.
• Muestra y explica cómo buscar información y los ayuda a ubicar las secciones que le
pueden ser útiles y confirma su utilidad leyéndolas en voz alta.
• Favorece la identificación de semejanzas y diferencias entre dos o más textos
haciendo que identifiquen o reconozcan algunas de sus características, leyendo algunos
fragmentos para que identifiquen el tipo de lenguaje que se utiliza en cada uno, ayuda
para que descubran cuál es la intención de cada uno de los autores.
• Cuando los alumnos pequeños se enfrentan a situaciones en las que intentan leer por sí
mismos, interviene formulando preguntas para que los niños diferencien texto de
imagen: Si quieren saber de qué se trata el cuento, ¿dónde se fijarán: en las
ilustraciones, en las letras? ¿Qué les parece que dice acá? ¿Cómo se dieron cuenta?
• Pregunta para que los niños digan que creen que está escrito en el texto: ¿Dónde creen
que dice... y ¿Dónde dirá...? ¿En algún otro lugar dirá...? ¿Cómo se dieron cuenta?
• Pide a los niños que señalen dónde dice y traten de justificar las interpretaciones que
realizan del contenido a través de la formulación de preguntas: ¿Cómo te diste cuenta?
¿Por qué te parece? ¿Dónde te fijaste para saber?
• Propicia la reflexión acerca del sistema de escritura formulando preguntas para que los
niños descubran la necesidad de establecer diferenciaciones en la escritura de distintas
palabras: ¿Dónde dice...? ¿Cómo lo sabes? ¿Con cuál empieza? Empieza con la misma
de... ¿Cómo termina? ¿Cuál palabra es más larga? ¿Cuál la más corta?
• Plantea preguntas en las que los niños hagan inferencias acerca del contenido del
texto.
• Sugiere o propone cambios a la historia que leyeron o narraron para que los alumnos
se percaten de que al alterar un suceso se cambia parcial o totalmente la historia.
• Solicita opiniones respecto a las actitudes de o de los personajes.
• Propicia la reflexión acerca de la conveniencia de escribir para transmitir mensajes y
satisfacer necesidades personales y sociales para lo cual ofrece y presenta textos que
sirven como modelo para la producción escrita.
• Favorece y orienta la planeación para la producción de textos.
• Anima a los niños para que revisen sus producciones y adviertan errores que corrigen
con el propósito de mejorar o completar su escrito.
• Lee y formula preguntas acerca de lo que los niños escribieron y los ayuda a
reflexionar acerca de lo que escribieron y lo que quieren comunicar.
• Anima a que los niños escriban como ellos puedan y lo mejor que puedan aunque no lo
hagan de manera convencional.
• Proporciona de manera escrita modelos de escritura de palabras para que los niños
puedan escribir la que necesitan, por ejemplo: Mira, aquí voy a escribir sandalia y
salida ¿Te servirán para escribir sandía?
• Orienta para que busquen y localicen en los diversos portadores que hay en el aula
(letreros, listados, tarjeteros, calendario) palabras que inicien o terminen igual que la
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que necesitan escribir o en el caso de los más grandes para que verifiquen la escritura
correcta de la palabra que requieren escribir.
• Facilita información y muestra la letra cuando los niños solicitan con cuál se escribe
determinada palabra o cómo se escribe.
• Señala los progresos que observa en los niños e los interpreta como evidencia de los
conocimientos que poseen.
• Modela comportamientos lingüísticos de habla y de escucha en los niños al usar un
lenguaje de adulto y no un lenguaje infantil artificial, con un vocabulario muy pobre,
con frases simplificadas, con una profusión de diminutivos innecesarios.
• Narra de manera cotidiana hechos de su vida enfatizando en algún acontecimiento
interesante lo que servirá para que los niños adviertan que una narración cotidiana tiene
como requisito centrarse en hechos interesantes.
• Solicita sugerencias para seleccionar lugares a visitar, personas a entrevistar,
espectáculos para ver y escucha las diferentes propuestas que los niños hacen.
• Propicia la confrontación entre las propuestas que hacen los niños para que sean ellos
la que elijan la más adecuada.
• Establece formas de trabajo y explica los motivos de su elección, de esta forma el niño
aprende a plantear y justificar criterios de selección.
• Propone alternativas de solución para problemas diversos.
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correspondiente en el libro de lecturas. Además, en dicho material también se sugieren
actividades del fichero y se plantean otras, que no aparecen en los libros de actividades de
los alumnos.
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El uso continuo y sistemático de esta diversidad textual propicia el conocimiento e
identificación de las características: título, subtítulos nombre del autor, nombre del
ilustrador, índice, la distribución gráfica, la tipografía así como el lenguaje que se usa en los
textos. También sirven como modelos de escritura que favorecer la producción de textos en
el aula.
El desarrollo de situaciones en las que se haga uso de esta diversidad textual fomenta en
los niños el interés por conocer su contenido y es un excelente recurso para que aprendan a
encontrar sentido a los procesos de lectura y escritura aún antes de hacerlo de manera
convencional.
Pero esta diversidad requiere para desarrollarse de una continuidad didáctica, es decir, de
acciones que se desarrollen a lo largo del año escolar, en las que los alumnos tengan
oportunidades reiteradas de leer y producir diversos tipos de texto, tanto orales como
escritos.
También requiere de una continuidad que se sostenga a través de los años de escolaridad en
la que los docentes por ciclo y entre ciclos planifiquen de manera conjunta y la diversidad
se vuelva factible de hacer efectiva una, y otra vez, en los distintos contextos de enseñanza
que la educación básica proporciona.
La enseñanza del lenguaje oral en la escuela tiene como propósito ampliar y enriquecer el
vocabulario de los niños, lo que implica la presencia del uso del lenguaje en el aula y de
esta forma accedan a las convenciones sociales y lingüísticas que ayuden a los niños a saber
cuando pueden o deben hablar, cuando no hacerlo, sobre qué pueden hablar, con quién, en
qué momento, dónde, de qué manera. Y a que sus interacciones con otros niños y adultos
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las realicen cada vez con mayor eficiencia en las situaciones comunicativas en las que
participan dentro y fuera del aula.
El docente debe estar consciente de que los niños van a hablar y escuchar si tienen
realmente cosas que decir o escuchar sobre algo que les resulta interesante y de que poseen
información y saberes acerca de muchas cosas, así que los hace participar en la planeación
de algunas actividades solicitándoles, por ejemplo: sugerencias para elegir lugares a visitar,
personas a entrevistar, para organizar tareas diversas; o bien indicaciones para organizar un
juego que no conoce y que ellos sí, información acerca de algún programa de televisión o
para llegar a un lugar, entre otras, con el propósito de que los niños comprendan que todos
pueden proporcionar información que conozcan y no sólo el docente.
En la medida en que el docente tiene presente que el lenguaje oral es una de las capacidades
que debe potencializarse desde muy temprana edad planeará situaciones en la que su
intervención estará dirigida a favorecer procesos de aprendizaje en los momentos más
adecuados y de manera oportuna tomando en cuenta el enfoque comunicativo, los
propósitos del programa y la metodología propuesta en los programas de estudio para
abordar dicho componente.
Propiciar situaciones en las que los niños conversen o dialoguen en parejas, pequeños
grupos, de manera grupal, con el docente, ya sea de manera espontánea o dirigida, favorece
la socialización y comunicación de conocimientos y experiencias que los niños poseen
alrededor de un tema o suceso. A partir de la interacción, los niños confrontan y amplían
sus conocimientos respecto al tema, aprenden a tomar y respetar los turnos de participación
y conocen más acerca de sus compañeros. Este tipo de discurso debe favorecerse desde los
primeros grados de la educación primaria y complejizarse conforme avanzan en la
escolaridad los temas o problemáticas acerca de las cuales van a conversar. También,
aprenden que mediante el diálogo pueden buscar alternativas de solución a problemas o
conflictos personales.
La exposición de temas resulta una actividad rica para los usos del lenguaje oral como
escrito. La exposición de un tema como el cierre de un trabajo de investigación en el que
previamente realizaron actividades diversas que involucran actividades de lectura y
escritura como la consulta de textos, la búsqueda y selección de información relevante, la
24
elaboración de notas, entre otras, implica un trabajo más sistemático y el uso de un lenguaje
formal que exige a los niños organizar sus ideas para comunicarlas con claridad y sencillez
así como interactuar con los otros de una manera diferente: hablar mientras miran a quienes
lo escuchan. Durante una exposición los niños dan explicaciones, ejemplifican, responden
dudas. La audiencia, es decir, los otros niños también aprenden otra forma de interactuar en
esta situación comunicativa ya que al final pueden participar preguntando, aportando
información así como sugerencias para el mejor desempeño de los exponentes.
El habla y la escucha están presentes en actividades en las que los niños tienen oportunidad
de expresar lo que piensan acerca de algo o alguien, de esta forma desarrollan su habilidad
para opinar. En un inicio es probable que sólo expresen un sí o un no para decir si están o
no de acuerdo, por lo que es necesario, para que se animen a hacerlo, y que cada vez lo
hagan mejor ,que se planteen situaciones, de manera sistemática, a partir de las cuales se
genere el intercambio de ideas con respecto a algún problema, suceso, noticia o a partir de
una aseveración que provoque que los niños manifiesten sus opiniones y compartan sus
experiencias, para ello el docente puede intervenir compartiendo sus propios puntos de
vista; leyéndoles alguna noticia o reportaje que amplíe la información respecto al tema;
ayudándolos a elegir alternativas de solución viables; favoreciendo la confrontación de
opiniones, entre otras.
Este tipo de actividades ayuda a los niños en el desarrollo de su habilidad para argumentar,
además aprenden a ser tolerantes y a respetar a otros que no piensan igual que él, lo que
favorece su autoestima, seguridad y confianza para expresarse.
En la mayoría de las situaciones, y en las actividades que de éstas se derivan, los niños
escuchan consignas o instrucciones para realizar diversas tareas, y en ocasiones, son ellos
los responsables de dirigir un juego o una actividad, ambas actividades favorecen las
posibilidades de que los niños organicen mentalmente la secuencia de los pasos y las reglas,
y las puedan explicar de manera clara y precisa para que sus compañeros las entiendan y
realicen.
Escuchar y narrar cuentos es una de las actividades que a los niños les resulta placentera
y divertida. Cuando escuchan al docente narrar con la entonación adecuada recrean la
historia en su imaginación. Historias que, generalmente, los niños se encargan de volver a
narrar a otros niños y miembros de la familia, en un principio, mencionando algunos de los
sucesos que recuerdan, quizás los que más les gustaron y sin considerar el orden de los
mismos. Poco a poco, con la intervención docente, los niños serán capaces de realizar sus
narraciones considerando la organización temporal y causal de los hechos así como la
claridad y la fluidez, los gestos y la expresión corporal, la entonación y el volumen de la
voz.
Los niños también son capaces de crear sus propias historias o bien transformar
algunas que ya conocen. Pueden construir historias a partir de la observación, por
ejemplo, de una serie de imágenes a partir de las cuales conversen y tomen acuerdos a cerca
de los nombres de los personajes, el lugar y de los sucesos que se desarrollan en la historia.
De igual forma, pueden modificar o transformar un cuento conocido agregando más
25
sucesos, cambiando el rol o papel de los personajes o el lugar o lugares en los que se
desarrolla a la historia, agregando otro(s) personaje(s).
Incluir situaciones en las que se invite o proponga a los niños organizar y participar en
dramatizaciones, además de que les resultan divertidas, favorecen el desarrollo de varias
habilidades y no sólo la verbal. Para las dramatizaciones espontáneas o bien la
representación de obras de teatro, usan el lenguaje corporal y gestual así como la
modulación de la voz y otras características que corresponden a los personajes que
representarán. Se pueden dramatizar o representar situaciones de la vida cotidiana, un
cuento que escucharon leer o narrar al docente o que ellos mismos leyeron; una obra de
teatro, o bien temas derivados de otras asignaturas, para lo cual y con apoyo del docente,
los niños realizan una serie de actividades previas que involucran el uso del lenguaje tanto
oral como escrito: leen o escuchan la lectura en voz alta del cuento; elaboran el guión
teatral correspondiente, exploran carteles, invitaciones y programas de obras de teatro con
el fin de elaborar los propios mediante el dictado al docente o por sí mismos; toman
acuerdos y decisiones acerca de las tareas a realizar: quienes serán los encargados de
conseguir el material necesario para la escenografía, quienes ayudarán a conseguir el
vestuario, quién o quiénes serán los narradores, entre otras.
Los niños formulan preguntas, generalmente para satisfacer su curiosidad, para conocer
más, para comprobar sus ideas o hipótesis respecto a algo o alguien. Comentan y
confrontan, dan explicaciones y plantean sus hipótesis a partir de la información que tienen
al respecto. Preguntas como: ¿por qué se mueve el sol? ¿por qué tiembla? ¿las arañas
duermen? Pueden ser el punto de partida de un proyecto de trabajo, en el que la búsqueda
de la información implique diversas formas para obtener respuestas, una de ellas es a través
de la realización de entrevistas a familiares o especialistas sobre el tema. Con la
orientación del docente, los niños reflexionan acerca de qué quieren preguntar y cómo
preguntarlo para obtener la información que desean. En el proceso se percatan de la
diferencia entre cómo expresan lo que quieren saber y cómo hacerlo en forma de pregunta.
Se dan cuenta de la importancia de la lógica y coherencia que las preguntas deben tener así
como una relación entre el tema y lo que desean preguntar al respecto. También en el
proceso aprenden cómo iniciar y terminar una entrevista. Paulatinamente y con la práctica
reiterada de este tipo de discurso se pretende que los niños desarrollen la habilidad para
formular preguntas fuera del guión establecido lo cual implica una escucha atenta y el
dominio acerca del contenido del tema.
Los niños disfrutan cuando participan en juegos de palabras como adivinanzas (que sean
adivinables y que se refieran a objetos y seres conocidos por ellos); trabalenguas en los
que se juega con la combinación y repetición de palabras, generalmente carentes de
significado, pero cuya repetición y rapidez con que se digan representan a la vez un reto y
26
diversión para los niños; así como cuando memorizan y cantan canciones y rondas. Éstos
juegos se aprovechan para que los niños descubran algunas características del sistema de
escritura, por ejemplo, se dan cuenta que una palabra que se repite en una canción o ronda
se escribe siempre igual; o se usan analogías para decir cómo es algo o alguien como en las
adivinanzas; o que hay palabras que fonéticamente empiezan o terminan igual y que el
lenguaje es arbitrario ya que no siempre para una palabra le corresponde un significante,
como sucede con los trabalenguas.
Antes de su ingreso formal al sistema escolar los niños ya han iniciado el trabajo de
reflexión sobre el lenguaje escrito y, a pesar de las diferencias sociales y culturales entre
unos y otros, los problemas a los que se enfrentan en el proceso de adquisición de la
lectura y la escritura son similares. En este proceso los niños descubren y comprenden las
características del sistema de escritura desde edades muy tempranas siempre y cuando se
brinden situaciones en las que tengan oportunidades de reflexionar acerca del lenguaje a
través de experiencias y observaciones con y sobre los textos escritos. Es a partir de estas
experiencias como los niños llegan a darse cuenta de que el lenguaje escrito se organiza de
una manera convencional para compartir significados en una cultura. Aprenden que
tiene ciertas formas como la direccionalidad, las convenciones ortográficas y de
puntuación. Se dan cuenta que tiene reglas sintácticas, semánticas y pragmáticas (el uso de
marcas gráficas como los signos de interrogación y admiración para la lograr la
comprensión del mensaje). Comprenden que las palabras escritas tienen un significado y
que una misma palabra puede tener distintos significados según el contexto y, aprenden a
distinguir las formas del lenguaje que se utilizan en diversos tipos de texto y su función. En
este proceso, los niños descubren cómo el lenguaje llega a ser significativo porque
representa ideas y conceptos que tiene la gente, los objetos en el mundo real y la cultura.
En síntesis, los niños tienen que descubrir los propósitos funcionales del lenguaje escrito, la
organización o la forma del sistema escrito, y las maneras en que todos éstos se unen y
relacionan con el significado. En este descubrimiento, los niños someten a prueba diversas
hipótesis mismas que van modificando o cambiando conforme avanzan en sus niveles de
conceptualización.
Para ello es indispensable instalar en el aula las condiciones necesarias. Una de ellas es la
planeación y desarrollo de variedad de situaciones comunicativas en las que los niños
observen y adquieran distintos comportamientos lingüísticos al presenciar y participar en
actos de lectura y escritura realizados por el docente y/o por ellos mismos. Situaciones en
las que se lea y escriba con propósitos y en contextos comunicativos diversos y para
destinatarios reales (escribir para solicitar un permiso a la directora de la escuela; para
recordar los nombres de los responsables de una tarea, para invitar a una exposición,
etcétera).
