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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE FALCÓN

“ALONSO GAMERO”

PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION EN ADMINISTRACIÓN

DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE ADMINISTRACIÓN

PARTICIPANTE:

T.S.U. Júnior Mora

C.I:V.-11.141.459

FACILITADOR:

Licda. Katherine Brett

Sección 01

Santa Ana de Coro, Junio de 2011


Durante los inicios del nuevo milenio, la convivencia humana ha reposado sobre
las débiles bases de un sistema social agotado desde el punto de vista político,
económico y cultural, es decir, la economía del mercado, se ha encontrado y aún se
encuentra en su fase capitalista transnacionalmente. No obstante, el nuevo proyecto
histórico de la mayoría de éstas naciones, el cual es conocido como “Socialismo”,
definido como el socialismo del siglo XXI, según Dieterich; H (2005). "…nace dentro
del turbulento contexto de la primera recesión económica global desde 1945; de la
guerra en Afganistán y del surgimiento del tercer orden mundial." (p. 11);
representando esta definición el estado en que se encuentra la civilización capitalista,
a diferencia de la democracia participativa que se vivencia actualmente en países
latinoamericanos, mostrando la respuesta de los pueblos y la esperanza de los
movimientos sociales.

Así pues que, el nuevo nacimiento de las acciones que se han tomado en
Latinoamérica se ve que avanza hacia una sociedad post-capitalista que se manifiesta
y se evidencia en múltiples desafíos y movimientos populares como por ejemplo: el
Zapatismo en México, el Movimiento de Los Sin Tierra en Brasil, la Revolución
Bolivariana en Venezuela, el levantamiento Indígena-Popular-Militar en Ecuador y el
Argentinazo.

Luego de la vivencia por años de procesos de desregularización, privatización y


desintegración de las capacidades de la función pública, se plantea ahora la
obligatoria necesidad de reconstruir el estado Venezolano, haciendo más eficaz su
funcionamiento en aras de dar respuesta a los múltiples problemas de los pueblos.

Es por ello, que para transformar las relaciones sociales de producción


predominantes capitalistas en el país, se ha decidido promover en primera instancia
las Empresas de Propiedad Social, las cuales según Álvarez, V. y Rodríguez, D.
(2008) son "… la célula fundamental de un nuevo tejido productivo que opera guiado
por los principios de solidaridad, cooperación, complementación, reciprocidad y
sustentabilidad." (p. 56). De esta manera, se espera que a través de la multiplicación
de estas fábricas a lo largo y ancho del territorio nacional se avance hacia el desarrollo
integral de las personas, el desarrollo equilibrado de los diferentes sectores
económicos, así como también el desarrollo armónico y proporcional de las regiones,
es decir, progreso en el Desarrollo Endógeno.

Esto se traduce en que, la exigencia de la socialización de los medios de


producción y de la liberación del trabajo productivo implica transformar el tipo de
relación social de producción, basada en la propiedad privada tal como se ha
heredado; es decir, transformar una forma de propiedad en otra, la cual se sabe que
por ahora tan solo está comenzando a surgir. Contribuyendo así con el impulso del
Desarrollo desde la Célula de las Comunidades de acuerdo a sus necesidades de
crecimiento, en donde no exista la explotación del hombre por el hombre.

De acuerdo con esto, es importante parafrasear lo que señala Fernández, M.


(2004), que el desarrollo endógeno busca la implementación de una estrategia
autóctona de desarrollo que impulse una economía solidaria orientada a las
necesidades del colectivo y a los mercados nacionales, por ende, que impulse la
defensa y valorización del capital natural, cultural y patrimonial; la defensa del capital
social y democrático (p. 9).

De allí que, con el surgimiento de propuesta para la construcción de Fábricas


Socialistas, se espera generar resultados, trabajando articuladamente con las
comunidades, siendo estas últimas las responsables de realizar propuestas e
iniciativas efectivas.

El desarrollo endógeno a su vez la construcción de un socialismo verdadero


propone la transformación de la sociedad venezolana con el propósito de eliminar la
división social del trabajo, de su estructura jerárquica y situar la satisfacción de las
necesidades colectivas por encima de la producción de riquezas e intereses
individuales. Con esta nueva forma de economía se pretende lograr una distribución
más equitativa de los excedentes de la renta petrolera y la diversificación de la
economía por la vía de las empresas de producción social o fabricas socialistas,
combinadas con las empresas del estado y algunas empresas privadas.

