a14 l País
___El Comercio
___domingo 15 de mayo del 2011
perfiles - limeños de todas las cepas
De Aliaga: un linaje que es
parte de la historia de Lima
gonzalo de aliaga (63) vive en la casa más antigua de América habitada sin interrupción
por su familia. Ya van 15 generaciones de Aliagas y su legado le da continuidad a la ciudad
JAVIER LIZARZABURU
Don Gonzalo de Aliaga es alto,
bien plantado, afable y con un
ligero tartamudeo que parece
añadirle estilo a su conversación.
Tiene tres hijos, la casa más anti-
gua del continente y un anillo que
puede contar historias. “No es na-
da importante, solo un recuerdo
de familia”. Lo lleva en el dedo
meñique de la mano izquierda,
a la usanza de las familias aris-
tocráticas europeas. Es circular,
de oro macizo y tiene grabado el
escudo de su familia: en la parte
superior izquierda hay una torre,
en la derecha dos tigres ‘empina-
dos y asidos por las garras’ y de-
bajo una carabela navegando los
mares. Es la historia de un conti-
nente, de un país y de una ciudad,
Lima. Todo en un dedo.
El escudo lo recibió en 1536 el
primer De Aliaga en estas tierras,
Jerónimo, tras su aventura con
Francisco Pizarro, y “simboliza
la lucha entre el poder indígena
y el español”. La casa, considera-
da un símbolo de la continuidad
y la identidad de esta familia por
casi 500 años, es al mismo tiem-
po símbolo de la ruptura que se
produjo durante ese encuentro.
Al llegar los españoles, dice
don Gonzalo, “vieron que Lima
ya era una ciudad muy atractiva,
con valles, con agua, con mu-
chos árboles frutales”. Él expli-
ca que la actual casa se levantó
sobre las terrazas del palacio de
Taulichusco, el último curaca.
Desde entonces son 16 genera-
daToS
Profesión: Turismo.
Hijos: María Eugenia, Gonzalo y Je-
rónimo de Aliaga.
Casa: En la cuadra 1 del Jirón de la
Unión, tiene unas 50 habitaciones.
Área del terreno: 1.800 m2, de los
2.500 m2 que tenía originalmente.
Jerónimo de Aliaga: Nace en Sego-
via, 1508. Llega a Cajamarca, 1532.
Cofundador de Lima, 1535. De la
Universidad de San Marcos, 1551.
Muere en España, 1569.
ciones, incluida la de sus hijos,
que viven en ella.
EL CENTRO RENACE
Pero la Lima de hoy no tiene nada
que ver con la Lima de los prime-
ros 400 años. La ciudad de hoy es
una ciudad mestiza. “Lima está
renaciendo”, dice, y ve como na-
tural que se haya producido este
cambio. “La invasión de los años
60 fue muy desordenada y creó
muchos problemas, pero esta ge-
neración es diferente. Los nuevos
habitantes quieren la ciudad, la
aprecian y la cuidan. Yo me sien-
to parte de la ciudad y ellos tam-
bién”, afirma conciliadoramen-
te. Estamos en el patio, su espacio
más amado. Es un patio hundido,
encantador y rodeado por una
balaustrada con diez columnas
de madera. Abajo hay una pileta
de hierro fundido, con su chorro
constante de agua y un ficus muy
antiguo.
El problema, tal parece, va
richArd hirAno
idenTidad. Don Gonzalo conoce la historia de sus ancestros y al que más admira es al primero, Jerónimo, “porque es un ejemplo de valor y fuerza moral”.
por otro lado, y cita a Juan Ma-
nuel Ugarte Eléspuru diciendo
que “peor que un terremoto en
Lima han sido los alcaldes”. Ellos
son, en su opinión, los que le han
quitado continuidad a la capital.
“Cada uno pensó primero en sus
intereses y no en la ciudad”. Qui-
zá por eso se siente orgulloso de
haber sido director del Patronato
de Lima en los años 90. Este gru-
po, bajo la presidencia de su en-
tonces suegro, Eduardo Arrarte,
consiguió que la Unesco declara-
se al Centro Histórico, Patrimo-
nio Cultural de la Humanidad.
