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TRASTORNOS DE

PERSONALIDAD

PSICOLOGÍA 2
PS. Efraín Soto Bañuelos
Trastornos de Personalidad
Según el DSM-IV los trastornos de la personalidad
son agrupaciones de rasgos inflexibles y
desadaptativos que causan molestias subjetivas,
deterioro significativo del funcionamiento social
o laboral, o ambas cosas. Estos rasgos también
deben ser «marcadamente desviados» de las
expectativas y normas culturales aceptadas,
dicha desviación debe manifestarse por lo
menos en una de las siguientes áreas: cognitiva,
afectiva, control de impulsos y necesidad de
gratificación y forma de relacionarse con los
demás.
Trastornos de Personalidad
La desviación se debe haber establecido de
forma crónica desde la adolescencia o
inicio de la edad adulta, y debe ser
invasiva —esto es, debe manifestarse a
través de una amplia gama de situaciones,
más que en una situación «diana»
concreta o en respuesta a un estímulo
particular.
Trastornos de Personalidad
Los TP causan considerables problemas a las personas
que los padecen. A menudo sufren, y sus relaciones con
las demás son problemáticas. Tienen dificultad para
responder de forma flexible y adaptativa a su entorno y a
los cambios y demandas de la vida, carecen de
capacidad para reaccionar bajo estrés. Su forma
habitual de responder tiende a perpetuar e intensificar
sus dificultades. Estos individuos no tienen conciencia
del hecho de que su personalidad les causa problemas,
pueden culpar a los demás de sus propias dificultades o
negar que ellos padezcan problema alguno.
Trastornos de Personalidad
• Los individuos con TP tienen considerables
problemas familiares, escolares, laborales, y en
otros roles. Tienen un alto porcentaje de
separaciones, divorcios, y procesos de custodia
de los hijos al igual que un incremento de la
tasa de accidentes, visitas a urgencias, intentos
de suicidio y suicidios consumados. En el mismo
sentido, se ha hallado que entre el 70% y el
85% de los delincuentes, entre el 60% y el 70%
de los alcohólicos, y entre el 70% y el 90% de
las personas que consumen drogas manifiestan
un trastorno de la personalidad.
Historia de los trastornos
de la personalidad
Los trastornos y tipos de la personalidad han sido descritos
desde hace miles de años, como se ejemplifica en los
cuatro temperamentos hipocráticos: el pesimista,
melancólico; el abiertamente optimista, sanguíneo; el
irritable, colérico; y el apático, flemático. Cuando los
primeros griegos teorizaban que dichos temperamentos
estaban determinados por la proporción relativa de los
cuatro humores corporales (bilis negra, sangre, bilis
amarilla, y la flema, respectivamente) ya se estaban
reflejando los actuales intentos por descubrir las bases
biogenéticas de la personalidad.
Historia de los trastornos
de la personalidad
A principios de siglo XIX, psiquiatras como Pinel,
Esquirol, Rush y Pritchard describieron tipos de
personalidad socialmente inadaptados que
encontraron en situaciones clínicas. Tipos más
específicos de la personalidad fueron descritos
a inicios del siglo XX, como por ejemplo, Janet
(1901) y Freud (Breuer y Freud 1893-1895/1957)
describieron los rasgos psicológicos asociados
con la histeria, el precursor del trastorno
histriónico de la personalidad.
Historia de los trastornos
de la personalidad
En el marco de la teoría psicoanalítica sobre el instinto
primario, Abraham propuso que detenerse en los tres
estadios psicosexuales del desarrollo infantil -la fase oral,
anal, y fálica- permitía el desarrollo de los tipos de
carácter dependiente, obsesivo-compulsivo e histérico,
respectivamente. Este punto de vista cambió cuando la
teoría del instinto primario y el posterior modelo
psicológico del ego de la teoría psicoanalítica fue
gradualmente suplantado por la teoría de la relación de
objeto, la cual propone que la personalidad se forma
mayoritariamente en la primera infancia a partir de las
relaciones parentales.
Historia de los trastornos
de la personalidad
En este marco teórico, los rasgos de la
personalidad de tipo dependiente derivan de la
deprivación parental, los rasgos obsesivo-
compulsivos de la lucha por el poder con las
figuras paternas, y los rasgos histéricos, en
parte, de la seducción y de la rivalidad con los
padres. Los conceptos del trastorno límite y
narcisista de la personalidad también se
desarrollaron fuera de la teoría de la relación de
objeto.