Las situaciones para la enseñanza del lenguaje escrito deben considerar las siguientes
situaciones didácticas fundamentales. (Fig. 5)
27
(Fig. 5)
Cuando el niño lee y escribe a través del docente aprende acerca de los usos y funciones del
lenguaje escrito. Cuando los niños escuchan y observan al docente leer en voz alta realizan
muchos aprendizajes: aprenden acerca de la direccionalidad de la lectura, de las pausas y
entonaciones que realiza, de cómo toma el libro; aprende también acerca del lenguaje que
se usa en el texto que se lee y a diferenciarlo de otros que ha escuchado leer; aprende que
hay textos que divierten o entretienen y que hay textos que informan acerca de diversos
temas. Cuando dictan al docente un listado de palabras, un cuento, un recado, entre otros,
concentran todo su esfuerzo en organizar las ideas que desean comunicar en forma escrita,
aprende que no se puede escribir tal y como se habla, que el lenguaje escrito debe decirse
de otra manera para ser escrito, aprende acerca de cómo se escribe y de otras marcas
graficas que el maestro utiliza como la puntuación y signos, aprende que no se puede
escribir tan rápido como se lee y que debe dictar de manera pausada para que el que escribe
no se equivoque. En esta situación en particular, el niño no se preocupa por cuántas y
cuáles letras tiene que utilizar para escribir porque delega esa tarea en el escribiente.
Cuando lee y escribe por sí mismo, aprende acerca del sistema de escritura ya que se
enfrenta al lenguaje escrito en situaciones de lectura y escritura en las que los más
pequeños se preguntan acerca de con cuántas y con cuales grafías deben escribir para
formar una palabra y los que ya saben leer y escribir a las convencionalidades ortográficas
y de puntuación del sistema de escritura. Cuando leen y escriben por sí mismos se enfrentan
a la tarea de tratar de comprender lo que leen, de explicar qué pasó primero, qué después y
como termina la historia y de interpretar el contenido del texto. Al escribir todo su esfuerzo
cognitivo se centra en la reflexión acerca de con cuántas y cuáles grafías se escribe una
palabra, de plasmar en forma escrita sus ideas y que queden lo mejor posible para que se
puedan leer y comprender. Esto no quiere decir que al leer y escribir mediante el maestro
los niños no aprenden acerca del sistema de escritura, ni tampoco que al hacerlo por sí
28
mismos no aprendan acerca del lenguaje en uso sino que su esfuerzo cognitivo en cada una
de las situaciones está dirigido en especial a favorecer uno de estos aspectos: el sistema de
escritura o al lenguaje escrito. También es importante mencionar que estas situaciones
fundamentales deben estar presentes en la alfabetización inicial y aún después, cuando los
niños ya saben leer y escribir, porque en este proceso continúan aprendiendo acerca de las
convencionalidades del sistema de escritura y de los usos y funciones del lenguaje.
Cuando los niños escuchan a la docente leer en voz alta los niños aprenden acerca del
lenguaje escrito: establecen diferencias entre el lenguaje que se utiliza en un instructivo o
nota de enciclopedia; entre un libro de fábulas y un diccionario, estos conocimientos les
permiten elegir entre varios libros aquellos en los que encontrará información acerca de un
tema y diferenciarlos de aquellos que tienen otros usos como convencer, invitar, convocar.
Poco a poco, y con ayuda del docente, los niños irán adquiriendo criterios para seleccionar
los textos de acuerdo al propósito lector. También aprenden a utilizar un volumen de voz y
entonación adecuados para que los escuchen y se comprenda lo que leen.
29
(Fig. 6)
Cuando los niños escriben mediante el dictado a otro, reflexionan acerca de que el texto
oralizado o comentado se transforma en texto escrito y que no se puede escribir cómo se
dice. Para ello los niños tienen que decidir de qué forma decirlo para que se escriba, la
docente interviene preguntando: ¿Qué escribo? ¿Cómo lo escribo? Con el propósito de
favorecer la confrontación y que sean ellos los que digan cómo escribir.
30
El dictado también puede realizarse en equipos pequeños en el que uno de los integrantes
escribe y los otros dictan qué escribir. En este caso, como en los que sea pertinente hacerlo,
el docente tendrá cuidado de pasar a los equipos y preguntar qué escribieron para realizar la
transcripción correspondiente, en otra hoja, debajo o a un lado del escrito de los niños, para
que otros lo puedan leer cuando se de a conocer o se publique. Otra alternativa para que los
niños realicen el dictado es mediante el uso de un alfabeto móvil mediante el cual los niños
formarán la palabra que se les dicten.
El fichero puede ser acerca del tema de otra asignatura o bien sobre personajes de ficción o
mitológicos. Para organizar el trabajo pueden formarse pequeños equipos para que cada
uno elabore un fichero sobre un tema o bien elaborar un solo fichero de manera grupal.
En el desarrollo de esta actividad se favorece el análisis de fichas modelo para orientar a los
alumnos a concretizar los apartados que considerarán para la elaboración de las fichas. La
consulta de diversos textos informativos los familiarizarán con los elementos de este tipo de
texto lo que facilitará la búsqueda de la información que necesitan. Observar como se
organiza la información en un artículo, en una enciclopedia temática, en un libro o revista
sobre el mismo tema, o bien el uso de formas narrativas para explicar la información, son
conocimientos que sólo se pueden adquirir a través de la lectura y el análisis. También
reconocerán y usarán algunas pistas para la búsqueda y la localización de la información
que requieren, por ejemplo: el uso de los índices, el funcionamiento y reglas de una
biblioteca pública para solicitar un texto, el dominio del abecedario para las enciclopedias
alfabéticas, entre otros. Para la búsqueda de la información deberán tener claro qué
necesitan de está forma ejercitarán una lectura rápida y selectiva en función de un propósito
preciso.
El nombre propio en la alfabetización inicial, tiene un significado afectivo para los niños,
por lo que resulta un modelo de escritura muy importante a partir del cual se pueden
desarrollar actividades en las que se propicie la reflexión sobre algunas de las
características del sistema de escritura. El nombre propio mantiene sus características
independientemente del contexto en el que aparezca.
31
A partir del reconocimiento de la relación entre la letra inicial de su nombre y el sonido
inicial los niños puede establecer relaciones similares con otros nombres y otras palabras a
través de juegos orales. Cuando leen y observan, con ayuda del docente, los letreros con sus
nombres o la lista de asistencia pueden establecer comparaciones entre las características
gráficas de su nombre y otros nombres o palabras. También las letras de su nombre sirven
como repertorio y las pueden utilizar como fuente de consulta para escribir o identificar
otras palabras.
La elaboración de una agenda telefónica del grupo, esta actividad involucra actividades
de lectura y de escritura que favorecen la comprensión de las reglas de nuestro sistema de
escritura (el orden alfabético) y el conocimiento del uso de portadores de nombres que
circulan socialmente. Se hace uso del lenguaje oral al discutir y establecer los acuerdos para
realizar las actividades así como para socializar la información que encuentren.
Los niños elaboran un listado con las acciones propuestas para realizar la actividad. Dichas
acciones pueden ser propuestas por el docente, por ellos mismos o de manera conjunta.
Conversan acerca de las ideas y conocimientos que tienen acerca de las agendas telefónicas
y el uso que tienen. Exploran variedad de agendas para conocer y analizar la información
que contienen además de los nombres y datos de familiares y amigos, como los teléfonos de
la policía, los bomberos, hospitales, etcétera. Comparan similitudes y diferencias entre las
diversas agendas que revisaron. Buscan información específica a petición del docente, por
ejemplo: ¿Dónde dice el nombre? ¿Dónde dice la dirección? ¿Dónde está el número
telefónico? ¿Qué otros datos identifican? Seleccionan el formato que utilizarán para
elaborar la agenda. Cada uno elabora una tarjeta con sus datos: nombre, teléfono y
dirección. Organizan las tarjetas en orden alfabético. Para ello pueden auxiliarse de la lista
de asistencia. Se organizan para que realicen las siguientes tareas: copien la información a
los formatos que eligieron, elaboren la portada y formen la agenda.
Las situaciones didácticas que se sugieren en este trabajo están acordes al enfoque y a las
metodologías propuestas para la enseñanza del español que se plantean en el Libro para el
maestro, en el que se sugieren otras actividades además de las contenidas en el Libro de
Actividades para el alumno. Otro material de apoyo en el que se proponen actividades
similares son los Ficheros de Actividades ya que todas proporcionan ideas para diseñar
otras o modificar las propuestas, de acuerdo con las necesidades y características de su
grupo, así como a los contenidos que trabajará para el logro de los propósitos establecidos
para cada componente.
La propuesta metodológica de los Talleres de escritura6 que se presenta en los Libros para
el Maestro resulta una estrategia muy valiosa para la producción de textos en el aula, si
bien, por la cantidad de alumnos que generalmente se tienen en un aula, puede ser muy
laboriosa, con su implementación de manera sistemática se logra que los niños escriban
cada vez más y mejor. Las etapas que se proponen para el desarrollo de los talleres de
escritura son las siguientes:
32
Es importante establecer siempre un propósito que anime a los niños a que escriban, ya que
saber para qué o para quién, hace que el acto de escribir tenga un sentido. De igual forma la
revisión y corrección de los textos resultan tareas enriquecedoras ya que los niños aprenden
que:
- La revisión y corrección se hacen de manera constructiva con la finalidad de
mejorar el texto y que quienes lo lean lo puedan entender.
- Un texto escrito es susceptible de corregirse las veces que sean necesarias, para que
quede lo mejor posible, a diferencia del lenguaje oral.
- La revisión en parejas o de manera colectiva permite conocer otras ideas o
sugerencias diferentes a las propias y aceptar que pueden ser una mejor alternativa
para comunicar lo que deseamos.
- Se practica y acepta la crítica constructiva.
- La producción en parejas o en pequeños grupos, en los que uno escribe y los demás
dictan, permite la interacción, la formulación de opiniones y sugerencias, la
escucha atenta y la toma de acuerdos para la organización y realización del trabajo.
33
Para concluir este trabajo acerca de la enseñanza del lenguaje elegí a Delia Lerner que me
parece muy atinada en los desafíos que plantea en su texto:
“El desafío es, en suma, combatir la discriminación que la escuela opera actualmente no
sólo cuando genera el fracaso explícito de aquellos que no logra alfabetizar, sino también
cuando impide a los otros -a los que aparentemente no fracasan- llegar a ser lectores y
productores de textos competentes y autónomos.
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Bibliografía consultada
Ferreiro, Emilia, “Leer y escribir en un mundo cambiante”. En: Pasado y presente de los verbos leer
y escribir. Biblioteca para la actualización del maestro (Cuadernos). México, SEP. 2001.
Nemirovsky, Miriam, “Antes de empezar: ¿Qué hipótesis tienen los niños acerca del sistema de
escritura?”. En : Sobre la enseñanza del lenguaje escrito... y temas aledaños. Paidós, México, 2000,
p. 23.
Lerner, Delia. “Para transformar la enseñanza de la lectura y la escritura”. En: Leer y escribir en la
escuela, Biblioteca para la actualización del maestro. México, SEP. 2001.
Molinari, Claudia. “La intervención docente en la alfabetización inicial”. En: Enseñar y aprender a
leer. Jardín de infantes y primer ciclo de la Educación Básica. Ediciones Novedades Educativas, pp.
63-74.
Notas y referencias
1
Lerner, Delia. “Para transformar la enseñanza de la lectura y la escritura”. En: Leer y escribir en la
escuela, Biblioteca para la actualización del maestro. México, SEP. 2001.p
2
Ferreiro Emilia. “Leer y escribir en un mundo cambiante”. En: Pasado y presente de los
verbos leer y escribir. Biblioteca para la actualización del maestro (Cuadernos). México, SEP. 2001.
3
Fragmentos del texto de Barbosa Heldt Antonio, Cómo han aprendido a leer y a escribir los
mexicanos, Ed. PAX-MÉXICO, 1978.
3
Nemirovsky, Miriam. “Antes de empezar: ¿Qué hipótesis tienen los niños acerca del sistema de
escritura?”. En : Sobre la enseñanza del lenguaje escrito...y temas aledaños. Paidós, México, 2000,
pág. 23.
4
op. cit.
5
Trabajo no presencial No. 4 “Dictado a la maestra de una recomendación”. Diplomado: Enseñanza
de la lectura y la escritura en educación inicial. Centro de Desarrollo Infantil, tercer grado de
Preescolar.
6
Libro para el Maestro. Español. Cuarto grado. SEP, MÉXICO, 2000, p. 17
7
Lerner, Delia, op. cit. pp. 39-53.
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Leer para pensar. El trabajo con el texto
Gabriela Ynclán
Fomentar la lectura no debe entenderse como una transmisión de concepciones, hábitos y valores
reestablecidos, sino como una provocación que invite al niño y al joven al desentrañamiento y la
permanente reelaboración de lo real.
(Beatriz González. 2000)
Los seres humanos descubrimos desde que somos pequeños, que la lectura es una forma de
interrelación con el mundo. A través del tiempo nos damos cuenta que en mayor o menor
medida, esta actividad formará parte de nuestra vida. Tal vez de inicio no sepamos que la
lectura se transformará en una experiencia maravillosa, que ella nos permitirá visitar
lugares ignotos y desconocidos o acceder a teorías y conocimientos de todo tipo. La lectura
lo mismo nos proporciona recreación y placer que puede sorprendernos con grandes
conocimientos.
La experiencia nos dice que hasta ahora nadie se ha arrepentido de saber leer. Los niños
tienen una sed infinita de leerlo todo y cualquier cosa; saber lo que dice ese anuncio, el
cartel de la esquina y la película que no está traducida. Quien pertenece a una comunidad
analfabeta se descubre superior en cuanto lee; la lectura es conocimiento y este puede ser
usado de diferentes maneras. Los libros son cofres que guardan secretos, abrirlos implica
entrar en ellos y a todos nos gusta conocer los secretos de los otros.
De inicio la lectura tiene un lugar, ese lugar es la escuela. Es en ella donde se le puede
odiar o por el contrario, acrecentar el deseo hasta convertirlo en pasión: leer para degustar,
consultar, aprender, leer como necesidad y forma de vida. Leer para pensar y pensar en
todo aquello que se lee.
La condición para que lo anterior se cumpla es que en la escuela, los y las docentes amen la
lectura y sean concientes de que el trabajo diario, constante, planeado y propuesto con
ciertos fines, puede llevar a sus alumnos a convertirse en lectores autónomos, que conocen
el poder de la lectura para aprender, para investigar, informarse o disfrutar.
Hace muchos años, como en los cuentos, los y las docentes de primaria después de hacer
que el alumno leyera un relato, una historia o una lección del libro, pasaban a entregar a los
niños y niñas un cuestionario de diez preguntas. Los chicos, con el libro cerrado, debían
responder puntualmente, de manera literal y precisa; las preguntas versaban sobre aquello
que el docente consideraba importante; nombre del texto, personajes principales, datos más
relevantes. Todo parece indicar que el objetivo estaba centrado en que, los pequeños
lectores repitieran lo que el autor decía, teniendo como mediador el punto de vista, de
36
quienes elaboraban el cuestionario. Esta forma de trabajar se llamaba: lectura de
comprensión.
Hablar hoy en esos términos podría remitirnos a semejante práctica, la cual se espera haya
sido superada y sólo exista en los anales de la historia de la educación. Para referirme
entonces a la lectura en la que se establece una interrelación lector – texto y cuya principal
actividad está centrada en el rescate de significados que el lector hace a partir de su
interpretación, usaremos el termino lectura comprensiva.
La lectura comprensiva requiere del lector una competencia, una forma de leer con atención
en la que se busca entender. Si se piensa que sólo aquello que se entiende se puede
disfrutar, se verá que el entendimiento y el placer no son dos cosas que se encuentre
separadas una de la otra, por el contrario, la una conduce a la otra.
Los niños necesitan entender aquello que leen para poder disfrutarlo; el gozo y el placer en
la lectura nace del verdadero entendimiento, no se puede disfrutar en toda su magnitud,
aquello que resulta oscuro y lejano a la comprensión. Los niños lo saben, por eso son
felices cuando entienden las cosas, la falta de entendimiento causa confusión, frustración y
un deseo de huir de aquello que no se comprende.
Ésta es una actitud recurrente en los seres humanos; todos nos esforzamos por entender el
mundo que nos rodea, la naturaleza, las actitudes de los otros, de ahí que la interpretación
de los hechos, los sucesos y las formas de ser se vuelvan inherentes a nosotros. Leemos
para entender lo que ese texto dice, queremos y necesitamos que así sea, de lo contrario,
abandonamos la lectura pensando en otra cosa, distrayéndonos con aquello que está fuera
del texto y que sí podemos entender.
La lectura comprensiva necesita trabajarse en el aula, una vez que el alumno ha logrado el
dominio de la decodificación y todos los signos y símbolos que el texto utiliza le son
conocidos, entonces ha llegado el momento de conducir al alumno por este camino.
La lectura conduce a la lectura y es el docente quien tenderá el puente para que los alumnos
lleguen a las profundidades del texto. No se aprende a nadar en un día, no se puede bucear
sin ir al mar. Habrá entonces que desarrolla en los pequeños lectores todas las habilidades
que les permitan enfrentarse a cualquier texto por complicado que resulte. Si esto no se
logra durante los largos seis años que abarca la educación primaria; tendremos que
admitir, que uno de los objetivos básicos y fundamentales de este nivel, no se logra hoy en
la escuela.
Un proceso complejo
37
proporciona. Los tres momentos de la lectura: Antes, durante y después, están
contemplados en el proceso que a continuación se describe.
Pensemos en la manera en que un lector hipotético puede acceder a un texto sea este
narrativo, informativo o incluso icónico.
Establecer una relación entre los referentes, algunos indicadores o señaladores del
texto y anticipar lo que él nos depara es una habilidad que pertenece al momento
anterior a la lectura; en muchas ocasiones ayuda al lector a encontrar el texto
indicado.
