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Carl Friedrich Gauss y Sigmund Freud están entre los científicos que
más impacto han tenido en el lenguaje y la percepción de la gente
común, que normalmente ni siquiera conoce sus aportes a la ciencia ni
a la semántica popular.

El primero, Gauss, estudió la distribución de la ocurrencia de


fenómenos naturales, introduciendo al lenguaje común el concepto de
normalidad, que se intuye desde su famosa campana que en el centro
muestra la mediana, la moda y el promedio. Así, la normalidad es
concepto estadístico que explica números, alcances y desviaciones y
describe fenómenos universales.

Freud, médico, estudió individuos seleccionados porque en su


concepto estaban emocionalmente afectados de neurosis, término que
se refiere a una serie de trastornos psíquicos que condicionan la
adaptabilidad del individuo, limitando así, con fobias,
comportamiento obsesivo-compulsivo, angustias y temores, ansiedad,
etc., su bienestar o felicidad.

No solo es diferente el enfoque investigativo, el uno a partir del todo


o universo, el otro a partir del individuo o ítem perteneciente al todo,
sino también el objeto de conclusiones, Gauss sobre las características
probabilísticas del todo y sus ítems, Freud sobre los orígenes y
consecuencias de las neurosis. En el lenguaje popular, sin embargo,
se han mezclado los hallazgos y postulados de ambos científicos con
los conceptos de sanidad y enfermedad.

Gauss muestra tres áreas, cada una distante una, dos o tres unidades
de desviación normal del centro de la distribución, positiva y negativa,
para explicar casi el 100 porciento del comportamiento de los ítems
del universo. Lectores de cualquier fenómeno descrito en términos
gaussianos podrían interpretar como no normal la desviación a partir
de cualquier rango definido personalmente, algo frecuente en los
medios de comunicación. De esa manera, una escogencia promedio
sería sana, mientras que una marginal sería enferma, la primera,
obviamente, de mente sana y la última de mente enferma.

La propagación de los hallazgos de Freud ha entregado una


ampliación de sus conceptos que también incorporan la percepción de
sanidad (normalidad), y de insanidad (locura), aunque sus
investigaciones no tuvieron por objeto el estudio de la psicosis. Es
decir, no fue su interés como científico estudiar al enajenado mental
sino al neurótico, talvez porque pensaba, como médico, que la
condición es reversible.

El vulgo diagnostica de loco a quien exhiba desviaciones de la norma


esperada, cualquiera que sea la norma, sin juzgar la norma misma. Así
juzga de normal o sano a quien la siga, aunque los comportamientos
prescritos incluyan actos de genocidio, adulterio, u otro tipo de
depravación. Igualmente, la sociedad actual ha asimilado valores de
descomposición moral que juzgan sano a quien se suma a la carrera
de hacer dinero sin importar los medios.

Marcos R. Taveras es consultor empresarial


mtaveras@elcaribe.com.do

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