Vous êtes sur la page 1sur 12
LUIS ML. VALDES VILLANUEVA. (Editor) LA BUSQUEDA DEL SIGNIFICADO LECTURAS DE FILOSOF{A DEL LENGUAJ. E SEGUNDA EDICION a TINTVopcinsank LOGICA Y CONVERSACION * H. P. Grice Es un lugar comiin de la l6gica filoséfica la afirmaci6n de que hay, o de que parece haber, diferencias en los significados de al menos al- gunos de los que denominaré expedientes formales, como «]», «A», IVn, «a», «(x)», «3xm, «tx» (cuando se les confiere la interpreta- cién canonica estandar), por un lado, y lo que se considera que son sus contrapartidas 0 andlogos del lenguaje natural —expresiones Como «non, «0», «Sin, «todo», «algin», (0 «al menos unm), «él>—, por otro. Ocasionalmente, algunos légicos pueden haber sido parti- Farios de la idea de que, de hecho, no hay diferencias de significado entre unos y otras; pero semejantes afirmaciones, en el caso de haber ‘sido enunciadas, han sido llevadas a cabo algo imprudentemente, y sus presuntos autores no han sido objeto de un muy buen trato. Aquellos que admiten Ia existencia de las susodichas diferencias se adhiercn, tundamentalmente, a uno u otro de dos grupos rivales, a Jos que denominaré, a efectos de este ensayo, el grupo formalista y el grupo informalista. El perfil caracteristico de la posicién formalista podria trazarse del siguiente modo: En la medida en que los I6gicos Fe ocupan de formular pautas muy generales de inferencia valida, los expedientes formales poscen una ventaja decisiva frente a sus con- trapartidas naturales. Porque en términos de los primeros cabe cons- trurr sistemas de fOrmulas muy generales de entre las cuales un ni- mero considerable de ellas pueden considerarse pautas de inferencia, (© muy cercanas a pautas asf, cuya expresién involucra algunos © todos de dichos expedientes. Semejantes sistemas pueden consistir enun cierto conjunto de {6rmulas simples que habrén de aceptarse si Ios expedientes tiene el significado que se les ha asignado, asi como tambien de un nimero indefinido de formulas ulteriores muchas de as cuales no serdn tan manifiestamente aceptables, pero que habré aque aceptar si eso fue lo que se hizo con cada uno de los miembros del qOnjunto inicial. Disponemos, por lo tanto, de una manera para ha- bérnoslas con pautas de inferencia cuya aceptabilidad puede no ser “obvias y si pudiésemos aplicar un procedimiento decisorio, como de + Version casteltana de Juan José Acero. so oP ee si le teks -Vie 512 LA BUSQUEDA DEL SIGNIFICADO hecho a veces resulta posible, dispondriamos entonces de una estra- tegia todavia mejor. ‘Mas atin, desde un punto de vista filoséfico se con: que las contrapartidas tengan como parte de su sig {que no comparten con sus correspondientes expedientes formales es tuna imperfeccién de nuestras lenguas; pues los elementos en cues- ti6n no serén sino excrecencias indeseables. La raz6n de ser de esta opinidn estriba en que la presencia de tales elementos da como resul- tado que los conceptos dentro de los cuales aparecen no podran defi- nirse con precision y claridad, y que al menos a algunos de los enun- ciados en que intervengan no seré posible asignarles, en algunas ‘S circunstancias, un valor de verdad definidozNo s6lo cabrd poner re- paros al cardctér indefinido de estos conceptos, sino también que este abre las puertas a la metafisica; no podemos tener la certeza de ‘que ninguna de estas expresiones del lenguaje natural no se encuen- tre metafisicamente spodrida». Por estas razones, a las expresiones, tal y como se las usa en el discurso cotidiano, no se las puede aceptat cen definitiva, y cabe incluso que, a la larga, no sean del todo inteligi- bles, La estrategia adecuada consiste en concebir y evigir un tenguaje ideal, que incorpore Tos expedientes formales, cuyas oraciones sean Glarag. con un valor de vetded determiadotmeaqutvocamene tank MeStamente libres de secuelas metafisicas; con ello, los fundamentos de la ciencia se hallardn ahora filossficamente seguros, pues los cenunciados det cientifico podran expresarse (aunque de hecho no se proceda necesariamente asf) dentro de este lenguaje ideal. (No pre- tendo sugerir que todos los formalistas aceptarfan