Vous êtes sur la page 1sur 10

LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

EN LA NULIDAD DEL ACTO JURÍDICO.

GONZALO MEZA MAURICIO


Juez Superior – Corte Superior de Ica.

1. Justificación Racional de las premisas normativas y fácticas en las


sentencias de nulidad y anulabilidad.-
Nos interesa reflexionar sobre la selección de las premisas normativas y las
premisas fácticas que utiliza los Jueces Civiles al sentenciar los casos de Nulidad
o Anulabilidad de un acto jurídico. JORDI FERRER1 profesor de la Universidad de
Girona (España) dice “Los teóricos del derecho, en general, se han preocupado
más por la justificación de las decisiones interpretativas y la selección de las
premisas normativas del razonamiento judicial. Los problemas de la determinación
de los hechos a los efectos de seleccionar las premisas fácticas, en cambio, no
han sido generalmente objeto principal de estudio teórico.”
En un proceso de nulidad de acto jurídico cómo se establecen los hechos,
ante las dificultades de demostrar las causales de dolo, de violencia, o la
incapacidad del agente, o más dificultoso aún la existencia de la simulación o del
fraude en el acto jurídico; de qué forma se perfila la carga de la prueba en el
ámbito de la ineficacia del acto jurídico. La doctrina procesal plantea el activismo
judicial orientado al logro de la eficacia de las sentencias en términos reales
respecto de la apreciación de los justiciables, y el reclamo constante de justicia.
Sin embargo “el activismo judicial” implica la actuación de pruebas de oficio que
no siempre es visto con buenos ojos por los abogados; bajo la óptica que el
proceso civil es de carácter público, el dinamismo en materia de carga de la
prueba implica superar los esquemas clásicos, impone a ambas partes la carga
de buscar la verdad y, para ello, ambos deben aportar los elementos probatorios
que tienen bajo su custodia o conocimiento.
Respecto de la actuación de PRUEBAS DE OFICIO la Sala Suprema
admite su actuación, empero postula que dicha actuación adicional de pruebas
puede realizarse ante la Sala Superior, CASACIÓN No. 2025-2009 LIMA2

1
“El Derecho en Acción – Ensayos sobre Interpretación y Aplicación del Derecho” - Edit. Ara Editores –
Lima, 2010 – p. 119.
2
Diario Oficial “El Peruano” – Lima, 30 de Julio de 2010 – p. 28215.

Gonzalo Meza Mauricio 1


(Nulidad de Acto Jurídico), declara fundado el recurso de casación, y nula la
sentencia de vista, con los siguientes fundamentos:
“Quinto.- En el caso de autos, si bien el juzgador arriba a la conclusión de que la
demanda resulta infundada tomando como sustento esencialmente que, la
sucesión actora no pudo acreditar que la Carta Notarial remitida con fecha
02/08/2001 al señor José Nils Sánchez de la Barra haya sido de su conocimiento
en virtud a que la presentada en autos no registraba la constancia ni fe de entrega
del notario ni con quién se entendió la diligencia. Sin embargo la Sala no está
impedida hacer uso de la prueba de oficio que la ley faculta a todo juzgador,
regulado en el numeral 194 del Código Procesal Civil, la misma que deberá
ejercerse con las garantías que establece la ley, esto es aplicando o haciendo uso
del contradictorio a la otra parte a fin de garantizar el derecho al debido proceso.
Sexto.- Por consiguiente, éste Supremo Tribunal estima que cuando el juzgador
hace uso de la facultad que le otorga la norma procesal, no atenta contra el
principio de preclusión procesal, toda vez que es una facultad discrecional del que
se encuentra investido a todo magistrado, cuando las pruebas presentadas en el
proceso no le generan convicción, lo que guarda concordancia con lo previsto en
el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que establece que el
Juez ejerce la dirección del proceso; sin embargo el Colegiado ha diferido dicha
facultad al juzgador, cuando bien ha podido ejercerlo directamente atentando con
ello contra la finalidad del proceso que es resolver una incertidumbre jurídica, tanto
más, si debió tomar en cuenta que tratándose de la remisión de una carta notarial,
correspondía efectuar el análisis de las disposiciones que sobre la materia precisa
la Ley del Notariado vigente a la fecha de remisión de dicha instrumental, esto es
el Decreto Ley 26002 en cuyos numerales 100, 101, 103 y 104, precisamente
disponen el trámite a seguir por el notario público, respecto de remisión de cartas
notariales que soliciten los interesados y la constancia de entrega de que debe
efectuarse, aspectos sobre los cuales, no se ha discernido en el fallo, que
resultaba necesario a fin de dilucidar el conflicto de intereses surgido entre las
partes.”
Nos parece adecuado y razonable que, atendiéndose a los principios de
celeridad y economía procesal, de acuerdo a la CASACIÓN No. 2025-2009 LIMA
acotada, la Sala Superior actúe pruebas de oficio respetándose el contradictorio

