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Latín y Griego: ¿pérdida de tiempo?

Colaboraciones

César Fraga | San Fernando (Cádiz) 21/10/2006

Muchos todavía nos quedamos asombrados cuando leemos o escuchamos expresiones del tipo

motu proprio, sine die, statu quo, ex aequo, in albis, ab intestato y otras muchas, como si

quisieran decirnos algo diferente de lo que encierran. La lengua castellana se está nutriendo,

especialmente en el campo informativo y político, de estas expresiones provenientes de lenguas

que, según muchos, están ya muertas desde hace tiempo, pero que, sin embargo, siguen vivas a

la hora de querer expresar un pensamiento, una idea o una opinión que no podríamos realizar los

hispano-hablantes debido al carácter analítico de nuestra lengua. No tenemos terminaciones para

expresar relaciones sintácticas de una palabra dentro de una frase, pero sería incongruente el no

reconocer el valor incalculable que nos han dejado las lenguas clásicas en nuestro idioma en todos

los campos (sobre todo en el científico).

Y no es fácil para los filólogos sacar la cabeza en una época en la que lo que manda es la

evolución tecnológica y la sociedad de la información al servicio de los usuarios; las enseñanzas

técnicas cada vez se imponen más frente a quienes eligen en su itinerario curricular realizar

estudios de la rama humanístico-lingüística. Y es que, salvo las lenguas modernas –sobre todo

inglés y alemán-, los estudios humanísticos están cada vez más denostados y maltratados por la

sociedad; prueba de ello ha sido el intento de querer eliminar de nuestra UCA titulaciones como

Filología Inglesa o Humanidades (que estuvo a dos pasos de desaparecer de no ser por el

movimiento de la masa estudiantil). Más todavía para quienes se decantan por la Filología Clásica

(estudio de la literatura, lengua, historia y filosofía de Grecia y Roma); muchos creen, a día de

hoy, que estudiar esta carrera constituye una pérdida total de tiempo, mas esto no es cierto en

absoluto. Hay muchos factores que nos indican que esta carrera, por increíble que parezca, puede

resultar tan válida y con salidas como cualquier otra.

Sin embargo hay que ser claros y consecuentes: las lenguas clásicas viven hoy día en una

dolorosa contradicción. Nunca han sido tan conocidas porque se hallan en una buena posición en

los planes de estudios secundarios, siendo, de este modo, muchas las personas que tienen

conocimiento de ellas, especialmente del latín, y asimismo despiertan no poco interés entre los

universitarios. Por otra parte, los trabajos científicos, las revistas especializadas, las páginas webs
que no paran de crecer y las traducciones que se han publicado dan cuenta de la esforzada (y

poco valorada) labor de los filólogos clásicos. Sin embargo, el más común de los mortales ve en el

estudio del griego y del latín una extraña reliquia del pasado, un arcaísmo muy lejano a nuestra

realidad cotidiana; ser alumno o profesor de estas materias llama poderosamente la atención, ya

que la mayoría de la gente se pregunta: ¿qué utilidad puede tener el latín y el griego?.

Si estamos pensando en ventajas rápidas, prácticas, inmediatas y casi materiales, la respuesta es

muy negativa: el latín y el griego son lenguas inútiles, pues, en teoría, no nos ayudarían a

encontrar trabajo (afortunadamente las cosas han cambiado con respecto a esa afirmación) ni nos

servirían para entendernos con nadie, sencillamente porque nadie las habla ni escribe para

comunicarse (sería distinto, si el latín, aun con todos sus helenismos, fuera el lenguaje oficial de la

ciencia y de la técnica). No obstante también se puede pensar que, salvo la enseñanza de la

lengua materna y de la extranjera, es bien poca la utilidad de estas lenguas en la enseñanza

secundaria.

Pues bien, aun con este panorama tan desolador, debemos plantearnos la siguiente pregunta:

¿cómo podrían contribuir las lenguas clásicas al cumplimiento de los objetivos generales de los

planes de estudio?. Parece que no nos damos cuenta, pero el latín y el griego nos han dejado, más

allá de la propia influencia lingüística y de la cultura, hábitos y costumbres que manejamos en

nuestra vida cotidiana tales como el dominar la expresión, tanto oral como escrita, de la lengua

propia y extranjera; saber utilizar las fuentes de información; desarrollar las capacidades de

análisis inductivo y deductivo; saber emplear un ordenador a nivel de usuario; y el conocimiento

del entorno geográfico, histórico y natural. En cuanto al griego, lengua cuyo estudio se basa

fundamentalmente en la traducción y análisis de textos acompañados de dosis de la gramática

imprescindible, también aporta, por ejemplo, el control de la técnica de la traducción de textos a

la lengua propia; reflexionar sobre nuestra gramática teniendo como base el estudio de la

gramática griega; emplear de manera eficaz obras de consulta o de referencia bibliográfica gracias

al uso del diccionario; establecer hipótesis y a su clasificación por orden de probabilidad; conocer

el entorno histórico y cultural de nuestra civilización occidental; y comprender mejor el lenguaje

científico y técnico.

Hay que decir, a todo esto, que unos fundamentos de latín y griego nunca vienen mal a ciertas

carreras como Historia, Filosofía (sobre todo en las especialidades de ambas que se relacionan con

la antigüedad) o Filología (el latín es asignatura obligatoria en Filología Hispánica). La carrera de

Filología Clásica es de por sí imprescindible, pues ayuda a que la humanidad se mantenga en


contacto con las palabras de nuestros antepasados, teniendo en cuenta, además, que las

traducciones envejecen con el paso del tiempo, se vuelven insoportables e ininteligibles, y sobre

todo, que todavía hoy muchas de las obras clásicas se hallan fuera del alcance del público no

especializado en la materia por no existir una traducción o edición popular.

Como vemos, estas dos lenguas, muertas para la amplia mayoría de hispano-hablantes, siguen

estando vivas y resisten con el paso del tiempo; no olvidemos, por otra parte, que el latín (y

también el griego) es la base fundamental de nuestra lengua y de otras lenguas como el catalán,

el francés, el gallego, el sardo o el rumano (las catalogadas como “lenguas romances”). La

realización de algunas tareas concretas como el estudio de las especies naturales en biología o la

tabla periódica de los elementos en química no serían posibles sin la influencia de estas dos

lenguas; de otro modo, ¿cómo entenderíamos, por ejemplo, que el símbolo del sodio sea Na (en

latín, sodio era natrium = “sosa”, “sodio” tras una evolución fonética) o que al perro también se le

llame “can” (canis lupus, que no se refiere, por otro lado, al perro, sino al lobo, aun con la

cercanía de especie que existe entre ambos)?. Este es sólo un botón de muestra de la importancia

del griego y del latín en nuestra lengua, que ya es mucha, pero esto va mucho más allá: el estudio

de la lingüística indoeuropea (base del latín y del griego) nos hace plantear, con rotunda

seguridad, las semejanzas lingüísticas de los dos idiomas más pujantes y fuertes de nuestra

sociedad: el inglés y, cada vez en mayor medida, el alemán, lenguas que, en teoría, no se parecen

en nada, pero que parten del mismo tronco lingüístico.

No estaría de más, para acabar, el agradecer el esfuerzo y el tesón de todas las partes implicadas

(doctores, profesores, licenciados y alumnos) para que la Filología Clásica siga estando presente

en los institutos de secundaria y en las facultades de letras. No es fácil, créanme, el mantener el

interés por estas lenguas a los alumnos de esta generación, más preocupados por toda la

tecnología que les rodea que por conocer esta puerta que ha servido de vehículo perfecto para el

pasado, presente y futuro de la civilización occidental. Esfuerzos traducidos en la creación de

asignaturas como “Terminología greco-latina” o “Latín activo” son de aplauso; nadie ha tenido la

valentía de llevar a la práctica el dicho de “renovarse o morir” en el sentido más puro del término.

