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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS


INSTITUTO DE FARMACOLOGÍA Y MORFOFISIOLOGÍA

EL TEJIDO ADIPOSO COMO ÓRGANO ENDOCRINO

Asignatura: Fisiología veterinaria


FARM 140
Prof. responsable: Dr. Marcos Moreira
Integrantes: Roció Alvarado Agüero
Jorge Chávez Oyarzún
Gabriela Mansilla Arias
Diego Vidal Herrera

Fecha: 27 de abril de 2009


Introducción

El tejido adiposo es considerado y conocido por todos como un reservorio de energía,


que nos entrega las herramientas necesarias para realizar funciones primordiales en
condiciones de ayuno o para la termogénesis.
Si bien esa podría ser una definición de “tejido adiposo” hoy en día, tras una serie de
estudios y experimentos, se conoce la gran participación de los adipocitos en respuestas
humorales tanto para células muy próximas (paracrina), como para si misma (autocrinas).
Estas hormonas secretadas son denominadas “Adipocitocinas” y las principales son la Leptina,
Resistina, Adiponectina, y Adipsina. Además los adipocitos liberan otro grupo de hormonas
que no son específicas de el tejido adiposo como el Factor de Necrosis Tumoral alfa (FNT-α),
la interleucina 6 y el inhibidor del activador de plasminógeno.
Éstos dos grupos, tanto las específicas como las no específicas de este tejido,
intervienen en procesos fisiológicos y bioquímicos tales como lipogénesis, lipólisis, sensación
de saciedad, aumento de la sensibilidad a la insulina, respuesta inflamatoria, etc.
Generalidades del Tejido Adiposo

Popularmente, el tejido adiposo es conocido como un gran reservorio de energía en


forma de triacilglicéridos (TAG) durante la alimentación y liberador de ácidos grasos durante
el ayuno para entregar combustible a otros tejidos. Sin embargo, hoy en día es evidente que
tiene funciones fisiológicas significativas, secretando numerosas proteínas, la cuales
participan en la regulación autocrina y paracrina dentro del propio tejido y además tienen
efectos en la función de órganos distantes, tales como el músculo, páncreas, hígado y cerebro.
Estas proteínas secretadas que fueron llamadas adipocitocinas participan en procesos como:

• Regulación del peso corporal


• Función del sistema inmune
• Función reproductiva
• Desarrollo de la resistencia a la insulina

Por lo tanto, se reconoce que el tejido adiposo, especialmente el visceral( menos del
20% del cuerpo) funciona como un órgano mayor endócrino. Estos nuevos conocimientos
tienen implicancias importantes para entender la relación fisiopatológica entre el exceso de
grasa del cuerpo y los estados patológicos, tales como la resistencia a la insulina y diabetes
mellitus, etcétera.
El tejido adiposo está formado por células adiposas (adipocitos) y un componente
estromático/vascular en el que residen los preadipocitos (células intersticiales o vacias de
lípidos). Los adipocitos, con un tamaño de 10 a 200 micras, son células redondeadas que
contienen una vacuola lipídica que representa el 95% del peso celular y que desplaza al resto
de los organelos hacia la periferia. Existen dos tipos de tejido adiposo, y por lo tanto dos tipos
de adipocitos diferentes que los forman:
• El tejido adiposo blanco, es el más abundante del organismo adulto y por lo tanto el
mayor reservorio energético,el cual se hace en forma de TAG, proveniente estos de los
quilomicrones y VLDL( lipoproteína de muy baja densidad, que contiene la parte mas alta de
triacilgliceridos y se considera un tipo colesterol “malo” debido a que ayuda a que el
colesterol se deposite en las paredes de las arterias) circulantes. Es en éste tejido adiposo
blanco donde se pone de manifiesto como órgano productor de sustancias con acción
endocrina, paracrina y autocrina.
• El tejido adiposo pardo es el encargado de la termogénesis, su color se debe por la
gran cantidad de mitocondrias que poseen, estas tienen una proteína llamada UCP que actúa
en la cadena respiratoria desacoplando la síntesis de ATP de la cadena transportadora de
electrones, lo que produce disipación de energía en forma de calor. Por lo tanto a grandes
rasgos la función principal del tejido adiposo pardo es la defensa frente al frío, también
desempeña un papel importante en el equilibrio energético del animal.
Leptina

