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La reparación de los accidentes de trabajo ha sido una preocupación primaria desde finales del siglo xix
(1884, en Alemania), con lo que adquiere un nuevo sentido la responsabilidad civil, pues se convierte en
responsabilidad de los riesgos profesionales. En esa época la frecuencia de los accidentes en las fábricas
constituía un verdadero problema; por un lado la introducción de las máquinas como nuevomedio de
trabajo se topó con un ejército de trabajadores sin preparación, lo que provocaba inseguridad; por el otro,
las máquinas mismas tampoco eran seguras.Ê
Desde el punto de vista jurídico, también se necesitaban cambios, porque la mayor parte de los
accidentes no eran culpa del trabajador, sino del propio medio industrial en el que éste se desenvolvía y,
además resultaba difícil para una y otra parte probar que el accidente había sido por culpa del trabajador o
del patrón.Ê Ê tal razón, en la legislación hacían falta cambios en cuanto a la teoría de la culpa, porque el
accidente planteaba un problema de responsabilidad extracontractual y, aplicando los principios que
gobiernan el instituto de laÊ Ê  el obrero debía probar que había recibido un daño, que éste
había sido a consecuencia de un acto del patrón y, finalmente, que éste había incurrido en una falta.Ê
ëor todo esto los juristas de la época iniciaron estudios y planteamientos nuevos que volvieran más
equitativa esa fórmula de responsabilidad. Se dijo entonces que el accidente era una responsabilidad
contractual, por tanto, no serían los principios de la culpa aquiliana los que se aplicaran en tales
circunstancias, sino que el contrato de trabajo debía contener implícitamente una garantía de seguridad
personal.SAUZET sostuvo esta novedosa teoría en Francia, y se halla más cercana a la teoría de aplicación
actual; además, se le reconoce el mérito de ser el último intento dentro del derecho común para que el
trabajador accidentado tuviera derecho a la reparación del daño.Ê
Más la creatividad jurídica no está limitada ni es estática, sino que busca más formas de justificar la
responsabilidad en el accidente, ya que éste se refería a un daño causado por una cosa inanimada y la ley
declaraba al propietario de la máquina responsable del hecho causado por ésta. Después de algunos años
de aplicación de la anterior teoría surgieron las doctrinas de Adrián SACHET, HenriGAZIER,AndréROUAST,
Georges RIëERT y GastónMORIN, quienes trataron de fijar con mayor nitidez la responsabilidad de los
patrones, sobre todo en lo concerniente a las incapacidades laborales que el derecho común no captaba.Ê
Mario DE LA CUEVA manifiesta queRIëERT y MORIN fueron quienes más aportaron al tema, al sostener que el
derecho civil y las viejas ideas de la responsabilidad tomaron como centro la causa eficiente del daño, en
tanto que el derecho del trabajo introdujo como noción de base a la víctima del daño y, por eso, como
proclamó RIëERT, el derecho moderno sale de la responsabilidad para ir a la reparación o, en otros términos,
como diceSOMARÉ; representa el triunfo de la persona humana y de sus valores sobre las cosas.

ëor su parte,MORIN sostenía que introducir los derechos de la persona en el vocabulario y la técnica
jurídica era dar la expresión racional exacta a todo el movimiento legislativo y jurisprudencial actual, como
los cambios al principio de la libertad de contratación, el nuevo derecho de la responsabilidad y los límites
de la propiedad individual, y esto significaba un cambio trascendental en el espíritu del derecho civil,
porque elÊ
 Ê  es más bien el código de las cosas y de la riqueza adquirida, y no el código de las
personas: protege con eficacia a los hombres que tienen bienes materiales, pero descuida a quienes están
privados de ellos. Se trataba, entonces, de un cambio de jerarquía de los valores jurídicos: el valorÊ 
pierde su predominio sobre el valorÊ Ê
Îa casi a finales del siglo xix, en 1898, la Corte de Casación francesa interpretó el problema de la
responsabilidad del accidente con un criterio novedoso para la época y que marcó la pauta a los
legisladores de muchos países sobre la nueva idea del problema. Tal criterio sostenía que para considerar
un accidente como de trabajo, basta que ocurriera en el lugar y durante las horas de labores, a menos que
hubiera intervenido una fuerza de la naturaleza o haya habido dolo del trabajador, o sea, por el hecho solo
de que el accidente haya ocurrido en el lugar y durante las horas de trabajo se considerara como accidente
profesional.Ê

