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Buenos Aires, 26 de mayo de 2011

Al Señor Juez de Faltas


Ciudad de Trelew
S / D

REFERENCIA: expediente 6203/2011

Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y


Sociales (CELS), en el marco del expediente de referencia, me presento ante
Usted a fin de acercar argumentos del derecho internacional de los derechos
humanos que tornan la decisión dictada en este expediente así como la
ordenanza municipal en la que se funda contrarios al derecho internacional y
por ende a la Constitución Nacional, a fin de que éstos argumentos sean
tenidos en cuenta y se revierta la amenaza de desalojo inminente generada.

I. EL CELS. SU ROL EN LA PROMOCION Y PROTECCION DE LOS


DERECHOS HUMANOS EN ARGENTINA. LA ESPECIAL IMPORTANCIA
DEL DERECHO A LA VIVIENDA Y LA PROTECCIÓN CONTRA LOS
DESALOJOS FORZOSOS.

El Centro de Estudios Legales y Sociales, es una organización no


gubernamental Argentina, fundada en 1979 con el objetivo de promover y
proteger la vigencia efectiva de los derechos humanos.
Durante más de treinta años, el equipo interdisciplinario del CELS ha
trabajado mediante estrategias de litigio estratégico, investigación y
documentación, y cabildeo en materia de derechos humanos, tanto a nivel
nacional como regional e internacional. Esta experiencia ha sido
documentada año a año, en informes de situación, así como en documentos
académicos y políticos.
Desde los años 1990 el CELS ha prestado especial atención a las
violaciones que se generan en materia de derechos económicos sociales y
culturales. De hecho, desde el año 1995 tiene un programa específico en esa
temática y el derecho a la vivienda y la lucha contra los desalojos forzosos ha
sido un eje del trabajo en derecho sociales del CELS.
En el marco de este trabajo, el CELS ha presentado numerosas
investigaciones, acciones judiciales tanto a nivel interno como a nivel
internacional. Entre ellas mencionamos, la investigación sobre “El acceso a la
justicia y el papel de la defensa pública en la promoción de derechos
sociales. Una mirada sobre el derecho a la vivienda en la Ciudad de Buenos
Aires”, en el Informe Anual “Derechos Humanos en Argentina. 2008”,
disponible en www.cels.org.ar y la investigación “Deficits habitacional y
desalojos forzosos en la Ciudad de Buenos Aires: Apuntes sobre una política
de expulsión y desresponsabilización”, en el Informe Anual “Derechos
Humanos en Argentina. 2009”, disponible también en www.cels.org.ar.
También podemos mencionar la causa “Agüero, Patricio c. Ciudad de Buenos
Aires s/Amparo”, en la que la justicia de la Ciudad de Buenos Aires ordenó la
reparación del derecho a la vivienda de un grupo de 86 familias que fueron
desalojadas en la Ciudad de Buenos Aires o la acción internacional
presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la
violación del derecho a la Vivienda de las personas que habitaban en el
barrio “Ejercito de los Andes”, en la Provincia de Buenos Aires.
Es por ello, que ante la noticia de un inminente desalojo forzoso, sin
garantías judiciales ni medidas de protección para las familias que puedan
verse afectadas en él, nos presentamos ante Usted a fin de presentarle
argumentos del derecho internacional de los derechos humanos en materia
del derecho a la vivienda y la lucha contra los desalojos forzosos.

II. Antecendentes de este caso. La resolución 1922 del 20 de mayo de


2011

En la decisión dictada por Usted el día 20 de mayo de 2011, luego de


un somero análisis de los antecedentes del caso, resolvió:

