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HEPATITIS VIRAL

Escribe: Dr. Daniel G. Benaderette


AGOSTO 2008
La hepatitis viral es una enfermedad infecciosa del hígado, causada por distintos virus. Entre ellos mencionamos:
Virus de la hepatitis A (VHA).
Virus de la hepatitis B (VHB).
Virus de la hepatitis C (VHE).
Virus de la hepatitis D (VHD).
Virus de la hepatitis E (VHE).
Otros virus recientemente descriptos: G, GB, TT y F.
Además, hay que considerar otros virus que comprometen al hígado entre los cuales se cuentan: Epstein-Barr, rubéola,
citomegalovirus, herpes, parvovirus B19, distintos enterovirus y también el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Aquí describiremos las hepatitis virales relacionadas con los virus A, B y C, ya que son las de mayor importancia en la transmisión de
las infecciones asociadas al cuidado de la salud y al personal de salud. Destacamos primordialmente los aspectos epidemiológicos de
las hepatitis.
HEPATITIS A
La hepatitis A es una enfermedad infecciosa de alto grado de contagiosidad. El agente etiológico (VHA -virus de la Hepatitis A-) es un
virus de la familia Picornaviridae (“virus pequeño que contiene RNA” -ácido ribonucleico).
El VHA no tiene fase de replicación en el intestino, no produce un efecto citopático, y crece lentamente en células de cultivo, a
diferencia de otros picornavirus.
Estas características distintivas, entre otras, han motivado que en la actualidad se haya separado al VHA en una nueva categoría
denominada hepatovirus.
Algunas características del virus de la Hepatitis A
- Fue identificado en 1973 al examinar muestras de materia fecal bajo microscopía electrónica.
- Existe un solo serotipo.
- Presenta estabilidad en medio ácido. Con pH inferior a 3 mantiene su poder infectivo durante más de 4 horas.
- Conserva su poder infectivo frente a detergentes no iónicos, solventes orgánicos.
- Se inactiva parcialmente luego de una hora de exposición a temperaturas superiores a 60ºC-70ºC. Pueden requerirse temperaturas
superiores a 80ºC-90ºC por más de 1 minuto para su completa inactivación.
- Resiste a la desecación por 1 mes.
- No se inactiva por congelación.
- Mantiene su poder infectivo en un medio líquido hasta 1 año.
- Los únicos agentes reconocidos que reducen los títulos de VHA en superficies contaminadas son el hipoclorito de sodio, el
glutaraldehído al 2% y algunos amonios cuaternarios.
Epidemiología
1. Transmisión fecal-oral
- Contacto persona a persona, a través de las manos contaminadas.
- Ingesta de agua y/o alimentos contaminados. Página 2 de 15
- En zonas con saneamiento ambiental deficiente, la infección ocurre a edades más tempranas.
- Durante un brote, hasta en el 25% de los casos no puede identificarse una fuente común.
- Aunque puede detectarse en la saliva, no se ha demostrado su transmisión por esta vía.
La transmisión por transfusiones es muy infrecuente dada la brevedad de la viremia. Por otra parte, los donantes son evaluados
previamente con serología y niveles de enzimas hepáticas.
La transmisión intrahospitalaria de la Hepatitis A es igualmente rara. Aun cuando un paciente incontinente presenta el marco propicio
para diseminar el VHA, en ese momento el nivel de contagiosidad es muy bajo -como se menciona más adelante-, ya que el período
de mayor contagio es anterior a la aparición de los síntomas clínicos. No obstante, es importante señalar las situaciones asociadas.
HEPATITIS INTRANOSOCOMIALHEPATITIS A INTRANOSOCOMIALNurseriesNurserieso o UCIN a partir de lactantes
internados por otra causa.Factores de riesgo:lactancia, retardo mental, incontinencia vincontinencia fecal, diarrea, vóómitos,
mitos, drenaje nasognasogáástricostrico, , ingesta de alimentos y bebidas dentro de la unidad y falta dedeuso uso de
guantes para vpara el cuidado de la víía a EV.
La transmisión de una mujer embarazada a su bebé en el transcurso del tercer trimestre de embarazo es una situación igualmente
muy poco frecuente. Sin embargo, como los neonatos adquieren la infección de modo asintomático, la enfermedad se vuelve evidente
cuando enferman las personas que han tenido contacto con el neonato.
Es importante recordar que los anticuerpos IgG de la madre atraviesan pasivamente la placenta.
2. Población susceptible
- Clases sociales humildes, con deficientes condiciones sanitarias y hacinamiento.
- Población de instituciones cerradas: cuarteles, cárceles, orfanatos.
- Niños de jardines maternales, en particular, menores de 2 años que no controlan esfínteres.
- Personal susceptible que trabaja en dichas instituciones.
- Homosexuales masculinos.
- Drogadictos por vía endovenosa.
3. Contagiosidad
Se verifica de 1 a 2 semanas antes del comienzo de los síntomas clínicos y las 2 semanas siguientes (probablemente no más de 1
semana), luego del inicio de los mismos.
Los niños suelen excretar virus por materia fecal por períodos más prolongados que los adultos.
En las llamadas hepatitis a recaídas o en dos tiempos, se ha documentado una nueva fase de excreción viral en la materia fecal, por
lo que es posible que el paciente contagie nuevamente.
Los niños pequeños que concurren a jardines maternales y, especialmente, los que aún usan pañales adquieren la infección de modo
asintomático y la exposición al VHA no se hace clara hasta que aparece la enfermedad en adultos susceptibles.
Un gran número de niños y una escasa cantidad de personal facilitan, sin duda, la diseminación de la infección.
Es poco frecuente que ocurran brotes en escuelas, donde los niños ya controlan esfínteres.
Algunos aspectos clínicos Página 3 de 15

- Hay mayor incidencia en menores de 5 años y mayores de 30 años.