Las Fábricas Socialistas son unidades productivas de distintos sectores


estratégicos de la economía, diseñadas para fortalecer la soberanía de la patria en el
ámbito productivo e impulsar la transformación del modelo socioeconómico en manos
del pueblo y a su único servicio. Con este tipo de industrias, el Gobierno Bolivariano
procura impulsar el desarrollo nacional integral sustentable, con el fin de garantizar la
soberanía y la diversificación productiva así como la recuperación de la capacidad
industrial ociosa. Las fábricas socialistas representan no solo la fabricación de
productos, sino también representan la organización y participación de las
comunidades en las que se encuentran ubicadas, procurando la generación de fuentes
de trabajo y cuyas ganancias no solo se estiman con un valor monetario, sino con un
valor social y humanístico.

En este concepto de empresas no debe existir ningún tipo de discriminación, ni


grupos privilegiados en igualdad de condiciones para sus integrantes bajo un sistema
rigurosamente planificado, participativo y protagónico.

El Ejecutivo Nacional para impulsar esta nueva forma de economía a ejecutado a


nivel de industrias, medidas de supervisión y control sobre empresas productoras de
arroz, harina, leche para garantizar la cantidad producción con ajustes de precios que
satisfaga a la mayor parte de la población, de igual manera en el sector agrícola se ha
realizado la intervención de algunas fincas con tierras ociosas y/o desarrolladas con
cultivos inadecuados con el propósito de activar dicho sector y producir los alimentos
que garanticen la seguridad agroalimentaria con un enfoque agroecológico y así está
establecido en la directriz No. IV del Plan de desarrollo Económico y Social de la
Nación 2007-2013.

El actual estado venezolano ha diseñado estrategias que le permiten afianzar el


modelo productivo social a través de las fabrica Socialistas, como sistema viable en la
economía del país a través de la aplicación de procesos productivos que definen las
líneas de acción y desarrollo que deben implementar estas empresas a fin de
establecer la dirección del sector privado en nuestro país. El Gobierno Nacional
pretende configurar un aparato productivo sólido que esté al servicio del pueblo y sirva
como instrumento para el desarrollo de la sociedad, con el programa Fábrica adentro
I y Fábrica Adentro II, el estado impulsa la creación de 200 empresas de orden
social.

Los programas Fábrica Adentro I y II establecen la creación de mecanismos de


administración, planificación, gestión y control de empresas "donde los trabajadores
organizados tengan un protagonismo muy importante y una capacidad de decisión
determinante" es aquí donde se determina que el sector privado debe estar
subordinado a los planes de desarrollo guiados por las líneas estratégicas diseñadas
por el estado, en función de los intereses del colectivo.

Este proceso de cambio viene a ser el responsable de proveer el sustento material


y los recursos económicos al nuevo modelo social, que permite la sustentabilidad y el
desarrollo humano de forma permanente. El modelo de producción socialista es una
nueva iniciativa que ha surgido en el continente Latinoamericano, sobre los modelos
de desarrollo en el siglo XXI, en donde los países o gobiernos de los mismos, definen
sus propias propuestas socialistas.

El proceso de transición venezolana se sustenta en un intercambio de actividades


productivas donde las riquezas generadas por la producción serán genuinamente
planificadas y cada vez más justas, equitativa, solidaria de manera eficiente y
oportuna, que incluyen una acumulación de esfuerzo fundamentado en el trabajo
productivo.

El modelo Productivo Socialista se puede distinguir en varios ámbitos, como lo


es: la creación del poder ejecutivo popular con los consejos comunales que son parte
importante para el desarrollo y el progreso del pueblo, el fortalecimiento de las
cooperativas que son medios de producción, que dan respaldo generando empleos
alternativos; las empresas públicas que a través de ellas el estado, fundamenta las
actividades productivas y diseña las líneas estratégicas para el desarrollo del país,
respondiendo directamente a la planificación central, donde el trabajador es el motor
interno de un modelo socialista, y tener una nueva conciencia ciudadana donde
prevalezca la igualdad y solidaridad.