• Una vez activados los referentes y hechas las primeras preediciones, inicia la
búsqueda del sentido del texto, en la medida que el lector avanza se cuestiona cosas
que el texto plantea. ¿Qué quiere decir el autor con determinada expresión? ¿qué
pretende con ese planteamiento? y ¿hacia dónde quiere llegar?.
• Con lo anterior el lector está rescatando significados, relacionando lo que lee con
aquello que conoce sobre el tema tratado. Para esto necesita realizar diferentes
inferencias: conjeturar, hacer analogías, hipotetizar o concluir sobre ciertas
situaciones o hechos planteados. Su lectura no es solamente literal o textual
(entender de que trata lo leído, sin profundizar) El lector ha bajado a un nivel más
profundo y está contextualizando lo leído.
• Parece que nuestro lector sigue navegando y mientras más se adentra en el texto, a
cada nuevo párrafo se encontrará con una serie de claves que lo pueden ayudar a
entender con mayor precisión los planteamientos del autor. Estas claves hay que
descifrarlas porque son de gran utilidad en todos los momentos de la interacción.
Los lectores competentes descifran las claves sin problema, durante la misma
lectura, en el caso de los alumnos no es así, por lo mismo, se recomienda trabajar
diferentes estrategias y actividades de reflexión sobre la lengua, después de que han
hecho la primera lectura.
38
Se toman como claves textuales las siguientes:
c) Identificar en el texto aquellas frases que amplían la idea y que sirven para
aclarar o explicar, como los ejemplos.
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por el autor o piense que los personajes podrían comportarse de otra forma,
entonces se verá en la necesidad de poner en juego, no sólo sus referentes y
conocimientos, sino su experiencia, valores y formas de pensar. Es el momento en
que el lector hace su propia historia. Se dice que está resignificando el texto.
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Diferentes modos de leer, diferentes tipos de texto.
Una sociedad alfabetizada demanda de quienes viven en ella; la lectura de diferentes tipos
de texto: periódicos, anuncios, carteles, videos, imágenes, cuentos, novela, crónicas,
artículos de divulgación, ponencias, textos de consulta, escolares, etcétera. Los niños y las
niñas a través de su contacto social y cultural van acercándose a ellos y no obstante, pueden
identificar que son diferentes, si la escuela no se encarga de hacerles más accesible el
camino para la comprensión de cada uno, el trayecto se volverá más resbaladizo y sinuoso.
Ejemplificaremos el proceso antes visto con tres tipos de texto, los más utilizados en la
escuela, los que tienen entre si mayores diferencias: el texto narrativo, el expositivo y el
icónico o de imágenes.
Los textos narrativos parecen mucho más cercanos a cualquier persona; aprendemos a
hablar narrando, todo lo que contamos a nuestros padres, hermanos o amigos durante la
niñez, se vuelve una historia con principio, desarrollo y desenlace. En general los lectores
gustamos de las historias porque estás son cercanas a nuestras formas de entender, de ahí
que el texto narrativo resulta más accesible que otros. Los niños desde su primeros años
entran en contacto con él, la educadora o alguien de su familia les narra cuentos, esto les
ayuda a entender que la narración la conforman una serie de acciones que llevan una
secuencia lógica para contar una historia. No obstante este acercamiento y comprensión del
texto narrativo, llega un momento en que su lectura no es del todo fácil para los alumnos,
ya que puede contener estructuras o contenidos no accesibles al lector.
El siguiente cuento es un ejemplo, por medio de él, se recorrerá el proceso antes explicado,
aplicando cada uno de sus momentos y recorriendo sus niveles.
Como lector habrá que adelantarse y tratar de predecir de qué trata la historia y cuál es el
tema.
El ladrón de ilusiones
Hubo un tiempo en que tuve muchas ilusiones. Sé que no hay nada extraño en eso y que
todos las tenemos. Pero yo se las quitaba a otros y las coleccionaba. Iba por la vida con aire
distraído y de repente pasaba un hombre cuya ilusión me gustaba. Entonces, cerraba los ojos muy
fuerte y un sueño ajeno, lentamente, se apoderaba de mí.
¿Cómo reconocía a mis víctimas?: por cierta expresión en la mirada que los identifica.
Hay, en cambio, quienes no tienen ni brillos ni sombras en la cara. A ellos, jamás pude robarles
nada.
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Tuve ilusiones de toda clase, aunque al principio mis preferencias fueron masculinas. Por
eso, despojé a algunos hombres y cargué con sus sueños de poder. No fue tan desagradable: fui
sabio y militar sucesivamente, tuve medallas y estatuas; en aquellas ocasiones subí al cielo como
un cometa y luego, sobre el piso de la realidad, me estrellé en mil pedazos. Pero también robé
ilusiones desesperadas. Como a aquel hombre que quería ser poeta. Anduve por rincones sórdidos
y paisajes “exaltantes” buscando una copla que me reconfortara, y fue en una canaleta donde me
despejó de ese sueño de eternidad. Entonces fui tras un anciano que pasaba y le quité la esperanza
de tener veinte años. Fue una época feliz: creí que tendría todo el tiempo para vivir mi vida.
Poco a poco tuve curiosidad por conocer las ilusiones femeninas y por eso me apoderé de
la de una linda rubia. Durante algún tiempo soñé con ser la señora de alguien y construí mi casa
con la ilusión de esa mujer, pero otra que pasó me la destruyó con su bohemia. Amé a un hombre
desconocido y vino una chica joven y soberbia que con su ilusión desamorada, me lo hizo recuerdo
y olvido.
Hasta que llegó ella. La distinguí a lo lejos, con su cara iluminada. Pensé que era la mujer
más bonita que había visto en mi vida y que seguramente tanta belleza se debía a su ilusión. Me
preparé para quitársela y cuando ella estuvo cerca muy cerca, le noté la mirada tan tranquila, tan
indolora que de repente entendí. Pero ya era demasiado tarde. La vi alejarse y me pareció oírla
cantar. Simulaba tanta alegría y yo ahí, en medio de la calle, quedé con su ilusión de muerte hecha
un nudo en las entrañas.
Ahora iniciemos un paseo por el texto anterior. El cuento pareciera no tener ninguna
complicación. Su título es atractivo, advertimos que está escrito en sentido figurado puesto
que de manera realista nadie puede, ni vender, ni comprar ni robarle a otro las ilusiones;
éstas no son concretas y tangibles, pero también es cierto que la metáfora “le robaron las
ilusiones” se utiliza de manera cotidiana para decir que le rompieron el corazón a una
persona, que también es otra metáfora, o la engañaron, o la enfrentaron a la dura realidad.
El lector puede haber coincidido con alguna de estas ideas, sin embargo el cuento no trata
exactamente de eso, sino de un ser que no tiene sexo, de una presencia extraña que le roba a
los transeúntes sus ilusiones. Es decir que de inicio, la predicción del lector puede no
haberse cumplido. Esto no importa, lo importante es que el lector activó sus referentes y
los relacionó con el titulo del texto.
Sigamos; una vez leído el texto completo, el lector comprenderá que no sólo el título está
en sentido figurado, sino toda la historia es una alegoría, es decir, una sucesión de sentidos
figurados, pero esta alegoría tiene una conexión con la realidad; sabemos que pueden existir
personas que destruyen las esperanzas de otros.
Para llegar a lo anterior, además de haber relacionado la realidad con el sentido figurado, el
lector tuvo que hacerse una serie de cuestionamientos mientras transcurría la historia, tal
vez pensó en sus propias ilusiones, o en las de los seres que lo rodean, imaginó si se puede
vivir con las ilusiones de los otros o imaginó la gran cantidad de ilusiones que andan
flotando por el mundo, aunque no las podemos ver, ni tocar.
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Al acercarse al final nuestro lector se sorprendió, no esperaba que la última ilusión robada
fuera la muerte. Tal vez pensó otro final o le hubiera gustado que terminara de otra forma.
Es decir, resignificó el cuento.
Algunos lectores necesitan leer más de una vez un cuento como éste, eso no es incorrecto,
por el contrario, habla de un lector interesado, que desea profundizar y no se conforma con
una sola lectura. A los alumno hay que permitirles e incluso propiciar en ellos que lean
más de una vez el texto, en una segunda vuelta por el cuento es posible profundizar más,
leer cosas que en la primera no se advirtieron.
Y ahora podríamos preguntarnos ¿En que momento se utilizaron las claves del texto? Si el
lector es competente lo fue haciendo mientras leía, si no lo es, se darán algunas preguntas
que pueden ayudar a identificar las circunstancias más importantes en el texto: ¿Quién es el
narrador de la historia? Localizar al sujeto que narra es importante. En el ladrón de
ilusiones el mismo protagonista cuenta la historia, habla en primera persona.
¿Qué género tiene este narrador? Por el título identificaríamos que es masculino, pero
después caemos en la cuenta de que lo mismo robaba ilusiones masculinas que femeninas; a
veces era militar y otras una rubia que amó a un hombre. Por lo tanto no tiene género es
como una presencia.
El texto tiene una estructura lógica (principio, desarrollo y desenlace) Reflexionar sobre
esto permite al lector recorrer en su mente, de nuevo la historia.
¿Existe alguna frase del cuento que al lector le guste más? La pregunta anterior tiene como
intención que el lector regrese al texto y ponga especial atención en alguna frase que pueda
ser clave para entender el texto. No todos escogen la misma. En este cuento existen dos que
permiten adentrarse más en el sentido del cuento. Obsérvese:
Hay, en cambio, quienes no tienen ni brillos ni sombras en la cara. A ellos, jamás pude robarles
nada.
Ahora pienso que despojé a hombres y mujeres de sus esperanzas porque no podía tolerar que
se quebrantaran las mías. Era más fácil tener y perder la de los otros.
Tal vez el lector escogió otra frase cualquiera, lo que vale es regresar al texto y seleccionar
aquello que sea significativo para quien interpreta.
Es necesario aclarar que las preguntas aquí planteadas no son para trabajarse con los niños
de primaria, para ellos, todo lo anterior resultaría extremadamente difícil. Este escrito tiene
como intención orientar al docente en el análisis del texto narrativo. Con los alumnos lo
pertinente es trabajar diversas estrategias que los lleven a identificar las claves de otra
forma. En la última parte de este artículo hablaré sobre ello.
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El proceso aplicado al texto expositivo
En la escuela aquello que más se lee es texto expositivo o informativo, porque los libros
que sirven para estudiar están llenos de él. Paradójicamente se trabaja poco en la clase. En
general se envía al alumno a leerlo para que busque información y se le indica que extraiga
de él las ideas importantes y haga con ellas un resumen, que termina siendo, ante la
incapacidad para seleccionar la información, una copia de párrafos del texto original.
Parece no entenderse que el texto expositivo resulta de difícil comprensión tanto por su
estructura como por el lenguaje que maneja, ambas cuestiones no le son cercanas al
pequeño lector.
El texto expositivo contiene una gran cantidad de información que no es posible procesar
de forma rápida. El lector no competente se encontrará con una serie de problemas, y por lo
mismo, necesitará desarrollar ciertas habilidades que le permitan discriminar con precisión
y certeza la información más relevante del tema, recuperarla, para luego, hacer uso de ella
en el estudio y trabajos de investigación.
Escogí un fragmento de un libro donde cada capítulo expone alguno problema de tipo
lingüístico que se detectan en los niños en edad escolar. El sujeto de la investigación es
Silvia y sus formas de ir construyendo el pensamiento sobre y a través del lenguaje. Silvia
es la hija del investigador y autor de la obra.
Hace algún tiempo pregunté a Silvia y a sus compañeros de segunda clase elemental
reunidos en una fiesta de cumpleaños qué era lo que más les gustaba de la escuela y qué era lo que
menos les gustaba. La primera pregunta tuvo respuestas diversas, las más de las veces ajenas a los
cursos (los juegos, los paseos por el jardín, oír contar historias, etc.) En cambio, la segunda tuvo
una respuesta unánime que revelaba un ligero resentimiento: lo que a todos les gustaba menos era
hacer resúmenes. El resentimiento que se percibía en las respuestas de los niños significaba en
cierto modo el asombro de que a pequeños como ellos se les pudiera pedir en la escuela tareas
“extrañas”, “particulares” y “difíciles” como las de hacer un resumen.
Esta opinión de los niños contrasta marcadamente con el parecer de muchos enseñantes,
que consideran el resumen como una actividad natural que se puede hacer sin ninguna particular
instrucción y ejercitación y que es posible pedir a los niños desde los primeros años de escuela
(como en nuestro caso, alumnos de la segunda clase elemental). Esta convicción está tan difundida
que en cierto sentido el resumen es el recurso normal del maestro suplente que llega al aula sin
ningún conocimiento específico de la clase y piensa que tendrá buenos alumnos (por lo menos así
lo cree) haciéndoles hacer precisamente resúmenes.
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Hay pues un conflicto entre el asombro y la repulsa de los niños y .la seguridad de los
docentes en lo que respecta a los resúmenes. ¿De qué parte nos colocaremos entonces? O (para
formular mejor el problema), ¿por qué el resumen parece difícil a un niño de segunda elemental?
Debo decir enseguida que nuestros saberes lingüísticos están, sin ninguna duda, de parte de los
niños y no de parte de los enseñantes (en ésta así como en muchas otras cuestiones de educación
lingüística). He de explicar rápidamente por qué.
a) saber identificar los aspectos más importantes del texto A, separarlos de los menos
importantes, es decir, conservar los primeros y descartar los segundos;
b) para hacer esto hay que haber comprendido perfectamente el texto A, esto es, no dejar en
su interpretación ningún problema sin resolver, ninguna dificultad en suspenso.
c) por fin, hay que encontrar nuevas palabras para expresar lo que importa decir del texto A
y construir así el texto B (“Dilo con tus propias palabras”).
Creo que el texto explica de manera sencilla cuál es la problemática que representa para los
niños hacer un resumen, la brevísima introducción que habla sobre Silvia y sus compañeros
está escrita en forma de narración, eso acerca más a quien lea el texto. Si el lector es un
docente, seguro le interesará y no tendrá complicaciones para relacionar sus referentes con
lo planteado por el autor. Sin embargo, si el lector no fuera docente, podría darse el caso
que nada de lo expuesto le resultara sencillo o interesante.
El texto entra en materia en unos cuantos renglones. Desde el principio nos damos cuenta
que el tema es el rechazo de los chicos hacia el resumen. A partir de los incisos se logra
entender que un resumen no es algo fácil de realizar y que se debiera trabajar paso a paso,
en un proceso que permita al niño adquirir la habilidad de montar y desmontar la
información más significativa y relevante de un escrito.
De este artículo tan breve el lector (docente) puede extraer muchísimos significados, el
hecho de que le resulte sencillo, no impide que a través de él, se puedan realizar todas las
inferencias de las que se hablo antes y muchas otras no planteadas,
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c. Conjeturar sobre qué pasa cuando simplemente se le dice al niño que haga un
resumen, sin trabajar con él, éste proceso.
d. Concluir que es importante revisar el trabajo del aula.
e. Incluso hipotetizar sobre qué pasaría si se cambiaran las formas de trabajar este tipo
de contenidos. ¿Sería posible o no? ¿valdría la pena? ¿Para qué?
Y en esa última parte ya se estaría resignificando el texto, ante la posibilidad de
aplicar lo planteado en el aula o por lo menos investigar más sobre este asunto.
¿Y las claves textuales? Están ahí y ayudaron al lector a entender mejor lo planteado: en
la forma narrativa de la escritura de Simonne, en los incisos que se manejan, en el
lenguaje simple y cotidiano, que por lo menos se utiliza al inicio. Estas claves que
proporciona el autor y decodifica el lector, junto con el tema, permitieron acceder al
texto con facilidad. Interpretarlo y comprenderlo depende de las habilidades y
competencia del lector
En general, los chicos se identifican con las imágenes, desde muy pequeños las tuvieron
presentes, existen posturas (Herminio Otero.1998) que nos hablan sobre los cambios en la
forma de pensar y sentir de niños, niñas y jóvenes y plantean que la imagen, hoy siempre
presente, a transformado a las nuevas generaciones en seres más emotivos, intuitivos,
disgregados, fragmentarios y poco racionales. También se dice que estos chicos conocen
muchas más cosas por las imágenes que por su experiencia y que están acostumbrados a
interactuar con imágenes pero que no las asimilan. (Maité Pró. 2003)
La imagen tiene un lenguaje, debido a ello podemos leerla como texto, es susceptible de ser
interpretada porque de ella se pueden extraer diversos significados, por medio de ella se establecen
en la actualidad diferentes formas de comunicación.
En los libros el texto de imágenes puede presentarse solo, combinado con texto gráfico o como
parte del intertexto de un libro, ese es el caso de los cuentos para niños o de los comic. La lectura
de imágenes debe formar parte de las actividades en el aula, aprender a interpretarlas es tan
importante como leer cualquier texto grafico. El tiempo en que un docente le arrebataba a un
alumno un comic y lo rompía en mil pedazos no puede ser el de ahora. Hoy debemos leerlo,
quitarle los globos, sacarle fotocopias y trabajarlo con todo el grupo.
