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Carnaval de Cádiz
Darina Tsvetkova y Tanya Stoyanova

Una fiesta sin fronteras

Introducción
No es fácil intentar explicar qué significa el Carnaval en Cádiz, porque es necesario vivir una experiencia que ha
calado tan hondo en la tradición y el sentir de los gaditanos.

Esta fiesta es lo que es gracias a la participación mayoritaria del pueblo en la calle. En otro tipo de festejos, como
las populares ferias, el meollo se organiza en casetas montadas por las diferentes entidades. Todas ellas
comparten un espacio (el real de la Feria) reservado por el Ayuntamiento. En cambio, durante el Carnaval el lugar
de celebración es la propia ciudad, sus calles y sus plazas. Los protagonistas son sus gentes, que lucen multitud de
disfraces llenos de ingenio y originalidad. Es todo esto lo que crea el "ambiente carnavalesco" que cautiva a los
visitantes y que los gaditanos "maman" desde pequeños.

Sus orígenes
Los inicios de esta fiesta gaditana se pierden en la memoria de los tiempos. Sí se sabe que ya en 1865 las
autoridades establecían normas para la celebración de los festejos, y que desde 1885 las letras de autores como El
Tío de la Tiza o Cañamaque adquirieron renombre a nivel nacional. Tras la terrible Guerra Civil española, en la
provincia de Cádiz se mantenía vivo el Carnaval, que se celebraba en lugares como Cádiz, Trebujena y Bornos.
En los viejos archivos se refleja que, en el año 1948, se celebra un concurso en la tradicional Plaza de San
Antonio, durante la llamada "Fiesta de Coros", en el cual el coro ganador (Los Chisperos) ganó la asombrosa
cantidad de 1000 ptas. de premio. Pero el Carnaval todavía no era lo que hoy es, por razones que a nadie se
escapan: el nivel de vida no hacía posibles los presupuestos, a veces millonarios, que hoy día se estilan en las
distintas agrupaciones.

El Carnaval continuó celebrándose durante la dictadura de Franco, o más bien podríamos decir que "sobrevivió"
durante aquel periodo. Eran las "Fiestas típicas", en las que los valores propios del carnaval fueron censurados a
conveniencia del régimen. Por entonces, la Diosa era elegida entre las familias influyentes del entorno, lejos aún
del actual sistema de concurso entre candidatas presentadas por peñas y otras entidades. Los noticiarios de la
época hablan de coros y chirigotas como las únicas agrupaciones existentes. Los últimos veinte años son tiempos
de esplendor para el Carnaval de Cádiz. En el año 1979 se instaura el programa carnavalesco más o menos con los
mismos elementos que se conocen hoy día: la publicación del cartel, la inauguración del alumbrado público, el
nombramiento de la diosa, el pregón como acto inaugural, los fuegos artificiales, etc. Desde entonces, es cada vez
mayor el esplendor de los Carnavales de Cádiz y la recuperación de sus valores, así como su interés turístico
nacional e internacional, apoyado por la cada vez más amplia cobertura de los medios de comunicación.

Del disfraz al tipo


Si visita Cádiz por primera vez en Carnaval y escucha cómo se les grita a los miembros de una chirigota: "¡Tipo,
tipo!" no crea que se refieren a un modelo de coche o se trata del último insulto de moda. Con este grito se les
está pidiendo que entren en el papel del personaje que representan, interpretándolo a veces en una auténtica
"puesta en escena".En tiempos, el disfraz de Carnaval no era sino una forma de ocultar la propia identidad. Hace
muchos años, la máscara era tanto o más importante que el disfraz. Había dos tipos de máscara: el antifaz (que
sólo cubre los ojos) y la carátula (o "careta", como se le llama en Cádiz) que cubre toda la cara. En algunas épocas
llegó a estar incluso prohibida su utilización, precisamente porque facilitaban la ocultación de la identidad.
En la actualidad, el sentido del disfraz va más asociado al concepto de "tipo", y la máscara apenas se usa. El tipo
es la puesta en escena que se hace del personaje, real o imaginario. Esto afecta no sólo al disfraz y al maquillaje,
sino también al comportamiento, la interpretación y, en el caso de las agrupaciones, parte del propio repertorio.
Hoy día lo habitual es conocer perfectamente cuál será el tipo de una agrupación carnavalesca antes de
confeccionar su vestuario, su repertorio e incluso (si el presupuesto lo permite) una tramoya construída
expresamente para su puesta en escena en el Concurso Oficial de agrupaciones.
En el Carnaval de Cádiz el vestuario protagonista no es el disfraz "prêt a porter", el que puede comprarse en unos
grandes almacenes, sino el casero, el que se hace cada uno (o la madre de cada uno, que todo hay que decirlo) a
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partir de una idea del "tipo", y que cambia siempre de un año para otro. A menudo, estos disfraces suelen
basarse más en la originalidad, el ingenio y la gracia que en la calidad del tejido y la costura. Además, la
concepción del personaje que se representa se desarrolla hasta sus últimos detalles y a menudo los disfraces están
llenos de pequeños y jocosos detalles dignos de ver, que ponen de manifiesto la ocurrencia y el buen hacer de sus
creadores.
Por otro lado, en Cádiz existe una floreciente industria artesanal de confección de disfraces, en buena parte
gracias a los presupuestos de las agrupaciones carnavalescas. La importancia que ha cobrado el Carnaval de Cádiz
y la enorme rivalidad que existe entre ellas ha llevado a que, cada año, se exhiban vestuarios cada vez más
sofisticados y espectaculares.

