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Definición de ACNÉ
Evolución de la patología
Productos farmacéuticos utilizados en el tratamiento del acné
¿Qué es el ácido glicólico?
el zinc
la vitamina A
Los ácidos grasos y el acné
El grupo B y la piel.
Antinutrientes y acné
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Tal vez, la falta de una supervisión más exhaustiva de los hábitos alimentarios
de los jóvenes y personas que padecen acné no haya ayudado a esclarecer todos los
puntos que podían estar interactuando en la mejora o empeoramiento de su afección.
Los estudios sobre la alimentación, los nutrientes y el acné son fragmentarios, lo cual no
ha favorecido en muchas ocasiones el efecto sinérgico sobre el tratamiento que la
aplicación de ciertas medidas nutricionales hubiese conseguido. Generalmente, no suele
realizarse una historia dietética de cierta profundidad más que por clínicas
dermatológicas altamente especializadas y con una orientación multidisciplinar Por otro
lado, el médico ha tendido a orientar verbalmente al paciente, o en todo caso, a dar una
dieta tipo, no personalizada lo cual también influye en el mayor o menor seguimiento de
las pautas por parte del paciente. Esto no es criticable, puesto que su especialidad es la
dermatología y el área de dietética y nutrición es tan extensa que precisa la figura del
dietista como profesional para desarrollar las dietas.
A nuestro paciente no le vamos a aclarar demasiado las ideas prohibiendo o
remarcando que tal o cual alimento puede o no puede serle dañino. Se vuelve necesaria
la empatía y escucha al paciente, muchas veces confundido ante mensajes sobre
alimentación contradictorios que escucha por todas partes. Si partimos de un
cuestinamiento profundo de sus hábitos, colaboraremos desde la perspectiva más
interesante y no desde la anécdota de este o aquel alimento, evidenciando objetivos
nutricionales y remarcando actitudes que le condicionan de forma global en su
necesidad personal y específica de nutrientes.
Los hábitos alimentarios son tan diversos como las personas. Respecto a los
adolescentes –y muchos adultos también- el picoteo y los tentempies industriales juegan
una baza diaria en la transgresión dietética. Eso quien no es vegetariano de forma
descontrolada en cuanto al aporte y variedad de macronutrientes, o vegan, los
vegetarianos más radicales, que no aportan más que vegetales y sus dietas son carentes
o insuficientes en vit. B12, B6, Ca, Fe, Zn...
Con efecto interactuante con la dieta y sus aportes nutritivos, también
observamos un mayor uso de contraceptivos orales durante la adolescencia, unas veces
ligados al propio tratamiento del acné, causando diferentes alteraciones metabólicas que
incluyen cambios en el metabolismo de glúcidos, grasas, proteínas, vitaminas y
minerales disminuyendo niveles circulantes de vitamina C, riboflabina, B12, folacina,
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piridoxina. Estos fármacos también inducen cambios en la composición corporal,
favoreciendo la retención de líquidos en tejidos blandos.
Otro efecto “secuestrador” de nutrientes de índole muy distinta al farmacológico
lo produce el abuso del alcohol, como veremos, contribuye a desplazar de forma
significativa aportes de energía que deberían provenir de los alimentos, disminuyendo
así la ingestión de proteínas, vitaminas y minerales. Además de irritar la mucosa
gástrica, puede disminuir el apetito e interfiere en la absorción de ácidos grasos, zinc, y
vitaminas.
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¿Qué es el acné?
DOS EXPERIENCIAS
Cuando se trata de una afección “a la vista” como en el caso del acné, quienes la
padecen pasan por no pocas situaciones comprometidas. ¡No hay forma de disimularlo!.
Esto puede generar ansiedad, baja autoestima y dificultades en la capacidad de relación
de quien lo sufre. Verdaderamente, aparte de la piel, acaban viéndose comprometidas
esferas de la vida que afectan tanto al nivel emocional como las propias lesiones a la
piel. No solo es un inestetismo, es una fuente de desventajas añadidas de cara a una
sociedad en la que hoy por hoy, el aspecto puede suponerlas.
Hemos recogido dos testimonios reales, a los que hemos cambiado el nombre,
para respetar el anonimato de quien ha querido contar su propia vivencia con el acné.
Afortunadamente, cada vez son más las personas que pueden decir que su
enfermedad ya pasó y han podido superar los traumas que impedían una sana evolución
de sus personalidades.
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Victoria,: .
Padecí acné, desde los 13 años de edad, aproximadamente poco antes de mi
primera regla. En principio, las lesiones no eran muy graves, pero transcurrieron 3
años más y mi cara era un “poema”. ¡Lo mío eran los problemas de piel porque ya en
la infancia había padecido atopía! Comencé a sentirme acomplejada, mi madre le
quitaba importancia, y esto a mí me confundía, porque me sentía verdaderamente mal
con mi aspecto. Como no fui a ningún dermatólogo, pero quería curarme, me puse “las
pomadas de las amigas” con y sin azufre, mascarillas, agua de carabaña... todo tipo de
remedios, de farmacia o caseros, que me podían aconsejar. Lejos de mejorar, mi
problema se agravó. Me tapaba la cara con el pelo y andaba cabizbaja. Me gané una
buena fama de antipática por no saludar a la gente, pero realmente era porque me
avergonzaba de mi aspecto. Pensaba que de ese modo no me verían. Al fin, cuando
tenía aproximadamente 17 años, mi madre me llevó al dermatólogo. Las marcas ya
empezaban ha hacer estragos. Me dieron antibióticos orales y tópicos, me hicieron una
limpieza de cutis y me pusieron una dieta severísima. Mi acné apenas mejoró, pero yo
estuve ¡casi 2 años tomando antibióticos!. Me encontraba mal incluso físicamente, muy
debilitada. Mis digestiones pesadas no se correspondían a mi dieta estricta. Yo estaba
tan deseosa de curarme, que la seguía a rajatabla. Pero no me curaba. Ya tenía casi 20
años y una piel horrible. Había salido el ácido retinoico y me lo recetaron junto con
cápsulas de ambramicina (eritromicina). Tampoco mejoré demasiado.
