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fernando bouza
De Rafael a Ribera y de Nápoles a Madrid.
Nuevos inventarios de la colección
Medina de las Torres-Stigliano (1641-1656)
Para Jonathan Brown y Rosario Villari
«Est de la famille des carpes»
Georges Cuvier ante la Virgen del pez
lo primero que hizo al entrar en la corte fue
equivocarse. El 10 de octubre de 1624 se concertaban
sus capitulaciones matrimoniales con María de Guz-
mán, la hija del todopoderoso Olivares, circunstancia
solemne que aupaba al futuro duque de Medina de las
Torres a lugar preeminente en los círculos palatinos de
la corte. Una de las cláusulas del contrato establecía que
debía pasar a apellidarse Pérez de Guzmán por línea de
mayorazgo y llamarse «por título único de estado» no
marqués de Toral, como había hecho hasta entonces,
sino de Heliche, como su esposa. Pero el capitulante se
confundió lamentablemente y rubricó la escritura con
su flamante apellido recién adquirido, olvidando fir-
marse como título. Ante sus distinguidos testigos, hubo
de tacharlo para firmar de nuevo, ahora sí, «el marqués
de [H]eliche»1.
lucimiento aristocrático y «cultura de la
persona». medina de las torres y sus coches,
libreas, libros y pinturas
Destacado servidor de la Monarquía en distintos cargos
de palacio y de gobierno, entre los que sobresale su
virreinato en Nápoles (1637-44), la ejecutoria de Rami-
ro Núñez Felípez de Guzmán (Burgo de Osma, h. 1602-
44
Madrid, 1668)2 parece dominada por una proteica capa-
cidad para corregir su situación, o sus errores, y adap-
tarse a las mudanzas de la corte y de su tornadiza lucha
política (fig. 2). Fue capaz, así, de sobreponerse a la tem-
prana muerte, sin sucesión, de la marquesa de Heliche
en 1626, a la exoneración de Gaspar de Guzmán en 1643,
a su dudosa salida y regreso de Nápoles o al ascenso de
Luis Méndez de Haro. Aunque la regencia de Mariana
de Austria no le fue tan propicia como él hubiera es-
perado, el predicamento de Medina de las Torres en
el período final del reinado de Felipe IV fue indudable3.
Junto a una política matrimonial nada imprudente,
jalonada por los tres enlaces que lo unieron a los Oliva-
res (1625), los Carafa-Stigliano (1636) y los Oñate (1658),
Medina de las Torres desarrolló una activa vida corte-
sana que no sólo corre en paralelo, sino que, como era
habitual, se integra en ese cursus honorum que sus espon-
sales vinieron a acelerar. Coincidiendo con su firma y
consciente de lo necesarios que unos avisos de corte le
resultaban a su nuevo hijo, el conde duque redactó un
«papel» para él en 1624, que ha sido dado a conocer por
John H. Elliott4.
En esta Instrucción de Gaspar de Guzmán encontra-
mos la proclamación de los principios fundamentales
de la ética nobiliaria de corte (temor a Dios, lealtad al
rey, liberalidad, piedad, etc.) mezclada con una ape-
lación más concreta al aprendizaje y al ejercicio de
determinados usos y prácticas que eran imprescindibles
para la vida de palacio. Así, siguiendo la rica tradición
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1. Rafael, Sagrada Familia con san Jerónimo, el arcángel Rafael y Tobías o Virgen del pez, 1513-14. Óleo sobre tabla traspasado a lienzo,
215 x 158 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado (p-297)

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manuscrita de las instrucciones de heredero5, Olivares,
por ejemplo, le aconseja: «aprended a danzar, esgrimir
y andar a caballo, porque es forzoso saberlo hacer»6.
Incluso, el servicio personal que debía prestarle al rey
como sumiller de corps podía beneficiarse de alguna
pequeña estrategia ensayada, pues la «maña» con la que
había de servirlo «no se adquiere de golpe, y así con ir
mirando despacio y ensayándoos donde el rey no lo vea,
lo vendréis a conseguir»7.
La insistencia en el aprendizaje de ciertas prácticas
no estaba reñida, en modo alguno, con mantener que la
condición del gentilhombre de corte era egregia por
naturaleza. En el fondo, la cultura aristocrática alto-
moderna suponía que la praestantia innata del caballero
se dejaría ver a través de usos externos que la represen-
taban y que le concedían la ocasión para mostrar cuán
grande era su ánimo. Con su particular agudeza, en 1639,
Francisco Manuel de Melo acertó a calificar los hábitos
de los nobles del Siglo de Oro como propios de una «cul-
tura de la persona». A esa conclusión llega viendo cómo
se afanaban por cuidar «sus casas, sus coches, sus caba-
llos y libreas» y, de forma voluntaria, se desentendían de
otras ocupaciones intelectuales8.
No es sencillo dilucidar a qué prácticas cabe exten-
der esta «cultura de la persona» hacia la que, a juicio de
Melo, se había inclinado intencionalmente la aristo-
cracia hispana del siglo xvii, hasta el punto de resultarle
definitoria. En cualquier caso, tales prácticas irían des-
de la atención a las galas personales o las preseas domés-
ticas hasta la participación en festejos ecuestres y otros
ejercicios, o gestos, que denotasen distinción. Entre
éstos cabe incluir el coleccionismo, tanto el de libros
raros, códices u objetos relacionados con nuevos sabe-
res científicos como el de pinturas originales o sus me-
jores copias. Además de estar presidida por la lógica
económica del consumo conspicuo y de reputación, se
trataba, sin duda, de una cultura de naturaleza fuer-
temente material y muy visualizada frente a los, más
ideales y especulativos, ejercicios del entendimiento,
«potencia liberal, libre y para todos»9, condiciones que
no se avendrían bien con la autoproclamada desigual-
dad nobiliaria.
Con frecuencia se alude en cartas de nuevas y demás
avisos de corte a lo lucido que había resultado la inter-
vención de un aristócrata en este o aquel actos de pala-
cio. Ese lucimiento –particulares luces de la cultura
nobiliaria barroca– era algo más que la mera ostenta-
46 b o l et í n d e l
ción personal o familiar, incluyendo aquí a los servido-
res y criados, sino una auténtica categoría a la que cabía
atribuir cierto valor político.
Como se dice en unos Avisos de corte, escritos a
mediados hacia 1650, «no consiste el lucimiento en las
demasiadas galas, sino en el acierto bien correspondi-
do de ellas», pues «vestir brocados, y traer los criados
rotos, tener muchos cavallos y criados, aquellos flacos,
y éstos mal vestidos, mas es obstentación de desgobier-
no, que ambición de lucimiento»10. De esta manera, la
«cultura de la persona» se puede considerar un medio a
través del cual se daba a entender que se era capaz de
gobierno, de gobernarse a uno y, también, de dar gobier-
no a las personas que se tenía a cargo. Como exponen
los mencionados Avisos, para lucir, además de tener
recursos, había que saber elegir y, por tanto, decidir lo
más adecuado para uno mismo y para los otros, abrién-
dose el camino para que determinadas prácticas cultu-
rales, en especial las que entrañaban saber elegir, pudie-
ran ser leídas en clave política. Al fin de cuentas, el
ejercicio de la política consistía en la toma de las deci-
siones más oportunas en atención a variables distintas
y fortuitas, como eran los recursos o la ocasión.
Medina de las Torres responde bastante bien a este
modelo de «cultura de la persona». Siempre se cuidó
enormemente del lucimiento de su apariencia, empe-
zando por el modo de presentarse a sí mismo y, con él,
a sus criados. Por ejemplo, una noticia de corte, de abril
de 1660, da cuenta de los extraordinarios gastos en
libreas que había hecho para la jornada al Bidasoa, seña-
lando, además, que «de los vestidos personales de Su
Excelencia se refieren grandezas, como también de las
joyas que lleva a la jornada, dignas de la grandeza de su
ilustre corazón»11. Lo mismo podría decirse de su mane-
ra de presentarse en los corrales de comedias, que tan-
to frecuentaba, o, incluso, de hacerse público en las
calles de la corte, atónita, por ejemplo, en 1625 ante su
invención de cerrar con vidrieras la caja de su coche o,
en 1629, ante su lucida participación en la máscara
«famosa» que «ordenó» con motivo del nacimiento del
príncipe Baltasar Carlos y en la que entró toda la corte,
incluido el monarca mismo12.
Por cierto, la relación de la máscara se dio aquel mis-
mo año a la imprenta, un medio con el que el duque
estableció una conexión continua y muy cercana, lle-
gando a disponer de una prensa y varias cajas para
«imprimir los papeles de sus pleytos» que, ciertamente,
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fueron muchos. Medina de las Torres recurría a Diego

Díaz de la Carrera y a sus oficiales para hacer mover esta
imprenta que instaló en el Buen Retiro, mereciendo el
honor de ser visitada por el propio Felipe IV en 165113.
Repárese que ni por el objeto de sus producciones, ale-
gaciones fiscales para ser presentadas ante los tribuna-
les, ni por su localización, la imprenta de Medina de las
Torres podía ser confundida con un vulgar estableci-
miento de copias venales.
Su biblioteca fue, sin duda, magnífica y justamente
celebrada por sus ricas encuadernaciones en tafilete
rojo con el super libros heráldico de los Medina de las
Torres-Stigliano timbrado en oro14. Ni que decir tiene
que la huella de Olivares está muy presente en el colec-
cionismo librario de su yerno, tanto por la evidente
resonancia de su encuadernación como por el carácter
selectísimo de su contenido, en el que cabe encontrar
perfiles que lo acercan al modelo de noble instruido que
proponía Gaspar de Guzmán15. No obstante, conviene
recordar que, por sí mismos, los Toral se merecerían un
lugar en la historia cultural del Siglo de Oro, al mante-
ner, por ejemplo, una estrecha relación con el gran
bibliófilo Diego Sarmiento de Acuña, quien llegó a
actuar como testigo en las mencionadas capitulaciones
matrimoniales de 1624. Sea como fuere, la alianza con
Olivares amplió de manera intensísima las posibilida-
des, los medios y el impacto de las prácticas culturales
del hasta entonces marqués de Toral. 2. Giulano Finelli, fundido por Juan Melchor Pérez, Duque de Medina de
A la bibliofilia extensiva de Medina de las Torres se las Torres, 1643. Bronce, 75 x 64 x 31 cm. Madrid, Museo Nacional del
une, como era habitual, el favor dispensado hacia algu- Prado (e-254)

nos hombres de letras. Entre otros, Quevedo, Paravi-

cino, Pérez de Montalbán y Ruiz de Alarcón hicieron
público su patronazgo, al dedicarle obras suyas o al reco-
nocer su protección indicando que los había instado a
editarlas16. Y en su relación con los ingenios de su tiem-
po, Núñez de Guzmán también mostró, por cierto, una
selecta elegancia.
Así, se llevó consigo a Nápoles al épico Miguel de
Silveira y al músico Nicolao Doizi (Dias) de Velasco,
teórico de la guitarra como instrumento perfecto17. Del
mismo modo, dispensó su favor tanto a Juan de Jáure-
gui, pintor poeta, como a Jerónimo de San José, a quien
Medina visitaba en su celda antes de partir hacia Italia,
franqueándole el padre carmelita un traslado manus-
crito de su Genio de la historia, esa obra que por enton-
ces su propio autor llamaba «Discurso largo acerca del
arte de historiar, de la cultura, del estilo i lenguage»18.
Además de su librería, también fue famosa y rica su
colección de tapicerías, hasta el punto de que Baltasar
Gracián las encarece en un pasaje del Criticón: allí don-
de las señala como las mejores que pueden salir de mano
del hombre, sólo inferiores a las «colgaduras» que teje
la propia naturaleza, pues «¿qué tienen que ver con ellas
las más ricas, y bordadas del célebre Duque de Medina
de las Torres?»19. Por supuesto, alguien tan cortesano y
atento al lucimiento como él no podía pasar por alto
dónde se dispondrían tantas y tan ricas cosas que daban
a conocer, parafraseando al avisador de 1660, «la gran-
deza de su ilustre corazón».
Siempre atento a las casas movedizas y a los equipa-
jes de paso, indicio seguro de alguna novedad, al curio-

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so Madrid de Felipe IV no le pasaron inadvertidos los
ochenta cajones que, a comienzos de octubre de 1655,
el duque recibió de Nápoles. Un aviso de Jerónimo de
Barrionuevo daba cuenta, puntual, de que sólo en dere-
chos de aduana se le habían pedido 11.000 ducados para
poder desembarcarlos20.
En aquellos cajones venía una parte de la recámara
de los Medina de las Torres-Stigliano que Núñez de
Guzmán había dejado en Italia a su regreso a España
cuando se puso término, en 1644, a su virreinato napo-
litano. Once años más tarde, el matrimonio concerta-
do entre su primogénito, Nicolás Gaspar Felípez Núñez
de Guzmán y Carafa, príncipe de Stigliano, con María
Álvarez de Toledo21 hacía preciso el envío a la corte de
los mencionados cajones con ropa, plata labrada, col-
gaduras y otras alhajas. Los esponsales tuvieron que
retrasarse dos años, pero ya en 1655 Medina de las Torres
había buscado un lugar capaz, tanto para alojar a la
numerosa familia que atendería a los nuevos esposos
como para disponer el «maremágnum» en cajones que
acababa de recibir22. Las casas de Antonio de Alosa aca-
baron por ser las ocupadas, tomándose en alquiler por
nada menos que 400 ducados23.
Barrionuevo afirma que Medina de las Torres se
inclinó por ellas teniendo en cuenta, en primer lugar, lo
conveniente de su tamaño frente a otras que eran más
«estrechas». No obstante, el avisador asegura que las
casas del secretario Alosa habían resultado las elegidas
«sobre todo por lo levantado de las piezas, por lo que se
señorean en extremo lo lucido y rico de las muchas col-
gaduras, pinturas y alhajas»24.
De esta manera, también las pinturas y su colección
quedarían al amparo de esa aristocrática «cultura de la
persona» de la que hablaba Francisco Manuel de Melo.
También el propietario de una galería de cuadros daría
muestras de su lucimiento, que, recuérdese, podía ser
interpretado como capacidad de gobierno por medio
de la muestra de las pinturas que había elegido, podido
adquirir y logrado poseer.
El lugar del duque de Medina de las Torres en la his-
toria del mecenazgo y del coleccionismo artísticos es
sobradamente conocido. De un lado, su predilección
por las obras de Ribera durante su virreinato napolita-
no ha unido su nombre a la fortuna del Españoleto25. De
otro, es célebre por haber regalado algunas pinturas de
valor extraordinario a Felipe IV, entre ellas, por exce-
lencia, La Virgen del pez de Rafael (fig. 1)26.
48 b o l et í n d e l
Sin embargo, aunque menudean las noticias sobre
su interés por la pintura y su gusto, para la reconstruc-
ción del conjunto de su colección hasta ahora se dispo-
nía apenas de la documentación notarial producida des-
pués de su muerte en 166827. Como es habitual en tantos
inventarios post mortem del Siglo de Oro, la información
recogida por el escribano fue muy sucinta y dificulta la
correcta identificación de sus entradas. Por otra parte,
en el caso de Medina de las Torres, éstas son relativa-
mente escasas en número, en especial si las compara-
mos con las inmensas colecciones de Gaspar de Haro y
Guzmán, marqués del Carpio, o de Diego Mexía Felí-
pez de Guzmán, marqués de Leganés. Por otra parte,
los tres fueron, parafraseando a Tormo, «deudos del
Conde Duque»28 y rivalizaron entre sí por su herencia
tanto en pleitos como en gestos.
El afortunado hallazgo en el Archivo Histórico
Nacional de Madrid de una serie de inventarios de la
guardarobba de los Medina de las Torres-Stigliano, data-
dos entre 1638 y 1656, permite aportar nueva luz sobre
la colección pictórica de Ramiro de Guzmán, en es-
pecial para los años de su virreinato en Nápoles29. En
el ecuador de este gobierno, en 1641, se concluyó un
detallado inventario de la guardarropa o recámara del
duque y de su esposa, Anna Carafa, princesa de Sti-
gliano y duquesa de Sabbionetta, en el que se registran
más de doscientas pinturas de forma bastante detalla-
da. A título de ejemplo, la antes mencionada Virgen del
pez, incluida la cortina carmesí que entonces la velaba,
es asentada de la siguiente manera: «Un quadro grande
co’una Madonna col Bambino in Braccia assisa in una sedia
di legno, da una parte l’Angelo Gabriele [sic] co’Tobia col pes-
ce in mano, dall’altra un S. Geronimo co’un libro in mano, e
leone a piedi, co’cornice lauorata indorata e detto d’altezza
palmi diece e largo sette e mezzo co’cortina di armesino cre-
mesino co’pezzillo d’oro intorno co’laccio e fiocchi, di mano di
Rafaele»30.
La intención de este artículo no es otra que pre-
sentar la nueva documentación localizada. Una pre-
sentación que ha de ser necesariamente somera en
espera de un posterior tratamiento más profundizado
en el que se pueda proceder a la identificación de un
mayor número de autores y de obras. Ahora, apenas,
se realiza una primera lectura de las numerosas noti-
cias que dicha serie documental ofrece para el conoci-
miento de la historia del coleccionismo en España e
Italia.
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las pinturas en la guardarobba de medina de
las torres-stigliano. lectura material de un
inventario de recámara
El inventario de 1641 de los Medina de las Torres-Sti-
gliano y los otros que ahora presentamos aparecen, por
desgracia, fuera de todo contexto documental que per-
mita explicar cómo y por qué han llegado a su actual
paradero, aunque, dada su localización, es posible que
toda la serie tuviera relación con algún pleito o proce-
so judicial seguido cerca del Consejo de Italia, acaso en
relación con la herencia del antes citado príncipe de Sti-
gliano, fallecido en 1689. Por razones materiales, como
ciertos espacios que han sido dejados en blanco, se pue-
de deducir que se trata de copias de originales anterio-
res, quizá de los libros registro de la guardarobba de los
Carafa-Stigliano que debían ser custodiados y actuali-
zados por sus distintos oficiales31. Asimismo, el con-
junto guarda una estrecha relación con Elena Aldo-
brandini, duquesa de Rocca Mondragone y suegra de
Medina de las Torres. Esta dama, de una casa tan impor-
tante para la historia del coleccionismo italiano del pe-
ríodo, era hija de Olimpia Aldobrandini y actuó como
«amministratrice e procuratrice generale» de su nieto el prín-
cipe de Stigliano desde 1644, año de la muerte de Anna
Carafa y del regreso del duque a España, hasta 166032.
Aparte del registro mencionado concluido en 1641,
la serie se compone de otros inventarios y relaciones de
bienes fechados, respectivamente, en 1638, 1639, 1644,
1645-49 y 1655-5633. Como es habitual en los inventarios
de las recámaras nobiliarias, en esta documentación se
toma cuenta de todos los bienes muebles que formaban
parte de, in genere, los enseres de la casa destinados al
servicio de sus señores, tanto de asiento como de cami-
no. Esto incluía, obviamente, de camas a escritorios y
libros, de espejos a joyas, de sillas a plata o, en suma, de
relojes y tapices a pinturas34.
La robba de los Medina de los Torres-Stigliano, a la
luz de esta serie documental, estuvo durante aquellos
años al cuidado de distintos oficiales: Alessandro di
Letizia (guardarobba), Alessandro Becchi (guardarobba
maggiore) y Jacopo Almerighi (guardarobba), actuando
Giovanni Pettorino como guardarobba di strada. El papel
de este último resulta especialmente interesante por-
que debía ocuparse del traslado de la recámara ducal
desde Nápoles a España y, viceversa, del regreso de algu-
nos objetos a Italia, empezando por el viaje de Medina
de las Torres en 1644 y continuando con los distintos
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envíos organizados por Elena Aldobrandini a partir de
esa fecha.
Por tanto, esta serie de inventarios permite conocer
el estado de la colección pictórica de Ramiro Núñez Felí-
pez de Guzmán en 1641, pero también la llegada a Espa-
ña de cuadros años después de que hubiese concluido su
virreinato napolitano. En esto, es importante señalar que
Medina de las Torres dejó en Italia su biblioteca y una par-
te de su colección de pinturas, que no trajo consigo com-
pleta cuando regresó a España35. En especial, puede ser
conocido el movimiento de pinturas y otros objetos pre-
ciosos que se realizó en 1649 y en el bienio 1655-56, en
este caso con motivo del matrimonio del príncipe de Sti-
gliano con María Álvarez de Toledo, que formarían par-
te de aquel «maremágnum» para el que buscó un lugar
apropiado y lucido el duque de Medina de las Torres.
Así, en mayo de 1655 abandonaba Nápoles el navío
San Giorgio il Grande, al mando de un capitán holandés,
con un cargamento de más de 30 pinturas.36 Algunas,
como las registradas «un quadro grande co’cornice di Ber-
sabea di mano d’Artemitia [Gentileschi]», «un quadro gran-
de co’Venere et Adone co’cornice di mano del Cantasino [i.e.
Simone Cantarini]» o «un quatro [sic] de fiori con cornice
d’ebano de mano del sr Duca di Bracciano», es decir, una
obra del virtuoso Paolo Giordano Orsini, duque de
Bracciano37, no figuran en el inventario de Medina de
las Torres-Stigliano de 1641. Pero en la mayoría de los
casos la comparación entre ambos registros muestra
que lo enviado a España en 1655 ya formaba parte de la
recámara ducal 14 años antes.
Por ejemplo, en la carga del citado navío se reseña-
ban «un quadro grande di S. Pietro in Vincolo co’cornice di
mano di Ribera» y «un quadro in tela co’Giacob e pecore di
mano di Giuseppe Ribera»38 que responderían a las siguien-
tes dos entradas de 1641: «un quadro grande figura di S.
Pietro disteso in terra incatenato, che appoggia al ceppo con
panelle, e con un Angelo sopra con cornice d’oro lavorata di
palmi […] d’altezza, e larghezza […] di mano di Gioseppe
Ribera» y «Giacob con diverse pecore con cornice indorata di
palmi sette d’altezza, e largo nove di mano del detto»39. Nos
encontramos, pues, ante el Jacob y el rebaño de Labán y la
Liberación de san Pedro de Ribera, hoy en El Escorial40,
que también aparecen en el inventario post mortem de
Medina de las Torres hecho en 166941.
El inventario de la guardarobba de 1641, que es el que
contiene la información más rica y abundante sobre la
colección de Medina de las Torres, incluye una prime-
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3. Alessandro Bonvicino, «il

