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Los estudios formales de postgrado son de muy reciente aparición. Ellos se inician en Alemania a comienzos
del siglo XIX y las primeras experiencias latinoamericanas aparecen a mediados del presente siglo.
El Doctorado en el mundo, como título académico más alto que generalmente otorgan las universidades,
tiene una historia muy larga. Este grado académico, sin embargo, conserva todavía gran vigencia, prestigio y
estimación. De allí que sea útil para todo profesional o dirigente de la educación superior, de la ciencia o de
la cultura en general conocer el origen, evolución, significado y perspectivas.
Llenar esta necesidad, es el propósito de la presente publicación, la cual está constituida por un conjunto de
conferencias presentadas por los autores en diversos eventos nacionales e internacionales.
Volumen Nº 1 de las Ediciones del Centro de Estudios e Investigaciones sobre Educación Avanzada,
Coordinación Central de Estudios de Postgrado, Universidad Central de Venezuela, 1996.
CONTENIDO
Las universidades de América Latina y del Caribe fueron trasladadas por los conquistadores hace
más de dos siglos para cumplir la misión preponderante de formar profesionales o licenciados.
Ellas resultan muy antiguas en comparación con los estudios de postgrado los cuales, por el
contrario, constituyen el nivel más joven del sistema educativo. Del postgrado, la cúspide de la
pirámide escolar y de la educación superior, se puede egresar, entre otros, con el título de Doctor.
Coetáneamente con su evolución, surgen en nuestras universidades los doctores y la doctoritis. El
otorgamiento o asignación de tal título sin trabajo académico especial respondía, y responde aún,
más a la búsqueda o afán de prestigio social y status que a necesidades, condiciones y
requerimientos de producción intelectual. En otras palabras, en casos como estos, el grado no es
un título ganado.
Los estudios formales de postgrado son de muy reciente aparición. Ellos se inician en Alemania a
comienzos del siglo XIX y las primeras experiencias latinoamericanas aparecen a mediados del
presente siglo.
El Doctorado en el mundo, como el título académico más alto que generalmente otorgan las
universidades, tiene una historia tan larga como la de la casa de estudios donde nació hace unos
mil años. Este grado académico, sin embargo, conserva todavía gran vigencia, prestigio y
estimación. De allí que sea útil para todo profesional o dirigente de la educación superior, de la
ciencia o de la cultura en general conocer el origen, evolución, significado y perspectivas de este
grado académico.
Esperamos satisfacer las expectativas de los lectores y recibir las observaciones que nos permitan
mejorar futuras ediciones.
Los autores
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Víctor Morles
1. INTRODUCCION
El doctorado es hoy no solamente el título académico más alto que otorga la mayoría de las
universidades sino también un símbolo de status social. De él se pueden predicar muchas virtudes
pero también algunos efectos no deseables. Es, sobre todo, un indicador de una alta capacitación
profesional en algún sector de la ciencia, la tecnología o el arte, pero también se puede decir, entre
otras cosas, que cumple en nuestra época un rol similar al de los títulos nobiliarios en el pasado. Esto
explica el empeño, manifiesto o no, de muchos profesionales en el sentido de querer ser, hacerse
llamar o identificarse como "doctores" muchas veces sin serlo. Sobre el uso apócrifo de este título
muchos profesionales ignoran la existencia del delito conocido como “usurpación de titulos”, el cual en
nuestro país está previsto en el Art 215 del Cap VI del Código Penal, el cual dice textualmente: "Cual-
quiera que usare indebida y públicamente hábito, insignias o uniformes del Estado clerical o militar, de
un cargo público o un instituto científico, y el que se arrogue grados académicos o militares... y
ejerciere actos propios de una facultad que para el efecto requiere título oficial será castigado con
multa de cincuenta a mil bolívares". Desde luego, como ha dicho el Dr Dao (1989), "la multa no es lo
grave, sino la publicación de la sentencia".
Afortunadamente para estas personas, parece ser que nadie en Venezuela está interesado en hacer
cumplir esta norma jurídica. Por otra parte, lo opuesto también es cierto: que en nuestro medio son
muchos los profesionales que, por doctos, son doctores aunque no tengan el título.
Existe, pues, un atractivo muy especial por el grado doctoral y, en otro sentido, hay en todo el mundo
tanta necesidad de impulsar los estudios conducentes a dicho grado, por la estrecha vinculación que
ellos tienen con la producción de ciencia, tecnología y personal altamente calificado, que conviene
recordar un poco la historia de este invento humano y hacer algunas reflexiones sobre su valor y
perspectivas. ¿Cómo y por qué surgió el grado doctoral? ¿Cuál ha sido su evolucion a través de los
tiempos? ¿Qué es o debería ser este grado en nuestro país? Por otra parte, conviene recordar que
paralelamente con el crecimiento de los estudios de postgrado se vive un proceso, posiblemente
natural, de devaluación de los títulos académicos (Dore, 1975), producto del crecimiento acelerado del
conocimiento y de la complejidad creciente del mundo laboral, por lo cual cada vez valen menos el
Bachillerato, la Licenciatura y muy pronto, también, el Doctorado; por lo cual hay que ir reflexionando
no solamente sobre la necesidad de desarrollar especializaciones, maestrías y doctorados sino
también sobre impulsar programas postdoctorales y sobre la urgencia creciente de concebir al hombre
como un ser que cada vez más requiere de un proceso consciente y voluntario de aprendizaje
permanente y sistemático durante toda su vida.
Espero presentar en esta oportunidad algunos datos e informaciones sobre esta problemática pero,
sobre todo, sembrar una idea: la de que el Doctorado no es un concepto acabado y unívoco sino un
concepto que está en constante evolución; que el Doctorado puede ser copiado de experiencias
ajenas pero también puede ser inventado.
2. ANTECEDENTES
Lo primero y más elemental sobre este tema es que casi siempre se olvida que la palabra doctor
proviene del latin "doctum", un derivado de "docere”, que significa simplemente enseñar. En la época
del Imperio romano se utilizaba esta palabra para referise a quienes se dedicaban a alguna
enseñanza sistemática, tales como los juriconsultos, los profesores de letras o artes, los maestros de
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escuela, así como los instructures de artistas, gimnastas, gladiadores, cocheros y soldados. Por otra
parte, la connotación de dignidad que casi siempre acompaña a este título, proviene, según algunos
autores (EUIEA,1930), del hecho de que los judíos, desde la antigüedad, llamaban rabbis [es decir,
maestros], o doctores, a quienes se distinguían por su conocimiento de la Ley judaica y, en tal sentido,
ellos eran los encargados de conservar, interpretar, enseñar y aplicar dicho precepto.
Los primeros títulos, es decir, las primeras constancias escritas, de doctor fueron otorgados, con
carácter honorífico, por la Iglesia cristiana en el siglo XII a los llamados "Doctores de la Iglesia", que,
por cierto, no deben confundirse (aunque algunos tuvieron doble rol), con los "Padres" de la Iglesia,
quienes son encomiados no por sus conocimientos sino por sus obras o sacrificios en función de la Fe.
Entre los primeros Doctores de la Iglesia están: Tomás de Aquino, llamado "Doctor angelicus"; Ramón
Llul,"Doctor singularis"; Juan de Gerson, "Doctor angelicus"; Rogerio Bacon, :Doctor mirabilis";
Buenaventura, "Doctor seraphicus", así como Agustín, Gerónimo y Gregorio Magno, todos ellos
personalidades extraordinarias. Este título era otorgado para dar constancia de la presencia de una
personalidad eclesiástica destacada por su eminente doctrina, su vida santa y su perfecta ortodoxia
(EI, 1949). En estos reconocimientos está el origen de los doctorados honorarios con los cuales
todavía en el siglo XX las universidades honran a personalidades del mundo de la cultura o la política.
No nos referiremos en este artículo a los que pudiéramos llamar doctorados espurios, es decir,
aquellos que son concedidos sin cumplir los requisitos mínimos para el otorgamiento de este grado, es
decir, la posesión previa de un título universitario de licenciado o equivalente, y la presentación y
defensa de una tesis.
Como se sabe, a comienzos del siglo X varios médicos de diverso origen crearon en Salerno, Italia,
una escuela de medicina, que se hizo famosa porque enseñaba su ciencia en forma racional e
independiente de la Iglesia. Esta institución es considerada como la primera universidad europea, aun
cuando en civilizaciones anteriores existieron muchas altas escuelas de gran renombre en China,
Grecia y Egipto (Rashdall, 1936; De Venanzi,1987). Un siglo más tarde jóvenes nobles y burgueses
contratan en Bolonia a un grupo de maestros para que les den clases de derecho y medicina,
comparten la administración de esta escuela con sus profesores y nace así el "Studium Generale", o
modelo primigenio de la universidad autónoma que hoy conocemos. En esta universidad se inventan
los títulos académicos, los exámenes universitarios y las calificaciones. Nace aquí la estructura
académica básica de la enseñanza superior, conformada por los grados de Bachiller [o aprendiz],
Licenciado [o apto para desempeñar su profesión] y Doctor o plenamente capacitado para
desempeñar y enseñar su profesión. Y allí en Bolonia, en una recepción o colación de grados
realizada alrededor de 1140, se otorgan los primeros títulos doctorales universitarios (DIS,1964).
Conviene destacar que desde el principio se identifica claramente una diferencia entre el doctorado
universitario y el eclesiástico: el primero es ganado por examen o estudios sistemáticos, después de
poseer los títulos de Bachiller y Licenciado, mientras que el segundo es honorífico. Pero en ambos
hay una connotación importante que por mucho tiempo se ha mantenido y que conviene no olvidar: la
de que para ser Doctor hay que ser docto, es decir, hombre culto, hombre sabio, personalidad
honorable.
Después del siglo XII se van creando universidades en diferentes ciudades de Europa. La de París, en
contraposición con la de Bolonia, es fundada por la Iglesia, con dominio total de los maestros sobre los
alumnos. Es la universidad autoritaria que todavía se conserva en muchos sitios. Luego aparecen las
universidades de Salamanca, Oxford, Cambridge, Viena, Praga, etc, unas tratando de imitar a las ya
establecidas y otras revisando las estructuras existentes. Esto hace que comience cierta confusión
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terminológica, particularmente con respecto a los grados universitarios, sobre todo el más alto, al utili-
zarse los términos de Magister, Profesor y Doctor, inclusive el de Escolástico, para referirse a veces a
lo mismo y a veces a cosas direfentes, cuando en verdad todos ellos significan, simplemente, persona
que enseña o es capaz de enseñar. Por otra parte, casi desde el principio la gente culta distinguía
entre los "doctores bullati", cuyos títulos eran conferidos fuera de las universidades por los papas o los
emperadores, y los "doctores rite promoti" producto de alguna forma de examen universitario.
Durante la Edad Moderna (1453-1789), el número de doctores fue creciendo progresivamente y adqui-
riendo cada vez mayores privilegios, por lo cual fue aumentando también el número de aspirantes, que
no siempre eran al título en sí ni a sus saberes implícitos sino a las prebendas que lo acompañaban.
