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Oscat Steinberg: El pasaje a los medios de los generos populares

4.1 El estudio de los transgéneros

Los transgeneros –generos en cuya definición social se privilegian rasgos que se mantienen estables en
el recorrido de distintos lenguajes o medios- han sido focalizados por la critica y la teoria en relacion con
los cambios experimentados en su pasaje a los medios de comunicación masiva. Ese transito es un caso
contemporaneo de la transposición: cambio de soporte o lenguaje de una obra o genero, presente en
todas las etapas de la historia.

En la era de los Medios ese transito ha sido en general visualizado como uniformemente empobrecedor.
La literatura suele ser el campo generico de referencia cuando se trata de indagar el fenómeno
transpositiva: son generos literarios los que habitualmente se focalizan en su pasaje al cine, la TV, la
radio, etc.

4.2 El problema de las distintas disponibilidades transpositivas de los generos

Una investigación de campo postuló que el publico mayoritario de los programas de preguntas y
respuestas privilegia el mantenimiento del tipo de intercambio signico y de relacion interlocutiva propio de
la adivinanza por sobre los agregados televisivos [ambientacion, ritmo visual, trabajo de camara, etc].
Estos espectadores respondian asi de manera opuesta a la de aquellos que la cultura ubica en estratos
mas elevados, con lo que quedaba planteado, junto al problema de la valoración global de un area de
textos mediaticos, el del privilegio de distintos rasgos de genero por cada segmento sociocultural. Ocurria
ademas que los espectadores de alto nivel sociocultural demostraban apreciar mas las diferencias y
novedades estilisticas –y los del sector opuesto el mantenimiento de los rasgos de genero- tanto en estos
como en otros tipos de programa: por ejemplo el chiste oral y otros generos con el mismo grado de
reiteración retorica y permanencia transpositiva.

La oposición entre privilegio del genero y privilegio del estilo quedaba convocada con nitidez, y permitia
conjeturar algo mas: que una de las razones de la preferencia de los programas de entretenimientos por
parte de su publico podia deberse a que los transgeneros convocados –en estos casos, la adivinanza y el
chiste oral- fueran de aquellos, ya universales antes de su transposición a la comunicación de masas, que
los medios pueden incluir con pocos cambios.

Una operación caracteristica de los medios electronicos de alto rating es la del salvataje mediatico de un
area de textos, juegos o dispositivos de comunicación expulsados de ciertos espacios del intercambio
cultural. En este caso, el salvataje era el de un genero interlocutivo en probable conflicto con los modos
de la interlocución contemporanea, si se piensa en el ya anterior y progresivo borramiento de la
adivinanza oral como juego hogareño.

4.3 Bajtin, Jolles, Jakobson y la transposición de los generos

La division entre generos primarios y secundarios propuesta por Bajtin se relaciona, en parte, con el
carácter simple o complejo de ambos grupos de generos. En sus definiciones se adjudica una mayor
riqueza retorica a los generos secundarios. Podriamos ubicar entre los generos primarios desde el saludo
hasta el chiste, y entre los secundarios desde la novela hasta el film de aventuras.

Jolles opone tambien los generos complejos a las formas que no lo serían. Jolles incluia entre las formas
simples a la adivinanza, el proverbio, y tambien la leyenda, el mito, el cuento popular, etc. Según Jolles,
habria formas fuertes (que ademas serían simples) que insistirian a traves de la historia y a pesar de la
sucesion de estilos y generos. Las formas simples serían el correlato de formas lingüísticas, o derivarian
de ellas. La perennidad de las formas circunscriptas por Jolles se originaria en su conexión con
posiciones basicas de la interlocución: interrogación, aserción, silencio, proposicion imperativa.

Jolles toma partido por Jacob Grima, que sostenia, ante quienes se rendian ante la imposibilidad factica
de que los cuentos folkloricos hubieran sido obra de una creación grupal, que su origen estaba, aunque
nadie hubiera asistido jamas a la elaboración colectiva de un cuento, en una creación del pueblo, y no en
la de un autor individual. Jakobson opta tambien por la posición de Grima: el cuento popular, y mas
genericamente el folklore, no constituye el rastro del éxito popular de una obra de autor; es producido por
el pueblo. Un solo argumento aparecia como suficiente en el texto de Jolles: el que se basaba en el
señalamiento de las evidentes diferencias que se advertian cuando se oponian las narraciones populares
a las de autor. Jakobson: censura preventiva de la comunidad. Recordará que un relato popular no lo es –
no forma parte del folklore- hasta que es circulado por el grupo; hasta que la sociedad lo metaboliza
aplicando las leyes de una censura que se expresa en formas sociales, y no conscientes, de la circulación
y reproducción de los signos.
Los transgeneros definidos como primarios por Bajtin y como simples por Jolles, formas fuertes del juego
interlocutivo que lo son, en la proposicion de Jakobson, […], parecen ser los que pasan con menos
cambios las barreras tecnologicas y perceptúales de la mediatizacion. Estos tipos de genero parecen ser
los predominantes en el conjunto de productos culturales que los sectores socioculturalmente definidos
como bajos consumen y reproducen.

