Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
CONTENIDO SUMARIO 1
PRÓLOGO 2
RESUMEN Y CONCLUSIONES 2
Introducción General 9
Introducción al Capítulo 16
1. LOS PRINCIPALES GRITOS LIBERTARIOS: CHUQUISACA, LA PAZ,
COCHABAMBA Y SANTA CRUZ 17
1.1 Chuquisaca Abre el Camino de la Libertad: El Primer Grito de América 18
1.1.1 Cómo Se Desencadenan Los Acontecimientos 20
1.1.2 El papel de Goyeneche como detonante de la insurrección 21
1.1.3 El contexto externo y el levantamiento: los sucesos en España 24
1.1.4 Las abdicaciones sucesivas de los reyes Carlos IV y Fernando VII 25
1.1.4.1 España nos enseña a pelear por su libertad 28
1.1.4.2 Las Juntas Provinciales, la Junta Central y las Cortes de Cádiz 28
1.1.4.3 La Primera Constituyente Española 30
1.2 El sustrato ideológico y los actores 31
1.2.1 ¿Cuál la importancia y el rol que cumplió la Academia Carolina? 33
1.2.2 Principales actores de la insurrección 35
1.2.3 La Logia de las dos Caras 37
2 LEVANTAMIENTOS INDÍGENAS PERUANOS Y ALTOPERUANOS 38
2.1 ¿Fue la sublevación de Oruro la primogénita? 38
2.2 También en Santa Cruz hubieron sublevaciones indígenas 40
2.3 Y luego … La conspiración de los negros y mulatos en agosto de 1809 42
3 EL SENTIDO DE LUCHA DE LOS PATRIOTAS VS. EL PROYECTO COLONIAL
44
A modo de Introducción 74
4.1 EL INICIO DEL FIN: LA BATALLA DE JUNIN DERRUMBA LA MORAL DE
LOS COLONIALISTAS 75
4.2 DERROTA EN LA BATALLA DE AYACUCHO SEPULTA A LOS REALISTAS
76
4.2.1 Acciones militares 78
4.2.2 Histórica Capitulación de Ayacucho 79
4.3 LE LLEGA EL TURNO AL ALTO PERU: BATALLA DE TUMUSLA CAMBIA
SU SUERTE 81
4.3.1 Hechos registrados en el campo de batalla 81
4.3.2 Las deslealtades y defecciones de oficiales realistas precipitaron la derrota 87
4.3.3 Firma de la Capitulación de Tumusla 90
4.3.4 Consecuencias de Tumusla: Evacuaciòn y abandono del país de jefes y oficiales
93
4.3.5 Carlos Medinaceli Lizarazu, ¿un patriota olvidado? 94
Introducción 134
7.1 LA CONVOCATORIA A LA PRIMERA ASAMBLEA 134
7.2 CONTENIDO DEL DECRETO DE 9 DE FEBRERO DE 1825 135
7.2.1 EL ORIGEN DEL DECRETO DE LA PAZ DE 9 DE FEBRERO 136
7.2.2 El Proyecto de Puno o Borrador del Mariscal Sucre 136
7.2.3 La Mano de Casimiro Olañeta en el nuevo texto del decreto de 9 de febrero 138
7.2.4 La Fuente en que se Inspiraron para Redactar la Parte Dispositiva 139
7.3 DESACUERDO Y DISGUSTO DE BOLÍVAR 143
7.3.1 La ley argentina era innecesaria, según historiador 148
7.4 INSTALACIÓN DE LA ASAMBLEA DELIBERANTE Y ANEXIÓN
[ADHESIÓN] DE SANTA CRUZ 149
7.4.1 Motivos de la inclusión de Santa Cruz con Diputados propios 151
7.5 ELECCIÓN DE DIPUTADOS POR SANTA CRUZ 153
7.5.1 Acta de elección de diputado por Moxos 153
7.5.2 Veto de Videla al Diputado de Moxos 154
7.5.3 Instrucciones del Cabildo a los diputados cruceños 155
7.6 OPCIONES DISCUTIDAS EN EL CONGRESO PARA DECIDIR EL DESTINO
DEL ALTO PERÚ 157
7.7 ¿FUERON CORRECTAS LAS DECISIONES DE 1825? 159
7.8 SOBERANÍA Y NUEVA REPÚBLICA 162
7.9 ASÍ NACIÓ BOLIVIA: TERRITORIO Y POBLACIÓN 162
PRÓLOGO
Pero antes de entrar en materia, permitame el lector dedicarle algunos párrafos al autor,
por considerar que ello permitirá conocer algunas facetas del investigador que nos
obsequia esta obra.
