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III

EL ORDENAMIENTO JURÍDICO COMUNITARIO

LECCIÓN 11
LAS FUENTES DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO DE LA UNIÓN

1. El ordenamiento jurídico comunitario.

A) El derecho de la Unión: caracteres distintivos.

Los Tratados constitutivos han creado una organización de integración a la que los Estados
miembros, mediante la autolimitación de sus soberanías, atribuyen el ejercicio de competencias
derivadas de sus respectivas Constituciones. Este peculiar sistema de integración tiene como
consecuencia inmediata y característica más singular la creación de un ordenamiento jurídico
propio, integrado en el sistema jurídico de los Estados miembros, y que ISAAC define como un
"conjunto organizado y estructurado de normas jurídicas" que dispone de:

a) fuentes propias,
b) órganos de producción también propios, sujetos a procedimientos y esquemas de relaciones
reglados,
c) un sistema judicial de garantía en la aplicación del orden jurídico, en su interpretación y
sanción uniforme.

Ha sido el propio Tribunal de Justicia quien a través de sucesivos pronunciamientos definió el


sistema instituido por los Tratados como una Comunidad de derecho (Dictamen TJCE 1/91, de
14 de diciembre de 1991). Esta comunidad se caracteriza por poseer un ordenamiento
jurídico cuyos rasgos más sobresalientes ha ido conformando la jurisprudencia del propio
Tribunal de Justicia a través de un rosario de decisiones que arrancan con las célebres STJCE
de 5 de febrero de 1963, asunto 26/62, "Van Gend en Loos" y STJCE de 15 de julio de
1964, asunto 6/64, "Costa c. Enel". En síntesis, la construcción jurisprudencial entraña una idea
del Derecho de la Unión como un ordenamiento:

• nuevo o propio, de características singulares en relación con las clásicas del Derecho
internacional, pero surgido con el consentimiento originario de los Estados que
autolimitan su soberanía y atribuyen a una organización de integración el ejercicio de
competencias estatales en ámbitos específicos;

• autónomo en relación con los derechos de los Estados miembros;

• integrado en el sistema jurídico de los Estados miembros, con primacía sobre los
ordenamientos jurídicos nacionales y aplicabilidad o efecto directo en los mismos, y
que vincula a los órganos jurisdiccionales internos;
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• creado por una estructura orgánico- institucional propia, con competencias atribuidas y
según procedimientos reglados de producción normativa;

• garantizado jurisdiccionalmente en su aplicación e interpretación uniforme por el


Tribunal de Justicia.

B) El sistema de fuentes.

El ordenamiento jurídico de la Unión está constituido por un complejo conjunto organizado y


estructurado de normas jurídicas que dispone de fuentes propias, de órganos de producción
normativa propios y sujetos a procedimientos reglados así como de un sistema judicial de
garantía de interpretación y aplicación uniforme. Dentro de las fuentes, a su vez, es factible
distinguir fundamentalmente y por este orden entre el Derecho originario, el Derecho derivado,
el Derecho complementario, los principios generales del Derecho y la jurisprudencia del Tribunal
de Justicia. En cuanto a las fuentes internacionales, concretadas en el Derecho internacional
comprenden tanto las normas consuetudinarias del Derecho internacional como los tratados en
los que es parte la Unión o en los que éstas han sucedido a los Estados miembros.

Este conjunto de fuentes estructuradas con arreglo al principio de jerarquía, pueden


clasificarse como:

 Internas: Derecho primario u originario, Derecho derivado o secundario, Derecho


complementario, los principios generales del Derecho y la jurisprudencia del TJUE.
 Internacionales:

a. escritas: tratados internacionales; actos de las Organizaciones internacionales.


b. no escritas: normas consuetudinarias

2. El derecho originario. Posición jerárquica en el sistema de fuentes.

A) Los tratados comunitarios.

