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Iniciamos los trabajos del día de hoy con la Conferencia Magistral, Educación y
Valores para la Convivencia, a cargo del doctor Álvaro Uribe.
Álvaro Uribe: Quiero dar un saludo muy respetuoso a todos ustedes, quiero saludar a
doña Margarita Zavala, Primera Dama de México.
Primero. Colombia ha tenido una de las democracias más estables del continente. En
el siglo XX hubo apenas cuatro años de interrupción democrática.
Segundo. Ha tenido una de las economías más estables; Colombia no ha tenido crisis
de deuda, Colombia nunca tuvo di faul en la deuda, Colombia no tuvo hiperinflación.
Sin embargo, mi país ha tenido una recurrente violencia; en 200 años de vida
independiente escasamente hemos tenido 47 años de paz.
Al final de los años 50 los partidos históricos pusieron final a sus enfrentamientos
violentos con los acuerdos del Frente Nacional, surgieron las guerrillas marxistas que
pretendieron sustituir el Estado de Derecho por la dictadura del proletariado, la
economía del sector privado mixta por la economía de monopolio del estado, el
pluralismo político por la lucha violenta de clases
Esto es, en ese momento se necesita que tengamos seguridad con valores
democráticos, para lo cual es fundamental la educación. Inversión con
responsabilidad social, para lo cual es fundamental la educación, y una cohesión
social que permitiera el avance de la seguridad y el avance de la inversión, para lo
cual es fundamental la educación.
Lo primero que hay que hacer, y que nosotros buscamos hacer es hacer de la
educación una política prioritaria.
En los 100 años anteriores al gobierno nuestro Colombia tuvo 120 ministros de
Educación. La primera señal que nosotros quisimos dar fue tener un solo ministro de
Educación, una ministra de condiciones excepcionales que estuvo durante los ocho
años por sus méritos. Vinculada como ministra no por recomendaciones de la política,
sino por sus méritos, por su conocimiento en el área educativa. Hoy profesora de la
Universidad de Harvard.
En esos años pudimos pasar en educación básica de una cobertura del 78 por ciento a
una cobertura del ciento por ciento.
En educación media de una cobertura del 57 a una cobertura del 80 por ciento.
En educación universitaria de una cobertura del 22 por ciento a una cobertura del 36.
Antes se capacitaba al año por parte de un instituto estatal nutrido por un impuesto de
nómina que pagan exclusivamente los empleadores, se capacitaba un millón 100 mil
colombianos.
Si bien nosotros tenemos que hacer un esfuerzo mayor en esto, un tema que se ha
desconocido es que en muchos países latinoamericanos ha habido una gran
productividad con escasos recursos de investigación.
Cuando se van a ir a Colombia, por ejemplo, se le mide solamente cuánto del PIB
invierte en investigación, pero no se hace el análisis de productividad, cuál ha sido el
resultado de esos recursos y el país con pocos recursos ha avanzado muchísimo en
investigaciones médicas, investigaciones de trasplantes.
Esto para decir que América Latina no solamente tiene que pensar en un esfuerzo
presupuestal muy superior para poder atender las necesidades de investigación y
desarrollo, sino que tiene que pensar en el resultado en la productividad de esos
recursos.
Porque lo que extraña al mirar las cifras internacionales es que lo que prevalece en la
preocupación de todos los analistas es cuánto se invierte en investigación, pero no hay
la evaluación de cuál es la productividad de esos recursos en los resultados de
investigación.
Cuando yo era gobernador de mi estado, un maestro que quería hace runa maestría, un
doctorado, acudía a mi oficina a decirme que nos trasladáramos de las zonas rurales a
las zonas urbanas donde estaban las universidades.
Pero ese nuevo escalafón, más justo en materia de remuneración, también era un
escalafón, es un escalafón más exigente en materia de requisitos, esto es, llevar de la
mano los esfuerzos de capacitación de los maestros con los beneficios de
remuneración.
En Colombia quedamos con dos escalafones: el viejo escalafón, donde están unos 280
mil maestros y el nuevo, más generoso y más exigente, donde tenemos alrededor de
70 mil maestros.
