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El aumento de salarios y jubilaciones.

Los productores industriales en su conjunto registran márgenes operativos


unitarios promedio 8% superiores a los de 1998. Este cálculo surge de
comparar la evolución del IPIM de Productos Manufacturados y los costos industriales
relevados por la UADE corregidos por el nivel global de producción industrial.

La baja de los costos de materias primas importadas por la apreciación del Peso frente al
Dólar (que más que compensó los aumentos salariales otorgados), y la suba de precios
industriales del 3%, que pudo llevarse adelante en el marco de la recuperación de la demanda
interna.

Niveles sostenidos de producción industrial que optimicen economías de escala y nueva


inversión serán necesarios para mantener estos márgenes frente a los aumentos esperables de
tarifas y salarios.

Productores industriales para el mercado interno con márgenes más


reducidos
La situación de los márgenes unitarios promedio resulta bastante diferente entre los sectores
industriales.

Los sectores industriales con salida exportadora (siderúrgico, aluminio, autopartistas


sofisticados, etc.) detentan márgenes superiores al promedio y a los de los sectores industriales
“mercado internistas” porque han podido evadir en parte el efecto restrictivo que impone el
deterioro real del poder adquisitivo local.
El análisis de este informe se centró en los sectores orientados a la demanda interna dada su
mayor relevancia en la composición del IPC.

Los productores industriales de alimentos y bebidas (24% del PBI industrial y 31% del
IPC)) registran márgenes unitarios promedio 12% menores que en 1998 y sólo 9%
superiores a los mínimos del 2001.

Este sector ha sufrido una disminución de su demanda por la caída real del 33% del salario en
el lapso bajo análisis, reflejada en los niveles de producción que aún en el 2003 fueron 13%
inferiores a los de 1998 (según EMI- alimentos y bebidas). Bajos márgenes operativos unitarios
(con demanda relativamente poco tonificada) obligaron a los empresarios (uso de capacidad
instalada promedio en el 2003 del 69%) a tener cautela para fijar precios.

Recuperaciones del ingreso de los hogares (aunque se estiman graduales en el tiempo)


inducirían a recomponer márgenes productivos. Sin embargo, la capacidad ociosa
existente desalentaría acciones agresivas en materia de precios.
Los productores de vehículos automotores muestran una fuerte caída de sus márgenes
unitarios promedio del 71% entre 1998 y el 2003, con una recuperación del 53% desde los
niveles mínimos del 2002.

El importante nivel de capacidad ociosa del sector (88% en promedio en el 2003) y la cada vez
más relevante participación en las ventas locales de vehículos importados de Brasil bajo las
pautas del nuevo Acuerdo Automotriz Mercosur indicarían que procesos de concentración de la
oferta serían factibles en el sector.

En definitiva desde el lado de los productores de bienes de consumo las mayores


presiones por aumentos de precios impulsadas por el deterioro de los márgenes de
ganancias, vendrían de los sectores productores de bienes de primera necesidad como
alimentos y bebidas.
Sin embargo, estas serían graduales en el tiempo por el exceso de capacidad instalada
existente y porque el aumento de los ingresos en las clases más humildes de consumidores, se
espera que sea gradual.

En cuanto a los sustitutivos de importaciones de consumo masivo (sector textil y


otros), la oferta brasileña marcará un techo de precios muy vinculado al valor del Real, que
no parecería tender a apreciarse frente al Peso.

Los bienes de consumo durables (autos y línea blanca) pese a sus bajos márgenes
enfrentan no sólo la escasez de crédito prendario y personal que deteriora su demanda sino la
competencia brasileña, siendo sectores que además tienen alta capacidad instalada ociosa.

En cambio, las presiones de precios por mejoramiento/ mantenimiento de márgenes frente a


subas de costos provendrían de los sectores productores de commodities industriales con
alternativas de exportación. Este comportamiento afectará negativamente los ya relativamente
menores márgenes de los productores industriales mercado internistas (en gran parte Pymes).

Los productores de servicios: Situaciones difíciles y muy diferentes.


En el rubro de servicios la situación es muy diferente por tipo de servicio. Sin embargo, se
detallan algunos subrubros que tienen mayor relevancia en la composición del IPC.

Empresas de servicios públicos. Estas empresas (donde la relevancia de los servicios que
brindan en el IPC es de 7%) están sujetas a la renegociación de los contratos que deberían
estar finalizadas a fines del 2004. Sólo como un ejercicio muy simple que busca brindar un
indicador de tendencia se determinaron los márgenes operativos unitarios promedio sobre una
muestra que incluye a las empresas de distribución eléctrica y de telefonía. El indicador de
precios utilizado para ambas fue la evolución de los precios de dichos rubros en el IPC y los
costos unitarios surgieron de los balances de las empresas de la muestra.
En el sector industrial, los productores de commodities básicos con alternativa de salida
exportadora tendrán mayor capacidad de trasladar al precio de sus productos los
aumentos potenciales de costos (salarios y tarifas). Además en estos sectores el uso de
capacidad instalada es ya muy elevado. La restricción para fijar potenciales aumentos de
precios será la situación de márgenes y demanda interna que enfrentan sus clientes (industria
metalmecánica básica, línea blanca, autopartistas, terminales automotrices, maquinaria agrícola,
máquina herramienta, etc.) que en gran parte sufren la agresiva competencia brasileña.

Los productores de bienes de consumo masivo (de mayor relevancia en el IPC) registran
una situación de márgenes peor que en 1998 pero mejor que en el 2001/2002. Capacidad
ociosa, poder adquisitivo que crece pero gradualmente, y la competencia brasileña
determinarían cautela en estos sectores para fijar aumentos de precios pese a subas de costos.

En cuanto a la Recuperación del Poder Adquisitivo del Salario. En la lógica del actual
modelo, sin embargo, la recuperación del consumo es crucial y hay algunas señales, todavía
débiles, en tal sentido (supermercados en mayo, IVA DGI en junio). La confianza del
consumidor, en cambio, se estancó en julio 2003.

En este marco, el Gobierno ha decidido aumentos de 50% en los salarios mínimos y de 10% en
las jubilaciones y pensiones mínimas y la incorporación de los 200 pesos ya otorgados a los
salarios formales.

Esto último implica aumentos en los costos laborales, pero también en las contribuciones a la
seguridad social, lo que permitirá financiar parte del costo fiscal adicional. Las medidas reducen,
ciertamente, la gran inequidad distributiva, pero son inconsistentes con el deseo de una moneda
subvaluada.

El impacto positivo de demanda (0,3% del PIB) prevalecerá, sobre el eventual impacto negativo
en la demanda de empleo. Disminuirá, asimismo, el incentivo a permanecer en los planes para
desocupados. La postergación del aumento de los aportes personales a las AFJP, en cambio,
es una medida netamente cortoplacista

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