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ANDALUCIA LIBRE

Textos de opinión sobre Euskadi


Recopilación de artículos de opinión sobre la cuestión vasca publicados en el
Boletín ANDALUCIA LIBRE

8 de Octubre de 2000
[BoletinAndaluciaLibre] Detenciones de Garzón. Opinión. Declaracion de Egibar
(PNV). Comunicado de Gazte Abertzaleak, Juventudes de EA

Las ultimas detenciones en Euskadi trascienden el ámbito vasco y la actuación sobre


ETA. No son unas detenciones más de un comando o de miembros o colaboradores de
ETA. De hecho en ningún momento el condecorado Garzón o Mayor Oreja apuntan en
sus cargos que los militantes independentistas detenidos sean miembros de ETA (al
menos de la ETA de la que siempre se ha hablado). Son personas extremadamente
conocidas en Euskadi, que desarrollan actividades públicas y legales con un perfil muy
alejado del que se presupone en integrantes de una organización clandestina como ETA.
La acusación es que, cómo promueven "la desobediencia civil y la subversión del orden
constitucional", coinciden o pueden coincidir con presuntos objetivos o estrategias de
ETA y por tanto son susceptibles de detención. O que si militan en determinadas
organizaciones políticas, colectivos o movimientos populares y estos defienden
determinadas posturas, si estas tienen coincidencias políticas o ideológicas con ETA (la
ilegitimación del actual régimen político, la independencia, el socialismo...) tienen que
tener relación con ETA y han de ser miembros de ETA. Ni siquiera se sostiene la idea de
que la presunta paternidad de esta idea de "promover la desobediencia civil..." es de
ETA. El diario GARA publicaba el 7 de Octubre un articulo en donde un militante que no
tiene nada que ver con ETA, dice que el desarrollo de la idea es suya... Para llevar a
efecto todo esto se está potenciando mediaticamente la idea de que existe una ETA
política paralela. Llevando a su conclusión lógica el citado razonamiento esta línea de
actuación podría llevar a la detención de todos los militantes de EH, LAB, etc

Euskadi está lejos de Andalucía. La prioridad absoluta de los andaluces y andaluzas ha


de ser su Nación, como es obvio. Las acciones de ETA merecen un claro rechazo político
por múltiples razones; particularmente las que se desarrollan en nuestro suelo (lo que
tampoco debe conllevar coincidir con las fuerzas españolistas, PP y PSOE). Y existe un
ambiente social en nuestro país y en el conjunto del Estado español extremadamente
hostil a cualquier manifestación critica con el pensamiento único dominante en el tema
vasco, por lo que no apetece en absoluto manifestarse críticamente al efecto.

Pero en este caso, las coordenadas del asunto son singulares. No se puede enterrar la
cabeza en el suelo, sin anotar el precedente que encierran las ultimas actuaciones del
binomio Garzón-Oreja. Como tampoco ignorar las consecuencias posibles de las
reformas legislativas en curso promovidas por el PP, que si hoy están encaminadas a su
aplicación en Euskadi, dependiendo de la discreccionalidad de la judicatura y la
oportunidad política que estime el Gobierno español de turno, podrán ser aplicadas en
las otras naciones del Estado a su conveniencia, en el caso de protestas sociales o
nacionales.

Quizá no hoy pero si mañana, también en nuestro País, podremos sentir las
consecuencias de este giro a la derecha del marco político, de la criminalización de
cualquier acción política y social que se plantee la ruptura con el actual Estado y la
utilización de estrategias que no se limiten a la mera comparecencia electoral, aunque
no tengan nada que ver con el tipo de cosas que hace una organización como ETA.

Lo primero es tomar conciencia de lo que ocurre. A partir de ahí, recabar información

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que contraste el monologo mediático y actuar en la modesta medida que sea posible.

A continuación se reproduce el despacho de Europa Press que recoge declaraciones de


Joseba Egibar (Portavoz del PNV) al respecto.

Hasta el momento no hemos conocido pronunciamientos sobre esta cuestión del Partido
Andalucista ni de Izquierda Unida. Y callar en esta cuestión es asentir,
desgraciadamente. Ojalá que pronto se resuelva esta omisión y en un sentido positivo.
Los derechos democráticos mínimos -por encima de las discrepancias políticas- se están
jugando en esta partida.

Martes, 10 de Octubre de 2000


[BoletinAndaluciaLibre] Atentados de ETA en Andalucía

LOS ATENTADOS DE ETA EN ANDALUCÍA

ETA ha vuelto a atentar en Andalucía. ETA no respeta nuestro suelo. Nos traslada su
estrategia y nos impone sus consecuencias. No es ninguna novedad, pero es necesario
reiterarlo. Lo único que le importa a ETA es la presunta efectividad de su línea de
actuación y el resto de naciones del Estado no somos sujetos sino objetos de un
escenario. ETA nos ignora pero, desgraciadamente, no podemos ignorar a ETA.

Nuevamente, a consecuencia de los atentados, asistiremos a condenas, declaraciones,


manifestaciones masivas... Todas las fuerzas parlamentarias dirán lo mismo y
compartirán pancarta; leeremos los mismos artículos en la prensa; oiremos lo mismo en
la radio y veremos lo mismo en todas las cadenas de televisión, empezando por Canal
Sur. 24 horas sobre 24. Otra vez, escucharemos los cantos uniformes a la Constitución y
al Estado de derecho burgués, la exaltación españolista... y con la tremenda fuerza
adicional que confiere a los discursos (tengan fundamento o no sus argumentos) el que
tengan detrás sangre recién derramada.

Hace pocos días atrás, el condecorado Juez Garzón, en sintonía con Aznar y Mayor
Oreja, procedió a una orgía de detenciones sobre militantes abertzales acusados de
"promover la desobediencia civil y la subversión del orden constitucional" y a los que, a
partir de sus ideas, vinculaba arbitrariamente con ETA. Un descarado intento de
criminalizar ideas, perseguir la disidencia y restringir el marco de actuación política. A
tono con las terribles y esclarecedoras declaraciones de Aznar, cuando decía que quería
que nadie de HB se acostara sin dudar de si iban a detenerlo por la mañana (no dijo
nada de que tuvieran cargos penales, con ser de HB, basta). En consonancia con las
reaccionarias reformas legislativas en curso. Estas escandalosas detenciones, sin
embargo, sólo han sido criticadas, al margen de las diversas organizaciones de izquierda
política, sindical y social abertzales, por el PNV, EA y ELA. PP-PSOE las han apoyado
como es lógico e IU (incluso su federación en la CAV) no ha dicho nada, que se sepa. EL
PA tampoco, aunque recordando sus ultimas incursiones en asuntos vascos, mejor que
siga callado. Aún así, lo infundado del procedimiento y la peligrosidad del precedente
que conlleva para los derechos democráticos -que trasciende el concreto ámbito vasco-
abrían la posibilidad de expandir la conciencia del problema y extender solidaridad. No
tendría que ser así, pero mucho nos tememos que el atentado de Granada aborte, o al
menos dificulte sobremanera, ese proceso.

¿Cuales son las consecuencias de estos atentados?

Con estos atentados, ETA no va a alterar un milímetro la política del PP-PSOE. Este tipo
de costes son asumibles y están previstos por los altos equipos de dirección política.
Sería absurdo pensar que el Gobierno español del PP no sabía adonde conducía la
ruptura de la tregua e hizo todo lo que estuvo en su mano para que se rompiera. ETA le
hizo el juego. Con los atentados, ETA no se manifiesta políticamente más fuerte sino
más débil. Militarmente, no hay color ni es la cuestión. La caída de los comandos es

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siempre cuestión de tiempo... y eso lo saben ETA y el Gobierno.

Entre los cargos públicos electos y los miembros del aparato del Estado, incrementará la
precaución, pero sobre todo la indignación y el odio. ETA, aunque quiera, no puede
provocar pánico y por tanto unos y otros lo que tenderán es a reforzar su apoyo al
extremismo del PP. La discrecionalidad en los objetivos, refuerza su unidad.

Entre la población civil andaluza el uso de los coches-bomba (como el que explosionó
en Granada después del asesinato) reafirmará la idea -fundada- de que cualquiera que
pase por cualquier sitio puede ser "coste colateral" ; eso si no queremos admitir la aún
más terrible hipótesis de que esas victimas también figuren entre los objetivos
previsibles de ETA. Consecuentemente, si ETA es la que pone en peligro notorio vidas y
haciendas civiles y ajenas y es el Estado español quien las protege, es de cajón con quien
se sitúa la población civil. ETA cuenta con ello -no hacerlo así sería pensar que no
piensan- pero no le importa. Es lógico que a la izquierda nacionalista andaluza si nos
importe. El fortalecimiento de la legitimación del Estado español y de su pensamiento
único dificulta nuestra tarea de avanzar en la "promoción de la desobediencia civil y en
la subversión del orden constitucional" para conquistar la Liberación Nacional y la
emancipación social de nuestro pueblo.

Y en Euskadi, atentados y acciones como estas, favorecen a los sectores más


nacionalmente moderados y socialmente más reaccionarios dentro del PNV para
archivar el soberanismo y propugnar cada vez con mayor fuerza la recuperación de la
coalición con el PSOE vasco y la resurrección -aunque sea con otro nombre- de Ajuría-
Enea. Unos hechos que TODAS las fuerzas políticas vascas lamentan en sus
comunicados, que nadie reivindica, de los cuales nadie se enorgullece y si algo sólo
puede producir son lamentos públicos..., ¿qué sentido y utilidad tienen?.

Cabe decir muchas más cosas, pero ni es el momento ni la cuestión.

Terminar, preguntando. ¿Cuándo ETA se dará cuenta de que cada atentado la aísla más
y dificulta más la obtención de la independencia de Euskadi?. ¿Cuándo declarará una
nueva tregua indefinida?. ¿Cuándo, antes de que sea demasiado tarde, tendrá la
izquierda abertzale civil la entidad necesaria para, sin abandonar ni en los principios ni
en su practica ninguno de sus objetivos estratégicos, conseguir que ETA entienda y
asuma que debe parar?.

24 de Octubre de 2000
[BoletinAndaluciaLibre] Declaraciones. Correo con Felix Taberna (IU-Navarra)

Correo con Félix Taberna

Estimados amigos:
Solemos recibir en Izquierda Unida de Navarra-Nafarroako Ezker Batua
vuestras comunicaciones.
En una de ellas, la del sábado 21 de octubre, afirmabais que uno de los
signos de españolidad era "la división de Euskadi que se manifiesta en la
separación en dos federaciones de IU entre la CAV y Navarra".
Creo, respetuosamente, que esta afirmación se hace desde el
desconocimiento. La realidad orgánica de IU se fundamenta en la realidad
política y social. Existe el ámbito de decisión navarro, como sujeto activo y
propio, portador de derechos colectivos, ámbito de decisión que se sustancia
y sustanciará en el ejercicio democrático.
Esta realidad política y social no sólo es reconocida por prácticamente la
totalidad navarra, sino que además destacadas referencias personales y
colectivas de la izquierda abertzale la asumen. El mito de Euskadi no deja de

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ser una construcción abstracta del nacionalismo de Sabino Arana.
Recibid un saludo y ánimo para seguir informando.

Félix Taberna.
Coordinador General I.U.N.-N.E.B.

Respuesta

Estimado amigo:

Muchas gracias por tu correo. Resulta grato comprobar a su través cómo nuestra
humilde lista de Correo no deja indiferente a sus lectores y lectoras.

Planteas en tus líneas una serie de cuestiones políticas de entidad que trascienden una
correspondencia privada. Permítenos por tanto que nos tomemos la libertad de
responderte públicamente; en el modesto y casi familiar ámbito público que puede
abarcar esta lista, por supuesto.

Cuando en nuestro correo, ejemplificábamos con la separación orgánica de las


federaciones de IU de la Comunidad Autónoma Vascongada y de Navarra como una
manifestación más de españolismo, queríamos subrayar lo que ello significaba de
asunción y aceptación estratégica de la división institucional y político-administrativa
de Euskadi. Porque es evidente que el navarrismo -incluso sus versiones más
alambicadas y esotéricas- cuando afirma su singularidad frente a Euskadi lo hace
siempre, a renglón seguido, reivindicando la españolidad de Navarra. No hay junto al
nacionalismo vasco en Navarra un nacionalismo navarro antiespañol; lo que hay es un
españolismo que toma forma y cobertura navarrista. Algo parecido a lo que ocurre en el
País Valenciano; por poner otro ejemplo con ciertas similitudes. Así, como tu sabes bien,
en el escenario navarro y de forma dinámica, confrontan política y socialmente dos
proyectos nacionales: el vasco y el español . Uno, de una nación sin Estado a la que se le
niega el derecho a decidir y otro creado y amparado al calor de un Estado de ominosa
historia y naturaleza social adversaria; desde un punto de vista de izquierda, claro está.
Aquí no cabe una presunta neutralidad o equidistancia. Una cosa es entender las
posibles contradicciones o incoherencias de la gente; otra equiparar proyectos y
realidades de naturaleza distinta; identidades emancipadoras (vasca) y opresivas
(española). Es verdad que puede haber un vasquismo socialmente reaccionario junto y
en competencia a uno progresista, pero lo que es evidente es que aún está por alumbrar
un españolismo o una españolidad de izquierda; porque españolidad, opresión y
explotación, han ido y van de la mano.

En esa situación son tres cuestiones bien distintas las que se suscitan, 1º la asunción de
la necesidad de una mayoría social operativa para el decantamiento de Navarra de un
lado o de otro; 2º la cualificación de los adversarios -reaccionario, el español; progresivo
el vasco- y 3º la elección de la ubicación propia adoptada en ese conflicto, que conlleva
la defensa de una determinada opción. Pues, aún aceptando hipotéticamente la
autodeterminación navarra (que es, con más uso de palabras, lo que planteas) ello no
contradice la posibilidad ni elude la conveniencia de, desde ya, adoptar una posición
política y organizativa favorable y coherente a la unidad y soberanía nacional vascas.
Aún trabajando en diversos marcos institucionales y sociales específicos -fruto de una
determinada historia y una concreta correlación políticas- ello no impide participar de la
misma organización (o en tu caso de la misma federación dentro de IU) y del mismo
proyecto nacional, si la opción fuera la unidad vasca. Así ocurre con el PNV, EA, EH,
Zutik, ELA, LAB, incluso creo formalmente con el PCE-EPK... Pero no es el caso de IU.

De hecho lo que priorizais y por lo que apostáis es por la perpetuación de la división;


adaptándoos al reparto institucional marcado por la Constitución española de 1978.
Este forma parte de la realidad, obviamente. Pero, de igual manera que ocurre con la
inclusión de las colonias de Ceuta y Melilla en la trama autonómica española, que algo
sea real no significa que la izquierda haya de asumirlo o defenderlo, o en el mejor de los
casos, pretender ignorarlo. Lo mismo que ocurre con la OTAN, la UE o el FMI... que
también son muy reales. Así pues, no es riguroso camuflar o difuminar lo que es una

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decisión haciéndolo pasar por una constatación.

Aún cuando Sabino Arana no sea precisamente santo de nuestra devoción, no creo que
sea muy procedente a estas alturas para descartar la construcción nacional vasca,
achacarle a él en exclusiva la creación de Euskadi, su delimitación territorial... Sería
reconocerle a posteriori poderes extremos, casi divinos. Ciertamente, Arana organizó el
primer nacionalismo vasco, en su momento y con sus connotaciones políticas, sociales e
ideológicas. Pero si hubiera construido sólo sobre una nube de sueños no estaríamos
hoy hablando de lo que hablamos. Cierto, las naciones se crean, pero sólo si hay pueblo
debajo. Arana transmutó Euskal Herria en Euzkadi; ni se inventó una ni la Euskadi de
hoy es emanación suya. Navarra participó (y participa) de ese proyecto con oscilaciones:
en 1932, en 1936, en 1976... por citar tres fechas. Si en cada una de ellas, las cosas
hubieran ido por otro camino no estaríamos hablando de lo que nos ocupa. Y puestos a
hablar de mitos, ahí tienes el mito de España como unidad de destino en lo universal
desde Altamira al Euro... Aunque sea un mito con muchos más padres y que ha tenido
mucha más infraestructura.

Finalmente, permítenos que te transmitamos una experiencia andaluza que creemos


viene al caso.

En los años 30' durante el accidentado proceso autonómico andaluz, ya hubo algunas
oligarquías provinciales que pugnaron por escindir Andalucía en busca de un territorio
donde establecer su capitalidad. Por entonces no ganaron y con muchas debilidades e
inconsecuencias, quedó establecida la unidad andaluza. Luego vino el 17 de Julio de
1936... En la Transición, nuevamente, los mismos (en este caso, llevaban el carné de
UCD) volvieron a agitar la idea de las dos Andalucías; sacaron carteles, utilizaron su
prensa... hasta se inventaron una bandera y llenaron las calles granadinas con octavillas
anónimas donde se podía leer "Papá, ¿Andalucía es Sevilla?". Ni Andalucía ni Euskadi
tienen precedentes de unidad estatal histórica después del siglo XI. Vosotros os tenéis
que remontar a Sancho el Mayor; nosotros tenemos que hacerlo al Califato omeya. Tras
la Conquista castellana, Andalucía terminó organizada, primero en cuatro reinos y luego
en ocho provincias (y sin fueros). Y sin embargo y con todas las diferencias y las
debilidades, Andalucía surgió como pueblo con identidad compartida. Y Euskadi, no
digamos y en los cuatro herrialdes del Sur. Pero aún así, en aquellos meses de 1976, el
fantasma de la escisión nos rondó. La movilización popular lo enterró aquí de forma
paradójica; por su fuerza en su masividad y por su debilidad en su dirección y
contenidos políticos. Por una, el coste de romper Andalucía era demasiado alto; por otro
asumible e integrable por el Estado español el mantenimiento de su unidad. Lo ultimo,
que en Andalucía jugó a favor de la unidad territorial, en Euskadi condujo a la división
entre lo que sería la CAV y la Comunidad Foral. Por todo esto entiendo perfectamente lo
que debe sentir la izquierda vasca; lo mismo que sentiríamos hoy la izquierda andaluza
en el caso de haberse consumado esa tentativa de división. Porque entre otras cosas,
seguro que oiríamos como alguien nos decía que "el mito de Andalucía no deja de ser
una construcción abstracta del nacionalismo de Blas Infante".

Un saludo,
Andalucía Libre

27 de Octubre de 2000
[BoletinAndaluciaLibre] PNV y EH y la emigración

Una explicación necesaria.

Cuando vemos noticias como esta que abajo reproducimos siempre nos atenaza una
duda y una contradicción. ¿Debemos difundirla desde un boletín como este, que es de
izquierda nacionalista andaluza o dejarle la faena a los vascos, en el caso de que ello les
interese?. ¿Como conciliar una información necesaria que rompa la cobardía y el
pensamiento único sobre lo que ocurre allá arriba, con la preservación de nuestras
prioridades nacionales?.

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Nos pasa continuamente. Seguir los acontecimientos vascos es ineludible dada la
importancia que lo que ocurre en Euskadi tiene sobre el curso político del resto de
naciones del Estado español; entre ellas la nuestra. Y particularmente los efectos
inevitables que lo que allí acontece tiene sobre el proceso de confrontación entre las
naciones alternativas y España y de construcción de nuestra izquierda nacionalista. Pero
también hemos de subrayar que esta atención en nada sostiene cualquier querencia o
tentación de seguidismo acritico ni mucho menos de mimetismo. Por decirlo en pocas
palabras: no vale para nada un nacionalismo andaluz con txapela, a la vasca. Nunca hay
que olvidar que la prioridad de los vascos es Euskadi (incluida su izquierda nacionalista)
y que la de los andaluces ha de ser Andalucía. Hemos de procurar no olvidarlo nunca. Lo
que ocurre es que para construir nación andaluza y fortalecer nuestra izquierda, es
necesario disponer de elementos de juicio reales. Nuestra atención a Euskadi deriva y es
dependiente de nuestra preocupación por Andalucía; del propósito de dotar a nuestro
país y a nuestra izquierda de instrumentos de comprensión y acción que sirvan para
emanciparse de la alienación y la subordinación española.

Aquí hoy tenemos ejemplo de ello. Los plumíferos españolistas que monopolizan la
prensa española que se edita en nuestro país han convertido en un lugar común la
adjudicación a todo el nacionalismo vasco contemporáneo de un carácter racista. Es una
de las ideas preferidas del españolismo de presentación cosmopolita, de presunta raíz
progresista o declarada filiación postmoderna. Son los mismos que defienden la
españolidad de las colonias de Ceuta y Melilla o callan ante las responsabilidades del
PSOE o de los grandes sindicatos (no digamos del ultraespañolista y reaccionario PP) en
la sobreexplotación de los inmigrantes en nuestro país. Nada mejor para situarlos en su
sitio que dejar a los siempre aludidos pero nunca citados que se expresen. Con ello, no
les otorgamos un cheque en blanco ni asumimos sus opiniones; en absoluto. Ni hacemos
a sus palabras resumen final de sus actos y propósitos. Solamente restituimos un cierto
equilibrio compensando una distorsión interesada. Y lo hacemos por Andalucía.

Arzalluz propone que Lakua documente a todos los inmigrantes y Otegi, darles todos
los derechos

5 de Noviembre de 2000
[BoletinAndaluciaLibre] Nº 43 Vergüenzas patrias.

La Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo reanuda la recogida de


firmas por el indulto de Rodríguez Galindo
SEVILLA, 5 (EUROPA PRESS) La Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo
(AAVT) reanudará mañana la campaña de recogida de firmas para solicitar al Consejo
de Ministros el indulto al general Rodríguez Galindo y sus compañeros al considerarlo
"un héroe en la lucha contra el terrorismo", informó a Europa Press el presidente de
la asociación, Joaquín Vidal. De este modo, la AAVT instalará a partir de las 10.00 en
la zona de La Campana de Sevilla una mesa para para pedir el apoyo de los
sevillanos a esta causa y pretende extender esta iniciativa a otras capitales de
provincia andaluzas...

Comentario

A esta asociación le sobra el adjetivo andaluza, obviamente. Es una asociación


profundamente española.
Esta asociación utiliza el dolor y el sufrimiento de las victimas para hacer política,
obviamente.
Esta asociación es muy probable que no se hubiera atrevido a hacer esto sin, uno: Las
ultimas acciones de ETA. Dos y sobre todo, el contexto que va desde el acto de
solidaridad con Vera y Barrionuevo en las puertas de la prisión de Guadalajara y los
homenajes a Barrionuevo en Almería a la actual ofensiva política, judicial y mediática
del PP, obviamente.

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Al entontecimiento social le sigue a continuación el envenenamiento social. Esto no es
ya un problema vasco; es un problema también andaluz, obviamente.

jueves, 16 de noviembre de 2000 14:45


[BoletinAndaluciaLibre] nº 49. Llamazares se estrena - IU Córdoba... - Luchas
Obreras Rio Tinto y Linares - El porquero de Agamenón

• Propuesta Llamazares sobre Euskadi


Llamazares propone un plan de paz para Euskadi con la exclusión de EH de
las mesas de diálogo - IU defiende el planteamiento de un ámbito vasco y
navarro de decisión pero "siempre supeditado al ámbito español de decisión"

Opinión

A lo que va Llamazares a Euskadi (que sigue dividiéndose para IU de forma estable


entre la CAV y Navarra) es a proponer políticamente un nuevo Pacto de Ajuria-Enea. No
de otra manera puede entenderse la exclusión a priori de EH como posible interlocutor
y coparticipe no ya de un proceso negociador sino siquiera de dialogo, consultas o
conversaciones exploratorias.

Es decir, desde el punto de vista de contribuir políticamente al cese de las acciones de


ETA, inútil total. No hay lo que hay que tener para hacer lo que habría que hacer. Lo de
la "estrategia común" (se ve la nostalgia de Ajuria-Enea) además, es un brindis al sol.
Por aquello de parecer los buenos. Allá hasta después de las elecciones no hay estrategia
común ni gaitas... El PP dale que te pego a darle leña al "separatismo" que es lo que le
gusta, le pide el cuerpo y lo que además considera que le puede llevar al Gobierno
vascongado. El PNV a aguantar, con Ibarretxe cada día que pasa más estatutista y el
PSOE a ver con quien Redondo se hace Lendakari.

Es muy de agradecer que desde IU se saquen y destaquen sus posiciones de entre la


maraña de sus textos y proclamaciones contradictorias o confusas.

Lo dice claro: hay un ámbito vasco, otro navarro y ambos supeditados al ámbito
español de decisión. Es decir, lo que defiende IU es que sean los españoles los que
deciden si los vascos deciden (y además luego está el lío navarro). O sea, en términos
analógicos clásicos e históricos: que Lenin tenía que haber organizado un referendum en
Rusia para ver si dejaban a Finlandia decidir si quería la independencia o qué. Es muy
posible que hoy Putin firmara el método IU para sus tratos con Chechenia. Y si los
españoles (entendiendo a estos efectos como tales a los ciudadanos de todas las otras
naciones del Estado español) dicen que nones, ¿qué pasa?. Si a algo recuerda esto, es a
los referéndums que organizó De Gaulle en su V República para ir colando el
reconocimiento francés de la descolonización de Argelia... pero es que los argelinos se
estaban ganando la autodeterminación a tiros y bombazos. ¿Es ese el modelo de IU?.
Seguro que no. Pero la incoherencia y la cobardía políticas llevan al absurdo más
espantoso.

Todo por pretender colar lo incolable en el estrecho y cegado margen de la Constitución


española vigente (con lo que además demuestran que no se la han leído últimamente;
véase su artº 168). Por supuesto, esta propuesta no desarrolla el derecho a la
autodeterminación, lo niega. Si alguna vez el conflicto vasco se aclara en sentido
democrático, resulta evidente que se hará y definirá en Euskadi y todo lo más, lo que
habrá será una negociación bilateral a posteriori. Y pasará -salvo que fuera también se
líe- pues como pasó para que Andalucía accediera al final a la autonomía constitucional
por el 151. Que la política se impondrá al presunto derecho.

Por ultimo. Poco ha esperado Llamazares para poner en su sitio a quienes justificaron el
apoyarle en la gresca interna de IU, entre otras pretendidas razones, por su actitud
presuntamente más democrática ante el problema nacional. Pongamos que hablamos

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del Espacio Alternativo. Es verdad que desde el EA ya se abstuvieron ante el documento
que formalmente establece la posición de IU ante la cuestión nacional. No hallaron
motivos suficientes para votar en contra. Salvo que estén también ahora de acuerdo con
esto, como Madrazo y Taberna, o no estén definitivamente en contra, tendrán que
retratarse. Como todos y todas. Pronto se verá.

Por cierto, la actualidad manda.


Hace poco nos teníamos que solidarizar con Sabino y sus compañeros, injustamente
detenidos por Garzón..
Ahora le toca a Pepe Rei por ejercer la libertad de expresión.
Y hay quien debería hablar y ni entonces ni ahora ha dicho lo que tenía que decir....
Y también estamos una mijita cansados de tocar tanto tema vasco, pero no cejan...

jueves, 16 de noviembre de 2000 14:49


[BoletinAndaluciaLibre] nº50. Problemas en GP IU-IU y la autodeterminación-
Correo con Plá- Etc

Correspondencia con Rafael Plá – Cuestiones de Estrategia


Después de nuestro Correo nº 49 (Llamazares se estrena...) recibimos la nota, que abajo
reproducimos, de Rafael Plá. Plá es miembro del CF del PCE y de su dirección en el País
Valenciano. Dado que aborda un tema de importancia, nos parece de interés para los
lectores y lectoras de nuestro Boletín. A continuación, una respuesta de nuestra cosecha.
Estáis hoy especialmente obtusos. ¡Claro que la actual Constitución Española no
reconoce el derecho de autodeterminación!. Por lo tanto, para que lo reconozca, habrá
que modificar la Constitución, lo cuál requiere un Referéndum para el conjunto del
Estado Español. En dicho Referéndum, IU pediría el voto a favor del derecho de
autodeterminación, abriendo así paso a que Euskadi, etc., pudieran realizar sus
propios Referéndum para ejercerlo. Y en dichos Referéndum, IU se pronunciaría por la
unidad en un marco federal (derivado, claro, de la previa modificación de la
Constitución), pero respetando, claro, lo que cada comunidad decidiera. No decimos
que sea fácil conseguirlo. Pero, ¿hay otro método más fácil? Rafael Plá López

RESPUESTA:
Restringiéndonos sólo a los temas planteados en la nota.
Llamazares (o sus asesores, tanto da) ha tenido la feliz idea de resumir el alambicado y
arbitrista esquema formal de IU en un par de frases: Hay un ámbito vasco de
decisión (y otro navarro) pero supeditados a un ámbito español de
decisión. Se mire como se mire, esto supone negar el derecho de autodeterminación.
Este derecho confiere la potestad de decidir por la unión, la autonomía, la federación, la
confederación o la independencia, sólo a la nación afectada. El planteamiento de IU lo
hace acompañante, previo o posterior no queda claro, del decisivo, que es el español.
Por su parte, IU-EB (no se sabe si en complemento o contradicción con este enfoque)
reclama de forma impecable que sea, si no toda Euskadi Sur, al menos la CAV, quien
pueda determinar en referéndum su futuro; sin dependencia del consentimiento
español. Decimos esto, porque ambos planteamientos son estrategias políticamente
incompatibles, si se defienden con coherencia. Falta para aclararnos al respecto, (sobre
si estamos ante un reparto de papeles o ante una divergencia política real), que IU-EB
definiera con nitidez su rechazo a someterse a ese ámbito español citado; aún cuando
mantuviera su postura profederal (que esa es otra cuestión). Un adelanto o
acompañante de esta clarificación podría ser que U-EB proclamará públicamente que
una mayoría favorable en el Parlamento de Vitoria sería suficiente para considerar ya
aplicable este derecho a convocar referendums sin autorización de Madrid.
De lo que trata en todo esto, es de constatar políticamente que la autodeterminación de
las naciones oprimidas por el Estado español será una conquista impuesta desde el seno
de esas mismas naciones. Será sobre una situación construida nacionalmente desde
donde el Estado y fuerzas como PP-PSOE (y alguna otra) habrán de responder de una u
otra manera. Hay aquí quien cree que esta coyuntura, para progresar, implica no sólo

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generación de precondiciones políticas y sociales para la destrucción de los vínculos
políticos con el Estado sino también del mismo Estado. Otros no establecen esa relación
y otros, finalmente, no se pronuncian y dejan la resolución de esta cuestión a ese
hipotético futuro.
La aportación del compañero Plá ante este enrevesado escenario de hipótesis políticas
estratégicas se ciñe a recordarnos que, según la letra de la Constitución española
vigente, un cambio constitucional de la entidad necesaria para reconocer la
autodeterminación requiere, según su texto, de un referéndum estatal. ¿Y...?. Ya en
nuestro mensaje anterior citábamos al pertinente Art. 168. Ahora lo resumimos. Exige
los votos favorables de un mínimo de 231 diputados (de 350) y 151 senadores. La
disolución de las cámaras y nuevas elecciones y nueva necesidad de contar con
231 diputados y 151 senadores y entonces referéndum. Como se puede concluir
de todo esto, los que pactaron la actual constitución (el PCE entre ellos) se encargaron
bien de que, en los aspectos fundamentales y desde el punto de vista de las formalidades
procedí mentales, todo quedara atado y bien atado. Traduciéndolo al hoy. Este
esquema requiere que PP y PSOE asuman y defiendan la autodeterminación: 1º. en las
cámaras, 2º. en unas elecciones, 3º. en las nuevas cámaras, 4º. en la campaña del
referéndum y luego, 5º. que lo apliquen. Su problema -que no es sólo del compañero
Plá, sino que impregna a toda la cultura PCE- es confundir la política con un curso de
derecho constitucional, de esos que dan en las facultades, y limitarse a seguir sus pautas.
Haciéndolo, se llega irremisiblemente a lo que impregna tradicionalmente la posición
del PCE: que cualquier cambio fundamental ha de hacerse según las normas legales
estrictas y que ello hace imprescindible contar con el consenso de fuerzas como PP y
PSOE (o eso, o confiar en que IU saque 200 diputados... y luego, además, en esa
hipótesis que mantuviera esto). Es decir, que no habría nunca ese cambio fundamental;
en nada. Pla dice que no es algo fácil. Nosotros decimos no sólo que es imposible, sino
que apuntar en ese sentido no lleva a ninguna parte ni hace avanzar nada de nada.
Pla nos pregunta: ¿hay otro método más fácil?. Fácil no hay nada. Pero ya apuntamos
arriba la estrategia. Generar mayorías políticas, sociales, electorales... de ámbito
nacional y desde ahí, como poder constituyente, instaurar un conflicto de
legitimidades y fuerzas con el poder español. No tiene asegurada la victoria, como nada
en esta vida y en este mundo, pero no la tiene cegada desde el principio, lo que no es
poco.
Por supuesto, requiere una actitud irrespetuosa, irreverente y desleal ante el Estado
(algo antaño habitual entre, por ejemplo, quienes se definían marxistas...) y no sacar
ante cada problema o reivindicación como referencia icónica, la cita al correspondiente
artículo constitucional; de esos cientos que son letra muerta desde 1979 (porque,
además para eso se escribieron).
sábado, 18 de noviembre de 2000 5:08
[BoletinAndaluciaLibre] nº52-Crisis PA-Nuevo Tono Llamazares Euskadi-Más con
Plá-Rio Tinto...

Mas correspondencia con Rafael Pla.


Para leer la correspondencia completa, consultar nuestros correos nº 49 y nº
50. Ahora reproducimos la ultima contribución de Plá y nuestra respuesta.
Rafael Pla es miembro del CF del PCE y de su dirección en el País Valencià.

Mensaje de Rafael Plá:


Andalucia Libre escribió:

Llamazares (o sus asesores, tanto da) ha tenido la feliz idea de resumir


el alambicado y arbitrista esquema formal de IU en un par de frases:
Hay un ámbito vasco de decisión (y otro navarro) pero
supeditados a un ámbito español de decisión. Se mire como se
mire, esto supone negar el derecho de autodeterminación.

He leído las declaraciones de Llamazares en IU AL DIA y lo de "supeditados"


(que efectivamente negaría el derecho de autodeterminación) no aparece:
habla simplemente de un orden cronológico. Posiblemente el término "ámbito

9
español de decisión" confunde más que aclara: dicho ámbito es el legalmente
preexistente en la Constitución, es decir, es el que existe al principio del
camino, mientras que el reconocimiento del ámbito vasco, etc., debe ser el
resultado del proceso que conduzca al reconocimiento de tal derecho de
autodeterminación.

Este esquema requiere que PP y PSOE asuman y defiendan la


autodeterminación

Claro. Por eso se plantea la necesidad de una negociación. El meollo de la cuestión es


si la salida al conflicto vasco debe estar por la vía de la negociación política (que no
excluye la movilización social no violenta como instrumento de presión) o por la vía de
la confrontación armada. El PNV, EA, IU, etc. apuestan por lo primero. ETA y Mayor
Oreja por lo segundo. Y EH y el PSOE oscilan, aunque sus respectivas supeditaciones
a ETA y a los llamados "poderes fácticos" les conducen por la segunda vía. El objetivo
político debería ser atraer inicialmente al PSOE y a EH a la vía de la negociación,
desvinculándolos de sus respectivas supeditaciones, y empujar posteriormente a esa
vía a las fuerzas que actualmente protagonizan el conflicto: ETA y el PP.

Pla nos pregunta: ¿hay otro método más fácil?. Fácil no hay nada. Pero
ya apuntamos arriba la estrategia. Generar mayorías políticas, sociales,
electorales... de ámbito nacional y desde ahí, como poder
constituyente, instaurar un conflicto de legitimidades y fuerzas con el
poder español.