Moretto», La sibila Eritrea,
1530-32. Temple graso sobre
lienzo, 162 x 56 cm.
Patrimonio Nacional,
Monasterio de San Lorenzo
del Escorial

4. Alessandro Bonvicino,
«il Moretto», El profeta Isaías,
1530-32. Temple graso sobre
lienzo, 164,5 x 55 cm.
Patrimonio Nacional,
Monasterio de San Lorenzo
del Escorial

ra relación de pinturas levantada de forma sucinta,
apenas una lista enumerativa en la que se han agrupa-
do las obras por autores. Así, entre otros, se señalan
«otto quadri di Gioseppe Ribera», «dui quadri di Monsu Puz-
zin» o «3 quadri di Diego Velasches»42. Siendo elocuente,
como vemos, se acompaña esta nómina, por fortuna,
de una mucho más detallada y precisa «Nota di diversi
quadri»43.
Consta ésta de 211 entradas para 282 piezas distin-
tas44, abriéndose una rúbrica particular para la amplia
presencia de cuadros de «Paesi, e Fiori, Frutti, et animali»
[112-160]. Se ofrecen medidas de las piezas, en palmi,
pero parecen incluir los marcos, lo que dificulta recurrir
a ellas a la hora de proponer identificaciones. En cuan-
to a los soportes, se mencionan expresamente las pin-
turas sobre tabla, no pocas, así como cuadros «di rame»

