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La evaluación
de competencias
comunicativas
Teresa Ribas En este artículo se discute el concepto de evaluación y sus posibles funciones
Universidad Autónoma en la enseñanza y el aprendizaje y se ejemplariza en las situaciones de
de Barcelona
aprendizaje de la lengua, en concreto de la lengua escrita. Se apuntan cuatro
parámetros para una clasificación de las situaciones de evaluación: el con-
texto, la función, el procedimiento y el objeto. A continuación se profundiza
en el análisis de algunos conceptos problemáticos relacionados con la eva-
luación conocida como formativa: la objetividad, las competencias, la auto-
evaluación y la diferenciación de la enseñanza. Se presenta el portafolio
como un instrumento prometedor para la evaluación de la lengua puesto que
es compatible con los enfoques actuales de la formación lingüística de los
escolares. Para terminar se apuntan los ámbitos que requerirían un mayor
trabajo: la aproximación a la evaluación desde la didáctica de la lengua, la
evaluación a partir de las competencias, la evaluación de las lenguas en una
situación de plurilingüismo escolar, la formación del profesorado y la inves-
tigación empírica.
La búsqueda de la objetividad
La evaluación de competencias
El papel de la autoevaluación
es una tarea costosa que requiere una dedicación grande por parte de
quien escribe. Si éste no se implica con la tarea, es difícil que lleve a ca-
bo el esfuerzo que requiere.
Queremos decir, pues, que la autoevaluación no es una actividad
que podamos proponer a nuestro alumnado de vez en cuando para va-
riar el sistema de evaluación, sino que se trata de una herramienta para
instrumentar el itinerario de aprendizaje y que requiere una buena pla-
nificación: hay que enseñar a autoevaluarse, que en nuestro caso que-
rrá decir aprender a hablar de la lengua y de los textos, aprender a
explicitar los referentes que se usan para decidir, por ejemplo, cuándo
un texto ya no requiere más modificaciones.
evaluación que se lleva a diario en las aulas, que son percibidos como
más problemáticos. Hemos terminado apuntando las posibilidades del
portafolio como un instrumento que permite llevar a cabo una evalua-
ción de las lenguas coherente con los planteamientos vigentes sobre la
enseñanza de lenguas.
Para terminar, es preciso que apuntemos dónde se requiere mayor
esfuerzo para poder avanzar en la concepción teórica de la evaluación
de la lengua y para dar respuesta a los problemas que nos plantea la
práctica.
Los indicaremos brevemente:
.
La didáctica de la lengua debería tomar como ámbito propio
la evaluación de los aprendizajes lingüísticos. Solamente des-
de un conocimiento de los objetos enseñados y de los proce-
sos de aprendizaje de dichos objetos podemos profundizar en
su evaluación.
.
La evaluación en un currículo formulado por competencias re-
quiere urgentemente discutir el mismo concepto de competen-
cia en el área de lengua y hallar los instrumentos más idóneos
para su evaluación. El portafolio se vislumbra como una buena
herramienta, pero hace falta más trabajo en esta línea.
.
En el marco actual de plurilingüismo escolar, tanto por lo que
establecen los currículos como por la heterogeneidad del alum-
nado, hay que plantearse seriamente cómo debe ser tenida en
cuenta esta realidad. Seguramente no deberá concebirse de la
misma manera el buen dominio de una lengua en una situación
de monolingüismo que en personas que están aprendiendo por
lo menos tres lenguas a la vez.
.
La formación del profesorado debe cambiar radicalmente: la que
se ha dado mayoritariamente hasta ahora no sirve. Debemos
preparar al futuro profesorado para que pueda diseñar y llevar al
aula una evaluación muy ligada a las prácticas de enseñanza y
contextualizada en los usos reales del lenguaje. El camino no es
fácil, pero la experiencia de las buenas prácticas puede ser un
buen punto de partida.
.
Es necesario, finalmente, poner en marcha trabajos empíricos
sobre la evaluación de la lengua que permitan un contraste or-
ganizado y sistemático de los planteamientos que se elaboran
desde la investigación. A la vez, habría que hacer un esfuerzo
para recoger y tener constancia de lo que se está haciendo en las
aulas en este momento. Queda mucho trabajo todavía, pero es
un camino con unas perspectivas prometedoras para la mejora
de la enseñanza en nuestro país.