- El período de incubación resulta de 15 a 50 días (con un promedio de 25 a 30 días).
- No hay un cuadro clínico que sea patognomónico del VHA.
- Su curso es habitualmente benigno.
- No evoluciona a la cronicidad.
- En los menores de 6 años, predominan las formas anictéricas.
En los mayores de esta edad, dominan progresivamente las formas ictéricas sintomáticas.
- Existen formas prolongadas, en especial las que cursan con colestasis.
- Hepatitis fulminante: se verifica en alrededor del 1‰ de los casos sintomáticos. Tiene alta mortalidad: 55%-75%. La cantidad de
transplantes hepáticos por hepatitis fulminante debido a VHA ha disminuido significativamente desde la disponibilidad de la vacuna.
- La hepatitis A deja inmunidad duradera.
Confirmación diagnóstica
-IgMHAV: marcador de infección aguda. Puede permanecer positivo durante 3 meses y excepcionalmente durante 1 año. Suele ser
más persistente en los pacientes sintomáticos que en los asintomáticos.
-IgGHAV: el marcador de inmunidad permanece de por vida, ya por resolución natural de la infección o como resultado de la
aplicación de la vacuna Antihepatitis A.
Su determinación sirve para establecer la seroprevalencia de la enfermedad en la población, es decir, cuántos han estado expuestos a
la infección y cuántos son los susceptibles.
En nuestro país, la seroprevalencia de IgGHAV varía enormemente no sólo según el área geográfica, sino también dentro de la
misma.
En un estudio multicéntrico realizado en nuestro medio, en niños de entre 6 meses y 10 años, se muestran las variaciones según edad
y región.
PrevalenciaPrevalenciaIgGHAVIgGHAVn mesesn 1920 (6 meses--10 a10 añños)os)6 meses 37%11--2 a2 añños: os: 38%22--5
a5 añños: os: 45%10 a10 añños: 55os: 55--60%San Juan: 57.8%TrelewTrelew: 41.9%: 41.9%TucumTucumáán: n:
81.4%Rosario: 44.3%La Matanza: 63.5%La Plata: 70%
En la ciudad de Buenos Aires hay zonas con menos del 10% y zonas con más del 30%. De igual modo, hay regiones del país con
30% y otras con 80%. Estas amplias variaciones dependen de la precocidad del contacto y del nivel de las condiciones sanitarias.
Cuando son deficientes, el contacto se produce precozmente y los niños adquieren rápidamente la infección.
En algunas situaciones, la determinación de IgGHAV se emplea como test prevacunación para conocer si la persona es susceptible o
no. Página 4 de 15

Prevención y Control
Considerando que la Hepatitis A es una enfermedad que carece de tratamiento específico, que tiene una evolución habitualmente
benigna, pero que puede evolucionar a formas con insuficiencia hepática fulminante, las medidas preventivas y de control se
convierten en trascendentes.
1. Generales
a. Disponibilidad de agua potable.
b. Eliminación adecuada de excretas e higiene de sanitarios con hipoclorito de sodio 200 ppm.
c. Higiene rigurosa para evitar la contaminación en el procesamiento de alimentos, en especial, lavado de manos.
2. Específicas
a. Inmunidad activa: VACUNA ANTIHEPATITIS A.
b. Inmunidad pasiva: USO DE GAMMAGLOBULINA.
Vacuna Antihepatitis A
- Es una vacuna inactivada.
- No debe ser congelada.
- Puede darse junto con otras vacunas.
- Se aplica por vía intramuscular en deltoides.
- Fue incorporada en el calendario oficial (Ministerio de Salud) en 2005, por el momento en una única dosis a los 12 meses de edad.
- El esquema de vacunación sugerido por la Sociedad Argentina de Pediatría es el siguiente: 1ª dosis inicial y 2ª entre 6 y 12 meses
después.
- No es necesario IgGHAV prevacunal en menores de 6 años.
Cepas:
HM175 (HAVRIXNR) 720 UE entre 1 y 17 años.

1440 UE mayores de 18 años.


CR326F (VAQTANR) 25 U entre 2 y 17 años. Dosis: 0-6 a 18 meses.

50 U mayores de 17 años. Dosis: 0-6 meses.


GBM (AVAXIMNR) 160 U mayores de 1 año. Dosis: 0-6 meses.

RG-SB (VIROHEP-ANR) 500 U RIA. Dosis: 0-6 a 12 meses. Es una vacuna virosómica.

Se consideran protectores los niveles de anticuerpos superiores a 20 mU/ml.


Entre el 54% y el 65% de los adultos tiene anticuerpos a los 15 días de la aplicación; entre el 95% y el 100%, a los 30 días.
Entre el 97% y el 100% de los niños de 2 a 18 años tienen anticuerpos protectores luego de la primera dosis, y el 100%, después de la
segunda.
Duración de la inmunidad: más de 10 años, probablemente más de 20 años.
La respuesta inmune disminuye ante alguna de las siguientes condiciones:
- Presencia de anticuerpos maternos.
- Administración conjunta de gammaglobulina.
- Existencia de enfermedad hepática crónica.
- Infección por HIV.
- Edad superior a 40 años.
Prioridad Página 5 de 15
- Niños que vayan a ingresar a jardines maternales, personal que trabaje en estos centros, concurra a campamentos o viaje a zonas
de alta endemicidad.
- Pacientes con enfermedad hepática crónica, pues corren un mayor riesgo de presentar hepatitis grave al adquirir la infección por
HAV.
- Hombres homosexuales y bisexuales.
- Drogadictos.
- Riesgo ocupacional: personal de laboratorio.
- Instituciones penitenciarias: empleados, residentes.
- Trabajadores de salud: el personal de hospitales por lo común no presenta tasas de prevalencia de anticuerpos anti HAV más altas
que las de la comunidad; por lo tanto, no está recomendado el uso sistemático de la vacuna. Estaría indicado en brotes como
profilaxis postexposición.
- Personas que manipulan alimentos (en instituciones de salud -hospitales y centros de salud-, de educación, etc.). En este caso hace
falta tener en cuenta:
la naturaleza del alimento.
las características demográficas.
la duración media del empleo.
el número de personas que manipulan los alimentos.

- Personal de limpieza de servicios sanitarios que trabajan en instituciones de salud y educación.