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5. Tiziano, La Virgen con el Niño entre san Antonio de Padua y san Roque, h. 1510. Óleo sobre lienzo, 32 x 133 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado (p-288)
o láminas45 y sobre piedra, incluyéndose, además, una
serie cartográfica sobre papel de «Cinquant’otto quadret-
ti di diversi Provincie, e Paesi in carta incollati sopra tela, tut-
ti d’una misura» [218].
Las indicaciones de autoría, por su parte, son bas-
tante numerosas y minuciosas46. Abundan las mencio-
nes a «di mano», señalándose a continuación el nombre
del pintor, pero también se hacen referencias a escue-
las de los grandes artistas, así las de Rafael [5], Tiziano
[31-33], Bassano [14] y Parmigianino [39], o a las que
designan topográficamente, como escuela veneciana
[107-109] o lombarda [110], indicándose en un caso «di
mano tudesca» [111]. Algunas observaciones son, por últi-
mo, de evidente carácter estético, no ahorrándose el
registro de que se trata de una obra «di mano di Pittor
Mediocre» [160] o «di mano ordinaria» [161]. Tampoco se
esquiva la necesidad de reconocer que uno de los cua-
dros ha de ser, tan sólo, atribuido a un gran nombre; tal
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s
es el caso de una pintura de la que se dice que es «tenu-
ta di mano di Rafaele» [201].
Dada su naturaleza de inventario general de la recá-
mara, no se hace mención expresa de la posible localiza-
ción espacial de las pinturas, aunque no parece difícil con-
jeturar la existencia de, por lo menos, dos galerías, una de
naturaleza cosmográfica formada por los «cinquant’otto
quadretti di diversi Provincie, e Paesi» [218]47, y una segunda
[188-215] de retratos de soberanos, pontífices y, ante todo,
distintos miembros y familiares de la casa de Medina de
las Torres-Stigliano (Carafa, Gonzaga, Colonna), en la que
se incluía un «arbore di Casa Carafa co’cornice d’oro lavorata
co’diverse armi» [208]. A falta de referencias topográficas,
de hecho y en términos generales, parece haberse segui-
do una ordenación por artistas, salvo en los casos de esa
hipotética galería de retratos y de la serie de «Paesi, e Fio-
ri, Frutti, et animali», dentro de las cuales, sin embargo, no
deja de ser observable cierto orden por autores.
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Sobre esta base material, se puede deducir la exis-
tencia de una clara conciencia de la posesión de una
colección que está presidida por evidentes criterios
artísticos. A ello conducirían tanto la expresa mención
de los nombres de los pintores y la agrupación de sus
obras como la inclusión de la noción de escuela, el reco-
nocimiento de la figura de la atribución («tenuta di
mano») o de la calidad de las piezas (ordinaria, medio-
cre). No se hace, sin embargo, referencia alguna a la
existencia de copias, las cuales, sin duda, también figu-
raron en la colección, como era habitual en la época. No
obstante, la calidad enorme de algunas de las pinturas
hoy conocidas que pertenecieron a Medina de las Torres
permite suponer que, en efecto, muchos de los cuadros
que poseía en Nápoles en 1641 eran originales o versio-
nes muy cercanas a los originales.
Sentada la posibilidad, como indicamos antes, de que
la serie del Archivo Histórico Nacional sea copia de un
registro original de la guardarobba de los Medina de las
Torres-Stigliano, queda por determinar quién realizó la
«Nota di diversi quadri» del inventario de 1641, pues por
su detalle y precisión parece superar las habilidades pro-
pias de los oficiales de recámara. No sería descabellado
conjeturar la existencia de una relación de pinturas rea-
lizada ex professo por un artista o un erudito conocedor
que se moviese en el círculo napolitano de Núñez de
Guzmán y cuyo contenido se asentase en los registros
originales de la guardarobba, pasando de éstos a los inven-
tarios madrileños que ahora damos a conocer.
En ese sentido, la colección de Medina de las Torres
podría haber contado con un documento similar a la
memoria de «todas las [estatuas] que ay en essa cassa i
de las demás cossas que quedaron en ella de antigüedad
i pintura i algunas cossas i caxones que desde que salí
della [Sevilla] he ido embiando» de la que el tercer
duque de Alcalá pidió a Juan Antonio de Herrera que le
enviase una copia a Palermo en 1635. En el caso de Fer-
nando Enríquez de Ribera, el redactor de la memoria
debió de ser Juan de Arroyo, quien figura al cargo de las
«pinturas i piedras» del duque en la Instrucción que se
envió a los gobernadores del estado de 1635, un documento
relevante para la historia del coleccionismo español en
el que, entre otras cosas, se impone que no se permita
«que de aquí adelante se copie alguna pintura sin parti-
cular orden mío»48.
Pero volviendo a la «Nota di diversi quadri» de
Medina de las Torres-Stigliano, ni que decir tiene que
52 b o l et í n d e l
algunas de las autorías consignadas en el inventario no
han sido mantenidas por la crítica artística posterior.
Así, La sibila Eritrea y El profeta Isaías de Alessandro
Bonvicino, Moretto, hoy en El Escorial (figs. 3 y 4) 49,
se tienen aquí por obras de Garofalo («di mano di Bene-
venuto di Garofali Ferrarese») [45-46]. Otras, en cambio,
no han dejado de ser discutidas, como la siguiente
entrada: «un quadro con la Madonna col Bambino in brac-
cia a destra S. Antonio di Padua col giglio e messale in terra
a sinistra S. Rocco con bordone in mano co’cornice di lavoro
dorata alto palmi dui e mezzo largo sei di mano del retros-
critto Tiziano» [26]. El inventario de 1641 testimonia,
así, la presencia de la Virgen, con el Niño en brazos, entre
san Antonio de Padua y san Roque (fig. 5), del Prado, en la
antigua colección de Medina de las Torres, donde toda-
vía estaba en 1649 cuando viajó de Nápoles hacia Espa-
ña50, pero como de autoría de Tiziano y no de Gior-
gione51, bajo cuyo nombre, sin embargo, sí se registra
«una decollatione di S. Giovanni con piú figure con cornice
di palmi larga sette, et alta palmi sei, e mezzo di mano di
Giorgion da Castelfranco» [59].
obras y artistas en la colección virreinal de
los medina de las torres-stigliano
A la luz de los artistas mencionados en el inventario, la
nómina de las pinturas reunidas por Ramiro Núñez de
Guzmán y Anna Carafa en 1641 era de una extraordi-
naria calidad. Aunque hay algunas, muy interesantes,
piezas tenidas por alemanas, flamencas, francesas o
españolas, resulta abrumador el dominio de autores ita-
lianos en un conjunto que se extendía tanto a obras ya
por entonces de una relativa antigüedad como a las pro-
ducciones de artistas que todavía se encontraban en ple-
na actividad.
Entre los artistas presentes en la Nápoles virreinal
de Medina de las Torres figuran, entre otros y además
de Ribera, Luca Forte [152-154], Giacomo Recco [159],
Agostino Beltrano52 [140-141], Goffredo Wals [133-134],
Scipione Compagno [35], Viviano Codazzi [135-136],
Giovan Bernardino Azzolino [105] o Aniello Falcone
[149-151]. Como se sabe, Núñez de Guzmán intervino
en el encargo o el envío de obras de algunos de estos
pintores con destino a la decoración del Buen Retiro
madrileño53, por lo que no sorprende que también apa-
rezcan en su propia colección. Merece la pena destacar
la mención a una «camera finta» de Codazzi, «co’tutti li
suoi quadri» [136], así como la presencia de «un quadro co’-
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6. Aniello Falcone, Concierto. Óleo sobre lienzo, 109 x 127 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado (p-87)
diverse figure co’cimbalo, et altri instromenti di musica, qua-
li stanno cantando co’una figura con conestro de fiori, e frutti
in testa, et in mano un bocale» de mano de Falcone [150],
que ha de ser su Concierto hoy en el Prado (fig. 6).
Pero, sin duda, el artista activo más importante
entonces en Nápoles y que está presente en la colección
en 1641, con ocho obras, es José de Ribera [73-80], un
pintor por el que Medina de las Torres mostró especial
predilección54. Junto a los ya citados Jacob y el rebaño de
Labán [77] y La Liberación de san Pedro [73], aparecen un
Venus y Adonis muerto [74] que se ha de poner en relación
con la pintura de Cleveland atribuida a un seguidor del
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s
Españoleto (fig. 7)55; una Adoración de los pastores [76], cuya
detallada descripción permite identificar con la escuria-
lense fechada en 164056; un «S. Honofrio ignudo co’scettro, e
corona» [78], con certeza el San Onofre del Escorial57, y la
entrada de «un quadro in rame con tre figure ignude, che tira-
no un busto d’animal morto, sopra il quale ui sta un huomo con
una pignata di fuoco in mano con quattro puttini, una figura
con un osso di morto in mano, et un vecchio, che appoggia sopra
con drago et una tela dietro di mano del detto [Ribera]» [80],
que cabe poner en relación con la Hécate sobre cobre de
Apsley House (fig. 8)58. Por último, los otros dos riberas
inventariados en 1641 –«una mezza figura d’huomo con un
a m a d r i d. n u evo s i n v e n ta r i o s 53
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libro di Musica in mano, che mostra cantare» [75] y «mezza
figura d’un vecchio con diversi libri, et uno in mano di Mathe-
matica con squadro, e baretta all’antica» [79]– parecen res-
ponder, el primero, a la serie de los Sentidos y, el segun-
do, a la de los filósofos, sin que podamos, en este
momento, proponer una identificación más detallada59.
Desde la perspectiva de la historia del coleccionis-
mo y de la práctica pictórica en Nápoles, resulta inte-
resante la presencia en poder de Medina de las Torres
de una obra de Rubens, coincidiendo con el momento
en el que llegaba a la ciudad el Festín de Herodes propie-
dad de Gaspar Roomer60. En el inventario de 1641 se
registra «un quadro co’la Madonna con Bambino in braccio,
S. Anna e S. Gioseppe [...] di mano di Pietro Paolo Rubens»
[94], cuya descripción evoca de inmediato la Sagrada
Familia con santa Ana del Escorial y ahora en el Prado
(fig. 9)61. Del mismo modo, Ramiro Núñez de Guzmán
poseía obras que se asientan como de Anton van Dyck62
[81-82], Guido Reni [61-63], Guercino [47-48], el Caba-
llero de Arpino [71-72], Salvator Rosa [145-146], Paul
Bril [147-148], Nicolas Poussin [84-85], Claudio de
Lorena [137-138] y Diego Velázquez [188, 191-192].
Uno de los dos registros relativos a Van Dyck des-
cribe un cuadro de iconografía algo inusual, pues repre-
54 b o l et í n d e l
7. Anónimo napolitano,
Venus descubriendo a Adonis
muerto, h. 1640. Óleo sobre
lienzo, 184,4 x 238,8 cm.
The Cleveland Museum of Art
(inv. 1965.19)
sentaba a «La Madonna col Bambino, e Madalena, Re
David, et un’altra figura» [81]. Parece tratarse de la mis-
ma pintura que el padre Santos menciona como «Nues-
tra Señora, con el Niño en braços, la Madalena, que le
adora, y otros dos santos, de mano de Vandic»63 y que ha
de añadirse al conjunto de pinturas procedentes de
Medina de las Torres-Stigliano que acabó en El Esco-
rial. Debió tratarse de una Virgen y el Niño adorados por
santos penitentes (la Magdalena, el Rey David y el hijo pró-
digo), como el original de Anton Van Dyck que fue de
Luis XIV, hoy en el Louvre64.
Asimismo, es interesante la mención en la guarda-
robba de 1641 al hecho de que Núñez de Guzmán pose-
yera «un quadro d’Absalon che fa’ammazzare il fratello di pal-
mi otto largo e alto tre» [48], es decir el Asesinato de Amnón
en el banquete de Absalón, una obra de Guercino conocida
hoy en varias versiones (fig. 10)65. Vuelve a ser mencio-
nado el cuadro en el inventario de los bienes de la guar-
darobba consignados hacia España en 1649 de la siguien-
te manera: «un quadro con tre figure due de quali co’pugnali
per amazzar uno che stá sedendo in una seggia, et uno in un’al-
tra seggia co’pennacchio et mostra co’un deto una tavola co’un
bacile et confettura con cornice indorata»66. No hay, sin
embargo, huella de su presencia en el inventario de 1669.
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8. José de Ribera, Hécate. Óleo sobre cobre, 33 x 63 cm. Londres, Apsley House
En cambio, las dos obras asentadas como de Pous-
sin [84-85], que también llegaron a Madrid en 1649, las
conservó Medina de las Torres hasta su muerte, pues
han de identificarse con las «dos fábulas» de la tasación
de pinturas hecha por Juan Carreño de Miranda y Juan
Cabezalero sin indicar mención de autoría alguna67. En
el inventario de 1641, en cambio, aparecen como de
«Monsu Puzzin» y, a la luz de las descripciones, parecen
guardar estrecha relación con las pinturas de bacanal
del pintor francés.
Si Poussin y Lorena se asientan como «Monsu Puz-
zin» y «Monsu Claudio», el inventario de la guardarobba
registra, además, otro «Monsu Germano», que cabe iden-
tificar con Herman van Swanewelt [143-144], por otra
parte próximo a los anteriores. Los tres, como se sabe,
pintaron obras para la decoración del Buen Retiro que
se remitieron a Madrid desde Roma68. De la corte espa-
ñola, en cambio, debió llevar Medina de las Torres a Ita-
lia tres obras que se dan como de Velázquez, a saber, dos
retratos de Felipe IV, uno de media figura [188] y otro
cazador [191], con el que haría pareja un tercer retrato
del príncipe Baltasar Carlos de Austria [192].
Los asientos de estas tres pinturas son los siguien-
tes: «un quadro co’il ritratto del Ré Nostro Signore mezza
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s
figura con cornice d’oro de palmi tre in circa di mano di Die-
go Velasches» [188]; «un’altro Ritratto di Sua Maestá con un
cane, et scoppetta in mano, e bosco, co’cornice d’oro, di palmi
sette, e mezzo di mano del sod. Diego Velasches» [191], y
«un’altro Ritratto del figlio di sua Maestá [Baltasar Carlos]
co’cani tre, e scoppetta in mano co’cornice d’oro de palmi sette
di mano del detto» [192].
Dejando a un lado el primer retrato, cuya descripción
es algo inespecífica, los otros dos han de ponerse en rela-
ción con el Felipe IV y el Príncipe Baltasar Carlos cazado-
res que Velázquez pintó para la Torre de la Parada, hoy
del Prado69. Especialmente interesante es el asiento del
retrato del príncipe porque hace referencia a la presen-
cia de «cani tre», lo que refuerza la hipótesis de que, al ser
recortada la tela del Prado, se perdió un tercer perro que
completaba la composición (fig. 11)70. Medina de las
Torres debió de conservar en su poder estas dos pintu-
ras hasta su muerte, pues parecen esconderse bajo dos
asientos parejos del inventario post mortem hecho en
166971. Si esto fuese así, que Carreño y Cabezalero, que
actuaron como expertos a la hora de hacer la tasación,
no indicasen la autoría del sevillano hace suponer que se
trataba de copias de los originales, pero muy tempranas
pues ya se encontraban en Nápoles en 1641.
a m a d r i d. n u evo s i n v e n ta r i o s 55
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9. Pedro Pablo Rubens, La Sagrada Familia con santa Ana,
h. 1626-30. Óleo sobre lienzo, 115 x 90 cm. Madrid,
Museo Nacional del Prado (p-1639)
Por desgracia, también resulta demasiado sucinta
la descripción de una pintura inventariada como «del
Greco di Spagna» [103], la cual representaría a san Fran-
cisco orando con el hermano León. Junto a este origi-
nal o versión del Greco, cuya presencia en Nápoles en
manos de un patrón de Ribera podía resultar sorpren-
dente, Medina de las Torres poseía un cuadro asenta-
do como «di mano del Villan di Spagna», descrito como
«un quadro di notte co’un bacile pieno d’uva con frondi» [155].
No ha sido posible identificar en las fuentes artísticas
napolitanas un artista conocido con tal nombre, detrás
del que, acaso, se encuentre Juan Fernández, el Labra-
dor, y uno de sus justamente célebres bodegones de
uvas.
La mención de este grupo de pintores, cuyas obras
debió de llevar consigo a Nápoles, ayuda a conocer algo
más la colección de Medina de las Torres con anterio-
ridad al virreinato. Velázquez o el Greco, y en su caso el
Labrador, se podrían añadir, así, al interés de Núñez de
56 b o l et í n
Guzmán por Juan de Jáuregui, citado por el clásico Car-
ducho, o por Bassano o Brueghel de Velours, de quien
poseyó varias obras, entre ellas la serie Los cinco Sentidos
de este último hoy en el Prado, que Medina de las Torres
regaló al rey antes de 163672.
Pero una colección que en la época se preciase de
escogida debía incluir obras de autores que habían
entrado en el particular parnaso de la pintura, habién-
dose hecho merecedores de la atención de la literatura
artística. En el xvii, por supuesto, ya existía ese canon
y, por ejemplo, el Almirante de Castilla, Juan Gaspar
Enríquez de Cabrera, proclamó que lo que le interesa-
ba para su colección eran cuadros, «de los exquisitos»,
de una reducida serie de «pintores clásicos», prefirien-
do «éstos a todos los demás: Ticiano, Paulo Veronés,
Tintoreto, Basan, Andrea Schiavone, Palma, Bordonon,
Salviati»73.
En el caso de Medina de las Torres, su particular
nómina de lo que Enríquez de Cabrera calificaba de
«pintores clásicos» incluiría, entre otros y siempre
según las autorías que ofrece el inventario de 1641, a
Rafael [2-4], Correggio [6], los Bassano [7-13], Durero
[15-19], Tiziano [20-31], Leonardo Grazia, conocido
como Pistoia [34], Andrea del Sarto [36-37], Parmigia-
nino [38], Lucas de Leiden [40-44], los Carracci [49-
52], Antonio Solario, Zingaro [53-55], Giotto [57-58], el
antes citado Giorgione [59], Leonardo [60], Tintoret-
to [64-65], Marcello Venusti [66-67], Tadeo Zuccaro
[68], Giulio Romano [70], Salviati [83], Polidoro da
Caravaggio [88], Fra Angelico [89], Perugino [89],
Veronés [95-97], Cambiaso [98-99], Mantegna [100-
101], Brueghel el Viejo [102], Giovanni Bellini [104] o
Simone Papa [142]. Como se puede ver, un auténtico
museo en el que ni siquiera falta Miguel Ángel [1], al
que se atribuye erróneamente la copia de Giovanfran-
cesco Penni de la Transfiguración del Señor de Rafael que
se encuentra en el Prado74.
De este conjunto salieron los seis magníficos cua-
dros de los que se hizo donación con destino al Esco-
rial: Rafael [2], Correggio [6], Veronés [96], Tiziano [20,
29] y Giorgione [26], según la llamada Memoria de las pin-
turas de 1656 que fue atribuida a Diego Velázquez75. En
la sintética presentación que estamos haciendo de las
pinturas de Medina de las Torres-Stigliano de 1641 en
esta ocasión no es posible detenerse en este rico vene-
ro artístico. No obstante, merece la pena destacar algu-
nas primeras lecturas.
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10. Guercino, Asesinato de Amnón en el banquete de Absalón, 1628. Óleo sobre tela, 114,3 x 175 cm.
Padua, Fondazione Cassa di Risparmio di Padova
Así, en el conjunto de piezas puestas bajo la autoría
de Rafael y junto a La Virgen del pez [2], se asienta con
todo detalle «un quadro in tauola con una Madonna che tie-
ne il Bambino in braccia, che posa con S. Gio il piede sopra la
cuna e S. Gioseppe che s’appoggia col gomito sopra una colon-
na con arbore e paese co’cornice grossa lauorata e dorata alta
palmi sette larga sei di mano del detto [Rafael]» [4]. Los
detalles sobre la composición, incluido san José acoda-
do sobre una columna, ponen en relación directa esta
entrada con la Sagrada familia del roble del Prado. Igual-
mente, la Sagrada familia con san Juanito de la pinacoteca
madrileña parecería esconderse tras ese «un quadro in
tauola co’una Madonna, Giesu, e San Giovanni e S. Giosep-
pe col zaino in collo, e detto in un bosco co’cornice d’oro lauo-
rata di palmi quattro e mezzo alto e tre e mezzo largo di mano
di detto Rafaele» [3].
El «Cristo resuscitato che appare in forma d’ortolano alla
Maddalena, che stá prostata in terra» de Correggio [6] es,
evidentemente, el Noli me tangere del Prado76, que pasó
de Medina de las Torres-Stigliano a Felipe IV. También
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s
en el museo madrileño se encuentran hoy La Virgen, con
el Niño en brazos, entre san Antonio de Padua y san Roque de
Tiziano [26]. Por otra parte, en un precioso conjunto
de retratos, bellas y otomanas, el Descanso en la huida a
Egipto de Tiziano del Prado (fig. 12)77 aparece en la colec-
ción napolitana de Ramiro Núñez de Guzmán descri-
to con toda minucia de detalles [20], como también lo
hace La Virgen con el Niño, santa Catalina y san Juan Bau-
tista [29], la llamada Madonna Aldobrandini, de la Natio-
nal Gallery de Londres (fig. 13)78.
Mayor novedad representa encontrar que una de las
tres entradas de obras de Veronés reza «un quadro con
l’Historia di Moisé preso al fiume, con sette figure di femine,
una de quali stá ingenocchiata con Bambino in braccio, et un
Moretto, con paese e boscaglia, co’cornice larga liscia dorata
alta palmi sei, larga sette di mano del do. Paolo Veronese» [97].
Sin duda, se trata de una de las varias versiones del Moi-
sés salvado de las aguas del Nilo, pero no parece que pue-
da ser considerada la del Prado, de dimensiones mucho
menores a la pintura que poseía Medina de las Torres
a m a d r i d. n u evo s i n v e n ta r i o s 57
048_10 Aju 04 Pr.45-Bouza 7/7/10 08:51 Página 58
11. Atribuido a Diego Velázquez, El príncipe Baltasar Carlos, cazador,
h. 1635-36. Óleo sobre lienzo, 154 x 90,5 cm. Ickworth,
Suffolk, National Trust
en 1641. En cambio, el «ritratto d’huomo vestito di negro
con una catena in canna, e guanti in mano [...] di mano del
Tintoretti» [64] se acomoda bien al Caballero de la cade-
na de oro de Jacopo Robusti, cuya presencia en Madrid
está documentada a partir de 1666 (fig. 14).
Y sorpresa es hallar una clara referencia al Triunfo
de la muerte de Brueghel en esta guardarobba napolita-
na de 1641 (fig. 15). El inventario la registra así: «un qua-
dro del Trionfo della morte, con cornice d’oro largo sette pal-
mi, e cinque, e mezzo d’altezza di mano di Brugnol» [102].
La pintura permaneció en Nápoles a la salida de Medi-
58 b o l et í n
na de las Torres en 1644 y no viajaría a España hasta
1655 a bordo del navío San Giorgio il Grande79. Cuesta
trabajo no hallar mención alguna a la existencia de una
pintura de estas características en el Madrid de media-
dos del xvii, pero es seguro que llegó a la corte de los
Austrias porque aparece registrada en el inventario post
mortem de Ramiro de Guzmán hecho en 1669, donde
se inventaría como «mas otro quadro mediano de Vnas
Batallas con Mucha gente muerta del Bosco original
en ziento y cinquenta ducados»80. Los tasadores, Carre-
ño y Cabezalero, atribuyeron la pintura al Bosco y no
a Brueghel, mucho más acostumbrados al genio infer-
nal del de Bolduque que a las composiciones del bra-
banzón.
a modo de conclusión: medina de las torres
y los usos del coleccionismo de pinturas
Como confiamos en haber mostrado, el inventario de
1641 permite conocer mejor los intereses coleccionís-
ticos de los Medina de las Torres-Stigliano en Nápo-
les. Es cierto que ya antes de su llegada a Italia el
duque había dado muestras de su interés por las artes,
iniciando entonces su política de regalar pinturas al
soberano, como hicieron otros muchos nobles espa-
ñoles del momento. Pero, al contraer matrimonio con
Anna Carafa, Ramiro Núñez Felípez de Guzmán se
vinculó a una familia de extraordinario relieve en la
historia del coleccionismo artístico, pues la duquesa
de Medina de las Torres era heredera de los Carafa y
estaba emparentada con los Gonzaga, Colonna y
Aldobrandini, cuyos ecos resuenan de forma eviden-
te en la colección.
Sin olvidar que el duque parece haber seguido pautas
similares a las del rey Felipe IV para la decoración del
Buen Retiro y, por ejemplo, se hizo con obras de Pous-
sin, Lorena o Swanewelt para sí mismo, las oportunida-
des para su lucimiento, valga la expresión, cambiaron de
escala, como ya había sucedido en 1624 al pasar de ser el
joven Toral al yerno del conde duque de Olivares. Lle-
gado a Nápoles, debía soportar, de un lado, la compara-
ción con virreyes anteriores, en especial Monterrey, y, de
otro, se adaptó a las particulares condiciones del colec-
cionismo en Italia, donde existía tanto un mercado
mucho más vigoroso y desarrollado que el propiamente
español como una literatura artística que había creado
y continuaba construyendo un canon de autores y obras
reconocible y, por tanto, ambicionable.
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12. Tiziano, Descanso en la huida a Egipto. Óleo sobre lienzo, 155 x 323 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado,
en depósito en el monasterio del Escorial (p-435)

13. Tiziano, La Virgen con el Niño, santa Catalina y san Juan Bautista o Madonna Aldobrandini, h. 1532.
Óleo sobre lienzo, 100,6 x 142,2 cm. Londres, National Gallery (ng635)

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14. Jacopo Tintoretto, El caballero de la cadena de oro,
h. 1555. Óleo sobre lienzo, 103,7 x 76,7 cm. Madrid,
Museo Nacional del Prado (p-378)
Así, importa destacar la amplitud cronológica del
conjunto que, sin olvidar a artistas entonces activos en
Nápoles, se remontaba, aun en el caso de que se trata-
se de falsas atribuciones, nada menos que a dos tablas
de Giotto [57-58], cuyas huellas de actividad en Nápo-
les debían haber sido removidas para satisfacer a los
Medina de las Torres-Stigliano. De otro lado, la varie-
dad de las escuelas y de los géneros representados es
digna de consideración, pues encuentran lugar tanto
artistas flamencos o alemanes como algunos de los más
distinguidos pintores italianos de los dos últimos siglos.
Por último, en cuanto a los géneros, además de la gale-
ría de retratos [188-215], la presencia de una serie sus-
tantivamente extensa de «Paesi, e Fiori, Frutti, et anima-
li» [112-160] se acompaña de numerosas obras de tema
religioso, tanto neo- como veterotestamentario y hagio-
gráfico81, y de no pocos cuadros de materia mitológica.
60 b o l et í n
Así, por ejemplo, considérese la aparición de varias pin-
turas relacionadas con Venus, que podemos encontrar
«ignuda, che dorme co’rose in torno», de Tiziano [30], con
Cupido, de Cambiaso [98] o con máscaras a lo migue-
langelesco, de Salviati [98]82, con Adonis (Pistoia [34]),
o hallando el cuerpo de éste muerto (Ribera [74]).
A la luz de la guardarobba de 1641, los Medina de las
Torres-Stigliano no desaprovecharon la ocasión que les
brindaba su condición virreinal y en su colección se
hallan algunas pinturas verdaderamente magníficas, al
tiempo que el duque promovía nuevas obras, tanto en
sus palacios como en el urbanismo y el ornato público
de la ciudad83. Sin duda, la reordenación de la gran fuen-
te de Neptuno, la Fontana Medina, fue uno de los jalo-
nes más elocuentes de su paso por el virreinato.
El guardarobba di strada Giovanni Pettorino registraba
así un modelo en plata de dicha fuente en mayo de 1655:
Una fontana detta Medina con pedagna otti angolo so-
pra Otto cartocci, quattro quaquiglie grandi, quattro
mascaroni, quattro gradiate, dui cartocci per gradiata,
dui leone per chiascheduna co’arme in mano, balagustrate
intorno quattro figure assettate con instrumenti in mano
otto palle nella fonte sopra quattro quaquiglie otto delfí-
ni quattro scudi con arme quattro cani marini quattro
puttini a cavallo, quattro satiri, dui mascoli et due femi-
ne, sopra d’essi una fonte col couerchio, quattro caualli
marini, en el mezzo nettuno col tridente in mano di peso
libre settanta noue et once noue.84
Esta extraordinaria pieza también fue trasladada a Es-
paña, en enero de 165685, coincidiendo con el matrimo-
nio del príncipe de Stigliano y María Álvarez de Tole-
do, sumándose, así, al «maremágnum» de tesoros que
Medina de las Torres podía mostrar en las casas del
secretario Alosa, aquéllas, recuérdese, que habían sido
elegidas «sobre todo por lo levantado de las piezas, por
lo que se señorean en extremo lo lucido y rico de las
muchas colgaduras, pinturas y alhajas»86.
Nada se dice en los detallados inventarios de la guar-
darobba sobre cómo habían llegado los cuadros a manos
de los Medina de las Torres-Stigliano. A este respecto,
sin embargo, Alessandra Anselmi ha aportado impor-
tantes noticias, de un lado, sobre algunos agentes, entre
ellos Juan Rubio de Herrera, que actuaron al servicio del
duque para la adquisición de pinturas en Roma y, de otro,
sobre la relación de Medina con la dispersión de una par-
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15. Pieter Brueghel el Viejo, El triunfo de la Muerte, h. 1562. Óleo sobre tabla, 117 x 162 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado (p-1393)
te preciosa de la colección de Niccolò Ludovisi: el Noli
me tangere de Correggio, así como un veronés, la Madon-
na Aldobrandini de Tiziano y dos rafael, uno de los cuales
es identificado con la Sagrada familia del roble87.
De manos de Ludovisi habrían salido, por tanto, algu-
nas de las mejores pinturas registradas en el inventario
de 1641 ([4, 6, 29, 96]). Como se sabe, el destinatario últi-
mo de estas pinturas no sería otro que el propio Feli-
pe IV, pero conviene destacar que en la minuciosa serie
documental que aquí damos a conocer, estas obras figu-
ran como parte integrante de la guardarobba de los Medi-
na de las Torres-Stigliano, sin mención alguna a que
hubiesen sido adquiridas para el monarca. Como mues-
tra Anselmi, el duque había solicitado «a nome di S.Mtà
6 quadri di pittura ch’erano alla vigna di Roma, dicendomi che
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s
mi si pagarebbero pontualmente»88, aunque Ludovisi, más
tarde, decidió «che non era convenienza entrarmi a vendere
queste galanterie»89. No hay duda, sin embargo, de que las
pinturas acabaron en la recámara napolitana de Ramiro
Núñez de Guzmán y Anna Carafa.
Por otra parte, como se sabe y como acertó a sin-
tetizar Alfred von Reumont, «the Duke of Medina cau-
sed the most beautiful pictures of the town to be presented
to him –or, in other words, he took them»90. Esta política,
por otra parte, también la utilizó Núñez de Guzmán
para enriquecer su enorme biblioteca. Así, en 1644,
Francesco Capecelatro dejó constancia de cómo el
virrey, «che una famosa librería radunava», se había
hecho con la preciosa serie de volúmenes de linajes
genealógicos de la nobleza napolitana que habían reu-
a m a d r i d. n u evo s i n v e n ta r i o s 61
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nido Giovanni Tomaso y de Giuseppe da Fusco,
«inviandogli li sbirri a casa a forza gli li tolse e nella sua
libreria li collocò»91.
Las noticias recogidas por Von Reumont a propósi-
to de La Virgen del pez, la copia de La Transfiguración del
Señor o un cuadro de Lucas de Leiden tomado de San-
ta Maria della Sanità, son bien conocidas92. Señala el
autor alemán que, entonces, «works of art were not expen-
sive to the Viceroys of Naples», pero, aunque nunca sirva
de disculpa, también propone que «those who know
Naples may decide whether the fountains which bear his
name, and to whom, if not their origin, at least their present
form is owing, and the other buildings raised under his direc-
tion, afford compensation for the loss of the works of Raphael
and of his disciples»93.
En 1644, Medina de las Torres abandonó el Regno
en la misma galera, por cierto, que Estebanillo Gon-
zález94. Ambos, a su modo, hijos de la fortuna y hom-
bres de genio, habían concurrido al rico y antiguo
mercado de pinturas napolitano: el pícaro bufón, hijo
de un pintor, aprovechó para venderlas, y el virrey
para hacerse con ellas y reunir una rica y variada gale-
ría pictórica que merece un lugar de honor en la his-
toria del coleccionismo europeo de la alta Edad
Moderna.
fernando bouza es catedrático de Historia Moderna en la Universidad
Complutense. Sus intereses de investigación se dirigen hacia la historia
portuguesa y la cultura ibérica de la alta Edad Moderna, con especial
atención a la cultura escrita de la aristocracia cortesana. Es autor, entre
otros libros, de Corre manuscrito. Una historia cultural del Siglo de Oro
(Madrid, 2001); Palabra e imagen en la corte. Cultura oral y visual de la nobleza
en el Siglo de Oro (Madrid, 2003); El libro y el cetro. La biblioteca de Felipe IV
en la Torre Alta del Alcázar de Madrid (Salamanca, 2005) o Papeles y opinión.
Políticas de publicación en el Siglo de Oro (Madrid, 2008).
ortegal@ghis.ucm.es