Historia de los trastornos
de la personalidad
Desde una perspectiva completamente distinta, en los
años veinte los fenomenólogos alemanes Kraepelin
(1921) y Kretschmer (1925) describieron los tipos de la
personalidad en términos del concepto de espectro -
teoría que apunta que los tipos de personalidad son
variantes relacionadas genéticamente de la paranoia y
de la psicosis afectiva. Estos primeros tipos de
personalidad fueron los antecedentes de los actuales
trastornos paranoide, esquizotípico, ciclotímico, y
depresivo de la personalidad. Por contra, Schneider
(1958), otro fenomenólogo alemán, no suscribió el
concepto de espectro pero consideraba que los TP
representaban desviaciones sociales y variantes
extremas de rasgos normales de la personalidad.
Diagnóstico de niños y
adolescentes
Debido a que la personalidad de los niños y adolescentes
está todavía en desarrollo, los TP deben diagnosticarse
con cuidado en este grupo de edad. Es deseable diferir
este diagnóstico hasta la adolescencia avanzada o la
temprana adultez, en cuyo momento un diagnóstico de
TP puede ser apropiado si sus características aparentan
ser de expansión, estabilidad y con tendencia a la
permanencia. El diagnóstico, sin embargo, puede
resultar erróneo cuando cualquiera de las dificultades
específicas de esta etapa se resuelve y conforme la
persona madura gradualmente.
TRATAMIENTO
• El desarrollo más reciente en el tratamiento de los TP
implica estrategias cognitivo-conductuales. Están más
focalizadas y estructuradas que las terapias
psicodinámicas, y ofrecen la perspectiva de formas de
intervención más discretas y breves. Las estrategias
conductuales implican esfuerzos para reducir la
impulsividad o aumentar la asertividad usando técnicas
de relajación o ejercicios de juegos de roles. Las
estrategias cognitivas implican identificar los esquemas
mentales internos por los cuales los pacientes
generalmente malinterpretan ciertas situaciones o se
malrepresentan a sí mismos, y a continuación aprender
a modificar estos esquemas internos.
Trastorno paranoide de la
personalidad
Historia
• El trastorno paranoide de la personalidad ha
estado representado consistentemente en la
literatura psiquiátrica descriptiva de este siglo.
Fue descrito por Mayer, Koch, Kraepelin, Bleuer,
Kretschmer y Schneider bajo los epígrafes de
«tipo pseudoquerulante» y de «psicópata
fanático» (Millon, 1981). Este trastorno ha
recibido menos atención en la literatura
psicoanalítica que la que han recibido otros
muchos trastornos de la personalidad.
Trastorno paranoide de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO PARANOIDE DE LA
PERSONALIDAD
• A . Desconfianza y suspicacia general desde el inicio de la edad adulta, de forma que las
intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en diversos
contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:
1. Sospechar, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer
daño o les van a engañar.
2. Preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de los amigos y los
socios.
3. Reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que
comparten vaya a ser utilizada en su contra.
4. En las observaciones o los hechos más inocentes, vislumbrar significados ocultos que son
degradantes o amenazadores.
5. Albergar rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvidar los insultos, injurias o
desprecios.
6. Percibir ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para los demás y
está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar.
7. Sospechar repetida e injustificadamente que su cónyuge o su pareja le es infiel.
• B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno
psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.
Trastorno esquizoide de la
personalidad
Historia
• El trastorno esquizoide de la personalidad fue originariamente
conceptualizado como el tipo de personalidad asociado a esquizofrenia
-un rol ahora extensamente asumido por el trastorno esquizotípico de la
personalidad. A lo largo de la primera parte de este siglo, el trastorno
esquizoide de la personalidad fue descrito por Hoch (1910) como la
«personalidad cerrada», por Bleuer (1922) como «esquizoideo» , y por
Kraepelin (1919) como «personalidad autista» . Un tipo de personalidad
similar fue también descrito en la tradición psicoanalítica por las teorías
de relación con el objeto de Fairbairn (1940/1952) y de Guntrip (1971),
quienes usaban el término de una forma general para describir a los
pacientes socialmente aislados, con dificultades en sus relaciones
íntimas y algunos de los comportamientos peculiares que ahora son
asumidos por el trastorno esquizotípico de la personalidad.
Trastorno esquizoide de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO
ESQUIZOIDE DE LA PERSONALIDAD
• A. Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de
restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican
cuatro (o más) de los siguientes puntos:
1. Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una
familia.
