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REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA

Año XXVIII, Nº55. Lima-Hanover, 1er. Semestre del 2002, pp. 231-242

ENTORNO A UNA RESEÑA DE UN LIBRO SOBRE LA


OBRA NOVELISTICA DE MARIO VARGAS LLOSA

Efraín Kristal / David Sobrevilla

Nota previa de los editores

Entre las páginas 248 y 252 del número 51 de la Revista de Crítica


Literaria Latinoamericana (Año XXVI, 1' Semestre de 2000) David
Sobrevilla publicó una reseña al libro de Efraín Kristal Temp-
tation of the Word. The Novels of Mario Vargas Llosa (Nashville,
Vanderbilt University Press, 1998). Dicha reseña ha sido contes-
tada por E. Kristal en la nota que sigue, "Réplica a David Sobrevi-
lla". Ésta, a su vez, ha merecido la respuesta de D. Sobrevilla que
aparece luego bajo el título de "Dúplica a Efraín Kristal", a la que
el aludido responde con una breve "Nota final".
A fin de que esta polémica tenga a mano su referencia básica,
hemos considerado necesario incluir -como "Addenda" y en su
formato original (pp. 238-242)- el texto completo de la reseña en
debate.

Réplica a David Sobrevilla

La reseña de David Sobrevilla sobre mi libro Temptation of the


Word. The Novels of Mario Vargas Llosa publicada en la RCLL
(ALo XXV, No. 51.Lima-Hanover, ler. Semestre del 2000) eviden-
cia una lectura incompleta del libro, inconsistencias en sus
criterios de evaluación y puntos menores que hace pasar por
mayores. Sobrevilla parece no haber entendido cuál es el propósito
de mi libro y tampoco resume ninguno de mis análisis literarios.

Para descalificar mi libro, empezando con su título, Sobrevilla


invoca un marco de referencia gratuito y que ciertamente no es el
que me propuse: el de "ser la obra mayor que la producción del
autor merece". El objetivo de mi libro es mucho más preciso:
232 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA

explicar la gestación de cada una de las novelas de Vargas Llosa


anteriores a 1996. Sobrevilla alega que el título del libro,
"tentación de la palabra", "se justifica muy vagamente -pues todo
escritor experimenta 'la tentación de la palabra'" La "crítica"
propuesta de mi título evidencia que Sobrevilla no se ha molestado
en leer la introducción y la conclusión del libro, en las cuales indico
mis propósitos con claridad; ni tampoco la sección del libro en la
cual discuto el, significado de La Tentación de San Antonio en la
novelística de Vargas Llosa. La novela de Flaubert a la que aludo
con mi título trata un tema muy cercano a Vargas Llosa: las
compensaciones de la imaginación por las insatisfacciones de la
vida. Ha sido leída también una alegoría de aquello que lleva a un
escritor a crear.

La segunda objeción es al subtítulo elegido, que según el


comentarista le queda corto. Ningún capítulo es superfluo: todos
contribuyen a realizar el objetivo de la monografía, en la medida
que los aspectos de la biografía intelectual que trato en ellos son
necesarios para comprender mis argumentos sobre la gestación de
las novelas.

La estrategia retórica de Sobrevilla consiste en alegar una


multitud de reduccionismos, nivelaciones y simplificaciones para
luego plantearse interrogantes sobre las razones por las cuáles mi
libro no cumple los requisitos del irrelevante marco general que
impone al inicio de su reseña. Su tesis de fondo es que mi libro ha
fracasado porque yo he capitulado "frente a las autointerpre-
taciones y sugerencias del autor".
La acusación de capitular frente a las autointerpretaciones y
sugerencias del autor es falsa, pero también incoherente dados los
criterios con los cuales Sobrevilla evalúa mi libro. Sobrevilla me
acusa de ser un dependiente intelectual de Vargas Llosa y me
critica, varias veces, cuando mis ideas no coinciden con las que él
ha podido identificar en libros, artículos y entrevistas en los que
Vargas Llosa discute su propia obra.

Una de las objeciones principales de Sobrevilla tiene que ver


con mi análisis del significado de Jean Paul Sartre en el joven
Vargas Llosa. Sobrevilla piensa que Sartre fue la influencia ma-
yor, exclusiva y sistemática del joven Vargas Llosa. Parece ser que
Sobrevilla no puede concebir la posibilidad de que un novelista
como Vargas Llosa tenga más de una influencia mayor; y lo que es
más grave, no se da cuenta que en la literatura las influencias
233 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