- Trabajadores de sistemas cloacales.
- Personas con hemofilia, especialmente los que reciben concentrados de factores tratados con solventes-detergentes deben
considerarse para ser vacunados.
- Personas HIV positivo.
- Huéspedes inmunocomprometidos.
Gammaglobulina. Manejo de contactos.
La gammaglobulina debe indicarse lo antes posible, dentro de las 2 semanas de ocurrido el contacto con el caso índice.
Se suministra en las siguientes situaciones:
- Contactos familiares susceptibles.
- Personal y niños del mismo sector del jardín, considerados susceptibles.
- Contacto estrecho en la escuela, considerado susceptible.
Ante ocurrencia de brote, se debe administrar gammaglobulina a todo el personal que no está vacunado y a los niños que asisten al
jardín, si hay casos de Hepatitis A en niños y empleados o hay dos o más familiares de los niños que asisten al jardín enfermos de
hepatitis.
Si los niños de la sala no usan pañales, deben recibir sólo los contactos estrechos del caso índice y, si se trata de niños que usan
pañales, se administrará gammaglobulina también a los familiares de los niños que asisten a dicha sala.
En los niños mayores de 1 año es recomendable administrar, además, la primera dosis de vacuna Antihepatitis A -en un sitio distinto
del de la gammaglobulina- y luego completar el esquema según las pautas mencionadas arriba.
-En la escuela no está justificado su empleo dado el bajo riesgo, salvo al contacto más estrecho o en el caso de niños alojados en
instituciones.
La duración de la protección de la gammaglobulina a 0.02 ml/kg es de entre 2 y 4 meses, aunque con una dosis de 0.06 ml/kg puede
extenderse a 6 meses.
HEPATITIS B
Aspectos destacables
Existen 350 millones de portadores crónicos en el mundo. América Latina tiene aproximadamente 400.000.000 de habitantes y la
prevalencia global de portadores crónicos es de 6.000.000 de personas.
En Argentina, existen entre 250.000 y 300.000 portadores crónicos (prevalencia 1%). Se estima que ocurren 400.000 casos nuevos
por año. Página 6 de 15

Causa 2 millones de muertes anuales. Es responsable del 80% de los casos de hepatocarcinoma. Tiene una infectividad cien veces
superior a la del virus de la inmunodeficiencia humana. Puede causar hepatitis aguda, crónica, cirrosis y fallo hepático fulminante.
Se denomina portador crónico a aquella persona que tiene antígeno de superficie de Hepatitis B (HBsAg) positivo, luego de 6 meses
de comenzada la infección.
Patrones mundiales de endemicidad
La prevalencia de la infección por el virus de la Hepatitis B (HBV) varía en distintas regiones geográficas. De este modo, pueden
establecerse zonas de:
Alta prevalencia: 8% a 20% de portadores. Comprende el 45% de la población mundial. El riesgo de infección supera el
60% y la adquisición ocurre en los primeros años de vida.

Mediana prevalencia: 2% a 7% de portadores. Comprende el 43% de la población mundial. El riesgo de adquisición de la


infección varía entre el 20% y el 59%, y ocurre en todos los grupos de edad.
Baja prevalencia: menos del 2% de portadores. Comprende el 12% de la población mundial y la infección ocurre
principalmente en adultos, en especial, dentro de grupos de alto riesgo.

La República Argentina es un país de baja prevalencia: menos del 2% de portadores, aunque hay variaciones según la edad.
Virus de la Hepatitis B y marcadores de infección e inmunidad
Es un virus hepatotrópico de la familia Hepadnaviridae y contiene ADN en doble cadena, formando la cubierta del genoma o partícula
viral. Dicha cubierta presenta una lipoproteína superficial que conforma al antígeno de superficie (HBsAg). En el núcleo o core del
genoma se encuentra el antígeno core (HBcAg). Un tercer componente de la estructura del HBV es el antígeno “e” (HBeAg),
estrechamente relacionado con el grado de infectividad del HBV.
Estos tres sistemas antigénicos -HBsAg, HBcAg y HBeAg- dan lugar a la producción de los correspondientes anticuerpos.
De este modo encontramos:
Anti HBs o anticuerpo antiantígeno de superficie.
Anti core o anticuerpo contra el antígeno core.
Anti HBe o anticuerpo contra el antígeno “e”.

Salvo el HBcAg o antígeno core que es intranuclear, todos los demás antígenos y anticuerpos pueden detectarse en la sangre y, de
hecho, se utilizan para determinar las características de cada paciente en relación con su estado clínico e inmunológico.
HEPATITIS BHEPATITIS BAntAntíígenos Anticuerposgenos AnticuerposAntiHBe(HBeAb)Anti-eHBeAgAntígeno
“e”AntiHBc(HBcAb)AnticoreHBcAgAntígeno del coreAntiHBs(HBsAb)Anticuerpo de superficieHBsAgAntígeno de superficie
El HBsAg es positivo en todos los pacientes con Hepatitis B aguda y crónica, como así también en todos los portadores crónicos.
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El HBcAg, como se ha mencionado, es intranuclear.


El HBeAg está asociado a la replicación viral y suele indicar, cuando está presente, alto grado de contagiosidad.
En este momento es oportuno recordar que el HBeAg es el único componente del HBV que atraviesa la placenta sana. Si ella está
enferma, toda la partícula viral es capaz de atravesarla.
El anti HBs o anticuerpo contra el antígeno de superficie es indicador de inmunidad y aparece al resolverse la infección o como
consecuencia de la aplicación de la vacuna Antihepatitis B.
El anti core se presenta como IgM anti core en las Hepatitis B agudas, o como IgG en las infecciones resueltas o que han
evolucionado a la cronicidad.
La aparición del anti HBe suele indicar la conversión a menores tasas de infectividad.
Transmisión del HBV
Existen dos formas básicas de transmisión:
Vertical:

- Perinatal: 95% de los casos: adquisición de la infección en el momento del parto o en el período perinatal por contacto del recién
nacido con secreciones maternas infectadas.
- Intraútero: 5% de los casos: por adquisición del HBV en el último trimestre del embarazo.
La posibilidad de transmisión vertical de una madre HBsAg positivo que también es HBeAg positivo se ubica en el 90%, mientras que
si presenta el anti HBe positivo dicha posibilidad es del 10%.
Horizontal: A través de:

-Sangre y derivados: ruta menos frecuente desde que es obligatoria la determinación del HBsAg en bancos de sangre. En este grupo
se encuentran: politransfundidos, hemodializados, operados de cirugía cardiovascular con circulación extracorpórea, los que han
recibido procedimientos invasivos.
-Cortes, punturas en la piel, accidente por pinchazo con material contaminado: principalmente en trabajadores de la salud, personas
que realizan acupuntura, tatuaje, cortes de uñas de manos y pies con instrumental contaminado, piercing.
-Drogadicción endovenosa.
-Sexual.
-Intrafamiliar: a través de un adulto portador crónico. La transmisión puede ser parenteral, encubierta a través de la manipulación de
objetos contaminados: tijeras, hojas de afeitar, cepillos dentales, etc.
Se estima que en un 15% a 30 % de los casos, no se encuentra un factor de riesgo. Cerca del 50% de las mujeres embarazadas no
presentan factores de riesgo.
Tasa de portación crónica
Varía en relación con la edad de adquisición de la infección. Edad (años) Tasa de portación
(anticore)
<1 90%
2-3 40-70%
4-6 10-40%
>7 6-10%
Hepatitis viral tipo B
PRESENTACIÓN
De nuevo os ofrecemos otra presentación de Temas de Educación Sanitaria, es el número III de la serie y en esta ocasión el tema a tratar son las
hepatitis virales. Hemos elegido este grupo de enfermedades por la elevada incidencia que tienen en el medio penitenciario y por tanto el interés que
tiene su prevención. Lo hemos elaborado con el mismo objetivo que las anteriores presentaciones: que sea útil en vuestra tarea de educación.
Pensamos que, adaptando el lenguaje y los conocimientos a transmitir se puede utilizar en charlas dirigidas a distintos auditorios (internos, otros
profesionales no sanitarios, etc).
La presentación va acompañada de este pequeño texto que os puede servir como guía para elaborar el tema. En la primera parte se hace un pequeño
repaso a las funciones fisiológicas del hígado. A continuación se describen para cada uno de los tipos de hepatitis viral: el reservorio, la vía de
transmisión, la puerta de entrada en el organismo humano y el tiempo de incubación. Se hace especial hincapié en los métodos de prevención. Para la
elaboración de este material se ha utilizado el programa informático

HEPATITIS VIRALES
Las HEPATITIS VIRALES son enfermedades inflamatorias del hígadoproducidas por distintos virus. Constituyen un importante problema sanitario
en nuestro país donde representan la principal causa de enfermedad hepática aguda y crónica. En las prisiones estas enfermedades también tienen
gran incidencia, sobre todo, las
Hepatitis B, D y C. Así, según el Estudio Transversal sobre Sanidad Penitenciaria de junio de 1998, el 3,8 % de los internos es portador del virus de
la hepatitis B, esta proporción aumenta hasta el 35,9% entre los usuarios de drogas inyectadas (UDIs). La hepatitis C supone también un problema
muy importante en las prisiones donde según el mismo estudio, el 30,1% de los internos estaban infectados por el virus (89,0% entre los UDIs).

LOCALIZACIÓN DEL HÍGADO EN EL CUERPO HUMANO


El hígado es la víscera de mayor tamaño del organismo y su peso en el individuo adulto es de unos 1.500 g. Está localizado en el hipocondrio
derecho, debajo de las costillas inferiores derechas. Separada por el diafragma, su cara superior está en relación con la pleura y el pulmón derecho; su
cara inferior, se relaciona con el colon derecho, el duodeno y el páncreas, y su cara posterior con el riñón derecho.
El hígado humano está constituido por una masa única, dividida en dos lóbulos, derecho e izquierdo. Es un órgano importante que recibe sangre de
dos fuentes distintas: la vena porta, que transporta sustancias alimenticias desde el estómago y los intestinos, y le proporciona un 80% de la sangre
que le llega y la arteria hepática que transporta la sangre oxigenada procedente del corazón y le proporciona el 20% restante.

FUNCIONES DEL HIGADO (I)


El hígado es un órgano único que tiene funciones imprescindibles para la vida.
En él se efectúan diariamente cientos de reacciones químicas sin las cuáles es imposible vivir. El hígado juega un papel importante en la conversión
de los alimentos que ingerimos procesando los nutrientes que son absorbidos en el aparato digestivo y haciendo posible que nuestro organismo los
pueda utilizar. También procesa los medicamentos que tomamos para que puedan ser utilizados. Además, junto con los riñones, el hígado es el
principal desintoxicador del cuerpo, encargándose de la eliminación de toxinas y productos de desecho como son el alcohol, drogas, amonio,
bilirrrubinas, etc.

FUNCIONES DEL HIGADO (II)


El hígado interviene en la mayoría de los procesos metabólicos uno de los cuáles es la formación de bilis. La bilis está compuesta por agua,
electrolitos, sales biliares, fosfolípidos, colesterol, bilirrubina conjugada y proteínas. Mediante la bilis se eliminan del organismo sustancias de
desecho como son la bilirrubina, que procede de la destrucción de los hematíes y que es tóxica para el organismo, los fármacos, y otras sustancias
tóxicas producidas por la digestión de los alimentos.

FUNCIONES DEL HIGADO (III)


El hígado es el gran regulador de la energía del organismo, aquella que no se utiliza la transforma de modo que se puede almacenar y liberar en el
momento en que se precisa. Para ello, transforma los hidratos de carbono procedentes de la alimentación en glucosa/glucógeno que es almacenado
hasta que el cuerpo necesita energía, momento en que lo libera. Además almacena también la grasa ingerida, en forma de ácidos grasos y colesterol,
que son una gran fuente de energía para el organismo. Otra función es la de procesar unas proteínas y elaborar otras (albúmina, proteínas
fundamentales en la coagulación de la sangre, fibrinógeno, protrombina y otras que actúan como inhibidores de la coagulación).