[Informe] Espectadores bonaerenses de TV ubicados fuera de los margenes de la sociedad consumidora


de novedades artistico-culturales valoraban el respeto por las leyes de los generos fuertes en emisiones
televisivas en las que se percibía la presencia, con pocos cambios, de transgeneros como el de la
adivinanza. Los sectores mas informados y con mas posibilidades de juego cultural apreciaban, en
cambio, las diferencias estilisticas y los desvios con respecto a las leyes de genero a traves de los que se
manifestaba la singularidad de la versión medial. La repetición del genero vs. la diferenciación escritural:
el espectador de sectores culturalmente privilegiados no busca la confirmacion del genero (que me dice
que poseo algo de la cultura ya existente) sino la del estilo (que diferencia mi poseer del de los demas)

Quedaba asi planteado el registro de una permanencia de genero, apreciada por unos y lamentada por
otros. Pero será necesario determinar tambien, en la transposición, los espacios de fractura. Los
programas de preguntas y respuestas, primero de la radio y después de la TV, no solo han convocado a
la adivinanza oral sino que ademas han sustituido su espacio social de circulación. En la ciudad mediatica
la adivinanza oral extramediatica es en general apenas algo mas que resto arqueologico [transposición de
genero que no parece anunciar caminos de vuelta]

4.4 El momento de la mediatizacion

Entre los rasgos de la adivinanza tradicional, que el publico fiel a los programas de preguntas y
respuestas espera ver reproducidos en la transposición, se cuentan los relacionados con la dimension
enunciativa. Se distinguian, en especial, los efectos de confirmacion social del interrogado.

Es probable que en la recepcion del conjunto de los programas de entretenimientos la acentuación de la


dimension enunciativa se mantenga como rasgo general; este conjunto generico puede ser opuesto al de
otros tipos de programas populares: los basados en componentes narrativos, como el teleteatro.
Podemos entonces manejar la hipótesis de que en la recepcion de los generos populares mediaticos
primordialmente narrativos se privilegian las regularidades de orden retorico y tematico; en los generos
del otro conjunto, como ya se recordó, se jerarquizan redundancias de carácter enunciativo, en las que el
imaginario social reencuentra mecanismos interlocutivos de confirmacion social.

Pero lo que no podria postularse es la inmutabilidad del genero: el cambio de medio determina un cambio
de operación, aun para la produccion de sentidos emplazados en un mismo campo de efectos semioticos
(en el caso de los programas de preguntas y respuestas, el de la enunciacion) Y el efecto de confirmacion
social puede estar cambiando. Veamos lo que cambia, en este caso, en el pasaje a la TV; se mantiene su
vigencia recortando sin embargo un repertorio renovado de atributos en los interlocutores o, aun,
introduciendo nuevos matices en la definición del tipo de vinculo social confirmado por el genero.

En el nivel tematico se habia registrado en el publico socioculturalmente menos jerarquizado, la valoración


del carácter generico de los saberes convocados por cada pregunta. Los entrevistados del sector
socialmente opuesto entendian en cambio que una mayor selección tematica –mas culta, y aun mas
polemica en el sentido politico o ideologico-, mejoraria esos programas que en general rechazaban.

Y en el nivel retorico los sectores favorables a los programas de preguntas y respuestas no parecian
valorar especialmente, como ya se indico, los rasgos de originalidad de carácter escenografico,
coreografico u otros diferenciadores de estilo, que si apreciaba el otro segmento.

4.4.1 Las insistencias del transgenero

Practicando un primer registro de caracteristicas transpositivas podemos señalar al menos dos rasgos de
permanencia de componentes nucleares de la adivinanza tradicional, después de su emplazamiento en
los programas de preguntas y respuestas:

4.4.1.1 La exclusión de un saber individual o sectorial

En relacion con esta exclusión, coinciden la adivinanza (juego con respuesta encubierta) y el enigma. El
éxito del interrogado deberá ser cabalmente generico: solo asi comportara un éxito social, por sobre sus
iguales o en representación de ellos. Pregunta y respuesta han de ser de carácter genericamente
universal.