El problema es que esa "mayoría nacional vasca", que se empezó a fraguar en el


contexto de la tregua de ETA y del pacto de Lizarra, ha quedado hecha añicos por la
reanudación del terrorismo de ETA, y no parece viable su recomposición sin una nueva
tregua de ETA que ceda el protagonismo a la sociedad vasca.

Rafael Pla-Lopez

Respuesta de Andalucía Libre


La noticia que antecede a este nuevo intercambio de correspondencia ayuda a abreviar.
Resulta evidente que la pax con Frutos incluye no sólo el mantenimiento de Alcaraz
como portavoz parlamentario o el reparto de la Permanente de IU sino también
cuestiones bastante más consistentes, como este nuevo tono con Euskadi y con
España. Es lógico. Uno y otro defendían y defienden la misma política en lo
fundamental; así es relativamente fácil irse poniendo de acuerdo en los detalles y en los
acentos.

Hablamos de formalizar un nuevo tono porque la cosa no llega a nuevo curso o nuevo
rumbo. Lo que ahora se quiere destacar ya estaba antes: en los discursos públicos, en la
duplicidad de posiciones entre Madrid y la CAV; en el silencio de la sucursal andaluza
sobre sus posiciones formales sobre la Soberanía Nacional andaluza o en el énfasis
exclusivo sobre un Estado federal español. Además está contenido en el llamado
Documento Rejón, que recoge la posición formal de IU sobre el problema nacional en el
Estado español.

Claro es. Como el Estado español no reconoce el derecho democrático a la


autodeterminación (cuya defensa -añadimos- delimita a demócratas de no-demócratas)
ya tenemos un único y exclusivo ámbito español de decisión. Recordarlo y además
distinguirlo con la primacía, lo que hace es reafirmarlo y relegitimarlo desde IU.

El asunto es simple. Significa que todo lo que se decida o apruebe en Euskadi, Cataluña,
Andalucía, Canarias o Galicia no es válido para IU, si previamente no lo ha autorizado el
Estado español o lo ha validado con posterioridad. Por eso decimos y reiteramos que
este criterio niega por congelación la presunta asunción formal del derecho a la
autodeterminación por parte de IU. Se supone que lo que quiere IU es que primero el
Estado rectifique su posición para posibilitar que se ejercite el derecho. Es decir, IU

10
haría depender de la plena obtención de la victoria, los pasos conducentes que llevan a
esa misma meta. Absurdo.

Ningún Estado se hace el harakiri. El esquema negociador estatal que nos presenta Plá
sólo tendría sentido en una coyuntura de profunda parálisis política del Estado español;
en una circunstancia estatal que casi podría asociarse a una crisis revolucionaria.
Podemos concederles o no credibilidad, pero desde el punto de vista del análisis lógico
tienen al menos coherencia formal quienes dicen: la emancipación de las naciones
requiere la Revolución Socialista estatal. Pero IU, desde luego, no está por la
Revolución socialista. En términos descriptivos, su posición es la clásica postura
socialdemócrata. No asume un objetivo de destrucción del Estado sino de paulatina
transformación. Para lo que aquí nos ocupa, supone dilatar formalmente negando
realmente, toda perspectiva de Liberación Nacional.

El mismo Pla reconoce, ejemplificándolo en el caso vasco, que "el problema es que esa
"mayoría nacional vasca", que se empezó a fraguar en el contexto de la tregua de ETA y
del pacto de Lizarra, ha quedado hecha añicos por la reanudación del terrorismo de
ETA, y no parece viable su recomposición sin una nueva tregua de ETA que ceda el
protagonismo a la sociedad vasca". Ese es precisamente el camino posible y no una
política frustrante de atracción al PSOE (!) o de negociación en el aire -sean cuales
fueren los interlocutores- sin previa configuración política, social e institucional de esa
mayoría nacional. Para ello ¿sirve excluir, por puro miedo, a EH de la propuesta de
IU de mesas de dialogo?. Sabiendo además que no habrá tales. ¿Cómo se puede ayudar
a construir una mayoría democrática nacional desde IU, cuando se reafirma la
legitimidad del ámbito español, por cretinismo jurídico y cobardía política?. ¿Cómo se
puede tener la desfachatez de defender el federalismo sin hacer un ejercicio real de
defensa y lucha por la autodeterminación?.

El nudo central del problema en cuanto a la posición de IU, es que IU no está dispuesta
a contribuir a un proyecto que implicaría una profunda desestabilización y
cuestionamiento de la legitimidad del Estado español. IU pone al mismo nivel de
respetabilidad las identidades nacionales andaluza, vasca, catalana etc que la española.

En resumen, ¿qué tendría que hacer IU para que no se la pudiese cualificar de fuerza
españolista vergonzante?. Eliminar, por supuesto, el nuevo tono. Y en concreto,

1. Defender que no se excluya discriminatoriamente a EH de cualquier


dialogo, mientras se asume con naturalidad la participación de PP-
PSOE.

2. Rechazar toda legitimidad previa, paralela o posterior, al ámbito


español de decisión frente a los ámbitos nacionales de decisión.
La adaptación de la legislación española a la realidad política de las
naciones es un factor secundario y subordinado.

3. Reafirmar la conveniencia y legitimidad de las mayorías


democráticas nacionales y su derecho a implantar la Soberanía
Nacional aun contra la oposición del Estado español y el
compromiso de IU en tanto fuerza estatal de apoyar fuera de estas
naciones esos procesos democráticos. Entonces tendría IU legitimidad
para proponer su proyecto federal español.

Y IU-EB también tendría que aclarar donde está, porque no se puede ser eternamente
una federación de una organización estatal que dice y propugna determinadas cosas
mientras por su parte dice o parece que dice -según los días-otras, haciendo de la
confusión y la ambigüedad una pauta de vida y actuación políticas.

Aquí en Andalucía no tenemos ese ultimo problema con IU. Para bien o para mal; según
se mire.

domingo, 10 de diciembre de 2000 20:20

11
[BoletinAndaluciaLibre] nº 61 - Andalucía y la UE - Euskadi - Venezuela - El Borbón
- El Porquero

Euskadi, Opinión
Diálogos, bloqueos y pactos...
En Euskadi hacen falta algunos diálogos. Simultáneos, paralelos, interrelacionados,
pero específicos. La firma del Pacto españolista PP-PSOE vuelve a reafirmar su
actualidad y sobre todo su necesidad. Vayamos por partes.

Para algunos enterados (del PNV, pero también de la izquierda española y de


determinados sectores de la izquierda vasca) el contenido del Pacto ha resultado a la vez
sorprendente y decepcionante. Llevan muchísimo tiempo midiendo los guiños o las
medias palabras de tal o cual dirigente de tal o cual sector del PSOE vasco; viviendo y
construyendo ilusiones a fuerza de tal o cual palabra que tal o cual dirigente hizo en tal o
cual sitio ante gente de confianza, sobre lo que el PSOE podría hacer en tal o cual
circunstancia.

En el caso de los del PNV, las ilusiones iban en el sentido de permitir un aterrizaje
suave tras el interludio soberanista. La cosa sería más o menos así: tu rascas mi espalda;
yo rasco la tuya. Yo me vuelvo a olvidar del GAL y yo me olvido de Lizarra y mientras
tanto acordamos, tras repartirnos de nuevo el Gobierno vascongado, que a las cosas
importantes no les afecten ni los discursos de fin de semana de Arzallus ni su articulo
semanal en DEIA. En otras palabras, un retorno practico al autonomismo combinado
con el mantenimiento formal del soberanismo.

En el caso de esas izquierdas la decepción puede ser aún mayor si cabe, pues hubo
arbitrista aventajado que incluso llegó a pensar increíblemente en el PSOE como aliado
parcial y contradictorio en un alambicado y retorcido proceso de semirecuperación de
una pseudo-soberanía vasca.

Arzallus acierta cuando explica el pacto en parte como una búsqueda de espacios
publicitarios y como un seguro del PP de no recibir criticas desde el PSOE por inútil,
según vaya ETA poniendo muertos encima de la mesa. Pero le falta la perspectiva
extravasca. Por eso no ve que ese seguro lo tenía ya el PP y que lo que ha obtenido aquí y
ahora es sólo su confirmación. El españolismo rabioso que se ha desatado y que ha
sacado a la superficie ideas preexistentes, convenientemente alimentadas durante años
por todo el arco constitucional, es de tal magnitud e intensidad que el PP podía estar
tranquilo al respecto. Precisamente porque es su principal representante, impulsor y
beneficiario, el PP como partido español sin duda alguna podía criticar al PSOE por
ineficaz como hizo en su día; el PSOE no puede hacerlo hoy a riesgo de ser tildado de
inseguro y cuasitraidor y no está ni estará por la faena. Así que dados estos parámetros,
el PSOE lo que ha intentado es compartir al máximo con el PP los réditos del
españolismo rabioso y no dejárselos en exclusiva. Otro signo de los tiempos es que PP-
PSOE ni siquiera hayan hecho el gasto, cara a la galería, de dar una oportunidad de
incorporación no humillante al pacto a otras fuerzas como IU, CiU etc. A unos no les
temen y a otros los tienen cogidos... por dependencias parlamentarias...

El PNV tendría que dialogar consigo mismo. Y EA con el PNV. Y ELA con el PNV y EA.
La continuidad del doble discurso -soberanismo teórico con autonomismo practico-
depende de muchos imponderables. No sólo de ganar las elecciones vascongadas para
dar lugar a una coalición PNV-EA-IU, como se ha escrito en prensa; también de lo que
pueda ocurrir en las próximas elecciones españolas. ¿Cuantos años es sostenible?. ¿Y si
se repite una nueva mayoría absoluta o equiparable del PP?. ¿Qué pasa con la
construcción europea?. ¿Hasta cuando resistirá el concierto económico -un derecho
desde el punto de vista vasco, un privilegio desde el no-vasco- al margen de la polémica,
por mucho que lo apoye también Confebask?. Desde la distancia y con la distancia
temporal cada vez importa menos si el fin del proceso de Lizarra fue más consecuencia
de la duplicidad del PNV, como dicen unos; o de la cerrilidad e impaciencia de ETA,
como dicen otros. Lo que todos deberían recordar es a quien se enfrentan y lo qué se
enfrentan y no dar por terreno ganado nada, que en política casi todo es reversible (y

12
están teniendo oportunidad de ver algunos aperitivos, vía Garzón y vía mociones en
Gazteiz). Al sur del Ebro quien tiene que tenerlo claro lo tiene: sabe perfectamente que,
dada la naturaleza plurinacional del Estado español y como va Europa no puede abrir la
mano en Euskadi porque si cede allí le sigue Cataluña y luego una cascada... así que
nadie espere arriba del Ebro más concesiones de las obtenidas en el Estatuto de
Guernica. La tranquilidad impone un PNV o acosado o reeducado (para entendernos
aquí, reconvertido en una especie de PA con txistu y txapela, más o menos). Así pues,
convendría que fueran pensando en plasmar el discurso en practica; en aplicar y
desarrollar como política practica las resoluciones de sus asambleas nacionales, por
ejemplo; en tomar y construir la soberanía nacional vasca de hecho y por derecho.

Otro dialogo pendiente es de la izquierda abertzale consigo misma y con ETA. No para
caer en inexplicables, injustificadas y prematuras muestras de senilidad política como
ha ocurrido en algún sector minoritario de la antaño izquierda radical vasca a
extramuros de EH, pero si para recuperar el orden de las cosas. ¿De que va ETA?. ¿Que
es ETA para si misma, instrumento o fin en si mismo?. La izquierda abertzale ha de
extraer las lógicas conclusiones de sus propias posiciones publicas. Si lamenta
reiteradamente y ni aplaude ni justifica cada una de las consecuencias de lo que hace
ETA (porque son, no sólo penalmente, sino sobre todo políticamente injustificables
en este concreto contexto histórico y político) ¿cuando va a dejar de considerarla una
especie de equivalente politicomilitar del chiri-miri o del viento de levante y a criticar lo
que no es fruto de la fatalidad sino de una estrategia que no por consciente resulta
menos irracional?. ¿O es que en Euskadi para la izquierda abertzale nadie tiene bula
excepto ETA?. A fuer de ser justos, es obligado reconocer que tanto en el proceso
Batasuna como en las paginas de la prensa vasca se expresan con nitidez y sorprendente
a la vez que esperanzadora reiteración, valoraciones convergentes con lo que aquí se
dice, pero esto resulta políticamente insuficiente. De momento no se ha pasado el nivel
de la nota a pie de pagina; de la vía que pudo ser y no fue.

A ver, dos elementos de reflexión. Primero. ¿Cuándo tuvo más miedo España y el
Estado español al nacionalismo vasco, desde que se recuerda?. Respuesta: Durante la
tregua y coincidiendo con el Pacto de Lizarra. Segundo. Tras treinta años de
convivencia conflictiva, ¿de verdad cree ETA que va a arrastrar no ya al Estado español
sino incluso al PNV a donde no quiere estar sólo a fuerza de tiros y bombazos (que de
paso, sacan miles de personas a la calle contra ella fuera de Euskadi y algunas menos
también dentro de Euskadi). Respuesta: Hace mucho tiempo que llego el tiempo de la
política, de hacer historia y no rescribir la historia, de preparar el camino de la gran
venganza -la independencia nacional- y no de rumiar pequeñas venganzas inútiles. Y si
hay que hablar claro se habla, que ya es hora. Porque según avanza el tiempo y se
degrada la situación van perdiendo grados las explicaciones que justificaban no se sabe
qué a cuenta de no se sabe qué problema sobre la articulación de la territorialidad vasca
y van ganando en credibilidad quienes situaban el problema no en la construcción de
una estrategia sino en el lugar en cualquier estrategia de una organización a la que le
llegó la hora de callar. Y la historia no se repite, ojo. Ni para el PNV ni para la izquierda
abertzale ni para nadie. Todo lo ganado es susceptible de ser perdido; la historia y la
lucha, como dijo alguien, es como una bicicleta que si no avanza acaba por perder el
equilibrio y caer.

Y hace falta un dialogo entre el PNV y EA y la izquierda abertzale, por supuesto.

Esos son los tres diálogos que hacen falta; los otros... después de hacer los deberes y
para cerrar el expediente.

martes, 19 de diciembre de 2000 23:20


[BoletinAndaluciaLibre] nº 65 - Luto - Toma - Pacto - IU - Yussuffi -

Adhesiones al Pacto españolista PP-PSOE


El caso CCOO-UGT; el caso IU.
PP y PSOE rubricaron el Pacto españolista, formal y oficialmente denominado "Acuerdo

13
por las libertades y contra el terrorismo". Dos formaciones regionalistas: Partido
Andalucista y Coalición Canaria, se sumaron casi inmediatamente. La andaluza por su
cobardía, estupidez y españolismo congénitos; la canaria, imaginamos, que por
mantener sus tratos insulares y madrileños con el PP y cabe suponer porque, con mayor
exito electoral, comparta alguno o todos de los rasgos políticos citados del PA.

El Pacto no es solamente una manifestación de oposición a las acciones de ETA. Incluye


una condena explicita al PNV y EA, a los que exigen la ruptura formal con los contenidos
del pacto democrático de Lizarra-Garazi; una reafirmación de la vía exclusivamente
policial para acabar con la situación vasca y sobre todo una contundente reafirmación
del marco constitucional y estatutario, acompañado de un rechazo igualmente radical al
derecho a la autodeterminación. Dada la coyuntura en que se firma (después de la
tregua y su ruptura) y los objetivos que lo anima (blindar la política del PP y favorecer su
acceso al Gobierno vascongado), este pacto no tiene siquiera la cláusula de estilo o
escape que escondía el punto 10 del periclitado Acuerdo de Ajuria-Enea y que sirvió de
excusa para incorporación a aquel pacto a varias y diversas fuerzas. El dialogo ahora se
reduce a las fuerzas españolistas o que capitulan en toda regla ante el españolismo y en
todo caso, con ETA o sin ETA, el marco político emanado de la Transición se afirma
intocable (lo de decir que puede ser modificado según sus propias normas es una
argucia que a casi nadie engaña; basta para ello echar un vistazo a los textos
constitucionales).
Caso CCOO-UGT

A ese pacto reaccionario y antidemocrático han manifestado su voluntad de adherirse


las direcciones españolas de CCOO y UGT. Las federaciones de CCOO de Vascongadas y
Cataluña, así como la de UGT en esta ultima nación, han manifestado públicamente su
oposición a esta iniciativa por entender que muestra un excesivo encadenamiento de sus
sindicatos al binomio PP-PSOE (que no gobierna ni en Vascongadas ni en Cataluña, no
lo olvidemos).
Los dos grandes sindicatos reformistas españoles revalidan de esta manera su lealtad al
Estado y al Régimen del que dependen financieramente. Reafirman su integración y su
corresponsabilidad; su compromiso constitucional y su alineamiento españolista a favor
de la opresión nacional. Remachan su voluntad de no articular una oposición política
fuerte al Gobierno español del PP y sobre todo de mantener al PSOE como su referente
político. Dos burocracias sindicales que han tolerado y auspiciado la enorme sucesión de
derrotas y retrocesos acumulados por la clase obrera de todas las naciones del Estado
español, desde hace veinticinco años hasta la fecha; dos aparatos que han contribuido
con sus acciones y omisiones a configurar la presente situación de sobreexplotación,
desigualdad, precariedad y perdida de derechos, se olvidan aquí y ahora, de su tan
cacareada autonomía y apartidismo para entrar en primer plano de la escena política
envueltos en la bandera española. Sindicatos nacionalistas españoles a los que su
modelo y practica sindical les conduce a preferir que, todo lo que no sea usurpado desde
Bruselas, sea convenientemente concentrado en Madrid, ponen todo su peso al servicio
del PSOE en su pacto con el PP.

El Caso IU.

A IU, los dos grandes la dejaron fuera. Ahora le dicen que si quiere estar dentro tiene
que suscribir el pacto tal y como está. En un principio Llamazares se puso digno; luego
trocó su imagen en un modelo de humildad franciscana y se proclamo dispuesto a ser
plato de segunda mesa. Madrazo, coordinador de IU-EB en Vascongadas terció
advirtiendo que nunca entraría en ese pacto; hecho que, entre otras consecuencias,
cerraria cualquier perspectiva de acuerdo postelectoral con el PNV, amen de hundir a la
federación vascongada de IU en la marginalidad vía subsidiariedad proclamada con el
PSOE y el PP. La rama catalana de IU aprobó una dura resolución que rechazaba
frontalmente el pacto por forma y fondo. Llamazares interpeló a Aznar y Aznar le
recordó el pecado de haber estado en Lizarra-Garazi a lo que Llamazares respondió,
entre otras cosas, recordándole a Aznar que de eso hacía mucho y eran cosas del
pasado... En plena escalada de acoso mediático,(EL MUNDO, afín al PP, ya le dedica
hoy su primera andanada editorial, cargando sobre el presunto lastre que Madrazo
supone para Llamazares) IU se defiende destacando su voluntad de incorporarse al

14
Pacto pero con modificaciones que, en síntesis, lo hicieran una especie de Ajuria-Enea
II: que no se metan con el PNV; que no se apueste sólo por la vía policial y se reconozca
el carácter político del conflicto y que haya dialogo entre todas las fuerzas políticas que
han pedido a ETA que cese su actividad -lo que excluye a EH/HB- amen de asumir la
autodeterminación, eso si desde el marco constitucional, condición que invalida en
buena parte esta asunción formal. Frutos*, por su parte, subraya una vez más que el
Pacto de Lizarra-Garazi fue un error porque en vez de dedicarse sólo a la paz se metió en
esos berenjenales de la soberanía y la construcción nacional. Con todo ello, resulta
posible atisbar que: 1º. Es difícil, aunque no imposible, que IU se sume al Pacto; más
por imposiciones ajenas que por deseos propios. Ni el PP ni el PSOE parecen estar por la
labor de facilitarle la faena y una firma tal cual no sólo sería humillante sino que
también sería problemático porque conllevaría una ruptura con su federación
vascongada. Esto resulta tan evidente que es posible que incluso españolistas como, por
ejemplo Puerta, entiendan que esta ausencia se debe sólo a causas de fuerza mayor. 2º.
No obstante, IU no será tampoco beligerante contra el Pacto españolista (a excepción de
Vascongadas, donde repartirá mandobles a un lado y a otro, manteniéndose la tónica del
doble discurso y con otras claves, de los sectores de izquierdas que quedan dentro) y
participará en cuantos actos le dejen asistir al lado del PP-PSOE. IU no combatirá la ola
españolista aduciendo que va en contra del nacionalismo y que IU no lo es; está por
encima... En resumen, la posición de IU es un ejemplo de ambigüedad, ineficaz para
avanzar en una resolución democrática y desde la izquierda del contencioso vasco (y por
extensión, del conjunto del problema nacional en el Estado) pero suficiente para nadar
entre dos aguas dando a cada auditorio lo que pretendidamente demanda.

*Frutos acaba de apartar de la dirección del PCE a quienes apoyaron la Plataforma


Critica -Maestro, Cardiel- y a quien hasta hace poco -Monereo- ejercía de teórico oficial
del PCE pero que se alineo con Llamazares. Este ultimo ha sido sustituido por Navascues,
redactor habitual de los documentos del PCE y de IU en Andalucía. Mas datos en la web
del PCE.

Euskadi, Debates en HB-EH


El diario GARA viene recogiendo en sus paginas de opinión/Iritzia una real pluralidad
de posiciones sobre la situación de Euskadi.

Algunas de ellas están directamente ligadas al debate Batasuna en que se encuentra


inmersa la izquierda abertzale. Se han presentado diferentes documentos y articulado
diversas tendencias, algunas de ellas explícitamente criticas a la acción de ETA y
favorables al cese de su actividad.

En ese contexto, resulta desafortunada y preocupante la coincidencia temporal entre


unas declaraciones de Otegi criticando las valoraciones de una de estas corrientes
-Aralar- sobre el desarrollo del proceso, con la publicación en ese periódico ese mismo
día -el domingo pasado- de un artículo, firmado por varios militantes abertzales,
dedicado expresamente a criticar a esta corriente. El artículo, en cuestión, parece
extraído por una maquina del tiempo de la etapa pretregua.

De otra parte, el mismo Otegi lleva cierto tiempo reproduciendo mensajes triunfalistas
sobre el desarrollo y perspectivas del proceso vasco que, de momento, no se ven
confirmados por hechos perceptibles. Incluso el eco de las movilizaciones en defensa del
euskera frente al acoso español, en la CAV y Navarra habría que entenderlas como
actuaciones básicamente defensivas.

Hace algún tiempo, también pudieron leerse unas sorprendentes declaraciones de Diez,
secretario de LAB, inhabituales a su estilo, muy criticas en relación a ELA y expresadas
con un tono poco constructivo. Y hoy -junto a la inexplicable colocación de una bomba,
que afortunadamente no explotó, en una facultad, el mismo periódico se hace eco de la
dimisión de Ruiz de Pinedo, portavoz municipal de EH en Vitoria, por razones personal
pero también por divergencias políticas.

15
En resumen, la degradación de la situación vasca lo impregna casi todo allá y se
extiende como una mancha, siguiendo su propia dinámica. Pararla exige un cambio. No
se pueden corregir excesos en un sentido desde la parálisis y el silencio. No se puede
actuar sobre, por ejemplo, la ambigüedad del PNV mientras se mantiene la propia
ambigüedad sobre la acción de ETA. Si ETA no para por si misma, desde la izquierda
abertzale civil se le ha de decir públicamente. Eludir esta cuestión son ganas de marear
la perdiz... de perder tiempo y vidas, inútilmente.

Nota: Adelantándonos a algunas posibles opiniones, manifestamos


aquí que entendemos absolutamente justificado opinar sobre estas
cuestiones con este o con el nivel de detalle que consideremos
oportuno. No sólo porque no debe haber fronteras, en general, para la
opinión. En particular, en relación a Euskadi, porque resulta obvias las
repercusiones de lo que allí ocurre sobre Andalucía y las otras
naciones del Estado. Y en concreto, en lo tocante a ETA y la izquierda
abertzale, porque si ETA nos considera meros campos de maniobras
para sus acciones y estrategia, sin el menor respeto a ninguno de los
movimientos de liberación nacional de otras naciones, estamos
absolutamente legitimados para opinar y actuar en función de
nuestros interesas nacionales y de la coherencia de izquierda.

martes, 09 de enero de 2001 7:09


[BoletinAndaluciaLibre] nº 69 -Toma 2001 - ETA - Bloco - Argelia - izquierda
europea - Palestina - restricciones autonomía –

ETA EN ANDALUCIA
A propósito del semiatentado de ETA en Sevilla
ETA terminó el siglo colocando en Sevilla un coche-bomba con decenas de kilos de
explosivos. Lo ubicó al lado de la Tesorería de la Seguridad Social, junto a un Hotel y
muy cerca de la estación del ferrocarril de alta velocidad. Ciertamente, avisó antes de su
explosión -con el consiguiente desalojo angustioso de los huéspedes del Hotel- y esta
finalmente pudo ser evitada por la acción de los artificieros de la policía española.
Tuvimos suerte esta vez.

Hoy no vamos a repetir otras valoraciones generales ya hechas sobre la acción de ETA
en Andalucía*. Queremos detenernos específicamente en este concreto intento de
atentado y lo que supone.

Para el análisis del hecho desde el punto de vista de enjuiciar políticamente la acción de
ETA, resulta indiferente que no hubiera victimas o que se avisara. Por supuesto, de
haberse producido un nuevo Hipercor no podríamos eludir analizar las repercusiones
políticas y sociales del hecho consumado pero en esta ocasión nos libramos
afortunadamente de ello. No merece tampoco la pena perderse en elucubraciones o
hipótesis sobre qué objetivos concretos buscaba ETA o si el estacionamiento del coche
fue premeditado o accidental. Quien coloca tal cantidad de explosivos en un vehículo y
lo hace circular por las carreteras y calles andaluzas no puede escudarse después detrás
de excusas mecánicas o eludir su responsabilidad política sobre lo que pueda
ocurrir, derivándola hacia la diligencia, eficacia o malevolencia de las fuerzas policiales.
Por una vez, el llamado sentido común tiene razón y la mejor forma de evitar masacres
es no llenar coches de explosivos.

Así pues, la opción que hemos de valorar políticamente se produce desde el momento
que ETA carga el coche y lo destina a ser usado en Andalucía.

Es muy posible que la intención expresa de ETA no fuera provocar una matanza

16
indiscriminada. Ni en este caso ni tampoco en la colocación de la bomba que
-afortunadamente tampoco explotó- en la facultad de periodismo de Euskadi. Pero el
altísimo grado de probabilidad de que ello ocurriera tampoco podía ocultarse a quienes
se supone con ciertos conocimientos en estos asuntos (y si carecen de ellos,
por cualquier circunstancia, su ignorancia o inconsciencia no exculpa a quienes les
reclutaron y dotaron de materiales y directrices para hechos de este tipo y por tanto, sea
como fuere, implica inexcusablemente a la propia organización). Que aún así,
decidieran hacerlo ha de ser anotado y recordado. Este nos parece el elemento central
del hecho.

ETA está transitando por un sendero cada día más estrecho en donde no se sabe dónde
terminan, desde su punto de vista, los daños colaterales -utilizando la terminología del
Pentágono y la OTAN- y donde empieza una indiferencia que sólo anda un paso atrás de
una nunca reconocida pero bien operativa búsqueda de un castigo
indiscriminado. Porque, con todo lo ocurrido, ya ni siquiera cabe pensar que en la
propia ETA puedan explicarse este tipo de actos en términos de favorecer la generación
de presión social hacia el Gobierno español en un sentido favorable hacía sus
propósitos. Toda la experiencia de tantos años indica bien claramente lo contrario. Así
pues, la única explicación posible se inclina hacía algo tan grave como la indiferencia.
No importa que caigan personas absolutamente ajenas al conflicto; no importa la
reacción que ello produzca; porque ya a priorí se consideran irremediablemente hostiles
a las reivindicaciones que se defienden. El aislamiento político, consecuencia ineluctable
de la propia actividad de ETA, conduce a una especie de mesianismo autoalimentado
que hace de la necesidad virtud; que convierte de hecho los presuntos instrumentos en
fines. Como ETA es consciente que, salvo descerebrados aislados, ninguna corriente u
organización política seria de cualquier nación del Estado español, que tenga o quiera
tener en el futuro alguna relevancia o implantación política seria en su país puede
apoyarla, actúa despreciando las consecuencias de sus actos. Esa indiferencia sea
explicita o envuelta en un fatalismo de uno u otro tipo, actúa como envoltura
presuntamente racional de algo tan políticamente primitivo y estéril como la venganza.
Venganza del todo, que se ejerce sobre la gente normal que por ignorancia, estupidez,
interés... vota o permite que el Estado español mantenga su soberanía sobre Euskadi.
Venganza que se puede ejercer dentro de Euskadi (el citado caso de la facultad) pero
que tiene más fácil y fluida expresión cuando se trata de las acciones fuera de Euskadi
(autojustificada por las dificultades militares...). Ciertamente, un análisis de coyuntura
de la globalidad de las acciones de ETA después del fin de la tregua requeriría mucha
mayor complejidad en la descripción y análisis de sus diversos planos de motivación y
objetivos políticos a corto, medio y largo plazo. Pero no es este nuestro fin, hoy.

Hoy lo que queremos destacar es adonde conduce una estrategia sustitucionista llevada
hasta sus ultimas consecuencias.

Aquí no participamos de ningún infantilismo obrerista ni creemos que sirva para nada
huir de las concrecciones con etiquetas-clichés o con la mera cita de algún clásico
marxista (que la escribió a su vez para tratar una concreción de su tiempo) como
argumento de autoridad. Aquí tampoco somos ni semiliberales apologetas de la
tolerancia abstracta ni gandhianos no-violentos ni tenemos la menor lealtad hacia el
Estado burgués español, al que odiamos a muerte con todas nuestras fuerzas. Aquí
todavía distinguimos conceptualmente mayorías políticas y sociales de mayorías
electorales; aquí no ponemos al mismo nivel a la identidad española esencialmente
reaccionaria, opresiva y alienante con las identidades nacionales vasca, andaluza,
catalana... etc. Aquí nos acordamos bien de quien inventó el boicot y quien lo ha
usado. Aquí no transigimos ni explicita ni vergonzantemente con la propaganda o las
autojustificaciones que quieren quitarse de encima la cuestión de ETA endilgándole
calificativos como el de fascista, mientras se va de la mano -con pacto firmado o sin
firmar- de los auténticos y reales postfranquistas; entre otras razones porque tenemos
bien presente la historia y no se nos ocurriría recurrir a calificar de fascistas a Noske,
Stalin, Ibarruri, Prieto, Pol Pot o Guzmán para huir del análisis de sus singularidades
respectivas o fundamentar una critica, condena y oposición política radical y
contundente a lo que representaron. Aquí tampoco tenemos una visión idílica de lo que
es el PNV porque sabemos que Arzalluz o Egibar no son sólo sus discursos sino también
sus hechos (y que junto a ellos, están también Ibarretxe, Atutxa, Anasagasti, Sudupe...).

17
Con todo eso y más, aquí también, tenemos claro que las acciones de ETA son hoy un
obstáculo cada día mayor y un fardo cada día más pesado para la lucha por la
independencia y el socialismo en Euskadi (por no hablar de sus consecuencias en las
otras naciones). ETA es políticamente inútil; genera acción tras acción y como reacción,
anticuerpos políticos nocivos latentes incluso en el seno de la izquierda abertzale que
cuando eclosionen pueden llevarse por delante todo lo hecho desde 1959. ETA
distorsiona la realidad convirtiendo la defensiva en falsa ofensiva; transmuta a los
agresores en agredidos. ETA carece de discurso político efectivo; sus autojustificaciones
suenan vacías de sentido incluso entre sectores que han compartido allá su trayectoria.
No es una cuestión abstracta sino bien concreta: aquí sabemos de la opresión nacional;
de las trampas y las disparidades de fuerzas; sabemos lo que hace y está haciendo el
presunto Estado de derecho burgués con su propia legalidad; sabemos que si no recurre
sistemáticamente a la muerte irregular (como en los tiempos del BVE o el GAL) no es
por bondad sino porque le resulta políticamente innecesaria y contraproducente;
sabemos lo dicho y más pero con todo: ¿cómo puede ETA justificar, por ejemplo, sus
acciones sobre concejales del PP o del PSOE de tal o cual pueblo o ciudad, escogidos al
buen tun-tun, mientras el Estado no haga algo similar sobre concejales de
EH?. Simplemente, no puede.

Y es toda esta irracionalidad política la que conduce al nihilismo y a los coches-bomba


colocados en calles de Andalucía con riesgo de llevarse por delante arbitrariamente unas
decenas de personas tan responsables de la opresión nacional de Euskadi como de que
persista la dominación patriarcal o se sostenga el sistema capitalista a nivel mundial y
cuyo único cargo real sea la simple mala suerte. ¿Cómo se puede sostener una
organización que recurre a la ruleta rusa como instrumento político, teniendo enfrente
todo lo que tiene?.

Ante ello, sólo cabe una clara reprobación ante lo que ETA hace, acompañada de una
nítida separación en todo momento de las fuerzas españolistas PP-PSOE y una defensa
explicita del derecho a la autodeterminación e independencia de Euskadi. Y reclamar a
la izquierda abertzale que actúe.

*Ver Boletín Andalucía Libre. Atentados de ETA en Andalucía, en pagina Archivo


jueves, 11 de enero de 2001 21:30
BoletinAndaluciaLibre] nº 70 -IU y Euskadi- Deficit Cero- Palestina-Superenlaces

A propósito de los últimos documentos de PCE-IU sobre el conflicto vasco.


IU y el problema vasco
La Presidencia Federal de IU acaba de aprobar, sin ningún voto en contra, su
documento de referencia sobre el conflicto vasco. Hace pocas semanas, el CF del PCE
hacía lo propio fijando posición al respecto. En los días precedentes al conclave de IU,
su coordinador estatal Llamazares llamaba públicamente al orden a Javier Madrazo,
coordinador de su federación vascongada (EB), afirmando que en adelante ninguna
decisión política de importancia en Euskadi habría de tomarse sin previo conocimiento
y acuerdo de la dirección estatal de IU. Frutos, secretario general del PCE, calificaba por
su parte a Madrazo de "agujero negro" y confesaba que se sentía en las "antípodas
ideológicas" de su camarada vasco. Madrazo, que apoyó al primero frente al segundo en
la reciente Asamblea estatal de IU, asentía sumisamente a la reconvención de
Llamazares a la vez que respondía de forma más airada a las descalificaciones de Frutos.
Al poco, se permitía declarar que la política vasca de IU la seguiría haciendo
autónomamente EB (!?).

Este es el contexto interno de este proceso. El externo, está marcado, de un lado, por la
firma del Pacto españolista PP/PSOE -apoyado por CCOO-UGT y la gran patronal
española- y de otro, por el goteo persistente de atentados irracionales de ETA al que el
Estado español responde con un radical endurecimiento legislativo de corte represivo y
un encadenamiento de detenciones arbitrarias que toman como objetivo no a ETA sino a
la izquierda abertzale civil, buscando su parálisis política y su criminalización social
global e indiscriminada.

18
El documento de IU participa de los elementos esenciales de la posición españolista
previamente aprobada por el PCE, mejorando su redacción -lo que no es precisamente
difícil- atenuando por vía de eufemismos y circunloquios, sus expresiones más hirientes
y despojándolo de sus transparentes referencias criticas hacia la dirección Madrazo
de EB. Excesos innecesarios una vez asumida y reafirmada su línea política y
contraproducente para preservar los equilibrios internos entre las dos fracciones de la
Mayoría y en el seno de cada una de ellas. El objetivo del texto es cohesionar a IU de
forma que permita la habitual duplicidad de su discurso: mientras sus portavoces
destacarán y desarrollarán sus elementos más nítidamente españolistas para el gran
público; la letra del papel en algunas de sus frases servirán, amen de autojustificador de
conciencias intranquilas, como argumento de referencia más presentable en la defensa
de la posición de IU frente a los sectores a su izquierda, en ámbito más reducidos.

