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S.

Sarró Artículo Rev Psiquiatría Fac Med Barna 2005;32(1):24-29

En defensa de la parafrenia

Sonia Sarró Resumen tercera edición de su Lehrbuch der Psychiatrie


(1913), introdujo el término de parafrenia para dife-
La Psiquiatría de nuestros días ha relegado determina-
Psiquiatra renciar de la esquizofrenia o dementia praecox y de
das entidades como la parafrenia prácticamente al olvi-
Doctora en Psiquiatría do, en favor de otros diagnósticos más conocidos y acor-
la paranoia un tipo de delirios caracterizados por su
por la Universidad de con los sistemas de clasificación estandarizados. Sin temática fantástica, presentación exuberante y apa-
de Barcelona embargo, no por ello deja de ser este un desorden con rición comparativamente tardía, que no progresaban
rasgos diferenciales propios dentro del espectro psicótico, desintegrando la personalidad, y que anteriormente
entre otros más comunes como la esquizofrenia o el tras- no había conseguido individualizar, asignándolos en-
torno delirante crónico (paranoia). Cuando encontramos tre las “demencias paranoides” (Kraepelin, 1905).
pacientes que no encajan con los criterios diagnósticos
más usuales, vale la pena repasar nuestros conocimien- Es difícil determinar su prevalencia actual, puesto
tos y redescubrir la tarea de nuestros predecesores de que no es un diagnóstico diferenciado en los siste-
hace uno o dos siglos, que a falta de grandes medios mas de clasificación más comunes (DSM o CIE),
técnicos destacaban por su rigor fenomenológico. suele contemplarse como confundida con otros tras-
Palabras clave: Parafrenia. Esquizofrenia. Trastornos de- tornos de la esfera psicótica (esquizofrenia o trastor-
lirantes. no delirante principalmente), y no existen estadísti-
cas fiables actualizadas.
Summary Clínicamente y según el contenido del delirio,
A handful of psychiatric illnesses are nowadays quite Kraepelin diferencia 4 subtipos de parafrenia: la for-
considered as historical disorders, and constricted to ma sistemática es propia del sexo masculino y suele
classical textbooks. Other more common diagnoses manifestarse a partir de los 30 años; Kraepelin la
according to standarized criteria have taken their place in definió como “el desarrollo extraordinariamente len-
clinical dairy practice. Paraphrenia has become one of to e insidioso de un delirio de persecución fatalmen-
these entities. Nevertheless it has unique peculiarities that te progresivo, al cual se agregan en última instancia
keep it both aside and apart from other more common
psychoses like schizophrenia or paranoid disorder. It is
ideas de grandeza sin destrucción de la personalidad
woth reniewing our knowledge and consider our last psíquica”. La caracterizan pues temas persecutorios
centuries´colleagues experience when a patient “doesn´t teñidos de grandiosidad; las alucinaciones si apare-
fit” in the more usual diagnoses. cen suelen ser tardías, y aunque lentamente suele
evolucionar hacia la encapsulación. La forma
Key words: Paraphrenia. Schizophrenia. Delusional
expansiva, “delirio de grandezas muy exuberante con
disorders.
ánimo levantado y fácilmente irritable”, es más co-
La parafrenia es un delirio crónico, que puede o no mún en mujeres jóvenes, y combina temas mega-
acompañarse de alucinaciones, de aparición normal- lomaníacos, místicos o erotomaníacos con alucina-
mente tardía y cuyo curso, a diferencia de lo que ciones precoces a menudo visuales, pudiendo con-
suele suceder en la esquizofrenia, aunque crónico no fundirse fácilmente y por tanto debiendo establecer-
suele conllevar la defectualización característica de se su diagnóstico diferencial con una fase maníaca
ésta. En la segunda mitad del siglo XIX Kahlbaum psicótica. Suele cursar con brotes limitados entre
acuñó el término para referirse a ciertas psicosis de los cuales la enfermedad se mantiene atenuada, res-
aparición inusualmente temprana o tardía. Hacia ponde medianamente bien al tratamiento farmacoló-
Correspondencia: 1910 Dupré y Logre describieron los “delirios fantás- gico y evoluciona hacia un cierto debilitamiento del
Sonia Sarró Álvarez ticos o de imaginación”, que llamaron “psicosis ima- delirio, siendo por todo ello la de mejor pronóstico.
