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ELEMENTOS PARA UNA BUENA FACILITACIÓN

El estar frente a un grupo de personas es siempre un reto para el facilitador. Se pone en


juego no solamente el conocimiento del tema y la experiencia; sino la personalidad de quien
dirige la capacitación. De la actitud amigable, segura y serena dependerán en gran medida la
receptividad de los participantes y la generación de un ambiente agradable para el aprendizaje.

Es importante, recordar que trabajamos con adultos que tienen conocimientos (directos o
indirectos del tema a tratar) y, lo más importante es que poseen experiencia de vida; por tanto,
esperan que lo que van a prender les sea útil y enriquezca lo que ya conocen.

Veamos algunas consideraciones acerca del adulto que nos ayudarán en el desempeño de la
facilitación.

• Desea saber el objetivo y los beneficios que puede recibir de aquello que
aprenderá:¿Qué aprenderé? ¡Para qué aprenderé?

• Busca aprender temas prácticos, aterrizados y relacionados con su trabajo. El


intercambio de experiencias y conocimientos "casuística" (por ejemplo), lo ayudan a
constrastar lo vivido con lo que se viene exponiendo y lo inducen a la búsqueda de
soluciones revalorando sus conocimientos y fortaleciendo su autoestima.

• Capta más fácilmente, cuando se recurre a esquemas o formas breves que


resuman el tema. Son muy importantes las conclusiones y la síntesis, El "cerrar" el
tema con aplicaciones prácticas y subrayando las ideas fuerza da seguridad en el
aprendizaje adquirido.

• Desea que los temas sigan un discurso ordenado y lógico, estar siempre ubicado
en el contexto del tema. El uso de ejemplos y situaciones que ubiquen lo que se está
explicando, ir de lo simple a lo complejo dando referentes claros y conocidos, se vuelve
una estrategia para captar su atención que lo lleve a relacionar sus propios
conocimientos con los nuevos, de ahí se derivan las preguntas, las dudas y en la
solución de las mismas logra internalizar los nuevos saberes.

• Quiere encontrar en el facilitador a una persona válida, segura y de trato, con la


que se pueda dialogar. Dominar el tema en cuestión es un aspecto muy sensible para
los participantes y tan importante cómo esa condición es el aplomocon el que el
facilitador dirige la capacitación que permita que el adulto se exprese y no se convierta
en un "mero oyente". Recuerda que: "el adulto desea dar a conocer su punto de vista y
ser escuchado".
HABILIDADES COMUNICATIVAS: MANEJO CORPORAL, VERBAL Y TONO DE VOZ

Hemos revisado algunas consideraciones importantes de nuestro grupo objetivo. Podemos


tener la disposición para cumplirlas, además de tener un buen manejo de los temas y por
último haber preparado con anticipación el taller y, sin embargo a medida que transcurren las
horas notamos que la atención va declinando, comienza un murmullo, las miradas se desvían
y, comenzamos a inquietarnos porque no llegamos a nuestro público objetivo... ¿Te ha
ocurrido alguna vez? ¿Cómo te has sentido?.

Revisa los siguientes ejemplos y escribe en las columnas referidas a: manejo corporal, verbal
y tono de voz la actitud que debería de adoptar el facilitador.

Manejo de voz
Manejo Manejo
Ejemplos (pronunciación,
corporal verbal
tono, ritmo)

El facilitador les da la bienvenida, toma el


micrófono pero no se le escucha con
claridad. Permanece en su sitio y se le
nota algo nervioso.

Luego de haber dado indicaciones, el


facilitador recorre los grupos, pensando
que ya están trabajando y de pronto te
preguntan: ¿Qué es lo que tenemos que
hacer?

La discusión en el plenario está muy


acalorada, el facilitador intenta calmar a
los participantes y repite constantemente:
“por favor, silencio” “a ver un momentito Y
no logra que le presten atención.

Tienes 200, 220 participantes y debes


organizar 15 grupos de trabajo comienzas
a dar las indicaciones a viva voz (no
tienes micrófono), nadie te hace caso,
creándose un gran desorden.

Revisemos por qué estos tres componentes son tan importantes para la facilitación:

El manejo corporal, el manejo verbal o la palabra y el manejo de la voz constituyen nuestra


capacidad para comunicar e influir en los demás. Entendemos por influir a la acción que
permite entregar mensajes que fortalezcan los conocimientos adquiridos y, generen

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condiciones positivas hacia la adquisición de nuevos conocimientos.

El facilitador debe desarrollar esta capacidad con la disposición personal de reconocer sus
debilidades, por ejemplo:

• Debilidades y fortalezas en el manejo corporal

Permanecer en un solo sitio sin desplazarse entre los participantes genera cansancio y
origina distracción hacia otros elementos de la sala. Es importante que el facilitador se
desplace, de esta manera atrae la atención hacia donde se encuentre. Los participantes lo
siguen motivando en ellos la actitud de escucha y seguridad porque el facilitador es “dueño de
la escena”.