Los Tratados constituyen las fuentes de derecho primario o el derecho comunitario originario;
integran lo que se ha denominado "constitución comunitaria". Estos tres Tratados han sido
modificados en varias ocasiones, especialmente con motivo de la adhesión de nuevos Estados,
y de forma profunda por el Acta Única Europea (1986) y por los Tratado de Maastricht
(1992), Ámsterdam (1997) y Niza (2001) y el Tratado de Lisboa (2007). El Derecho originario
de las Unión está contenido en el TUE y en el TFUE (recuérdese que desde el 22 de julio de
2002 se ha extinguido, tras expirar su vigencia de 50 años el Tratado constitutivo de la
Comunidad Europea del carbón y del Acero); el Tratado constitutivo de la Comunidad
Europea ha sido sustituido por el Tratado de Lisboa y su contenido se ha integrado en el TFUE;
y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) está en un
Protocolo al TUE y al TFUE):

Los Tratados modificativos son:

-Tratado por el que se modifican determinadas disposiciones presupuestarias, firmado en


Luxemburgo el 22 de abril de 1970; en vigor desde el 1 de enero de 1971.

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-Decisión de 21 de abril de 1970 relativa a la sustitución de las contribuciones financieras por


recursos propios de las Comunidades Europeas; en vigor desde 1 de enero de 1971.
(Reformada posteriormente en sucesivas ocasiones)

-Tratado por el que se modifican determinadas disposiciones del Protocolo sobre los Estatutos
del BEI, firmado en Bruselas el 10 de julio de 1975.

-Tratado por el que se modifican determinadas disposiciones financieras de los Tratados


constitutivos de las Comunidades Europeas y del Tratado por el que se constituye un Consejo
único y una Comisión única de las Comunidades Europeas, firmado en Bruselas el 22 de julio
de 1975; en vigor desde el 1 de enero de 1977.

-Acto relativo a la elección de diputados al Parlamento Europeo por sufragio universal


directo, aneja a la decisión del Consejo de 20 de septiembre de 1976; en vigor desde 1 de
julio de 1978 (modificado por Decisión de 21 de mayo de 2002).

-Tratado por el que se modifican los tratados constitutivos de las Comunidades Europeas en lo
que respecta a Groenlandia, firmado en Bruselas el 13 de marzo de 1984; en vigor desde el
1 de febrero de 1985.
-Acta Única Europea, firmada en Luxemburgo el 17 de febrero y en La Haya el 28 de
febrero de 1986, en vigor desde el 1 de julio de 1987.

-Tratado de la Unión Europea, firmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992; en vigor


desde 1 de noviembre de 1993.

-Tratado de Ámsterdam, hecho en Ámsterdam el 2 de octubre de 1997.

-Tratado de Niza, hecho en Niza el 26 de febrero de 2001.

-Tratado de Lisboa, hecho en Lisboa el 13 de diciembre de 2007 y en vigor desde el 1 de


diciembre de 2009.

Los Tratados y actas relativas a las condiciones de adhesión y a las adaptaciones de los
Tratados son:

-Adhesión a las Comunidades Europeas de Dinamarca, Irlanda y del Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte, firmado en Bruselas el 22 de enero de 1972; en vigor desde el
1 de enero de 1973.

- Adhesión a las Comunidades Europeas de Grecia, firmado en Atenas el 28 de mayo de


1979; en vigor desde el 1 de enero de 1981.

-Adhesión a las Comunidades Europeas de España y Portugal, firmado en Lisboa y Madrid el


12 de junio de 1985; en vigor desde 1 de enero de 1986.

- Adhesión a la Unión Europea de Austria, Finlandia y Suecia, firmado en Corfú el 24 de junio


de 1994; en vigor desde 1 de enero de 1995.

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-Adhesión a la Unión Europea de Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia,


Lituania, Malta, Polonia y R. Checa, hecho en Atenas el 16 de abril de 2003; en vigor desde
el 1 de mayo de 2004.

-Adhesión a la Unión Europea de Rumanía y Bulgaria, hecho en Luxemburgo el 25 de abril de


2005; en vigor desde el 1 de enero de 2007.

En cuanto a la estructura y composición de los Tratados, distinguimos entre:

• TUE
• TFUE
• PROTOCOLOS
• ANEXOS
• DECLARACIONES

TUE  6 Títulos
– TÍTULO I: Disposiciones comunes
– TÍTULO II: Disposiciones sobre los principios democráticos
– TÍTULO III: Disposiciones sobre las instituciones
– TÍTULO IV: Disposiciones sobre las cooperaciones reforzadas
– TÍTULO V: Disposiciones generales relativas a la acción exterior de la Unión y
disposiciones específicas relativas a la Política Exterior y de Seguridad Común.
– TÍTULO VI: Disposiciones finales.

