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LOS CORAZONES EN LA REVELACIÓN DIVINA

LA BIBLIA REVELA EL SIGNIFICADO PROFUNDO QUE TIENE EL CORAZÓN.

Dios nos hizo a su imagen y semejanza, para que amemos de corazón.


Este deseo de Dios fue rechazado por los hombres que preferimos el pecado.

Pero el Verbo se hizo carne, nos amó con un corazón humano que fue traspasado y derramó hasta la última
gota de Su preciosa sangre.  De manera que por medio de El los corazones humanos sean sanados.

La Virgen Santísima entregó su corazón junto con el de Jesús en la cruz.  Así se manifestó en el mas alto
grado el amor con que siempre vivió.  Ella guardaba todas las cosas en su corazón.

Dios desea que todos los hombres abran también su corazón a su amor infinito y así vivamos como hijos
suyos.  Para lograrlo se nos dan los corazones de Jesús y María.   Estos dos corazones están destinados a
reinar sobre todo.  

EL CORAZÓN EN LA SANTA BIBLIA

La palabra "corazón" aparece 873 veces en la Biblia, "corazones" aparece 88. He aquí algunos ejemplos
que nos ayudan a captar su significado:

Génesis 6:5-6
Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía en la tierra, y
que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro
mal de continuo, le pesó a Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se
indignó en su corazón.

Exodo 8:15
Dijeron los magos a Faraón: «¡es el dedo de Dios!» Pero el
corazón de Faraón se endureció, y no les escuchó, como había dicho Yahveh.

Exodo 28:29
Así llevará Aarón sobre su corazón los nombres de los hijos de
Israel, en el pectoral del juicio, siempre que entre en el
Santuario, para recuerdo perpetuo delante de Yahveh.

Exodo 31:6
En el corazón de todos los hombres hábiles he infundido habilidad para que hagan todo
lo que te he mandado:

Exodo 35:5
Reservad de vuestros bienes una ofrenda para Yahveh. Que
reserven ofrenda para Yahveh todos aquellos a quienes su
corazón mueva: oro, plata y bronce,

Números 15:39
Tendréis, pues flecos para que, cuando los veáis, os acordéis
de todos los preceptos de Yahveh. Así los cumpliréis y no
seguiréis los caprichos de vuestros corazones y de vuestros
ojos, que os han arrastrado a prostituiros.
Deuteronomio 4:8
Y ¿cuál es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan
justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy?

Deuteronomio 4:9
Pero ten cuidado y guárdate bien, no vayas o olvidarte de
estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de
tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas, por el
contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

Deuteronomio 4:29
Desde allí buscarás a Yahveh tu Dios; y le encontrarás si le
buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

Deuteronomio 4:39
Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahveh es el
único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.

Deuteronomio 6:5-6
Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma
y con toda tu fuerza.
Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.

Deuteronomio 6:7
Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto
estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado;

Deuteronomio 8:2
Acuérdate de todo el camino que Yahveh tu Dios te ha hecho
andar durante estos cuarenta años en el desierto para
humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si
ibas o no a guardar sus mandamientos.

Deuteronomio 10:16
Circuncidad el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz,

Deuteronomio 11:16
Cuidad bien que no se pervierta vuestro corazón y os
descarriéis a dar culto o otros dioses, y a postraros ante ellos;

Deuteronomio 11:18
Poned estas palabras en vuestro corazón y en vuestra alma,
atadlas a vuestra mano como una señal, y sean como una
insignia entre vuestros ojos.

Deuteronomio 15:7
Si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna
de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, no
endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,

Deuteronomio 28:47
Por no haber servido a Yahveh tu Dios en la alegría y la dicha
de corazón, cuando abundabas en todo.
Deuteronomio 28:48
Servirás a los enemigos que Yahveh enviará contra ti, con
hambre, sed, desnudez y privación de todo. El pondrá en tu
cuello un yugo de hierro hasta que te destruya.

Deuteronomio 29:3
Pero hasta el día de hoy no os había dado Yahveh corazón para
entender, ojos para ver, ni oídos para oír.

Deuteronomio 29:17
No haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo
corazón se aparte hoy de Yahveh vuestro Dios para ir a servir
a los dioses de esas naciones. No haya entre vosotros raíz que
eche veneno o ajenjo.

Deuteronomio 30:6
Yahveh tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu
descendencia, a fin de que ames a Yahveh tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma, para que vivas.

Deuteronomio 30:14
Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y
en tu corazón para que la pongas en práctica.

Josué 24:22
Josué dijo al pueblo: «Vosotros sois testigos contra vosotros
mismos de que habéis elegido a Yahveh para servirle.»
Respondieron ellos: «¡Testigos somos!» -

Josué 24:23
«Entonces, apartad los dioses del extranjero que hay en medio
de vosotros e inclinad vuestro corazón hacia Yahveh, Dios de
Israel.»

I Reyes 8:58
Que incline nuestros corazones hacia él para que andemos según
todos sus caminos y guardemos todos los mandamientos, los
decretos y las sentencias que ordenó a nuestros padres.

I Crónicas 29:17
Bien sé, Dios mío, que tú pruebas los corazones y amas la
rectitud; por eso te he ofrecido voluntariamente todo esto con
rectitud de corazón, y ahora veo con regocijo que tu pueblo,

Salmos 28:7
Yahveh mi fuerza, escudo mío, en él confió mi corazón y he recibido ayuda:
mi carne de nuevo ha florecido, le doy gracias de todo corazón.

Salmos 73:26
Mi carne y mi corazón se consumen: ¡Roca de mi corazón, mi porción, Dios por siempre

Salmos 84:3
Anhela mi alma y languidece tras de los atrios de Yahveh,
mi corazón y mi carne gritan de alegría hacia el Dios vivo.

Proverbios 21:2
Al hombre le parecen rectos todos sus caminos,
pero es Yahveh quien pesa los corazones.

Proverbios 24:12
Si dices: «Mira que no lo sabíamos»,
¿acaso el que pesa los corazones no comprende?,
¿el que vigila tu alma, no lo sabe?
El da a cada hombre según sus obras.

Eclesiástico 2:12
¡Ay de los corazones flacos y las manos caídas, del pecador que va por senda doble!

Isaías 61:1
El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí,
por cuanto que me ha ungido Yahveh.
A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado,
a vendar los corazones rotos;
a pregonar a los cautivos la liberación,
y a los reclusos la libertad;

Isaías 63:17
¿Por qué nos dejaste errar, Yahveh, fuera de tus caminos,
endurecerse nuestros corazones lejos de tu temor?
Vuélvete, por amor de tus siervos,
por las tribus de tu heredad.

Jeremías 14:14
Y me dijo Yahveh: «Mentira profetizan esos profetas en mi
nombre. Yo no les he enviado ni dado instrucciones, ni les he
hablado. Visión mentirosa, augurio fútil y delirio de sus
corazones os dan por profecía.

Jeremías 31:33
Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de
Israel, después de aquellos días - oráculo de Yahveh -: pon
mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y
seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Jeremías 32:40
Les pactaré alianza eterna - que no revocaré después de ellos
- de hacerles bien, y pondré mi temor en sus corazones, de
modo que no se aparten de junto a mí;

Ezequiel 11:19
Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu
nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un
corazón de carne,

Ezequiel 36:26
Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu
nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré
un corazón de carne.

NUEVO TESTAMENTO

Mateo 5:8
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.

Mateo 6:21
Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Mateo 11:29
Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.

Mateo 13:15
Porque se ha embotado el corazón de este pueblo,
han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado:
no sea que vean con sus ojos,
con sus oídos oigan,
con su corazón entiendan y se conviertan,
y yo los sane.

Mateo 13:19
Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la
comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su
corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino.