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Veamos un ejemplo de texto de imagen o icónico y sigamos el proceso
En la imagen anterior existe un solo texto gráfico, pero si no lo tuviera de todas formas
pondríamos en activo nuestros referentes para encontrar el sentido general de este texto
icónico: ¿qué es lo que sugiere? Lo que ahí se representa es una escuela pero no cualquier
escuela. Si nos detenemos ante los detalles se pueden hacer analogías: pensar en la escuela
de cada uno, en sus alumnos, en la lectura, en la música y en la ciencia. Comparar: ¿en qué
se parece esta escuela a la mía? ¿en qué no? Observar las claves y preguntar ¿por qué la
escuela está posada sobre un libro? ¿por qué algunas figuras son más grandes qué otras?
¿por qué algunas puertas están cerradas? ¿por qué un niño mira la puerta? Podemos
conjeturar: Los qué están fuera leen. Los que están dentro leen.
Y por último se puede concluir: Es una escuela que impacta en la comunidad, que tiene
como base la lectura, donde se ha logrado que los alumnos lean por placer. Y entonces
hasta sería posible escribir un texto sobre “La Escuela Soñada” que es así como se llama
esta imagen que acompañó un artículo periodístico de un suplemento de educación en
España.
Imágenes hay muchas, algunas por demás sugerentes a la vista a nuestros sentidos y
sentimientos, ellas pueden ser verdaderos textos para leer en clase, en su haber además de
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ayudar a la interpretación diremos que son de gran ayuda para desarrollar la distinción
visual y que ésta es una de las claves para el trabajo con la ortografía y las lenguas
extranjeras.
Si se observa; el proceso es el mismo en los tres tipos de texto, no obstante cada uno tiene
diferencias que responden a sus particularidades. Se propone entonces trabajar en el aula
con diferentes textos y estrategias de lectura para conducir al alumno en el desarrollo de
habilidades y estrategias de aprendizaje.
De alguna manera parece haber un consenso entre los sectores educativos de muchos países
de Europa y América Latina, sobre la necesidad de crear un Currículo que lleve al alumno
hacia el desarrollo de habilidades del pensamiento que propicien el razonamiento, la
emisión de juicios y conclusiones, no sólo dentro de la escuela sino también fuera de ella
para generar la autonomía del educando.
Una profesora de primaria explicaba que su hija había desarrollado en el jardín de niños
muchísimas habilidades de tipo motor pero muy pocas de pensamiento, a lo que otra le
discutía que no, que cortar y pegar son habilidades psicomotoras y por lo mismo
desarrollan los dos ámbitos, el de pensar y el de hacer. En efecto, existen una serie de
actividades que cuando los niños son pequeños los ayudan en su desarrollo psicomotor,
más tarde este desarrollo se puede separar. Cuando mecanizamos un determinado trabajo ya
no pensamos o pensamos muy poco sobre cómo lo hacemos. Leer comprensivamente,
escribir produciendo significado o resolver problemas de cualquier índole son actividades
que permiten tener siempre activa la mente.
La lectura sólo se mecaniza cuando se trata de leer sin comprender, la escritura cuando se
realiza una copia textual y la resolución de problemas cuando ya se conoce la solución de
los mismos.
Desarrollar en los niños y las niñas habilidades de pensamiento que los conduzcan hacia
una competencia lectora, no es trabajo fácil, por el contrario, necesita de muchas horas de
dedicación, de un convencimiento por parte del docente, de una búsqueda de materiales, de
una escuela con posibilidades hacia la lectura y de una comunidad que apoye lo anterior.
48
El siguiente cuadro sistematiza las habilidades a trabajar desde la lectura.
Una estrategia de enseñanza es aquella que el docente utiliza con un fin, un propósito
establecido de manera muy precisa para llegar a algún resultado en el aprendizaje. Se dice
que es también un camino pensado para alcanzar lo que uno se propone.
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Los docentes debieran hacer un acopio de estrategias para los diferentes momentos del
proceso lector, indudablemente algunas estrategias se proponen en el mismo libro de texto
de español o en los ficheros, sin embargo no son suficientes. Buscarlas o crearlas de
acuerdo a las condiciones, el lugar, el grupo y el tipo de niños con los que se trabaje puede
hacerse de forma colegiada en cada escuela.
Pondré el ejemplo de una estrategia que se puede trabajar con texto expositivo analizando
el por qué, para qué y cómo se usa.
La estrategia que se expondrá involucra texto de imagen y texto gráfico y resulta muy
sencilla, en ella destacaré el tipo de habilidades que se involucran y son necesarias para
llevarla acabo.
Los peces
La idea es que el alumno lea las imágenes con mucho detenimiento, observando todos los
detalles. Luego lea los textos que están en la segunda hoja; ellos corresponden a cada uno
de los cuadros en blanco, recuerde que no están en orden, así que el trabajo del niño es
darles una relación lógica.
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51
Lo primero, después de la lectura y la indicación es identificar si el alumno tiene mucha
dificultad para encontrar la relación imagen-texto, de ser así, habría que darle algunas
pistas, señalarle algunos detalles que están en la imagen y funcionan como claves en el
texto.
Si el alumno termina muy rápido, quiere decir que la actividad fue demasiado sencilla y
para la próxima habría que buscar otra con mayor dificultad.
Una vez que el alumno termine su lectura de imágenes, se le pide que lea el texto gráfico de
corrido, con la idea de que él mismo detecte si tiene un sentido lógico, de no ser así, se le
propone platicar con otro compañero y autocorregirse.
Las habilidades que se propician con esta estrategia son las siguientes:
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Tal vez al leer la anterior estrategia el lector haga alguna analogía y piense que ha trabajado
con algo parecido, es posible, no es tan difícil elaborar una estrategia. En el caso del
docente lo fundamental está en ser consciente de que con ella no sólo se pretende que los
niños y las niñas tengan información sobre los peces, sino y sobre todo, se propone que
amplíen sus capacidades lectoras y sus habilidades de pensamiento.
Si hemos aceptado que la lectura tiene como base la interpretación de texto y que esta se
realiza a partir del mundo de cada lector, de sus puntos de vista, formas de valorar, concebir
y posibilidades intelectuales, entonces podemos pensar que siempre, después de que el
alumno rescate los significados de cualquier texto, es recomendable que éstos se negocien.
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La negociación en el aula genera el intercambio de puntos de vista, sin que nadie le
imponga al otro su interpretación. La negociación no es un debate para llegar a una serie de
acuerdos o conclusiones, muy por el contrario, es escuchar y expresar sin miedo a ser
juzgado porque la interpretación es personal y libre, es a la vez compartir y aprender de los
demás.
Dentro del aula, la regla a guardar tiene que ver con permitir a todos que se expresen
cuando quieran: El papel del docente será el de un coordinador y facilitado que jamás
impondrá su punto de vista o aceptará el de una sola persona como válido.
Desde luego es difícil confiar en que los niños por si mismos van a llegar. En general se
piensa en que es necesario darles la “respuesta correcta” la del que sabe más. En el caso de
la negociación se plantea que hay que permitirles que lleguen hasta donde les sea posible,
confiando en que la constante negociación los irá conduciendo para ampliar sus
conocimientos y esto, a su vez, hará posible que se formen un criterio propio.
La escuela moderna que tiene como base el enfoque comunicativo en el trabajo del aula,
plantea la negociación como una de las estrategias expresivas que hace avanzar al alumno
de manera natural y constante.
Conclusiones:
Leer, hoy, no tiene nada que ver con contestar cuestionarios o ejercicios de canevá. El
trabajo con la lectura va más allá del texto, propiciando que el lector interactué con él y
viaje hacia mundos diferentes.
La escuela debe ser el lugar de la lectura, en ella es posible desarrollarla y ayudar al chico a
alcanzar lo que por si solo puede llevarle mucho más tiempo.
La escuela no se puede conformar con hacer buenos lectores, hay que desarrollar
habilidades que permitan también hacer lectores y aprendices autónomos.
La manera natural para desarrollar las habilidades del pensamiento son los procesos
complejos, la lectura es uno de ellos.
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El docente necesita conocer el proceso que está inmerso en el antes, el durante y el después
de la lectura, para que a través de éste propicie diferentes estrategias que conduzcan al
pequeño lector hacia el difícil camino de la interpretación.
El proceso de lectura es el mismo pero las variantes que plantee el género y estilo del texto
harán la diferencia en el momento de la interpretación.
55
Bibliografía:
OCAMPO Flama. El Ladrón de Ilusiones en El Cuento No. 88. Cultura SEP. México, Septiembre
y Octubre 1983.
OTERO Herminio. Educar con imágenes. Materiales para educadores. CCS. Madrid 1998
PRO Maite. Aprender con imágenes. Incidencia y uso de la imagen en las estrategias de
aprendizaje. Paidós, España 2003.
RESENDÉS Andrés y Rainnie Felicity . Peces. en Enciclopedia Infantil. Colibrí. No. 81.
SEP/Salvat. México 1979
SIMONE Raffaele. Ejercicios de estilo en Diario lingüístico de una niña. Gedisa Barcelona,
España 1992
TIERRA ADENTRO No. 103. El Libro y la lectura. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
México Abril – Mayo 2000
WRATY D. LEWIS M. Aprender a leer y escribir textos de información. Morata. Madrid 1997
i
SIMONNE Rafaele. Ejercicios de Estilo en El Diario Lingüístico de una niña.
ii
Ynclan Gabriela: Lectura y Enciclomedia. Documento de la dirección General de Actualización.
SEByN. 2005. En prensa .
56
La lectura como un proceso de comprensión
Vs. La lectura como método de decodificación
Margarita Gómez- Palacio M.
Introducción
Los estudios sobre comprensión lectora han enfatizado, en estos últimos años, la necesidad
de distinguir la lectura significativa de la lectura de descifrado.
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La tecnología que se utilizó para la enseñanza de la lectura inicial en los primeros
esfuerzos que relata Goodman generó lo siguiente:
Sin embargo la lucha de los psicolingüistas por darle un significado a la lectura no cejó.
A mediados del siglo XX un grupo de psicólogos de la educación iniciaron una serie de
trabajos orientados a probar que la lectura comprensiva y la lectura de descifrado no eran
procesos iguales y que el descifrado no conducía automáticamente a la comprensión. Estos
estudios permitieron comprender por qué los lectores formados con el descifrado no se
interesaban en la lectura. Se leía lo indispensable para la escolaridad, pero nunca se leía por
placer.
Paralelamente a los esfuerzos que se hacían por enseñar de manera “eficaz”, los
investigadores de la comprensión lectora eligieron diferentes caminos. Algunos se
centraron en el estudio de los procesos implícitos en la adquisición de la lectura; otros, en
el proceso del acto lector; otros más, se interesaron en los procesos perceptivos y muchos
otros, basaron el enfoque de su investigación en los componentes de la comprensión
lectora.
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aprende a leer, cómo se entienden los textos escritos y qué mecanismos intervienen en
tales procesos. En estos últimos años, los estudios se han centrado, primordialmente, en la
observación longitudinal que pretende comprender qué diferencias hay entre los procesos
que utilizan los lectores expertos y el proceso que siguen los lectores que leen de manera
rudimentaria.
A partir de esos resultados se propuso un programa que ofreciera a los maestros y a los
alumnos un conocimiento efectivo de la lengua como medio privilegiado de comunicación,
y para eso fue necesario tener en cuenta:
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La comprensión crítica exige que el lector desarrolle juicios propios que le permitan dar su
opinión, proponer nuevos enfoques o simplemente, interpretar el texto, según su punto de
vista.
En primer término, abordaremos la comprensión global, ya que sin una visión general del
texto, no podremos analizar el resto de los componentes. Luego veremos la importancia
de la reorganización del texto, después la lectura inferencial y por último, la creación de
un pensamiento crítico y creativo, sin olvidar que cada texto tiene un contenido y una
forma específicos.
I. La comprensión global
La comprensión global o básica, constituye el tema general del texto, por lo que es
imprescindible estar seguros que desde los primeros años, el lector llegue a dominar cada
uno de los siguientes elementos:
Después de cada uno de los componentes, vamos a ofrecer al lector algunos ejercicios que
le permitan poner en práctica los elementos que vamos a considerar en cada uno de los
componentes.
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1. La comprensión global
Ejercicio no. 1
La finalidad de este ejercicio es lograr entender lo que el autor, Miguel Delibes, trata de
contarnos y comprender cuál es el tema general que quiere trasmitirnos. Al finalizar
daremos el título que el autor puso al texto, con el fin de ver si el alumno coincide con él.
Él no conocía nada fuera de aquel valle donde había nacido, pero no anhelaba conocer nada más.
Era el suyo un valle lujurioso circundado de altas montañas y por el centro discurría impetuoso un
río de montaña.
A un lado del cause estaba la carretera y, al otro, la línea férrea. Lucas el de Pancho había nacido
allí, en una diminuta casita, encalada entre el torrente fluvial y la vía férrea. La madre murió y la
llevaron al camposanto y su hermano mayor un año después tomó uno de los trenes descendentes,
cogió un vapor y marchó a América. A los seis años recibieron una postal, dirigida a Lucas en la
que le decía que se fuese con él.
No; él sería siempre fiel a aquel valle, no cambiaría su jergoncillo de yerba por el “café con tres
docenas de camareros”.Desde hacía seis años, Lucas pasaba sus horas libres en la estación del
pueblo, un edificio chiquito de piedra, y a cien metros la casetucha blanca del guardavías. Este era
un hombre viejo y apergaminado con una colilla pendiente del labio. Lucas lo miraba maniobrar,
arrobado. Aquel viejecito podía, mediante un simple movimiento de palanca, cambiar el rumbo de
los más poderosos trenes. Y él lo hacía sin percatarse de que, ante los ojos asombrados de Lucas, su
quehacer era más propio de un héroe mitológico o un semidiós.
El viejo guardavías acogía al rapaz con visible disgusto. Rezongaba frases ininteligibles que
terminaban siempre con un -¡Aparta, podenco! Lucas daba un salto y trepaba al montón de
traviesas desde donde veía manipular al viejo cascarrabias, mientras la locomotora asomaba
estrepitosamente por la boca del túnel.
Luego regresaba a su casa por el túnel, todavía caliente y trepidante aún por el reciente paso del
tren. Decididamente, él, algún día sustituiría al viejo guardagujas. Se veía ya con la mano en la
palanca, su gorra de ferroviario y cambiando, por su voluntad, el curso de los trenes.
Una tarde el viejo guardagujas se había mostrado especialmente violento. Le mandó un pedrusco
del balastro de la vía. Él lo esquivó con un ágil movimiento, y continuó impasible allí, sobre la pila
de traviesas inútiles, observando. Cuando pasó el tren se le acercó el jefe de la estación, con una
banderita roja en la mano y con una sonrisa le dijo: -Bien, rapaz- tú serás el día de mañana un
excelente guardagujas.
El vejete indómito le miró con un rencor torcido, Ahora, al atravesar el túnel, Lucas rumiaba la
excitante profecía del jefe. “Tu serás el día de mañana un excelente guardagujas”. Y su pequeño
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cuerpo se ponía tenso de orgullo. Lamentaba no poder pasar de los once a los veinte años, como los
trenes mediante un simple movimiento de palanca.
Contrariamente a lo que esperaba al llegar a la casa encontró a su padre de excelente humor –Me
escribe tu hermano- Me dice que venda todo y marchemos los dos con él. Es rico ¿comprendes?
Tiene un café con tres docenas de camareros y vive en una ciudad llena de luces y de automóviles.
Por un momento se le agitó el corazón. Subió a su cuartucho y por la ventana abierta miró los
prados y los maizales, las vacas pastaban indolentes la húmeda hierba. Al fondo las montañas
hendían las nubes y sus bases negreaban la penumbra. Alcanzó sus oídos el rumor oscuro del
torrente continuo y el repiqueteo de los cencerros en la pradera. De repente, sonó en los bardales
del río el canto de un mirlo y, a continuación el silbido de una locomotora. “Bien, rapaz; tú serás el
día de mañana un excelente guardagujas”.
Lucas miró las puntas rotas y sucias de sus alpargatas, y luego alzó los ojos hacia su padre.
Instrucciones:
- Después de leer el relato, trata de comprender la idea global del texto. ¿Por qué el
autor llama a este texto La Vocación? Generaliza lo que el autor entiende por
vocación.
- Haz una secuencia de los momentos principales del texto y confirma si podrías
cambiar el orden de las ideas sin cambiar el significado del texto. Fíjate cómo el
autor va llevando al lector hasta obtener lo que quiere: el chiquillo toma conciencia
de su vocación.
- Haz una lista de las palabras que desconoces. ¿Cuáles se pueden comprender por el
contexto? De cualquier manera verifícalas en el diccionario.
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2. Encontrar la secuencia de un relato
Ejercicio no. 2
En el siguiente ejercicio los párrafos están revueltos. Trata de encontrar la secuencia lógica
del relato y enumera cada uno de los párrafos. Enseguida lee el texto de acuerdo a la
enumeración que tú diste a los párrafos y comprueba si el texto sigue un desarrollo lógico.
El león y el perro
______ Luego se echó nuevamente, abrazando al perro muerto y permaneció así durante cinco días.
Al sexto día el león también murió
______Al llegar la noche, el león se echó en el suelo para dormir y el perro se acomodó a su lado,
colocando su cabeza sobre la pata de la fiera.
______En un jardín zoológico de Londres, se mostraban las fieras al público a cambio de dinero o
de perros y gatos que servían para alimentarlas.