Coros, comparsas, chirigotas, cuartelos… y algo más

Introducción
Las características de la letra, música e interpretación de una copla carnavalesca depende del tipo de agrupación
para el que haya sido compuesta. Todo intento de catalogar y encuadrar algo en Carnaval es peligroso, pero
podemos decir que en el Concurso Oficial de agrupaciones existen cuatro modalidades: El coro, la comparsa, la
chirigota y el cuarteto. Pero en la calle, donde no existe un jurado con nombres y apellidos, las manifestaciones
del arte carnavalesco llegan mucho más allá.

El coro
Es un conjunto de voces instrumentadas que, en un principio, estaba formado por unos 20 componentes, y hoy día
suelen ser más de 40. Sus voces son: primeras (tenores), segundas y bajos. Acompañando a estas voces van como
instrumentos musicales: guitarras, bandurrias y laúdes. La proporción aproximada de estos, es de cuatro a cinco
guitarras, la mitad de bandurrias y uno o dos laudes.
La bandurria hace la voz cantante, puntea y busca al tenor, el laud al segunda y la guitarra acompaña. Según el
tipo que presente el coro, se suelen introducir otros instrumentos en presentación y popurrit.

El coro, al igual que las demás agrupaciones, lleva un repertorio compuesto por: presentación, tangos, cuplés y
popurrit. Sin embargo el tango, es propio sólo del coro, su más preciado tesoro, que se cuida y mima. Un tango,
"Los duros antiguos" se puede considerar himno del Carnaval de Cádiz. Un sitio de culto para los seguidores de
los coros, es el carrusel de coros que se celebra los dos domingos y el lunes de Carnaval alrededor de la Plaza de
Abastos.

La comparsa
Esta agrupación está compuesta por unas quince personas aproximadamente. Su tipo, normalmente, no es
gracioso, ni pretende destacar lo que de esperpento y guasa tiene el Carnaval. Por el contrario, aborda más su
vertiente emotiva y poética. La comparsa tiene una garra especial, debido al sello que le imprime su creador, a la
musicalidad de su pasodoble y a la emotividad o crítica de sus letras.
Sus voces son; primeras, segundas y "contraalto". Existe otra voz que se suele introducir en la agrupación para
ayuda del contraalto o cuando este no existe, que se le ha dado en llamar "obtavilla".

Los instrumentos que lleva son: caja (tambor), bombo y guitarras. La caja lleva el compás en el pasodoble; el
bombo acompaña y remarca los finales, dando también la entrada en las paradas y en el principio. Las guitarras
pueden llegar a ser tres, y actuan de la siguiente forma; dos hacen el acompañamiento musical, mientras que la
tercera da el tono en la entrada de cada letra y puntea, haciendo solos en algunas ocasiones del pasodoble y
popurrit.

La comparsa como repertorio lleva: presentación, pasodobles, cuplés y popurrit.

La chirigota

La chirigota estuvo en la calle mucho antes que la comparsa. En el carnaval es una de las agrupaciones que
representa la vertiente cómica y mordaz. Sus tipos son por lo general de orden caricaturesco.