La leptina es un péptido de 167 aminoácidos. Este péptido glucosilado tiene un


peso de 16 KD y contiene un puente disulfuro necesario para su actividad biológica, es
sintetizado y secretado por el adipocito principalmente los del tejido adiposo blanco, aunque
también ha sido hallada en otros órganos y tejidos, tales como hipotálamo, hipófisis, placenta,
músculo esquelético, mucosa gástrica y epitelio mamario, otro factor que determina los
niveles de leptina es el sexo.
Fue descubierta por el equipo de investigación del doctor Friderman en el año
1994, en un comienzo se dirigió su estudio solo al ámbito de la obesidad pero al pasar los
años se fueron descubriendo otras funciones de la leptina como: regulación del balance
energético, el control del apetito y el peso corporal, metabolismo de las grasas y glúcidos y la
reproducción.
Dentro de las acciones de ésta adipocitocina están:
• Interviene en la homeostasis energética, evitando un incremento excesivo del
porcentaje graso.
• En el estado de leptinodeficiencia, la activación disminuida del receptor en el
hipotálamo, causa una creciente producción del neuropéptido Y (NPY), el
cual es probablemente responsable de la hiperfagia, la obesidad y los cambios
neuroendócrinos vistos en dicho estado.
• A nivel hepático activa la enzima Acetil-CoA oxidasa y citrato sintetasa e
inhibe a la Acetil-CoA carboxilasa (disminuye la lipogénesis en hígado y
tejido graso, aumenta la beta-oxidación, con lo que dirigen los ácidos grasos
libres a su catabolismo por el ciclo de Krebs y disminuye su concentración
intracelular.
• A nivel del metabolismo hidrocarbonado estimula la utilización de glucosa por
el músculo y promueve su transporte a través del intestino delgado.
• Sobre el metabolismo de los lípidos, estimula la lipólisis en el adipocito.
• Inhibe la secreción pancreática de insulina.
• Aumenta la actividad fagocítica de los macrófagos y también la producción de
citocinas pro inflamatorias.
• Proliferación de células hematopoyéticas.
• Activación de células T.
• Promueve la angiogénesis, al estimular la proliferación de células endoteliales.
• Puede mejorar el flujo sanguíneo y facilitar la disipación de calor y la
oxidación lipídica.
La leptina media señales que proveen una unión crítica entre el almacén de energía
somática, el crecimiento y la fertilidad por su efecto sobre la hormona liberadora de la
hormona de crecimiento y la hormona liberadora de gonadotropinas. Las características de
este sistema son consistentes con un punto de regulación lipostático para el control del peso
corporal.
La expresión de leptina en el tejido adiposo es incrementada por insulina,
glucocorticoides y estrógenos y es disminuida por agonistas β- 17 adrenérgicos y
posiblemente por andrógenos.
Los niveles de leptina pueden ser detectados por grupos específicos de neuronas en el
hipotálamo. Durante la hambruna, la leptina disminuye y se ponen en marcha diversos
mecanismos moduladores de la respuesta adaptativa, que conlleva diversos aspectos
metabólicos, hormonales y de comportamiento, en espera de que exista alimento disponible.
La ganancia de peso consiguiente a la alimentación, producirá un aumento en los niveles de
leptina y pondrá en marcha un patrón de respuestas diferentes que establezcan un estado de
balance energético negativo, además tiene un importante papel homostático, de regulación del
apetito en función de la cantidad de grasa corporal.
Esta hormona interviene también en la regulación del inicio de la pubertad. Así, las
adolescentes extremadamente delgadas comienzan la pubertad de forma tardía por lo que se
piensa que el tejido adiposo pueda enviar una señal que posibilita la reproducción. Se ha
encontrado un efecto directo de la leptina en el ovario y se ha demostrado que
concentraciones altas de leptina en ovario pueden suprimir la producción de estradiol e
interferir en el desarrollo de folículos dominantes y la maduración de ovocitos.
Las mujeres presentan niveles de leptina más altos que los hombres incluso
después de ajustar los valores de acuerdo con el índice de masa corporal (IMC), el porcentaje
de grasa corporal, el grosor de los pliegues de la piel o la edad. Este aspecto se justifica por
diversas evidencias:
• La producción de leptina por unidad de masa grasa es mayor en las mujeres (75%) que
en los hombres.
• Los estrógenos inducen la expresión de leptina in vivo, además de poder modificar la
sensibilidad de los tejidos a la hormona.
• Por último, las mujeres poseen mayor proporción de grasa subcutánea (altamente
secretora de leptina) que los hombres.

