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Magister en políticas sociales y Gestión Local,

Docente: Claudio Lara


Alumna: Paula Toledo

COMPRENSIÓN HISTÓRICA DEL NEOLIBERALISMO,


SUPOSICIONES Y CORRIENTES ECONOMICISTAS.
Magister en políticas sociales y Gestión Local,
Docente: Claudio Lara
Alumna: Paula Toledo

En este ensayo se pretenderá desarrollar algunas expresiones que irán desde el historicismo
neoliberal como expresión de los tiempos y como una corriente filósofo – economicista necesarias
de introducir para dar cuenta de cómo ha sido el devenir de este fenómeno en los nichos de la
humanidad, sus afecciones en Occidente y las deformaciones depredantes en el concierto
Latinoamericano.

Para comenzar podemos citar una definición de la economía de Marx que se asemeja mucho a la
definición de Estado elaborada por Hegel.

“ Si es claro que la producción ofrece exteriormente el objeto del consumo, también lo es que el
consumo ofrece idealmente el objeto de la producción como imagen interior, como necesidad,
como instinto o como fin”.(1). Marx usa aquí términos que Hegel había empleado antes cuando
dice que : “ el Estado es necesidad exterior y poder superior de la Sociedad Civil, pero por otra
parte es fin inmanente de ella”. Pero Marx ha reemplazado en esta definición la relación Sociedad
Civil – Estado por la relación Producción – Consumo. Es evidente que Marx da este paso
conscientemente y ya en su crítica de Filosofía del derecho de Hegel, había comentado
extensamente el párrafo referido sin llegar todavía a este reemplazo por la Dialéctica consumo –
producción. Sin embargo, la semejanza nos indica que Marx usa conscientemente términos
similares cuando escribe su Introducción a la Crítica de la Economía Política.

En realidad toda la inversión del pensamiento Hegeliano puede entenderse partiendo de este
reemplazo de conceptos. En último término se trata de un cambio total del concepto de la sociedad
y del desequilibrio correspondiente. En la Ideología Liberal Iluminista, como también en Hegel, el
equilibrio se logra por la institucionalización de ciertos valores en la sociedad. Esencialmente la
sociedad se constituye por la institucionalización de valores.

La sociedad para el pensamiento liberal se entiende como un continuum con tendencia automática
al equilibrio económico y de poderes. La ideología liberal empezó con la pura suposición de este
continuum unidimensional; sólo después del surgimiento de otras ideologías se vio obligada a
argumentar y comprobar sus tesis básicas. Las nuevas ideologías destacaron primordialmente tres
fenómenos no compatibles con la suposición de la sociedad como continuum. En este sentido
diremos lo que sigue:

1. Identificación de la persona espontánea con el individuo propietario que critica el análisis


Marxista de la mistificación de la mercadería. Adquiere cada vez más importancia en los
pensamientos críticos modernos ( Sastre, Marcuse).

2. Crisis económica y desequilibrio constante de la sociedad capitalista del siglo XIX. La tesis
de la distribución justa automática, a través, del mecanismo de mercado se destruye.

3. La lucha de clases, consecuencia del dominio de los medios de producción por la


propiedad privada, revela un poder social no previsto por la ideología liberal. Convierte la
sociedad política dominada por contradicciones internas, en vez de simple diferencias de
opiniones.(2).
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Alumna: Paula Toledo

Esta somera introducción tiene su alcance en los momentos claves de las apariciones dentro siglo
XVII y XVIII, en las manifestaciones de poder en que se vieron envueltas las clases sociales,
específicamente el Proletariado y que empieza a aparecer con cuerpos teóricos que pretendían
depurar los sistemas y estructuras economicistas un tanto desiguales con repercusiones severas
en las sistemas más frágiles como lo eran las familias y las situaciones de “dominación y
explotación avaladas por corrientes hoy ya depuestas pero con filos que perpetuaron la forma de
entender al ser humano en convivencia con otros que no son reconocidos como legítimos otros al
momento de ser considerado por naturaleza un mero producto que consume y que en estado de
desnaturalización también se puede consumir .” (3).

Ya luego vendría la ofensiva obrera... Aparecerían más tarde expresiones que podrían suponer al
Neoliberalismo.

La ideología liberal forzosamente tenía que reaccionar. En gran parte la reacción es sofisticada y
de pura afirmación de supuestos básicos de su ideología, sobre todo frente al problema de la
mistificación de la mercadería y de la sumisión de la persona espontánea al individuo propietario
nunca dio una argumentación teórica. Ya desde mediados del siglo XIX hasta hoy, la teoría
económica liberal y neoliberales dedica casi exclusivamente a hacer que el automatismo del
mercado capitalista llévela equilibrio total identificado siempre con alguna especie de solución
óptima del reparto de recursos. Occidente se ha convertir entonces respecto de los países más
alineados en un texto de pronunciamientos y de formas de entender teorías que cambiarán las
forma de consumo y los modos de producción económica.