2. Escoge casi siempre actividades solitarias.
3. Tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona.
4. Disfruta con pocas o ninguna actividad.
5. No tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de
primer grado.
6. Se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás.
7. Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad.
• B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro
trastorno psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una
enfermedad médica.
Trastorno esquizotípico de la
personalidad
Historia
• Los primeros conceptos, al igual que actuales, del trastorno
esquizotípico de la personalidad estaban unidos a la esquizofrenia.
El concepto de esquizofrenia latente de Bleuer (1922), que consistía
en una esquizofrenia de síntomas moderados o atenuados sin
aparecer el deterioro propio que conduce hacia la psicosis, fue uno
de los principales antecedentes clínicos del trastorno esquizotípico
de la personalidad. El término «esquizotipo» acuñado por Rado
(1956), denotaba una variante fenotípica no psicótica del genoma
de la esquizofrenia. Este término fue posteriormente usado como
una etiqueta alternativa para el síndrome de «esquizofrenia límite»
identificado en los estudios daneses de adopción, el cual era un
trastorno parecido a la esquizofrenia pero más moderado, presente
en los familiares biológicos de sujetos esquizofrénicos (Kety y col.,
1968).
Trastorno esquizotípico de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DMS-IV PARA EL TRASTORNO ESQUIZOTÍPICO DE LA
PERSONALIDAD
• A. Un patrón general de déficits sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y a
una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones
cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al
principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más)
de los siguientes puntos:
1. Ideas de referencia (excluidas ideas delirantes de referencia).
2. Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es
consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia,
telepatía o «sexto sentido»; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones
extrañas).
3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales.
4. Pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado o
estereotipado).
5. Suspicacia o ideación paranoide.
6. Afectividad inapropiada o restringida.
7. Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar.
8. Falta de amigos íntimos o de confianza aparte de los familiares de primer grado.
9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización, y que tiende a asociarse
con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo.
• B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno
psicótico o de un trastorno generalizado del desarrollo.
Trastorno antisocial de la
personalidad
Historia
• Pritchard empleó el término «locura moral» para referirse a aquellos
individuos con un patrón de conducta inmoral repetido del que no
eran completamente responsables (Pritchard 1835). Ha sido
descrito por otros muchos eminentes psiquiatras bajo una gran
variedad de etiquetas (Millon, 1981). Aunque la psiquiatría ha
restringido el uso de este diagnóstico para excusar los actos
antisociales, ha sido invariable al reconocer que tales individuos
muestran un deterioro psicológico significativo.
• A finales del siglo XIX el término «personalidad psicopática» se
convirtió en una categoría amplia aplicable a los individuos con
rasgos de carácter socialmente indeseable.
Trastorno antisocial de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA
PERSONALIDAD
• A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se
presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal,
como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención.
2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para
obtener un beneficio personal o por placer.
3. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro.
4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones.
5. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con
constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
7. Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado,
maltratado o robado a otros.
• B. El sujeto tiene al menos 18 años.
• C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años.
• D. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia o un episodio maníaco.
Trastorno límite de la
personalidad
Historia
• El constructo del trastorno límite de la personalidad se originó por las
observaciones de los psicoterapeutas psicoanalíticos que se
sorprendieron de la demanda de cuidados de estos pacientes, su
indiferencia por los límites normales de la terapia, y su tendencia a
regresar a situaciones desestructuradas. Impulsado por la importancia
clínica de la anticipación de estos problemas y por una nueva ola de
optimismo psicoterapéutico, el trabajo empírico se dirigió hacia una
mejor definición de este trastorno. Este trabajo suscitó la pregunta de si
estos pacientes tenían una forma atípica de trastorno del humor más
que una forma atípica de esquizofrenia, como se había pensado
previamente, y lo que es más importante, condujo a la inclusión de este
trastorno en el DSM-III.
• El desarrollo de criterios diagnósticos operativos provocó una expansión
en la investigación empírica que ha conducido a revisiones del
constructo de este trastorno y ha dado forma a su tratamiento
(Gunderson y col., 1991c). El trastorno límite de la personalidad es el
trastorno de la personalidad más ampliamente estudiado.
Trastorno límite de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO LÍMITE DE LA
PERSONALIDAD
• Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la
efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la edad adulta y se
dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
1. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los
comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
2. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la
alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
3. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente
inestable.
4. Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej.,
gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: No
incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
5. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamientos de
automutilación.
6. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios
de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos
días).
7. Sentimientos crónicos de vacío.
8. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes de
mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
9. Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
Trastorno histriónico de la
personalidad
Historia
• Los antecedentes del trastorno histriónico de la personalidad pueden hallarse a
finales del siglo XIX e inicio del XX en los relatos sobre la histeria de Pierre Janet
y Sigmund Freud. Janet estaba impresionado con el papel que desempeñaba la
presencia de una seducción real (u otro trauma) en la infancia, mientras que
Freud lo focalizaba en la elaboración inconsciente del impulso sexual infantil
(esto es, la líbido). Posteriormente los observadores psicoanalíticos comprobaron
que los síntomas histéricos a menudo estaban asociados a un grupo particular
de rasgos del carácter.
• El primer examen empírico de los rasgos histéricos de la personalidad utilizó
métodos de análisis factorial, lo que ayudó a consolidar los componentes de este
síndrome aunque también condujo a una definición general (Lazare y col., 1970).
Las primeras definiciones de este trastorno fueron tan generales que hicieron el
diagnóstico «carente de significado» (Easser y Lesser, 1965). La etiqueta de
histérico se convirtió en el DSM-III en la etiqueta de histriónico en un intento de
buscar un término teóricamente más neutral y más en sintonía con la tradición
descriptiva en psiquiatría. Mientras el término «personalidad histérica» todavía
connota el conflicto de la erotización de las figuras paternas, la etiqueta
«histriónico» que reemplazó a la anterior en el DSM-III refleja el interés de la
persona que diagnostica en las características observables de inestabilidad
emocional y búsqueda de atención.
Trastorno histriónico de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO
HISTRIÓNICO DE LA PERSONALIDAD
• Un patrón general de excesiva emotividad y de llamar la atención, que
empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos,
como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
1. No se siente a gusto en situaciones en las que no se es el centro de atención.
2. La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento
sexualmente seductor o provocador.
3. Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante.
4. Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre sí
mismo.
5. Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices.
6. Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional.
7. Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las
circunstancias.
8. Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad.
Trastorno narcisista de la
personalidad
Historia
• Havelock Ellis (1898) introdujo el término «narcisismo» en 1898 para
identificar un tipo de perversión sexual que implica tratarse a sí mismo
como un objeto sexual. Freud más tarde adoptó el término narcisismo
para describir una actitud más general de autoensimismamiento y de
autoamor. Más tarde, los analistas modificaron el concepto implicando
excesivo autoamor y grandiosidad que se desarrolla en respuesta a una
autoestima dañada (Morrison, 1989; Pulver, 1970). El concepto de un
tipo narcisista de trastorno de la personalidad se desarrolló sólo durante
los años ochenta y estaba mayoritariamente inspirado en la enorme
atención dispensada al narcisismo patológico en la comunidad
psicoanalítica (Gunderson y col., 1991b). Irónicamente, esta atención
era en gran medida una consecuencia de las contribuciones teóricas y
clínicas de Heinz Kohut (1971,1977), muchas de las cuales se
centraban en el narcisismo no patológico.
Trastorno narcisista de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO NARCISISTA DE LA
PERSONALIDAD
• Un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una
necesidad de admiración y una falta de empatía, que empiezan al principio de la edad
adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican cinco (o más) de los siguientes
ítems:
1. Tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades,
espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
2. Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor
imaginarios.
3. Cree que es «especial» y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede
relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.
4. Exige una admiración excesiva.
5. Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irracionales de recibir un trato de favor
especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
6. Es interpersonalmente explotador; por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar
sus propias metas.
7. Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y
necesidades de los demás.
8. Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás lo envidian a él.
9. Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios.
Trastorno de la personalidad
por evitación
Historia
• El trastorno de la personalidad por evitación, descrito como
tal por primera vez en el DSM-II, fue derivado teóricamente
de la tipología de trastornos de la personalidad de Millon
(1981) (correspondiendo a su patrón activo-desinhibido). A
pesar de esta base teórica, existen algunos antecedentes
clínicos, incluyendo el tipo hiperestésico de Kretschmer
(1925), el tipo sensitivo de Schneider (1959), el tipo
desinhibido de Horney (1945), y el carácter fóbico de
Fenichel (1945). De hecho, en el DSM-III- R el constructo de
trastorno de la personalidad por evitación fue más
estrechamente vinculado al constructo psicoanalítico del
carácter fóbico. Los cambios del DSM-IV se centran en
diferenciar mejor este trastorno de la condición del Eje I de
fobia social generalizada (Millon, 1991).