El doctor me aseguraba que era un buen tratamiento y que tal vez yo fuera
parte de ese 10% que deben repetir terapia. Volví a repetirla, esta vez con isotretinoina
y no recibía más tratamiento para mi piel que pomadas de calamina para secar la piel
y un lubrificador para los labios (mandelip). Esta vez, mis granos menguaron. Sólo
tenía 3-4 en todo el rostro. Pero mi piel estaba gruesa, reseca y gris, mi cabello se
desvitalizó y mis ojos no tenían brillo ¡incluso tuve que utilizar colirio durante 1 año!.
Pasaron 2 años y tuve otra recaída, verdaderamente me deprimí. ¿Qué pasaba
conmigo?. Era incapaz de imaginar que podría curarme. ¡ Tuve una tercera dosis de
recuerdo! Durante los 4 años anteriores había sido vegetariana, había seguido el
tratamiento ¡Pero no funcionaba!. Pasaron tres años más. Recuerdo un mes de
septiembre con el síndrome del “retorno”. Tal como me recomendó el dermatólogo,
tomé el sol. Verdaderamente esto solía funcionar. Pero cuando dejé de ir a la playa
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empecé a notar un “un picor” debajo de la piel. Sabía que estaba cerca otra recaída.
En noviembre estaba plagada otra vez. Ya no pensaba seguir el tratamiento con
isotretinoina. Era demasiado y temía que mi cuerpo no lo pudiera soportar. Cayó en
mis manos una información sobre el aceite de prímula. Comencé a tomarlo. Después de
8 meses, tenía mejor aspecto, pero mi piel tenía señales que evidenciaban mi grave
acné del pasado: marcas de todos los tamaños y profundidades. Siempre me
maquillaba, incluso demasiado. No podía salir a la calle sin maquillar porque me
sentía insegura. Ya tenía 26 años y en cuanto me descuidaba con el aceite de prímula o
estaba un poco nerviosa mi cara crepitaba. Era duro y todavía no estaba bien resuelto.
Una amiga que me encontré después de muchos años había tenido el mismo
problema: acné severo y recidivante. Me habló de unos peelings de ácido glicólico.
¡Verdaderamente yo quería tener una mejoría semejante a la suya!.
Aposté por este nuevo tratamiento, y le dije a mi nuevo dermatólogo que no
quería volver a hacer el tratamiento con isotretinoina porque quería quedarme
embarazada. Él se mostró muy comprensivo y me garantizó que mi acné desaparecería
del todo, mejorando además el tono de la piel -en aquella época macilenta, gruesa y
todo menos tersa- sugiriéndome que no dejase de tomar el aceite de prímula. Tuve
paciencia y fui tenaz. Al principio, como mi piel estaba tan debilitada, los peelings me
quemaban, pero a las 2 o 3 aplicaciones, mi piel los aceptaba como si nada. La gente
empezó a notar la diferencia. Hoy en día no me maquillo si no quiero y quien me
conoció en el pasado no puede ni creerse el cambio, me dicen: ¡quién te ha visto y
quien te vé!. Actualmente tengo 30 años. ¡Más vale tarde que nunca!.
Alberto.
Mi acné apareció a los 17 años. Fue de forma abrupta, en cuestión de pocos
meses, mi piel que era matizada y con un tono uniforme comenzó a presentar poros
gruesos (comedones) y granos del tamaño de lentejas. Al principio no hice ni caso,
pero llegó un momento en que se “juntaban” 2 o 3 granos, llegando a deformar mi
cara.
La gota que colmó el vaso fue un día que yendo en el autobús, una señora me
dio el teléfono del dermatólogo de su hija. Pensé que debía estar muy mal para que la
gente llegase a ese extremo. El mismo día por la tarde, estando en compañía con los
amigos, una chica no quiso darme dos besos cuando nos presentaron porque temía
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“contagiarse”. Esto me derrumbó. Anduve hasta casa sin parar de pensar en la señora
del autobús y en la chica de la presentación. Aquella noche ni cené, ni dormí. Veía
claramente que aunque yo creía que era pasajero, había que tomar cartas en el asunto.
Por la mañana, durante el desayuno, le mostré a mi madre la tarjeta del dermatólogo y
le dije que quería tratarme. Se puso muy contenta y me confesó que no me había dicho
nada porque prefería que partiera de mí la iniciativa.
Esperanzado, acudí a la semana siguiente a la consulta del dermatólogo. Inicié
mi tratamiento con isotretinoina. Me dijeron que me hidratara la piel con un gel de
ácido glicólico, que no tomase el sol y que tuviese una alimentación variada y normal.
Lo cierto es que mi dieta no era anormal. Tenía buenas pautas porque hacía ejercicio y
debía mantener un peso estable. Mejoré en el período que duró el tratamiento y
después mi piel siguió recuperando un aspecto cada vez más sano.
Actualmente, sólo realizo un peeling glicólico una vez al mes, y ya hace más de
5 años que no recuerdo lo que es el acné.