Los principios...

IU condena de forma inequívoca y contundente a ETA. Como IU es una organización


reformista "cuyo objetivo es transformar gradualmente el sistema económico, social
y político en un sistema socialista democrático"(1) su crítica a ETA la realiza,
coherentemente, desde los parámetros ideológicos que sustentan una estrategia de este
tipo. Está de más recordar que se puede y se debe criticar y reprobar las acciones de ETA
desde otros presupuestos políticos e. Pero IU es como es y junto a las razones de
utilidad, IU aprovecha la ocasión para reiterar, en forma de sentencias de alcance global
y general, los presuntos fundamentos de una estrategia de corte reformista.
Lógicamente, quienes no comparten esa estrategia tienen que rechazar esta mercancía
averiada.

Pero además, IU recurre directamente a la calumnia. Acusa a EH-HB de defender


propuestas políticas "que cuestionan los derechos democráticos de miles de vascos", sin
detenerse siquiera a detallar o ejemplificar esas pretendidas posiciones. ¿A que se
refiere IU?. Si es a las propuestas de transición que ha publicado EH (la autoinscripción
en un censo nacional vasco) lo justo sería, en todo caso, calificarlas de propagandistas e
inoperantes por excesivamente formales y optimistas dado el contexto político y social
actual, no de antidemocráticas; pues se inscriben en un proyecto de movilización social
y configuración de una dualidad de legitimación política e institucional. Si es a la
propuesta de que en el hipotético momento de la autodeterminación participen todas las
personas residentes en Euskadi que quieran, excluyendo a los policías españoles allí
instalados, tampoco hay razón para esa acusación. Más adelante IU afirma su oposición
a "cualquier intento de establecer categorías de derechos que discriminen a la
ciudadanía en función de su origen". ¿A qué fantasma pretender responder IU?. ¿Quién
y cuando ha afirmado en Euskadi que quiere discriminar ahora o en el futuro a
residentes en Euskadi por su origen?. ¿Quiere quizá IU iniciar un debate sobre las
semejanzas y diferencias entre Euskadi y Estonia o Kanaky?. ¿Qué entiende IU por
discriminación?. ¿Quizá exigir ya el conocimiento de la lengua vasca para todo acceso a
la función publica, por ejemplo?. A IU le molesta que la izquierda abertzale tenga una
agenda política y unas prioridades contrapuestas a las suyas pero basar en esto una
descalificación de esta naturaleza sólo evidencia la deshonestidad política e intelectual
de IU y sus esfuerzos titánicos por justificar su presunta equidistancia entre quienes
luchan de forma efectiva por un principio democrático básico como es la
autodeterminación y quienes se oponen radicalmente a él.

IU manipula la realidad cuando se postula como abanderada de un tercer espacio por la


mediación de su propuesta federal española. Esa propuesta no es una tercera opción
sino una versión edulcorada del proyecto español. IU puede defender lo que le parezca
oportuno, pero para tener legitimidad democrática habría de destacar -lo que en
absoluto hace- que su posición particular sólo tendría sentido una vez obtenida la
soberanía nacional y en el momento de ejercer la autodeterminación -no antes- y que
hasta ese momento su ubicación habría de situarse sin reservas entre las fuerzas que
defienden el ejercicio democrático y contra las que lo niegan y no en un pretendido
espacio intermedio, destinado a ejercer de cobertura legitimadora de los francamente
españolistas.

19
A IU no se le olvida citar la multitud de elecciones habidas en Euskadi para recordar su
pluralidad política y social y de rondon, hacer una referencia cobarde sin explicitarla a la
tesis de que el pueblo vasco ha tenido ya oportunidad de manifestarse sobre sus
opciones nacionales. Pero lo hace no para constatar un hecho dinámico sino para
relativizar el alcance autoritario de la negación por parte del Estado español al
cuestionamiento democrático de la soberanía española sobre Euskadi. Quizá IU no sea
consciente de que, algún día, pueda ser necesario utilizar contra ella y sus aliados por la
vía de la practica ese mismo argumento que ahora legitima, dándole la vuelta como a un
calcetín. En todo caso, hoy IU utiliza el hecho de la pluralidad no como dato sino como
argumento para una presunta neutralidad que favorece de su parte a las fuerzas
dominantes opresivas y le confiere a los españolistas un derecho de veto permanente
interno sobre el futuro vasco, al que hay que sumar el veto externo del Estado. La
cuestión que IU distorsiona es cómo alcanzar la mayoría social para los proyectos
emancipadores democráticos y/o socialistas. La pluralidad electoral o de identidades
nacionales, como la pluralidad social, son hechos que expresan la contraposición de
proyectos políticos y sociales -o la lucha de clases- y ante ellos hay que tomar partido. Y
con la misma claridad que la CEOE (con la colaboración de las burocracias de CCOO-
UGT) opta por un marco español, la izquierda que merezca ese nombre, ha de optar por
un marco vasco (o andaluz, o catalán, o canario...). Claro que hay que ser consciente de
la coyuntura para articular los procesos concretos pero no para eludir el
posicionamiento y esto vale tanto para defender el socialismo o el feminismo frente a la
ideología capitalista o patriarcal como para promover la identidad vasca en
Vascongadas, Navarra o Iparralde. Cuando IU condena "el extrañamiento entre lo
vasco y lo español" no está haciendo internacionalismo sino vendiendo una concreta
forma de ideología españolista que considera compatibles una identidad nacional
mutilada, supeditada a otra trasplantada y fomentada desde el poder estatal burgués,
actuando en la cuestión nacional de la misma manera que cuando afirma que es posible
construir el socialismo aceptando las reglas capitalistas y en pequeñas dosis. Que a
renglón seguido cite en su apoyo el mestizaje y la contaminación cultural, como si
quienes rechazan por alienante y usurpadora a la identidad española fueran unos
racistas aldeanos, es sólo un ejemplo más de desvergüenza y deshonestidad intelectual y
política. En el concreto caso vasco, esta argucia, pretendidamente astuta, busca asimilar
las posiciones actuales del nacionalismo vasco a los delirios de Sabino Arana -un lugar
común de los españolistas- en lugar de hacer referencia a sus posturas de hoy en su
pluralidad política y es hecha además desde una fuerza como IU que nunca ha
cuestionado su participación, por ejemplo, en la fiesta nacional de la España
Constitucional -el 12 de octubre- nacida como Día de la Raza y preñada de contenidos
imperialistas.

El informe aprobado por el CF del PCE tenía la virtud de expresar con mayor claridad el
núcleo político que motiva todas estas amalgamas:
"La actitud pusilánime ante estos temas, estableciendo una equidistancia entre
ETA, el PP y el PSOE, es además de errónea, suicida. Declarando
verbalmente contra el terrorismo y actuando como elementos
seguidistas y secundarios de una estrategia soberanista o
independentista, nos anula como impulsores de una solución
política desde nuestras convicciones de clase, democráticas y
comunistas"(2).
Antes y ahora había que ser muy fanático para ver en EB una actitud pusilánime contra
ETA pero la ineptitud del redactor colocaba inmediato el nudo de la cuestión: su rechazo
(con ETA y sin ETA) a cualquier estrategia soberanista o independentista; un rechazo
tan visceral que colocaba a EB no donde está sino donde debería estar y en la que los
gestos ineludibles de EB para mantener una imagen autónoma frente al abrazo del oso
del bloque españolista se convertían en seguidismo del soberanismo. Cabe preguntarse,
¿qué hay de clase en defender un Estado capitalista?; ¿qué hay de democrático en una
Constitución que niega la autodeterminación?; ¿qué hay de comunista en esa
preocupación enfermiza por el orden y la estabilidad?.

... y sus consecuencias.

20
IU puede condenar a ETA, lo hemos dicho, aunque lo haga desde un punto de vista
ghandiano o liberal. De hecho, desde una perspectiva nacionalista y socialista ETA
merece una durísima reprobación por su actuación. Nadie mínimamente serio podría
plantear que ni IU ni nadie se sumara a la acartonada respuesta estándar que hasta hoy
mantiene oficialmente EH ante los atentados de ETA, que viene a considerarlos casi
como una fatalidad natural. Pero ¿qué impide a IU, aunque sea en otro plano menos
elevado, acompañar esa condena de una igualmente dura critica política al bloque PP-
PSOE por su responsabilidad política en la ruptura de la tregua y una denuncia de su
carácter antidemocrático por su negativa a asumir el derecho a la autodeterminación?.
¿Que le impide condenar a ETA de forma independiente, sin sumarse sistemáticamente
a las convocatorias y contenidos auspiciados por PP-PSOE?. ¿Porque lo más que llega
IU a criticar al PP es por su electoralismo o por sus indiscretos excesos
antinacionalistas?. ¿Porque, por ejemplo, ni el PCE ni IU han criticado las redadas
vascas del juez Garzón?. La omisión en ocasiones es una forma de afirmación y de igual
forma que en el informe del PCE, la ausencia de critica alguna a CCOO-UGT ejemplifica
su apoyo a sus direcciones, en el documento de IU la ausencia de estos contenidos
evidencia que IU no quiere deslindarse efectivamente de lo que PP-PSOE representan
políticamente.

IU sigue defendiendo a la Constitución española de una presunta "relectura regresiva


centralista y conservadora por parte del PP" y la sigue considerando "marco de
convivencia", aunque adelanta que no la ve como "limite infranqueable". Lo que IU
sigue sin aclarar es cómo combinar esa valoración positiva de la Constitución española
-a la que hay que salvar de los perversos descarados del PP- con la salida de esta
situación y a qué se refiere con los limites constitucionales. En esto, el PCE,
nuevamente, es más claro. Afirma que defienden "la Constitución y el estatuto de
Gernika como marco democrático para debatir los problemas y encontrarles solución
(...), instrumentos útiles e imprescindibles para seguir avanzando(...)que deben
modificarse cuando las circunstancias lo exijan", es decir, consideran el problema como
parte de la solución. La autodeterminación y la soberanía nacional no pueden ni
depender ni obtenerse por la vía de las relecturas o las reformas constitucionales sino a
través de un proceso nacional constituyente de ámbito vasco. ¿Cómo pedir este
planteamiento cuando el PCE considera incluso que su falsa autodeterminación -un
derecho formalmente asumido pero en condiciones imposibles de ser ejercido con
efectividad- ya es muy difícil de defender y de ejercicio imposible sin cese previo de
ETA?. ¿Cómo tomar en serio a quienes (IU) en un documento(3) proponen que es
necesario reformar el Titulo Preliminar, el III, el VII, el VIII, el IX y el X, o lo que es lo
mismo, dos tercios de la Constitución española y aún siguen defendiéndola pese a ello y
considerándola "marco de convivencia"?. ¿Cómo calificar a quienes (PCE) llegan a
reconocer el déficit de legitimidad democrática de la Constitución española porque "se
elaboró y aprobó en una situación de presión reaccionaria y de amenazas de golpe de
estado(...)lo que tuvo un peso fundamental en la conciencia de quienes aprobaron la
Constitución" para a continuación repetir por enésima vez un llamamiento a
defenderla?.

El discurso y las ansias de IU pasan por la recuperación de la unidad de las fuerzas


democráticas, es decir, la resurrección del pacto de Ajuria-Enea, o lo que es lo mismo, la
reincorporación plena del PNV al marco autonómico de tal manera que le devuelva
legitimidad y estabilidad, acompañado de la exclusión del MLNV. Una situación en la
que, dentro de lo admisible por el bloque PP-PSOE, el PNV pueda gestionar y a IU se le
devuelva en el reparto su papel de actor secundario y no como ahora en que el pacto
españolista la reduce a la función de meritorio o mero espectador. De ahí sus criticas a
las derivas soberanistas del PNV; su manipulación reinterpretativa de lo que fue el
Pacto de Lizarra-Garazi. De ahí su enfoque que intenta deslindar paz de más
democracia y reintroduce el viejo esquema Sharon paz por paz, que, al margen de lo
que pueda desearse sobre el cese de la actuación de ETA, es evidente que lo que hace es
contribuir a su enrocamiento y a la degeneración de la situación. En términos de
Gobierno, la línea de IU trabajaría básicamente por un Ejecutivo PNV-PSOE-IU aunque,
fruto del compromiso interno para satisfacer a Madrazo, no desautorice tampoco la
combinación PNV-EA-IU. Todo su planteamiento sobre el dialogo es deudor de esta

21
orientación cuando los diálogos realmente útiles son el que habría que realizar entre las
fuerzas que están por la autodeterminación efectiva y el dialogo interno en el MLNV
para conseguir que ETA parase, bien por el camino del acuerdo bien por un
pronunciamiento unilateral de EH-HB. Ambos diálogos están intercomunicados e
interrelacionados de forma objetiva y si fructificaran darían lugar a un nuevo escenario
político e institucional que sería el que tendría que negociar, en su caso, con la parte
española.

Pero IU lo que precisamente excluye es un Gobierno PNV-EH-EA-IU, o lo que es lo


mismo, la formula política que -acompañada o precedida de una tregua indefinida de
ETA- podría abrir vías efectivas a una solución democrática del problema vasco.

En resumen, IU no es equidistante. Está del lado español.

Sin oposición.

Esto es lo que ha aprobado, sin oposición, la Presidencia federal de IU. Para quien
conoce la trayectoria de IU no resulta extraño que Espacio Alternativo sólo haya llegado
a abstenerse. No es sorprendente dada su historia de alianzas y posicionamientos en IU.
Si resulta más decepcionante que la Plataforma Critica no haya estado ni un palmo más
allá y también se haya abstenido. Se sabe que en el seno de la Plataforma el componente
autodefinido nacionalista que hay es la CUT-BAI -de limites políticos sobradamente
conocidos en Andalucía- pero se presumía que, además, también había comunistas de
diversas corrientes que entendían esta adscripción como algo más que una etiqueta sin
contenido. Según parece, hace más tiempo del conveniente que no leen ni siquiera a
Lenin sobre estos temas.

Notas:
(1): Art. 1º. Estatutos federales de Izquierda Unida. La negrita es nuestra
(2): La negrita es nuestra.
(3): Un Estado Federal, Plurinacional, Democrático y Solidario-
Modelo de estado de IU Federal, Madrid, septiembre, 1998
Enlaces:
Documento de la Presidencia Federal de IU, en IU contra el terrorismo,
Informe del Comité Federal del PCE,
Documento Rejón-Modelo estado IU federal,

jueves, 25 de enero de 2001 3:40


[BoletinAndaluciaLibre] nº 72 - Crónica Andalucía - Rei - Pacto social - Palestina -
Sahara - Intelectuales ...

Solidaridad con Pepe Rei


La detención del periodista Pepe Rei es un autentico escándalo y un atentado a la
libertad de expresión y a los derechos democráticos básicos.

Los cargos que se le imputan son absurdos, ridículos; moverían a risa, si no conllevaran
consecuencias tan nefastas. ¿Quién puede creer que ETA selecciona objetivos de sus
acciones al dictado o por la mediación de una revista de amplia difusión?.

La persecución sobre Pepe Rei, último eslabón hasta el momento de una cadena infame,
manifiesta que en el Estado español se puede encerrar a personas no por desarrollar
actos violentos o colaborar con ellos -lo que entra dentro de lo normal- sino
simplemente por compartir y difundir ideas y hechos incómodos para el pensamiento
único establecido. Para silenciar voces molestas se obvia la posibilidad de la querella por
calumnias -quizá porque se sabe que no tiene ningún futuro y que puede volverse como
un bumerang contra sus inductores- para dar un salto mortal achacándoles
«colaboración con banda armada». Es también la enésima aplicación judicial de la tesis
del PP de que toda la izquierda abertzale es ETA, sea cual sea su opinión sobre ETA y lo
que hace ETA y que coincide plenamente con la línea argumental de los sumarios

22
instruidos por el juez Baltasar Garzón en la Audiencia Nacional. Sólo hay que recordar
al respecto a Sabino Ormazabal, que todavía continúa en prisión.

Es la enésima prueba de la colusión entre las instancias gubernamentales y judiciales y


de su intimidad con las grandes empresas mediáticas. Para ello, sólo hay que repasar la
secuencia de los acontecimientos. La detención del comando Barcelona de ETA es
presentada en televisión con imágenes policiales que se detienen en un ejemplar de Ardi
Beltza. A renglón seguido, se anuncia que el empresario y locutor Luis del Olmo figura
entre los objetivos del comando. El citado Luis del Olmo -que según El País ya esta
advertido de esa condición por mediación de Almansa, jefe de la Casa Real y Mayor
Oreja, ministro del Interior- arremete públicamente contra Pepe Rei, acusándolo
públicamente de lo divino y de lo humano. El ministro portavoz del Gobierno del PP,
Pío Cabanillas, declara a las 12,06 horas que "entiende perfectamente la frustración de
la opinión pública ante el caso de Pepe Rei y la actuación de la Justicia y que
presupone de salida que el juez está tomando las medidas que estima y que al final
todo tendrá su buen fin", añadiendo que el Ejecutivo, "respetando la independencia de
estos organismos", es el "primer interesado" en "la rapidez de todas aquellas medidas
que deban tomarse". Esa misma tarde se detiene a Pepe Rei. Hay que decir aquí que,
recientemente, la revista Ardi Beltza edito el libro, Un rey golpe a golpe, una
biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón.

Es otro recordatorio más de los límites que no se deben traspasar. Dos días antes, el
presidente de la Comunidad de Madrid y dirigente del PP, Alberto Ruiz Gallardón, cesó
al director general de su televisión autonómica, Silvio González, por ofrecer un
tratamiento «neutral e imparcial» en un programa dedicado a Euskadi. Según explicó el
Consejero de Presidencia de Madrid, Manuel Cobo, el programa afectaba a «un asunto
de Estado» y, «en este asunto, en el terrorismo, no se puede ser, y nosotros no lo somos,
ni neutrales ni imparciales». Para entender debidamente la cuestión, cabe destacar que
el programa versó sobre la situación política de Euskadi en general: derecho de
autodeterminación, ciudadanía, sufrimiento de todas las víctimas... y no sobre ETA.

La detención de Pepe Rei tiene, además el añadido, de producirse sobre una persona
que ha acudido siempre a las dependencias judiciales cuando ha sido citado.

Se han encendido todas las luces rojas de alarma. Es verdad que la delirante táctica de
ETA ha situado bajo mínimos -cerca del cero absoluto- la simpatía hacia Euskadi y su
izquierda nacionalista fuera de allí. Aún así, es necesario hacer entender que el caso Rei
no es un caso ligado a ETA sino a la defensa de los mínimos democráticos
imprescindibles para que toda izquierda de cualquier nación del Estado tenga
posibilidades de actuar y desenvolverse, tanto hoy como mañana. Este es el meollo del
asunto. Esta es la prueba. Por ello. los silencios de quienes van por la vida de
intelectuales de izquierda resultan tan clamorosos; por ello estremece que la única
reacción al respecto desde las estructuras de dirección de IU, la primera fuerza
parlamentaria a la izquierda del PSOE, hayan sido unas muy prudentes declaraciones de
Oskar Matutes, coordinador de la presidencia de EB, en tanto IU estatal no abría la
boca.

Cuente Pepe Rei y la revista "Ardi Beltza" con nuestra solidaridad.

La Vasquitis,
A propósito del caso Sánchez

Tras la caída del comando Barcelona de ETA, la detención de Diego Sánchez, hijo de un
comisario y una funcionaria de policía, ha tenido un importante impacto social. No es el
primer caso en que se reúnen estas circunstancias un tanto morbosas pero sí el que ha
obtenido mayor atención pública. No vamos a adentrarnos en el proceloso sendero de
las interpretaciones psicoanalíticas ni vamos a esbozar ningún elemento
interpretativo más propio de un guión cinematográfico que de un artículo de análisis. Ni
siquiera vamos a dar por cierto todo lo publicado, aplicando una sensata prudencia
nacida de la experiencia y atendiendo además al llamamiento hecho por amigos y
familiares de otros detenidos que están viendo como un día se encierran peligrosos

23
etarras o colaboradores para al siguiente ser puestos en libertad sin cargos, eso sí, sin
forma de recuperar la estima pública y resarcirse de los daños morales y de otro tipo
sufridos a cuenta de una detención sustentada en la falsa adscripción a ETA.

El "a propósito" del titulo no es pues una figura retórica. No vamos a hablar nada de
Diego Sánchez -al que no conocemos- ni bien ni mal. Queremos subrayarlo.

-----

Lo que nos va a ocupar es la pregunta genérica -que trasciende estas circunstancias


concretas- que inmediatamente nos surgió al enterarnos no tanto del hecho en si, como
de la presentación periodística de la noticia: ¿qué hace un independentista
catalán ayudando a ETA?. Y lo vamos a hacer, como es lógico, como si ese caso
hipotético en lugar de ocurrir allá hubiera pasado aquí, en Andalucía.

Aparte las consideraciones y juicios generales que pueda motivar la acción de ETA -que
ya hemos tratado aquí en otras ocasiones-, lo inusitado de la cuestión planteada era -a
estas alturas- leer que era posible que alguien nacionalista de cualquier nación del
Estado español ayudara a ETA o asumiera la lucha de ETA como propia, hasta el punto
de integrarse en sus filas. No estamos hablando de apoyar el derecho democrático a la
autodeterminación de Euskadi (elemento propio de cualquier demócrata); no nos
referimos a denunciar las violaciones de derechos democráticos, actitud natural en
cualquier persona de bien; tampoco a sostener una salida independentista u oponerse a
la Constitución española (cuestión normal en cualquier nacionalista o persona de
izquierdas consecuente) o a considerar al MLNV punto de referencia político de la
izquierda vasca, lo que es casi un dato objetivo. De lo que estamos hablando es de
meterse en una organización que si algo tiene demostrado es su absoluto desprecio
político a todo lo que no es ella, su descarada instrumentalización de cualquier postura
solidaria, su desinterés visceral sobre las luchas o intereses de los otros movimientos de
liberación nacional del Estado español, su consideración de las otras naciones u
organizaciones políticas no como sujetos sino como meros objetos, simples campos de
maniobras, en su estrategia de confrontación con el Estado español. Por supuesto, todos
estos fenómenos son plasmaciones de posturas que tienen su origen en el mismo
planteamiento de ETA sobre su papel en Euskadi pero no por ello dejan de manifestarse
con nitidez y otras consecuencias cuando ETA actúa fuera de Euskadi. A ETA le importa
un comino la emancipación nacional de los Países Catalanes, de Canarias, de Andalucía
o de Galicia. De lo contrario no habría hecho -aparte otras razones- lo de Hipercor o lo
del peluquero de Armilla. ETA va a lo suyo. Tiene tanto en cuenta la opinión del
nacionalismo revolucionario catalán o andaluz como lo pueda tener el Estado español,
es decir, nada. A ETA -la única- le trae sin cuidado que cada acción suya en una nación
ajena sea una losa que, inopinada e injustificadamente, cae sobre las espaldas de
quienes en ese país intentan construir una alternativa de emancipación nacional y
social. No agudiza ninguna contradicción, no despierta ninguna conciencia;
trasplantando irresponsablemente su practica a un escenario ajeno sólo esteriliza todo
lo que toca alrededor, sólo genera reacciones de rechazo, incomprensión, aislamiento,
asco. Con todo esto sobradamente demostrado y contrastado desde hace años -antes y
después de la tregua- ¿cómo es posible que todavía puedan darse casos de vasquitis
aguda?. ¿Cómo es posible que alguien, en cualquier parte, pueda pensar todavía que
lucha por su nación, enrolándose como auxiliar en la legión extranjera de ETA?. ¿Cómo
se puede ser tan lerdo como para confundir desaceleración con aceleración?. ¿Cómo se
puede ser tan ingenuo o tan estúpido de pensar en salvadores extranjeros?. ¿Cómo se
puede explicar intelectualmente esa huida del propio país real a una Euskadi mítica e
imaginada?. ¿Cómo justificar esa transferencia de lealtades?.

Euskadi es un país complejo; ciertamente su izquierda es cualitativamente mayor que la


de las otras naciones; es inevitable que se produzcan fenómenos de subjetividad
emocional sobre todo cuando es constante el bombardeo de noticias derivadas de la
cuestión vasca e inviable eludir los debates que Euskadi provoca o la rabia por muchos
desmanes del Estado (este mismo Boletín lo evidencia) pero todo esto tiene que ser
tratado con objetividad. No hay mayor estupidez que aplicar el campismo al caso vasco
en su forma más mecánica: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Pues no; no es

24
tu/nuestro amigo. No valen seguidismos acriticos ni fidelidades inquebrantables en el
terreno político. Ni siquiera vale la diplomacia porque Euskadi, querámoslo o no, se nos
ha convertido a todos, por la acción de ETA y del Estado, no en un problema externo
sino en un problema interno y por tanto estamos legitimados para opinar tan
francamente como nos parezca oportuno. Ya resulta políticamente muy discutible
-como ocurre en ciertos casos y países- que se configuren en naciones del Estado
español organismos estables específicos de solidaridad con Euskadi; como si Euskadi
fuera Colombia u otro país lejano y nos pillara a todos a miles de kilómetros, en lugar de
ser un tema más de la agenda política de cualquier organización. Pero dar el salto
cualitativo de integrarse en ETA ya es que resulta inconcebible. Es el equivalente a una
abjuración nacional, al abandono de la nacionalidad. No caben fidelidades compartidas
cuando se trata de ETA. Quien antes o ahora, colabora con ETA deja de ser
políticamente andaluz, catalán o canario; piense lo que piense. No caben ambigüedades
al respecto. Ninguna condición o consideración personal tiene entidad para alterar este
juicio y esta actitud.

martes, 06 de febrero de 2001 7:20


[BoletinAndaluciaLibre] nº 75 - IU y Ardi Beltza - Andalucía - Inmigración -
Internacional – Encuestas

IU despide a un asesor en Córdoba por firmar un texto de apoyo a Pepe Rei


Llamazares pide explicaciones a miembros de IU que apoyan a Rei
Maestro (IU) indica que las medidas contra Rei son de un estado de excepción

Gestos
Hay gestos que definen mejor a una formación política que miles de palabras
amontonadas. Hace pocos números ya analizamos en este Boletín los documentos de IU
sobre Euskadi. Hoy no toca diseccionar análisis, argumentos, intereses... Hoy es el
momento del gesto. De la acción y de las palabras que la acompañan que, sobre un
episodio, tienen la maravillosa virtud de mostrar a la luz del día los habitualmente más
recónditos recovecos de una organización.

Es sabido que el periodista Pepe Rei está en prisión pendiente de juicio acusado de
"colaboración con banda armada". No se atrevieron a acusarle de "calumnias" y el
contexto político permite que lo absurdo encarne en sumarios judiciales, si así interesa.
Y debe interesar bastante retirar a Rei de la circulación y de paso, dentro y fuera de
Euskadi, dejar claro cuales son los limites que nunca se deben traspasar. Un
escarmiento en toda regla. Pepe Rei es director de una revista de denuncia, Ardi
Beltza; autor de una biografía del Juez Garzón y su revista ha tenido además
recientemente el atrevimiento de editar también una biografía de Juan Carlos de
Borbón, muy interesante por cierto. Ya hablamos de ello en varios números...

Tras la detención y como elemental ejercicio de solidaridad democrática y de izquierda,


Rei comenzó a recibir muestras de apoyo y de animo. Cartas, llamadas, firmas... Un
movimiento modesto pero valioso; gentes de diferentes ideas y nacionalidades que
supieron entender que el caso Rei no era "un caso ETA" sino un "caso Libertad". Que se
podía estar en desacuerdo profundo con lo que ETA hace y a la vez sentirse vinculado a
la suerte de este gallego afincado en Euskadi. Gentes que entendieron que las izquierdas
de las diferentes naciones de este Estado se jugaban mucho en este caso.

Al parecer, Miguel Ángel Heredia, asesor del Grupo municipal de IU que gobierna en
coalición con el PSOE el Ayuntamiento de Córdoba, sintió y vio también que era
obligado solidarizarse y firmó un manifiesto de apoyo a Rei.

Conocido el hecho, fue despedido de su trabajo. Un despido ideológico en toda regla: lo


despidieron por sus ideas. Porque en el ideario de la empresa, en este caso IU, no cabía
que pudieran pagarle un salario a quien tenía el atrevimiento de poner su nombre bajo
un texto que osara defender la libertad de expresión, incluso cuando la ejercen quienes
están contra del régimen vigente. A esto IU de Córdoba le llamo apoyar "actuaciones
que van contra la paz"; su portavoz municipal, además, ejerció de juez anticipado,

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señalando que no podían admitir que se apoyara "a quien auspicia asesinatos y señala a
posibles victimas de ETA". Rei no merece ya solidaridad, ni siquiera la muy liberal
presunción de inocencia... Condenado antes del juicio por IU.

El portavoz municipal del PP echó de menos un pronunciamiento de Rosa Aguilar,


alcaldesa de IU y precandidata a cartel electoral de IU a nivel estatal en las próximas
generales. Aguilar lo desmintió al instante y fue rotunda: firmar ese manifiesto
convertía a Heredia en un ser despreciable, en un traidor a IU. Su antiguo interlocutor
privilegiado, Mayor Oreja, seguro que quedo satisfecho con tan nítida y radical condena.

Quizás alguien esperaba que desde Madrid se introdujera moderación. A fin de


cuentas, hasta este episodio IU había respondido con el silencio, escurriendo el bulto;
pareciendo querer evitar ensuciarse demasiado con el caso Rei y también con la ultima
cadena de actuaciones de Garzón. Tate. Su coordinador general Llamazares salió en
tromba en apoyo de su aliada Aguilar y tiró por elevación: condeno el manifiesto -que
para algo es un órgano unipersonal- como algo al margen de la política de IU y de paso
dijo que iba a pedirle explicaciones a todo bicho viviente que se hubiera atrevido a
firmar personalmente el texto, empezando por Nines Maestro, portavoz de la
Plataforma Critica de IU. Y dado que ni por asomo condenó, reprobó o criticó el
despido, dio por sentado que lo sostenía y de paso que si no se despedía a mas gente en
IU es porque en la nómina de IU no hay muchos más que, cobrando de IU, se atrevan a
poner su nombre en según qué papeles. Y a los que pudieran cobrar y firman y están
alto, todavía no les ha llegado la hora...

Y este es el sector abierto, dialogante, moderno, democrático etc de la Mayoría de IU.


Ni Willy Meyer o Pedro Marset lo hubieran hecho mejor... Alcaraz quizá debió pensar
aquello de que unos mean en lata y no suena y otros mean en lana y suena. Pero
tampoco había para tanto. Esto es un tema "de Estado" y ahí sólo cabe cerrar filas.
Aguilar es como mínimo tan inteligente como ambiciosa y sabía que los medios de
comunicación en su actuación no iban a ver autoritarismo sino autoridad y que una
futura candidata no puede ser débil ni parecerlo en según qué cosas. Y poca gente hay
más preocupada que Aguilar por cuestiones de imagen; hasta el punto de que en su
etapa de diputada fue capaz -lo que tiene su merito- de construirse casi un gabinete de
promoción personal a cuenta de IU, con el consiguiente enfado de sus adversarios
internos.

¿Porque esa rabia profunda?. ¿Quizá es que se creen su propia propaganda?.


Seguramente, no. Más bien sufren de un sordo malestar contra quienes se atreven a
ponerlos en evidencia. Posiblemente, Noske también pensó, entre otras cosas, que Rosa
Luxemburg era una metepata que daba excusas a la reacción; que ensuciaba el nombre
de la izquierda con su irresponsabilidad y que lo mejor que podía hacerse era hacerla
desaparecer para que volviera la normalidad. En el grupo municipal de IU en Córdoba
ya hay de nuevo normalidad y Heredia sigue vivo, aunque en el paro. Son otros tiempos
y otras circunstancias.

Juan Manuel Sánchez Gordillo, portavoz nacional de CUT-BAI, condenó públicamente


el despido con argumentos sólidos y contundentes y dijo que en la próxima ejecutiva de
IU-CA iba a exigir la readmisión de Heredia. Lo justo. Pero en esa ejecutiva finalmente
no pudo ser: el llamado sector critico de IU-CA, donde coexiste Gordillo precisamente
con Aguilar, decidió boicotear la reunión por una decisiva cuestión: siguen sin estar de
acuerdo con el reparto de áreas y colocaciones que ofrece el llamado sector oficial de
Alcaraz-Valderas-Romero; asunto clave que deja sin sueño a las masas populares
andaluzas, como todo el mundo sabe. Quien sabe; quizá se reservaron para plantear el
asunto: la revocación del despido; la critica y desautorización a los autoritarios; el apoyo
a Rei por defender la libertad de expresión... en órganos de más eco y empaque,
llámense Consejo Andaluz o Consejo Federal, donde la izquierda que queda en IU pueda
dar fe de su existencia. Por ahora, tras la ultima Presidencia Federal de IU la
doctrina Llamazares sigue siendo que ni siquiera personalmente es admisible que se
firme, o dicho de otra manera, si piensas distinto que no se entere ni tu sombra. IU esta
firme como el granito y el ABC se manifiesta satisfecho...

El orden reina en Córdoba.

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lunes, 05 de marzo de 2001 3:50
[BoletinAndaluciaLibre] nº 81 - España roba millones - SOC - Jesus Albarracin -
Euskadi - Cataluña

La razón de la sinrazón (que a la razón enloquece)


Oskar Matute y doce firmas más * Miembros de IU/EB /GARA

No parece probable que un problema de déficit democrático pueda solucionarse


recortando las libertades ya existentes, desandando lo andado en los últimos
veinticinco años y negando, en definitiva, la existencia del mismo problema, a saber:
la incapacidad de la democracia española para dar una salida democrática al conflicto
vasco; salida que necesariamente habrá de pasar por reconocer a Euskal Herria el
derecho a elegir su propio destino sin más cortapisas que el de la voluntad popular
libremente expresada.

No hablamos de un conflicto en clave nacionalista, ni siquiera hablamos de un


conflicto en el que unos se sienten sólo vascos y otros, además, españoles. Hablamos
de soberanismo, de democracia, de libertad para elegir y de libertad, incluso, para
equivocarse en esa elección. No hablamos de dos nacionalismos que se oponen en
justa lid, sino de un nacionalismo (el español) que pretende negar al otro (el vasco)
cortando de raíz toda posibilidad de convertir la mayoría política, sindical y social de
este país en algo tangible que se traduzca en un entramado jurídico y político distinto
del actual, y acorde con esa voluntad mayoritaria que ha de obligarse a encontrar el
denominador común que permita el consenso más amplio posible.

Y el Gobierno del PP así lo ha entendido, como ya comprendió en su día que Lizarra-


Garazi no planteaba un nacionalismo contra otro nacionalismo, sino una voluntad
democrática contra otra impositiva. Frente a la decisión de todos los vascos, incluidos
los que votan PP y PSOE, ellos nos imponen un Estatuto y una Constitución que sólo
a ellos satisface. Pero por mucho que prediquen que esas leyes son «lo que nos une
a los vascos», la realidad es tan cabezona que han llegado a la conclusión de que
sólo ocultándola y reprimiéndola podría parecer que se transforma.

Y así se explican los preocupantes hechos que todos conocemos: la carga contra
AEK, Zumalabe, Ekin, Xaki o "Ardi Beltza", cuyo prólogo fue el cierre de "Egin" y el
encarcelamiento de toda la dirección política de un partido que cada poco es
legitimado en las urnas por una franja importante de nuestros conciudadanos y
conciudadanas. Si la realidad es tan tozuda que no presenta esa Euskal-Herria al
gusto de Mayor Oreja, metamos en la cárcel todo aquello que al poder le gustaría ver
desaparecido. El nacionalismo es un invento de Sabino Arana gritan los del bucle
represivo, mientras veneran todavía en la gruta de Covadonga el inicio de una
reconquista imposible. Don Pelayo Mayor Oreja está dispuesto a luchar durante otros
siete siglos hasta la capitulación final del indómito vasco. Como el mismísimo Cid, no
promete oro y oropel, sino sangre, sudor y lágrimas.