Y es que cuesta muchísimo ilusionar a estos alumnos con el latín y el griego, a pesar de que se ha

demostrado la incuestionable influencia que han ejercido –y siguen ejerciendo- en muchos hábitos

de nuestra vida. Gente como la que les escribe se muestra muy orgullosa de llevar el nombre de

las letras clásicas, y quienes lo llevamos, lo hacemos con la cabeza muy alta. Esperemos que

estas humildes líneas no hayan caído en saco roto a la gente que todavía piensa que estudiar
griego y/o latín es una pérdida de tiempo. No saben que la ignorancia siempre es perjudicial para

todos.

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En uno de sus importantes artículos, titulado "De la historia de España al latín y el griego", Rodríguez
Adrados denunciaba recientemente: "Es una pena que en un país llamado España, un país de origen
cultural griego y latino, se descienda, tras infinitas luchas desde los años sesenta, a un vacío tan grande.
Mientras se añaden nuevas materias, tecnología, optativas, lo de la Ciudadanía..." Y se ofrece una historia
de España pintoresca, por decir algo. Adrados terminaba pidiendo una historia en serio, y también latín y
griego en serio.

Me permitiré una pequeña discrepancia en cuanto a los idiomas. Sin duda el español común es latín
transformado, pero el conocimiento del latín "en serio" resulta enteramente inútil para la gran mayoría. Se
trata de un saber especializado, propio de la universidad y en las facultades correspondientes; pero opino
que para el bachillerato bastan unos conocimientos sumarios del idioma, y claros de las locuciones latinas
de uso literario o científico, a menudo tan mal empleadas. Lo mismo cabe decir del griego, no tan
importante –por desgracia—en nuestra cultura. Ya lo expuse hace tiempo en el blog, y, por lo demás, la
experiencia habla: quienes estudiamos bastantes años de latín y dos de griego salimos casi todos sin saber
casi nada de ambos idiomas, y la mayoría, además, aburridos de la cultura clásica.

Sí importa, a mi juicio, un amplio trato con la cultura y la historia griega y latina, y despertar el interés por
ellas. Esto no puede conseguirse, para el bachillerato, mediante declinaciones y compendios tediosos, sino
por medio del conocimiento y comentario de numerosos trozos de la literatura y el pensamiento clásicos.
Un bagaje clásico es fundamental, entre otras cosas, para percibir y rechazar el alud de basura "cultural"
que amenaza asfixiarnos.

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Por otra parte, la lengua hablada y escrita está salpicada de expresiones latinas: alma mater,
alter ego, ipso facto, persona non grata; per capita, sui generis, et cetera. Hubo, en el año 23
A.C. un hombre llamado Horacio, CUYO nombre Completo era Quintus Horatius Flaccus, quien
era un escribano que componía versos en sus ratos de ocio, dio los últimos toques a sus Odas,
quedó convencido de que su obra duraría más que las proezas de los soldados y los edificios
de los constructores y quien conoció a grandes soldados, jueces, escultores y políticos, pero
él mismo nunca ganó una batalla, ni gobernó provincias, ni construyó acueductos, ni esculpió
estatuas, escribió este epilogo para sus Odas:

He erigido un monumento más perenne que el bronce y más alto que el regio pináculo de las
pirámides...Jamás moriré del todo.

También nos legó su famosa máxima: Carpe diem (aprovecha el día), que resume su filosofía
de vivir y aprovechar plenamente todo lo bueno que nos ofrece el día de hoy, y es prueba de
que, en efecto, él no ha muerto del todo.
El latín y el griego, ¿para qué?

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Carlos García Gual, catedrático de Filología griega,


destaca en un artículo publicado en Claves de
Razón Práctica (Madrid, mayo 1998), la
importancia que tiene el estudio de las lenguas
clásicas
Firmado por Aceprensa
Fecha: 1 Julio 1998

Pocas materias de estudio parecen tan rentables como el latín. Sirve no para hablarlo,
sino para otros varios objetivos importantes: para un mejor conocimiento de la propia
lengua, en su vocabulario y su estructura sintáctica (si es romance); para una perspectiva
histórica sobre el mundo romano que está en la base de la historia y la formación de
Europa y sus instituciones; para el mejor dominio de una terminología científica; para
una ejercitación escolar de capacidades lógicas y lingüísticas, y para acercarse a una
espléndida e influyente literatura. (...) No se trata, en definitiva, de saber mucho latín, o
de memorizar sus declinaciones y traducir textos de La guerra de las Galias, sino de
aprovechar el estudio del latín básico escolar para comprender mejor muchas otras cosas
de nuestra cultura propia. Es imposible saber bien la propia lengua románica sin
conocer las estructuras del latín. Y conocerlo es el mejor punto de apoyo para entender
las relaciones entre lenguas de la misma familia. Las lenguas y las instituciones
culturales de la Europa cristiana están construidas sobre ese legado y esa tradición de
base romana que aún hoy es imposible olvidar. Por eso la enseñanza del latín -con la
máxima extensión posible- debe ser defendida por razones de cultura general; y,
además, por una elemental economía didáctica: pocas enseñanzas son tan rentables para
un nivel educativo medio y superior.

Algo parecido, desde el punto de vista de la influencia cultural, ya que no de la


influencia radical de la lengua en las nuestras (por más que mucho léxico culto y
especializado en todos los idiomas europeos venga de raíces helénicas), podría decirse
del estudio de la lengua griega. Estudiar griego es mucho más que aprender una
hermosa lengua antigua; es acceder a un mundo de un horizonte cultural fascinante e
incomparable y avanzar hacia las raíces de la tradición ética, estética e intelectual de
Occidente; es internarse en un repertorio de palabras, figuras, instituciones e ideas que
han configurado no sólo la filosofía, sino la mitología y la literatura del mundo clásico,
no ya sentido como paradigma para la imitación, sino como invitación a la reflexión, la
contestación crítica y, en definitiva, el diálogo, en profundidad.

La lectura de los grandes textos clásicos sigue siendo una experiencia educativa
esencial. Los griegos y latinos están en la base de esa tradición. Olvidarlo es traicionar
la esencia del humanismo europeo. Pero no es menos obvio que para leer y entender
esos grandes textos no es necesario saber latín ni griego; y no hay que pretender que ni
los estudiantes ni la mayoría de lectores vayan a leerlos en sus idiomas originales, como
los grandes humanistas. (...) Pero conviene no olvidar que un cierto conocimiento del
griego clásico, cierto manejo de las palabras y sus sentidos etimológicos y su historia
sigue siendo el bagaje más válido para manejar ciertos conceptos y textos clásicos con
un buen rigor filológico y filosófico. Y eso puede adquirirse, aquí en nuestro país, con
los actuales medios de profesorado en los centros de bachillerato y en las facultades
universitarias. Parecería insensato arrojar por la borda esas posibilidades y cercenar
unos estudios clásico de buen nivel científico.
IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DEL LATÍN
¨¿Por qué podemos afirmar que el estudio de una lengua clásica como el
latín es una experiencia más enriquecedora y provechosa que el estudio de
una lengua moderna cualquiera, como el inglés o el alemán, por ejemplo?

Podemos señalar las siguientes razones que justifican la constancia y los


esfuerzos necesarios para lograr el dominio y no sólo el aprendizaje básico
de la lengua latina:

1.- El latín es la lengua madre del español y de las lenguas romances o


románicas (que son, además del español, el italiano, el francés, el
portugués, el rumano, el catalán, el provenzal, el sardo y el reto-romano).