múltiples (y hasta las contradictorias) son posibles, y para muchos


deseables. Resulta que la doctrina de los demonios de la creación
de Vargas Llosa es incompatible con una de las ideas matrices de
Sartre porque, según ella, la creación literaria proviene de fuentes
irracionales, mientras que para Sartre toda creación literaria es
una decisión consciente de un escritor. Vargas Llosa, sin embargo,
sostuvo simultáneamente la idea de que la literatura deber estar
comprometida a causas políticas (siguiendo a Sartre) y que es el
producto de fuentes irracionales (una posición que Sartre rechaza
en sus escritores sobre la creación literaria). Parece ser que para
Sobrevilla cualquier matiz o sutileza de este tipo equivale al
reduccionismo. Su mayor asidero para criticarme es una cita de
una entrevista en la cual Vargas Llosa indicó su fervor juvenil por
el pensador francés, como si esa cita fuera razón suficiente para
ignorar el significado de otras influencias mayores, entre ellas la
de varias figuras de la cultura peruana.

Sobrevilla tampoco entiende que en una misma obra literaria


pueden convivir muchas fuentes. Más a delante regresa a Sartre
para alegar que exagero la influencia de Victor Hugo en la narra-
tiva de Vargas Llosa; y nuevamente se apoya en una cita de Var-
gas Llosa en la cual el propio novelista hablaba de sus personajes
como sartreanos. Mi tesis sobre la influencia de Victor Hugo en la
obra del joven Vargas Llosa depende de mis análisis de los conte-
nidos literarios de las primeras novelas de Vargas Llosa, y no de
las autointerpretaciones de Vargas Llosa, en las cuales quien se
apoya es el propio Sobrevilla. Lo que yo hago es demostrar la
influencia de El hombre que ríe de Hugo en la gestación de La
Casa Verde y de la importancia de Los miserables en puntos mayo-
res y menores de La ciudad y los perros y de Conversación en La
Catedral. En mis análisis literarios, por lo demás, Victor Hugo es
solamente uno de muchos autores con los cuales el joven Vargas
Llosa entró en un diálogo literario.

Según Sobrevilla yo no me pregunto por qué Vargas Llosa "casi


no emplea" las técnicas que menciona en Cartas a un joven nove-
lista en La guerra del fin del mundo. La razón es simple: ese libro
de Vargas Llosa se publicó posteriormente a la entrega de mi
manuscrito a la imprenta y escapa los parámetros temporales de
las novelas que trato. Pero, en cualquier caso, mi explicación de La
guerra del fin del mundo depende de asuntos que Sobrevilla no
menciona: la actualización de una tradición literaria sobre la
guerra (la de Stendalil y Tolstoi) que Vargas Llosa lleva a cabo
232
234 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA

para la época del final de las ideologías.


Otro alegato concierne mi presentación de la epistemología de
Popper, sobre la cual Sobrevilla se atiene a una desafortunada
errata ("irrefutable” en vez de 'refutable" en una oración). Si
corrigiéramos la errata, entonces desaparece la violenta crítica que
Sobrevilla me hace; y que es, por lo demás, injustificada en el
contexto en el cual aparece la errata, y en el de mi demostración
que esas ideas fueron tomadas en cuenta por Vargas Llosa en
ensayos e incluso en la gestación de la novela ¿Quién Mató a
Palomino Molero?

Más adelante, me acusa de nivelar el pensamiento literario de


Vargas Llosa a una idea: la fuerzas irracionales de la creación.
Esta crítica presupone una confusión de tres asuntos distintos que
trato por separado en mi libro: mis resúmenes de las tesis de
Vargas Llosa sobre el proceso de creación literaria; de la relación
entre sus ideas sobre la creación literaria y sus ideas sobre el
significado político de la literatura; y de la gestación de sus obras
literarias. Cuando escribía las novelas que trato en mi libro,
Vargas Llosa siempre insistió en elementos irracionalistas para
explicar la creación literaria; en su primera época los trató de
conciliar con ideas socialistas; y en su segunda época los trató de
conciliar con ideas de un pensamiento inspirado en Isaíah Berlin,
Karl Popper, entre otros pensadores contemporáneos. En mi libro
yo explico, con lujo de detalles, los cambios estéticos de Vargas
Llosa; y más aún, explico cóm6 los cambios políticos de Vargas
Llosa inciden no solamente en los contenidos políticos de sus
novelas, sino también en sus técnicas y procedimientos literarios.
De todo el vasto mundo anterior, el único matiz que Sobrevilla
logra destacar es el constante de las ideas de Vargas Llosa sobre
las fuentes irracionales de la creación literaria. Sobrevilla me
atribuye esa tesis de Vargas Llosa (y otras a lo largo de la reseña
que no afirmo ni defiendo en el libro) y que en definitiva no corres~
ponde a mi metodología para explicar ninguna de las novelas.