Es importante pensar para la promoción de los valores educativos, cómo debe ser la
relación con el gremio. Nosotros creemos que puede haber una gran relación que
combine a todos los actores, la relación del gobierno con los maestros, de los
maestros con los estudiantes, de los maestros con los padres de familia, de la
comunidad que integran padres de familia, estudiantes y maestros con el gobierno;
todos con la comunidad de emprendedores, con lo que es la vida, los actores de la
vida económica.
Creemos que es mucho más importante para la formación a toda la sociedad que no
nos detengamos en una relación entre un gremio, una asociación de maestros que
todos los días pide reivindicaciones y un gobierno que está en un proceso permanente
de negociación con ellos. La relación tiene que ser mucho más amplia, tiene que ser
una relación de todos los días, que integre a todos los actores, a los cuales me acabo
de referir.
Nuestra Ministra estimuló con gran entusiasmo todos los semilleros de niños
investigadores. Avivar la curiosidad investigativa del niño en la formación de la
primear infancia, es incluir a él ese valor que se llama la disciplina y la orientación
hacia la investigación.
En un país como Colombia, tan violento, es muy difícil distinguir entre una política
de autoridad frente a los violentos y una política de valores cívicos para la
convivencia.
Hay esta tercera posibilidad que puede acercarnos. Cómo se encuentran mecanismos
de validación para que las soluciones a los conflictos puedan ser perdurables. Pusimos
todo el entusiasmo en ello.
Creo que es fundamental en la cultura ciudadana tener muy claro dos aspectos. La
cultura ciudadana es necesaria, pero no puede excluir la política de autoridad.
Por ejemplo, con la cultura ciudadana ayudamos a prevenir para que los niños no se
enganchen en el crimen organizado, pero con la cultura ciudadana no alcanzamos a
disuadir a quienes están involucrados en el crimen organizado.
Allí nosotros hemos tenido una dificultad en mi país. Los sectores pobres de
Colombia tenían un mínimo acceso a la educación de primera infancia para aquellos
menores de cinco años.
Nuestro gobierno logró plena cobertura nutricional para ese universo de niños, pero el
esfuerzo que hicimos liderado por la ministra apenas alcanzó para escolarizar a los
primeros.
Es muy importante también trabajar en los jóvenes, cómo pueden ser competitivos y,
al mismo tiempo, solidarios.
Cuando uno investiga las dos tendencia educativas, encuentran que una tendencia
solamente insiste en el tema de la solidaridad y la otra en el tema de la competencia y
cuando empiezan a competir entre ellos y solamente piensan en competir se
desarrollan unos sentimientos, unas actitudes de competencia agresiva, carente de
solidaridad y muchas veces en nombre de la solidaridad se llega a la permisividad y se
llega a la indulgencia frente a la falta de esfuerzos.
Creo que ni lo uno, ni lo otro. Hay que exigir un esfuerzo para ser competitivo, pero
al mismo tiempo hay que exigir una gran solidaridad.
Por eso hay que equilibrarlo.
Nosotros procuramos ser cuidadosos en eso, con las pruebas de calidad. Introdujimos
muchísimas pruebas de calidad, y nos decían: ¿para qué vamos a mandar a nuestros
estudiantes a Pisa? Porque somos tan exigentes en estas pruebas internas si no
estamos bien.
La respuesta fue: hay que darnos cuenta de lo mal que estamos participando en estas
pruebas, persistiendo en ellas, persistiendo con exigentes pruebas domésticas y con
exigentes pruebas internacionales; despertando la necesidad de ganar en la
competencia, pero también la necesidad de ser solidarios.
Ese equilibrio entre el valor del forzarse a riesgo de tener que se competitivo y el
valor de la solidaridad con todo el grupo es uno de los equilibrios más difíciles en los
proyectos pedagógicos.
En Asia sacrificaron la infraestructura para poder acelerar las coberturas y para poder
avanzar en la calidad educativa.
Me parece que esto empieza a resolverlo hoy la virtualidad, que nos permite tener la
educación parcialmente a distancia, pero la educación cercana gracias a la revolución
de las tecnologías de la información.
Y que tema tan importante para aprender de ustedes, la gran nación mexicana. La idea
nuestra es que a medida que se avance en generalizar la enseñanza del segundo
idioma hay que estimular un gran afecto, un gran interés por el manejo de la lengua
materna.