Mateo 15:8
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

Mateo 15:18
En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón,
y eso es lo que contamina al hombre.

Mateo 15:19
Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos,
adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias.

Mateo 18:35
Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no
perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.

Mateo 19:8
Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro
corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al
principio no fue así.
Mateo 22:37
El le dijo:  «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu mente.

Marcos 3:5
Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su
corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.» El la extendió
y quedó restablecida su mano.

Marcos 11:23
Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate
al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a
suceder lo que dice, lo obtendrá.

Marcos 12:30
Y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma,  con toda tu mente y con todas tus fuerzas.

Marcos 12:33
Y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con
todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo  vale
más que todos los holocaustos y sacrificios.

Marcos 16:14
Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les
apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de
corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.

Lucas 1:51
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son
soberbios en su propio corazón.

Lucas 2:19
María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las
meditaba en su corazón.

Lucas 2:51
Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su
madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

Lucas 6:45
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y
el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el
corazón habla su boca.

Lucas 8:12
Los de a lo largo del camino, son los que han oído; después
viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea
que crean y se salven.

Lucas 8:15
Lo que en buena tierra, son los que, después de haber oído,
conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto
con perseverancia.

Lucas 9:47
Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un
niño, le puso a su lado,

Lucas 24:25
El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer
todo lo que dijeron los profetas!

Lucas 24:32
Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón
dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos
explicaba las Escrituras?»

Lucas 24:38
Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué os
suscitan dudas en vuestro corazón?

Juan 12:40
Ha cegado sus ojos,
ha endurecido su corazón;
para que no vean con los ojos,
ni comprendan con su corazón,
ni se conviertan,
ni yo los sane.

Juan 13:2
Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el
corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de
entregarle,

Juan 14:1
«No se turbe vuestro corazón.
Creéis en Dios: creed también en mí.

Juan 14:27
Os dejo la paz,
mi paz os doy;
no os la doy como la da el mundo.
No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.

Juan 16:22
También vosotros estáis tristes ahora,
pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón
y vuestra alegría nadie os la podrá quitar.

Hechos 2:26
Por eso se ha alegrado mi corazón
y se ha alborozado mi lengua,
y hasta mi carne reposará en la esperanza
Hechos 2:37
Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los
demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?»

Hechos 2:46
Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un
mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el
alimento con alegría y sencillez de corazón.

Hechos 4:32
La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y
una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que
todo era en común entre ellos.

Hechos 5:3
Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu
corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte
del precio del campo?

Hechos 7:39
Este es aquel a quien no quisieron obedecer nuestros padres
sino que le rechazaron  para volver su corazón  hacia
Egipto,

Hechos 7:51
«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos!
¡Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros
padres, así vosotros!

Hechos 8:21
En este asunto no tienes tú parte ni herencia, pues tu corazón
no es recto delante de Dios.

Hechos 11:23
Cuando llegó y vio la gracia de Dios se alegró y exhortaba a
todos a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor,

Hechos 13:22
Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien
precisamente dio este testimonio: He encontrado a David,
el hijo de Jesé,  un hombre según mi corazón, que realizará
todo lo que yo quiera.

Hechos 16:14
Una de ellas, llamada Lidia, vendedora de púrpura, natural de
la ciudad de Tiatira, y que adoraba a Dios, nos escuchaba. El
Señor le abrió el corazón para que se adhiriese a las palabras
de Pablo.

Hechos 21:13
Entonces Pablo contestó: «¿Por qué habéis de llorar y
destrozarme el corazón?
Hechos 28:27
Porque se ha embotado el corazón de este pueblo,
han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado;
no sea que vean con sus ojos,
y con sus oídos oigan,
y con su corazón entiendan y se conviertan,
y yo los cure.

Romanos 1:21
Porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a
Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus
razonamientos y su insensato corazón se entenebreció:

Romanos 1:24
Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta
una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos;

Romanos 2:5
Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando
contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación
del justo juicio de Dios,

Romanos 2:29
El verdadero judío lo es en el interior, y la verdadera
circuncisión, la del corazón, según el espíritu y no según la
letra. Ese es quien recibe de Dios la gloria y no de los hombres.

Romanos 6:17
Pero gracias a Dios, vosotros, que erais esclavos del pecado,
habéis obedecido de corazón a aquel modelo de doctrina al que
fuisteis entregados,

Romanos 10:9
Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en
tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo.

Romanos 10:10
Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con
la boca se confiesa para conseguir la salvación.

II Corintios 6:11
¡Corintios!, os hemos hablado con toda franqueza; nuestro
corazón se ha abierto de par en par.

II Corintios 7:3
No os digo esto con ánimo de condenaros. Pues acabo de deciros
que en vida y muerte estáis unidos en mi corazón.

II Corintios 8:16
¡Gracias sean dadas a Dios, que pone en el corazón de Tito el
mismo interés por vosotros!,
II Corintios 9:7
Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana
ni forzado, pues:  Dios ama al que da con alegría.

Efesios 1:18
Iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál
es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la
riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos,

Efesios 5:19
Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados;
cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor,

Efesios 6:6
No por ser vistos, como quien busca agradar a los hombres,
sino como esclavos de Cristo que cumplen de corazón la
voluntad de Dios;

Filipenses 1:7
Y es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo
en mi corazón, partícipes como sois todos de mi gracia, tanto
en mis cadenas como en la defensa y consolidación del Evangelio.

Filipenses 1:8
Pues testigo me es Dios de cuánto os quiero a todos vosotros
en el corazón de Cristo Jesús.

Colosenses 3:23
Todo cuanto hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres.

Filemon 0:12
Te lo devuelvo, a éste, mi propio corazón.

Filemon 0:20
Sí, hermano, hazme este favor en el Señor. ¡Alivia mi corazón en Cristo!

Hebreos 3:10
Durante cuarenta años.  Por eso me irrité contra esa
generación y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos.

Hebreos 3:12
¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un
corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo;

Hebreos 4:12
Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más
cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las
fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y
médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón.

Hebreos 10:22
Acerquémonos con sincero corazón , en plenitud de fe,
purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura.

Hebreos 13:9
No os dejéis seducir por doctrinas varias y extrañas. Mejor es
fortalecer el corazón con la gracia que con alimentos que
nada aprovecharon a los que siguieron ese camino.

Santiago 1:26
Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua
sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana.

Santiago 3:14
Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de
contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad.

I Pedro 1:22
Habéis purificado vuestras almas, obedeciendo a la verdad,
para amaros los unos a los otros sinceramente como hermanos.
Amaos intensamente unos a otros con corazón puro,

I Pedro 3:3'4
Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas
y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un
alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios.

I Pedro 5:2
Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando,
no forzados, sino voluntariamente, según Dios; no por mezquino
afán de ganancia, sino de corazón;

I Juan 3:17
Si alguno que posee bienes de la tierra,
ve a su hermano padecer necesidad
y le cierra su corazón,
¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?

Hechos 2:37
Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los
demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?»
Una invitación a una vida extraordinaria

Se encontraba sentado allí, en la orilla, de vuelta al lugar donde nunca pensó que regresaría. Después de llegar tan lejos, lo menos que
uno espera es regresar al lugar donde empezó. Pareciera haber algo en las orillas. Cada vez que algo no va como pensábamos, somos
atraídos hacia ellas. En ocasiones, al probar el sinsabor del fracaso, nos vemos tentados a regresar a la orilla. Cuando el corazón parece
secarse o nuestras fuerzas se debilitan, todo nos invita a abandonar la vida en las profundidades,  y regresar a la vida común que nos
brinda la orilla. ¿Por qué se nos hace tan fácil  conformarnos con una vida corriente y rutinaria? Aún cuando sabemos que hemos sido
llamados a una vida extraordinaria, algo en nosotros nos hace  fácil ceder a la invitación de una vida común y corriente. 