Trastorno de la personalidad por evitación
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO DE LA
PERSONALIDAD POR EVITACIÓN
• Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una
hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienza al principio de la edad
adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los
siguientes ítems:
1. Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante
debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo.
2. Es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar.
3. Demuestra represión en las relaciones íntimas debido al miedo a ser
avergonzado o ridiculizado
4. Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las
situaciones sociales.
5. Está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos
de inferioridad.
6. Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior
a los demás.
7. Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas
actividades debido a que pueden ser comprometedoras.
Trastorno de la personalidad
por dependencia
Historia
• El carácter «oral» de Abraham fue el más importante antecedente
clínico del trastorno dependiente de la personalidad (Abraham,
1927). Este tipo de carácter fue conceptualizado como resultado de
una fijación en el primer estadio del desarrollo psicosexual, o etapa
oral, —una teoría que fue reflejada en la observación de Fenichel
(1945) acerca de que «ciertas personas actúan como madres
nodrizas en todas sus relaciones objetales» (p.489). Este tipo de
personalidad era similar al tipo «sumiso» de Horney (Millon, 1981).
El trastorno de la personalidad por dependencia fue en el DSM-I un
subtipo del trastorno pasivo- agresivo de la personalidad y no se
convirtió en un trastorno independiente hasta el DSM-III. Los
cambios del DSM-IV han puesto gran énfasis sobre las
características centrales del trastorno y procuran disminuir la
superposición con otros trastornos de la personalidad (Hirschfeld y
col., 1991).
Trastorno de la personalidad por dependencia
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO DE LA
PERSONALIDAD POR DEPENDENCIA
• Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona un
comportamiento de sumisión y adhesión y temores de separación, que empieza al inicio
de la edad adulta y se da en varios contextos, como lo indican cinco (o más) de los
siguientes ítems:
1. Tiene dificultades para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo
aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás.
2. Necesita que otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida.
3. Tiene dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida
de apoyo o aprobación. Nota: No se incluyen los temores o la retribución realistas.
4. Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la
falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de
motivación o de energía).
5. Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta
el punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables.
6. Se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a
ser incapaz de cuidar de sí mismo.
7. Cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación que le
proporcione el cuidado y apoyo que necesita.
8. Está preocupado de forma no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar
de sí mismo.
Trastorno obsesivo - compulsivo
de la personalidad
Historia
• A principios del siglo XX, Freud llevó a cabo su frecuentemente citada
observación de que las personas con trastorno obsesivo-compulsivo de
la personalidad estaban caracterizadas por las tres «peculiariedades» de
orden (que incluye limpieza y meticulosidad), escrupulosidad y
obstinación (Freud, 1908/1924). De forma parecida, en 1918, Ernest
Jones describió a estos individuos como preocupados por la limpieza, el
dinero, y el tiempo (Jones, 1918/1938). Estas observaciones fueron
repetidamente citadas y ampliadas por la posterior literatura
psicoanalítica —el trastorno a menudo era referido como «carácter
anal»— y en la literatura descriptiva (Millon, 1981).
• La descripción del DSM del trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad ha reflejado estrechamente estas primeras observaciones
clínicas (Pfohl y Blum, 1991). En concordancia con la consistente
representación en la literatura clínica, este trastorno es uno de los pocos
trastornos de la personalidad que ha sido incluido en cada versión del
DSM. En la psiquiatría europea, este trastorno ha sido referido como
«trastorno anancástico de la personalidad», un término empleado por
Kretschmer y Schneider en los años 20.
Trastorno obsesivo - compulsivo de la personalidad
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL TRASTORNO OBSESIVO-
COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD

• Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e


interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más)
de los siguientes ítems:
1. Se preocupa por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios,
hasta el punto de perder de vista el objetivo principal de la actividad.
2. Su perfeccionismo interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es incapaz de acabar un
proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas).
3. Se dedica excesivamente al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de
ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes).
4. Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no
atribuible a la identificación con la cultura o la religión).
5. Es incapaz de deshacerse de los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un
valor sentimental.
6. Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a
su manera de hacer las cosas.
7. Adopta un estilo avaro en los gastos para sí y para los demás; el dinero se considera algo
que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.