Sobrevilla me acusa de poner a quienes él designa "los críticos


de izquierda" en un mismo saco. Sobrevilla no parece concebir la
posibilidad de que yo pueda aprovechar ciertas observaciones
penetrantes de críticos como Á ngel Rama o como Antonio Cornejo
Polar, y discrepar con ellos en cuanto a algunos de sus criterios de
evaluación literaria. Yo creo que estos críticos han hecho impor-
tantísimas contribuciones a la crítica literaria latinoamericana
pero, en algunos casos muy concretos, constato que sus análisis de
235 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

ciertas novelas de Vargas Llosa hacen pasar juicios de valor políti-


cos como si fueran estéticos.

Sobrevilla cita un artículo mío de 1990 en el que cree detectar


una independencia intelectual de mi parte con relación a Vargas
Llosa y me acusa de ser un dependiente intelectual con respecto al
autor en mi libro. Vale la pena decir un par de cosas sobre ese
artículo y su relación con mi libro.

En el artículo de 1990 yo había intentado explicar la relación


entre las posiciones políticas de Vargas Llosa y los contenidos
políticos de sus novelas. Pensaba entonces que había un desen-
cuentro entre los contenidos políticos de las primeras novelas de
Vargas Llosa con los pronunciamientos socialistas del joven Var-
gas Llosa; y que, en cambio, los contenidos políticos de las novelas
de Vargas Llosa a partir de los años 80 coincidían con sus pronun-
ciamientos políticos en su período neoliberal.

Diversas discusiones de mi artículo me hicieron que ver no


había demostrado ninguna contradicción entre los contenidos
políticos de las primeras novelas de Vargas Llosa y los pronuncia-
mientos socialistas del joven novelista; y en segundo lugar, que en
mi afán de determinar encuentros y desencuentros entre las
posiciones políticas de Vargas Llosa y los contenidos políticos de
sus novelas, había soslayado los propósitos principales de la crítica
literaria que consisten en ofrecer contextos generales para aclarar
obras específicas. De esas reflexiones sobre aquel artículo nació la
idea de escribir un libro para llevar a cabo un propósito definido:
comprender la gestación de las novelas de Vargas Llosa con crite-
rios que superen la mera constatación de contenidos políticos, es
decir, que tomen en serio los aspectos literarios de la creación de
novelas concretas. El acercamiento de Sobrevilla en su reseña es
demasiado simplista para permitirle entrar en las complejidades
de la creación literaria.

Universidad de California, Los Á ngeles

Dúplica a Efraín Kristal

En el N' 51 de la RCLL (pp. 248-252) publiqué una reseña del


libro de Efraín Kristal Temptation of the Word, que me sigue pare-
ciendo informativa, equilibrada y fundamentada. Ofrecía en ella
un resumen del contenido de la obra, ponderaba sus virtudes y de-
232
236 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA

fectos y, finalmente, extraía un balance general: pese a sus virtu-


des, me parecía ser una investigación fallida. Kristal no ha querido
tomar en cuenta en su réplica a mi crítica ni la presentación gene-
ral que hice de su libro, ni los méritos que le reconozco, sino sólo
las críticas que le formulé. Sus respuestas pueden resumirse así:
1. Kristal sostiene que si se considera el marco de referencia que el
libro propone, su título, Temptation of the Word, es correcto. Añade
que también su subtítulo, The Novels of Mario Vargas Llosa, es
correcto, pues ninguno de sus capítulos es superfluo.

2. Afirma que no ha reducido la influencia de Sartre sobre el


joven Vargas Llosa, sino que ha puesto de manifiesto que a su lado
operaba la idea irracionalista de los demonios. El reseñador no ha-
bría advertido la presencia de estas influencias múltiples y hasta
contradictorias. Kristal agrega que el joven Vargas Llosa entró
además "en puntos mayores y menores" de sus primeras novelas
en un diálogo literario con Victor Hugo. Todo lo anterior demostra-
ría que el crítico no ha nivelado la concepción novelística de Var-
gas Llosa acentuando unilateralmente los aspectos irracionales de
su creación.

3. Manifiesta que no tomó en cuenta el análisis de las técnicas


literarias hecho por Vargas Llosa en Cartas a un joven novelista
(1997), porque estejibro se publicó después de la entrega del ma-
nuscrito de Temptation of the Word y escapa a los parámetros
temporales de las novelas que trata.

4. Argumenta que su presentación errónea de la epistemología de


Karl R. Popper se debe a una desafortunada errata (aparece
"irrefutable" en lugar de "refutable" en una oración), lo que el re-
señador aprovecha malamente para. realizar una crítica violenta e
injustificada.

5. Niega poner en un mismo saco a los "críticos de izquierda".


Kristal asevera utilizar ciertas observaciones puntuales de críticos
como Angel Rama y Antonio Cornejo Polar, pero al mismo tiempo
discrepar de sus criterios de evaluación literaria, lo que sería ple-
namente justificado.

