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Diferentes fuentes de información que cuenta el directivo para llevar adelante el rol de
orientador pedagógico:
• El trabajo acerca de la elección de textos para los alumnos : ¿Cuáles son los
criterios con los que el docente elige el texto? ¿El diseño gráfico? ¿El costo?
Es importante que el directivo oriente en este aspecto al maestro y le transmita
ciertos criterios tales como: coherencia con los contenidos prescriptos en la
Propuesta Curricular para los Centros Educativos Complementarios; con las
propuestas de enseñanza y de diferentes tipos de problemas; con la posibilidad
de que los alumnos puedan realizar diferentes procedimientos para resolver al
tener consignas abiertas que no dan pautas de lo que hay que hacer; etc.
• El trabajo con las planificaciones de los docentes: verificar que no sea un mero
formalismo; que tengan explicitados los contenidos (todos los que figuran en el
PE), la secuenciación y organización de los mismos a lo largo del año, las
actividades a través de las cuales piensan llevar adelante su enseñanza,
nuevas “pasadas” por los mismos contenidos a lo largo del año, etc.
- Constituyen anticipaciones de las clases, bosquejos flexibles que permiten, a modo
de “hoja de ruta”, orientarlas y facilitan el análisis de lo sucedido tras su desarrollo.
- Se trata de elaborar un análisis de la complejidad que suponen los contenidos que se
quieren tratar.
- La actividad de planificación como análisis –antes, durante y después- de la
enseñanza cobra su sentido como actividad conjunta de un colectivo de docentes. No
se trata sólo de reunirse a planificar con docentes paralelos del mismo año, también es
importante compartir –al menos algunas instancias- este análisis con colegas de las
otras secciones ya sea para una selección y posible distribución anual de los
contenidos como también para tiempos más acotados.
- El análisis posterior al desarrollo de las clases, realizado junto con los colegas,
enriquecerá futuras planificaciones y el ajuste de la marcha con el grupo involucrado,
al mismo tiempo que constituye una instancia privilegiada de construcción compartida
de conocimiento sobre las prácticas.
- La participación del equipo de conducción en estas instancias –además de organizar
y facilitar estos espacios de equipos de trabajo- es crucial. De este modo, la tarea de
planificación consiste en la producción y el intercambio de ideas acerca de las
prácticas de enseñanza de la matemática.
- El aprendizaje no es un proceso lineal ni sigue los mismos tiempos para todos. Por
eso, es necesario que:
- la organización del tiempo de los aprendizajes contemplen largos plazos para el
tratamiento de los contenidos (en oposición a un tratamiento mediante
actividades aisladas)
- así como sucesivas revisitas sobre el mismo contenido con problemas similares u
otros de modo de ofrecer nuevas oportunidades a los alumnos de avanzar sobre
la elaboración de dichos conceptos
- o, incluso para algunos, de construir lo que no han podido construir
anteriormente.
- La construcción de los conocimientos matemáticos se extiende a largo plazo
(abarcando y excediendo al Nivel Primario) y cubre un abanico amplio de aspectos
relacionados entre sí, la planificación de la enseñanza deberá contemplar esta
condición.
- No basta con proponer una o algunas actividades recortadas y aisladas para abordar
un contenido, sino que será necesario planificar secuencias de trabajo que contemplen
un tiempo de elaboración, de uso de un contenido en varios problemas que apelen a
un aspecto del sentido del concepto y también, a lo largo del tiempo, que apelen a
diferentes aspectos del sentido de dicho concepto.
- Planificar secuencias de trabajo: La idea de secuencia apunta al entrelazamiento de
las propuestas de modo tal que, cada momento del trabajo constituye un punto de
apoyo para el siguiente y éste a su vez retoma y avanza en algún sentido sobre el
anterior.
• El trabajo con las evaluaciones: qué, para qué y cómo se evalúa debería ser un
aspecto a ser discutido de manera prioritaria. Algunos criterios de evaluación
para que el directivo pueda acordar con los maestros:
- ¿Lectura autónoma? (Destinada a que los maestros establezcan a qué
alumnos tendrán que leerles; con qué condiciones si lo hace para todos para
no “matar” el problema; etc.)
- ¿Clases de repaso? (Destinada a aclarar qué entendemos por estudiar
matemática. Darles herramientas para que hagan sistematizaciones de
aquellos aspectos matemáticos a estudiar para que el “repaso” no consista en
hacer 20 cuentas sin ninguna reflexión)
- ¿Tiempo y extensión de la prueba? (Destinada a que cada maestro decida si la
tomará en partes o no, en función del conocimiento que tiene de su grupo y su
tiempo de atención y producción)
- ¿Lo enseñado o no? (Destinado a explicitar que evaluamos lo que enseñamos
y que dentro de esto, quizás haya algunas cuestiones que no vamos a evaluar
por ser muy provisorias)
- ¿Qué distancia entre lo enseñado y el alcance del mismo contenido que se
toma? (Destinado a poner en evidencia que “problemas de multiplicación” por
ejemplo, puede significar cosas muy distintas.)
- ¿Todos los contenidos dados o los últimos abordados?
- ¿Qué tipo de intervenciones hacer durante la toma?