FUNCIONES DEL HIGADO (IV)


Además el hígado tiene una labor de desintoxicación del organismo. Muchas de las sustancias que ingerimos con los alimentos las metaboliza, es
decir, las convierte en otros productos más fáciles de eliminar. De alguna manera es nuestro reciclador de basuras.
Las células hepáticas ayudan así a eliminar los materiales de desecho y las toxinas ya que constituyen un auténtico filtro depurador, capaz de
eliminar todo lo que nos sobra y que se va acumulando a diario en nuestro organismo. Modifica compuestos potencialmente tóxicos (alcohol,
algunos medicamentos, etc.) intentando transformarlos en sustancias no nocivas para el organismo.

FUNCIONES DEL HIGADO (V)


El hígado también elabora enzimas, que actúan acelerando procesos químicos del organismo que sin ellas serían mucho más lentos. Es el lugar de
almacenamiento de vitaminas (A, B y D) y minerales (hierro, cobre). Recicla y aprovecha el hierro.
Favorece el funcionamiento del sistema inmunitario. Ayuda a tener buenas digestiones.
Regula la cantidad de algunas hormonas (testosterona, estrógenos, tiroxina, etc.) y es capaz de producir proteínas fundamentales para la coagulación
de la sangre, así como sustancias que actúan como anticoagulantes.

LOS GRANDES ENEMIGOS DEL HIGADO: LOS VIRUS HEPÁTICOS.


Cuando hablamos de hepatitis nos referimos a una inflamación del hígado que puede ser producida por numerosos elementos. Entre ellos se
encuentra el alcohol que es la sustancia tóxica que más le daña, algunos fármacos y sobre todo agentes bacterianos, parasitarios y víricos. Estos
últimos producen las hepatitis víricas de las que vamos a hablar a continuación.
El número de estas hepatitis ha ido incrementándose según se han ido descubriendo nuevos virus. Hasta el momento actual se conoce el virus de la
A, descrito en 1973 y que produce una enfermedad aguda habitualmente benigna. El virus B, descrito en la II guerra mundial, y que da lugar a una
enfermedad aguda y/o crónica que en ocasiones puede llegar a ser muy grave. El virus C, descubierto en 1989 y que presenta gran capacidad para
producir hepatitis crónica. El virus D, identificado en 1977 y que para su transmisión requiere la presencia del virus B. El virus E, descubierto en
1983 y el virus G detectado en 1995/6.

VIRUS DE LA HEPATITIS: CARACTERÍSTICAS COMUNES


Los virus de la hepatitis tienen en común: Un reservorio, que es el lugar en donde normalmente viven y se multiplican. En el caso de los virus de la
hepatitis ese reservorio es habitualmente el hombre.
Una vía de transmisión, a través de la que pasa la enfermedad de una persona a otra.
Una puerta de entrada en el organismo que es el lugar por donde entra el virus en el cuerpo. La entrada puede ser por contacto directo al tocar,
morder, besar, tener relaciones sexuales sin protección, por gotitas de saliva al estornudar, toser, escupir e incluso al hablar, o por contacto indirecto
a través de objetos, alimentos, agua y/o fluidos corporales (sangre, suero, plasma) contaminados.
Un tiempo de incubación que es el periodo desde que el virus entra en el organismo hasta que se manifiesta la enfermedad.

VIRUS DE LA HEPATITIS: SINTOMAS


Los virus de la hepatitis tienen en común que dañan el hígado en mayor o menor medida y una sintomatología que va desde la ausencia de síntomas a
la enfermedad fulminante. Las manifestaciones típicas incluyen: fiebre baja, cansancio, malestar general, falta de apetito, nauseas y vómitos, orinas
oscuras, heces blanquecinas, aumento del tamaño del hígado a la palpación, con molestias y dolor en la zona y coloración amarillenta de piel y
mucosas (ictericia).

VIRUS DE LA HEPATITIS: PREVENCIÓN


La prevención es la mejor arma frente a las hepatitis. La prevención de la hepatitis vírica incluye la adopción de medidas higiénico sanitarias
encaminadas a interrumpir la proliferación de los virus, evitando las situaciones que pueden producir la infección (evitar los factores de riesgo) y en
las hepatitis A y B las vacunas que son el método más poderoso para la prevención. Estas vacunas permiten lograr una barrera de protección frente a
esta enfermedad, son muy seguras y eficaces y producen altos niveles de protección. La vacunación frente a la hepatitis B protege también de forma
indirecta de la hepatitis D ya que para que esta se produzca es necesario estar o haber estado infectado por el virus B.
Las medidas para evitar los factores de riesgo dependen del tipo de hepatitis de que se trate y son básicamente:
Lavado de manos con agua y jabón después de ir al baño y siempre antes de tocar cualquier alimento o de comer.
Lavado abundante de las frutas y verduras que se vayan a comer crudas.
Evitar la exposición a la sangre o fluidos corporales que puedan estar infectados (sangre, saliva, semen,..). No compartir con nadie objetos punzantes
y cortantes (material de inyección (chutas), agujas de tatuaje) ni útiles de aseo personal (cuchillas de afeitar, tijeras, limas de uñas, cortauñas, cepillos
de dientes, peines y toallas) ni cigarrillos o "canutos". Además, se debe utilizar preservativo siempre en las relaciones sexuales.

VIRUS DE LA HEPATITIS A: TRANSMISIÓN


La hepatitis A existe en todo el mundo. Puede presentarse como casos esporádicos o en forma de epidemia. En los países en desarrollo, las personas
adultas suelen ser inmunes a este virus. El reservorio de la hepatitis A es el hombre, y en ocasiones los chimpancés en cautiverio. La transmisión del
virus de la hepatitis A es de una persona a otra por contacto oral-fecal, es decir las heces de una persona enferma pueden contaminar el agua o los
alimentos, y otras personas pueden adquirir la enfermedad al consumir el agua o alimentos contaminados que se comen crudos (verduras, frutas). Las
grandes mejoras sanitarias (agua potable, tratamiento de aguas residuales, etc) han hecho que se reduzca mucho la incidencia de la enfermedad. Por
ello en la actualidad en los países desarrollados muchos niños o jóvenes no están inmunizados frente a la enfermedad.