6. Niega asimismo tener una dependencia intelectual de Vargas


Llosa, y aclara que si en un artículo suyo -de Kristal- de 1990
creyó ver un desencuentro entre los contenidos políticos de las
primeras novelas y los pronunciamientos socialistas del joven es-
237 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

critor, su estudio posterior le habría mostrado no existir ninguna


contradicción al respecto, lo que también sería legítimo.

Quisiera a mi vez ofrecer una dúplica a esta réplica:

Ad 1. Tanto el título como el subtítulo del libro de Kristal me


siguen pareciendo inadecuados. Del primero escribí que "sólo se
justifica muy vagamente". Kristal replica que alude a Flaubert y a
"las compensaciones de la imaginación por las insatisfacciones de
la vida", pero esto me parece calzarle difícilmente a Vargas Llosa,
uno de los novelistas contemporáneos más exitosos en su vida y
obra, por lo que mal puede pensarse que escriba para obtener com-
pensaciones imaginarias. En cuanto al subtítulo, escribí que era
muy estrecho, porque el libro abarca bastante más que las novelas
de Vargas Llosa, lo que objetivamente es así.

Ad 2 y 3. Manifesté en mi crítica que Kristal reduce -y no que no


toma en cuenta--la influencia de Sartre sobre el joven Vargas
Llosa (1), y que para ello sobredimensiona la de los demonios y de
César Moro (y la de Victor Hugo). Es decir que recorta el peso que
en su creación novelística tiene el factor conciente -de allí que no
sea un azar que Kristal no investigue temáticamente las técnicas
literarias que Vargas Llosa estudió no sólo en las Cartas a un jo-
ven novelista sino mucho antes en su conferencia de 1966 "La no-
vela" (editada en 1968)-, en favor del factor inconciente -la presen-
cia de los demonios o la influencia de César Moro. Esto también es
objetivamente cierto.

Ad 4. La frase del texto de Kristal que cité como prueba de su


desconocimiento de las ideas popperianas era la siguiente: "Popper
argumentaba que una teoría verificable e irrefutable puede ser
falsa" (p. 107 de su texto). El problema de esta frase no es simple-
mente el de una errata que por incuria Kristal no hubiera corre-
gido. Si en la frase transcrita se cambiara "irrefutable" por "refu-
table" el problema persistiría: en efecto, para Popper las teorías no
se pueden "verificar" o "refutar" sino sólo "falsar". La incompeten-
cia de Kristal en el tema se pone por lo tanto de manifiesto otra
vez más.

Ad 5. Al hablar de la crítica de Kristal a Á ngel Rama y a Antonio


Cornejo Polar no me referí a que uno pueda citar ciertas obser-
vaciones de algunos críticos, cuyos criterios de evaluación no com-
parte, lo que es en efecto perfectamente legítimo. Me referí a otra
232
238 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA

cosa: a que Kristal exponía cómo, a raíz de la condena de Castro en


abril de 1971 a los firmantes de una declaración en favor de He-
berto Padilla promovida por el novelista peruano, los críticos de
izquierda latinoamericana se volvieron al unísono contra Vargas
Llosa para atacarlo, y menciona expresamente entonces a Carlos
Rincón, Mirko Lauer, Angel Rama y Antonio Cornejo Polar (pp.
77-79). ¿No es esto poner en un mismo saco a estos críticos de iz-
quierda? Me importa este punto, pues encuentro inaceptable que
Kristal agravie la memoria de dos eminentes críticos latinoameri-
canos como Rama y Cornejo -que ya no le pueden responder- sugi-
riendo que obedecían a consignas al criticar a Vargas Llosa.

Ad 6. En un artículo suyo de 1990, "Mario Vargas Llosa y la


función social de la literatura", Efraín Yristal afirmó que hay dos
cielos novelísticos vargasllosianos, y que el segundo, que se inicia
con La guerra del fin del mundo, está integrado por "novelas de
tesis" (Cf. "Mario Vargas Llosa y la función social de la literatura",
en: B. Ciplijauskaité y C. Maurer [Eds.], La voluntad del huma-
nismo. Barcelona: Anthropos, 1990: 249-260). La expresión me pa-
rece excesiva, pero creo que la vislumbre es correcta y he tratado
de afirmarla en mi artículo "La segunda teoría de la novela de
Vargas Llosa" (en: Cuadernos Hispanoamericanos. Madrid, 496,
oct. de 1991: 59-72). Mario Vargas Llosa niega esta tesis afir-
mando más bien que su concepción de la novela sigue sienáo la
misma. Kristal reconoce haber entregado su manuscrito al nove-
lista peruano, quien le realizó importantes sugerencias, indicacio-
nes y correcciones (Temptation: XV). En Temptation of the Word
asevera ahora que, en efecto, la concepción novelística de Vargas
Llosa es unitaria -sin retractarse o advertir que ha modificado su
opinión en un Anexo ad hoc, o incluso en una breve nota. Objeti-
vamente se ha adherido por lo tanto a la autointerpretación de
Vargas Llosa sobre su evolución, que es lo que señalo.

