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cuaderno 3
El poder del Nombr
Nombree
ación de Jesús en la
Oración
La Or
Espiritualidad Ortodoxa

Kallistos Ware,
Obispo de Diokleia
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© FRAMONPAZ, 2007
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para los demás», un instrumento vivo de la paz


de Dios, un centro dinámico de reconciliación.

Mi médico es Jesucristo,
mi alimento es Jesucristo,
y mi combustible es Jesucristo.
Monje copto contemporáneo

Oración y silencio

«Cuando oras -dijo con sabiduría un es-


critor ortodoxo de Finlandia-, todo tú debes
permanecer en silencio... Todo tú debes estar
en silencio; deja que la oración hable.» Alcan-
zar el silencio: de todas las cosas ésta es la
más dura y la más decisiva en el arte de orar.
El silencio no es sólo negativo -una pausa en-
tre palabras, un cese temporal del discurso-
sino que, bien entendido, es altamente positi-
vo: una actitud de atento estado de alerta, de
vigilancia, y sobre todo de escucha. El hesi-
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casta, la persona que ha conseguido la Todo esto, sin embargo, no excluye la po-
hesiquía, la quietud interior o silencio, es, por sibilidad de dar también a la Oración de Jesús
excelencia, el que escucha. Escucha la voz de una dimensión intercesora. De vez en cuando,
la oración en su propio corazón, y comprende igual que en el uso «libre» y «formal», pode-
que esta voz no es la suya propia sino la de mos sentirnos movidos a «aplicar» el Nombre
Otro que habla dentro de él. a una o a más personas particulares, invocan-
La relación entre el orar y el guardar silen- do a Jesús sobre ellos cuando decimos «...ten
cio se hará más clara si consideramos cuatro misericordia de nosotros», o incluso incluyen-
cortas definiciones. La primera es del Diccio- do el nombre o nombres verdaderos: «...ten
nario Conciso Oxford, que describe la oración misericordia de John.» Aun si esto no es exac-
como «...solemne petición a Dios... fórmula uti- tamente lo que los textos hesicastas contem-
lizada al orar.» La oración se vislumbra aquí plan, es seguramente una extensión legítima y
como algo expresado en palabras, y más útil de la práctica de la Oración de Jesús. El
específicamente como un acto de petición a Camino del Nombre tiene una amplitud, una
Dios para que otorgue algún beneficio. Esta- generosidad, que no está limitada dentro de
mos aún en el nivel de oración más externa que reglas rígidas e invariables.
interna. Pocos podemos quedar satisfechos «La Oración es acción; orar es ser muy
con tal definición. eficaz.» De ninguna oración es esto más cier-
Nuestra segunda definición, de un starets to que de la Oración de Jesús. A pesar de que
ruso del siglo pasado, es mucho menos exte- se la señala con una mención especial en el
rior. En la oración, dice el Obispo Teófano el oficio de la profesión monástica como una ora-
Recluso (1815-1894), «lo principal es estar ción para los monjes y las monjas, es igualmen-
ante Dios con la mente en el corazón, y conti- te una oración para los laicos, para matrimo-
nuar estando ante Él incesantemente día y no- nios, para médicos y psiquiatras, para traba-
che, hasta el final de la vida.» El orar, definido jadores sociales y conductores de autobús. La
de esta forma, ya no es simplemente pedir co- Invocación del Nombre, practicada correcta-
sas, y de hecho puede existir sin el empleo de mente, implica más profundamente a cada uno
palabras. No es tanto una actividad momentá- en su tarea designada, haciendo a cada uno
nea como un estado continuo. Orar es estar ante más eficiente en las acciones, no aislándolo
Dios, entrar en una relación inmediata y perso- de los otros sino uniéndolo a ellos, volviéndolo
nal con él; es saber en todos los niveles de nues- sensible a los temores e inquietudes de un
tro ser, desde el instintivo hasta el intelectual, modo que uno nunca fue antes. La Oración de
desde el subconsciente al supraconsciente, Jesús convierte a cada uno en una «persona
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de llegar a ser una llave mística hacia el mun- que estamos en Dios y que Él está en noso-
do, un instrumento de la ofrenda oculta de todo tros. Para afirmar y profundizar nuestras rela-
y de todos, poniendo el sello divino en el mun- ciones personales con otros seres humanos,
do. Quizás se podría hablar aquí del sacerdocio no es necesario hacer continuamente peticio-
de todos los creyentes. En unión con nuestro nes o usar palabras; cuanto mejor nos cono-
Sumo Sacerdote, imploramos el Espíritu: Trans- cemos y nos amamos unos a otros, menos
forma mi oración en un sacramento.» necesitamos expresar verbalmente nuestra
«Podemos aplicar este Nombre a la gen- común actitud. Ocurre lo mismo en nuestra re-
te...» Aquí el Dr. Gorodetzky sugiere una posi- lación personal con Dios.
ble respuesta a la pregunta que se plantea a En estas dos primeras definiciones se in-
menudo: ¿Se puede usar la Oración de Jesús siste sobre todo en lo que hace la persona más
como una forma de intercesión? La contesta- que en lo hecho por Dios. Pero en la relación
ción debe ser que, en sentido estricto, es dis- de oración, es la parte divina y no la humana la
tinta de la oración de intercesión. Como una que lleva la iniciativa y cuya acción es funda-
expresión de la «espera en Dios» no discursiva mental. Esto se desprende de nuestra tercera
y no icónica, no implica el recuerdo y la men- definición, tomada de San Gregorio el Sinaíta
ción explícitos de nombres particulares. Sim- (+1346). En un pasaje muy elaborado, donde
plemente acudimos a Jesús. Es cierto, está cla- acumula un epíteto sobre otro en su esfuerzo
ro que al acudir a Jesús no por ello nos aparta- por describir la verdadera realidad de la ora-
mos de nuestros compañeros humanos. Todos ción interior, finaliza de repente con inespera-
aquellos a quienes amamos están ya abraza- da sencillez: «¿Por qué hablar tanto? La ora-
dos en Su corazón, amados por Él infinitamen- ción es Dios, que obra todas las cosas en to-
te más que por nosotros, y así, al final, a través dos los hombres.» La oración es Dios -no es
de la Oración de Jesús, los encontramos a to- algo que yo inicio sino algo que comparto; no
dos de nuevo en Él; invocando el Nombre, en- es ante todo algo que yo hago sino algo que
tramos cada vez más plenamente en el amor Dios está haciendo en mí: en la frase de San
rebosante de Cristo hacia el mundo entero. Pablo, «no yo, sino Cristo en mí» (Ga 2, 20). El
Pero si estamos siguiendo el modelo tradicio- camino de la oración interior está indicado
nal hesicasta de la Oración de Jesús, no pode- exactamente en las palabras de San Juan el
mos llevar a los otros ante Él específicamente Bautista sobre el Mesías: «Es preciso que Él
por el nombre, o mantenerlos deliberadamen- crezca y que yo disminuya» (Jn 3, 30). Es en
te en nuestra mente, cuando recitamos la Invo- este sentido que la oración debe ser silencio-
cación. sa. «Tú debes guardar silencio; deja que la
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oración hable» -más precisamente, deja que severancia en la Oración de Jesús el intelecto
Dios hable. La verdadera oración interior es alcanza un estado de dulzura y de paz... Cuan-
dejar de hablar y escuchar la voz sin palabras to más cae la lluvia sobre la tierra, más la ablan-
de Dios dentro de nuestro corazón; es dejar de da; de modo similar, cuanto más apelamos al
hacer cosas por nosotros mismos, y entrar en Santo Nombre de Cristo, más grandes son el
la acción de Dios. Al principio de la Liturgia regocijo y el alborozo que trae a la tierra de
Bizantina, cuando se completan los preparati- nuestro corazón... El sol saliendo sobre la tie-
vos preliminares y todo está listo para el co- rra crea el amanecer; y el venerable y Santo
mienzo de la Eucaristía misma, el diácono se Nombre del Señor Jesús, brillando continua-
aproxima al sacerdote y dice: «Es el momento mente en la mente, da paso a innumerables
de que el Señor actúe.» Ésta es exactamente pensamientos resplandecientes como el sol.»
la actitud del adorador no sólo en la Liturgia Además, lejos de cerrar los ojos a los otros
Eucarística sino también en toda la oración, y de negar la creación de Dios cuando deci-
pública o privada. mos la Oración de Jesús, estamos afirmando
Nuestra cuarta definición, tomada una vez de hecho nuestro compromiso con nuestro pró-
más de San Gregorio el Sinaíta, indica con más jimo y nuestro sentido del valor de cada uno y
definición el carácter de esta acción del Señor de todas las cosas en Dios. «Logra la paz in-
dentro de nosotros. «La oración -dice- es la terior -decía San Serafín de Sarov (1759-1833)-
manifestación del Bautismo.» La acción del y miles a tu alrededor encontrarán su salva-
Señor no se limita, por supuesto, solamente al ción.» Permaneciendo en la presencia de Cris-
bautizado; Dios está presente y en acción den- to aunque sólo sea durante unos instantes cada
tro de toda la humanidad, en virtud del hecho día, invocando su Nombre, profundizamos y
de que cada uno es creado a Su divina ima- transformamos todos los momentos que que-
gen. Pero esta imagen ha sido oscurecida y dan del día, volviéndonos disponibles para los
nublada, aunque no totalmente borrada, por otros, eficaces y creativos, de un modo que de
nuestra caída en el pecado. Es restaurada a otra forma no podríamos ser. Y si también usa-
su belleza y esplendor originales por medio del mos la Oración de manera «libre» durante todo
sacramento del Bautismo, por el cual Cristo y el día, esto nos permite «poner el sello divino
el Espíritu Santo vienen a morar en lo que los en el mundo», por tomar una frase del Dr.
Padres llaman «la mayoría más íntima»; sin Nadega Gorodetzky (1901-1985): «Podemos
embargo, el Bautismo es algo recibido en la aplicar este Nombre a la gente, los libros, las
infancia, del cual no tenemos memoria cons- flores, a todas las cosas que encontramos,
ciente. Aunque el Cristo bautismal y el Paráclito vemos o pensamos. El Nombre de Jesús pue-
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ción material sino con los otros seres huma- que mora nunca dejan ni por un momento de
nos: «De nuevo retomé mis viajes. Pero ahora obrar dentro de nosotros, la mayoría de noso-
no caminaba como antes, lleno de preocupa- tros -salvo en raras ocasiones- permanecemos
ción. La Invocación del Nombre de Jesús ale- prácticamente inconscientes de esta presen-
graba mi camino. Todo el mundo era amable cia y actividad interiores. La verdadera oración,
conmigo, era como si todos me amaran... Si por tanto, significa el redescubrimiento y «ma-
alguien me hace daño sólo tengo que pensar: nifestación» de la gracia bautismal. Orar es
‘¡Qué dulce es la Oración de Jesús!’ y la herida pasar del estado donde la gracia está presen-
y el enfado desaparecen y lo olvido todo.» te en nuestros corazones secreta e inconscien-
«En verdad os digo que cuanto hicisteis a temente, hasta el punto de la total percepción
uno de estos hermanos míos más pequeños, a interior y conciencia cuando experimentamos
mí me lo hicisteis.» (Mt 25, 40). La Oración de y sentimos la actividad del Espíritu directa e
Jesús nos ayuda a ver a Cristo en cada uno, y inmediatamente. En palabras de San Kallistos
a cada uno en Cristo. y San Ignacio Xanthopoulos (Siglo XIV), «La meta
de la vida cristiana es volver a la gracia perfecta
La Invocación del Nombre es, de este del Santo Espíritu Dador de vida, el cual se nos
modo, más dichosa que penitencial, de afirma- otorgó al principio en el divino Bautismo.»
ción del mundo más que de negación. Para al-
gunos, al oír hablar de la Oración de Jesús por «En mi principio está mi fin.» El propósito
primera vez, puede parecer que sentarse solo de la oración se puede resumir en la frase:
en la oscuridad con los ojos cerrados, repitien- «Conviértete en lo que eres.» Conviértete,
do constantemente «...ten misericordia de mí», consciente y activamente, en lo que ya eres po-
es un deprimente y abatido modo de orar. Y tencialmente y en secreto, en virtud de tu crea-
puede que también estén tentados de consi- ción según la imagen divina y tu recreación en