En primer término debo señalar que mi dilecto amigo Jorge Hurtado Hervas no es
ningún improvisado en el conocimiento de nuestra historia. Por el contrario ha estado
interesado en esta materia desde hace por lo menos veinte años, como que es poseedor
en Santa Cruz de la Sierra de uno de los Archivos y Biblioteca privada más importantes
de la región. Libros y papeles que he consultado frecuentemente, en el curso de algunas
de mis investigaciones históricas.
Po otra parte, el autor desde muy joven mostró honda procupación e inquietud por la
triste situación económica y social en que se hallaba sumida la ciudad y el departamento
de Santa Cruz. De tal manera, que ya profesional, volcó todos sus esfuerzos
intelectuales y humanos a pensar, planificar e impulsar el desarrollo de la patria chica,
desde aquel gran instrumento de desarrollo que ideó un grupo de esclarecidos cruceños
pioneros, la Autarquía Cruceña, léase el Comité de Obras Públicas de Santa Cruz, que
luego se transformaría en la Corporación Regional de Desarrollo de Santa Cruz
(CORDECRUZ), institución a la que consagró su empeño y dedicación durante toda su
vida profesional, ocupando distintos cargos a lo largo de más de 40 años de servicio, en
su mayor parte de gran responsabilidad administrativa, ejecutiva o de asesoramiento.
Empero, mi amigo Jorge, desde mucho tiempo atrás, había mostrado preocupación por
los sucesos en Santa Cruz de la Sierra y Vallegrande, específicamente en oportunidad
del corto período de transición de colonia a república, inquietud temática que extendió
posteriormente al Alto Perú y a su proceso emancipador. Este libro es producto de
aquellas preocupaciones y el resultado de más de dos años de arduas y sostenidas
investigaciones.
Hoy tengo ante mi este nuevo documento, obra y producto intelectual que debo analizar
y presentar al amable lector, labor sin duda complicada y difícil, en razón de su temática
y de la novedosa información que nos ofrece, motivo por el cual pido de antemano
disculpas, por si no logro explicar con precisión y en pocas palabras algunas
circunstancias importantes, resaltando al mismo tiempo sus aspectos más destacados.
Previamente debo también señalar, que el autor en los cuatro primeros capítulos, realiza
una revisión crítica de la historia del período pre-revolucionario y revolucionario del
Alto Perú. No sólo de los acontecimientos más destacados, sinó que además involucra a
los ideólogos y principales actores del proceso independentista de Charcas y del resto de
América Meridional, llegando en varios casos a delinear y articular sus perfiles
biográficos, lo cual permite mejor entender el tema.
En los tres siguientes capítulos, aborda temas novedosos que hacen a la historia de
Bolivia y de Santa Cruz, arrojando luces sobre algunos períodos confusos, como son el
proceso de elección y participación de los representantes cruceños a la Asamblea
Deliberante de 1825, pero de manera muy particular acerca del pronunciamiento de
Vallegrande, demostrando fehacientemente que éste no se produjo el 26 de enero, fecha
en que hoy conmemoran su aniversario los habitantes de esta provincia.
Pero entrando ya en materia, tengo que manifestar que Hurtado en el primer capítulo,
nos muestra y analiza con mucho criterio y profundidad, los principales antecedentes de
la lucha por la independencia en el Alto Perú.
A continuación aborda los levantamientos indígenas del Inca José Gabriel Tupac Amaru
(Cusco), y el de Túpac Katari y Bartolina Sisa (La Paz), pasando además revista a las
insurrecciones de los indigenas de las tierras bajas del oriente, en su búsqueda
inclaudicable de la “Tierra sin Mal”, refiriendo especialmente a las de 1778, 1799 y
1810, como las principales, como así también a la conspiración de 1809 de los negros y
mulatos de Santa Cruz. de la Sierra.
En la preparación de éste y posteriores capítulos, es notorio que el autor, efectúa una
amplia revisión bibliográfica, que muy bien puede eximir de hacerlo a los responsables
de enseñar historia en los niveles superiores de educación, facilitando así enormemente
su trabajo.
Sobre el particular, el autor nos regala una apretada y muy bien lograda síntesis sobre
los documentos más significativos, que salieron de las agudas plumas de esos preclaros
pensadores de la revolución del Alto Perú y de lo que más adelantes sería la Argentina,
escritos que Hurtado desagrega y analiza convenientemente, aquilatando sus alcances y
facilitando al lector su comprensión.