Luego de tantas experiencias que marcaron su vida, decidió volver. Después de tantos pasos extraordinarios, pensó que no tenía otra
opción que dejarlo todo y volver al lugar que conocía. Los lugares conocidos traen cierto sentido de acomodo y seguridad, en medio
de tantas emociones cambiantes que a veces encontramos en el camino. Por eso somos atraídos hacia allá fácilmente.

Su nombre, Pedro. Seguramente sabes quién es él. Se le ha conocido por su entrega, disposición y arrojo. Sin embargo, uno de los
momentos que más definió su vida surgió en medio de una gran prueba. Una de ésas que no nos permiten seguir siendo los
mismos.Después que había prometido darlo todo, en el día de la adversidad negó aquello que había creído. Le dio la espalda a Aquel
que le había honrado sacándolo de la barca para invitarlo a caminar sobre las aguas.
Una mala noche fue suficiente para hacerle pensar que todo estaba perdido. Luego de haber negado al Maestro, pensó que debía darle
la espalda a todo lo que había vivido. En medio de todo, decidió regresar a la orilla…allí donde Jesús le había ido a visitar; aquel lugar
que había abandonado una vez. Había tomado su barca, y en lugar de surcar nuevos mares, había decidido amarrarla al muelle de la
conformidad. 

No era fácil soportar el peso que llevaba en sus hombros. Traía consigo un poco de culpabilidad, otro poco de decepción, una porción
de temor, vergüenza y algo de incredulidad. ¿Cuándo fue que todo lo que disfrutaba perdió sentido? ¿Cómo fue que pudo ser capaz de
negarlo todo, precisamente cuando había declarado abiertamente que eso sería lo último que haría en su vida?

¿Qué se hace cuando sabes que puedes tener una vida de trascendencia, pero todo lo que viviste te lo ha hecho olvidar? ¿Qué sucede
cuando has decidido llevar todo el potencial que ha sido puesto en ti, a la orilla de la vida simple y de la existencia llana?

Muchos hemos estado allí. Somos muchos los que hemos tocado fondo y hemos tomado nuestras barcas para regresar a la orilla, al
lugar seguro. Una vez acomodados allí, tiramos  nuestras anclas y las fijamos fuertemente para que nada nos pueda sacar de ese
estado. Se nos olvida que los botes y las embarcaciones se ven lindos amarrados en el muelle, pero no fueron construidos para estar
allí.

En medio de la adversidad, muchos de nosotros tomamos decisiones permanentes debido a situaciones temporeras. Por fracasos y
tropiezos pasajeros, tomamos decisiones que secuestran todo nuestro futuro. Muchas veces secuestramos nuestro futuro por
debilidades del pasado. Abandonamos la fe que nos llevó a ver más allá de nuestras limitaciones, y nos vemos regresando a la arena de
la vida común. ¡Qué bueno que Dios sabe encontrarnos allí, en la orilla! Nada mejor que saber que aún en nuestros intentos de
renuncia, Dios viene a alentar nuestro corazón, una vez más.

Allí se encontraba Pedro. Trataba de ponerle fin a una lucha interna que no sabía cómo dejar atrás. La vergüenza no le permitía
continuar caminando como si nada hubiera pasado. Por eso, después de hacer lo que nunca imaginó, negar al Maestro, regresó a lo
conocido, a la vida común. ¿Cómo puede uno que ha caminado sobre las aguas, conformarse con simplemente caminar sobre la arena?
¿Cómo puede aquel que había visto tantos milagros, resignarse y decirle a su corazón que no creyera más en lo imposible? ¿Cómo
pudo? ¿Cuándo empezó? ¿Se puede conformar uno con ser pescador de peces después de ser un pescador de hombres? ¿Cómo se
puede? ¿Cómo podemos?

Pedro se encontraba en ese lugar, tratando de borrar cada memoria que le hacía recordar la vida tan extraordinaria que había
experimentado. Hay un detalle que debemos tener presente con esto. El que olvida, se pierde. Cuando uno se olvida de todo el camino
que ha recorrido, pierde el sentido de dirección.

Cada vez que se nos olvida lo que Dios hizo ayer, se nos olvida que todavía es capaz de hacerlo hoy. El que se olvida de los milagros
que el Señor hizo ayer y de la fidelidad que demostró, pensará que Dios ha dejado de ser fiel hoy.  Recordar las obras de Dios nos
ayuda a mantener la fe en medio de lo que vivimos hoy, y nos brinda esperanza para el mañana.
Cinco de mayo: Día nacional de la oración

Hoy, cinco de mayo y como parte del sexagésimo Día Nacional de la Oración en los EE.UU., miles de
intercesores se reunirán en Dallas y Ciudad México y en la frontera entre México y Estados Unidos para
clamar por un mover del poder de Dios. El enfoque de nuestras oraciones estará en acabar con los cárteles
de la droga y asegurar la frontera sur de nuestro país contra el narcotráfico y la violencia. En respuesta a
una directiva profética dada por Cindy Jacobs de Generals International, la Red Hispana de Oración en los
Estados Unidos, encabezó la implementación de una iniciativa estratégica que incluyó 21 días de oración y
ayuno los cuales culminan hoy. Hemos batallado en oración por un comercio justo, paz y seguridad en la
frontera de ambas naciones. 

Estamos creyendo que Dios lanzará fuego sobre nuestro sacrificio a medida que los líderes nacionales y
estatales de todo México y los EE.UU. se unan a nosotros en reuniones de oración simultáneas con otros
eventos del Día Nacional de la Oración en diferentes ciudades de los EE.UU. En los próximos días,
semanas o meses, creemos que veremos operaciones de tráfico de drogas siendo expuestas y disueltas,
prisioneros de la guerra contra las drogas siendo puestos en libertad, e incidentes de violencia, secuestro y
extorsión disminuyendo drásticamente. Necesitamos su ayuda y participación durante este momento crítico
en la historia de México y los Estados Unidos.

La violencia a lo largo de la frontera sur de EE.UU. ha escalado a niveles sin precedentes. Los gobiernos de
ambas naciones han trabajado con diligencia para detener los problemas, y sin embargo todavía existen y
están en aumento. Reconocemos que el narcotráfico es un problema de oferta y demanda. Ambos países
son culpables y el arrepentimiento y la restauración se necesitan en ambos lados de la frontera sur.

Por lo tanto, creemos que es hora de que los cristianos en ambas naciones asuman la responsabilidad que
tienen ante Dios y el hombre de pararse en la brecha, según 2 Crónicas 7:14, y pedirle al Señor que sane
nuestras naciones.

¿Por qué hemos elegido el nombre de "Cinco de Mayo" para esta iniciativa?

Cinco de Mayo, es a menudo confundido con la Independencia de México. En realidad, conmemora el día
en 1862 en Puebla, México, cuando 4,000 soldados mexicanos derrotaron al ejército francés de 8,000
soldados. Esta victoria detuvo a Napoleón III de abastecer la Confederación en la Guerra Civil de los
EE.UU. por otro año, contribuyendo así a que las fuerzas de la Unión aseguraran la victoria sobre las tropas
de la Confederación en Gettysburg 14 meses después de la Batalla de Puebla y, esencialmente, poniendo
fin a la Guerra Civil.

Creemos que es muy importante llamar la nación a la oración por las injusticias que tienen lugar en la
frontera México-Estados Unidos hoy Cinco de Mayo y dar a la iniciativa el nombre de una batalla de la
cual nosotros, como nación nos entrelazamos en sus respectivas victorias y forjamos una gran amistad.