TFUE  7 Partes
– 1ª Parte: Principios
– 2ª Parte: No discriminación y ciudadanía de la Unión
– 3ª Parte: Políticas y acciones internas de la Unión
– 4ª Parte: Asociación de los Países y territorios de ultramar
– 5ª Parte: Acción exterior de la Unión
– 6ª Parte: Disposiciones institucionales y financieras
– 7ª Parte: Disposiciones generales y finales.

PROTOCOLOS: 37
ANEXOS: 2
DECLARACIONES: 65
– A. Declaraciones relativas a disposiciones de los Tratados
– B. Declaraciones relativas a los Protocolos anejos a los Tratados
– C. Declaraciones de los Estados miembros.

Los tratados determinan el campo de aplicación del Derecho de la Unión en el tiempo y en el


espacio. En relación con el primer aspecto, los Tratados se concluyen por un período de tiempo
"ilimitado" (artículo 53 TUE y 356 TFUE), en cambio, el Tratado CECA se concluyó “por un
período de 50 años a partir de su entrada en vigor", razón por la cual expiró en el mes de
julio del año 2002.

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Por lo que respecta a la aplicación en el espacio, hay que advertir en primer lugar que la
Unión carece de territorio en el sentido clásico en que lo poseen, lo adquieren, ceden o
protegen los Estados, y que las decisiones de éstos respecto a la modificación de su propio
territorio se imponen a la Unión: éste ha sido precisamente el procedimiento que permitió
aplicar los Tratados constitutivos en la antigua RDA. Así pues, la Unión sólo dispone de
territorio en sentido funcional, en relación con las competencias comunitarias atribuidas por los
Estados. En este contexto, los Tratados, artículos 52 TUE y 355 TFUE, se aplican a los
veintisiete Estados miembros, siguiendo la técnica de enunciar uno a uno y no la de remitir el
ámbito de aplicación a 'los territorios' de los Estados, con lo que la competencia de la Unión se
extiende también a la plataforma continental, zona económica exclusiva, etc. El art. 355 TFUE
contiene excepciones o atenuaciones de carácter general en su ámbito espacial:

“1. Las disposiciones de los Tratados se aplicarán a Guadalupe, la Guayana Francesa,


Martinica, la Reunión, San Bartolomé, San Martín, las Azores, Madeira y las islas Canarias, de
conformidad con el artículo 349.

[…]

3. Las disposiciones de los Tratados se aplicarán a los territorios europeos cuyas relaciones
exteriores asuma un Estado miembro.

4. Las disposiciones de los Tratados se aplicarán a las islas Åland de conformidad con las
disposiciones del Protocolo no 2 del Acta relativa a las condiciones de adhesión de la
República de Austria, de la República de Finlandia y del Reino de Suecia.

5. No obstante lo dispuesto en el artículo 52 del Tratado de la Unión Europea y en los


apartados 1 a 4 del presente artículo:

a) los Tratados no se aplicarán a las islas Feroe;

b) los Tratados no se aplicarán a las zonas de soberanía del Reino Unido de Akrotiri
y Dhekelia en Chipre salvo en la medida que sea necesaria para garantizar el
cumplimiento de las disposiciones establecidas en el Protocolo relativo a las zonas de
soberanía del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en Chipre adjunto al
Acta relativa a las condiciones de adhesión de la República Checa, la República de
Estonia, la República de Chipre, la República de Letonia, la República de Lituania, la
República de Hungría, la República de Malta, la República de Polonia, la República
de Eslovenia y la República Eslovaca a la Unión Europea y de conformidad con lo
dispuesto en dicho Protocolo;

c) las disposiciones de los Tratados sólo serán aplicables a las islas del Canal y a la isla
de Man en la medida necesaria para asegurar la aplicación del régimen previsto
para dichas islas en el Tratado relativo a la adhesión de nuevos Estados miembros a la
Comunidad Económica Europea y a la Comunidad Europea de la Energía Atómica,
firmado el 22 de enero de 1972.