derarlo como egocéntrico y escapista, introver- el Bautismo. Conviértete en lo que eres: Más
tido, una evasión de responsabilidad de la co- exactamente, vuelve dentro de ti mismo; des-
munidad humana en general. Pero esto sería cúbrele a Él que ya es tuyo, escúchale a Él que
un grave malentendido. Para aquellos que han nunca cesa de hablar en tu interior; poséele a
hecho realmente suyo el Camino del Nombre, Él que incluso ahora te posee. Tal es el men-
resulta no ser sombrío ni opresivo sino una fuen- saje de Dios para cualquiera que desea orar:
te de liberación y sanación. La calidez y ale- «Tú no me buscarías si no fuera porque ya me
gría de la Oración de Jesús es particularmente has encontrado.»
evidente en los escritos de San Hesiquio el Pero, ¿cómo debemos empezar?
Sinaíta (Siglos VIII-IX): «Por medio de la per- ¿Cómo, después de haber entrado en nuestra
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habitación y cerrado la puerta, debemos em- medio de este sol estaba él mismo, converti-
pezar a orar, no sólo repitiendo palabras saca- do en nada más que en ojo.»
das de libros, sino ofreciendo la oración inte- Tal es la visión de gloria a la que pode-
rior, la oración viva de silencio creativo? ¿Cómo mos aproximarnos a través de la Invocación del
podemos aprender a dejar de hablar y comen- Nombre.
zar a escuchar? En lugar de hablar a Dios sim-
plemente, ¿cómo podemos hacer nuestra la La Oración de Jesús hace que el resplan-
oración en la que Dios nos habla? ¿Cómo po- dor de la Transfiguración penetre en cada rin-
dremos pasar de la oración expresada en pa- cón de nuestra vida. La repetición constante
labras a la oración de silencio, de la oración tiene dos efectos sobre el anónimo autor de El
«intensa» a la oración «que obra por sí mis- Peregrino Ruso. Primero transforma su rela-
ma» (para usar la terminología del Obispo ción con la creación material que hay a su alre-
Teófano), de «mi» oración a la oración de Cris- dedor, haciendo transparentes todas las cosas,
to en mí? convirtiéndolas en un sacramento de la presen-
cia de Dios. Él escribe: «Cuando oraba con el
Un camino para embarcarse en este viaje corazón, todo a mi alrededor parecía encanta-
hacia el interior es a través de la Invocación del dor y maravilloso. Los árboles, la hierba, los
Nombre, «Señor Jesús...» pájaros, la tierra, el aire, la luz parecían estar
No es, por supuesto, el único camino. No diciéndome que existían por el bien del hom-
puede existir una auténtica relación entre las bre, que eran testigos del amor de Dios por el
personas sin la libertad mutua y la espontanei- hombre, que todo probaba el amor de Dios por
dad, y esto es cierto, en particular, en la ora- el hombre, que todas las cosas oraban a Dios
ción interior. No hay reglas fijas e invariables, y cantaban su alabanza. De esta manera fue
impuestas necesariamente sobre todos aque- como llegué a entender lo que la Philokalia lla-
llos que buscan orar; y de la misma forma no ma ‘el conocimiento del lenguaje de todas las
hay técnica mecánica, sea física o mental, que criaturas’... Sentía un amor ardiente por Jesús
pueda obligar a Dios a manifestar Su presen- y por todas las criaturas de Dios.»
cia. Su gracia se otorga siempre como un don En palabras del Padre Bulgakov, «Brillan-
gratuito y no se puede conseguir do a través del corazón, la luz del Nombre de
automáticamente por ningún método o técni- Jesús ilumina todo el universo.»
ca. El encuentro entre Dios y la persona en el
reino del corazón se marca, por lo tanto, por En segundo lugar, la Oración transforma
una variedad inagotable de pautas. Hay maes- la relación del Peregrino no sólo con la crea-
tros espirituales en la Iglesia Ortodoxa que di-
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entramos en el movimiento de amor que circu- cen poco o nada acerca de la Oración de Je-
la incesantemente entre el Padre, el Hijo y el sús. Pero, incluso si no goza del monopolio
Espíritu Santo. De este amor San Isaac el Sirio exclusivo en el campo de la oración interior, la
ha escrito con gran belleza: «El amor es el rei- Oración de Jesús ha llegado a ser, para innu-
no del que el Señor nos hablaba simbólicamen- merables cristianos orientales durante siglos,
te cuando prometió a sus discípulos que co- el camino habitual, la autopista real. Y no sólo
merían en su reino: ‘Comeréis y beberéis en la para los cristianos orientales: en el encuentro
mesa de mi reino.’ ¿Qué deberían comer sino entre la Ortodoxia y Occidente que ha tenido
amor?... Cuando hemos alcanzado el amor, lugar durante los últimos setenta años, proba-
hemos alcanzado a Dios y nuestro camino se blemente ningún elemento en el patrimonio or-
acaba: hemos pasado a la isla que se encuen- todoxo ha despertado un interés tan intenso
tra más allá del mundo, donde está el Padre como la Oración de Jesús, y ningún libro ha
con el Hijo y el Espíritu Santo: a quien sean ejercido una atracción mayor que El Peregri-
dados la gloria y el dominio.» no Ruso. Esta enigmática obra, prácticamen-
En la tradición hesicasta, el misterio de te desconocida en la Rusia pre-revolucionaria,
theosis ha tomado muy a menudo la forma ex- ha tenido un éxito asombroso en el mundo no
terna de una visión de luz. Esta luz, que los san- ortodoxo y desde los años 20 ha sido publica-
tos contemplan en la oración, no es una luz sim- da en un gran número de lenguas. Los lectores
bólica del intelecto ni una luz física y creada de de J.D. Salinger recordarán el impacto del «pe-
los sentidos. Es nada menos que la divina e queño libro verde-guisante encuadernado en
increada Luz del Todopoderoso, que se pro- tela» sobre Franny.
yectó desde Cristo en su Transfiguración en el ¿Dónde -nos preguntamos- reside el
Monte Tabor y que iluminará el mundo entero atractivo peculiar y la eficacia de la Oración de
en su segunda venida en el Último Día. Aquí Jesús? Quizás en cuatro cosas sobre todo:
tenemos un pasaje característico sobre la Di- primero, en su simplicidad y flexibilidad; segun-
vina Luz tomado de San Gregorio Palamas. do, en su perfección; tercero, en el poder del
Describe la visión del Apóstol cuando fue arre- Nombre; y cuarto, en la disciplina espiritual de
batado hasta el tercer cielo (2 Co, 12, 2-4): la repetición persistente. Vamos a tratar estos
«Pablo vio una luz sin límites abajo o por enci- puntos por orden.
ma o a los lados; no vio límite alguno a la luz
que se le apareció y que brillaba a su alrede-
dor, sino que era como un sol infinitamente más
brillante y más grande que el universo; y en
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Simplicidad y flexibilidad
La Invocación del Nombre es una oración
El fin del viaje
de suma sencillez, accesible a todo cristiano, La meta de la Oración de Jesús, como la
pero conduce al mismo tiempo a los misterios de toda oración cristiana, es que nuestra ora-
más profundos de la contemplación. Cualquie- ción se identifique cada vez más con la ora-
ra que se proponga decir la Oración de Jesús ción ofrecida por Jesús el Sumo Sacerdote
durante largos períodos de tiempo cada día -y, dentro de nosotros, que nuestra vida llegue a
más aún, cualquiera que tenga la intención de ser una con su vida, nuestra respiración con el
usar el control de la respiración y otros ejerci- Divino Aliento que sostiene el universo. El ob-
cios físicos junto con la Oración- indudablemen- jetivo final puede ser descrito acertadamente
te necesita a un starets, a un guía espiritual ex- por el término patrístico theosis, «deificación»
perimentado. Estos guías son muy escasos en o «divinización.» En palabras del Arcipreste
nuestros días. Pero aquellos que no tienen con- Sergei Bulgakov, «El Nombre de Jesús, pre-
tacto personal con un starets pueden aún prac- sente en el corazón humano, le confiere el po-
ticar la Oración sin ningún temor, con tal de que der de deificación.» «El Logos se hizo hom-
lo hagan sólo durante períodos limitados -al bre -dice san Athanasius- para que nosotros
principio, no más de diez a quince minutos de pudiéramos hacernos Dios.» Él, que es Dios
una vez- y siempre que no intenten interferir con por naturaleza, tomó nuestra humanidad, para
los ritmos naturales del cuerpo. que nosotros humanos pudiéramos compartir
No se requiere ningún conocimiento espe- por la gracia su divinidad, llegando a ser «par-
cializado o entrenamiento antes de comenzar tícipes de la naturaleza divina» (2 P 1, 4). La
la Oración de Jesús. Basta decir al principian- Oración de Jesús, dirigida al Logos Encarna-
te: «Simplemente empieza. Para andar, es pre- do, es un medio de realizar en nosotros mis-
ciso dar un primer paso; para nadar se debe mos este misterio de theosis, por el cual las
uno echar al agua. Es lo mismo con la Invoca- personas humanas consiguen la verdadera
ción del Nombre. Empieza a pronunciarlo con semejanza con Dios.
adoración y amor. Aférrate a él. Repítelo. No La Oración de Jesús, uniéndonos a Cris-
pienses que estás invocando el Nombre; pien- to, nos ayuda a participar de la recíproca
sa sólo en Jesús. Di su Nombre lentamente, inhabitación o perichoresis de las tres Perso-
suavemente y tranquilamente.» («Un monje de nas de la Santísima Trinidad. Cuanto más for-
la Iglesia Oriental» [Lev Gillet]) ma parte de nosotros mismos la Oración, más
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propios recursos interiores, sino como miem- La forma externa de la oración se apren-
bros de la comunidad de la Iglesia. Escritores de fácilmente. Básicamente consiste en las
como San Barsanuphius, San Gregorio el palabras «Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten
Sinaíta o el Obispo Teófano daban por senta- misericordia de mí.» No hay, sin embargo, una
do que aquellos a quienes ellos recomenda- estricta uniformidad. Podemos decir «...ten
ban la Oración de Jesús eran cristianos bauti- misericordia de nosotros» en vez de «de mí.»
zados, que participaban con regularidad en la La fórmula verbal puede abreviarse: «Señor
vida sacramental de la Iglesia por medio de la Jesucristo, ten misericordia de mí», o incluso
Confesión y la Santa Comunión. Ni por un mo- «Jesús» solamente, aunque ésta última es
mento se imaginaron la Invocación del Nom- menos común. Alternativamente, la forma de
bre como un sustituto de los sacramentos, sino las palabras puede aumentarse añadiendo
que suponían que cualquiera que la usara se- «pecador» al final, subrayando de esta mane-
ría un miembro practicante y comulgante de la ra el aspecto penitencial. Podemos decir, re-
Iglesia. cordando la confesión de Pedro en el camino
Todavía hoy, en esta época actual de cu- a Cesarea de Filipo, «...Hijo del Dios vivo...» A
riosidad inquieta y desintegración eclesiástica, veces se inserta una invocación de la Madre
de hecho hay muchos que usan la Oración de de Dios o los santos. El único elemento esen-
Jesús sin pertenecer a ninguna Iglesia, posi- cial e invariable es la inclusión del divino Nom-
blemente sin tener una fe clara ni en el Señor bre «Jesús». Cada uno es libre de descubrir a
Jesús ni en nada más. ¿Debemos condenar- través de la experiencia personal la forma par-
los? ¿Debemos prohibirles el uso de la Ora- ticular de palabras que responde más íntima-
ción? Seguramente no, siempre que estén bus- mente a sus necesidades. La fórmula precisa
cando sinceramente la Fuente de la Vida. Je- empleada puede por supuesto variar de vez
sús no condenó a nadie excepto a los hipócri- en cuando, siempre que no se haga demasia-
tas. Pero, con toda humildad y muy conscien- do a menudo: ya que, como advierte San
tes de nuestra propia infidelidad, estamos obli- Gregorio del Sinaí, «Los árboles que son re-
gados a considerar la situación de tales per- petidamente trasplantados no echan raíces.»
sonas como anómala, y de advertirles de este Existe una flexibilidad similar por lo que
hecho. respecta a las circunstancias externas en las
cuales se recita la Oración. Pueden distinguir-
se dos maneras de uso de la Oración, la «li-
bre» y la «formal». Se entiende por uso «libre»
la recitación de la Oración cuando estamos
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ocupados en nuestras actividades habituales «yoga cristiano», un tipo de «meditación tras-