Más tarde, los Estados Unidos provó ser un buen vecino luego de que el francés dominó la Ciudad de
México e instaló al emperador Maximiliano. Los EE.UU. proporcionaron tanto asistencia política como
militar a México para expulsar a los franceses. Providencialmente Dios ha hecho a cada nación parte del
destino de la otra.

Además a esta historia compartida, nuestras dos naciones, hicieron un pacto de amistad cuando los
presidentes de ambos países firmaron el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848. Aquí está la exposición de
motivos de dicho tratado: "En el Nombre del Dios Todopoderoso, los Estados Unidos de América y los
Estados Unidos Mexicanos... establecemos, sobre una base sólida, relaciones de paz y amistad, la cual
confiere beneficios recíprocos a los ciudadanos de ambos países, y garantiza la concordia, la armonía y la
confianza mutua en donde las dos personas deben vivir como buenos vecinos... bajo la protección del Dios
Todopoderoso, el autor de la paz."

Como lo fue con la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862, así sea una vez más hoy en día, el 5 de mayo
de 2011. Que nuestros pueblos hagan historia juntos, restaurando la paz y la prosperidad dentro de nuestras
fronteras. Únete a nosotros en oración para que la justicia corra como el agua y la rectitud como una
poderosa corriente (Amós 5:24). ¡Vamos a hacer una historia espiritual juntos!

Sobre el autor: Mark González es el fundador de las redes de oración United States Hispanic Prayer
Network y United States Hispanic Action Network, y busca involucrar a los intercesores latinos a nivel
nacional para cubrir a América estratégicamente con la oración. Ha estado en el liderazgo de la Conferencia
Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC por sus siglas en inglés) durante varios años y trabaja
con el Consejo Apostólico para el United States Reformation Prayer Network.
La Biblia es pasado, presente y futuro

Uno de los mayores ejemplos de que la Escritura es pasado, presente y futuro es con respecto a los eventos del libro de Apocalipsis.
Hay un resurgimiento del debate sobre si algo o todo ya ha ocurrido, o si todavía todo está en el futuro. La mayoría sostiene el hecho
de que los sucesos de Apocalipsis recién están comenzando a ocurrir y la mayor parte todavía está por venir (Teología Futurista y
Dispensacionalista). Otros creen que la mayor parte o todos los eventos tuvieron lugar en el año 70 d.C. con la destrucción de
Jerusalén (Teología del Preterismo Parcial o Total). Otro grupo dice que muchos de estos acontecimientos ya han ocurrido, pero
algunos siguen ocurriendo mientras el Cuerpo de Cristo toma firmemente dominio, venciendo al reino de Satanás hasta que abra paso
para el establecimiento del reino milenario de Cristo (Teología del Dominio). 

Sin embargo, tenemos que saber que la Biblia le habla a cada generación. Aunque muchos pasajes fueron escritos con referencia a los
judíos, también se aplicaron a la Iglesia Primitiva y se siguen aplicando hoy en día. Aunque algunas prácticas culturales y
ceremoniales ya no se realizan, y el marco histórico ha cambiado, estos pasajes aún revelan verdades espirituales aplicables a nosotros
ahora y mantendrán una verdad única para las generaciones futuras.

Con esto en mente, es más fácil obtener una mejor comprensión de un tema sumamente debatido como la escatología y los tiempos
finales. Por supuesto, recuerde que los elementos de verdad no hacen legítima una doctrina, sólo la hacen debatible.

Seguro, es razonablemente posible que ciertos eventos o eventos similares del libro de Apocalipsis tuvieran lugar en el año 70 d.C.
Como sabemos que las siete iglesias existieron en ese tiempo, es posible que algunos de los acontecimientos catastróficos enumerados
ocurrieran en el mismo marco de tiempo. Sin embargo, por otro lado, también conocemos que muchas iglesias contemporáneas se
asemejan al menos a una de las siete iglesias del Apocalipsis, pero en una escala global más amplia. Sabiendo esto, también
deberíamos creer que muchos de los juicios escritos también se repetirán realmente, tal como parece haber sucedido con las siete
iglesias. Sin embargo, como el modelo de las iglesias es a escala mundial, las catástrofes también estarían en una mayor escala global.
Esto señalaría realmente a un apocalipsis futuro.

Lo que quiero decir es que tenemos que tratar a la Escritura como aplicable a cualquier generación que la lea. Siempre tenemos que
preguntarnos: “¿Cómo se aplica este versículo o pasaje a nosotros hoy y cómo se aplica a mí?”. ¡El libro de Apocalipsis sigue
hablando hoy en día! Creo que podemos y deberíamos tomar este enfoque de periodos múltiples para muchas profecías bíblicas. Sí,
quizás ocurrió, pero sigue hablando, y como la historia se repite ¡esto va a suceder!

Algunas de las visiones de Daniel y Ezequiel, muchos estarán de acuerdo, se aplicaron a Persia y a las regiones circunvecinas de ese
tiempo. Sin embargo, muchos también dicen que las descripciones se ajustan bien a la manera en que los acontecimientos nacionales
se están desarrollando en los tiempos actuales. Indudablemente, esas visiones continuarán aplicándose a un futuro todavía en
desarrollo.

Piense en todos los eventos pasados que les ocurrieron a los hijos de Israel. Seguro que ocurrieron entonces, pero mire lo que la Biblia
dice acerca de ellos: “Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos
codiciaron” (1 Co 10:6). En otras palabras, lo que les ocurrió a ellos sigue ocurriendo en nuestras vidas hoy y continuará siendo un
tema de importancia en futuras generaciones.

Salomón lo expresó bien al decir: “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y
nada hay nuevo debajo del sol” (Eclesiastés 1:9).

Eso es lo que hace tan sobrenatural y viva a la Palabra de Dios. De una manera milagrosa nunca está pasada de moda, y cada palabra
sigue siendo asombrosamente aplicable a la generación presente. Cuando usted estudia doctrina e interpreta la Biblia es importante
estar siempre consciente de esta verdad porque eso lo ayudará a llegar a conclusiones exactas sobre las escrituras. Nunca trate la Biblia
como algo que ya pasó o que sólo se aplica al futuro de otro. Trate cada palabra como aplicable a usted personalmente y aplicable a su
presente generación.
La Biblia como revelación divina

A. FORMAS DE LA REVELACION DIVINA

La Biblia tiene como objetivo y propósito el ser la revelación del ser, las obras y el programa de
Dios. Que un Dios infinito buscase el revelarse a sí mismo a sus criaturas, es razonable y
esencial para el cumplimiento de los propósitos de Dios en la creación. Es, por otra parte,
natural que los seres racionales intenten saber algo respecto al Creador que les ha dado vida.
Si el hombre es el más alto orden de las criaturas, que tiene la capacidad de reconocer y tener
una intima comunión con el Creador, es, por tanto, también razonable esperar que el Creador
se comunicase con sus criaturas, revelándoles su propósito y su voluntad. Hay tres vías de
máxima importancia y que han sido utilizadas por Dios para revelarse a sí mismo.

1. La revelación de Dios en la creación. El poder eterno y el carácter de Dios se revelan por


las cosas que han sido creadas (Ro. 1:20). El mundo de las cosas naturales, siendo una obra de
Dios, muestra que Dios es un Dios infinito en poder y sabiduría y que ha diseñado y creado el
mundo físico para un propósito inteligente. La revelación de Dios mediante la Naturaleza, sin
embargo, tiene sus limitaciones,al no aparecer claramente manifestado el amor y la santidad
de Dios. Mientras que la revelación en la Naturaleza es suficiente para que Dios pueda juzgar al
mundo pagano por no adorarle como su Creador, no revela un camino de salvación mediante el
cual los pecadores puedan ser reconciliados con un Dios santo, sagrado.