Kristal deja sin respuesta muchas otras atingencias mías en mi


reseña mencionada. No me referiré a estos ominosos silencios y
tampoco a lo que finalmente opina sobre mis propias capacidades
críticas: las que aquí están en cuestión son las suyas.

Quisiera concluir con tres observaciones. La primera es que


Kristal parece creer que si yo tomara en cuenta lo que vagamente
denomina su "marco de referencia" o el "objetivo" de su libro, mi
opinión cambiaría. Lo he considerado por cierto, pero no me atengo
a él: como Kant ha indicado una objeción puede ser válida, aunque
239 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

no acepte los puntos de partida de un autor -es decir que mis re-
paros no son dogmáticos y tampoco críticos (en el sentido kan-
tiano) sino escépticos.

Segundo, no me parece saludable para la crítica (pero tampoco


para la literatura) que críticos independientes -adjetivo redun-
dante en teoría, pero no en la práctica- den a leer sus críticas a los
autores a los que critican antes de publicarlas a fin de obtener su
aquiescencia: no me imagino a Á ngel Rama pidiéndole su nihil
obstat a Vargas Llosa antes de hacer aparecer su reseña de La
guerra del fin del mundo, o a Marcel Reich Ranicki solicitándole su
parecer a Gúnter Grass sobre su juicio acerca de Ein weites Feld.
En mi opinión las cortes son indeseables en el campo de la litera-
tura -y en muchos otros campos.

Y, tercero, me parece asimismo sorprendente que este crítico no


advierta los defectos objetivos de su libro y que se haya atrevido a
pergeñar una réplica. Es que, como decían los antiguos: Quem
deus vult perdere, prius dementat.
Universidad de Lima
____________________
(1)Por cierto, nunca he pensado ni escrito que Sartre haya sido "la influencia
mayor, exclusiva y sistemática" (!) en el joven Vargas Llosa como Yristal me
atribuye.

Nota final de Efrain Kristal

El Dr. Sobrevilla no resume mi acercamiento crítico a la nove- las


de Vargas Llosa -inspirado en las ideas de Wollheim y Gombrich- y
no discute ni uno solo de mis análisis literarios, en los cuales
demuestro cómo Vargas Llosa construye sus novelas a partir de
sus lecturas y convicciones. Lamento que no haya ofrecido una
idea adecuada de los contenidos de mi libro a los lectores de buena
voluntad de la Revista de Critica Literaria Latinoamericana. No
.erviría para nada responder a sus ataques. A su insulto en latín sí
respondo: Si tacuisses, philosophus mansisses.
232
240 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA

ADDENDA

Efraín Kristal, Temptation Gladieu, Mario Vargas Llosa


of the Word. The novels of (1989); el de Javier Tusell,
Mario Vargas Llosa. Nash- Retrato de Mario Vargas
ville: Vanderbilt Universi- Llosa (1990), y el de Thomas
ty Press, 1998; 256 pp. M. Scherer, Mario Vargas
Llosa. Leben und Werk. Eine
La importancia de la Einfuehrung (1992), entre
persona y de la obra de Mario otros. Todos estos son
Vargas Llosa ha ido cada vez trabajos útiles y valiosos, pero
más en aumento: lo muestran que o han sido superados por
su postulación a la Presi- el volumen y rapidez de la
dencia del Perú en 1990, las producción vargasllosiana –
polémicas en las que se ha como en el caso del libro de
involucrado, sus artículos Oviedo– o que no elevan la
quincenales publicados en pretensión de ser la obra
varios idiomas, sus declara- mayor que la producción del
ciones a veces altisonantes, su autor merece. ¿Lo es el libro
participación en foros, confe- de Kristal que acaba de
rencias y concursos, los pre- aparecer?
mios que ha obtenido y sobre
todo su producción incesante: El título del libro sólo se
sus numerosas novelas, sus justifica muy vagamente –
ensayos, artículos y obras de pues todo escritor expe-
teatro traducidas a nume- rimenta la “tentación de la
rosos idiomas. palabra”– y no se lo razona en
ninguna parte; y el subtítulo,
Curiosamente, son relati- “Las novelas de Vargas
vamente pocos los libros que Llosa”, le queda muy
han tomado como tema la estrecho, ya que esta obra
obra íntegra de Vargas Llosa abarca mucho más: así el
o todas sus novelas: el gran capítulo primero versa sobre
estudio de José Miguel “El compromiso del escritor”,
Oviedo, Mario Vargas Llosa. el capítulo tres trata de la
La invención de una realidad participación de Vargas Llosa
(1982, con algunas ediciones en el caso Padilla (71-81), el
posteriores); el de Sara cuarto de Contra viento y
Castro-Klarén, Mario Vargas marea, por lo que el subtítulo
Llosa. Análisis introductorio habría tenido que ser
(1988); el de Marie-Madelaine bastante más amplio.
232 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA 232