a p é n d i c e

archivo histórico nacional, madrid, consejos suprimidos, leg. 51182/1/5

Guardarobba del 1638 e 1641. // Inuentario della Guarda robba dell’Illmi et Eccmi Signori Duca de Medina de las torres et Eccma Sigra Prencipessa di Stigliano
D. Anna Carrafa fatto a di 17 di Giugno 1638 di tutte le robbe notate al libro vecchio et altre no’notate in esso, consignate ad Alessandro Leticia Guardarobba
di detti signori Eccmi. E di nuouo a di otto di luglio 1641 consignate ad Alessandro Becchi Roman nuouo Guardarobba per ordine di detti Signori Eccmi
con Nota delli mancamenti ritrouati in ciascheda partita.

«Nota di diversi quadri» [ff. 55r-70v]
[f. 55r]
[1] Un quadro in tauola di noce diviso in due pezzi con la trasfigura-
tione di Nostro Signore con due figure al pari in aria con l’Apos-
toli sopra il Monte co’cornice lisia indorata d’alttezza palmi sedi-
ci, e docidi largo, di mano di Michel’angelo.
[2] Un quadro grande co’una Madonna col Bambino in Braccia assi-
sa in una sedia di legno, da una parte l’Angelo Gabriele [sic] co’-
Tobia col pesce in mano, dall’altra un S. Geronimo co’un libro in
mano, e leone a piedi, co’cornice lauorata indorata e detto d’al-
tezza palmi diece e largo sette e mezzo co’cortina di armesino cre-
mesino co’pezzillo d’oro intorno co’laccio e fiocchi, di mano di
Rafaele.
[3] Un quadro in tauola co’una Madonna, Giesu, e San Giovanni e S.
Gioseppe col zaino in collo, e detto in un [f. 55v] bosco co’corni-
ce d’oro lauorata di palmi quattro e mezzo alto e tre e mezzo lar-
go di mano di detto Rafaele.
[4] Un quadro in tauola con una Madonna che tiene il Bambino in
braccia, che posa con S. Gio il piede sopra la cuna e S. Gioseppe
che s’appoggia col gomito sopra una colonna con arbore e paese
co’cornice grossa lauorata e dorata alta palmi sette larga sei di
mano del detto.
[5] Un Salvatore in rame con cornice d’oro lavorata di palmi dui d’al-
tezza et uno e mezzo largo di mano della Scola di Rafaele.
[6] Un quadro con Cristo resuscitato che appare in forma d’ortola-
no alla Maddalena, che stá prostata in terra co’paese e boscaglia
e co’cornice dorata trasforata alto palmi sei e mezzo, largo cin-
que e mezzo di mano di Correggio.
[7] Un quadro dell’Arca di Noe con diuerse figure et animali largo
palmi sette e alto cinque co’cornice d’oro di mano del Bassan.
[8] Un altro con un Angelo che anuncia la Nativitá del Sigre a’Pasto-
ri di palmi cinque di larghezza e lunghezza quattro co’cornice d’o-
ro di mano del detto.
[9] Un’altro co’una Boccola e polcini et un cane e bosco di pmi cinque
e mezzo di larghezza e quattro d’altezza co’cornice d’ordo del do.
[10] Un’altro co’diversi animali, che vanno a’bere ad una [f. 56r] fonta-
nella e diverse figure e bosco di palmi tre d’altezza e quattro e mez-
zo di larghezza con cornice indorata lauorata di mano del detto.
[11] Un quadro vecchio di certe femine che tesseno in un telaro di pal-
mi dui e mezzo d’altezza e largo quattro di mano del detto.
[12] Una lamina di rame, quando Cristo cacció li farisei dal tempio
d’altezza di palmi tre, e dui e mezzo di larghezza di mano del det-
to Bassan.
[13] Un quadro di notte con un Cristo morto con diverse figure co’-
cornice d’oro liscia, largo palmi dui e mezzo et alto dui di mano
del detto.
[14] Un quadro co’Trionfo di figure maritime e pesci de palmi sette di
larghezza e quattro e mezzo alto con la cornice indorata lavorata
di mano della scola del detto Bassan.
[15] Un Retrattino d’un palmo in quatro d’Ariano con la cornice d’o-
ro di mano d’Alberto Dura.

