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Apuntes de Ética Fundamental

Aproximación a la Ética
La Ética no cumple algunos requisitos del conocimiento científico. No queremos decir
con esto que no sea capaz de aportar certeza. Su acientifidad no lo convierte en un
saber de segunda categoría, menos potente, capaz o importante. Se trata de un saber:
- Racional, es decir, que se fundamenta en el ejercicio de la razón y no en creencias
irracionales, míticas o dogmáticas. La Ética busca un conocimiento sobre lo que es
bueno/malo, conveniente/inconveniente… utilizando como único instrumento la razón
humana.
- Radical, en el sentido de que no quiere quedarse en la superficie de las cosas, sino
llegar a la raíz de los problemas, a sus consecuencias últimas.
- Reflexivo, pues nace del análisis interior. Re-flexión sugiere volver a flexar, es decir
volver a considerar a racionalizar.

Para definir la ética es necesario cuál es su objeto y el punto de vista con el que lo
analiza. En la ética el objeto de estudio es el hombre mismo. Se trata aquí del estudio
del ser humano como ser capaz de decidir cómo dirige su propia existencia, de orientar
y organizar el sentido de su vida de forma consciente y voluntaria.

Tema 1. El contexto existencial de la ética: el ámbito de la acción


1.1 Racionalidad

El contexto existencial de la ética podría definirse como aquellas situaciones que


deben darse para que un saber como el que nos ocupa. La característica que primero
quisimos destacar acerca de la ética es su carácter racional.
Es decir, las conclusiones que alcancemos en este ámbito tendrán que proceder del
ejercicio de la razón sin adición o ayuda de ninguna otra fuente normativa como
podrían ser la doctrina o el dogma. Para analizar las consecuencias de este hecho
debemos considerar la distinción clásica entre los dos tipos de racionalidad que
encontramos en filosofía. Se trata aquí de definir dos formas distintas de la razón:
-La racionalidad teórica: Es aquella parte de la razón cuyo discurso está orientado a la
compresión del mundo que nos rodea y a la acumulación y expansión de nuestro
conocimiento.
La racionalidad teórica reflexiona sobre cuestiones que, si bien pueden ser
interesantes para el ser humano, en ningún sentido son vitales para el desarrollo de su
existencia diaria.
-La racionalidad práctica: Por el contrario, es la parte de la razón cuyo discurso estaría
orientado a estar en el mundo que nos rodea. Trata pues del conocimiento, más que
aplicable para la vida humana, necesario para su desarrollo correcto. Se trata de que
saber que versa sobre aspectos prácticos de nuestra existencia, sobre nuestra forma
de estar en el mundo, nuestro compromiso con la existencia. Es interesante además
señalar que las cuestiones propias del saber práctico tienen un cariz de urgencia e
inaplazabilidad muy importantes. Como partes destacables de la racionalidad práctica
destacarían la ética y la política, que cumplen con las características.
1.2 Obrar humano
Además de la razón, es necesario señalar que la ética sólo adquiere sentido a través de
la acción. No se trata aquí de cualquier tipo de acción, sino de una específica y
diferente del ser humano y que solemos llamar “el Obrar”. El ser humano está en el
mundo y actúa en él a través del filtro de la cultura que envuelve, por así decirlo, el
aparato de instintos del hombre.
Obrar humanamente consiste, en esencia, en dar un sentido y un significado a la
propia actividad que se realiza y admitir ese sentido. Para que una acción sea
genuinamente humana tiene que ser resultado de la voluntad. Es decir, el auténtico
obrar humano es aquel que resulta “auto-transparente” para el propio hombre, es un
obrar en el que “se hace, se sabe que se hace, y se sabe por qué se hace”.
El obrar humano tiene que tener un sentido, estar orientado. Es decir, tiene que ser
una acción que “apunte hacia algo”. ¿Qué es ese algo? Se trata de valores. Un valor es
un cierto bien (o mal) que dimana de las acciones que realizamos y que va
inherentemente unido a ellas y que nos permite orientarlas en el sentido que apunte
ese valor en concreto.
El obrar humano engloba cinco características fundamentales:
-Es un obrar cargado de razones, además de causas. Las causas son comunes a
todos los animales, pero la capacidad de aducir razones, de explicar por qué se ha
actuado así y no de otra forma, de optar por una forma de actuar frente a otras,
requiere la existencia de razones.
-Para la existencia de acción son necesarios un espacio y un tiempo. Es decir,
ha de existir un contexto para esa acción, las acciones no son entes espirituales,
amorfos o inexistentes sobre los cuales sólo se pueda teorizar.
-Ninguna acción puede llevarse a cabo si faltan algunos o todos los medios para
que pueda ser llevada adelante.
-Sólo nos encontramos ante acción humana, ante obrar, si ha sido fruto de una
decisión. No podemos considerar que haya acción si no es fruto de decisiones libres y
cargadas de voluntad.
- la acción debe superar su fase de ejecución para ser verdaderamente
considerara como tal.

Tema 2. Panorámica conceptual.