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ASPECTOS DE LA ALIMENTACIÓN LIGADOS AL ACNÉ
NUTRIENTES Y ACNÉ
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caso de que las necesitase. Pero con los ácidos grasos esenciales no sucede lo mismo.
Nuestro organismo sólo puede metabolizarlos, pero no fabricarlos. De estos ácidos
grasos existen 2 familias, los Omega 3, que se encuentran especialmente en los aceites
de pescado y la serie Omega 6, de interés especial en el acné, que se encuentra en
cantidades de interés en la borraja, , prímula, girasol...
Estas grasas líquidas a temperatura ambiente son especialmente importantes
entre otras funciones, para la salud de todas las membranas celulares o la formación de
prostanglandinas, unas sustancias de vida muy corta, que ayudan a determinadas
hormonas a cumplir misiones en nuestro organismo. La Organización Mundial de la
Salud señala que nuestros requerimientos diarios representan el 3% del valor calórico
total de la dieta. Respecto a ácido linoleico, debemos aportar como mínimo unos 5
gramos diarios, pero la cantidad diaria recomendada es de 15 a 25 gramos por día, sin
sobrepasar el 12% del total energético.
En los omega 6,la serie que tiene un especial interés para el tratamiento
complementaio del acné, el más importante es el ácido linoleico, conocido como “el
ácido graso esencial por excelencia” debido a la gran versatilidad que tiene para dar
paso a la formación de sustancias biológicas a través de las transformaciones que es
capaz de sufrir.
En dermatología aplicada al acné, los AGE se utilizan para mejorar la función
barrera de la piel, así mismo, para que los procesos de queratinización sean normales y
no se obstruyan los poros por exceso de queratinocitos, facilitando la fluidez del sebo.
También se ha observado un déficit de ácido linoleico en el conducto de la
glándula seborréica, así como un mayor tamaño de la misma, lo cual favorece tanto el
taponamiento como la mayor producción de sebo. El caso de Victoria era el de una
muchacha que no terminaba de mejorar porque no coincidía tratamiento con
suplementación de estos valiosos aceites. Atopía en la infancia, sequedad en las
conjuntivas, piel grasa pero deshidratada... suponen indicios importantes de necesidad
de un aporte suplementario, pero en los años en que manifestó su problema, este tema
era de primera novedad.
De muy especial importancia es el ácido gammalinolénico, que otras fuentes de
omega 6, no contienen. Este singular ácido graso es dificil de aportar al no estar
presente en nuestras fuentes alimentarias habituales.Se encuentra en la leche materna y
en los aceites de prímula y borraja. El ácido gammalinolénico es óptimo para tratar este
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problema porque ahorran pasos metabólicos bloqueados por diferentes situaciones
nutricionales y orgánicas.
Linoleico Gammalinolénico (GLA)
Aceite de Prímula 73% 9%
Aceite de Borraja 42% 21%
Aceite de Girasol 62% no contiene
Aceite de soja 50% no contiene
Utilizados en una fórmula que los mezcle, se consigue un efecto potenciado por
la complementariedad de sus cantidades en ácidos grasos esenciales.
Los AGE, hay que tratarlos con delicadeza. Su metabolismo se desarrolla
principalmente en el hígado, dependiendo de una enzima conocida como D-6
Desaturasa. El estrés, los ácidos grasos trans (ver apartado correspondiente), el
alcohol... son elementos capaces de impedir que esta enzima funcione correctamente.
Esto supone un problema para que el ácido linoleico se llegase a transformar en
gammalinolénico, porque las situaciones mencionadas suponen un bloqueo de estos
pasos metabólicos.
En un buen número de dermatosis se encuentran alteraciones en al aporte o
metabolismo de los AGE. En cuanto al acné, no todos los pacientes presentan el
problema por déficit de estos aceites. Más adelante le aportamos un breve cuadro para
ayudarle a discernir la cantidad y calidad de su aporte diario de estas valiosas
sustancias.
Podemos tener muy claro, que según sea nuestra dieta, tenderemos a realizar
aportes de ácidos grasos que bandeen a nuestro favor o en nuestra contra, lo cual
repercutirá en el estado de salud de cuestiones tan diversas como de nuestras
membranas celulares, de las prostanglandinas o del metabolismo del colesterol, por
ejemplo.
Respecto a los ácidos grasos omega 6,como grasas de especial interés para el
tema que nos ocupa, buenas fuentes de estos son el aceite de prímula y el de borraja,
conteniendo además, cantidades terapéuticamente significativas de ácido
gammalinolénico (GLA), de gran interés porque existen muy pocas fuentes del mismo
en la naturaleza, y menos en nuestras dietas habituales. Este ácido graso tan peculiar
aparece en un porcentaje del 9% para el aceite de prímula u onagra y el 21%
aproximadamente para el de borraja.
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En cuanto a su aplicación para el tratamiento del acné, el ácido linoleico está
implicado en la capacidad de fluidificación del sebo. Recientes investigaciones le
atribuyen capacidad anticomedogénica aplicado tópicamente. Mediante unos pasos
conocidos como elongación y desaturación que se llevan a cabo en el hígado, se
transforma en ácido gammalinolénico, pero existen numerosas dificultades para que
esto termine siendo así. Cuando aportamos ácido gammalinolénico directamente a
través del consumo de aceite de prímula y/o borraja, nos garantizamos que aunque para
la vía de transformación del ácido linoleico existan trabas, nuestro cuerpo disponga de
suficiente cantidad de AGL para las diferentes funciones que cumple en nuestro
organismo.