Acerca de Mariano Moreno – elogiado por muchos autores que lo elevan a la categoría
de “máximo prócer civil”, pero que es también criticado ácidamente por otros-, pone en
contexto y centra su atención en dos de sus escritos más importantes: la Representación
de los Hacendados y Labradores y el Plan de Operciones, destacando que el primero
fue en su época, el informe económico más completo del Virreinato de Buenos Aires,
que se puede tomar como “un alegato teórico acerca de la libertad de comercio y un
ejemplo de las mentes más esclarecidas del Rio de la Plata”. Respecto al segundo,
rescata el concepto que constituye el verdadero programa de la Revolución de Mayo,
pues básicamente plantea la destrucción del absolutismo y la promoción del desarrollo
económico de la región a través de la expropiación de “las fortunas agigantadas” de
unos cuantos mineros del Alto Perú, opinión que posteriormente ha sido criticada por
algunas corrientes del pensamiento económico, a causa de su radicalidad.
El resultado más significativo del análisis que hace Hurtado sobre el particular, es el
rescate de los postulados más importantes que elucubraron aquellos ideólogos, que
permiten comprender de mejor forma los posteriores sucesos de la guerra de la
independencia, período que pese a los aportes intelectuales que se han venido haciendo,
como dijera alguna vez Alcides Arguedas, sigue siendo en buena parte “el más oscuro y
contradictorio de nuestra historia”.
El autor dedica el tercer capítulo, a dilucidar los aspectos más significativos de la lucha
intestina que dividió a las fuerzas realistas del Virreinato del Perú, y que finalmente
debilitó a los partidarios del rey y facilitó el triunfo de las armas patriotas, conflicto que
ha pasado a la posteridad con el nombre de Guerra Doméstica.
Su ejército nos dice Hurtado, sumaba más de cinco mil hombres, una cifra similar a la
que tenía Valdéz, bandos que durante dos meses se enfrentan con distinta suerte en una
serie de combates, entre los que se destacan los de Tarabuquillo, Cazón, Cotagaitilla y
la Lava, que fue la última de aquellas acciones. Resalta al mismo tiempo, que mientras
se producen esos choques armados, el ejército al mando del Virrey La Serna,
“completamente debilitado”, es derrotado el 6 de agosto de 1824 por Bolívar en la
batalla de Junin. Posteriormente hace un interesante y muy bien documentado análisis,
sobre las consecuencias que tiene en Santa Cruz y Moxos aquella Guerra Doméstica,
causante de innumerables perjuicios en las fuerzas coloniales.
Es importante destacar como lo hace el autor, que el resultado de aquella batalla, según
el general español Andrés García Camba, un importante actor de aquella guerra, fue que
“las tropas de Olañeta quedaron completamente deshechas, y la emancipación de la
América meridional definitivamente decidida”, constituyendo este hecho la finalización
de la Guerra de la Independencia y el paso a la conformación de un nuevo Estado.
Apunta a continuación, varios actos que han trascendido de su administración, que por
razones obvias tratan sobre algunas ejecuciones y embargos que ordena, como asímismo
menciona a los lugartenientes que se alternaron en el cargo de Gobernadores
Intendentes de Santa Cruz de la Sierra, mientras éste tenía su sede y permanecía en
Vallegrande o se ausentaba a “otros lugares donde las acciones de armas requerían su
presencia”, figurando entre ellos Anselmo de las Ribas, Gaspar Frontaura, José Llanos,
Manuel Fernando de Aramburú y Manuel José Justiniano Jiménez.
En el capítulo sexto, Jorge Hurtado presenta temas bastante novedosos, cuyo aporte
introduce elementos que modifican la versión histórica tradicional hasta ahora conocida,
particularmente sobre la verdadera fecha del apresamiento de Aguilera y del
pronunciamiento de la independencia en Vallegrande.
El autor, fruto de todo lo anterior arriba a la siguiente conclusión: que tal alzamiento no
se produjo el 26 de enero, como hoy se celebra, sino que se produce en fecha 12 de
febrero, y que éste se “trató de un movimiento estrictamente militar e incruento, sin
participación popular”, ya que fueron tropas de Santa Cruz las que se constituyeron al
partido de Vallegrande – por entonces sede de la gobernación -, para deponer al
Brigadier Francisco Xavier de Agilera “y proclamar la independencia de la provincia”.