Una chirigota está compuesta por unas doce personas aproximadamente. Todos cantan. Como instrumentos llevan
caja, bombo, pito (el cual suele utilizar de manera más informal que en la comparsa) y últimamente se está
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introduciendo la guitarra, aunque no sea un instrumento tradicional en esta agrupación. Por ello, algunos
aficionados acusan a las chirigotas que cantan con guitarra de "perder su raíz", acercándose a la esencia de la
comparsa.

El repertorio es como en la comparsa; presentación, pasodobles, cuplés y popurrit. En este caso el fuerte del
repertorio es el cuplé, que debe estar lleno de gracia y picaresca, incluyendo el estribillo que también es cómico o
de trabalenguas.

Su forma de vestir es digna de mención, ya que además de imitar el tipo que persiguen, lo exageran, y le añaden
multitud de pequeños detalles que necesitan de una mirada atenta para descubrir hasta donde puede llegar la
gracia y el ingenio gaditano.

El cuarteto

Los entendidos en la materia nos recuerdan que los primeros cuartetos conocidos datan de finales del siglo XIX.
No obstante, esta modalidad se tuvo que patear bastantes años la calle, hasta que pudo participar como las demás
agrupaciones en concurso. Uno de los motivos que influyó para que esto ocurriese fue el de su repertorio, donde a
veces había palabras malsonantes y sobrado mal gusto

El cuarteto, como su nombre indica lo componen normalmente cuatro personas, aunque se admiten grupos de tres
y cinco miembros dentro del mismo apartado.

Su repertorio está compuesto por; parodias, cuplés y popurrit. Alternan la prosa, más o menos versificada con
canciones, aunque hay más de lo primero. Como instrumentos musicales llevan el pito y los palos (claves), que
hacen sonar de vez en cuando. Utilizan mucho la mímica, a veces exagerada.

Desde que surgió, el cuarteto cuenta con numerosos detractores, si bien legendarios personajes del Cádiz
carnavalesco como el Peña y el Masa demostraron durante décadas que un cuarteto bien llevado alcanza las más
altas cotas de originalidad, humor y arte tal y como se entiende en Cádiz. En la actualidad, es la modalidad de
peor nivel dentro del Carnaval gaditano, quizás debido a la gran dificultad que entraña producir un repertorio de
calidad para esta especialidad.

Las ilegales

Las chirigotas ilegales tienen su raiz en las primeras agrupaciones que salieron en el Carnaval. Se las denomina
así porque renuncian a participar en el Concurso de agrupaciones. Habitualmente están formadas por grupos de
amigos o peñas, que los días de carnaval prefieren participar como componentes libres y alcanzar un mayor grado
de diversión al no tomar parte en la tensión que para todo carnavalero representa el Concurso Oficial.

Evidentemente, una ilegal no se rige por las reglas oficiales de la chirigota. Indistintamente, estos grupos están
formados por hombres y mujeres, no cuidándose en ellos tanto las voces como sí el sentido humorístico de sus
letras y sobre todo el tipo, el cual suele ser original y gracioso.

Sus repertorios se van enriqueciendo cada año, llegando a igualar al de las agrupaciones que van a concurso.
Utilizan el bombo, la caja y el pito, siendo poco frecuente que lleven guitarras. La charanga es el pueblo en la
calle, el pueblo que quiere participar y que los días más señalados se disfraza, y se lanzan a callejear y a cantar,
con el sólo propósito de divertirse. El barrio de la Viña es el lugar preferido por estas chirigotas, que cada vez son
más numerosas.

El Romancero

El Romancero es una figura peculiar en el Carnaval. Se trata de una sola persona cuyo repertorio consiste en una
serie de dibujos o ilustraciones dispuestos en forma de viñetas, que se exponen al público mientras se recita la
letra en verso.
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Es evidente que el Romance no es exclusivo de estos Carnavales, si bien en Cádiz tiene un tono humorístico más
acorde con la fiesta. De él se premia la gracia y originalidad del repertorio y la exposición que el Romancero hace
de él.

Esta modalidad carnavalesca, que durante mucho tiempo estuvo prácticamente olvidada y desde hace unos años
se va abriendo paso, no participa en el Concurso Oficial del Gran Teatro Falla, si bien la Fundación Gaditana del
Carnaval organiza cada año un concurso específico.