Por ser el latín la madre común de las lenguas romances, quien conoce
muchas palabras latinas es capaz de comprender también muchas otras de
cualquiera de estas lenguas, y el aprendizaje de las mismas resulta muy
simplificado para el estudiante que ha adquirido unos principios básicos de
Vocabulario y Gramática Latina. Su estudio es, pues, imprescindible y
fundamental para conocer a fondo cualquier lengua neolatina y para
establecer puntos de relación entre todas ellas.

2.- Nuestra civilización europea, instituciones, costumbres y tradiciones,


nuestra cultura, tienen sus hondas raíces en Roma. Nuestra cultura, en sus
aspectos jurídicos, literarios, científicos y artísticos, es una consecuencia
de una evolución de la cultura antigua.

3.- El latín es una lengua de gran precisión, claridad y elegancia; su estudio


requiere gran reflexión y concentración, pero ayuda a expresarse con más
exactitud y claridad.

El conocimiento científico de nuestra propia lengua contribuirá así a


conservar su pureza frente a las tendencias deformadoras del vulgo,
enriqueciéndola con neologismos y fijando el verdadero sentido de las
palabras mediante la etimología de las mismas.

4. El latín, como lengua clásica, tiene una importancia enorme en la


formación y educación del ser humano (Jaeger), así como en la formación
de la personalidad (Wilhelm von Humboldt). El estudio de las lenguas
modernas (v.g. inglés, francés, alemán, italiano, etc.) no puede reemplazar
completamente el estudio de una lengua clásica. Se sabe que el latín era
utilizado por los antiguos romanos como una herramienta intelectual
invalorable para la disciplina permanente de la mente (disciplina mentis) y
para la consolidación del carácter. Así se explica naturalmente la
existencia de filósofos estoicos como Epicteto, Cicerón, Séneca, Marco
Aurelio, entre otros, quienes se caracterizaron por su gran disciplina
intelectual y su fortaleza moral para superar las adversidades de la vida.

Para el humanista alemán Werner Jaeger (1888-1961), profesor de


lenguas y cultura clásicas, el griego y el latín ayudan a fortalecer la
disciplina del pensamiento y la voluntad. Jaeger defiende los estudios
clásicos como núcleo del humanismo. Para él no es lo puramente científico
lo más importante del humanismo sino su fuerza educativa. Por eso Jaeger
contrasta la educación humanista, basada en el estudio del griego y el
latín, con una educación puramente profesional o técnica, la misma que él
estima en poco.

5. El latín ha servido, durante muchos siglos, de modelo literario a todas


las lenguas de cultura. La literatura latina, rica y equilibrada y muy
humana, contiene cualidades y valores inapreciables para la formación
humana; estas cualidades y valores han influido de modo indiscutible en
los escritores humanistas de épocas posteriores.

La mayoría de textos latinos refleja la rica cosmovisión humanista anclada


en valores éticos permanentes. La lengua latina nos ofrece a través de sus
textos clásicos un humanismo creador; por eso el estudio consciente del
latín despierta y ayuda a integrar esos principios humanistas y de valor
duradero. Entre estos principios y valores humanistas, queremos destacar
los siguientes:

a) El valor de la amistad sentida y vivida plenamente

b) La moderación y el equilibrio como ideal de vida, dotados de un fuerte


sentido práctico

c) El otium (frente al negotium) que posibilita la reflexión, el encuentro


consigo mismo; el otium como modo de oposición a una vida
deshumanizante y deshumanizadora

d) La pietas como virtud que hace al hombre respetuoso y diligente con


sus deberes religiosos

e) El servicio y el amor a la patria, a los maiores, a las tradiciones de los


antepasados, etc.

6. La gran familia de pueblos que actualmente constituyen la latinidad


tiene como vínculo común el latín, punto de partida de sus respectivas
lenguas.

7. Como la difusión del cristianismo tuvo lugar durante la época de mayor


apogeo de Roma, en donde San Pedro fijó la sede de la Cristiandad, en
latín predicaron preferentemente los Apóstoles. Por eso la Iglesia Católica
ha empleado el latín como lengua oficial del Dogma y de la Liturgia,
convirtiéndola en vínculo universal de entendimiento entre el clero
cristiano de todo el mundo y valiéndose de ella tanto en la redacción de
sus documentos como en la práctica de sus cultos.

8. El latín es la lengua que nos abre las puertas de la cultura occidental en


todos sus aspectos (político, social, económico, jurídico, literario, científico
y artístico). Por todo ello, la civilización actual sólo puede ser comprendida
y explicada a cabalidad, teniendo en cuenta su origen histórico- cultural: la
civilización romana, consecuencia a su vez de una paulatina evolución de la
cultura clásica.

En resumen, estudiar el latín implica, pues, estudiar el idioma de nuestros


antepasados, la fuente de nuestra lengua actual y el lazo de parentesco
que la une con las demás lenguas modernas del Occidente europeo,
especialmente el portugués, el francés, el italiano y, en cierta medida, el
inglés. Es, además, estudiar el vehículo de la cultura moderna y el medio
de que se ha valido durante siglos, y se vale todavía la Iglesia Romana
para ejercer su autoridad y definir su doctrina.