Convendría pues, que Vd. analice si puede tener un perfil de necesidad
aumentada de AGE, si además de acné:
Otros:
Padece estrés
Toma alcohol habitualmente
Su dieta es descuidada, no suele tener hábitos estables de alimentación que
garanticen el aporte de AGE y micronutrientes relacionados con su
aprovechamiento
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. Una comida muy copiosa en fibra alimentaria insoluble puede disminuir el
nivel de aprovechamiento de estos AGE porque pueden quedar atrapados en las paredes
de la celulosa de la fibra alimentaria, siendo en parte excretados con las heces.
Si Vd. se suplementa con cápsulas de aceite de prímula o borraja- lo que supone
una de las únicas formas de poder consumir el mencionado ácido gammalinolénico- es
mejor tomarlas antes de las comidas, para asegurarse que no habrá competencia con
otros alimentos en la absorción a nivel intestinal. Tomarlas diez minutos antes es
suficiente
Es necesario que la dieta nos aporte estos AGE de forma biodisponible. Este
término viene a subrayar la importancia de que estas grasas no sólo estén en cantidad
adecuada, sino que también se presenten en buen estado para su utilización, y
acompañadas de otras sustancias que permitan su mejor absorción y aprovechamiento.
¡Son bastantes cosas las que hemos de tener en cuenta!. Llevar esto a la práctica
consistiría en utilizar los aceites vegetales a ser posible crudos, prensados en frío, no
recalentar el aceite de freir porque desestabiliza los AGE, destruyéndolos en parte,
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cuidar de que los productos que los contienen no enrancien. Respecto al resto de la
dieta, que sea variada y aporte una buena variedad de grupos alimentarios, como vimos
en apartados anteriores.
¿Como mimar los AGE de nuestra dieta?. Si sigue estas pautas, tomará los
ácidos grasos de su dieta frescos y no degradados:
- Cuide que los aceites de cocción no enrancien. Para ello vigile las fechas de
caducidad y no los reutilice más de tres veces en la fritura.
- Cuando cocine, no lo haga a fuego fuerte (por encima de 180º) e impida que
humee su sartén.
- Conserve los alimentos –tanto crudos como los sobrantes- bien refrigerados.
Aquellos que no vaya a consumir en un período de 2-3 días, congélelos.
- Los aceites de primera prensada son mejores para utilizar en crudo. Ganará en
sabor y en aporte de AG.
- Si consume aceite de borraja y de prímula, tómelos antes de las comidas para
asimilarlos mejor. Consérvelos alejados del calor.
- Las carnes rojas y lácteos, son fuente de ácido araquidónico, precursor de las
PG2. Como este ácido graso es “omnipresente”, es mejor no consumir en exceso
estos productos, o bien elegir los más bajos en grasa.
- Evite las grasas –trans, y las saturadas, que son bloqueantes de la producción de
PG1 “las deseables”.
Zinc y acné
¿Por qué en los países desarrollados tenemos déficit de zinc? Básicamente por
haber preferido los alimentos que provienen de cereales refinados: el pan, la pasta, el
arroz... todo se descascarilla, pule y refina. Con ello eliminamos el zinc y otros
microelementos.
Los adolescentes representan un segmento de la población con perfil de riesgo
en deficiencia de zinc, esto es debido a que en esta etapa de la vida sus necesidades
nutritivas están aumentadas, pero sus hábitos no siempre proporcionan buenos aportes
de determinados micronutrientes.
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Estudios bien documentados muestran que los jóvenes con acné severo, tenían
un nivel de zinc más bajo que los pacientes control, pero no aquellos que tenían un acné
leve.
Entre otras aportaciones al tratamiento del acné, este elemento optimiza los
procesos de cicatrización. Para mejorar la cicatrización, la dosis terapéutica es de 40-50
mg/día. Además se ha observado en determinados estudios que el zinc mejora la
resistencia al tratamiento de la piel con eritromicina, un antibiótico comúnmente usado
tanto sobre la piel como oralmente en estos pacientes.
No conviene rebasar, en caso de tratamiento del acné, esta dosis porque el
exceso de zinc disminuye la absorción de otros elementos necesarios para la correcta
función orgánica como son el cobre, hierro, fósforo o azufre.
Actúa mejor asociado a B6 y otras vitaminas del grupo B en general, selenio y
ácidos grasos poliinsaturados. Esto se conoce como coactivación (elemento traza-
vitamina).
No todos los hábitos alimentarios favorecen el aporte y utilización de este
mineral. En las dietas altas en fibra insoluble –como el salvado de trigo que hoy
presentan en gran concentración muchos cereales de desayuno- aumentamos la
excreción de cinc. Esto es debido a los fitatos, unas sustancias que forman parte de la
fibra del salvado, se fijan al zinc y forman un compuesto insoluble que nuestro intestino
es incapaz de absorber por su tamaño y características químicas. Esto significa que una
dieta muy alta en este tipo de fibra no es aconsejable par mejorar la absorción de zinc.
También quiere decir que si usted elige este contexto alimentario para tomar su
suplemento de zinc con otros minerales y vitaminas en general los absorberá peor,
reduciendo de ese modo el efecto terapéutico que se busca en la suplementación. Esto
en cuanto a los productos de desayuno a base de salvado de trigo, en un porcentaje del
30-40% o incluso más. No podemos decir lo mismo en cuanto a los cereales integrales,
con la cantidad de salvado que suele acompañarles, porque estos, además son fuente de
zinc, y la cantidad de fibra no es tan significativa.
Las proteínas alimentarias aumentan su absorción, especialmente las que
contienen aminoácidos azufrados como puedan ser la carne, huevo o quesos curados.