E-mail: sarroas@comb.es ginativas”. Por la misma época Emil Kraepelin, en la En el tipo de parafrenia confabulatoria, también de

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aparición temprana, que no muestra preferencia en- te tardío, a partir de la tercera década de la vida; la
tre los dos sexos, predominan la distorsión y fabula- expresión fantástica y polimorfa (“frondosa”) del de-
ción de los recuerdos (falsas reminiscencias), mien- lirio (impropia de las altamente sistematizadas
tras suelen faltar las alucinaciones; comparte con delusiones del paranoico); el carácter accesorio de
las otras formas la temática persecutoria y una gran- la grandiosidad acompañante, con falta de la reac-
diosidad eufórica, pero destaca por encima de ellas ción afectiva, pasional y a menudo reticente que
la confabulación. Evoluciona también hacia la suele observarse en el paranoico (es “como si se
encapsulación. Finalmente, en la parafrenia fantás- expusiera una hipótesis, que el parafrénico tiene la
tica, que predomina en hombres y suele aparecer en sensación que los otros no van a aceptar sin discutir-
la tercera o cuarta décadas de la vida, la personali- la”) (Pereyra 1965, p.37) (por lo cual suelen mos-
dad está menos conservada. La temática delirante trarse mucho más afables y comunicativos, y su con-
se hace extremamente variada y las alucinaciones ducta está poco alterada en general); y la conserva-
son comunes y múltiples, el paciente se muestra ción de la personalidad del paciente, que vive re-
fácilmente verborreico, exaltado e irritable a la vez partiéndose entre dos mundos, de modo que “fuera
que indiferente a la realidad, y con el tiempo su afec- de su delirio se halla en pleno vigor mental” (id.,
tividad va embotándose, manifestándose una demen- p.36) y es capaz de mantener su funcionamiento
cia en pocos años, diez a lo sumo (la llamada anti- social y laboral y su sentido práctico y juicioso de la
guamente “demencia fantástica”). La forma tardía o realidad excepto en lo que competa a sus delusiones,
presenil (late paraphrenia) descrita por Martin Roth salvo el deterioro fisiológico que pueda conllevarle la
en 1955 es quizá la más comúnmente observada en edad. Diferencia ésta clara con el esquizofrénico,
la actualidad, y se caracteriza por delirios de conte- que superada la angustiosa duda del trema inicial y
nido paranoide con frecuentes alucinaciones que apa- si no se le ayuda está completamente perdido y ab-
recen en la vejez, principalmente en mujeres, a sorto en su delirio. Al respecto Pereyra aventura el
menudo afectas de déficits sensoriales (hipoacúsia, carácter compensatorio que ejerce la aparición pre-
ceguera) y con rasgos de personalidad previa coz de la grandiosidad en el parafrénico, y destaca la
paranoide o esquizoide y en ocasiones antecedentes escasa relación de las alucinaciones -cuando las hay-
de esquizofrenia entre sus familiares. Algunos estu- con el delirio, a diferencia de lo que ocurre en los
dios han sugerido un substrato orgánico en esta en- paranoicos, que las utilizan como punto de apoyo
tidad, otros la proponen como una forma tardía de interpretativo de aquél.
manifestación esquizofrénica (Roth & Kay 1998,
A menudo los pacientes refieren antecedentes fami-
Berrios 2003, Casanova 2003).