Y en territorio conquistado se empieza con los símbolos: prohibamos la lingua


navarrorum en la mismísima Navarra; impongamos la bandera española en todo
mástil del territorio vascón. Reescribamos la historia al estilo franquista para que los
niños vascos de hoy se conviertan en los españoles del mañana: el «Hombre Nuevo»
con «Camisa Vieja».

Y eso sí, continuemos con los llamamientos a la unidad de los demócratas, al estado
de derecho, a las libertades conquistadas bajo la égida constitucional. Incluso
utilicemos las viejas canciones de los rojos para entonar el "No nos moverá). La
confusión es tal que el laberinto vasco ya necesita hasta de guías para orientarse o
perderse en el mismo. Porque más que un laberinto se ha convertido en un callejón
sin salida donde todos nos golpeamos la cabeza contra el muro del fondo.

Hasta las palabras carecen de significado: en democracia ya nos es lícito criticar al


poder; el diálogo sólo debe producirse entre aquellos que previamente se han puesto
de acuerdo; la libertad de expresión depende de lo que se pretenda expresar; el
euskara es tal reliquia que debe desaparecer de la calle; la libertad consiste en
ejercerla en el mismo sentido que indica el poder.

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Confusión por doquier. Olvidemos el millón de muertos que empezaron a contarse en
julio del 36, pero recordemos a las otras ochocientas víctimas hasta la saciedad.
Utilicemos las palabras perdón o reconciliación con el mismo espíritu que utilizamos
las de libertad, democracia, estado de derecho. Perdón, reconciliación y olvido sólo
para unas víctimas. Mientras tanto condecoremos a Melitón Manzanas, porque el
dolor se ha convertido también en importante moneda de cambio.

Y en medio de este panorama ni siquiera podemos gritar «Basta ya», porque hasta
de esas palabras se han apoderado quienes ya venían sobrados. *

Nota. Los otros firmantes de este artículo son: José Pinto, José Manuel Izagirre, Pilar
Moreiro, Ana Zarobe, Begoña Vesga, Jesús Mª Saldaña, Miguel Angel Sánchez,
Arturo Muñoz, Isidoro Apraiz, Alfonso Ríos, Vicente Silva y Mikel Labeaga.
Opinión
¿EB ó IU?
Este articulo, amen de un análisis de la situación vasca, lleva consigo implícitamente
una severa condena moral y una dura critica política de la orientación españolista
dominante en IU.

Esa línea política ha vuelto a ser refrendada en su ultimo Consejo Político Federal por
72 votos a favor, 12 en contra y 5 abstenciones. La votación se ha producido tras un duro
y agitado debate en el que la Plataforma Critica -rectificando erróneas abstenciones
pasadas- ha propuesto documentos políticos alternativos y denunciado la ominosa
connivencia política de IU con los que encierran periodistas como Pepe Rei.
Lógicamente, sus posiciones de izquierda le han llevado a votar NO al Informe de
Llamazares que sanciona esta practica absolutamente contradictoria con los más
elementales principios democráticos y de izquierda; sostenida entre despidos de
disidentes (Córdoba) y calumnias hacia los disconformes (Santander). Llamazares ha
ratificado, por su parte, que su apuesta en la CAV es por un Gobierno PNV-PSOE-IU, es
decir, la reinstauración del marco estatutario y constitucional en todo su esplendor.

En este escenario, no es fácil explicarse como fuerzas como Espacio Alternativo o


personas como Oskar Matutes, primer firmante del articulo que reproducimos, sólo
hayan llegado a abstenerse ante este proyecto conservador.

Ante la opinión publica, restan vivas las preguntas obvias: ¿qué define a EB?,
¿Artículos como este o el voto y la política definidas en Madrid?. De momento, con los
elementos de que disponemos, es obligado concluir que quien ni siquiera se atreve a
votar NO a un papel en Madrid, mucho más difícil es que se oponga en los hechos en
Euskadi a la política que condena, sin mayores consecuencias, en un momento de
desahogo.

Que tomen nota en Euskadi.


martes, 15 de mayo de 2001 1:18
[BoletinAndaluciaLibre] nº 87 - Especial Elecciones Vascas - Granada Resiste -
Córcega - Macedonia

ESPECIAL ELECCIONES VASCAS


Ayer, 13 de Mayo de 2001, se celebraron en los territorios de Álava, Guipúzcoa y
Vizcaya que forman parte de la Comunidad Autónoma Vasca en el Estado español,
elecciones parlamentarias.

Estos comicios en esta parte de Euskadi han sido reiteradamente valorados por los
medios de desinformación españoles como "tan importantes políticamente como
unas elecciones generales".

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Desde Andalucía Libre creemos apropiado dedicarles un numero Especial de
Urgencia.

Antecedentes

Elecciones - 1994 VOTOS ESCAÑOS

Nº (*) % Nº %

EAJ-PNV 304.346 29,32 22 29,3

PP 146.960 14,16 11 14,6

HB 166.147 16,01 11 14,6

PSE-EE/PSOE 174.682 16,83 12 16

EA 105.136 10,13 8 10,6

IU-EB 93.291 8,99 6 8

Unidad Alavesa 27.797 2,68 5 6,6

Fuente: Anuario EL PAIS.

Elecciones - 1998 VOTOS ESCAÑOS

Nº (*) % Nº %

EAJ-PNV 350.322 28,01 21 28

PP 251.743 20,13 16 21,3

EH* 224.001 17,91 14 18,6

PSE-EE/PSOE 220.052 17,60 14 18,6

EA 108.635 8,69 6 8

IU-EB 71.064 5,68 2 2,6

Unidad Alavesa 15.738 1,26 2 2,6

*En 1994 Herri Batasuna (HB).

Las elecciones en la CAV en 1998 se celebraron en plena vigencia de la tregua de


ETA y mientras PNV, EA, EH y EB-IU formaban parte operativa del Foro de Lizarra,
un acuerdo de base democrática que diagnosticaba la naturaleza política del
conflicto vasco, apostaba por el dialogo y la negociación política sin vetos ni
exclusiones como única vía eficaz de resolución en condiciones de ausencia de
acciones de ETA y que condicionaba el marco político resultante exclusivamente a la
voluntad democrática de la ciudadanía vasca sin corsés previos.

ETA rompió su tregua a los 14 meses, abriendo con esa decisión una nueva etapa
en la situación política vasca. El anuncio del reinicio de sus acciones tuvo como
primera consecuencia política, tras varias vicisitudes, el abandono del Foro de
Lizarra por parte de EB-IU.

La ruptura de la tregua se debió a varios factores interrelacionados. A saber,

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1. La negativa desde el Estado español a admitir cualquier perspectiva de
avance hacia el reconocimiento de la Soberanía Nacional vasca y su derecho
a la autodeterminación. Esta posición fue compartida y apoyada tanto por el
PP como por el PSOE. Más aún, el Gobierno español del PP abundó en gestos
(declaraciones, dilaciones, detenciones, incumplimientos, mantenimiento de
la dispersión de presos...) destinados a dificultar el mantenimiento de esa
situación que valoraba como políticamente perjudicial.
2. La timidez y renuencia por parte del Gobierno PNV-EA, formado con el apoyo
de EH, a plasmar en hechos sus compromisos de impulsar un proceso
soberanista.
3. La impaciencia de los sectores hegemónicos en el MLNV por ver concretados
esos compromisos. Esta postura de la izquierda abertzale era sustentada
en una evaluación erróneamente optimista sobre las bases reales de la
recuperación electoral de HB-EH, acompañada de una estrategia voluntarista
sobre la articulación entre proceso soberanista y plasmación de la
territorialidad para superar la división de Euskadi entre la CAV, Navarra (en
el Estado español) más Iparralde (en el Estado francés).
4. El rechazo de ETA a admitir el final definitivo de su papel como agente
político sobre la situación vasca.

A partir de ahí la situación política inicio una paulatina degradación.

La patronal vasca Confebask reafirmó su sostén al marco estatutario y


constitucional. Las organizaciones sindicales nacionalistas ELA y LAB (que juntas
disponen de la mayoría sindical en Euskadi), por su parte, terminaron rompiendo su
acuerdo de unidad de acción.

El Estado español -a través de las iniciativas del juez Baltasar Garzón- desarrollo
una escalada represiva de criminalización progresiva del conjunto de la izquierda
abertzale, cambiando el principio de castigo por responsabilidad penal por el de
persecución por afinidad política o ideológica. Consecuencias de está política -que
enlaza con anteriores hechos como el cierre del diario EGIN o el encarcelamiento de
la Mesa Nacional de HB- fueron la ilegalización de Xaxi y Ekin; las detenciones de
militantes abertzales comprometidos con la desobediencia civil como Sabino
Ormazabal, entre otros; las diligencias contra la coordinadora de alfabetización en
euskera; el encarcelamiento del periodista Pepe Rei y el cierre de la revista Ardi
Beltza y recientemente la ilegalización de la organización juvenil Haika. Su tesis
central es que ETA no es sólo la organización que planea, prepara y ejecuta
atentados sino un entramado que engloba a quienes trabajan en cualquier ámbito
social con principios y objetivos que, a su criterio, coinciden con los de ETA. Este
criterio permite la modulación de la ampliación e intensidad de la represión según
las necesidades de la coyuntura política.

ETA, por su parte, desarrolló una irracional escalada de atentados con tiros y
bombas; buscando afirmar su pretendida fortaleza operativa y manifestar así su
capacidad de condicionar el curso político vasco. Entre la decepción, el hastió y el
rechazo crecientes de la población, ETA atentó contra representantes del PP y del
PSOE, entre otros, tanto en Euskadi como en otras naciones del Estado español,
buscando contribuir a tensar la situación entre el bloque españolista y el
nacionalista y dificultar sobre todo el restablecimiento de un marco político similar
al que en su día definió el Pacto de Ajuria Enea: acuerdo estatutista del conjunto
del mapa político vasco (con la excepción de la izquierda abertzale); sostenido y
vertebrado en un pacto de gobierno conformado a partir del eje PNV-PSOE. Ante las
acciones de ETA, EH fue incapaz de ir más allá de lamentar las muertes y el
sufrimiento que provocaba; tratándola como una especie de expresión
presuntamente inevitable y fatal de la situación.

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A lo largo de estos meses, mientras PP y PSOE desarrollaban una estrategia de
acoso y derribo contra el Gobierno PNV-EA, la totalidad de los medios de
comunicación españoles (prensa, radio y TV) desarrollaban un discurso uniforme
virulento y beligerante de condena al conjunto del nacionalismo vasco (asimilándolo
en bloque a ETA, directamente o como cómplices o beneficiarios); de afirmación
españolista y propaganda proconstitucional y estatutaria. A ello dedicaron horas y
horas de emisión en informativos y programas especiales e incontables paginas,
tanto de presuntas noticias como de opinión.

Realizamos ahora un repaso de la actuación y objetivos de las diferentes fuerzas


politicas.
Fuerzas de referencia española

El Partido Popular, partido de la derecha españolista postfranquista, encabezo la


ofensiva. Su eje político era considerar condición necesaria para la normalización
española en Euskadi la salida del Gobierno del PNV. El PNV, a sus ojos, se había
demostrado un aliado desleal del Régimen español por haber llegado a plasmar
políticamente su viejo ideario soberanista en forma de acuerdos con ETA y rubrica
del Pacto de Lizarra. La tranquilidad española, según su análisis, exigía el desalojo
del PNV y con él la destrucción de todos aquellos elementos materiales e
ideológicos que, consecuencia de su ocupación ininterrumpida del Gobierno
autónomo, a su entender, habían contribuido a afirmar una identidad vasca
contrapuesta a la española o no suficientemente supeditada a ella, de la que ETA y
la izquierda abertzale extraían también legitimidad. Acusando al PNV de racista y
nazi -a través de su cohorte mediática-, tachándolo de colaborador y cómplice de
ETA, afirmando que la única vía de eliminación del terrorismo era la policial y
rechazando que existiera ningún contencioso político nacional pendiente, el PP creía
llegado el momento de "tirar al niño (el nacionalismo vasco en su conjunto) con el
agua sucia (ETA)". Su objetivo era ejecutar un salto cualitativo en la españolización
de Euskadi -vieja aspiración de la derecha postfranquista española- a la vez que
ganar una posición inatacable en el resto del Estado español como abanderado de
un españolismo compartido por el resto de fuerzas políticas estatales.

En esa estrategia usó hasta la saturación a plataformas presuntamente cívicas


pretendidamente independientes constituidas al efecto -Foro Ermua, Basta Ya,
Plataforma Libertad, Movimiento contra la Intolerancia, etc- tras la que parapetarse
y resguardarse; dejándoles buena parte del protagonismo en su propaganda contra
el derecho a la autodeterminación, a favor de la Constitución española, contra el
PNV definido como "cómplice de ETA" y por supuesto de apoyo a las acciones
punitivas contra ETA y lo que también es importante, contra la izquierda abertzale.
El discurso de estas pantallas evidenció hasta que punto puede ser reaccionario y
antidemocrático un discurso apologético de un Estado burgués
democraticoparlamentario en circunstancias de opresión nacional. Estos montajes,
que recibieron cuidadoso, amable e intenso seguimiento mediático, estuvieron
encabezados por algunos intelectuales neoliberales como Savater, a proa de una
plantilla que mezclaba afines con PP y con PSOE. Es conveniente anotar la
circunstancia de que buena parte de sus figuras destacadas comparten un origen
político estalinista (habiendo roto con el PCE en diversos momentos) lo que
evidencia hasta que punto el españolismo impregnó al estalinismo español en
general y al vasco en particular. Es el caso de sujetos como Ibarrola, Vidal de
Nicolás, López de la Calle -asesinado por ETA-, Elorza,...; unos integrados
formalmente y otros asimilados a través de trabajo como columnistas: Jiménez
Losantos, Pradera, etc.

El antiguo delegado del Gobierno español de UCD, Mayor Oreja, Ministro del
Interior del Gobierno Aznar, encarnó este proyecto en sintonía con el propio

31
Aznar. Su objetivo: un Gobierno PP-PSOE en la CAV.

El PSOE es un partido social-liberal españolista, que tiene sobradamente acreditado


su compromiso con el Régimen monárquico-constitucional español. Si en etapas
precedentes, el Estado español recurrió a la guerra sucia a través de siglas como el
BVE o la Triple A, durante los gobiernos del PSOE tuvo lugar la actuación de los
GAL, a consecuencia de lo que un exministro del Interior del PSOE y un
exsecretario de estado -entre otros altos cargos políticos y policiales- fueron
condenados (y luego indultados por el PP) en alguna de sus causas abiertas sin
que, por supuesto, se desentrañaran ni purgaran todas las altas responsabilidades
implicadas.

La etapa de tregua evidenció hasta que punto es esencial en la identidad del PSOE
el españolismo, tanto en Euskadi como fuera de allí. El pretendido sector vasquista
del PSOE no pasó de los susurros, en tanto el partido aparecía como tal
intensamente implicado en evitar cualquier atisbo de reconocimiento del derecho a
la soberanía vasca, en buena medida, preocupado porque Euskadi ejerciera el papel
de primera pieza en una teoría del dominó que condujera a la desintegración de
España, dada su naturaleza plurinacional.

La dinámica política lógica y coherente a sus pronunciamientos públicos lo fue


acercando paulatinamente al PP, preocupado porque este le arrebatara la bandera
españolista en su totalidad, tanto dentro como fuera de Euskadi. Durante cierto
tiempo, su dirección de Madrid vio con preocupación que este proceso condujera a
una difuminación definitiva de sus ya de por sí muy finos y débiles perfiles
diferenciados en relación al PP, pero finalmente primó el temor a ser acusados de
traidores a España si mantenían abiertas puertas explicitas a un nuevo acuerdo con
el PNV. Por ello, el PSOE propuso y consiguió del PP, la firma de un Pacto
españolista -autodefinido como Acuerdo por las Libertades- que, aunque incluía una
condena explicita al PNV, significaba de hecho que las temidas acusaciones de
tibieza patriótica española desde el PP no acabarán de consumarse. Prácticamente,
sólo Odón Elorza, alcalde de Donosti, siguió apostando públicamente por no cerrar
los puentes con el PNV. Nicolás Redondo, acompañado de su antigua rival, la
histéricamente españolista Rosa Diez, por el contrario, apostaron claramente por un
Gobierno PSOE-PP/PP-PSOE.

Aún así, de forma discreta, el PSOE en Madrid ha seguido manteniendo contactos


con el PNV y no es casualidad que paralelamente, en estos últimos meses y aún en
medio del fragor de la batalla, periódicos, radios y tv locales vinculados al PNV han
llegado a acuerdos de colaboración y coparticipación con el Grupo PRISA (editor de
EL PAÍS) y soporte mediático-orientador político del PSOE; negocios en si mismos
que no dejan de ser significativos.

Izquierda Unida-Esker Batua, la federación vascongada de IU, ocupa un lugar


político singular en el escenario vasco, trabajosamente adquirido en los últimos
años. Muy condicionada por la posición estatal de IU, aprovechando su
fragmentación interna y utilizando a tope el doble discurso convertido en regla y
arte, ha sabido crearse una imagen propia en Euskadi, beneficiándose asimismo de
las incontables torpezas del discurso acartonado y berroqueño de EH, de una parte
y de la benevolencia desde el PNV, de otra.

IU-EB forma parte de IU. IU, formalmente, está por el derecho a la


autodeterminación (tanto para Euskadi... como para Madrid o Murcia), que destaca
en su discurso en Euskadi en la misma proporción que lo difumina fuera, aunque
subraya que su proyecto es un Estado español federal, lo que sí es
convenientemente publicitado fuera. Su modelo de proceso de cambio se atiene

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rigurosa y estrictamente a la propia normativa constitucional, que lo hace
dependiente del acuerdo de fuerzas como PP-PSOE y por tanto objetivamente
inviable e impracticable. Otro elemento de su discurso es el sonsonete que
pretende escindir reivindicaciones sociales (o confrontación derecha/izquierda) de
proyecto nacional (democrático o reaccionario) como si no estuvieran íntimamente
unidos en cuanto a escenarios y enemigos: el Estado burgués español (aunque eso
quizá suene excesivamente leninista en estos tiempos).

IU-EB formó parte del acuerdo de Lizarra y resistió incluso un cierto tiempo dentro
de él después de que unilateralmente la dirección estatal de IU decidiera
abandonarlo e instar a su organización vasca a hacer lo propio. Consiguió del PNV
una reforma democrática de la ley electoral que bajaba el umbral para obtener
representación del 5% al 3% (con la oposición antidemocrática de PP-PSOE). A lo
largo de este periodo, no participó en Euskadi del discurso fanáticamente
españolista del PP-PSOE, sin por ello atenuar su clara condena de las acciones de
ETA. El tufo reaccionario postfranquista del PP facilitó su denuncia nítida contra
Mayor Oreja y sus criticas al entreguismo del PSOE hacia el PP.

Internamente dividida crónicamente entre un 55-60% afín a Madrazo y un 40-45%


articulado en torno al PCE (que mantiene, aún actualizada, su vieja tradición
españolista que tan caracterizadamente encarnaron en su día estalinistas ilustres
como Ibarruri, Uribe, Hernández, Ormazabal o Tueros), ha tenido que defenderse y
soportar los ataques de la fracción Frutos (algunos de cuyos adlateres como Marset
han firmado textos de Basta Ya) predispuesta a sacrificar la implantación electoral
de su federación vasca a cambio de asumir sin ambigüedades ni contradicciones un
españolismo sin mácula.

Realmente, la posición de IU-EB nunca ha podido tacharse objetivamente de radical


y mucho menos de nacionalista vasca. Su propuesta gubernamental básica,
reiteradamente defendida tanto por Madrazo como por Llamazares, así lo define y
acredita. IU-EB ha defendido hasta la saciedad un Gobierno PNV-PSOE-IU que, bajo
la excusa del no frentismo, partía de reconocer de hecho, el veto españolista
interno en Euskadi y apuesta por una normalización política estatutaria. Aún así, los
mentideros políticos contemplaban la hipótesis de que, en caso de ser necesarios
sus escaños, para configurar mayoría suficiente, IU-EB hubiera estado dispuesta a
conformar un Gobierno PNV-EA-IU -de contenidos también estatutistas- aún a costa
de graves conflictos con IU. Para prepararse a esta hipótesis, que incluso
conllevaba el riesgo de escisión interna y separación de IU, Madrazo habría copado
con sus fieles todos los puestos de salida en las listas de IU-EB.

Fuerzas de referencia vasca

El Partido Nacionalista Vasco, partido nacionalista burgués de tradición social-


cristiana e implantación interclasista, ha gobernado la CAV ininterrumpidamente, en
solitario o en coalición con EA o con el PSOE, desde su constitución. En su practica
siempre supo conciliar sus hechos autonomistas y hacerlos convivir con sus
aspiraciones ideológicas independentistas; reafirmadas siempre al mismo tiempo
que postergadas a un futuro indeterminado. Con el Concierto Económico (y unas
cuantificaciones favorables en el cupo) en una mano y su permanente ambición de
representar al conjunto del país en la otra, ha ido tejiendo una especie de "Estado
de bienestar" vasco; acompañando al neoliberalismo pero sin distinguirse ni
señalarse por ello, como ocurre con su referente catalán, CiU. Sus posiciones
sociales no son perceptiblemente diferentes, por ejemplo, a las del PSOE (y por
extensión a las de quienes a la primera oportunidad pactan con el PSOE para
defender y hacer su política). No es el partido de la gran burguesía vasca,
como tienen querencia a retratarlo desde quienes quieren justificar su españolismo
con análisis clasistas que nunca usan en su propio país. Es el partido de la

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burguesía nacionalista (media y pequeña) a las que suma hondas raíces populares,
en tanto las grandes corporaciones con matriz vasca mantienen su tradición de
afinidad con la derecha españolista. Aunque PP-PSOE han intentado
reiteradamente retrotraerlo a las ideas racistas decimonónicas de su fundador
Sabino Arana, el PNV ni como fuerza ni como sector social es ni más ni menos
chauvinista que otras formaciones vascas, catalanas, andaluzas o españolas; más
aún, recientemente voto contra la reforma regresiva de la Ley de Extranjería
propuesta por el PP (con una coherencia que no pudo verse, por ejemplo, en el
PSOE). Incluso en el terreno democrático, para mantener su capacidad de
representación social y como elemento de su permanente juego de
presión/negociación con Madrid, mantiene una tradición de memoria y denuncia
democráticas frente al origen del Régimen español vigente y sus actividades,
singularmente favorable si la comparamos con la del resto de fuerzas políticas
(izquierda parlamentaria española incluida). En resumen, es la derecha nacionalista
con ambición y practica hegemónicas de un país con un alto nivel de desarrollo
económico y una trayectoria acrisolada de combatividad social.

La marea levantada tras el asesinato del concejal del PP de Ermua, Miguel Ángel
Blanco y los acontecimientos posteriores (junto a otros elementos como el proceso
de construcción europea) hicieron al PNV reflexionar sobre el interés de tomar
iniciativas de pacificación que sabía vinculadas a acuerdos sobre principios,
métodos y objetivos soberanistas. De ahí sus acuerdos con ETA y su participación
en el Foro de Lizarra. Una vez alcanzada la tregua, sin embargo, las dos almas del
PNV -autonomista e independentista- entraron en conflicto conduciéndole a la
dilación y a la parálisis. El tipo de propuestas recibidas desde ETA y desde EH
ayudaron a que cristalizara esa situación, permitiendo al PNV reafirmarse en sus
objetivos mientras mantenía la indefinición y la ambigüedad en las vías, los plazos,
los métodos. Instalado en ese espacio intermedio, la ruptura de la tregua lo colocó
en una posición política difícil y con una situación parlamentaria de minoría
mayoritaria tras el abandono del Parlamento por EH y la ruptura de sus acuerdos
con la izquierda abertzale.

El PNV optó por ganar tiempo, soportando el ataque furibundo mediático y político
del bloque españolista. Tras reafirmar socialmente su imagen institucional de
continuidad y centralidad, atendió la exigencia de adelanto electoral y a renglón
seguido formalizó coalición con Eusko Alkartasuna a costa de aceptar en su
manifiesto programático un recordatorio genérico del derecho a la
autodeterminación del pueblo vasco. El acuerdo con EA era imprescindible para
culminar su apuesta. Una comparecencia separada entre PNV y EA hubiera obligado
a ambas partes a explicitar sus proyectos de futuro. La previa ofensiva y acoso
españolista, sin embargo, justifico la alianza por razones de salvación nacional
frente a la amenaza de desembarco españolista.

Resguardado el flanco soberanista y la unidad nacionalista con el acuerdo con EA,


el escenario quedó dispuesto para un discurso político de la coalición PNV-EA
asentado en tres ejes:

• Una afirmación identitaria nacional vasca, amenazada por el españolismo.


• Una reivindicación del marco estatutario, eso sí sólo bajo gobierno
nacionalista (la imagen de "Euskadi gobernada desde Euskadi"), como
instrumento comprobado eficaz para preservar y defender esa identidad
vasca y el bienestar de los vascos.
• Una alerta intensa sobre las consecuencias regresivas que podría reportar la
perdida del gobierno y su pase a control por parte de las fuerzas
españolistas. El miedo real a la posibilidad de que ganara Mayor Oreja
(provocado por sus mismas declaraciones) y el desencanto y el desacuerdo
con la línea de EH, generarían las condiciones para la movilización electoral

34
masiva y su concentración de voto nacionalista en las candidaturas de PNV-
EA.

En resumen, un discurso nacionalista autonomista. No habían de aparecer en su


campaña, no ya los medios o pasos para avanzar hacia la Soberanía Nacional sino
ni siquiera la Soberanía como objetivo político (como afirmación de derecho se
considera implícita en la identidad vasca, aún estando destinada a no ejercerse).
Por su parte, el dialogo se presentó como vía hacia la paz no hacia la
soberanía; como elemento diferenciador frente a la exclusión, la vía exclusivamente
policial o la revancha que acompañaban el discurso de las fuerzas españolistas y
como justificación de la pasada trayectoria (PNV-EA dialogaron con ETA,
cierto; pero también dialogó el PSOE en Argel o el PP en Suiza etc). En otras
palabras, fue el PP-PSOE el que dijo que el PNV estaba por la soberanía vasca, no el
propio PNV, al que no le hacía falta. La coalición PNV-EA se presentó a si misma
como conservadora de lo existente (la autonomía nacionalista) y central, en el
sentido de equidistante frente a los dos extremos: "regresivos" revanchistas (PP-
PSOE) o "aventureros"(EH); aspecto este que remacho el propio Ibarretxe al
explicitar a los dos días de concluir la campaña que excluía de antemano gobernar
con los votos de EH, directa o indirectamente.

Este discurso suponía de entrada una victoria política del bloque PP-PSOE porque,
de hecho, el debate electoral se situaba entre dos formas de gestionar el mismo
marco político: la nacionalista y la españolista (cuando Lizarra, por ejemplo, en lo
que hacia hincapié era en el cuestionamiento de ese mismo marco como suficiente
para resolver las reivindicaciones y carencias de la identidad y la sociedad vascas)
mientras el rechazo explicito a ese marco quedaba restringido a EH que quedaba
políticamente aislada (obviamente, por responsabilidades políticas propias y
también por opciones ajenas).

Eusko Alkartasuna, nació como consecuencia de la ruptura del PNV. Definida como
una fuerza de izquierda nacionalista socialdemócrata explícitamente
independentista y contraria a las acciones de ETA, desde su formación ha estado
permanentemente atrapada entre la tentación del retorno a la vieja casa
peneuvista o la consolidación de un proyecto y una identidad políticas específicas.

Acompañó al PNV en la gestación de la tregua y en los hechos que siguieron a su


ruptura por ETA. Con un discurso más nítidamente soberanista, planteo propuestas
articuladas propias a las que no acompañaron iniciativas políticas que confirmaran
su autonomización en relación al PNV.

Planteada la convocatoria electoral, el PNV volvió a colocarla en la tesitura de optar


bien por plegarse al PNV al amparo de una coalición que subrayara la bipolaridad y
la situación de emergencia nacional, asegurándose a cambio su presencia
parlamentaria con grupo propio; bien por arriesgarse a una comparencia separada
asentada en sus perfiles políticos específicos más coherentemente nacionalistas y
socialmente progresivos que situara el debate electoral en clave multipolar y como
confrontación de propuestas definidas de salida a la situación, buscando y pudiendo
atraer a los sectores críticos de EH, aún a costa de jugarse el todo por el todo.

EA escogió formalizar alianza con el PNV; sabiendo que ello implicaba que su
discurso iba ser sepultado por la pragmática línea electoral del PNV (descrita más
arriba).

Euskal Herritarrok, formación heredera de Herri Batasuna, expresión política de lo


que se conoce como Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), nació
encarnando un momento de auge e iniciativa políticas del MLNV como consecuencia

35
de la tregua de ETA y de la formalización del acuerdo de Lizarra para ir
deslizándose paulatinamente hacia la parálisis política y la amplia decepción de las
expectativas e ilusiones que acompañaron a su nacimiento en el seno de la
izquierda y la sociedad vascas.

Durante la tregua no fue capaz de plasmar iniciativas políticas y proponer proyectos


de avance soberanista susceptibles de colocar en posición incomoda al PNV e ir
ganando espacios y afianzando la nueva situación. No se generó movilización social
ni se explicitaron consecuencias del proyecto soberanista en aspectos concretos o
sectoriales que motivaran la incorporación de nuevos sectores y el desgajamiento
de nuevas áreas sociales del ámbito de influencia españolista. Por contra, las
propuestas de ETA de construcción nacional, ideológicas y leguleyas, obsesionadas
por implicar formalmente a toda Euskadi y por negar la realidad política y social
derivadas de la división institucional y territorial, facilitaron al PNV su repliegue y
parálisis, calificando de absurdas y frívolas a las propuestas provenientes de la
izquierda abertzale.

La ruptura de la tregua fue una decisión unilateral de ETA en un acto de soberbia


que, ante su falta de reacción, dejó desairada y en ridículo a la dirección de EH. Era
previsible que, tras lo ocurrido, la pelea entre PNV y EH por la adjudicación de
responsabilidades en la frustración de las ilusiones de cambio abiertas con la
tregua, haría caer socialmente la mayoría del peso de la culpa sobre las espaldas de
EH.

A partir de ahí, EH tuvo que actuar a la sombra y bajo la carga de las acciones de
ETA. EH, ni por razones penales ni por razones políticas, defiende o
justifica ninguna de las acciones de ETA; tampoco las critica o rechaza
políticamente; las lamenta humanamente, las considera un hecho fatal reiterado
que, no se sabe por qué mecanismos, deriva de forma mecánica y cuasiobjetiva
-como si no interviniese en ello unas decisiones políticas libres- de la existencia de
un conflicto político nacional entre Euskadi y España. ETA, además, desarrollaba
una línea de actuaciones, entre otras múltiples consideraciones
adjudicables, cargadas de nihilismo ciego.

Todo ello condujo al aislamiento político y social paulatino de EH y al desgajamiento


de sectores que se aglutinaron inicialmente en su torno como Zutik-Batzarre.
Mientras tanto, EH se veía forzada a ejercer el autismo político y sumergir su
retroceso en declaraciones triunfalistas sin base y en una reafirmación voluntarista
tanto en la acción (convocatoria de Huelga General en solitario) como en la
propuesta política, concretada en las sucesivas versiones de sus modelos
soberanistas construidos siempre en torno a Udaltbiltza (la asamblea de
representantes municipales nacionalistas), despreciando las potencialidades de una
utilización rupturista y nacional del Parlamento vascongado en una estrategia de
construcción nacional y confrontación con el Estado español orientada a iniciar un
proceso nacional constituyente por encima y al margen de la Constitución española

En las cercanías electorales, EH jugo primero con la incógnita sobre si daría o no,
gratis o no, sus votos al PNV para frenar a Mayor Oreja en caso de ser necesario
como llave para finalmente ser desairado por el rechazo previo a usar sus votos
desde la coalición PNV-EA. Ciertamente, compareció en campaña como la única
candidatura clara, nítida y coherentemente soberanista, pero perdida la credibilidad
política, esto ya era irrelevante.

Resultados y Perspectivas
Resultados Globales 2001

36
PAÍS VASCO 2001 1998

Nº VOTOS % ESCAÑOS Nº VOTOS % ESCAÑOS

EAJ-PNV/EA 599.746 42.7 33 458.957 36.7 27

PP 323.918 23.0 19 267.481 21.3 18

PSE-EE/PSOE 250.919 17.8 13 220.052 17.6 14

EH 142.784 10.1 7 224.001 17.3 14

EB-IU 78.448 5.5 3 71.064 5.6 2

% Abstención 20.1 %

% Escrutado 100.0 %

Actualizado a las: 23:20:12 - Fuente: Gobierno Vasco.


Datos detallados y comparados en enlace "Resultados Elecciones" y "Graficos Elecciones"

Las elecciones vascas de 2001 consiguieron un altísimo nivel de participación


(80%), movilizando al conjunto de la sociedad y ofreciendo una imagen de su
realidad.

La coalición PNV-EA obtuvo una gran victoria política, sus mejores resultados en
escaños (33), votos (600.000) y porcentajes (42,6%), siendo la primera fuerza en
los tres territorios. El bloque españolista PP-PSOE fracasó y vio frustradas sus
expectativas, siendo y sintiéndose derrotado. EH sufrió una gran derrota política,
perdiendo votos y porcentajes en proporción abrumadora no sólo en relación a
1998 sino a 1994, evidenciando que su suelo ha estallado al obtener la izquierda
abertzale sus peores resultados desde 1980. EB-IU subió un escaño y 7.000 votos
más, obteniendo un buen resultado en relación a sus aspiraciones.

PNV-EA confirma su centralidad política. Se encuentra en disposición de optar por


un Gobierno en solitario o de pactar bien con EB-IU en una primera fase o con el
PSOE, una vez digieran su derrota.

Resulta triste comprobar, por cierto, como rabiosos comentaristas españolistas de


diversos medios, creyéndose su propia propaganda, daban -a la luz de los
resultados- como cosa hecha la independencia de Euskadi a pocos años vista.

También procede recordar que de los 33 diputados de la coalición PNV-EA, siete


pertenecen a Eusko Alkartasuna, que tendrá grupo parlamentario propio y gana un
escaño en comparación a los que tenía en la anterior legislatura. EA ya se
manifestó internamente en desacuerdo con cogobernar con el PSOE. EA tendrá
ocasiones sobradas y pronto para ir teniendo que plasmar su definición soberanista.
Los sectores más moderados del PNV -Ibarretxe, Atutxa, Ezkuna, Anasagasti...- ya
se pronuncian por consolidar una resurrección estatutista, abandonando cualquier
perspectiva soberanista, orientándose estratégicamente hacia el PSOE bajo la
argucia de reconocerle el derecho de veto político al sector españolista.

La derrota política de Aznar y el PP, indiscutible y notoria, no ha de evitar anotar


que veinte años de autonomía constitucional han reducido el diferencial entre
partidos de referencia vasca y española a sólo un 6,1% (incluyendo en los partidos
españoles a IU-EB que tuvo un 5,6%); en 1986 fue de un 36,9%. Si es su techo o
no está por ver.

37
El PSOE, el equipo político B del españolismo, también ha fracasado. Tras tan alto
esfuerzo con tan menguados resultados políticos se han dado tiempo para hacer
mudanza, ubicándose en una oposición constructiva.