Probablemente estos niveles altos de leptina contribuyen a la alta persistencia de


los depósitos grasos en la mujer (destinados a hacer frente a situaciones de embarazo o
lactancia), incluso en situaciones adversas como periodos de restricción calórica. Esta citocina
reduce la ingesta de comida e incrementa el gasto de energía causando una reducción de la
grasa corporal y una restauración del depósito de glucosa sensible a insulina. La secreción de
leptina varía de acuerdo al ritmo circadiano.
La proteína es secretada en forma de pulsos, con una frecuencia aproximada de un
pulso cada 45 minutos.
La función reproductiva en machos genéticamente obesos está demostrada en
diferentes especies. Existen diversos estudios que demuestran un rol fisiológico de la leptina
en el desarrollo testicular, en la espermatogénesis y en las funciones fisiológicas de los
espermatozoides. Por lo tanto, es probable que en los individuos deficientes de leptina la
ausencia de esta hormona afecte directamente alguna de las funciones biológicas y
fisiológicas del tracto reproductivo y de los espermatozoides. Se ha descrito que la deficiencia
de leptina en machos inhibe el desarrollo testicular, en función del peso y volumen testicular,
así como de las glándulas sexuales accesorias. Además también afecta negativamente la
función espermática y la vitalidad de estas células.

Resistina

La Resistina es una proteína de 12,5 kD, abundante en residuos de cisteína (Cys),


secretada por los adipocitos.
Fue descubierta por tres grupos de científicos de manera independiente, usando
métodos diferentes con distintos objetivos. Uno de ellos identificó la Resistina en una
búsqueda para localizar dianas de tiazolidinedionas (fármacos utilizados usualmente para
mejorar la sensibilidad de la insulina). Por otra parte, los análisis microarrayz (tecnología de
micromatrices o microarreglos), identificaron la Resistina como un factor secretado
específicamente por los adipocitos. El tercer grupo la encontró, adjudicándole el nombre de
FIZZ3, como variante de una proteína que se inducía durante la inflamación pulmonar, la
FIZZ1.
La síntesis de Resistina se produce principalmente en el estroma vascular del tejido
adiposo y monocitos, también se encuentra en la medula ósea, células mononucleares
periféricas, pulmón, placenta, células β pancreáticas, hipotálamo, hipófisis, glándulas
adrenales, miocitos y bazo. Su biodisponibilidad encuentra controlada por condiciones
nutricionales y hormonales. Durante el ayuno su concentración es baja, pero su expresión
comienza a aumentar progresivamente tras la ingesta o tras administración de insulina.
La expresión de ésta hormona esta inducida durante la conversión de preadipocitos a
adipocitos maduros, por lo que se cree que tiene una función importante como regulador de
la adipogénesis.
El rol de ésta hormona:
• Tiene efectos antagónicos a la insulina. Reduce el transporte de glucosa dependiente
de insulina al musculo esquelético y al tejido adiposo, aumenta la producción hepática de
glucosa y la glucemia en ayunas e inhibe la adipogénesis (mediadora de la resistencia
insulina).
• Produce descensos de los niveles séricos de HDL.
• A nivel vascular produce vasoconstricción, disminuye la expresión de oxido nítrico.
Promueve la proliferación y activación de células musculares lisas y células endoteliales y
estimula la expresión de moléculas de adhesión.
En cuanto al sistema nervioso, se describe que el sistema nervioso autónomo ejerce un
papel fundamental en el tejido adiposo. Cuando existe un gran gasto energético el sistema
nervioso simpático juega un rol preponderante, mientras que en los estados de
almacenamiento energético actúa el sistema nervioso parasimpático.
Estudios recientes demuestran que el nervio vago induce la liberación de resistina y
leptina, de esta forma induce el transporte de glucosa y ácidos grasos libre, produciendo el
crecimiento del tejido adiposo.
En estudios in vitro se ha visto que la insulina posee un efecto supresor sobre la
síntesis de Resistina en los adipocitos, así como también el aumento de glucosa produce una
mayor expresión de resistina.
Experimentos con ratones sometidos a dietas altas en grasa, revelaron que la ausencia
de resistina disminuía el aumento en los niveles de glucosa tras un ayuno, algo normalmente
asociado con la obesidad.