VICTOR MONTERO CAM


(http://www.geocities.com/Athens/Parthenon)
Introducción
El valor formativo de la lengua griega deriva de su doble condición de modelo
lingüístico y de ser transmisora de una rica y fecunda cultura, antecedente y origen
de
la civilización europea contemporánea. La originalidad y grandeza del legado
literario,
artístico, filosófico y científico del mundo griego, así como su influencia y
aportación al
desarrollo de la cultura universal son reconocidos con unanimidad.
Sólo la traducción, análisis y comentario de textos de autores clásicos permitirán
descubrir y conocer en profundidad todo el legado de la cultura helénica y
mostrarán
las raíces de nuestra civilización.
Además, la asimilación de los conocimientos básicos de la lengua griega precisos
para
desentrañar esos textos contribuirá a enriquecer el caudal léxico científico y
técnico y
ayudará a mejorar la expresión oral y escrita en la lengua propia y en las lenguas
extranjeras, por el común origen indoeuropeo de casi todas las lenguas modernas
europeas, por la procedencia grecolatina tanto de las estructuras sintácticas como
de
gran parte del léxico culto y por la aportación positiva del griego y del latín, como
modelos de lenguas flexivas, a la adquisición de una cultura lingüística general.
En consonancia con lo expuesto y para llegar a un conocimiento elemental de las
lenguas griega y latina, se han estructurado de modo paralelo los contenidos de
ambas lenguas en cuatro bloques temáticos, similares en los dos cursos de ambas
materias, para poder trabajar al unísono y evitar duplicidades innecesarias en el
desarrollo de las dos asignaturas. Con ello se pretende abarcar los contenidos
indispensables para que quienes los cursen adquieran una idea general de las
raíces
grecorromanas del humanismo. Para ello se tomará como hilo conductor una
amplia
gama de textos griegos, preferentemente textos en prosa del ático de los siglos V y
IV
a.C., que permitan una visión armónica e integradora de los cuatro bloques
temáticos.
Conviene, pues, tener en cuenta en todo momento que la meta es conocer la
lengua y
la civilización griegas a través de la traducción de textos originales y,
complementariamente, de la lectura y comprensión de obras y fragmentos de los
diferentes géneros literarios en edición bilingüe o traducidos. Por tanto, es
fundamental
partir siempre de una buena selección de textos y, tras una ambientación
históricocultural,
estudiar y aprender, de modo simultáneo, tanto los aspectos gramaticales y
léxicos necesarios para traducirlos con precisión como los aspectos culturales y
literarios.
Con el enfoque cíclico de la materia se intenta hacer en primer curso una
presentación
general de los temas histórico-culturales: religión, mitología, arte y géneros
literarios, a
través de la traducción y comentario de textos de mínima dificultad. Éstos
permitirán
no sólo conocer y utilizar correctamente las nociones básicas de morfosintaxis
griega,
sino adquirir un vocabulario mínimo, rentable desde el punto de vista etimológico y
semántico, que ayude a usar con precisión la terminología de raíz griega.
En segundo curso se pretende afianzar lo visto en primero y estudiar con más
detalle
los géneros literarios (especialmente épico y dramático), el arte, el pensamiento y
la
filosofía, mediante la traducción y comentario de textos de complejidad ligeramente
superior, de contenido más filosófico. Así se incrementarán los conocimientos
morfosintácticos y el vocabulario, con incursiones en los ámbitos literario, filosófico,
artístico, científico y técnico, y además se adiestrará al alumnado en el uso del
diccionario y en sencillas técnicas de análisis filológico, al establecer relaciones
entre
diferentes ámbitos lingüísticos, que le puedan ayudar a sentar una sólida base
para el
aprendizaje de las lenguas de uso corriente en este nivel.
Hay dos motivos fundamentales por los que se considera que el hilo conductor
debe
ser en ambos cursos la traducción y comentario de textos en prosa del griego ático
de
los siglos V y IV a.C.: primero, porque, al ser el dialecto que más documentos
escritos
nos ha legado, permite un conocimiento más exacto de sus elementos lingüísticos;
segundo, porque sus textos literarios constituyen en general obras señeras de la
literatura griega que expresan con exquisita perfección formal los ideales de la
cultura
griega.
Asimismo es imprescindible contar, como apoyo y complemento, con los medios
audiovisuales e informáticos para identificar y valorar los factores culturales
heredados
de los griegos que se han convertido en patrimonio universal, reconociendo
especialmente las aportaciones de su lengua al léxico científico y técnico, y su
contribución a las corrientes de pensamiento y actitudes que conforman el ámbito
cultural europeo.
Objetivos
1.– Situar la lengua griega en la familia de las indoeuropeas, dentro de las
restantes
del mundo, y conocer de manera sucinta su historia hasta el griego moderno.
2.– Conocer y utilizar correctamente la morfosintaxis y el léxico de la lengua griega
necesarios para la traducción e interpretación de textos griegos de mínima
complejidad.
3.– Reflexionar sobre los elementos fundamentales que conforman las lenguas y
asimilar aquéllos de la griega que ayudan a una mejor comprensión de las que se
estudian en Bachillerato.
4.– Dominar un vocabulario básico de la lengua griega, para usar con precisión los
términos usuales que derivan de ella e interpretar correctamente el léxico científico
y
técnico de las lenguas de uso en esta etapa.
5.– Adiestrarse en técnicas sencillas de análisis filológico, a través de la traducción
e
interpretación de textos griegos diversos que le permitan establecer relaciones
entre
diferentes ámbitos lingüísticos.
6.– Conseguir un conocimiento general de los distintos géneros literarios griegos a
través de la lectura y comentario de obras y fragmentos traducidos de los autores
más
representativos.
7.– Asimilar, a través de los textos y de las manifestaciones artísticas, aspectos
básicos del mundo cultural, religioso, político, jurídico, filosófico, científico, etc. de
la
antigua civilización griega, y reconocer algunos elementos de la tradición griega
que
permanecen en el mundo actual como clave para interpretarlos.
8.– Identificar, con espíritu crítico, ejemplos y pruebas de la pervivencia de
elementos
léxicos y culturales de la civilización griega en distintos campos del mundo actual.
9.– Reconocer y valorar los factores culturales heredados de los griegos que se
han
convertido en patrimonio universal, y especialmente las aportaciones de su lengua
al
léxico científico y técnico.
10.– Valorar las contribuciones del mundo clásico como elemento integrador de
diferentes corrientes de pensamiento y actitudes (éticas y estéticas) que
conforman el
ámbito cultural europeo.
Introducción
El valor formativo de la lengua griega deriva de su doble condición de modelo
lingüístico y de ser transmisora de una rica y fecunda cultura, antecedente y origen
de
la civilización europea contemporánea. La originalidad y grandeza del legado
literario,
artístico, filosófico y científico del mundo griego, así como su influencia y
aportación al
desarrollo de la cultura universal son reconocidos con unanimidad.
Sólo la traducción, análisis y comentario de textos de autores clásicos permitirán
descubrir y conocer en profundidad todo el legado de la cultura helénica y
mostrarán
las raíces de nuestra civilización.
Además, la asimilación de los conocimientos básicos de la lengua griega precisos
para
desentrañar esos textos contribuirá a enriquecer el caudal léxico científico y
técnico y
ayudará a mejorar la expresión oral y escrita en la lengua propia y en las lenguas
extranjeras, por el común origen indoeuropeo de casi todas las lenguas modernas
europeas, por la procedencia grecolatina tanto de las estructuras sintácticas como
de
gran parte del léxico culto y por la aportación positiva del griego y del latín, como
modelos de lenguas flexivas, a la adquisición de una cultura lingüística general.
En consonancia con lo expuesto y para llegar a un conocimiento elemental de las
lenguas griega y latina, se han estructurado de modo paralelo los contenidos de
ambas lenguas en cuatro bloques temáticos, similares en los dos cursos de ambas
materias, para poder trabajar al unísono y evitar duplicidades innecesarias en el
desarrollo de las dos asignaturas. Con ello se pretende abarcar los contenidos
indispensables para que quienes los cursen adquieran una idea general de las
raíces
grecorromanas del humanismo. Para ello se tomará como hilo conductor una
amplia
gama de textos griegos, preferentemente textos en prosa del ático de los siglos V y
IV
a.C., que permitan una visión armónica e integradora de los cuatro bloques
temáticos.
Conviene, pues, tener en cuenta en todo momento que la meta es conocer la
lengua y
la civilización griegas a través de la traducción de textos originales y,
complementariamente, de la lectura y comprensión de obras y fragmentos de los
diferentes géneros literarios en edición bilingüe o traducidos. Por tanto, es
fundamental
partir siempre de una buena selección de textos y, tras una ambientación
históricocultural,
estudiar y aprender, de modo simultáneo, tanto los aspectos gramaticales y
léxicos necesarios para traducirlos con precisión como los aspectos culturales y
literarios.
Con el enfoque cíclico de la materia se intenta hacer en primer curso una
presentación
general de los temas histórico-culturales: religión, mitología, arte y géneros
literarios, a
través de la traducción y comentario de textos de mínima dificultad. Éstos
permitirán
no sólo conocer y utilizar correctamente las nociones básicas de morfosintaxis
griega,
sino adquirir un vocabulario mínimo, rentable desde el punto de vista etimológico y
semántico, que ayude a usar con precisión la terminología de raíz griega.
En segundo curso se pretende afianzar lo visto en primero y estudiar con más
detalle
los géneros literarios (especialmente épico y dramático), el arte, el pensamiento y
la
filosofía, mediante la traducción y comentario de textos de complejidad ligeramente
superior, de contenido más filosófico. Así se incrementarán los conocimientos
morfosintácticos y el vocabulario, con incursiones en los ámbitos literario, filosófico,
artístico, científico y técnico, y además se adiestrará al alumnado en el uso del
diccionario y en sencillas técnicas de análisis filológico, al establecer relaciones
entre
diferentes ámbitos lingüísticos, que le puedan ayudar a sentar una sólida base
para el
aprendizaje de las lenguas de uso corriente en este nivel.
Hay dos motivos fundamentales por los que se considera que el hilo conductor
debe
ser en ambos cursos la traducción y comentario de textos en prosa del griego ático
de
los siglos V y IV a.C.: primero, porque, al ser el dialecto que más documentos
escritos
nos ha legado, permite un conocimiento más exacto de sus elementos lingüísticos;
segundo, porque sus textos literarios constituyen en general obras señeras de la
literatura griega que expresan con exquisita perfección formal los ideales de la
cultura
griega.
Asimismo es imprescindible contar, como apoyo y complemento, con los medios
audiovisuales e informáticos para identificar y valorar los factores culturales
heredados
de los griegos que se han convertido en patrimonio universal, reconociendo
especialmente las aportaciones de su lengua al léxico científico y técnico, y su
contribución a las corrientes de pensamiento y actitudes que conforman el ámbito
cultural europeo.
Objetivos
1.– Situar la lengua griega en la familia de las indoeuropeas, dentro de las
restantes
del mundo, y conocer de manera sucinta su historia hasta el griego moderno.
2.– Conocer y utilizar correctamente la morfosintaxis y el léxico de la lengua griega
necesarios para la traducción e interpretación de textos griegos de mínima
complejidad.
3.– Reflexionar sobre los elementos fundamentales que conforman las lenguas y
asimilar aquéllos de la griega que ayudan a una mejor comprensión de las que se
estudian en Bachillerato.
4.– Dominar un vocabulario básico de la lengua griega, para usar con precisión los
términos usuales que derivan de ella e interpretar correctamente el léxico científico
y
técnico de las lenguas de uso en esta etapa.
5.– Adiestrarse en técnicas sencillas de análisis filológico, a través de la traducción
e
interpretación de textos griegos diversos que le permitan establecer relaciones
entre
diferentes ámbitos lingüísticos.
6.– Conseguir un conocimiento general de los distintos géneros literarios griegos a
través de la lectura y comentario de obras y fragmentos traducidos de los autores
más
representativos.
7.– Asimilar, a través de los textos y de las manifestaciones artísticas, aspectos
básicos del mundo cultural, religioso, político, jurídico, filosófico, científico, etc. de
la
antigua civilización griega, y reconocer algunos elementos de la tradición griega
que
permanecen en el mundo actual como clave para interpretarlos.
8.– Identificar, con espíritu crítico, ejemplos y pruebas de la pervivencia de
elementos
léxicos y culturales de la civilización griega en distintos campos del mundo actual.
9.– Reconocer y valorar los factores culturales heredados de los griegos que se
han
convertido en patrimonio universal, y especialmente las aportaciones de su lengua
al
léxico científico y técnico.
10.– Valorar las contribuciones del mundo clásico como elemento integrador de
diferentes corrientes de pensamiento y actitudes (éticas y estéticas) que
conforman el
ámbito cultural europeo.
BACHILLERATO: PROGRAMACIÓN DE GRIEGO I
1. INTRODUCCIÓN
El valor del griego en el Bachillerato deriva de su doble condición de
modelo lingüístico y cultural. El conocimiento del griego clásico es base
fundamental para el dominio del léxico propio de origen griego; además
contribuye a mejorar la formación lingüística y literaria de los futuros
bachilleres, completando el aprendizaje de la lengua propia.
Por otra parte, la particular estructura del griego clásico, bastante distinta
de las lenguas actuales, invita a una renovación de los hábitos mentales, que
ensanchará el horizonte intelectual de los alumnos, habituándolos a un enfoque
comprensivo de las diferentes culturas a través de sus lenguas respectivas.
Pero la lengua griega es más que nada el vehículo de una cultura
original, cuyo carácter modélico, es decir, clásico ha sido reconocido por todo
nuestro mundo occidental. El griego, entendido como medio de acceso a la
primera cultura caracterizada por su atención y respeto al hombre, constituye el
primer cimiento de dicha cultura.
2. OBJETIVOS GENERALES
1 Situar la lengua griega en la familia de las indoeuropeas, dentro de las
restantes del mundo, y conocer de manera sucinta su historia hasta el griego
moderno.
2 Conocer y utilizar correctamente la morfosintaxis y el léxico de la lengua
griega necesarios para la traducción e interpretación de textos griegos de
dificultad progresiva.
3 Reflexionar sobre los elementos fundamentales que conforman las lenguas y
asimilar aquéllos de la griega que ayudan a una mejor comprensión de las que
se estudian en Bachillerato.
4 Dominar un vocabulario básico de la lengua griega, para usar con precisión
los términos usuales que derivan de ella e interpretar correctamente el léxico
científico y técnico de las lenguas de uso en esta etapa.
5 Adiestrarse en técnicas sencillas de análisis filológico, a través de la
traducción e interpretación de textos griegos diversos que le permitan
establecer relaciones entre diferentes ámbitos lingüísticos.
6 Conseguir un conocimiento general de los distintos géneros literarios griegos
a través de la lectura y comentario de obras y fragmentos traducidos de los
autores más representativos.
5
7 Asimilar, a través de los textos y de las manifestaciones artísticas, aspectos
básicos del mundo cultural, religioso, político, jurídico, filosófico, científico, etc.
de la antigua civilización griega.
8 Identificar, con espíritu crítico, ejemplos y pruebas de la pervivencia de
elementos léxicos y culturales de la civilización griega en distintos campos del
mundo actual.
9 Valorar los factores culturales heredados de los griegos que se han
convertido en patrimonio universal, y especialmente las aportaciones de su
lengua al léxico científico y técnico.
10 Utilizar de manera crítica fuentes de información variadas, obteniendo de
ellas datos relevantes para el conocimiento de la lengua y cultura estudiadas.
3.
Criterios de evaluación.