Aquí encontramos buenos aliados para promover su absorción.
En cuanto al alcohol, en general disminuye la absorción de zinc, aumentando su
excreción a través de la orina. El vino tinto mejora su absorción.
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Con relación a los ácidos grasos, el ácido linoleico y linolénico (maíz, soja,
prímula, borraja) mejoran la absorción de este mineral.
Pero la relación del zinc con la salud de nuestra piel sigue descendiendo a
niveles cada vez más íntimos, pues al formar parte de hormonas sexuales necesitamos
que nuestro sistema endocrino reciba también su dosis, de otro modo, nuestro equilibrio
hormonal se vería comprometido.
En cuestión a un mejor equilibrio hormonal del paciente con acné, si tenemos en
cuenta que para poder formar prostanglandinas, los AG poliinsaturados, precisan que
determinadas enzimas lleven a cabo unos pasos (conocidos como elongación y
desaturación) y entre otras necesidades de minerales, como cobre y hierro, dependen del
zinc. Si no aportamos suficiente zinc, las enzimas que dan estos pasos funcionaran mal.
Por último, las pacientes que reciben tratamiento con anovulatorios también precisan
suplementación de este mineral.
VITAMINA A Y ACNÉ
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El gran número de miembros en la agrupación de los retinoles resulta de la gran
variedad de configuraciones posibles con las que se pueden crear iguales formas con
distinta distribución en el espacio.
El organismo humano satisface sus necesidades diarias con 5000 u.i. o lo que es
igual, 1,5 mg. Es absorbida en el intestino y viaja a través de la sangre por una
lipoproteína transportadora especifica (RBP), almacenándose en el hígado en forma de
esteres retinoles. Por eso, el hígado, en general, de cualquier animal, es fuente de esta
vitamina, también la yema huevo. En el reino vegetal, se nos suministra a través de los
carotenos, formas que se acaban de activar en nuestro organismo según sus necesidades.
Fuentes vegetales son las zanahorias, tomates, kakis, acelgas, berros, col rizada,
hinojo... Tiene importantes funciones para nuestro cuerpo, como pueda ser epitelizante,
posibilitar la visión nocturna, regenerar tejidos blandos (pulmón, riñón...).
En acné severo, existe una disminución de la vitamina A en las lesiones
acneicas, pero no siempre en el nivel circulante en sangre. Esta paradoja se debe a
distintos motivos, como el exceso de queratinocitos, o de sebo, impiden una correcta
relación de intercambio metabólico en la glándula sebácea, lo que contribuye a agravar
la lesión y termina siendo un círculo vicioso. A nivel nutricional, no son frecuentes las
carencias de esta vitamina; pero estados de mala absorción, dietas deficientes o
alteraciones hepáticas pueden influir en el proceso de absorción y metabolización de
esta vitamina. Llegado ese punto, es cuando habría que vigilar que los aportes dietéticos
sean aprovechados corrigiendo primero las disfunciones que puedan existir. Si tiene
diarrea de forma recurrente –no nos referimos a un episodio corto, como pueda ser una
intoxicación alimentaria, sino a etapas que se prolongan- o bien padece de alguna
enfermedad hepática, además de tener acné, su médico puede realizar unas pruebas
serológicas para valorar si existe o no deficiencia. Pero repetimos que esto es
extremadamente raro, y que un déficit local de esta vitamina, manifestado en el poro, no
se corrige aumentando por encima de los requerimientos diarios, la cantidad en suero de
la misma, sino tratando el problema en conjunto.
Antibióticos
Ciertos antibióticos causan verdaderos estragos en la flora intestinal,
comportándose como antinutrientes. Trataremos más extensamente este tema en el
apartado de fármacos y acné.
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CHOCOLATE Y ACNÉ
Hemos abordado este producto de forma más especial debido al gran interés que
suscita en buena parte de la población. El chocolate supone todo un símbolo como
alimento, acompaña tanto fiestas sociales como soledades, haciendo demasiadas veces
compañía a nuestras frustraciones.
Según las investigaciones, el consumo general de chocolate no afecta a la
composición del sebo. Tampoco al nº de comedones. Pero no existe una unanimidad de
opinión, y también es cierto que existen pocas investigaciones sobre la prevalencia del
acné en la población y el tipo de dieta. De momento ante la falta de conclusiones, vence
el dogma, de modo que algunos clínicos lo prohiben sin remisión, mientras que otros no
establecen ningún tipo de control sobre su consumo. Para adentrarnos en esta cuestión,
hemos de tener en cuenta que alguno de estos estudios partía del presupuesto de que la
glándula sebácea tiene un alto grado de autonomía, lo cual, en parte sería cierto. Se
perseguía observar una variación en la composición del sebo, aumento de la secreción
sebácea y empeoramiento de los comedones. Tal vez, se estaba buscando un efecto
directo del chocolate sobre la glándula sebácea como principio y fin de todo el
problema, lo cual no es descabellado, porque en parte sí tiene un alto grado de
autonomía, pero también es cierto que muchos de estos estudios ni mencionan los AGE,
ni el posible bloqueo de las vías metabólicas necesarias para utilizarlos, entre otras
cosas, porque los AGE aunque se reconocieron por primera vez en 1929 por los estudios
de G. y M. Burr, demostrando los estragos que padecía la piel de las ratas con carencias
en AGE se empiezan a utilizar en los 80, (cuando empezaron a aparecer productos
envasados con ácidos grasos esenciales) y algunos de estos estudios son anteriores.
Además, no todo el mundo que tiene acné es por déficit de AGE.
