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INFLACIÓN Y DINÁMICA A CORTO PLAZO

Por AGENOR, Pierre-Richard y MONTIEL, Peter J.

Alcides de Jesús Padilla Sierra

Uno de los principales problemas que estudia la economía es el aumento continuo del nivel de
precios denominado como inflación, “flagelo” de múltiples debates al cual los autores Agenor y
Montiel estudian denotando que esto ha trascendido desde las controversias monetaristas-
estructuralistas y preguntándose ¿Cuál es la naturaleza de los mecanismos que se encuentran detrás
de la dinámica de la inflación?

A la pregunta formulada consideran que los debates se han centrado en tres elementos. El primero,
es las interacciones y la falta de consistencia entre la política fiscal, la política monetaria y la tasa de
cambio. El segundo, son los factores estructurales y como tercero los problemas de credibilidad y la
posición de políticas futuras.

Los autores a su vez, estudian el problema de inflación haciendo hincapié en los modelos del
proceso inflacionario y la dinámica macroeconómica a corto plazo asociada a la política monetaria
y cambiaria. Sobre los modelos del proceso inflacionario hacen referencia a las posturas ortodoxas y
neoestructuralistas.

La ortodoxia considera que el déficit fiscal conduce a la creación de dinero para subsanar dicho
problema y esto ocasiona la inflación, aunque no existe evidencia sobre esta concepción a corto
plazo, pero si a mediano y largo plazo. Los neoestructuralistas por su parte analizan el problema de
la distribución del ingreso y el salario, todo mirado desde la generación de los problemas
inflacionarios en los países en vía de desarrollo.

Y en referencia a la dinámica de la inflación a corto plazo estudian los efectos de reglas de política
monetaria y de tasa de cambio a corto y largo plazo el cual lo desarrollan con un modelo de
optimización.

Modelos del proceso inflacionario

El primer modelo estudiado es el ortodoxo, que en su concepción determinan que este es generado
por el déficit fiscal, para estudiar este problema los autores consideran una economía cerrada, cuya
producción es exógena, relacionan la inflación el dinero y el déficit fiscal cuya formalización es la
siguiente:

m  exp( a ),   0, (1) en donde m  M saldos reales de dinero,  a  Tasa de inflación


P
esperada

Esta ecuación representa que los saldos reales de dinero tienen un efecto negativo sobre la inflación
esperada, en términos relativos. Además de estas variables consideran que el gobierno no puede
emitir bonos para cubrir déficit y lo hace a través del señoraje:
  
dM  m, (2) en donde   M entonces el señoraje es: d  M , d  déficit
P M P
Realizando las combinaciones de las dos ecuaciones resulta el efecto del déficit fiscal primario a la
tasa de equilibrio de crecimiento del dinero, es decir el equilibrio de la tasa de inflación. Aunque la
relación inversa entre demanda de saldos reales y la tasa de inflación esperada permite que se
puedan obtener soluciones múltiples al problema.
Gráfica I. El Señoraje y los equilibrios inflacionarios dobles

a

Los autores presentan a través de la gráfica (1) las diferentes interrelaciones entre la tasa de
variación del dinero en el tiempo y la inflación esperada, si esta última es 0 entonces d   . En
estado estable    a   . Esto representa la línea de 45 grados

En el caso planteado y mostrado a través del gráfico existen dos interrelaciones A y B que son tasas
de inflación en la cual el déficit primario se financia con recaudación de impuestos. En este gráfico
a su vez se puede ver dos puntos en los cuales la inflación es baja como en el punto A y alta en el
punto B. Dado estos dos estados estables, si el déficit que el gobierno desea financiar se encuentra
en cierto nivel o lo fija el gobierno como por ejemplo el punto d en el gráfico, en esta situación la
economía puede atascarse. Para que se den estas situaciones los autores presentan dos casos. El
primero, son las expectativas adaptativas y el segundo lo que ellos llaman la previsión perfecta.

Para las expectativas adaptativas determinan que la tasa de inflación en el tiempo está en función de
la participación de la diferencia entre la inflación esperada y la inflación efectiva así:
   (   a ),   0 si      a , tanto el déficit dependerá de la tasa de variación del
dinero en el tiempo y la proporción de inflación esperada, denotada por d   exp( a ) , dado
el estado estable, es decir    a   , la variación de la tasa de inflación esperada en el tiempo y
la inflación efectiva son respectivamente:
 (   a ) (    a )
 a  y 
(1   ) (1   )

Una de los elementos planteados por los autores es que estas dos tasas de inflación no coinciden,
dado los elementos de política que en este caso contempla que el gobierno imprime dinero a una
tasa siempre creciente. Lo particular aquí es que en la medida que el déficit se perpetúa la tasa de
crecimiento del dinero aumenta. En general el hecho que existan equilibrios dobles depende de las
reglas de política que el gobierno sugiera, de acuerdo al proceso de formación de las expectativas
inflacionarias.