En la que llamo una tercera parte, da cuenta sobre un hecho muy poco conocido, la
insubordinación de las tropas adictas al Brigadier Aguilera, encabezada por un capitán,
un alférez y varios sargentos, que se produce el 3 de abril de 1825 en la ciudad de Jesús
i Montesclaros de los Caballeros, motín que vivando al rey, al General Olañeta y a
Buenos Aires y dando mueras a Colombia, posibilita se cometan “algunos desmanes” en
la capital del Valle Grande. Como consecuencia de ese motín mueren los gestores, que a
los pocos meses fueron pasados por las armas. Hurtado acerca de ese acontecimiento,
recurre a los relatos que hicieran el padre Adrián Melgar i Montaño y el Comandante
colombiano Francisco María del Valle, el principal damnificado del alzamiento, pues
según propias palabras, al ser buscado para asesinarlo, se vio obligado a huir y
esconderse.
La tercera sección del último capítulo, la dedica a analizar las opciones que se
discutieron en la Asamblea Deliberante, para decidir el destino político del Alto Perú,
pasando luego el autor a cuestionarse, si las decisiones de 1825 fueron o no correctas,
ya sean las de formar un nuevo Estado nacional, soberano e independiente, la elección
de un modelo unitario y concentrado o centralista, o si la incorporación de Santa Cruz a
la nueva república fue fraudulenta o en su defecto una adhesión voluntaria.
Hurtado culmina su obra con una cuarta sección, donde en un acabado resumen nos
muestra como nació Bolivia a la vida republicana, en cuanto a superficie territorial y a
población.
Pero no contento el autor con la copiosa información que proporciona en los siete
interesantes capítulos de su obra, nos regala un Apéndce Biográfico y un Anexo
Documental, muy ricos ambos, en los que realiza importantes aportes al conocimiento
de algunos personajes y de ciertos acontecimientos.
A manera de corolario, tengo que manifestar que Hurtado Hervas con este libro, ilumina
y aclara con firmeza muchos de los acontecimientos que dieron lugar a la creación del
Estado boliviano, subsanando y rectificando algunos errores en que hasta ahora incurren
ciertos buscadores del pasado. En tal sentido, no tengo duda que la Bibliografía
Boliviana y Cruceña contará en adelante, con una obra de consulta de calidad y utilidad,
esclarecedora de una temática de significativa importancia, cual es la dilucidación de los
orígenes de la nacionalidad, tema que en este momento adquiere mayor relevancia, no
sólo por la conmemoración del Bicentenario del grito libertario cruceño, sino porque
responde a buena parte de los embates y cuestionamientos que actualmente se hacen a la
creación de Bolivia y al sistema republicano que cobró vida en aquellas horas cruciales.
Introducción General
Este trabajo tiene el propósito de responder a tres preguntas con respecto al surgimiento
de Bolivia como nación soberana. La primera dice relación con la inquietud de que si:
¿Fue correcta la decisión tomada en 1825 por los diputados de las cinco provincias
altoperuanas, de declararse independiente y formar un nuevo Estado libre?.
Con miras a dar respuesta a esas interrogantes, hemos querido, primero revisar los
hechos históricos con sentido crítico y paralelamente ir introduciendo correcciones y
rectificaciones a los hechos erróneamente tratados hasta ahora, basándonos en cada caso
y rigurosamente en la compulsa documental y su cita precisa. Para ello, hemos dividido
el presente trabajo en siete capítulos: El Capítulo I se refiere a los antecedentes de la
lucha por la independencia del Alto Perú, trata de las causas que motivaron la ruptura de
Hispoanoamérica con la metrópoli, sondea el pensamiento filosófico desentrañando la
ideología que guiaba el proceso de emancipación, identifica a los actores que
encabezaron la lucha; y analiza los intentos de la Princesa Carlota Joaquina de asumir el
control y el mando de las colonias en sustitución de su padre el Rey Carlos IV y de su
hermano Fernando VII, para anexionarlas al imperio portugués, sucesos éstos que
fueron el detonante que hizo estallar la insurrección en la ciudad de la Plata.
En este primer Capítulo se analiza también la actuación de Manuel José de Goyeneche
en su triple papel:
Además de resumirse las principales causas o factores que dieron origen a tan
trascendental gesta, se destaca la intervención de Bonaparte en España ocurrida en
marzo 1808 que generó un vacío de poder en España, a raíz de la abdicación de los
reyes y la asunción de José I en reemplazo de ambos. Esta ausencia de autoridad, y el
hecho que la corona española se concentre en su problema interno, hizo que descuide
las colonias. Frente esta coyuntura, en Charcas se esgrime el argumento de que las
colonias americanas no pertenecen a España, sino al Rey de España, y estando éste
imposibilitado de gobernar, quedaba roto el vínculo de dependencia, y con ello los
americanos quedaban libres de elegir su propio gobierno. Este fue el argumento
conocido luego como el “Silogismo Altoperuano de Charcas”, que como todo silogismo,
estaba constituido de dos premisas y una conclusión, a saber.