En EB-IU, Madrazo ha consolidado su posición interna. Con una prisa vomitiva


Llamazares ya ha pedido cambiar el pacto españolista de manera que IU pueda
entrar. EB-IU también se declara compatible gubernamentalmente a toda
marcha con la "derecha nacionalista", el PNV, más el PSOE. Habrá que recordarlo
cuando desde IU se acuse propagandisticamente a la izquierda nacionalista de ser
proclive a entregarse a las derechas nacionalistas.

El MLNV tiene pendiente de forma inexcusable un debate estratégico, táctico,


ideológico, organizativo. Los porcentajes previos del proceso Batasuna no valen
para nada. No hay suelos en política; tampoco techos ciertamente. El desastre
electoral de EH supera todos los parámetros previsibles en todos los ordenes
comparativos planteables. Es obvio que la izquierda abertzale civil queda debilitada
ante las posibles nuevas medidas represivas que pueda tomar el Estado español, en
la linea de sus ultimas actuaciones.

De entrada, si a ETA le quedara un resto de racionalidad y coherencia políticas y de


capacidad de superar el mesianismo militarista, declararía una tregua inmediata,
cuanto antes mejor.

De entrada, también, EH debería revisar sus propuestas estratégicas de


construcción nacional y archivar sus elucubraciones sobre el papel de Udaltbiltza,
los atajos para implantar la territorialidad nacional, etc, con la honestidad política y
la capacidad autocríticas imprescindibles en este momento para tampoco caer en
una deformación pendular.

Dos notas finales anexas.

1ª. Con todas las reservas que imponen los resultados y sobre todo lo que
políticamente puedan aportar en el futuro, lo que subjetivamente nadie nos podrá
quitar son los momentos de profunda satisfacción y regodeo que nos han regalado
estos datos al comprobar las reacciones, al ver las caras, al oír las frases
atribuladas y las maldiciones de todos esos -políticos del PP, del PSOE; portavoces
o firmantes del Foro Ermua, Basta Ya, Plataforma Libertad...; y plumíferos varios-
que constituyen la larguísima lista de quienes han disfrutado del monopolio
mediático, particularmente en Andalucía, hasta niveles de manipulación y
bombardeo intoxicador españolista que, dudamos, hayan sido superados ni en
pleno vigor de regímenes como el de Milosevic.

2ª. Para Andalucía, obviamente, los resultados vascos no pueden sustituir el


trabajo pendiente del MLNA. Más aún, si se confirmara la hipótesis de una gestión
estatutista, habría que recordar que la usual contraprestación que suele aportarse
desde Madrid para facilitar esas circunstancias suele costearse a las espaldas de
quienes, como Andalucía, andan huérfanas de protección política nacional y
proyecto nacional propio implantado socialmente. Por supuesto, como siempre
ocurre, de nuestras derrotas y carencias como nación sólo seremos responsables
por acción u omisión los propios andaluces.

domingo, 27 de mayo de 2001 2:41


[BoletinAndaluciaLibre] nº 89 - Financiacion autonómica: Alternativa nacional -
Córcega - Portugal - Pacto social - Miniwatt - Isidoro Moreno - Pesca - Rock
independentista

38
Variantes de expolio y alternativa nacional
El momento político es propicio para que vuelva a abrirse un debate publico que va más
allá de la mera financiación autonómica y que realmente atañe al lugar que ocupan las
diferentes naciones dentro del Estado español.

De una parte, el 31 de Diciembre de este año caduca la vigencia de la Ley del Concierto
Económico* que regula las relaciones fiscales entre la Comunidad Autónoma Vasca y el
Estado español. La coyuntura postelectoral convierte a esta negociación crucial en un
barómetro ideal para medir tanto los objetivos políticos a medio plazo del Gobierno
español del PP como las aspiraciones reales de un PNV reconducido al autonomismo y a
la vez, intuir tanto el grado de maduración de las posiciones terceristas para resolver el
problema nacional vasco que han tenido como animadores intelectuales a Herrero de
Miñón o Elkarri -que cuentan con la simpatía de Maragall, IU y algunos otros sectores-
como el nivel en que por esas fechas ande la posible adscripción del PSOE a esa vía. De
lo que se trataría es de medir si se consolida o no la opción por, aún negando a Euskadi
su derecho a la soberanía nacional y a la autodeterminación, concederle un status
privilegiado consolidado dentro del Estado español (ampliable en otros ámbitos
políticos a Cataluña y por extensión a Galicia) como medio estratégico de normalización
política española en Euskadi, en el marco de una relectura del régimen constitucional
español.

De otra, las próximas elecciones gallegas y sobre todo la preparación de las elecciones
catalanas -que pueden colocar a Maragall y al PSOE, llevando tras de si a IC, ERC y
EUiA en el Gobierno catalán sustituyendo a CiU- es muy probable que impulsen de
nuevo la agitación política sobre el agravio catalán, es decir, el saldo desfavorable entre
las contribuciones catalanas a la hacienda española y las inversiones estatales en
Cataluña. En ello coinciden tanto Pujol como Maragall.

Además y prueba de ello es el estudio del que se informa antes de este comentario, los
más plecaros observadores del funcionamiento del Estado español de las autonomías
desde una posición favorable al mantenimiento del orden nacional y social que
representa, llevan mucho tiempo criticando la inexistencia de unas reglas de
funcionamiento estables que despoliticen la regulación de la financiación consolidando
un sistema regularizado, asentado presuntamente en variables técnicamente asepticas.
Desean que desaparezca del escenario político estatal una siempre peligrosa vía de
relación nacional especifica y un espacio político periódicamente abierto a ser utilizado
como escenario de confrontación, con unas potencialidades deslegitimadoras que, no
por no haber sido convenientemente usadas hasta el momento, no dejan por ello de ser
claras para quien quiera verlas con cierta perspectiva. Los cambios, costes y riesgos que
van a acompañar al establecimiento del Euro y la ampliación al Este de la Unión
Europea introducen elementos de urgencia para resolver este negocio.

En esa situación, como en casi todo, Andalucía se encuentra inerme. Los partidos
españolistas (PSOE-PP-PCE/IU), como es lógico, afrontan este asunto -como todo- en
clave de responsabilidad estatal. Ni actúan ni actuaran en atención a los específicos y
singulares intereses nacionales andaluces en el contexto español y europeo.
Compartiendo una filosofía jacobina, sus posibles diferencias se insertan dentro del
mismo análisis estratégico y no tienen ni tendrán el menor interés en resaltar las
posibilidades y las necesidades andaluzas. Lo más que puede esperarse es una nueva
utilización instrumental de Andalucía (en función además de cómo evolucionen las
cosas en Euskadi, Cataluña y el Estado y de cómo se sitúen ante ellas cada una de estas
fuerzas) bajo el socorrido discurso del agravio comparativo. Es decir, volver a colocar a
Andalucía como ariete en defensa de un pretendido interés por mantener una hacienda
lo más centralizada posible, como único recurso protector o redistribuidor. De los
regionalistas andalucistas la experiencia avala que nada se puede esperar. Su vacío
ideológico es sólo comparable a su cobardía, oportunismo y falta de principios; así que
cualquiera sabe a cual de los posibles bandos españolistas terminaran por apuntarse.

39
De entrada una reflexión nacionalista habría de partir de constatar el resultado de la
historia. Nada hay más ridículo que defender desde Andalucía -a la luz de su situación
económica y social- los argumentos del españolismo de izquierda que convierten a la
Hacienda estatal en un factor esencialmente redistribuidor y reequilibrador. Llevamos a
la espalda doscientos años de hacienda española unificada y a la vista está para qué han
servido a Andalucía: su subdesarrollo, dependencia, subsidiariedad y marginación son
evidentes. Es muy posible que recurran en este punto a las cifras de transferencias por
pensiones, subsidios y ayudas personales y su participación en la conformación de la
renta de los andaluces, como presuntos argumentos a favor de las ventajas de esa
situación. Con ello no mostraran más que la mezquindad de sus planteamientos y
reflexiones y la aceptación de fondo por su parte del papel nacionalmente subordinado
de Andalucía; atenuado lo justo para mantener la estabilidad social, incidiendo en la
autodesconfianza y el complejo de inferioridad crónicos de los andaluces. En esta línea
coincidirán probablemente con las organizaciones de la burguesía andaluza; una clase
instalada en el parasitismo.

De otra parte, desde Euskadi, Cataluña o Madrid pueden emanar discursos que intenten
colocarnos las orejas coloradas aduciendo que Andalucía vive a cuenta de lo que se allí
se recauda. Las cifras del saldo fiscal per capita probablemente se nos harán muy
familiares de ahora en adelante.

En esta tesitura y aunque la correlación de fuerzas resulte desfavorable y las previsiones


pesimistas, el movimiento nacionalista andaluz ha de actuar con inteligencia y
responsabilidad. Ha de trabajar por ser la voz alternativa de una Nación sin voz. Lo
primero para ello es esbozar y extender una propuesta política propia.

Andalucía habría de afirmar, primero, que su pleito no es con vascos, catalanes o


baleares. No es nuestro problema de donde salen o dejan de salir los fondos. Nuestro
interlocutor se llama España. Nuestra situación no es definible en términos de llamada
solidaridad (eufemismo de caridad) sino de devolución, dignidad y justicia. Así de
rotundo, simple y claro.

Aqui viene a colación un recordatorio histórico. La situación diversa de las diferentes


naciones del Estado no es un hecho que provenga de una coyuntura inmediata. Tiene
profundas raíces históricas y ha de analizarse con parámetros de similar naturaleza para
ser rigurosos. Es la historia la que ha hecho a unos ricos y a otros pobres; es la historia
también la que ha determinado unas relaciones u otras con y en el Estado español. No
necesitamos remitirnos al pago de las parias taifas a la Corona de Castilla. Simplemente
habremos de recordar que, mientras a unos sus fueros o su pobreza de entonces los
mantenían exentos de cargas, otros como los andaluces cargaban con el peso de los
tributos hasta la extenuación (hasta el punto de animar movimientos como el de Medina
Sidonia y Ayamonte en 1641) para sostener a la Monarquía Habsburgo. Habremos de
recordar lo que supusieron el vino de Jerez, el plomo de Almería, el cobre de Huelva...
para el mantenimiento de la Hacienda borbónica y luego las remesas de nuestros
emigrantes o nuestro mercado cautivo para el despegue industrial de otros. La llamada
deuda histórica, el censo no reconocido, el robo español de los fondos europeos... son
sólo los últimos eslabones de una cadena que se remonta muy atras. Ahora que el
mercado interior se hace europeo, conviene tener presente que los papeles de cada cual
no se adjudicaron ayer.

Además, convendría recordar también que la tributación puede hacerse en un sitio


sobre beneficios y patrimonios adquiridos en otros y que el balance fiscal es sólo una
parte del balance económico. Para situarlo en su justa proporción habría que
acompañarlo y sumergirlo con otros elementos como los que pueden derivar del control
de los recursos del ahorro, del intercambio desigual o de las ventajas diferenciadas que
pudieran obtener y haber obtenido unos sectores económicos u otros en función de su
entidad y cercanía a los círculos neurálgicos del poder político y económico (acabamos
de tener un ejemplo claro de ello con el abandono español del sector pesquero andaluz o
podemos remontarnos a la negociación de la entrada en la UE, etc).

Pero incluso así, aún demostrando la justicia de nuestra posición nacional, el argumento

40
clave andaluz habría de sostenerse en razones políticas de dignidad e interés nacional.

Andalucía ha de defender lo que le interesa a Andalucía. Como se dijo en su día: "Que


nadie se confunda. A modo de ejemplo, la deuda histórica con Andalucía no se paga ni
de lejos consiguiendo la tan negada nivelación de servicios e infraestructuras públicas.
Se saldará sólo cuando Andalucía tenga, como mínimo, el mismo nivel de empleo y de
armónico desarrollo económico y social que la media estatal. Hasta entonces,
Andalucía es acreedora neta y requiere un concierto económico singular y una
soberanía fiscal que institucionalicen la transferencia de recursos en
magnitud eficaz para conquistar la igualdad. Si España quiere a Andalucía de
verdad, la forma efectiva de demostrarlo es haciendo posible el desarrollo andaluz.
Entonces, en uso de su soberanía, sería responsabilidad del pueblo andaluz dotarse de
otra política económica que nos permitiera salir del pantano". A Andalucía (y
particularmente a su clase obrera) no le interesa diluirse entre la recua de comunidades
autónomas artificiales surgidas de la Transición española; mucho menos perderse en
relaciones multilaterales que nublen la naturaleza política bilateral del conflicto entre
Andalucía y España.

El programa nacional andaluz conlleva la exigencia de un Concierto económico propio


construido sobre bases políticas nítidas. Andalucía habría de poder establecer su propio
régimen tributario y encargarse de la exacción, gestión, liquidación, recaudación e
inspección atendiendo a las normas que para la coordinación, armonización fiscal,
supervisión y contribución, en su caso, a un Fondo de Compensación estatal, se
contuvieran en su Concierto. Dichas normas estarían en concordancia con las que dictara el
Parlamento andaluz para idénticas finalidades en nuestro ámbito nacional. El Concierto
fijaría un cupo global que, formalmente, podría ser positivo o negativo, revisable
periódicamente, constituido como participación nacional en las cargas generales y -en su
caso- en el Fondo de Compensación estatal. El Concierto habría de ser debatido y aprobado
por el Parlamento andaluz. Dado que Andalucía se encuentra por debajo de la media
estatal de bienestar social y grado de desarrollo económico, circunstancia acreditada a
partir de los indicadores socioeconómicos (desempleo, déficit de equipamientos e
infraestructuras, población...) Andalucía de hecho cuantificaría su cupo negativo en su
Concierto a través de una negociación política con el Estado español y por tanto recibiría
transferencias netas del Fondo de Compensación estatal como aportación para la
nivelación de recursos en aplicación del principio de discriminación positiva. Andalucía
tendría pues la permanente capacidad de medir la suficiencia y conveniencia de su relación
económica, tributaria y hacendística con España; de presionar políticamente en defensa de
sus intereses y en su caso, de fundamentar la ruptura de relaciones con España.

Seguramente, habrá quien diga que este proyecto resulta inaceptable para unas u otras
naciones desarrolladas del Estado español. A ello baste recordar desde una perspectiva
andaluza que este es un problema entre ellas y España; si no les convence que decidan
romper con ella.

Y otros filisteos, también es muy posible que afirmen que resulta de imposible aplicación
porque va en contra del funcionamiento reconocido en la Constitución española. A estos
últimos, sólo cabe exigirles que escojan a quien sirven: si a la Constitución española o a
Andalucía.

Por lo que nos toca, no tenemos dudas: ¡Andalucía!

miércoles, 18 de julio de 2001 5:29


[BoletinAndaluciaLibre] nº 95 - Reforma Estatuto - Crisis IU - Aralar –
Antiglobalización
Una escisión anunciada, una situación degradada.
La separación de Aralar del tronco mayoritario de la izquierda abertzale era un
proceso anunciado y previsible desde el momento en que la mayoría del MLNV ratificó
su rechazo a criticar públicamente a ETA y pedirle que cesara en su acción y mantuviera
su estrategia de construcción nacional, que supedita el avance hacia la soberanía

41
nacional a la obtención de la territorialidad, al margen de la realidad política y social
vascas.

Aralar sólo obtuvo un 9% de apoyos durante el proceso de constitución de Batasuna (la


formación que sustituye a HB como plataforma política de la izquierda abertzale),
manifestándose así cuales son las correlaciones de fuerzas internas en el seno de los
sectores más militantes del MLNV y el peso de rutinas y tradiciones históricas. Lo cierto
es que aún siendo un resultado escaso, el desastre electoral de EH y sobre todo el hastío
acumulado por los efectos de la actuación de ETA, condujeron a un punto de saturación
que produjo la ruptura. Ciertamente, no todos los críticos con la posición mayoritaria
-ni los públicos ni los reservados- han optado por marcharse, pero es comprensible que
muchos de los más caracterizados hayan llegado a la conclusión de que resulta
insostenible continuar incluidos, ni siquiera como sector critico, en una formación
instalada, al menos públicamente, en el seguidismo acrítico de ETA. Aún así, Aralar ha
nacido intentando mantener abiertos los puentes de comunicación con Batasuna, como
pone de manifiesto el articulo arriba reproducido.

La situación vasca tras las elecciones y la continuidad de los atentados de ETA (que a los
objetivos precedentes acaba de incorporar en su lista a la Ertzantza y por tanto al PNV)
dibuja un escenario que supura pesimismo. La impotencia política de la izquierda
abertzale parece firmemente encaminada a reducirla paulatinamente a la marginalidad.
El PNV encuentra con esa línea terreno libre para instalarse en la ambigüedad: gestión
estatutaria combinada con reclamos de la autodeterminación, reasumiendo al estatuto
como base política y recuperando el discurso que le atribuye incluso potencialidades
formales como soporte de una hipotética dinámica soberanista. Lo de menos en este
planteamiento es su incoherencia formal y practica; lo importante es que su asunción
sitúa al PNV en buenas condiciones de consolidar la captación de apoyos
sociales provenientes de la izquierda abertzale. El PNV aspira a afianzar su usufructo
hegemónico del espacio nacionalista, situándose como uno de los extremos en una
dinámica bipolar frente al españolismo, marginalizando a la izquierda abertzale a partir
de su propia automarginación, lo que explica la disposición del nuevo Gobierno vasco a
mantener vivo el debate sobre la soberanía nacional vasca al margen de lo que ETA
pueda o no hacer, pese a las presiones españolistas. Otra cuestión es que a ello le sume
en un tiempo concreto iniciativas realmente capaces de provocar un avance en la
consecución de estos objetivos que, de por si, no casan bien con su énfasis, por ejemplo,
en resolver satisfactoriamente la renovación negociada del Concierto económico.

Lo que si parece un dato estable de la situación es que el rechazo a ETA crece en la


población vasca y no parece probable que puedan reproducirse episodios como la
muerte por torturas de Arregi o el GAL que en el pasado retrasaron o distorsionaron esa
dinámica. El españolismo, por su parte, sigue encontrando cobertura para negar el
derecho democrático a la autodeterminación, justificándose con la acción de ETA y de
paso criminalizando por extensión en el conjunto del Estado a todos los movimientos
políticos de emancipación nacional u oposición social real, por alejados que estén de los
presupuestos de ETA.

Para cualquier observador, resulta evidente que ETA no sirve hoy nada más que para
dificultar el avance hacia la soberanía nacional vasca, esterilizando políticamente a la
izquierda abertzale y favoreciendo paralelamente al PNV y al españolismo. Pero
igualmente, resulta claro -solo hay que leer la ultima entrevista a ETA- que esa
organización se resiste a admitir que su tiempo histórico ha pasado y que se encuentra
instalada en una conversión que ha hecho a los medios fines en sí mismos. Resulta
patético a estas alturas leer que aún ETA persista en verse como motor o garantía de
cualquier proceso de liberación nacional o más aún que se justifique todavía como
presunto elemento de presión determinante cara al Estado español, cuando resulta a
todas luces notorio que el Estado español cuando se encontró más preocupado y
acosado por las demandas vascas fue mientras estuvo vigente el pacto de Lizarra, es
decir, en tanto ETA se mantuvo en tregua. La mayor tragedia política del momento es
que la mayoría de la izquierda abertzale civil, por convencimiento, conveniencia o falta
de valentía políticas, se mantenga instalada en el asentimiento y la subalternidad y no
asuma que la precondición para recuperar iniciativa y credibilidad políticas en Euskadi
y fuera de allí, es conseguir el cese inmediato de las acciones de ETA y en el caso de

42
persistir ETA, expresar con nitidez su rechazo político a esas actuaciones.

La escisión de Aralar es expresión de este contexto. Cual será su evolución -si se


mantendrá en los parámetros de una izquierda abertzale antagonista o reproducirá
evoluciones como la de Euskadiko Ezquerra- y cual será su papel en la situación
política vasca, está por ver.

En todo caso, desde Andalucía resulta bien triste comprobar, al margen del sufrimiento
humano innecesario, como la cerrazón y la estupidez políticas dilapidan fuerzas,
eliminan un factor de debilidad del Estado español y convierten lo que podía ser
objetivamente fuente de impulsos e inspiraciones en una pesada carga que sobrellevar
para las otras naciones del Estado y entre ellas la nuestra -por mucho que ni se
compartan políticas o actuaciones ni se tenga influencia o relación alguna con ellas- que
sólo influye negativamente en nuestra propia lucha nacional y social.

viernes, 28 de septiembre de 2001 18:24


[BoletinAndaluciaLibre] nº 99 - Andalucía en la linea de fuego - Santana - Historia andaluza -
Represión en Egipto - IU al GV
IU-EB entra en el Gobierno vascongado
Opinión
Tal para cual

Se desprende de la lectura del Documento de Participación y de Adhesión de EB-IU al


Acuerdo de Coalición PNV-EA que el beneficiario político principal del pacto es el PNV.
EB-IU, por su lado, ha consumado un proyecto largamente acariciado, intentando
asegurarse de poder mostrar al final de la legislatura algunas realizaciones materiales
palpables que puedan justificar la opción escogida. De hecho, la ruptura anterior en las
conversaciones se debió sólo a problemas de reparto de competencias y de garantías
presupuestarias para hacer visible la gestión particular de EB-IU en el marco del
Gobierno coaligado.

La suma de EB le da al Gobierno Ibarretxe mayor sostén parlamentario y le confiere una


imagen de mayor base y amplitud social con la que contrarrestar y atenuar la oposición
del bloque españolista PP-PSOE. Al dejar de ser un Gobierno exclusivamente
nacionalista, el PNV ya tiene en sus alforjas otro argumento a esgrimir como excusa de
porqué no se harán determinadas cosas o se dejaran para un futuro indefinido,
achacándoselo a la presencia de una fuerza como EB-IU. Además, la suma de EB-IU
cumple también funciones de estación intermedia preparatoria y puente para la del
PSOE en un futuro. En lo tocante a la relación bilateral entre los dos socios previos de
Gobierno -PNV y EA- la incorporación de EB-IU refuerza al PNV, no sólo por lo que ha
implicado de reducción del peso institucional de EA sino porque reafirma que la
estrategia política del Gobierno Ibarretxe la marca el PNV en solitario. La incorporación
de EB-IU es un hecho más que subraya la inconsistencia del discurso con el que EA
pretende explicar su presencia en ese Gobierno y preservar su espacio político y social.
La operación le viene coyunturalmente bien al PNV, además, para tranquilizar el patio
político mientras se empeña en lo que realmente le importa de esta legislatura: la
renegociación con Madrid del Concierto (tema en donde, por cierto, puede haber
coincidencias subterráneas con sectores sociales que apoyan al PP vasco, como paso en
la anterior).

En el Acuerdo no hay la menor referencia, siquiera formal, a la Soberanía nacional o la


Autodeterminación. Sólo aparece una revalida de la fe estatutaria (que se cumpla el
estatuto hasta el final) que desde luego no lleva ni puede llevar a la Soberanía Nacional.
También se apunta una reclamación genérica del dialogo, que en si mismo, no significa
nada, porque sólo del dialogo -incluso de darse en la mejor de los escenarios posibles-
no cabe esperar que surja nada que fuerce a las fuerzas españolistas a reconsiderar su
rechazo a los derechos nacionales vascos. Y eso si, aparece mucho y muy remarcado el

43
empeño de condenar el terrorismo y deslegitimar a quienes no se pronuncian
claramente contra ETA.

En el resto de la agenda del Acuerdo, se encuentra un incremento de la renta básica,


compromisos de construcción de viviendas, aplicación al ámbito institucional
autonómico de las 35 horas y de la no utilización de ETT y reservas varias sobre temas
de infraestructuras y medioambientales.

Desde el punto de vista de EB-IU, el sector Madrazo (que dispone de un 55% de EB, de
composición heterogénea y en el que se integra Batzen, el referente vasco de Espacio
Alternativo) consigue para EB-IU un muy útil pedigrí vasco (apuesta y deseo de
Madrazo desde hace largo tiempo y que bien le vendrá en el futuro) y un reconocimiento
de hecho de su autonomía de funcionamiento, ingresos e intereses en relación a IU-
España, por la vía de acceder al Gobierno. Nacionalmente, sin embargo, aparte de las
cuestiones de imagen, no es un problema para la estrategia española de IU porque el
Gobierno al que se incorpora EB-IU es autonomista y no soberanista. Antton Karrera,
nuevo portavoz de EB-IU y diputado y coordinador de Guipúzcoa, aclara hoy en EL
PAÍS las dimensiones del dialogo que auspicia el que ahora es su Gobierno y por ende su
horizonte político cuando califica a la autodeterminación y la territorialidad no como
mínimos democráticos sino como "demandas maximalistas", es decir, extremas, de una
de las partes. Socialmente, el añadido de EB-IU acentúa levemente perfiles que ya
existían con anterioridad en el Gobierno PNV-EA. La oposición interna del PCE-EPK al
acuerdo es inconsecuente al respecto; no sólo porque el PNV -como tiende a repetir para
justificar sus querencias españolistas- no es "el partido de la burguesía vasca" sino de
una parte (hasta el PCE-EPK sabe bien que quien representa, por ejemplo, al Grupo
Correo o al BBVA no es el PNV sino el PP) sino porque el acuerdo en sí, no está a la
derecha sino todo lo contrario de los múltiples que el PCE-IU mantiene con el PSOE en
municipios de todo el Estado, del sostén del PCE-IU al Gobierno de la CA de Aragón o
de la presencia del PCE-IU en el Gobierno de Baleares, donde se codea con fuerzas como
Unión Mallorquina; hechos todos estos que no han inquietado en nada al PCE-EPK.
Ciertamente, otros sectores de EB-IU se han opuesto a esta incorporación desde otros
parámetros más coherentes de izquierda, pero la debilidad tradicional de sus análisis
sobre lo que implica el problema nacional en general y el vasco en particular y cómo
construir una estrategia de izquierda en ese marco, le han restado espacio y han
difuminado su delimitación frente a las motivaciones y orientaciones del PCE-EPK
(estar en Euskadi en una fuerza como EB-IU ya es en sí mismo una opción con múltiples
connotaciones y consecuencias). Aun anecdóticos y marginales en relación al núcleo
político del momento, no dejan de llamar la atención los empeños reiterados de
Madrazo por insertar su incorporación al Gobierno vascongado en la tradición que llevó
al PCE estalinista a participar en el Gobierno vasco en 1936 y en el exilio.

Es verdad que la tremebunda parálisis política y desorientación estratégica de la


izquierda abertzale, maniatada por su renuencia a declarar cerrado y concluido el
tiempo político de ETA, deja mucho espacio libre para maniobrar, tanto al PNV como a
EB (no hay más que ver la operación Elkarri) y condiciona dramáticamente todo el
escenario vasco, cegando las posibilidades de avanzar hacia la ruptura y la Soberanía
vascas. A partir de este dato crucial, cada día que pasa, se reafirma que tanto los
famosos gritos de "independencia" de la noche electoral en la sede de la coalición PNV-
EA como las declaraciones desde el PNV o EA que de cuando en cuando aparecen,
recordando lo del derecho a la autodeterminación (por la vía, por ejemplo, de recuperar
la resolución del Parlamento vascongado) están destinados a la galeria. El PNV ha
archivado Lizarra como episodio histórico y esta instalado en la autonomía (y no le va
mal). En cuanto a EA, atada al carro peneuvista, todo trabaja para deshuesarla
progresivamente. Para el sector mayoritario de EB no es conflictivo con su talante y
estrategia estar en un Gobierno autonomista del tipo del presente y aún así puede
preservar cara al futuro su espacio electoral y social, empeño en absoluto asegurado con
la opción neocarrillista que defendía Frutos y el PCE-EPK y que en resumen se limita a
satelizar a EB-IU al españolismo plebeyo del PSOE vasco. A fin de cuentas, la mayoría
de quienes le han votado hasta la fecha pese a sus dobles discursos, tampoco es
previsible que se lleven las manos a la cabeza por esta nueva contradicción entre sus

44
decisiones postelectorales y sus declaraciones en campaña.

En fin, también puede que haya independentistas que, simplemente, se conformen en


cualquier caso con que gobiernen en autonomista "los nuestros" en lugar de "los otros",
pero, desde un punto de vista nacional es un corto consuelo. Aunque hay gente pa to.

miércoles, 01 de mayo de 2002 6:40


[BoletinAndaluciaLibre] nº 115 - Subsidio Agrario - Foro Social - Euskadi - Córcega

Opinión
Involución democrática
En agosto de 1956, el Tribunal Federal de Garantías Constitucionales alemán prohibió
al Partido Comunista de Alemania (KPD) por "tener la manifiesta intención de
eliminar, mediante una actividad subversiva, al Estado democrático". El proceso de
ilegalización empezó en 1951, reclamado por el Gobierno federal y dio lugar a
detenciones y penas de cárcel a militantes del KPD por "actividades
anticonstitucionales" incluso antes de la ilegalización del partido. Fue una decisión
tomada por un Gobierno CDU con el aval del SPD (es decir, una decisión de estado con
respaldo bipartidista). Aparte de los nazis emboscados, situados en la CDU-CSU y el
SPD, la República Federal de Alemania autorizó con posterioridad partidos
expresamente ultraderechistas como el NPD. El PC estalinista tuvo que esperar hasta
1968 para ser legalizado de nuevo, exigiéndosele un cambio de nombre (DKP) y una
expresa declaración de lealtad y acatamiento a la Ley Fundamental de la RFA que había
sido aprobada para propiciar y consumar la división de Alemania y la conformación de
un Estado capitalista alemán inserto en la alianza hegemonizada por los EEUU.

La Constitución de la RFA fue redactada como una constitución de guerra fria. En su


mismo articulado (arts. 9.2; 18 y 21.2) adelantaba la posibilidad de restringir los
derechos democráticos y la primacía de la defensa del Estado capitalista parlamentario
sobre cualquier otra consideración. El articulo 21.2 de la Ley Fundamental alemana
decía:

"2. Los partidos que por sus fines o por la actitud de sus afiliados tiendan a
desvirtuar o destruir el régimen fundamental de libertad y democracia o a
poner en peligro la existencia de la República Federal de Alemania son
anticonstitucionales. Sobre la anticonstitucionalidad decidirá el Tribunal
Federal de Garantías Constitucionales."
La Constitución monárquica vigente del Estado español sólo dice al respecto (Artº 6)
que la creación y la actividad de los partidos "son libres dentro del respeto a la
Constitución y a la Ley", es decir, que hasta el momento en que vulnere bien la
Constitución o la Ley, un partido político es libre y ha de ser reconocido. Esta
circunspección -que contrasta con el caso alemán- se explica por la recientísima
Dictadura y por la ausencia de legitimidad de la mayoría parlamentaria del momento
-proveniente del franquismo- para apoyar un redactado aún más restrictivo, aún fresca
su participación activa en la Dictadura franquista. Por ello, las formulas de control o
supresión de las organizaciones políticas fueron remitidas en el ordenamiento español a
normas de rango inferior.
El proyecto propuesto por el Gobierno ultraespañolista del PP*, redactado al objeto de
ilegalizar a Batasuna -el actual nombre de la formación mayoritaria de la izquierda
abertzale vasca, anteriormente denominada Euskal Herritarrok y antes Herri
Batasuna- retoma el estilo de la legislación alemana, superándola hasta el punto de
incluir el fomento del odio (?) como causa de ilegalización. Defender, por ejemplo, que
el cambio político y social en Andalucía, que la emancipe nacional y socialmente, no
podrá conseguirse ateniéndose a las normas constitucionales o estatutarias, requiriendo
previsiblemente una confrontación popular contra el Estado español, ya seria causa
posible para la ilegalización de una organización política. Con la norma propuesta por el
PP-y por si fueran poco la fiscalía y demás servidores del estado- cincuenta diputados
pueden proponer la ilegalización de otro partido.
Obviamente, este proyecto está hoy pensado expresamente para ilegalizar a Batasuna.

45
Pero que esto sea así no significa que no quede también vigente como advertencia y
limitación a todas aquellas fuerzas de esa u otras naciones del Estado español que
pretendan ir más allá del orden nacional y social admitido y vigente. Siguiendo a los
clásicos, el proyecto del PP es todo un ejemplo de lo que es el Estado y su naturaleza y
de como, por encima de las formas parlamentarias y de los procedimientos que lo hacen
denominarse a si mismo Estado de derecho, el Estado es y sigue siendo esencialmente
una dictadura, más o menos tolerantes según circunstancias y conveniencias, pero
siempre amenazante.
Contaba en Antena 3, Pérez Rubalcaba -el encargado por el PSOE de los asuntos
antiterroristas- que el PSOE se había enterado de los propósitos gubernamentales de
hacer una ley para ilegalizar Batasuna "un domingo por la tarde a través de un
despacho de agencia". Luego, cuando el mismo PSOE intentó recuperar algo de
protagonismo y no asumir textualmente el dictado del Gobierno, Aznar acusó a
Zapatero y al PSOE de arrugarse ante las amenazas de ETA. Con este recurso
eufemístico a la ausencia de sustancia viril en el comportamiento del PSOE, Aznar
reclamaba para si la hegemonía y la centralidad en la cruzada contra la izquierda
abertzale vasca. De hecho, el PP con esta propuesta -que desarrolla presupuestos
defendidos y aplicados con diligencia por el Juez Garzón- lo que viene a defender es que
desaparezca la diferenciación entre la persecución de delitos tipificados -de hechos- y la
represión sobre quienes compartan ideas políticas con quienes cometen esos delitos. El
ultraespañolismo del PP considera que la actuación de ETA sirve como excusa para
perseguir y reprimir a todos aquellos que en Euskadi defiendan, por ejemplo, que la
independencia vasca no podrá conseguirse ateniéndose a las normas
constitucionales o estatutarias, requiriendo previsiblemente una
confrontación popular contra el Estado español. Aprovechando el aislamiento
progresivo que genera inevitable y objetivamente la continuidad de las actuaciones de
ETA, el Gobierno español pretende eliminar de la legalidad a la izquierda abertzale y
reducirla a añicos. Previendo y buscando la respuesta desenfrenada por parte de ETA, el
PP quiere aprovechar sus efectos para continuar en su confrontación con el Gobierno
PNV-EA-IU en pos de una escalada que le permita realimentar y reproducir las
condiciones de enfrentamiento de las pasadas elecciones vascas, buscando primero
dificultar un nuevo pacto PNV-PSOE y luego, que sea posible consumar el objetivo de
desalojar al PNV del Gobierno de Vitoria.
Fuera de Euskadi no cabe sino denunciar y rechazar este nuevo atentado
antidemocrático. Recordar que no le faltan precisamente instrumentos penales al
Estado español para perseguir a ETA y que no es ni puede ser lo mismo el hecho de que
haya personas que compartan militancias con una identidad entre dos organizaciones
distintas, por mucho que tengan entre si coincidencias de objetivos políticos. No se
puede mantener la impasibilidad cuando se comprueba como el Estado español actúa
contra una fuerza antisistema en cuanto supera la invisibilidad social. Lo cual no
implica, por supuesto, no sólo entender asimismo que el optimismo y la arrogancia de
Otegi -por ejemplo- no tienen ningún fundamento analítico y resultan patéticos en la
actual coyuntura sino constatar y defender también que sólo a partir de la tregua de
ETA podría generarse un escenario político en Euskadi que permitiera recuperar a las
fuerzas socialistas independentistas la iniciativa política, tanto frente a Madrid como a
Vitoria y que más valdría a estas alturas que algunos -en lugar de repartir
excomuniones- se pusieran a mirar la realidad, primando de verdad fines y objetivos
sobre medios, costumbres e instrumentos.
*Ver Texto Proyecto de Reforma de Ley de Partidos - Archivo de Documentos/Ataques Legislativos
españoles

lunes, 24 de junio de 2002 5:18


[BoletinAndaluciaLibre] nº 126 - Balance Contracumbre Sevilla - Marcha a Madrid
del SOC

Nuevamente, ETA en Andalucía


Al rebufo de la Cumbre de la UE y en búsqueda de publicidad, ETA ha colocado tres
bombas en Andalucía: en Fuengirola, Marbella y Mijas. Un turista británico ha quedado
herido de gravedad, se han producido daños materiales de consideración y la imagen de
la costa andaluza como destino turístico se ha visto afectada.