2.1 Fenomenología del acto libre.
Para analizar el obrar humano es indispensable aproximarse a él desde el punto de
vista de su principal característica definitoria: el obrar humano es libre.
La palabra libertad ha tenido tradicionalmente una resonancia casi mágica, un grito de
guerra y de reivindicación. Todos guardamos dentro de nosotros la intuición de que ser
libre tiene que ver con tener una vida plena.
-Parece que libertad tiene que ver con liberarse de multitud de esclavitudes, de
no ser esclavo de otros ni depender de una voluntad distinta a la propia.
-Por otra parte, en nuestra intuición de qué es la libertad también se considera
el llegar a ser plenamente uno mismo.

No nacemos libres, nacemos con la capacidad de ser libres y elegimos si queremos y si


osamos serlo. La libertad es una lucha continua, una conquista constante, bajar la
guardia equivale a perderla.
Para delimitar el significado completo del término libertad debemos concentrarnos en
tres cuestiones diferentes pero profundamente interrelacionadas.
a) Libertad y obrar con responsabilidad
Parece claro que para que exista auténtica libertad nuestros actos tienen que ser
genuinamente nuestros, esto es, que seamos responsables de los mismos. Es decir,
nuestro obrar debe estar decidido tras una reflexión y con conocimiento de causa. La
renuncia a la responsabilidad lleva consigo una renuncia a la libertad en todas sus
consecuencias

b) Libertad como madurez humana.


Alcanzar la madurez es el esfuerzo por abandonar la minoría de edad, es decir,
abandonar la vida del niño. No se trata de una transición sencilla sino que es un
choque pues se aceptan muchas responsabilidades que antes no se tenían, se asume
una libertad que compromete y que nos obliga a ser consecuentes. “Estamos
condenados a ser libres”.

Durante la niñez la libertad se constituye por imitación. Para nosotros, en esta


etapa ser libre es ser como las personas mayores que identificamos de forma
inconsciente como poderosas y libres.
En la adolescencia comenzamos a tener la intuición de que la libertad ha de
tener que ver con que mi vida sea genuinamente mía. Es por eso que el adolescente
construye su libertad como la negación de lo que le rodea.
El paso a la vida adulta, a la madurez está caracterizado por el análisis de las
decisiones y las opiniones para hacerlas auténticamente suyas. Esto no significa que
deba rechazar todas las opiniones que ha heredado sino que debe hacerlas
íntimamente suyas, interiorizarlas. Es por eso que la libertad del adulto, lejos de la
irracionalidad de la rebeldía adolescente asume que sus decisiones han de ser suyas, y
responsabilizarle, ligarle de manera fuerte con ellas, comprometerle, pues esto es lo
que caracteriza la libertad adulta.
Algunos ejemplos de alienaciones podrían ser:
• Las supersticiones: Hacen que las personas que no sean dueñas de sus actos,
induciendo pensamientos obsesivos acompañados de una acción compulsiva para
exorcizarlos.
• Miedos: distinguiendo entre miedos por medio de protección de los miedos
irracionales que en ocasiones nos hacen actuar o dejar de actuar sin que seamos
dueños de nuestra acción.
• Sujeción social: que se da cuando la sociedad nos impide hace cosas que
creemos de forma injustificada, o peor, cuando nos ponemos límites a nosotros
mismos basándonos en las posibles censuras ajenas.
• Predominio de las pasiones: ser esclavo de actos impulsivos, sin pensar, o de
nuestros impulsos que nos lleva a actuar sin control y razón sobre nuestras acciones.
• El egoísmo: es una limitación fuerte de la libertad, pues nos lleva a
comportarnos de manera obsesiva e impulsiva para proteger algo que creemos
falsamente que podemos perder.
b) Libertad como condiciones de liberación.
Es importante también contemplar la libertad desde el punto de vista de las
condiciones de liberación. Es decir, “las libertades” como condiciones concretas en un
marco social desde las que ejercitar nuestra libertad. La lucha por la libertad debe de
incluir pues a la lucha por crear un espacio donde sea posible ejercitar la libertad.
2.2 Nociones de 'ética' y 'moral'
Los términos de ética y moral se usan de forma sustituible.
La moral se compone de acciones concretas para casos concretos. La moral se articula
sobre todo a través de códigos. La moral tiene que ver con casuística, estudio de casos
concretos. Sin embargo la ética no va sobre casos sino que es una reflexión general
sobre el comportamiento orientado a desarrollar ese tipo de códigos. Es decir,
mientras que la moral normativiza nuestra acciones de forma muy directa, la ética lo
hace de forma indirecta, precisamente construyendo esos códigos morales. La ética
sería comparable a la justicia, mientras que la moral se podría asemejar a ley.
La moral: son los códigos concretos que seguimos, los conjuntos normativos que rigen
nuestro comportamiento.
Ética: Reflexión racional general del comportamiento para desarrollar códigos morales.
Se trata de una palabra bastante antigua que en griego arcaico significa el hogar, la
morada, el sitio donde se vive.
La moral es un término confuso y polisémico del cual, podríamos hablar, en principio
de dos formas diferentes, como adjetivo y como sustantivo.
a) El término moral, como sustantivo puede ser entendido, básicamente de
cinco formas distintas:
1. “La moral social” Es un conjunto de principios, mandatos, prohibiciones, permisos,
que forman un sistema coherente y que tiene un colectivo humano en una época
determinada.
2. “La moral personal” es un conjunto de convicciones y pautas que sirven de base
para los juicios morales que cada cual hace sobre los demás o sobre sí mismo. Se
compone, en principio de una síntesis de dos partes. Una primera parte viene
heredada de la cultura o las relaciones sociales. La segunda parte se compone de las
reflexiones que hace el individuo para aceptar, rechazar o corregir los códigos morales
que le son dados por la sociedad en la que vive.
3. La tercera acepción de la moral es un término que trata sobre las acciones humanas
como buenas o malas, se refiere a la moral como ciencia o conocimiento que trata
sobre el bien y que se supone que analiza las acciones humanas en orden a su bondad
o malicia.
4. Con este significado nos referiríamos a la moral de “combate”, es decir la moral
como el alto ánimo o la disposición a hacer algo, como cuando decimos “la moral de
las tropas está muy alta”. La moral no es solamente un saber si no también un estado
del carácter para poder cumplir los códigos morales.
5. Lo moral es una dimensión de la vida humana, al igual que lo físico lo espiritual, lo
moral es en este caso una necesidad intrínseca de tomar decisiones y llevar a cabo
acciones de las que hemos de responder ante nosotros mismos y también en cierto
sentido ante los demás, es lo que impulsa al ser humano como buscar orientación para
sus acciones a través de los principios morales.
a) El término moral, como adjetivo puede ser usado en dos sentidos:
En primer lugar usamos moral como opuesto a inmoral. En estos casos, moral es un
término calificativo, declarando una acción como positiva o negativa. Es decir este uso
de moral como adjetivo, presupone la existencia de un código moral. La segunda es
moral como opuesto a amoral, es lo que no es susceptible de análisis desde un punto
de vista moral. Moral entonces es un ser que tiene capacidad de ser juzgado desde el
punto de vista de los códigos morales.
Unidad didáctica II. Teorías Éticas
Tema 3. Modelo ético clásico.
A la hora de analizar los modelos éticos propios de la antigüedad podríamos comenzar
con el propio protagonista del giro ético, Sócrates. Sin embargo es con Aristóteles con
quien encontramos los primeros tratados sistemáticos acerca de la ética. En sus dos
obras de uso interno acerca de la ética expone de manera organizada su teoría ética.
La clave interpretativa del pensamiento de Aristóteles es encontrar cuál es el fn último
de toda actividad humana.