Premisa mayor: el vasallaje colonial es atributo debido no a España sino a la persona del
legítimo rey borbónico de España.
Premisa menor: nuestro legítimo y recién jurado rey Fernando VII abdicó junto con toda
su familia borbónica de España.
Conclusión: la monarquía está legal y definitivamente acéfala por vacancia del trono.
Debe ser desobedecido el rey Bonaparte o cualquier otro que España quiera darse.
Deben cesar en sus funciones los actuales delegados y mandatarios de la extinta
autoridad soberana, y deben en este caso proveer por sí mismas las Provincias Altas a su
propio gobierno supremo..
Los negros esclavos y los indios tributarios de Santa Cruz tenían también como plan
asaltar la ciudad el 20 de agosto de 1809, pasando a degüello a “toda persona de cara
blanca”, plan que no se concretó al ser develado.
El Segundo Capítulo se detiene a analizar el aporte de tres importantes ideólogos cuyo
pensamiento tuvo gran influencia en los acontecimientos relacionados con la lucha por
la independencia: ellos son, en primer lugar Bernardo Monteagudo, quien escribió
varios documentos planteando la liberación del yugo colonial. Pero fue su “Diálogo
entre Atahualpa y Fernando VII en los Campos Elíseos” (1809) que inspiró a los
chuquisaqueños a iniciar la lucha, ya que este importante documento habría de aportar
ideas que contribuyeron a crear el clima insurreccional que desembocó en las revueltas
de Charcas y La Paz, en mayo y julio de 1809. Los temas acerca de los cuales versa el
diálogo son: el carácter de la conquista, sus causas políticas y religiosas y la
independencia de las colonias. El centro de la argumentación lo constituyen las
nociones de tiranía y obediencia forzada, frente a la de soberanía entendida como “la
libre, espontánea y deliberada voluntad de los pueblos en la cesión de sus derechos”
La libertad de comercio era una necesidad sentida por los criollos de Buenos Aires, ya
que los españoles europeos mantenían el monopolio comercial, con el consiguiente
perjuicio para los criollos, ya que todas las mercaderías que llegaban al puerto de
Buenos Aires debían provenir de España. Moreno escribió entonces su célebre
Representación de los Hacendados… donde defiende la libertad de comercio.
Este escrito, podemos tomarlo también como un alegato teórico acerca de la libertad de
comercio en forma general, constituyendo un ejemplo del pensamiento de las mentes
más esclarecidas del Río de la Plata, pues es considerado el informe económico más
completo de la época del virreinato.
El tercer Capítulo aborda el conflicto suscitado dentro de las filas del ejército realista,
conocido como la “guerra doméstica”, generado a raíz del desconocimiento que hace el
Gral. Pedro Antonio de Olañeta a la autoridad del virrey Laserna, movimiento al que se
sumó el gobernador de Santa Cruz, Gral. Aguilera.
El Cuarto Capítulo se refiere a las tres últimas batallas decisivas que ponen fin a la
dominación española y sellan la independencia: la Batalla de Junin, la de Ayacucho y la
de Tumusla y además no se deja de mencionar la defección de los oficiales realistas.
Las dos primeras batallas se registraron en suelo peruano y la última en tierras
altoperuanas, cerca de Potosí.
Otro caso de defección fue el del regimiento Dragones Americanos, al mando del
coronel José Martínez que se sublevó en Cochabamba. Otras defecciones fueron: El
comandante Tte. Cnel. Pedro Arraya, Cnel. Pedro José Antelo, Cnel. Francisco López,
Cnl. Anselmo de las Ribas, etc.
El gobernador Aramburú exigía muy a menudo, por medio del obispo de Santa Cruz
contribuciones forzozas, al clero de su grey, para el sostenimento de la tropa.
Igualmente, la población en general era sometida contínuamente a este tipo de
exacciones..
Se aclara en el texto que el Cnel. Tomás Aguilera, hermano de Francisco Xavier, fue
nombrado – en enero de 1825 - comandante de una guarnición de Santa Cruz y no
gobernador de la provincia.
El Sexto capítulo está dedicado al análisis del proceso de formación misma del nuevo
estado libre y soberano, comenzando con los diferentes pronunciamientos de
independencia que culminaron en Charcas en agosto de 1825, con la firma del acta de
independencia que dio nacimiento a la República. Se ve como paulatinamente los
desertores fueron plegándose al ejército libertador y proclamando la independencia en
los distintos partidos. Primero fue en Cochabamba el 16 de enero de 1825 con la
sublevación del escuadrón de caballería. Después el Tcnel. Pedro Arraya se encargó de
que Chayanta [norte de Potosí] jure la independencia.