46
A estas alturas, resulta tedioso reiterar lo dicho tantas veces y buscar nuevas maneras
de repetir lo ya expuesto.

Como decíamos en noviembre de 2000:

"ETA no respeta nuestro suelo. Nos traslada su estrategia y nos impone sus
consecuencias. No es ninguna novedad, pero es necesario reiterarlo. Lo único
que le importa a ETA es la presunta efectividad de su línea de actuación y el
resto de naciones del Estado no somos sujetos sino objetos de un escenario.
ETA nos ignora pero, desgraciadamente, no podemos ignorar a ETA. (...)

Con estos atentados, ETA no va a alterar un milímetro la política del PP-


PSOE. Este tipo de costes son asumibles y están previstos por los altos equipos
de dirección política. Sería absurdo pensar que el Gobierno español del PP no
sabía adonde conducía la ruptura de la tregua e hizo todo lo que estuvo en su
mano para que se rompiera. ETA le hizo el juego. Con los atentados, ETA no se
manifiesta políticamente más fuerte sino más débil. Militarmente, no hay
color ni es la cuestión. La caída de los comandos es siempre cuestión de
tiempo... y eso lo saben ETA y el Gobierno. (...)

Entre la población civil andaluza el uso de los coches-bomba reafirmará la


idea -fundada- de que cualquiera que pase por cualquier sitio puede ser "coste
colateral" ; eso si no queremos admitir la aún más terrible hipótesis de que
esas victimas también figuren entre los objetivos previsibles de ETA.
Consecuentemente, si ETA es la que pone en peligro notorio vidas y haciendas
civiles y ajenas y es el Estado español quien las protege, es de cajón con quien
se sitúa la población civil. ETA cuenta con ello -no hacerlo así, sería pensar
que no piensan- pero no le importa. Es lógico que a la izquierda nacionalista
andaluza si nos importe. El fortalecimiento de la legitimación del Estado
español y de su pensamiento único dificulta nuestra tarea de avanzar en la
"promoción de la desobediencia civil y en la subversión del orden
constitucional" para conquistar la Liberación Nacional y la emancipación
social de nuestro pueblo.
Desde la izquierda nacionalista andaluza, aún siendo plenamente conscientes de todos
los extremos de la cuestión vasca y desde el apoyo solidario al derecho a la
autodeterminación e independencia de Euskadi, no cabe sino rechazar con
contundencia las actuaciones e injerencias de ETA en Andalucía y su pretensión de
generar terror y perjudicar en lo que está a su alcance las perspectivas de sustento de
quienes en Andalucía dependen del turismo y la hosteleria; reincidiendo en una
estrategia y en una táctica comprobadamente agotadas.

viernes, 05 de julio de 2002 8:29


[BoletinAndaluciaLibre] nº 128 - Andalucía - Euskadi - Brasil - Argentina -

Opinión
Política de Estado
Las democracias parlamentarias son esencialmente hipócritas y cínicas. Como todo
Estado burgués, su objeto fundamental es preservar el orden social y político existente y
proteger a quienes de él se benefician. Y a ello dedican multitud de recursos e
instrumentos. Pero, a diferencia de otras formas políticas explícitamente autoritarias,
suelen sistemáticamente ampararse tras artificios legitimadores como, por ejemplo, la
primacía del derecho, la división de poderes y otras por el estilo. Con estas mediaciones
ideológicas se justifican, difundiendo la idea de que son estructuras pretendidamente
neutras al servicio indistinto de toda la población, que permiten a todas las opciones
políticas y sociales expresarse y aspirar a ganar democráticamente.

Un elemento que forma parte de ese discurso ideológico es que el Estado respeta la
distinción entre presunciones y hechos probados, que da lugar a la conocida sentencia
de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, como garantía de
los derechos individuales y colectivos.

47
En el caso vasco todo esto conllevaba que hasta hace poco el Estado español admitiera
que, aún existiendo evidentes afinidades ideológicas y presuntamente también
relaciones políticas entre las diversas organizaciones de izquierda independentista
existentes en Euskadi (autoadscritas al MLNV) sólo eran susceptibles de persecución
aquellas como ETA cuya propia practica la situaban explícitamente fuera de la legalidad
(y las personas a las que se les probaran hechos criminales penalmente sancionables).

El Gobierno del PP (con el apoyo del PSOE) introdujo la novedad de considerar como
terrorista no ya sólo a quien realiza, prepara o colabora en la ejecución de un acto de esa
naturaleza sino a cualquier persona, colectivo, organización política o medio de
comunicación que, a su juicio, participa de ideas políticas compartidas por ETA o realiza
actos que, en su opinión y aún cuando sean plenamente legales, sirven a los objetivos e
intereses de ETA. Definida su culpabilidad a priori de esta manera, la única forma de
probar su inocencia era alinearse con las tesis políticas del Gobierno y el Estado
español. Se sustituía la prueba penal por la calificación política como vía de condena. Y
así ETA dejaba de ser una organización de comandos para transmutarse en el llamado
"Entramado ETA", que incluía a decenas de miles de personas, aún cuando ninguna de
ellas hubieran realizado, preparado o colaborado en una acción terrorista de ETA.
Compartir ideas políticas con ETA o simplemente no condenar públicamente las
acciones de ETA en la forma deseada por el Gobierno español, se convertía en
argumento y prueba para la adscripción a ETA y consecuentemente para ser sujeto a
posible persecución y represión.

Asimilando ETA y MLNV, el Gobierno y el Estado español reconocían de hecho por


enésima vez la existencia de un conflicto político en Euskadi, que trasciende la mera
actuación de ETA.

Para alcanzar este nuevo escalón, el Gobierno español del PP utilizó dos vías paralelas.
De un lado, la actuación del superJuez Garzón -siempre ansioso de notoriedad- a través
del sumario 18/98. De otro, la elaboración y aprobación de la Ley de Ilegalización de
Partidos. La primera vía judicial fue sirviendo para preparar la segunda legislativa,
difundiendo esa nueva doctrina -convenientemente jaleada desde casi toda la prensa-
que, a partir de un juicio político, implicaba eliminar buena parte de las distinciones y
garantías amparadas formalmente por el Derecho. Una vez aprobada la Ley, la vía
parlamentaria queda en reserva y la vía judicial vuelve a primera línea, con la ventaja
de, aún siendo tan política y estatal una como otra, puede facilitar una mejor imagen
apartidista y hacer más fácilmente digerible el objetivo político que ampara y ejecuta. El
ultimo auto de Garzón, que embarga a Batasuna y abre las puertas a su próxima
ilegalización, ya ha demostrado la utilidad de esta vía para los intereses del Estado
español al ampliar expresamente su arco de apoyo político incluyendo al PCE-IU (que
ya había insinuado en el debate parlamentario de la Ley de Partidos que su oposición a
ella, como medio de ilegalización de Batasuna, era más cosa de forma y oportunidad que
de fondo).

La dimensión del escenario subsiguiente puede advertirse si atendemos a la secuencia


que lleva al magistrado a esa resolución de embargo: a partir de unos multitud de
hechos (kale borroka), se le adscriben genéricamente a una organización juvenil (SEGI)
y a su vez se endilgan mecánica y automáticamente las responsabilidades a otra
(Batasuna) porque se presupone que los hechos, la organización y los responsables
forman parte del mismo entramado, sin que le sea necesario demostrar ni la existencia
de eslabones físicos ubicables entre unos y otros ni que estos hipotéticos engarces eran,
en su caso, orgánicos y no individuales. Si el Estado español hubiera permitido
semejante desenvoltura de inferencias, por ejemplo, en el caso GAL, resultaría que hoy
el PSOE sería un partido ilegal y el Estado español, como mínimo, una República.

Esta involución autoritaria tiene tres objetivos políticos inmediatos e


interrelacionados en Euskadi:

 Amedrentar al nacionalismo vasco moderado (PNV-EA) y facilitar su


instalación en el Estado español. El PP-PSOE cuenta con que, aunque el
Gobierno vasco protestará y recurrirá, ni PNV ni EA irán más allá de
criticar y no se atreverán a tomar la única decisión realmente efectiva

48
para frenar esta ofensiva antidemocrática, es decir, anunciar que si se
impide a Batasuna comparecer y competir en las elecciones (sean
municipales o de cualquier otro tipo) PNV y EA las boicotearan.

 Facilitar la victoria electoral de las fuerzas españolistas PP-PSOE,


contando con que una parte del electorado de izquierda abertzale no
perdone a PNV-EA y no aplique ni el voto útil ni el mal menor.

 Fomentar una respuesta militarista por parte de ETA, sustentada


además en la previa desaparición desde el Estado del respeto a los
espacios diferenciados políticos y armados, que paralelamente
incremente el aislamiento social del MLNV y dificulte la configuración y
desarrollo de nuevas opciones políticas estratégicas y tácticas.

De hecho, esta ultima línea de actuación del Estado español en pos de la ilegalización de
la izquierda abertzale política, sindical y social, está directamente ligada a su previa
orientación estratégica de normalización española que interrumpió temporalmente la
tregua de ETA y la vigencia del Pacto de Lizarra-Garazi y que tiene como
objetivo batir en Euskadi al nacionalismo vasco en su conjunto. De ahí que el Gobierno
español del PP hiciera todo lo que estuviera en su mano para inducir a ETA a romper su
tregua y que, ayudado especialmente por la acción de la misma ETA que incrementa en
progresión geométrica su propio aislamiento y el rechazo social dentro y fuera de
Euskadi, haya configurado un escenario funcional para dar un salto en la plasmación de
esa estrategia, aprovechándose también del clima internacional abierto con el 11 de
Septiembre.

Con todo esto, la democracia parlamentaria burguesa española acentúa sus rasgos
autoritarios, sin que se prevea -dada la situación general y también la misma
identificación política de Batasuna con ETA a ojos de la población de las diversas
naciones del Estado- ningún movimiento de respuesta democrática significativo que
vaya cualitativamente más allá de lo visto hasta el momento. Que en este
empeoramiento, incidentalmente, se haya podido constatar que el PCE-IU ni siquiera
sirve para defender los mínimos democráticos más elementales (lo que en algo debería
afectar y hacer reflexionar y actuar de una vez a quienes en el interior de IU todavía se
afirman como de izquierda) no compensa ni remotamente las consecuencias políticas
regresivas que implica el proceso reaccionario en curso para la izquierda y todas las
naciones del Estado.

Si a ETA le restará algo de valor e inteligencia políticas sería el momento de


declarar una tregua indefinida. Pero, visto lo visto, confiar en ello es tanto como creer en
los milagros.

Domingo, 8 de Septiembre de 2002 5:09


[BoletinAndaluciaLibre] nº 134 - Especial: Estado español ilegaliza a Batasuna
Opinión
Euskadi: El Estado español ilegaliza a Batasuna
Andalucía Libre
El 26 de Agosto de 2002 el Congreso de los Diputados español aprobó iniciar la
ilegalización de Batasuna. Ese mismo día, el Juez Baltasar Garzón suspendió de
forma inmediata la legalidad de Batasuna. A partir de esta coincidencia, casual
o coordinada, una fuerza política con 200.000 votos, más del 10%; miles de
militantes; diputados, alcaldes... quedó remitida a la clandestinidad. Sus locales
han sido clausurados, sus bienes y cuentas corrientes embargadas. No puede
convocar actos o manifestaciones, ni directa ni indirectamente. Sus grupos
parlamentarios actuales, limitados en acción y con peligro de disolución; su web
amenazada.Ya se anuncian iniciativas para encausar y detener a sus sucesivas
direcciones. La Ley, hecha a medida para ilegalizar Batasuna, la hace extensiva
a cualquier otra formación política nacional -o incluso local- que se entienda su
sucesora y a sus precedentes HB y EH, impidiéndole concurrir a todo tipo de

49
elecciones; convirtiendo con ello en social y políticamente fraudulentos todos
los futuros resultados electorales que puedan producirse en Euskadi bajo esas
condiciones de excepción.
Cuando la democracia deja traslucir la dictadura
Aún prevista, la ilegalización de Batasuna es un acto de fuerza antidemocrático del
Estado español de enorme trascendencia y repercusión política, tanto en Euskadi como
en el conjunto de naciones del Estado y por tanto en Andalucía. El 26 de Agosto de
2002 cierra una etapa y abre otra de imprevisible desarrollo. Ayudado por la estrategia
suicida y las acciones irracionales de ETA, el Gobierno español postfranquista del PP
(con el PSOE a su cola) no ha dudado en dar un paso inscrito en su proyecto de
reespañolización; sin arredrarse ante las contradicciones e incoherencias que conlleva
su decisión con el mismo discurso ideológico legitimador de la democracia
parlamentaria. Como si se extrajera de un manual, ha podido comprobarse como el
Gobierno manda, los jueces actúan como su prolongación y complemento y el
parlamento sirve como un teatro.
No estamos en el fascismo, pero eso no significa que no vivamos bajo una dictadura
soterrada y sutil, en forma de democracia homologada, perfectamente funcional a los
intereses dominantes, que sólo permite la organización, la discrepancia y la resistencia
en tanto su control sobre ellas sea lo suficientemente efectivo como para que no resulte
un riesgo al Estado español. El franquismo nació con un golpe militar del Ejercito de la
II República española, gracias a la colaboración de buena parte de su aparato de estado,
heredado a su vez de la Monarquía borbónica. Y la Monarquía parlamentaria actual,
surgió de las mismas entrañas del franquismo. Aquí no hubo ni un amago de
Nüremberg o de depuración; ni siquiera se concedió como sustitutivo una
mísera Comisión de la Verdad. En el momento clave, los reformistas (PCE) se
encargaron de facilitar el transito para procurarse un lugar al sol y luego -ya con la
desigualdad de fuerzas instaurada y la continuidad asegurada- se establecieron los
restringidos y leoninos márgenes de juego. Y el orden español vigente dejó de
remitirse como legitimación al 18 de Julio para hacerlo a la Constitución. Y los
antidemocratas y chauvinistas españoles que niegan un principio democrático
elemental como el de la autodeterminación se travistieron de democratas.
Entre fascismo y democracia -según se entienden al uso- hay profundas diferencias,
desde luego, pero también notorias concomitancias. Las democracias toman medidas
fascistas cuando interesa (guerras de agresión, ilegalizaciones, prohibición de
prensa); el fascismo no necesariamente ha de instaurarse en contra de las llamadas
instituciones democráticas o incluso del mismo parlamento, sino que incluso
historicamente solio imponerse a su amparo y con su aval (Italia, 1922; Alemania, 1933;
Francia, 1940) o incluso coexistio duraderamente con el parlamento (Hungría, años 30).
Y si no es expresamente el fascismo, las democracias llegado el caso pueden, gracias a la
amenaza de unos cuantos centuriones insubordinados, dar cortésmente el paso a un
régimen democrático fuerte (Francia, 1958) que -aunque mantenga elecciones-
reinstaure el control. Las democracias colonialistas han podido asesinar a mansalva en
Marruecos, Argelia, India, Indochina; bombardear impunemente, antes con cañoneras y
ahora con B-52 y misiles. Impolutos regímenes democráticos se han dedicado a infiltrar
y destrozar organizaciones populares mientras recurrían al fraude (EEUU) o a prohibir
fuerzas políticas molestas (Francia, 1939-1970; RFA, 1956) o a dividir países pese a
otros parlamentos incómodos (Gran Bretaña a Irlanda, 1921) o a usar el terrorismo de
estado (SAC, BVE-GAL, SAS). La democracia puede ser muy dictatorial si se necesita
y sin dejar por ello de ser democracia. Por eso es igualmente estúpido tanto asumir sus
reglas (que no es lo mismo que usarlas o acatarlas, provisionalmente) o creerse su
discurso, como no tenerlas en cuenta a unas y a otro, a la hora de actuar. Por eso son tan
políticamente criminales los que pretenden creerse que es posible realmente cambiar
algo y llegar a la ruptura mediante la no-violencia como estrategia -convirtiendo la
cobardía en ética- como quienes convierten a su impotencia en impaciencia,
pretenden ganarle al Estado jugando en su plano y con sus armas y olvidan que medios
y fines forman una unidad dialectica. Sabiendo siempre también que una cosa es esta
democracia y otras bien distintas la democracia y el pluralismo imprescindibles en las
organizaciones populares y después de la victoria y la independencia.
La ilegalización de Batasuna -vía Ley de Partidos y vía las sucesivas actuaciones del
ambicioso Juez Garzón- es una medida destinada a Euskadi, pero que afecta a todas las
naciones del Estado -y especialmente a la izquierda nacionalista, la única que preocupa

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al Estado- como amenaza y recordatorio. El Estado español está diciendo: si dejas de
ser marginal y te haces lo suficientemente fuerte, cuenta con que intentaremos
aplastarte. Una vez que para ser considerado terrorista no es necesario ni robar, ni
matar, ni secuestrar, ni colaborar directamente a la ejecución de estos actos, sino que
basta compartir ideas y organizarse políticamente en forma y manera que a criterio del
Estado español se forme parte del proyecto terrorista, la veda esta abierta y que se
ejecute o no queda a discrección y conveniencia del Estado. El Art. 9 de la nueva Ley de
partidos es tan versátil y omnicomprensivo como el Art. 58 del Código Penal soviético
de 1926 con el que Stalin amparó sus purgas. El Estado español está recordando con
esta Ley y con las actuaciones de Garzón que una vez que falle el fomento y protección
de las organizaciones españolas (de derecha o de izquierda), los dineros, el monopolio
informativo, la ley electoral...; una vez que sean insuficientes las listas negras, la
precariedad, el paro... siempre quedara el contundente uso del Derecho democrático. El
Gobierno español del PP ha impuesto además el voto en el Parlamento de la
ilegalización al objeto de forzar un retrato y una corresponsabilización por parte del
resto de fuerzas políticas, lo que no ha dejado de resulta especialmente incomodo para
quienes -como CiU o IU- preferían en principio no ensuciarse las manos y dejarle la
tarea al aparato judicial.
Cuando se dispone del Poder real y este es irresponsable por permanente, no hay que
tener miedo al ridículo o a la incoherencia formal y si no véase: la ilegalización de
Batasuna como colectivo se argumenta aduciendo que Batasuna forma parte de ETA
-que es tan ETA como la misma ETA- y sin embargo no parece que, de momento, el
Estado español esté dispuesto a detener inmediata y sistemáticamente a todos esos
miles de militantes de Batasuna que, según su tesis, por serlo son de ETA o aún más, a
esas decenas de miles que, por votar Batasuna, habría de entenderse que apoyan y por
tanto colaboran con ETA. Tate. El Estado español -que es democrático y está en
Europa- no quiere llenar los estadios de San Mames o Anoeta con presos; prefiere tener
vía libre para pescar a su arbitrio a aquellos que considere oportuno en cada momento.
No para afectar a la actividad de ETA, es obvio, sino para impedir o al menos dificultar
la acción política de la izquierda abertzale civil.
Hay que recordar, además, que el Estado español hoy ya dispone de abundantes
resortes desde el Código Penal, las sucesivas leyes antiterroristas, de seguridad
ciudadana, la LSSI, etc hasta las aparentemente inocuas ordenanzas municipales de
limpieza u ocupación de vía pública, para reducir al mínimo si se quiere la actividad
política, sindical y social; acogotándola a multas y detenciones. Que la situación social y
la correlación de fuerzas haya hecho innecesario en general hasta ahora -por ejemplo en
nuestra Nación- el uso de este arsenal no significa que no este ahí a la espera, validado
por el parlamento, dispuesto a ser utilizado para que los islotes democráticos en esta
democracia española sean reducidos, en el pleno sentido físico de la palabra, a la
virtualidad.
Contexto profundo y coyuntura.
Todavía en 1995 el mismo Aznar decía que la hipotética ilegalización de la izquierda
abertzale era inútil para acabar con el terrorismo vasco y que había otras prioridades.
La Tregua de ETA de 1998-99 y el Pacto de Lizarra-Garazi, alteraron forzosamente
los planes iniciales de Aznar. Nunca hubo desde 1975 hasta entonces en las cúpulas del
PP, PSOE y PCE mayor preocupación y nerviosismo por el cariz que tomaban los
acontecimientos. ETA entonces no mataba, pero el tono del discurso españolista no por
ello se atenuó, antes al contrario. No había terrorismo pero el nacionalismo español
estaba mucho más inquieto que cuando ETA actuaba. Sin el recurso a la critica de la
violencia y con el discurso democrático claramente del otro lado, al Estado español sólo
le quedaba recurrir en la propaganda a espantajos de presunta limpieza étnica y a la
amenaza de la fuerza contra las instituciones vascas.
El boicoteo de la tregua desde Madrid fue exitoso gracias a la torpeza y prepotencia de
ETA y a la duplicidad y cobardía del PNV. El Gobierno extrajo las enseñanzas debidas
del trago pasado y se dedicó a elaborar un diseño político hecho exprofeso para intentar
evitar la reedición del periodo de Lizarra-Garazi. Un eje del proyecto gubernamental
español era la neutralización y supresión políticas del independentismo socialista vasco.
Suprimir a Batasuna para impedir cualquier posibilidad de acuerdo con el PNV; para
favorecer la hegemonía en la izquierda abertzale de los sectores más militaristas y para
facilitar con su ausencia forzada, primero el acoso y luego la toma por las fuerzas
españolistas de las instituciones vascongadas gracias a mayorías fraudulentas. Los

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antiguos franquistas e hijos del franquismo que nutren el PP -aún están frescas las
declaraciones ultraespañolistas de Mayor Oreja diciendo que Euskadi no existe- tienen
claro -más que el mismo nacionalismo vasco- el riesgo que supone Euskadi para la
unidad y preservación del Estado español y consecuentemente para el orden social que
lo sostiene y al que ampara y no están dispuestos a negociar nada que no asegure
-aunque sea en condición de privilegio- la continuidad vasca en el Estado español.
Estratégicamente, quieren colocar un dique a unas aguas que si caen en Euskadi saben
que también lo harán a continuación en Cataluña y luego ya de forma incontenible aquí
o allá; hasta llevar a España al basurero de la historia, a reunirse con el Imperio
otomano o el austrohungaro. De ahí que no quepa extrañarse de que no estén
dispuestos a detenerse ante nada ni ante nadie.
A este objeto, el bloque PP-PSOE ha pretendido descubrir ahora que entre ETA y
Batasuna existe una relación política, como si no fuera un hecho sobradamente
conocido y obvia su existencia desde siempre y como si esa misma relación no hubiera
sido usada y tenida en cuenta en innumerables ocasiones por unos y otros. Durante
años era ETA quien exigía ser el interlocutor del Estado español (y de ahí las
negociaciones de Argel con el Gobierno PSOE) y eran los españolistas los que decían
que sólo hablarían, en su caso y sin terrorismo actuando, con la izquierda abertzale civil.
La relación política existente entre ETA y Batasuna deriva de la misma historia de
Euskadi y de la izquierda abertzale y es también notorio que no se asienta en vínculos
operativos (que siempre han sido perseguidos y castigados penalmente) sino en la
comunidad -conflictiva y paulatinamente más plural- de objetivos políticos e ideología y
en la condición de expresión política compartida de un sector social realmente existente
en Euskadi.
En esta etapa, la degradación política, ética y militar de ETA ha servido altamente para
facilitar la consumación de los objetivos del Gobierno y el Estado español.
Progresivamente aislada dentro de Euskadi; recurriendo al terror indiscriminado de
hecho fuera de Euskadi (hemos tenido ejemplos en Andalucía de ello) sin la menor
consideración política con ninguna otra nación del Estado; baste recordar como botón
de muestra -una vez ya aprobada la Ley de partidos- el ultimo y reciente atentado de
Santa Pola (Países Catalanes). La colocación de una bomba junto a una Casa-Cuartel de
la Guardia Civil tuvo como resultado la muerte de una niña de 6 años, hija de un guardia
civil, y la de una persona mayor que esperaba el autobús en una parada cercana. El
comunicado en el que ETA reivindicaba y justificaba la acción (ver enlace) aparte
de rellenarlo con la sutil amenaza a todos los partidos que no votaran NO a la
ilegalización de Batasuna, decía que no era responsable de que las familias de guardias
civiles vivieran en casas-cuartel y que quien no quisiera arriesgarse a ser coste colateral
de ETA que no se acercara a lo que ETA considera sus objetivos (una larga lista,
ciertamente). Esta declaración evidenciaba nuevamente que la responsabilidad de estos
asesinatos no podía adjudicarse meramente a la fatalidad o a la chapucería militar
últimamente dominantes en ETA, sino que derivaba directamente del autismo y
empobrecimiento políticos, del egocentrismo, la irracionalidad y la perdida de criterios
éticos dominantes en la dirección de ETA. El comunicado de Batasuna (ver enlace) en
relación al atentado de ETA, de otra parte, donde lamenta los hechos pero no los critica,
muestra como la renuencia a romper explícitamente con una estrategia agotada ha
contribuido enormemente y de forma decisiva a facilitarle políticamente la faena al
Estado español. Este curso, gestado en años, explica que el Estado español (tras haberse
dedicado con empeño a asociar ETA y Batasuna) haya podido dar el salto que implica la
Ley de partidos, justificándose tras ETA cuando su objetivo político real era
Batasuna, sin temor a tener que responder a una reacción solidaria significativa fuera de
Euskadi.
La ilegalización de Batasuna ha tenido de momento en Euskadi una respuesta
movilizadora moderada. Cabe considerar que se piense en el medio más que en el corto
plazo, aparte de las nuevas dificultades que conlleva la clandestinidad. Tanto política
como socialmente la mayoría de Euskadi -a diferencia de lo que ocurre en el resto del
Estado español- está contra la ilegalización.
Con todo, la prohibición no ha dejado de provocar sus efectos. El PNV sigue con sus
dos almas de toda la vida a cuestas -la independentista de fin de semana o de milenio y
la autonomista negociante de los días de labor- pero que opte ahora por la vía de la
reforma estatutaria en lugar de por la asunción unilateral de competencias usurpadas
denota que los michelines(1) ganan grasa. Que haya sido la policía autónoma a su mando

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la encargada de clausurar las sedes de Batasuna es un signo posible de que en Lakua(2)
no descartaban que La Moncloa estuviera esperando un pase foral(3) para quitarles el
mando de la Ertzantza(4), pero al margen de estas u otras presunciones no deja de ser un
acto de sometimiento impresentable a Madrid.
De las otras dos fuerzas representadas en el Gobierno, cabe destacar que EA ha
organizado por su parte una concentración de protesta contra la ilegalización en
Guernica y que junto a declaraciones de fe independentista, ha difundido criticas recias
al Juez Garzón. Queda por ver qué hechos sucederán a estas palabras. EB-IU, de una
parte ha vuelto a tener que reproducir su espectáculo habitual: defender el no a la
ilegalización en Euskadi pero entender que su central española a la hora de la verdad
realice una abstención cómplice en Madrid. También ha terminado plegándose a la
presión de sus mandos en Madrid a la hora de rectificar la propuesta de someter a voto
en el Parlamento vascongado un recurso de inconstitucionalidad a la Ley de Partidos,
reconvirtiéndola en lo propio pero desde el Gobierno vasco, para evitar una
contaminante coincidencia de voto con Batasuna. Ahora bien, la propuesta carroñera
sobre el nuevo modelo federal (ver enlace) como nuevo Abrazo de Vergara(5) esa sí
parece ser de cosecha vasca, aunque más que una pretendida solución sea una auténtica
distorsion.
Lo que ni PNV ni EA ni IU-EB han dicho es que, a partir de considerar previamente
trucadas las próximas elecciones, no comparecerán en esos comicios, salvo que
Batasuna (o su herencia) pueda presentarse. Eso no.
ELA -primer sindicato de Euskadi y que con LAB tiene mayoría nacional- en
un interesante comunicado (ver enlace) se posiciona afirmando que «un proceso
soberanista no avanzará sin confrontación con el Estado español, aunque ello
suponga hacer frente a la amenaza de retirada de las esferas de poder 'otorgadas' por
Madrid'», criticando al Gobierno PNV-EA-IU por «dar preferencia a la obediencia
debida sobre la defensa de los derechos y libertades y el cumplimiento de la voluntad
de la ciudadanía a la que representan lo que es, no sólo un error democrático, sino
también un suicidio político». Para ELA, el acatamiento de las órdenes recibidas desde
Madrid «degradan y erosionan la condición de órganos políticos de las instituciones
vascas y las reduce a eslabones de una cadena administrativa».
Batasuna -o mejor dicho las personas que actúan como referencia de ese sector político-
mantiene en público de momento un discurso optimista y voluntarista y se muestra
especialmente sensible en la preocupación por preservar su electorado y evitar que haya
fugas hacia PNV y EA.
La mejor noticia que podría provenir de Euskadi en esta coyuntura, la que cambiaria
automáticamente el escenario político y la más temida en Madrid porque transmutaria
la defensiva en ofensiva políticas -una declaración de tregua indefinida por parte de
ETA- es, a fecha de hoy, poco previsible.(6)
Notas:
1. Michelines, se usa -recordando la imagen de marca del muñeco de los neumáticos Michelín- en referencia a los
anillos de grasa en las caderas y políticamente en Euskadi a partir de una expresión del líder del PNV Arzalluz en los
que con esta palabra definía a los sectores acomodados y acomodaticios de su propio partido, prestos a pactar con
Madrid y a dedicarse a los negocios.
2. Lakua, sede del Gobierno vasco.
3. Pase foral, procedimiento tradicional en el Antiguo Régimen cuando llegaban a las provincias vascas leyes de la
Corona española para avalar o para acatar pero no cumplir.
4. Ertzantza, Policia autónoma vasca
5. Abrazo de Vergara, pacto con el que termino la Guerra carlista (siglo XIX) entre liberales y absolutistas.
6. Sobre el proceso de ilegalización , ver ANDALUCIA LIBRE nº 115, 118, 126 (Archivo de Boletines) o Sobre Euskadi

RETRATOS PARLAMENTARIOS
Las fuerzas políticas ante la ilegalización de Batasuna
Andalucía Libre
Momentos trascendentales como la votación parlamentaria para ilegalizar Batasuna y
los posicionamientos previos (ver enlace) definen bien a cada fuerza política.

Votaron a favor 295, PP-PSOE, Partido Andalucista y Coalición Canaria. Se


abstuvieron 29, Convergencia y Unió; Chunta Aragonesista, Bloque Nacionalista
Gallego e Izquierda Unida. Votaron en contra 10, Partido Nacionalista Vasco, Eusko

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Alkartasuna, Esquerra Republicana de Catalunya e Iniciativa per Catalunya-Verds.

De quienes votaron a favor, no vamos a ocuparnos de los españolistas expresos y


confesos. De los regionalistas canarios (nuevamente representados en la tribuna por
J.C. Mauricio, antiguo secretario general del PCE en Canarias) sólo apuntar que en cada
ocasión que se le escucha, sorprende su capacidad para revalidar y elevar niveles de
cinismo y reaccionarismo que difícilmente parecen superables. Hay quien dice que el
portavoz del insularismo canario suele explicar con su verbo desenvuelto mejor la
política del PP que el propio PP. Para observadores ajenos no deja de resultar llamativa
la armonía discursiva resultante de una síntesis en donde se mezcla la experiencia de un
exestalinista renegado con el manejo de una banda de tránsfugas de la UCD. Escuchar a
Mauricio defender que no hay presunto nacionalismo valido más que dentro de la
defensa de España, porque eso es lo moderno, no tiene desperdicio. A anotar su cuidado
de la imagen en televisión, puesto de manifiesto cuando al cruzarse en la escalera con
Anasagasti (PNV) siendo canario, se hizo el sueco descaradamente para no responder al
saludo del vasco.

José Núñez, diputado del PA y candidato a la alcaldía de Sevilla, por contra, al explicar
su alineamiento contra los derechos democráticos y detrás de las fuerzas españolistas
volvió a demostrar que la oratoria no es lo suyo. Que nuevamente hubiéramos de
escuchar como se usaba el nombre de Andalucía, para hacer españolismo por parte de
un partido llamado andalucista producía no se sabe si más pena que asco o más
indignación que hartura. Sería parcial sólo decir que el PA volvió a juntarse con quienes
les aseguran las poltronas, los sueldos y los negocios en la Junta y en los
Ayuntamientos. Siendo esto seguramente una razón de entidad -como cuando apoyaron
últimamente la invasión de Afganistán, la expedición colonialista española en el Perejil
o antes el mismo Pacto españolista PP-PSOE- hay que considerar también el peso de la
historia y que esta fuerza siempre ha confundido interesadamente su presunta versión
del nacionalismo andaluz con el españolismo alienante y paralizador del agravio
comparativo y siempre se ha manifestado incapaz de hacer avanzar un milímetro la
conciencia nacional andaluza. Y es que si a los del PP si se les rasca les sale el discurso
joseantoniano, a los del PA les sale un híbrido entre PP-PSOE; puede que por tanto
rebotado de por ahí refugiado en sus filas o porque el grueso de sus mentores -Rojas
Marcos, Arredonda, De los Santos, Uruñuela...- iban de jóvenes para esto y se quedaron
en una cosa como el PA. Para colmo de cutrez y servilismo y para ser más españolistas
que los españolistas, el PA anda indignado ahora porque PSOE-PP no le dejan -de
momento- someter a voto en el Parlamento andaluz una resolución de apoyo a la
ilegalización de Batasuna. Así les va y así nos va a Andalucía con semejantes piezas.

De los abstencionistas, CiU -que había votado a favor de la ley- se explicoteo en


términos jurídicos, dando consejos de cómo es aconsejable ponerse guantes antes de
meter las manos en la mierda, de como hubiera sido mejor dejar que los jueces se
ganasen el sueldo, de los riesgos no fuera a ser que, por casualidad, algún Tribunal
internacional de esos tan inútiles que hay por Europa le diera por ponerse proteston y lo
mal que iba a quedar entonces la democracia española, toda pringada ella... En fin, el
partido de Pujol hizo de su abstención un sí, pero, buscando no perder demasiados
puntos en Cataluña ni a un lado ni a otro y mantener abiertas sus tradicionales
relaciones con el PNV.

Del BNG -que había votado NO a la Ley y ahora se pasaba a la abstención- decir que
escuchándole parecía que su sitio precisamente estaba donde votaba: a medio camino
entre Labordeta, el PCE-IU y CiU. Apoyo al proceso judicial; Galicia ante todo (o lo que
es lo mismo, no vamos a pagar costes por asuntos ajenos), temor ante la presión
mediática, etc. Triste discurso para un diputado -Rodríguez- que ya de por si desprende
tristeza y triste situación para una fuerza que pretenda algún día liberar su país -si es
todavía el caso- reconocer que no se tiene valor para hacer lo debido.