Los autores del carnaval: Músicos y Poetas

El Carnaval gaditano no es sólo fiesta. También es cultura. La verdadera esencia del Carnaval radica en la
actuación de una serie de agrupaciones que intervienen activamente en esas fechas, en los tablaos repartidos por
calles y plazas. Radica, sobre todo, en las coplas que cantan, recordándonos los hechos, acontecimientos,
personajes, etc., más importantes de un año a otro. Para conseguirlo, el repertorio de una agrupación carnavalesca
se renueva año tras año. Músicos y poetas son los encargados de darle forma.

El poeta, como gusta llamarlo en estas latitudes, es el autor de la letra. Algunos poetas han sido y son
considerados auténticas leyendas en el mundillo del Carnaval. Por ejemplo, el genial Paco Alba, sin duda uno de
los más recordados y llorados, ha quedado en la historia del Carnaval como representante del nexo de unión entre
el antiguo carnaval y el actual.

A los poetas les toca devanarse los sesos todos los años para encontrar el verso adecuado, que transmita a propios
y extraños la idea y el sentir, o bien utilizar con habilidad el doble sentido de las palabras, la ironía, la burla fina y
disimulada, el trabalenguas... Todos ellos son recursos lingüísticos de original estilo que han sido estudiados a lo
largo del tiempo por ilustres filólogos.

El músico es la persona encargada de convertir en copla la letra del poeta (en ocasiones se trata de la misma
persona).La labor del músico tampoco es sencilla, porque tiene que atenerse, dentro de la libertad propia del
Carnaval, a los cánones carnavalescos (instrumentos, compases, estribillos...) para no desvirtuar la esencia del
coro, la comparsa o la chirigota.

El repertorio: la copla del carnaval y sus modalidades

Introducción

La tradición del Carnaval gaditano impone unas normas bien definidas sobre cómo deben concebirse e
interpretarse las coplas carnavalescas. De hecho, las modalidades de copla guardan relación directa con su
temática: las hay de contenido esencialmente humorístico y otras con un contenido más dirigido al sentimiento o a
la crítica seria.

Existe, por último, una parte del repertorio, común a todas las agrupaciones, en el que no existen reglas
predefinidas (salvo en su duración).

Repertorio común: Presentación y Popurrí

La presentación es común a todas las agrupaciones carnavalescas. No es un tipo de copla en sí misma, sino, como
su propio nombre indica, una composición pensada para abrir las actuaciones. Normalmente, hace alusión al tipo
que llevan y, desde el punto de vista del reglamento del Concurso de Agrupaciones, es una oportunidad de los
autores para dar rienda suelta a su creatividad, ya que su composición es libre, hasta el punto de que se permite
todo tipo de instrumentos, músicas no originales, etc.

El popurrí es una composición también única y común a todas las agrupaciones (como la presentación). Es la más
larga, porque consiste en fragmentos de temas musicales no originales tomados e interpretados libremente con
letra propia. Suele admitirse la utilización de instrumentos y atrezzo ajenos a los tradicionales. Aunque la letra del
popurrí es variada, teniendo cabida la crítica seria y la denuncia, los piropos a la ciudad, a la mujer, piezas
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humorísticas, etc., algunas chirigotas pusieron de moda que la letra del popurrí narrase una historia completa con
planteamiento, nudo y desenlace.

Sentimiento: Tango y Pasodoble

El Tango es una pieza exclusiva del coro y el plato fuerte de su repertorio. Comienza con una entrada musical de
guitarras, bandurrias y laúdes con acordes originales, aunque fiel a su característico compás, dando paso a la parte
cantada por los tenores, segundas y bajos. Su antigüedad e importancia en el Carnaval hacen que, cada año,
autores y críticos presten especial atención a la calidad y evolución del Tango gaditano.

El Pasodoble es una pieza propia de las comparsas. En la Comparsa se cuida especialmente para alcanzar el más
alto grado de expresividad a la hora de expresar sentimientos, denunciar hechos de la actualidad, etc. El
pasodoble del comparsista a menudo alcanza el más alto grado de poesía y belleza.

Las chirigotas también integran pasodobles en su repertorio, aunque éstos no deberían ser su punto fuerte. No
obstante, las chirigotas cada vez con más frecuencia utilizan también esta modalidad dándole un contenido
humorístico.