Posteriormente, se vio que las grasas saturadas y el exceso de azucares simples
tomadas en el contexto de una dieta mal balanceada, dificultaban la absorción de esos
ácidos grasos esenciales. El estudio de Hoehn, se basó, hace más de tres décadas, en
comparar el tipo de grasas dietéticas consumidas por diferentes poblaciones y la
incidencia de acné. En general, evitando las grasas animales y saturadas, de forma
inesperada se obtenían grandes mejoras en el acné. Es cierto que también debemos tener
en cuenta que en países con dieta mediterránea, personas con hábitos dietéticos
correctos igualmente padecen acné, lo cual aumenta la dificultad para discernir lo
adecuado, porque extrapolar resultados de estudios epidemiológicos a situaciones
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clínicas muy concretas es prácticamente inútil. Por tanto, cuestionar para detectar es
mejor que caer en vaguedades dietéticas que sólo nos alejarían del punto clave de
nuestro tratamiento. Por eso no se pueden hacer recomendaciones generales y
probablemente nunca existirá una guía de la alimentación para el acné. Pero tal vez
realizando análisis más exhaustivos sobre el perfil nutricional que cada paciente
presenta podemos llegar a mejores soluciones. Nos enfrentamos a la paradoja de porqué
unos comen lo que quieren y con un tratamiento farmacológico mejoran, y otros,
teniendo cuidado dietético no acaban de responder al tratamiento farmacológico.
Para las personas con tendencia a que el chocolate agrave su lesión, podemos
decir que este alimento cumple los argumentos de competencia por los ácidos grasos
esenciales. Tiene mucho azúcar sencillo y mucha grasa saturada, cuando no “trans”. Por
lógica, afectará más a los individuos con tendencia a tener necesidades incrementadas
de ácidos grasos esenciales.
Pero veamos ejemplos de comportamientos típicamente adolescentes:
Tomo chocolate y luego no ceno.
Meriendo estos dos pasteles que me gustan tanto y para cenar tomaré un
vaso de leche y sí acaso, dos madalenas, (¡qué manía de desayunar dos veces!).
Y así vemos un sinfín de casos, quien dice madalenas dice “un bocadillito y ya
esta”.
También encontramos el extremo;
“Me han dicho que el chocolate es malísimo, ya no tomo nada”, pero de repente,
sin reflexión dietética alguna que conduzca a entender lo que es una buena dieta y como
hay que variarla. Ahora, este joven no toma chocolate, pero descubre una pasión inusual
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y se casa con las patatas fritas, el tocinillo de cielo o cualquier otro "destarifo" dietético.
Y por cierto, si los adolescentes caen en estas situaciones, no perdamos de vista la
amplia variedad de comportamientos alimentarios que los adultos podemos llevar a
cabo, desequilibrados desde otros matices y además con estrés añadido.
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TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO E IMPLICACIONES
DIETÉTICAS
Como hemos visto, el acné es una alteración inflamatoria, crónica, del folículo
pilosebáceo que comprende un amplio espectro de entidades clínicas muy frecuentes en
el hombre. Es sin duda el proceso más frecuente en la adolescencia, pero también en
otras etapas de la vida adulta, tanto es así que en sus formas más leves es rara la
persona que no lo padece.
Entre los factores hormonales parece ser que son las hormonas sexuales las que
influyen en la formación del acné, y aunque los estudios sobre las tasas sanguíneas de
testosterona circulante no han mostrado diferencias entre sujetos normales y con acné,
sin embargo en las glándulas sebáceas sí se ha demostrado influencia de la testosterona.
Debido a la variedad de las causas que lo provocan, los tratamientos que se aplican para
su curación parten de diferentes enfoques. En este apartado vamos a analizar los
distintos tratamientos farmacológicos asociados al acné.
La consideración de que las dietas por sí solas, lo único que consiguen es alterar el
aporte total de calorías, y a la postre ello no altera la producción de sebo. Esto es dejar
de lado las implicaciones metabólicas de los nutrientes que contienen las dietas y su
capacidad para interferir sobre la biodisponibilidad de los fármacos. Las personas
sentimos que el hecho alimentario es algo muy íntimo, de forma que a veces resolvemos
hacer cosas “por nuestra cuenta” como la creciente costumbre de tomar suplementos
vitamínicos y minerales. Tanto si vamos a estar en tratamiento como si ya lo estamos
pueden surgirnos diferentes preguntas sobre el tema, como puedan ser: ¿Puedo tomar
cualquier suplemento vitamínico en un tratamiento con isotretinoina, en caso de
anovulatorios asociados al tratamiento con este ácido, ¿aumentan mis necesidades de
nutrientes? ¿Cómo tomar un antibiótico para no bloquear su efecto?
Según el tratamiento farmacológico que usted esté recibiendo, puede tener en
consideración una serie de factores dietéticos que supondrán una ventaja añadida a la
mejoría de su enfermedad. Existen muchos tipos de fármacos diferentes que se utilizan
en el tratamiento del acné, tanto a nivel tópico (sobre la piel) como a nivel oral.
Centraremos nuestra atención solamente en aquellos que tienen implicación sobre el
estado nutricional, por interacciones específicas del fármaco en cuestión con
determinados nutrientes. Nuestro interés es optimizar el bienestar de quien recibe
tratamiento, verdaderamente, los resultados finales incluso pueden ser mejores en
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aquellos pacientes que no incurren en interacciones farmacológicas, porque generamos
una mejor utilización del fármaco o bien impedimos interferencias con otras sustancias
necesarias para nuestro organismo.