6. El Consejo Europeo, por iniciativa del Estado miembro de que se trate, podrá adoptar una
decisión que modifique el estatuto respecto de la Unión de alguno de los países o territorios

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daneses, franceses o neerlandeses a que se refieren los apartados 1 y 2. El Consejo Europeo


se pronunciará por unanimidad, previa consulta a la Comisión”.

En el caso español, los Tratados se aplican en el territorio peninsular, y con excepciones en lo


que se refiere al régimen arancelario y en algunos aspectos de las políticas agraria y
pesquera comunes, a las islas Canarias y en Ceuta y Melilla.

En cuanto al procedimiento de revisión de los tratados, hay que distinguir entre el


procedimiento de revisión ordinario, y los procedimientos de revisión simplificados.

Procedimiento de revisión ordinario (art. 48 TUE):

En el procedimiento ordinario el gobierno de un Estado miembro, el Parlamento Europeo o la


Comisión presentan propuestas de modificación al Consejo. Este las remitirá al Consejo
Europeo y las notificará a los Parlamentos Nacionales.

El Consejo Europeo, previa consulta al Parlamento Europeo y a la Comisión, decide por


mayoría simple, si se debe examinar las enmiendas. Si es aprobado, la Presidencia del
Consejo Europeo convocará una Convención compuesta por representantes de los Parlamentos
nacionales, de los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros, del Parlamento
Europeo y de la Comisión. En el caso de modificaciones institucionales en el ámbito monetario,
el Banco Central Europeo será también consultado.

Después de examinar las propuestas de la Convención, se adoptará por consenso una


recomendación a una Conferencia de representantes de los Gobiernos de los Estados
miembros convocadas por el Presidente del Consejo para determinar de común acuerdo las
modificaciones que deban introducirse en los Tratados. Tras las enmiendas de este, pasará
por el proceso de ratificación en cada Estado miembro. El Consejo Europeo podrá decidir por
mayoría simple, previa consulta a la Comisión y con el consentimiento del Parlamento Europeo
para eludir el proceso de la Convención y proceder directamente a la Conferencia de los
representantes.

Requiere la ratificación por todos los EEMM y si, transcurridos 2 años desde la firma, las 4/5
partes de los EEMM lo han ratificado y uno o varios EEMM han encontrado dificultades, el
Consejo Europeo examinará la cuestión.

Procedimientos de revisión simplificados (art. 48.6 y 7 TUE):

Se contemplan las siguientes posibilidades:

En primer lugar, el gobierno de cualquier Estado miembro, el Parlamento Europeo o la


Comisión podrán presentar al Consejo Europeo proyectos de revisión de la totalidad o parte
de las disposiciones de la tercera parte del TFUE, relativas a las políticas y acciones internas
de la Unión.

El Consejo podrá adoptar una decisión que modifique la totalidad o parte de las
disposiciones de la tercera parte del TFUE. El Consejo Europeo se pronunciará por unanimidad
previa consulta al Parlamento Europeo y la Comisión (art. 48.6 TUE)

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La decisión sólo entrará en vigor cuando haya sido aprobada por los EEMM de conformidad
con sus normas constitucionales.

En segundo lugar, cuando el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea o el título V del


presente Tratado dispongan que el Consejo se pronuncie por unanimidad en un ámbito o en un
caso determinado, el Consejo Europeo podrá adoptar una decisión que autorice al Consejo a
pronunciarse por mayoría cualificada en dicho ámbito o en dicho caso. Esto no se aplicará a
las decisiones que tengan repercusiones militares o en el ámbito de la defensa.

En tercer lugar, cuando el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea disponga que el


Consejo adopte actos legislativos con arreglo a un procedimiento legislativo especial, el
Consejo Europeo podrá adoptar una decisión que autorice a adoptar dichos actos con arreglo
al procedimiento legislativo ordinario (art. 48.7 TUE)

La iniciativa del Consejo Europeo se transmitirá a los Parlamentos Nacionales. En caso de


oposición de un PN notificada en un plazo de 6 meses, no se adoptará la decisión. A falta de
oposición, el Consejo Europeo podrá adoptar la decisión.

El Consejo Europeo se pronunciará por unanimidad previa aprobación del PE, que se
pronunciará por mayoría de los miembros que lo componen.

B) Posición jerárquica en el sistema de fuentes.