El modelo central para la argumentación es el de la competencia perfecta, modelo penetrado


totalmente por las intenciones ideológicas que persigue. No pregunta si se da en la realidad alguna
tendencia automática al equilibrio, sino que formula la pregunta en el plano más abstracto del
modelo. El modelo parte de supuestos básicos, que son nada más que expresión de las relaciones
sociales de producción del modo de producción capitalista.(4)

A partir de este orden social de la economía capitalista el modelo de competencia perfecta busca
formular los supuestos adicionales que permitiesen a un sistema institucional de este tipo realizar
automáticamente un equilibrio a la vez óptimo y eficiente. Se pregunta por lo tanto, en qué
condiciones se puede comprobar en el modelo de la sociedad capitalista la existencia de la Mano
Invisible. (5). El resultado del modelo es curioso, el equilibrio sólo se da si se supone una movilidad
completa de todos los factores de producción y una previsión perfecta de todo lo que ocurre en el
mercado entero. La existencia del mercado no se explica, a través, del modelo de racionalidad.
Esta contradicción dialéctica del modelo de racionalidad aparece en la economía económica
moderna como teorema de la dualidad. Dorfman lo describe con claridad cuando dice que las
condiciones del óptimo son “ de modo indisoluble expresables en la óptica del planteamiento
perfecto o en la de la competencia perfecta”. Por lo tanto aniquila en su principio la célebre
demostración de Von Mises, retomada por Hayek y tantos otros, de la imposibilidad de un cálculo
económico racional en la economía socialista y de su posibilidad exclusiva en las estructuras
capitalistas. En este ensayo cobra más interés las argumentaciones críticas del mismo modelo de
competencia perfecta; las explicaré siguiendo los análisis de Hayek.
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Hayek cuenta con los resultados contradictorios del modelo de competencia perfecta y trata de
separarse por completo de este tipo de teoría. “ En general parece existir la opinión de que la
denominada teoría de la competencia perfecta ofrece el modelo propicio para juzgar las funciones
de la competencia en la vida real y de que la competencia real en cuanto se aleja de este modelo
sería indeseable y hasta dañosa”. Hayek sigue: “ La competencia es un proceso dinámico cuyos
rasgos esenciales se suponen como no existentes si se hacen los supuestos de que están en la
base de la teoría estática”

Hayek concibe claramente y lo estructura como pensamiento neoliberal, el modelo de competencia


perfecta como antiinstitucional, se da cuenta de la contradicción dialéctica que este tipo de análisis
implica. De esta formulación es que distingue finalmente dos corrientes del liberalismo, el bueno y
el liberalismo malo. El liberalismo bueno es antirracionalista, el malo en cambio es racionalista.

El liberalismo bueno, según entiende Hayek, “ es un sistema social cuya actuación no depende de
que encontremos hombres buenos para usarlos o de que los hombres lleguen a ser mejores de lo
que son, sino un sistema que saca provecho de todos los hombres en toda su diversidad y
complicación”. Esto recuerda la famosa expresión de Mandeville “ los vicios privados pueden ser
transformados en ventajas públicas por la actuación hábil de un político competente”. Pareciera
que más tarde estos vicios, así como se ha entendido tendrán serias repercusiones en el escenario
de los más pobres, pudiendo imaginar a los más pobres como los países tercer mundistas como
fueron catalogados los pueblos latinoamericanos a excepción de Estados Unidos, que participaba
concientemente de la introducción de políticas deformadoras de los estados más necesitados,
instalando las brechas que todavía en la actualidad nos acompañan en pleno siglo XXI, con
consecuencias abrumadoras.

Según Hayek, los economistas entendieron por primera vez que el mercado como se ha
desarrollado fue un camino eficaz de participación de los hombres en un proceso más complicado
y más amplio de lo que podía entender ( creado a propósito, así se cuestionaba menos al no
conocer), y que el mercado contribuyó a resultados que no eran parte de su intención.

El liberalismo bueno dice Hayek, cae también en el liberalismo malo, cuando trata de demostrar
que la sociedad capitalista real tiene esta mano invisible tantas veces afirmada. Sólo, a través, de
la tesis de que hay esta tendencia al equilibrio, la teoría económica llega a ser más que un ejercicio
de lógica pura y se transforma en ciencia pura.