8. Muestra rigidez y obstinación.
Trastorno de la personalidad
autodestructiva
• Este tipo de personalidad presenta una tradición clínica y una
importancia histórica que empezó con Kraft-Ebbing en el siglo XIX con
la descripción del masoquismo sexual (que está clasificado como una
parafilia en el DSM) y con las posteriores descripciones freudianas
sobre el masoquismo moral, un patrón de conducta no sexual sumisivo
que conduce al dolor y maltrato psicológico. Sin embargo, ha suscitado
cierta controversia por el potencial mal uso que se podía hacer de este
trastorno -en particular, puede ser mal aplicado en mujeres que hayan
sufrido abusos sexuales, y por tanto utilizado para culpar a la víctima.
En parte por la reflexión derivada de estas preocupaciones, el trastorno
de la personalidad autodestructiva nunca ha sido un diagnóstico
psiquiátrico oficial pero fue incluido en el apéndice del DSM-III-R
(Fiester, 1991). Se ha utilizado la etiqueta de trastorno de la
personalidad autodestructiva en vez de la de trastorno masoquista de la
personalidad para enfatizar la distinción de los primeros conceptos
psicoanalíticos sobre el masoquismo femenino. Sin embargo, las
propuestas de este trastorno implican que tanto puede ser aplicado a los
hombres como a las mujeres, y que es un concepto clínicamente
práctico con importantes implicaciones para el tratamiento.
Trastorno de la personalidad autodestructiva
• Un patrón general de conducta autodestructiva que empieza al principio de la edad
adulta, y que se da en diversos contextos y en más de una área de funcionamiento tales
como la escuela, el trabajo, las relaciones sociales, o las relaciones interpersonales
próximas, como lo indican al menos cinco de los siguientes ítems:
1. Elige personas y situaciones que conducen a la decepción, el fracaso o el maltrato incluso
cuando la persona admite o reconoce que dispone de otras opciones reales.
2. Rechaza o convierte en inútiles los intentos de ayuda de los demás.
3. Responde a acontecimientos personales positivos (p. ej., un nuevo logro) con un estado de
ánimo disfórico, culpabilidad, o una conducta que produce dolor (p. ej., un accidente).
4. Provoca respuestas de enfado o de rechazo en los demás y luego se siente herido,
frustrado o humillado (p. ej., se burla de su cónyuge en público, provocando una réplica
airada, y se siente luego desolado).
5. Rechaza oportunidades de experimentar placer, o es reacio a reconocer que se lo pasa
bien (a pesar de poseer unas habilidades sociales adecuadas y una capacidad para
experimentar placer).
6. No consigue llevar a cabo tareas cruciales para sus objetivos personales a pesar de
poseer una capacidad demostrada para lograrlos (p. ej., ayuda a otros estudiantes en sus
trabajos, pero no es capaz de realizar los suyos).
7. No se interesa por la gente que constantemente lo trata bien o lo rechazan (p. ej., no se
siente atraído por compañeros sexuales que se preocupan por él).
8. Considera que no merece ser bien tratado.
Trastorno depresivo
de la personalidad
• De todos los trastornos de la personalidad, el depresivo probablemente
sea el que ha disfrutado de mayor tradición clínica, habiéndose
reconocido ya hace 2000 años por Hipócrates en su descripción de la
«bilis negra», o temperamento melancólico (Phillips y col., 1990).
Kraepelin (1921) también describió este trastorno y, como Hipócrates, lo
consideró un trastorno del espectro depresivo -una variante
constitucional parecida a un rasgo de los trastornos depresivos más
graves y que predispone a su aparición. La descripción de Schneider
(1959) de este tipo de personalidad llevó a su inclusión en el ICD-9 como
un trastorno afectivo de la personalidad. Kernberg (1988), que lo extrajo
de los escritos de Laughlin, enfatizó las características psicodinámicas
en este tipo de personalidad, que incluían un superego severo, una
expresión inhibida de la agresividad, y una dependencia excesiva que se
contrarresta con una auto-suficiencia. A causa de la fuerte tradición
histórica de este trastorno, por la que fue incluido en el ICD-9, y del
apoyo de distintas evidencias empíricas, el trastorno depresivo de la
personalidad fue añadido en el apéndice del DSM-IV.