1. Conocer el origen común de las lenguas griega y latina y su evolución e identificar


sus rasgos más característicos y comunes como lenguas flexivas. Se pretende con este
criterio comprobar si el alumnado identifica el parentesco lingüístico entre el latín y el
griego, a pesar de su distinta grafía, y determinar el grado de asimilación de conceptos
como flexión nominal, pronominal y verbal, la relación caso-función, y otras
características morfosintácticas comunes a ambas lenguas como estructuras oracionales
elementales, distinguiendo entre coordinación, yuxtaposición y subordinación. Se
utilizarán para ello actividades de análisis comparativo de elementos morfológicos y
sintácticos a través de frases bilingües muy sencillas —griego, latín— con su
traducción castellana.

2. Descubrir y valorar la aportación del griego y del latín a las lenguas europeas, sobre
todo a las románicas, mediante un estudio comparativo de elementos morfológicos y
sintácticos elementales. Por medio de este criterio se trata de comprobar si el alumnado
es capaz de comprobar el parentesco entre las lenguas más utilizadas actualmente en
Europa mediante actividades dirigidas a comparar y relacionar la morfología y las
estructuras sintácticas más sencillas, señalando semejanzas y diferencias, y si sabe
valorar la influencia del latín y del griego en la realidad lingüística europea.

3. Conocer y valorar el origen grecolatino de léxico común, culto y científico-técnico


en las lenguas románicas, sobre todo en castellano, e interpretar y utilizar correctamente
dicho léxico, así como helenismos y latinismos más frecuentes. Este criterio pretende
conocer en qué grado el alumnado es capaz de relacionar el léxico de las lenguas que
conoce con sus raíces grecolatinas, en qué medida el alumno comprende los términos
técnicos de origen greco-latino y en qué medida es capaz de incorporar estos
conocimientos en sus mensajes orales o escritos, mejorando su expresión oral y escrita,
enriqueciendo su léxico habitual y dominando las reglas de ortografía en sus escritos. El
procedimiento fundamental para ello será la realización de actividades de análisis
comparativo y de comprensión y uso correcto de términos y expresiones de origen
griego o latino.