a lo largo del día. Puede decirse, una o más cendental», o un «mantra cristiano», aunque
veces, en los momentos aislados que, de otra alguien haya tratado incluso de interpretarlo de
manera, estarían espiritualmente desaprove- esta manera. Es, por el contrario, una invoca-
chados: cuando se está ocupado con alguna ción dirigida específicamente a otra persona
tarea familiar y semiautomática como el vestir- –a Dios hecho hombre, Jesucristo, nuestro
se, lavar los platos, zurcir calcetines, o remo- Salvador y Redentor personal. La Oración de
ver la tierra en el jardín; cuando paseamos o Jesús, por lo tanto, es mucho más que una téc-
conducimos, cuando esperamos en la cola del nica o método aislado. Existe dentro de un cier-
autobús o en un atasco de tráfico; en un mo- to contexto, y si separa de ese contexto pierde
mento de tranquilidad antes de alguna entre- su verdadero significado.
vista desagradable o difícil; cuando no pode- El contexto de la Oración de Jesús es, pri-
mos dormir, o antes de haber recobrado la cons- mero de todo, un contexto de fe. La Invocación
ciencia plena al despertar. Parte del valor dis- del Nombre presupone que el que dice la Ora-
tintivo de la Oración de Jesús reside precisa- ción cree en Jesucristo como Hijo de Dios y
mente en el hecho de que, debido a su radical Salvador. Detrás de la repetición de un grupo
sencillez, puede rezarse en condiciones de dis- de palabras debe existir una fe viva en el Se-
tracción cuando son imposibles otras formas ñor Jesús –en quién es Él y en lo que ha hecho
de oración más complejas. Es especialmente por mí personalmente. Quizás la fe en muchos
útil en momentos de tensión y de gran ansie- de nosotros es muy indecisa y vacilante; qui-
dad. zás coexiste con la duda; quizás nos encontra-
Este uso «libre» de la Oración de Jesús mos a menudo obligados a gritar acompaña-
nos capacita para llenar el hueco entre nues- dos del padre del niño endemoniado: «¡Creo,
tros «momentos de oración» explícitos -ya sea ayuda a mi poca fe!» (Mc 9, 24). Pero al me-
en los oficios de la iglesia o en nuestra propia nos debería haber algún deseo de creer; al
habitación- y las actividades normales diarias. menos debería haber, en medio de toda la in-
«Orad sin cesar», insiste San Pablo (1 Ts 5, certidumbre, una pizca de amor por el Jesús a
17): pero, ¿cómo es esto posible ya que tene- quien hasta ahora conocemos tan imperfecta-
mos muchas otras cosas que hacer también? mente.
El Obispo Teófano indica el método en su máxi- En segundo lugar, el contexto de la Ora-
ma: «Las manos en el trabajo, la mente y el ción de Jesús es un contexto de comunidad.
corazón con Dios.» La Oración de Jesús, que No invocamos al Nombre como individuos se-
llega a ser casi habitual e inconsciente por la parados, confiando exclusivamente en nuestros
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cluirse-, ¿qué parte se ha apropiado de la otra? repetición frecuente, nos ayuda a estar en la
Hay aquí un campo fascinante para la investi- presencia de Dios dondequiera que estemos
gación, aunque la evidencia es quizás dema- -no sólo en el santuario o en soledad, sino en
siado fragmentaria para permitir una conclusión la cocina, en la fábrica, en la oficina. Así nos
definitiva. Sin embargo, no debería olvidarse hacemos como el Hermano Lorenzo, que «es-
un punto. Además de las semejanzas, hay tam- taba más unido a Dios durante sus activida-
bién diferencias. Todos los cuadros tienen mar- des ordinarias que durante los ejercicios reli-
cos, y todos los marcos tienen ciertas caracte- giosos.» «Es un gran engaño -señala- imagi-
rísticas comunes; sin embargo los cuadros den- nar que el tiempo de oración debería ser dife-
tro de los marcos pueden ser completamente rente de cualquier otro, porque estamos igual-
diferentes. Lo que importa es el cuadro, no el mente destinados a estar unidos a Dios por el
marco. En el caso de la Oración de Jesús, las trabajo en el tiempo del trabajo que por la ora-
técnicas físicas son como el marco, mientras ción en el tiempo de oración.»
que la invocación mental de Cristo es el cua- La «libre» recitación de la Oración de Je-
dro dentro del marco. El «marco» de la Ora- sús se complementa y fortalece por el uso «for-
ción de Jesús se parece ciertamente a varios mal». En este segundo caso concentramos
«marcos» no cristianos, pero no debería ha- toda nuestra atención en decir la Oración, ex-
cernos insensibles a la singularidad del cua- cluyendo toda actividad externa. La Invocación
dro que hay dentro, al contenido forma parte del «tiempo de oración» específi-
inconfundiblemente cristiano de la Oración. El co que reservamos para Dios cada día. Nor-
punto esencial de la Oración de Jesús no es el malmente, junto con la Oración de Jesús, tam-
hecho de la repetición en sí mismo, no es cómo bién usaremos en nuestro tiempo «fijo» otras
nos sentamos o como respiramos, sino a quién formas de oración tomadas de los libros
hablamos; y en este caso las palabras están litúrgicos, junto con lecturas de los Salmos y
dirigidas de modo inequívoco al Salvador En- de la Escritura, intercesión, etc. Algunos pue-
carnado Jesucristo, Hijo e Dios e Hijo de Ma- den sentirse llamados a una concentración casi
ría. exclusiva en la Oración de Jesús, pero esto no
La existencia de una técnica física en co- le sucede a la mayoría. De hecho, muchos pre-
nexión con la Oración de Jesús no debería ce- fieren simplemente emplear la Oración en el
garnos respecto al verdadero carácter de la modo «libre» sin usarla «formalmente» en su
Oración. La Oración de Jesús no es sólo un tiempo «fijo» de oración; y no hay nada pre-
mecanismo para ayudarnos a concentrarnos o ocupante o incorrecto en ello. Ciertamente el
a relajarnos. No es simplemente una parte de uso «libre» puede existir sin el «formal».
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En el uso «formal», como en el «libre», no dio de estas ayudas podemos llegar fácilmen-
hay reglas rígidas, sino variedad y flexibilidad. te a un cierto grado de atención.»
No es esencial ninguna postura particular. En Por lo que respecta a la velocidad de la
la práctica ortodoxa la Oración se recita nor- recitación, el Obispo Ignatii sugiere: «Para
malmente estando sentado, pero se puede decir la Oración de Jesús unas cien veces con
decir también de pie o de rodillas -e incluso, atención y sin prisa, se necesita una media
en casos de debilidad corporal y agotamiento hora, pero algunos ascetas requieren incluso
físico, estando acostado. Se recita normalmen- más tiempo. No digáis las oraciones rápida-
te en una oscuridad más o menos completa o mente, una inmediatamente después de otra.
con los ojos cerrados, no con los ojos abiertos Haced una corta pausa después de cada ora-
ante un icono iluminado con velas o una lám- ción, y así ayudaréis a la mente a concentrar-
para votiva. El starets Silvano del Monte Atos se. Decir la Oración sin pausas distrae la men-
(1866-1938), cuando decía la Oración, solía te. Respirad con cuidado, suave y lentamen-
guardar su reloj en un armario para no oír su te.»
tictac, y después bajaba su gruesa capucha
monástica de lana sobre sus ojos y oídos. Los principiantes en el uso de la Oración
preferirán, probablemente, un ritmo algo más
La oscuridad, sin embargo, ¡puede tener rápido que el que se propone aquí –quizás vein-
un efecto soporífero! Si nos sentimos te minutos para cien oraciones. En la tradición
somnolientos cuando nos sentamos o arrodi- griega hay maestros que recomendaban un rit-
llamos al recitar la Oración, deberíamos per- mo mucho más enérgico; así ellos sostienen
manecer de pie por un tiempo, hacer la Señal que la misma rapidez de la Invocación ayuda a
de la Cruz al final de cada Oración, y después mantener la mente atenta.
inclinarnos desde la cintura en una profunda
reverencia, tocando el suelo con los dedos de Existen paralelos llamativos entre las téc-
la mano derecha. Incluso podemos prostrarnos nicas físicas recomendadas por los hesicastas
cada vez, tocando el suelo con la frente. Al re- bizantinos y las empleadas en el yoga hindú y
citar la Oración sentados, deberíamos asegu- en el sufismo. ¿Hasta qué punto las semejan-
rarnos de que la silla no es demasiado cómo- zas son el resultado de una mera coinciden-
da o lujosa; de ser posible no debería tener bra- cia, de un desarrollo independiente aunque
zos. En los monasterios ortodoxos se usa nor- análogo en dos tradiciones distintas? Si hay
malmente un taburete bajo, sin respaldo. La una relación directa entre el Hesicasmo y el
Oración también puede recitarse de pie con los Sufismo –y algunos de los paralelismos son tan
brazos extendidos en forma de una cruz. cercanos que la mera coincidencia parece ex-
42 15

