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La catedral de Santa María del Fiore se empezó a construir en el año 1296, por

Arnolfo di Cambio y hacia el año 1380 se concretaron sus tres naves arcadas y
cubiertas, con planta en forma de cruz latina. Hacia el 1300, se le adosan
capillas octogonales alrededor del crucero de 42 metros de vano. Un tiempo
después, surge la necesidad de expandir y remodelar la catedral
proponiéndose la construcción de una cúpula que remate el crucero, como un
manifiesto de estirar los límites del hombre impulsado por el renovado espíritu
antropocéntrico renacentista.

Hacia 1420, el arquitecto Filippo Brunelleschi, tras años de estudio, resuelve un


nuevo sistema constructivo, inspirado en la arquitectura de la Antigua Roma,
buscando un paralelismo con la cúpula del panteón romano.

Sus dimensiones son semejantes en cuanto a largo, ancho y alto de la cúpula,


con excepción de la altura del resto de las naves (153 metros de largo, 130
metros de ancho (de un lado a otro del transepto) y 107 metros de alto desde
la base hasta la cima de la cúpula, mientras que la altura de los arcos en los
pasillos es de 23 metros).

Debido a complicaciones en cuanto a los materiales necesarios para construir


la cimbra que sostenga la cúpula se recurrieron a métodos góticos para
resolver los aspectos técnicos: , propuso la superposición de dos bóvedas
esquifradas. Por dentro, se encuentra una bóveda octogonal de auto
sustentación nervada, conocida como bóveda de rincón de clausura
medieval, de perfil apuntado, con ocho nervios de piedra de 4 mts. de espesor
que empiezan en las esquinas hasta la cúspide, y éstos a su vez poseen dos
nervios secundarios intercalados. Sobre todos estos nervios apoyan las dos
cúpulas concéntricas de ladrillo, en donde la distancia entra ambas es siempre
constante. Al interior se lo cubrió con mármoles y se abrieron unas ventanas
circulares en cada uno de sus tramos. Y al exteriores la cubrió de tejas rojas .
Si bien la técnica responde a soluciones medievales, se la considera como la
primera obra del Renacimiento italiano por la audacia de su tamaño y escala
romana.

Las estatuas que se pueden apreciar en las fachadas tienen una connotación
simbólica, aludiendo a los apóstoles. De manera análoga, se tornan repetitivas
las figuras circulares en los vanos como simbolización del ser supremo.

Tratándose de una obra que intenta incorporar los principios del clasicismo, es
evidente la utilización de unidades moduladas y relaciones de proporción.

La incorporación de la cúpula a la catedral preexistente le otorgó distinción y


jerarquía en el espacio urbano circundante, convirtiéndose en una referencia
visual para toda la ciudad de Florencia, constituyéndose en un símbolo y
orgullo de la ciudad, y modelo de las cúpulas que le sucedieron.

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