______ Una persona que deseaba verlas y no poseía dinero para pagar la entrada cogió al primer
perro callejero que encontró y lo llevó a la casa de fieras. Le dejaron pasar e inmediatamente
echaron al perro en la jaula del león para que éste lo comiera, el perro asustado, se quedó en un
rincón de la jaula, observando al león, que se acercó para olfatearlo. El perro se puso patas arriba y
empezó a menear la cola. .
_______ Cierto día, un señor visitó el zoológico y reconoció al perro que se le había extraviado.
Fue a pedir al director que se lo devolviera, y cuando iban a sacarlo de la jaula el león se enfureció
y no hubo manera de conseguirlo.
________ Así el león y el perro siguieron viviendo en la misma jaula durante un año entero.
_______ El león le tocó ligeramente con la pata y el perro se levantó, sentándose sobres sus patas
traseras. El león lo iba examinando por todas partes moviendo su enorme cabeza pero sin hacerle
daño. Al ver que el león no se comía al perro, el guardián de la jaula le echó un pedazo de carne. El
león cogió un trozo y se lo dio al perro.
_______ Al comprender que su amigo había muerto, se enfureció empezó a rugir y a mover la cola
con rabia, tirándose contra los barrotes de la jaula como queriendo destrozarla.
_______ A partir de entonces los dos animales convivieron en una misma jaula.
El león no hacía ningún daño al perro, dormía a su lado y a veces incluso jugaba con él.
_______ Al cabo de un año. El perro se puso enfermo y murió. El león dejó de comer, se puso
triste, y olfateaba al perro, lamiéndolo y acariciándolo con la pata.
_______ Así pasó todo el día. Luego se echó al lado del perrito y permaneció quieto pero no
permitió que nadie se llevara de la jaula el cuerpo sin vida de su amigo. El guardián creyó que el
león olvidaría al perro si metía a otro en la jaula, y así lo hizo, pero ante su asombro, vio como lo
mataba en el acto, devorándolo.
León Tolstoi4
63
Establece la secuencia del relato y explica qué pistas has seguido para organizar la
secuencia.
1. El saber qué el conocimiento declarativo supone, que para comprender las ideas
principales necesitamos saber qué pretende el tema, y saber que el tema de base puede ser
un enunciado implícito o explícito.
2. El tema indica al lector el sujeto del discurso que domina el párrafo o los párrafos que
componen el texto. El tema no siempre esta literalmente definido, pero todo o todos los
párrafos que lo componen se refieren a él.
3. El conocimiento del procedimiento nos dice cómo hacer algo con las ideas principales.
¿Cuál o cuáles son las ideas principales? Las ideas principales son las frases u oraciones
más importantes de cada párrafo, es decir que sin ella el párrafo no tendría sentido.
¿Para qué sirve conocer las ideas principales? Para comprender el texto. Si tenemos una
idea principal en cada párrafo, sabemos de qué se trata cada párrafo y cómo se desarrolla un
texto, a partir de los párrafos que lo componen.
Como veremos luego las ideas principales son indispensables para resumir o reorganizar un
texto.
Ejercicio no. 3
Hasta muy recientemente, la importancia de los icebergs se consideraba solamente desde el punto
de vista de la circulación marítima. Se tenía mucho cuidado cuando un barco navegaba cerca de los
polos, por el peligro que representaban. Sin embargo a partir de la conferencia internacional de
l977, se comenzó a estudiar la manera de aprovechar la cantidad de agua dulce que contiene un
iceberg.
Un iceberg es una enorme montaña de hielo que flota en el agua. Se les ha descrito más bien desde
el punto de vista estético y grandioso que desde el punto de vista científico. Ahora sabemos que la
parte de un iceberg, que emerge del agua representa solamente una décima parte del total
monstruoso del iceberg. Solamente las grandes montañas son equiparables a un iceberg. Hay
icebergs que son tan grandes como la parte nevada del Everest.
64
Los icebergs son enormes masas de agua dulce que se han desprendido de las capas polares. Los
icebergs son movidos solamente por las corrientes marinas que lentamente las empujan hacia los
trópicos. Algunos animales como los osos polares o la familia de las focas, permanecen arriba de
los glaciares hasta que se aproximan a tierra firme.
¿Cómo hacer para aprovechar esa inmensa cantidad de agua dulce? En la conferencia Internacional
de 1977 sugirió la posibilidad de estudiar si es más costoso desalinar el agua de mar que arrastrar
por medio de barcos un iceberg hacia los países que carecen de agua potable. Se pensó que países
tan ricos como Arabia Saudita o Australia, tal vez podrían invertir los billones necesarios para esa
operación. Los expertos estudian actualmente la factibilidad de contar con una posibilidad más para
apoyar a los países que carecen del precioso líquido que es el agua.
Después de leer este texto piensa en el tema general y decide qué nombre podría llevar
como encabezado. Estudia cada uno de los párrafos y subraya la oración que tú creas que
corresponde a la idea principal. Recuerda que la idea principal no está necesariamente al
principio del párrafo. Puede estar a la mitad o al final del mismo.
Ejercicio no. 4
Enrique estaba verdaderamente aterrorizado. Las luces de la calle se habían apagado de repente. La
calle parecía una boca de lobo. Reinaba un silencio mortal, de manera tal, que Enrique podía oír los
latidos de su corazón. Súbitamente en medio de la oscuridad Enrique escuchó: “¡ruuun, cuas, cuas,
cuas, pun, pun, ahhhhh!”
El autor pensó que el texto tendría más suspenso si ponía la última frase en la parte de en medio.
Las luces de la calle se habían apagado de repente. La calle parecía una boca de lobo. Reinaba un
silencio mortal, de manera tal, que Enrique podía oír los latidos de su corazón. Enrique estaba
verdaderamente aterrorizado. Súbitamente en medio de la oscuridad Enrique escuchó: “¡ruuun,
cuas, cuas, cuas, pun, pun ahhhhhh!”
El autor pensó que sería más dramático poner al final el estado emocional de Enrique.
Las luces de la calle se habían apagado de repente. La calle parecía una boca de lobo.
Reinaba un silencio mortal, de manera tal, que Enrique podía oír los latidos de su corazón.
Súbitamente en medio de la oscuridad Enrique escuchó: “ruuun, cuas, cuas, cuas. Pun, pun,
ahhhhhh!”. ¡Enrique estaba realmente aterrorizado!
65
5. El vocabulario
En cada párrafo hay una serie de palabras subrayadas. Junto a ellas hay un hueco para que
tú escribas un sinónimo o una expresión que podría remplazar la palabra subrayada.
Ejercicio no. 5
La grajilla
Un día, hace ya muchos años, vi por primera vez una colonia de grajillas. Revoloteaban entorno a
las almenas- y con sus “quia-quia-quia”, reiterativos- y desacompasados,
organizaban una algarabía- considerable. En lontananza- ______________ parecían
negras y brillantes como los grajos, pero, cuando los vi de cerca observé que eran más chicas que
aquellos y no totalmente negras, sino que el plumaje de la nuca y los lados del cuello era gris
oscuro, y sus ojillos, vivaces y aguanosos-___________, tenían el iris traslúcido-
________________.
Viviendo en Castilla, la grajilla se me ha hecho familiar, es un pájaro muy sociable que divaga-
___________ en grandes bandadas y que mientras vuelan alrededor de las torres adosadas-
_________ a las iglesias o visitan los acantilados-______________, sostienen entre ellos
interminables conversaciones. No son racistas-____________ , y a menudo, se las ve asociadas con
pájaros de cualquier estirpe-_____________ preferentemente de plumaje negro. Al parecer no les
une una relación de parentesco- _______________ sino el uniforme.
La grajilla es sedentaria- _______________ vive generalmente en el mismo lugar que nace. Sin
embargo he advertido-__________ que el bando que merodea-____________ por los frutales de
Sedano no crece, por lo que deduzco que, como las abejas se escinden-_____________ cuando la
puesta es abundante. En las escarpas- ____ que flanquean-______________ el río Rudrón es fácil
topar con nidos de grajillas. Estos nidos constituyen un verdadero muestrario de los más diversos
objetos y materiales que pueda uno imaginarse: papel, trapo, boñiga- __________, lana, barro… lo
que significa que este pájaro no desaprovecha la ocasión de ahorrarse un esfuerzo.
A lo largo de tres meses convivimos con una grajilla en Sedano, donde pasábamos las vacaciones.
Uno de mis hijos la encontró, con la carne pegada al hueso y medio muerta de inanición-
___________. Los chicos le habilitaron-____________ un nido en una caja de zapatos y a las
cuatro semanas ya estaba completamente rehabilitada-________. Lo más sorprendente era la
naturalidad con la que aceptaba la vecindad-_____________ de las personas, aunque le repugnaba
que le pusieran la mano encima, ella escogía al porteador-____________ y se reposaba erguida-
_______y tranquila sobre el antebrazo o el hombro de cualquiera de nosotros.
Un día Morris (Así bautizaron mis hijos a la grajilla) descubrió que podía volar muy alto, se posó en
la punta de un árbol y desde ahí nos miraba despectivamente-______________ Al cabo de una
hora Juan, remedando los arrumacos-______________ maternos apareció con un cacharrito-
_______________ con mezcla de pienso-_____________ y agua, y moduló su “quia-quia-quia”
aterciopelado-______________. Morris acusó el golpe-________________ y fijó en Juan su ojillos
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como abalorios-_____________, describió un círculo sobre nuestras cabezas y fue a posarse
hombro de Juan, al tiempo que reclamaba su alimento con su “quia-quia-quia” perentorio-
______________.
Miguel Delibes6
¿Pudiste encontrar los sinónimos de las palabras o su explicación sin necesidad del
Diccionario?
¿La mayor parte de las palabras las tuviste que buscar en el diccionario?
Es muy importante que al leer vayamos anotando las palabras que no conocemos y sus
respectivas explicaciones o sinónimos.
Una de las actividades más frecuentes en los centros escolares es hacer resúmenes. A través
de la elaboración de un resumen los alumnos aprenden a comprender bien un texto para
extraer de él lo más importante. Es también un buen sistema para recordar lo fundamental
de un texto. Cuando se trabaja a partir de un resumen se tiene que desarrollar otro texto que
contenga los datos recopilados en él, aclarando que la elaboración del nuevo texto depende
más que nada de la forma en que se elaboró el resumen.
67
excesivamente grandes (prácticamente copiando el texto) o los resumen demasiado ( unas
cuantas líneas) y no conservan lo esencial del texto.
Para hacer un buen resumen se deben seguir ciertas reglas absolutamente inquebrantables.
o Antes de hacer un resumen hay que conocer bien el texto que se va a resumir. Leerlo
por lo menos dos veces.
o Conocer los procesos cognitivos tanto analíticos como sintéticos. (Respetar el proceso
de desarrollo del pensamiento del autor guardando la estructura que presenta al inicio).
o Conocer el tipo de texto que se va a resumir. No se resume igual un texto narrativo que
un texto expositivo o argumentativo.
1º fase: Presentar a los alumnos textos breves (30 líneas) de contenido informativo
explícito, respetando un orden lógico o cronológico y la división de los párrafos. Enseñar a
parafrasear el texto eliminando toda la información que no sea esencial.
2º fase: Enseñar a los alumnos a resumir, respetando las reglas de coherencia enunciativa,
textos de unas 60 líneas, de contenido informativo explícito, con el orden lógico
potencialmente alterado (no se necesita respetar exactamente los párrafos pero sí las ideas
principales que pueden organizarse en estructuras diferentes).
3º fase: Utilizar al menos textos de 100 líneas en las que haya tanto información como
argumentación. En esta fase se debe hacer un plan para elaborar el resumen siguiendo estas
recomendaciones:
68
Ejercicio no. 6
Los escolares de primaria, junto con los adultos mayores de 40 años representan los grupos con
mayor incidencia de problemas de sobrepeso y obesidad.
Alrededor de 15% de las niñas y los niños entre seis y 15 años rebasan su peso ideal, informó
Reynaldo Sánchez, director de servicios de salud de la SSA de salud. Expertos en nutrición plantean
que los efectos negativos que puede padecer un menor con obesidad van desde una tendencia a
desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, hasta el bajo rendimiento
escolar, pasando problemas psicosociales y de adaptación.
Otro efecto importante es la inhibición sexual de los menores y la futura infertilidad que eso genera;
un niño obeso no desarrollará normalmente sus órganos sexuales y la niña obesa no logrará
menstruar, porque la grasa altera la producción hormonal, refiere Alejandro Berteley, médico
cirujano y nutriólogo del Instituto Politécnico Nacional.
Tras señalar que la obesidad es un problema de salud pública producto de una mala cultura
alimentaria, Debido a que los índices más altos de este problema se dan entre infantes de primaria,
las escuelas jugarán un papel nodal mediante la regulación de la comida que se vende en los
planteles, así como los alimentos que los padres ponen a sus hijos para el refrigerio.
En las escuelas debe operar un programa de educación en nutrición y educación física, así como una
correspondencia entre lo que se enseña y lo que se vende a los menores; es decir eliminar la comida
chatarra.
Abundó que otro serio problema que no permite desarrollar una buena cultura de la alimentación es
que los programas de la SSA y de la SEP pasan en la televisión en horas en que los niños y las
mamás no los pueden ver, mientras que los programas publicitarios de comida chatarra pasan en
horas pico, incitándolos a comer golosinas Y comida rápida.
El nutriólogo Alejandro Berteley explicó que se debe procurar a los niños alimentos naturales, en
especial verduras y frutas, y evitar los alimentos procesados, básicamente refrescos , pasteles,
frituras, tacos, pizzas, tamales, golosinas y comida rápida ya que éstos proporcionan calorías pero
no nutrientes. Aclaró que una alimentación sana no es suficiente para mantener un peso ideal, y que
es necesario propiciar mayor actividad física y evitar el sedentarismo que propician la televisión y
los videojuegos.
Angélica Simon9
69
º Elaborar el plan a desarrollar
ANOREXIA NERVIOSA
La anorexia nerviosa suele producirse hacia la pubertad o en la adolescencia en jóvenes que viven
en un medio muy dominante; a veces serán muchachas extremadamente mimadas; en casos, hija
única, y en general de un medio elevado. A veces, la anorexia es mucho más precoz, manías en la
comida y enfermedades frecuentes en la infancia.
La joven reduce su comida por diversas causas: al principio puede hacerlo por propia voluntad,
prescindiendo de lo que no le gusta, o atendiendo a la cantidad. Se queja a veces de molestias
digestivas, de estar embotada, con lo que pone en marcha su régimen adelgazante. Lo que menos le
preocupa es lo que ha de comer, mientras que a los padres es precisamente lo que más les preocupa,
por lo que el problema de hacerla comer se torna en lo más importante para toda la familia, que
tratará de presionarla.
La anoréxica mental minimiza la importancia de su anorexia; no siente hambre, pero insiste en que
eso le impida sentirse bien. Parece ser verdad ya que su actividad no disminuye, incluso puede
aumentar, pero en realidad se comporte de una manera anómala. Está incómoda, a la defensiva,
encerrada en sí misma. Con superficiales relaciones con la familia.
Si bien al principio reconoce privarse de comida, después negará la realidad de los hechos. Parece
doblegarse ante las demandas familiares, Cuando tratan de presionarla reacciona disimulando muy
calculadamente, arroja la comida, falsea su peso, vomita o hace sus comidas a escondidas, toma
purgantes. Los horarios de comidas son irregulares, elige extrañas comidas, y el privarse de comida
puede alternar con una bulimia.
Lo que en un primer momento podía pasar por negarse a comer pronto se convierte en una anorexia
auténtica, ya que “el apetito entra comiendo”, lo que parecía un problema personal pronto se
convierte en un problema interrelación; lo que parecía tener algún sentido racionalmente pronto lo
considerará la familia cómo un mecanismo de autodestrucción con componentes agresivos que ella
misma no tardará en advertir; compasiva se tornará intransigente, mientras que a la aparente
pasividad sucederá una actitud hostil. La enfermedad será una lucha entre dos partes que a su vez no
tardarán en quedar desbordadas por los acontecimientos; la anorexia es ya casi total y el
adelgazamiento extremadamente rápido.
El tratamiento es muy variado. Cada caso es único y debe estudiarse por un equipo que deberá
ponerse de acuerdo para tratar tanto a la enferma como al resto de la familia. Con frecuencia se
necesitan varios equipos de psicoterapeutas, con frecuencia se recomienda el internamiento de la
enferma y la separación a largo plazo de la familia.
J de Agurriaguerra10
70
Resumen. Se trata de un texto complejo, por lo que hay que seguir el procedimiento
aconsejado:
Manuel Gutiérrez-Calvo.11
Estas dos definiciones de inferencias nos permiten ver la gran importancia que tienen en la
comprensión lectora. Gracias a los análisis de la pragmática sabemos que al hablar o al
escribir no expresamos todo lo que deseamos comunicar. Si lo hiciéramos, el mensaje sería
tan extenso que confundiría y aburriría al lector u oyente. Las inferencias cumplen la
misión de completar constructivamente un mensaje. Pensemos si alguien nos cuenta que,
“la hijita de su amiga, al traer el té se tropezó y lloró desconsoladamente “No tenemos que
explicar que las tazas se cayeron y se rompieron, que todo quedó esparcido por el suelo etc.
Las inferencias tienen un componente operativo y otro representacional. Con una oración
muy corta comprendemos todo lo que pasó y nos representamos mentalmente la escena.