Para él, ese fue uno de sus
mejores momentos, porque un
grupo de empresarios, académi-
cos y gente conocida de la ciudad
se había juntado para proteger el
Centro Histórico. El patronato
se disolvió, pero cree que algo se
avanzó. Uno de esos avances fue
empezar a sensibilizar a la pobla-
TaUliCHUSCo. El arquitecto Juan Gunther permitió a el Comercio publicar este dibujo en que aparece la actual ción sobre los tesoros de la zona
Plaza de Armas tal y como cree que debió verse cuando llegaron Francisco Pizarro y Jerónimo de Aliaga. y el valor que existe en recuperar
las casonas. “Mi grano de arena
es poder conservar la mía y man-
tenerla abierta al turismo”.
TERRITORIO SAGRADO
A ratos parece hablar de esta par-
te de la ciudad con cierta venera-
ción. Confiesa que cada mañana
muy temprano le gusta salir a ca-
minar por su vecindad y se alegra
de percibir cómo va mejorando.
Para él, hay algo sagrado en este
territorio, “acá vivieron todos los
santos peruanos, casi todos los
héroes de la Guerra del Pacífico,
y personajes que hicieron mucho
por el Perú”, afirma.
Pero estos días tampoco es
posible tener una sola visión de la
historia. Ya sea por el impacto que
tuvo la caída del muro de Berlín
en 1989, o por las celebraciones
del quinto centenario del descu-
brimiento de América en 1992,
lo cierto es que esos eventos esti-
mularon una serie de procesos de
revisión histórica que en algunos
lugares llevó a pedir perdón por
errores del pasado. Incluso aquí
el mandatario pidió perdón a los
“En el Centro Histórico
vivieron todos los
santos peruanos y casi
todos los héroes de la
Guerra del Pacífico”
afrodescendientes. ¿Pensó él en
algún momento que le tocaba
hacer lo mismo? “Por supuesto
que hubo cosas malas. Pero yo no
siento la necesidad de pedir per-
dón por eso. Jerónimo de Aliaga
era español y se debía a España
y fundó una familia peruana. El
Perú se inició con la Conquista.
Antes de ellos siempre hubo una
cultura que dominó a otra”.
¿Usted cree que es injusto que
le digan que desciende de un
conquistador que destruyó un
imperio?
Es chocante lo que pasó en la
Conquista, pero también hubo
mezcla de sangre. Incluso Jeróni-
mo de Aliaga tuvo un hijo mestizo
que fue reconocido en España. La
palabra perdón no es relevante
hoy en día. De lo contrario, cada
uno tendría que haberle pedido
perdón al anterior.
SABER DE DÓNDE VIENES
Él se describe como una persona
sencilla, orgullosa de llevar su
apellido “porque el comporta-
miento de todas las generaciones
ha sido impecable”, precisa. El
asunto ahora parece ser cómo li-
diar con el futuro, que para la casa
aparece incierto. Por siglos esta
se pudo mantener en manos de la
misma familia porque estaba bajo
el sistema del mayorazgo. Pero las
últimas generaciones han venido
comprando las partes de los here-
deros para evitar que se divida. Sin
embargo, ahora “ya no está garan-
tizada la continuidad”, dice. “Solo
Dios sabe qué pasará con la casa
en el futuro”.
Cuando se cierra el enorme
portón de madera detrás de mí y
vuelvo al mundo del Jirón de la
Unión, pienso que ahí queda al-
guien que reconoce la importan-
cia de saber de dónde viene uno.
En su caso es claro. Eso te da sen-
tido de pertenencia, compromiso
con tu legado y con la ciudad. Y
no puedo evitar detenerme y mi-
rar alrededor. π
limeños de todas las cepas somos
todos, de cualquier origen y lugar,
que estamos haciendo algo por la
ciudad. Si quieres proponer un nom-
bre a esta lista, escríbenos a:
yotambiensoylima@comercio.com.pe