liares de desórdenes mentales. Respecto a su
De hecho, particularmente estamos de acuerdo con personalidad,podemos encontrar rasgos esquizoides
Pereyra (Pereyra, 1965) en cuanto a considerar las o paranoides previos.
diversas formas descritas, salvo quizá la tardía, como
La temática delirante preponderante es la fabulatoria-
un tránsito más o menos sutil entre los delirios bien
fantástica, lo que conlleva una patoplastia de gran
sistematizados del paranoico a los más disgregados
riqueza que hace a estos pacientes sumamente inte-
de la esquizofrenia, siendo diacrónicamente la forma
resantes desde el punto de vista clínico. Si bucea-
sistemática más cercana al delirio paranoico y a la mos en la historia del parafrénico podemos identifi-
fase inicial del delusionar esquizofrénico, mientras la car a veces una vivencia delirante que establece una
forma expansiva se asemeja más a la fase posterior ruptura biográfica respecto a su pasado "sano" a par-
de grandiosidad, cuando el paciente va inseriéndose tir de la cual nace y cobra fuerza el delirio. Esta
y adaptándose a su delirio y poco a poco se confor- experiencia no suele ser, sin embargo, tan rotunda ni
ma y estabiliza un sistema delirante (Sarró S, 2001), dramática como en el esquizofrénico, en el que su-
y guardaría mayor relación con los trastornos pone un renacimiento de toda su personalidad psí-
afectivos, maníaco en particular. Quizá debiera quica al nuevo universo delirante, en el que se
reconsiderarse la inclusión dentro de este trastorno immergirá plenamente si la enfermedad sigue su curso
de la forma fantástica, más cercana a la demencia, natural y no es interceptada por el tratamiento
y mantener como una entidad todavía por dilucidar neuroléptico*.
la forma tardía descrita por Martin Roth. En lo suce-
sivo nos centraremos en el concepto kraepeliniano. Lo que sí tienen en común esquizofrénicos y
parafrénicos (Sarró R, 1987) es la sustitución de
Las distintas formas clásicas de parafrenia tienen una una biografía histórica, esto es, basada en las viven-
serie de características en común que justifican que cias reales en tiempo y espacio concretos, por una
reivindiquemos su mantenimiento como una for- mítica, simbólica y utópica que, mezclándose con
ma diferenciada de psicosis: su inicio relativamen- aspectos residuales de la vida anterior “sana”, deja

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S. Sarró

traslucir contenidos arquetípicos comunes, enraizados grado de mandatarios o personalidades ilustres (re-
con los anhelos y temores existenciales presentes a yes, dioses, etcétera), pero siempre por debajo de
lo largo de la historia de la Humanidad. En el él, “protagonista indispensable de su mundo deliran-
parafrénico subsisten a la par ambos universos sin te” (Sarró R, 1994). No es rara la palingenesia (re-
molestarse, mientras que en el esquizofrénico, cuando nacimientos, metamorfosis, descendencia múltiple).
la enfermedad está activa, el segundo suple y anula También temas mágicos y cósmicos basados en abs-
al primero. tractas y por lo general absurdas teorías suelen ha-
llarse presentes en los delirios parafrénicos.