2. Revelación en Cristo. Una suprema revelación de Dios fue suministrada en la persona y la


obra de Cristo, que nació en su debido tiempo (Gá. 4:4). El Hijo de Dios vino al mundo para
revelar a Dios a los hombres en términos que pudiesen comprender. Por su llegada como
hombre mediante el acto de la encarnación, los hechos relacionados con Dios, que de otra
forma hubiesen sido muy difíciles para la comprensión humana, se trasladan al limitado alcance
de la comprensión y el entendimiento humanos. Así pues, en Cristo, no sólo se revela el poder
y la sabiduría de Dios, sino también su amor, la bondad divina, su santidad y su gracia. Cristo
declaró:

«El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn. 14:9). En consecuencia, el que conoce a
Jesucristo, también conoce al Dios Padre.

3. La revelación en la Palabra escrita. La Palabra escrita de Dios es capaz, sin embargo, de


revelar a Dios en términos incluso más explícitos de los que puedan ser observados en la
persona y obra de Cristo. Como previamente se ha demostrado, es la Biblia la que nos presenta
a Jesucristo tanto como el objeto de las profecías, como en su cumplimiento. Con todo, la
Biblia va aún más allá; dando detalles respecto a Cristo, muestra el programa de Dios para
Israel, para las naciones, así como para la iglesia, y trata de muchos otros temas de la historia
del género humano y del universo. La Biblia no sólo presenta a Dios como su tema fundamental,
sino que también nos muestra sus propósitos. La revelación escrita lo incluye todo en sí misma.
Expone de la forma más clara y convincente todos los hechos que conciernen a Dios y que están
revelados en la Naturaleza, y proporciona el único registro que atañe a la manifestación de
Dios en Cristo. También se extiende la divina revelación en grandes detalles que se relacionan
con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, los ángeles, los demonios, el hombre, el pecado, la
salvación, la gracia y la gloria. La Biblia, pues, puede ser considerada como el complemento
perfecto de la divina revelación de Dios, parcialmente revelada en la Naturaleza, y más
plenamente revelada en Cristo, y revelada completamente en la Palabra escrita.

B. REVELACION ESPECIAL

A través de toda la historia del hombre, Dios ha suministrado una revelación especial. Se
registran muchas ocasiones en la Palabra de Dios en que habla directamente al hombre, como
El lo hizo en el jardín del Edén, o a los profetas del Antiguo Testamento, o a los apóstoles en el
Nuevo. Algunas de estas revelaciones especiales fueron registradas en la Biblia y forman el
único y autorizado registro inspirado que tenemos de tal revelación especial.

Una vez completos los 66 libros de la Biblia, la revelación especial en el sentido ordinario de la
expresión parece haber cesado. Nadie ha sido capaz de añadir con éxito un solo versículo a las
Escrituras como declaración verdadera. Las añadiduras apócrifas son claramente inferiores y sin
la inspiración propiamente dicha que caracteriza siempre todo escrito de la Escritura.
En lugar de la revelación especial, sin embargo, una obra del Espíritu Santo ha caracterizado
especialmente la edad presente. Así como el Espíritu de Dios ilumina o arroja luz sobre las
Escrituras, hay una forma legítima de tiempo presente en la revelación procedente de Dios, en
la cual las enseñanzas de la Biblia se aclaran y se aplican a la vida de los individuos y las
circunstancias. Emparejada con la obra de iluminación está la obra del Espíritu como guía,
cuando las verdades generales escriturísticas se aplican a las necesidades particulares de un
individuo. Aunque ambas cosas -la guía y la iluminación- son obras genuinas de Dios, no
garantizan que un individuo comprenda perfectamente la Biblia, o en todos los casos la
comprenda adecuadamente con la guía de Dios. Así, mientras que la iluminación y la guía son
una obra del Espíritu, no poseen la infalibilidad de la Escritura, puesto que los receptores son
seres humanos de por sí falibles.

Aparte de esta obra del Espíritu de Dios, no obstante, al revelar lo que significa la Escritura, no
hay comprensión real de la verdad, como se declara en 1 Corintios 2:10. La verdad de la
Palabra de Dios necesita ser revelada a nosotros por el Espíritu de Dios, y necesitamos ser
enseñados por el Espíritu (1 Co. 2:13). Según 1 Corintios 2:14, «... el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura y no las puéde
entender, porque se han de discernir espiritualmente». En consecuencia, la Biblia es un libro
cerrado, por lo que respecta a su verdadero significado, para quien no sea cristiano y no esté
enseñado por el Espíritu. Ello requiere, además, por parte del individuo estudioso de la
Escritura, una íntima proximidad con Dios en la cual el Espíritu de Dios sea capaz de revelar su
verdad.

C. INTERPRETACION

Al recibir la revelación que proviene a través del Espíritu Santo, en la forma en que El enseña
la Palabra de Dios a un creyente en Cristo, los problemas de interpretación de la Biblia se
hacen evidentes. Son necesarias ciertas reglas básicas si se tiene que comprender la ciencia de
la interpretación, llamada «hermenéutica». Aunque existe confianza y seguridad en el Espíritu
Santo para la instrucción en la Palabra de Dios, hay ciertos principios que tienen que ser
enumerados.

1. El propósito de la Biblia como un todo. Al interpretar la Biblia, cada texto tiene que ser
tomado a la luz del contenido total de la Escritura, para que la Biblia no se contradiga a sí
misma.

2. El mensaje particular de cada libro de la Biblia. La interpretación de la Escritura necesita


siempre tomar en consideración el propósito del libro, del cual forma parte. Un estudio del
Eclesiastés es, según esto, completamente diferente del de un libro como el Apocalipsis, o los
Salmos, y la interpretación tiene que estar en relación con el propósito del libro.

3. A quién va dirigido. Mientras que toda la Escritura ha recibido por igual la inspiración de
Dios, no toda Escritura es igualmente aplicable. Muchas falsas doctrinas se han producido
mediante una errónea aplicación de la Escritura. De esta forma, la cuestión se plantea en lo
concerniente a quién se considera en un pasaje particular. Es preciso distinguir la aplicación
primaria y secundaria. La aplicación primaria puede extenderse sólo al individuo o grupo a
quien va dirigida la Escritura, como, por ejemplo, la Epístola a los Gálatas o un salmo escrito
por David. Hay casi siempre una segunda aplicación, cómo las verdades particulares se
producen el texto escriturístico y que se descubre que tienen una aplicación general más allá
de aquel a quien están realmente dirigidas. Así, mientras la ley en el Antiguo Testamento está
dirigida a Israel, los cristianos pueden estudiarla con provecho como una revelación de la
santidad de Dios, cambiando algunos particulares en su aplicación a nosotros.
4. El contexto. Una de las importantes consideraciones en la exposición de cualquier texto es
considerar el contexto inmediato. Con frecuencia esto proporciona la pista para lo que fue
escrito intencionadamente en esa declaración particular. La Escritura que precede y sigue
cualquier versículo dado ayuda al lector a comprender tal versículo en sí mismo.

5. Las enseñanzas similares en otra parte de la Palabra de Dios. Ya que la Biblia no puede
contradecirse a sí misma, cuando se hace una declaración teológica en un versículo ha de estar
armonizada con cualquier otra declaración teológica similar en otra parte. Esta es la tarea
particular de la teología sistemática, la cual intenta tomar toda la revelación divina y exponer
de forma clara y convincente su contenido en una forma doctrinal que no sea contradictoria de
cualquier porción o parte de la Sagrada Escritura. Con frecuencia, unos libros se complementan
recíprocamente con otros. Por ejemplo, el libro del Apocalipsis repetidamente depende para su
interpretación del libro de Daniel u otro del Antiguo Testamento, en sus profecías. Si el Espíritu
Santo es el autor de la totalidad de la Palabra de Dios, lo que se dice en un lugar, debe
ayudarnos a comprender lo que se dice en otro, en la Escritura.