4. Descubrir y analizar el parentesco de las lenguas románicas entre sí, como signo
inequívoco de su origen latino común, tanto en el aspecto léxico como en el
morfológico y sintáctico. Mediante este criterio se determinarán las semejanzas y
diferencias que el alumnado establece entre las distintas lenguas romances en el léxico,
en la morfología y en estructuras sintácticas elementales. Para ello se propondrán al
alumnado actividades en las que deba descubrir en las distintas lenguas románicas
palabras del lenguaje común y culto de raíz latina, elementos morfológicos de origen
latino y semejanzas y diferencias sintácticas en frases sencillas expresadas en latín y en
varias lenguas románicas.

5. Conocer y comprender los principales acontecimientos de la trayectoria histórica de


la antigüedad de Grecia y Roma en su contexto geográfico y cultural. Con este criterio
se trata de determinar el conocimiento que el alumnado tiene del marco geográfico y
cultural de la historia de la Grecia y Roma antiguas y su capacidad para identificar las
causas y analizar las consecuencias de los acontecimientos históricos más relevantes de
la antigüedad clásica. Para ello se propondrán actividades adecuadas para determinar el
grado de conocimiento y de capacidad de análisis del alumnado, como cuestionarios,
comentarios de mapas o comentarios de textos históricos.

6. Relacionar los principales elementos de la organización social y política de la


antigüedad grecolatina con los diferentes sistemas sociales y políticos de la actualidad
valorando la influencia de aquellos. Este criterio intenta comprobar si el alumnado
conoce los principales aspectos de la organización social y política de Grecia y Roma y,
en su caso, si es capaz de compararlas con las actuales, estableciendo las semejanzas y
diferencias oportunas que le permitan valorar el mundo antiguo como uno de los
elementos conformadores de la tradición cultural europea y española. Para ello se
diseñarán actividades adecuadas para apreciar el grado de conocimientos y la capacidad
de establecer relaciones entre instituciones antiguas y modernas, así como entre
comportamientos políticos y valores sociales existentes en Grecia y Roma y presentes
en la sociedad actual.

7. Conocer las fases de la romanización de la península ibérica, con atención específica


a Aragón, valorar los principales aspectos del proceso y reconocer y localizar los
principales monumentos y yacimientos arqueológicos romanos, sobre todo en Aragón.
Por este criterio se pretende constatar si el alumnado es capaz de distinguir las fases del
proceso de romanización de la península ibérica, si es capaz de apreciar su importancia
e influencia posterior y si es capaz de identificar y localizar los principales restos
arqueológicos romanos, sobre todo en Aragón. Esta constatación se realizará a través de
actividades semejantes a las del criterio anterior, en las que el alumnado demuestre el
grado de conocimientos y su capacidad de análisis.

8. Identificar y valorar la influencia posterior de los diferentes elementos del arte


clásico que sirven de fundamento e inspiración de grandes obras del arte europeo y
español, haciendo especial referencia a las obras de arte y artistas de Aragón donde
mejor se aprecie esta influencia. Mediante este criterio se pretende saber si el alumnado
conoce las principales obras artísticas del mundo clásico y si es capaz de analizar sus
elementos y relacionarlos con otras obras artísticas de la tradición europea, en especial
las creadas en España y en Aragón, valorando la influencia en ellas del arte griego y
romano. Entre las actividades propuestas al alumnado para su evaluación estará el
análisis comparativo y el comentario de obras de arte clásicas y modernas, descubriendo
en las últimas la influencia del arte griego y romano.

9. Conocer a los principales autores y las obras más representativas de la literatura


grecolatina, identificando los rasgos esenciales de los géneros literarios, analizando los
principales temas y argumentos y valorando su influencia posterior a lo largo de la
historia de la literatura hasta la literatura contemporánea. Este criterio trata de
determinar si el alumnado conoce los principales géneros literarios de la antigüedad
clásica y sus obras más representativas, y en qué medida es capaz de analizar sus
elementos definitorios, así como de establecer correspondencias entre algunos textos
grecolatinos y otros textos de la literatura posterior. Ello se conseguirá a través de
actividades propuestas al alumnado consistentes en la comprensión y comentario de
textos sencillos griegos y latinos y en la comparación de textos clásicos con textos
actuales descubriendo en estos últimos la influencia de los clásicos.
10. Conocer los aspectos científicos y técnicos más sobresalientes desarrollados en
Grecia y Roma y valorar su importancia comparando sus aportaciones a la historia de
la ciencia y de la técnica con las de épocas posteriores y con las de otros pueblos. Este
criterio comprobará en qué medida conoce el alumno los rasgos más sobresalientes de la
ciencia y la técnica del mundo antiguo, los comprende y los identifica como el origen y
fundamento de los sistemas científicos y técnicos posteriores. Esta comprobación se
realizará mediante actividades que permitan evaluar el grado de asimilación de
conocimientos, la capacidad de análisis y la correcta expresión del alumnado; para ello
se utilizarán como instrumentos los cuestionarios, los comentarios y la elaboración y
exposición de textos individuales o colectivos.

11. Identificar y comprender los principales elementos de la mitología grecolatina,


comparándolos con otros mitos de sociedades antiguas, y valorar su influencia en las
obras literarias y artísticas posteriores. Este criterio pretende determinar en qué medida
el alumno conoce los principales elementos de la mitología grecolatina, los relaciona
con mitos de otras culturas antiguas y descubre su presencia en la historia de la
literatura y del arte. Se pretende también saber si el alumnado es capaz de analizar y
comparar manifestaciones literarias y artísticas del mundo clásico y del mundo moderno
y descubrir aquellos elementos, sobre todo de la mitología clásica, que todavía perviven
en la literatura actual o en las bellas artes, demostrando su capacidad para analizar el
diferente tratamiento de un mismo tema literario o artístico en la antigüedad y en las
distintas épocas de la historia.