Gonzalo Meza Mauricio 2


en una audiencia especial, de modo similar a la actuación de los nuevos medios
probatorios ofrecidos con el recurso de apelación (Art. 374 – CPC).

2. Los hechos invocados y los hechos probados para declarar la nulidad del
acto jurídico.
Con la abundante carga procesal a veces vemos a los conflictos como un
número estadístico más, obviando el drama humano del conflicto intersubjetivo
que existe entre las partes, se descuida el mensaje que reflejan nuestras
decisiones, ante la proliferación de actos fraudulentos. La sentencias se emiten en
base a la verdad formal derivada de las pruebas aportadas al proceso, aunque
subsiste cierta sospecha que el contrato materia de nulidad fue celebrado bajo
violencia y amenazas, o en otro caso, el testamento fue otorgado por una persona
con incapacidad relativa por deterioro mental; en el contexto procesal usualmente
nos contentamos con algo menos que la verdad en sentido estricto; de allí la
necesidad que los jueces no deben limitarse a emitir sentencias sólo con el afán
de concluir procesos, preocupados por la estadística de producción mensual,
pues la noble labor de impartir justicia implica hacer efectivos los derechos
sustanciales y lograr la paz social en justicia.
De quienes niegan que la verdad deba ser determinada en el ámbito del
proceso, no le falta razón al jurista italiano MICHELE TARUFFO3 cuando expone
“Según esta ideología, el proceso está dirigido exclusivamente a la solución del
conflicto que ha dado lugar a la controversia. Lo que persigue el proceso es
únicamente un resultado de hecho, es decir la circunstancia de que las partes
pongan fin al conflicto. En esta perspectiva, lo que resulta particularmente
relevante es que el procedimiento que se sigue para decidir la controversia pueda
legitimar la decisión que lo concluye, induciendo a las partes a aceptarla y, por
tanto, a continuar con la controversia. (…) Es el proceso lo que –si está
estructurado alrededor de las partes- legitima la decisión: este proceso legitima
cualquier decisión, dado que no existen criterios autónomos –e independientes del
procedimiento- con base en los cuales pueda establecerse cuándo una decisión
es buena y cuándo no lo es. Es una perspectiva de este tipo, la verdad de los
hechos no asume relevancia alguna: es algo absolutamente desdeñable.”

3
“Páginas sobre Justicia Civil” – Edit. Marcial Pons. Barcelona – 2009 – p. 413.