VIRUS DE LA HEPATITIS A: PREVENCIÓN


Para la prevención de la hepatitis A existe actualmente una vacuna de virus inactivados. Esta vacuna es muy segura y tiene escasos efectos
secundarios que básicamente consisten en enrojecimiento y dolor en el lugar de la inyección. La vacuna confiere una inmunidad durante al menos 20
años. Se deben aplicar dos dosis con un intervalo de 6-12 ó 6-18 meses según la vacuna que se utilice.
La protección de la vacuna empieza a partir de las cuatro semanas después de la primera dosis, por lo que si ha habido una exposición al virus de la
hepatitis A es necesario usar la inmunoglobulina que es un preparado de anticuerpos que proporcionan protección a corto plazo.
La vacuna esta recomendada sobre todo en:
Personas que viajan a países que tienen tasas altas o intermedias de hepatitis A.
Niños que viven en lugares que tienen tasas altas y brotes periódicos de hepatitis A.
Homosexuales.
Usuarios de drogas ilegales inyectadas y no inyectadas.
Personas con enfermedad hepática crónica
Además del uso de la vacuna para la prevención de la hepatitis A es importante seguir una serie de medidas que son:
- Una buena higiene personal que incluye correcto lavado de manos con agua y jabón después de ir al baño, al manipular alimentos, al comer.
- Abundante lavado de frutas y verduras que se coman crudas.
- Uso de preservativos siempre en los contactos sexuales.
- No compartir materiales que hayan podido ser contaminados.

VIRUS DE LA HEPATITIS A: CLINICA


El período de incubación medio es de 30 días (15 a 50 días). La enfermedad suele empezar de forma repentina con fiebre, malestar general, nauseas,
molestias abdominales e ictericia. Por lo general la enfermedad es leve, dura unas dos semanas y el enfermo se recupera sin secuelas, aunque el
periodo de convalecencia es prolongado.
En algunos casos se puede presentar un cuadro más grave que dura varios meses, aunque es poco frecuente. También se pueden dar casos
asintomáticos sobre todo entre los niños. No hay formas crónicas pero algunos casos pueden prolongarse mientras que otros pueden presentar
recaídas. Las formas fulminantes de hepatitis A, que conducen a la muerte, son raras y aparecen sobre todo en personas que tienen alteraciones
hepáticas previas.

VIRUS DE LA HEPATITIS B: TRANSMISIÓN


La hepatitis B es un serio problema de salud pública que afecta a personas de todas las edades en todo el mundo. Esta enfermedad es causada por un
virus sumamente contagioso que ataca al hígado. La infección por el virus de la hepatitis B puede producir enfermedad severa, daño hepático y en
algunos casos la muerte. En estos momentos está considerada como la principal causa de cirrosis, insuficiencia hepática crónica y cáncer de hígado.
El reservorio del virus de la hepatitis B lo constituye el hombre, y por tanto, se transmite a través de las personas infectadas, ya estén en fase aguda o
crónica de la enfermedad.

VIRUS DE LA HEPATITIS B: EPIDEMIOLOGIA


Los datos mundiales indican que más de 350 millones de personas están infectadas por el virus de la hepatitis B y pese a la existencia de una vacuna
y a los programas de educación e inmunización, el número de casos sigue creciendo de forma alarmante.
En un estudio realizado en 1998 en las prisiones españolas, se pudo observar que más del 46% de los internos habían tenido un contacto previo con
el virus. La proporción de portadores crónicos ascendía al 3,8%.
Los síntomas de la hepatitis B son variables dependiendo de diversos factores entre los que destacan la edad y el estado inmunológico del paciente, y
van desde no tener ninguna sintomatología y pasar una hepatitis B sin enterarse a presentar síntomas que incluyen coloración amarillenta en la piel y
en los ojos, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fiebre, cansancio extremo, dolor de estómago y articulaciones.
El virus de la Hepatitis B es muy peligroso ya que puede causar hepatitis crónica, cirrosis y cáncer e incluso llegar al fallo hepático y muerte.

VIRUS DE LA HEPATITIS B: FORMAS DE TRANSMISIÓN (I)


Las personas con hepatitis B tienen el virus en la sangre y en los líquidos del cuerpo. Se puede adquirir la infección por contacto con una pequeña
cantidad de sangre o fluidos (líquidos) de la persona infectada al utilizar material de inyección contaminado (agujas, jeringuillas y otro material
usado para la inyección de drogas, “chutas”, agujas de tatuaje, material para perforar las orejas u otros sitios del cuerpo). También se han visto casos
de contagio al compartir otro tipo de material como son los cepillos de dientes, maquinillas de afeitar, cortauñas y tijeras.

VIRUS DE LA HEPATITIS B: FORMAS DE TRANSMISIÓN (II)


Otra forma de transmitir la hepatitis B es la vía sexual al mantener relaciones con personas infectadas (tanto heterosexuales como homosexuales).
Esta vía es muy importante ya que actualmente más de un 30% de los enfermos se han contagiado de esta manera. También existe la transmisión
vertical, es decir, de madres portadoras del virus a los recién nacidos.
Hay otro porcentaje importante de personas infectadas (30%) en las que nunca se llega a saber cuál ha sido la vía de contagio (transmisión
horizontal).

VIRUS DE LA HEPATITIS B: PERIODO DE INCUBACIÓN


El periodo de incubación, es decir el tiempo que pasa desde que el virus entra en el cuerpo hasta que se manifiestan los síntomas, puede variar de 45
a 180 días, aunque lo más frecuente es que sea entre 60 y 90 días. Durante este periodo no se presentan todavía síntomas de la enfermedad aunque si
se puede contagiar.