A Llamazares (PCE-IU) hay que agradecerle la claridad para situar a IU en su sitio


-como heredera del PCE- aunque su rigor histórico sea tan escaso como abundante su
desverguenza. Ahí que vino a decir que -ojo- el PCE había estado contra la el uso de la
violencia hasta contra el franquismo, con lo que de un plumazo rescribió la relación del
PCE con el Maquis antifranquista hasta que este fue exterminado por el Régimen

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mediados los años cincuenta (que por entonces el PCE combinara la lucha armada con
la búsqueda de pactos políticos que prefiguraban el que después hizo en la Transición,
es otro asunto). Un caluroso apoyo a Garzón (al que le falto llamarle compañero); una
defensa del Pacto de Ajuria-Enea y de la Constitución española; un recordatorio dolido
de los meritos adquiridos por el PCE acompañado de un llamamiento a PP-PSOE para
restablecer puentes y que se les perdonara que no se sumaran a la ilegalización con
banderas desplegadas, para terminar con un ejercicio de incoherencia supina al afirmar
que la ley en cuestión era inconstitucional -por lo que habían votado antes que NO-
pero llegado el caso de aplicarla no se oponían a que así fuera, que ese es aquí el sentido
de la abstención. En resumen, un punto de encuentro (quizá sea a esto a lo que llamen
tercer espacio) entre la cagalera ante el acoso mediático y el españolismo congénito; la
revalida de que al PCE-IU no puede comprársele un coche usado; la pena, al recordar
que sin los votos andaluces lo que quedaba del PCE-IU no aguantaba un chubasco y
estos estarían pronto en su casa (o en la casa común) y un interrogante, ¿como puede
alguien de izquierda y andaluz -si es consecuentemente de izquierda y nacionalmente
andaluz- aguantar dentro del PCE-IU?. ¿Hacen falta más pruebas de que las
formaciones españolas (o de referencia y ámbito español, si le damos al eufemismo) son
esencialmente inútiles y no digamos si son como el PCE-IU?. Por cierto, su antigua
sucursal y próximo referente en Cataluña -IC/Verds- tuvo la astucia, al menos, de hacer
el mismo discurso casi, pero votando NO.

Los vascos -PNV y EA- que votaron NO, no tuvieron su día. Lagasabaster (EA) en el
poco tiempo disponible apunto algunas criticas democráticas a la ley, recordó la
mayoritaria oposición política, parlamentaria y social vasca a la ley y desperdicio
segundos con un llamamiento contra la crispación y por el dialogo, que no tocaba y con
el que, además, no le iban a perdonar desde los bancos españolistas anteriores
intervenciones más contundentes. Lo de Anasagasti (PNV), simplemente, es para leerlo
(mejor escucharlo). Y es que al hombre -que se le nota que no traga a Batasuna ni en
pintura- le pone de los nervios las acusaciones del PP-PSOE de que el honesto PNV son
casi como ellos (aunque en este debate, al PSOE le tocaba el papel de policía bueno, por
aquello de mantener los puentes) y así se adelantó un tanto inquiriendo si tras ilegalizar
a Batasuna estaban pensando también en ilegalizar al PNV.

La mejor intervención del día corrió de la mano de Puigcercós (ERC). Desde la


legitimidad de quien no venia de la dictadura franquista (andanada al PP) ni había sido
autista con el terrorismo de estado (andanada al PSOE) remarcó que lo de Euskadi era
un conflicto político (como Irlanda del Norte o Córcega) que tenía que tener soluciones
políticas, posicionándose hacia una salida irlandesa. Rechazó que se aplicara una ley
española a una nación como la vasca que la rechaza; refirió los intereses electorales
existentes tras el asunto y las motivaciones orientadas a desgastar también al Gobierno
vasco y terminó constatando que ningún partido catalán, vasco o gallego había votado
que sí, lo que era un favor forzado por la retórica, vistas las posturas citadas, pero al que
no pudo resistirse para disociar Euskadi, Cataluña y Galicia del resto (dado que es
catalán y el partido andaluz que había allí mejor que no estuviera -porque cada vez que
habla sube el pan- no se le puede reprochar a priori que no tuviera en cuenta a
Andalucía). Y así quedaron retratados para la historia. Nota: Batasuna boicoteo las ultimas
elecciones generales españolas

martes, 05 de noviembre de 2002 3:43


[BoletinAndaluciaLibre] nº 144 - La Crisis en IU y CUT/BAI - Euskadi, Propuesta Ibarretxe -

¿Qué es y qué quiere la Propuesta Ibarretxe?


Andalucía Libre

Si se nos plantearan las preguntas esenciales: ¿Qué es formalmente y qué quiere


políticamente la Propuesta Ibarretxe?, exigiéndonos concisión, habríamos de contestar,
sucesivamente: 1º. Es una propuesta política de reforma estatutaria de la Comunidad Autónoma
Vascongada, que pretende alcanzar para ella un status singular y aún más privilegiado en el
Estado español. 2º. Aspira a consolidar durante un largo periodo la hegemonía política y social
del PNV en la CAV, para desde nuevas posiciones de fuerza, forjar un nuevo pacto con el
nacionalismo español; previa eliminación de su histórico competidor, la izquierda abertzale.

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Dicho esto, e inmediatamente a continuación, habría que afirmar que esas solas respuestas
serian claramente insuficientes para hacerse cargo, no ya sólo de una situación tan
extremadamente compleja como la vasca (con su repercusión española y andaluza) con tantos
intereses y proyectos en juego; sino incluso si nos limitáramos estrictamente a los sustentos,
motivaciones y objetivos de la misma Propuesta. No cabe arredrarse ante esta aparente
contradicción, cuando la misma Propuesta se formula por sus impulsores sabiendo
perfectamente que esta es, en el mismo momento de su proposición, políticamente inviable y
aún así, su mera puesta en escena ya se incardina en el mismo hilo conductor que hemos
intentando describir anteriormente de forma sintética. Son paradojas vascas. Y quien se acerque
a la situación de Euskadi ha de hacerse a la idea de que las encontrará sobradas y sabrosas, por
las cuatro esquinas de ese endiablado escenario.

El contexto y la coyuntura.

El contexto vasco está marcado de forma estable e interrelacionada por un doble conflicto. De
una parte, el que enfrenta entre sí al proyecto nacional vasco y al proyecto nacional español (o al
nacionalismo vasco y al nacionalismo español, si se prefiere usar esta otra terminología). El
proyecto español cuenta con el crucial amparo y respaldo del Estado español y también con una
base social minoritaria en Euskadi -o hoy, al menos, en la CAV, aunque mayoritaria en Navarra-
integrada por españoles inmigrados y especialmente vascos renegados o alienados. De otra
parte, en el seno del proyecto nacional vasco se desarrolla a su vez el segundo conflicto: el que
opone al nacionalismo moderado (o burgués) que lidera el PNV frente al nacionalismo radical,
socialista (o popular) que se encarna en la izquierda abertzale. Los planos de esa confrontación
se establecen simultáneamente tanto en cuanto al modelo político y social de Euskadi que cada
uno propugna como -dado que Euskadi se encuentra sin libertad nacional reconocida dentro del
Estado español para abandonarlo- en relación a la forma y métodos en que plantear la
confrontación con el proyecto español. Como además, históricamente, la configuración del
segundo proyecto vasco ha ido de la mano de la actuación de ETA, los efectos políticos y sociales
de su acción y su agotamiento notorio para los objetivos que dieron lugar a su nacimiento,
afectan destacadamente a la relación de uno con otro y de ambos con el proyecto español y su
Estado.

La coyuntura inmediata que precede a la presentación de la Propuesta Ibarretxe está marcada


-dentro de una estable aspiración del nacionalismo español liderado por el PP por desalojar al
vasco del Gobierno autónomo de la CAV- primero, por la consecución -pese a toda la
crispación que lo rodeaba- del acuerdo, unánimemente reclamado por la patronal vasca, de
renovación del Concierto Económico que regula las relaciones entre las haciendas vasca y
española y le confiere a la Comunidad autónoma vascongada -entre otros aspectos- una
situación fiscal y presupuestariamente privilegiada en el contexto español. Está singularidad
-amen de sus apolillados antecedentes- nace de la Transición española y fue una de las
compensaciones políticas con las que desde Madrid se pretendió comprar la fidelidad estable del
nacionalismo vasco moderado al Estado español (en Navarra, por su lado, el homologo
Convenio sirvió, entre otros objetivos, para sustentar una españolidad privilegiada y como
soborno desde el que basar la escisión del resto de Euskadi). Segundo, por la constatación de
que el Estado español no estaba dispuesto, no ya a ofrecer una ampliación de competencias (y la
perspectiva política justificativa que ello conllevaba cara al discurso del PNV) sino siquiera a
cumplir todos los preceptos de delegación competencial pendientes, presentes en el vigente
texto estatutario, lo que conllevaba un reconocimiento de fin, no sólo de su techo sino también
de su mecanismo político implícito. Tercero, por la decisión antidemocrática del Estado
español -tomada en comandita por sus tres presuntos poderes- de proceder a la ilegalización de
hecho de Batasuna -asimilada a ETA- y por la opción política del Gobierno vasco de ejecutar las
ilegitimas acciones represivas consecuentes. Aun cuando el Gobierno vasco tripartito (PNV-EA-
EB/IU) declarara su desacuerdo o su voluntad de recurrir e incluso, durante un tiempo, su
intención de querellarse al respecto, los efectos simbólicos de la imagen de la policía autónoma
vasca reprimiendo a una manifestación masiva convocada en Bilbao en protesta por la
ilegalización fueron socialmente demoledores y el riesgo de aparecer como una especie de
Gobierno Quisling al servicio de España, evidentes.

Con una izquierda abertzale doblemente maniatada -por la persecución española y por su
autismo político en relación a los múltiples efectos negativos de la actuación de ETA- la
presentación de la propuesta Ibarretxe pretende recuperar la iniciativa política para el PNV

56
-tomando prestados en buena parte elementos doctrinales de sus socios EA y EB/IU-
permitiéndole escapar, al menos de momento, del emparedamiento a que era sometido entre el
españolismo y la izquierda abertzale.

Para evitar simplificaciones y sólo a modo de botón de muestra, como simple ejemplo de la
versatilidad peneuvista, conviene citar algo de lo que el mismo Lehendakari introducía en la
parte que hacia funciones políticas de preámbulo al núcleo de su propuesta: "Frente a la
estrategia del neo-liberalismo económico basado en el modelo competitivo individual, nuestro
autogobierno nos ha permitido desarrollar en Euskadi un modelo propio de construcción
social edificado sobre el desarrollo sostenible y la solidaridad"; frases dichas -recordémoslo-
por un presidente de matriz originaria democristiana pero que hoy suenan más a una izquierda
socialdemócrata, amparadas además por una buena parte de su acción de gobierno y que sirven
como recordatorio de la complejidad de su actuación política.

La propuesta, sus caminos y sus contenidos.

La Propuesta abandona en su eje menor la previamente pactada línea de asunción unilateral


de competencias -que llevaba inexorablemente al conflicto- sustituyéndola por una selección
selectiva y medida y carga la fuerza en la oferta de un nuevo marco político para Euskadi,
convertido en su eje mayor. La administración hasta entonces de competencias estatutarias
retenidas -con el método expuesto en la propuesta- aunque pueda venderse como actuación
soberanista, también puede explicarse y leerse como conflicto competencial, con el mismo fondo
y entidad que, por ejemplo, el que pueda enfrentar a Virginia o Montana sobre tal o cual
adscripción de funciones, con la administración federal de los EEUU. Que PP-PSOE hayan
acordado ya al respecto no recurrir de momento al Art. 155 (la suspensión de las instituciones
autónomas) de la Constitución española y usar en su caso otros recursos a su alcance es
políticamente lógico, inteligente y proporcionado a lo que efectivamente se les plantea, visto en
su núcleo duro y desprovisto de justificaciones. También, por cierto, es política y socialmente
muy significativa la opción por qué competencias se asumen (las pendientes del estatuto) y la
postergación a la conclusión de la otra pata del discurso de otras (laborales, etc).

Aún cuando se eludiera insistentemente explicitarlo en su presentación y aún hoy y aún cuando
fuera insistentemente manipulado por la prensa españolista, de lo que se trata básicamente en
toda la Propuesta es de abrir un proceso de reforma del estatuto de Guernica, dentro de las
normas y de los procedimientos establecidos por la legislación española. Es dentro de este
marco, basado y construido sobre la soberanía española, que implica someterse de antemano a
las amplísimas mayorías necesarias en el Parlamento español para una modificación estatutaria
y que políticamente confiere derecho de veto practico al respecto a PP-PSOE (sea en conjunto o
por separado), donde la propuesta habla de si misma como basada en la libre asociación, en la
soberanía compartida y en el derecho vasco a la autodeterminación; aunque este ultimo
estuviera restringido a desarrollarse solo en el sentido de lo que la misma propuesta plantea,
excluyendo de antemano -por mucho que le sirviera de fundamento legitimador- la elección de
otras opciones, lo que no deja de ser también una lectura muy particular de la
autodeterminación. La Propuesta, mientras afirma con solemnidad y reiteradamente que se
sustenta en esa aspiración al reconocimiento de una soberanía vasca -argumentación
ideológica- de hecho se plantea jurídica, efectiva y políticamente, de forma aparentemente
paradójica, transitando en todo su recorrido procedimental dentro de los estrictos limites de la
soberanía y la legalidad españolas. Según su secuencia prevista debe culminar dando lugar a una
formulación articulada, a negociar con el Estado español, que podría asemejarse más o menos a
lo inicialmente propuesto. Finalmente, según el grado de satisfacción alcanzado, el Gobierno
Ibarretxe se reserva la opción de someter a consulta o referéndum popular bien el texto
negociado, bien el texto inicial. Según los términos expuestos, este sería el único momento de
opción y posible conflicto real entre una y otra soberanías y sólo en el caso de que si las
instituciones españolas rechazaran la propuesta del parlamento de la CAV, el Gobierno vasco la
sometiera entonces a referéndum en la CAV (doce meses a contar desde ahora, según dijo
Ibarretxe); sin atenerse a los limites constitucionales que reservan esa potestad para el Gobierno
español. Para prevenir toda contingencia y también en contradicción con uno de los
fundamentos de su iniciativa -actuar a pesar de la existencia y la acción de ETA- Ibarretxe
condiciona la realización del referéndum o consulta al cese de las acciones de ETA.

Cuestión que no han parecido valorar quienes, por otra parte, se han mostrado tan atentos a los

57
procedimientos establecidos es que los términos de la reforma estatutaria vasca planteada, de
mantenerse y aceptarse, forzarían a una reforma de varios títulos de la Constitución española
(Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Titulo VIII; quizá, el Preliminar...) que deberían
preceder o simultanearse a la reforma estatutaria (salvo de darse interpretaciones "creativas",
del tipo de la que sirvió para desbloquear la autonomía andaluza tras el 28-f ...)

Aunque por razones de conveniencia propagandística, el Gobierno Ibarretxe ha hecho especial


hincapié en el concepto de co-soberania, para lo que en otras parte de su mismo documento
reconoce que no es más que una propuesta federalista asimétrica (es decir, especial) lo cierto es
que la soberanía es una y no puede haber "co-soberanía" o "soberanía compartida" (si la
distinguimos del condominio sobre un tercer territorio, tipo el franco-británico sobre la colonia
de Nuevas Hebridas hasta su independencia o la propuesta que ahora corre sobre la colonia de
Gibraltar, etc). Salvo que nos metamos a llamar soberanía a otras cosas, claro. Lo que sí puede
haber es una soberanía nacional que delega (como ha hecho el Estado español en la UE...) pero
eso es diferente. De lo que se lee en la propuesta Ibarretxe, lo que más aparentemente suena a
una afirmación de soberanía es la reclamación del derecho vasco a convocar referéndums, pero
Québec ya lo tiene y lo ha usado precisamente para reclamar la soberanía; luego tenerlo no es
exactamente lo mismo que disponer de soberanía, salvo si se explicita el derecho de secesión o
independencia unilateral. Por lo que respecta al sistema de garantías de competencias,
nuevamente, también Québec, como el resto de las provincias canadienses, dispone de el.
Incluso el asunto de la nacionalidad -si lo asimilamos a la ciudadanía- no va más allá, leyéndolo
fuerte, de lo que ya ocurre hoy en Suiza entre cantones y federación. Por no haber, ni siquiera
hay la reclamación del derecho a elaborar códigos civiles, penales etc vascos y el resto de
concreciones (selecciones deportivas propias a la manera británica; colaboraciones
transfronterizas; aplicación de los procedimientos belgas o alemanes para la presencia de
entidades subestatales en la UE, etc) son cuestiones menores. Lo que sí aparece claro es la
reclamación de la gestión del "sistema tributario y fiscal, los sistemas de relaciones laborales,
así como los de previsión, bienestar y seguridad social".

El modelo final que se propone, en resumen, es el de un federalismo asimétrico, es decir algo


políticamente parecido a lo que lleva años propugnando Herrero de Miñón (una España a
cuatro: Euskadi, Cataluña, Galicia y el Resto); a una de las posibilidades que pueden derivarse
del modelo federal de IU o a los sueños inconfesables de Maragall y algunos otros en el PSOE:
una CAV dentro de España, pero con estatus especial, singular o privilegiado, particularmente si
se atiende a la fiscalidad y a la seguridad social, según quiera o prefiera describirse. Un
federalismo fuerte con el que sustituir al federalismo blando existente del Estado de las
autonomías. Ese modelo no lleva a la independencia ni a la soberanía nacional, antes al
contrario lo bloquea, salvo precisamente si se niega y entonces da lugar a otro escenario político
y consecuentemente formal. De momento, si recuerda a algo es a la reproducción ampliada e
intensificada del esquema de la Transición española: comprar la aceptación de la españolidad
-aunque ahora con mayores satisfacciones identitarias propias- por la garantía de mayores
recursos económicos.

Consecuencias y reacciones

La Propuesta Ibarretxe ha implicado, de entrada, blindar el mantenimiento de la coalición PNV-


EA. Además. sirve de momento para intentar legitimar "por razones nacionales" y no
"partidistas y/o egoístas", la disputa por la herencia electoral de Batasuna. El proyecto-
propuesta sirve para justificar porque PNV-EA se presentan y se presentarán, aunque el Estado
español impida hacerlo a Batasuna (convirtiendo a las elecciones en directamente fraudulentas,
al mismo nivel conceptual que las marroquíes). Con su iniciativa, el PNV gana, al menos, doce
meses en los que maniobrar y ver como evoluciona la situación. Ha introducido en la agenda
política un tema suyo, recuperando el protagonismo que necesita como fuerza que se postula
como pilar central de la sociedad vasca.

La propuesta ha recibido el apoyo de PNV, EA y EB-IU y una primera posición receptiva desde
Aralar; también ha sido defendida por Herrero de Miñon, Espacio Alternativo y puede
sintonizar con mucho de lo que ha venido divulgando Elkarri. ELA, por su lado, se ha mantenido
en silencio tras su primer comunicado y Confebask -la patronal vasca- le ha propinado un duro
golpe, dejando al PNV con el culo al aire en ese flanco, al pronunciarse por el mantenimiento
estricto del actual marco estatutario sin asumir otras aventuras.

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La reacción españolista ha sido histérica y visceral; hasta tal nivel que ha forzado al PCE-IU,
contra toda evidencia empírica, a declarar que la Propuesta Ibarretxe no tiene nada que ver con
la que el mismo PCE-IU tenia ya publicada (y archivada) pese a que tanto su postulador como la
misma federación vasca de IU reconocen o reivindican que se han inspirado en ella para
formular su versión. Los españolistas, sean de PP o PSOE, ante una Propuesta que se articula
limitando sus aspiraciones precisamente con la excusa de contar con sus posibles vetos, han
vuelto a reafirmarlos; sin detenerse ante la utilización de imágenes de limpieza étnica;
requerimientos al uso del Art. 155 o recordatorios de la famosa sentencia del Tribunal Supremo
de Canadá contra Québec -en sus expresiones más cultas y sofisticadas- concretadas en requerir
mayorías de 2/3 para sugerir cualquier cambio. La deformación de la Propuesta Ibarretxe,
convirtiéndola en soberanista o incluso independentista, explica quizá que algunos sectores
hayan caído en el error de verla no tal cual es sino como la presenta la propaganda española,
hasta el punto de darle su simpatía.

La izquierda abertzale, por su lado, ha denunciado las incoherencias, debilidades y


oportunismos de la Propuesta. Fuerte en este plano, ha estado mucho más débil a la hora de
plantear desde una posición de izquierda independentista consecuente, alternativas propias
creíbles. La izquierda abertzale sigue atenazada por la cuestión de la territorialidad, es decir, el
planteamiento de un proceso político único y simultaneo para toda Euskadi (o al menos Euskadi
Sur) y por ello sigue perdiéndose en ensoñaciones que convierten, por ejemplo, a Udaltbiltza -la
asamblea de municipios vascos- en vértice de una estrategia de doble poder nacional que no
tiene agarre alguno en la realidad. Realmente no se entiende porque les resulta tan difícil
distinguir entre los datos objetivos que ofrece la actual realidad política, social e institucional de
Euskadi, su nivel de movilización y conflicto y los artilugios ideológicos sobre el respeto a las
dobles identidades, los diálogos como fines y demás mercancías averiadas. Asumir
pragmáticamente que la masa critica existente hoy ya en la CAV para auspiciar un proceso de
ruptura con España no existe aún en todo Euskadi, no tiene porque implicar más que una
simple constatación de cuales son las correlaciones de fuerzas al día de hoy; sin convertirlas por
ello, no ya en hechos estáticos sino mucho menos en cuestiones de doctrina o de principio.
Parece, permítasenos la referencia histórica, como si se hubiera olvidado que para poder
disolver legítimamente la Asamblea Constituyente rusa en 1918, el Congreso de los Soviets tuvo
que tomar antes el poder en Petrogrado.

Es precisamente Ramón Zallo quien, para defender la Propuesta Ibarretxe, vuelve a hacer
énfasis en la baza fundamental de la Propuesta: que parte de lo que hay, una mayoría
nacionalista vasca en la CAV; aunque lo haga para apoyar una estrategia que no incomode
demasiado a quienes dicen querer llegar a la soberanía vasca pero vestidos con el frac, sin costes
ni enfrentamientos. Ese partir de lo que hay, puede usarse -como hace Ibarretxe- para intentar
eliminar el conflicto, manteniendo Euskadi en España -aunque sea de otra manera- o para
utilizarlo como plataforma política y social en la que el conflicto se articule de forma más
favorable para las aspiraciones independentistas vascas. Salvo que se diera una hoy poco
previsible alteración significativa de la escena social vasca, evitar el arrinconamiento de la
izquierda abertzale en un escenario dominado a un lado por el PNV y a otro por el españolismo,
exige -entre otros muchos elementos, como una tregua de ETA- tomar nota de esta circunstancia
y planificar una estrategia a partir de ella, desde la cual posteriormente pudiera plantearse la
reunificación nacional.

Anexo:
Andalucía y la propuesta Ibarretexe.

La literalidad de la Propuesta no excluye su extensión similar a otras naciones del Estado,


aunque presumiblemente, a la hora de escribirlo no se estaba pensando precisamente en
Andalucía.

En cualquier caso, en el terreno de los principios, hay que distinguir siempre entre el derecho a
la autodeterminación y a la independencia incondicionada de otra nación -que hay que apoyar-
y una concreta propuesta que, en tanto mantenga la relación con el Estado español y Andalucía
se halle todavía dentro de el, es forzoso valorar estrictamente en términos de sí favorece o
perjudica a nuestros intereses nacionales. La izquierda nacionalista andaluza ha de actuar y

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posicionarse entonces como si estuviera bajo su responsabilidad el futuro nacional.

Al margen de que la Propuesta Ibarretxe buscase desactivar el conflicto vasco -lo que revertiría,
de tener éxito, en mayor estabilidad española y consecuentemente en mayor dificultad para las
aspiraciones independentistas de la izquierda nacionalista andaluza- es evidente que conlleva
una mayor detracción de recursos económicos utilizables por Andalucía, a los que tenemos
derecho por el curso histórico compartido que nos ha situado a cada una de las naciones del
Estado donde actualmente estamos. Ciertamente, hemos de huir como de la peste del agravio
comparativo y recordar siempre donde se ubica nuestro enemigo -en Madrid- pero también es
verdad que no es previsible que, incluso como una situación transitoria, la aceptación del nuevo
marco resultante de esa propuesta, conllevara la extensión a Andalucía del nivel de ventajas que
implica. Más aún, no parece demasiado aventurado predecir que una parte de su hipotético
éxito estaría vinculado a reproducir una situación de singularidad, similar aunque bajo otros
parámetros, a la que pergueñara inicialmente la Constitución española de 1978, que muy
probablemente requeriría explícitamente de la exclusión de Andalucía. A Andalucía, -la
evidencia histórica lo avala- en tanto siga forzada a coexistir con otras naciones en el Estado
español, no le conviene ciertamente ninguna situación jacobina uniformista a escala de Estado
pero tampoco una situación de desigualdad en la que no sea expresamente compensada y
favorecida.

Por ello -y por supuesto por razones antitéticas a las de los españolistas- cabe concluir que la
Propuesta Ibarretxe es contraria a los intereses nacionales andaluces y que procede, en la
medida de nuestras posibilidades, actuar en consecuencia no dándole ningún apoyo. Ahora bien,
hay que tener también claro que si como resultado de que, hipotéticamente, las instituciones
vascas perseveraran en su defensa y desarrollo de forma unilateral y que como consecuencia de
ello, recibieran el acoso o la agresión del Estado español, la izquierda nacionalista andaluza
debería mostrar entonces su plena solidaridad con Euskadi.

martes, 06 de mayo de 2003


[BoletinAndaluciaLibre] nº 185 - Paro andaluz - La aduana española - Argentina

APRUEBA UNA MOCIÓN PRESENTADA POR EL PP


Granada: El Ayuntamiento respalda por unanimidad la ilegalización de
Batasuna
25/4/2003- Granada Digital
El pleno del Ayuntamiento de Granada aprobó el viernes por unanimidad (PP, PSOE,
PCE-IU, PSA) una moción en la que respalda la ilegalización de Batasuna y subraya
su confianza en la actuación judicial para que 'ningún partido de nueva creación'
pueda 'dar cobertura o respaldo a las acciones terroristas de ETA'.

En la moción, presentada por el PP y firmada por todos los grupos, se insta también
a los poderes públicos a que adopten y defiendan 'cuantas actuaciones aseguren el
libre ejercicio del voto en cualquier parte del territorio nacional' y, en especial, 'la
garantía de que los partidos políticos puedan contribuir a formar la voluntad política
de los ciudadanos sin coacciones de ninguna clase'.

En el texto se resalta que uno de los elementos 'de mayor preocupación' para los
españoles es el terrorismo y se recuerda que desde hace años ETA, 'utilizando
coberturas políticas, culturales, financieras y sociales, está distorsionando la vida
democrática de nuestro país e impidiendo la libertad real de muchos ciudadanos,
además de atentar contra centenares de inocentes'.

La sentencia del Tribunal Supremo que ilegaliza a HB, que 'debe ser cumplida en su
totalidad', es una medida 'necesaria' y 'proporcionada' para las formaciones
políticas que 'con el nombre que fuere, lejos de condenar los asesinatos de
inocentes, los secuestros, las amenazas y las extorsiones, las ha aplaudido e
incluso justificado'. La moción prosigue afirmando que la sentencia puede ser por
tanto 'una medida eficaz' para aumentar la garantía de funcionamiento del sistema

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democrático del que forman parte activa los ayuntamientos, entre ellos el de
Granada, porque los municipios, especialmente los del País Vasco, 'vienen
padeciendo un clima de descrédito, aislamiento social y amenazas de las marcas
electorales de ETA hacia los concejales no nacionalistas, o lo que es aún peor, por
los terribles atentados de la banda terrorista'.

El Remate
La Aduana española
Andalucía Libre

La aprobación unánime de una moción del PP a favor de la ilegalización de la


izquierda abertzale vasca (llámese como se llame y se organice como sea) en el
Ayuntamiento de Granada no es una anécdota o un episodio meramente local. Hay
que verlo y valorarlo como lo que realmente es: la ejemplificación de que todas las
fuerzas políticas implicadas (a las que, dados sus posicionamientos conocidos,
puede sumarse perfectamente también el PA, ausente del Ayuntamiento por
transferencia de su concejal al PSA) comparten políticamente en lo esencial mucho
más y más importante de lo que las diferencia.

PP-PSOE abanderan el españolismo y la restricción de los derechos democráticos,


auspiciando la persecución y discriminación de fuerzas políticas incomodas, no por
sus actos sino por sus ideas, en flagrante contradicción con su mismo discurso
formal democrático-liberal. El PCE-IU, a la hora de la verdad y como fuerza
españolista que es, no tiene dudas en priorizar retratarse en la Aduana española,
dejando caer todas las ambigüedades y dobles discursos, para poder afrontar la
próxima campaña electoral con desenvoltura tras haber revalidado por enésima vez
su lealtad al Estado español y a sus reglas de juego. Los regionalistas (aquí, versión
PSA, pero tanto da si fuera en versión PA) revalidan su oportunismo, trufado de
capitulación al españolismo. Todos se pelean por los puestos, pero comparten
lo fundamental de la política a desarrollar; sin vacilar en apoyar, si así se les
requiere, el fraude electoral o la anulación de la libertad de expresión.

¿Donde queda aquello, que tanto se refregaba, de que "todas las ideas se pueden
defender, incluida la independencia, mientras se haga pacíficamente y dentro de la
ley"?. Aquí el problema no es ETA; ni las opiniones, criticas o condenas sobre su
actividad. Aquí la cuestión real es que todos los implicados, en una orgía de cinismo
y cobardía, avalan y asumen el rechazo antidemocrático al derecho a la
autodeterminación y a la soberanía nacional de las naciones sin estado, apoyan de
hecho la indisoluble unidad del Estado español como imposición y aceptan que la
puesta en cuestión de ese Estado opresor es perseguible y reprimible baste con que
ese mismo Estado lo considere conveniente; aunque para ello haya de violentar sus
propias normas y justificaciones.

No es un asunto vasco, que no quepa duda; es un asunto andaluz. Si no se tiene


valor ni coherencia democrática para resistir al chantaje españolista en este caso,
no hay que dudar de que, de darse la circunstancia, los mismos nacionalistas
españoles que hoy perpetran -sea en Granada o en cualquier punto de nuestra
Nación- este acto de vergonzosa complicidad contra Euskadi no vacilarían en
apoyar contra Andalucía una represión similar sobre una fuerza nacional andaluza
que pudiera molestarles, por razones nacionales y/o de clase. Nuevamente se
manifiesta que la democracia burguesa española, como todo Estado burgués -como
dirían los clásicos y aunque suene antiguo- es una dictadura que asume una
envoltura democrático-liberal en lo contingente y accesorio, como ejercicio de
integración y control, pero que de necesitarse no duda en desembarazarse de
retóricas democráticas y añadir a sus trampas, desigualdades y discriminaciones
habituales, la sustracción radical de derechos y la represión de ideas.

¿Alguien puede creer que alguno de quienes, en lo inmediato, concreto. primario y

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evidente, manifiestan tamaño servilismo y colaboración hacia el Poder instituido y
los intereses dominantes puede servir en lo más mínimo para acercarnos a hacer
posible Otra Andalucía y Otro Mundo?. Más bien son expresiones complementarias
de la Andalucía y el Mundo caducos que hay que superar; algo a tener siempre bien
presente por todos los patriotas socialistas andaluces.
miércoles, 1 de octubre de 2003 2:11
ANDALUCIA LIBRE nº 199 - Euskadi: Plan Ibarretxe - Escocia - Bolivia

¿Donde está y adonde va la Propuesta Ibarretxe?,


Andalucía Libre
La reciente presentación actualizada de la Propuesta Ibarretxe reafirma la condición
central del PNV en la política vasca. El PNV mantiene la iniciativa, ganada hace un
año al plantear inicialmente la propuesta, haciendo un ejercicio espléndido de
convertir a la necesidad en virtud. Ha conseguido con ello, ser quien marque la
agenda política en Euskadi, situándose a la ofensiva frente a las fuerzas
españolistas (PP, PSOE, IU); subrayando tanto su preeminencia sobre sus socios de
Gobierno (EA, EB-IU) como su ventaja sobre la izquierda abertzale.

La coyuntura

El PNV comparece capitalizando no sólo su capacidad de propuesta y


condicionamiento político sino también la propia situación de Euskadi, que así
resume el Lehendakari: "Según los últimos datos del propio INE español, referidos
al año 2000, la Comunidad Vasca se ha situado a la cabeza del nivel de vida de
todo el Estado, en términos de renta disponible por habitante, y también, según el
INE, en el año 2002, Euskadi ya había alcanzado el 105% de la renta media
europea. Según el Banco de España, Euskadi es la Comunidad menos endeudada
de todo el Estado, con un 2,2% del PIB, cuando la media estatal se sitúa en el 6%
del PIB, es decir, es tres veces mayor. Nuestro nivel de paro se sitúa en el 9%,
según la Encuesta de Población Activa Española, dos puntos por debajo de la media
estatal. Nos hemos situado a la cabeza de Europa en la creación de empleo desde
1995 y hemos alcanzado los niveles de ocupación más altos de toda nuestra
historia, 895.000 personas en el segundo trimestre de este año, es decir 183.000
ocupados más que en 1995. Seis de cada diez familias vascas tienen a todos sus
integrantes trabajando, según un informe elaborado por La Caixa, tomando como
referencia datos del INE. Los sueldos medios de los trabajadores vascos están
entre los más altos del Estado y la pensión de jubilación en Euskadi supera en un
30% a la española, según los datos publicados por el Instituto Nacional de la
Seguridad Social. El INE confirma que Euskadi ha figurado entre las Comunidades
con menos empresas en quiebra en el primer semestre de este año y que la
Comunidad Vasca es la sexta del Estado por número de empresas, con un total de
154.703 compañías. La tasa de delincuencia de la Comunidad Vasca se sitúa 45
puntos por debajo de la media española, según la última memoria del Fiscal
General del Estado… Bien, esta es la realidad. Y no he utilizado para describirla los
datos de las Instituciones Vascas.".

La entidad e implicaciones de este cuadro aparece más nítida si cabe si lo


comparamos con algunos indicadores andaluces, sin entrar siquiera en el balance
en cuanto a cantidad y calidad de infraestructuras y servicios públicos: Andalucía
tiene un paro estimado según la EPA del 19,93% (7,2 puntos más que la media
estatal y 11 puntos más que Euskadi). El 60% de los andaluces menores de 30
años están en paro o en precario y 2.078.000 andaluces viven por debajo del
umbral de pobreza. El Coste salarial medio mensual en Andalucía es de 1.290 euros
mientras el estatal asciende a 1.413 euros (123 euros más) y el de Euskadi sube
hasta 1.603 (313 euros más). En tanto la renta media vasca supera la de la UE, el
PIB per capita en paridad de poder adquisitivo de Andalucía sólo llega al 64% de la
media de la UE, siendo el estatal del 84%. Si el Gobierno andaluz ha sido

62
ininterrumpidamente del PSOE desde 1982, el PNV por lo que le toca, ha actuado
como eje permanente del Gobierno vasco, amen de ser parte principalísima en la
recuperación y gestión del Concierto Económico que tanto ha contribuido a sostener
el desarrollo vasco.

En esta coyuntura y con los antecedentes conocidos, la izquierda abertzale puede


reivindicar -como ya hace- que el debate que encarna y al que pretende responder
la propuesta Ibarretxe es suyo; pero a renglón seguido debería admitir que sus
garrafales errores y los efectos de la represión española (singularmente su
ilegalización y la relativamente débil respuesta que este hecho ha provocado) han
transferido en esta etapa el protagonismo y la primacía de decisión al PNV.

El PNV controla, al menos de momento, el tiempo político, asegurándose la


hegemonía y capacidad de maniobra durante toda esta legislatura. Acaba de
anunciar que el próximo 25 de Octubre remitirá el texto articulado del nuevo
Estatuto al Parlamento vasco y que este no será sometido allí a voto hasta
septiembre de 2004, abriéndose a partir de entonces y hasta marzo-abril de 2005
su debate para ratificación en las Cortes españolas, para luego ser sometido a
referéndum en la Comunidad Vasca (CAV). Sigue manteniendo que en ese
momento se reserva plantear la consulta bien sobre el texto proveniente de Madrid,
bien sobre el originalmente remitido en caso de que no les satisfagan las
modificaciones introducidas en el Parlamento español. Además, para mayor margen
de maniobra, dice condicionar la votación popular a que se realice "en un escenario
de ausencia de violencia y sin exclusiones". El calendario le permite contar con los
cambios de correlación que pudieran producirse a consecuencia de las elecciones
catalanas y especialmente de las españolas e incluso, en caso de necesidad,
recurrir a intercalar unas nuevas elecciones vascas para alcanzar las mayorías
necesarias, sea para aprobar el texto, sea para administrar su secuencia política.