la totalidad de este resumen, pero sf que creo que todos ellos darian el visto bueno a al- guna parte suya.) A esto, un informalista podria replicar con el siguiente espiritu. La exigencia filoséfica de un lenguaje ideal descansa en ciertos su- “puestos que deberian rechazars; tos son os siguientes: que éTpa- tron con el que Ta que Medir Ta adecuacidn de un tenguaje es su apacidad para servi alas necesidades dela ciencia: que no pos ble garantizar ta intetigitidad de una expresion a menos que se haya proporeionago-una expicacién 0 un ans de significado; y ue toda explicacidn o todo analisis debe adoptar fa forma de una defi cién precisa, que sca la expresiin o la asercién de una equivalen: légica. El Tenguaje sirve a muchos propdsitos importantes, ademas de los propios de Ia investigacion cientifica. Podemos conocer per- fectamente bien lo que significa una expresion (y, por lo tanto, a for- ‘iori que es inteligible) sin saber cémo analizarla, de manera que el ofrecer un andlisis de ella pueda ty de hecho asi sucede) consist en laespecificacién, tan general como quepa, de las condiciones bajo las, cuales es 0 no posible usar la expresién que estamos analizando. Mas ‘ain, mientras que es verdad sin duda que los expedientes formalesse LOGICA Y CONVERSACION 513 prestan a un tratamiento sistematico por parte del l6gico, resta toda- vfa el caso de muchas inferencias y argumentos, expresados en el len: guaje natural, y no en términos de los susodichos expedientes, cuya validez hay no obstante que admitir. Por consiguiente, debe quedar tn Tugar para una Togica no formalizada, y por lo tanto més o menos asistemAtica, de las contrapartidas naturales de aquellos expedien- tes. La I6gica simplificada de los expedientes formales puede servir de ayuda y de guia a esta otra, pero no puede ocupar su lugar. En rea- lidad, no es s6lo que las dos Idgicas difieren la una de la otra, sino que alguna veces pueden entrar en conflicto: las reglas propias de un ex- pediente formal pueden no valer para su contrapartida natural. ‘Ahora bien, en lo que respecta al problema general de cual es el lugar de la filosoffa en la reforma del lenguaje natural, nada tengo que decir en este ensayo. Me limitaré a mediar en a disputa en lo que hace a las presuntas diferencias de significado Tnencionadas al prin ‘princi- pidAdemés, no tengo tr intencién de mediar en ella ocupando el ‘puesto de ninguno de los dos contendientes. Deseo, en realidad, de- fender que el supuesto, comin a las dos partes en disputa, de que las diferencias de significado ‘ (hablando en términos genera- les) un error compartido, y que este error detiva de haber prestado poca atericién-ata naturaleza y a la importancia de las condiciones que gobiernian Ta conversacién, Por To tanto, procederé sin mas preambulos a investigar las condiciones gencrales que, de una u otra forma, se aplican a la conversacién, al margen de cual pueda ser su tema. IMPLICATURA Supongamos que A y B estén hablando acerca de un amigo ‘comtin, C, que est ahora trabajando en un banco. A le pregunta a B cémo le va a Cen su empleo y B responde: «jMuy bien! Se siente a gusto con sus compafieros y, ademés, no le han metido todavia en la cércel.» Justo en este momento, A podria preguntarse qué era lo que B le estaba dando a entender (implying), lo que le estaba sugiriendo ‘lo que le queria decir (meant) al afirmar que aC no le habfan meti- do todavia en la cércel. La respuesta podria ser, por ejemplo, que C es el tipo de persona proclive a sucumbir a las tentaciones derivadas del empleo que tiene; o que los compaferos de C son, en realidad, gente muy desagradable y traicionera; etc. Naturalmente, podria no ser necesario en absoluto que A le preguntase tal cosa, por dejar muy claro el contexto de antemano cudl iba a ser la respuesta que recibi- ria. Creo que es obvio que. fuese lo que fuese aquello que B le dio a entender, sugirié 0 quiso decir, en este ejemplo ello diferirfa de lo que B dijo, que fue simplemente que a C no le habfan metido todavia S14 LA BUSQUEDA DEL SIGNIFICADO en a cércel, Quiero introducir ahora como término técnico el verbo -

Vous aimerez peut-être aussi