6. Exégesis precisa de las palabras en un texto particular. La Biblia fue escrita


originalmente en hebreo y en griego, y con frecuencia se presenta la dificultad de su correcta
traducción. Por tanto, el conocimiento del lenguaje original es muy necesario para determinar
con exactitud lo que dice el texto. Los estudiosos de la Escritura que no disponen de esos
recursos técnicos, pueden ayudarse frecuentemente por comentarios y exposiciones hechos por
autores capacitados para arrojar luz sobre un texto particular. Aunque para la mayor parte de
los propósitos una buena traducción es suficiente, un estudioso que ponga cuidado en su
esfuerzo se ayudará a veces consultando trabajos de autoridades competentes, capaces de
aclarar un texto específico.

Por añadidura, para determinar el significado real de las palabras, la adecuada interpretación
asume que cada palabra tiene su significado literal normal, a menos que haya buenas razones
para considerarla como una figura del discurso. Por ejemplo, la tierra prometida a Israel no
debe ser considerada como una referencia al cielo, sino más bien como una referencia literal a
la Tierra Santa. Por la misma razón, las promesas dadas a Israel no deberían ser
espiritualizadas para aplicarlas a los creyentes gentiles en Cristo. La regla de interpretación es
que las palabras deben tener su significado normal, a menos que el contexto indique
claramente que se intenta emplear una figura de dicción en el discurso.

7. Precauciones contra los prejuicios. Si bien es adecuado para cualquier intérprete de la


Escritura el aproximarse a un pasaje con la convicción teológica que surge del estudio de la
totalidad de la Biblia, hay que tener cuidado en no retorcer el texto respecto a lo que no dice,
con objeto de armonizarlo con ideas preconcebidas. Cada texto debe hablar por sí mismo, y
ello hay que permitirlo incluso si deja temporalmente sin resolver algunos problemas de
armonización con otra parte de la Escritura.

Al interpretar la Biblia, es importante considerar a la Escritura como una comprensiva


revelación que tiene como fin el ser comprendida por todos los que son enseñados por el
Espíritu. La Biblia tiene la intención de comunicar la verdad, y cuando está adecuadamente
interpretada, contiene en sí un sistema de doctrina que es armonioso y no contradictorio.

PREGUNTAS

1. ¿Por qué es razonable asumir que Dios haya deseado revelarse a sí mismo al hombre?

2. ¿Cuál es la extensión y la limitación de la revelación en la Naturaleza?

3. ¿Hasta qué extremo es Cristo una revelación de Dios?


4. ¿Por qué ha sido la Palabra escrita necesaria para revelar a Dios completamente?

5. ¿Cuáles son algunos de los temas más importantes de la revelación divina y que no pueden
ser aprendidos en la Naturaleza?

6. ¿Qué quiere significarse por revelación especial?

7. ¿Qué obra del Espíritu ha reemplazado hoy la revelación especial y por qué es ello necesario?

8. ¿Por qué es preciso tomar en consideración a la Biblia como un todo, al igual que el mensaje
particular de cada libro de los que componen la Escritura?

9. ¿Cuáles son los peligros de aplicar mal la Escritura, y por qué es preciso distinguir la
aplicación primaria y secundaria?

10. ¿A qué se contribuye con el contexto de cualquier pasaje?

11. ¿Por qué es preciso que la interpretación de un texto esté en armonía con otros pasajes
bíblicos?

12. ¿Hasta qué extremo se requiere que la exégesis sea precisa?

13. ¿Hasta qué extremo debería el significado normal de las palabras determinar el significado
de un pasaje?

14. ¿Cuál es el peligro de los prejuicios al interpretar la Escritura?


I LA REVELACIÓN DIVINA Y LA BIBLIA.
¿Como puede la criatura finita conocer a su creador invisible? Al
reflexionar sobre la existencia del universo, su orden y designio; uno
puede concluir que hay un ser supremo y que es infinitamente sabio y
poderoso. También, al observar la conciencia moral en el hombre
(Romanos 2:14 15), se ve que Dios es un ser moral. Pero, aparte de una
revelación especial, no se puede saber más de Dios que esto, y nada de
su gracia y salvación. Para conocer a Dios, es necesario que él se
revele a sí mismo, que se dé a conocer a los hombres.
 
A. La Biblia, El Registro de La Revelación
Dios se ha dado a conocer a los hombres a través del encuentro
divino-humano; ha hablado por hechos que salvan y palabras que
iluminan. Esta manifestación personal de Dios tuvo lugar
principalmente en una comunidad de fe, primero Israel y luego en la
iglesia. Se registra en la colección de escritos denominado la Biblia.
En ella se describen los tratos de Dios con los hombres, sus
relaciones y experiencias con ellos y los propósitos divinos con
respecto a ellos. Para conocer a Dios, uno debe leer la Biblia,
creerla y rendirse a sus exigencias, pues Dios se revela en sus
páginas.
La palabra "Biblia" proviene de un término que significa "libros" y
se relaciona con el vocablo "biblioteca". Para nosotros, el vocablo
significa "la colección de los Libros Sagrados". Se divide en dos
partes, el Antiguo testamento y el nuevo Testamento. La palabra
"testamento" quiere decir alianza o pacto. Las dos partes están tan
íntimamente ligadas como lo está la mano derecha con la izquierda. El
Antiguo Testamento relata la preparación para la venida del redentor y
el Nuevo Testamento, su manifestación, su obra, sus enseñanzas y la
consumación de su obra.
La Biblia en gran parte es el relato de cómo Dios se reveló
progresivamente en la historia del pueblo de Israel. Dios, y su
verdad, se da a conocer mediante sus actos y palabra a determinados
hombres, en determinados lugares y en determinadas circunstancias. La
revelación de Dios es progresiva, en el sentido de que Dios da a
conocer la verdad paso a paso. No es de extrañar el hecho de que el
Antiguo Testamento no enseñara claramente la elevada ética del Sermón
del Monte, ni doctrinas tales como las de la Trinidad, la
resurrección, el juicio, y el cielo. Dios reveló las cosas
espirituales en la medida que la gente estaba preparada para
recibirlas. Jesús dijo a sus discípulos en las vísperas de la cruz,
"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero no las podéis sobrellevar"
(Juan 16:12). La suprema revelación divina se encuentra en Cristo, "el
resplandor" de la gloria de Dios y "la imagen misma de su sustancia"
(Hechos 1:3). La explicación de su persona y obras se encuentran en
forma más amplia en las Epístolas.
La Biblia es la revelación completa de Dios y de las doctrinas
religiosas. Esto no quiere decir que la Biblia explica todos los
misterios espirituales, sino que nos proporciona suficiente luz para
conocer a Dios, ser salvos, y satisfacer nuestro anhelo más profundo
en cuanto al conocimiento de las cosas futuras. Nos enseña cómo
conducirnos en relación a Dios y con nuestros semejantes. No es
necesario otra revelación. Por lo tanto, la Biblia es la única y
suficiente regla de fe y conducta para los cristianos.
 
B. El Libro Inspirado
El Apóstol Pablo dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios" (2
Timoteo 3:16). Las palabras que se traducen "inspirada por Dios"
significa literalmente "soplado por el aliento de Dios" o sea, se
originó en el aliento de Dios. Dios sopló en los escritos de los
autores. Pero añade: "Nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:21). En el Antiguo Testamento "el
aliento" o "Espíritu de Dios" indica la salida activa del poder divino
(Génesis.2:7; Salmos 33:6; Isaías.48:16). El Nuevo Testamento
identifica el soplo de Dios con el Espíritu Santo. Bajo el influjo
sobrenatural del Espíritu Santo, los escritores sagrados escribieron
la verdad divina la cual es la palabra de Dios.
 