4.4.1.2 El premio y la penalizacion


Sobre el mantenimiento de la funcion del premio claramente privilegiada en la adivinanza televisiva, debe
señalarse que no consiste unicamente en las gratificaciones de dinero, objetos o servicios, sino tambien,
como en la adivinanza oral, en instancias mas globales de reconocimiento, en tanto posibilidad social de
inclusión del participante, ya en el momento de la pregunta, y como reconocimiento final de capacidades y
saberes en el de la aceptación de la respuesta. La adivinanza fortalece el ego del que la plantea, de su
oponente y de quienes presencian el certamen o la diversión. Sobre el mantenimiento de los mecanismos
de penalizacion de las respuestas fallidas [la burla asociada a las practicas de las adivinanzas], basta
señalar la habitualidad de las bromas de los animadores después de los fracasos: desde el burlesco
regalo de una lona, hasta la agresión fisica (tortazos de crema).

Pero los generos y los mitos, se ha visto, permanecen cambiando. Veamos lo que cambia, en este caso,
en el pasaje a la TV.

4.4.2 Los cambios mediaticos

4.4.2.1 La distancia social entre interrogador e interrogado

Tanto el enigma como la adivinanza implican una relacion de interlocución desnivelada. En la adivinanza
tradicional, una relacion paternalista instala al interrogador en el lugar de un saber que se expresa desde
una sencilla diferenciación social (opuestos roles familiares, edad, jerarquia en instituciones comunitarias
o religiosas). Ahora bien: en los programas televisivos en los que se asento el genero, la distancia social
definida es diferente de la que se establecería en un correlato actual de la situación interlocutiva
tradicional de la adivinanza. Lo que se acentua no es una jerarquia, pero si una distancia basada en
ajenidades sociales que, en toda otra circunstancia, hubieran impedido el encuentro entre los
protagonistas. Por otra parte, la antigua familia campesina no define el contexto de una audiencia. El rol
previamente especificado del animador actualiza y refuerza el carácter de representante generico de la
cultura del interrogador; la organización social mediatica pregunta a traves de él.. Y una de las pruebas
que toman la escena es la de la posibilidad de interlocución de cada participante con el interrogador y su
contexto (como el telefono que muestra, en los programas en los que se lo utiliza, el momento del triunfo
del que logra establecer contacto, mas alla del resultado de la participación).

4.4.2.2 El retorno a lo conocido, como componente del efecto de genero.

En la adivinanza tradicional se llega, como resultado del acierto o la transmisión de la respuesta, a un


momento de epifania de lo conocido; la solucion tiene que aparecer como irrefutable, y aun como obvia.
En la transposición televisiva, el componente de irrefutabilidad u obviedad aparece reforzado por la
explicitacion del carácter legitimo de cada pregunta: la profesionalidad del animador se asocia para ello
con la vocalizacion o graficación redundante y formalizada de los enunciados de cierre, y aun con la
presencia de jueces externos, que desdoblan la figura de autoridad del presentador en el momento del
premio y agregan, a pedido, una reafirmacion explicativa de la solucion.

4.4.2.3 La coexistencia escenica del enigma propiamente dicho con la adivinanza y el acertijo.

Los entretenimientos televisivos han instalado de manera habitual en un mismo espacio de intercambio
distintos juegos de pregunta-respuesta: la adivinanza, que pone a prueba la posesion de un saber comun,
socialmente probable y la habilidad en el juego de palabras; el acertijo, que supone una capacidad
operativa logica y sistematica; el enigma, que acentua una dimension del juego existencial. La
coexistencia mediatica de los tres juegos interlocutivos da lugar a una representación ampliamente
abarcativa de distintos posicionamientos del sujeto.

4.5 Conclusion. Los cambios del juego.

Una conclusión provisoria acerca de los efectos de la transposición de la adivinanza al medio televisivo
debe dar cuenta de esas permanencias y esos desvios. La transposición de un genero es un movimiento
complejo y significativo de la cultura, y no el efecto mecanico de la expansion de una tecnología.