El 24 de enero Sucre rechazó un intento de armisticio propuesto por Olañeta, y más bien
le propuso que una Asamblea decidiera el futuro de las provincias. Cinco días después,
el 29 de enero, el guerrillero José Miguel Lanza tomó la ciudad de La Paz y declaró la
independencia de las Provincias del Alto Perú. El Gral. Carlos Medinaceli, proclama la
independencia del Alto Perú en Cotagaita, el 1 de febrero y cinco días después el
mariscal Sucre a la cabeza del Ejército Libertador cruzó el río Desaguadero (límite con
el Perú) e ingresó en La Paz al día siguiente.
El golpe de mano ejecutado por milicias al mando de Antelo y del Cap. José Reyes
Oliva, sorprendió a Aguilera y fue obligado a dimitir. Dos meses después de esa acción,
el 3 de abril, se insurreccionan en Vallegrande las tropas que pertenecían antes a
Aguilera, con la intención de asesinar a jefes y oficiales patriotas. Los insurrectos
fueron ajusticiados por un Consejo de Guerra que emite su sentencia condenando a los
reos a penas de muerte; a ser degradados otros y a ser apaleados, otros más. A la pena
de muerte fueron condenados cinco oficiales, y también otros cinco a pena de muerte,
cuando sean aprehendidos, los prófugos de igual delito.
El documento pone énfasis en los acontecimientos ocurridos en Santa Cruz, siendo uno
de los propósitos aclarar temas como el pronunciamiento de independencia en Santa
Cruz, y su participación en la formación de la república. En anexo se insertan sendos
perfiles biográficos de algunos personajes que actuaron en tales acontecimientos y
textos de documentos básicos que ayudan a comprender mejor el proceso vivido en este
período.
Sin lugar a dudas, el nacimiento de Bolivia como república, fue un hecho que adquirió
trascendencia, no sólo en el ámbito interno dentro de los límites del antiguo territorio de
la Audiencia de Charcas, sinó en el concierto de las naciones americanas. Sin embargo,
este hecho de tanta importancia, ha sido objeto de un defectuoso tratamiento por parte
de los historiadores. Así mismo, tal suceso ha sido poco investigado y en muchos casos
los escritos se han basado en datos e información errónea o deficiente. Si eso es válido a
nivel nacional, peor resulta aún a nivel de nuestro departamento Santa Cruz. La escasez
de fuentes serias y confiables, la mala lectura de documentos coetáneos y la escasa
difusión o poco conocimiento de literatura histórica o papeles atinentes a estos temas,
hace que se venga copiando y repitiendo porfiadamente durante muchos años los
mismos errores.
Enfoque metodológico
A. RESUMEN GENERAL
1.- Antecedentes
Mucho antes de las sublevaciones de 1809, todo el altiplano en lo que hoy es Bolivia, se
hallaba convulsionado con sublevaciones indígenas contra tantos años de abusos
españoles.. En las principales ciudades como Potosí, Charcas, y La Paz sonaban los
pututus anunciando el levantamiento indígena. Las sublevaciones indígenas fueron
precursoras de la lucha por la independencia altoperuana pues tuvieron una fuerte
influencia en ella. Por tanto, entre las principales se debe citar:
La vida en los pueblos de la colonia era cada vez mas insoportable para los naturales,
motivo por el cual los indígenas se sublevaban. El corregidor de Chayanta, Joaquín
Alos y Bru, inició una verdadera expoliación a los indígenas de aquella provincia,
aumentando el tributo que debían pagar. El cacique de Macha, Tomas Katari, fue a
Potosí y a Chuquisaca a reclamar por el aumento del tributo real, pero sus reclamos
fueron inútiles.
José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II fue una figura que sobresalió entre todos
los caudillos indígenas. En 1780 convocó a los americanos a sumarse a su lucha contra
la usurpación europea. Su revolución tenía como objetivos acabar con la mita, con el
tributo indigenal, con el reparto mercantil y con toda pensión a la que estaban sometidos
los indígenas. Para ello, era necesario cambiar de gobierno y restaurar el Incario,
convocando a 100.000 americanos originarios en contra del poder español y
proclamando la independencia de América. Su rebelión fue el golpe más fuerte sufrido
por el imperio español, desde la invasión a América, pues este territorio estuvo a punto
de ser perdido. La sublevación del Cusco se extendió por todo el territorio de los Andes,
convirtiéndose en una rebelión general.