El Modelo que se plantea fomentar en Venezuela esta caracterizado por la


participación de los ciudadanos en la toma de decisiones que ponen en marcha en la
Nación; en el mismo se ejecuta una fuerte inversión económica y humana en políticas
sociales (Salud, Educación, Vivienda, Alimentación entre otros), un principio que se
aplica de forma constante es la solidaridad con el más desasistido. Busca el desarrollo
a máximo de las potencialidades económicas y productivas que posee nuestro país,
con el objetivo de lograr en un futuro conseguir otras fuentes de ingresos económicas
diferentes a las que genera la renta petrolera.

Un nuevo modelo de desarrollo económico que logre transformar el modelo de


producción actual, un ejemplo claro es la Fábrica Socialista de Celulares instalada
en Venezuela, permitiéndonos aportar dentro del proceso de construcción del
Socialismo, sabiendo que este señala hacia la Soberanía Tecnológica y las
consecuencias de ésta sobre el desarrollo de nuestro Pueblo.
La característica principal de la construcción de la Fábrica Socialista de Celulares
está centrada en generar propuestas de producción y desarrollo económico que
permitan impulsar una economía socialista, que tenga como base la socialización de
los medios de producción gestionados por el Poder Popular donde la participación
debe ser el centro sus actuaciones en todos los ámbitos de la Fábrica y debe
subordinarse únicamente a las necesidades humanas a través de un nuevo modelo de
producción, distribución y consumo socialista, que satisfaga necesidades del Pueblo.

Otro claro ejemplo entre muchos es la instalación de tres fábricas de madera


sintética y una de madera compuesta en el territorio nacional, las cuales estarán
ubicadas en los estados Carabobo, Anzoátegui, Maracaibo y Monagas,
respectivamente.

Estos centros de producción al igual que todos los proyectos de fabricas socialistas
permitirán profundizar en este caso en particular el desarrollo petroquímico aguas
abajo, propiciando la formación y capacitación de la población, su organización en
forma de comunas, la generación de puestos de trabajo, la satisfacción de las
necesidades de los venezolanos y el bienestar social, entre otros impactos.

Si bien sabemos que por las arterias del sistema de producción actual circula
inmune el veneno capitalista que desde siglos nos ha consumido los sueños, el
momento histórico por el cual estamos atravesando en la construcción del Socialismo
nos da la oportunidad de platear un proceso de transición que permita cada día
desaprender para comenzar a aprender de un nuevo modelo de desarrollo en lo
económico que se genere de las más profundas raíces de nuestro pueblo,
entendiendo así que solo con el impulso y el aliento del pueblo se pueden generar
nuevas propuestas de producción, distribución y consumo que estén vinculadas
directamente a las necesidades humanos del Pueblo.

Este proceso de transición debe estar plateado fundamentalmente bajo la


planificación de una estructura sólida pero reflexiva, que sea crítica y autocrítica, y que
no ceda ante las pretensiones del capitalismo; realizando un profundo análisis de los
sistemas de producción, distribución y consumo para poder generar desde las
necesidades de la población propuestas de desarrollo en lo económico, en el cual
ningún agente interno o externo relacionado o no, tenga el poder decisivo más que el
propio Pueblo.

Para tener la mayor eficiencia en la concreción de estos objetivos se debe


establecer como premisa el cumplimiento de acciones programáticas, sabiendo pues
que estos aspectos no dependen sólo de lo que haga articuladamente el Gobierno,
sino que responde al accionar popular, es aquí precisamente donde a la participación
de la comunidad es fundamental, pues el vínculo entre Pueblo y Fábrica debe ser
estrechamente comunal, entendiendo que es allí donde radica la eficiencia en función
de las metas trazadas, dando de esta manera mayores pasos en la construcción de un
modelo centrado en el ser humano teniendo como inicio la búsqueda de la mayor
felicidad posible para nuestros Pueblos.
BIBLIOGRAFÍA

Álvarez, V. y rodríguez, d. (2008). Guía teórico practica para la creación de empresas


de producción social.
Dieterich; H. (2005). Desarrollo e integración: La nueva geopolítica de la economía
global.
El Troudi, H. y Monedero, J. (2006). Empresas de producción social instrumento para
el socialismo del siglo XXI.
Fernández, M. (2004). Ciudadanía, territorio y desarrollo endógeno: resistencias y
mediaciones de las políticas locales en las encrucijadas del neoliberalismo.
http://www.buscalo.com
http://www.google.com
http://www.monografías. com.

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