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Cuando se redactó la fracc. xiv del art. 123 de laÊ  
 ya existía una idea definida sobre la
responsabilidad del riesgo de trabajo, por lo que no se polemizó el sostener, y aun ampliar la tesis de la
Corte de Casación francesa y de Georges RIëERT. DecimosÊ  porque en realidad así fue: en nuestro
texto constitucional se estableció con mayor claridad y liberalidad, y a la letra dice:Ê

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Con este texto constitucional, sólo restaba que la Suprema Corte y las Juntas de Conciliación y
Arbitraje lo interpretaran correctamente, y así fue. En 1934, laÊ

Suprema Corte realizó el cambio, con una nueva interpretación a partir del nuev0 criterio sostenido por la Ê
 
 y se dejó atrás la vieja tesis de riesgo creado por la producción industrial y el maquinismo.Ê
En la ejecutoria del 21 de febrero de 1935,14208/32/2a., Cía. Metalúrgica Mexicana, S.A., resolvió a
partir del nuevo criterio:Ê

La teoría del riesgo profesional, como es sabido, vino a sustituir las doctrinas civilistas de la culpa y
de la responsabilidad contractual, y a diferencia de éstas, que tienen un funda- mentó subjetivo, ésta
descansa en un principio de la responsabilidad objetiva. Las doctrinas civilistas descansaban en la
idea de culpa, en tanto la teoría moderna se apoya en la idea de riesgo: La producción, cualquiera que
sea su organización expone al trabajadora riesgos ciertos y determinados, que son inevitables dentro
de cualquier sistema y que la previsión humana, aun la más cuidadosa, no podría apartar; siendo
estos riesgos inherentes al trabajo, es lógico que sea el empresario, esto es, el creador del riesgo y, a la
vez beneficiario de la producción, quien los reporte, pues no sería justo ni equitativo que quedaran a
cargo del trabajador, quien no obtiene los beneficios de la producción y no es tampoco el creador del
riesgo. Estos riesgos son de dos clases, accidentes del trabajo y enfermedades profesionales,
entendiéndose por accidentes de trabajo, en términos generales, las consecuencias de la acción
repentina de una causa exterior sobrevenida durante el trabajo, en ejercicio de éste o como
consecuencia del mismo.Ê