12. Realizar y exponer sencillos trabajos individuales o colectivos de investigación


sobre los conocimientos propios de la materia, utilizando las tecnologías de la
información y la comunicación. Este criterio pretende medir no sólo la capacidad del
alumno de utilizar distintas fuentes de información, interpretar esta información y
transmitirla de modo adecuado utilizando las nuevas tecnologías informáticas y
audiovisuales, sino también su adaptación al trabajo cooperativo en equipo. Para ello el
alumnado realizará varias actividades individuales y colectivas de búsqueda de
información, de selección, de análisis y de presentación de la misma utilizando las
nuevas tecnologías.
Educación Secundaria Obligatoria Documento provisional
1
Latín
El conocimiento del Latín abre una vía fundamental de acceso a uno de los grandes legados de
la cultura de
Occidente. Esta materia tiene un carácter de iniciación a la lengua latina durante la Educación
Secundaria
Obligatoria, ya que más tarde sus contenidos más específicos se desarrollarán en el
Bachillerato.
Es conocida la gran capacidad formativa del Latín:
- En primer lugar, porque constituye un método muy eficaz de estructuración mental, gracias al
estudio del
origen del léxico de todas las lenguas románicas ?también, en parte, de las sajonas? y las
estructuras
gramaticales básicas de una lengua que es el origen de las lenguas que se hablan en España
y, por tanto
de las lenguas oficiales de la Comunitat Valenciana.
- En segundo lugar, porque permite profundizar en la interpretación de las más diversas
terminologías
científicas y técnicas.
- Finalmente, y de manera muy especial, porque ofrece la posibilidad de ponerse en contacto
con el rico
patrimonio literario, cultural, jurídico, etc., de la antigua Roma, y con las múltiples obras
literarias y
científicas del Occidente europeo escritas en Latín durante siglos y que constituyen una
importante
herencia, base de nuestra cultura actual.
Uno de los objetivos del estudio del Latín consiste en familiarizar al alumnado, sobre todo, con
el
vocabulario y las estructuras latinas, con los procedimientos de formación del vocabulario de
una lengua
flexional y con las estructuras elementales de la frase en este tipo de lenguas. También, le dará
a conocer la
evolución del vocabulario latino clásico y vulgar al de las lenguas románicas, lo que supone una
herramienta
indispensable para la adquisición de nuevo vocabulario. De esta manera, la lengua latina se
convierte en
medio para el aprendizaje de las lenguas que estudian nuestros estudiantes.
Asimismo, se pretende que el alumnado reconozca el influjo que ha ejercido el estilo de vida de
los romanos
sobre los diferentes aspectos de la civilización occidental.
También es importante dar a conocer al alumnado las características de la sociedad en que
vive, la
Comunitat Valenciana, lugar de paso para muchos pueblos de la antigüedad y, en la actualidad,
lugar de
acogida y encuentro intercultural. Por eso, los estudiantes han de adquirir y desarrollar
actitudes solidarias y
tolerantes que ayuden a construir una sociedad más integradora y respetuosa con la pluralidad
de ideas y
lenguas que conforman la cuenca mediterránea. No podemos olvidar que en la Comunitat
Valenciana
conviven el valenciano y el castellano, en cuya base está el Latín, utilizados como instrumento
de
comunicación. El estudio del Latín, evidentemente, constituye un elemento básico en la
cohesión lingüística,
ya que facilita el conocimiento de las dos lenguas oficiales.
Por último, hay que tener en cuenta que los criterios de evaluación establecen los tipos y grado
de
aprendizaje que se espera que el alumnado haya alcanzado respecto de las capacidades que
expresan los
objetivos generales.
Contribución de la materia a la adquisición de las competencias básicas
El Latín contribuye directamente a las competencias básicas en comunicación lingüística,
cultural y artística,
de aprender a aprender así como al tratamiento de la información y competencia digital, y la
autonomía e
iniciativa personal.
Contribuye de modo directo a la adquisición de la competencia en comunicación lingüística. El
conocimiento
de la estructura de la lengua latina posibilita una mejor comprensión de la gramática de las
lenguas
europeas de origen romance y de otras que, no siendo romances, comparten con el Latín el
carácter flexivo.
La interpretación de los elementos morfosintácticos y de vocabulario, así como la práctica de la
traducción y
de la retroversión permiten adquirir y desarrollar la habilidad de recoger y procesar una
información dada y
utilizarla apropiadamente. Asimismo, el conocimiento de los procedimientos para la formación
de palabras a
partir de las raíces, sufijos y prefijos latinos, así como el de los fenómenos de evolución
fonética coadyuvan
a la ampliación del vocabulario básico. El conocimiento de las etimologías latinas proporciona
la
comprensión e incorporación de un vocabulario culto y explica el vocabulario específico de
términos
científicos y técnicos.
La contribución de Latín a la competencia en expresión cultural y artística se logra mediante el
conocimiento
del importante patrimonio arqueológico y artístico romano en nuestro país y en Europa. Una
buena base
cultural a este respecto permite apreciar y disfrutar manifestaciones artísticas de todo tipo, y, a
la vez,
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fomenta el interés por la conservación de nuestro patrimonio. Asimismo, proporcionar
referencias para
valorar de forma crítica creaciones artísticas inspiradas en la cultura y la mitología latinas.
Desde el Latín se contribuye a la competencia en el tratamiento de la información y
competencia digital ya
que una parte de la materia requiere la búsqueda, selección y tratamiento de la información.
Por otra, en la
medida en que se utilicen las tecnologías de la información y la comunicación como
herramienta para la
comunicación del conocimiento adquirido, se colaborará en la adquisición de la competencia
digital.
El estudio de la lengua latina contribuye a la competencia de aprender a aprender, en la
medida en que
propicia la disposición y la habilidad para organizar el aprendizaje, favorece las destrezas de
autonomía,
disciplina y reflexión, ejercita la recuperación de datos mediante la memorización y sitúa el
proceso
formativo en un contexto de rigor lógico.
La materia contribuye a la autonomía e iniciativa personal en la medida en que se utilizan
procedimientos
que exigen planificar, evaluar distintas posibilidades y tomar decisiones. El trabajo en grupo y la
puesta en
común de los resultados implica valorar las aportaciones de otras compañeras y compañeros,
aceptar
posibles errores, comprender la forma de corregirlos y no rendirse ante un resultado
inadecuado. En
definitiva, aporta posibilidades de mejora y fomenta el afán de superación.
Objetivos
La enseñanza del Latín en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria tendrá como objetivos
que el
alumnado desarrolle las capacidades siguientes:
1. Conocer las raíces y evolución de la lengua como un instrumento que se adapta a las
necesidades de los
hablantes.
2. Valorar la diversidad lingüística como una muestra de la riqueza cultural de los pueblos.
3. Explicar las semejanzas que entroncan las distintas lenguas con un origen común y
comparar los
elementos y estructuras de las lenguas derivadas, lo que resultará especialmente enriquecedor
en las
comunidades bilingües, como la Comunitat Valenciana.
4. Conocer los procedimientos de formación del léxico latino ?en concreto, la derivación y la
composición?
para entender mejor los procedimientos de formación de palabras en las lenguas actuales.
5. Identificar la etimología y conocer el significado de las palabras del léxico común del
valenciano y del
castellano y, en especial, del vocabulario culto que forma gran parte de la terminología
científica y técnica
actual.
6. Comprender de manera correcta el significado de los latinismos y expresiones latinas que se
han
incorporado directamente a la lengua hablada, valenciano y castellano, y a la científica, en
especial a la del
derecho.
7. Desarrollar las capacidades intelectuales de la alumna y del alumno mediante el análisis de
los elementos
de la lengua latina que, por su carácter flexivo, es prototipo de una lengua de análisis.
8. Propiciar la reflexión y el análisis del valenciano y del castellano, así como de las lenguas
que se estudien
como segunda o tercera lengua, en cuyas estructuras lingüísticas reparará el alumnado con
más facilidad
desde el análisis de la latina.
9. Conocer los aspectos relevantes de la cultura y la civilización romanas, utilizando diversas
fuentes de
información y diversos soportes para identificar y valorar su pervivencia en el patrimonio
cultural, artístico e
institucional de la Comunitat Valenciana y de España.
Cuarto Curso
Contenidos
Bloque 1. El Latín como origen de las lenguas romances
El Latín en la historia
- El origen y la evolución del Latín. Clasificación de las lenguas indoeuropeas.
- Latín clásico y Latín vulgar. La formación de las lenguas romances.
- Diferenciación entre lengua hablada y lengua escrita.
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- La formación de los dominios lingüísticos de la península Ibérica.