Presentación personal: ¿Te pondrías en manos de un doctor que luce desordenado o


desaliñado?. La apariencia personal es importante, así como lo es estar preparado para
realizar la presentación oral, “lucir” preparado y que los participantes te perciban de esa forma
genera confianza, de lo contrario no olvides: “como te ven, te tratan”-

Una postura rígida transmite inseguridad, desconfianza, lejanía. Algunas veces podemos
sentirnos nerviosos y entonces nuestro cuerpo se pone tenso y no atinamos a movernos para
liberar la energía. Movemos las manos reiteradamente, o hacemos un gesto repetitivo. Estas
posturas durante la facilitación no irradian energía ocasionando pérdida de la motivación y el
interés. En estos casos, es bueno que minutos antes te relajes o incluso salgas un ratito del
aula para hacer unos ejercicios de respiración. Puedes también hacer los ejercicios con todo el
grupo-

La postura corporal invita a la atención- Una mala postura puede ser interpretada de
diversas maneras que desacreditan una buena actitud hacia los participantes. Procura
mantener la cabeza y el pecho en alto y, sé natural. Recuerda: “los demás se forman una
imagen tuya, sea esto correcto o incorrecto”.

• Debilidades y fortalezas en el manejo verbal: la palabra

Trata de desterrar las “muletillas”: “Esteee” “eh” “¿no?, y otras tantas que si pones atención
las detectarás; éstas hacen perder calidad y credibilidad en el discurso. Otras palabras que
usamos y, pueden ser dichas en exceso: okey, ahora bien, como saben…Puedes pedirle a uno
de tus compañeros que cuente las veces que dices “muletillas” y de esa manera corregirte, haz
la prueba y veraz que con el tiempo lograrás un lenguaje más fluido y limpio.

Cuida el lenguaje que empleas, una cosa es hablar en el círculo de amigos y, otra en público,
tanto lo que se dice y la forma en que se dice puede ser ofensiva e irreverente para los
participantes;, por ello el ensayar lo que vas a decir te ayuda a “pulir” tu lenguaje y evitar
palabras o frases que en público no son admitidas.

Utilizar un lenguaje técnico o lleno de frases sofisticadas, muchos facilitadores piensan


que es una manera de demostrar que dominan el tema y, sin embargo lo que originan es

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agotamiento y rechazo de los participantes. Utilizar un lenguaje sencillo que recupere los
términos técnicos necesarios, es más atractivo e interesante. Por eso, es necesario que
revises los mensajes que vas a entregar y estés seguro que tu público objetivo lo vas a
entender.

• Debilidades y fortalezas en el tono de voz

Hablar sin pasión, si el público percibe lo que le dices no te convence entonces perderás
credibilidad. Tú tienes que ser el primer convencido de lo que dices y así tus palabras, tu tono
de voz y tu lenguaje no verbal lo transmitirán, solo así podrás captar el interés y comunicar que
lo que dices lo has vivido, lo sientes y lo conoces.

Hablar para ti, sucede con frecuencia y, no nos damos cuenta. Incluso nos pasan la “voz”, ”no
se escucha”, “habla más fuerte”. Recomendamos ensayar con discursos, poemas y
trabalenguas el tono y la entonación de la voz. Hazlo todos los días, durante unos diez
minutos, si te es posible graba tu exposición y luego escúchala y encontrarás cómo corregir tus
deficiencias y fortalecer tus aciertos.

Finalmente, recuerda:

La comunicación no solo se establece con palabras. La palabra representa apenas un 7% de la


capacidad de influir en los demás. La palabra es importante pero necesita de los otros
componentes. El tono de voz y el lenguaje corporal representan un 38% y 55%
respectivamente

La suma de estos tres componentes nos da el 100% de una comunicación fluida, amena e
interesante.

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HABILIDADES DE ORGANIZACIÓN

La organización para un facilitador es una cualidad que debe tenerse en cuenta para lograr un
adecuado manejo del grupo. El manejo del grupo. El manejo del tiempo, la organización del
espacio y el uso de los materiales de trabajo forman parte de las destrezas que el facilitador
debe de manejar de manera fluida y con mucha seguridad.

El manejo del tiempo, este es un factor que debe ser utilizado con sensatez y cumplirlo como
se han programado (aunque en la mayoría de nuestros talleres no sea así).

En muchas ocasiones sucede que la programación no se cumple, en ocasiones porque los


participantes solicitan seguir trabajando, eso es un éxito, y en otras por muchas razones que
conciernen a la conducción del facilitador: llegó tarde, se extendió en explicaciones, dejó solos
a los grupos de trabajo, permitió un exceso de preguntas, no calculo bien el tiempo para los
contenidos que presento y, así muchas otras razones.

Entonces, es importante que preparemos con anticipación la secuencia didáctica para calcular
el tiempo necesario y no excedernos. Esto significa que ensayemos lo que vamos a presentar,
tengamos los materiales preparados y espacios de descanso para los participantes, estos
pueden ser: incluir dinámicas de movimiento cada 20 minutos, un descanso corporal cada hora
(aproximadamente) y un receso de por lo menos 15 minutos fuera del lugar de trabajo cada 2 o
tres horas.