Comenzaron entonces los abusos, la corrupción y la degeneración del título. De la admiración al
doctor se llegó entonces, a fines de la Edad Media y durante casi toda la Edad Moderna, a su despre-
cio. Y así se cuenta que en 1762, en el ducado de Hesse-Cassel se dictó un decreto disponiendo que
los doctores se incluyesen en la décima clase administrativa, es decir, entre los criados y la gente de
baja condición (EUI, 1930; p. 1713). Y en Francia el doctorado había perdido tanto prestigio a la
llegada de la Revolución en 1789 que algunos de sus protagonistas gustaban recordar un juicio del
crítico y novelista Furetiére (1619-1688) quien decía que "doctores son hoy aquellos que han olvidado
todo lo que aprendieron".
Conviene recordar aquí dos cosas. Primero, que el doctorado medieval y de la edad moderna en su
versión universitaria era un grado profesional. No podía ser científico, como hoy generalmente se
concibe, simplemente porque para entonces la ciencia (creada por genios como Galileo, Bacon y
Newton) estaba aún en pañales y, por ello, las primeras universidades no fueron nunca instituciones
creadoras de cultura o ciencia sino simples trasmisoras de saberes y de valores consagrados. Por
otra parte, para el otorgamiento del grado doctoral en esta época se requería generalmente de tres
cosas: ser licenciado, pagar las costas que exigiera la universidad y escribir y/o exponer oralmente una
tesis concebida ésta como la defensa pública de una proposición, filosófica o teológica, ante un jurado
de doctores que incluía entre ellos los famosos "oponentes" o "abogados del diablo". En muchas
partes, además, como sucedía en América Latina, por influencia española, se hacían otros
requerimientos menos académicos como ser blanco, hijo legítimo, profesar la fe católica y poder pagar
un festín de graduación (Leal, 1965). Y, desde luego, el título de doctor con mayor rango era el de
Doctor en Teología, para cuyo conferimiento se hacían las mayores exigencias, en contraposición con
los doctorados de segunda, como eran los de medicina, leyes y filosofía o artes.
El advenimieto de la Revolución Industrial y la toma del poder por la burguesía, acaban con la
sociedad feudal e imponen el sistema capitalista a nivel mundial. Esto repercute en la estructura
educacional y universitaria. La ciencia y la tecnología se desarrollan aceleradamente en esta época
convirtiéndose poco a poco en factores directos de la producción material; y la educación, por su parte,
deja de ser pasatiempo de nobles para convertirse en factor importante en la capacitación de mano de
obra para la industria. La universidad adquiere ahora valor no solamente educacional y profesional
sino también político y económico. Aparece por ello la necesidad de diversificar y profundizar los
estudios superiores: se formaliza la educación de postgrado como nivel distinto del grado profesional y
el doctorado se convierte en el principal componente de ese nivel.
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La primera gran ruptura conceptual de la universidad con su estructura medieval se produce a
comienzos del siglo XIX en Alemania, por obra de científicos y filósofos como Humboldt, Fichte, Liebig
y Schlermaier, cuando se declara que la esencia de esta institución no es la enseñanza profesional
sino la investigación científica y, en consecuencia, el grado máximo que otorgue esta casa ya no será
el Doctorado en Teología sino un título que refleje racionalidad en lugar de escolasticismo, ciencia en
lugar de metafísica: nace así la universidad moderna y científica, con libertad enseñar y de aprender, y
nace así el hoy famoso Ph.D. o Doctorado en Filosofía, cuya denominación pudo ser válida hace más
de un siglo pero que ahora parece lucirnos anacrónica.
Pero el mundo no se detiene. Entre los siglos XVI y XIX algunos países europeos (España,
Inglaterra, Alemania, Francia y algunos otros) colonizan por la fuerza gran parte de Asia, Africa y
América. En el siglo XX se derrumba la mayoría de esos imperios. Los Estados Unidos se convierten
en el centro de la economía y la política mundial. Se aceleran los procesos de cambio y se inicia la
grandiosa revolución científico-tecnológica que hoy vivimos. Mediante ella el hombre ha logrado un
dominio casi total sobre la naturaleza, ha mejorado la calidad de vida de grandes sectores de la
humanidad y ha convertido al planeta en una aldea, pero también ha sufrido sus efectos perversos:
contaminación y destrucción del ambiente, lluvia ácida, guerras genocidas y enfermedades horrendas.
Una revolución grandiosa y encomiable, centrada en el desarrollo de las ciencias y tecnologías físicas,
pero que poco o nada ha logrado para reducir la injusticia, la infelicidad y el crimen. Los viejos y toscos
imperios han sido sustituidos por otros más sutiles, sustentados en el poder económico, el conoci-
miento y la información, y la explotación y la miseria humanas siguen siendo una lacra que
avergüenza al planeta.
En el presente siglo se conforman los que hemos llamado (Morles, 1981) sistemas dominantes de
postgrado (Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética), todos influidos en
alguna forma por las ideas iniciales de la Universidad de Berlin. El crecimiento demográfico, los
requerimientos industriales y el desarrollo científico multiplican el acervo del conocimiento y de la
información y con ello las areas del conocimiento y las disciplinas profesionales. Como consecuencia
de todo esto, la educación de postgrado se hace cada vez más imprescidible, se extiende acelerada-
mente por todo el mundo, se subdivide en niveles no claramente definidos todavía, y se desarrollan
diferentes orientaciones: postgrados centrados en la investigación científica, postgrados dirigidos hacia
el ejercicio profesional y postgrados orientados hacia la formación del profesorado universitario. Por
otra parte, se diversifican las instituciones que asumen como su responsabilidad el entrenamiento
profesional (empresas, centros de investigacion, institutos no universitarios), con lo cual se inician
ensayos de sistemas de capacitación centrados no ya en la idea de la posesión o el otrogamiento de
títulos académicos sino en la de la superación constante de los profesionales.
Un análisis muy somero de cuatro de los sistemas de postgrado hoy dominantes permite identificar
los siguientes modelos doctorales:
6.1. ALEMANIA.
Por sobre el Doctorado, se puede obtener en Alemania un título más elevado, la Habilitation, el cual
confiere el derecho a enseñar en los institutos de educación superior y permite acceder a la categoría
más alta del escalafón universitario, es decir, la de Catedrático o Profesor Titular. Para optar a la
Habilitatión se requiere de la posesión previa del título de Doctor, excepcionalmente sólo la licenciatura
o Staatsexam, y se obtiene después de trabajar en forma independiente por lo menos tres años como
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Ayudante de Enseñanza Superior, aprobar un examen especial y presentar una tesis, generalmente
muy extensa (Weitz, 1994). El proceso total de lograr la Habilitación implica en la realidad trabajo
continuo a medio tiempo durante unos ocho años.
6.2 FRANCIA.
En este país hasta 1984 se otorgaban varios niveles y tipos de doctorado: el doctorado universitario
(diseñado especialmente para extranjeros), el doctorado de tercer ciclo y el doctor-ingeniero, como
grados académicos de mayor demanda y equivalentes al PhD anglosajón, y el célebre Doctorado de
Estado, como el título más exigente y prestigioso, el cual se podía lograr mediante estudio e investi-
gación supervisados, pero también, excepcionalmente, sin más requisito que la presentación y
defensa pública ante una universidad de una tesis o un conjunto de obras previamente evaluadas por
una comisión de expertos.
La reforma de 1984 (Ley Savary) ha cambiado esta situación y ha definido el postgrado o tercer ciclo
(es decir, el ciclo posterior a la Maitrise, la cual, como se sabe, es equivalente a la Licenciatura o el
título profesional latinoamericano) como compuesto por tres niveles: primero, el Diploma de Estudios
Profundos (o de Estudios Superiores Especializados) que requiere de unos dos años de trabajo
académico escolarizado y es requisito ineludible para hacer el Doctorado; segundo, el Doctorado, para
cuya obtención se exigen unos dos años adicionales de estudio y elaboración y defensa de una tesis;
y, tercero, la Habilitación, como el grado académico más alto, el cual habilita no para la docencia,
como en el caso alemán,sino para dirigir investigaciones. Como es de suponer este grado se obtiene
mediante la presentación de una nueva tesis o un conjunto de trabajos originales publicados y de alta
calidad. De las tesis doctorales se exige en Francia que no solamente demuestren dominio de una
especialidad sino también la cultura científica del candidato.
Dos características conviene destacar con respecto a los grados académicos más elevados de
Francia: mantienen la idea del doctor como hombre culto y la exigencia de que la tesis se realice bajo
supervisión y vinculada a un centro o equipo de investigación permanente. Desde luego, conviene
aclarar que a pesar del centralismo administrativo que caracteriza a Francia, lo ciero es que lo descrito
no es general sino lo más frecuente; como sucede en casi todo el mundo, ciertas áreas tradicionales y
poderosas como la medicina o el derecho, adoptan o imponen sus estructuras particulares.
6.3 RUSIA.
En Rusia, aunque en las universidades se han ido intruduciendo algunos cambios como consecuencia
del derrumbe de la URSS, lo cierto es que todavía se mantiene la licenciatura larga de cinco años, que
forma especialistas, y los estudios de postgrado o postuniversitarios están conformados básicamente
por dos niveles prelativos (Candidatura y Doctorado en Ciencias), los cuales están destinados
exclusivamente a la formación de investigadores-docentes. En ambos casos los estudios se realizan
en universidades o en institutos de la Academia de Ciencias, son altamente individualizados y exigen
de los cursantes participación en labores docentes, práctica de investigación, conocimiento de un
idioma extranjero, exámenes de carácter contextual (aunque ya no de filosofía marxista, como antes)
y la presentación y defensa de una tesis. El primer grado, equivalente al PhD norteamericano, exige
un mínimo de tres años de trabajo académico; y el Doctorado en Ciencias, que muy pocas personas
logran alcanzar antes de los 50 años de edad, requiere un tiempo similar o máyor, depués de aprobar
la Candidatura. La idea más destacada de este doctorado es, quizás, la exigencia de que la tesis sea
simultáneamente una investigación, un aporte teórico y que prevea su utilidad práctica. Con los
cambios en Rusia, desde luego, ya se están introduciendo las Maestrías al estilo norteamericano, los
cursos cortos de extensión. el regímen semestral y el profesorado pagado en función de las horas
efectivas de trabajo.
