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La cultura profesional académica de los “buenos profesores”.

Mondragón Ochoa, Hugo. Los profesores universitarios en escena: un estudio sobre la


cultura profesional académica de los buenos profesores. Facultad de Humanidades y
Ciencias sociales. Sello Editorial Javeriano. Pontificia Universidad javeriana de Cali,
Colombia, 2005.

El Presente trabajo describe una investigación cualitativa realizada en la Pontificia


Universidad Javeriana de Cali, (1) a partir de un grupo de profesores que los
estudiantes que cursaban el último semestre de sus carreras (Administración de
empresas, Contaduría, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial, Ingeniería civil, e
Ingeniería de sistemas, y Psicología) consideraron como sus mejores profesores
durante todos sus estudios superiores.

PARA LA DISCUSIÓN

Luego de realizar esta investigación que tenía como objetivo caracterizar la cultura
académica de los buenos profesores de la Universidad Javeriana de Cali, podemos
llegar a un conjunto de temas para una discusión, entre las cuales, por su fuerza y
significado, merecen citarse los siguientes:

1. Existe en la universidad un conjunto de profesores que realizan unas


prácticas de la enseñanza, altamente valoradas por los estudiantes en
razón a su calidad académica y que se denominan “buena enseñanza”.

Casi todas las discusiones sobre los profesores universitarios, a nivel de la enseñanza,
están inscritas en la necesidad de realizar con ellos una preparación para la docencia
universitaria, pues el punto de inicio es que ellos o no están preparados para ser
docentes, o realizan siempre una práctica docente de baja calidad o porque no decirlo,
decididamente mala.

Sobresale así una perspectiva que señala enfáticamente la enseñanza de baja calidad
que realizan los profesores universitarios y ella ocupa la mayoría de los espacios
relativos a la capacitación y la actualización docente.

Lo que esta investigación demuestra es la existencia de profesores que realizan una


prácticas de enseñanza no solo de calidad, sino de excelencia, señalada por aquellos
que están en interacción en el día a día con ellos y que son los alumnos de cada
carrera y programa académico, quienes pueden decir con mucha certeza cómo es la
formación profesional que reciben en la universidad Javeriana de Cali.

2. La buena enseñanza es resultado, entre otros factores, de un proceso


ininterrumpido de continuidad en el reflexionar y actuar sobre las actividades
docentes.

Esta buena enseñanza, realizada por buenos profesores, es el resultado de la


permanente reflexión y acción de los docentes universitarios, quienes construyen
conocimientos sobre la enseñanza, desde la inquietud por cualificarse mejor cada día
en un proceso ininterrumpido en donde las clases, su preparación, desarrollo, consulta
bibliográfica, seguimiento a los estudiantes forman un todo continuo que dan
estructura y significado a su trabajo docente.

1
Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia. Universidad regentada por la Compañía
de Jesús. En el momento de la investigación (años 2001-2002) la Universidad tenía tres
Facultades y ocho Programas académicos con 4.924 estudiantes y 571 profesores.
3. Estas prácticas de enseñanza están estructuradas alrededor del conocimiento
objeto de la enseñanza, pero incluyen otros elementos que de manera
interdependiente estructuran una manera particular de realizar la docencia.

El punto inicial para realizar una buena docencia es el dominio riguroso de los
contenidos objeto de enseñanza en la cátedra universitaria. Pero ello no es todo. De
manera complementaria e interdependiente, el buen profesor, necesita y expone antes
sus alumnos una serie de saberes, producto de su práctica calificada, tales como la
comunicación clara y lógica de las ideas y la utilización del saber en un contexto
formativo (pedagógico), conocimientos que van más allá del saber particular de su
disciplina y por ultimo el aprendizaje y la formación en contexto éticos que tiene el
oficio como referencia práctica de la enseñanza.

Estas prácticas se caracterizan por el alto nivel de los conocimientos que circulan en
las clases, y que están inscritos en contextos de lo que se denomina la enseñanza
para la comprensión, referenciados desde los marcos éticos del ejercicio de una
profesión.

4. La actividad de la enseñanza constituye el núcleo central y determinante del


trabajo académico de los buenos profesores.

En los últimos veinte años, la universidad colombiana, influenciada por el desarrollo de


la universidad europea y norteamericana, que centró su acción en la producción de
conocimientos por medio de la investigación académica, reorientó también su trabajo
privilegiando esta actividad por encima de la enseñanza, la cual se empezó a ver
como una actividad marginal y de menor valor que la misma investigación
universitaria.

Los estatutos de personal docente y el escalafón de los profesores universitarios


reflejan de manera contundente este cambio. Lo que muestra esta investigación es
que además de que existen en la universidad un conjunto de personas que realizan
unas prácticas docentes de calidad, ellos, en una mayoría absoluta están dedicados
de tiempo completo a la actividad académica de la enseñanza como su actividad
central. Lo anterior no excluye el trabajo de investigación, sino que refleja una realidad
de la universidad Javeriana Cali que seguramente se irá transformando con el correr
de los tiempos hacia la investigación.