Bataille. O a indicar la
Las virtudes del libro que importancia para Vargas
comentamos son muchas y Llosa de un escritor como
están a la vista: trata de Victor Hugo con su novela Los
todas las novelas escritas miserables.
hasta ahora por el autor
peruano; Kristal ha tenido Según el cuadro que
acceso al Archivo Vargas presenta Kristal, la idea de
Llosa adquirido por la los “demonios” de Vargas
Biblioteca Firestone de la Llosa sería de cepa goethiana
Universidad de Princeton, lo (3-4); en la formación de la
que le ha servido para tomar concepción sobre el escritor
en cuenta las notas de Vargas del novelista peruano habrían
Llosa, las primeras versiones tenido una gran importancia
de sus novelas y las cartas Mariátegui, Arguedas y
que cursó con eminentes Salazar Bondy, pero también
autores peruanos como José César Moro. Sería precisa-
María Arguedas y Sebastián mente la influencia de éste la
Salazar Bondy; además, el que probaría que, en contra
propio Vargas Llosa ha leído de lo que habitualmente se ha
el manuscrito del libro de admitido, los puntos de vista
Kristal, realizando sugeren- de Sartre no habrían sido tan
cias e indicaciones (así, el decisivos para el joven Vargas
autor menciona una impor- Llosa, ya que según éste la
tante corrección en la p. XV); literatura política lograda
por último, el autor sostiene sería el producto de motiva-
que se ha preocupado de ciones irracionales (19).
estudiar el medio intelectual Inicialmente, el peruano se
y los autores literarios y habría decidido por una lite-
filosóficos que Vargas Llosa ratura revolucionaria inde-
leyó y que han influido sobre pendiente y no habría
él y su obra. Todo esto da aceptado el dilema moral
lugar a algunos análisis muy planteado por Camus (22). Su
penetrantes; por ejemplo, los concepción de la novela
de La ciudad y los perros, La estaría determinada desde el
casa verde e Historia de principio hasta el final por la
Mayta, entre otros. Kristal de Flaubert (xvi, 28), cuya
logra además probar la obra constituye en su opinión
presencia decisiva que en las el divortium aquarum en la
concepciones del novelista historia de la novela: las
peruano han tenido autores novelas previas serían primi-
antes un poco desatendidos tivas y las posteriores moder-
como César Moro o Georges nas (26). Otros autores que
233 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

perfeccionaron las estrategias neoliberal del autor peruano:


narrativas de la novela La guerra del fin del mundo,
moderna fueron William Historia de Mayta, ¿Quién
Faulkner y, posteriormente, mató a Palomino Molero?, El
James Joyce y Virginia Woolf. hablador, Elogio de la
madrastra y Los cuadernos de
Luego de los primeros don Rigoberto –incluye así,
cuentos vargasllosianos, Kris- entre las novelas de los años
tal ve dos grandes ciclos 80, esta última, que es de
narrativos enlazados por un 1997. En su conclusión,
período de transición, y ac- Kristal sostiene que Lituma
tualmente cree poder discer- en los Andes, que procede de
nir el comienzo de un nuevo 1995, sugiere un nuevo
período. El primer ciclo –el de cambio en la producción
los años 60– estaría formado literaria de Vargas Llosa:
por las novelas La ciudad y aquí la violencia no parecería
los perros, La casa verde y tener ninguna explicación y
Conversación en la Catedral, ser totalmente irracional
y en él Vargas Llosa (195-6).
suscribiría los principios del
socialismo y presentaría, en Pese a todos sus
consecuencia, una visión mo- innegables méritos, el libro
ral que subraya la opresión de que comentamos nos parece
una sociedad corrupta. El ser una obra fallida. En
período de transición coincide principio, se trata de un
con el paulatino alejamiento estudio disparejo e insatisfac-
del novelista peruano de su torio: analiza en forma
adhesión al socialismo y de penetrante –aunque discuti-
los regímenes del socialismo ble– novelas como las del pri-
real existente y comprende el mer ciclo, Historia de Mayta,
estudio sobre Flaubert, La ¿Quién mató a Palomino
orgía perpétua, y las novelas Molero? o El hablador, pero
Pantaleón y las visitadoras y no así La guerra del fin del
La tía Julia y el escribidor. A mundo, las novelas eróticas
continuación estudia Kristal de Vargas Llosa, o Lituma en
cómo las ideas de Albert los Andes. En ninguna parte
Camus, I. Berlin, J.-F. Revel hace una consideración temá-
y Karl R. Popper habrían tica de las estrategias
reorientado la visión política narrativas que el autor de La
de Vargas Llosa. Posterior- ciudad y los perros ha
mente, analiza el ciclo de presentado hasta dos veces
novelas de los años 80 en el sistemáticamente en su
período al que llama carrera: en su conferencia de
234 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA 232