En este país, como en Inglaterra, se quiso integrar la tradición de los "colleges" de cultura general,
otorgadores de títulos de Bachelor, con el modelo de universidad científica alemana, así como con la
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necesidad de poseer instituciones de educación superior capaces de satisfacer las variadas exigen-
cias profesionales de una sociedad compleja, industrializada, competitiva y altamente tecnificada. El
resultado es un sistema de educación superior y de postgrado heterogéneo y multiforme, pero con una
tendencia cada vez mayor hacia la uniformidad (CGS, 1990; 1991). Muchos doctorados se conceden
en Estados Unidos, pero entre ellos se encuentran desde los de primerísima calidad hasta los que se
compran por unos pocos dólares (Porter, 1972). De todas maneras, el título doctoral más frecuente y
de mayor prestigio en este país es el Doctorado en Filosofía (el famoso PhD) aun cuando desde hace
algunas décadas ha sido cuestionado por su énfasis en lo académico y en la ciencia básica; por lo
cual hubo que inventar los doctorados profesionales (en medicina, leyes, aldministración, etc) y el
doctorado docente conocido como Doctor of Arts. Por cierto que las investigaciones realizadas sobre
este aspecto llegan a la conclusión de que en la práctica no hay diferencias significativas entre los
distintos tipos (Osguthorpe & Wong, 1993).
En el caso del PhD se puede decir, como lo expresa el Consejo de Escuela para Graduados de
Estados Unidos y Canadá (1990), que este grado "está diseñado para preparar al estudiante a
convertirse en un académico, esto es, a descubrir, integrar y aplicar conocimientos, así como a
comunicarlos y diseminarlos". Lo anterior se logra generalmente, mediante un plan de estudios que
implica: un tutor o comité que dirige el trabajo de cada cursante, un conjunto de cursos y seminarios
especializados tomados en la universidad otorgante del título, un examen preliminar o de ingreso a la
candidatura, práctica de investigación tutoriada y la elaboración y defensa pública de una tesis. En
algunas instituciones o áreas del conocimiento se exige, además, conocimiento de idiomas
extranjeros, prácticas docentes y/o posesión del título de Master en la especialidad.
7. CONCLUSIONES
La historia del doctorado, tal como la hemos descrito, nos permite inferir algunas conclusiones muy
generales:
7.1 Primero, que el doctorado no es un concepto unívoco ni estático sino que ha ido variando y
evolucionando en función de los cambios globales de la sociedad. Ha sido un título honorífico pero
más frecuentemente ha sido un título ganado por trabajo académico. Ha sido un título otorgado casi
siempre por las universidades, pero papas y reyes también se han abrogado ese derecho.
7.2 Desde el punto de vista educativo, el doctorado nació como un título docente, progresivamente ha
asumido connotaciones profesionales y más recientemene su vinculacón predominante es con la
investigación científica.
7.3 El doctorado nació en la universidad europea como el título más alto que otorgaba esa casa de
estudios y esto se extendió a todo el mundo y ha sido así por diez siglos. La tendencia hoy, sin
embargo, parece ser la de manterner el doctorado tradicional como grado que capacita para la
docencia y la creación científica relevante y a crear doctorados superiores u otros títulos para
reconocer la labor intelectual y académica destacada durante un período de tiempo prolongado. A
esto se agrega la previsión que han ido adoptando las universidades más avanzadas en cuanto a la
creación de ambientes para programas postdoctorales, en los cuales los candidatos se entrenan,
actualizan o practican su especialidad sin supervisión académica, sin escolaridad y sin necesidad de
recibir diplomas o títulos.
7.4 Cualquiera que sea la connotación que se asuma hoy para definir el doctorado, lo cierto es que la
participación en un programa de tal tipo implica casi siempre una alta especialización profesional (es
decir, dominio de conocimiento de fronteras), la producción de una obra científica relevante (o tesis), y
la práctica de la investigación científica y los seminarios como sus estrategias pedagógicas
fundamentales.
En Venezuela, y en general en América Latina, hemos ido reflejando, en alguna forma, la historia aquí
brevemente relatada. Falta ahora construir nuestra síntesis, tarea que no parece ser fácil. ¿Qué
haremos con nuestro postgrado? ¿Qué debe ser nuestro doctorado? ¿Copiaremos o inventaremos?
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La verdad, señores, es que mucho hay que criticar del doctorado actual. Pero el tema es para otra
ocasión..
8. NOTAS Y REFERENCIAS
(1) En este artículo no nos referimos al caso de los médicos, quienes en casi todo el mundo son
llamados 'doctores' aunque sean solamente licenciados en medicina. Costumbre que, por cierto, en
muchos países latinoamericanos se extiende a otras profesiones unversitarias. Es más, a veces esta
denominación se utiliza popularmente como señal de respeto hacia una persona. Inclusive hay el
caso de Argentina, donde los abogados (o licenciados en derecho) recurrieron a la Corte y ganaron el
derecho a utilizar el título de doctor aunque no lo posean.
ARMELLADA, FRAY CESAREO DE: Los doctores "honoris causa". En La Religión, Caracas, 6 de
julio de 1990.
CURTIS, RICHARD: Postdoctoral education. In: The Encyclopedia of Education. New York: The
Macmillan & Free Press, 1971.
CGS: The doctor of arts degree. Washington: The Council of Graduate Schools, 1970.
CGS: The doctor's degree in professional fields. Washington: The Council of Graduate Schools, 1971.
CGS: The doctor of philosophy degree. Washington: Council of Graduate Schools, 1990.
DAO, ANIBAL: No todos los abogados son doctores. En: El Nacional, Caracas, 12 de julio de 1989.
DE VENANZI, FRANCISCO: Investigación y docencia en la universidad. En: Interciencia, vol 12, num
5; set-oct 1987; pp 221-225.
DORE, RONALD: The diploma disease.- Los Angeles: University of California Press, 1975.
HASTINGS, RASHDALL: The universities of Europe in the Middle Ages.- Oxford Univeristy Press,
1936; 3 vols.
KIRILOV-UGRIMOV, V.: A system for the certification of scienti fic cadres.- Soviet Education, vol xx,
num 1; november 1977.
9
OSGUTHORPE, R. T. & WONG, M. J.:”The Ph. D. versus the De. D.: Time for a Decision”.- Innovative
Higher Education, vol 18, num. 1, Fall 1993; pp 47-64.
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Conferencia presentada en el XVI TALLER DE COORDINADORES GENERALES DE POSTGRADO,
Maturín, 31 de marzo de 1995)
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VÍCTOR MORLES
Presentamos a continuación algunas definiciones sobre el grado de doctor, sobre todo de carácter
institucional, las cuales han sido tomadas un poco al azar, pero que pueden ayudar a identificar cada
vez mejor los componentes básicos de este importante sector académico.
ESTADOS UNIDOS:
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* "El grado de Ph D atestigua el dominio de una disciplina amplia de estudio, junto con conocimiento
de un campo específico dentro de dicho tema"
* "El programa de Ph.D. está dirigido a preparar al estudiante graduado para una vida de actividad e
investigación creativas, casi siempre en asociación con una carrera docente en una universidad o
colegio."
(The Council of Graduate Schools: The Doctor of Philosophy Degree. Washington, 1971).
* "The professional Doctor's degree should be the hihgest university award given in a particular field in
recognition of completion of academic preparation for professional practice, whereas the Doctor of
Philosophy degree should be given in recognition of preparation for research whether the particular
field of learning is pure or applied. A student may appropiately complete a professional doctoral
degree, such as the M.D., and then take the research degree of Ph.D., or vice versa."
(The Council of Graduate Schools: The doctor's degree in professional fields. Washington, 1971).
* "...the Council have in principle recommended the establishment of graduate programs leading to the
degree of Doctor of Arts to prepare students for a lifetime of effective teaching at the college level. The
Doctor of Arts program should be of such rigor that the degree will take its place among other
respected doctoral degrees such as the Doctor of Philosophy, Doctor of Education, Doctor of Medicine,
Juris Doctor, and others".
(The Council of Graduate Schools: The doctor of arts degree.- Washington, 1970).
* "The Doctor of Philosophy degree is the highest academic degree granted by North American
universities. It is a research degree and is to be distinguished from other doctorates such as the M.D.,
J.D., or Ed.D. degrees, which are designed for professional training or which focus on applied rather
than basic research.
The Doctor of Philosophy program is designed to prepare a student to become a scholar, that is, to
discover, integrate, and apply knowledge, as well as communicate and disseminate it."
11
UNIÓN SOVIÉTICA
--------------------------------------------------------------------------------------------------
* "El grado académico de doctor en ciencias se expide a personas que, en general, poseen el grado
de candidato en ciencias en una determinada rama de las ciencias y han defendido en público una
tesis doctoral [...]. Los candidatos al título académico de doctor en ciencias deben demostrar que son
investigadores creativos capaces de formular y resolver, por sí mismos y a un nivel teórico elevado,
problemas científicos importantes que puedan hacer contribuciones relevantes a la ciencia y a la
práctica."
La tesis que se presente para el grado de doctor en ciencias debe ser un trabajo de investigación
individual que comprenda sintetizaciones teóricas y que resuelva problemas científicos de apreciable
valor para la ciencia y la labor práctica"
(Reglamento sobre el procedimiento para otorgar grados y rangos académicos. Moscú, 1975.)
ESPAÑA
--------------------------------------------------------------------------------------------------
* "1. Para la obtención del título de Doctor será necesario estar en posesión del título de Licenciado,
Arquitecto o Ingeniero y, conforme a lo dispuesto en este Real Decreto:
a) Realizar y aprobar los cursos y seminarios del programa de Doctorado correspondiente.
b) Presentar y aprobar una tesis doctoral consistente en un trabajo original de investigación.
2. Las Universidades establecerán las formas de realización de los programas de Doctorado y el
procedimiento para la obtención del título de Doctor, con arreglo a los criterios que se establecen en
este Real Decreto.
(Ministerio de Educación y Ciencia. Real Decreto 185/1985, 23 de enero, por el que se regula el tercer
ciclo de estudios universitarios, la obtención y expedición del título de Doctor y otros estudios
postgraduados.)
MÉXICO:
--------------------------------------------------------------------------------------------------
* "El grado académico más alto que otorga la Universidad es el de doctor. Los estudios del nivel de
doctorado tienen por objeto preparar al candidato para la investigación original. Este grado se obtiene
mediante la aprobación del plan de estudios, la presentación de una tesis original y su réplica oral. El
valor mínimo de este nivel será de 150 créditos sobre la licenciatura. Es requisito indispensable
también aprobar el examen de traducción de dos lenguas extranjeras de las que señale la división de
estudios superiores correspondiente."
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* Los doctorados "están orientados hacia la formación de personas capaces de desarrollar
investigación original, administrar programas de investigación e impartir docencia especializada del
más alto nivel."
ISRAEL:
---------------------------------------------------------------------------------------------------
* "Los requisitos para obtener el título de doctor en ciencias son: estudios adicionales (a los de
maestría), conocimiento de idiomas, trabajo de investigación realizado bajo supervisor, examen
especial, presentación de una tesis y aceptación por el jurado, seminarios y examen final"
FRANCIA:
---------------------------------------------------------------------------------------------------
* "El doctorado de Estado en letras y ciencias humanas es otorgado por las universidades a los
candidatos que han sostenido bien sea una tesis o bien un conjunto de trabajos originales y de alta
calidad, los cuales prueban que esos candidatos poseen el dominio de los métodos, los conocimientos
y el espíritu de síntesis requerido"
* "Le doctorat d'Etat sanctionne la reconnaissance, par un jury, de l'aptitude du candidat á mettre en
oeuvre une recherche scientifique originale de haut niveau.