Las técnicas físicas no son, en ningún caso, Una cuerda para rezar o rosario
nada más que un complemento, una ayuda que (komvoschoinion, tchotki), con cien nudos ge-
se demuestra útil para algunos pero que no es neralmente, se usa a menudo conjuntamente
obligatorio para todos en modo alguno. La Ora- con la Oración, no para contar el número de
ción de Jesús puede practicarse en su totali- veces que se repite principalmente, sino más
dad sin ningún método físico. San Gregorio bien como una ayuda para la concentración y
Palamas (1296-1359), al considerar el uso de el establecimiento de un ritmo regular. Es un
las técnicas físicas como teológicamente hecho muy experimentado que, si hacemos
defendibles, trataba tales métodos como algo algún uso de las manos cuando oramos, esto
secundario y apropiado principalmente para ayudará a calmar nuestro cuerpo y a recoger-
principiantes. Para él, como para todos los nos en el acto de la oración. Pero una medi-
maestros Hesicastas, lo esencial no es el con- ción cuantitativa, ya sea con una cuerda de ora-
trol externo de la respiración sino la Invocación ción o de otras maneras, no se aconseja en
interior y secreta del Señor Jesús. general. Es cierto que, en la primera parte de
Los escritores ortodoxos de los últimos El Peregrino Ruso, se hace mucho hincapié
150 años han puesto poco énfasis en las técni- por parte del starets en el número preciso de
cas físicas. Es característico el consejo dado veces que se debe decir la Oración diariamen-
por el Obispo Ignatii Brianchaninov (1807- te: 3.000 veces, aumentando hasta 6.000, y
1867): Recomendamos a nuestros amados después hasta 12.000. Al peregrino se le or-
hermanos que no intenten establecer esta téc- dena decirla un número exacto de veces, ni
nica en ellos, si ella no se muestra por propia más ni menos. Tal atención a la cantidad es
iniciativa. Muchos, deseando aprenderla por del todo inusual. Posiblemente la cuestión aquí
experiencia, han dañado sus pulmones y no han no es la cantidad total sino la actitud interior
obtenido nada. La esencia de la cuestión radi- del Peregrino: el starets desea probar su obe-
ca en la unión de la mente con el corazón du- diencia y disponibilidad para llevar a cabo una
rante la oración, y esto se consigue por la gra- tarea encomendada sin desviación. Más típi-
cia de Dios a su debido tiempo, determinado co, sin embargo, es el consejo del Obispo Teó-
por Dios. La técnica de la respiración es susti- fano: «No os preocupéis sobre el número de
tuida completamente por la enunciación pau- veces que decís la Oración. Sea ésta vuestra
sada de la Oración, por un corto descanso o única preocupación, que brote en vuestro co-
pausa al final, cada vez que se dice, por la res- razón con poder creciente como una fuente de
piración suave y tranquila, y por el encierro de agua viva. Expulsad por completo de vuestra
la mente en las palabras de la Oración. Por me- mente toda idea de cantidad.»
16 41