Los dos factores que determinan el uso de las inferencias en el texto son las implicaciones
que se tenga en el texto y los conocimientos que tenga el lector del contenido del texto, lo
que lo llevan a inducirlas con el fin de precisar su significado, y por otra parte el uso de las
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inferencias está determinado por el grado de conocimiento y uso de la lengua, que tenga el
lector.
Para explicar el uso de las inferencias podemos, con Gutiérrez-Calvo estudiar las
siguientes: Las inferencias conectivas que nos permiten comprender más fácilmente una
lectura, y poder con más rapidez y seguridad interpretar lo que podríamos llamar la segunda
parte de la oración. Esto ayuda a que la inferencia se dé simultáneamente a la lectura, lo
que aligera su comprensión. El segundo tipo de inferencias, que son las que estudiaremos
con más detalle, está inducida por la necesidad de satisfacer las metas del lector. (explicar
por qué ocurren los hechos mencionados en el texto, explicar reacciones o acontecimientos
que aparentemente no están explícitamente justificados.)
En todo mensaje podemos decir que hay dos partes, la primera en donde las inferencias
dan una mayor fuerza a la información primera sobre la segunda. Es decir que hay
posibilidades de conocer mejor o de intuir las causas que determinan ciertos hechos, o
consecuencias. También ciertas inferencias llevan al lector a predecir la continuación del
texto, lo que le llevaría luego a confirmarlas. Las inferencias tienen también un valor
emocional, ya que la elaboración de ciertas inferencias permite profundizar en intenciones
o conductas que pueden dar un nivel mayor de profundidad al texto.
Por otro lado las inferencias dan una mayor fuerza a la información primera sobre la
segunda. Es decir que hay posibilidades de conocer mejor las causas que determinan ciertos
hechos, o consecuencias. También ciertas inferencias llevan al lector a predecir la
continuación del texto, lo que le llevaría luego a confirmarlas. Las inferencias tienen
también un valor emocional, ya que la elaboración de ciertas inferencias permite
profundizar en intenciones o conductas que pueden dar un nivel mayor de profundidad al
texto.
Las inferencias se elaboran de acuerdo a los procesos mentales del sujeto. Podemos decir
que aún un niño puede elaborar ciertas inferencias sencillas que respondan a sus
capacidades mentales. Comprender ciertos refranes o adivinanzas, ciertos juegos o apodos
etc. Al llegar a manejar su pensamiento a nivel formal los sujetos serán más capaces de
elaborar o comprender inferencias.
o Predecir resultados: Sigue con esas amistades y verás, “Que el que mal anda mal
acaba”.
72
o Entrever la causa de determinados efectos:”Árbol que nace torcido nunca su tronco
endereza.”
o Inferir secuencias lógicas: “Si no estudias todo el año, saldrás mal en el examen”.
o Recomponer un texto variando algún hecho: “Siempre estabas a la cola, ahora eres
de los primeros”.
o Prever un final diferente. Pedir a los alumnos que por inferencia expliquen cuál era
la situación de Cenicienta antes de ir al baile. Y que hagan una inferencia sobre lo
que imaginen que hará Cenicienta con sus hermanastras ahora que es una princesa.
o Infiere quién era Ricitos de oro, cómo llego a la casa de los ositos y porqué se fue y
a dónde se fue.
o Infiere por qué la mamá de Caperucita roja, la mandó a casa de su abuelita en lugar
de ir ella misma. ¿Qué hará ahora, después del peligro que pasó Caperucita?
o Al final del cuento se puede trabajar, llevando a los alumnos a hacer inferencias ya
sea con predicciones antes del cuento o inferencias al terminar el relato.
Se pueden inventar relatos en los que se obligue a los alumnos a hacer inferencias
acumuladas:
1er Ejemplo
Ayude a los alumnos a elaborar inferencias de cosas que no están escritas en el texto.
Rita
Rita estacionó su automóvil frente a la casa.
1. De nuevo buscó sus llaves en su bolsa
¿Qué inferimos de la expresión “De nuevo”?
2. Abrió su paraguas y se acercó a la puerta.
¿Por qué abrió su paraguas?
3. Tocó fuertemente pero nadie le abrió.
¿Por qué nadie le abrió?
4. Atravesó la calle, entró a un café y se sentó junto a la ventana.
¿Por qué Rita se sentaría frente a la ventana?
5. Pidió una taza de chocolate caliente
¿Por qué pidió chocolate caliente y no un café?
73
6. Rita se dijo: “Por lo menos traje el libro de historia para preparar la clase”.
¿Qué entendemos de la reflexión de Rita?
7. Nerviosa volvió a buscar sus llaves en su bolsa.
¿Por qué Rita se siente nerviosa? ¿Inferimos que Rita ha pasado mucho tiempo esperando?
8. Rita busca por tercera vez, las llaves en su bolsa, y por fin las encuentra y sale de prisa sin
abrir su paraguas.
¿Por qué Rita no abre su paraguas? Inferimos que tiene tanta prisa que no quiere perder ni
un minuto.
9. Llega a la casa y al querer abrir la puerta se da cuenta que ésa no era su casa.
El maestro puede inventar él mismo relatos que permitan enseñar a los alumnos a elaborar
inferencias que de hecho están en el texto, pero sin expresarlas.
En las inferencias de segundo grado, el lector o escucha tiene que reflexionar sobre el texto
para emitir su inferencia. Con frecuencia, en los textos largos (cuentos o novelas) el lector
tiene que recordar si en alguna parte se habla del evento que el lector tiene que justificar.
De aquí la importancia de la lectura cuidadosa que permite regresar al lugar en dónde se
habla de algo que concierne o explica el hecho.
Al estar leyendo un libro y llegar al siguiente párrafo tenemos que hacer una inferencia.
“Cuando llegaron al décimo piso Eladia vio que se trataba de un terraza agradablemente
decorada que daba la impresión de ser un jardín. Eladia se acercó a la orilla y de pronto
desapareció. Indudablemente Eladia había caído del décimo piso”
Para poder elaborar la inferencia hay que recordar el argumento del libro. ¿Eladia se
resbaló y accidentalmente se cayó? O alguien empujó a Eladia. Tenemos que recordar si
Eladia tenía algún enemigo que deseara su muerte. O saber si Eladia en alguna ocasión
había hablado de suicidio y ahora estaba pasando por momentos muy difíciles. O Eladia
era una persona depresiva que ya había hecho algún intento de suicidio.
Ejemplo 2:
Inventemos las inferencias que pudo hacer cada uno de los siete miembros del consejo que
estaban esperando a Eloy.
74
En el reglón que sigue a cada párrafo, escribe sintéticamente la inferencia que hace cada
uno.
Pedro hace la siguiente inferencia personal. ¿Qué irá a pasar con él si la dueña de la compañía
decide liquidar el negocio? _____________________________.
1. Olivia piensa que desgraciadamente nunca podrá casarse con Eloy, con el que ha salido con
frecuencia últimamente._______________________________.
2. Cristian piensa que Jacky, la dueña del negocio, necesitará de muchos consejos y él es el más
adecuado para dárselos. Como vicepresidente, se supone que él sucederá a Eloy en la
presidencia de la compañía. _______________________.
3. Sonia la secretaria de Eloy llora amargamente en un rincón, sabiendo que está embarazada de
un hijo de Eloy y que ya nadie podrá apoyarla como lo había prometido
Eloy.__________________________________________________.
4. Joseph que había llegado hacía unas semanas para hacer una auditoría a la empresa, confiesa
que la empresa está a punto de una quiebra y que entre todos habría que convencer a Jacky para
que invierta una cantidad muy grande y así salvar a la compañía.
__________________________________________.
5. El tesorero sabe que Eloy tenía un seguro de accidentes muy grande y que propondrá a Jacky la
posibilidad de cobrar el seguro, con el que podrían salvar a la Compañía de la bancarrota, pero
prefiere no referirse a este asunto antes de hablar personalmente con Jacky.
_____________________________________.
6. El chofer de Jacky llega y anuncia donde será el velatorio. Sugiere que cada uno de los jefes y
empleados envíen una corona de flores. Y que manden a los periódicos la noticia del
fallecimiento de Eloy, para que salga en primera plana. El se irá en avión a Europa y regresará
con los hijos de Eloy y Jacky que están estudiando allá _____________________
_________________.
Ante un mismo evento cada una de las personas cercanas al difunto hace inferencias
predictivas basándose en los intereses de cada uno.
En las inferencias de tercer grado, hay ciertos libros en los que el autor deja al lector, para
que por lógica o intuición decida qué fin quiere darle al relato.
Los libros o las películas que dejan que el lector o espectador decida el final, son muy
Interesantes y reflejan en parte la personalidad del sujeto que elabora la inferencia que le
pide el autor. Con frecuencia son usadas en el medio psicológico para tratar de comprender
el inconsciente del sujeto.
75
Ejemplo 3:
“Juan era escritor, pero no estaba satisfecho de su obra. Decidió que terminaría el libro que
estaba escribiendo y luego se mataría.
El lector tiene que decidir si luego Juan se mató. Si la chimenea estaba apagada, si quemó
solamente el final y decidió dejarlo inconcluso para siempre etcétera. El lector es el que
decide…
El lenguaje Figurado
Hay lectores que leen esos libros sin profundizar en su verdadero mensaje. Incluso libros
que se dicen “para niños”, encierran mensajes que no cualquiera los sabe apreciar. Sabemos
que el lenguaje figurado exige un alto nivel de abstracción. Nos ha llamado la atención que
en las librerías el libro de Saint Exupery, “El Principito” esté en el departamento de
literatura infantil. Para probar que los libros se pueden leer en diferentes niveles, hicimos
un pequeño estudio.
Se eligieron algunos pasajes del “Principito”, para ver que han comprendido los niños antes
de los 14 o 15 años, ya que el lenguaje figurado de este texto exige un alto nivel de
abstracción que no se alcanza sino cuando se puede utilizar el pensamiento formal.
Algunos pasajes que se presentaron a un niño de 8 años y luego se pasaron los mismos
pasajes a un joven de preparatoria. Se supone que los dos alumnos han leído el Principito
de antemano.
Recordamos brevemente los dos pasajes que queremos trabajar con los niños.
76
Texto: Conversación del Piloto con el Principito:
El quinto día me fue revelado otro secreto de la vida del Principito. Me preguntó bruscamente, sin
preámbulos, como resultado de un problema largamente meditado:
No lo sabía. En ese momento estaba muy atareado tratando de desatornillar un perno demasiado
apretado en el motor. Mi preocupación era creciente, pues la avería del avión empezaba a parecerme
muy delicada y el agua potable, que se agotaba, me hacían presagiar lo peor.
El Principito jamás renunciaba a una pregunta, una vez que la había formulado. Irritado por el perno
que no cedía , respondí cualquier cosa:
--Las espinas no sirven para nada, es pura maldad de parte de las flores.
--¡Oh…!
--¡No te lo creo! Las flores son frágiles. Son inocentes. Se conforman con casi nada, se creen
feroces con sus espinas….
No respondí nada. En ese instante me dije: “si este perno sigue resistiendo lo reventaré de un
martillazo”. El Principito me distrajo de nuevo de mis reflexiones:
--¡No, yo no creo nada! ¡Te respondí cualquier cosa! ¡Yo me preocupo de cosas serias!
--¿Cosas serias?
Me veía con el martillo en la mano y los dedos negros de grasa, asomado sobre un objeto que le
parecía muy feo.
77
--¡Confundes todo…mezclas todo!
--Si alguien ama una flor única entre millones y millones de estrellas, eso es suficiente para que ese
alguien sea feliz, cuando mire y se diga: “Mi flor está ahí en alguna parte…” Pero si el cordero se
comiera a la flor, sería para él como si todas las estrellas se apagaran.
--¿Acaso no es importante?
Yo no sabía que decir, Me sentía muy torpe. No sabía cómo llegar a él, dónde encontrarlo. Es tan
misterioso el país de las lágrimas…
Antoine de Saint-Exupery13
El niño contestó:
Yo no pienso nada. Yo ya leí el libro en la escuela, pero no entendí de donde llegó el Principito y
qué era lo que quería. Porque una flor no dura mucho, aunque se quede en la maceta se muere.
Seguro que el cordero si se comería la flor, porque además no hay nada más que comer. Y si el
Principito no quería que se comiera la flor, o que el príncipe no salga, o que se lleve al cordero.
Pero las estrellas de todas maneras van a seguir brillando, aunque se muera la flor.
-La primera vez que leí el libro no me gustó. Ahora en clase de literatura nos hablaron del
Principito y por curiosidad me lo leí otra vez. Lo que pasa es que todo el libro son metáforas, por
eso no lo entendí. Pero me pareció que el libro está un poco jalado, porque ni es cuento, ni es
realidad. Como que la rosa es una chava, pero como que es muy exigente y el Principito se aburre
de ella, pero al mismo tiempo la sigue queriendo. Pero entonces ¿para qué quiere al cordero?
Aunque ninguno de los dos ha comprendido totalmente lo que quiso decir el autor, ya hay
entre los dos chicos una gran diferencia de apreciación
Después de terminar con este segmento propusimos otro. La conversación del Principito
con el zorro, cuando va a despedirse de él.
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--¿Te acuerdas de lo que el zorro le enseñó al Principito?
-- No casi no me acuerdo.
--¿Quieres que te lo lea?
-- Si, me gustaría leerlo, pero mejor léemelo tú. (La maestra lee el pasaje de la conversación del
zorro con el Principito)
--¿Qué secreto le dio el zorro al Principito?
--Creo que fue lo del corazón.
--¿Qué quería decirle el zorro al Principito cuándo le dice que hay que de ver con el corazón? No
se, pero yo no creo que uno pueda ver con el corazón. Si uno se queda ciego no ve con el corazón.
Como vemos, a los 8 años es muy difícil que un niño comprenda un lenguaje figurado, que le
permita hacer analogías, comparaciones, y menos inferencias, metáforas o cualquier tipo de
lenguaje figurado. La respuesta del niño corresponde a un leguaje concreto, normal a esta edad.
Conversación sobre el mismo tema con el alumno de Preparatoria.
--¿Quieres leer el pasaje del zorro y el Principito?
--Si me gustó mucho. El alumno lo lee en voz alta.
¿Qué fue lo que más te gustó?
--Eso de que uno no ve bien sino con el corazón. Yo creo que quiere decir que si uno quiere a una
persona la ve con otros ojos distintos a los que uno ve a la otra gente.
--¿Te pareció bonito el consejo del Zorro?
-- Yo creo que es bonito, porque si quieres a una persona no le ves los defectos y le pasas todo, y
eso es bonito, pero puede ser peligroso.
Este alumno trata de ir más a fondo y empieza a comprender la fuerza de la metáfora pero
todavía no logra dominar el lenguaje poético y lo refiere a cosas o personas concretas.
Para llegar a ser críticos de la obra de otros, debemos también ser críticos de nosotros
mismos. Los programas de metaconocimiento ayudan a los alumnos a ser críticos de ellos
mismos para aprender a valorar a otros.
Los programas de crítica literaria se han limitado a explicar a los autores clásicos o a
aquellos autores que han alcanzado alguna fama.
79
Los programas escolares de crítica deben comenzar por establecer en las clases sesiones de
evaluación y crítica de los escritos de los mismos alumnos, no con el espíritu crítico
negativista, sino con el deseo de ayudar a mejorar la calidad de expresión y juicio.
La televisión.
Los maestros deben enseñar a los alumnos a expresar sus opiniones, enseñarlos a aportar
argumentos para defenderlos, manteniendo un criterio flexible que permita a los niños ver
que los puntos de vista son múltiples y que la diversidad es una riqueza.
80
Conclusión
Todos los maestros cualesquiera que sea el grado y la asignatura que enseñe, tiene la
obligación de enseñar a leer mejor a sus alumnos. Hace algunos años aprendimos que
decodificar no es leer. Leer exige que el lector comprenda lo que lee y lo haga suyo.
El drama de este hecho es que si el lector no comprende lo que dice el libro nunca adquirirá
el gusto por la lectura, ya que ¿A quién le gusta escuchar una conferencia que no entiende?.
Lo mismo pasa con los libros ¿A quién le va a gustar leer si no comprende nada de lo que
dice el libro?.
Aprender a leer no es pues cuestión de meses ni de años, el buen lector siempre aprende a
leer de una mejor manera, esto le llevará a buscar más libros y así poco a poco aficionarse
a la lectura como a un manjar. Es a esta afición a la que llamamos comprensión lectora.
Durante las cuatro partes en que hemos dividido la comprensión lectora vemos que el niño
comienza por la lectura global, que ya es en sí comprensiva, pero que hay otros niveles de
comprensión que pueden permitirnos una mayor profundización de los textos, niveles que
constituyen herramientas que enriquezcan nuestro conocimiento, contenidos que nutran
nuestro pensamiento.
Esperamos que estas cuantas páginas despierten en ustedes el deseo de leer más y de leer
mejor; de enseñar más y de enseñar mejor a nuestros alumnos.
81
Notas y referencias
1
Huey, E. B. The psychology and pedagogy of reading (re-publication Cambridge,
MIT Press, 1968)
2
Goodman Kenneth S. El proceso de la lectura en Nuevas perspectivas sobre los
Procesos de lectura y escritura. In Ferreiro Emilia y Gomez-Palacio
Margarita. México, Siglo XXI ed. 1982.