Habiamos señalado la importancia privilegiada que el publico adicto a los programas de preguntas y
respuestas concede a las permanencias de genero, en actitud opuesta a la búsqueda de desvios del
publico culto. La revision de los dispositivos que establecen esas permanencias en la transposición
televisiva nos permite ahora postular que constituyen una nueva versión (aunque aplicada en este caso a
muy viejos temas de la interaccion social) de la erudición distraida de que hablaba Benjamín. Versión
nueva, porque se articula con formas tambien nuevas de enmascaramiento del vinculo social en que se
asienta el genero

Queda por investigar la posibilidad de que la vigencia actual del transgenero de la adivinanza se apoye
tanto en este efecto de su nueva versión mediatica como en los sentidos ya conocidos de prueba y
confirmacion social de su tradicional versión cara a cara. La explicitacion del carácter social de la prueba
adivinatoria puede constituir la compensación historica del debilitamiento del imaginario, tambien social,
en que se asentaba la esperanza de una integración grupal ahora quebrada [LeviStrauss]. En terminos de
esta remozada expectativa de genero se desplegaria entonces el procedimiento por el que la adivinanza
televisiva introduce ahora la construccion de una interlocución en la que el interrogador, representante de
una pregunta social, pasa a mostrarse como parte indiscernible de la sociedad mediatica misma; su
vinculo con el interrogado es plenamente secundario; la sociedad actua a traves de él (como lo hace a
traves de un padre que juega, en la adivinanza cara a cara)

¿Hay mas verdad, entonces, en la adivinanza mediatica que en la adivinanza tradicional? Seguramente
no. Puede postularse que hay tanta verdad en una adivinanza como en otra. Por otra parte, tanto en una
como en otra parece operar un complementario, y tambien opuesto, dispositivo de enmascaramiento. En
la vieja adivinanza lo que se ocultaba era el carácter de representante social del interrogador; sobre el
carácter primarizado del vinculo con el otro participante se fundaba el ocultamiento de esa condicion.
Opuestamente, en la versión mediatica lo que se oculta es el carácter generalizante de la definición social
del interrogado. Los participantes responden aparentemente desde su condicion de miembros de un
segmento social; pero esas pertenencias son lo suficientemente universales como para no afectar,
aunque se digan nombres, la condicion anonima del visitante [rapida conversión del participante
diferenciado en generico]. El programa de entretenimientos tambien crea un individuo generico, pero en el
espacio de representación de la prueba social y dialogica.

Dos mitos opuestos alientan por detrás de los juegos de pregunta-respuesta cara a cara y de los
televisivos. En los primeros se trata del mito del reconocimiento (que promete ser permanente) de un
atributo (ser inteligente, ser habil); con una permanencia que alcanza dimensiones tragicas en el enigma y
mas modestas en la adivinanza. En los juegos televisivos, en cambio, lo que se ritualiza es el mito de la
participación, momentanea o coyuntural. Cuando me invitan, cuando me muestran o cuando aceptan que
mi voz, a traves del telefono, salga al aire, solo me asocian a un conjunto labil; no tendre, como en la linea
de la memoria del grupo primario, la posibilidad de instalarme en una sucesion abierta de aciertos,
aunque la secuencia de mi juego se prolongue por dias o semanas; no se ha probado, en realidad, que
sea apto, que pueda seguir cumpliendo mi rol; solo se ha comprobado mi aptitud para la participación o el
ensamble. Pero que puede, sin embargo, haber sido tan deseada como el reconocimiento esencial
prometido por otros generos.

Podemos concluir que en el fondo de la divinanza esta el mito, o, mas bien, que esta el movimiento del
mito. Pero lo que en el momento de desarticulación de la adivinanza tradicional (es decir, en su instancia
mediatica) se muestra es el carácter intrinsecamente acotado de esa interrogación reciproca. ¿Cómo me
verán? es la pregunta.

Pero en el final historico de la adivinanza cara a cara; en la etapa de desvanecimiento social de una de
las formas del folklore premediatico, esta condicion parece haber cambiado de eje. Un nuevo modo, fugaz
y secundarizado, de obtener la confirmacion simbolica de los generos de la prueba sustituye al antiguo,
poniendo en obra un nuevo saber y cubriendo sus utopias de integración social con una nueva mascara.
El carácter escueto y repetitivo de los recursos audiovisuales a que apela el genero muestra la
permanencia de la estructura de base de los juegos y sus mecanismos confirmatorios, pero vela la
importancia de los efectos surgidos de la misma situación mediatica. Juegos que no fueron mas
complejos ni exigentes antes que ahora, pero que tuvieron otra vida social antes de entrar en pantalla.

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