Por su parte, los negros esclavos y los indios tributarios de Santa Cruz tenían como plan
asaltar la ciudad el 20 de agosto de 1809, pasando a degüello a “toda persona de cara
blanca”. Causa: ocultación por las autoridades españolas de una real orden mediante la
cual los esclavos debían quedar libres de servidumbre y los indígenas tributarios, del
tributo. El mulato Franciscote, esclavo de José Salvatierra era el jefe y comandante de
los negros fugados de Brasil. Este sentimiento de rebeldía se agravó poco antes de la
celebración de San Lorenzo al haber sido azotado públicamente el indígena Antonio.
Este suceso impactó a las capas oprimidas que habían presenciado la condena, por lo
que un reducido grupo de negros esclavos e indios, hizo causa común repudiaron estos
hechos.
Al parecer, esto ocurrió el 15 de agosto de 1809, cuando se descubrió en Santa Cruz una
conspiración para establecer un plan de gobierno semejante a los de Chuquisaca y La
Paz. El movimiento fué sofocado y once negros fueron remitidos a la Audiencia de
Charcas. Los alcances del plan incluía ejecutar al Ministro de la Caja Real, a los
alcaldes, al Comandante Militar, al Subdelegado y a todo súbdito español. Después de
ocupar la plaza se apoderarían de la ciudad. Antonio Vicente Seoane figura como
testigo en la sumaria secreta que levantó la Audiencia. Al parecer, lo sucedido el 24 de
septiembre de 1810 fue una consecuencia de este intento subversivo, que perseguía
abolir la esclavitud y eliminar los tributos indigenales.
Chuquisaca
La Paz, el 16 de julio de 1809
La Real Audiencia de Quito, el 10 de agosto de 1809;
Buenos Aires, se revela el 25 de Mayo de 1810
Cochabamba el 14 de septiembre de 1810,
Santa Cruz el 24 de septiembre de ese mismo año.
En cambio, Gandía afirma que la filosofía francesa "no tuvo, en América, la más
insignificante influencia". "Si sus libros llegaban y eran leídos por contadísimas
personas todas de una indiscutible fidelidad al imperio hispanoamericano, era por
curiosidad o pasatiempo..." Gandía afirma luego que fueron las ideas liberales las que
dieron origen a la independencia de Estados Unidos, a la Revolución Francesa y a la
guerra civil hispanoamericana. Vicente Sierra también ha señalado como fuentes de la
revolución americana las tesis escolásticas españolas sobre la soberanía popular,
enseñadas en las universidades americanas. Halperín Donghi trata de la influencia de la
tradición política española en la ideología revolucionaria de Mayo. Menciona en ella
como primordiales las interpretaciones de los historiadores Ricardo Levene y Manuel
Giménez Fernández, quien sostiene que la revolución hispanoamericana es una
resurrección de concepciones políticas de la Castilla medieval, persistentes en América
cuando ya habían sido derrotadas en España.
La lucha armada contra la dominación española fue larga y dolorosa. Fueron muchas las
batallas que se registraron, pero solo nos referimos a las tres últimas, por ser las mas
importantes y decisivas: Junin, Ayacucho y Tumusla. Esas batallas se produjeron en la
fase final de la guerra en las que salieron triunfantes las armas patriotas y fueron
decisivas para sellar la anhelada emancipación del Alto Perú. Dos de ellas tuvieron por
escenario el Bajo Perú: La primera de éstas fue la batalla de Junin, comandada por
Bolívar. La de Tumusla – la última - se registró el 1 de abril de 1825, chocando las
tropas del Gral. Olañeta contra el contingente que se defeccionó de su ejército, al mando
del Cnel. Medinaceli y que culminó con la muerte de Olañeta, quedando su tropa
completamente deshecha. Como consecuencia del triunfo de los independentistas en
esta batalla, el territorio de la Audiencia de Charcas quedó definitivamente liberado del
dominio español. Su sobrino - Casimiro Olañeta - jugó un importante papel en el
ámbito político y Medinaceli fue un actor decisivo en el campo militar.
Pedro Antonio Olañeta, jefe absolutista del Alto Perú terminó enfrentándose con el
virrey del Perú y se sublevó con su ejército, declarándose defensor del trono español,
pero en franca desobediencia al gobierno “constitucional” de ese Virreinato. Como
consecuencia de la guerra doméstica los realistas perdieron la mitad de su ejército, lo
que significó el descalabro de las armas del rey y el fin de la dominación española.
Bolívar, receloso por las actitudes que asumirían tanto Buenos Aires como Perú ante la
decisión de Sucre, inicialmente se pronunció en contra de la instalación de la Asamblea.