A cet effet, le candidate présente on soutenance una thése ou un ensamble de travaux que le jury
apprécie en fonction de leur valeur et leur originalité.
Lorsque la thése ou les travaux résultent d'une contribution collective, la part personnelle du candidat
est apprécie dans les conditions prévues á l'article 20, dernier alinéa, de la loi du 12 novembre 1968.
Pour conférer le grade de docteur, le jury également un jugement sur la culture sicentifique du
candidat. Le candidat présentera á cette fin un exposé permettant de situer ses travaux dans leur
contexte scientifique."
CANADÁ:
--------------------------------------------------------------------------------------------------
CUBA:
---------------------------------------------------------------------------------------------------
Los grados científicos en Cuba son:(a) Doctor en Ciencias en determinada especialidad (por ejemplo,
Doctor en Ciencias Agrícolas),y (b) Doctor en Ciencias, de completa independencia entre sí, con la
única diferencia de que sólo se otorga el Doctorado en Ciencias a quienes ya posean el Doctorado de
especialidad.
* "El grado científico de doctor en ciencias de determinada especialidad se otorgará a los graduandos
del nivel universitario que contribuyan significativamente al desarrollo de su especialidad y satisfagan a
plenitud los requisitos y evaluaciones correspondientes a los programas que se establezcan, dentro de
un proceso que culminará con la defensa ante el tribunal competente de una tesis donde se ponga de
manifiesto un determinado grado de madurez científica, su capacidad para enfrentar y resolver
problemas científicos de manera independiente, se demuestre un profundo dominio teórico y práctico
en el campo del conocimiento de que se trate, y contenga la exposición del resultado alcanzado por el
graduado universitario en su especialidad, que podrá consistir en la propuesta de solución o solución
de un problema teórico o práctico o en una contribución científica de otro tipo.
(Decreto Ley Número 133 del Sistema Nacional de Grados Científicos. La Habana, 8 de mayo de
1992)
COLOMBIA
--------------------------------------------------------------------------------------------------
* "Son programas de postgrado las especializaciones, las maestrías, los doctorados y los
postdoctorados."
VENEZUELA
---------------------------------------------------------------------------------------------------
* "Los estudios de Doctorado tienen por finalidad la capacitación para la realización de trabajos de
investigación original que constituyan aportes significativos al acervo del conocimiento en un área
específica del saber. Estos estudios darán opción al título de Doctor con la mención correspondiente."
(CNU; Normas de Acreditación de los Estudios para Graduados, Caracas, 1983; Art 17).
14
* "Los estudios de Doctorado consisten en cursar asignaturas y otras modalidades curriculares
organizadas en un área de conocimiento que tiene por finalidad la formación científica y humanística
que capacite al aspirante para la realización de investigaciones originales de alto nivel. Culminan con
la obtención del título de Doctor, con la Mención en el área correspondiente.
... Todo cursante de Doctorado estará obligado a mantener vinculación directa y formal con una o más
unidades de investigación, y el programa o curso le garantizará las oportunidades correspondientes."
15
Enrique Navarro Farrán
INTRODUCCIÓN
De acuerdo a los patrones que se han establecido, tanto nacional como internacionalmente, para
que una institución esté en capacidad de adelantar este tipo de programas en una o varias áreas
del conocimiento, debe llenar una serie de requisitos, entre los cuales necesariamente debe
incluirse la presencia de un plantel de investigadores y de líneas de investigación que puedan
sustentar los programas antes señalados.
Este axioma, si bien es totalmente válido para instituciones que en los países desarrollados se
dedican a la "producción" de investigadores para entregarlos al sistema científico y humanístico
externo, no lo es tanto para nuestros países tercermundistas, en los que la mayoría de las
instituciones universitarias se encuentran en un proceso de reclutamiento y formación de personal
con capacidad de promover, dirigir y hacer investigación. La incapacidad de la mayoría de
nuestras instituciones de abordar programas doctorales en áreas en las que requieren con
urgencia la formación de investigadores, no solo para su propio requerimiento, sino también para
cubrir la demanda del país, hace que sea necesario y urgente el explorar posibilidades alternas
para que, sin sacrificar la excelencia académica que la actividad requiere, se pueda lograr la
formación de esos investigadores haciendo uso de los recursos que se encuentran seguramente
dentro del propio país, aunque dispersos, e incluso utilizando parcialmente, recursos externos.
Todo programa doctoral debe estar estructurado para que una vez cumplidas todas las exigencias
establecidas en el mismo, el egresado pueda estar en capacidad de realizar investigación científica
o humanística original y de alto nivel que concluya en aportes relevantes al conocimiento universal.
Parece lógico pensar que al igual que ocurre en otras manifestaciones de la actividad humana, el
objetivo antes señalado sea alcanzable por diferentes caminos sin que se pueda, en la mayoría de
los casos, determinar objetivamente cual es el mejor o el más apropiado, a menos que tomemos en
consideración dos variables que son determinantes: el medio y el individuo.
Tradicionalmente, en los países desarrollados con amplia experiencia de postgrado, los programas
doctorales se diseñan alrededor de una disciplina en la que la institución particular (la que ofrece
el programa) posee amplio soporte docente y de capacidad de investigación, en otras palabras, es
autosuficiente.
16
En el primer modelo, el escolarizado, la tesis doctoral surge tardíamente dentro del proceso de
formación del aspirante y el programa doctoral, de una elevada rigidez, establece un conjunto de
conocimientos comunes que deben ser adquiridos por igual por todos los candidatos a la obtención
del título. La característica principal de este modelo es quizás el que está dirigido a aspirantes
totalmente inmaduros.
La segunda modalidad permite que el plan doctoral gire en torno a la temática de la tesis o
disertación y de hecho, la programación de la formación previa se desarrolla haciendo énfasis en
las deficiencias cognoscitivas del aspirante en el área en que desarrollará su investigación doctoral,
dando una importancia relativa a la escolaridad (el plan se adapta a la madurez del aspirante),
aunque sigue conservándose la disciplinaridad del programa dentro de las opciones posibles,
según la autosuficiencia de la institución, definida por su capacidad docente y de investigación.
En nuestro sistema de postgrado encontramos diferentes grados de escolaridad, siendo uno de los
extremos, la total escolaridad, la característica esencial de la gran mayoría de los cursos de
especialización y algunos de maestría, aunque en muchas de las áreas científicas y tecnológicas
se llega también a exigir escolaridad total en cursos de doctorado. En estos casos, los programas
tienen planes rígidos, con un elevado ingrediente de asignaturas obligatorias y electivas, con
escaso margen para la obtención de créditos por concepto de seminarios, talleres, trabajos de
investigación u otras modalidades curriculares.
Tal como se dijo al principio, en nuestro sistema de postgrado encontramos varios niveles de
escolaridad en los diferentes cursos, aunque sin embargo no se han planteado aún, prácticamente,
los programas totalmente desescolarizados, a pesar de que parecen estar presentes en el papel.
El elemento "madurez del estudiante", citado en el capitulo precedente, parece jugar un rol muy
importante en cuanto a la selección del grado de escolaridad presente en un curso. En nuestro
medio observamos excelentes investigadores que por diversas circunstancias no han tenido
acceso a cursos de alto nivel (doctorales), pero que en justicia y con el objeto de aprovechar al
máximo los recursos, es necesario darles reconocimiento académico a su capacidad ya
demostrada (caso típico de estudiantes maduros) y que en todo caso resulta ineficaz, someterlos a
un proceso formativo diseñado para aspirantes de otro nivel (estudiantes inmaduros) que además
de redundante sería improductivo.
La mayoría de los cursos doctorales dentro de nuestro sistema de postgrado, al igual que los de la
17
mayor parte del mundo están orientados y restringidos a una disciplina específica y su diseño es
consecuencia de requerimientos de índole diversa que oscilan entre el interés particular de grupos
de investigadores deseosos de propulsar su propia especialidad y las necesidades institucionales o
nacionales, detectadas como consecuencia de deficiencias en los modelos de desarrollo científico
o humanístico (institucional o nacional) seleccionados por las instancias responsables de ello en
cada situación.
En los países tercermundistas (el nuestro es uno de ellos), las instituciones universitarias,
históricamente limitadas en el aspecto presupuestario y que aún se debaten en mayor o menor
grado, por lograr un nivel de desarrollo equiparable al de los países más avanzados, resulta ilusorio
no pensar en un sinnúmero de disciplinas o áreas (áreas criticas) en las que requieren de la
formación de personal para adelantar sus propios programas de investigación. Resulta obvio
imaginar que en esas disciplinas, tales instituciones, están impedidas de ofrecer programas
doctorales ( no son autosuficientes) debiendo recurrir a entes externos (otras universidades del
país y en la mayoría de los casos del exterior) para lograr el citado personal.
El corolario que podemos extraer de los señalamientos previos consiste en que, en las actuales
circunstancias, aún contando con los recursos dispersos, en nuestros países resulta imposible para
una institución universitaria organizar programas doctorales en disciplinas o áreas críticas (áreas
en las que la institución particular requiere de la formación de investigadores para su propio
desarrollo).
El alto grado de dificultad económica nacional junto con los elevados costos de la formación de
personal de alto nivel en el exterior así como la inconveniencia estratégica de continuar acudiendo
a nuestros "amigos" de hoy (no se sabe qué, mañana) para que nos ayuden a formar ese
personal, hacen que resulte imperativo el explorar fórmulas para utilizar el personal calificado que
seguramente existe en nuestra región, en el desarrollo de programas doctorales para la formación
de investigadores, empleando métodos novedosos, entre los que sin lugar a dudas puede ubicarse
lo que hemos querido llamar doctorado individualizado.
Se plantea pues la deslocalización de ciertos estudios, sin que esto implique la perdida de la
responsabilidad y el control institucional sobre los mismos.
18
LOS ESTUDIOS DOCTORALES INDIVIDUALIZADOS
El análisis precedente nos lleva al planteamiento concreto del concepto de los Estudios
doctorales individualizados o personalizados cuyos elementos esenciales son la libre
disciplinaridad y la deslocalización de los estudios, otorgándose una alta responsabilidad al
aspirante o individuo objeto del plan específico.
En la Figura 1 podemos observar una matriz tridimensional construida con las tres variables con las
que podemos definir las características de un programa doctoral particular: escolaridad,
disciplinaridad y localidad. Para cada una de estas variables observamos dos opciones cuya
combinación describe una gama de posibilidades dentro de las que podría enmarcarse cualquier
programa doctoral, existente o no, así pues, al describir la mayoría de nuestros programas vigentes
podemos utilizar los términos escolarizado, disciplinario y localizado. El caso diametralmente
opuesto estaría cons-tituido por los programas desescolarizados, individualizados y deslocalizados
(Fig. 2), los cuales nos permiten el máximo grado de flexibilidad en cuanto a la formación de
investigadores en el país, con los recursos con que se cuenta en este momento, a nivel nacional.