Los mitologemas o temas delirantes propios del
parafrénico presentan una gran variabilidad, aunque En el esquizofrénico tales contenidos son por supuesto
suelen tener como nexo común su carácter mágico- posibles, si bien no suelen revestirse del confiado
fantástico. A menudo expresan el enfrentamiento sentido de grandiosidad que les da el parafrénico,
entre las fuerzas del Bien y del Mal, lucha en la que dominando en cambio a menudo el nihilismo, sobre
el parafrénico se ve inmerso y se asienta con mani- todo en las fases iniciales: la metamorfosis, por ejem-
fiesta grandeza. Adaptándose prontamente a su nue- plo, suele ser vivida como un hecho traumático y
vo universo vital como un buen actor lo haría a su angustioso por el primero (excepto si padece embo-
papel, el parafrénico gobierna el cosmos, dialoga con tamiento afectivo), mientras que para el segundo
Dios y guía a la Humanidad, velando por sus “seme- puede tratarse de un mero trámite para su engran-
jantes” desde su superior posición, a la vez que man- decimiento. Los contactos con el trastorno bipolar
tiene las actividades cotidianas y conserva sus rela- se hacen sugerentes. Pero estamos generalizando, y
ciones interpersonales**. no debemos olvidar que cada enfermo constituye una
realidad distinta y original; no hay razón para que un
Pueden existir temas persecutorios y de perjuicio parafrénico no pueda sufrir del mismo modo que un
(creerse víctima de conspiraciones, relatar vivencias esquizofrénico durante su conversión al delirio, aun-
de influencia, etcétera), pero la fase paranoide pro- que ésta sea más rápida (“Yo intentaré perdonar al
pia del inicio del delirio suele quedar pronto supera- mundo”, manifestaba un enfermo). En el paranoico,
da por la grandiosidad épica: el parafrénico se iden- en cambio, el delirio se restringe a un tema concre-
tifica a menudo como el redentor del mundo, su pro- to, en torno al cual el paciente construye un sistema
feta, el salvador de la Humanidad, o como el amo bien organizado e internamente coherente, que ar-
del universo, capaz de crear y destruir a su antojo; gumentará detalladamente con irreductible seguri-
su papel es en todo caso imprescindible y singular. dad, apoyándose en las alucinaciones si las hay. Ci-
Dentro de esta diacronia tendiente a la expansividad tando de nuevo a Kraepelin, “en la paranoia las ilu-
no es inusual que elabore progresivamente una siones se derivan de una mal elaborada percepción
neogenealogía que suele situarlo en la cima de su de las cosas reales” (Kraepelin 1905, p.164). El
cosmología delirante, quedando parientes y familia- parafrénico, en contraste, improvisa a menudo y “se
res bajo su dominio o influencia, a veces elevados al habitua a resolver imaginando” las lagunas de su

*Recordemos que, de forma general, y como ya advirtieron Kraepelin y Magnan, la organización de los delirios suele desarrollarse a lo largo de
4 etapas fundamentales (Sarró S, 2001): inicialmente tiene lugar la mencionada vivencia delirante primaria, que detiene el tiempo e historia
personal del paciente, al principio confuso y dubitativo; poco después aparece en él una clarividencia tranquilizadora que le permite interpretar
y asimilar esta experiencia. A continuación florecerá y se irá desarrollando el delirio: el inicialmente angustiado y desorientado enfermo pasará
a un estado de egocentrismo en que su personalidad psíquica se encoge, dominado por ideas de perjuicio y persecutorias, donde son frecuentes
las alucinaciones, y que poco a poco irá trocándose en grandiosidad expansiva. Las delusiones irán estructurándose en un sistema estable, que
con los años pierde vigor, a medida que se manifiestan un progresivo empobrecimiento y defectualización. Afortunadamente, este último estadío
es más infrecuente en nuestro tiempo gracias a los avances terapéuticos de los últimos lustros, pero era harto común hace sólo cincuenta años.
Pues bien, el parafrénico clásico parece detenerse en la fase de grandiosidad expansiva, sin que ésta se debilite mucho con los años ni aparezca
el deterioro posterior. Puede existir un cierto aplanamiento afectivo, pero el funcionamiento general se mantiene preservado.

**A partir del análisis de los contenidos delusorios el profesor Ramon Sarró creó el concepto de mitologema, temas o unidades delirantes
identificables y coincidentes (y por tanto extrapolables) entre los relatos de los diferentes enfermos psicóticos (constructo elaborado considerando
básicamente pacientes esquizo-parafrénicos), que expresan de forma simbólica inquietudes humanas universales, y pertenecen por ello al
universo mítico. Siguiendo a Kraepelin, que advirtió similitudes fundamentales en la expresión clínica de la psicosis entre diferentes culturas y
latitudes, Sarró defiende la universalidad nuclear del contenido de los delirios, que analiza desde un punto de vista filosófico-existencial.