1966 “La novela” –editada en inspiración subjetiva, “los


1968– y, mucho después, en demonios”, y un momento
Cartas a un joven novelista objetivo: el manejo de las
(1997). Tampoco se pregunta técnicas. La novela es
por qué casi no emplea estas concebida aquí como una
técnicas en La guerra del fin representación verbal desinte-
del mundo, que, sin embargo, resada de la realidad y, a la
ha resultado ser una de sus vez, como su negación a
obras mayores. través del elemento añadido
(Cf. Por ej. García Márquez,
El libro de Kristal procede 204). La segunda concepción
en forma reduccionista y está formulada en los
simplificadora. Reduce la estudios que integran La
influencia de Sartre sobre el verdad de las mentiras (1990)
primer Vargas Llosa, cuando y en las Cartas a un joven
de joven, según reconoce el novelista (1997) –y antes,
mismo novelista peruano, como concepción general del
seguía a Sartre “de una arte, en los prólogos a La
manera sistemática y señorita de Tacna (1981) y
entusiasta” (Ricardo A. Setti, Kathie y el hipopótamo
Diálogo con Vargas Llosa. (1983), y que Vargas Llosa ha
Buenos Aires: Intermundo, practicado a partir de La
1989: 17), habiendo llegado guerra del fin del mundo
hasta a publicar un pequeño (1981). Aquí, la novela ya no
texto sobre su relación con él es más la representación de la
y Camus (Entre Sartre y realidad, sino sólo su distor-
Camus, 1981), que luego sión debido a las obsesiones
incorporó a Contra viento y del autor, la obra de arte es
marea. Pero el libro de concebida como “mentira
Kristal es además bastante verdadera” y el novelista
simplificador: en Vargas introduce confesamente sus
Llosa no hay a lo largo de puntos de vista en la obra (he
toda su carrera una sola estudiado este punto en mi
concepción de la novela sino artículo “La nueva teoría de
cuando menos dos. La la novela de Vargas Llosa”, en
primera, expuesta en “La Cuadernos
novela” (1968), “Carta de Hispanoamericanos. Madrid,
batalla por Tirant lo Blanc” 496, oct. de 1991: 59-72).
(1969) y en García Márquez. Curiosamente, en un estudio
Historia de un deicidio (1971), anterior suyo, Kristal había
y practicada en las novelas visto con claridad el cambio
del primer ciclo, es la de la en la concepción novelística
“novela total”, que tiene una de Vargas Llosa y había
235 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

hablado de las novelas del saberlo, pero el hecho es que


segundo ciclo –con una el crítico Efraín Kristal
expresión quizás excesiva– parece haber perdido
como “novelas de tesis”, y de independencia frente al
cómo este cambio en la novelista estudiado y que sus
concepción da lugar a cambios críticas son ahora muy
en la técnica narrativa (cf. su superficiales. Resulta así
artículo “Mario Vargas Llosa asumiendo la explicación del
y la función social de la novelista sobre su relación
literatura”, en B. Ciplijaus- con la izquierda y echa
kaisté y C. Maruer [Eds.], La entonces en un mismo saco
voluntad del humanismo. todos los reparos que han
Barcelona: Anthropos, 1990: formulado al autor de La
249-260; esp.: 257-260). En ciudad y los perros los críticos
Temptation of the Word de izquierda. Quizás tenga
escamotea su visión anterior, razón cuando muestra el
con lo que logra presentar extraño cambio de opinión
como unitaria la concepción operado en Carlos Rincón,
novelística de Vargas Llosa, quien en 1968 publicó un
pero al precio de simplificarla. elogioso artículo sobre la
Ello explica que no estudie el influencia de Flaubert en
factor consciente en la Vargas Llosa y en 1971 otro
concepción novelística del fulminante en razón de la
autor peruano: acentuando la misma influencia (74-75); o
importancia del factor cuando califica de cínica una
inconsciente puede nivelar su opinión formulada por Mirko
concepción y además minimi- Lauer (78-79); pero no puede
zar la influencia de Sartre. juzgar con el mismo rasero
las críticas de Antonio
¿De dónde procede esta Cornejo Polar o de Angel
nivelación que introduce Rama (77-78) –tanto más
Kristal en el estudio de la cuando luego trae como
concepción novelística de testimonio de la excelencia
Vargas Llosa? ¿Cómo podía literaria de La guerra del fin
sostener, en 1991, que luego del mundo la opinión de
de 1973, se operó una Angel Rama precisamente
transformación en la estética (199). La coherencia lógica
novelística vargasllosiana y también juega un papel en la
que el segundo ciclo de sus crítica literaria.
novelas era de tesis, y en
1998 que su concepción nove- Pero la autoridad de
lística no se ha modificado a Vargas Llosa sobre Kristal va
lo largo de los años? Es difícil más allá de su visión sobre su
236 EFRAIN KRISTAL / DAVID SOBREVILLA 232