El apego a la lengua materna es uno de los valores que nosotros hemos tratado de
enjundir, pero haciendo eso compatible con la enseñanza de la segunda lengua que
fundamentalmente se requiere.
Creo que es un error en el que algunos persisten de crear esa exclusión entre el
esfuerzo por el buen manejo de la lengua materna, el apego a la lengua materna, a las
lenguas de la nación o de las naciones que conviven en una comunidad multiétnica y
lenguas extranjeras. Hay que hacer compatible lo uno con lo otro.
Nosotros hemos pensado que allí hay fallas desde la familia en materia de infundir
valores, que hay fallas en la educación de primera infancia y en todo el proceso
educativo, y que se combina una falta de valores con pobreza y una necesidad de
temprana percepción de ingresos.
Creemos que esto hay que trabajarlo con valores de familia, con valores a largo de
todo el proceso educativo y también con una educación que le permita al joven tener
una temprana inserción en el emprendimiento.
Creo que eso es lo que finalmente estimula la creatividad, eso es lo que logra la
equidad, una alta calidad de vida de los pueblos, esa es una libertad esencial, pero esa
libertad tiene que ser incluyente.
Uno no puede hablar de una libertad de iniciativa privada cuando las grandes
mayorías no pueden acometer esa libertad, hay que hacerla incluyente.
En aquello que hemos venido pensando además de infundir valores, es que todos los
muchachos de bachillerato, al graduarse de bachilleres estén anímica y
académicamente preparados para entrar a la universidad y/o al emprendimiento.
Nosotros hemos creído que en países como Colombia, donde hay todo este problema
de narco terrorismo tratando de influir en los jóvenes, es muy importante que los
jóvenes estén todo el día en el establecimiento escolar.
Antes parecían excluyentes. Yo recuerdo hace 20 años las discusiones con líderes del
magisterio de mi país, la formación clásica parecía excluyente con la formación
vocacional y técnica, hoy son totalmente compatibles, necesitamos ambas.
Ahora, eso nos lleva al tema de la droga y yo no puedo, en un país al que admiramos,
que está dando esta grande y valerosa batalla contra la droga, dirigida por el coraje y
la determinación del Presidente Calderón, yo no puedo guardar silencio sobre el tema.
En mi patria, cuando me reúno con los profesores, con los directivos de las escuelas,
de los colegios, me dicen qué peligro, aquí en el vecindario hay distribución de droga,
nos está llevando a los niños al consumo de la droga, a la distribución de la droga y
tras la distribución de la droga los involucra en toda clase de crímenes.
Por Dios, para inducir el mejor resultado en el libre desarrollo de la personalidad hay
que infundir los mejores valores.
Yo recuerdo cuando se decía que nosotros producíamos droga porque en los países
industrializados la consumían. Pues, a qué hemos llegado, a que en los países
industrializados también hay producción, marihuana en California y también hay
consumo en los países nuestros,
Yo no puedo negar que en la última encuesta, en mi país apareció que teníamos 350
mil adictos y un millón 600 mil colombianos que reconocían haber consumido drogas
ilícitas.
Nos hizo un daño tremendo y empecé con la policía a que capturáramos a los
distribuidores y la policía me dice: “los hemos capturado, pero lo que les hemos
encontrado es dosis personal, entonces los jueces no los llevan a la cárcel”,
Nosotros el año pasado aprobamos una reforma constitucional que ilegaliza la droga
en todas sus etapas.
Para llevar los adictos a la cárcel, no; a los adictos hay que darles rehabilitación. Los
adictos no se pueden llevar a la cárcel.
Les digo, ¿cuál es el crimen que los unió inicialmente? La distribución local de droga,
el microtráfico.
Y hago otra pregunta: ¿Quién está detrás de esta organización? Y me dicen, alguien
del narcotráfico que controla exportación de droga y comercio local de droga.
Confieso que me sentí derrotado, no encontraba manera de darle una respuesta a ese
joven.
Yo no creo que sea conveniente para tener unas sociedades de valores, con toda la
ética, a partir de un sistema educativo de valores, la permisividad frente a los
alienantes de la conducta humana.
Hace poco estuve leyendo estudios médicos con toda la base científica, en muchos de
nuestros países aparece el alcohol legal y las drogas ilícitas parcialmente ilegales
como la gran causa del asesinato y de la criminalidad.