La teoría del riesgo profesional abarcó en un principio únicamente los accidentes cuya causa
inmediata y directa era el trabajo desempeñado por el obrero, pero poco a poco se fue extendiendo para
comprender también los accidentes que se producen con ocasión o en ejercicio del trabajo desarrollado. De
esa manera no se requería ya la existencia de una relación causal inmediata y directa, sino que era
suficiente que hubiera un lazo de conexidad entre el trabajo y el accidente o, lo que es lo mismo, bastaba
que el trabajo desarrollado fuera la ocasión del accidente sufrido, pues no existía razón alguna para excluir
estos últimos casos, en los cuales, si bien el trabajo mismo no era la causa inmediata y directa, al menos sí
tenía relación con el accidente. Esta extensión de la doctrina se debe, en general, a que se ha considerado
que el trabajo consiste en una fuerza puesta al servicio de las empresas, y los desperfectos que esa fuerza
genera deben entrar en los gastos generales de la negociación, de la misma manera que quedan
comprendidos en ellos las reparaciones de la maquinaria y demás útiles e instrumentos de trabajo. Al
respecto, la teoría del riesgo profesional sirvió de base a la fracc. xiv del art. 123 constitucional, que no
exige la existencia de una relación causal, inmediata y directa, sino que impone al patrón la
responsabilidad por los accidentes deÊ  que sufran losÊ  Ê con motivo o en ejercicio de la
profesiónÊ trabajo que ejecuten.Ê
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Un tema constante de análisis se refiere a la relación que pueda haber entre el trabajo y el accidente para
que este último se considere accidente de trabajo. DuranteÊ
¡oS años de la transición normativa que se dio entre el derecho civil y el derecho del traba)0' hubo mucha
polémica respecto a esa relatividad. ëor fortuna, el legislador mexicano le dio una solución exacta al tema
de la protección al trabajador, entendiendo con amplitud esta relación que ratifica el sentido social del
derecho del trabajo-Ê
ëor otro lado, en las últimas décadas hubo un vuelco al tratamiento que la legislación del trabajo ha
dado al tema, al concebirlo ya no como una serie normativa reparadora de los siniestros en el trabajo, sino
con otra óptica jurídica, que le da preponderancia a la higiene y seguridad en el trabajo, en lugar del
primitivo derecho que sólo reparaba lo que ya había acaecido. Así, con una cobertura completa de los
riesgos de trabajo, abre capítulos nuevos dentro del derecho del trabajo con el tratamiento del derecho
preventivo de los percances, con base en principios científicos de higiene y seguridad industrial, además
de un derecho reparador de los accidentes de trabajo. Esta misma tesis ya la sostenía José IsidroSOMARÉ en
Argentina: "es cierto que los accidentes de trabajo debían ser tratados según un prisma bifacial:
prevención y reparación".9Ê
Consideraremos que en este derecho preventivo las normas que se dictan sobre higiene del trabajo
deberían evitar las enfermedades profesionales por medio de ambientes sanos y lograr que el trabajador
no encuentre un medio hostil en la locación del trabajo, considerando siempre que ocho horas de cada día,
por lo menos, deberá permanecer en tales condiciones. En cambio, las normas de seguridad en el trabajo
buscarán evitar los accidentes que con frecuencia se convierten en enemigo tradicional de los trabajadores.Ê
En México, el art. 123 constitucional estableció una fórmula amplia, indudablemente más vasta
incluso que la tesis de la Corte de Casación francesa, pues en la fracc. xiv dice: "[...] los accidentes de
trabajo y de las enfermedades profesionales de los trabajadores, sufridas con motivo o en ejercicio de la
profesión o trabajo que e jecuten". De ahí se desprende que esa amplitud de la norma provoca que no se
necesite una relación causal inmediata y directa del trabajo con el accidente, y basta para su
profesionalidad que haya una causa remota, accidental u ocasional.Ê

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Respecto de las excluyentes de responsabilidad para el patrón, tenemos:Ê

Ê El dolo del trabajador.


Ê Ebriedad del trabajador.
Ê El intento de suicidio.
Ê La riña.

Aunque laÊ  


 no hace referencia a estos casos laÊÊ! Ê Ê"  por el contrario, las
establece como causal excluyente para que el patrón no tenga responsabilidad.Ê
Hay dolo cuando existe de parte del trabajador una voluntad de realizar el acto que determina el
accidente, y no solamente la realización de éste, sino que desea las consecuencias. La ley hace referencia a
que habrá excluyente de responsabilidad si el accidente ocurre cuando el trabajador se encuentra en
estado de embriaguez o bajo la influencia de algún narcótico o droga enervante. En cuanto al intento de
suicidio, esta causal es razonable, pues la voluntad de suicidarse del trabajador no tiene ninguna relación
con el trabajo. ëor último, en caso de la riña, diremos que cuando ésta no guarda relación con el trabajo no
existe razón para asignarle esta responsabilidad al patrón.Ê
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Dos acontecimientos están regulados por este capítulo del derecho del trabajo: los accidentes de trabajo y
las enfermedades profesionales. Los dos tienen rasgos comunes: ambos son producidos en o por motivo
del trabajo. No obstante, existe una distinción muy importante entre ellos: ambos son causados por agente
externo, pero este agente actúa en forma diferente en cada una de las situaciones. En el accidente es
inesperado e instantáneo, en tanto que en la enfermedad profesional es progresiva y casi siempre
anunciada.Ê
DE LA CUEVA afirma que el derecho mexicano adoptó el criterio de Adrián SACHET, ya que al definir el
accidente de trabajo la ley dice: "es la lesión o la muerte producida por la acción repentina de una causa
exterior que puede ser medida",) la enfermedad profesional se define como: "el estado patológico que
sobreviene por una causa repetida por largo tiempo".10Ê

