LA ARGENTINA EN PEDAZOS
Y LA CASA TOMADA
El peronismo como ficcién. Desde “Sabado de gloria” (1945) de Ezequiel
Martinez Estrada hasta La novela de Peron (1985) le Tomas Eloy Martinez, el
peronismo ha sido variadamente tratado por la ficcton argentina. Narrado desde
distintos ngulos podria decirse que durante aitos y salvo algunas excepciones,
aparecié como una metafora alucinada del horror cotidiano. El relato de Marti-
nez Estrada que abre la serie con su abigarrada proliferacion de humillaciones y
desdichas kafkianas, define toda una tendencia. Y en esa serie el libro de Ger-
man Rozenmacher, Cabecita negra, marca ya desde el titulo un viraje. Expresa
un cambio de perspectiva respecto a una tradicion literaria que habia visto en el
peronismo un simulacro de la pintura que nos dej Marmol de la época de Ro-
sas.
Mirar desde gfuera, Publicado en 1962, Cabecita negra anticipa el mo-
mento en que sectores amplios de las capas inedias comienzan un inesperado
proceso de peronizacion o de revision de los esquemas tradicionales sobre el
peronismo, que culminaria diez afios después con el triunfo de Campora, Leido
en ese contexto el texto de Rozenmacher suena casi como un manifiesto. “El
advenimiento del peronismo de algtin modo desnudo al pais y nuestra genera-
cion tiene el privilegio de ver el pais descuartizado y verlo cas desde afuera, sin
estar comprometido totalmente con el peronismo hi con el antiperonismo”, se-
fialaba Rozenmacher.
Gorilas y cicatrices, \.os mejores escritores de la generacién a la que se re-
fiere Rozenmacher trabajaron a su manera esa tematica. Por de pronto, Juan Jo-
sé Saer que de un modo muy sutil elabora en Responso los efectos laterales de
la revolucion del '55 y retoma el asunto con una elipsis explicita en Cicatrices
donde, no sin ironia, el juez Garay ve la ciudad literalmente poblada de gorilas.
Assu Vez Manuel Puig, én La traicion de Rita Hayworth, teje la trama y la mi-
tologia popular que circula en la textura de la novela con el contexto del pero-
90RICARDO PIGLIA
nismo que se hace explicito en el personaje de Esther que escribe en secreto en
su Diarlo sus ensuefios de peronista de barrio. En fin, Rodolfo Walsh que en
“Esa mujer” emplea la poética hemingwariana del iceberg para no nombrar
nunca a Eva Peron y colocarla de ese modo en el centro de fa historia o que ha-
ce del peronismo el marco implicito del conflicto que lleva al suicidio al protago-
nista de “Fotos”.
Las patas en la fuente. Los telatos de Saer, Puig y Walsh pueden ser con-
siderados un modelo del tratamiento distanciado y eliptico del peronismo que
entra en la intriga como un elemento central pero desplazado. Cada uno a su
manera ha sabido ficcionalizar la politica y desplazarla del centro del relato para
hacerla funcionar como su trama secreta. El cuento de Rozenmacher tiene la
particularidad de poner al peronismo como una clave de lectura casi externa al
telato. “El sefior Lanari records vagamente a los negros gue se habian lavado
alguna vez las patas en las fuentes de Plaza Congreso. Ahora sentia lo mismo,
la misma vejacion, la misma rabia.” A partir de esa clave todo el texto puede
ser Visto como una metafora.
La otra casa. Al mismo tiempo “Cabecita negra” puede considerarse una
version irénica de “Casa tomada” de Julio Cortazar. O mejor una version del co-
mentario de Sebreli al cuento de Cortazar. “Casa tomada expresa fantasticamen-
te esa angustiosa sensacién de invasién que el cabecita negra provoca en la
clase met La interpretacion de Sebreli define mejor a Sebreli que al cuento
de Cortazar pero de todos modos se ha convertido en un lugar comin de la cri-
tica y se superpone con el cuento mismo. “Cabecita negra” es un comentario al
comentario de Sebreli. No sélo porque el texto de Rozenmacher cita explicita-
mente el relato de Cortazar (“La casa estaba tomada”) sino porque la invasion
del recinto privado de la clase media por el cabecita negra se convierte en la
anécdota del cuento.
Un héroe de nuestro tiempo. El relato de Rozenmacher es al mismo tiem-
po la radiografia semiparédica de un personaje tipico. El pobre pequefio burgués
avaro, conformista y reprimido, racista, gue ha abdicado de sus ilusiones y
mantiene una relacién nostalgica con la cuftura. (“El sefior Lanari sin saber por
qué le mostt6 la biblioteca abarrotada de libros. Nunca habia podido hacer
tiempo para Ieerlos pero estaban alli, El sefior Lanari tenia su cultura.”) En esa
posesion vacia aparece como la céscara del intelectual que hha querido ser.
“ademas cuando era joven tocaba et violin y no habia cosa que Te gustata mas
en el mundo.” De hecho el personaje de Rozenmacher es un descendiente oscu-
roy mutilado del unitario de “El matadero”, del Hardoy de “Las puertas del cie-
lo” de Cortazar, del Juan DahImann de “EI sur” de Borges. Una caricatura de-
radada del intelecntal que se enfrenta con la violencia y la fascinacion de Tos
arbaros.
La paranoia y la parodia. En este sentido “Cabecita negra” se puede leer
o1LA ARGENTINA EN PEDAZOS
serie de textos que, desde “El matadero” de
Li del monstruo” de Borges y Bioy, representan de un
inado la mitologia de ese mundo primitivo y brutal que se encarna en
fos cabecitas, en los monstruos, en los tepresentantes ficcionallzados de las cla
ses populares. Y las grandes lineas de representacion de ese mundo antagénico
han sido tradicionalmente, la paranoia o la parodia. El panico y la burla.
_Llamar al gjército. La paranoia es el tema del relato de Rozenmacher. Y
su final es el cierre, a la ver, premonitorio y preciso, de una larga tradicion. “La
chustma, dijo para tanquilzarse, hay que aplastaros, apasiarlos, dijo para
tranquilizarse. La fuerza publica, dijo, teriemos toda la fuerza publica y el ejérci-
to.” Un fascista, se ha dicho, es un liberal asustado. El relato de Rozenmacher
puede ser lefdo, también, como la historia de la transformacion de un liberal en
un fascista 0, mas simplemente, como una historia de terror, un cuento de apa-
recidos. La historia cémica de una pesadilla pequenio burguesa.
92RICARDO PIGLIA
German Rozenmacher
CABECITA
NEGRA
Dibujos de Solano Lopez
Adaptacién de Eugenio Mandrini
93LA ARGENTINA EN PEDAZOS
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RemarARLA POR BOS PESOS. /Son Le CHOSMA... menas mal ie me |
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