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[16] Dui quadretti lungho attaccati insieme con tre colonne con base e
capitelli et architrave sopratutto indorato con dio Padre nella sumi-
ta et uno di detti quadri vi e la Crocefissione di Nostro Sigre in mez-
zo li dui ladroni co’diuerse figurine di Soldati, e le Marie con lette-
re antiche intirno, nell’altro [f. 56v] Giesu Christo appoggiatto alla
Croce con diverse figure d’Angeli e sotto esso infinite figure di san-
ti, sotto a’quali il Purgatorio co’un Angelo in mezzo e sotto l’infer-
no co’lettere similmente intorno di mano del detto Alberto dura.
[17] Un Sant’Antonio Abbate col campanello e libro e detto in tauola
con cornice indorata lauorata di palmi dui d’altezza e largo uno e
mezzo di mano del detto Alberto dura.
[18] Un Ritratto di donna co’velo in testa lauorato di roscio con tre
liste vestita di negro con un borrone in canna, e corona in mano,
con cornice d’oro lavorata, alta palmi dui, et un e mezzo larga di
mano del sudetto.
[19] Un quadro co’la Madonna col Bambino in braccia appresso il boue
et asinello, S. Gioseppe con li tre Maggi ch’offeriscono oro, mirra
et incenso con fabriche e paese co’cornice d’oro lisia, alto palmi
tre e mezzo largo tre di mano del sudetto.
[20] Un quadro grande con figure della Madonna col Bambino in brac-
cia, S. Gioseppe vicino appoggiato in un bastone, San Giovanni
Bambino con frutti, che mostra darli alla Madonna e diversi arbo-
ri co’una donna che raccoglie frutti, un asinello, un agnello, due
anetre, e dui lepra e mostra paesi, co’cornice lauorata a fogliame
indorata, di larghezza di palmi dodici [f. 57r] e sei d’altezza di
mano di Titiano.
[21] Un eccehomo con la canna in mano con cornice indorata lisia d’al-
tezza palmi tre e mezzo e larga dui e mezzo di mano del detto
Titiano.
[22] Un quadro con un ritratto d’un vecchio con barba Bianca e lunga
con un biglietto in mano a sedere in una sedia fatta di legno, con
cornice indorata lisia di palmi quattro d’altezza e tre e mezzo lar-
go di mano del sudetto.
[23] Un quadro della schiava di Soliman Imperatore vestita alla tur-
chesca con cornice d’oro lavorata di plami cinquie e quattro lar-
go di mano del sudetto.
[24] Un San Geronimo in una selva con libro in mano e testa di mor-
to con leone e cerco con una bolletta d’arena con cornice indo-
rata lavorata largo palmi sei e alto dui e mezzo di mano del sud-
etto.
[25] Un qudro [sic] in tavola con la Madonna col Bambino in braccia
San Gio., S. Gioseppe e David con la lira in mano con cornice
indorata lavorata di palmi quatto di larghezza e tre d’altezza di
mano del sudetto.
[26] Un quadro con la Madonna col Bambino in braccia a destra S.
Antonio di Padua col giglio e messale in terra a sinistra S. Rocco
con bordone in mano co’cornice di lavoro dorata alto palmi dui e
mezzo largo sei di mano del retroscritto Tiziano.
[f. 57v]
[27] Un quadro co’figura intiera di donna co’maniche negre et bian-
che capelli biondi e perle al collo busto bianco regato e veste negra
rigata co’cornice d’oro co’poco lavoro, alta palmi sei larga cinque
di mano del sudetto.
[28] Un quadro con figura no’intiera di donna ridente con rose in una
mano, con maniche bianche habito negro con cirta con cornice
dorata lavorata alta palmi cinque e mezzo larga quattro e mezzo
di mano del sudetto.
[29] Un quadro con la Madonna Santissima col Bambino in seno et
una figura di donna che lo bacia e San Gio., che porge frutti alla
Madonna co’Angelo in lato, paese, boscaglia co’cornice dorata
trasforata alta palmi cinque e larga sei di mano del sudetto.
[30] Un quadro d’una Venere ignuda, che dorme co’rose in torno con
un paese co’cornice negra, larga sette palmi, alta cinque di mano
del sudetto Titiano.
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s a m a d r i d.
[31] Una Madonna piccola poco piu d’un palmo con la cornice indo-
rata, e detta sposa S. Caterina con S. Gioseppe, e S. Anna di mano
della scola del detto Titiano.
[32] Un S.Pietro Martire co’cornice con fila d’oro di palmi sette d’al-
tezza e larghezza sei della scola sodetta.
[33] Una testa d’un ritratto di barba lungha co’cornice dóro lavorata
di palmi dui d’altezza e largo un e mezzo della scola sudetta.
[f. 58r]
[34] Una Venere et Adone grande in tavola co’una vecchia che apre una
porta con cornice piccata d’oro di larghezza di palmi dodici in cir-
ca di mano del Pistoia.
[35] L’Incendio di Troia co’cavallo e molte figure con cornice dorata lisia
larga palmi tredici et alta otto di mano di Scipione Compagno.
[36] Una Madonnina co’puttino in braccia, e S. Giovanni in tavola con
cornice d’oro di palmi tre largo e tre e mezzo d’altezza di mano
d’Andrea del Sarto.
[37] Abrahamo co’cornice negra, alta palmi quattro, larga tre del sud-
etto.
[38] Un Ritratto di mezza figura d’huomo con polliccia intorno, guan-
to in mano e scrittura di palmi dui e mezzo co’cornice liscia indo-
rata di mano del Parmeggianino.
[39] Una santina con dui puttini che si baciano et un’altra testa di don-
na, con paese, con cornice indorata liscia (in tavola) di palmi tre
larga e tre e mezzo d’altezza della scola del sudetto.
[40] Una Nativitá (sopra tondo) con Madonna, Bambino, S. Giose., et
Angeli, con cornice indorata d’ altezza di palmi... di mano di Luca
d’Olanda.
[41] Una Madonna co’Bambino in braccio et S. Gioseppe co’un cap-
pello di paglia di palmi tre alto e largo dui di mano del detto.
[f. 58v]
[42] Un ritratto in tavola d’una donna con un velo in testa et un cag-
nolo in mano con cornice d’oro lavorata di palmi dui e mezzo d’al-
tezza e largo dui di mano del sudetto.
[43] Un quadro in tavola della Madonna Santissima con cinque figure
e tre Maggi ch’adorano et offriscono doni al bambino in braccio
di detta Madonna, fabrica, con paese, o boscaglia co’cornice lis-
cia dorata, alta palmi tre e mezzo larga detta quattro e mezzo di
mano del sudetto.
[44] Un qudro [sic] con la Madonna e bambino in braccia e la Madon-
na con treccie sparse dui Angeli uno per parte con cornice d’oro
lavorata, alto palmi dui e mezzo, largo dui di mano del detto.
[45] Un quadro lungo con figura intiera di donna co’un cartoccio
sopra con inscrittione detta Heritrea appoggiata detta figura
sopra tavola con inscrittione (Morte propria mortuos suscitabit)
co’cornice indorata di lunghezza di palmi sei, e mezzo e larghezza
dui et un quarto di mano di Benevenuto di Garofali Ferrarese.
[46] Un quadro con figura intiera d’huomo con le spalle voltate con
cartoccio sopra con ninscrittione che dice (Isaie) ch’appoggia un
braccio sopra una tavola con inscrittione che dice (livore eius
sanati sumus) di palmi sei e mezzo e larghezza palmi dui et un
quarto con cornice d’oro lavorata di mano del sudetto.
[f. 59r]
[47] Un quadro picciolo di rame della decollatione di S. Giovanni di
dui palmi di mano del Guercin d’Accento.
[48] Un quadro d’Absalon che fa’ammazzare il fratello di palmi otto
largo e alto tre con cornice indorata di mano del detto.
[49] Un quadro con mezza figura d’un Monaco vestito di bianco con
officio in mano con cornice d’oro liscia alto palmi tre e largo dui
e mezzo di mano di Anibal Caracciolo.
[50] Un San Geronimo con un libro in mano, e crocefisso con corni-
ce d’oro lavorata d’altezza palmi quattro e largo tre di mano de d.
Anibal Caracciolo.
[51] Una Madonna che adora un Bambino col cato di palmi quattro in
quadro con cornice indorata d’Agostino Caracciolo.
n u evo s i n v e n ta r i o s 63
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[52] Una Madonna co’Bambino in braccio, e S. Gioseppe a sedere
sopra una colonna di palmi dui e mezzo d’altezza e dui largo di
mano di Ludovico Caracciolo.
[53] Un San Giovanni in tavola di figura intiera con cornice indora-
ta di palmi sette d’altezza e quattro di larghezza di mano del
Zingaro.
[54] Un quadro in tavola tondo cola Madonna e Bambino in braccio con
S. Gioseppe, un Monaco vestito di bianco co’dui libri avanti e S. Anto-
nio di Padua co’cornice d’oro lavorata di mano del detto Zingaro.
[f. 59v]
[55] Un’altro quadro tondo in tavola con la Madonna, e bambino in
braccio, S. Giovanni co’altre figure piccole, e Paese con cornice
d’oro lavorata di mano del detto.
[56] Un Andraomanda in tavola con diverse figure, che piangono con
cornice indorata, d’altezza palmi otto, e larga dieci di mano del
Notaro.
[57] Un quadro in tavola con tre colonne indorate in cannellate tor-
chine con nase, e capitelli tutte indorate, diviso in dui quadri ton-
di alla sommitá con figure, in uno d’essi S.Michele, e l’altro S. Gio-
seppe, e detto S.Michele con brocchiero, e scimitarra in mano
pittura del Giotti.
[58] Una Madonna in tavola, che adora Nostro Sigre circondato da tre
Angeli con cornice indorata lavorata d’altezza palmi cinque, e lar-
ga tre del detto.
[59] Una decollatione di S. Giovanni con piú figure con cornice di pal-
mi larga sette, et alta palmi sei, e mezzo di mano di Giorgion da
Castelfranco.
[60] Un San Geronimo con cornice indorata di palmi dui d’altezza et
un, e mezzo largo di mano di Leonardo d’Avinci.
[61] Un Europa con dui putti con la cornice indorata lavorata di pal-
mi otto larga, e nove alta di mano di Guido Bolognese.
[62] Un quadretto della Nativitá della Madonna di figure piccole [f.
60r] con cornice indorata, d’altezza palmi tre, e larga dui, di mano
del detto.
[63] Una Santa Catarina con la palma in mano, un Angelo sopra e sota
co’cornice indorata, alta palmi cinque, e larga quattro di mano del
retroscritto Guido bolognese.
[64] Un quadro co’un Ritratto d’huomo vestito di negro con una cate-
na in canna, e guanti in mano con cornice d’oro liscia di palmi cin-
que alto, e quattro largo di mano del Tintoretti.
[65] Un quadro con tre Pastori, et una femina con coralli al collo e figu-
re non intiere, che mangiano ricotta con cornice con poco lavoro
dorata, alta palmi tre, e mezzo, larga quattro di mano del detto.
[66] Un quadro di rame do’un Cristo in Croce di palmi dui alto, e lar-
go un, e mezzo con cornice indorata lavorata di mano di Marcello.
[67] Un quadro in tavola co’un Cristo, e la Samaritana al pozzo, et altre
figure piccole con paese con cornice di noce lavorata foccata d’o-
ro, alta palmi dui, larga tre di mano del detto.
[68] Due festine de puttini sopra un pezzo di muro co’cornice d’oro
di mano di Tadeo Zuccaro.
[69] Un quadro in lamina con diverse figure, e Cristo, che porta la Cro-
ce in collo con cornice d’oro lavorata, di [f. 60v] palmi dui e larga
tre, di mano del Satire Fiamengo.
[70] Un quadro in tavola co’la Madonna, e Bambino sopra un coscino,
S. Gioseppe, et una giarra de fiori con cornice d’oro lavorata, alta
palmi cinque, e larga quattro di mano di Giulio Romano.
[71] Una Madonna col il Bambino, e S. Anna con frutti in mano con
la cornice indorata di palmi tre, e mezzo alto, e tre largo di mano
di Gioseppe d’Arpino.
[72] Un quadro con un S. Michele Arcangelo con picca in mano che
ferisce il Demonio con la cornice indorata, e lavorata d’altezza
palmi tre, e larga dui di mano del detto.
[73] Un quadro grande figura di S. Pietro disteso in terra incatenato,
che appoggia al ceppo con panelle, e con un Angelo sopra con cor-
64 b o l et í n d e l
nice d’oro lavorata di palmi… d’altezza, e larghezza… di mano di
Gioseppe Ribera.
[74] Un’altro quadro con la figura d’Adone morto con una ferita al fian-
co con un spedo di caccia, e cano con quattro figure de puttini, et
una Venere con carro appresso co’paese e tronchi con cornice d’o-
ro trasforata di lunghezza di palmi, e larghezza di mano del sud.
[75] Una mezza figura d’huomo con un libro di Musica in mano, che
mostra cantare co’cornice d’oro liscia di pmi dui, e mezzo, del
detto.
[f. 61r]
[76] Un quadro grande della Nativitá del Sigre con la Madonna, et
Bambino in braccio, con paglia sopra tre legni con sei figure
d’huomini una Donna con colomba in mano, un agnello, e l’asi-
nello co’tre Angeli con cornice d’oro trasforata di palmi nove d’al-
tezza e larghezza dodici di mano del retroscritto Ribera.
[77] Giacob con diverse pecore con cornice indorata di palmi sette
d’altezza, e largo nove di mano del detto.
[78] Un quadro grande con la figura intiera di S. Honofrio ignudo co’s-
cettro, e corona, con paese, con cornice d’oro lavorata, alta pal-
mi nove, e largo sette di mano del sodetto.
[79] Un quadro con mezza figura d’un vecchio con diversi libri, et uno
in mano di Mathematica con squadro, e baretta all’antica con cor-
nice indorata lavorata di palmi cinque in quadro di mano del
detto.
[80] Un quadro in rame con tre figure ignude, che tirano un busto d’a-
nimal morto, sopra il quale ui sta un huomo con una pignata di
fuoco in mano con quattro puttini, una figura con un osso di mor-
to in mano, et un vecchio, che appoggia sopra con drago et una
tela dietro di mano del detto.
[81] La Madonna col Bambino, e Madalena, Re David, et un’altra figu-
ra di palmi d’altezza cinque, e mezzo e larghezza sei [f. 61v] con
tutta la cornice d’oro di mano d’Antonio Bandich Fiamengo.
[82] Una Madonna con un Bambino di palmi sei d’altezza, e cinque
con tutta la cornice indorata di mano del detto.
[83] Una Venere con Cupido con mascarette di palmi dui, e mezzo, e
tre d’altezza del Salviati.
[84] Una Veneruccia co’quattro puttini di palmi tre d’altezza, e tre e
mezzo di larghezza con tutta la cornice indorata lavorata di mano
di Monsu Puzzin.
[85] Un quadro co’una statua co’sopra un panno con figura di donna
ignuda a cavallo d’una capra, e sotto, che porta panni a puttini, e
due tigre con cornice dorata lavorata alta palmi tre, e mezzo, e
larga dui, e mezzo co’paesi, et arbori di detto Monsu.
[86] Un quadro in tavola co’una Madonna, e Bambino in braccio, che
sposa S. Catalina, S. Giovanni, et S. Gioseppe co’cornice d’oro
lavorata d’altezza palmi tre, e largo dui di mano di Luca Salimben.
[87] Un tondo grande in tavola co’una Nativitá co’cornice d’oro di
mano di Frá Arcangelo Fiorentino.
[88] Un quadro in tavola co’la Madonna con Bambino in braccio, S.
Gioseppe, e li tre Maggi, che offeriscono oro, mirra, et incenzo,
co’Paese e fabrica co’cornice indorata piccata [f. 62r] alto palmi
dui, largo un, e mezzo di mano di Polidoro.
[89] Una Madonna con il Bambino in braccio, e S. Giovanni co’corni-
ce dorata, d’altezza palmi tre, larga dui, e mezzo di mano di Pie-
tro Perugino.
[90] Un quadro con Aurora, che costeggi con fabrica antica, e bosca-
glia vicino alla quale stanno due figurine, una con libro in mano,
e l’altre figurine con animali, co’cornice indorata lavorata, alta pal-
mi cinque, larga cinque, e mezzo, di mano di Claudio Fiamengo.
[91] Un quadro co’lontananza di paese, et arbori vicino, sotto a quali
stanno pecorelle, e bovi, che pascono, e diverse figurine che sona-
no, altre, che Ballano, et altre, che mangiano co’sua cornice lavo-
rata d’oro, alta palmi quattro, e mezzo, larga cinque, e mezzo di
mano del detto.
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[92] Un paese co’stagno, lontananza, e boscaglia co’un pastore col liu-
falo, con capre, e bovi, che pascolano, e barchetta co’figurine nel
stagno, co’cornice indorata piccata, larga palmi quattro, e mez-
zo, e alta tre, e mezzo di mando del d.
[93] Un quadro grande co’cavallo morillo stellato in fronte, co’un
fameglio vestito alla tudesca, co’retene in mano, con cornice dora-
ta lavorata, d’altezza palmi sette, e largo nove di mano di David.
[f. 62v]
[94] Un quadro co’la Madonna con Bambino in braccio, S. Anna e S.
Gioseppe con cornice lavorata indorata, d’altezza palmi cinque,
e larghezza palmi quatro di mano di Pietro Paolo Rubens.
[95] Un quadro co’Giesú sopra un coscino, e S. Giovanni abbraciato
in tavola co’un campo de fiori con cornice d’oro lavorata di altez-
za palmi dui, e mezzo, e quadro di mano di Paolo Veronese.
[96] Un quadro grande della Circoncisione del Signore con la Madon-
na, e Bambino in mano, S. Simeone, e cinque altre figure con cor-
nice d’oro liscia d’altezza palmi sei, e larga sei, e mezzo del detto.
[97] Un quadro con l’Historia di Moisé preso al fiume, con sette figu-
re di femine, una de quali stá ingenocchiata con Bambino in brac-
cio, et un Moretto, con paese e boscaglia, co’cornice larga liscia
dorata alta palmi sei, larga sette di mano del do. Paolo Veronese.
[98] Un Adone co’Venere, con Cupido, e cani di palmi otto, e mezzo, d’al-
tezza, e sette, e mezzo largo di mano di luca cangiaso Genovese.
[99] Un Christo al Horto di notte co’un Angelo co’cornice dorata de
palmi quattro in quadro dell’stesso.
[100] Un San Giovanni intiero co’la croce in mano (in tavola) [f. 63r]
con cornice d’oro lavorata d’altezza palmi quattro, e largo dui di
mano d’Andrea Mantegna.
[101] Un quadro di S. Sebastiano intiero in tavola ligato alla colonna
con freccia al piede, e collo co’cornice d’oro lavorata di palmi
quattro alta, e larga dui di mano dell’stesso.
[102] Un quadro del Trionfo della morte, con cornice d’oro largo sette
palmi, e cinque, e mezzo d’altezza di mano di Brugnol.
[103] S. Francesco co’compagno, che stá orando co’cornice dorata alto
palmi Quattro, e dui, e mezzo largo, del Greco di Spagna.
[104] Un quadro in tavola con la Madonna, il bambino in braccio, San
Giovanni, e S.Pietro con le chiavi, e libro in mano co’cornice d’o-
ro lavorata alta palmi tre, e larga tre, e mezzo di mano di Gio.
Bellino.
[105] Un quadro co’la Santissima Annunciata co’cornice d’oro lavora-
ta de palmi tre d’altezza, e dui di larghezza, e da. in tavola di mano
di Gio. Bernardo.
[106] Un quadro grande co’una Madonna, Giesú in braccio, e San Gio-
vanni co’bosco co’cornice indorata liscia co’una quaquiglia e car-
toccio di palmi cinque, e mezzo, e largo quattro, e mezzo di mano
del Campi.
[107] Una Nativitá in tavola co’figure della Madonna, un Puttino [f. 63v]