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Aunque muchas legislaciones en los diferentes países omiten la definición de accidente, en México el
legislador la resolvió con base en la legislación española, J estableció que accidente de trabajo es toda lesión
médico-quirúrgica o perturbación psíquica o funcional, permanente o transitoria, inmediata o posterior, o
muerte, producida por la acción repentina de una causa exterior que pueda ser medida, sobrevenida
durante el trabajo, en ejercicio de éste o como consecuente del mismo, y toda lesión interna determinada
por un violento esfuerzo producid de las mismas circunstancias.

De la definición pueden desprenderse las características del accidente:Ê

 Ê Es una lesión.
 Ê ëermanente o transitoria.
Ê ëroducida por causa externa.
Ê Instantánea.

Analizaremos cada uno de estos aspectos para comprender mejor la naturaleza del accidente, y
diferenciarlo de la enfermedad profesional.Ê

J   La ley establece que el accidente produce una lesión, no importa que sea interna o externa,
grave o leve; además, comprende todos los casos de lesiones, con lo que se evitan problemas de
interpretación jurisprudencial.Ê

 
   
     La lesión causada por el accidente se consideraÊ
si es para el resto de la vida del trabajador;Ê   significa que con el tratamiento apropiado y el
tiempo requerido desaparecerá. Esta misma clasificación se toma en cuenta en el aspecto indemnizatorio
del riesgo.Ê

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    La lesión debe ser producto de una acción externa o de un esfuerzo violento
de la misma persona. Al establecerse que la causa de la lesión puede ser un esfuerzo violento, se admite el
caso de la hernia generada por esfuerzos en el trabajo.Ê

Instantánea. Tal vez sea ésta la característica más conocida del accidente: el hecho de que se trata de un
acontecimiento inesperado, momentáneo y que ocurra en el trabajo o sea consecuencia de él.Ê

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La enfermedad profesional es todo estado patológico que sobreviene por una causa re petida durante
mucho tiempo, como obligada consecuencia de la clase de trabajo que desempeña el obrero o el medio en
que se ve obligado a trabajar, y provoca en organismo una lesión o perturbación funcional permanente o
transitoria. Los orígenes de esta enfermedad profesional pueden ser agentes físicos, químicos o biológicos.Ê
Así como en el caso del accidente, desglosaremos la definición a fin de señalar sus principales
características:Ê

 Es una lesión al organismo del trabajador. En aras de un poco más de exactitud, diremos que es un
estado patológico.Ê
Ê Este estado patológico puede ser permanente o transitorio. En el primero de los casos estaríamos
ante la situación de una enfermedad incurable; en el segundo, ante un padecimiento que a través
del tiempo y un proceso curativo desaparece.
Ê La causa productora del estado patológico es la acción de un elemento externo con la característica
de ser repetitivo por un tiempo más o menos largo.
Ê La exposición constante del trabajador ante la causa del estado patológico genera una
progresividad en la enfermedad.
Ê La causa productora del estado patológico debe tener una relación deÊ Ê efecto en el trabajo,
porque si no fuere así estaríamos ante un caso de enfermedad general, pero no ante una
enfermedad profesional o de trabajo.
Ê La causa productora de la enfermedad puede ser agentes físicos, químicos o biológicos.

