Crítica de Mannheim a Lukàcs

El origen de muchas de las ideas centrales en la propuesta de Mannheim puede

encontrarse en el pensamiento de Lukàcs, ejemplo de esto son la categoría de totalidad, la visión
dialéctica de la historia, los conceptos de clase social y conciencia de clase. Llevando a la
coincidencia entre ambos autores en la crítica al marxismo vulgar y al mecanicismo
economicista, planteando la necesidad de una explicación de la sociedad como algo más
complejo en donde intervienen factores extraeconómicos.

Sin embargo la postura de Mannheim termina distanciándose de la de Lukàcs en tanto que al sólo
confluir en algunos aspectos de su historia de las ideas, arroja una visión distinta de la evolución
social.

Ambos plantean la posibilidad de conocimiento y la verdad como circunscrita a momentos y

condiciones históricas específicas, buscando escapar del relativismo histórico absoluto mediante
el establecimiento de un criterio de objetividad, aunque éste esté históricamente condicionado.
Mientras que Lukàcs encuentra este criterio de objetividad en el materialismo histórico, asociado
exclusivamente al proletariado, tanto como método como teoría (sin dejar de reconocer que es
necesario hacerle ciertas adaptaciones de acuerdo al momento histórico que se esté estudiando,
particularmente para etapas precapitalistas); Mannheim en cambio plantea una perspectiva teórica
en la que la ideología (o posición espiritual, siguiendo el lenguaje del autor) no se encuentra
inmediatamente relacionada con la clase social, sino mediada por la categoría de estrato
espiritual, entendiendo por estrato espiritual un grupo que comparte una voluntad de mundo que
lo compromete con un sistema económico en un momento determinado, de manera que un estrato
espiritual puede asociarse a distintas clases sociales de acuerdo al momento histórico en el que se
encuentre, no existiendo una ciencia exclusivamente burguesa o una exclusivamente proletaria,
volviéndose, por tanto, imposible atribuirle mayor conciencia de la realidad a una ideología o a
otra.

Otra de las reformulaciones que hace Mannheim a los planteamientos de Lukàcs estriba en que
mientras para el segundo la economía, a través de la violencia, ha sido el motor de todas las
transformaciones sociales hasta llegar al capitalismo, la superación de éste en un modo superior
de producción dependerá de la sujeción de la economía al servicio de la conciencia del hombre.
Mannheim plantea en cambio, la imposibilidad de explicar a la sociedad y a las transformaciones
sociales, en cualquier momento, como una derivación unilateral del desarrollo económico, pues si
bien éste no deja de tener un lugar central coexiste con otros determinantes de la transformación
social.