Isotretinoina:
Es conocida como vitamina A ácida. Según toma en su forma química una u otra
configuración, el dermatólogo la utiliza para curar o aliviar una determinada
patología. En el caso de acné, se suele utilizar la vitamina A ácida, en su forma
química “trans”, que es más estable, o lo que es más conocido como
isotretinoina. Esta sustancia se utiliza tanto por vía tópica (sobre la piel) como
por vía oral. Es un tratamiento que provoca fotosensibilidad, por lo que conviene
tomar ciertas medidas, como no exponerse al sol y utilizar fotoprotectores.
La vitamina A y su forma más activa para el acné, isotretinoina, necesita
un transportador sanguíneo que la vehiculice dentro del torrente sanguíneo. Este
transportador es una lipoproteina denominada RBP (retinol binding protein).
Esto se menciona por una cuestión interesante. En los pacientes afectos de acné
en sus formas más graves, cuando se realizaron pruebas serológicas de los
niveles de vitamina A, no siempre se presentaban bajos. Sin embargo, sí se
apreciaba que la RBP, era ligeramente inferior que en los rangos de los pacientes
control y viajaba más lentamente en el torrente sanguíneo, por ello no llegaba
suficiente cantidad de vit. A, a los tejidos, concretamente, al folículo
pilosebáceo, dónde sí había déficit de la vitamina. La isotretinoina tiene la
ventaja de fijarse mejor a las paredes del folículo, dónde además ejerce un efecto
positivo sobre los ácidos grasos: permite que el ácido linoleico (Ω -6) se fije
mejor, recordemos que este ácido graso tiene propiedades anticomedogénicas y
posibilita el correcto tránsito del sebo al exterior, evitando el taponamiento de la
piel.
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Su dermatólogo es la persona adecuada para darle este tratamiento si así
lo sugiere su tipo de piel.
En cuanto a la isotretinoina, es muy importante, tanto si Vd. recibe
tratamiento como si lo va a recibir que tenga en consideración respecto a su
dieta que:
Como es un derivado de una vitamina liposoluble, su absorción mejora
en presencia de grasas, pero lo haremos a expensas de grasas buenas en
pequeñas cantidades. Puede acompañarlo, por ejemplo, de un vaso de leche
entera. O en un desayuno en el que se incluya pan con aceite, mantequilla... en
pequeñas cantidades es suficiente (20 g). Podríamos acompañar la
suplementación de ácidos grasos esenciales con aceite de prímula y borraja con
este medicamento para obtener mejores resultados. Recordemos que la
isotretinoina mejora la fijación de ácido linoleico en la glándula sebácea, y aquí
tenemos dos buenas fuentes, con unos aportes promedio del 73% para el aceite
de prímula y 42% para el de borraja.
Si administramos vit. E. mejoramos los efectos secundarios, la dosis se ajusta
según respuesta de cada paciente, partiendo, por ejemplo, de 200mg al día.
Si la alteración de los valores lipídicos fuese superior a 200 mg/100 ml. De
triglicéridos. O 240 mg/100 ml de colesterol en pacientes predispuestos por
antecedentes familiares se aconseja dieta específica para reducir estos niveles, pero
podemos seguir aportando “grasas buenas” para mejorar la absorción de isotretinoina
acompañando la toma con 2 cápsulas de aceite de prímula o borraja.
Recidivas:
Si después de realizar el tratamiento con isotretinoina Vd. tiene o tuvo una
recaída, tenga en cuenta que pueden aparecer en el primer año de después del
tratamiento, especialmente en pacientes que no alcanzaron una dosis acumulativa
suficiente (± 120 mg./kg.).
- Desde el p.d.v. dietético, analizar si estamos creando una buena sinergia de
nutrientes cuando se ingiere ISOTRETINOINA, para crear buena
biodisponibilidad del fármaco. Acompañándolo con aceite de prímula o
borraja desde el principio, la recaída será más difícil, y a igual dosis
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conseguiremos mejor respuesta en la reducción del tamaño de las glándulas
sebáceas.
- No es compatible con dietas hipograsas y con dietas vegetarianas se absorbe
peor.
- Cuando Vd. se esté tratando con este medicamento, no es el momento
adecuado para hacer “la dieta del pomelo” ni cualquier otro tipo de dieta
desequilibrada. Verdaderamente no deberían hacerse nunca, pero menos
cuando estamos tomando una medicación que necesita cantidades
determinadas de ciertos nutrientes para absorberse mejor ¡nos arriesgamos a
tener que repetir el tratamiento! Las dietas vegetarianas estrictas, sin lácteos
ni pescado o huevo, por su bajo nivel en proteínas de alta calidad biológica
tampoco son recomendables.
-
- Contraindicaciones:
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intestinal. Conviene acompañarlos con cepas de levaduras resistentes a la antibioterapia
para evitar alteraciones de la flora bacteriana. Asimismo, continuar cuidando la flora
bacteriana una vez haya pasado el tratamiento tomando regularmente yogur, kefir o
probióticos. Tengamos en cuenta que muchos antibióticos tienen la capacidad de
destruir las bacterias que contienen Podríamos utilizar otros probióticos, como la
oligofructosa (que algunas marcas de leche añaden), para reforzar nuestras bacterias
intestinales. Los yogures y no nos confiemos a que sólo con ellos podemos
garantizarnos una correcta salud de la flora intestinal.
Los anticonceptivos se suman a la isotretinoina en el caso de mujeres. Conviene
prevenir las interacciones con vitaminas del grupo B, para evitar carencias en mujeres
adolescentes con necesidades incrementadas. También interfieren con la absorción de
magnesio, hierro, zinc, cobre, vitaminas B2, y B6, folato, B12, C, A y D., por tanto, es
muy recomendable en este caso suplemento vitamínico y mineral, que no contenga
vitamina A.