ART. 1º) ORDENAR EL DESALOJO DE LAS PERSONAS Y EL RETIRO DE


TODOS LOS ELEMENTOS ENCLAVADOS, en los predios público y privado
situados en la Ruta 3 lindero al Bº San Martín de la Circunscripción 1 – Sector 2,
Lote Pastoril 16 Bº Norte de la ciudad de Trelew (conforme planos de fs. 2,3,4 y 5 de
expte 6.203/11) y que configuran ASENTAMIENTO ILEGAL, conforme
acreditaciones de autos.
ART. 2º) INTIMAR a las personas que se encuentren en el predio referido a retirarse
del mismo en forma inmediata. CASO CONTRARIO EL DIA 27 DE MAYO A PARTIR
DE LAS 9 HORAS, personal municipal con el auxilio de la fuerza policial de ser
necesario procederá a cumplimentar lo ordenado procediendo al secuestro y
decomiso de los elementes enclavados y utilizados con fiens del asentamiento, los
que serán depositados en dependencias municipales y a disposición de este
Tribunal.
ART. 3º) NOTIFICAR de lo dispuestos al Sr. Intendente Municipal, las personas que
se hallan asentadas en los mencionados predios, Ministerio de la Defensa Pública y
Servicio de Protección de Derechos de Niños y Adolescentes de Trelew.
ART. 4º) A EFECTOS DE LA SALVAGUARDAR el medioambiente, la salubridad y
paz social, se le hace saber al DEM y a las divisiones policiales que pudieran actuar,
a proceder extremando los recaudos a efectos de garantizar la integridad física de
las personas involucradas en la medida.-

Para llegar a esta conclusión se omitieron normas e intereses sociales


intensos reconocidos tanto a nivel constitucional como a nivel internacional, lo
que puede generar para el Estado en general la presentación de acciones
judiciales para prevenir el desarrollo de una medida contraria a derecho,
reparar las posibles afectaciones, y también, la concreción de esta medida,
genera responsabilidad internacional del Estado.

Ahora bien, para arribar a esta conclusión, se consideró que según


una nota del Coordinador General de Planificación, los predios público y
privado situados en la Ruta 3 lindero al Bº San Martín de la Circunscripción 1
– Sector 2, Lote Pastoril 16 Bº Norte de la ciudad de Trelew (conforme planos
de fs. 2,3,4 y 5 de expte 6.203/11) se encontrarían ocupados de manera
ilegal. También se incorporó un informe del Director de Salud de la
Municipalidad sobre los posibles riesgos a la salud que se generarían a las
personas y vecinos de las adyacencias. Finalmente, el Municipio solicitó al
Juez de Faltas el desalojo del lugar, sobre la base de la ordenanza 8634/03
que lo habilitaría a éste para proceder al desalojo.
También se indica en la resolución que a partir de la intervención de
diversos órganos de la defensa, éstos solicitaron la declaración de
inconstitucionalidad de la mencionada ordenanza 8634/03. Ese pedido es
rechazado en tanto, 1. Es una ordenanza que ya se aplicó (se cita una
Resolución previa, nro. 402/2009), 2. Es una ordenanza específica que
prevee el desalojo y 3. La norma en cuestión puede ser dictada por una
municipalidad, en tanto ese tipo de normas se encuentran dentro de la zona
de reserva de estas instituciones políticas. Por ultimo, se agregó, que si bien
la autoridad que resuelve es un juez administrativo, se trata en rigor de un
órgano o tribunal independiente.

Es por ello, se citó en la resolución, y más allá de las posibles


soluciones que puedan encontrar las partes, lo que corresponde por
aplicación de la ordenanza mencionada es el desalojo de todos aquellos que
se encuentran ocupando los predios mencionados.

Sin embargo, como señalaremos en los párrafos siguientes, estos


argumentos no pueden sostener una aplicación contraria de normas
constitucionales e internacionales que garantizan el derecho a la vivienda y
previenen de las consecuencias negativas que genera un desalojo como el
que se ha dispuesto en este expediente administrativo.

Por ello, en lo que sigue se incorporan argumentos relevantes para


que exigen dejar de lado la decisión alcanzada. Se citará en primer lugar, el
reconocimiento del derecho a la vivienda en Argentina, su regulación expresa
a nivel internacional y constitucional. En segundo lugar, se dará cuenta de
cuál es el desarrollo del derecho a la vivienda y la protección expresa ante
desalojos forzosos, y por último, ante la inminencia de la decisión, se cita de
manera expresa cuáles son las obligaciones de los jueces que deben
intervenir y garantizar los derechos de defensa de las personas que pueden
estar afectadas por una medida de estas características.

2. FUNDAMENTOS DE ESTA PRESENTACIÓN.

2.1. El reconocimiento del derecho a la vivienda en Argentina

El derecho a la vivienda se encuentra garantizado en el artículo 26 de


la Convención Americana sobre Derechos Humanos, norma que a su vez
remite a las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y
cultura de la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada
por el Protocolo de Buenos Aires.