El modelo Ibarretxe

Los contenidos de la Propuesta van en continuidad con lo anunciado hace un año y


en sintonía con lo recogido en el Borrador articulado filtrado en julio.

La novedad de este ultimo debate ha sido la inclusión de una referencia a un


compromiso de asunción entre las potestades de la proyectada Comunidad Libre
Asociada vasca de la doctrina del Tribunal Supremo de Canadá en su sentencia
limitativa de 1998 contra el derecho a la autodeterminación de Québec. Ibarretxe
adelanta que, de instaurarse el nuevo modelo, Euskadi renunciaría a su derecho a
la autodeterminación unilateral, aceptando la necesidad en su caso de someterse a
una posterior negociación bilateral. Esta restricción -que se suma a la previa de
rechazar la misma posibilidad de opción por la independencia en este momento-
pretende conferir al Plan una imagen de mayor estabilidad y renovada moderación,
cara al sector más tibio y temeroso de su propia audiencia. De otra parte, es
notorio que ofertas de este tipo resultan hoy claramente inutiles para influir
políticamente entre las fuerzas españolistas dada su visceralidad.

Por lo demás, la Propuesta afirma una delimitación competencial sustancialmente


más clara y definida entre Euskadi y España (restringiendo fuertemente, aunque no
totalmente, la capacidad de condicionamiento exterior a través de Leyes de Bases y
Códigos y eliminando las vías de leyes ordinarias, ordenes, reglamentos etc) y
amplia los campos de legislación, regulación y ejecución estricta o
predominantemente vascos. Le reconoce al Estado español -con alguna
salvaguardia- la potestad sobre la Legislación básica penal, penitenciaria y
procesal; mercantil, civil, de propiedad industrial e intelectual, farmacéutica, de
tráfico y de telecomunicaciones, es decir, aquellas parcelas esenciales que se
corresponden con el interés por no romper previos lazos sociales y sobre todo
mantener vínculos económicos preferentes con España. Consolida sus ventajas

63
fiscales y presupuestarias y las amplia a la Seguridad Social. Le confiere a
Euskadi más amparo sobre los derechos y libertades democráticas (para evitar
episodios como los derivados de la Ley de partidos) y coloca bajo su control a la
administración de Justicia, aún admitiéndole al Tribunal Supremo español un resto
en forma de supervisión y homogeneización de doctrina. Instaura también una
formula de garantía bilateral singularizada para evitar intromisiones futuras en los
ámbitos legislativos, decisorios y competenciales vascos, protegiéndose de
hipotéticos embates emanados desde el Gobierno, Parlamento o Tribunal
Constitucional español. Tambien le reconoce a Euskadi una capacidad de proyección
exterior y de representación especifica en la UE a través del Estado español y una
satisfacción identitaria interna en forma de presencia internacional a partir de
selecciones deportivas propias.

Resumiéndolo, el proyecto Ibarretxe podría definirse como una propuesta fuerte de


federalismo ejecutivo, entre competitivo y dual, sobre base asimétrica. Es decir,
una articulación federal especifica y singular reservada a Euskadi que pretende
doctrinalmente conciliar y asociar bilateralmente dos soberanías originarias: la
vasca y la española, partiendo de una autolimitación formal de la vasca que
deviene de su inexistencia como potestad real aunque no como aspiración y
derecho nacional. El modelo se estructura de forma que sus competencias sean
primariamente sólo suyas, de manera que pudiera desarrollar en la
practica políticas propias en su ámbito territorial -dentro del contexto capitalista
general de la UE y el Estado español- en defensa de su competitividad económica
frente a sus vecinos y de la consolidación de un modelo de cohesión y bienestar
social específico; vinculando las responsabilidades ejecutivas y administrativas a los
campos de competencia legislativa asumidos. Un modelo que choca frontalmente y
contrasta con el federalismo cooperativo de ejecución, propio del Estado español
derivado del modelo constitucional de 1978, definido por la tutela, la mezcla
competencial y la compartimentación con disociación entre importantes
competencias legislativas reservadas al centro que se desarrollan o aplican
ejecutivamente por las comunidades autónomas.

Reacciones, implicaciones y riesgos.

El proyecto se presentará en el Parlamento vasco como remitido por el Gobierno


para cumplir así las condiciones que establece el art. 46 del vigente estatuto y
poder así cubrirse a su amparo. A la vez, sin embargo, los dos socios de Gobierno
(EA y EB-IU) ya avisan que registraran también sus propias propuestas y
aportaciones. EA hace énfasis en dejar expedito el camino hacia la independencia
en una inconcreta etapa posterior. EB-IU se felicita de que el PNV renuncie a un
Estado nacional independiente y advierte que considera necesario que cualquier
modificación esencial cuente con un respaldo superior al que obtuvo el estatuto
(¿quizá los 2/3 canadienses?) lo que es otra forma pospuesta de condicionarse al
apoyo de PP-PSOE (y por cierto, aclara la visión de transito hacia el socialismo por
unanimidad, es decir nunca, que deben sostener quienes propugnan estos corses).
Ambos se disponen a defender y desarrollar articuladamente ambas posturas
estratégicas, dejando nuevamente al PNV en el centro.

El Gobierno ultraespañolista de Aznar ha remachado su rechazo total y sin


atenuantes, advirtiendo entre insultos que se dispone a someter al proyecto a los
tribunales ordinarios, al Tribunal Constitucional y a lo que encarte, de manera que
no llegue siquiera a votarse, en cuyo caso votaría en contra bloqueando su
aprobación. Tambien ha amenazado, más o menos soterradamente, con proponer
la separación de Álava de la CAV y con utilizar, de ser necesario, el Art. 155 de la
Constitución española y suspender las instituciones vascas como penúltimo recurso.

Salvo que de antemano el PNV ya este dispuesto a proceder a muy sustanciales


rebajas, es difícil que no haya tenido en cuenta las implicaciones estatales de su

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proyecto. Institucional y jurídicamente, su asunción conllevaría necesariamente una
importante y amplia reforma constitucional ya que parece contener demasiados y
llamativos asuntos que afectan a varios títulos de la Constitución como para salvar
el escollo a través de interpretaciones creativas, del estilo de la que permitió el
desbloqueo retroactivo de la autonomía andaluza en 1981. Políticamente, su
implantación supondría acabar con la aun vigente imagen y realidad de que, en
todo y para todo al final de los finales, las cuestiones se deciden en Madrid;
estableciendo parcelas en donde esto dejaría de ocurrir. El efecto general de este
cambio para la continuidad y legitimación del Estado español sería importante e
inmediato. De hecho el tridente español (PP-PSOE e IU) son incapaces de momento
de siquiera contemplar un escenario en que lo estatal no sea escalón final
predominante y no simplemente parcela paralela (por importante y determinante
que sea). Además, aunque el PNV parte de aceptar que en sus tratos o acuerdos
con España, esta englobe y represente indistintamente a todas las otras naciones
que aún se hallan bajo su jurisdicción no es creíble que no haya tenido en cuenta
en algún momento las automáticas consecuencias políticas vía efecto demostración
en Cataluña y la cascada consecuente que lleva implícita su propuesta de cambio
desde lo nacional, aun cuando no implique una autodeterminación irrestricta.

Se ha especulado reiteradamente con que el pilar de viabilidad de la propuesta


-dentro de una concepción reformista y no rupturista- radicaba en la posibilidad de
contar con un acuerdo con el PSOE. A trabajar por facilitar esa vía, desde el apoyo
a la propuesta peneuvista, se orientaban elementos de la antigua izquierda vasca
como algunos destacados militantes del sector postLKI de Zutik-Batzarre(1)
interactuando con algún sector de EB-IU. Respondiendo a la misma cuestión, desde
el sector postMCE del mismo Zutik-Batzarre -situándose ahora en un terreno
político intermedio entre la franja más derechista y españolista de EB-IU y el
autodenominado sector vasquista del PSOE vasco- se dedicaban por su parte a
argumentar condiciones que opinaban deberían exigirse para entrar incluso a
negociar el Plan Ibarretxe, valorado de entrada no como mínimo democrático sino
como el máximo nacionalista admisible. Ubicados en unos parámetros en
confluencia ideológica con Basta Ya, sus análisis no dejaban de incluir, utilizando
a ETA como percha, la asimilación entre la izquierda abertzale y Le Pen; la
vinculación política de cualquier cambio al previo fin de ETA; la reivindicación de la
identidad española como opción vasca; la defensa del papel central y
condicionante del PSOE y en general del derecho de veto español sobre el futuro
vasco; la admisión de la legitimidad de la democracia española y el rechazo a la
independencia nacional leida como obligada antesala de la exclusión, sin olvidar la
oposición a la autodeterminación como ejercicio de pronunciamiento y ruptura
nacional, política y social unilateral(2).

En cualquier caso, las desfavorables expectativas electorales españolas del PSOE


para marzo de 2004; la reacción y reafirmación españolista de rotundo y cerrado
rechazo al Plan desde la dirección española del PSOE y especialmente el alto grado
de cohesión y elaboración de su argumentario descalificador de la propuesta por el
PSOE vasco (expresado primero en el documento 34 Razones y luego en el Más
Estatuto) reducen la virtualidad y viabilidad de este soporte; por mucho que la
sustitución de Redondo por López haya introducido cierto distanciamiento estético
en relación con el PP, cambiando por instinto de autoconservación partidaria la
imagen de hermanos siameses PP-PSOE por una versión españolista vasca del
"marchar separados, golpear juntos" en defensa de España y de la legitimidad del
Estado español. No se atisban elementos que induzcan a pensar en cambios
sustantivos en el PSOE y tampoco, desde luego, puede confiar el PNV en IU al
respecto como elemento de presión(3). Más allá de intentar desdramatizar el
enfrentamiento para así atenuar y administrar el conflicto de imagen que le provoca
a IU Federal el empeño sostenido de EB-IU por preservar sus propios intereses de
representación y continuidad institucional en Euskadi, no se puede esperar con

65
verosimilitud que desde IU -en plenas rebajas para facilitar el acoplamiento con el
PSOE- se defienda siquiera la legitimidad procedimental de la propuesta Ibarretxe.
Valga como barómetro que por partir de afirmar su derecho a la soberanía y
formularse desde abajo y no desde Madrid ha sido tachada erróneamente por
Llamazares como confederal (cual si buscara la reedición de la Confederación
Germánica), buscando disociarla así de los pretendidamente respetables
federalismos centralistas y españolistas de IU o Maragall.

A partir de esta configuración, el PNV puede aspirar razonablemente a ejercer de


paraguas e imán posibilista sobre EA y el electorado de la izquierda abertzale e
incluso a negociar pactos mutuamente ventajosos con EB-IU pero con ello, por
mucho que pueda afianzar su hegemonía institucional en Euskadi sigue sin resolver
y asegurar la salida al proceso, una vez que desde un principio asumió ubicarlo en
los raíles de la legalidad española.

Este puede dilatarse por multitud de imponderables u operaciones propias o ajenas.


Pero no hay que desconsiderar la influencia del factor de inercia acumulativa o
incluso la influencia de actuaciones -como, por ejemplo, la búsqueda o
proclamación de motu propio por parte de ETA de una tregua- por las que
precisamente los éxitos obtenidos por el PNV le lleven paradójicamente
a un momento de conflicto ineludible e irreversible, que tradicionalmente siempre
se ha preocupado por evitar. Un episodio premonitorio al respecto ocurrió en el
reciente debate cuando el portavoz peneuvista Egibar, ante las advertencias a
gritos desde las bancas españolistas de que nunca conseguirían pasar bajo la
legalidad española su proyecto, respondió que en ese caso sólo les restaría
proceder a su "proclamación unilateral", abriendo paso así a una dinámica de
confrontación abierta (y eso, sólo horas después de escucharle a Ibarretxe la
inclusión de la referencia a la sentencia sobre Québec).

En cualquier caso, el PNV tiene complicado un hipotético retorno cómodo a la


gestión de la vía estatutaria. Ha justificado su cambio y su propuesta precisamente
por considerar no sólo incumplido sino también agotado políticamente el estatuto
de Guernica. La izquierda abertzale siempre le ha negado al Estatuto no sólo
legitimidad sino también utilidad. Pero PNV, EA, EB-IU... se han conducido durante
años negando esas criticas y reivindicandolo. El PSOE aduce ahora que el PNV
quiere cambiarlo no porque no se haya respetado (lo que es falso) sino
precisamente porque atisba su culminación y se niega a admitir la necesidad de
considerar cerradas y terminadas las demandas vascas. Desde luego, el PNV
responde denunciando las trampas (vía aplazamientos, leyes de bases, sentencias,
reglamentos...) y le suma además denuncias duras sobre la dependencia y
manipulación del aparato judicial, pero con ello no puede desprenderse de la
evidencia de que esas mismas incoherencias y fisuras iban incluidas desde el
principio -siendo de ello plenamente consciente el PNV- en el pacto político que
formalizó con Madrid durante la Transición, dejando caer la autodeterminación y
abandonando Navarra a cambio del Estatuto en la CAV y el Concierto económico.
De ahí la importancia dada ahora por el PNV a desvelar la necesidad crucial de
contar con nuevos poderes competenciales y seguridades para afrontar los nuevos
desafíos europeos y mundiales, de manera que pueda preservarse la prosperidad
vasca en el futuro. Esta es una vía argumentativa de muy difícil reversión.
Especialmente si sindicatos como ELA y LAB -como ya han hecho- y otras
asociaciones y movimientos sociales le hincan el diente, perseveran y la
desarrollan. Sin despreciar además, en caso de marcha atrás, el riesgo de
reconvertir a EA de socio menor a serio competidor.

La izquierda aberzale

La izquierda independentista vasca lo tiene complicado. Su componente que


persiste aún legal, Aralar, aparte de sus criticas históricas a la estrategia

66
mayoritaria y del reconocimiento debido por los espacios conservados tiene notorios
limites de determinación social y sobre todo evidentes carencias de formulación
estratégica como para plantearse como alternativa sustitutiva; aparte de que en su
transición particular debe hacer difíciles equilibrios y sostenidos esfuerzos para
inmunizarse frente a adherencias ideológicas que le acechan naturalmente en su
complejo proceso tras la separación, para evitar en multitud de campos echar al
niño con el agua sucia.

El componente mayoritario arrastra políticamente el lastre de ETA. ETA es una


organización ideológicamente agotada, militarmente impotente y políticamente
ineficaz y nefasta hasta la inoperancia. De instrumento y medio ha degenerado en
fin y símbolo, pervirtiendo todo aquello que le dio origen hace cuarenta años. De
hecho, desde hace muchísimos años -como se demostró palmariamente antes y
después de la tregua y durante el periodo de Lizarra-Garazi- la continuidad de su
actuación sólo sirve como argumento justificativo del Estado español, elemento
cohesionador del españolismo y baza al servicio del mantenimiento de la esfera de
influencia popular en manos del PNV. Ciertamente, su origen y persistencia es
consecuencia de la preexistencia de un conflicto político nacional en cuyo desarrollo
también ha jugado un papel, pero su continuidad no es consecuencia mecánica de
la no resolución del conflicto sino fruto de la ausencia de valentía política para
considerarla periclitada y tomar la decisión de suspender su actividad. Con la
ilegalización de la izquierda abertzale civil -pese a su meritoria capacidad de
resistencia electoral mediante el recurso al voto nulo- todos estos efectos se han
revalidado con singular nitidez y contundencia. La continuidad agónica de la acción
de ETA en la Euskadi contemporánea no da ninguna fuerza adicional al
independentismo vasco; justo al contrario, le resta audiencia, capacidad de
maniobra, legitimidad y apoyos y le impide seriamente plantearse el disputarle la
hegemonía al PNV (como nuevamente, mostró potencialmente el periodo de
tregua).

A esta rémora hay que sumarle la confusión que persiste en la izquierda abertzale
entre objetivos estratégicos, principios ideológicos y vías estratégicas que la lleva a
la parálisis y a la subsidiariedad al convertir la unidad territorial vasca no en objeto
de llegada sino en base de partida. Se comprende el impacto profundo y el
desgarro de la escisión nacional (especialmente en lo que concierne a Navarra)
pero supeditar a la negación de derrotas pasadas el avance hacia victorias futuras
no es sensato ni razonable. Mientras la izquierda abertzale se encierra en un circulo
retroalimentado estéril, se concede espacio de realidad al PNV (y también al
españolismo) volviendo una y otra vez a encerrarse en recorrer senderos trillados y
acotados que no conducen a ninguna parte. Mientras deja espacio libre sin explorar
ni explotar, no es lógico ni proporcionado que además priorice la polémica
ideológica en relación a corrientes que han parasitado a la izquierda abertzale, viva
sobre una fijación mimética irlandesa restringida a evitar 1921 o se someta a la
interminable confrontación doctrinaria con el españolismo para eludir la apreciación
realista de las relaciones de fuerza, el estudio de los puntos débiles del adversario y
la utilización de las palancas asequibles para alterar sustancialmente la situación.

Tras tanto vivido y realizado, sorprende la persistencia de ataduras a esquemas: 1.


Negociación o bien construcción nacional; 2º. Referéndum de autodeterminación;
3º. Proceso constituyente nacional y negociación con los estados; 4º. Arcadia
feliz... Gris es la teoría, más cuan verde es el árbol de la vida. ¡Tanto culto al
empirismo para terminar aherrojados por el mantra o la retórica triunfalista!. La
autodeterminación como proceso y etapa política no puede reducirse ni limitarse ni
centrarse en un ejercicio refrendatario; más aún cuando el Estado que lo niega
mantiene su cohesión, operatividad y no tiene atisbos siquiera de fractura. La
autodeterminación se gana y se impone y previsiblemente se valida a posteriori. La
autodeterminación puede ejercerse en unas elecciones o proclamarse desde un
Gobierno validado incluso en sólo una parte del territorio nacional. En la escena

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vasca actual es suicida que un proyecto de Liberación Nacional tome la apariencia
de una cátedra de derecho constitucional y se limite a enfatizar sobre cuestiones
metodológicas sin disputar la hegemonía y la dirección a partir de la confrontación
de reivindicaciones, proyectos, iniciativas y movilizaciones que respondan a
intereses reales, articulándolas en forma que realimenten la dinámica de
emancipación hasta conducir a la ruptura y la independencia nacional. Y en este
caso, esto requiere también entrar en la formulación de modelos propios -no
necesariamente constitucionales- que contraponer a los ajenos.

¿Donde va la propuesta Ibarretxe?

Quizá el mismo Ibarretxe, Imaz, Arzalluz, Egibar... sepan hoy adonde quieren ir y
hasta donde están dispuestos a llegar, quizá no. Aquí al respecto estamos en
tinieblas. Tampoco sabemos qué circunstancias pueden impulsarles en un sentido u
otro. Podemos presumir que un ascenso de la izquierda independentista catalana,
un aumento sustancial de ERC acompañado de un retroceso de CiU y una bajada
españolista (por no engolfarnos en ensoñaciones de sorpassos) o alguna otra
combinatoria pueden ayudar. Parece claro que un cambio político profundo en la
izquierda abertzale contribuiría fuertemente a desarrollar las potencialidades de la
escena e incluso a alterar guiones preestablecidos, pero esto es sólo un deseo. Está
claro que lo que nos gustaría, es ver a Euskadi conquistar, no el nuevo estatuto de
Ibarretxe sino un Estado nacional propio independiente; esencialmente porque, por
el debilitamiento que conllevaría de España, sería un buen signo para Andalucía de
que su momento de emancipación nacional se acercaba; pero esto es sólo una
aspiración. No vamos a ejercer de pitonisa.

En cualquier caso, desde la solidaridad con el derecho a decidir que no con la


concreta propuesta presentada hasta el momento, seguiremos a la escucha.

• 1. Ver, José Ramón Castaños, El Nacionalismo español y la Soberanía vasca,


Revista Desde los Cuatro Puntos, nº 43, México, Febrero 2003

• 2. Ver, como ejemplos, de Eugenio del Rio, Autoritarismos antipluralistas;


de Javier Villanueva, Crítica al plan de Ibarretxe; Proyectos para un país
demediado

• 3. Ver, Izquierda Unida celebra el 25 Aniversario de la Constitución


española
Nota: Para no superar nuestro máximo, dejamos para un proximo boletin el tratamiento del apartado
Andalucía ante la Propuesta Ibarretxe
DOCUMENTOS-ENLACES

Comunicado
ANTE LA ENCERRONA ESPAÑOLISTA CONTRA EL LEHENDAKARI VASCO IBARRETXE
EN GRANADA
ANDALUCÍA CON EUSKADI

El colectivo responsable de ANDALUCÍA LIBRE, Boletín Digital de izquierda


nacionalista andaluza, ante la encerrona españolista orquestada en Granada contra
el Presidente del Gobierno vasco Ibarretxe, manifiesta lo siguiente:

1º. Expresamos nuestro más profundo desprecio hacia los energúmenos


fascistas españolistas que pretendieron boicotear la conferencia en la que el
Lendakari Ibarretxe exponía sus opiniones sobre la Constitución española
vigente y las líneas maestras de su Plan.

Nos entristece y repugna que una ciudad andaluza como Granada fuera

68
escenario de una encerrona planificada como la sufrida por el Lendakari.
Valoramos los gritos españolistas y antivascos vociferados en Granada como
una nueva versión del "¡Vivan las cadenas!", expresado contra Euskadi, pero
también contra cualquier perspectiva de emancipación o progreso de nuestro
país. Estos sujetos que enarbolaban la estanquera rojigualda son los
herederos directos reconocidos de aquellos que fusilaron a 50.000 andaluces
a partir del golpe fascista de 1936.

Los extremistas españolistas que han organizado el boicot no han hecho sino
aprovecharse del ultrareaccionario clima generado por el nacionalismo
español, del que participan fuerzas como PP-PSOE. La continuidad entre el
rechazo al derecho a la autodeterminación y a la independencia de todos los
pueblos incluidos en el Estado español y en particular de Euskadi de los que
se reclaman del franquismo abiertamente y de los que lo hacen
amparándose en la Constitución emanada de su proceso de Reforma, resulta
notoria y se manifiesta incluso contra proyectos de las dimensiones políticas
en las que se mueve el animado por el Gobierno vasco en la actualidad.

Hechos como los de Granada han de insertarse y relacionarse con los


proyectos de endurecimiento del Código Penal contra el soberanismo o el
independentismo y otras operaciones políticas en curso, que se suman a
anteriores violaciones de los derechos democráticos que han venido
retrotrayendo la situación de libertades a niveles cada día más comparables
a los del Gobierno franquista de Arias Navarro.

2º. Consideramos necesario constatar la complacencia de las fuerzas


policiales españolas ante el boicot orquestado y planificado con antelación
por los fascistas. El Lendakari ha sufrido agresiones e intentos de agresión y
ha tenido que mantenerse recluido por la pasividad policial. A este respecto,
nos preguntamos si alguien cree que la policía española hubiera tolerado,
por ejemplo, que un grupo de independentistas andaluces increpara a Aznar
como se ha hecho con Ibarretxe por los españolistas y lo mantuviera
encerrado entre 45 minutos y una hora. Este comportamiento tiene que
explicarse y deberían depurarse responsabilidades políticas en la delegación
del Gobierno español en Andalucía y a más altos niveles.

3º. Valoramos y saludamos la actitud democrática y cívica de quienes


durante los incidentes se enfrentaron valerosamente con los fascistas en
defensa de la libertad de expresión y de los derechos democráticos. Con su
resistencia ante la provocación fascista, estas personas han dejado en alto el
honor de la Granada de Aben Humeya, Mariana Pineda y García Lorca. En las
puertas de la Facultad en la que estudió Blas Infante, Padre de la Patria
Andaluza, asesinado por los antecesores de los que hoy gritaban contra
Ibarretxe, han evidenciado que existe otra Andalucía digna y democrática.

4º. Como colectivo no compartimos los términos conocidos actualmente del


Plan Ibarretxe, no obstante, como nacionalistas andaluces y demócratas sólo
reconocemos al pueblo vasco la capacidad de decidir sin injerencias ni
imposiciones externas su destino y en este momento reafirmamos nuestra
solidaridad democrática con Euskadi. Por ello, concluimos:

GORA EUSKADI ASKATUTA! - ¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!

Andalucía, 23 de Octubre de 2003


jueves, 4 de diciembre de 2003 0:32
Andalucía Libre nº 205 - 4D - Mamporreros de España - IU: Fiasco crítico

El Remate

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Parlamento andaluz: mamporrero de España
Andalucía Libre
La presentación y aprobación de las iniciativas del PSOE-PP -con la complicidad y apoyo del
PA- en defensa de la Constitución española y contra el Plan Ibarretxe han situado al
Parlamento andaluz a la misma altura vergonzosa que las asambleas de Cantabria o
Extremadura, las Diputaciones provinciales de Huesca o Ávila o los ayuntamientos de
Zaragoza, Albacete o la colonia española de Melilla. No hay forma más grafica y dolorosa de
evidenciar el lugar indigno y el nulo valor autónomo del Parlamento andaluz y por extensión de
Andalucía en el contexto español. Andalucía, a traves de su institución representativa, se
mostró nuevamente reducida a ser una pieza más al servicio de una campaña de exaltación
españolista y constitucional (que tanto recuerda a añejas campañas de pronunciamientos
similares en 1918 o 1932).

Ni un sólo grupo parlamentario; ni un sólo diputado o diputada de los 109, tuvieron la mínima
dignidad o valentía para votar en contra de las propuestas de rechazo y condena del Plan
Ibarretxe. El PSA de Pacheco huyó. El PCE-IU -comprometido por la presencia de EB-IU en el
Gobierno vasco- simplemente expresó su lealtad constitucional y su rechazo a cualquier
afirmación de Soberanía Nacional andaluza mediante la abstención. Los diputados de IU en el
Parlamento andaluz no llegaron a la altura de la concejala de IU del Ayuntamiento de
Torrelavega (Santander) que votó en contra de una moción similar.

Lo dijo alto y claro el portavoz del PSOE: "dado que el Parlamento andaluz es fruto del
autogobierno que consagra la Constitución y que la soberanía reside en el pueblo español en
su conjunto, la Cámara andaluza está legitimada para debatir sobre el Plan Ibarretxe". Al no
votar en contra, todos admitieron el carácter otorgado y limitado del autogobierno andaluz;
todos validaron la estafa estatutaria y la Transición; todos eludieron afirmar la Soberanía
Nacional de Andalucía y su derecho a la autodeterminación; todos coincidieron en situar sus
mezquinas disputas dentro del sometimiento y la subordinación a España.

Podía haber sido una ocasión para que se expresara una voz andaluza que representara los
intereses nacionales de Andalucía, pero no hubo ninguna que asumiera el compromiso. Era el
momento de votar contra las propuestas de PP-PSOE (y PA) y de expresar con nitidez la
solidaridad democrática de Andalucía con el derecho de todas las naciones a definir
soberanamente su destino. Era la ocasión también de expresar las propias reivindicaciones
nacionales de Andalucía. Desde esa previa oposición a la maniobra españolista hubiera
sido correcto y legitimo acompañar al resumen de un proyecto nacional propio con la critica a
los proyectos de inserción privilegiada en España a costa de Andalucía en los que pueden
concluir los discursos y propuestas presuntamente soberanistas tanto del PNV como de ERC.
Nadie tuvo el valor cívico, el patriotismo y la coherencia política para hacerlo. Todos admitieron
el marco trucado y tramposo de la Constitución española. Todos, en resumen, ejercieron de
mamporreros de España en un nueva manifestación de vileza y oportunismo. Ya se sabe como
paga España estos favores...

Para que no hubiera dudas, pocos días después, el Parlamento andaluz homenajeaba
institucionalmente a los ponentes redactores de la Constitución española, con medalla de oro
incluida.

El Parlamento andaluz volvió a ser la imagen representativa de la Andalucía Española que


contamina a todo el pueblo andaluz con su vergüenza y su impotencia. Ante ese cuadro
deprimente de sometimiento servil, cómo extrañarse luego del desprecio que levantamos los
andaluces, de los insultos que recibimos desde el Estado español o de nuestro persistente
subdesarrollo...
miércoles, 26 de mayo de 2004
Andalucía Libre nº 239 - Huelga rota - El Ejido - HZ – Velo

Ilegalización de HZ
Un nuevo atentado a los derechos democráticos
Andalucía Libre

70
La ilegalización de HZ es un claro y escandaloso atentado a los derechos
democráticos, que define bien la naturaleza política reaccionaria del Estado español,
sus mecanismos de funcionamiento y las esencias políticas de las formaciones
políticas centrales que sostienen al Régimen español: PSOE y PP. Excluye
nuevamente a todo un importante sector de opinión del ejercicio de sus derechos,
simplemente porque el Estado español los considera adversarios consecuentes de
su integridad territorial y de los intereses de clase que encarna y defiende.

Herritaren Zerrenda (Lista de Ciudadanos) es una candidatura presentada con el


aval de casi 50.000 ciudadanos vascos identificados y en pleno uso de sus derechos
civiles; apoyo reunido para superar los topes restrictivos de la legislación electoral
española que requieren para presentarse a las europeas la firma de 50 cargos
públicos o un mínimo de 15.000 rubricas ciudadanas. Todos sus candidatos están
absolutamente dentro de la legalidad, sin causa pendiente alguna. La Junta
Electoral había reconocido que cumplía todas las exigencias legales.

El ultraespañolista PP, sin embargo, había reclamado publica y reiteradamente su


proscripción, aduciendo su carácter de izquierda independentista vasca. En
aplicación del Pacto españolista que une a PP y PSOE, ambos acordaron eliminarla
de la contienda electoral. De inmediato el Gobierno español del PSOE ha cumplido
diligentemente ese encargo y a continuación fiscales y tribunales se disponen a
ponerle a esta decisión política marchamo legal. El carácter autoritario y
antidemocrático del designio españolista queda reflejado en el hecho de que
simultáneamente a su prohibición en el Estado español, HZ se presenta sin
problema alguno en el Estado francés a la misma convocatoria electoral.

El intermediario en la faena, el fiscal general Conde Pumpido ha tenido la


desfachatez de declarar que la circunstancia de que HZ pida el voto «a los
ciudadanos vascos abertzales y de izquierdas» y se identifique con «los postulados
defendidos por la izquierda abertzale» es motivo suficiente de ilegalización. Según
el fiscal «Izquierda Abertzale, con mayúsculas o no, se identifica con ETA». Este
mismo fiscal fue el que en su día considero infundado imputar al expresidente
Felipe González en el sumario abierto por la acción de los GAL -grupos
parapoliciales para la guerra sucia- en que se terminó condenando a su ministro del
interior Barrionuevo y a su director de seguridad Vera.

La decisión de prohibir la participación de HZ en las próximas elecciones europeas


evidencia la continuidad política fundamental que une al actual Gobierno PSOE con
el precedente del PP y los que se han sucedido desde la Transición hasta hoy en su
política de negación del derecho democrático a la autodeterminación y soberanía
nacional, rasgo políticamente definidor del Estado español. Es una muestra notoria
de lo que significa la opresión nacional; evidente si se recuerda que la Ley de
partidos que ampara esta arbitrariedad y la doctrina españolista que la impulsa, son
rechazadas expresamente por la mayoría de la sociedad y las instituciones
democráticas vascas, imponiéndose por la fuerza desde Madrid.

Todas las fuerzas políticas vascas (PNV, EA, EB-IU, Aralar, Batasuna...) con la
excepción de los españolistas PP y PSOE, han denunciado públicamente la añagaza
española, que convierte en claramente fraudulentas a las próximas elecciones.
Incluso dentro del PSOE vasco ha habido alguna voz minoritaria discordante. Con
ser significativa esta coincidencia, la actitud democráticamente consecuente que se
desprende de estos pronunciamientos, está aún por demostrarse. Aralar ha
propuesto públicamente que todas las formaciones políticas vascas acuerden un
"plante electoral" en esta ocasión como medida de protesta, rectificando anteriores
omisiones, aunque condicionándolo a que sea unanime. Lógicamente, la renuncia
de todas las candidaturas vascas a participar en estas elecciones trucadas debería
ser la conclusión coherente a sus valoraciones compartidas sobre lo injusto,

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infundado y distorsionador de esta discriminación. No obstante, es de temer que
primen otros intereses sobre la defensa de los derechos nacionales y democráticos
de Euskadi frente a la agresión española y que incluso Aralar pierda la oportunidad
de significarse, manteniendo en solitario unilateralmente su oferta, con todo lo que
ello implicaría específicamente para limpiar la atmósfera y mejorar las relaciones en
el seno de la izquierda abertzale.

Fuera de Euskadi, donde el nivel de requerimiento es naturalmente otro por


razones obvias dada la naturaleza plurinacional del Estado español, otras
candidaturas de izquierdas independentistas como la gallega Nos-Unidade Popular
o la catalana Candidatura d'Unitat Popular han denunciado con rotundidad la
exclusión y expresado su solidaridad con HZ.

ERC, por su parte, a traves de su líder Carod Rovira se ha manifestado en contra de


la prohibición y a favor del derecho a la participación electoral de HZ. No obstante,
al no extraer ninguna conclusión política cara a su alianza con el PSOE de esta
actuación de su socio de gobierno en Cataluña y al que sigue sosteniendo en
Madrid, reduce su pronunciamiento a la abstracción formal (como si el hecho en si
no fuera también significativo para Cataluña y el resto de naciones del Estado).

En un nivel de compromiso aún inferior se ha ubicado IU, donde si bien sus


corrientes internas más a la izquierda como Espacio Alternativo y Corriente Roja sí
han condenado públicamente la ilegalización y defendido el derecho de HZ a
presentarse mediante declaraciones expresas, el pronunciamiento oficial de rechazo
se ha difundido sólo a traves de declaraciones de portavoces de su federación vasca
sin que quede claro si esta opinión es compartida o no por IU de España ya que no
se conoce manifestación alguna de sus lideres o candidatos españoles al respecto.
En este caso, el silencio es una clara muestra de complicidad con el bloque PSOE-
PP. Tampoco se apunta ningún signo de que IU extraiga alguna consecuencia que
afecte a su sostén al Gobierno español del PSOE, repitiéndose así de nuevo su
vergonzante actitud en el momento en que fue ilegalizada Batasuna.

En Andalucía, ni el PSA-AIzq ni el PA se han pronunciado ante la ilegalización de HZ


[recordemos que el PA apoyó la de Batasuna], reproduciendo la actitud de IU.

Quede constancia explicita de que desde Andalucía Libre, como socialistas


independentistas andaluces y tanto desde nuestras convicciones internacionalistas
como desde nuestra visión de los intereses nacionales de Andalucía, rechazamos
esta medida antidemocrática del Estado español y nos solidarizamos con el derecho
de la izquierda abertzale vasca que se identifica con HZ a concurrir libremente a las
elecciones para contribuir así a acercar el día en que Euskadi sea realmente libre e
independiente.

NOTA:
En los numeros citados de ANDALUCIA LIBRE y en otros pueden encontrarse
asimismo crónicas, tribunas y opinión y enlaces en los que hemos venido siguiendo
la situación de Euskadi.

Direcciones útiles del Boletín ANDALUCÍA LIBRE:


* Sitio: http://www.andalucialibre.tk/
* Alta: andalucialibre-alta@eListas.net
* Baja: andalucialibre-baja@eListas.net
* Correo: redaccion@andalucialibre.tk
Independencia - República - Socialismo

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