Trastorno depresivo
de la personalidad
• Las personas con trastorno depresivo de la personalidad están
persistentemente desanimadas, agobiadas, preocupadas, serias,
pesimistas y son incapaces de disfrutar o relajarse. A menudo tienden a
sentirse culpables y con remordimientos, se autocastigan, son pasivas,
no asertivas, e introvertidas. Tienen una baja autoestima y son
excesivamente sensibles a la crítica o al rechazo. Aunque estos
individuos pueden ser críticos con los demás, tienen dificultad para
dirigir críticas o alguna forma de agresividad hacia ellos y son
básicamente críticos consigo mismos. Son claramente dependientes de
la estima y aceptación de los otros, pero inhiben la expresión de esta
dependencia y pueden parecer autosuficientes. Este trastorno no
debería diagnosticarse si aparece exclusivamente durante un episodio
depresivo mayor. Aunque el trastorno depresivo de la personalidad
parece distinto de los trastornos depresivos del Eje I, los antecedentes
familiares y otros datos sugieren que puede estar relacionado con estos
trastornos, apoyando el concepto de espectro de Kraepelin.
Trastorno depresivo de la personalidad
CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN DEL DSM-IV (APÉNDICE) PARA EL
TRASTORNO DEPRESIVO DE LA PERSONALIDAD
• A. Patrón permanente de comportamientos y funciones cognoscitivos
depresivos que se inicia al principio de la edad adulta y se refleja en una
amplia variedad de contextos y que se caracteriza por cinco (o más) de los
siguientes síntomas:
1. El estado de ánimo habitual está presidido por sentimientos de abatimiento,
tristeza, desánimo, desilusión e infelicidad.
2. La concepción que el sujeto tiene de sí mismo se centra principalmente en
sentimientos de impotencia, inutilidad y baja autoestima.
3. Se critica, se acusa o se autodescalifica.
4. Cavila y tiende a preocuparse por todo.
5. Critica, juzga y lleva la contraria a los otros.
6. Se muestra pesimista.
7. Tiende a sentirse culpable o arrepentido.
• B. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de episodios
depresivos mayores y no se explican mejor por la presencia de un trastorno
distímico.
Trastorno negativista
de la personalidad
• El trastorno negativista de la personalidad se introdujo en el apéndice del DSM-
IV como sustituto de la categoría excesivamente restringida de trastorno
pasivo-agresivo de la personalidad, que representaba más un simple
mecanismo de defensa que un trastorno de la personalidad. Otras limitaciones
del trastorno pasivo-agresivo de la personalidad eran su limitado apoyo
empírico y el hecho de que la conducta pasivo-agresiva puede ser normativa,
incluso loable, en determinadas situaciones.
• El trastorno negativista de la personalidad es un constructo más amplio que
tiene algunos antecedentes históricos, tales como los «depresivos
malhumorados» de Schneider (1923). El trastorno negativista de la
personalidad, como el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad, describe un
patrón generalizado de resistencia pasiva a cumplir las exigencias sociales y
laborales. Este patrón también comprende un amplio muestrario de actitudes y
conductas negativistas, tales como malhumor, pesimismo y cinismo, quejas y
refunfuños; sentimientos de mala suerte y de desgracia personal, y envidia de
aquellos que consideran más afortunados. Además, estos individuos tienden a
alternar entre la autorreivindicación hostil y la sumisión contrita. Las
características clínicas de este trastorno y su distinción de los otros trastornos
de la personalidad están aún por confirmarse.
Trastorno negativista de la personalidad
CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN DEL DSM-IV (APÉNDICE) PARA EL
TRASTORNO PASIVO-AGRESIVO (NEGATIVISTA) DE LA
PERSONALIDAD
• A . Patrón permanente de actitudes de oposición y respuestas pasivas ante
las demandas que exigen un rendimiento adecuado, que se inicia a principios
de la edad adulta y se refleja en una amplia variedad de contextos, y que se
caracteriza por cuatro (o más) de los siguientes síntomas:
1. Resistencia pasiva a rendir en la rutina social y en las tareas laborales.
2. Quejas de incomprensión y de ser despreciado por los demás.
3. Hostilidad y facilidad para discutir.
4. Crítica y desprecio irracionales por la autoridad.
5. Muestras de envidia y resentimiento hacia los compañeros aparentemente más
afortunados que él.
6. Quejas abiertas y exageradas de su mala suerte.
7. Alternancia de amenazas hostiles y arrepentimiento.
• B. El patrón comportamental no aparece exclusivamente en el transcurso de
episodios depresivos mayores y no se explica mejor por la presencia de un
trastorno distímico.

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