El artículo 31 de la Carta de la O.E.A. establece:

“Los Estados miembros, a fin de acelerar su desarrollo económico y social


de conformidad con sus propias modalidades y procedimientos, en el
marco de los principios democráticos y de las instituciones del Sistema
Interamericano, convienen en dedicar sus máximos esfuerzo al logro de
las siguientes metas básicas:
(...)
k) Vivienda adecuada para todos los sectores de la población.

A su vez, la Constitución Nacional a través del artículo 14 bis, reconoce


expresamente el derecho de los individuos al acceso a una vivienda digna.

Según expresa Bidart Campos: "... éste último enunciado (el derecho de
los individuos a una vivienda digna) va más allá en su carácter programático,
porque obliga al estado a procurar mediante políticas diversas que todos
los hombres puedan obtener un ámbito donde vivir decorosamente, sean
o no propietarios de él"1. Por su parte, Sagués en el mismo sentido apunta que
"el dispositivo legal constitucional no obliga al Estado a proporcionar por sí
mismo viviendas a los más necesitados, sino a programar planes que faciliten a
éstos la casa habitación"2.

Asimismo, el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,


ratificado por el Estado argentino, garantiza expresamente el derecho a la
vivienda adecuada.

El párrafo 1 del artículo 11 del Pacto establece:


"Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso
alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua en
las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas
apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a
este efecto la importancia escencial de la cooperación internacional
fundada en el libre consentimiento".

Por su parte, la Declaración Universal de Derechos Humanos -


convertida en derecho consuetudinario- revestida de jerarquía constitucional, en
su artículo 25 expresa:
"Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de
desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida
de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su
voluntad".

1
Bidart Campos, Germán, Tratado Elemental de Derecho
Constitucional Argentino, Tomo I, El Derecho Contitucional
de la libertad, Ediar, Buenos Aires, 1989, pag. 437.
2
Sagués, Néstor Pedro, Elementos de Derecho
Constitucional, Tomo 2, Astrea, Buenos Aires, 1997, pág.
568.
La Convención Internacional sobre Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial, la Convención Internacional sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los
Derechos del Niño, entre otros documentos internacionales incorporados a la
Constitución Nacional, reconocen expresamente el derecho a una vivienda
digna.

Ahora bien, es en el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales, donde se puede perfilar con mayor claridad el contenido del derecho
y las obligaciones que en esta materia han suscripto los Estados.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha adoptado


diversas inciativas con relación al derecho a la vivienda, entre las cuales figuran
las siguientes: a) ha mantenido un "debate general" sobre este derecho; b) ha
llevado a cabo una revisión a fondo de las directrices relativas a los informes
que deben presentar los Estados de conformidad con los artículos 16 y 17 del
Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; c) adoptó las
Observacines Generales N° 4 y 7, sobre el derecho a una vivienda adecuada y
la práctica de los desalojos forzosos, respectivamente; y d) en sus
observaciones finales sobre los informes de algunos estados partes ha
señalado que los Estados en cuestión violaban el derecho a una vivienda
adecuada porque recurrían a la práctica de los desalojamientos forzados3.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha reparado


especialmente en el derecho a la vivienda adecuada a través de sus
Observaciones Generales y de las Observaciones Finales al considerar los
informes quinquenales que presentan los Estados parte del PIDESC.

Tal es la importancia que el Comité ha asignado al derecho a la


vivienda adecuada que dos de sus Observaciones Generales están
dedicadas a desarrollar sus aspectos y una de ellas trata sobre una de
las problemáticas más acuciantes en esta materia: los desalojos
forzosos. Pero antes de reparar en el análisis de esa problemática
conviene detenernos en el desarrollo concreto que ha dado el Comité
mencionado con relación al derecho a la vivienda.

En lo que aquí interesa, en la Observación General N° 4 4, el Comité


intenta precisar los aspectos del derecho a una vivienda digna, a fin de clarificar
en qué medida los Estado parte se han comprometido a respetarlo,
reconocerlo, garantizarlo, etc.