Adiponectina

La adiponectina es una proteína constituida por 244 aminoácidos que muestra


similitudes estructurales con la colágena y el TNFα, y se encuentra en la mayoría de los
adipocitos. La adiponectina fue identificada de manera independiente por varios grupos de
investigación utilizando diferentes técnicas, de donde se originan los diferentes términos con
que se le ha denominado: ACRP30, AdipoQ y apM1.
La adiponectina es una proteína presente en la circulación en forma de un
dímerotrímero, o como un complejo proteico de gran peso molecular (HMW) en la que los
oligómeros controlan la actividad biológica de la proteína. La adiponectina puede existir en el
plasma en su forma completa o en fragmentos globulares, de las cuales la primera parece ser
la forma más común. Se ha sugerido que la forma globular fragmentada se produce a partir de
un proceso de proteolisis,y recientemente se ha demostrado lisis de la adiponectina por una
elastasa leucocitaria secretada por monocitos y/o neutrófilos activados. Sin embargo, queda
por determinar la importancia patofisiológica in vivo de la lisis de la adiponectina mediante
las elastasas leucocitarias.
La existencia de tres diferentes formas estructurales en que circula la adiponectina
tiene importantes implicaciones funcionales. Por ejemplo, las mayores concentraciones de
adiponectina que se observan en las mujeres, en comparación con los hombres, se deben
primordialmente a los mayores niveles del complejo HMW. Los estímulos metabólicos como
la infusión de glucosa o insulina dan como resultado una reducción transitoria y selectiva en
la circulación de la forma HMW. Por su parte, la forma hexamérica de menor peso molecular
no se ve modificada por estas condiciones.
A la fecha se dispone de muy poca información sobre los efectos de los estímulos
fisiológicos sobre los niveles de adiponectina en forma de trímero. La formación de
oligómeros de adiponectina depende de la formación de enlaces disulfuro (Cys-39). Una
mutación de adiponectina, con una sustitución de Cys por Ser en el codón 39, da lugar a un
trímero que es lisado fácilmente y que es más potente para reducir la producción de glucosa
por los hepatocitos. La hidroxilación y la glucosilación en el dominio colágeno de la
adiponectina producen un aumento en la capacidad de inhibir la gluconeogénesis hepática con
concentraciones subfisiológicas de insulina. Se ha identificado un papel importante de la
forma HMW de la adiponectina a partir de estudios con agonistas de receptores PPAR-γ.
Estos estudios, tanto en roedores como en humanos, han mostrado de manera consistente una
mejoría de la sensibilidad a la insulina de manera paralela al incremento significativo de los
valores de adiponectina circulante. Este incremento es atribuible a la inducción de la forma
HMW cuando se comparan las concentraciones antes y después del tratamiento. Estas
observaciones podrían generar la hipótesis de que el desarrollo Diabetes Mellitus tipo 2
pudiera estar relacionado con la disminución progresiva en las concentraciones de
adiponectina, particularmente en su forma HMW. Además, la adiponectina inhibe las fases
iniciales de la aterosclerosis, ya que reduce la expresión de moléculas de adhesión en células
endoteliales, la transformación de macrófagos en células espumosas, la expresión del factor
de necrosis tumoral * (TNF-*) y la proliferación de células de tejido muscular liso.
Por último, se ha demostrado que esta adipocitocina también presenta propiedades
antiinflamatorias.

Adipsina

Es una proteína de serina llamada también factor D del complemento secretada por las
células grasa, no se conoce muy bien su función, pero probablemente su expresión está
regulada como consecuencia de un incremento en la concentración de insulina y
glucocorticoides. Constituyen los sustratos para la síntesis de la proteína estimulante de la
acetilación, que junto a la lipoproteinlipasa adipocitaria, componen las principales enzimas
responsables de la lipogénesis (síntesis de ácidos grasos).

Adipocitoquinas no especificas del tejido adiposo:

FNT-alfa: Factor de necrosis tumoral alfa, es producido tanto por los adipocitos
(grasa subcutanea, tejido adiposo blanco) como por la fraccion estromal del tejido con niveles
titulares muy superiores a los circulantes. Una de sus funciones es inhibir la expresión de la
mayoría de los genes implicados en la lipogénesis, y estimula la lipólisis, la desdiferenciación
y apoptosis adipocitaria, limitando la expansión grasa.
El factor necrótico tumoral alfa (TNF alfa) de tejido adiposo es hiperexpresado en
adipocitos hipertróficos. Se correlaciona con el tamaño de la célula grasa.
IL-6: Interleucina 6 ,es una citoquina proinflamatoria multifuncional. Se produce en
mayor proporción en el adipocito del tejido visceral y en los macrófagos que se encuentran en
la vecindad. La concentración de interleucina-6 guarda una relación inversa con la
adiponectina, por lo que se pueden considerar como hormonas de acción biológica opuesta.
La interleucina-6 produce resistencia a la insulina y promueve la respuesta inflamatoria; su
concentración aumenta con la obesidad y por ello se supone que participa en el desarrollo de
la diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular.
El TNF-alfa es capaz de aumentar su producción hasta 60 veces.