DESESCOLARIZADO
ESCOLARIZADO
LOCALIZADO
DESLOCALIZADO
UNI MULTI
DISCIPLINARIO
Fig. 1
19
CARACTERÍSTICAS DEL DOCTORADO INDIVIDUALIZADO
Reconocimiento de créditos
Fig. 2
a) La normativa, ya señalada, que establece todas las variables involucradas en los diferentes
procesos contenidos en el programa y la definición de la forma de interrelacionarse y
Evidentemente, una vez que la institución auspiciadora del programa, lo estructura en función de
los puntos señalados previamente, anuncia explícitamente su disposición de administrar un
proceso en el que una elevada cuota de responsabilidad recae sobre el propio candidato a grado.
En adición al tutor, se propone que la reglamentación del caso, decrete la constitución de un comité
doctoral para cada plan específico y que tendrá como función particular la de supervisarlo y evaluar
su desarrollo, haciendo las sugerencias y recomendaciones pertinentes, al tutor y al Comité
Académico del programa.
En la Figura 3, se muestra un flujograma en el que se detallan las diferentes fases del proceso de
20
ingreso al programa, estructuración y ejecución del plan individual y producción de la tesis doctoral.
Las limitantes que definen el entorno al que, de acuerdo con el programa, debe circunscribirse
cada plan específico, son las que se determinan mediante la aplicación de l! normativa señalada
anteriormente y que constituye la base fundamental de esta forma de estudios avanzados. Como
puede observarse, se propone con anticipación a la presentación del proyecto de tesis especifico,
la aprobación, por parte del candidato, de unos exámenes generales administrados por el Comité
Doctoral particular, como forma de evaluar el grado de preparación adquirido por el aspirante en el
área de su trabajo de grado y en áreas conexas, a fin de asegurar el éxito en el desempeño de la
actividad de investigación.
PROGRAMA DOCTORAL
FLUJOGRAMA DEL
DOCTORADO
COMITÉ ACADÉMICO
INDIVIDUALIZADO SOLICITUD DE INGRESO DEL ASPIRANTE
SEGÚN REQUISITOS DE
INGRESO
NO
NO INGRESA ACEPTADO COMITÉ ACADÉMICO
SI
NO
COMITÉ ACADÉMICO
ACEPTADO
SI
INCLUYE AL TUTOR
DESIGNACIÓN DEL COMITE DOCTORAL EXPERIENCIA EN EL ÁREA
INVESTIGADORES
NO SI
RECOMENDACIÓN NO
DEL COMITÉ
APROBADO? CONSEJO DE
DOCTORAL Y DEL
FACULTAD
SI
NO
SEGÚN EL PROYECTO, BAJO
ELABORACIÓN DE LA TESIS LA ASESORÍA DEL TUTOR Y LA
SUPERVISIÓN DEL COMITÉ
APROBADA
ENTREGA Y EVALUACIÓN POR EL JURADO DESIGNADO POR LOS
CONSEJOS DE FACULTAD Y
SI DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
DOCTOR
FIG. 3
21
CONCLUSIONES
1) Constituyen una posibilidad de formación de investigadores en áreas en las que las instituciones
auspiciadoras no son autosuficientes.
3) Son una vía para la integración institucional a través de la formación de recursos humanos.
22
Enrique Navarro Farrán
1. INTRODUCCIÓN
La forma como acometer la tarea anteriormente esbozada presenta numerosas variantes, que
pueden relacionarse con aspectos como el grado de desarrollo de la sociedad en la que nos
movemos y consecuentemente, el de sus instituciones universitarias, el nivel de madurez o
experiencia del candidato a investigador, la valoración que la sociedad asigna a tal actividad y la
credibilidad que tienen en esa sociedad las instituciones de educación superior que se
responsabilizarán por ese proceso de formación.
En este momento quizás es conveniente hacer una mención a los orígenes del doctorado moderno
para lo cual citamos a Morles (1994) quien se refiere al nacimiento en Alemania, a comienzos del
siglo XIX de la universidad científica, caracterizada por su autonomía académica, la integración de
la investigación con la docencia y los estudios doctorales centrados en la realización de una tesis
concebida como el producto de una investigación individual. Para el doctorado existía toda una
tradición según la cual lo esencial residía en que su otorgamiento dependía no de planes de
estudio escolarizados sino de las relaciones profesor - alumno que se estableciesen, muy
similares a las del maestro - aprendiz de los gremios medievales.
Si analizamos los diferentes modelos dominantes de postgrado en el mundo, (Morles; 1981, 1994),
encontramos que cada uno de ellos ha resuelto el problema de una manera muy particular que
oscila entre la forma más o menos liberal y desescolarizada característica de algunos modelos
europeos, a la totalmente rígida y escolarizada predominante en el sistema norteamericano. En los
actuales momentos se nota una tendencia muy generalizada a adoptar este último de manera
universal. La mayoría de programas doctorales de la Universidad Central y del país,
especialmente aquellos en las áreas científicas, parecen constituir una copia al carbón de los
esquemas rígidos típicos de las universidades del norte de nuestro continente.
La propuesta planteada por Alvarez y Navarro (1991), Navarro y Alvarez (1991) y por Navarro
(1992, 1993 y 1994) en cuanto a la individualización de los planes doctorales para la formación de
1
Encontramos numerosas y diferentes definiciones de investigador, pero todas ellas acuerdan en
que un investigador es una persona capaz de generar nuevo conocimiento en cualquier área del
saber, a través de un proceso de formulación de hipótesis y diseño de una estrategia para su
constatación o rechazo mediante la indagación sistemática de los diferentes aspectos que rodean
dichas hipótesis.
De hecho un investigador debe ser pues un experto conocedor de la disciplina o área en la cual se
inserta su trabajo creador.
23
investigadores en áreas o disciplinas en las que nuestra institución carece de autosuficiencia, se
inscribe dentro del espíritu de aquel primer modelo alemán, puesto en práctica en una época en la
que la dicha autosuficiencia institucional era más un rareza que un caso corriente.
2. EXPERIENCIAS PREVIAS
Tal como se mencionó anteriormente (Morles, 1994) los orígenes del doctorado individualizado,
basado no en un plan escolarizado de formación académica, sino en la realización de una
investigación individual bajo la asesoría de un Maestro, los encontramos en el sistema alemán de
comienzos del siglo pasado, el cual ha sido adoptado por alguno de los cinco modelos de
postgrado dominantes a nivel mundial (Navarro y Alvarez, 1991) en los que se privilegia la
investigación libre individualizada no especializada, se coloca la tesis como eje principal del
doctorado y se destacan los regímenes de estudios individualizados y poco escolarizados.
De acuerdo con lo expresado por Navarro y Alvarez (1991), el énfasis en la orientación armónica
del postgrado para satisfacer los intereses individuales ( de los cursantes) con los institucionales y
nacionales, nos lleva a concluir que más que la transferencia de un determinado modelo, lo
realmente importante es lograr un adecuado desarrollo del postgrado y que esa orientación se
establezca en base a su conveniencia y su pertinencia social en función de la armonía que se
debe mantener entre los fines y objetivos científicos, tecnológicos y humanísticos del propio
postgrado y los del país y la sociedad. En el caso del doctorado esto adquiere singular relevancia
por tratarse del nivel académico más alto y del lugar en el cual la producción intelectual individual
es más exigente, más comprometida y más próxima a las posibilidades de desarrollo nacional
autónomo.
No podemos dejar de mencionar la experiencia que existe en nuestra institución en esta materia
pues cuando el desarrollo del postgrado resultaba aún incipiente, se otorgaron títulos de doctor a
miembros del personal docente con la sola presentación de una tesis basada en un trabajo
individual de investigación, al tenor del artículo 160 de la Ley de Universidades vigente. En este
sentido son dignas de especial mención las resoluciones 41 y 58 del Consejo Universitario de los
años 1972 y 1974 que permitieron a 140 profesores que poseían título de magister o que eran
asociados o agregados con cuatro años de antigüedad, la obtención del título de doctor (Alvarez,
1991) mediante un esquema totalmente desescolarizado e individualizado, siendo la tesis el
requisito esencial.
24
Desde la creación, en la Facultad de Derecho, del primer programa doctoral unidisciplinario
(Doctorado en Derecho) en el año 1963 (Morazzani,1980), nuestra institución ha ido avanzando de
manera sostenida en el diseño y ejecución exitosa de programas de este tipo (unidisciplinarios o
multidisciplinarios), para lo cual, de acuerdo a la normativa interna sobre la materia (sucesivos
reglamentos de estudios para graduados o de postgrado), debía demostrarse en cada caso y ante
las autoridades competentes, autosuficiencia institucional en cuanto a los recursos docentes, de
infraestructura y de investigación con que contaba el área específica en la cual se ofrecería el
grado doctoral. Este condicionamiento crea una limitante en cuanto a las disciplinas en las que
eventualmente podría ofrecerse el citado grado académico, el cual constituye no solo el certificado
de que se han adquirido los conocimientos y destrezas para dedicarse autónomamente a la
investigación, sino que también su obtención constituye un elemento legalmente imprescindible
para que un miembro de nuestro cuerpo docente ascienda a las más elevadas categorías
académicas dentro del escalafón universitario (profesor asociado o titular).
De cualquier manera, los objetivos que persiguen los programas doctorales en general y muy
particularmente aquellos ofrecidos por la universidad como organización social son:
1.) Formar investigadores en todas las áreas del saber que residen en ella.
2.) Ofrecer a su cuerpo docente la posibilidad de alcanzar la máxima categoría académica posible.
Para los cual, entre algunas otras, encontramos tres posibles opciones:
1.) Envío de nuestros profesores a formarse en otros centros de excelencia del país o del exterior,
con preferencia en estos últimos.
La experiencia nos indica que las dos primeras opciones, especialmente la citada en primer
término, aunque puestas en práctica con mucho éxito en el pasado y hacia las que se han volcado
hasta los momentos una gran cantidad de recursos institucionales y materiales, resultan hoy en
día, dadas las características socioeconómicas actuales de nuestro país, extremadamente
costosas, imprácticas y restringidas. De ahí que se nos presenta la posibilidad de la tercera
opción, la de los programas doctorales individualizados que, sin abandonar las dos anteriores y a
manera de una importante complementariedad, abren todo un nuevo espectro de oportunidades de
formación y desarrollo no solamente a los miembros del personal docente de la U.C.V. sino a todos
aquellos profesionales que deseen hacer de la investigación científica, tecnológica o humanística
su manera de participar y contribuir en el desarrollo social y económico del país.