La evolución fonética
- Cambios fonéticos básicos.
- Términos patrimoniales y cultismos.
- Relación semántica entre palabras de una misma raíz latina y evolución fonética diferente.
La aportación léxica del Latín a las lenguas modernas no derivadas de él. Lectura de textos en
lenguas no
románicas e identificación en ellas de términos de origen latino.
Valoración del origen común de las principales lenguas europeas, interés por la adquisición de
nuevo
vocabulario, respeto por las demás lenguas y aceptación de las diferencias culturales de la
gente que las
hablan.
Bloque 2. Sistema del léxico
- Principales procedimientos de formación del léxico latino: composición y derivación. Su
continuidad en las
lenguas romances.
- Composición léxica: análisis y reconocimiento de los componentes más productivos
provenientes del latín
y del griego (lexemas, sufijos y prefijos). Definición de palabras a partir de sus étimos.
- El vocabulario de la ciencia y de la técnica. Etimología del vocabulario científico y técnico: de
las ciencias,
del derecho, de las humanidades y de la tecnología. Los cultismos en la lengua científica:
helenismos y
latinismos.
- Latinismos y locuciones de uso corriente en las lenguas oficiales de la Comunitat Valenciana.
Bloque 3. El sistema de la lengua latina. Sus elementos básicos
La lengua latina.
- El abecedario latino y su pronunciación.
- La acentuación.
- Lectura de textos en Latín y reconocimiento de términos transparentes.
Introducción general a la morfología
- Morfema y palabra.
- Gramática y léxico. El significado gramatical y el significado léxico.
- Clases de palabras.
- Accidentes gramaticales: género, número y caso. Concordancia.
- Reconocimiento de las diferencias y similitudes básicas entre la estructura de la lengua latina
y la de las
lenguas oficiales de la Comunitat Valenciana.
El Latín como lengua flexiva
- La flexión nominal: Sustantivos y adjetivos.
- Flexión pronominal: pronombres personales, posesivos, demostrativos, anafóricos y relativo.
- Flexión verbal: tema de presente, de perfecto y de supino. El verbo “sum” y la conjugación
latina en voz
activa y pasiva.
- Reconocimiento de la flexión latina y comparación con los elementos flexivos del valenciano y
del
castellano.
- Comparación con lenguas de otra tipología, especialmente con las lenguas preposicionales.
Las estructuras oracionales básicas.
- La concordancia y el orden de palabras.
- Nexos coordinantes más frecuentes.
- Análisis morfosintáctico, traducción de textos breves y sencillos en lengua latina y
retroversión.
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Valoración de la lengua latina como principal vía de transmisión y pervivencia del mundo
clásico e
instrumento privilegiado para una comprensión profunda de las lenguas romances.
Bloque 4. Vías no lingüísticas de transmisión del mundo clásico
El marco geográfico e histórico de la sociedad romana.
- Ámbito geográfico y formas de gobierno: monarquía, república e imperio.
- Comparación entre las formas de gobierno antiguas y las actuales.
- Uso de fuentes primarias y secundarias para conocer el pasado.
Las instituciones y la vida cotidiana
- Magistraturas. Comicios o asambleas. El senado.
- El derecho. La educación. El ejército. La casa. Interpretación de sus referentes desde nuestra
perspectiva
sociocultural.
- Las clases sociales. Comparación y análisis crítico de las estructuras sociales y familiares.
- Espectáculos. Actitud crítica hacia la utilización política de las pasiones que suscitan
espectáculos de
masas.
La romanización
- La conquista de Hispania: causas, consecuencias y resultados.
- Profundidad y carácter desigual de la romanización: su influencia en la diversidad española y
en el origen
de su unidad histórica.
- Observación directa o indirecta del patrimonio arqueológico y artístico romano, utilizando
diversos
recursos, incluidas las tecnologías de la información y comunicación.
- Aspectos físicos y humanos de la romanización observables en la actualidad en la Comunitat
Valenciana.
La religión y la pervivencia de la mitología en el mundo de las artes y de la literatura.
- Los mitos clásicos como fuente de inspiración y argumento de artistas y escritores a lo largo
de la historia
de la cultura occidental.
- Pervivencia de la mitología en la cultura actual.
Valoración del papel de Roma en la cultura de Occidente, respeto por la herencia de su
patrimonio
arqueológico, artístico y literario e interés por la lectura de textos de la literatura latina y la visita
a museos
para el desarrollo de la sensibilidad estética.
Criterios de evaluación
1. Reconocer por comparación, elementos lingüísticos, de naturaleza léxica principalmente,
indicadores de
origen común de un gran número de lenguas, entre las que se encuentran el valenciano y el
castellano
2. Explicar la evolución de palabras de la lengua latina hasta llegar a la forma que presentan en
la lengua
objeto de comparación.
3. Formar a partir de una o varias palabras dadas, mediante la aplicación de los mecanismos
básicos, de
derivación y composición, otras palabras pertenecientes a al misma familia semántica.
4. Conocer la etimología de elementos léxicos propios de la lengua científica y técnica, y
deducir su
significado.
5. Descubrir expresiones y locuciones usuales incorporadas al valenciano y al castellano, como
de origen
latino, explicar su significado y usarlas de modo más preciso.
6. Identificar los elementos morfológicos y las estructuras sintácticas elementales de la lengua
latina.
7. Traducir textos breves y sencillos y producir mediante retroversión oraciones simples
utilizando las
estructuras propias de la lengua latina.
8. Conocer fechas y lugares relevantes de la antigüedad romana y analizar la influencia de la
civilización
romana en el ámbito mediterráneo.
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9. Distinguir en las diversas manifestaciones literarias y artísticas de todos los tiempos la
mitología clásica
como fuente de inspiración y reconocer en el patrimonio arqueológico, especialmente en el de
la Comunitat
Valenciana, las huellas de la romanización.
10. Elaborar, guiados por el profesorado, un trabajo temático sencillo sobre algún aspecto de la
producción
artística y técnica, la historia, las instituciones o la vida cotidiana en Roma.
Tener que recordar, insistir y/o argumentar la necesidad e importancia de la presencia
curricular de las lenguas y cultura clásicas en la Educación Obligatoria resulta
innecesario. No porque la Ley de Calidad considere que ello es importante, sino porque
siempre lo ha sido y de ello sabemos los que tuvimos la suerte de cursar nuestra
enseñanza obligatoria bajo otras leyes y reformas educativas.
Estaremos de acuerdo en que:
• Las lenguas y cultura clásicas, al margen de la elegancia cultural implícita,
amueblan el cerebro no sólo de sabiduría heredada, sino de estrategias,
habilidades y destrezas extrapolables a la adquisición de la lengua materna, de
otras lenguas extranjera y del conocimiento en general.
• La Reflexión sobre la lengua y sobre el propio proceso de aprendizaje
lingüístico que se genera desde el aprendizaje del Latín y la Cultura Clásica,
permite al alumnado profundizar en la adquisición de la lengua materna y
mejorar su uso y conocimiento. Estamos convencidos que podemos ser una gran
ayuda para que el alumnado mejore su competencia comunicativa del español, lo
que sabemos que es uno de los handicaps de nuestro alumnado. Si además,
tenemos en cuenta la apuesta que esta Consejería ha hecho por el aprendizaje de
las lenguas extranjeras en esta Comunidad y que constituyen una de las puntas
de la estrella del Pacto por la Educación y además, sabemos como se adquieren
las lenguas, sobreponiéndose unas sobre otras como capas sólidas, una buena
base de Latín y Cultura Clásica, sobre la que se sustente el conocimiento de
español, y sobre éste el de inglés, ... podremos sentirnos orgullosos de tener
alumnos capaces de interaccionar con los ciudadanos de la Comunidad Europea
multilingüe a la que pertenecemos.
• Aunque miembros de una Comunidad Europea no podemos olvidar que, siendo
canarios, pertenecemos a una cultura española y ésta está teñida por el arco iris
de la cultura grecolatina. Si queremos que nuestro alumnado se sienta orgulloso
de su identidad cultural, debe, ante todo, conocerla, es decir, tendremos que
retrotraernos a las raíces de nuestra cultura española y poder explicar la herencia
lingüística, filosófica, jurídica, política, literaria, científica, arquitectónica y, en
definitiva, cultural grecolatina.
• El Consejo de Europa incide, en su política educativa, en la importancia del
“Aprendizaje a lo largo de toda la Vida”. La capacidad básica para que los
ciudadanos puedan desarrollar aprendizajes a lo largo de toda su vida, es la
autonomía de aprendizaje. Los que hemos estudiado Latín sabemos que hay que
desarrollar estrategias de aprendizaje autónomo para poder afrontar la
interpretación de textos. Las estrategias de aprendizaje que se desarrollan a
través del conocimiento del Latín Griego y de la reflexión cultural por medio de
la Cultura Clásica son básicas para consolidar la autonomía de aprendizaje.

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