Inhibidor del activador de plasminógeno: Es una proteína que se fabrica en


diferentes células y en el tejido adiposo, preferentemente el visceral. Se le atribuyen acciones
inhibitorias sobre la fibrinólisis (disolución de cóagulos), así como efectos sobre la formación
de vasos sanguíneos (angiogénesis y aterogénesis). El inhibidor del activador de
plasminógeno se encuentra elevado en la obesidad asociada con resistencia a la insulina, por
lo que también es un marcador clínico de riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular. Al
mejorar la sensibilidad a la insulina mediante reducción en el peso corporal o con la
administración de metformin o de tiazolidinedionas se reducen los niveles del inhibidor del
activador de plasminógeno.
Resumen
Popularmente el tejido adiposo es conocido como un reservorio de energía pero hoy se
le conocen funciones fisiológicas importantes secretando proteínas que participan en
respuestas paracrinas como atocrinas. Existen dos tipos de tejido adiposo: el blanco
(encargado mayormente de las respuestas humorales) y el pardo (encargado de la
termogénesis del cuerpo).
Hormonas específicas del tejido adiposo:
La leptina interviene en la homeostasis energética, evitando un incremento excesivo
del porcentaje graso. El estado de leptinodeficiencia, es responsable de la hiperfagia, la
obesidad y los cambios neuroendócrinos. A nivel hepático, disminuye la lipogénesis, aumenta
la beta-oxidación, con lo que dirigen los ácidos grasos libres a su catabolismo por el ciclo de
Krebs y disminuye su concentración intracelular. A nivel del metabolismo hidrocarbonado
estimula la utilización de glucosa por el músculo y promueve su transporte a través del
intestino delgado. Sobre el metabolismo de los lípidos, estimula la lipólisis en el adipocito,
inhibe la secreción pancreática de insulina, aumenta la actividad fagocítica de los macrófagos
y también la producción de citocinas pro inflamatoria. Proliferación de células
hematopoyéticas. Activación de células T. Promueve la angiogénesis, al estimular la
proliferación de células endoteliales. Puede mejorar el flujo sanguíneo y facilitar la disipación
de calor y la oxidación lipídica.
La Resistina se sintetiza principalmente en el estroma vascular del tejido adiposo y el
monocito. El rol de ésta hormona: Tiene efectos antagónicos a la insulina. Reduce el
transporte de glucosa dependiente de insulina al musculo esquelético y al tejido adiposo,
aumenta la producción hepática de glucosa y la glucemia en ayunas e inhibe la adipogénesis
(mediadora de la resistencia insulina). Produce descensos de los niveles séricos de HDL. A
nivel vascular produce vasoconstricción, disminuye la expresión de oxido nítrico. Promueve
la proliferación y activación de células musculares lisas y células endoteliales y estimula la
expresión de moléculas de adhesión. Actúa como un importante regulador de la adipogénesis.
La adiponectina regula el metabolismo energético del organismo, ya que estimula la
oxidación de ácidos grasos, reduce los triglicéridos plasmáticos y mejora el metabolismo de la
glucosa mediante un aumento de la sensibilidad a la insulina. Además, la adiponectina inhibe
las fases iniciales de la aterosclerosis. Diferentes estados de resistencia a la insulina, como la
obesidad y la diabetes tipo 2, o el desarrollo de enfermedades cardiovasculares se han
asociado con una reducción de los valores de adiponectina plasmática. Aparte de aumentar la
sensibilidad a insulina, esta adipocitocina presenta propiedades antiinflamatorias.
La adipsina o complemento D se encarga conjuntamente con otras enzimas de la
lipogénesis.
Hormonas no específicas del tejido adiposo:
El FNT- alfa se relaciona con el proceso de estimulación de la lipólisis. La IL-6
hormona de acción biológica opuesta a la adiponectina. Produce resistencia a la insulina y
respuestas inflamatorias. El Inhibidor del activador de plasminógeno se le atribuye acciones
inhibitorias sobre la fibrinólisis (disolución de coágulos), así como efectos sobre la formación
de vasos sanguíneos (angiogénesis y aterogénesis).

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