Aunque todos los cristiano están de acuerdo con el concepto de que
la Biblia es un libro inspirado, hay diferentes teorías acerca de qué
es la inspiración realmente.
a. La teoría de intuición o perspicacia humana. Los liberales y
modernistas comparan la inspiración de los escritores sagrados
con la clarividencia y sabiduría que desplegaron grandes
pensadores como Sócrates, Platón, Milton y Shakespeare. Su
producto, sin embargo, es puramente natural y susceptible de
error. Piensan que los hebreos tenían un genio especial para lo
religioso.
b. La iluminación del Espíritu Santo. Según esta teoría, el Espíritu
aumentó la perspicacia humana y el discernimiento espiritual de
los escritores, pero no reveló ninguna verdad nueva ni guió los
pensamientos de ellos.
c. La inspiración dinámica. El Espíritu Santo inspiró (dirigió) los
conceptos y pensamientos de los escritores pero no su expresión
ni las palabras. Así cada escritor se expresa según su propia
personalidad y vocabulario. Las doctrinas que se encuentran en
la Biblia son auténticas y si error. Puede haber errores
históricos y científicos pero no son de poca importancia y no
afectan el mensaje esencial de la Biblia.
d. La inspiración verbal plenaria. La influencia se extiende a más
que los pensamientos. Dirige al escritor para emplear las
palabras exactas que Dios querría que usara. Sin embargo, esta
teoría deja lugar para el elemento humano, la personalidad, la
manera de expresión, el vocabulario y estilo del escritor.
e. La dictación mecánica. Según esta noción, los escritores eran
como secretarios del Espíritu Santo, los cuales escribieron
exactamente lo que se les dictaba.
La mayoría de los eruditos conservadores reconocen que la Biblia es
a la vez divinamente inspirada y plenamente humana, es decir, es el
resultado de la cooperación divina y humana (vea Juan 14:26; 2 Pedro
1:21). Los escritores no eran meros secretarios o máquinas
automáticas. El Espíritu Santo impulsaba y guiaba el proceso pero no
hay ningún indicio de que anulaba la personalidad ni la individualidad
del escritor. Este utiliza su propio vocabulario, estilo y forma de
expresar sus ideas. Por ejemplo, el estilo de Isaías y el de Oseas
difiere inmensamente. El estudioso de la Biblia, Peter Cousins
observa: "Cada libro presenta clara evidencia del aspecto humano de su
historia... Lucas recolectó con sumo esmero el material para sus dos
tomos y se cuidó de que fueran relatos fidedignos... Pablo escribió
sus epístola atendiendo a situaciones especificas" (Un ejemplo de lo que
parece un error en las cifras se encuentra en 1 Samuel 6:19, donde se relata que 50.000
personas fueron muertas por Jehová a causa de no respetar el arca. Es muy improbable que
tanta gente viviera en aquella región. La Biblia de Jerusalén da la cifra de 70. Otro
error aparente de los copistas, se encuentra en 1 Reyes 20:30. Es poco probable que
hubiera espacio para estar 27.000 soldados en la sombra del muro de una fortaleza
pequeña como Afec).
 
¿Contiene errores la Biblia? Los conservadores creen que los
escritores sagrados fueron preservados del error por la supervisión
del Espíritu Santo, pero esa falta de errores se refiere sólo a los
autógrafos (los manuscritos originales). Se reconoce que es posible
que los escribas que copiaban el texto hayan cometido algunos errores,
tal como algunas cifras o han añadido glosas. (Los más antiguos manuscritos
omiten la última frase de Juan 5:3 y todo el versículo 4 del mismo capítulo,
señalándonos así que los copistas añadieron una nota explicativa. Al igual que este
ejemplo, no aparecen en los manuscritos griegos más antiguos los versículos 1 Juan 5:7 y
8). También los escritores inspirados se acomodaban a las formas de
expresión e ideas científicas e históricas de su cultura y época. Por
ejemplo, en Génesis 1:6-7, Moisés emplea la palabra hebrea "raquía",
que se traduce "firmamento", "expansión"o"bóveda", para designar el
cielo. Este vocablo expresa la idea de los antiguos semitas de que el
cielo era una "cúpula sólida que retenía las aguas superiores; a
través de sus aperturas caerán luego las aguas del diluvio, 7:11"
(nota de Biblia de Jerusalén). También Josué 10:13 dice que "el sol se
paró en medio del cielo". Sabemos que es la tierra la que se mueve y
no el sol. En aquellas épocas precientíficas, era necesario comunicar
las verdades en los términos usados y entendibles de aquel entonces.
Lo maravilloso es que los relatos bíblicos son absolutamente libres
del elemento mitológico, el cual caracteriza los otros escritos
antiguos. Algún erudito observa que ningún otro manuscrito contiene
tan pocos errores como la Biblia.
 
Siendo inspiradas, las Escrituras han sido conservadas también a
través de los siglos. Dios no permitirán que dejen de existir (1 Pedro
1:25; Jeremías 36:27-28; Lucas 21:33). Primero, ciertos autores fueron
mandados por Dios para escribir los pensamientos divinos (Éxodo 34:27;
Jeremías 30:2; Ezequiel 24:2; 43:11; Habacuc 2:2). Luego, las
Escrituras han sido preservadas en su transmisión; es decir, ninguna
doctrina ha sido alterada por errores de los copistas. Puede ser que
haya cambios de cifras en el Antiguo Testamento, pero ninguna afecta
la enseñanza divina. Es asombroso que tenga tan pocos errores y la
ausencia absoluta de todo elemento mitológico en la Biblia.
 
Hay cierta ideas que son confundidas a menudo con el concepto de la
inspiración.
a. Revelación. Este termino no se refiere al proceso de registrar la
Palabra de Dios, sino significa que Dios da a conocer las cosas
que el hombre no puede descubrir por su propia cuenta. Dios ha
revelado cosas tales como la creación (nadie estuvo ahí para
presenciarla), el cielo y el infierno, los detalle de los planes
divinos, los propósitos de Dios y el destino de los seres
humanos (Génesis 7:13-21; Efesios 1:9-11; Apocalipsis 1:1). Por
ejemplo, las visiones de Juan que se encuentran en Apocalipsis
fueron reveladas pero el apóstol las registró en su libro por
inspiración. Hay distintos grados de revelación. Por ejemplo, la
revelación que se encuentra en los primeros tres capítulos de la
carta a los Efesios es mucho más sublime y avanzada que la del
libro de Levíticos. Sin embargo, los escritores sagrados son
todos inspirados por igual, es decir, cada cosa registrada en
ellos -sus relatos, profecías, citas y palabras- son como Dios
creyó conveniente que se fuesen escritos.
b. Iluminación. Se refiere a la luz que el Espíritu Santo arroja
sobre el significado de las Escrituras: "La unción que vosotros
recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad
de que nadie os enseñe; así la unción misma nos enseña todas las
cosas" (1 Juan 2:27; 1 Corintios 2:14). Mientras que el creyente
lee la Palabra o escucha la predicación, el Espíritu Santo, el
Maestro divino, da el entendimiento de su significado, ilumina
la verdad y señala la aplicación.
La interpretación de la Escritura como revelación
(Traducido por Carlos Enrique Espinosa)

La forma más autorizada en la que Dios se nos revela es a través de la Escritura. La naturaleza, la
conciencia, y los profetas no canónicos son también importantes canales a través de los cuales Dios se
comunica con nosotros. Debido al irrefrenable deseo divino de comunicarse con nosotros, sin embargo, su
revelación nos enfrenta constantemente, en casi todas las situaciones. Hay personas que dicen haber oído la
voz de Dios hablando con ellos al enfrentar decisiones difíciles. Otros han informado que Dios les habló al
abrir la Biblia, y que sus ojos cayeron sobre versículos que les dieron de inmediato paz y consuelo en su
hora de necesidad. En resumen, existen abundantes pruebas de que Dios trata de llegar a los seres humanos
con su mensaje de amor de casi toda manera posible.