Recuerda llegar con anticipación para revisar que todo funcione (por ejemplo, los equipos que
vas a utilizar) y lo más importante, es el tiempo que necesitas para familiarizarte con el
ambiente de trabajo, recibir a los participantes y sentirse cómodo.

Espacios adecuados, es recomendable visitar con anticipación el lugar donde vas a trabajar de
esta manera tendrás una idea exacta de cómo puedes organizar grupos de trabajo, de acuerdo
al mobiliario con el que cuentas, si el ambiente tiene una iluminación (natural y artificial), si es
tranquilo o existe ruido. Así podrás subsanar distractores y brindar un lugar apropiado para la
estadía y el aprendizaje.

Materiales de trabajo, es importante que tengas listos y organizados todos los materiales que
vas a utilizar. Además de un adecuado manejo; lo que implica no solo mostrarlos sino dar
indicaciones importantes para resaltar las ideas fuerza y los mensajes contenidos en estos. Por
lo general estos materiales son ayudas didácticas que harán tu presentación más ágil y
entretenida; por lo tanto, ten cuidado en no desvalorarlos sino en que logren la atención e
interés de los participantes.

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LO QUE NO DEBE FALTAR EN UN TALLER

1. PARTICIPACIÓN

• Cada uno tiene la oportunidad y derecho de participar.

• Cada uno debe respetar este derecho

• Cada uno tiene derecho a ser escuchado y respetado.

2. EQUILIBRIO ENTRE “HABLAR” Y “HACER”

• Si hay un desbalance entre tú y intervención y las actividades, los participantes


pueden caer en la desmotivación o la falta de atención.

• Si no estás seguro del balance puedes preguntar al grupo cada cierto tiempo.

• Hay momentos cuando se necesita más tiempo para el proceso de aprendizaje.

3. MANTENER EL RITMO DEL TALLER

• Uno de los roles del facilitador es mantener el ritmo del taller. Esto está
relacionado con el balance mencionado en el punto anterior y que tiene que ver
también con tomar conciencia de los objetivos del taller y de qué manera el
grupo se está encaminando a los mismos. Otro aspecto importante a tener en
cuenta es observar cuán rápido se está dirigiendo el grupo a los objetivos
propuestos y cuán comprometido está en ello

4. TRABAJOS EN GRUPOS

• Es importante usar una variedad de formas de dividir los grupos. Un grupo


experimentado puede algunas veces formar sus propios grupos. Un grupo nuevo
requiere el apoyo del facilitador para conformar los grupos en distintas formas.

5. CÓMO INTRODUCIR UNA ACTIVIDAD

• Nombrar la actividad y sus objetivos.

• Explicarlas paso a paso.

• Hacer una demostración, en caso que sea necesario-

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• Realizar preguntas a los participantes.

6. DURANTE LA ACTIVIDAD

• Indicar el tiempo.

• Circular para ir motivando a los demás.

• Explicarlas paso a paso.

• Hacer una demostración, en caso que sea necesario.

• Realizar preguntas a los participantes.

7. PROCESAR LA ACTIVIDAD

• Plantear preguntas abiertas o finales.

• Sugerir preguntas de proceso;

¿Cómo fue la actividad?

¿Cómo se sintieron en la actividad?

¿Ves algunos problemas hará llevar a cabo esta actividad?

Nosotros internalizamos el conocimiento por la experiencia pero es necesario que se


haga éste más sólido con la verbalización y su comprensión.

8. FLEXIBILIDAD

La experiencia como facilitador necesita flexibilidad si tenemos en cuenta las


necesidades del grupo. ¿Qué opciones tiene el facilitador si una actividad no es
apropiada o si el grupo expresa intereses adicionales? Utiliza diversas dinámicas y
estrategias, sé creativo.

9. ADMITIR LOS ERRORES

No existe facilitador “perfecto” ni tampoco se tienen todas las respuestas. Esto te


acercará más a los participantes, ellos te comprenderán e incluso agradecerán tu
actitud.

10. CONFIANZA

Crea un ambiente de confianza, haz que las personas se sientan cómodas. Comunícate
constantemente, responde con interés, ofrece retos apropiados, utiliza un estilo claro,
de simpatía, sé entusiasta.

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Observa y escucha.

11. DIVERSIÓN Y SENTIDO DEL HUMOR

“El aprendizaje en relación directa con el monto de juego o diversión que uno tiene”
(Pike, 1989)

El humor genuino, en sí mismo puede incrementar el aprendizaje, puede ayudar


enormemente en reducir el estrés y ansiedad, permitiendo a la gente relajarse y estar
más abierta al proceso de aprendizaje. Esta clase de humor contribuye al éxito y no es
solamente entretenimiento. Usado con criterio, contribuye al proceso de aprendizaje y
ayuda a que los participantes logren grandes beneficios. Si bien es cierto que los
procesos electorales son actividades secuenciadas donde predomina la regularidad y
formalidad, su aprendizaje se verá facilitado si el participante se involucra con agrado y
placer en la experiencia.

“Lo que escucho,

Lo olvido;

Lo que veo,

Lo recuerdo;

Pero lo que hago,

Lo entiendo”

Confucio, 451

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