Los Tratados constitutivos y sus modificaciones son la categoría jurídica más elevada del
ordenamiento jurídico de la Unión; integran, en palabras del Tribunal de Justicia, "la carta
constitucional de la Comunidad de Derecho" en que consisten las Comunidades (STJCE de 23
de abril de 1986, asunto 294/83,"Los Verdes c, Parlamento"), aunque no son, sin embargo,
una "constitución" en sentido jurídico formal.

Los Tratados constitutivos gozan de superioridad jerárquica en relación con el resto del
derecho derivado, y prevalecen sobre los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros en
las materias atribuidas a la Unión, aunque sobre esta última afirmación algunas jurisdicciones
constitucionales mantuvieron en el pasado y mantienen en la actualidad reservas en relación
con algunos valores fundamentales en los ordenamientos jurídicos internos.

Prevalecen también sobre los acuerdos internacionales celebrados por los Estados miembros
en los ámbitos competenciales atribuidos:

a) Con carácter general, los tratados celebrados en la misma materia entre Estados miembros
con anterioridad a la entrada en vigor de los Tratados constitutivos son sustituidos por la norma
de la Unión salvo que resulten compatibles con ella. (Benelux).

b) Los acuerdos entre Estados miembros posteriores a la entrada en vigor de los Tratados están
sujetos al principio general de cooperación leal.

c) Los acuerdos celebrados por los Estados miembros con Estados terceros anteriores a la
entrada en vigor de los Tratados no resultan afectados (artículo 351 TFUE), aunque en la

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medida en que resulten incompatibles, los Estados miembros deben adoptar los medios
necesarios para eliminar dichas incompatibilidades.

d) Los acuerdos posteriores celebrados con terceros Estados resultan inaplicables si son
contrarios a los Tratados.

Por último, la preeminencia de los Tratados se salvaguarda a priori también respecto de


cualquier acuerdo internacional que pretenda celebrar la Comunidad y uno o más Estados u
organizaciones internacionales, o los Estados miembros con un tercer Estado o una
organización internacional en materias regidas por los Tratados, mediante un control
preventivo de legalidad (art. 218 TFUE). Asimismo, el Tribunal de Justicia ha admitido la
posibilidad de un control a posteriori de los acuerdos internacionales (Dictamen TJCE 1/75,
de 11 de noviembre de 1975).

3. El Derecho derivado: los actos de las Instituciones.

El conjunto de los actos adoptados por las instituciones con el fin de cumplir los objetivos de los
Tratados y en aplicación de los mismos constituye el Derecho derivado. No es por tanto un
derecho establecido directamente en los Tratados (primario u originario), ni "convencional",
sino que emana de éstos (secundario o derivado) a través de las instituciones por ellos
creadas y tiene por consiguiente el carácter de derecho "legislado" (ISAAC). El carácter
"derivado' supone una subordinación a los Tratados que se manifiesta en que los Tratados
constituyen el fundamento, el marco y el límite del derecho derivado y en que las instituciones,
al carecer de competencia general, no pueden adoptar actos sobre cualquier materia, sino
sólo en aquellas que tengan atribuidas o resulten necesarias para alcanzar los objetivos de los
Tratados.

Dentro del Derecho derivado es posible distinguir entre los actos típicos y los actos atípicos, en
función de poseer o no una denominación específica consagrada por los tratados.

A) Los actos típicos.

Los "actos típicos" son aquellos que adoptan las instituciones en el ejercicio de su poder de
decisión y que aparecen enunciados en el artículo 288 TFUE. Con carácter general es el
Consejo y el Parlamento Europeo las instituciones dotadas del poder decisorio principal, en el
procedimiento legislativo ordinario. En el ámbito de la Unión Económica y Monetaria, el BCE
dispone también de poder de decisión.

Los Tratados enumeran como actos típicos a los reglamentos, las directivas, las decisiones, las
recomendaciones y los dictámenes. Los actos típicos expresamente identificados en los
Tratados son todos actos unilaterales de las instituciones bien de naturaleza obligatoria
(Reglamento, Directiva y Decisión), bien de naturaleza no obligatoria -Recomendaciones y
Dictámenes).

a) Actos de naturaleza obligatoria:

El Reglamento es una creación genuina del Derecho de la Unión, su acto normativo más
completo y eficaz, que se aproxima en su estructura y caracteres a la "ley" en el derecho
interno, y en el que se manifiesta de manera más precisa el poder decisorio de naturaleza

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legislativa de la Unión. El reglamento, en los términos del artículo 288 TFUE, tiene alcance
general, es obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable en cada Estado
miembro.