Sin embargo, la más importante y frecuente forma en que Dios desea comunicarse con los seres humanos
es a través de la interpretación de la Escritura. No está claro por qué esta importante fuente de revelación
divina es a menudo pasada por alto.1 Quizás se debe a que la revelación es a menudo vista como algo que
Dios comunica directa y místicamente a sus mensajeros inspirados, y no como lo que uno puede aprender
por la interpretación de la Escritura. Esa opinión mística de la revelación, sin embargo, no puede sostenerse
a la luz de la Biblia, porque gran parte de las Escrituras, especialmente el Nuevo Testamento, es en realidad
una interpretación de las Escrituras anteriores. Si tuviéramos que limitar la revelación estrictamente a la
directa y mística comunicación de Dios a sus mensajeros, tendríamos que reducir la Biblia a una fracción
de su tamaño actual. Por ejemplo, Romanos 4 es una interpretación sostenida (forma conocida como
midrash) de la historia de Abraham en Génesis 12–21. Gran parte de Hebreos es también una interpretación
de diversos pasajes del Antiguo Testamento. Incluso Apocalipsis, un libro basado en visiones, se compone
en gran parte de alusiones y ecos del Antiguo Testamento. Cualquier persona que tiene la opinión de que la
revelación es, ante todo, ya sea una visión panorámica o bien una comunicación palabra por palabra del
mensaje de Dios a algunos místicos, será decepcionado por la Biblia, porque una parte importante de ella es
una interpretación y aplicación de sus partes anteriores.

A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los seres humanos cuando abrían las Escrituras y trataban de
interpretarla. Tal vez una clara descripción de un incidente de ese tipo se encuentra en Lucas 24:13–32.
Según esta historia, Jesús resucitado se reunió con sus dos discípulos desalentados, Cleofás y su
compañero, en el camino a Emaús, y trató de explicarles el significado de su sufrimiento y resurrección. Lo
notable en esta historia es que Jesús puso de manifiesto el sentido de su muerte y resurrección a través del
proceso de interpretación. El versículo 27 dice: “empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas,
[Jesús] les interpretaba en todas las Escrituras las cosas relativas a sí mismo” (VR; cursiva suministrada).
Luego, en el v. 32, los discípulos se preguntan: “¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros
cuando nos hablaba en el camino, mientras nos abría las Escrituras?” (VR; cursiva suministrada). Un
incidente similar se encuentra en Hechos 8:26–39, en el que Dios se reveló a un etíope eunuco, cuando
Felipe trataba de explicarle el significado de Isa. 53:7 ss. (Hechos 8: 35).

La historia del cristianismo está repleta de pruebas de que Dios se revela a su pueblo cuando ellos
interpretan la Escritura. Por ejemplo, los reformadores protestantes descubrieron la revelación de Dios a
través de la exégesis, o la lectura, de la Escritura. Los pioneros adventistas también descubrieron gran parte
de la revelación cuando los pequeños grupos de decepcionados ex Milleritas se reunían y trataban de
entender la Escritura. De ninguna manera fueron sólo las visiones de Elena de White las que comunicaron
la revelación de Dios a los primeros adventistas. Cuando ellos abrían la Biblia y trataban de excavar en sus
ricos yacimientos de verdad, obtuvieron un claro sentido de la revelación de Dios y de su presencia.

Quizás la prueba más evidente de que Dios nos habla a través del proceso interpretativo es la preocupación
e incluso la ansiedad expresada sobre los peligros de la interpretación individualista y subjetiva de la
Escritura. La posición católica sobre la interpretación bíblica es quizá la que mejor expresa esa
preocupación. Según el decreto del Concilio de Trento, la autoridad eclesial de la Iglesia Romana se
reserva el derecho “a juzgar en relación con el verdadero sentido e interpretación de las Sagradas
Escrituras”.2 Esta resolución de Trento revela lo fácil que es para la gente escuchar la voz de Dios
hablándoles cuando estudian las Escrituras, y cuán preocupada estaba la iglesia de que las nuevas
revelaciones que salieran del proceso interpretativo pudieran estar en contradicción con sus enseñanzas.

A pesar de su posición de sola Scriptura., el protestantismo también ha caído víctima de la misma


preocupación por la interpretación bíblica. La enorme cantidad de métodos e instrumentos, muchos de los
cuales fueron elaborados por estudiosos protestantes para garantizar la exactitud de la interpretación de la
Escritura, a menudo dejan en evidencia el deseo de controlar el proceso interpretativo. Los idiomas
originales, la arqueología, la información histórica y cultural sobre los antecedentes de los libros bíblicos,
el análisis de la situación socioeconómica de los lectores originales de las Escrituras, y los diversos
métodos de análisis literario, son algunos de los instrumentos que se han utilizado para proteger contra la
subjetividad y el individualismo. No hay duda de que estas herramientas han producido resultados
impresionantes, como puede verse en la cantidad de libros, comentarios y artículos eruditos sobre la Biblia
que fluyen de las imprentas. Pero a veces es casi como si los académicos tuvieran miedo de que la gente
pueda oír la voz de Dios hablándoles desde las páginas de la Biblia mientras la están leyendo.

El aspecto más lamentable de esta preocupación moderna por la metodología es que ha dado la impresión
de que la interpretación de la Biblia pertenece a un dominio especializado de expertos. La mayoría de las
personas no tienen el tiempo o la habilidad para dominar el idioma original, o para mantenerse al día con la
avalancha de literatura que fluye de las máquinas de imprenta cada año. Estoy convencido de que, a pesar
de todos los peligros, la Biblia es segura en manos de gente común, a la que la faltan estos recursos. A lo
largo de la historia, Dios ha tenido el placer de revelarse a sí mismo a innumerables personas, a menudo
con poca educación teológica, mientras aplicaban su mente a la interpretación de la Biblia. Los intérpretes
bíblicos del pasado no tenían las herramientas modernas de interpretación. Sin embargo, eso no impidió la
comunicación de Dios con las personas que estudiaban las Escrituras con oración para entender y seguir la
voluntad divina.

Una protección que todos los intérpretes de la Biblia—tanto modernos como antiguos—han utilizado para
asegurar la exactitud de su interpretación, es la colaboración y el diálogo con la comunidad de los
creyentes. Pablo explica cómo funciona la comunidad en la interpretación bíblica cuando escribe: “Que dos
o tres profetas hablen, y dejen que los demás juzguen” (1 Cor. 14:29). Los fieles de la iglesia primitiva
recibieron diversos tipos de revelación de parte de Dios (compárese con 1 Cor. 14:26) cuando los
intérpretes de la Escritura (que se describen como “profetas” en el v. 29) participaban en un proceso de
interpretación que les permitía impugnar o afirmar mutuamente su lectura de la Escritura. La voz de Dios
se escuchaba en la congregación cuando oían y participaban animadamente en tales intercambios. La
iglesia primitiva creía que la Escritura es su propio intérprete y que puede corregirse a sí misma. La historia
ha demostrado una y otra vez la verdad de esta afirmación. La Iglesia nunca ha dejado de oír a Dios
hablando en su seno cuando interpreta las Escrituras en oración, con honestidad, con vigor, y abiertamente.

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