Humór: el Cuplé y la Parodía

El Cuplet o Cuplé es la copla más divertida de todas y también la más breve. Aunque lo llevan en su repertorio las
cuatro modalidades de agrupaciones, es la especialidad de la chirigota. La letra de un cuplé bien construído suele
ser pícara e ingeniosa, o bien utilizar el recurso del doble sentido, y terminar con un golpe humorístico que
arranca las carcajadas del público. Finaliza con un estribillo, que a veces hace alusión al tipo y otras veces puede
consistir en un trabalenguas. Algunos de estos estribillos alcanzan gran fama en el Carnaval y son coreados por
los gaditanos en estas fiestas durante años. Los cuplés pueden cantarse individualmente o engarzados
("enchampelaos") uno tras otro, sin pausa intermedia.

La parodia es una pieza propia del cuarteto. Habitualmente es una narración recitada o diálogo entre sus
componentes, que al principio se hacía en prosa o en verso y en los últimos años, por decisión del reglamento del
Concurso de Agrupaciones, se suele componer en verso. Su fin principal es humorístico.

La organización del carnaval

Introducción

El Carnaval gaditano ha llegado a unas cotas de difusión realmente sorprendentes en el transcurso de los últimos
veinte años.

Esto implica infraestructuras cada vez más complejas y costosas, tanto desde el punto de vista de las agrupaciones
como de las entidades públicas y privadas encargadas de diseñar y coordinar los actos carnavalescos, así como
hacer posible su financiación.

Las peñas

Las peñas son asociaciones de carácter popular que organizan actividades con fines culturales o festivos. La
mayor parte de las agrupaciones de Carnaval están auspiciadas por peñas, que facilitan no sólo la formación de la
agrupación, su promoción y los locales de ensayo, sino también el aporte presupuestario que requieren los
espectaculares tipos que se presentan.

La mayor parte de las peñas mantienen actividades culturales durante todo el año, contribuyendo con ello a elevar
el nivel de cultura popular. Incluso antes de la celebración del Carnaval organizan actos, como los populares
"ensayos generales" de las agrupaciones. Durante la fiesta, las peñas rivalizan en la originalidad y el diseño de sus
exornos carnavalescos, y organizan buena parte de los saraos, bailes de máscaras, concursos de disfraces,
programas de actuaciones, etc., participando también activamente en las tradicionales cabalgatas.
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Es habitual que los ensayos generales de muchas agrupaciones, organizados por las peñas, vayan asociados a la
degustación por parte del público en general de algún alimento tradicional mientras se disfruta de la actuación. A
cada celebración se le denomina según el tipo de producto que se consume: Erizá (erizos de mar), ostioná
(ostiones), pestiñá (pestiños), etc

La Fundación Gaditana del Carnaval

Ya que el Carnaval es la fiesta de la liberación, el gaditano no siempre ve con buenos ojos que se intente
"encorsetar" su fiesta en unas normas y reglamentos oficiales. No obstante, ya desde 1865 los organismos
públicos empezaron a estudiar formas de organizar la fiesta fijando el orden de las actuaciones, su duración, etc.

La Fundación Gaditana del Carnaval fue creada en la ciudad de Cádiz al objeto de dotar a la organización de los
festejos de una mayor participación popular a través de las peñas, asociaciones de vecinos y otros organismos de
carácter cultural, y al mismo articular la fiesta, hacerla más accesible al público en general, y con ello dar un
mayor esplendor a la celebración. Antes de su creación, esta función era ejercida por la Comisión de Fiestas
del Ayuntamiento.

La Fundación Gaditana del Carnaval aprueba cada año el calendario oficial de actos y redacta las normas y
reglamentos en los concursos y actividades que se celebran. Por esta razón, está compuesta por personas que
conocen a fondo el Carnaval gaditano y forma parte de su misión conservar la esencia y la tradición de esta fiesta,
No obstante, sus decisiones no están exentas de polémica y son criticadas a menudo son criticadas dentro y fuera
de la propia fiesta.

El cartel

Dada la proyección nacional e internacional de la fiesta, la elección del cartel anunciador del Carnaval de Cádiz
resulta de gran importancia. En otros tiempos se hacía con algunos meses de antelación, pero en la actualidad el
cartel anunciador de cada edición se conoce con un año de antelación. Para ello, la Fundación Gaditana del
Carnaval organiza un concurso al que se presentan multitud de diseños. En algunas ediciones, el cartel
seleccionado también ha sido origen de polémica entre los aficionados.

El cartel no va unido necesariamente a una estética determinada. De hecho, tiene la difícil misión de conjuntar su
valor artístico con el sentido carnavalesco, por lo cual a menudo se presentan a concurso diseños muy
vanguardistas que compiten con otros más tradicionales, y en definitiva siempre resulta elegido un cartel que no
coincide con el gusto de todos.