-El "alcance general" denota desde una perspectiva material que el Reglamento produce
efectos en relación a una categoría o conjunto indeterminado de personas, y que regula
relaciones definidas de forma abstracta, objetiva. Desde una perspectiva geográfica supone
que el Reglamento se aplica simultáneamente en el conjunto del territorio de la Unión.

-La obligatoriedad del reglamento en todos sus elementos implica la autoridad absoluta y
completa del poder normativo de este tipo de actos; a diferencia de las directivas que sólo
obligan a la obtención de un resultado, los reglamentos se imponen en la totalidad de sus
disposiciones.

- La aplicabilidad directa del reglamento supone que el reglamento no precisa recepción de


tipo alguno en el orden interno: su validez es inmediata y el despliegue de sus efectos
vinculantes en toda la Unión se realiza sin necesidad de interposición de ningún poder
normativo nacional. Por esta razón, el Tribunal de Justicia ha considerado contrarias al
Tratado cualquier modalidad de aplicación que pudieran tener como consecuencia
obstaculizar el efecto directo de los reglamentos y comprometer así su aplicación simultánea y
uniforme en el conjunto de la Unión.

La Directiva obliga "al Estado miembro destinatario en cuanto al resultado que deba
conseguirse, dejando, sin embargo, a las autoridades nacionales la elección de la forma y los
medios" (artículo 288 TFUE).

-La directiva es un acto obligatorio pero no tiene alcance general, no obliga sino al
destinatario, los Estados. Constituye la directiva por ello una norma característica de la técnica
legislativa mediata o de acción indirecta: se dirige a los Estados para que éstos a su vez
adopten, las medidas precisas para garantizar el resultado prescrito y les obliga en su
conjunto, pero no prejuzga, dado el principio de autonomía institucional, el órgano interno
competente para transponerla.

- La directiva impone una obligación de resultado y deja a los destinatarios, los Estados, la
elección de la forma y de los medios. La directiva conduce por ello a una legislación nacional
armonizada en el ámbito de la Unión, no a un derecho común y único como en el caso del
reglamento.

- La transposición de la directiva constituye un ámbito en el que el Estado tiene un amplio pero


no ilimitado margen de apreciación, de discrecionalidad. En efecto, el Estado está sujeto en la
transposición a dos límites:

a) debe respetar el plazo que impone la directiva para efectuarla;


b) debe elegir las formas y los medios adecuados para garantizar la eficacia plena de la
directiva, su efecto útil.

La Decisión es un acto obligatorio "en todos sus elementos. Cuando designe destinatarios, sólo
será obligatoria para éstos" (artículo 288 TFUE).

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Destinatarios pueden serlo desde personas físicas o jurídicas (empresas) hasta los Estados. La
decisión que designa destinatarios se distingue del reglamento en que carece de alcance
general, ya que se dirige a destinatarios determinados, tiene alcance individual; y de las
directivas, en la obligatoriedad de todos sus elementos y no sólo del resultado.

b) Actos de naturaleza no obligatoria.

Los Dictámenes y las Recomendaciones son actos de carácter no obligatorio por lo que no
vinculan jurídicamente al destinatario (art. 288 TFUE). Aunque es difícil distinguir unos de
otras, el dictamen (que no debe confundirse con los que emite en función consultiva el TJ) es
más bien la expresión de una opinión sobre una cuestión concreta o un asunto determinado, y
la recomendación es un instrumento de acción indirecta, de alcance político indudable pese a
su carácter no vinculante, que busca promover -no imponer- un comportamiento en un sentido
dado.

Los distintos actos del derecho derivado, cuando desarrollan directamente los tratados
constitutivos, son fuentes autónomas que no están articuladas entre sí mediante una relación de
jerarquía. Los Tratados sólo prevén el rango superior del derecho originario, estableciendo
una jerarquía relativa de las normas de derecho derivado: distinción entre actos legislativos,
actos delegados y actos de ejecución.