- Criterios de corrección: ¿La cuenta o la toma de decisión? (Destinado a
aclarar: si el alumno decide bien lo que hay que hacer pero en la cuenta o
cualquier procedimiento que haya utilizado le da mal el resultado es PC. Si
decide mal aunque la cuenta esté bien: I. (C: Correcto; PC: Parcialmente
correcto; I: Incorrecto; O: Omitido)
3- Puesta en común:
Luego de que los alumnos hayan resuelto, ¿el maestro realiza una puesta en
común de los procedimientos realizados siempre que sean diferentes?
¿A qué llamamos puesta en común?: Diferencia entre “mostrar” y “demostrar”
se trata de enseñar al alumno a pensar “¿qué aprendí?” y no “¿qué
hice?”. Necesidad de la “neutralidad aparente” del maestro para que los
alumnos se hagan cargo de la argumentación (nadie va a tener la necesidad de
usar todo su conocimiento para demostrar las razones matemáticas de por qué
hizo lo que hizo si el maestro ya convalidó lo correcto o incorrecto de un
procedimiento).
- Cuando decimos que solo se analiza lo diferente ¿qué queremos decir con
eso? ¿Qué significa “diferente” en términos matemáticos? Si se tratara por
ejemplo de sumar 450+63 alguien puede hacer 400+50+50+10+3 y otro,
400+110+3 en ese caso, sería interesante discutir con los chicos de dónde
salió el 10 del 1º procedimiento y de dónde salió el 110 del 2º. En cambio si
alguien propusiera 450+50+10+3 se podría plantear a la clase si ese
procedimiento cumple o no con la condición de “diferente” con el 1º caso.
Si las producciones son muy parejas, no es necesario hacer la puesta en
común. Evitar la banalización y la creación de rutinas vacías de sentido. Si esto
no se anticipó, se puede salvar dando el maestro algún contraejemplo para ser
analizado, por ejemplo y siempre en el mismo problema, “para resolver
450+63, alguien hizo 45+6+3=54, ¿está bien? ¿Por qué?”
4- Institucionalización:
También son necesarios los momentos en la clase en los que el maestro
establece las relaciones que existen entre las producciones de los alumnos y el
saber al que se apuntaba con la actividad. Es decir, instancias en las que el
docente realice una síntesis de los conocimientos a los que llegó el grupo y
establezca las relaciones entre el conocimiento que circuló en la clase y aquel
que pretendía enseñar, ponga nombres a las propiedades, en caso de que
sean nuevas, reconozca ciertos conocimientos producidos por los alumnos y
los vincule con otros ya estudiados, o con nuevos a trabajar, es decir comience
a institucionalizar los nuevos conocimientos.
Es importante notar que se trata de un proceso que va más allá del
reconocimiento “cultural” del saber en juego, y a partir del cual los conceptos
identificados pueden ser reutilizados por los alumnos en la resolución de
nuevos problemas.
5- Sistematización:
Se trata de orientar al maestro para que ayude a los chicos a hacer explícito
aquello que pudo quedar implícito en la puesta en común y también para que
todos lo tomen como objeto de estudio acordado. Para esto habrá que pensar
junto al maestro el rol que cumple el cuaderno/carpeta. Justificar que para
nosotros debe ser la memoria cronológica de los aprendizajes y, negociando
hasta donde se pueda, un elemento de uso y estudio para el alumno. En este
sentido, definir que cuando se los manda a estudiar nadie se hace cargo de
qué significa eso ni de cómo se hace. Acá aparece nuevamente la necesidad
de reconocer e identificar por parte de los maestros, los conocimientos de base
que subyacen a los contenidos.
Es necesario que el maestro tenga anticipado el “listado” de los aspectos que
quiere que queden connotados para ser estudiados. De este modo en el
momento de plantear (en el contexto del problema 450+63 por ejemplo) “¿Qué
cosas aprendieron hoy que sean importantes de recordar acerca de cómo hay
que hacer para que los cálculos sean más fáciles?” pueda no incluir aquellos
que no sean pertinentes “con la cabeza” por ejemplo, o aportar los aspectos
que no hayan surgido desde los alumnos. Sugerimos como ejemplo para este
tipo de problemas guiar la clase para que los alumnos elaboren el siguiente
punteo para ser copiado y estudiado: “- La numeración hablada da información
valiosa; - descomponer los números en función de los cálculos que ya me se
de memoria o que me resultan más fáciles de calcular; fijarme si en los
cálculos que ya resolví hay información que me sirva para resolver este; etc”.
Una vez acordado el punteo ofrecido por los alumnos más los aportes del
maestro, sugerimos que se lo copie en el cuaderno/carpeta. Esto tiene una
doble intencionalidad: a) funcionar como elemento de estudio para los alumnos
flojos y como muestra del tipo de trabajo que se realiza en el aula a padres,
maestros particulares, etc. a la hora de realizar repasos para una prueba; y b)
para que el docente pueda pedirle a los alumnos detenidos que consulten lo
registrado como aporte para poder producir: siguiendo con el mismo ejemplo,
“fijate si lo que escribiste acerca de cómo hacer más fácil un cálculo te sirve
para resolver estos”.
En resumen:
Creemos que la gestión del directivo acerca de las orientaciones destinadas a que los
maestros implementen un tipo de conducción de la clase que favorezca la enseñanza
de la matemática, tienen que girar en torno a:
organizar la clase de manera de favorecer la actividad matemática en el aula
respetar los tiempos de construcción de los alumnos.
permitir el debate en torno de las ideas que ellos tienen (tanto entre pares
como con el maestro).
otorgar un lugar a los errores (consecuencia de las hipótesis de los alumnos)