La Oración se recita a veces en grupos, crito por miedo a que pudieran ser
pero más comúnmente en soledad; las pala- malentendidas; los detalles del proceso son tan
bras pueden decirse en voz alta o silenciosa- delicados que es indispensable la orientación
mente. En la costumbre ortodoxa, cuando se personal de un maestro experimentado. El prin-
recita en voz alta es hablada más que cantada. cipiante que, en ausencia de tal orientación,
No debería haber nada forzado o estudiado en intenta buscar el centro cardiaco, está en peli-
la recitación. Las palabras no deberían pronun- gro de dirigir su pensamiento sin darse cuenta
ciarse con énfasis excesivo o violencia interior, hacia el área que está inmediatamente deba-
sino que se debería permitir a la Oración esta- jo del corazón –hacia el abdomen, es decir, las
blecer su propio ritmo y acentuación, para que, entrañas. El efecto sobre la oración es desas-
a su tiempo, llegue a «cantar» dentro de noso- troso, porque esta región más baja es la fuen-
tros en virtud de su intrínseca melodía. El starets te de los pensamientos y las sensaciones car-
Parfenii de Kiev comparaba el movimiento flui- nales que contaminan la mente y el corazón.
do de la Oración con el suave murmullo de un Por razones obvias se hace necesaria la
riachuelo. máxima discreción cuando interferimos en las
De todo esto se puede ver que la Invoca- actividades corporales instintivas tales como
ción del Nombre es una oración para cualquier la respiración o el latido del corazón. El mal
momento. Puede ser usada por todo el mun- manejo de la técnica física puede dañar la sa-
do, en cualquier lugar y tiempo. Es adecuada lud de uno y alterar su equilibrio mental; de aquí
para el «principiante» tanto como para el más la importancia de un maestro de fiar. Si no está
experimentado; se puede ofrecer en compa- disponible tal starets, es mejor para el princi-
ñía con otros o en soledad; es igualmente apro- piante ceñirse simplemente a la recitación es-
piada en el desierto y en la ciudad, en entornos pecífica de la Oración de Jesús, sin preocu-
de recogida tranquilidad o en medio del mayor parse en absoluto por el ritmo de su respira-
ruido y agitación. Nunca está fuera de lugar. ción o por los latidos del corazón. Más a me-
nudo que no, encontrará que, sin ningún esfuer-
zo consciente por su parte, las palabras de la
Perfección Invocación se adaptan ellas mismas espontá-
Teológicamente, como lo afirma con razón neamente al movimiento de su respiración. Si
el Peregrino Ruso, la Oración de Jesús «con- de hecho esto no ocurre, no hay razón para
tiene en sí toda la verdad del Evangelio»; es un alarmarse; que continúe tranquilamente con el
«resumen de los Evangelios.» En una breve fra- trabajo de la invocación mental.
se expresa los dos principales misterios de la
40 17

talle, la técnica física tiene tres aspectos prin- fe cristiana, la Encarnación y la Trinidad. Ha-
cipales: bla, primero, de las dos naturalezas de Cristo
i) Postura externa. San Gregorio el el Dios-hombre (Theanthropos): de su huma-
Sinaíta aconseja sentarse sobre un taburete nidad, ya que es invocado por el nombre hu-
bajo, de unas nueve pulgadas de alto; la cabe- mano, «Jesús», que le dio su Madre María
za y los hombros deberían estar inclinados, y después de su nacimiento en Belén; de su di-
los ojos fijos en el lugar del corazón. Reconoce vinidad eterna, ya que se le llama también «Se-
que esto resultará extremadamente incómodo ñor» e «Hijo de Dios.» En segundo lugar, la
después de un rato. Algunos escritores reco- Oración habla indirectamente, aunque no ex-
miendan una postura todavía más rigurosa, con plícitamente, de las Tres Personas de la Trini-
la cabeza entre las rodillas, siguiendo el ejem- dad. A la vez que se dirige a la segunda Per-
plo de Elías en el Monte Carmelo. sona, Jesús, señala también al Padre, ya que
Jesús es llamado «Hijo de Dios»; y el Espíritu
ii) Control de la respiración. La respi- Santo está igualmente presente en la Oración,
ración debe hacerse más lenta y al mismo tiem- ya que «nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!»
po coordinada con el ritmo de la Oración. A me- sino por influjo del Espíritu Santo» (1 Co 12,
nudo se dice la primera parte, «Señor Jesu- 3). Así la Oración de Jesús es a la vez
cristo, Hijo de Dios», mientras se inspira, y la cristocéntrica y trinitaria.
segunda parte, «ten misericordia de mí, peca-
dor, mientras se espira. Son posibles también Desde el punto de vista de la devoción,
otros métodos. La recitación de la Oración se no es menos amplia. Abarca los dos «momen-
puede también sincronizar con la respiración tos» principales del culto cristiano: el «momen-
del corazón. to» de la adoración, de admirar la gloria de Dios
y de llegar a él en el amor; y el «momento» de
iii) Exploración interior. Igual que se la penitencia, el sentido de la indignidad y del
enseña al aspirante en el yoga a concentrar su pecado. Hay un movimiento circular dentro de
pensamiento en partes específicas de su cuer- la Oración, una secuencia de elevación y re-
po, así el Hesicasta concentra su pensamiento torno. En la primera mitad de la Oración nos
en el centro cardiaco. Mientras respira a tra- elevamos hacia Dios: «Señor Jesucristo, Hijo
vés de la nariz y lleva su respiración hacia los de Dios...»; y después, en la segunda parte,
pulmones, hace que su intelecto «descienda» volvemos a nosotros mismos arrepentidos:
con la respiración y «busca» interiormente el «...de mí, pecador.» «Aquellos que han sabo-
lugar del corazón. Las instrucciones exactas reado el don del Espíritu -se afirma en las
acerca de este ejercicio no se ponen por es- Homilías de Macario- son conscientes de dos
18 39

cosas simultáneamente: por un lado, de la ale- jugar en la vida espiritual y está dotado de ener-
gría y del consuelo; por el otro, del temblor y del gías que pueden ser utilizadas para el trabajo
temor y el lamento.» Tal es la dialéctica interna de la oración
de la Oración de Jesús. Si esto es cierto para la oración en gene-
Estos dos «momentos» -la visión de la glo- ral, es cierto en un sentido más específico para
ria divina y la consciencia del pecado humano- la Oración de Jesús, ya que ésta es una invo-
se unen y reconcilian en un tercer «momento» cación dirigida precisamente a Dios Encarna-
cuando pronunciamos la palabra «misericor- do, a la Palabra hecha carne. Cristo, en su
dia». «Misericordia» indica la superación del Encarnación, tomó no sólo una mente humana
abismo entre la rectitud de Dios y la creación sino un cuerpo humano, y así ha hecho de la
caída. El que dice a Dios, «ten misericordia», carne una inagotable fuente de santificación.
lamenta su propio desamparo pero expresa al ¿Cómo puede esta carne, que el Dios-hom-
mismo tiempo un grito de esperanza. Habla no bre ha hecho portadora del Espíritu, participar
sólo del pecado sino también de su superación. en la Invocación del Nombre y en la oración del
Afirma que Dios en su gloria nos acepta aun- intelecto en el corazón?
que seamos pecadores, pidiéndonos a cam- Para ayudar a tal participación, y como un
bio que aceptemos el hecho de que somos apoyo a la concentración, los Hesicastas de-
aceptados. Así la Oración de Jesús contiene sarrollaron una «técnica física». Se dieron cuen-
no sólo una llamada al arrepentimiento sino ta de que cada actividad física tiene repercu-
también una garantía de perdón y restauración. siones sobre el nivel físico y corporal; depen-
El corazón de la Oración -el nombre mismo diendo de nuestro estado interior tenemos ca-
«Jesús»- conlleva precisamente el sentido de lor o frío, respiramos más deprisa o más des-
salvación: «A quien pondrás por nombre Jesús, pacio, el ritmo de los latidos de nuestro cora-
porque él salvará a su pueblo de sus pecados» zón se acelera o decelera, y así sucesivamen-
(Mt 1, 21). Aunque haya pesar por el pecado te. A la inversa, cada alteración en nuestra con-
en la Oración de Jesús, no es un pesar sin es- dición física reacciona negativa o positivamen-
peranza sino una «pena creadora de alegría», te sobre nuestra actividad física. Entonces, si
en la frase de San Juan Clímaco (+ c. 649). podemos controlar y regular algunos de nues-
Así están entre las riquezas, tanto tros procesos físicos, esto puede ser usado
teológicas como devocionales, presentes en la para fortalecer nuestra concentración interior
Oración de Jesús; presentes, además, no sólo en la oración. Tal es el principio básico que
en lo abstracto sino de una forma vivificante y subyace tras el «método» Hesicasta. En de-
dinámica. El especial valor de la Oración de
38 19

una generación: aunque frenados por esta ad- Jesús reside en el hecho de que hace que es-
vertencia, no deberíamos desanimarnos exce- tas verdades cobren vida, de modo que sean
sivamente. Ante todo el camino hacia el reino aprehendidas no sólo externa y teóricamente
interior permanece abierto, y todos sin excep- sino con toda la plenitud de nuestro ser. Para
ción podemos recorrerlo de alguna manera. En comprender por qué la Oración de Jesús po-
el tiempo actual, pocos experimentan con al- see tal eficacia, debemos centrarnos en dos
guna amplitud los misterios más profundos del aspectos más: el poder del Nombre y la disci-
corazón, pero muchos reciben de una forma plina de la repetición.
más humilde e intermitente verdaderos deste-
llos de lo que significa la oración espiritual.
El poder del Nombre
«El Nombre del Hijo de Dios es grande e
Ejercicios de respiración ilimitado, y sostiene el universo entero.» Tam-
Es el momento de considerar un tema po- bién se afirma en El Pastor de Hermas, no po-
lémico, en el que la enseñanza de los dremos apreciar el papel de la Oración de Je-
Hesicastas Bizantinos a menudo se interpreta sús en la espiritualidad ortodoxa a menos que
mal -el papel del cuerpo en la oración. experimentemos el sentido del poder y virtud
Se ha dicho que el corazón es el órgano del divino Nombre. Si la Oración de Jesús es
principal de nuestro ser, el punto de convergen- más creativa que otras invocaciones, esto es
cia entre mente y materia, el centro de nuestra porque contiene el Nombre de Dios.
constitución física y de nuestra estructura física En el Antiguo Testamento, como en otras
y espiritual. Ya que el corazón tiene este doble antiguas culturas, existe una estrecha relación
aspecto, a la vez visible e invisible, la oración entre el alma de alguien y su nombre. La per-
del corazón es oración del cuerpo además de sonalidad de uno, con sus peculiaridades y su
oración del alma: sólo si incluye el cuerpo pue- energía, está presente de alguna manera en
de ser realmente oración de la persona entera. su nombre. Conocer el nombre de una perso-
Un ser humano, según la visión bíblica, es una na es adquirir una percepción de su naturale-
totalidad psicosomática –no un alma prisione- za, y por tanto una relación con ella -incluso,
ra en un cuerpo y buscando escapar, sino una quizás, un cierto control sobre ella. Esto es por
unidad integral de los dos. El cuerpo no es sólo lo que el misterioso mensajero que lucha con
un obstáculo a superar, un trozo de materia a Jacob en el vado de Yabboq rehusa revelar su
ignorar, sino que tiene una parte positiva que nombre (Gn 32, 29). La misma actitud se refle-
ja en la respuesta del ángel a Manóaj: «¿Por
20 37