3
cfr. Naciones Unidas, "El derecho humano a una
vivienda adecuada", Folleto informativo N° 21.
4
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
Observación General N° 4 sobre el derecho a una vivienda
adecuada, adoptada el 12 de diciembre de 1991.
Es de destacar que "las Observaciones Generales dictadas por el
Comité equivalen a su jurisprudencia en relación con el contenido del Pacto, del
cual es el único órgano de aplicación. Estas Observaciones Generales tienen
carácter prescriptivo para los Estados en relación al procedimiento de informes,
por cuanto el Comité analizará su comportamiento frente a los derechos
consagrados por el Pacto, a la luz de estas interpretaciones, y podrá entender
incluso que han existido violaciones del pacto en relación a determinados
derechos"5.

En el punto 7 de la mencionada Observación, el Comité establece qué


es lo que debe entenderse por derecho a una vivienda, expresando que "no se
debe interpretar en un sentido estricto o restrictivo que lo equipare, por ejemplo,
con el cobijo que resulta del mero hecho de tener un tejado por encima de la
cabeza ... debe considerarse más bien como el derecho a vivir en seguridad,
paz y dignidad en alguna parte. Y así debe ser por lo menos por dos razones.
En primer lugar, el derecho a la vivienda está vinculado por entero a otros
derecbos humanos y a los principios fundamentales que sriven de premisas al
Pacto. Así Pues, la dignidad inherente a la persona humana, de la que se
derivan los derechos del Pacto, exige que el término vivienda se interprete en
un sentido que tenga en cuenta otras diversas consideraciones, y
principalmente que el derecho a la vivienda se debe garantizar a todas las
personas, sean cuales fueren sus ingresos o su acceso a recursos económicos.
En segundo lugar, la referencia que figura en el párrafo 1 del artículo 11 no
debe se entender en el sentido de vivienda a secas sino de vivienda adecuada.
Como ha reconocido la Comisión de Asentamientos Humanos y la Estrategia
Mundial de la Vivienda hasta el Año 2000: "El concepto de "vivienda adecuada"
... significa disponer de un lugar donde poderse aislar si se desea, espacio
adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación adecuadas, una
infraestructura básica adecuada y una situación adecuada en relación con el
trabajo y los servicios básicos, todo ello a un costo razonable".

Luego de reconocer que la "adecuación" se depende de factores


sociales, económicos, culturales, climatológicos, ecológicos y de otra índole, el
Comité estableció que hay determinados aspectos que deben tenerse en
cuenta independientemente de un contexto determinado.

Así apuntó los siguientes:


a) Seguridad jurídica de la tenencia. Respecto de este aspecto, estableció:
"Sea cual fuere el tipo de tenencia, todas las personas deben gozar de
cierto grado de seguridad de tenencia que les garantice una protección
legal contra el deshaucio, el hostigamiento u otras amenazas. Por
consiguiente, los Estados Partes deben adoptar inmediatamente medidas