El segundo caso que corresponde a la previsión perfecta o expectativas racionales consideran la


misma tasa de variación de la inflación esperada en el tiempo, pero en este caso    , es decir,
no existe ninguna se puede determinar la posición de la economía. Podría decirse en este momento
que las hiperinflaciones resultan de los grandes déficit fiscales, sólo cuando se presentan
expectativas adaptativas pero su defensa no sería posible cuando dicha inflación sigue una ruta
inestable.

En relación a los procesos hiperinflacionarios producidos por grandes déficit Bruno y Fischer
(1990) y Kiguel (1989) en sus estudios demostraron este “trade-off” aunque se presenta previsión
perfecta, pero bajo la siguiente condición; que se presente un ajuste lento hacia el equilibrio en el

mercado de dinero. En el caso de Kiguel (1989) lo formalizó así: m  k (ln m d  ln m), k  0 ,
m
donde m d son los saldos deseados de dinero y k la velocidad de ajuste, mostrando su equivalencia,
en donde se puede ver específicamente este “trade- off”, es decir el ajuste directo entre la tasa
inflacionaria que es rígida pero no predeterminada y la tasa de crecimiento del dinero y el ajuste
gradual con la diferencia entre los niveles deseados y efectivos de saldos reales que son
predeterminados cuya formalización es:     k (ln m d  ln m) y haciendo algunas
k
 
manipulaciones matemáticas llega a m (d  m ln m) , lo cual se puede representar
k  1
gráficamente mostrando los equilibrios de estado estable:

Gráfico 2. Déficit fiscales e inflación con ajuste gradual del mercado de dinero
m

En la gráfica al igual que en la anterior señala dos equilibrios de estado estable, la diferencia está en
que la inestabilidad del equilibrio se presenta a menores saldos monetarios de dinero y cuando este
es bastante grande el equilibrio es estable, esto bajo expectativas racionales. Kiguel (1989) planteó
que es mucho más probable la inestabilidad del equilibrio y acude a explicar este racionamiento a
través del efecto Olivera-Tanzi, es decir, en la medida que se presentan déficit fiscales sube la
inflación, los cuales reduce los ingresos tributarios, incrementa el déficit fiscal y así sucesivamente.
Presentado estos elementos los autores infieren que la hiperinflación es un proceso inestable que
surge de déficit fiscales grandes, insostenibles y financiados con la creación de dinero.

Otros autores consideran que el determinante de las hiperinflaciones es la depreciación de la tasa de


cambio, en el caso de economías pequeñas y abiertas, estudios como los de Darrat y Arize (1990),
Dornnbusch y Otros (1990), Jorgensen y Paldam (1986) y Montiel (1989).

En contraposición a la propuesta ortodoxa, los neoestructuralistas consideran que el problema


hiperinflacionario está en la oferta de alimentos y la distribución del ingreso. Al igual que los
neoclásicos formalizan el problema creando su propio modelo de acuerdo a las variables antes
mencionadas. Los supuestos del modelo a considerar son los siguientes: Economía cerrada,
producción de dos bienes (agrícola y manufactura), la oferta agrícola es a corto plazo ~ y A , la
producción de las manufacturas está determinada por la demanda, los trabajadores son pasivos, los
precios de los bienes industriales permanecen constantes.
La implicación general del análisis es que el salario real deseado de los trabajadores es elevado en
relación con el nivel compatible con el equilibrio a largo plazo. La inflación es difícil de controlar
sin cambios en la distribución del ingreso, en este sentido plantean el siguiente modelo en
equilibrio:
   
P
~
y A  C Ad ( y,  ),  A y I  C Id ( y,  )  g y  ~
y A  yI
PB
Las tres funciones presentadas de izquierda a derecha representan en su orden la producción
agrícola a corto plazo, la producción industrial y el ingreso factorial este último es la suma de los
ingresos por alimento y la industria. En lo que respecta a la producción agrícola esta muestra su
relación directa con la demanda de alimentos C Ad y se relaciona en forma positiva con el ingreso
factorial real y la relación de precios  . La producción industrial al igual que la producción
agrícola de depende del consumo de bienes industriales a diferencia de la anterior está en función
positiva del ingreso factorial real y la relación de precios, además de su relación directa con el gasto
autónomo del gobierno (g ) .