qué me preguntas el nombre? Es misterioso.» del corazón. Aquí, por ejemplo, está el consejo
(Jc 13, 18). Un cambio de nombre indica un dado por un notable padre espiritual del Monte
cambio decisivo en la vida de una persona, Atos, Geron Joseph de Nueva Escitia (+ 1959):
como cuando Abram se convierte en Abraham «El trabajo de la oración interior consiste en
(Gn 17, 5), o Jacob se convierte en Israel (Gn obligarte a ti mismo a decir la oración con tu
32, 28). De la misma forma, Saulo después de boca continuamente, sin cesar... Presta aten-
su conversión se convierte en Pablo (Hch 13, ción únicamente a las palabras ‘Señor Jesu-
9); y a un monje, cuando profesa, se le da un cristo, ten misericordia de mí’... Di sólo la Ora-
nuevo nombre, normalmente no de su propia ción en voz alta, sin interrupción... Todo tu es-
elección, para indicar el cambio radical que ex- fuerzo debe centrarse en la lengua, hasta que
perimenta. comiences a acostumbrarte a la Oración.»
En la tradición hebrea, hacer algo en el La trascendencia dada aquí al poder de
nombre de otro, o invocar y apelar al nombre la palabra hablada es realmente llamativa.
de otro, son actos de peso y potencia. Invocar Como nos dice San Juan Clímaco: «Lucha por
el nombre de una persona es hacer efectiva- elevarte, o mejor, por encerrar tu pensamiento
mente a esa persona presente. «Se da vida a dentro de las palabras de tu oración.» Pero,
un nombre al mencionarlo. El nombre llama in- por supuesto, nunca pensamos exclusivamen-
mediatamente al alma que designa; por lo tan- te en las palabras por sí solas: siempre somos
to se da tal profundo significado con la sola conscientes también de la persona de Jesús a
mención de un nombre.» quien nuestras palabras invocan.
Todo lo que es cierto de los nombres hu- La oración del corazón, cuando y si se
manos es verdad en un grado incomparable- concede, llega como el regalo gratuito de Dios,
mente mayor para el divino Nombre. El poder y que él otorga cuando desea. No es el efecto
la gloria de Dios están presentes y activos en inevitable de alguna técnica. San Isaac el Sirio
Su Nombre. El Nombre de Dios es numen (Siglo VII) subraya la rareza extrema del rega-
praesens, Dios con nosotros, Emmanuel. Invo- lo cuando dice que «apenas uno entre diez mil»
car el Nombre de Dios deliberadamente y con se considera merecedor del regalo de la ora-
atención es ponerse uno mismo en Su presen- ción pura, y añade: «En cuanto al misterio que
cia, abrirse uno mismo a Su energía, ofrecerse habita más allá de la oración, apenas se en-
uno mismo como instrumento y sacrificio vivo cuentra una sola persona en cada generación
en Sus manos. Tan profundo era el sentido de que se haya acercado a este conocimiento de
la majestad del divino Nombre en los últimos la gracia de Dios.» Uno entre diez mil, uno en
tiempos del judaísmo que el tetragrammaton
36 21

ción ha llegado a unirse a la oración de Dios no se decía en voz alta en el culto de la sinago-
dentro de él. Pero aun así, él no considera que ga: el Nombre del Altísimo se consideraba de-
haya alcanzado todavía la oración del corazón masiado abrumador para ser pronunciado.
en toda su amplitud. La comprensión hebraica del Nombre
Puede que los lectores de El Peregrino pasa del Antiguo Testamento al Nuevo. Los
Ruso tengan la impresión de que este paso de demonios eran arrojados y los hombres cura-
la oración vocal a la oración del corazón se lo- dos en el Nombre de Jesús, ya que el Nombre
gra fácilmente, casi de manera mecánica y au- es poder. Una vez que esta potencia del Nom-
tomática. Parece que el Peregrino consigue la bre es debidamente apreciada, muchos pasa-
oración que actúa por sí misma en cuestión de jes familiares adquieren un significado y una
unas pocas semanas. Es necesario hacer hin- fuerza más plenos: las palabras del Padrenues-
capié en que su experiencia, a pesar de que tro: «Santificado sea tu Nombre»; la promesa
no es única, es completamente excepcional. Lo de Cristo en la Última Cena: «Lo que pidáis al
más normal es que la oración del corazón lle- Padre en mi Nombre, os lo dará» (Jn 16, 23);
gue, si es que lo hace, sólo después de una su mandato final a los apóstoles: «Id, pues, y
vida de esfuerzo ascético. Hay un peligro real haced discípulos a todas las gentes bautizán-
de que, en las primeras etapas de la Oración dolas en el Nombre del Padre y del Hijo y del
de Jesús, podamos suponer demasiado fácil- Espíritu Santo» (Mt 28, 19); la proclamación de
mente que estamos pasando de la oración vo- San Pedro de que sólo hay salvación en «el
cal a la oración del corazón. Quizás podamos Nombre de Jesucristo Nazareno» (Hch 4, 10-
estar tentados de imaginar que ya hemos al- 12); las palabras de San Pablo: «Para que al
canzado la oración de silencio sin palabras, Nombre de Jesús toda rodilla se doble» (Flp
cuando de hecho no estamos realmente oran- 2, 10); el nuevo y secreto nombre escrito so-
do en absoluto sino que simplemente hemos bre la piedra blanca que se nos da en el Tiem-
caído en una somnolencia o en un sueño des- po que está por Venir (Ap 2, 17).
piertos. Para guardarnos de esto, nuestros Es esta reverencia bíblica por el Nombre
maestros en la tradición hesicasta insisten so- la que forma la base y el fundamento de la Ora-
bre la necesidad del esfuerzo intenso cuando ción de Jesús. El Nombre de Dios está íntima-
nos embarcamos por primera vez en la Ora- mente unido a Su Persona, y así la Invocación
ción de Jesús. Hacen hincapié en lo importan- del divino Nombre posee un carácter
te que es concentrar toda la atención en la re- sacramental, sirviendo como un signo eficaz
citación de las palabras específicas, más que de Su invisible presencia y acción. Para el cris-
en tener grandes ambiciones sobre la oración
22 35