5
Abramovich, Víctor; Courtis, Christian, "Hacia la
exigibilidad de los derechos económicos, sociales y
culturales. Estándares inetrnacionales y criterios de
aplicaión ante los tribunales locales", en "La aplicación
de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales
locales", Cels, Del Puerto, 1997, págs. 320 y 321.
destinadas a conferir seguridad legal de tenecia a las personas y los hogares
que en la actualidad carezcan de esa protección consultando verdaderamente a
las personas y los grupos afectados".
b) Disponibilidad de servicios, materiales facilidades, e infraestructura: En
cuanto a este aspecto, expresó: "Todos les beneficiarios del derecho a una
vivienda adecuada deben tener acceso permanente a recursos naturales y
comunes, agua potable, energía para la cocina, calefacción y alumbrado,
instalaciones sanitarias y de aseo, almacenamiento de alimentos, eliminación
de desechos, drenaje y servicios de emergencia".
c) Gastos soportables: Sostuvo el Comité: "... Los Estados partes deberían
adoptar medidas para garantizar que el porcentaje de los gastos de vivienda
sea, en general, conmensurado con los niveles de ingresos. Los Estados partes
denerían crear subsidios de vivienda para los que no pueden costearse una
vivienda, así como formas y niveles de financiamiento que correspondan
adecuadamente a las necesidades de vivienda ... ".
d) Habitabilidad. Estableció el Comité: "Una vivienda debe ser habitable, en el
sentido de poder ofrecer espacio adeucado a sus ocupantes y de prtegerlos del
frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento u otras amenazas para la salud, de
riesgos estructurales y de vectores de enfermedad ..."
e) Asequibilidad: EL Comité expresó: "Debería garantizarse cierto grado de
consideración prioritaria en la esfera de la vivienda a los grupos desfavorecidos
como las personas de edad, los niños, los incapacitados físicos, los enfermos
terminales, los individuos, VIH positivos, las perosnas con problemas médicos
perisistntes, los enfermos mentales, las víctimas de desastres naturlaes, las
personas que viven en zonas en uqe suelen producrise desatres, y otros grupos
de peronsa..."
f) Lugar: Dijo el Comité: "La vivienda adecuada debe encontrarse en un lugar
que permita el acceso a las opciones de empleo, los servicio sd e atención de la
salud, centros de atención para niños, escuelas y otros servicios sociales... De
manera semejante, la vivienda no debe construirse en lugares contaminados ni
en la proximidad inmediata de fuentes de contaminación que amenazan el
derecho a la salud de los habitantes"
g) Adecuación Cultural: El Comité expresó: "La manera en que se construye
la vivienda, los materiales de construcción utilizados y las políticas en que se
apoyan deben permitir adecuadamente la expresión de la identidad cultural y la
diversidad de la vivienda...".

Asimismo, el Comité puntualizó que "si bien los medios más apropiados
para logar la plena realización del derecho a la vivienda adecuada variarán de
inevitablemente de un Estado parte a otro, el Pacto claramente requiere que
cada Estado parte tome todas las medidas que sean necesarias con ese
fin". En consecuencia, conluyó en que "esto requerirá invariablemente que la
adopción de una estrategia nacional de vivienda ...".

Sintetizando la obligación que para los Estados surge del Pacto de


Derechos Económicos, Sociales y Culturales, respecto al derecho a la vivienda,
el Comité expresó: "En escencia, la obligación consiste en demostrar que,
en conjunto, las medidas que se están tomando son suficientes para
realizar el derecho de cada individuo en el tiempo más breve posible de
conformidad con el máximo de recursos disponibles".
Se deduce entonces de la lectura de la resolución 1922 de 2011 que
ninguna de estas normas ha sido siquiera citada para determinar el desalojo de
los ocupantes de los predios en cuestión.

2.2 El derecho internacional de los derechos humanos, el derecho a


la vivienda y la problemática de los desalojos forzosos.

En tanto la decisión que aquí se critica resuelve el desalojo de las


personas que se encuentran ocupando los predios predios público y privado
situados en la Ruta 3 lindero al Bº San Martín de la Circunscripción 1 –
Sector 2, Lote Pastoril 16 Bº Norte de la ciudad de Trelew (conforme planos
de fs. 2,3,4 y 5 de expte 6.203/11) es necesario detenerse expresamente en
los límites que ha impuesto el derecho internacional de los derechos
humanos con relación a ese tipo de medidas administrativas o judiciales que
los Estados resuelven.

La Observación General dirigida especialmente a tratar los desalojos


forzosos, el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales ha
manifestado:

“La comunidad internacional reconoce desde hace mucho tiempo que


la cuestión de los desalojos forzosos es grave. En 1976, la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos señaló que debería
prestarse especial atención a ´iniciar operaciones importantes de
evacuación sólo cuando las medidas de conservación y de
rehabilitación no sean viables y se adopten medidas de reubicación´
(Informe de Hábitat: Conferencia de las Naciones Unidas sobre los
Asentamientos Humanos, Vancouver, 31 de mayo a 11 de junio de 1976
(A/CONF.70/15), cap. II, recomendación B.8, párr. c) ii). En 1998, en la
Estrategia Mundial de Vivienda hasta el año 2000, aprobada por la Asamblea
General en su resolución 43/181, se reconoció la ´obligación fundamental
de los gobiernos de proteger y mejorar las casas y los barrios en lugar
de perjudicarlos o destruirlos” (Informe de la Comisión de Asentamientos
Humanos sobre la labor realizada en su 11° período de sesiones, adición
(A/43/8/Add.1), párr. 13). En el Programa 21 se declaraba que ´debería
protegerse legalmente a la población contra el desalojo injusto de sus
hogares y sus tierras´ (Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Río de Janiero, 3 al 14 de junio de 1992,
vol. I, anexo II, Programa 21, cap. 7, párr. 9 b). En el Programa Hábitat los
gobiernos se comprometieron a ´proteger a todas las personas contra los
desalojos forzosos que sean contrarios a la ley, tomando en
consideración los derechos humanos, y garantizar la protección y la
reparación judicial en esos casos; y cuando los desahucios sean
inevitables tratar, según corresponda, de encontrar otras soluciones
apropiadas” (Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Asentamientos Humanos (Hábitat II) (A/CONF.165/14), anexo II, Programa
de Hábitat, párr. 40 n).
La Comisión de Derechos Humanos también ha señalado que “la
práctica de losa desalojos forzosos constituye una violación grave de
los derechos humanos” (Comisión de Derechos Humanos, resolución
1993/77, párr. 1). Sin embargo, aunque estas declaraciones son importantes,
dejan pendiente una de las cuestiones más decisivas, a saber, determinar las
circunstancias en que son admisibles los desalojos forzosos y enunciar las
modalidades de protección que se necesitan para garantizar el respeto de las
disposiciones pertinentes del Pacto” (el resaltado es nuestro)6.

El Comité ha definido el término "desalojos forzosos" como "el hecho


de hacer salir a personas, familias y/o comunidades de los hogares y/o las
tierras que ocupan, en forma permanente o provisional, sin ofrecerles medios
apropiados de protección legal o de otra índole o de no permitirles el acceso
a ellos"i.

Las obligaciones de los Estados Parte en el Pacto de Derechos


Económicos, Sociales y Culturales, en relación con los desalojos forzosos se
basan en el párrafo 1 del artículo 11 práctica de los desalojos forzosos se
basa en el párrafo 1 del artículo 11, en particular el párrafo 1 del artículo 2
que obliga a los Estados a utilizar "todos los medios apropiados" para
promover el derecho a una vivienda adecuadaii.

El propio Estado "deberá abstenerse de llevar a cabo desalojos


forzosos"iii. Este planteo se ve reforzado además por lo dispuesto en el
párrafo del artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
que complementa al derecho a no ser desalojado forzosamente sin una
protección adecuadaiv. En esa disposición se reconoce, entre otras cosas, el
derecho a la protección contra "injerencias arbitrarias e ilegales" en el propio
domicilio. Al igual que el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, este derecho
se encuentra protegido en el artículo 11 de la CADH, que establece que
"nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida
privada, en la de su familias, en su domicilio o en su correspondencia ...".

A este respecto, el Comité recordó en particular la Observación


General Nº 16 del Comité de Derechos Humanos relativa al artículo 17 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que señala que la
injerencia en el domicilio de una persona sólo puede tener lugar "en los casos
previstos por la ley"v.

Es desde esta óptica que debe analizarse la medida dispuesta en el


marco de este expediente administrativo, con relación al desalojo sobre las
personas que se encuentran ocupando los predios en cuestión.

2. 3. La necesidad de garantizar recursos judiciales efectivos ante


decisiones que implican o pueden implicar el desalojo de personas del
lugar que ocupan.

6
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General Nº 7 (1997), El
derecho a una vivienda adecuada (pàrrafo 1 del artìculo 11 del Pacto): los desalojos forzosos.
E/C.12/1997/4, 20 de mayo de 1997.
Por eso, para el derecho internacional de los derecho humanos, un
aspecto que resulta fundamental para la protección del derecho a la vivienda
y contra la práctica de los desalojos forzosos es la posibilidad de los
afectados de acceder a recursos judiciales adecuados y efectivos, que como
hemos visto no han existido aún en este procedimiento.