En Navarro (1993, 1994) se presentan los detalles más importantes de un programa doctoral
individualizado, el cual debe poseer tres características de flexibilidad fundamentales:
25
1.) Desescolaridad o escolaridad variable, en donde los créditos académicos que deben ser
adquiridos por el o los candidatos y que de acuerdo a la normativa vigente, tanto nacional como de
la U.C.V., no puede ser inferior a 45, puedan lograrse por vías como el reconocimiento de créditos
previamente aprobados, las pruebas de suficiencia y la asignación de créditos por otras
modalidades curriculares especificadas dentro del respectivo programa a plan individual.
2.) Multidisciplinaridad. La disciplina dentro de la cual se inserta el plan doctoral estará definida
según la temática de la tesis propuesta, por lo que esta proposición de tema debe hacerse de
manera muy temprana.
En definitiva, las ventajas que ofrece un programa de este tipo pueden resumirse en los siguientes
aspectos:
1.) Constituyen una posibilidad de formación de investigadores en áreas en las que las
instituciones auspiciadoras no son autosuficientes, complementando así los programas
unidisciplinarios existentes.
3.) Son una vía para la integración interinstitucional a través de la formación de recursos humanos.
4.) Permiten un mejor y mayor aprovechamiento de los recursos físicos y docentes, especialmente
los de dentro del país, en la formación de investigadores.
26
5.) Incrementan la producción científica, tecnológica y humanística en una determinada área, al
incorporar un mayor número de profesionales a esa actividad, ya sea como tesistas o como
tutores.
La vinculación estrecha entre las diferentes instituciones de educación superior que ofrecen cursos
de postgrado en el país, puede constituirse como el beneficio marginal más importante de este tipo
de programa, pues en la consecución de cada plan individual puede materializarse, de hecho, una
relación que en numerosas ocasiones es difícil de lograr por la vía formal de los acuerdos o
convenios
Al abordar ente tema dentro del contexto que nos ocupa podríamos comenzar con hacer
referencia a la constitución del Mercado Común del Conocimiento, el cual se menciona en alguna
forma en la Declaración de Guadalajara, la cual fue suscrita por los Presidentes latinoamericanos
en la reunión cumbre llevada a cabo en el mes de julio de 1991. Dentro de este amplio concepto
de cooperación internacional latinoamericana y lograr lo que Tunnerman (1994) define como
Mercado Común Académico, encontramos que la organización de redes académicas de
instituciones con intereses comunes de estudio e investigación, constituye la manera más expedita
y eficiente de concretar esa cooperación. Tal como lo señala el mismo autor (Tunnerman, 1994),
“también son eficaces los proyectos que integran los recursos humanos, materiales y financieros
de varias instituciones en un solo esfuerzo, ya sea para crear un determinado postgrado o bien
para emprender un trabajo de investigación de interés común. Asimismo, puede lograrse una
colaboración interinstitucional si se estructura un programa que contemple la participación, con sus
mejores recursos académicos, de varias universidades, dirigido a la superación de determinada
área del saber”.
Dentro de los posibles programas de postgrado, en los que participen varias universidades (ya sea
en el contexto nacional o internacional), destacan por su flexibilidad, viabilidad y sencillez, los
programas doctorales individualizados, en los que el elemento sustantivo de integración o
colaboración interinstitucional lo constituye el propio plan individual aprobado a un determinado
candidato, quien puede constituirse en el vehículo más idóneo para el flujo de experiencia y
conocimiento entre los diferentes organizaciones o países participantes.
Un programa doctoral que deja al aspirante la libertad de seleccionar dentro de su plan específico,
los centros de excelencia, ya sea a nivel nacional o internacional, en los cuales desea adelantar
total o parcialmente, las diferentes actividades académicas relacionadas con el mismo, se
constituye en si mismo, en un excelente mecanismo de vinculación entre dichos centros y
consecuentemente, en un magnífico vehículo para la integración. De ahí la importancia, no solo de
promover la creación de tales programas doctorales en nuestra universidad, sino de promocionar
las ventajas de los mismos, dentro del país y en el ámbito latinoamericano principalmente, a fin de
que obtengan reconocimientos institucionales a modo de facilitar la movilidad que este tipo de
actividad requiere para que cada candidato pueda alcanzar exitosamente su objetivo de formarse
como investigador.
6. BIBLIOGRAFÍA.
Alvarez, Neptalí (1991) : U.C.V.: Personal docente acogido a las resoluciones del C.U. 41 y 58 y
graduados de doctores, período 1972-1983 . Caracas, Consejo de Estudios para
Graduados, U.C.V.
27
Alvarez, Neptalí y Navarro, Enrique (1991): El doctorado individualizado y la formación de
investigadores. III Seminario Latinoamericano de Estudios de Postgrado, Caracas,
Resúmenes, p. 3.
Morazzani de Pérez Enciso, Gisela (1980): Situación de los postgrados en la Universidad Central
de Venezuela !979 - 1977. Funcionamiento: Organización académico-docente y
recursos. Coordinación Central de Estudios para Graduados, U.C.V. Litotécnica C.A.
de Artes Gráficas, Caracas, 141 p.
28
VÍCTOR MORLES
1. INTRODUCCIÓN
Los resultados inmediatos de la educación de postgrado son tres: primero, los profesionales o
expertos altamente capacitados, es decir, los especialistas, investigadores, docentes y líderes que en
ella se forman; segundo, los productos intelectuales o trabajos de grado (tesis y otras obras) que son
elaboradas por sus participantes; y, tercero, el servicio público que se presta en diversas formas,
principalmente mediante la difusión de técnicas, conocimientos y valores. En esta oportunidad nos
vamos a referir a los aspectos conceptuales de la segunda categoría, es decir, a los trabajos de grado,
los cuales son importantes por su condición de obras que generalmente resuelven algún problema
teórico o práctico, porque son imperecederos y objetivos, y son los que mejor reflejan la esencia de
este nivel educativo. Comencemos por una breve historia.
Los trabajos de grado, como demostración final, concreta y sintética de que un candidato merece un
determinado título académico es un invento de la universidad medieval del siglo XII cuando en ella se
establece la presentación de una tesis como requisito único para el otorgamiento del grado de Doctor
a quienes ya son Licenciados y se han destacado en su labor profesional o ciudadana. Al principio la
tesis consistía simplemente en la defensa pública de una proposición (es decir, un juicio o tesis) de
carácter controversial y de contenido filosófico o teológico; durante la defensa el graduando tenía la
oportunidad de demostrar, ante un jurado (que incluía los célebres "oponentes" o "abogados del
diablo") tanto sus habilidades retóricas y el conocimiento de las obras de las autoridades consagradas
como su capacidad argumental.
Con el transcurrir del tiempo, el examen doctoral fue degenerando hasta quedar reducido a un
discurso no escrito sobre un tema casi siempre banal, complementado con una fiesta pomposa que
pagaba el homenajeado.
Durante un tiempo este concepto de tesis parecía inobjetable; pero desde hace varias décadas ya no
existe consenso sobre el asunto. En Estados Unidos, por ejemplo, la nación líder en tantas cosas,
inclusive en materia de postgrados, tradicionalmente y por influencia germana se ha concebido la tesis
o disertación doctoral como una investigación científica individual realizada bajo tutoría, la cual
demuestra un conocimiento especializado y contiene aportes originales y significativos al campo del
saber al cual ella se refiere (Boyer, 1973; CGS, 1990). Este es el concepto dominante de tesis
doctoral, el que se ha impuesto en casi todo el mundo, excepto en Francia y en algunos países
socialistas o ex-socialistas donde se le ha dado una connotación más amplia (Morles, 1989). Sin
embargo, cuando se intenta precisar el significado de dicha definición dominante encontramos que no
hay acuerdo en el país norteño sobre lo que se entiende por "investigación", ni por "original" ni por
"significativo"; por lo cual, la evaluación doctoral queda siempre en la opinión a veces arbitraria pero
29
infalible de un jurado de unas cinco personas. Por lo cual, para el candidato doctoral preparar la tesis
es muchas veces un trauma irreparable y el examen final una aventura ingrata.
La falta de consenso o de precisión sobre lo que es una tesis doctoral condujo recientemente al
Consejo de Escuelas de Postgrado de Estados Unidos y Canadá a realizar un estudio bastante
cuidadoso sobre esta problemática y a dictar al respecto unas recomendaciones muy específicas, la
principal de las cuales dice así (CGS, 1991):
"La disertación doctoral debe: (1) revelar la capacidad del estudiante para analizar, interpretar y
sintetizar información; (2) demostrar el conocimiento por parte del estudiante sobre la literatura
relacionada con el proyecto o, al menos, dar cuenta de trabajo académico serio en relación con el
tema; (3) describir los métodos y procedimientos utilizados; (4) presentar los resultados de manera
lógica y secuencial; y, (5) mostrar la habilidad del estudiante para discutir de manera completa y
coherente el significado de los resultados. En el área científica, el trabajo debe estar descrito con
suficientes detalles como para permitir a un investigador independiente la repetición de la indagación
realizada".
Con esto, sin embargo, no se resuelven todos los problemas relacionados con los trabajos de grado,
porque, como veremos de seguidas, el asunto es un poco más complejo.
Un estudio somero de los principales sistemas de postgrado, permite afirmar que esta actividad ha
cumplido hasta ahora una función social importante, puesto que ya podemos afirmar que una alta
proporción de los líderes mundiales se han formado a nivel de postgrado, muchas tesis doctorales han
dado lugar a premios nacionales e internacionales, y muchas otras han contribuido a resolver
problemas sociales o científicos relevantes. Pero el costo social y económico de esta actividad es
sumamente alto: largos años de trabajo (en el aula, en bibliotecas y laboratorios) y grandes sumas de
dinero invertidas con un retorno dudoso. ¿Tiene sentido, sobre todo en los países atrasados,
mantener la realización de tesis doctorales como requisito de graduación? ¿Tiene sentido exigir
trabajos de grado en otros niveles académicos?
La cuestión de los trabajos de grado es realmente compleja. Porque se trata no solamente de los
problemas conceptuales y normativos, en los cuales se centra hoy nuestra principal preocupación,
sino también de otros de carácter práctico, sobre los cuales existe bastante literatura y no vamos a
analizar. Ellos van desde la preocupación por la poca capacidad para escribir que, en general, tienen
los estudiantes de postgrado (Jeske, 1984) ) o sobre si vale la pena el esfuerzo de tantos años de
trabajo para producir una obra que casi siempre va a reposar en un archivo (Metzger, 1989,
Germeroth, 1990), hasta asuntos como el famoso síndrome TMT o todo menos tesis (Valarino, 1987),
los factores que afectan la producción de estos trabajos (Bello, 1991; Zerpa, 1986), las dificultades que
implica la dirección de tesis (Leduc, 1990) y las condiciones realmente necesarias para producir una
tesis doctoral (Wilson, 1965, Tuckman, 1990).