Gonzalo Meza Mauricio 3


Los hechos establecidos y declarados por el juzgador se convierten en
hechos constitutivos de las premisas fácticas de la sentencia, como explicaba
Hans Kelsen, no es el hecho en sí, sino el hecho de que un órgano competente
según el orden jurídico haya establecido; es así que tales hechos se convierten en
verdaderos, bajo esta tendencia la determinación de los hechos en el proceso es
el resultado de una actividad decisoria; sin embargo la asunción posterior de la
verdad jurídica o formal está ligada a la falibilidad del juez en el conocimiento de
los hechos ocurridos: i) las tratativas o negociaciones previas al contrato, esta
etapa anterior está ligada a la formación de la voluntad (proceso de adopción de
decisiones), ii) los hechos concurrentes a la celebración del acto jurídico,
vinculado al momento de la exteriorización de la voluntad o decisión adoptada, y
iii) los actos posteriores de ejecución de acto jurídico, evaluándose si
corresponden o se alejan de los efectos legales típicos del acto jurídico respectivo.
En los actos postulatorios (demanda y contestación) las partes invocan
hechos constitutivos, hechos impeditivos y hechos extintivos, que de acuerdo a su
finalidad probatoria generan diversidad en la carga probatoria, el jurista argentino
JORGE MOSSET ITURRASPE4 expone:
a) Aquel que quiere hacer valer su derecho, debe demostrar los hechos
constitutivos y los de su existencia actual; aquel que pretenda la no
existencia o la extinción de un derecho, tiene que probar los hechos
impeditivos y los extintivos;
b) Si el hecho, por su naturaleza, ofrece grandes dificultades de prueba para el
obligado y, en cambio, el adversario tiene facilidad para destruirlo y no lo
hace, el juez resolverá a favor del primero;
c) Lo mismo decide en el caso que el hecho contenga un elemento negativo,
no por lo negativo en sí, sino por la determinación que encierra.”
Propone JORGE MOSSET sobre la prueba de la simulación:
redistribución de la carga de la prueba, facilidades investigatorias antejudiciales y
judiciales, mayores poderes del juez, facilitando su actividad inquisitoria, y
conceder mayor importancia a los indicios y las presunciones probatorias.
Cómo se demuestra que un contrato es simulado, y más difícil aún de qué
forma saber si un contrato se ha celebrado con simulación absoluta o con
simulación relativa, para que el demandante pueda optar entre interponer una
4
“Contratos Simulados y Fraudulentos” – Edit. Rubinzal – Culzoni. Argentina, 2001 – p. 282.

Gonzalo Meza Mauricio 4


demanda de nulidad absoluta o de anulabilidad; considerando que el acto jurídico
simulado es un acto previamente estudiado, dilucidado y elaborado con sapiencia
e inteligencia de ambas partes, quienes ponen especial cuidado para
enmascararlo, porque de dicho enmascaramiento depende la economía de la
simulación, en palabras del jurista argentino MUÑOZ SABATÉ5.
En la CASACIÓN Nro. 3558-2006/ LIMA6 se asume la posición tradicional
de que la carga de la prueba corresponde a quien afirma los hechos, “... Es el
demandante, y no demandados, quien viene alegando la existencia de simulación
absoluta (...), por lo que la carga de la prueba respecto a la existencia de los
elementos que conforman esta figura jurídica (disconformidad entre la voluntad
real y la manifestación, concierto entre las partes para producir el acto simulado y
propósito de engaño) corresponde a dicha parte, en virtud al deber de probar los
hechos que configuran su pretensión que le impone el artículo 192° del Código
Procesal Civil, salvo disposición legal diferente, que no existe en este caso; por
tanto, el recurrente no puede pretender invertir la carga de la prueba para efectos
de que la otra parte, y no él, acredite que no existía concierto o propósito de
engaño en la celebración del acto jurídico cuestionado, tanto más si la buena fe de
la adquiriente se presume (...) en atención a las reglas contenidas en los artículos
1958 y segundo párrafo del artículo 2014 del Código Civil...” (Diario Oficial El
Peruano - 02 de Enero de 2008, p. 21198-21199).
Al concluir el proceso con una sentencia, surgen dos verdades sobre un
mismo antecedente histórico, la primera es de los hechos que verdaderamente
han ocurrido en la realidad, y la segunda de los hechos resultados de la prueba
judicial, ambos hechos son verdaderos, aunque coincidan o sean contradictorios,
se llega así a una ficción legal denominada la verdad formal del proceso.
Qué grado de probabilidad o certeza se requiere para que pueda darse por
probado un hecho, al respecto MARINA GASCÓN ABELLÁN7 profesora de la
Universidad de Castilla, España, sobre la valoración racional explica “… la prueba
concluye con una hipótesis, un enunciado que aceptamos como verdadero aunque
no sabemos si lo es o no, y que el grado de probabilidad suministrará un buen
criterio para su justificación. (…) Si valorar consiste en evaluar si puede o no darse
por probado un hecho controvertido, valorar libre y racionalmente consiste, más
5
“Contratos Simulados y Fraudulentos” – Jorge Mosset Iturraspe – Ob. Cit. Argentina, 2001 – p. 317.
6
“Guía Actualizada De Casaciones” Alberto Hinostroza Minguez – Edit. Jurista Editores, Lima – 2010 - p. 35
7
“Proceso, Prueba y Estándar” – Edit. Ara Editores. Lima – 2009 – p. 18.