3
Delibes, Miguel Tres pájaros de cuenta y tres cuentos olvidados Barcelona Raque
Editorial 2003.
4
Tolstoi León El león y el perro. Fábulas. In OBRAS Tomo II Madrid Aguilar ed. 1971.
5
Analyzing Main Ideas. Charlesbridge Comprehension. Charlesbridge, 1989.
6
Delibes Miguel, Op. Cit.
7
Álvarez Angulo Teodoro Cómo resumir un texto Barcelona OCTAEDRO ed. 2000.
8
Ibit.
9
Simon, Angélica Escolares de primaria al ejército de obesos. México, Milenio 12/8/05.
10
de Agurriaguera J. Anorexia Nerviosa Manual de psiquiatría infantil, Barcelona
Masson Ed. 2001. 4ª Ed.
11
Gutierrez-Calvo Manuel. Inferencias en la comprensión del Lenguaje in Psicolingüística del
español, Manuel Vega Coordinador T.
12
Català Gloria et al. Evaluación de la comprensión lectora. Barcelona, Graó, 2001.
13
De Saint-Exupéry Antoine El Principito España Dolmen Ediciones 2002.
14
Britton Bruce. Models of understanding text. New Jersey, LEA, 1996.
15
Català Gloria, Op. Cit.
82
Las bibliotecas escolares y de aula. Reflexiones sobre su
importancia pedagógica
Primitivo Rodríguez Hernández
Introducción
A cada una de las escuelas han llegado distintos acervos correspondientes a las bibliotecas
escolares y de aula. Estos acervos son la concreción de acciones delimitadas en el Programa
Nacional de Lectura, el cual establece como uno de sus objetivos fundamentales:
A fin de alcanzar este objetivo, una de las líneas estratégicas específicas que desarrolla este
Programa es el fortalecimiento de bibliotecas y acervos bibliográficos de las escuelas de
educación básica, buscando establecer y consolidar bibliotecas escolares y de aula para que
cada escuela y salón cuente con materiales que respondan a los intereses y necesidades de
estudiantes y docentes.
En este marco de referencia, es importante tener claro que las bibliotecas escolares y de
aula tienen como funciones básicas las siguientes:
• Ser un recurso cultural y pedagógico que apoyen el aprendizaje de los alumnos y las
tareas de enseñanza del maestro, al complementar y ampliar las perspectivas
expuestas en los libros de texto. En este aspecto habría que comentar que la cultura
escolar ha reforzado de manera fundamental el uso del libro de texto en lo que se
refiere a la formación de lectores. Con las bibliotecas escolares y de aula lo que se
pretende es ir más allá de tal manera que el maestro pueda emprender otras
experiencias pedagógicas con relación a la lectura.
83
Si bien estos propósitos y funciones se alcanzan en un primer nivel con la llegada de los
libros a las escuelas, es necesario llevar a cabo otras acciones dentro de la escuela para que
realmente se conviertan en una herramienta que posibilite una mejor educación.
En este sentido, el propósito del presente texto es abrir un espacio de reflexión y análisis
relacionado con la utilización pedagógica de las bibliotecas escolares y de aula en el
proceso educativo de los alumnos de educación básica.
Para ello, en una primera parte se presenta una discusión respecto a la importancia
pedagógica que tienen las bibliotecas escolares y de aula en el contexto de las actividades
de lectura que se desarrollan en el salón de clases.
Por último, se presentan una serie de posibilidades de trabajo pedagógico con los acervos
de las bibliotecas, tanto con relación a loa alumnos como con los padres de familia.
Para iniciar estas reflexiones, se hace necesario reconocer que para la mayoría de los niños,
a lo largo de su educación básica, el contacto que tienen con el libro es reducido. En el caso
de la educación primaria esta relación durante mucho tiempo se ha visto circunscrita al uso
de los libros de texto.
Aquí sería importante comentar que en sus inicios, el esfuerzo que realizó el Estado
mexicano para dotar de esta herramienta a cada uno de los niños que asistían a la escuela
primaria fue fundamental para poder garantizar un acceso democrático al libro.
En lo que respecta al maestro, los libros de texto le permitieron unificar criterios de trabajo
al realizar actividades compartidas con todos los alumnos.
Sin embargo, el uso preeminente del libro de texto en la escuela primaria, redujo la visión
de alumnos y maestros respecto a la idea de libro como herramienta cultural cotidiana.
“Si bien dentro del salón de clases casi no hay hora en el transcurso del día en que no se
observe algún uso de la lengua escrita, su naturaleza es restrictiva, específicamente escolar,
y no representativa de la gama de usos sociales de la lectura y escritura.
La lectura se centra en un tipo de material, el libro de texto, que poseen todos los alumnos,
pero que como libro tiene características especiales, escolares. Aparte de los libros de texto,
84
sólo suele haber diccionarios, y algunos libros “que tiene el maestro” (otros libros de texto
o de consulta, antologías de poemas, etc.)”1
Este mundo cerrado respecto a la circulación de libros dentro de las actividades cotidianas
de enseñanza ha generado una serie de consecuencias a nivel del proceso formativo del
alumno y de las prácticas pedagógicas del maestro, que han terminado por desvirtuar lo
positivo que tuvieron los libros de texto en el momento en que se introdujeron al proceso
educativo.
En cuanto a las implicaciones que el libro de texto ha tenido para el maestro, cabría
mencionar los siguientes elementos:
85
el libro es el programa y no un auxiliar para desarrollarlo. Con esto lo que se ha
posibilitado es una falta de creatividad en el diseño y desarrollo de actividades de
aprendizaje, creando ambientes escolares donde la monotonía de la clase se expresa
cuando el niño pregunta al maestro: ¿Y hoy qué páginas nos tocan, maestro?
• Una visión del maestro como sujeto lector uniforme. El maestro pocas veces es
visto como un sujeto que tenga lecturas diversificadas. Con esta imagen, la
transmisión de patrones conductuales sobre los alumnos se refuerza en cuanto a la
interacción con el libro. Si en el salón de clases pocas veces se observa que el
maestro tenga un contacto frecuente con otros materiales más allá del libro de texto,
la imagen que se está proyectando es la de un sujeto que sólo lee materiales
escolarizados y que solo este tipo de lecturas son válidas.
Por principio de cuentas, habría que considerar los siguientes elementos para valorar su
importancia en tanto objeto pedagógico en la escuela y el salón de clases:
Bajo estas dos premisas, lo que se pretende con los libros de las bibliotecas escolares y de
aula, es que maestros, alumnos y padres de familia tengan contacto con un universo mayor
respecto a la cultura escrita.
86
escrito adecuado para buscar la solución de problemas que deben enfrentar y no sólo
alumnos capaces de oralizar un texto seleccionado por otro.”2
El desafío que se plantea tiene que ver con revolucionar las formas de trabajar la lectura
dentro de la escuela. Este desafío pedagógico implica que docentes alumnos y padres de
familia se involucren en un trabajo en el que los acervos de las bibliotecas escolares y de
aula se conviertan en herramientas de uso cotidiano para realizar diversas tareas: imaginar,
investigar, reír, llorar. Sólo en este momento, la lectura recobrará su sentido original en
cuanto a ser un elemento que posibilite recrear este mundo y otros mundos imaginarios.
El proceso de organización de una biblioteca inicia con la elaboración del inventario del
acervo. Esta tarea es de suma importancia ya que permite tener el registro exacto del
material existente. Al realizar este primer paso, se deberán considerar las siguientes
normas:
87
o Cuando existen dos o tres autores se pone al primero según la indicación
anterior y el segundo inciando por el nombre. Ejemplo: Fullan, Michael y
Andy Hargreaves.
o Cuando existan más de tres autores se pone al primero que aparece en la lista
siguiendo la indicación del primer caso y se agrega la terminación “y otros”.
Ejemplo: Pacheco, José Emilio y otros.
o Cuando el autor es una entidad corporativa, se anota por la forma en que
normalmente son conocidos esos organismos. Ejemplo: UNESCO, SEP,
CONACULTA, DIF, etc.
o Anotar el nombre de la editorial que publica el libro o institución
responsable. Ejemplo: SEP- Akal, Grupo Editorial Norma.
No de
Fecha de ingreso Título Autor Editorial
registro
0001 20-octubre-2005 Erik y Harald, guerreros y vikingos Évano, Brigitte SEP; Akal
0002 20-0ctubre-2005 La llamada de la selva London, Jack SEP; Grupo Editorial Norma
0003 21-octubre-2005 La llamada de la selva London, Jack SEP; Grupo Editorial Norma
La importancia que tiene la realización de esta tarea, es que se podrá tener un control del
material que se recibe, de tal manera que el maestro o responsable de la biblioteca sepa qué
material tiene en existencia en la biblioteca.
“El libro promete o no promete goces, despierta o no sospechas, esperanzas, lanza anzuelos
desde la tapa, desde su peso, su forma, sus colores, sus dibujos.”3
Era común que en los salones de clase cuando los maestros llevaban a cabo acciones
encaminadas a la formación de bibliotecas escolares o de aula, se buscara una caja de
seguridad para depositar los libros y el acceso a ellos era restringido y siempre bajo las
indicaciones del maestro.
Pocas veces los libros circulaban en el aula y terminaban por convertirse en un mueble más
que adornaba y daba prestigio al salón y al maestro.
Con las bibliotecas escolares y de aula lo que se pretende son otras prácticas. Uno de los
propósitos principales es poner en contacto a los niños con el lenguaje escrito a través del
contenido de los textos y sus diversos soportes: carátulas, tipografía, formato, ilustraciones,
etc.
88
En este sentido, es importante que este propósito se ponga en práctica desde el primer
momento en que llegan los libros al salón de clases.
Por ello, qué mejor que organizar una fiesta de bienvenida para los libros de la biblioteca
escolar y la de aula. Una fiesta donde ellos sean presentados y reconocidos por la escuela y
por los grupos escolares.
Esta actividad implicará que los niños los toquen, los hojeen, los comenten, los vean, los
huelan…. Y vayan encontrando algunos signos de identificación como ocurre con las
personas:
Con esto se estaría posibilitando “leer” en el sentido en que Michéle Petit menciona en su
libro Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura:
“Aquí, el joven héroe, antes de saber descifrar “lee” en el sentido en que el libro
desencadena en él toda una actividad de fantasmización, de construcción narrativa”.4
Aquí es donde la intervención del docente deberá ser cuidadosa y sensible. No se trata de
imponer tareas sin sentido para el niño sino de crear ambientes donde se propicie de manera
natural esta relación niño-libro.
El principio fundamental que define una biblioteca es que sus acervos estén organizados.
Desde esta visión, un conjunto de libros no es una biblioteca sino hasta que éstos se
encuentran organizados y clasificados bajo algún criterio definido.
89
Aquí habría que partir de las múltiples experiencias que se observan en donde una vez que
se reciben los materiales bibliográficos, el maestro se involucra en la problemática de
querer organizar los libros desde la perspectiva del pensamiento bibliotecario formal.
Es por ello que en muchas escuelas se solicita el apoyo de alguien que tiene conocimientos
técnicos sobre la organización de bibliotecas, lo cual muchas de las veces termina por crear
una serie de confusiones que crean condiciones que dificultan el acceso de los niños a los
libros.
Partiendo de estas observaciones, cabría preguntarse hasta qué grado no sería conveniente
involucrar a los niños en este proceso de clasificación. El que los niños participen en esta
actividad, estaría creando condiciones para que se sientan copartícipes de la creación de la
biblioteca escolar y de aula.
“El primer paso es que los estudiantes revisen indicadores paratextuales, como portada,
contraportada e índice y se reflexione; quizá a partir de preguntas, en torno a los datos o
información que aportan para la clasificación, por ejemplo, autor: ¿conocen otros textos
escritos por él? ¿a qué género pertenecen?; género: ¿cómo definimos que un texto
pertenece a un determinado género a partir de la exploración? ¿en qué aspecto ponemos
atención para esto?; temática: ¿cómo inferimos la temática?.”5
A partir de esta primera exploración se podrían definir criterios básicos a considerar para la
clasificación de cada uno de los libros, con lo cual se podría elaborar la ficha catalográfica
de cada uno de ellos.
90
Aquí habría que tener en cuenta que un primer criterio de clasificación de los libros es la
propuesta que se hace en Los libros del rincón, tomando dos grandes categorías que se
explicitan en el cuadro siguiente.
Informativos Literarios
La naturaleza Cuentos de aventuras y de viajes
El cuerpo Narrativa de aventuras y de viajes
Ciencias físico-químicas Cuentos de humor
Ciencias biológicas, de la saludy el deporte Narrativa de humor
Los números y las formas Cuentos de misterio y de terror
Matemáticas Narrativa de misterio y de terror
Los objetos y su funcionamiento Cuentos de la vida cotidiana
Tecnología Narrativa contemporánea (universal, latinoamericana,
mexicana)
Las personas Mitos y leyendas
Las historias del pasado Narrativa policiaca
Biografías Narrativa histórica
Historia, cultura y sociedad Cuentos clásicos
Los lugares, la tierra y el espacio Diarios crónicas y reportajes
Artes y oficios Poesía
Juegos, actividades y experimentos Poesía de autor
Las palabras Poesía popular
Diccionarios Rimas, canciones, adivinanzas y juegos de palabras
Enciclopedias, atlas y almanaques Teatro
Teatro y representaciones con títeres y marionetas.
Por ello será fundamental que el maestro explicite el propósito y el logro que se obtendría
al realizar esta actividad.
Durante este proceso de clasificación se pueden desarrollar múltiples actividades con los
niños, de tal manera que ellos puedan participar en el conocimiento de cada libro con la
intención de poder sistematizar sus características.
91
Al terminar la clasificación, será necesario acomodarlos de alguna manera adecuada para su
pronta localización.
Aquí también los niños podrán participar realizando señalizaciones como colores y/o
dibujos que permitan identificar de manera clara y precisa cada uno de los materiales.
• Es conveniente que exista un sello que identifique a la biblioteca. Este sello deberá ser
impreso en los tres cantos de los libros (delantero, superior e inferior, en la portada y en
una página interior del libro, la cual será la página clave. Esta página clave es
importante que sea siempre la misma en todos los libros.
92
• A cada texto se le pondrá un esquinero donde deberá colocarse la tarjeta de préstamo.
El esquinero se coloca aplicando una línea de pegamento en los bordes laterales del
mismo y se pega en el ángulo inferior derecho de la contraportada. En ese esquinero se
colocará la tarjeta de préstamo. En el momento en que se presta un libro a domicilio, se
quita la tarjeta de préstamo y se guarda junto con la credencial del niño que lo solicitó o
alguna otra identificación.
BIBLIOTECA ESCOLAR
Papeleta de préstamo a casa
Me llevo un libro y lo cuido
Soy:___________________________________
Del grupo:______________
El libro que me llevo se llama:________________________
“Son las ocho de la mañana y los niños se encuentran formados en el patio de la escuela.
Por el micrófono, la maestra encargada de la comisión de formación da indicaciones para
que los grupos avancen a su salón de clases.
El grupo avanza y de manera alegre llegan a su salón. Cada uno de los niños va ocupando
su lugar. El maestro Federico pone su mochila en la mesa que le sirve de escritorio y
poniéndose de pie se dirige a los alumnos.
-¡ Bueno, ya acomódense en sus lugares porque vamos a iniciar el trabajo. Enrique, pasa a
limpiar el pizarrón. ¡
93
Los niños abren su libro y empiezan a leer en silencio. El maestro Federico se pasea entre
las filas y cuando observa que algún alumno está distraído le llama la atención en voz baja
y lo conmina a realizar la tarea. Cuando considera que los niños han terminado de realizar
la lectura, el maestro regresa a su escritorio y dirigiéndose al grupo les dice lo siguiente:
- Bueno, una vez que ya realizaron la lectura en silencio, ahora vamos a leer en voz alta.
Empieza Gloria. Les voy a pedir que todos estén atentos porque si no, no van a saber en que
parte se quedó su compañera y no van a poder continuar.
Los niños atienden a la orden dictada por el profesor y se continúa con la lectura del texto.
Cuando alguno de los niños se equivoca, el maestro le dice que se fije bien porque no se va
a entender lo que se está leyendo. Cuando termina de hacerse la lectura del texto, el maestro
solicita a los alumnos que saquen su cuaderno y empieza a dictar una serie de preguntas
sobre la lectura. Solicita a los alumnos que contesten el cuestionario y que al terminar pasen
para que se los revise.”
Esta narración podría ser un ejemplo de lo que sucede en algunas o muchas escuelas con
relación a las prácticas de la lectura. Lo que se presenta es un ritual que en su desarrollo a
lo largo de la educación básica internaliza un modelo específico de lo que es leer. Aquí
habría que preguntarse acerca de hasta que grado este modelo puede ser válido en términos
de posibilitar una línea de continuidad entre lo que la escuela promueve como proceso de
lectura y lo que sucede en el mundo externo
Aquí habría que pensar en el por qué dentro de la escuela se practica la lectura de esta
manera y no de otra.
Por principio de cuentas, se encuentra presente la idea del material de lectura único y
controlado: el libro de texto. Esto marca el sentido del proceso de lectura con relación a la
necesidad de control por parte del maestro. La existencia de una diversidad de textos dentro
del aula tendría que ser pensado desde otra dimensión de trabajo pedagógico.