Los equilibrios de estado estable en modelo se dan a corto plazo y este se presenta dada la
combinación entre precios relativos y la producción industrial por el lado del sector alimentos. En el
largo plazo de acuerdo al modelo es imposible hallar un equilibrio a largo plazo, porque está
sobredeterminado, si se presentara dicho equilibrio el resultado al proceso es una inflación que se
perpetúa en el tiempo, la gráfica (3) muestra estas interrelaciones en corto plazo.

Gráfico 3. Equilibrio en el modelo estructuralista

PA
y I =0

PA  0

~
yI yI

Las soluciones que proponen los estructuralistas para el equilibrio a largo plazo son: una reducción
del gasto del gobierno, política de ingresos y controles de precios.

Agenor y Montiel creen que las ideas monetaristas y estructuralistas no son muy disímiles y crean
un modelo con base en estas dos propuestas en el cual el supuesto clave es que la política monetaria
acomoda plenamente los cambios en el nivel de precios y logran establecer la conexión entre los
precios, el dinero y los déficit fiscales que se presentan introduciendo subsidios alimentarios y
teniendo en cuenta la restricción presupuestal del gobierno. Ellos encuentran que en casi todos los
países se presentan efectos monetarios del financiamiento del crédito y en muy pocos el problema
del conflicto social y la distribución del ingreso que generen inflación.
Siguiendo con el desarrollo de las ideas de los autores en referencia presentan un análisis de la
dinámica macroeconómica de los países en vía de desarrollo a corto plazo asociada a las políticas
monetaria y cambiaria en el cual implementan dos modelos de optimización los cuales los presentan
en forma estática y dinámica.

El primer modelo es el de un solo bien y el segundo es el de dos bienes con precios flexibles en
donde miran el comportamiento de la inflación y la tasa de cambio real. En este escrito se hará
referencia al segundo dado que a través de este se puede generalizar. Los supuestos establecidos
son: Cuatro tipo de agentes: familias, productores gobierno y el banco central, la producción
nacional constante, la paridad del poder de compra no varía, la moneda se deprecia, país pequeño,
producción de dos bienes, con un bien no comerciable, capital en cada sector está fijo, mano de obra
homogénea y perfectamente móvil, las familias y el gobierno consumen bienes domésticos y un
bien importado, los precios del sector son perfectamente flexibles.

Dado la enumeración de los distintos supuestos, los autores desarrollan el modelo y consideran que
se debe tener en cuenta los choques de política económica a través del movimiento de alguna de las
variables en este caso intentar responder la pregunta ¿Qué ocurre con un movimiento del gasto del
gobierno y cual es su impacto? Alguna de las repuestas al movimiento del gasto es que no se afecta
la tasa de interés nominal de largo plazo, los saldos reales caen entre otros pero lo más importante
es establecer que dado este hecho la riqueza de la familia disminuye en toda la vida. Este es un
resultado poco agradable para el conjunto de la sociedad.

A manera de conclusión los autores mostraron diferentes modelos de los procesos inflacionarios por
tres vías. La primera vía mostrada es la monetarista, que en este sentido destacan la estabilidad del
equilibrio sólo en el corto plazo al igual que la propuesta estructuralista pero utilizando diferentes
variables para su modelización, los monetaristas relacionan variables como la variación de los
precios, los saldos reales y déficit fiscal. La segunda vía la estructuralista que relacionan la
producción de los sectores, sus precios, la distribución del ingreso y el proceso inflacionario. Y la
tercera vía un entrelazamiento entre estas los anteriores modelos.

Otro de los desarrollos presentados es el establecimiento de diferentes modelos para observar la


dinámica macroeconómica a corto plazo en lo referente a la inflación y la tasa de cambio flexible en
este desarrollaron varios modelos tales como el de un solo bien y el de dos bienes entre otros lo que
se puede entrever es que a pesar de conseguir el mismo objetivo es decir mostrar la dinámica
inflacionaria a largo plazo, los procesos estructurales dinámicos son totalmente diferentes, aunque
no se implemento en este escrito observar con minucia del caso cada modelo.

Con todos los argumentos expresados es posible inferir que los modelos presentados como
estructuralistas llevan en si un componente adicional que es una adaptación del modelo original, es
decir para conjugar el modelo se hicieron ciertos supuestos adicionales para poder establecer las
conclusiones a las que se llegaron, en fin las experiencias de los países son muy diversas y cada una
obedece a una dinámica que sólo su estructura económica, su dinámica social y sus instituciones la
determinan, hoy día estos procesos son más controlables o a ciencia cierta no se logra establecer si
las autoridades económicas son las que la controlan o no.

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