En la doctrina del derecho del trabajo tradicionalmente se diferencia entre enfermedadesÊ  
y enfermedadesÊ Ê   Las primeras son padecimientos que la ciencia médica considera que los
trabajadores de ciertas actividades padecerán casi en forma obligada. En cambio,Ê   Ê Ê 
son las adquiridas por algún trabajador a consecuencia indudable del trabajo, pero que no es frecuente que
ataquen a todos; aquí se presenta cierta predisposición física del trabajador.Ê
Las legislaciones de distintos países se han preocupado por enfrentar esta dualidad de
padecimientos, y lo más común es que lo hagan como en el caso de México, que en el art. 513 de laÊ!"
establece una lista de padecimientos que se considerarán en todo caso enfermedades de trabajo. Más
adelante, en el art. 515, se señala que la Secretaría del Trabajo y ërevisión Social realizará las
investigaciones y estudios necesarios a fin de que el ëresidente de la República inicie ante el ëoder Legis-
lativo la adecuación periódica de las tablas a que se refiere en los arts. 513 y 514, así como al progreso de la
medicina del trabajo.Ê

       


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ëara probar que una enfermedad es profesional se requiere considerar los aspecto5 relativos a la prueba de
responsabilidad. Dos aspectos son los que estarán a prueba: la profesionalización de la enfermedad y que la
enfermedad se contrajo conelpatrón a quien se le reclama.Ê
En el primer aspecto hay que tomar en consideración que si la enfermedad de las enumeradas con esa
categoría en la ley, se tendrá por admitida la profesionalidad. Así se desprende del texto de la ley; en el
caso mexicano, el art. 476 dice"Serán consideradas en todo caso como enfermedades del trabajo las consignad J en la
tabla del art. 135". Esto provoca que tengamos una presunciónÊ Ê
] Sujeta a que exista correlación entre la enfermedad y el trabajo mencionado en la ley. Encaso de que el
padecimiento reclamado como profesional por el trabajador, no sea de los mencionados en la ley,
corresponderá al propio trabajador probar la relación de causa y efecto que exista entre la enfermedad y el
trabajo que él desempeñaba-Ê
En el segundo aspecto, es necesario probar que el trabajador efectivamente laboró para el patrón (al
cual reclama el riesgo) el tiempo suficiente para haber adquirido ahí el padecimiento.Ê

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Los riesgos de trabajo tienen efectos negativos sobre los sujetos de la relación laboral, ya sea trabajador o
patrón; de ahí el gran interés de ambos en evitarlos al máximo. Incapacidades totales o parciales,
permanentes o transitorias, o la muerte son las consecuencias sobre los obreros; cobertura de
indemnizaciones, gastos de atención médica y pérdidas en la producción es lo que se deriva para los
patrones. ëor ello también forman parte de los afanes permanentes de organismos internacionales, como la
Organización Internacional del Trabajo y la Asociación Internacional de Seguridad Social, o de
dependencias nacionales como la Secretaría del Trabajo o el sistema de Seguro Social, el establecimiento de
campañas que frenen los altos índices de riesgos profesionales.Ê