et altre figure d’un palmo, e mezzo co’cornice indorata lavorata
della scola venetiana.
[108] Una Nativitá del Signore co’diverse figure di palmi dui, e mezzo
alto, e dui largo dell’istessa.
[109] Un quadretto in rame con la Madonna col Bambino in braccio col
S. Giovanni, e diverse figure d’Angeli co’cornice d’oro lavorata,
alta palmi dui, e mezzo, e larga dui dell’istessa.
[110] Un quadro co’una Madonna, S. Gioseppe, e S. Giovanni e Bam-
bino in tavola con la cornice indorata lavorata di palmi tre di larg-
hezza, e tre, e mezzo d’altezza della scola lombarda,
[111] Un Annunciata in rame con cornice indorata di dui palmi alta, et
un, e mezzo di larghezza di mano tudesca.
Paesi, e Fiori, Frutti, et animali
[112] Un paesino di palmi tre di largheza, e dui d’altezza di mano di Gia-
cob.
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra y d e n á p o l e s a m a d r i d.
[113] Un’altro paese d’un Aurora di palmi dui d’altezza, e tre di larg-
hezza con cornice indorata del istesso.
[114] Un Paese co’due figurine, et arbori co’cornice d’oro di palmi tre
di larghezza, e dui d’altezza dell’istesso.
[f. 64r]
[115] Un Paese co’una fabrica antica co’cornice d’oro lavorata d’altez-
za palmi dui, e mezzo, e largo tre, e mezzo di mano del istesso
Giacob.
[116] Un Paese co’Montagna vicino, e lontano co’balze co’stagno co’-
barcherie e figurine piccole, et altre figure a piedi al Monte co’a-
nimali diversi co’cornice d’oro lavorata alta quattro palmi, larga
sei dell’istesso.
[117] Un altro Paese co’colline, e boscaglia con figurine per la strada,
che caminano co’some, et altre stanno ferme, alta quattro palmi,
e seis larga dell’istesso.
[118] Un quadro co’un giardino, fabriche, e fontane, una co’tre gradi
sopra quali quattro vasi, due colombe, e cinque figure co’cornice
indorata lavorata larga palmi quattro, e mezzo, et alta tre, e mez-
zo dell’istesso.
[119] Un altre Paese con fabrica antica con lontananza, stagne, bosca-
glia, con dui Pastori, e tre bovi, che pascono del detto.
[120] Un quadro grande co’cascata d’acqua da un colle, pieno di bosca-
glia con lontananza, ponte, montagna, e boschi con figure nel fiu-
me, che si lavano li panni del detto.
[121] Un Paese co’collinette e boscaglia, una donna che fila e parla co’un
Pastore, animali, che pascono, et altre figurine de Pastori co’ca-
ne, che dorme, e canestro vicino, co’[f. 64v] cornice indorata lavo-
rata alta palmi cinque, larga sette Giacob.
[122] Un quadro co’collina lunga senza arbori, e lontananza, che par
marina, con una nubbe, e due altre collinette co’arbori, e tronchi
co’due viandante co’una soma in mezzo co’cornice indorata lavo-
rata larga palmi sei, alta palmi quattro del sudetto.
[123] Un altre Paese co’boscaglia co’tronco sopra un colle, co’capre che
vanno al pascolo, co’due figure, che caminano, due altre, che poco
si vedono, co’cornice come sopra, dell’istesso.
[124] Un quadro co’boscaglia, e balze co’corvo, che porta ilpane ad un
Eremita, che stá ingenocchiato in terra co’libro innanzi guardan-
do il corvo co’cornice indorata lavorata, larga palmi cinque, alta
quattro dell’istesso.
[125] Un’altro quadro della medema grandezza, e cornice, che mostra
montagne, lontananza, e vicine co’dui Arbori e due figurine.
[126] Un’altro quadro de la medema cornice, e grandezza, con fabri-
che antiche co’una figura di Turco nella strada una donna, che
strappa frasche al muro, et un’altra figurina inclinata dell’is-
tesso.
[127] Un altro quadro della medema cornice, e grandezza con [f. 65r]
paese, e lontananza di colline co’due figurine, che parlano insie-
me del sud.
[128] Un quadro co’Paese, e boscaglia co’una figura di femina a braccia
aperte, che grida per tema d’un animale co’cornice indorata lavo-
rata alta palmi tre, larga tre, e mezzo, del detto.
[129] Un altro di simile grandezza, e cornice co’cappanna, casine, bos-
caglie, e diverse figure dell’istesso.
[130] Un’altro quadro co’fabriche, a piede alle quale co’fiume co’diver-
se figurine intorno co’cornice lavorata indorata di palmi alta tre,
e mezzo, e larga tre dell’istesso.
[131] Un’altro quadro, che mostra di notte la luna, che esce dal mare,
fabriche, et alcune figurine, con la candela co’cornice come sopra.
[132] Un’altro quadro compagno che mostra di notte, con carro co’bo-
vi co’dui huomini dietro, co’donne vicino al fiume, che portano
acqua, altre figurine, co’boscaglia, et una casa alla sumita del colle
co’cornice come sopra dell’istesso.
[133] Un quadro co’prospettiva co’un palazzo con cornice d’oro lavo-
rata largo palmi dui alto dui di mano doi Loffredo.
n u evo s i n v e n ta r i o s 65
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[134] Un quadro piccolo co’paesetto, et una fabrica fatta in modo di
logia co’cornice indorata lavorata, larga dui palmi, alta un, e mez-
zo dell’istesso.
[f. 65v]
[135] Una prospectiva di larghezza palmi cinque, et altezza tre di Vi-
viano.
[136] Una camera finta co’tutti li suoi quadri di larghezza palmi sei, et
alttezza cinque co’la cornice indorata dell’istesso.
[137] Un Paese co’boscaglia e lontananza, co’Ponte, e stagno, co’tre pas-
tori, et animali, che pascolano, e figurine piccolissime sopra il
ponte co’cornice lavorata indorata alta palmi quattro, e mezzo,
larga cinque, e mezzo di Monsu Claudio.
[138] Un’altro Paese co’una citta sopra, un fiume con l’Aurora, che sor-
ge co’colline, et arbori, et dui Pastori femina, e maschio, che guar-
dano gli animali, che pascono co’cornice simile alla sudetta del
sudetto.
[139] Quattro quadretti di pietre incasciate di prospettive co’cornice
d’ebano e filo d’oro piccolo.
[140] Un quadro co’un Piscatore, un Pastore, e due sopra il ponte co’-
cornice indorata lavorata, alta palmi cinque, e dieci di larga di
Agostinello.
[141] Un quadro grande co’Paese, arbori, e lontananza, con diverse figu-
re, che sonano, Ballano, mangiano, e guardano molti animali, che
pascono co’asinello co’uno sopra, co’cornice lavorata indorata alta
otto palmi, e larga dieci del d.
[142] Un quadro grande co’boscaglia, fabriche, e diverse [f. 66r] figure
co’fiumicello co’cornice negra largo palmi dodici, alto otto di
mano di Simon Papa.
[143] Un’altro Paese co’diversi cacciatori, e cani, co’cornice indorata
lavorata di palmi d’altezza dui, e mezzo, e largo tre di mano di
Monsu Germano.
[144] Un’altro Paese co’diversi cacciatori a cavallo, e cani, e fiere co’-
cornice d’oro, lavorata di palmi dui, e mezzo, e largo tre di mano
del detto.
[145] Un quadro grande co’Paese, boscaglia, e lontananza co’due don-
ne al pozzo, altre, che portano acqua, dui Pastori, e capre che pas-
cono co’cornice indorata lavorata, e co’mascaroni inargentati alta
palmi sette, larga nove Salvatorello.
[146] Un quadro grande di Paese, e boscaglia mostra lontananza co’-
cinque figure a piedi, co’monte vicino, una croce, una morte, et
una di dette figure colcata co’libri sotto il braccio co’cornice dora-
ta lavorata co’mascaroni d’argento, alta palmi cinque, larga sette,
e mezzo del d. Salvatorello.
[147] Un paese con boscaglia, e lontananza co’casino sopra una collina,
tre cacciatori co’cagnolo dietro ad un cespublio, e Pastori, et ani-
mali, che pascono co’cornice indorata lavorata di palmi quattro
d’altezza, e cinque di larghezza di mano di Paolo Brigli.
[f. 66v]
[148] Un altro Paese co’lontananza di colline, e collina boscareccia vici-
no, co’una fabrica alla sommitá, et a piedi d’esso pecorelle che pas-
colano co’dui pastori, et cani, et altre figurine de Pastori co’corni-
ce d’oro lavorata larga palmi cinque, alta quattro di mano del detto.
[149] Un quadro co’Paese con piu pezzi d’artigliaria, che battono una
fortezza co’diverse figure, et un’huomo vestito roscio a cavalle co’-
cornice d’oro lavorata larga plami tre, et alta dui di mano di Anie-
llo Falcone.
[150] Un quadro co’diverse figure co’cimbalo, et altri instromenti di
musica, quali stanno cantando co’una figura con conestro de fio-
ri, e frutti in testa, et in mano un bocale co’cornice d’oro lavo-
rata alta palmi cinque, e mezzo, e larga palmi sei dell’istesso.
[151] Un quadro co’diversi figure a cavallo co’un stendardo co’cornice
d’oro lavorata, di palmi dui d’altezza, e tre larga dell’istesso.
[152] Un quadro grande de frutti con cornice indorata lavorata di pal-
mi nove, e mezzo largo, e sei alto di mano di luca Forte.
66 b o l et í n d e l
[153] Un quadro de frutti co’cornice indorata lavorata di palmi sette, e
sei d’altezza di mano del’istesso.
[154] Quattro quadri di diversi frutti, tra de quali una cesta [f. 67r] per
ciascheduno co’una ceraza, pensiche, fragole, granati, melloni,
mela secchio, bacile canestrella, e testa verde piene di diversi frut-
ti, due co’ucelli, et uno co’una farfalla, co’cornice lavorata indo-
rata, tre d’altezza di palmi quattro, e larghezza cinque, e mezzo,
et uno lungo dui dita di piu, dell’istesso.
[155] Un quadro di notte co’un bacile pieno d’uva con frondi con cor-
nice d’oro liscia larga palmi dui, alto un’e mezzo di mano del Villan
di Spagna.
[156] Un vaso de fiori grandi co’una cornice d’ebano di palmi d’altezza
sei, e cinque di larghezza di mano d’un Fiamengo.
[157] Un quadro co’diversi animali volatili, come gallina, galli d’India,
pernice, fagiani, pavonin, aironi, gallina torchesche, et un palom-
bo in una cancellata di ferro, co’bevitore in mezzo, co’cornice
indorata lavorata alta palmi sei, larga otto di mano del detto.
[158] Dui quadri d’una grandezza, in uno diversi pollami sotto gabbia
e fuora, co’una volpe, e nell’altro tre montoni, un cane, dui capo-
ni, un’asinello mezza tina, co’un cesto d’una, et un imbasto, co’-
cornice negra d’altezza palmi sette, larghi nove dell’istesso.
[159] Un quadro grande di pesci co’instromenti di cocina, e foglia sen-
za cornice, di mano di Giacomo Recca.
[160] Un quadro di Paese in tavola co’una logia co’diverse [f. 67v] figu-
re di huomini, e donne co’diversi instromenti con libri di musica,
et un cane co’cornice indorata lavorata di palmi sei de lunghezza,
et alto dui, e mezzo di mano di Pittor Mediocre.
[161] Un quadro in rame col Battesmo del Signore al Giordano co’di-
verse figure e paese, con cornice di legno negro larga dui et alta
dui, e mezzo di mano ordinaria.
[162] Dui quadretti in pietra di lapislazari co’argento intorno lavorato a
fogliami docidi, in uno S. Domenico co’Angeli, sopra cherubini gigli,
e messale in mano col cane appresso con face in bocca, nell’altro S,
Tomaso d’Aquino co’Angioli, e cherubini sopra. Aciascuno un Reli-
quiario sopra le cornici d’ebbano negro profilate d’argento do den-
tro le Reliquia de medemi santi larghi palmi uno, e mezzo, alti uno.
[163] Un quadro grande co’un Cristo morto disteso co’la Madonna san-
tissima piangente, co’cornice lavorata de palmi otto in quadro.
[164] Un quadro di S. Domenico, con un libro, e giglio in mano, co’-
cornice dorata lavorata, alto palmi nove, grande cinque.
[165] Un quadro grande co’figure di S. Geronimo vestito da vesvoco
co’sei figure d’Angioli intorno co’cornice dorata lavorata alto pal-
mi otto, e largo sei.
[f. 68r]
[166] Un quadro di S. Nicola di Bari co’un libro, e tre palle sobra co’-
Signore a destra, e a sinistra la Madonna, a piedi un miracolo co’-
tre puttini dentro un barrile, dall’altro il figliulo col bacile in mano
co’cornice lavorata, d’altezza palmi dieci e larga cinque.
[167] Un quadro co’mezza figura della Madonna, con manto torchino,
e corona in testa, con cornice di noce foccata d’oro d’altezza pal-
mi cinque, larga quattro.
[168] Un quadro per la Capella della Concettione co’diverse figure, et
Angeli con cornice di noce tocca d’oro d’altezza palmi otto, e sei
larga.
[169] Una mezza figura con S. Ignatio co’giglio senza cornice di palmi
quattro, e larga tre.
[170] Un quadro co’mezza figura di S. Nicola de Bari co’cornice negra
di palmi tre, e largo dui, e mezzo.
[171] Un quadro co’una Madonna, S. Anna, Giesu, e S. Giovanni con
San Gioseppe de palmi sei, largo quattro co’cornice di noce.
[172] Un S. Domenico in Soriano con libro, e giglio in mano co’corni-
ce negra con filo d’oro d’altezza palmi sette, e largo cinque.
[173] Il Ritratto del P. Olimpio con giglio in mano, e Cristo in braccio
senza cornice di palmi tre, e largo dui, e mezzo.
m u s e o d e l p ra d o. t o m o x x v i i n ú m e r o 45 2009
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[174] Il Ritratto del B. Andrea co’cornice negra de palmi tre in quadro.
[175] Un S. Pablo Primo eremita con bastone in braccio, e col pane in
bocca co’cornice di legno.
[f. 68v]
[176] Un quadro co’una Madonna co’Giesu col Mondo in mano, San
Gioseppe, e San Francesco di palmi dui, e mezzo, e largo tre co’-
cornice negra.
[177] Una mezza figura di S. Lucia con la tavola et occhi sopra co’cor-
nice indorata lavorata di palmi alta tre, e larga tre, e mezzo.
[178] Un quadro co’la Madonna, e Bambino in braccio, e S. Anna con
fiori, e frutti, co’cornice di palmi cinque alta, e tre, e mezzo largo.
[179] Una testa di S. Jeronimo sopra una tavola co’cornice negra de pal-
mi alta cinque, e larga dui, e mezzo.
[180] Un eccehomo con la canna in mano, et un Giudeo co’cornice
negra alto palmi tre, e largo dui, e mezzo.
[181] Una Madonna in tavola co’intorno la diadema scritto Virgo Maria
co’cornice indorata de palmi dui, e mezzo alta, e dui larga.
[182] Un quadro del transito di S. Gioseppe co’Cristo con la Madonna,
e molti Angeli senza cornice.
[183] Una S. Cecilia assettata ad uno scanno, che suona un organo co’-
cornice negra.
[184] Un quadro co’un eccehomo co’dui Giudei co’cornice indorata liscia.
[f. 69r]
[185] Un quadro co’sei figure di femine, e maschi, che fanno convito
senza cornice.
[186] Un Cristo co’la croce in spalla in tavola co’cornice indorata lavo-
rata di palmi tre alta, e larga dui, e mezzo.
[187] Un quadro sopra panno bianco co’la Madonna Santissima, il Bam-
bino Giesu, e S. Giovanni d’altezza palmi sei, e largo quattro co’-
la cornice intagliata, e piccata d’oro.
[188] Un quadro co’il ritratto del Ré Nostro Signore mezza figura con
cornice d’oro de palmi tre in circa di mano di Diego Velasches.
[189] Un quadro tondo con il ritratto del Imperatore mezza figura co’-
cornice d’oro di palmi quattro fatto in Fiandra.
[190] Un quadro tonno del Imperadrice mezza figura co’cornice d’oro
di palmi quattro similmente fatto in Fiandra.
[191] Un’altro Ritratto di Sua Maestá con un cane, et scoppetta in
mano, e bosco, co’cornice d’oro, di palmi sette, e mezzo di mano
del sod. Diego Velasches.
[192] Un’altro Ritratto del figlio di sua Maestá co’cani tre, e scoppetta
in mano co’cornice d’oro de palmi sette di mano del detto.
[193] Dui Ritratti del Re, e Regina di Polonia di mezza figura l’uno, e
detto co’un bastone, e la detta co’un fazzoletto co’cornice d’oro
lavorata de palmi cinque l’una fatti in Polonia.
[f. 69v]
[194] Il Ritratto di Don Pietro di Toledo il vecchio, figura no’intiera,
co’un laccio con l’habito di S. Giacomo co’cornice d’oro lavorata
di mano di Melcior mro di Sta Fede.
[195] Il Ritratto del Conte d’olivares vecchio co’un viglietto in mano,
et un coscino a basso co’cornice d’oro lavorata di mano di Sta.
Fede.
[196] Il Ritratto del Imperatore Rodolfo in mezza figura co’tesone co’-
cornice d’oro lavorata di palmi tre.
[197] Il Ritratto del Eccmo Sgr Duca di Medina mio sigre figura tutta
intiera vestito da soldado co’bastone in mano co’tavolino, e pan-
no torchino, co’il cappello co’cornice d’oro profurata di pmi die-
ce di mano di Dn Cesare Francese.
[198] Il Ritratto dell’Eccma Sigra Principesca d. A nna co’tavolino pan-
no torchino co’una cagnola, e guante vestita di negro co’collana
di perle co’cornice profurata di palmi dieci di mano del detto.
[199] Una testa del Ritratto di Scipion Gaetano d’altezza palmi dui e
mezzo, e larga dui co’cornice indorata.
[200] Un Ritratto d’un figliolo vestito di bianco di palmi quattro, lun-
go e, dui e mezzo largo.
[201] Un quadro in tavola d’un santo Frate vestito di negro e una Mor-
te sotto la mano co’cornice d’oro liscia, alta palmi quattro, larga
tre, e mezzo tenuta di mano di Rafaele.
[f. 70r]
[202] Un Ritratto in mezza figura di Vespesiano Gonzaga co’cornice
negra.
[203] Un Ritratto della moglie del d. D. Anna d’Aragonia figura tutta
intiera co’cornice negra di palmi otto.
[204] Il Ritratto di D. Luigi Carafa Principe di Stigliano co’cornice
negra di palmi otto.
[205] Un Ritratto di D. Isabella Gonzaga moglie del detto senza corni-
ce di palmi sette.
[206] Un Ritratto di D. Gioseppe Carafa nepote di detti sigri co’corni-
ce negra di palmi otto.
[207] Un Ritratto no’finito del Principino di Stigliano figlio de S. Ecca
di Medina.
[208] Un Arbore di Casa Carafa co’cornice d’oro lavorata co’diverse armi.
[209] Una mezza figura d’un Pontífice co’cornice negra.
[210] Dui Ritratti, uno co’specchio in mano, uno panno in collo, che
li cuopre mezza spalla, e mezzo corpo, et il remanente ignudo,
et una donna co’un libro in mano, all’altra una palma co’una ves-
te gialla, et il piede sopra una caseta co’cornice indorata liscia.
[211] Una mezza figura di donna co’un pennacchio in testa et una noc-
ca turchina.
[f. 70v]
[212] Una testa di Ritratto piccolo del Duca di Mondragone.
[213] Un Ritratto d’una Monaca co’una croce in mano, corona in can-
na, e cordone in mano.
[214] Un Ritratto d’una donna intiera co’una cagnola sotto la mano, e
fazzoletto all’altra co’cornice negra.
[215] Una Figliuola co’un gatto in braccia.
[216] Dui quadretti d’un palmo in pietra co’diverse figure di battaglia,
uno d’esse mostra di notte, co’cornice d’ebano negro d’un Minia-
tor fiamengo.
[217] Quattro Paesi di mezzo palmo di pietra co’figure piccole, e bar-
che diverse, e fiume del d.
[218] Cinquant’otto quadretti di diversi Provincie, e Paesi in carta inco-
llati sopra tela, tutti d’una misura.