Contenidos ya latentes o pre-formados en el individuo sano, que el Homo Demens desarrollará: la clarividencia, la creación de símbolos, la muerte
reversible y la negación de la misma (atanasia), la centralidad cosmológica, el panenteísmo y la utopía social con supresión de la agresividad son
algunos ejemplos. No es esta una visión contrapuesta a los grandes temas clásicos (persecutorio, erotómano, megalomaníaco, etc.), sinó
elaborada desde un enfoque distinto, más antropológico (que debemos puntualizar se basa en el estudio de pacientes occidentales).

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delirio (Pereyra 1965, p.89) con un razonamiento En definitiva, fenomenológicamente la parafrenia está
mágico, aunque en otras áreas éste se mantenga a medio camino entre la desorganización
firmemente anclado a las normas de la lógica y la esquizofrénica y la sistematización del paranoico;
experiencia real. Pueden identificarse varios siste- existe una conservación global impropia del progre-
mas delirantes coexistiendo a la vez que el enfermo sivo defecto esquizofrénico, y por otra parte la expre-
va enriqueciendo a medida que improvisa, más que sión polimorfa del delirio parafrénico se aproxima más
uno sólo que subordine y organice todas las ideas a la esquizofrenia que a la paranoia. Y es en esta
como es propio de la paranoia. expresión clínica, junto con la evolución longitudinal,
donde creemos que se halla la clave del diagnóstico.
Las alucinaciones adoptan en el parafrénico un pa-
Todo depende de la amplitud de miras con que el
pel revelador (visiones, presagios, comunicaciones
clínico contemple cada entidad.
telepáticas que le confirman su singularidad), contri-
buyendo a adaptarle a la vivencia delirante y com- En cuanto al tratamiento y pronóstico, el delirio
prenderla. Con el tiempo suelen difuminarse y ser parafrénico es menos modificable por la terapéutica
sustituídas por fabulaciones. En cambio, en el farmacológica que el esquizofrénico, asemejándose
esquizofrénico las diversas y cambiantes alucinacio- en esto a las delusiones crónicas del trastorno
nes (auditivas, visuales, cenestésicas) le suponen un paranoide; es si cabe aún más resistente que estas
proceso mucho más penoso, pues suele vivirlas an- últimas. Los neurolépticos parecen facilitar la
gustiosa y persecutoriamente, y el vínculo entre ellas encapsulación, pero raramente consiguen eliminar
es más laxo que en las del parafrénico, más con- el delirio. Aunque los nuevos agentes son más pro-
gruentes entre sí. Por otro lado, el paciente paranoi- metedores en el sentido de producir un menor dete-
co, como ya hemos mencionado, suele relatar aluci- rioro y sintomatología negativa (ya leves en estos
naciones acorde con su delirio concreto y sistemati- pacientes), algunos autores recomiendan el empleo
zado, que le sirven de base para confirmar el mismo de dosis bajas, y hasta aconsejan evitarlos. Las for-
(por ejemplo, ruidos o voces que le advierten de la mas de inicio senil parecen en general susceptibles
infidelidad de su cónyuge: lo sabe “porque lo ha vis- de una mejor respuesta terapéutica -sugiriendo pu-
to” u oído). diera tratarse en realidad de una entidad diferencia-
Finalmente, creemos importante destacar como parte da-, aunque también son potencialmente más sensi-
de la semiología clínica la singular afectividad del bles a los efectos secundarios de la medicación, de
parafrénico: es ésta normalmente expansiva en lo especial importancia para conseguir el cumplimien-
que a su delirio se refiere, hallándose conservada o to en tales pacientes delirantes crónicos.