En países como Colombia que desde hace mucho tiempo ha sufrido el sicariato y que
México lo ha tenido, pero que valerosamente lo están combatiendo, cuando se hace el
estudio el sicario se encuentra que el sicario generalmente es un joven a quien le
pagan un dinero para que cometa un asesinato, le dan un arma y una motocicleta de
gran cilindraje y ese joven actúa bajo el influjo del alcohol o de las drogas ilícitas.
El alcohol sigue siendo un gran disparador de la delincuencia, como las drogas ilícitas
son un gran disparador de la delincuencia.
Por eso el combate contra todos estos alienantes tiene que ser un combate de valores y
un combate de autoridad.
Quiero compartir con ustedes esta cifra: Una organización internacional dedicada al
estudio de la criminalidad concluye que en 2009 los negocios ilícitos en el mundo
pudieron tener un valor de 184 billones.
A mí me parece que en esta materia en América Latina hay tres clases de países, unos
que dan el ejemplo, porque han reconocido el problema y lo combaten como México.
Permítanme termina, y quiero ofrecer, de acuerdo con nuestro Secretario dos o tres
preguntas que ustedes quieran formular o algún comentario, permítanme terminar con
una visión sobre la universidad, y una visión sobre los estudiantes.
Para pensar en los valores de la universidad, tenemos que pensar que la universidad
latinoamericana, y en eso México va a la cabeza, y nosotros todavía muy retrasados,
tiene que ser una universidad masiva, crítica y científica, pero no violenta.
Para que la universidad sea científica no puede ser dogmática, tiene que ser crítica,
tiene que ser deliberante, y ha habido en alguna forma una relación entre la
universidad dogmática, fundamentalista y la universidad violenta.
Cuando a los jóvenes se les orienta hacia el fundamentalismo de una ideología y, por
supuesto, hacia la violencia en que finalmente se expresan todos fundamentalismos
los jóvenes por la violencia anulan la racionalidad.
Cuando yo era estudiante universitario trabajaba al mismo tiempo, pero era una
excepción, casi todos mis compañeros eran estudiantes de tiempo completo.
Hay algún mérito enorme en nuestras sociedades, el esfuerzo que hacen muchos
estudiantes para estudiar y trabajar al mismo tiempo y muchas mujeres que además
llevan el mayor peso en las obligaciones de la familia. Eso muestra el gran interés de
todos nuestros ciudadanos por estudiar.
Creo que como van las cosas, queridos amigos mexicanos, vamos al tener que todos
los estudiantes con excepciones, la regla será estudiar y trabajar.
Yo creo que hoy no se puede decir voy a dejar de trabajar por estudiar ni voy a dejar
de estudiar por trabajar, pero hay que hacerlo durante toda la vida.
¿Cuáles son las causas que dificultan el equilibrio entre el esfuerzo y la solidaridad en
los proyectos pedagógicos?
Yo diría que la causa está en la orientación de los programas, es una pregunta que me
llega. Cuando al muchacho lo preparan solamente para tener éxito en pruebas, para
ser competitivo, a ese muchacho le ocultan la promoción necesaria del valor de la
solidaridad.
Esto es, aquellas universidades o colegios que se dedican a formar al joven para que
gane competencias, cuando ignoran la promoción de la solidaridad, comete a mi
juicio un grave error.
El nivel educativo de América Latina está en riesgo por los valores perdidos a causa
del tráfico de drogas, lo he dicho, pero miren, estaba más en riesgo antes cuando no s
ele combatía.
Yo diría que en México no está en riesgo, porque aquí están combatiendo el tráfico de
drogas, está en riesgo donde no se le combate.
Yo encuentro unos países latinoamericanos que dicen lo siguiente: no, ese problema
no es nuestro, qué lo voy a combatir, ese problema está en los industrializados que
consumen.
Cuando empezó el tráfico de drogas se decía, no, el tráfico nos da dinero, pero aquí no
va a haber producción. Después, sin que nadie lo esperara, nos asombramos: 400 mil
hectáreas de producción.
Ah, bueno, aquí hay producción, pero aquí no va a haber consumo. Después, millón
600 mil consumidores, todos los alienantes destruyen los valores democráticos.