5. La reflexión pedagógica (que pretende la formación) y didáctica (que


reflexiona sobre las prácticas de la enseñanza) es realizada desde el
conocimiento práctico de los profesores.

Con la única excepción de la profesora de Economía que salió seleccionada por los
estudiantes de Administración de Empresas, y quien recibió un curso para la docencia
en la Universidad de Monterrey en México, los demás profesores han construido sus
conocimientos pedagógicos y didácticos desde la práctica de la enseñanza.

El concepto de conocimiento práctico (Schön,1991) refleja la adquisición del saber


sobre la enseñanza de los buenos profesores. Ellos viven continua y
permanentemente sumergidos en los temas y problemas que surgidos desde la
práctica de la enseñanza, les permiten estructurar conocimientos acerca de la
docencia, y todos los elementos que su accionar conlleva: los programas, los
estudiantes, la evaluación, el saber aprendido, la actualización de la información
bibliográfica, el uso de las nuevas tecnologías de la Información y la comunicación,
etc.
6. Las imágenes que de los estudiantes tienen los profesores, están
estructuradas alrededor de una visión propositiva y vitalista de los mismos.

Respecto de los estudiantes, estos buenos profesores, tiene siempre una visión de
ellos que los hace ver como personas necesarias y muy importantes en el proceso de
construcción de conocimientos. Son para estos profesores personas llenas de vitalidad
y deseosas de aprender, con un gran motivación y con aspiraciones de salir adelante
como profesionales íntegros, lo que desborda así una consideración muy extendida
entre algunos profesores universitarios que los ven como personas pasivas, que
repiten mecánicamente un saber y que están ahí únicamente para obtener un diploma.

Es decir, que la relación que tienen estos profesores con sus estudiantes, podría
decirse es una relación “trascendente” en el sentido que los consideran más allá de
una relación típicamente universitaria desde un profesor con sus alumnos (desde la
asignatura X, en un semestre Y, dentro de una carrera Z). Incluso en una entrevista
uno de los profesores señalaba que les exigía a sus estudiantes que lograran niveles
de excelencia académica, pues ello redundaría más tarde en desempeñar buenos
cargos, con buenos ingresos, lo que les permitiría tener recursos para educar a sus
hijos.

7. El Yo pedagógico de los profesores (que enseña en la búsqueda de la


formación) ha sido construido desde identificaciones, alejamientos y rupturas
frente a modelos vividos como estudiantes.
No existe en estos docentes una misma línea de configuración de yo pedagógico (ser
buen profesor). Experiencias de la infancia con personas cercanas, profesores de
primaria, de secundaria y fundamentalmente de la Universidad, han ayudado a la
estructuración de su personalidad pedagógica, la cual no se constituido desde una
identificación con un modelo especial y particular, pues en algún caso se ha construido
desde la oposición a ciertos modelos e incluso se ha llegado a la docencia por un
mero accidente académico.

8. Las clases son desarrolladas en un contexto de la denominada enseñanza


comprensiva.
Más allá de ser una actividad rutinaria y sin sentido, por el contrario, la enseñanza, la
buena enseñanza, está inscrita en un contexto de enseñanza comprensiva, es decir el
trabajo docente se estructura y se desarrolla desde la búsqueda de las posibilidades
que tiene cada estudiante en el aprendizaje de conceptos, métodos, técnicas y
argumentaciones propias del ejercicio profesional en una carrera determinada.

En otras palabras, se enseña para que el saber sea comprendido por los estudiantes,
dándoles pistas y señales seguras, actualizadas y confiables, sobre textos a consultar,
fuentes bibliográficas, trabajos requeridos como requerimientos para la compresión
activa del saber.

9. Las exigencias sobre el saber aprendido por los estudiantes, está inscrito en
niveles superiores de pensamiento.
En relación con el saber exigido, no es cualquier tipo de saber (materializado en
trabajos, exposiciones), proyectos o argumentaciones lo que es admitido por estos
buenos profesores.

No se trata de devolver información de manera mecánica (vista en clase o consultada


en textos) la que se acepta por los buenos profesores. Es un conocimiento analizado,
reconstruido, creado, personalizado, en un juego que muestra de manera clara, los
dominios y logros adquiridos como resultado de las claridades conceptuales que
tienen los mismos profesores.

10. Los buenos profesores inscriben su trabajo académico de la enseñanza en


una perspectiva de construcción de sentido del saber.

En síntesis, se puede decir que los buenos profesores realizan una labor formativa
desde sus propias interpretaciones, organizaciones y construcción de sentido del
saber objeto de la enseñanza.

Ello se ve de manera clara en aquello que los estudiantes denominan la referencia


práctica del trabajo de los profesores en la enseñanza y que no es otra cosa que lo
que desde la didáctica se denomina la “referencia al oficio”.

En ese terreno, lejano quizá para algunos, pero real y dominante, pues será para
muchos su vida futura como administradores de empresas, psicólogos, contadores o
ingenieros, es donde es posible tejer el sentido de la enseñanza y en donde se
enmarca el ejercicio profesional en contextos éticos como profesionales que serán
mañana, los estudiantes de hoy.

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