En cuanto al aspecto conceptual, sobre lo cual centraremos nuestras propuestas y cuestión nada
despreciable porque los conceptos se traducen casi siempre en leyes, reglamentos, normas y
conductas, podemos decir que los principales problemas y críticas sobre las tesis doctorales en su
concepción dominante y que son válidas para todos los trabajos de grado, pueden resumirse en ocho
mitos o dogmas que hoy proponemos combatir. Ellos son:
Se tiene en el mundo académico como una verdad indiscutible que toda tesis debe ser una
investigación científica, es decir, el producto de un proceso racional de búsqueda y descubrimiento de
saberes o conocimientos con alta probabilidad de certidumbre. Esto, en nuestra opinión, es una
concepción muy limitada de lo que debe ser un trabajo final de postgrado por cuanto, primero, si el
objetivo de la educación de postgrado es producir ciencia, es decir, una comprensión mayor del
mundo para mejor disfrutarlo, lo cierto es que, como lo hemos argumentado en otro lugar (Morles,
30
1992), la investigación científica es solamente uno de los componentes de la ciencia, no siempre el
más importante. Recordemos que, además de este proceso otros componentes científicos son,
indudablemente: la teoría científica, como síntesis creadora acerca de lo observado y pensado, y la
ciencia consolidada, como síntesis organizada de lo aceptado como verdadero por la comunidad
científica dominante; a lo cual válidamente puede añadirse la técnica como aplicación de saberes
científicos y empíricos.
Es más, lo anterior es todavía una visión muy restringida de las necesidades y potencialidades
intelectuales del hombre y la educación de postgrado no puede reducirse a finalidades científicas. El
ser humano necesita, es cierto, conocer la verdad sobre el mundo (es decir, dominar la ciencia); pero
también necesita encontrar y disfrutar lo útil (o sea, la técnica) y no puede vivir sin la belleza (contenida
en el arte) y sin buscar el bien (objeto de la ética). Por otra parte, es preciso tener en cuenta que, es
cierto, la ciencia y la técnica han resuelto muchos y extraordinarios problemas humanos, pero también
es cierto que ellas han creado o contribuido a crear problemas sociales tan graves como la
contaminación ambiental o la explosión demográfica, el recalentamiento terrestre o las guerras, o el
cáncer o el stress. Por eso debemos mantener que los enfoques científicos y técnicos, necesarios
para mejorar la vida humana, hay que complementarlos con enfoques humanísticos o éticos. Por ello
defendemos la idea de que los trabajos de grado no pueden ser solamente investigaciones, por
profundas y originales que sean, ni siquiera solamente obras científicas sino que deben ser
esencialmente auténticas obras intelectuales relevantes realizadas en un ambiente de gran libertad;
esto último para garantizar la creatividad, la crítica honesta, el razonamiento audaz y el vuelo libre de
la imaginación. En un mundo complejo y en crisis como hoy, romper los esquemas y paradigmas y
cuestionar autoridades parece ser la salida promisoria.
El segundo mito sostiene que todo trabajo de grado debe ser una obra original. Pero, nos
preguntamos: ¿cuál es el significado de este concepto? Porque la verdad es que con respecto a
cualquier obra se puede decir tanto que es original como recordar aquello de que nada hay nuevo bajo
el sol. Porque lo cierto es que en cualquier obra intelectual honestamente realizada, siempre habrá
algo nuevo o distinto, algo original en cuanto a contenido, a su método, a su presentación o a las
circunstancias de su realización. La insistencia en la originalidad sólo ha servido para que el
investigador novel, en su búsqueda y rebúsqueda de lo nunca encontrado, no tenga otro camino que
seleccionar temas cada vez más puntuales, cada vez más intranscendentes.
Aunque la originalidad debe ser un criterio para evaluar un trabajo de grado, todavía más importante
es que el mismo sea una auténtica obra intelectual que resuelva un problema relevante de carácter
social, científico, técnico o humanístico.
El tercer dogma supone que toda tesis debe ser producto de la aplicación rigurosa del método
científico y que este método es único: más exactamente, el método científico es el proceso que yo
aprendí en mis estudios de postgrado, posiblemente en el exterior, o el que está descrito en el manual
que yo utilizo. Pero, aparte de que es cuestionable hasta la existencia de algo que sea
intrínsecamente esencial al llamado “método científico”(Woolgar, 1991), lo cierto es que, si tal método
existe, él sólo sirve para descubrir conocimientos pero no para inventarlos. Es más, si aceptamos su
existencia, él no parece ser método único, y si acaso existe un mértodo general el mismo tiene que
interpretarse de una forma muy amplia y flexible, lo medular del cual debe ser el descubrimiento de
saberes o conocimientos como producto de la observación intencional y sistemática (directa o
indirecta) y ell análisis lógico y crítico de lo observado.
Este dogma del metodismo es sumamente negativo porque conduce a un empirismo racionalista
estéril que lleva a descartar el estudio de problemas complejos (porque no pueden observarse
directamente o no pueden medirse) o a cuantificar lo imposible y a aplicar a la fuerza en ciencias
sociales o en problemas complejos las técnicas de investigación típicas o propias de las ciencias
31
físicas o de los objetos simples. En otras palabras, esto conduce a un predominio del método sobre el
objeto: a no investigar lo que se quiere o se debe o lo importante sino aquello que puede analizarse
mediante técnicas y pruebas estadísticas; lo cual, indudablemente, es una visión estrecha y pobre de
la investigación científica, de la ciencia y de otros métodos para conocer la realidad, así como también,
un menosprecio manifiesto de otras potencialidades creativas del hombre.
Un cuarto dogma que hay que cuestionar se refiere a que todo trabajo de grado debe constituir una
obra individual. Si reflexionamos un poco sobre esta disposición encontramos que no hay razón de
peso para su existencia, excepto el argumento pobre o menor de que es más fácil evaluar un trabajo
individual que uno colectivo. En un mundo cada vez más complejo y si el postgrado o la Universidad
desean resolver problemas relevantes, lo más acertado es promover el trabajo colectivo e
interdisciplinario, así como la participación de los estudiantes de postgrado en programas o líneas de
investigación institucionales sobre problemas sociales, científicos o técnicos relevantes. Porque la
participación en equipos no excluye la posibilidad de exigir demostraciones o informes que den
constancia de los aportes individuales.
Quinto: El trabajo de grado como exclusivo de los niveles académicos más altos
Otro dogma es el de suponer que sólo los candidatos doctorales, con algunas excepciones, pueden y
deben presentar trabajos de grado. ¿Hay alguna razón para este privilegio o para este castigo
diferencial? En realidad no. Porque si creemos que es conveniente que todo graduando produzca una
obra intelectual que enriquezca el acervo documental de la institución que lo ha formado, el problema
se reduce a adoptar una definición amplia de trabajo de grado y a diferenciar las exigencias según el
nivel educativo al cual él se refiera. Esto es lo que en otro lugar hemos hecho (Morles, 1992) al sugerir
la conveniencia de establecer como requisito normal, en cuanto a trabajos científicos de grado en la
educación superior, y algo similar podría hacerse para otros niveles educativos y áreas intelectuales,
lo siguiente: a) una monografía como trabajo de grado de Licenciatura; b) un diseño, es decir, un
proyecto, plan o invento cuando se trate de cursos de Especialización; c) un informe de investigación
para la Maestría; y, d) una tesis o intento de teorización para el Doctorado.
Otra tradición que debe revisarse es la que se refiere a que el autor de un trabajo de grado debe estar
bajo la supervisión de un tutor o de un comité de tesis. Esto presupone que todos los estudiantes de
postgrado son inmaduros o incapaces, lo cual, desde luego, no siempre es cierto, particularmente en
nuestro medio. En consecuencia, conviene hacer excepciones a esta norma o disponer simplemente
que el candidato, sobre todo el doctoral, pueda trabajar independientemente o pueda libremente
escoger y proponer su tutor, si es que lo necesita. Esto no excluye la necesidad y conveniencia
institucional de supervisar regularmente el trabajo de todo cursante.
Otra norma que queremos criticar es la referente a imponer plazos fijos para la realización y entrega
de los trabajos de grado. Esta disposición es una concepción deformada del trabajo creativo o
intelectual, porque lo cierto es que esta actividad no puede ni debe verse como algo burocrático o
rutinario, con horarios y fechas fijas, y debe entenderse que en él influyen decisivamente factores
incontrolables como la salud mental del candidato, la inasible inspiración, la casualidad o la suerte. Lo
32
importante en este sentido es que haya un trabajo continuo por parte del cursante y una supervisión
permanente por parte de los responsables de los programas.
Por último, no podemos dejar pasar la idea predominante de que el trabajo de grado, particularmente
la tesis doctoral, debe ser en cuanto a
su contenido una demostración del conocimiento altamente especializado del autor. Creemos que esta
disposición es insuficiente. Es mantener la concepción errada que hemos combatido en otro lugar
(Morles, 1988) del especialista estrecho que sabe cada vez más sobre cada vez menos hasta no
saber nada y que se convierte en ser hipertrofiado fácilmente manipulable, viviendo encerrado sin
comprender el mundo. Es el caso del ingeniero que puede construir un puente o autopista pero no
sabe por qué se construye en ese lugar y no en otro.
Por eso mantenemos que el trabajo de grado, sobre todo la tesis doctoral, debe ser demostración de
conocimiento especializado, pero también y sobre todo demostración de la cultura científica o cultural
del autor. Necesitamos seres humanos con capacidad para ver totalidades.
Podríamos criticar otros dogmas, tales como el de exigir que el trabajo de grado sea una sola obra y
no varias; o que sea de un tamaño, forma y con un lenguaje determinados. Pero creo que es
suficiente por ahora.
3. CONCLUSIÓN Y PROPUESTAS
En tal sentido propongo sobre este asunto, en el ámbito de la educación superior, la adopción de una
normativa muy sintética, que puede estar acompañada de orientaciones específicas no obligatorias,
centrada en las siguientes ideas:
a) Definir el trabajo de grado como una obra intelectual relevante (investigación, estudio, teoría,
proyecto, técnica, composición, etc.) y no solamente como una investigación;
b) Establecer que todo programa o curso de postgrado debe estar apoyado en programas científicos
o líneas de investigación, en lo posible multi o interdisciplinarios, en los cuales se trabaje en equipo, se
estudien problemas sociales relevantes, y participen los cursantes con sus proyectos de trabajos de
grado;
c) Establecer que todo trabajo de grado debe reflejar no solamente el conocimiento especializado del
autor sino también la relación del asunto tratado con otras áreas del contexto social, científico o
cultural; y,
33
d) Decidir que los estudiantes de postgrado pueden elaborar sus trabajos de grado en forma
independiente, si lo desean, con la condición de que presenten periódicamente, al comité académico o
director del curso correspondiente, informes de avance sobre el trabajo realizado.
4. BIBLIOGRAFÍA
CNU: Normas para la Acreditación de Estudios para Graduados. Gaceta Oficial No. 32832. Caracas,
30 de setiembre de 1983.
CGS: The doctor of philosophy degree.- Washington: Council of Graduate Schools, 1990.
CGS: The role a nature of the doctoral dissertation.- Wash-ington: Council of Graduate Schools,
1991.