tiano creyente de hoy, como en los tiempos bien, que Cristo dice en mí. Ya que el corazón
apostólicos, el Nombre de Jesús es poder. En tiene una doble trascendencia en la vida espi-
palabras de los dos Ancianos de Gaza, San ritual: es a la vez el centro del ser humano y el
Barsanuphius y San Juan (Siglo VI), «El recuer- punto de encuentro entre el ser humano y Dios.
do del Nombre de Dios destruye completamen- Es a la vez el lugar del autoconocimiento, don-
te todo mal.» «Azotad a vuestros enemigos con de nos vemos a nosotros mismos como so-
el Nombre de Jesús», exhorta San Juan mos realmente, y el lugar de la
Clímaco, «ya que no existe arma más podero- autotrascendencia, donde comprendemos
sa en el cielo o en la tierra... Que el recuerdo nuestra naturaleza como templo del Espíritu
de Jesús se una a cada una de vuestras respi- Santo, donde la imagen se encuentra cara a
raciones, y conoceréis entonces el valor de la cara con el Arquetipo. En el «santuario interior»
quietud.» de nuestro propio corazón encontramos el
El Nombre es poder, pero una repetición sustrato de nuestro ser y así cruzamos la mis-
puramente mecánica no conseguirá nada por teriosa frontera entre lo creado y el Increado.
sí misma. La Oración de Jesús no es un talis- «Hay insondables profundidades dentro del
mán mágico. Como en todas las acciones corazón», afirman las Homilías de Macario.
sacramentales, se requiere la cooperación de «...Dios está allí con los ángeles, luz y vida es-
la persona con Dios a través de la fe activa y tán allí, el reino y los apóstoles, las ciudades
del esfuerzo ascético. Somos llamados a invo- celestiales y los tesoros de la gracia: todas las
car el Nombre con recogimiento y vigilancia in- cosas están allí.»
terior, encerrando nuestras mentes dentro de La oración del corazón señala, por tanto,
las palabras de la Oración, conscientes de el punto en el que «mi» acción, «mi» oración,
quién es a quien nos dirigimos y que nos res- llega a identificarse explícitamente con la ac-
ponde en nuestro corazón. Esta intensa oración ción continua de Otro en mí. Ya no es la ora-
nunca es fácil en las etapas iniciales, y está ción a Jesús sino la oración de Jesús mismo.
definida exactamente por los padres como un Esta transición de oración «intensa» a oración
martirio escondido. San Gregorio el Sinaíta «que actúa por sí misma» se manifiesta asom-
habla repetidamente del «control y trabajo» em- brosamente en El Peregrino Ruso: «Una ma-
prendidos por aquellos que siguen el Camino ñana temprano la Oración me despertó como
del Nombre; se necesita un «esfuerzo conti- ella era.» Hasta ahora el Peregrino ha estado
nuo»; serán tentados a abandonar «a causa del ha estado «diciendo la Oración»; ahora des-
dolor insistente que proviene de la invocación cubre que la Oración «se dice ella misma»,
interior del intelecto.» «Te dolerán los hombros incluso cuando está dormido, ya que la Ora-
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terno de las ilimitadas potencialidades espiri- y a menudo sentirás dolor de cabeza -advier-
tuales de la criatura humana, hecha a la ima- te-, pero persevera sin desaliento y con fervien-
gen de Dios, llamada a ser semejante a ella. te anhelo, buscando al Señor en tu corazón.»
Para llevar a cabo el viaje hacia el interior Sólo a través de esta paciente fidelidad des-
y alcanzar la oración verdadera, se requiere de cubriremos el verdadero poder del Nombre.
nosotros que entremos en este «centro abso- Esta fiel perseverancia toma la forma, so-
luto», es decir, que descendamos desde el in- bre todo, de una repetición atenta y frecuente.
telecto al corazón. Más exactamente, somos lla- Cristo dijo a sus discípulos que no utilizaran
mados a descender no desde el intelecto sino «vanas repeticiones» (Mt 6, 7); pero la repeti-
con el intelecto. La meta no es sólo la «oración ción de la Oración de Jesús, cuando se lleva a
del corazón» sino la «oración del intelecto en cabo con sinceridad interior y concentración,
el corazón», ya que nuestras distintas formas no es en absoluto «vana». El acto de invocar
de entendimiento, incluida nuestra razón, son repetidamente el Nombre tiene un doble efec-
un regalo de Dios y deben ser usadas en Su to: unifica más nuestra oración y al mismo tiem-
servicio, no rechazadas. Esta «unión del inte- po la interioriza.
lecto con el corazón» significa la reinserción de
nuestra naturaleza caída y fragmentada, nues-
tra devolución a la integridad total. La oración Unificación
del corazón es un regreso al Paraíso, una in- En cuanto hacemos un intento serio de
versión de la Caída, una recuperación del sta- orar en espíritu y en verdad, en seguida nos
tus ante peccatum. Esto quiere decir que es hacemos muy conscientes de nuestra desinte-
una realidad escatológica, una garantía y anti- gración interior, de nuestra falta de unidad e
cipación del Tiempo que ha de Venir -algo que, integridad. A pesar de todos nuestros esfuer-
en esta era actual, nunca se realiza completa y zos para estar ante Dios, los pensamientos
enteramente. continúan moviéndose incansablemente y sin
Aquellos que, aunque imperfectamente, rumbo fijo por nuestra cabeza, como el zumbi-
han alcanzado en cierta medida la «oración del do de las moscas (Obispo Teófano) o el capri-
corazón», han comenzado a hacer la transición choso salto de los monos de rama en rama
sobre la que hablábamos antes -la transición (Ramakrishna). Contemplar significa, primero
desde la oración «intensa» a la oración que de todo, estar presente donde uno es - estar
«obra por sí misma», desde la oración que yo aquí y ahora. Pero normalmente nos encontra-
digo a la oración que «dice ella misma» o, más mos incapaces de controlar nuestra mente para
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que no deambule al azar sobre el tiempo y el las facultades racionales están las emociones
espacio. Recordamos el pasado, anticipamos y los afectos, la sensibilidad estética, junto con
el futuro, planeamos qué hacer después; las las profundas capas instintivas de la persona-
personas y los lugares vienen ante nosotros en lidad. Todos ellos tienen un papel que jugar en
sucesión interminable. Carecemos del poder la oración, ya que la persona entera es llama-
de reunirnos a nosotros mismos en el único lu- da a participar en el acto total de la adoración.
gar en el que deberíamos estar -aquí, en la pre- Como una gota de tinta que cae sobre papel
sencia de Dios; somos incapaces de vivir ple- secante, el acto de la oración debería exten-
namente en el único momento del tiempo que derse a ritmo constante hacia afuera desde el
verdaderamente existe -ahora, el presente in- consciente y el centro racional del cerebro,
mediato. Esta desintegración interior es una de hasta que abarque todas las partes de nuestro
las trágicas consecuencias de la Caída. La ser.
gente que consigue hacer cosas, ha sido jus- En términos más técnicos, esto significa
tamente observado, es la gente que hace una que somos llamados a progresar desde el se-
sola cosa cada vez. Pero hacer una cosa cada gundo nivel al tercero: desde la «oración del
vez no quiere decir que se consiga. Si es bas- intelecto» a la «oración del intelecto en el co-
tante difícil en el trabajo exterior, todavía es más razón.» «Corazón», en este contexto, debe ser
duro en el trabajo de la oración interior. entendido en el sentido semita y bíblico más
¿Qué debe hacerse? ¿Cómo aprendere- que en el moderno sentido occidental, ya que
mos a vivir en el presente, en el eterno Ahora? representa no sólo las emociones y afectos
¿Cómo podemos asir el kairos, el momento de- sino la totalidad de la persona. El corazón es
cisivo, el momento de la oportunidad? Es pre- el órgano principal de nuestra identidad, es
cisamente en este punto en el que la Oración nuestro ser más íntimo, «el más profundo y más
de Jesús puede ayudar. La Invocación repeti- verdadero yo, que no se alcanza salvo a través
da del Nombre nos lleva, por la gracia de Dios, del sacrificio, a través de la muerte.» Según
de la división a la unidad, de la dispersión y la Boris Vysheslavtsev, es «el centro no sólo del
multiplicidad a la concentración. «Para parar consciente sino del inconsciente, no sólo del
el continuo empuje de tus pensamientos -dice alma sino del espíritu, no sólo del espíritu sino
el Obispo Teófano- debes atar la mente con un del cuerpo, no sólo de lo comprensible sino de
único pensamiento, o el pensamiento del Úni- lo incomprensible; en una palabra, es el centro
co solamente.» absoluto.» Interpretado de esta manera, el co-
Los Padres ascetas, en particular razón es mucho más que un órgano material
Barsanuphius y Juan, distinguen dos formas de del cuerpo; el corazón físico es un símbolo ex-
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tingue generalmente bajo tres títulos, que de- combatir los pensamientos. El primer método
ben ser considerados como niveles es para el «fuerte» o el «perfecto». Éstos pue-
intercomunicados más que como etapas suce- den «contradecir» sus pensamientos, es de-
sivas: la oración de los labios (oración vocal); cir, hacerles frente cara a cara y repelerlos en
oración del nous, la mente o intelecto (oración lucha directa. Pero para la mayoría de noso-
mental); oración del corazón (o del intelecto en tros este método es demasiado difícil y puede
el corazón). La Invocación del Nombre comien- conducir, de hecho, a un verdadero daño. La
za, como cualquier otra oración, como una ora- confrontación directa, el intento de arrancar y
ción vocal, en la que las palabras son pronun- expulsar los pensamientos por un esfuerzo de
ciadas por la lengua por medio de un esfuerzo la voluntad, sólo sirve a menudo para dar ma-
deliberado de la voluntad. Al mismo tiempo, de yor fuerza a nuestra imaginación. Suprimidas
nuevo por un esfuerzo deliberado, concentra- violentamente, nuestras fantasías tienden a
mos nuestra mente en el significado de lo que volver con fuerza renovada. En vez de comba-
la lengua dice. En el curso del tiempo y con la tir nuestros pensamientos directamente y tra-
ayuda de Dios nuestra oración crecerá más tar de eliminarlos por un esfuerzo de la volun-
hacia dentro. La participación de la mente se tad, es más juicioso desviar y fijar nuestra aten-
hace más intensa y espontánea, mientras que ción en otra parte. Más que fijar nuestra mira-
los sonidos pronunciados por la lengua se ha- da hacia abajo dentro de nuestra turbulenta
cen menos importantes; quizás durante un tiem- imaginación y concentrarnos en cómo oponer-
po cesan por completo y el Nombre es invoca- nos a nuestros pensamientos, deberíamos mi-
do en silencio, sin ningún movimiento de los rar hacia arriba al Señor Jesús y confiarnos a
labios, sólo por la mente. Cuando esto ocurre, Sus manos invocando Su Nombre; y la gracia
hemos pasado, por la gracia de Dios, del pri- que actúa por medio de Su Nombre vencerá a
mer nivel al segundo. Esa invocación vocal no los pensamientos que no podemos destruir por
cesa por completo, ya que habrá veces en que nuestras propias fuerzas. Nuestra estrategia
incluso los más «avanzados» en oración inte- espiritual debería ser positiva y no negativa: en
rior desearán apelar al Señor Jesús en voz alta. vez de tratar de vaciar nuestra mente de lo que
(¿Y quién, de hecho, puede afirmar que está es malo, deberíamos llenarla con el pensamien-
«avanzado»? Todos nosotros somos «princi- to de lo que es bueno. «No contradigáis los
piantes» en las cosas del Espíritu.) pensamientos sugeridos por vuestros enemi-
Pero el viaje hacia el interior todavía no gos -advierten Barsanuphius y Juan-, porque
está completo. Una persona es mucho más que eso es exactamente lo que ellos quieren y no
la mente consciente; además del cerebro y de dejarán de molestaros. Por contra, volved al
Señor para que os ayude contra ellos, ponien-
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do ante Él vuestra propia debilidad; porque Él