Sin embargo, el Congreso argentino, el 9 de mayo emite una ley que deja en plena
libertad a las provincias altas para que dispongan de su suerte. Como consecuencia de
esta ley el Libertador refrenda la convocatoria a la Asamblea.
Las posiciones que se debatieron en la asamblea fundacional del Alto Perú, fueron las
siguientes:
• la independencia absoluta,
• la anexión a la Argentina y
• la independencia con respecto al poder español y anexión al Perú.
Los Diputados votaron en tres etapas, en el siguiente orden: Primero se consideró la
incorporación a Perú, en segundo lugar, la incorporación a las provincias del Río de La
Plata, y finalmente se votó para convertirse en estado soberano. Aprobada la
independencia y formación de un nuevo Estado por unanimidad, se procedió a la
aprobación del Acta de Independencia la cual expresaba el anhelo de los asambleístas.
La provincia de Santa Cruz, solamente eligió tres diputados: uno por el Cercado o
capital (Antonio Vicente Seoane), otro por Vallegrande (Vicente Caballero), y un
tercero en representación de Moxos que recayó en el cura Felipe Santiago Cortéz, quien
fue impugnado por el prefecto Videla y finalmente vetado por la Asamblea. Chiquitos
no pudo elegir por cuanto su territorio estaba ocupado por fuerzas portuguesas.
Cordillera tampoco lo hizo al no existir en ese partido gente suficiente que reúna los
requisitos de electores y elegidos, pues la gran mayoría eran neófitos. La municipalidad
de Santa Cruz emitió una instrucción a los diputados electos de esta ciudad y de
Vallegrande, disponiendo que soliciten en el congreso lo que sea mas conveniente y
beneficioso a esta provincia. El diputado Seoane recién se integró a la Asamblea el 6 de
agosto, pronunciándose por la independencia de Charcas. Vicente Caballero, se
incorporó el 9 del mismo mes y firmó el acta de independencia con fecha 6. Caballero
también se pronunció a favor de la resolución tomada sobre la independencia soberana
de las provincias del Alto Perú.
Enrique de Gandía sostiene que la anexión de Santa Cruz a Bolivia se hizo sin contar
con la voluntad del pueblo cruceño, como resultado de un verdadero fraude. El
Gobierno de Chiquitos – añade - tampoco debió formar parte de Bolivia, puesto que no
sólo no se halló representado en el Congreso de Chuquisaca, sino que en abril de 1825
se anexó al Imperio del Brasil.
B. CONCLUSIONES
Las causas que dieron motivo a dicho movimiento fueron diversas, pudiendo
mencionarse entre las principales el trato discriminatorio y despótico y los abusos
cometidos por los peninsulares contra los originarios y criollos de América. A ello hay
que añadir la formación de una clase criolla de comerciantes y una casta detentadora de
los recursos naturales que le confirieron poder económico y que viene a contraponerse
al poder político ejercido por los españoles.
Otro factor detonante de la insurrección fue el vacío de poder que se suscitó en España,
como consecuencia de la abdicación de los reyes, tras la invasión napoleónica y la
imposición de José Bonaparte como monarca. La formación de guerrillas en suelo
español en defensa de su soberanía, con el propósito de expulsar al invasor, resultó ser
una eficaz forma de lucha que fue replicada en América, método que condujo
finalmente al triunfo de las armas patriotas, no obstante la gran desventaja material en
que se encontraban los guerrilleros de la independencia.
Durante los meses finales del conflicto, la intensidad y frecuencia de las batallas entre
patriotas y realistas mostró una sustancial disminución, incrementándose más bien los
enfrentamientos armados en las propias filas antagónicas del rey. Además, jefes y
oficiales adictos a la monarquía se fueron sumando al ejército patriota.
Una vez que se impusieron las fuerzas de los independentistas, obligando a los
partidarios del rey a abandonar el territorio peruano y sepultado el regimen colonial, el
Alto Perú se vio enfrentado a una importante disyuntiva: formar un nuevo Estado libre y
soberano, o anexarse a uno de los nuevos Estados: Buenos Aires o Perú. Ya sabemos
cual fue el desenlace y la decisión que tomaron los diputados reunidos en Chuquisaca
en 1825.
Una tercera pregunta – al parecer también derivada de las dos anteriores, pero con otras
connotaciones – se refiere a si la posición adoptada por los diputados cruceños elegidos
en sus respectivos partidos, fue acertada o si debían haber planteado la formación de un
Estado propio, también independiente o anexarse a otro. Lamentablemente la
información utilizada en este análisis no permite concluir ni emitir una opinión serena
sobre tan delicado tema.