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Actualmente la Acuariofilia es una afición que puede llegar a altos niveles de conocimiento
y sofisticación, que traspasan la frontera de afición para convertirse en una verdadera
ciencia, la Acuariología.
Historia [editar]
Variedad silvestre de Carpín dorado
En China, los bancales inundados para el cultivo de arroz eran utilizados para la cría de
carpas, como fuente complementaria de proteína. De estos cultivos aparecieron formas
coloreadas de carpines dorados y carpas koi que fueron seleccionadas por su belleza.
Posteriormente fueron llevadas a Japón, donde se desarrollaron nuevas variedades.
Durante la Dinastía Song, dinastía gobernante en China en el periodo de 960 a 1279, fue
cuando se popularizó más el mantenimiento de peces dorados en recipientes de cerámica.
Sobre el año 1750 se introdujo en Europa los primeros peces de colores, pero hasta el siglo
XX no se empezó a intentar la cría de especies tropicales, debido a la dificultad para
obtener ejemplares vivos (tenía que hacer largos viajes), y la dificultad de mantenimiento
(aparte de condiciones ambientales y alimentación, no existían sistema de calefacción
adecuados).
Sobre los años 1930 el acuario se empezó a convertir en un objeto de decoración en algunos
hogares y lugares públicos.
En los inicios de la acuariofilia, dos especies destacan por encima de todas: el carpín
dorado y la carpa koi.
Un Macropodus opercularis cara a cara
Los primeros peces que se mantuvieron con éxito en pequeñas vasijas cerámicas fueron
variedades doradas de Carassius auratus, un ciprínido de tamaño medio de gran resistencia
y colorido, capaz de resistir las difíciles condiciones de mantenimiento de la época. Aunque
también se utilizaba en estanques ornamentales, éste se convirtió en el reino de las carpas
koi, un ciprínido similar pero de mucho mayor tamaño, más adecuado para los grandes
estanques.
Siglos de cría selectiva llevaron al desarrollo de variedades muy diferentes a las salvajes, en
morfología y en colorido. Las carpas koi fueron por el camino del colorido (y en menor
medida la forma), al ser peces de estanque visibles fundamentalmente por su parte dorsal.
Se han desarrollado numerosas variedades, algunas enormemente cotizadas y de gran
belleza.
Del carpín dorado inicialmente se desarrollaron variedades de aletas más largas y mayor
colorido, y con el tiempo variantes morfológicas muy diferentes a la forma salvaje, con
aletas duplicadas y extrañas formas corporales, en algunos casos bellas, en otros de
discutible moralidad, como el caso de las variedades de ojos de burbuja.
Los peces dorados fueron los primeros peces en ser mantenidos por los acuariófilos, pero
en el planeta existían otros cientos de especies de peces de atractivos colores e interesantes
comportamientos adecuados para ser mantenidos en acuarios domésticos, pero que
requerían unas condiciones mucho más exigentes. Además, la gran mayoría de ellos, al ser
tropicales, requerían temperaturas estables y superiores a la mayoría de países en los que se
practicaba la afición. Además, la gran mayoría de especies eran altamente delicadas, al ser
capturadas en su medio natural.
Las primeras especies que se consiguieron reproducir con éxito fueron los Peces Paraíso y
los Luchadores de Siam, peces resistentes capaces de aguantar temperaturas medianamente
bajas, y con un órgano de respiración auxiliar (el laberinto), que les permite respirar aire
atmosférico, algo fundamental ante los inexistentes sistemas de aireación del momento.
Los primeros acuarios marinos tropicales eran sólo de peces, con peces payaso, damiselas y
pomacántidos. Presentaban las mismas dificultades que los peces tropicales de agua dulce,
y algunas más.
Los peces marinos son más sensibles a las variaciones: en general, el mar es un medio
mucho más estable que cualquier río o lago. Además, existe el agravante del agua de mar,
que hay que ir al mar a por ella, o prepararla a base de agua dulce y sales marinas (muy
diferente a la sal común).