Recomendaciones dietéticas
En caso de Isotretinoina:
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- Acompañar con leche la toma del medicamento. Generalmente por la
mañana con el desayuno. Es ideal sumar dos cápsulas de aceite de prímula u
onagra, posteriormente, otras dos antes de comer y otras dos antes de cenar.
- Evitar suplementos vitamínicos que contengan vitamina A.
- Dosificar la vitamina E. para evitar la exacerbación de los efectos
secundarios, comenzando, p. ej. Con 200 mg y ajustando la dosis según se
observe la evolución.
- Recordemos que no existe implicación de los otros grupos de vitaminas.
En caso de antibioterapia
- En caso de anovulatorios
Generalmente es rutinario sumar al tratamiento con isotretinoina los
anticonceptivos, como hemos visto. Reducen la absorción de vitaminas y minerales. Por
lo tanto suplementar pero sin vitamina A.
OTROS:
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YODO Y ACNÉ
Cuando usted vea en las etiquetas de los medicamentos este componente, evite
ese jarabe.
Tenemos que tener en cuenta tanto aquello que debemos hacer como lo que no.
Verdaderamente este es un punto a no pasar por alto para que el tratamiento en general
sea un éxito. Bajo este contexto, una dieta sana, con la máxima cantidad de alimentos
frescos y preparados al día, cobra un interés renovado. Un pequeño esfuerzo vale la
pena.
Recomendaciones finales
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Evitar:
- Las dietas bajas en Zinc pueden empeorar o activar el acné, especialmente
las reacciones de tipo pustular. Existen casos de buenos resultados en acné
pustular después de suplementar con zinc oral. Su dieta es baja en zinc si no
consume con cierta regularidad productos del mar, cereales, carne, hígado,
levadura de cerveza, setas...
*Atención tenga en cuenta que cuando está siendo tratado con isotretinoina no
suplementamos nunca esta vitamina.
Dentro de este contexto, Vd. puede suplementar los nutrientes recomendados según el
tipo de tratamiento que esté recibiendo y las condiciones de absorción y
aprovechamiento que hemos mencionado para cada fármaco. En caso de aceite de
prímula y onagra, tenga en cuenta que es mejor tomarlos antes de las comidas, pero si
siente nauseas o le laxan en exceso, comience tomándolos mezclados con los alimentos
hasta que su intestino se acostumbre.
- Tome cada día 2 raciones de fruta (150 g. ración).
- Tome cada día 1 plato de verduras crudas.
- Tome cada día 1 plato de verduras cocinadas.
- Beba cada día 2 vasos de leche, o en su defecto, la misma cantidad de yogur, o 2
yogures y 50 g. de queso.
- Tome cereales integrales a diario: pan, arroz, avena, pastas.
- Tome legumbres 2-3 veces a la semana.
- Consuma carne 2-3 veces a la semana.
- Puede comer, si no tiene problemas de colesterol 4-6 huevos a la semana.
- Tome pescado en días alternos.
- Sustituya los aperitivos industriales por zumos y batidos de frutas/yogur, verduras
(gazpacho), que le aportan fibra soluble, vitaminas y minerales (y no le “roban”
nada).
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- Si sale, opte por bebidas no carbonatadas: zumo de tomate, granizados de limón,
naranja, alguna bebida a base de extractos de zumos. Son una mejor elección.
-
RECOMENDACIONES FINALES
El acné es una enfermedad que tiene un tratamiento muy eficaz. La gran mayoría
de los acnés mejoran sólo con algunas medidas higiénicas y tratamientos locales. Los
acnés más graves, aquellos con gran tendencia a la inflamación o a formar cicatrices y
aquellos que producen gran impacto psicológico en el paciente son tratados con
medicamentos orales diversos.
También es aconsejable lavar el cabello con frecuencia. Cuanto más graso sea el
cabello, más frecuentes deben ser los lavados. El pelo debe mantenerse alejado de la
frente, es decir, no es aconsejable el flequillo, ya que puede contribuir al taponamiento
de los poros. Tampoco se deben usar aceites ni acondicionadores para el pelo. Si tiene
caspa deberá advertirlo a su dermatólogo. Se pueden aplicar cosméticos en la cara, pero
han de ser recomendados por el dermatólogo, y/o farmacéutico, que no contribuyan a
engrasar más la piel y a facilitar la formación de comedones.
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lo más suave posible para no “tallar” los granos, y la cuchilla debe ser lo más afilada
posible.
Los preparados tópicos recetados por el médico se han de aplicar con constancia,
unos por la mañana, otros por la noche. Un producto muy eficaz es la tretinoina tópica
por su acción expulsante de los comedones existentes en el folículo, ya que promueve la
descamación (efecto queratolítico). Estas cremas producen con frecuencia sequedad,
enrojecimiento y ligera descamación de la piel. Su aplicación debe ser nocturna, ya que
la tretinoina produce fotosensibilidad de la piel. Los productos con ácido glicólico son
también muy útiles tanto en la fase de tratamiento, como también en la fase de
mantenimiento. El ácido glicólico elimina la obstrucción del sebo en los poros, previene
la reobstrucción de los mismos, hidrata la piel y ejerce un suave efecto peeling. Además
el ácido glicólico tiene un efecto sinérgico con la tretinoina, acentuando su acción y
penetración.
Peelings.
¿Qué es Glicopeel?
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