En cuanto al régimen jurídico de su adopción, conviene señalar que todos los actos típicos gozan
de la presunción de validez. Del principio de atribución y de legalidad se deduce además
que sólo las instituciones que tienen expresamente atribuidos poderes normativos según el
tratado son competentes para adoptar actos típicos de derecho derivado y que deben
respetar en su actuación como requisito de validez de los actos que adopten los
procedimientos prescritos en las normas de la Unión.

El artículo 296 TFUE exige que los reglamentos, directivas y decisiones estén motivados y el
Tribunal de Justicia considera la motivación como un requisito esencial, de modo que su
ausencia constituye vicio grave de procedimiento y causa de invalidez del acto. En cuanto al
régimen de publicación o notificación el art. 297 TFUE establece que:

“1. (…) Los actos legislativos se publicarán en el Diario Oficial de la Unión Europea. Entrarán en vigor en la fecha
que ellos mismos fijen o, a falta de ella, a los veinte días de su publicación.

2. (…) Los reglamentos, las directivas que tengan por destinatarios a todos los Estados miembros, así como las
decisiones que no indiquen destinatario, se publicarán en el Diario Oficial de la Unión Europea. Entrarán en vigor en
la fecha que ellos mismos fijen o, a falta de ella, a los veinte días de su publicación.

Las demás directivas, así como las decisiones que indiquen un destinatario, se notificarán a sus destinatarios y
surtirán efecto en virtud de dicha notificación”.

Por tanto, la entrada en vigor de todos los actos a los que los Tratados exigen la publicación
en el Diario Oficial se produce "en la fecha que ellos mismos fijen o, a falta de ella, a los
veinte días de su publicación" (artículo 297.1 TFUE). En todos los demás casos, la entrada en
vigor se produce con la notificación al destinatario (artículo 297.2 TFUE).

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c) Los actos atípicos.

Los actos atípicos, también calificados por algunos autores de actos "innominados", son
aquellos actos de naturaleza diversa que no se encuentran sistematizados en los Tratados en
los artículos 288 TFUE.

A pesar de su atipicidad, pueden clasificarse en:

a) Internos, que afectan al funcionamiento de las instituciones u órganos de la Unión y


constituyen la manifestación genuina de su poder de autoorganización (reglamentos internos
de las instituciones o de los órganos auxiliares);

b) Sui generis, son por ejemplo, las resoluciones, informes y declaraciones. Algunas son de gran
relieve como las que modifican el número de jueces o abogados generales del Tribunal de
Justicia o amplían el ámbito de aplicación del Tratado, etc.

4. El Derecho complementario.

Con esta denominación se conoce al derecho surgido de los compromisos celebrados entre los
Estados miembros en sus ámbitos de competencia nacional que prolongan o complementan los
objetivos definidos en los Tratados. Este conjunto normativo tiene naturaleza convencional y no
constituye una fuente de derecho originario o derivado en sentido estricto, sino en sentido
amplio. Como derecho complementario se identifican:

a) Los Acuerdos entre los Estados miembros celebrados para realizar un objetivo de la
Unión en casos no previstos en los Tratados. Nada impide que los Estados miembros, en el
ámbito de sus competencias propias, concluyan acuerdos, de características similares a los
anteriores en materias que no están expresamente enunciadas pero que complementan los
objetivos de la Unión. A esta práctica responden el Convenio de 7 de septiembre de 1967
para la asistencia mutua entre las administraciones aduaneras, el Convenio de 15 de
diciembre de 1975 relativo a la patente comunitaria en el Mercado Común o el de 19 de
junio de 1980 sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales.

b) Las Decisiones y acuerdos de los representantes de los Estados miembros reunidos en el


seno del Consejo. En ausencia de competencias específicamente atribuidas a la Unión, la
práctica ha generado un tipo singular de actos, las decisiones y los acuerdos de los
representantes de los gobiernos reunidos en el seno del Consejo, institución que constituye el
marco de reuniones de una conferencia diplomática y que en algún caso incluso es también
parte en el acuerdo mismo.