En este sentido, el Comité ha manifestado: “aunque la debida


protección procesal y el proceso con las debidas garantías son aspectos
esenciales de todos los derechos humanos, tienen especial pertinencia para
la cuestión de los desalojos forzosos que guarda relación directa con muchos
de los derechos reconocidos en los pactos internacionales de derechos
humanos. El Comité considera que entre las garantías procesales que se
deberían aplicar en el contexto de los desalojos forzosos figuran: a) una
auténtica oportunidad de consultar a las personas afectadas; b) un
plazo suficiente y razonable de notificación a todas las personas
afectadas con antelación a la fecha prevista para el desalojo; c) facilitar
a todos los interesados, en un plazo razonable, información relativa a
los desalojos previstos y, en su caso, a los fines a que se destinan las
viviendas; d) la presencia de funcionarios del gobierno o sus
representantes en el desalojo, espccialmente cuando éste afecte a
grupos de personas; e) identificación exacta de todas las personas que
efectúan el desalojo; f) no efectuar desalojos cuando haga muy mal
tiempo o de noche, salvo que las personas afectadas den su
consentimiento; g) ofrecer recursos jurídicos; y h) ofrecer asistencia
jurídica siempre que sea posible a las personas que necesiten pedir
reparación a los tribunales”.

Nada de ello ha ocurrido en este expediente.

Y ello se deduce también de las consideraciones del Comité en


referencia a los recursos jurídicos que dentro de la jurisdicción interna deben
permitir proteger el derecho a la vivienda. Ellos son, pero no están limitados a:

a) Apelaciones jurídicas destinadas a evitar deshaucios planeados o


demoliciones mediante la emisión de mandatos de los tribunales;
b) Procedimientos jurídicos que buscan indemnización después de un
deshaucio ilegal;
c) Reclamaciones contra acciones ilegales realizadas o apoyadas por los
propietarios (sena públicos o privados) en relación con los niveles de alquiler,
mantenimiento de la vivienda y discriminación racial u otras formas de
discriminación;
d) Denuncias de cualquier forma de discriminación en laasignación y
disponibilidad de acceso a la vivienda; y
e) Reclamaciones contra los propiestrios acerca de condiciones de vivienda
insalubres o inadecuadas. En algunos sistemas jurídicos podría ser también
adecuado estudiar la posibilidad de facilitar juicios en situaciones que implican
niveles de gran aumento de personas sin hogar.
Es por ello, que en el marco de este procedimiento se debe garantizar
el derecho a la vivienda, ponderar desde esta óptica la decisión de desalojar
el predio y asimismo, garantizar el derecho al acceso a la justicia de las
personas que pueden verse afectadas por una decisión de estas
caracteristicas.

2.4. Conclusión

El derecho internacional, nacional y local de los derechos humanos


prevé obligaciones para la protección y atención de la salud, la vivienda y las
condiciones de vida de personas en situación de vulnerabilidad. En lugar de
adoptar medidas enérgicas para contener y asistir a estas personas,
implementando políticas y programas públicos que atiendan los factores de la
crisis así como sus consecuencias, la decisión administrativa que aquí
criticamos agrava aún más la situación de especial vulnerabilidad de aquellas
personas que se encuentran residiendo en viviendas precarias como
consecuencia directa de la acción u omisión del propio Estado a la hora de
diseñar políticas públicas de vivienda.

La administración en vez de solicitar el desalojo de las familias, antes


debería, en primer término, explicar a las personas el motivo por el cual no
pueden permanecer donde habitualmente lo hacen, y ofrecerles —a través de
órganos creados y dotados de capacidad y recursos humanos pertinentes
para ello—, la adecuada contención y ayuda para que encuentren un lugar
alternativo. En todo caso, para el derecho constitucional y el derecho
internacional de los derechos humanos, el desalojo de bienes del dominio
público y privado en situación como las aquí descriptas, y como última
instancia y medida para la protección de derechos humanos está asignada al
Poder Judicial. Por ello, la decisión dictada en este expediente carece de
valor jurídico y no puede producir efectos, so pena de incurrir el estado en
responsabilidad interna e internacional por afectación de derechos
constitucionales y derechos reconocidos en el ámbito del derecho
internacional de los derechos humanos.

Por todo ello, solicitamos que estos argumentos se tomen en cuenta


de manera inmediata y se modifique la resolución dictada.

i
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General cit., párr. 4.
ii
Cfr. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General cit., párr. 9.
iii
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General cit., párr. 9.
iv
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General cit., párr. 9.
v
Cfr. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General cit., párr. 15.

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