REFLEXIÓN SOBRE EL REGISTRO CALIFICADO DE CONDICIONES MINIMAS
PARA AUTORIZACIÓN DE PROGRAMAS
MARTHA CECILIA PARADA
ARBEY SALANUEVA PÉREZ ADENAWER PARRA
Trabajo en el área de Prácticas evaluativas en Educación Superior
Dr. GALO ADAN CLAVIJO CLAVIJO
TUTOR
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DEL ÁREA ANDINA
ESPECIALIZACIÓN EN PEDAGOGÍA PARA LA DOCENCIA UNIVERSITARIA
NODO PAZ DE ARIPORO A – CASANARE
2011 REFLEXIÓN SOBRE EL REGISTRO CALIFICADO DE CONDICIONES MINIMAS PARA AUTORIZACIÓN DE PROGRAMAS
Para brindar garantías en los temas de evaluación de la calidad de la educación
superior, se ha creado dentro del sistema educativo colombiano, el denominado Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior ( como el registro calificado de condiciones mínimas para autorización de programas) conformado por los organismos, las acciones y las estrategias que aplican desde el proceso mismo de creación y establecimiento de una institución de educación superior, hasta el desempeño del profesional que egresa del sistema.
El registro calificado es el instrumento del sistema de aseguramiento de la calidad
de la Educación Superior mediante el cual el Estado verifica el cumplimiento de las condiciones de calidad por parte de las instituciones de educación superior (bien de los programas que se encuentran en funcionamiento o programas que se pretendan implementar).
El registro calificado de un programa está fundamentado en el reconocimiento de
que cumple unas ciertas condiciones mínimas de calidad. Las condiciones mínimas de calidad expresan la manera como los programas académicos de formación en la educación superior, deben responder a unos estándares básicos de calidad. Estas condiciones indican la aceptabilidad de un programa académico al establecer ciertas características, niveles y formas de estructuración y organización. Conducen a una acción regulativa o normativa del quehacer institucional y representan un compromiso social con los parámetros de calidad establecidos. Una universidad para prestar el servicio a los estudiantes, debe poseer el registro calificado que certifique que esta puede brindar debidamente y sin ningún impedimento, educación a los futuros profesionales.
El registro calificado, indica que el programa ofrece a sus estudiantes, a la
sociedad y al país, las garantías establecidas por ley y que sus graduados están plenamente capacitados para desempeñar su profesión con idoneidad y con ética.
En este sentido, se adquiere un compromiso con la formación integral de los
universitarios y la alta calidad de los programas; sobre todo porque en la actualidad deberán enfrentarse a nuevas necesidades y sistemas cada vez más complejos y globales, que exigen replanteamientos de fondo en la formación que reciben los futuros profesionales. Particularmente se requieren bases para trabajar en ambientes complicados, con un cuadro dinámico de necesidades en continua expansión, en condiciones políticas, sociales, culturales, económicas y ambientales que exigirán niveles de flexibilidad, comprensión y trabajo en equipo, sensiblemente diferentes a las que han gobernado históricamente el desempeño de los graduados.
De acuerdo con normas vigentes, el Ministerio de Educación Nacional, con el
apoyo de la comunidad académica, fija unas características específicas, comunes a los programas académicos de una determinada área del saber, con el fin de garantizar unas condiciones que, sin desvirtuar la iniciativa y autonomía institucional, sean compartidas y permitan fijar unas competencias básicas para el respectivo desempeño profesional.
Por otra parte, la Ley no descuida la importancia de la formación en los saberes
particulares y que enfatiza en la necesidad de que la educación no atienda solamente a la formación del ciudadano, sino que asegure los conocimientos necesarios para el trabajo y el desarrollo de competencias asociadas al potencial formativo de las disciplinas o profesiones: capacidad crítica, reflexiva y analítica, conocimientos técnicos y habilidades, valoración del trabajo y capacidad para crear e investigar.
La flexibilidad hace parte de un nuevo paradigma sociocultural que no es ajeno a
los nuevos rumbos socio-económicos y culturales de un mundo sostenible y sustentable. En el caso específico de la educación superior, la flexibilidad parece haber afectado sus escenarios. Ella se ha expresado en tentativas particulares de las instituciones por reestructurar las formas tradicionales de formación, al introducir formas de organización del conocimiento, nuevas formas de comunicación pedagógica apoyadas en tecnologías mediáticas de diferente grado, nuevos sistemas de gestión menos burocráticos, más abiertos y participativos que se expresan en una manera más abierta de ofrecimiento de servicios educativos, y nuevas formas de relación con los diversos actores y escenarios del entorno social. De esta forma, la introducción de la flexibilidad en las Instituciones de Educación Superior, debe cumplir con el objetivo básico de incentivar la reflexión y discusión de modelos, enfoques y prácticas curriculares, pedagógicas, académicas y administrativas que redimensionen y re-signifiquen la formación, a la luz de los desarrollos de esta sociedad acelerada y cambiante.
Por lo anteriormente expuesto, se puede decir que lo que necesitamos los
colombianos es una educación de alta calidad como lo consagra la constitución, que responda a las necesidades de la población, a un tiempo determinado, a la creación de conocimiento y al desarrollo de nuevas tecnologías, siempre conscientes de la formación humanista que lleve al pueblo colombiano a jugar un papel más predominante en el mundo y que sirva de ejemplo y al progreso de otros países.