VIRUS DE LA HEPATITIS B: HEPATITIS ASINTOMÁTICA


Es una forma de presentación de la hepatitis que no da sintomatología, o la que presenta es muy leve y parecida a un proceso gripal con algo de
cansancio, falta de apetito y malestar general. La lesión que produce en el hígado es mínima y generalmente se cura dejando inmunidad frente al
virus. Esta sería la “Hepatitis B de los afortunados”.

HEPATITIS B AGUDA
La evolución de la infección por el virus B depende de la edad y de la situación inmunitaria del paciente. La mayoría (90%) de los infectados
desarrollan una hepatitis aguda que evoluciona a la curación sin secuelas, dejando una inmunidad permanente.
Entre un 5-10% se transforman en portadores crónicos, que pueden tener o no sintomatología, y que constituyen el reservorio más importante de la
enfermedad. Un 1% puede desarrollar una hepatitis fulminante que constituye la forma más grave y que conduce en la mayoría de los casos (+70%)
a la muerte.

HEPATITIS B CRONICA
La hepatitis crónica es una de las principales complicaciones de la hepatitis B aguda y ocurre entre el 5 y el 10% de los infectados. En el 30% de los
casos se presenta como hepatitis crónica activa que es la forma mas grave y que se caracteriza por necrosis hepática, inflamación activa y fibrosis
progresiva del hígado. Esta forma produce cirrosis o cáncer de hígado en un porcentaje muy elevado de enfermos, aunque algunos casos se curan. El
70% restante presentan una hepatitis crónica persistente, que rara vez evoluciona a cirrosis.
En ambos casos el virus sigue replicándose por lo que el enfermo sigue teniendo capacidad de infectar.

HEPATITIS B: PREVENCION
Las vacunas son un elemento estratégico en la prevención de las hepatitis virales. Existe una vacuna frente a la hepatitis B, con gran capacidad de
protección, que se administra en España a los niños dentro del calendario de vacunaciones infantiles.
También se administra a adultos que tienen elevado riesgo de contagio. Son necesarias 3 dosis: la segunda al mes de la primera y la tercera a los seis
meses de la segunda (o al mes de la segunda). En los centros penitenciarios esta vacuna se oferta a todos los internos por lo que no hay que perder
la oportunidad de vacunarse frente a la hepatitis B.
Se han encontrado marcadores de la hepatitis B en todos los líquidos corporales, pero solo se ha demostrado que son infectantes la sangre, saliva,
semen y secreciones vaginales. Por tanto, es importante evitar usar material de inyección que no sea estéril.
Tampoco hay que compartir máquinas ni cuchillas de afeitar, material para tatuar, ni cepillos dentales u otros objetos personales que puedan estar en
contacto con sangre o fluidos corporales. En los contactos sexuales es necesario usar siempre preservativo.
Tampoco se deben compartir cigarrillos.

HEPATITIS DELTA
La hepatitis D fue identificada en 1977 por el médico italiano Mario Rizzetto.
El virus de la hepatitis delta requiere la presencia del virus B para poder replicarse. Puede presentarse a la vez que la infección por el virus B
(coinfección) o en un paciente que es portador crónico de la hepatitis B (sobreinfección). El virus D se distribuye por todo el mundo y su reservorio
es el hombre. Aparece de forma epidémica o endémica en poblaciones con gran riesgo de padecer hepatitis B. Se han descrito brotes de hepatitis D
en América del Sur, Africa y entre drogadictos en EE.UU.

HEPATITIS D: TRANSMISIÓN
La hepatitis D se transmite de forma similar a la hepatitis B. La forma más común es por exposición a sangre, sobre todo por el uso de agujas y
jeringas contaminadas. Se presenta básicamente en usuarios de drogas inyectadas
La transmisión sexual es menos frecuente, y la transmisión vertical es rara.

HEPATITIS D: EFECTOS SOBRE EL HIGADO


La enfermedad puede ser de curso limitado o evolucionar hacia la cronicidad o incluso manifestarse como una hepatitis fulminante. La forma más
grave de la enfermedad (2-20%) se suele producir cuando la hepatitis D es una infección añadida a la B y no cuando ambas infecciones ocurren a la
vez. Los portadores crónicos del virus B que se infectan con el virus D suelen desarrollar infección D crónica produciendo una enfermedad hepática
progresiva. Estos enfermos presentan cirrosis hepática en el
70-80% de los casos frente al 15-30% de los que solo tienen hepatitis B crónica.

HEPATITIS C
El virus de la hepatitis C fue descrito por primera vez en 1988. La hepatitis C constituye un importante problema en los países occidentales por su
elevada prevalencia. Se calcula que en España entre el 1-2% de la población está infectada. Esta enfermedad afecta fundamentalmente a los UDIs, y
muchos de los casos actuales se produjeron por transfusiones de sangre, aunque hoy en día esta vía es irrelevante. Esta enfermedad conduce muy
frecuentemente a la hepatitis crónica (70%), a cirrosis hepática y hepatocarcinoma.

HEPATITIS C: TRANSMISION
La transmisión de la hepatitis C se produce por los mismos mecanismos que la hepatitis B y básicamente por vía parenteral a través de sangre o de
material de inyección contaminado. Es especialmente importante en los usuarios de drogas inyectadas. No se conoce la importancia del contagio de
persona a persona en el medio familiar o por vía sexual, y parece que la transmisión vertical de una madre gestante al feto es rara.

HEPATITIS C: CLINICA Y EVOLUCION


El periodo de incubación de la hepatitis C dura entre 15-165 días. Es asintomática en el 75% de los casos. Cuando presenta síntomas se manifiesta
con pérdida de apetito, molestias abdominales, nauseas, vómitos, e ictericia con menor frecuencia que en la hepatitis B. Los enzimas hepáticos se
elevan en más del 60% de los casos en adultos. La enfermedad puede ser fulminante en algunos casos, evolucionar a la cronicidad, y en ocasiones
puede llegar a producir cirrosis (5-20% de los casos crónicos). Parece que también hay una relación entre el virus C y el cáncer de hígado.