Gonzalo Meza Mauricio 5


precisamente, en evaluar si el grado de probabilidad o de certeza alcanzado por la
hipótesis que lo describe a la luz de las pruebas e informaciones disponibles es
suficiente para aceptarla como verdadera. Por eso la principal tarea a la que se
enfrenta una valoración racional es la de medir la probabilidad.”

3. La valoración probatoria en los procesos de nulidad de acto jurídico.


Resaltando la verdad formal es ilustrativa la siguiente CASACIÓN No.
1507-2000 AREQUIPA8, (Anulabilidad de escritura pública de mutuo con garantía
hipotecaria, por causal de dolo - vicio de voluntad). La Sala Suprema declaró
infundado el recurso de casación, con los siguientes fundamentos:
a. El Juez Civil declaró fundada la demanda en consecuencia inválida la
escritura pública, ratificando el argumento de la parte demandante que sólo se le
entregó la suma de $5,000.00 en la puerta del Banco, que está “… acreditada con
dos pruebas fundamentales, la Carta No. 0042-UR-2001-BCP remitida por el
Banco de Crédito obrante a fojas 132, y la declaración testimonial de Luis Enrique
Valencia Salas y Gerardo Richard Mamaní Villena quienes han señalado que sólo
se hizo entrega de $5,000.00 dólares. (5to. Fundamento).
b. La Sala Civil Superior revocando la sentencia declaró Infundada la
demanda, considerando que la escritura pública cuenta con todas las formalidades
legales que le son propias y exigibles (6to. Fundamento).
c. “… en la demanda solamente se cuestiona la escritura pública de fecha
veinticuatro de junio de mil novecientos noventa y nueve, sin atacar el mismo acto
jurídico de mutuo, conforme ha quedado determinado en la sentencia casatoria de
fecha 31 de Junio del 2005 emitida por esta Sala Suprema, en la cual se indicó en
el sétimo considerando: (…) el Aquo al declarar fundada la demanda y en
consecuencia nulo y sin efecto el Acto Jurídico de Mutuo contenido en la escritura
pública de mutuo con garantía hipotecaria, transgreden el principio de congruencia
procesal, establecido en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, por cuanto al declarar la nulidad antes señalada se declara la nulidad del
acto jurídico de mutuo contenido en la escritura pública y del contrato de hipoteca,
puntos que no han sido objeto de demanda, si se tiene en cuenta que lo
peticionado por la parte accionante es la anulabilidad de la escritura pública de
mutuo con garantía hipotecaria.” (6to. Fundamento).
8
Diario Oficial “El Peruano” – Lima, 30 de Julio de 2010 – p. 28270.