trayectoria personal: se de Vargas Llosa por entonces,


extiende a las autointer- ni del estudio de las novelas
pretaciones del novelista de su primer ciclo, se puede
peruano sobre su propia obra. extraer la conclusión de que
Aquí hay que separar dos Victor Hugo haya sido tan
cosas. Es obvio que es importante para el joven
invalorable el estudio del Vargas Llosa como sostiene
Archivo Vargas Llosa en la Kristal. Más bien se observa
Biblioteca Firestone de la de declaraciones anteriores
Universidad de Princeton y del propio novelista que hasta
asimismo el de las sugeren- el comportamiento moral de
cias del autor sobre su propia sus primeros personajes se
obra. Pero esto no significa entiende en términos
que un crítico deba capitular sartreanos: los de la libertad
frente a las autointer- como elección originaria (Cf.
pretaciones y sugerencias de El buitre y el Ave Fénix.
un autor, lo cual reputamos Barcelona: Anagrama, 1972:
sucede en este caso. Ponga- 96 ss.). En este sentido es
mos por ejemplo: la lectura de falso que el novelista peruano
un importante ensayo de concibiera por entonces a la
Vargas Llosa, “Los Misera- sociedad peruana como un
bles. El último clásico” (1983), mundo compacto que no tiene
lleva a Kristal a re-evaluar la escapatoria moral: el
importancia de Hugo para el Teniente Gamboa o Zavalita
primer ciclo de novelas fracasan desde el punto de
vargasllosianas (65): en Hugo vista social, pero se realizan
y Vargas Llosa el mundo éticamente porque eligen ser
sería moralmente corrupto, libres originariamente. La
habrían caracteres feroces, y presencia de Sartre en el
un personaje como Gamboa primer Vargas Llosa es
sería incapaz de distinguir mucho más fuerte de lo que
entre moralidad y orden como Kristal quiere admitir e
sucede con muchos personajes impide una interpretación de
victorhuguescos. En este su mundo novelístico en
sentido, la visión del autor de términos victorhuguescos.
La casa verde sobre la
sociedad peruana habría sido Finalmente, muchos de los
en el primer ciclo de sus conceptos que analiza y
novelas básicamente moral, emplea Kristal son discutibles
aunque compatible con la o directamente erróneos. Así,
justificación marxista-leninis- por ejemplo, sostiene que el
ta de la revolución (63). Ahora concepto de los “demonios” de
bien, ni de las declaraciones Vargas Llosa procede de
237 EN TORNO A UNA RESEÑA SOBRE VARGAS LLOSA

Goethe, guiándose por otra falsear. La frase arriba


sugerencia del autor (Cf. transcrita acredita por lo
Literatura en la revolución y tanto un triple error y un
revolución en la literatura. conocimiento vacilante de las
México: Siglo XXI, 1970: 82). ideas popperianas. Por
Esto es en el mejor de los último, el mismo concepto de
casos discutible: Goethe crítica literaria de Kristal es
entiende la palabra Daemon confuso, así como sus
sobre todo en el sentido del criterios: así, quiere estable-
diamonion socrático: como la cer una cuarta y última etapa
divinidad interna que de la novelística de Vargas
aconseja al hombre (Cf. en Llosa sobre la base del
especial “Orphische Urworte”, contenido de Lituma en los
Dichtung und Wahrheit, Andes –la presencia de una
Gespraeche mit Eckermann). violencia inexplicable y
Directamente erróneo es a totalmente irracional–, sin
grandes trechos el uso de tener en cuenta que lo
algunos conceptos epistemo- decisivo seria la presencia de
lógicos de Popper por Kristal, una nueva concepción
por ejemplo en esta frase: novelística. Nuestra conclu-
“Popper argumentaba que sión es, pues, que, pese a
una teoría verificable e irre- todos sus méritos, este
futable puede ser falsa” (107). estudio sobre las novelas de
Según Popper, las teorías son Vargas Llosa no es la gran
refutables (o científicas) e obra que hace años merecen
irrefutables (o metafísicas). éstas.
Además, sólo habla de la tesis
de la verificabilidad de las David Sobrevilla
teorías para criticarla: para Universidad de Lima
él, las teorias sólo se pueden Universidad de California - Davis-

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