Romper con este esquema conceptual del trabajo pedagógico con relación a la lectura,
implica modificar esquemas conceptuales del trabajo docente con respecto a:
• Pensar la lectura como un proceso diversificado y democrático donde cada sujeto lector,
cada alumno, puede tener necesidades distintas respecto a los materiales de lectura. Esto
implica diseñar estrategias didácticas donde las tareas acordadas puedan ser
desarrolladas bajo distintos procesos de trabajo. Con relación a la lectura, investigar o
94
trabajar un tema específico puede ser desde la visión de múltiples autores. Lo
importante es que se cumpla la tarea, no que se consulte de manera específica un texto
asignado.
• Pensar la lectura como una práctica con intencionalidad social. Esto implica que la tarea
de leer tenga qué ver con propósitos reales. Leer para realizar un trabajo escolar, para
divertirme, para imaginar, para armar un juguete, para informarme sobre un tópico.
Aquí es fundamental que la tarea de leer tenga un sentido. Que no sólo impere el
sentido escolar de la lectura sino también el sentido de práctica social.
A partir de lo expuesto, se hace necesario reflexionar sobre cuál sería un modelo alternativo
de prácticas de lectura dentro de la escuela y cómo intervienen aquí las bibliotecas
escolares y de aula como detonadores del mismo.
95
4 Ambientes de lectura y bibliotecas escolares y de aula: estrategia para la
formación de lectores autónomos.
Los acervos de las bibliotecas escolares y de aula han sido seleccionados con una intención
centrada en que el niño se encuentre inmerso en una diversidad de contenidos temáticos y
de formatos de presentación. Esto hace necesario que el maestro diseñe una propuesta de
proceso de lectura distinto. Un proceso donde el alumno sea pensado como un sujeto capaz
de realizar sus propias interpretaciones del texto y en la que pueda formarse un juicio de
valor sobre lo leído. Donde exista la necesidad de encontrar una respuesta concreta y
significativa a algo a partir de lo que se lee y no de encontrar respuestas sin sentido, donde
sólo priva la interpretación de lo que el maestro quiere que se comprenda del texto.
96
• Libertad para diseñar formas de comprensión del texto elegido. La manera en que se
exprese la comprensión del texto puede ser diversa: un informe escrito, una
presentación plástica, una narración oral, una grabación teatralizada, un periódico
mural. Se trata de no limitar sino de expandir las formas de expresión sin considerar
que una es más válida que otra. Quizá la única limitante sea la definición del
propósito que se pretenda alcanzar.
Desde esta perspectiva, la utilización de los acervos de las bibliotecas escolares y de aula
estaría posibilitando el logro de hacer de la escuela un espacio donde se lea no sólo con
finalidades escolares, sino vinculadas a la vida real. El puente entre la escuela y lo que está
fuera de ella estaría en proceso de construcción.
Si bien la idea de ambientes de lectura puede resultar interesante, habría que encontrar
formas metodológicas a fin de concretarlos como experiencia didáctica en el aula. En este
sentido, se pueden pensar diversos tipos de actividades que pueden estructurarse al interior
del aula y que pueden dar como resultado iniciar un proceso de formación de lectores más
allá de la formación escolarizada tradicional. Estas actividades tienen la intención de
posibilitar la formación de niños lectores autónomos. Se trata de que a través de estas
estrategias, se vayan transformando las prácticas de la lectura que se han tenido en las
escuelas y donde la utilización de los materiales de las bibliotecas escolares y de aula será
fundamental.
Lo que puede suceder es que el comensal tome alguno de los materiales y mientras le sirven
el café revise ese material: las noticias más importantes, la revista de chismes, el libro de
poesía o el cuento. Lo interesante que puede suceder es que si en un primer momento sólo
tenía la intención de desayunar e irse, termine por quedarse un rato más a disfrutar de la
lectura. Al terminar, el comensal se llevará alguna información y no será necesario que el
mesero le haga un cuestionario para saber que aprendió.
Esto que sucede en algunos espacios comerciales puede ser trabajado dentro del salón de
clases como una estrategia que posibilite acercamientos a la lectura desde una perspectiva
97
que vaya más allá de las prácticas escolarizadas. De lo que se trata es de disponer dentro del
salón de clases ambientes de lectura que enganchen al niño con la utilización de diversos
materiales de manera libre. No se trata de que se piense en obtener un producto académico
delimitado de manera específica en cuanto a procesos cognitivos, sino más bien generar
procesos formativos en cuanto a la manera de interactuar con la lectura.
Desde esta mirada, lo que se propone es disponer dentro del salón de clases o en la
biblioteca escolar, un espacio donde se presenten diversos materiales de lectura. Aquí se
pueden presentar los libros de la biblioteca escolar y de aula pero no sólo esos. El maestro
puede incluir otros materiales que considere convenientes para sus alumnos.
En este espacio, el niño podrá tomar los materiales que desee sin pensar en que pueda ser
evaluado. También podrá poner diversas estrategias de lectura: leer solo un trozo de un
cuento, revisar las ilustraciones de otro, leer algún poema, una noticia o un comic. Lo
importante es que ese espacio posibilite la realización de diversos actos de lectura, de una
lectura libre y placentera. No una lectura para ser evaluada sino una lectura para ser
disfrutada.
A este espacio, no se trata de que se manden castigados a los alumnos. Se trata de que ellos
de manera libre y en los espacios que tengan puedan acceder a los materiales. Esta forma de
practicar la lectura, seguramente contribuirá a formar lectores desde otra perspectiva.
“En la época de aprendizaje inicial, es muy conveniente tener en la clase un rincón o taller
de mirar cuentos, de biblioteca o como quiera llamársele. En ese espacio, que debe ser
confortable y tranquilo, el niño puede mirar los libros sin que nadie le haga preguntas sobre
su actividad; en él, el maestro es el intermediario entre el niño y el libro: está ahí como
ayuda, teniendo claro que lo que interesa de la actividad en sí es el placer que de ella se
desprende, la calidez y el afecto que la envuelve, y el hecho de que los pequeños vean que
es una actividad que también a él le resulta cautivadora”7
Son actividades que se realizan de manera sistemática a lo largo del año escolar. Éstas se
pueden desarrollar con una periodicidad que se considere adecuada: una o varias veces a la
semana, quincena o mes. Asimismo, deben diseñarse de acuerdo a la edad y grado escolar.
Así, por ejemplo, Delia Lerner relata en su libro Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo
posible y lo necesario “En segundo grado...una actividad habitual que suele realizarse es la
“hora de los cuentacuentos”: los niños se responsabilizan, en forma rotativa de contar o leer
un cuento que ellos mismos han elegido y cuya presentación han preparado previamente de
tal modo que resulte clara y comprensible para el auditorio” 8
El niño que se presenta en la sesión como cuentacuentos, deberá presentar ante sus
compañeros quien es al autor del cuento, por qué lo eligió y lo leerá. Al terminar, sus
compañeros podrán intercambiar opiniones: si les gustó o no, por qué, etc.
En otros grados, las actividades habituales pueden ser la lectura de noticias curiosas o
científicas.
98
En estas actividades habituales de lectura, el maestro será el coordinador de la sesión
dejando en libertad a los niños de aportar aquellos materiales de lectura que ellos hayan
encontrado o escogido.
En todo caso, se debe tener claro que las actividades habituales tienen el propósito de que
los niños se acerquen a la lectura de una manera no escolarizada y que por el contrario,
realicen lecturas pensando en comunicar sentimientos o conocimientos a los demás, con lo
cual se estará enfatizando esta idea de la lectura en su sentido social.
Esta actividad tiene como propósito la realización de intercambio de opiniones sobre libros
conocidos por los alumnos. Se sugiere que sea programada una vez al mes y en ella los
niños pueden presentar los libros que nunca dejarían de leer o los libros que jamás leerían.
Se vale que los libros que presenten sean de las bibliotecas escolares y de aula u otros que
ellos hayan leído en otros espacios: su casa, el puesto de revistas, la biblioteca de la
colonia.
Aquí es tarea del maestro orientar la manera de presentar el libro: justificar las razones por
las que les gustó o no les gusto, qué fue lo que les llamó la atención, qué les disgustó, etc.
Con esto lo que se promueve es que los niños vayan formando un criterio respecto a los
libros que leen. Al compartir sus puntos de vista con sus compañeros, podrán a la vez
estimular otras habilidades comunicativas, lo cual puede resultar muy conveniente.
Estos ambientes de lectura a la hora del recreo pueden disponerse en un espacio específico
dedicado a la lectura recreativa, o bien crear una serie de módulos en los cuales, como si
fueran puestos de comics, donde se ofrezcan diversos materiales de lectura.
Tanto para la sala de lectura recreativa como para los módulos distribuidos en el patio, será
conveniente contar con alguien que funja como animador. Esta puede ser una comisión de
algunos de los maestros, o bien de otros alumnos que ya se encuentren encaminados en su
proceso de formación como lectores.
En cuanto a las características de los materiales de lectura, será conveniente que éstos sean
preferentemente de tipo recreativo: cuentos cortos, libros de poemas, libros de tribias,
deportes, entre otros. También será importante que en un primer momento se privilegien
libros donde la presencia de imágenes sea mayor. Poco a poco estos materiales pueden ir
99
siendo más complejos de tal manera que el niño pueda ir dando el paso entre el libro de
imágenes y el libro con una mayor cantidad de texto escrito.
Es importante que tanto en los módulos como en la sala de lectura recreativa, se haga a un
lado la concepción escolarizada de la lectura. Nunca intentar asignar algún tipo de material
de lectura a un niño o evaluar lo que el niño leyó. Tanto la elección como el momento en
que se quiera dejar de leer, debe ser una decisión del niño.
Asimismo, se debe tener claro que la formación de lectores es un proceso que no se alcanza
de la noche a la mañana, por lo que es importante ser persistente en esta actividad.
Asimismo, al inicio de esta estrategia y a lo largo de la misma, es importante que todo el
personal de la escuela promueva esta actividad y la difundan ampliamente.
El proyecto debe iniciarse con la identificación de alguna necesidad real de comunicar algo
a través de la lectura: grabar un cassete con poemas para regalarlo a las mamás el 10 de
mayo, realizar un recital de poemas o cuentos en una ceremonia o festival escolar,
organizar la presentación de un informe de investigación de algún tema escolar, entre otros.
Una vez identificado el proyecto, se deben definir los propósitos del proyecto. Al hablar de
propósitos, aquí se diferencian dos tipos:
• Los propósitos didácticos son los que el maestro definirá en función del
proyecto. Estos propósitos son los que se alcanzan a través de las diversas
actividades de lectura que se desarrollan a lo largo del proyecto. Estos
propósitos tienen que ver tanto con aspectos cognitivos como con otros
100
centrados en la formación estética y afectiva desarrollada a través del gusto por
la lectura. Algunos propósitos didácticos entre otros, pueden ser: acercar a los
niños a diversos autores, propiciar la lectura en voz alta, promover el goce de la
lectura, desarrollar procesos de comunicación, promover la autoestima positiva
en los niños, generar procesos de formación crítica; entre otros.
Una vez delimitado el o los propósitos del proyecto, el siguiente paso será definir con
claridad a los destinatarios del proyecto.
Los niños deben tener claro a quien harán llegar el producto que se obtenga de las diversas
actividades que se vayan a desarrollar. Esto los hará tener claro el compromiso asumido y
por lo tanto generar una mayor respuesta de involucramiento en las tareas que se definan.
Durante el desarrollo del proyecto, los niños realizan múltiples actividades que los acercan
a la idea de lectores autónomos y críticos: revisan textos, los reflexionan en función del
propósito del proyecto, los discuten con sus compañeros, desechan los que no consideran
apropiados, revisan datos sobre los autores. Todo esto va contribuyendo a crear un
ambiente de lectura donde el maestro se convierte en un coordinador de diversas
actividades de lectura.
Es importante también, generar ambientes de trabajo colaborativo, donde los niños sientan
que la responsabilidad del proyecto es un proceso compartido con todo el grupo o equipo
donde participa. Debe asimismo, desarrollar un criterio de crítica compartida donde el
trabajo sea sometido de manera constante a la revisión del grupo o equipo a fin de alcanzar
de la mejor manera el logro del propósito.
Por último, la conclusión del proyecto tendrá que ser la obtención del producto específico
que se haya definido y deberá ser entregado a la instancia social o personal que se haya
definido como destinatario. Esto posibilitará que el niño se sienta gratificado con la
responsabilidad asumida y el compromiso cumplido.
Durante mucho tiempo la escuela ha pensado el papel de los padres de familia solamente
como un agente proveedor de insumos materiales para poder tener en mejores condiciones
los espacios escolares.
En cuanto a los procesos pedagógicos, lo que se ha pensado es que los padres nada tienen
que decir al respecto. Sin embargo, aquí cabría hacer la siguiente pregunta:
101
• ¿Cómo generar procesos donde la participación de los padres de familia contribuyan a
alcanzar los logros de los objetivos que la escuela se esté planteando?
Con respecto a la lectura, esto es fundamental. Los trabajos de investigación nos hablan de
que un niño que se desarrolla en ambientes donde la lectura es una práctica constante, se
tienen mayores posibilidades de que el niño se convierta en un lector eficiente. Por ello, la
escuela deberá establecer estrategias para que los padres de familia se involucren en
diversas actividades relacionadas con la lectura.
• Difundir la existencia de las bibliotecas escolares y de aula con los padres de familia.
Sería conveniente que se organizara una sesión de trabajo con los padres de familia
donde se presenten los acervos y se comente la importancia que tienen con relación al
proceso formativo de los alumnos.
• Organizar el servicio de préstamo de los materiales de lectura con los padres de familia.
• Organizar sesiones de lectura con los padres de familia donde escojan alguno de los
materiales y se lo lleven a su casa. En una siguiente sesión algunos de los padres podrán
presentar los comentarios que consideren convenientes respecto al material leído.
• Promover sesiones de trabajo en los salones de clase donde algunos de los padres
puedan realizar lectura de textos a los alumnos.
Con lo hasta aquí desarrollado, es posible que muchos de los maestros consideren que las
propuestas que se hacen no son tan factibles de desarrollar en las condiciones reales en que
funcionan las escuelas mexicanas.
Aquí habría que pensar en que antes que nada lo que se pide es un cambio de actitud del
maestro respecto a los procesos de lectura.
102
Estos cambios de actitud deberán centrarse básicamente en los siguientes aspectos a
considerar:
• Conceptualizar a la lectura como una herramienta que puede ser útil en la vida
cotidiana. Aquí es fundamental que el maestro realice su intervención pedagógica
pensando siempre en que el acto de leer cumpla una función social. No se trata de
que se ponga a los alumnos a leer por leer sino con una finalidad concreta donde el
niño identifique con claridad la utilidad de su acción. De otra manera se estaría
contribuyendo a continuar las prácticas de lectura que durante años han estado
vigentes dentro de la escuela.
• Pensar la lectura como una herramienta que no sólo sirve para obtener respuestas
escolarizadas sino que también puede ser creadora de atmósferas que pueden ayudar
a los alumnos a acercarse a otros mundos reales o imaginarios. Esta visión de la
lectura debe ubicarse en la perspectiva de que el propósito fundamental de la lectura
es contribuir a la formación de seres humanos mejores. Aquí el papel de los
materiales de las bibliotecas escolares y de aula es fundamental. La variedad de
materiales que las conforman ofrecen un universo amplio de posibilidades para que
los alumnos puedan escoger aquellos que les permitan formar un gusto propio por la
lectura.
• Pensar que leer en la escuela no puede ser leer sólo los libros de texto sino crear las
condiciones convenientes para que los niños se acerquen a otros materiales. En este
aspecto, las bibliotecas escolares y de aula al ofrecer la diversidad de materiales que
se presentan en estas colecciones tienen el propósito de que los alumnos puedan
acceder a distintos tipos de lectura donde las funciones que se pueden desarrollar
sean múltiples: obtener información, recrearse, imaginar, encontrarse a sí mismo.
• Por último, debe quedar claro que hacer posible estas propuestas tiene que ver con
el compromiso de toda la comunidad educativa. Los padres de familia deben ser
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aceptados por la institución escolar y hacerlos partícipes de las estrategias que se
quieran poner en práctica. Los maestros y directivos deberán de contribuir en la
creación de las condiciones pedagógicas para que estas acciones puedan realizarse.
De esta manera el trabajo conjunto, podrá dar frutos de una manera más eficiente y
pronta.
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CITAS
1
Rockwell, Elsie. “Los usos escolares de la lengua escrita” en Nuevas perspectivas sobre los procesos de
lectura y escritura. México, Siglo XXI, p. 303.
2
Lerner, Delia. Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario. México, SEP, 2001. p39
3
Graciela Montes. La frontera indómita. En torno a la construcción y defensa del espacio poético.
México, SEP, 2000. p. 68
4
Petit, Michele. Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. México, SEP, 200. p. 32
5
López Portillo, Esther/ Programa Nacional de Lectura. “Tarea de todos:organizar la biblioteca” en
Educare. Nueva época. P. 39
6
Palacios de Pisan , A. y otros. Comprensión lectora y expresión escrita: experiencia pedagógica.
Argentina, Aique didáctica, 1997. p. 20
7
Solé, Isabel. “El placer de leer” en La adquisición de la lectura y la escritura en la escuela primaria,
México, SEP, 2000, pp-87-93
8
Lerner, Delia. Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario. México, SEP, 2001. p141
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Acerca de los autores
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