Gonzalo Meza Mauricio 6


De la jurisprudencia transcrita observamos que la Sala Superior y la Sala
Suprema no se han pronunciado sobre la causal de anulabilidad invocada (vicio de
la voluntad por Dolo), sino sobre otra causal (Formalidades legales), esta
anomalía proviene de la calificación de la demanda y las causales nulificantes
respectivas, que no siempre van de la mano con los puntos controvertidos fijados
posteriormente por el Juez.
En mi opinión es una sentencia legal pero injusta, soslayándose un hecho
verdadero acreditado, se expide sentencia declarando que es un hecho no
probado el incumplimiento de las formalidades legales notariales. Al respecto la
profesora española MARINA GASCÓN ABELLÁN9 explica “En una decisión
probatoria, en efecto, hay dos errores posibles:
- Error 1: aceptar como verdadero (o dar por probado) lo que es falso.
- Error 2: no aceptar como verdadero (o dar por no probado) lo que es
verdadero.
No cabe duda que una decisión jurídica basada en una tesis fáctica errónea
(sea por el Error 1 o por el Error 2) afecta derechos o intereses y/o defrauda
expectativas legítimas. Por lo tanto, dependiendo de la importancia que se
conceda a los derechos o intereses afectados por cada tipo de error, el SP
(estándar de prueba) será más o menos tolerante con ese tipo de error, y en
consecuencia más o menos exigente.”
En cuanto a la jurisprudencia analizada, podríamos decir que se ha
incurrido en el Error 1: esto es de aceptar como verdadero (o dar por probado),
que la demandada entregó $10,000.00 a la accionante; lo que es falso.- Pero
según el criterio de la Sala Suprema y de la Sala Civil Superior, éste hecho es
impertinente, ajeno a la controversia centrada únicamente en las formalidades de
la escritura pública.
Para evitar este tipo de errores es importante diferenciar las diversas
clases de hechos jurídicos que se formulan con la demanda y la
contestación: a) Los Hechos que sustentan la demanda, b) Los Hechos que
sustentan la contestación, c) Los Hechos conformados por ambas partes (Art. 190
– CPC), d) Los Hechos controvertidos que determinan los “Puntos Controvertidos”
(Art. 468 – CPC), e) Los Hechos pertinentes y conducentes, f) Los Hechos ajenos
a la controversia, que se establecen bajo la luz del principio de congruencia, y el
9
“Proceso, Prueba y Estándar” – (Varios autores). Edit. Ara Editores, Lima, 2009 – p. 20.

Gonzalo Meza Mauricio 7


principio de Iura Novit Curia (Art. VII – CPC); se denota la importancia de calificar
con mayor detenimiento las demandas de nulidad de acto jurídico, especialmente
cuando se sustenta en diversas causales nulificantes, asimismo la necesidad e
importancia de fijar con mayor precisión los puntos controvertidos.

4. Acumulación de diversas causales nulificantes.


En las demandas de nulidad de acto jurídico, se observa que el accionante
invoca diversas causales nulificantes que, a veces inclusive son contradictorias o
excluyentes entre ellas, por ejemplo se argumenta que el contrato de compra
venta fue suscrito con dolo, simulación y aprovechándose de la incapacidad de la
otorgante. Corresponde anotar que si el dolo es cuando el engaño de una parte
motivada a la otra parte a celebrar el acto jurídico (Art. 210 – C.C.), que no se
puede acumular con la simulación que representa un acuerdo de voluntades para
engañar a los demás (Art. 190); tampoco con la incapacidad, pues representa la
ausencia de eficacia jurídica de la declaración de un incapaz (Art. 42).
Es defectuosa una demanda que sólo menciona “Nulidad de Acto Jurídico
del contrato y escritura pública que lo contiene”, omitiéndose precisar si es por
nulidad absoluta o de anulabilidad; menos aún las causales nulificantes
respectivas; se podría replicar aduciendo que el Juzgador en una labor oficiosa y
diligente debe buscar y calificar la causal nulificante correspondiente, ya que el
accionante cumplió con proporcionar los hechos, debiendo el Juez aplicar el
derecho que corresponda (Art. VII – CPC).
A mi parecer, es más equitativo que el Juez declare la inadmisibilidad de
la demanda para que se establezcan con mayor precisión los hechos y las
respectivas causales nulificantes; sin embargo, es un problema cuando la
oscuridad o ambigüedad de la demanda se advierte después de emitido el auto de
saneamiento, la Sala Suprema opta por la preclusión de etapas en la CASACIÓN
No. 1643-2009 LAMBAYEQUE10 (Nulidad de Acto Jurídico). Desarrollo del
proceso: en la Audiencia de Conciliación la juzgadora por Res. No. 41 señala que
se advierte existen defectos de forma en el planteamiento de la primera
pretensión, esto es a) la equivocación entre la nomenclatura del acto jurídico y del
documento que lo contiene; b) omisión de la especificación y desarrollo de la
causal o causales por las cuales se pretende la nulidad aludida, por tanto dispone
10
Diario Oficial El Peruano – 31 de Mayo de 2010 – p. 27734.