ligeramente aplanada fuera de él. Contrasta empero
A lo largo de mis (limitados) años de experiencia clíni-
la indiferencia con que las delusiones son relatadas
ca he atendido al menos un par de casos que merecen
respecto a su contenido, a menudo sumamente dra-
la consideración de parafrenia. Valga a modo de ejem-
mático (muertes y renacimientos sucesivos, etcéte-
plo, y para ilustrar lo antedicho, la presentación de
ra), aunque falta la frialdad y el desinterés autista
uno de ellos, parafrenia según el sentido clásico de
del esquizofrénico, y la desconfianza y carga pasio-
esta entidad, que reúne elementos de las formas sis-
nal del paranoico. Reflejando, en definitiva, la mis-
temática y confabulatoria descritas por Kraepelin. El
ma dualidad expresada en la alteración del conteni-
otro caso evolucionó con los años de un predominio
do del pensamiento.
delirante centrado en temas cosmofísicos y de inven-
Respecto a la evolución, en el parafrénico con el ción y sintomatología depresiva mayor a un cuadro
tiempo las ideas delirantes suelen progresar hacia depresivo más o menos cronificado, con breves fases
la encapsulación y estabilización. Raramente las fun- maniformes intercaladas.
ciones superiores y personalidad del paciente sufren
un deterioro tal que pueda compararse al que tan a El paciente que nos ocupa es un varón de 73 años,
menudo se observa en los defectualizados enfermos casado y con hijos, del que se ha realizado segui-
esquizofrénicos, padeciendo ambos delirios cróni- miento ambulatorio durante más de 4 años. Llegó
cos. En algunos casos, sin embargo, puede trans- remitido por su médico de cabecera para valorar
formarse el cuadro progresivamente en una posibles ideas delirantes. Su actitud fue desde el prin-
esquizofrenia, o un trastorno bipolar, o manifestarse cipio afable, pacífica y colaboradora. Decía encon-
con los años un síndrome demencial. Pero el sín- trarse bien y no tener problemas mentales, aunque
drome parafrénico clásico se caracteriza por con- sí había padecido de los nervios en el pasado, pero
servar la capacidad intelectual y de relación con el él solo había conseguido eliminarlos. Cuenta que
mundo exterior del paciente, conviviendo simultá- desde su primera infancia se comunicaba con Dios,
neamente en él delirio y realidad. de hecho dice ser Dios él mismo, además de osten-

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tar otros importantes cargos como Arcángel, Dueño to de vista clínico se modificara un ápice el delirio,
del Mundo y Alcalde Celestial. Todos los dioses per- pero la familia informó que la interacción social em-
tenecen a su signo del zodíaco, lo que les capacita peoró y que lo veían más tranquilo con la pauta men-
para volar. El cosmos se compone de trilogías; exis- sual, por lo que se volvió a la misma. Preguntada por
ten 3 familias sagradas derivadas del Espíritu Santo, aspectos de su biografía anterior, la familia relató una
a saber: la suya propia, la Sagrada Família compues- historia de alcoholismo y vida disipada (partía de una
ta por Jesús, María y José y la família del Dios negro posición familiar relativamente desahogada) en su ju-
Negrín (al que él le puso el nombre), integrada por ventud. En la cuarentena, y con posterioridad al aban-
los negros del mundo. Estas dos están en contra dono mantenido de la bebida, apareció el delirio ac-
suya, estableciéndose un estado de lucha continua. tual, que se mantuvo firme a pesar de la abstinencia.