ECO, HUMBERTO: Cómo se hace una tesis.- Buenos Aires: Gedisa, 1982.
GAMEROTH, DARLA: Lonely days and lonely nights: completing the doctoral dissertation.-
Washington: ERIC document, 1990; 68 p.
JESKE, JEFFREY M.: Demystifying the dissertation writing.- Washington: ERIC document, 1984.
LEDUC, AIMEE: Le direction des memoires et des theses/- Que-bec: Editions Behaviora Inc, 1990; 96
p.
QUERO, JULIO C.: Concepción del tutor como alernativa en la tesis de grado.- En Revista de
Pedagogía, vol XIII, num 29. Caracas, enero-marzo 1992.
STRICKER, GEORGE; The doctoral dissertation in clinical psychology.- In: Professional Psychology,
vol 4, num 1, 1973.
TUCKMAN, H.: On time and the doctorate.- Washington: National Academy Press, 1990.
WILSON, KENNETH: Of time an the doctorate.- Atlanta: Southern regional Education Board, 1965.
ZERPA, ARMINDA: La tesis de grado y factores que facilitan su elaboración.- Revista Investigación y
Postgrado, vol 1, num 4. Caracas, julio de 1986.
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* Ponencia presentada en la II JUNTA CONSULTIVA SOBRE POSTGRADO EN IBEROAMERICA, La
Habana, 28 de noviembre al 1 de diciem-bre de 1994.
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vm 23-11-94
34
EL DOCTORADO EN LA UNIVERSIDAD
CENTRAL DE VENEZUELA
BREVE HISTORIA
Dando un salto largo para entrar en el período de los estudios de postgrado formales en la UCV,
registramos que los doctorados se inician en 1963 en las Facultades de Ciencias Jurídicas y Políticas
y de Farmacia. En forma progresiva y en orden cronológico ofrecen oportunidades de estudios de
doctorado otras Facultades, así: Ingeniería (1973); Ciencias (1976); Ciencias Económicas y Sociales
(1978); CENDES (1980); Medicina (1983); Agronomía, Humanidades y Educación, Arquitectura y
Urbanismo y Ciencias Veterinarias (1984).
La evolución del Doctorado entre 1963 y 1996 (como parte del programa de Estudios de Postgrado
de la UCV) y en sincronía con la normativa vigente está fielmente presentada, con datos referidos a:
fechas de creación y primera oferta y de dependencias reponsables de su funcionamiento, en el
Cuadro 1.
35
1. Si bien, desde 1981 y en forma bianual, la UCV realiza Jornadas de Análisis de sus Estudios de
Postgrado (Ampliación, Especialización, Maestría, Doctorado y Postdoctorado) en cada Curso y
Facultad y en la totalidad del programa de estudios avanzados; en noviembre de 1991 se
desarrollaron las Primeras Jornadas de Evaluación de los Estudios de Doctorado.
CUADRO I
CREACIÓN, PRIMERA OFERTA DE DOCTORADO Y MARCO NORMATIVO
FACULTADES Y APROBAC. PRIMERA NORMATIVA VIGENTE
DOCTORADOS CENDES C.U. OFERTA
Derecho C.J.P. 05-12-71 1963
Farmacología Farmacia 09-04-75 1963 NINGUNA
Ciencias Políticas C.J.P. 11-02-76 1963
Mec. Teórica y Aplicada Ingeniería 28-11-73 1974
Ciencias Geológicas Ingeniería 28-02-74 1974 Reglamento
Ingeniería Estructural Ingeniería 12-06-74 1974 UCV
Geoquímica Cs. e Ing. 30-05-84 1975 1972-1973
Q. de Medica. Sint. Med. Farmacia 28-07-86 1975 (08-06-72)
Q. de Medica. Fito. Med. Farmacia 28-07-86 1975
Matemáticas Ciencias 17-11-76 1976
Física Ciencias 17-11-76 1977 Resol.C.U
Ciencias de Suelos Agronomía 14-09-77 1978 No. 41
Entomología Agronomía 29-06-77 1978 (03-11-72)
Ciencias Sociales C.E.S. 15-11-78 1979 No. 58
Cs. Sociales E. Desarrollo Cendes 23-07-80 1980 (20-06-74)
Geofísica: Prospección Ingeniería 01-04-87 1981 Reglamento
Química Ciencias 03-11-82 1982 UCV 1981
Ciencias Fisiológicas Medicina 15-06-83 1982 Política
Biología,Zoología, Postgrado UCV
Ecología y Biol. Celurar Ciencias 23-11 -83 1983
Ciencias Agrícola (*) Agronomía 21-09-83 1984 1983-1984
Historia de Venezuela (*) Hum. y Edu. 13-06-84 Normas de
Ciencias de lo Urbano (*) Arquitectura 07-11-84 Acreditación
Anatomía Patológica Medicina 07-11-84 1984 de Est. de
Medicina Veterinaria Veterinaria 28-11-84 Postgrado
Maest. y Doct. Facult. (*) Medicina 29-11-84 CNU -1983
Cs. de la Facultad (*) Arquitectura 04-87-85 (30-09-83)
Instrumentación Ciencias 15-10-86 1986
Filosofía (*) Hum. y Edu. 29-10-86 1987
Computación Ciencias 15-12-86 1987
Metal. y Cs. Materiales Ingeniería 22-12-87 1987 Reglamento
Cs. de la Facultad (*) Farmacia 06-07-88 UCV
Psicología (*) Hum. y Edu. 30-11-88 1989 1986-1988
Educación (*) Hum. y Edu. 22-07-87 1990
Doct. Genérico (*) Ingeniería 03-03-93 1993
Zoología Agricola (*) Agronomía 21-09-94 1995
Maest.y Doct. Individ. (*) Medicina 15-03-95 1995
EVOLUCION DE LA RELACION ENTRE MARCO NORMATIVO Y EL DOCTORADO
Asimismo, los estudios de doctorado de la UCV -lo cual es válido para el postgrado en su conjunto-
2
han evolucionado y sufrido cambios en su estructura académica en concordancia con el marco
normativo vigente desde 1972, registrados en el Cuadro 2.
Significa esto que, en atención a: los Reglamentos de los Estudios de Postgrado de la UCV, las
Normas para la Acreditación de los Estudios para Graduados (CNU, 1983) y las Políticas de
Postgrado, de la UCV (C.U.: 1983) y Nacional (CNU, 1993) los elementos básicos de la estructura
académica de los doctorados han sufridos cambios significativos, como los de los Cuadros 2 y 3.
2
Elementos básicos de la estrucctura acadédica: a) modalidades de estudio; b) objetivos especificos; c) grados y títulos; d)
requisitos de ingreso y de egreso ; e) procesos pedagógicos; f) tesis doctorales; y g) interrlaciones con otros postgrados y con
el pregrado, la investigación y la extensión.
Si bien los reglamentos y las normas mencionadas han sido emitidas por órganos colegiados de
variado grado y nivel de participación jurídico-administrativo, el énfasis de su filosofía y orientación para
la acción, es académico. Por lo tanto, su estructura fue construida para permitir diseños curriculares y
de planes de estudio flexibles. Esto resulta más notorio en el caso de los doctorados, sobre los cuales
las finalidades y objetivos tanto de los cursos como de la tesis están bien definidos en el Cuadro 2.
CUADRO 2
En virtud de lo anterior podría afirmarse que: 1) Los doctorados van a aumentar su volúmen en
relación con las maestrías y las especializaciones; 2) Estos estudios adoptarán modalidades de
estudio alternativas (uni, multi, inter y transdisciplinarias; con planes de estudios centralizados,
dirigidos, previamente establecidos y comunes; con planes de estudios individualizados; poco o muy
escolarizados; etc.); 3) En la UCV, en cualquiera de las modalidades de estudios (con planes
previamente establecidos o con planes individualizados).enmarcados en la estructura normativa
vigente, es casi imposible no poder diseñar cualquier clase de postgrado, en general, y un
doctorado, en particular; así como no construir una estructura académica capaz de facilitar el logro de
las finalidades y objetivos de estos estudios.
CUADRO 4
ALGUNOS INDICADORES DE LAS MODALIDADES DE DOCTORADO EN LA UCV
1. En la UCV, los doctorados asi como el conjunto de estudios de postgrado del cual forman parte,
no se han desarrollado a imagen y semejanza respecto de uno solo de los cinco modelos
nacionales dominantes de postgrado del mundo (configuraciones de V. Morles). Más bien
resultan ser productos híbridos de aquellos, con ingredientes y algunas variantes-aportes
tropicalizados.
2. Si bien son muy nuevos (a partir de 1983) los doctorados con planes individualizados en la UCV,
con (*) en el Cuadro 1 por un lado constituyen programas pioneros en Venezuela y, por otro, la
tendencia es a expandirse en ésta y otras universidades nacionales. Un antecedente que
refuerza su evolución constituye la ponencia presentada en Mérida en el IIIer. Seminario Nacional
sobre Educación de Postgrado: “Hacia el Doctorado Individualizado en Venezuela”(E. Navarro y
N. Alvarez, 1991). El Consejo Universitario de la UCV (Resolución 191, del 31-05-1995) acuerda
estimular la creación, en las facultades, de programas de doctorado individualizado con el apoyo
de institutos de investigación, de programas de postgrado de la facultad, de otras facultades de la
UCV y de otras universidades o centros de investigación nacionales o extranjeros.
3. Resulta igualmente pertinente destacar, en favor de esta tendencia alternativa del doctorado, los
pasos dados desde 1995 por la Universidad de Los Andes y por los Núcleos de Autoridades de
Postgrado y de Vicerrectores Académicos.
a)En todos los casos deben definirse normas mínimas para regir un programa o planes
individuales de doctorado, incorporando el reconocimiento y la asignación de créditos, las
pruebas de suficiencia y otras modalidades que eviten repeticiones en favor del trabajo contínuo
y fecundo de producción intelectual, fin último del doctorado: LA TESIS.
BIBLIOGRAFIA
CNU: En Postgrado: Boletín Trimestral del Consejo Consultivo Nacional de Estudios para
Graduados, No. 5. Tercer Trimestre. 1993.
CNU: Normas para la Acreditación de los Estudios para Graduados. Caracas, 1983.
UCV: Resolución No. 116 del Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela sobre
Política de Postgrado de la UCV. Caracas, 1983.
MORLES, V.: La Educación de Postgrado en el Mundo. Caracas: UCV: FHE Edifición revisada 1991.
ALVAREZ, N.: Marco normativo de los estudios de doctorado de la UCV. Ponencia presentada en las
Ias. Jornadas de evaluación de los Estudios de Doctorado de la UCV. El Laurel, 4 y 5 de noviembre
de 1991.
ALVAREZ, N.: Breve Historia del Postgrado en la UCV. Ponencia presentada en el XVI Taller de
Coordinadores Centrales de Postgrado organizado por el Núcleo de Autoridades de Postgrado.
Maturín, 30 de marzo de 1995.