n o t a s

1. Las capitulaciones fueron fir-
madas en Madrid, a 10 de octubre de
1624, por Gaspar de Guzmán y Fran-
cisca de Guzmán, respectivamente
padre de la novia y madre del novio;
véase Archivo Histórico de Proto-
colos, Madrid (en adelante ahpm),
prot. 1718, f. 709v. La firma –«Rami-
ro Pérez de Guzmán»– fue corregi-
da en f. 721v. El error se cometió en
presencia de cuatro testigos de
excepción: el condestable de Casti-
lla, el duque de Sessa, el marqués de
Frechilla y el conde de Gondomar.
Sobre el matrimonio, con referencia
expresa a las capitulaciones, véase
j.h. elliott, El Conde Duque de Oli-
vares. El político en una época de deca-
dencia, Barcelona, 1990, p. 180. Esta
investigación se inscribe en el pro-
yecto «Propaganda y representación.
Lucha política, cultura de corte y
aristocracia en el Siglo de Oro ibéri-
co», micinn har2008-03678/hist.
Agradezco enormemente las indica-
ciones académicas y editoriales rea-
lizadas por Gabriele Finaldi para la
mejora de este texto, así como la

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inestimable ayuda de Elena Cenal-
mor Bruquetas.
2. No parece existir una autoridad
uniforme para referirse al duque de
Medina de las Torres, quien aparece
citado tanto como Ramiro Núñez de
Guzmán, Ramiro Pérez de Guzmán,
Ramiro de Guzmán, Ramiro Núñez
de Guzmán Quiñones y Guzmán,
Ramiro Felipe Núñez de Guzmán y
otras denominaciones. Tomamos la
extensa empleada en el texto a partir
de algunas menciones hechas al
duque en pleitos seguidos ante el
Consejo Real de Castilla. Igualmen-
te, el año de su nacimiento resulta
controvertido. En las mencionadas
capitulaciones de ahpm (nota 1) se
indica que estaban presentes los
futuros esposos con un ambiguo
«mayores que son de doce y catorce
años». Pero no parece que pueda
entenderse que Ramiro Núñez de
Guzmán tuviera 12 años, sino que era
mayor de esa edad, lo que permitía
que contrajera matrimonio. Las ave-
riguaciones realizadas para la conce-
sión de su hábito calatravo, reali-
zadas en 1622, recogen que había
nacido en Burgo de Osma y que por
entonces tendría entre 19 y 20 años,
indicando un declarante que su naci-
miento había coincidido con la
estancia de sus padres en la ciudad
castellana durante el episcopado de
un tío de su madre, es decir, fray
Pedro de Rojas, hijo de los marque-
ses de Poza, quien ocupó la sede oxo-
mense de 1595 a 1602. Archivo His-
tórico Nacional, Madrid (en adelante
ahn), Órdenes militares, Caballeros,
Calatrava, exp. 1801. A la luz de esta
información, cabría conjeturar que
nació hacia 1602.
3. r.a. stradling, «A Spanish
statesman of appeasement: Medina
de las Torres and Spanish policy,
1639-1670», Historical Journal, 19
(1976), pp. 1-31, y Felipe IV y el gobier-
no de España, 1621-1665, Madrid,
1989; c. hermosa, «Ministros y
ministerios de Felipe IV (1661-
1665): una aproximación a su estu-
dio», Investigaciones históricas. Épocas
moderna y contemporánea, 27 (2007),
pp. 47-76.
4. elliott, op. cit. (nota 1), pp.
180-181. Véase, también, e.l. rivers,
«Don Quixote’s fatherly advice, and
Olivares’s», Cervantes: Bulletin of the
Cervantes Society of America, xviii, 2
(1998), pp. 74-84. Puede consultarse
un traslado del texto de Gaspar de
Guzmán en Real Biblioteca, Madrid,
68
08:51 Página 68
Ms. II / 2903, ff. 93r-98r, Advertencias
que dio el conde de Olibares a su hijo el
marqués de Toral.
5. f. bouza, Corre manuscrito. Una
historia cultural del Siglo de Oro,
Madrid, 2001, pp. 222-232.
6. Cito por rivers, op. cit. (nota 4)
p. 81.
7. Ibidem, pp. 80-81.
8. f.m. de melo, Cartas familiares,
ed. M.C. Morais Sarmento, Lisboa,
1981, p. 82. En carta a Antonio Dávi-
la y Toledo, marqués de Velada,
fechada en Bergues-Saint-Winoc, 21
de diciembre de 1639.
9. Ibidem, p. 83.
10. Avisos políticos, históricos y
morales, voz «Lucimiento», sin
foliar. Ex libris Escrigas Galán, olim
Martínez Kléiser. La cursiva, nues-
tra.
11. Noticias de la corte, ed. A. Paz y
Melia, Madrid, 1893, p. 255, Madrid,
10 de abril de 1660.
12. Sobre la famosa invención de
las vidrieras para el coche, que admi-
ró a la corte y dejó a los madrileños
a la espera de ver cuándo se rompe-
rían, a. lópez álvarez, Poder, lujo y
conflicto en la corte de los Austrias.
Coches, carrozas y sillas de mano, 1550-
1700, Madrid, 2007, p. 373. Para la
fiesta en honor al Príncipe, Grandio-
sa relación de la famosa máscara que a
onra de el nacimiento dichoso de nuestro
Sereníssimo Príncipe, don Baltasar Car-
los Domingo, ordenó el señor Duque de
Medina de las Torres, en que entró el Rey
nuestro señor y su Alteza el señor infan-
te Don Carlos. En este año de 1629, En
Sevilla, por Iuan de Cabrera junto al
Correo Mayor, 1629. Sobre la activa
participación de Medina de las
Torres en diversos espectáculos fes-
tivos en la corte, véase m.j. del río,
Madrid. Urbs regia. La capital ceremo-
nial de la Monarquía Católica, Madrid,
2000, p. 198.
13. m. de cabrera, Discurso legal,
histórico y político en prueba del origen,
progressos, utilidad, nobleza y excelen-
cias del arte de la imprenta, Madrid,
1675, f. 23 r-v.
14. En Nápoles, la biblioteca del
virrey estuvo al cuidado de Giovan
Battista Montalbano della Fratta; g.
lombardi, «Tipografia e commer-
cio cartolibrario a Napoli nel Sei-
cento», Studi storici, 39.1 (1998),
pp. 137-160. Cuando abandonó el
virreinato, Medina de las Torres
dejó tras de sí su librería, que no fue
trasladada a España hasta 1649, en
sesenta y siete cajas que contenían
b o l et í n d e l
un total de casi 7.000 volúmenes. A
su muerte, en 1668, la biblioteca
todavía estaba compuesta por más
de 5.000 cuerpos, de los cuales nada
menos que 420 manuscritos, así
como una rica colección de mapas,
que fueron entregados a Juan de
Mendoza, capellán del Consejo de
Italia y del duque. Por desgracia, el
inventario post mortem de enero de
1669 (ahpm, prot. 8181) sólo da
cifras de conjunto para los distintos
estantes de la librería, lo que nos
priva de una relación pormenoriza-
da de su contenido. Sin embargo,
éste puede reconstruirse en parte a
través de los numerosos ejemplares
de la biblioteca que han llegado has-
ta nuestros días, siendo fácilmente
reconocibles por la citada encua-
dernación en tafilete rojo, aunque
también existieron volúmenes
encuadernados en blanco («co’co-
perta bianca»). Sobre las célebres
«medine», r. middione, «Legature»,
en Civiltà del Seicento a Napoli,
Nápoles, 1984, ii, pp. 442-444.
Véanse también, ahora, j.a. yeves,
Encuadernaciones heráldicas de la
biblioteca Lázaro Galdiano, Madrid,
2008, y v. moreno gallego, Super
libros reales. Guía para la identificación
heráldica en la Real Biblioteca, Ma-
drid, 2008, p. 20, nota 51.
15. El tafilete rojo de Olivares se
repite tanto en los libros de Medina
de las Torres como en los de Gaspar
de Haro y Guzmán, marqués del Car-
pio. No en vano los dos últimos se
disputaron la herencia del primero.
Hay que señalar, sin embargo, que las
encuadernaciones de Carpio con
super libros heráldico conservadas son
escasas, mientras que la inclusión de
las armas es lo habitual en las de Oli-
vares y Medina de las Torres. A par-
tir de los ejemplares conservados de
Núñez de Guzmán, entre los que hay
algún raro manuscrito, se deduce que
en su biblioteca había una destacada
presencia de los autores grecolatinos,
así como de la erudición clasicista, al
uso de lo que en la época se llamaba
gramáticos, por oposición a los
romancistas, además de los habitua-
les cronistas y poetas, tanto del siglo
xvi como del xvii. No obstante, es
destacable la huella de los saberes de
las ciencias matemáticas, cosmográ-
ficas, astronómicas, poliorcéticas o,
también, médicas, tan al gusto de
algunos aristócratas de su tiempo,
con los que estarían en plena conso-
nancia los mapas y los globos celeste
m u s e o d e l p ra d o. t o m o
y terrestre que poseía al morir. En
esta selecta biblioteca hay, incluso,
un lugar para la literatura política
europea de mayor actualidad, como,
por ejemplo, los Civilis conversationis
libri duo de Johannes Althusius
(Hanoviae, apud haeredes Guilielmi
Antonii, 1611) que fueron de Medina
de las Torres y, más tarde, de William
Godolphin, embajador inglés en
Madrid que adquirió una parte
importante de la biblioteca del
duque.
16. Francisco de Quevedo le
dedicó su edición de las Obras de
Francisco de la Torre (Madrid, 1631).
Juan Ruiz de Alarcón hizo lo propio
con su Primera parte de las comedias
(Madrid, 1628) y su Parte segunda de
las comedias (Barcelona, 1634). Juan
Pérez de Montalbán puso a su
amparo el Para todos (Huesca, 1633).
Fray Hortensio Félix Paravicino
señalaba que el duque de Medina de
las Torres le había instado a publicar
su sermón A Jesucristo desagraviado
(Madrid, 1633). Entre otros escrito-
res e ingenios que buscaron la pro-
tección de Ramiro Núñez de Guz-
mán, y durante un período la de su
suegro a través de él, podrían citar-
se a Gabriel Bocángel, Alonso de
Revenga y Proaño, Antonio Gual,
Francisco Bernardo de Quirós,
Rodrigo Mendes Silva, Francisco
Lanario de Aragón o Antonio de
León Pinelo.
17. El portugués publicó en
Nápoles su Nuevo modo de cifra para
tañer la guitarra con variedad y per-
fección y se muestra ser instrumento per-
fecto y abundantíssimo, [Nápoles],
[1640?]. El autor se refiere a sí mis-
mo como «al presente al servicio del
Excellentiss. Señor Duque de
Medina de las Torres, Príncipe de
Stillano, y Sumiller de Corps, &c
Virey, y Capitán General del Reyno
de Nápoles». La obra está dedicada,
no obstante, a Margherita Branci-
forte d’Austria, princesa de Butera,
cuyas grandes armas ilustran la por-
tada.
18. El Genio de la historia no se
imprimió hasta 1651 y lo hizo en
Zaragoza, pero ya estaba concluido
a finales de la década de 1630, de-
dicándolo entonces el autor a su
hermano Fernando Ezquerra de
Rozas. Lo citado en el texto y las
noticias sobre la relación del car-
melita con Medina de las Torres
provienen de una Carta de Jerónimo
de San José a Miguel Batista de Lanu-
x x v i i n ú m e r o 45 2009
048_10 Aju 04 Pr.45-Bouza 7/7/10
za, Madrid, 25 de agosto de 1639,
Arquivo Nacional da Torre do Tom-
bo, Lisboa, Casa de Cadaval, Livro
19, f. 653v.
19. b. gracián, El Criticón. Terce-
ra parte. En el invierno de la vejez
[1657], crisi 2, «El estanco de los
vicios». Cito por la edición de Ambe-
res, 1669, p. 278. Sobre los tapices y
colgaduras inventariados en Madrid
a la muerte del duque, j.l. barrio
moya, «Los objetos de plata del leo-
nés Don Ramiro Núñez de Guz-
mán, Duque de Medina de las Torres
(1668)», Tierras de León, 71 (1988), pp.
15-26. Sobre una colgadura de Medi-
na de las Torres entonces en el
Museo Arqueológico Nacional, véa-
se e. tormo, «Al señor Serrano Fati-
gati sobre ‘Escultura en Madrid...’ y
sobre deudos del Conde Duque (los
Felípez de Guzmán)», Boletín de la
Sociedad Española de Excursiones, 17
(1909), pp. 291-312, p. 310.
20. j. de barrionuevo, Avisos,
Madrid, 1892, ii, p. 157. Madrid, 9 de
octubre de 1655. «Ochenta cajones
de ropa le han llegado al de Medina
de las Torres. Pídenle en los puertos
11.000 ducados de derechos, los sie-
te son de plata labrada, los demás de
colgaduras y otras alhajas».
21. Adoptamos la denominación
castellana para el nombre personal
del príncipe de Stigliano (Astillano,
Estillano), que en fuentes italianas
puede aparecer como Nicola Carafa
Guzmán. María Álvarez de Toledo y
Velasco (María de Toledo) era hija
del séptimo duque de Alba, Antonio
Álvarez de Toledo.
22. barrionuevo, op. cit. (nota
20), ii, p. 197. Madrid, 6 de noviem-
bre de 1655. «Las colgaduras, camas,
plata, joyas, es un maremágnum».
23. Ibidem.
24. Ibidem, p. 182. Madrid, 23 de
octubre de 1655. Stigliano terminó
por abandonar las casas de Alosa y
pasó a unas de los Mélito. La posibi-
lidad de visitar las colecciones reu-
nidas por un gran señor está bien
documentada. En el caso de las pin-
turas de Núñez de Guzmán, recuér-
dese la noticia recogida por Palomi-
no de que Velázquez acompañó al
embajador francés marqués de Gra-
mont a visitar, entre otras, las casas
de Medina de las Torres, así como las
de Haro y el Almirante. a. palomi-
no, El museo pictórico y escala óptica,
Madrid, 1947, p. 929.
25. Véanse m. burke, «Paintings
by Ribera in the collection of the
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra
08:51 Página 69
Duque de Medina de las Torres», The
Burlington Magazine, 131 (1989), pp.
132-136; r. lópez torrijos y j.l.
barrio moya, «A propósito de Ribe-
ra y de sus coleccionistas», Archivo
Español de Arte, 257 (1992), pp. 38-51,
y g.m. finaldi, Aspects of the life and
work of Jusepe de Ribera (1591-1652),
Courtauld Institute PhD, London
University, 1995, 2 vols., máxime su
capítulo 4, «Ribera’s Viceroy Pa-
trons». Agradezco al profesor Final-
di su amabilidad al franquearme
estas páginas.
26. Sobre la procedencia Medina
de las Torres, Museo del Prado, Catá-
logo de las pinturas, Madrid, 1996,
p. 298.
27. burke, op. cit. (nota 25), y
lópez torrijos y barrio moya, op.
cit. (nota 25). La documentación
relativa al inventario (enero 1669) y
tasación (noviembre 1669) de sus
bienes se encuentra toda ella en
ahpm, prot. 8181. Distintas entradas
de pinturas aparecen espigadas en el
inventario desde el ff. 339r-368r
[olim ff. 21r-47r de un primer cua-
derno] y su tasación entre los ff.
414r y 419v [olim 39r-44v de un
segundo cuaderno].
28. tormo, op. cit. (nota 19). Al
hilo de la identificación del efigiado
en el busto de bronce del Prado (fig. 2)
que hoy se sabe que es Núñez de
Guzmán, Tormo realiza una prime-
ra biografía política y cultural de
Medina de las Torres.
29. ahn, Consejos suprimidos, lega-
jo 51182/1/1-7.
30. ahn, Consejos suprimidos, lega-
jo 51182/1/5 [Inuentario della Guarda
robba dell’Illmi et Eccmi Signori Duca
de Medina de las torres et Eccma Sigra
Prencipessa di Stigliano D. Anna Carra-
fa fatto a di 17 di Giugno 1638 di tutte le
robbe notate al libro vecchio et altre no’-
notate in esso, consignate ad Alessandro
Leticia Guardarobba di detti signori
Eccmi. E di nuouo a di otto di luglio
1641 consignate ad Alessandro Becchi
Roman nuouo Guardarobba per ordine
di detti Signori Eccmi con Nota delli
mancamenti ritrouati in ciascheda par-
tita], f. 55r.
31. Matteo Paris [Parisi/Parise]
figura en algunos documentos de la
serie como archivario responsable de
la custodia de los registros de Sti-
gliano.
32. ahn, Consejos suprimidos, lega-
jo 51182/1/7 [Stato dell’esatto e pagato
nell’amministratione de mia Sigra la
Duchessa di Mondragone come ammi-
y d e n á p o l e s a m a d r i d.
nistratice e procuratrice generale del
Principe di Stigliano mio sigre dal mese
di novre 1644 per tutto decembre 1660].
33. ahn, Consejos suprimidos, lega-
jo 51182/1/1-7. Ordenados cronológi-
camente, las partes componentes de
la serie son las siguientes:
51182/1/4 [Guardarobba del 1638.
Inventario della Guardarobba dell’Ill-
ma et Eccma Sigra Prencipessa di Sti-
gliano D. Anna Carrafa et dell’Illmo et
Eccmo Sigr Duca di Madina las Torres
fatto a 17 di giugno 1638 di tutte le rob-
be che si sono consignate ad Alessandro
di Leticia guardarobba dei detti eccmi
sigri et dette conforme si sono ritrovate
notate al libro vecchio et altre robbe no’-
notate al detto libro vecchio].
51182/1/5 [Guardarobba del 1638 e
1641, cit. nota 30].
51182/1/6 [Inventario delle Gioie
dell’Eccmi Sigri Duca di Medina Las-
torres, et Eccma Sigra Principesca de Sti-
gliano D. Anna Carrafa de Marra. Vice-
re et Viceregina nel Pnte Regno di
Napoli fatto nell’anno 1639; Nota delle
gioie portate da Spagna dall’Illmo et
Eccmo Sigre Duca di Madena Delasto-
rres all’Eccma Sigra Principesca Don
Anna Carrafa; Gioie dell’Illma et Ecc-
ma Sigra Prencipessa di Stigliano Don
Anna Carrafa di Marra].
51182/1/1 [Guardarobba del 1644;
Nota di tutta la robba, che e stata con-
segnata a Giovanni Pettorino Guarda-
robba di Strada dell’Eccmo Sigre Duca
de Medina per il Viaggio di Spagna per
mano di Alessandro Bechi Guardarobba
Maggre di S.E. in presenza del Signr Fra
D. Isidoro d’Argaio Magiordomo per il
viaggio hoggi alli 25 luglio 1644 nel Reg.
Castelnovo di Nap.; Nota della robba
ritornata da Spagna et reconsegnata da
Gio. Bettorina al sr Alessandro becchi
per ordine dell’Eccma Sgra Duchessa di
Mondragone].
51182/1/2 [Guardarobba del viaggio
del Principe mio sre nel 1645; Nota di
tutta la robba consegnata a Giovanni
Pettorino; Guardarobba del’Eccmo Sgr
Prencipe di Stigliano a po di Maggio
1649 in presenza di d. Matteo Paris nel
Regio Castello novo di Nap. &c.; Robbe
consignate a francesco Aquino per servi-
tio della Reccamera di detto Eccmo Sgr
Prencipe nella medem giornata et anno
ut supra; Argenti consegnato a Gio Bet-
torino Guardarobba dell Ecca di Sti-
gliano; A 24 gennaio 1649 Libri incas-
ciati per Spagna coperti di cordovana
rossa co’arme et imprese stampate d’oro
in cascie conforme li numeri dell’in mar-
gine; Panni di razza leuati per Spagna
da Gio. Pettorino; Nota di quello c’e
n u evo s i n v e n ta r i o s
inviato in Spagna dall’Eccma Sigra
Duchessa di Mondragone per seruitio
dell’Eccmi Sigr Duca di Medina las
Torres et sgre Pnpe di Stigliano a 8 di
luglio 1649 co’le galere; Nota delle robbe
della recammera dell’Eccmo Sigr duca di
Medina las Torres consígnate a Frances-
co d’Aquino; Robbe consígnate a Franco
d’Aquino per Spagna].
51182/1/3 [Guardarobba del 1655; A
di 20 di Maggio 1655 Inventario di Rob-
be consignate a Giovanni Petorino; Cas-
cie inuiate in Spagna a carrico d’Alonso
Peralta nel vascello chiamato San Gior-
gio il Grande del Capitan Curle de Sil-
vestre di Nation Olandese. S’imbarco a
31 di Maggio 1655; Inuentario delle gioie
che mi Sigra la Duchessa di Mondrago-
ne inuia all’Eccmo Principe di Stigliano
mio signore e suo nepote a rechista di S.e.
che si consegnano al Capitan D. Dome-
nico Mongu Gentil’huomo di Camera di
detto eccmo Sigre a 27 di giugno 1655;
Nota d’argenti cioe robba per disfare dati
al sigr Marcantonio Mondragone argen-
tiero; A 25 di Maggio 1656 Argenti por-
tati a Chiaia dal Guardarobba Jacouo
Almeriggi della Sigra Eccma Duchessa
di Mondragone notati da d. Matteo
Paris; Nota de quadri et altri robbe per
orde di S.E. Pra inuiati co’Paolo Salo-
mone a 4 Giugno 1656; Argenti consig-