Él solo superó una lucha titánica de años contra En estos años de seguimiento no se ha apreciado de-
millares de dioses, que para perjudicarle por ser él terioro, ha mantenido sus hábitos cotidianos (relación
más poderoso volaban sobre él e infectaron su domi- a cierta distancia con su familia y encuentros con al-
cilio, y le causaron una embolia (es hipertenso con- gunos amigos), y nunca han aparecido alucinaciones,
trolado y existen antecedentes de un AVC ). Los ven- ni clínica depresiva, ni la más mínima conciencia de
ció transformándolos a puñados en niños o en elefan- irrealidad. Su afecto es reactivo, algo restringido, sin
tes, que no pueden volar y así son inofensivos. Toda llegar a ser aplanado.
su familia está emparentada con celebridades y ocu-
pa cargos de importancia gracias a él: él mismo es En este caso podría discutirse un posible defecto orgá-
primo del Rey, su madre es la Santísima Virgen, su nico cerebral a consecuencia del alcohol o el AVC, o
mujer pariente de Napoleón, su hermana la Dueña un cierto deterioro al inicio de la psicosis; en cualquier
del Paraíso, un hermano controla las Fuerzas Arma- caso éste no ha progresado en los últimos años, no
das y otros ocupan cargos políticos y empresariales. observándose hasta ahora más decadencia mental que
Refiere haber muerto y resucitado varias veces, ha- la propia de su edad (y aún ésta leve), y los escáneres
biendo sido envenenado o en accidentes, y en una craneales seriados practicados cuando le sobrevino el
ocasión estando ingresado en el hospital psiquiátrico AVC mostraron solamente una pequeña lesión
(en ocasiones ha estado internado allí; hace más de isquémica lacunar putaminal y parietal derecha, sin
diez años del último ingreso). Está convencido de progresión, atrofia cortical u otras alteraciones. De
que no fallecerá sin resucitar, pues dispone de la todos modos y al rechazar escáner de control se le ha
muerte reversible en todo el mundo. Su nacimiento realizado un Mini-Mental (Nov.2004), que ha resulta-
tuvo según él lugar en un ámbito de grandeza, en “la do absolutamente conservado (34 sobre 35 puntos).
Casa de la Gloria”. Dice ostentar en su físico signos En el periodo histórico de la Psiquiatría en que emergió
inequívocos de su identidad divina, y ser capaz de el diagnóstico de parafrenia apenas existían abordajes
causar terremotos y tifones, controlar la lluvia y otros psicofarmacológicos, lo que haría más probable un
fenómenos climáticos y acontecimientos sociales, de deterioro orgánico con evolución a demencia en al-
forma por ejemplo que no nieva donde él reside. Tam- gún caso, sin que hasta ahora haya podido dilucidarse
bién puede curar dolores. Le erigieron una estatua si esto ocurriría más a menudo que en la
en una importante ciudad y otra en su localidad na- esquizofrenia. Al respecto existen estudios en
tal. parafrenia tardía, diagnóstico que se mantiene con
Esta riqueza patoplástica se acompaña de ludismos cierto vigor en el ámbito anglosajón, que revelan la
muy ocasionales en el discurso. No existen alucina- conservación de las neuronas piramidales del
ciones recientes, aspecto corroborado con los infor- hipocampo, a diferencia de lo que ocurre en la de-
mes de sus ingresos, y la familia las niega en el mencia o en la esquizofrenia, lo cual encaja con la
pasado. observación clínica de una relativa falta de defecto
psicótico en estos pacientes, y al mismo tiempo ale-
La conciencia de enfermedad mental siempre se ha jaría esta entidad de los síndromes demenciales, con
mantenido nula a lo largo de estos años. Cuando em- la que algunos la emparentan (Casanova, 2003). La
pezó a ser visitado en nuestro centro aceptó a escuela tradicional francesa, por otro lado, aboga
regañadientes un tratamiento inyectable mensual, al por una relación de la parafrenia con los trastornos
que sin embargo acude puntualmente; desde que se le afectivos (Sarfati, 1997). Otros autores la conside-
administra parece estar ligeramente más tranquilo en ran una forma especial dentro del espectro
las entrevistas, si bien esto se dedujo por signos indi- esquizofrénico (Bumke, Roth & Kay 1998). Ravindran
rectos, pues él siempre ha manifestado encontrarse y su equipo (Ravindran, 1999) han elaborado una
bien y ha mantenido un contacto afable. Durante al- propuesta de criterios diagnósticos para la parafrenia
gunos meses se redujo la pauta, sin que desde el pun- entendida en el sentido amplio con que Kraepelin la

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concibió. Destacan en su pequeño grupo la ausencia perimentada en su infancia y juventud, insuficiente-


de esquizofrenia entre los antecedentes familiares, mente satisfecha por sus logros adultos. Pero esto ya
aspecto que parece alejar al menos genéticamente sería otra historia, que rebasa las intenciones de este
ambas entidades. Es posible en cualquier caso que artículo.