VIRUS DE LA HEPATITIS E
Es epidémica en zonas de Asia, África y América central, generalmente donde las condiciones de sanidad ambiental son deficientes. Se han descrito
casos esporádicos en viajeros a dichas zonas. El cuadro clínico es semejante al de la hepatitis A (dolor abdominal, cansancio, orina oscura, fiebre,
aumento del tamaño del hígado, ictericia, nauseas y vómitos). El periodo de incubación de la enfermedad es de 15-60 días. Se transmite por vía oral-
fecal y se ha demostrado la presencia del virus en las heces hasta 14 días después del inicio de síntomas. Esta enfermedad es más frecuente en
adultos. No se ha demostrado que la enfermedad evolucione a la cronicidad.

VIRUS DE LA HEPATITIS G
El virus de la hepatitis G es un virus aún muy desconocido. Es de la misma familia que el virus C. Puede encontrarse asociado a la hepatitis B y
sobre todo a la C.
Se transmite por vía parenteral. El cuadro clínico se caracteriza por ser poco sintomático, aunque la infección podría tener tendencia a la cronicidad.

DIAGNOSTICO DE LAS HEPATITIS


El diagnóstico de las hepatitis víricas se basa inicialmente en una sospecha clínica de la enfermedad y posteriormente en la confirmación analítica,
mediante la búsqueda de marcadores hepáticos.
La alteración de laboratorio más característica de las hepatitis víricas es la elevación de las transaminasas (GOT y GPT) cuyo valor puede alcanzar
desde 10 hasta
100 veces el máximo normal. La determinación de estas enzimas que traducen destrucción de las células hepáticas, constituye la prueba más
empleada para el diagnóstico y seguimiento de las hepatitis.
También se realiza un diagnóstico serológico investigando en la sangre marcadores específicos (antígenos y anticuerpos) para cada tipo de hepatitis.
El diagnóstico de la hepatitis A se basa en la positividad del IGM anti-HAV
La hepatitis B suele diagnosticarse por la positividad del HbsAg aunque conviene también investigar el AntiHBc IgM que esta elevado en las
hepatitis agudas y no en los portadores crónicos. La ausencia de marcadores serológicos de hepatitis A, B, D y E en un paciente con hepatitis aguda
sugiere que se trata de una hepatitis C. La determinación de antiVHC confirma el diagnóstico.
El diagnóstico de la infección por el virus de la hepatitis D suele basarse en la positividad de antiHD en pacientes HbsAg positivos.
Para el diagnóstico de la hepatitis E se utiliza la detección del AntiHEV o técnicas de biología molecular (PCR).

PREVENCIÓN DE LAS HEPATITIS


El repaso de los mecanismos de transmisión en cada una de las hepatitis es lo que sugerirá los mecanismos de prevención.
Para evitar la transmisión parenteral es importante evitar usar material de inyección que no sea estéril. Tampoco hay que compartir máquinas ni
cuchillas de afeitar, ni material de tatuar, ni cepillos dentales u otros objetos personales que puedan estar en contacto con sangre o fluidos corporales.

PREVENCIÓN DE LAS HEPATITIS


Para la prevención de la transmisión sexual las parejas sexuales de personas con hepatitis B deben usar siempre r preservativos. Para evitar las
hepatitis que se transmiten por vía oral-fecal es importante lavarse las manos con frecuencia siempre después de ir al servicio y antes de comer, y
lavar bien las frutas y verduras que se consuman crudas. Tampoco se deben compartir cigarros ni “canutos”.

PREVENCIÓN: LAS VACUNAS


Las vacunas son un elemento estratégico en la prevención de las hepatitis víricas. Existen vacunas frente a la hepatitis A y B, con gran capacidad de
protección y con pocos efectos secundarios. La vacuna de la hepatitis B se oferta en la prisión, y en todos los Centros de Salud y hospitales de la red
pública sanitaria. La hepatitis B puede producir graves lesiones en el hígado que se evitarían con esta vacuna. ¡PÍDELA!

TRATAMIENTOS FARMACOLOGICOS DE LAS HEPATITIS


Hay pocos fármacos para tratar las hepatitis víricas, además son caros, no son muy eficaces y tienen efectos secundarios. Generalmente se emplean
en personas que tienen hepatitis crónica (B y C). El 40% de los pacientes con hepatitis B crónica tienen buenos resultados al tratamiento con
interferón. En los casos de hepatitis C este porcentaje es del 25%, y del 30-40% si se administra interferón más ribavirina. No parece que los
corticoides o el aciclovir de buenos resultados en estos enfermos. Por todo la anterior hay que insistir en que lo más importante es la prevención,
sobre todo la vacunación.

HEPATITIS Y SIDA
En España la vía más importante de transmisión del SIDA ha sido la parenteral, por consumo de drogas inyectadas. Por esta vía se transmiten
también las hepatitis de peor pronóstico, B, C y D, que son las que pueden llegar a producir cirrosis hepática e incluso cáncer de hígado. Por ello, los
pacientes VIH positivos frecuentemente se infectan a la vez con los virus de estas hepatitis. La superposición de estos factores de riesgo,
especialmente en usuarios de drogas inyectadas, hace necesario descartar esta asociación en el diagnóstico de cualquiera de ellos. La coinfección de
los virus de la hepatitis con el VIH pueden producir graves complicaciones en ambas enfermedades.
Por otro lado, la presencia de enfermedad crónica del hígado puede ser motivo de intolerancia de los medicamentos que se toman para el tratamiento
de la infección por el VIH. Y por tanto empeorar su pronóstico. Todo esto ha hecho resaltar la importancia del tratamiento de las hepatitis virales en
los pacientes VIH positivos.

CONCLUSIONES
Hemos visto que las hepatitis víricas son peligrosas, pueden llevarnos a una cirrosis hepática a un cáncer de hígado e incluso a la muerte de forma
fulminante. Pero sabemos como se transmiten, por tanto podemos evitarlas. Hay que utilizar las vacunas, no usar material de inyección contaminado,
usar el preservativo en las relaciones sexuales, y mantener buenas medidas higiénicas.
Con estas medidas podremos evitar contraer una hepatitis vírica, y si ya se ha producido la infección evitaremos transmitirla a otras personas.

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