Incapacidad para el trabajo. Una consecuencia de los riesgos de trabajo son las incapacidades,
conceptuadas como imposibilidad de ejercer la capacidad laboral normal de que hasta entonces disfrutaba
el accidentado. Las incapacidades pueden serÊ Ê oÊ Ê La incapacidad total
permanente es la perdida absoluta de facultades o de aptitudes, que imposibilitan a un individuo para
desempeñar cualquier trabajo por el resto de su vida. La incapacidad parcial permanente es la disminución
de las facultades de un individuo por haber sufrido la pérdida de algún miembro, órgano o función del
cuerpo. Al lado de estas dos Incapacidades tenemos laÊ    Ê  que es la pérdida de facultades
o aptitudes que imposibilitan parcial o totalmente a un individuo para desempeñar su trabajo por algún
tiempo. . Ahora bien, si se analiza en forma detenida cada una de las tres diferentes incapacidades de que
habla la ley, diremos que la definición sobre la incapacidad temporal se tomó de la legislación francesa y
con ella vinieron también las mismas imprecisiones de que adolecía la definición gala, como no establecer
ninguna diferencia entre una incapacidad temporal leve y la incapacidad temporal grave. Según la
definición citada, ambas se tratan igual y esto trajo serios problemas para el intérprete. Este problema casi
ha sido superado por el sistema de Seguro Social, que fija un término límite dé incapacidad al trabajador, y
si éste no logra superar

entro de ese término su incapacidad física, tendrá que declararse ya no con incapacidad temporal, sino
permanente.Ê

Ñ  Entendida como una cesación total de las funciones vitales del cuerpo humano, es la más grave de
las consecuencias acarreadas por el riesgo de trabajo. En estos casos, como veremos más adelante, se
repara el riesgo con la entrega de una suma de dinero a los deudos del trabajador fallecido. En algunos
casos, el sistema de Seguro Social transforma dicha entrega económica en una pensión, además de que
cubre los gastos de defunción.Ê

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ëara la valoración del estado de incapacidad, la ley dispone de una tabla en la que se expresa una gran
cantidad de limitantes físicas para el trabajador. Estas limitaciones indican un porcentaje o graduación con
un máximo y un mínimo, a fin de permitir al juzgador una flexibilidad en la fijación de la valuación de la
pérdida corporal en cada caso.Ê
El manejo de los máximos y mínimos debe ser de acuerdo con los siguientes factores que la
autoridad laboral considerará: la edad del trabajador, la importancia de la incapacidad, y si es absoluta
para la profesión que desempeña o absoluta para todas las actividades. Hay que aclarar que la graduación
de la pérdida física según esta tabla la realizará un médico experto en medicina del trabajo, por ser quien
tiene la capacidad profesional para interpretar la gravedad de la disminución.Ê
Señalamos páginas atrás la existencia de una nueva posición ante los riesgos profesionales: la
prevención. De ella surgió una serie de acciones legislativas que con carácter preventivo se imponen a
trabajadores y a patrones. Esta normatividad se encuentra tanto en las leyes laborales ordinarias como en
los reglamentos de seguridad e higiene. ëor lo general su contenido es demasiado concreto, lo que las hace
ver como una normatividad más técnica que jurídica. No obstante, es evidente que su finalidad consiste en
evitar que la salud o la integridad física del trabajador sufran menoscabo a causa de la prestación del
servicio, de las materias primas o de los lugares en los que se desarrolla el trabajo. Sobre la naturaleza de
tales normasKASKEL yDERSCH han opinado:Ê

...la forma jurídica en que se brinda toda esta protección consiste en que se imponen al empleador
determinados deberes de carácter jurídico cuyo cumplimiento se asegura con penas y otros medios
coactivos.11Ê
En nuestro país, tal aspecto normativo preventivo se encuentra en algunos artículos de laÊÊ! Ê
Ê "  así como en los reglamentos de seguridad e higiene en el trabajo en que se establecen
obligaciones patronales de dotar con equipo de seguridad a los trabajadores, contar en las instalaciones con
las medidas preventivas necesarias u organizar las comisiones exigidas por la ley. Mención especial
requiere la obligación institucional que impone la creación de organismos paritarios de trabajadores y
patrones dentro de cada empresa, con la finalidad de vigilar el cumplimiento de las medidas preventivas
de seguridad. Estos organismos paritarios, llamados en nuestro medio:Ê  Ê #Ê Ê    Ê Ê
 Êson fundamentales para la correcta aplicación de este derecho preventivo.Ê
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