Por lo que respecta a la posición del Derecho complementario en el ordenamiento jurídico de


la Unión, se caracteriza por no estar subordinado al derecho originario, ya que no tiene su
fundamento en los tratados constitutivos, aunque su finalidad postula una relación de
compatibilidad con él. Por otra parte, su relación con el derecho derivado depende de la
materia sobre la que verse.

• Si ésta constituye competencia exclusiva de la Unión, el convenio entraña violación de


los tratados y no puede prevalecer sobre ellos;

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• si la materia es de competencia concurrente entre la Unión y los Estados miembros,


prevalece el derecho de la Unión sobre el derecho complementario;
• si, por último, la materia es de competencia nacional exclusiva, el derecho de la Unión
sólo opera por expresa remisión del derecho complementario y está subordinado a él.

5. Otras fuentes.

A) El derecho Internacional.

Como afirma J.V. LOUIS, la especificidad del orden jurídico de la Unión se manifiesta
precisamente en el hecho de que el derecho internacional no está llamado a desempeñar -
salvo en el momento constitutivo- una posición central en el sistema de fuentes. No obstante, el
ejercicio de competencias atribuidas por los Estados en ciertas materias y el hecho de que se
la Unión tenga personalidad jurídica en el plano internacional determinan:

a) que la actuación de éstas en la esfera internacional esté sujeta a las normas


internacionales, y

b) que los propios tratados prevean la conclusión de acuerdos entre la Unión (en ocasiones
también con los Estados miembros, acuerdos "mixtos"), y terceros países u organizaciones
internacionales por lo que el derecho internacional convencional se integra en el orden
jurídico de la Unión

En cuanto al Derecho internacional general, tanto la jurisprudencia del TJ como la doctrina


admiten la aplicación de la costumbre y de los principios generales del Derecho Internacional
en el ordenamiento jurídico de la unión y que la Unión, en su condición de sujeto de Derecho
Internacional, está sometida a las normas de Derecho Internacional general: derecho de los
tratados, derecho de legación, privilegios e inmunidades de las organizaciones internaciona-
les, etc.

Por lo que respecta al Derecho internacional convencional, los acuerdos externos celebrados
regularmente por la Unión en ejercicio de las competencias expresas o implícitas en la materia
constituyen fuentes del derecho de la Unión y se integran en él con un rango específico, pues -
en palabras del TJ- "forman parte integrante, desde su entrada en vigor, del orden jurídico
comunitario".

B) La costumbre y los principios generales del Derecho

La costumbre no está prevista en los Tratados y hasta el momento el Tribunal de Justicia no se


ha referido a ella. Se establece como una hipótesis doctrinal que preserva la posibilidad de
desempeñar algún día un papel en el sistema jurídico de la Unión.

El Tribunal de Justicia ha declarado la existencia de principios generales aplicables en el


ordenamiento jurídico de la Unión, que se imponen al derecho derivado, a partir precisamente
de los reconocidos en los sistemas jurídicos de los Estados miembros. También en ocasiones ha
calificado de "principios" diversas reglas -solidaridad entre los Estados miembros, equilibrio
institucional, etc- que se derivan de la naturaleza misma de los Tratados, lo que para algunos

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autores no configura a estos últimos como auténticos principios generales del derecho, sino
como consecuencias de la interpretación que el Tribunal hace del derecho originario.

Entre los principios generales que el Tribunal de Justicia ha tenido presentes en sus sentencias
destacan: el de seguridad jurídica, el respeto al derecho de defensa, la irretroactividad de
las disposiciones penales, el respeto a los derechos adquiridos y la intangibilidad de las
situaciones jurídicas subjetivas, etc.

C) La jurisprudencia del Tribunal de Justicia.

La labor del Tribunal de Justicia asegurando el respeto del Derecho en la interpretación y la


aplicación de los Tratados es de importancia decisiva en la configuración del Derecho de la
Unión. El Tribunal ha puesto de relieve la dificultad particular que entraña la interpretación
del ordenamiento de la Unión dadas sus múltiples versiones lingüísticas, sus categorías
específicas, la ausencia de concordancia con las categorías de los ordenamientos jurídicos
nacionales, la necesidad de contextualizar la norma de la Unión o de interpretarla a luz del
conjunto de las disposiciones de la Unión, de su finalidad y de su evolución.

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