Gonzalo Meza Mauricio 8


suspender la audiencia hasta que se cumpla con subsanar las omisiones
advertidas, bajo apercibimiento de darse por concluido el proceso. La demandante
cumple con precisar que la demanda es sobre nulidad de acto jurídico (escritura
pública de fecha 29-11-1991) y nulidad del acto que lo contiene; y como
pretensión accesoria la cancelación del asiento registral, y mejor derecho de
propiedad; sin embargo, mediante Res. No. 42, se declara concluída la demanda,
expresa que no se ha cumplido con especificar y desarrollar la causal o causales
que sustentan la nulidad del acto jurídico.
La Sala Suprema expresa: “Octavo.- Que, en tal sentido, y conforme a lo
descrito anteriormente, se advierte que al haber precluido todo cuestionamiento
referido directa o indirectamente a la validez de la relación, salvo la excepción
dispuesto en el artículo 121 del Código Procesal Civil; por tanto, el A quo al haber
dispuesto que la actora cumpla con subsanar los defectos de forma planteados en
la demanda, ha atentado contra el debido proceso.”
El criterio asumido por la Sala Suprema se refleja en la práctica judicial,
pues en diversos casos se emiten sentencias inhibitorias declarándose
“Improcedente la demanda” de nulidad de acto jurídico.
Otro tema de reflexión es la posibilidad de calificar o tipificar a un acto
jurídico inválido dentro de varias causales nulificantes; en vista que las causales
nulificantes son independientes y muchas veces excluyentes entre ellas, dicha
múltiple calificación podría darse en forma excepcional; más aún que sería
incorrecto subsumir o convertir a una causal de “Anulabilidad” dentro las causales
de Nulidad Absoluta, p. ej. cuando ya venció el plazo de prescripción; estrategia
procesal de los abogados que se observa cuando invocan los hechos inválidos
adecuándolos a las causales de Objeto ilegal, o la Finalidad ilícita. Concluimos
estas breves reflexiones, citando las siguientes jurisprudencias: CASACIÓN No.
1286-2009 LIMA11 (Nulidad de Acto Jurídico). El demandante interpuso demanda
de Nulidad de Testamento por carecer de las formalidades que la ley prescribe
bajo sanción de nulidad; y en forma Subordinada peticiona declarar la nulidad de
diversas cláusulas del testamento, por causal de anulabilidad proveniente del error
esencial incurrido por el testador.
“Cuarto.- Que, la sentencia de primera instancia declaró fundada la pretensión
principal de nulidad del citado Testamento al no haberse cumplido con la
11
Diario Oficial “El Peruano” – 30 de Junio de 2010 – p. 27946.

Gonzalo Meza Mauricio 9


formalidad establecida en el inciso 5) del Art. 696 del Código Civil, sin
pronunciarse sobre la pretensión subordinada, cumpliendo de esta manera con el
presupuesto establecido en el Art. 87 del Código Procesal Civil. Sin embargo, es
de advertirse que la Sala Superior emitió su respectivo fallo revocando la
sentencia apelada, y efectuando una diferente interpretación de los alcances del
inciso 5) del Art. 696, concluyó que el testamento cuestionado sí cumplía con
dicho requisito formal, declarando en consecuencia infundada la demanda. Es
evidente que, al desestimarse la pretensión principal, correspondía por lo tanto,
emitir a continuación pronunciamiento sobre la pretensión subordinada, no
obstante el Colegiado Superior omite absolver adecuadamente dicho extremo.”

JURISPRUDENCIA DE ESPAÑA.- “Las acciones declarativas de invalidez


se identifican e individualizan por la concreta causa o fundamento de la misma.
Aunque de características comunes, no hay una única acción de invalidez (ni una
de nulidad y otra de anulabilidad), sino tantas cuantos fundamentos de invalidez
se dan en nuestro Derecho. Consecuentemente, incurre en incongruencia la
sentencia que declara la invalidez por causa distinta de la alegada (3). Pueden
hacerse valer varias causas de nulidad o anulabilidad en un solo juicio,
acumulativa o alternativamente (vid. sentencia de 29 abril 1986)12.”

** *** **

12
Jesus Delgado Echevarria - http://vlex.com/vid/articulo-1-301-236502

Gonzalo Meza Mauricio 10

Vous aimerez peut-être aussi