Después del análisis del concepto límite ya no se puede deducir ninguna estructura social como la
estructura social racional. El concepto límite es antiinstitucional y por lo tanto, no se presta para la
argumentación ideológica simplista. La ideología neocapitalista limpia el concepto límite de todo
contenido valórico y renuncia a una fundamentación racional del orden institucional y del sistema
social económico capitalista , por lo cual se vuelve racional. La ideología liberal iluminista fundó sus
razonamientos sobre la sociedad capitalista afirmando que esta sociedad es la única que
corresponde a la racionalidad de las relaciones sociales; la ideología neocapitalista , en cambio, ha
perdido la base racional para argumentar la existencia del sistema social al cual se refiere. La
neocapitalista escoge sus valores sin argumentarlos porque los valores racionales del concepto
límite ya no sirven para argumentar la existencia de este sistema. La ideología neocapitalista
puede interpretarse como una ideología que introduce sus valores básicos irracionalmente y que
establece el criterio técnico – operativo como norma de cambio, empieza a elaborarse el margen
de represión que no reconoce estados de anomias y desviaciones.
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Hasta aquí hemos revisado las particulares apariciones de un mercado un tanto invisible, filosófico,
económico y político, centrado en la búsqueda de posibles formas de comportamiento en donde se
espera que fluyan elementos centrales de una convivencia social o como bien diría Rousseau
desde una óptica que el denominó el Contrato Social, esto frente a la aparición subterránea de un
mercado que sutilmente no pretende respetar las libertades individuales, vale decir, la aparición de
la desigualdad social como condición de progreso.

No puedo dejar de mencionar ( y ya más adelante me centraré en Chile como arquetipo de lo


situacional económico), que la mayor parte de la comunidades económicas y entre ellas justamente
las más modernas e importantes muestran una estructura de dominación la cual Hayek siempre
aborreció. En tan amplio sentido resultaría aquí imposible una completa casuística de todas las
formas, condiciones y contenidos del dominar neoliberal. Por eso al lado de otras numerosas
formas posibles nos representamos dos tipos radicalmente opuestos de dominación. “ Por una
parte, la dominación mediante una constelación de intereses, especialmente mediante situaciones
de monopolio y por otra, mediante la autoridad, es decir, el poder de mando y deber de obediencia.
El tipo más puro de la primera forma es el dominio monopolizador de un mercado. El tipo más puro
de la última forma es el ,poder ejercido por el padre de familia, por el funcionario o por el príncipe.
El primero se basa, en su aspecto puro , principalmente en las influencias que a causa de cualquier
posesión o de los precios fijados en el mercado , se ejercen sobre el tráfico formalmente “ LIBRE”
de los dominados que e inspiran en su propio interés. El último se basa en el hecho de recurrir al
deber de obediencia con absoluta independencia de toda suerte de motivos e intereses” (6). Cada
uno de ellos se convierte fácilmente en su contrario. Por ejemplo, toda gran central bancaria y
todos los grandes bancos de créditos ejercen con frecuencia una influencia dominadora sobre el
mercado capitalista a causa de su posición monopolizadora. Pueden imponer a los que buscan
crédito ciertas condiciones para su concesión y por lo tanto pueden ejercer una influencia
considerable sobre su conducta económica a favor de la liquidez de su propio capital disponible,
pues los solicitantes se someten a su propio interés a las condiciones impuestas para la concesión
de créditos y deben afianzar eventualmente tal sometimiento a las disposiciones ajenas por medio
de garantías. Esta expresión neoliberal como la comenta Weber, es la cadena conducente para
entender de mejor forma lo que ha pasado y sigue pasando con los países más pobres y que n su
condición de clientes perpetúan la pobreza como un estado de enajenación feliz como lo ha
llamado Mercuse, se sigue enajenadamente siendo feliz o mejor dicho consume como pobre pero
siendo feliz cuando tengo el falso poder adquisitivo.
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Alumna: Paula Toledo