La diosa

Todas las fiestas suelen tener su reina. En el Carnaval de Cádiz, esta figura es la Diosa del Carnaval, que se
nombra una vez al año.

En otros tiempos, era habitual seleccionar a la Diosa de entre familias influyentes o de renombre de la ciudad o de
fuera de ella. En la actualidad, es seleccionada por un jurado designado expresamente y que valora su belleza y su
personalidad.

Todos los años, con antelación a la celebración de la fiesta, la Fundación Gaditana del Carnaval organiza el
concurso de elección de la diosa, y abre un plazo para que las asociaciones de vecinos, peñas y entes culturales
presenten sus candidatas. En una primera preselección se escogen doce o catorce chicas que son nombradas
ninfas. Posteriormente, de entre ellas, el jurado designado nombra a la Diosa.

La proclamación oficial de la Diosa se celebra tradicionalmente en una celebración multitudinaria en la plaza de


San Antonio y es uno de los actos, junto con el Pregón, que abre el Carnaval gaditano. La Diosa representa al
pueblo en todos los actos oficiales que se convocan durante el Carnaval. Su traje oficial es el traje típico de Cádiz:
el de piconera.

Del escenario a la calle


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Introducción

La celebración del Carnaval Gaditano comienza con el concurso de agrupaciones. Este concurso, que se celebra a
puerta cerrada, no forma parte en sí de la fiesta, sino que es la antesala en la que las agrupaciones miden lass
"fuerzas" de sus repertorios e interpretaciones ante un jurado que no siempre coincide con las preferencias
populares. Luego, el Carnaval salta a la calle y entonces, durante una semana, es propiedad de todos los gaditanos
y visitantes sin distinción.

El concurso de agrupaciones

El concurso más importante del Carnaval de Cádiz dura de dos a cuatro semanas, finalizando normalmente el
Jueves o Viernes anterior al día de comienzo de la fiesta. En él participan centenares de agrupaciones entre coros,
comparsas, chirigotas y cuartetos. Por esta razón, el proceso en la actualidad consta de una fase clasificatoria,
unas semifinales y una final.

Este concurso ha cobrado mayor importancia en los últimos tiempos, convirtiéndose en un excelente "escaparate"
de la fiesta, a nivel nacional e internacional, gracias a los medios de comunicación.

El lugar escogido para su celebración es el Gran Teatro Falla. Es éste un precioso teatro de estilo neomudéjar, con
fachadas de ladrillo rojo y arcos de herradura, construído entre 1884 y 1905 sobre el solar que ocupaba
anteriormente otro teatro de madera que fue destruído por un pavoroso incendio en 1881. Su nombre actual data
de 1926. Un gran escenario (18x25,5 m.) permite a las agrupaciones espectaculares puestas en escena. Concursar
en el Gran Teatro es para cualquier agrupación un honor y, para muchos, ver cumplido un sueño. El momento
culminante del Concurso es la Gran Final, celebrada el día anterior al Pregón de la fiesta, y que se extiende hasta
muy entrada la madrugada. Esta final es largamente esperada durante todo el año, contemplada con gran
espectación por los gaditanos y visitantes que tienen la fortuna de poder asistir en directo, y por aquellos que se
conforman con seguirla por televisión o a través de alguna de las numerosas emisoras de radio que la transmiten.

A pesar de esta gran expectación los resultados del Concurso del Falla no siempre coinciden con la opinión
popular. Por esta razón en Cádiz se ha acuñado el célebre término "Cajonazo" para definir la actuación del jurado
que deja fuera de la final a una agrupación que debía haber estado en ella o para identificar a la propia
agrupación. Algunos "cajonazos" ilustres han tenido más éxito en la calle que las agrupaciones que les han
vencido en el Teatro. Paralelamente al concurso de adultos se celebra un concurso infantil y otro juvenil. Éstos,
aunque en absoluto alcanzan la importancia de la competición de adultos, se cuidan año tras año y funcionan
como auténtica cantera de valores de la fiesta.

Además del Concurso Oficial, durante la semana de Carnaval se llevan a cabo otros concursos que premian
multitud de aspectos relacionados con la actividad de las peñas y agrupaciones, organizados por entidades
públicas y privadas: hay concursos de estribillos y trabalenguas, de letras, de vestuario, de mejor interpretación
del tipo, de exorno carnavalesco, de cuplés, etc.