El filósofo admite que decir que el fin último de la vida humana es la felicidad, llevar
una vida buena y lograda es decir bien poco. El concepto de felicidad dista de estar
finalmente delimitado y Aristóteles no quiere en absoluto llegar a considerar que
puede ser algo relativo y diferente en cada persona. Decide qué características ha de
tener ese concepto de felicidad para ser legítimo conforme a la razón:
a) La verdadera felicidad tendrá que ser un bien “perfecto”, es decir que lo
persigamos por sí mismo y no como medio para otras cosas.
b) Tendrá que ser autosuficiente, esto es, que teniendo eso que llamemos
felicidad pudiéramos considerar nuestra vida llena sin más.
c) Ha de ser algún tipo de actividad que nos sea peculiar, es decir que sea la
función propia del ser humano como tal pueda ser desempeñada siempre.

Si el ser humano fuera un mero espíritu esta forma de felicidad sería suficiente para
considerar que se tiene una vida buena. Sin embargo, además de espíritu el hombre es
materia y no podemos olvidarnos de esta para comprender cómo podemos ser felices.
A lo descrito más arriba habrá que añadir un complemento que satisfaga la parte
material del ser humano. Ese complemento será el ejercicio de la razón o el
entendimiento prácticos que no es sino dominar las pasiones para conseguir una
relación amable y satisfactoria con el mundo natural y social en el que estamos
irremediablemente insertos. Su sistema de virtudes se basa en las cuatro que, en la
Edad Media recibirán el nombre de “cardinales” y que son las siguientes:
Justicia es la virtud de ser capaz de conocer qué es lo que corresponde a cada
uno y otorgárselo, es decir es la capacidad o la costumbre de dar a cada uno lo que
merece
Templanza o moderación es la costumbre o capacidad de ser comedido en
nuestra relación con los bienes del mundo. Es imposible que una persona sea feliz, si
es esclava de su intemperancia o inmoderación.
Fortaleza consiste en ser capaz de mantenerse firme en las decisiones que uno
ha considerado buenas o positivas. Es la felicidad a uno mismo.
Prudencia es la virtud clave en el sistema ético Aristotélico. Se trata de una
costumbre o habilidad para saber cuál es la medida justa entre dos vicios, uno por
exceso y uno por defecto, para cada situación concreta.

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