EL DILEMA ÉTICO DEL NEOLIBERALISMO EN CHILE COMO

CONFIGURACIÓN DE UN NUEVO ESCENARIO POLÍTICO - SOCIAL

Todas las consideraciones antes descritas dan cuenta de un tránsito en el que Chile no ha
quedado exento. Las arrolladoras políticas provenientes del imperialismo y con la venia del
gobierno militar, o mejor dicho del dominador poderoso como lo situaba Weber, se lograba
disfrazar un modelo de promesas depredadoras de la condición humana en tanto que éste (sujeto),
se inserta en un espacio de natura al cual se quiere violar y enajenar con modelos que sólo le
sirven a los más ricos y que éstos mas ricos concientes logran hacer más pobres a los mas pobres.
Este modelo neoliberal anclado en América Latina, en donde reinan las dictaduras es caldo de
cultivo para una serie de proliferaciones formales de poder que hacen del mercado un espacio para
el enriquecimiento paulatino ( Concepto quizás cuestionable) de una cierta población o de un
cierto sector del país. En estos términos de la historia de las últimas dos décadas, algunos podrían
decir “a lo largo de nuestra tradición”, podríamos pronunciar que los gobiernos totalitarios carecen
de precedentes, podríamos decir también “ que ha explotado la alternativa misma sobre la que se
han basado en filosofía política todas las definiciones de las esencias de los gobiernos, es decir, la
alternativa entre el gobierno legal y el ilegal , entre el poder arbitrario y el legítimo”.(7).

En Chile el sostenimiento de políticas sociales apegadas a la comprensión neoliberal destruye


paulatinamente ciertos tejidos sociales que les pasa por encima como una máquina arrolladora que
legitima su accionar modelado por algunos países de Occidente y por supuesto por los Estados
Unidos quien siempre ha liderado y ostentado el poder que ha recibido o quitado a los más débiles.

El dilema entonces ha advertido que es una condición precipitante, que cohabita y ha penetrado en
los rincones más íntimos de la sociedad civil. La pregunta entonces es si ¿ Quédan caminos por
recorrer de la mano con la política neoliberal? Yo creo que sí, de que forma es lo que nos debiera
preocupar, como los elementos mediáticos no sólo lo presentan como una razón de ser, sino más
bien, como lo fue en la década de los 90 cuando aparece la conciencia progresista de grupos de
intelectuales de Izquierda que manifiestan su descontento no sólo con el concepto de poder, sino
como se ejerce tal concepto encarnado en una economía neoliberal utilizada a destajos en contra
del hombre entendido como sujeto de consumo y además temeroso.

Quisiera terminar citando a J.J. Bruner (8), en sus palabras finales de su texto Globalización
Cultural y Posmodernidad : “ De este modo terminamos este ensayo, allí donde lo comenzamos,
con los miedos de nuestra época. Parafraseando las hermosas palabras de Jürgen Haberlas
podemos decir: El ensayista no dispone de ningún acceso privilegiado a las verdades morales. En
vista de los cuatro grandes miedos - vergüenzas que afectan a nuestra existencia , en vista del
hambre y la miseria engendrados por nuestra arrolladora civilización; en vista de la tortura y la
continua violación de la dignidad humana; en vista de la creciente incertidumbre que produce el
tránsito hacia la posmodernidad: en vista, finalmente del riesgo de destrucción de la naturaleza y
las culturas que el avance científico – técnico representa para la vida de nuestro planeta: en vista
de hechos tan provocadores como éstos , la concepción que acabo de exponer acerca de lo que
podría dar de sí una ética liberal quizás resulte decepcionante. Pero en todo caso es un aguijón, la
teoría no excusa a nadie de sus responsabilidades políticas”.
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Y por último citaré a este gran filósofo alemán Martín Heidegger: (9)

“En verdad, nuestro tiempo de vida está


Estrechamente limitado.
Vemos y contamos la cifra de nuestros años
Pero los años de los pueblos,
¿Qué mortal los ha visto?
Si tu alma alza nostálgica el vuelo por encima
De tu propia época, tú en cambio permaneces triste
En la fría ribera
Junto a los tuyos y jamás los conoces.”
Magister en políticas sociales y Gestión Local,
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Alumna: Paula Toledo

BIBLIOGRAFÍA.

(1) Franz Hinkelammert , Ideologías del Desarrollo y Dialéctica de la Historia. Ediciones Nueva
Universidad. Universidad Católica de Chile.
(2) Franz Hinkelammert , Ideologías del Desarrollo y Dialéctica de la Historia. Ediciones Nueva
Universidad. Universidad Católica de Chile.
(3) Ignace Lepp, Angustias y esperanzas del proletariado, Editorial Orbe.
(4) Frederick Hayek, en Franz Hinkelammert , Ideologías del Desarrollo y Dialéctica de la
Historia. Ediciones Nueva Universidad. Universidad Católica de Chile.
(5) Adams Smith, en Franz Hinkelammert , Ideologías del Desarrollo y Dialéctica de la Historia.
Ediciones Nueva Universidad. Universidad Católica de Chile.
(6) Jean Rousseau, El contrato Social. Editorial Porrúa México.
(7) Arendt Hannah. Los orígenes del totalitarismo. Madrid España
(8) José Joaquín Bruner, Globalización Cultural y Posmodernidad, Fondo de Cultura
Económica.
(9) Martín Heidegger, Caminos de Bosque, Editorial Alianza, Madrid España.

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