El pregón

El día de comienzo de la fiesta, multitud de personas se reúnen en la Plaza de San Antonio para escuchar el
Pregón de Carnaval. El Pregón es el acto público en el que la fiesta se da por inaugurada. La persona encargada
de esta labor es el pregonero, normalmente una persona ilustre o famosa (que habitualmente cobra por ello, que
todo hay que decirlo), y que no siempre tiene que guardar una estrecha relación con el Carnaval gaditano.

El pregonero suele llevar un disfraz escogido para la ocasión, y que tradicionalmente se guarda en secreto hasta el
mismo día del Pregón. El acto normalmente aúna ciertas dosis de improvisación con un texto cuidadosamente
preparado, y a ratos en verso. Se suelen abordar temas propios de la ciudad su cultura y su sentir, no sin ciertas
pinceladas de humor, que dependen del carácter del pregonero. Al final del pregón, no puede faltar la
proclamación a gaditanos y gaditanas de la llegada del Carnaval.

Los aficionados destacan pregones memorables de personajes que, originalmente, no guardaban una estrecha
relación con el Carnaval gaditano, como los del "Loco de la Colina", Carlos Cano o Antonio Burgos. No obstante,
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quizás prefieren que el papel de pregonero lo ocupe un gaditano, y preferentemente alguien relacionado con el
Carnaval y que lo conozca bien.

Las cabalgatas

En otras latitudes, el desfile es el acto central de la celebración de los carnavales. En Cádiz tampoco falta la
tradición de una Gran Cabalgata, acto multitudinario seguido a pie de calle por unas sesenta mil personas, que
requiere para su control de un gran despliegue de Protección Civil, Policía Local y Nacional. El recorrido abarca
varios km., y está lleno de música y colorido. En él participa un buen número de carrozas que cada año compiten
en grandiosidad y belleza. Tradicionalmente, la Diosa del Carnaval preside una de las más espléndidas carrozas
junto con sus ninfas.

En la cabalgata no pueden faltar las tradicionales bandas de música, las charangas, la representación de las peñas
y multitud de personajes anónimos disfrazados. Desde hace unos años, suele contemplarse también un grupo de
brasileñas que hacen las delicias de propios y extraños a ritmo de samba. Tras la Gran Cabalgata, es tradicional la
Cabalgata del Humor, más pequeña y menos lujosa, pero muy propia del Carnaval. Sus protagonistas son los
disfraces jocosos o aquellos que imitan a personas de la actualidad nacional o local, y los montajes o
representaciones ocurrentes e ingeniosos.

Los tablaos

En la calle, los tablaos son escenarios abiertos y de libre acceso que se construyen expresamente días antes de la
celebración del Carnaval para la actuación de las agrupaciones y otros actos programados por asociaciones de
vecinos, peñas u organismos oficiales. Para muchos entendidos, es en los tablaos y en la calle donde se desarrolla
la verdadera esencia del Carnaval.

Durante los festejos, las plazas de Cádiz aparecen pobladas de tablaos. El ayuntamiento, por ejemplo, dispone de
un tablao principal en la plaza de San Antonio, donde tiene lugar el Pregón y la coronación de la Diosa. Existen
otros lugares de la ciudad de Cádiz de gran tradición carnavalesca, cuyos tablaos no pueden dejar de visitarse en
Carnaval, como la Plaza de San Francisco, plaza del Palillero o el típico barrio de la Viña.

En cualquiera de estos lugares, y otros muchos, las agrupaciones hacen ruedas de actuaciones durante días para
deleite del público.

El carrusel de corros

Nadie que visite Cádiz en Carnaval debe perderse la cita con la Plaza de las Flores y Libertad. Como cada año, el
domingo de Carnaval estos lugares se inundan de tangos carnavalescos, resaltando la belleza y el compás de esta
copla. Es una oportunidad para observar a los coros en su salsa, es decir, subidos en la batea, antes remolcada por
animales y hoy día por un tractor, y desgañitándose para dejarse oir entre el público y el sonido de los otros coros
cercanos. Es habitual que en la Plaza no quepa un alfiler y que se produzcan "embotellamientos" por la
confluencia en un mismo lugar de diferentes coros, entre coplas y aplausos del público, que de paso compra los
libretos de coplas y cintas de las agrupaciones (o compact disc, que la tecnología lo alcanza todo).
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