nati a Jacouo Almeriggi guardarobba
dalla Sra. Lucia Bonghi per ordine
dell’eccma sigra Duchessa di Mondrago-
ne a 29 Maggio 1656; Colli che uanno in
Spagna leuati dalla Guardarobba del
Sigr Principe de Stigliano mio Sigre
sopra il Vascello chiamato Sansone con-
signati al Alfiero Diego di Borgia a 18
di Marzo 1656; Nota delli colli leuati
dal signre d. Domco Morgu a 30 di gen-
nario 1656 inbarcati sopra la tartana
notata dal V. Duca del Infantado co’in-
tervento del sr D Paulo de fabritijs e sr
d. Giulio Baratuccio].
A esta serie de inventarios se
añade el Stato 51182/1/7 citado en
nota 32.
34. Es muy importante destacar
que la naturaleza de la fuente es muy
específica y se atiene a la razón
documental de las recámaras, es
decir, indica claramente que lo que se
contiene en sus inventarios son aque-
llas piezas de la casa que están ads-
critas a uno de sus oficios particula-
res que, en consecuencia, se hace
responsable de ellas. Por tanto, no
parecería creíble, en principio, que
en la guardarobba se incluyesen bie-
nes de terceros propietarios fuera de
la familia de los Medina de las Torres-
Stigliano. Ha de recordarse esta cir-
69
048_10 Aju 04 Pr.45-Bouza 7/7/10
cunstancia documental a la hora de
considerar la presencia en el inven-
tario de 1641 de algunas relevantes
pinturas (Correggio, Tiziano, Rafael)
que fueron de Niccolò Ludovisi y que
más tarde se entregarían a Felipe IV.
Sobre la adquisición de esas piezas,
véase a. anselmi, «Arte, politica e
diplomazia. Tiziano, Correggio, Raf-
faello, l’investitura di Piombino e
notizie su agenti spagnoli a Roma»,
en e. cropper (dir.), The diplomacy of
art. Artistic creation and politics in Sei-
cento Italy. Papers from a colloquium
held at the Villa Spelman, Florence,
1998, Milán, 2000, pp. 101-121.
35. Este hecho debe llevar a con-
siderar con cuidado la fecha de
1644 como el momento en el que
Medina de las Torres regaló algunas
de sus mejores pinturas a Felipe IV.
Sobre esto, véase más tarde lo
comentado a propósito de La Vir-
gen, con el Niño en brazos, entre san
Antonio de Padua y san Roque de
Tiziano (nota 50).
36. ahn, Consejos suprimidos,
legajo 51182/1/3 [Guardarobba del
1655 (Cascie inuiate in Spagna a carri-
co d ’Alonso Peralta nel vascello chia-
mato San Giorgio il Grande del Capi-
tan Curle de Silvestre di Nation
Olandese. S’imbarco a 31 di Maggio
1655)], ff. 52v-54r.
37. Ibidem, ff. 53r (Bracciano y
Gentileschi) y 53v (Cantarini). La
Bethsabé de Artemisia podría ser,
acaso, ese «otro quadro Grande de
otra muger desnuda entre Sus damas
mirandose Al espejo en quatrozien-
tos ducados digo en tres mill Rs»
presente en el inventario post mortem
de Medina de las Torres. Para la cita,
burke, op. cit. (nota 25), p. 136, núme-
ro 235.
38. ahn, Consejos suprimidos, op. cit.
(nota 36), ff. 53v [San Pedro] y 54r
[Jacob].
39. ahn, Consejos suprimidos, lega-
jo 51182/1/5, op. cit. (nota 30), ff. 60v
[San Pedro] y 61r [Jacob].
40. b. bassegoda, El Escorial como
museo. La decoración pictórica mueble
en el monasterio de El Escorial desde
Diego Velázquez hasta Frédéric Quilliet
(1809), Bellaterra-Barcelona-Giro-
na-Lleida, 2002, pp. 262-263. Para el
Jacob, no obstante, también podría
proponerse de manera hipotética el
cuadro de la National Gallery de
Londres (Jacob with the flock of
Laban, NG 244) pintado en 1638.
41. burke, op. cit. (nota 25), p. 136:
«mas otro quadro grande de san
70
08:51 Página 70
Pedro quando el anjel Le saco de la
carzel original de Jusephe de rribe-
ra...»; «mas otro quadro del mesmo
tamaño de Jacob Con Marco dora-
do original de Jusephe rriuera...». A
la luz de las descripciones de 1641 y
1655, el «Jacob» de Ribera que tuvo
Medina de las Torres no podría
identificarse con el Sueño de Jacob
del Prado y se confirma su identifi-
cación con el Jacob y el rebaño de
Labán escurialense. Véanse a.e.
pérez sánchez y n. spinosa, Ribera
1591-1652, cat. exp., Madrid, Museo
del Prado, 1992, p. 272, y lópez
torrijos y barrio moya, op. cit.
(nota 25).
42. ahn, Consejos suprimidos, op.
cit. (nota 30), ff. 9v [Ribera, Poussin]
y 10r [Velázquez].
43. Transcribimos esta parte del
inventario como Apéndice a este
artículo. A partir de este momento,
remitiremos a sus entradas para
hacer referencia a los asientos del
inventario.
44. Este número respondería a la
situación de la colección en 1641,
pero, como ya se ha señalado, otros
registros de la documentación loca-
lizada en el ahn permiten añadir un
número no pequeño de cuadros para
los años 1649 y 1655-56, que habrá
que estudiar más adelante.
45. Deseo agradecer la preciosa
ayuda de María López-Fanjul en esta
delicada cuestión de las pinturas
sobre planchas de cobre.
46. Hay, no obstante, una serie de
entradas que se refieren a artistas de
difícil identificación, en especial en
los géneros de paisaje y naturaleza
muerta, pero que aparecen en otros
inventarios napolitanos de la época.
Véase g. labrot, Études napolitaines:
villages - palais - collections: 16.-18 siè-
cles, París, 1993, p. 291.
47. Acaso serían los 55 mapas
grandes de latín y romance que apa-
recen consignados en el inventario
de la librería madrileña de Medina
de las Torres hecho el 15 de enero de
1669 (nota 14). En este caso, la que
aquí calificamos de galería cosmo-
gráfica se habría dispuesto en las
salas de la biblioteca napolitana del
virrey Núñez de Guzmán.
48. Sobre el papel de Arroyo en el
inventario de la colección, véase j.
brown y r. kagan, «The Duke of
Alcalá: his collection and its evolu-
tion», The Art Bulletin, lxix, 2 (1987),
pp. 231-255. Para las citas en el texto,
Carta del Duque de Alcalá a J.A. de
b o l et í n d e l
Herrera, Palermo, 9 de agosto de 1635,
ahn, Estado, libro 95. La Instrucción
se encuentra en los ff. 48v-51r. El códi-
ce del ahn ofrece noticias importan-
tes para la colección de Alcalá, en
especial en su paso por Génova y
Roma después de abandonar Sicilia,
con mención del encargo de «un lien-
zo de su capricho» a Pieter van Laer,
il Bamboccio, o de unas copias en yeso
de «las cavezas del Marqués Justinia-
no [Giustiniani]», así como del envío
de unas perspectivas, para el rey, o de
una serie de retratos de los hijos de
Manuel de Moura que se habían
hecho por orden de Alcalá, su cuña-
do. Su catalogación oficial como un
libro más de la correspondencia del
marqués de Castelo Rodrigo durante
su embajada en Roma ha dificultado
que este volumen se considerase den-
tro del corpus documental de Enrí-
quez de Ribera, al que debe pasar a
incorporarse.
49. bassegoda, op. cit. (nota 40),
pp. 274-275.
50. En ahn, Consejos suprimidos,
legajo 51182/1/2, Guardarobba del
Viaggio del Principe nro. Signore nel
1649, aparece como: «una Madonna
co’un bambino, S. Antonio e S. Rocco con
un giglio et un libro co’cornice indorata»,
f. 18r.
51. m. falomir (dir.), Tiziano, cat.
exp., Madrid, Museo del Prado,
2003, pp. 142-143, cat. 3.
52. En la guardarobba de 1641 apa-
rece como Agostinello, pero en el
cargamento del San Giorgio Maggio-
re el ítem [141] se reseña como «di
mano d’Autino Beltrano», ahn, Conse-
jos suprimidos, op. cit. (nota 36), f. 53v.
53. j. brown y j.h. elliott, Un
palacio para el rey. El Buen Retiro y la
corte de Felipe IV, Madrid, 2003; a.
úbeda de los cobos (ed.), El palacio
del Rey Planeta. Felipe IV y el Buen
Retiro, 2005; d. garcía cueto, «Pre-
sentes de Nápoles. Los virreyes y el
envío de obras de arte y objetos sun-
tuarios para la Corona durante el
siglo xvii», en j.l. colomer (dir.),
España y Nápoles. Coleccionismo y
mecenazgo virreinales en el siglo xvii,
Madrid, 2009, pp. 293-321.
54. finaldi, op. cit. (nota 25).
55. La pintura aparece descrita
como «un quadro grande co’Venere et
Adone co’cornice di mano di Giosse.
Ribera» y fue embarcada en 1655 en
el San Giorgio il Grande rumbo a
España, ahn, Consejos suprimidos,
op. cit. (nota 36), f. 53r. Entre otras
referencias iconográficas, la alu-
m u s e o d e l p ra d o. t o m o
sión al carro de Venus permite des-
cartar el modelo de la Galleria
Corsini de Roma y acerca esta
entrada a la obra del Art Museum
de Cleveland.
56. Escorial, Patrimonio Nacio-
nal, inv. 10009051. bassegoda, op.
cit. (nota 40), p. 262; lópez torri-
jos y barrio moya, op. cit. (nota 25),
pp. 41-42, y pérez sánchez y spi-
nosa, op. cit. (nota 41) p. 348, obras
donde se propone que fue de Medi-
na de las Torres. La pintura no llega-
ría a España hasta 1655 a bordo del
San Giorgio il Grande, ahn, Consejos
suprimidos, op. cit. (nota 36), f. 53r. «un
quadro del nascimento di Nostro Sigre
co’cornice grande di mano di Gioseppe
Ribera».
57. Escorial, Patrimonio Nacio-
nal, inv. 10014692. bassegoda, op. cit.
(nota 40), p. 268.
58. pérez sánchez y spinosa,
op. cit. (nota 41) p. 364. Sería posible
identificar esta obra con ese «un
quadro in rame co’molte figure di streg-
he una bocca d ’inferno co’cornice d ’e-
bano negro» que salió de Nápoles
hacia España en 1649, ahn, Conse-
jos suprimidos, legajo 51182/1/2, f. 20r.
59. A estos ocho cuadros de Ribe-
ra hay que añadir las menciones que
aparecen en otros inventarios de la
guardarobba de Medina de las Torres-
Stigliano que estamos presentando.
En 1649, en la Nota di tutta la robba
consegnata a Giovanni Pettorino Guar-
darobba del’Eccmo Sgr Prencipe di Sti-
gliano a po di Maggio 1649 in presenza
di d. Matteo Paris nel Regio Castello
novo di Nap. &c que vamos citando, se
mencionan «un quadro con un homo
co’un cane incatenato, mano di Gioseppe
ribera co’cornice indorata» y «un ritratto
d’un Astrolago uecchio co’libro in mano,
et sfere co’cornice indorata opera di Gio-
seppe ribera», ibidem, f. 17r. Igualmen-
te, en 1655, en el cargamento del San
Giorgio il Grande figura «un quadro
della Madonna, San Gioseppe, il Bambi-
no, e San Gio. Battista con cornice gran-
de di mano di Ribera», ahn, Consejos
suprimidos, op. cit. (nota 36), f. 53v.
60. Painting in Naples 1606-1705.
From Caravaggio to Giordano, cat.
exp., Londres, 1982, pp. 239-240.
61. bassegoda, op. cit. (nota 40),
p. 163. Véase infra a continuación
para otras dos pinturas que en la
serie del ahn se consideraron de
Rubens, pero que parecen ser real-
mente de Van Dyck.
62. En la Nota di tutta la robba
consegnata a Giovanni Pettorino en
x x v i i n ú m e r o 45 2009
048_10 Aju 04 Pr.45-Bouza 7/7/10
1649, estas dos pinturas parecen
pasar a ser tenidas por obra de
Rubens y no de Van Dyck. ahn,
Consejos suprimidos, op. cit. (nota 58).
«un quadro co’una Madonna, el Bam-
bino in braccia, la Madalena, Re
David, un homo co’una picca in mano,
una morte, un vaso della Madalena
co’cornice indorata opera di rubens»,
f. 17r, y «una Madonna vestita di ros-
sa, et manto torchino con un Bambino
in braccia sopre un panno bianco co’cor-
nice indorata et detto sopre tauola ope-
ra di rubens», f. 18r.
63. Cito por bassegoda, op. cit.
(nota 40), p. 105.
64. s.j. barnes et al., Van Dyck: a
complete catalogue of the paintings,
New Haven, 2004, pp. 256-257.
65. d. mahon, Il Guercino (Gio-
vanni Francesco Barbieri, 1591-1666),
Bolonia, 1967, i, pp. 115-118. Sobre las
versiones, d.m. stone, Guercino.
Catalogo completo dei dipinti, Floren-
cia, 1991, p. 138, cat. 113.
66. ahn, Consejos suprimidos, op.
cit. (nota 58), f. 17r.
67. Para su viaje a España en 1649,
ibidem, f. 17; burke, op. cit. (nota 25),
p. 136, n.º 239.
68. brown y elliott, op. cit.
(nota 53), y úbeda de los cobos, op.
cit. (nota 53).
69. Museo Nacional del Prado, p-
1184 y p-1189.
70. Véase la reproducción de
una copia antigua con tres perros
en j. lópez rey, Velázquez. Vol. 2,
Catalogue raisonné, Colonia, 1996,
p. 77.
71. burke, op. cit. (nota 25), p. 136:
«mas Vn quadro de Cuerpo entero
del Prinzipe Dn Balthasar en du-
zientos Rs» y «mas otro del mesmo
tamaño de Dn Phe que goze de Dios
en duzientos Rs».
72. g. martínez leiva y á. ro-
dríguez rebollo, Quadros y otras
cosas que tiene su Magestad Felipe IV en
este Alcázar de Madrid. Año de 1636,
Madrid, 2007, p. 209. Sobre la serie
de los Cinco Sentidos y su proceden-
cia antes de llegar a manos de Medi-
na de las Torres, a. vergara, Rubens
and his Spanish patrons, Cambridge,
1999, pp. 116-120.
b o u za . d e ra fa e l a r i b e ra
08:51 Página 71
73. El Almirante se expresa así en
una carta al marqués de Villagarcía,
Madrid, 25 de abril de 1682, AHN,
Estado, libro 197. Me ocupé de esta
correspondencia en F. BOUZA, Ima-
gen y propaganda. Capítulos de historia
cultural del reinado de Felipe II,
Madrid, 1998, pp. 206-210; y ahora,
con mayor detalle, en «Culturas de
elite, cultura de elites. Intencionali-
dad y estrategias culturales en la
lucha política de la aristocracia alto-
moderna», en e. soria, j.j. bravo y
j.m. delgado (eds.), Las élites en la
época moderna. La Monarquía españo-
la, vol. i. Nuevas perspectivas, Córdo-
ba, 2009, pp. 29-46.
74. Museo Nacional del Prado, p-
315. En 1668, el cuadro pasó de
Medina de las Torres a su hijo, Nico-
lás Gaspar Felípez Núñez de Guz-
mán y Carafa, cediéndolo el prínci-
pe de Stigliano al convento de Santa
Teresa de Madrid, de donde pasó,
como se sabe, al Museo de la Trini-
dad. Un estudio de las obras proce-
dentes de esta fundación madrileña
de los Stigliano podría ofrecer nue-
vas informaciones sobre la disper-
sión de la colección Medina de las
Torres que aquí presentamos.
75. a. de castro, «Noticia de
Don Diego Velázquez y Silva como
escritor», Memorias de la Academia
Española, 3 (1871), pp. 479-520. Las
pp. 505-508 se dedican a recoger las
pinturas que Medina de las Torres
dio a su Majestad «cuando vino de
Italia», sin indicación expresa a que
la donación se hiciera en 1644.
Como hemos señalado, la Virgen, con
el Niño en brazos, entre san Antonio de
Padua y san Roque no llegó a España
hasta 1649 y, por tanto, hubo de ser
regalada a Felipe IV entre esa fecha
y 1656, quizá como las demás pintu-
ras señaladas. Sobre la procedencia
Ludovisi de algunas de estas impor-
tantes pinturas que van a ser pre-
sentadas a continuación, remitimos
desde este momento a anselmi, op.
cit. (nota 34) y recordamos lo señala-
do supra en nota 34 a propósito de
que la fuente de que nos ocupamos
las documenta en el guardarobba de
los duques.
y d e n á p o l e s a m a d r i d.
76. Museo del Prado, p-111.
77. f. checa, Tiziano y la Monar-
quía Hispánica. Usos y funciones de la
pintura veneciana en España (siglos
xvi y xvii), Madrid, 1994, p. 246, y
bassegoda, op. cit. (nota 40), p. 104.
78. Ibidem, p. 128, indicando pro-
cedencia Medina de las Torres para
la pintura de Londres. checa, op. cit.
(nota 77), pp. 245-246, señala, por el
contrario, que fue Monterrey quien
hizo llegar el cuadro a Felipe IV, con
lo que Núñez de Guzmán habría
poseído una copia o una variante del
original de Tiziano.
79. ahn, Consejos suprimidos, op.
cit. (nota 36), f. 53v. «un quadro grande
co’cornice detto Trionfo della morte di
mano del brueolo [o brucolo]».
80. burke, op. cit. (nota 25), p. 136,
n.º 242.
81. Conviene resaltar la presencia
de diversas pinturas relacionadas con
Domingo de Guzmán, santo, a la pos-
tre, que se quería vinculado a su casa,
y cuyo recuerdo salía a relucir tam-
bién en diversos objetos suntuarios.
82. Esta pintura de Salviati pare-
ce ser la que llegó a España en 1649,
asentada como «un quadro sopra tavo-
la co’una donna nuda che se bacia con
Cupido, due mascare co’arco et paese co’-
cornice indorata», ahn, Consejos supri-
midos, op. cit. (nota 58), f. 17v.
83. Véase, ahora, e. nappi, «I vice-
ré spagnoli e l’arte a Napoli. Corpus
documentale», en colomer (dir.),
op. cit. (nota 53), pp. 95-128, en con-
creto pp. 113-114 para Medina de las
Torres.
84. ahn, Consejos suprimidos, op.
cit. (nota 36), Guardarobba del 1655;
A di 20 di Maggio 1655 Inventario di
Robbe consignate a Giovanni Petorino,
f. 24r.
85. Ibidem, Nota delli colli leuati dal
signre d. Domco Morgu a 30 di gennario
1656 inbarcati sopra la tartana notata
dal V. Duca del Infantado, f. 74r.
86. barrionuevo, op. cit. (nota 20),
ii, p. 182. Madrid, 23 de octubre de
1655. No parece que se conservase en
Madrid a la muerte del duque en
1668, barrio moya, op. cit. (nota 19).
87. anselmi, op. cit. (nota 34).
88. Ibidem, pp. 106-107.
n u evo s i n v e n ta r i o s
89. Ibidem, op. cit. (nota 34), p. 107.
90. a. von reumont, The Carafas
of Maddaloni. Naples under Spanish
dominion, Londres, 1854, p. 226. La
solercia de Medina de las Torres
como coleccionista encuentra su
adecuado contexto en i. mauro, «Le
acquisizioni di opere d’arte di Gas-
par de Bracamonte y Guzmán, con-
te di Peñaranda e viceré di Napoli
(1659-1664)», Locvs amoenvs, 9 (2007-
2008), pp. 155-169.
91. s. volpicella, Della vita e
delle opere di Francesco Capecelatro.
Discorso, Múnich, 1854, pp. 90-92.
92. von reumont, op. cit. (nota 88),
p. 226. «He carried off Raphael’s Madon-
na del Pesce from the chapel of Acerra, in
San Domenico: it is at this day one of the
most admired pictures in the collection of
the King of Spain; and when the prior of
the church, the general of the order, Ridol-
phi complained, amongst other things,
that this robbery has been connived at
Rome, the Viceroy caused him to be
hurried off to the frontier by fifty knights.
From the same church Medina took a pic-
ture by Lucas of Leyden; from Santa
Maria della Sanitâ another work of
Raphael; from the church of the Incura-
bili one of Giulio Romano’s which had
been presented to it by Don Pedro de Tole-
do by the command of Philip II».
93. Ibidem, pp. 226-227.
94. Vida y hechos de Estebanillo
González, hombre de humor (1646),
ed. A. Carreira y J.A. Cid, Madrid,
ii, p. 259. Medina de las Torres le
hizo una pesada burla al bufón,
para más tarde recompensarle con
un donativo: «Y teniendo noticia
que se embarcaba para España el
Duque de Medina de las Torres,
Virrey que había sido de aquel rei-
no, me fui al muelle y me embar-
qué en su misma galera; el cual,
por la nueva conociencia, me hizo
una burla, aunque ligera al pare-
cer, muy pesada para mis costillas,
pues, no siendo yo nada liviano,
hizo pasarme por toda la galera en
el aire, de mano en mano como si
fuera mi cuerpo un saco de paja,
dándome después, para que se me
apaciguara el susto del paloteado,
una docena de doblas».
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