es capaz de expulsarlos y reducirlos a la nada.»
Interiorización
La Oración de Jesús, por tanto, es un
La repetida Invocación del Nombre, al ha-
modo de desviar y de mirar a otro sitio. Los
cer nuestra oración más unificada, la hace al
pensamientos y las imágenes se nos ocurrirán
mismo tiempo más interior, más una parte de
inevitablemente durante la oración. No pode-
nosotros mismos -no algo que hacemos en mo-
mos pararlos por un simple esfuerzo de nues-
mentos particulares, sino algo que somos todo
tra voluntad. No podemos apagar sencillamen-
el tiempo; no un acto ocasional sino un estado
te el aparato interno de televisión. Es de poco
continuo. Esta oración llega a ser verdadera-
o ningún valor decirnos a nosotros mismos
mente la oración de la persona entera, en la
«Deja de pensar»; podríamos decir también
que las palabras y significado de la oración se
«Deja de respirar». «La mente racional no pue-
identifican por completo con el que ora. Todo
de estar ociosa -dice San Marcos el Monje- por-
esto está bien expresado por Paul Evdokimov
que los pensamientos continúan llenándola con
(1901 - 1970): «En las catacumbas la imagen
un parloteo incesante. Pero mientras que esté
que se repite más frecuentemente es la figura
más allá de nuestro poder el hacer que este
de una mujer en oración, la Orante. Represen-
parloteo desaparezca de repente, lo que po-
ta la única actitud verdadera del alma humana.
demos hacer es apartarnos de él «uniendo»
No es suficiente poseer la oración: debemos
nuestra mente siempre-activa «con un único
convertirnos en oración - oración encarnada.
pensamiento, o con el pensamiento sólo en el
No es suficiente tener momentos de alabanza
Único» -el Nombre de Jesús. No podemos de-
; nuestra vida entera, cada acto y cada gesto,
tener del todo el flujo de los pensamientos, pero
incluso una sonrisa, deben llegar a ser un him-
por medio de la Oración de Jesús podemos
no de adoración, una ofrenda, una oración.
soltarnos progresivamente de él, permitiéndo-
Debemos ofrecer no lo que tenemos sino lo
le retirarse al fondo para que seamos cada vez
que somos.» Eso es lo que el mundo necesita
menos conscientes de él.
por encima de todo; no gente que diga oracio-
Según Evagrio Póntico (+399), «la Oración nes con mayor o menor regularidad, sino gen-
es un dejar a un lado los pensamientos.» Un te que sea oración.
dejar a un lado: no un conflicto salvaje, no una
La clase de oración que describe aquí
represión violenta, sino un suave aunque per-
Evdokimov puede definirse más exactamente
sistente acto de indiferencia. Por medio de la
como «oración del corazón». En la ortodoxia,
repetición del Nombre, se nos ayuda a «dejar
como en otras tradiciones, la oración se dis-
a un lado», a «dejar ir», nuestras imaginacio-
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como hará indudablemente, no te desanimes; nes insignificantes o perniciosas, y a reempla-


despacio, sin exasperación o ira interior, tráe- zarlas con el pensamiento de Jesús. Pero, aun-
la de vuelta. Si deambula una y otra vez, enton- que la imaginación y el razonamiento discursivo
ces una y otra vez tráela de vuelta. Vuelve al no deben ser suprimidos violentamente al de-
centro -al centro vivo y personal, Jesucristo. cir la Oración de Jesús, no cabe duda de que
Mira la Invocación, no tanto como una ora- no deben ser fomentados activamente. La Ora-
ción vacía de pensamientos, sino como una ción de Jesús no es una forma de meditación
oración llena del Amado. Que sea, en el senti- sobre incidentes específicos de la vida de Cris-
do más rico de la palabra, una oración de cari- to, o sobre algún dicho o parábola de los Evan-
ño -aunque no de entusiasmo emocional gelios; menos todavía es un modo de razona-
autoinducido. Porque mientras que la Oración miento y de debate interior sobre alguna ver-
de Jesús es, ciertamente, más que una oración dad teológica como el significado de
«afectiva» en el sentido técnico occidental, lo homoousios o la Definición de Calcedonia. En
hacemos bien con nuestro afecto amoroso al este aspecto, la Oración de Jesús debe distin-
comenzar. Nuestra actitud interior, cuando co- guirse de los métodos de meditación discursiva
menzamos la Invocación, es la de San Ricardo popular en Occidente desde la Contrarreforma
de Chichester: (elogiada por Ignacio de Loyola, Francisco de
Sales, Alfonso Ligorio, y otros).
Oh mi misericordioso Redentor,
Amigo y Hermano, Cuando invocamos el Nombre, no debe-
ríamos deliberadamente dar forma en nuestra
Puedo verte más claramente, mente a ninguna imagen visual del Salvador.
amarte más cariñosamente, Ésta es una de las razones por las que normal-
mente decimos la Oración en la oscuridad, más
y seguirte más cercanamente.
que con los ojos abiertos delante de un icono.
Sin negar o mermar la clásica enseñanza «Mantén tu intelecto libre de colores, imáge-
de los maestros hesicastas sobre la Oración nes y formas», exhorta San Gregorio el Sinaíta;
de Jesús como un «deshacerse de los pensa- ten cuidado con la imaginación (phantasia) en
mientos», se tiene que reconocer que durante la oración -¡de lo contrario puedes encontrar
siglos la mayoría de los cristianos orientales que te has convertido en un phantastes en lu-
han usado la Oración simplemente como una gar de en un hesychastes! «Para no caer en la
expresión de su confianza, tierna y cariñosa, ilusión (prelest) mientras practicas la oración
en Jesús el Divino Compañero. Y, sin duda, no interior -afirma San Nil Sorskii (+1508)-, no te
hay ningún daño en ello. permitas ningún concepto, imagen o visión.»
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«No mantengas ninguna imagen intermedia en- tidos corporales al entrar en una habitación cal-
tre el intelecto y el Señor al practicar la Oración deada. Le conocemos, no a través de una se-
de Jesús -escribe el Obispo Teófano- ...Lo rie de imágenes y conceptos sucesivos, sino
esencial es morar en Dios, y este caminar ante con la sensibilidad unificada del corazón. Así,
Dios significa que vives con la convicción ante la Oración de Jesús nos concentra en el aquí y
tu conciencia de que Dios está en ti, como está ahora, centrándonos en una sola cosa, seña-
en todo: vives en la firme seguridad de que Él lando a un único punto, separándonos de una
ve todo lo que está dentro de ti, conociéndote multiplicidad de pensamientos hacia la unión
mejor de lo que tú te conoces a ti mismo. Esta con el único Cristo. «A través del recuerdo de
conciencia del ojo de Dios mirando en tu ser Jesucristo -dice San Philotheus del Sinaí (si-
interior no se acompaña de ningún concepto glos IX-X), agrupa tu intelecto disperso» -agrú-
visual, sino que debe limitarse a una simple palo desde la pluralidad del pensamiento
convicción o pensamiento.» Sólo cuando invo- discursivo hacia la simplicidad del amor.
quemos el Nombre de esta forma -no forman- Muchos, al oír que la Invocación del Nom-
do dibujos del Salvador sino simplemente sin- bre debe ser no discursiva y no icónica, un
tiendo Su presencia- experimentaremos el po- medio de trascender imágenes y pensamien-
der completo de la Oración de Jesús para inte- tos, pueden ser tentados a concluir que tal
grar y unificar. manera de orar se encuentra completamente
La Oración de Jesús es, de esta manera, más allá de sus capacidades. A éstos se les
una oración en palabras, pero ya que las pala- debería decir: el Camino del Nombre no está
bras son tan simples, tan pocas e invariables, reservado para unos pocos elegidos. Está al
la Oración se extiende más allá de las pala- alcance de todos. Cuando te embarques por
bras dentro del silencio vivo del Eterno. Es un primera vez en la Oración de Jesús, no te pre-
camino para alcanzar, con la ayuda de Dios, la ocupes demasiado sobre la expulsión de los
clase de oración no discursiva, no icónica, en pensamientos y las figuras mentales. Como ya
la que no hacemos simplemente afirmaciones hemos dicho, que tu estrategia sea positiva,
para Dios o sobre Dios, en la que precisamen- no negativa. Llama a tu mente, no lo que debe
te no formamos dibujos de Cristo en nuestra ser excluido, sino lo que debe ser incluido. No
imaginación, sino que somos «uno» con Él en pienses sobre tus pensamientos y cómo des-
un encuentro que lo abraza todo y sin interme- hacerte de ellos; piensa en Jesús. Concentra
diarios. Por la Invocación del Nombre sentimos tu ser entero, todo tu ardor y devoción, en la
su cercanía con nuestros sentidos espirituales, persona del Salvador. Siente Su presencia.
tanto como sentimos el calor con nuestros sen- Háblale con amor. Si tu atención deambula,

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