observemos la evolución de cuadros inicialmente
compatibles con parafrenias hacia otros trastornos
mentales (esquizofrenia, paranoia, enfermedad bipolar
atípica…), que deben tenerse en cuenta en la diag- Bibliografía recomendada
nosis diferencial, estableciendo ambos cuando sea
pertinente. Lo incorrecto es prescindir del diagnósti- Kraepelin E. Introducción a la psiquiatría clínica: treinta y
co de parafrenia por el solo hecho de ser poco usado dos lecciones. Santos Rubiano E trad. S Calleja ed.,
en la actualidad o no estar diferenciado en los ma- Madrid, 1905. Lección XVI: formas paranoides de la
demencia precoz: 156-64.
nuales estandarizados de clasificación.
Roth M, Kay DW. Late paraphrenia: a variant of schizophrenia
Para finalizar, nuestra impresión es que si el clínico manifest in late life or an organic clinical syndrome ? A
dispusiera ante todo de más tiempo y también de in- review of recent evidence. Int J Geriatr Psychiatry
formación detallada y fiable sobre el pasado del pa- 1998;13(11):775-84.
ciente, tal vez podría llegar a establecer una "acepta- Berrios GE. The insanities of the third age: a conceptual history
ble comunicación con el enfermo" que hiciera la psi- of paraphrenia. J Nutr Health Aging 2003; 7(6):394-
cosis más comprensible y abarcable, como propugna- 9.
ba el profesor Sarró en otros tiempos menos impa- Casanova MF. Preservation of hippocampal pyramidal cells
cientes y no tan sometidos a la presión asistencial de in paraphrenia. Schizophr Res 2003;62(1-2):141-6.
nuestros días. Así, por ejemplo, en el caso que hemos
Pereyra CR. Parafrenias. Delirio crónico de ideas polimorfas.
expuesto la grandiosidad egocéntrica del sistema deli-
2ª ed. Buenos Aires. Editorial Salerno, 1965.
rante del paciente bien podría expresar y compensar
la pérdida de una posición social anteriormente privi- Sarró S. Ontogénesis y diacronia del delirio esquizofrénico.
legiada y el sufrimiento que ocasionó en su época de Un análisis fenomenológico. Rev Psiquiatr Fac Med
Barc 2001;28(1):23-8.
bebedor a sus familiares, aspectos de alguna manera
redimidos a través del delirio (la antes oveja desca- Sarró R. Análisis temático de los delirios endógenos. Rev
rriada deviene protector generoso de la Humanidad, y Psiquiatr Psicol Med Eur Am Lat 1987;18(2): 65-79.
en especial de su familia). Y en el segundo caso, al Sarfati Y, Chauchot F, Galinowski A. Meta-process paraphrenia
que se hace breve referencia, de infancia desgraciada in manic-depressive disorder. Encéphale 1997;23(6):-
y posteriores expectativas frustradas, el delirio 459-62.
parafrénico que desarrolló podría interpretarse como Ravindran AV, Yatham LN, Munro A. Paraphrenia redefined.
una forma de resarcirse de la profunda desolación ex- Can J Psychiatr 1999;44:133-7.

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