Hoy en día estamos unidos en AA., y sabemos que vamos a
permanecer unidos. Estamos en paz con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Hemos resuelto tantos de nuestros conflictos que nuestro destino parece asegurado. Los problemas del ayer han producido bendiciones de hoy.
La nuestra no es una historia rutinaria de éxitos; es más bien la
historia de cómo, por la gracia de Dios, se ha levantado de nuestra debilidad una fortaleza insospechada; de cómo, bajo las amenazas de la desunión y el colapso, se han forjado una unidad y una hermandad universales. En el curso de esta experiencia hemos evolucionado una serie de principios tradicionales por los cuales vivimos y trabajamos unidos y nos relacionamos como comunidad con el mundo que nos circunda. Estos principios se llaman:
Doce Tradiciones de Alcohólicos Anónimos.
Representan la destilación de la experiencia de nuestro pasado, y confiamos en ellas para que nos conduzcan en unidad a través de los obstáculos y peligros que el futuro nos pueda proporcionar. Las Tradiciones de A.A. se publicaron por primera vez en la llamada “forma larga” en el Grapevine del 6 de mayo de 1946 y así se continuó haciendo durante varios meses. Tiempo después estos artículos se agruparon en un folleto llamado “La Tradición de A.A.- Cómo se desarrolló”. Cuando se publicaron por primera vez las Tradiciones recibieron una acogida heterogénea. Solamente los grupos que tenían serias dificultades las tomaron en serio. Pero en algunos sectores se presentó una violenta reacción contra ellas, especialmente en los grupos que tenían largas listas de regulaciones y normas protectoras.
El tiempo ha cambiado todo esto. Años después se reconoció que las
Doce Tradiciones eran tan necesarias para la vida de nuestras sociedad como son los Doce pasos para la vida de cada miembro en particular. Vimos que las Tradiciones de A.A. eran la clave de la unidad, el funcionamiento y la supervivencia de Alcohólicos Anónimos.
En la Convención de Cleveland (1950) nos dimos cuenta de que el
Dr. Bob muy pronto nos iba a dejar definitivamente y que rápidamente le seguirían otros miembros antiguos de A.A. Se le estaba dando un vuelco al orden establecido. En el futuro ya no podríamos depender de la autoridad e influencia de nuestros pioneros para la salvaguardia de la unidad de A.A.; por consiguiente necesitábamos confiar plenamente en principios espirituales como los establecidos por las Doce Tradiciones. Varios oradores presentaron las Doce Tradiciones a la Convención. Luego yo las resumí y pedí a la Convención que les diera una aprobación definitiva. Hoy todavía puede escucharse, la voz unánime de consentimiento adoptada por la Convención. Fue una hora maravillosa del mes de julio de 1950. Alcohólicos Anónimos había pasado su décimo quinto cumpleaños y asegurado el: Segundo Legado de Tradición Con nuestras Doce Tradiciones, nos hemos opuesto a casi toda tendencia del mundo exterior. Hemos renunciado a un gobierno personal, al profesionalismo y al derecho de decidir quiénes pueden ser nuestros miembros. Hemos renunciado al bienhechorismo, a la reforma y al paternalismo. Nos negamos a aceptar contribuciones caritativas, prefiriendo pagarlo todo nosotros, Estamos dispuestos a cooperar con casi todo el mundo, pero no casamos nuestra Comunidad con nadie. Nos mantenemos alejados de las polémicas públicas y rehusamos luchar entre nosotros mismos por aquellas cosas que desgarran a la sociedad: la religión, la política y la reforma. Tenemos un solo objetivo: el de llevar el mensaje de A.A. al alcohólico enfermo que lo desee. Las Tradiciones exponen la mejor forma en que un miembro de AA. se puede relacionar con su grupo, el grupo con otros grupos, A.A. en su totalidad con el mundo a nuestro alrededor. Las Doce tradiciones fueron evolucionando lentamente durante una época en la que una publicidad a gran escala estaba fomentando la proliferación de nuevos grupos a un ritmo vertiginoso.
En aquellos días, multitud de egos ávidos de poder corrían
desbocados entre nosotros, y en esta estrepitosa anarquía que amenazaba durante un tiempo con llevarnos al colapso, las Tradiciones sirvieron finalmente para conducirnos al orden, a la cohesión y al funcionamiento eficaz. Las Tradiciones no son reglas, ni reglamentos, ni leyes. No se pueden imponer sanciones ni castigos a quienes las infringen. Tal vez estos principios no se puedan aplicar con éxito en ningún otro sector de la sociedad. Obedecemos nuestras Tradiciones gustosamente porque son necesarias para la supervivencia de A.A. Las obedecemos porque debemos y porque queremos.
Tradición proviene del latín traditio, y éste a su vez de tradere,
"entregar". Es Tradición todo aquello que una generación hereda de las anteriores y, por estimarlo valioso, lega a las siguientes. Se considera tradicionales a los valores, creencias, costumbres y formas de expresión artística característicos de una comunidad, en especial a aquéllos que se trasmiten por vía oral. Lo tradicional coincide así, en gran medida, con la cultura y el folclore o "sabiduría popular".
Tal vez el secreto de su poder radica en el hecho de que estas
comunicaciones vivificadoras brotan de la experiencia concreta y tienen sus raíces en el sacrificio y el amor.